Literatura Gay/lesbiana
Literatura Gay/lesbiana
Literatura Gay/lesbiana
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Queer significa en español ‘raro’, ‘extraño’, ‘curioso’. Las feministas y los gays
de la academia adoptaron este término para denominar la teoría que incluye las
subjetividades de cualquier identidad o género: homosexual, transexual,
bisexual, hermafrodita...
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Literatures, p. 226). Realmente esto es cierto; lo veremos más
adelante en la voz de las protagonistas.
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En lo que respecta a la narrativa, desde los setenta se puede
observar la presencia de una literatura donde el tema del
lesbianismo no se esconde en metáforas, sino que se expresa de
una manera más diáfana. Se ve así en la obra autobiográfica de la
colombiana Albalucía Ángel, que comienza a publicar en los años
setenta y que en 1984 escribe Las andariegas, en claro diálogo
con Les Guérrillères (1969) de la lesbiana feminista francesa
Monique Wittig. En Argentina Reina Roffé escribe la novela Monte
de Venus en 1976, que fue censurada por el gobierno de ese país
por presentar no solo la visión de la existencia lesbiana y los
prejuicios sociales en contra del lesbianismo, sino también la
situación política en la época de la dictadura militar. Roffé
avanzará en el tratamiento del lesbianismo hacia la normalización
con El cielo dividido (1996), novela de mujeres y de amor entre
mujeres, donde ya no se cuestiona la opción sexual lesbiana como
un desafío, sino como algo natural.
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Entrevista en <http://www.rompiendoelsilencio.cl/entrenorma/htm>.
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el momento al que se refiere Monsiváis, igual que da testimonio de
la crisis que comenta Schaefer:
Este relato y los otros 21 que completan el libro ofrecen una visión
de la situación lesbiana que se vivió en países como Argentina,
Perú, Colombia, Chile o México desde los primeros atisbos de la
aparición de locales públicos de reunión de los homosexuales en
los sesenta. También es destacable del conjunto de relatos la
emotividad de los recuerdos de estas mujeres que empezaron a
descubrir unos sentimientos que tenían que refrenar, esconder o
camuflar; la empecinada lucha por salvar esos sentimientos, a
pesar de los enfrentamientos con la familia por manifestar una
atracción por la compañera del colegio o por la vecinita con la que
compartían juegos desde pequeñitas. Disputas familiares que
algunas veces concluían con la visita a un psiquiatra «para que
cure a mi hija porque no es normal, le gustan las mujeres»
(«Negociaciones», p. 55); o con la huida de la casa paterna,
después de soportar las reconvenciones a la moral y a la
«normalidad» que padres y educadores se afanaban en hacer
penetrar en las mentes y los corazones de unas jóvenes que se
sentían luchadoras por una nueva y justa causa: el derecho a
amar a otra mujer. Claro que después de salir de la opresión
familiar se adentraban en otra no menos dolorosa y conflictiva, la
que imponía la sociedad católica, patriarcal y homófoba en todos
los países de la geografía latinoamericana, desde México a Chile.
En el relato «Las prefiero fem» la protagonista comenta: «No, a
nadie le interesaba el movimiento, ocasionalmente nos llamaba
Nancy Cárdenas para ir a alguna parte. Claro, nos sentíamos
perseguidas por la sociedad, la familia, a mí me trajeron con la
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judicial, aquella vez que me salí de mi casa que al fin me llevaron
con el psiquiatra. Nos sabíamos perseguidas pero a nadie le
interesaba acercarse a un movimiento, no había conciencia
política en el grupo, nadie te sostenía una conversación política en
el grupo» (p. 112).
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La literatura lesbiana sale del armario
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fluida, el propósito crítico y educativo que quiere transmitir la
narradora alcanza a veces el cansancio, igual que ocurre con
cualquier escrito panfletario. Diez años más tarde Roffiel publica El
para siempre dura una noche (1999), un libro compuesto de trece
relatos, la mayoría de ellos historias de amor entre mujeres. Aquí
la feminista se deshace del prosaísmo panfletario y se arropa con
la palabra sentida desde el calor de la ternura, el erotismo y la
pasión de dos cuerpos que desean y son deseados.
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experiencias humanas, ya sean heterosexuales, bisexuales u
homosexuales; ya debe ser el momento de dejar de alzar siempre
la voz para exigir un derecho que siempre le ha pertenecido. La
realidad es muy otra, ya lo sé, y todavía hay ciudades y
comunidades en las que las jóvenes hacen llamadas
desesperadas a través de los sitios de internet tratando de
encontrar el apoyo y la comprensión de esas otras tantas mujeres
que sienten como ellas, porque su familia y la sociedad no las
aceptan. Este artículo expone una pequeña muestra de lo que
existe y lo que se ha conseguido en Latinoamérica en el campo de
la existencia y la literatura lesbiana. La publicación, la difusión y la
lectura de estas obras servirán para cimentar la existencia, la
aceptación y el derecho a expresarse de las mujeres que aman a
mujeres. La multiplicación de la novelística lesbiana a partir de los
años noventa, especialmente en México y Argentina, me lleva a
pensar que este deseo ya no es utópico y gracias al idioma que
compartimos la aparición de una novela de contenido lesbiano en
cualquier país de habla hispana podrá ser leída, gozada y
celebrada también en cualquier rincón de Hispanoamérica y
España.
Bibliografía
Gilbert, Sandra y Susan Gubar. The Madwoman in the Attic: The Woman
Writer and the Nineteenth-Century Literary Imagination. New Haven:
Yale University Press, 1979.
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Mogrovejo, Norma. Lestimonios: Voces de mujeres lesbianas 1950-
2000. México D. F.: Plaza y Valdés, 2001.
Roffiel, Rosamaría. Amora. México D. F.: Sentido Contrario, 1999 (1ª ed.
1989).
-------. El para siempre dura una noche. México D. F.: Sentido Contrario,
1999.
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