Bullying
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Bullying
BULLYING
El bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que
se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable
para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar.
El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la
víctima.
Una situación de maltrato del niño por parte de los padres contribuye a deteriorar la interacción familiar y el
comportamiento del niño en otros entornos:
Un importante factor de riesgo de violencia familiar son las condiciones de pobreza y dificultades que de ella se derivan,
ya que esto aumenta el estrés de los padres, que muchas veces es superior a su capacidad para afrontarlo. Por eso, son
necesarias acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida de familias en graves dificultades económicas y
grupos de pertenencia constructivos o adultos disponibles y atentos para ayudar.
Entorno escolar
Los profesores se crean expectativas, positivas o negativas, respecto a sus alumnos e interactúan en público más
frecuentemente con los estudiantes de expectativas positivas. Esto da como resultado que haya un grupo pequeño de
alumnos "brillantes" que intervienen casi siempre y otro pequeño grupo de alumnos más "lentos" que no participa casi
nunca. Además, los estudiantes de altas expectativas suelen recibir muchos elogios y, los de bajas expectativas, muchas
críticas. Así, la motivación de estos últimos disminuye y se sienten discriminados respecto al resto de la clase. Blanca
García Olmos, presidenta nacional de la Asociación de Profesores de Secundaria (APS) reconoce que es inevitable que se
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establezcan mejores relaciones con unos alumnos que con otros porque, al fin y al cabo, los profesores son personas y
pueden sentir más afinidad hacia ciertos estudiantes.
Pero esto puede ser peligroso, ya que una mala relación entre profesor y alumno puede ser causa de ansiedad y
depresión en los chicos y chicas, así como de un descenso de su rendimiento escolar.
Medios de comunicación
Los medios de comunicación, sobre todo la televisión, nos exponen continuamente a la violencia, tanto real (telediarios)
como ficticia (películas o series), y por eso son considerados como una de las principales causas que originan la violencia
en los niños y jóvenes.
Los comportamientos que los niños observan en televisión influyen en el comportamiento que manifiestan
inmediatamente después, por lo que es necesario proteger a los niños de la violencia a la que les expone la televisión e
incluso debería plantearse la posibilidad de utilizar la televisión de forma educativa para prevenir la violencia.
La influencia de la televisión a largo plazo depende del resto de relaciones que el niño establece, ya que interpreta
todo lo que le rodea a partir de dichas relaciones. Por eso la violencia no se desarrolla en todos los niños, aunque
estén expuestos por igual a la violencia televisiva.
La repetida exposición a la violencia puede producir cierta habituación, con el riesgo de considerarla como algo
normal, inevitable y de reducirse la empatía con las víctimas. Es importante promover en los niños la reflexión
respecto a la violencia que nos rodea.
La incorporación de la tecnología audiovisual al aula podría ser de gran utilidad como elemento educativo en la
prevención de la violencia.
Agresores y víctimas
Los estudios realizados acerca de la violencia en la escuela señalan que tener amigos y ser aceptado son factores
protectores frente dicho fenómeno. A continuación presentamos los antecedentes y características que presentan, en
general, los niños que ejercen o sufren la violencia:
Víctima pasiva
Situación social de aislamiento. Con frecuencia no tiene un solo amigo entre sus compañeros. Presenta dificultad de
comunicación y baja popularidad.
Conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad, alta ansiedad, inseguridad y baja
autoestima. Existe una tendencia a culpabilizarse de su situación y a negarla por considerarla vergonzosa.
Cierta orientación a los adultos, relacionada con una posible sobreprotección por parte de la familia.
Víctima activa
Situación social de aislamiento e impopularidad.
Tendencia impulsiva a actuar sin elegir la conducta más adecuada a cada situación. Disponibilidad a emplear
conductas agresivas, irritantes, provocadoras. A veces, las víctimas activas mezclan este papel con el de agresores.
Un rendimiento peor que el de las víctimas pasivas.
Parecen haber tenido, en su primera infancia, un trato familiar más hostil, abusivo y coercitivo que los otros
escolares.
Situación más frecuente entre los chicos. Pueden encontrarse en ella, con frecuencia, los escolares hiperactivos.
Agresores
Situación social negativa, siendo incluso rechazados por una parte importante de sus compañeros, aunque están
menos aislados que las víctimas y tienen algunos amigos que les siguen en su conducta violenta.
Tendencia a la violencia y al abuso de fuerza. Impulsivos, con escasas habilidades sociales, baja tolerancia a la
frustración, dificultad para cumplir normas, relaciones negativas con los adultos y bajo rendimiento.
Carecen de capacidad de autocrítica, lo que se traduce en una autoestima media o incluso alta.
Ausencia de una relación afectiva cálida y segura por parte de los padres, sobre todo de la madre. Tiene dificultad
para enseñarle a respetar límites y combina la permisividad ante conductas antisociales con el empleo de métodos
coercitivos (incluido, en ocasiones, el castigo físico).
Podría establecerse una división entre agresores activos, que son lo que inician y dirigen la agresión; y agresores
pasivos, que son los que les siguen y animan y que presentan problemas similares, aunque en menor grado.
AUTOLESIONES
La autolesión no suicida, a menudo denominada autolesión, es el acto de dañarse deliberadamente el propio cuerpo,
como cortarse o quemarse. Normalmente, no pretende ser un intento de suicidio. En cambio, este tipo de autolesión es
una forma dañina de enfrentar el dolor emocional, la ira intensa y la frustración.
Si bien la autolesión puede traer una sensación de calma momentánea y de liberación de tensión, generalmente, luego
de que se lleva a cabo aparecen la culpa y la vergüenza, y regresan las emociones dolorosas.
Síntomas
Entre los signos y los síntomas de las autolesiones se pueden incluir los siguientes:
Formas de autolesión
Las autolesiones suelen ocurrir en privado y se realizan de una manera controlada o ritualizada, que a menudo deja un
patrón sobre la piel. Algunos ejemplos de autolesión incluyen los siguientes:
Cortes (cortes o rasguños profundos con un objeto afilado)
Rascado
Quemaduras (con fósforos o cigarrillos encendidos, o con objetos afilados o calientes, como cuchillos)
Grabarse palabras o símbolos en la piel
Darse golpes a sí mismo, puñetazos o golpearse la cabeza
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Perforarse la piel con objetos afilados
Insertarse objetos debajo de la piel
Las autolesiones ocurren con mayor frecuencia en los brazos, las piernas y la parte frontal del torso, pero cualquier lugar
del cuerpo puede ser objeto de autolesiones. Las personas que se lastiman pueden emplear más de un método para
hacerse daño.
El enojo puede provocar el impulso de autolesionarse. Muchas personas se lastiman unas pocas veces y luego se
detienen. Sin embargo, para otras, las autolesiones pueden volverse un comportamiento repetitivo a largo plazo.
Causas
o existe una causa única y simple que provoque que alguien se autolesione. En general, las autolesiones pueden ser el
resultado de los siguientes factores:
Escasa capacidad de enfrentar desafíos o situaciones. Las autolesiones no suicidas por lo general son la consecuencia
de una incapacidad de enfrentar el dolor psicológico de manera saludable.
Dificultad para controlar las emociones. La persona tiene dificultad para regular, expresar o comprender las
emociones. La mezcla de emociones que desencadenan la autolesión es compleja. Por ejemplo, pueden
manifestarse sentimientos de inutilidad, soledad, pánico, enojo, culpa, rechazo, odio a sí mismo o sexualidad
confusa.