Modestia Es Más Que Vestimenta - Patricia Namnún

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

Patricia Namnún

Modestia es más que vestimenta


Mucho escuchamos hablar sobre el problema de la modestia en la mujeres hoy día, y este
problema es real. Estamos rodeados de sensualidad en múltiples formas, y
lamentablemente esto afecta a la mujer cristiana.

Si alguien te dijera: “Como mujer debes procurar la modestia”, probablemente tu mente


interpretará: “Debo vestirme decentemente”. Pero, ¿qué tal si la modestia va más allá de
la ropa que usamos? ¿Qué tal si te dijera que una mujer puede estar vestida totalmente
decente y comportarse de una manera inmodesta? La razón de esto es que la modestia es
un asunto del corazón. Una mujer puede estar vestida totalmente decente y comportarse
de una manera inmodesta.

El origen de todo pecado

Muchas mujeres encuentran su valor en ser atractivas, en llamar la atención, en ser


elogiadas, y se muestran a sí mismas en maneras que atraen a los hombres en forma
sexual.

Como creyentes tenemos un llamado diferente:

“Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos
lujosos, sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible
de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios”, 1 Pedro 3:3-4.

Podemos notar algo importante en el pasaje anterior. El apóstol Pedro nos exhorta a que
nuestro adorno sea aquello que sale de nuestro corazón. El problema en la falta de
modestia no es primordialmente un problema del guardaropa: es un problema del corazón.

Marcos 7:21 nos enseña:

“Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,
fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad,
envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y
contaminan al hombre”.

¿Notaste la palabra sensualidad en este versículo? Mi corazón es la fuente de cada pecado,


incluyendo la falta de modestia.

Ahora bien, la condición de mi corazón será reflejada externamente de una manera u otra,
y con asuntos de modestia hay varias áreas a tomar en cuenta:

Tu manera de vestir

La modestia es más que vestimenta, pero no menos.


Pareciera como si el lema de muchas mujeres hoy en día fuera, “Mientras menos tela
mucho mejor”; “Mientras más enseñe más llamo la atención”; “Lo que no se enseña no
se vende”. Es triste ver cómo muchas creyentes han caído en esta manera de pensar.

Nuestro llamado como hijas de Dios es glorificarle en todo lo que hagamos (1 Co. 10:31),
y esto incluye nuestra vestimenta. Debemos procurar que nuestra manera de vestir no sea
provocativa y sensual. Si somos honestas, en muchos de los casos estamos conscientes
de cuándo estamos vistiéndonos de una manera inapropiada.

Examina tu corazón, examina tu vestimenta, y procura honrar a Dios y respetar a tus


hermanos a través de ella.

Tu manera de hablar

Otra de las formas en las que podemos evidenciar falta de modestia en nuestro corazón
es a través de nuestras palabras.

Algunas mujeres pueden caer en la tentación de hablar de manera seductora, de tener


conversaciones con hombres que no deberían tener, o aun de hacer y reírse de chistes que
no deberían.

En relación a esto, la Palabra nos exhorta de la siguiente manera: “No salga de vuestra
boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la
necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan”, Efesios 4:29.

Que nuestras palabras sirvan para edificar y no para seducir; que impartan gracia a
quienes escuchan.

Tu manera de actuar

Muchas veces obviamos este aspecto, pero es importante que tengamos en cuenta que no
solo podemos ser inmodestas con nuestra vestimenta y con nuestras palabras sino también
con nuestras acciones y aun con nuestros gestos. No siempre necesitamos palabras para
expresar aquello que deseamos o sentimos: nuestro comportamiento y aun nuestras
miradas pueden expresar mucho más de lo que imaginamos.

Hace un tiempo estaba cerca de alguien que leía algo en una página de internet y el
artículo tenía una fotografía de una mujer que estaba totalmente cubierta y su vestimenta
no estaba ajustada, pero algo llamó mi atención… Esta mujer con una vestimenta
totalmente decente tenía una mirada que pudiera haberse considerado provocativa. Su
ropa no llamaba la atención de manera sensual, pero su rostro sí lo hacía.

Debemos procurar que nuestro comportamiento no envíe mensajes inapropiados y le sea


de tropiezo a aquellos hombres que están a nuestro alrededor. Examina tu manera de
actuar y sé honesta delante de Dios.

¿Entonces qué hago?


Como ya hemos mencionado anteriormente, sin lugar a dudas el origen de nuestra falta
de modestia está en nuestros corazones, por lo que si somos confrontadas en cualquier
área de este pecado el cambio en nosotras debe darse de adentro hacia afuera. Por lo tanto:

- Confiesa tu pecado delante de Dios: “Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo
para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”, 1 Juan 1:9. Lo primero
que necesitamos hacer es ir a nuestro fiel y justo Dios en honestidad y arrepentimiento en busca de su
perdón.

- Llena tu mente continuamente de la Palabra de Dios. Tu entendimiento necesita ser


renovado (Ro. 12:2) y la manera en la que esto puede pasar es a través de las Escrituras.
“En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti”, Salmo 119:11.

- Identifica las formas específicas en las que este pecado está siendo manifestado en tu
vida.

- Comprométete delante de Dios a hacer los cambios que sean necesarios. “¡Cuán
bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la ley del SEÑOR!”, Salmo
119:1.

- Identifica a una mujer madura en la fe a la que puedas rendirle cuentas de esta área
de pecado en tu vida. “Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor pago por su trabajo.
Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; Pero ¡ay del que cae cuando
no hay otro que lo levante”, Eclesiastés 4:9.

- Glorifica a Dios a través de la modestia de tu corazón. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”,
Filipenses 4:13.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy