AUTONOMÍA MORAL

GUERRERO DIEGO ALEXANDER

TRABAJO DE FILOSOFÍA

PRESENTADO A LA PROFESORA
OLGA LUCIA PINZON VEGA

COLEGIO TECNICO NUESTRA SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN

Dícese que la autonomía moral es la capacidad que tiene un ser humano racional
de poder tomar sus decisiones aplicando en sí mismo la ley de moralidad objetiva,
pero de manera voluntaria, auto-consciente, autentica, independiente y libre de
influencias o intervenciones interpersonales o intrapersonales.
En palabras que podamos comprender la autonomía moral es la capacidad del ser
humano de valorar aspectos de carácter moral por sí mismo, como, por ejemplo,
distinguir lo que está bien de lo que está mal, o lo que es justo de lo injusto. Sin
embargo, la autonomía moral de las personas se ve fuertemente influenciada por el
entorno social.
La autonomía moral se basa en tomar decisiones por uno mismo, sin dejarnos
influenciar por el más fuerte, es la capacidad de ser responsables de nuestros
comportamientos, la capacidad individual para conducir nuestra propia conducta.
La autonomía supone reconocer la capacidad que tiene toda persona de dirigir su
propia vida de acuerdo con su consciencia, su manera de pensar, querer. Es el
resultado de un largo proceso de desarrollo y construcción personal.
El entorno social nos impide desarrollar nuestra libertad. El tratar de encajar entre
tus conocidos ahorrándote discusiones políticas en las cuales sabes que sus
argumentos son poco convincentes y solo se están dejando llevar porque es el que
más hace publicidad. Ello se debe a que tratas de encajar con quienes te rodean
para llegar a una completa aceptación, dejando atrás la libertad de expresión que
se le ha otorgado a cada ser humano. Esto quiere decir que reprimimos nuestros
pensamientos para encajar en una sociedad llena de tendencias, moda y poca
autenticidad.
Las teorías del desarrollo cognitivo en la psicología evolutiva han hecho otros
aportes importantes referentes a la autonomía moral.
Estas afirman que en las etapas de la niñez del ser humano los razonamientos se
desarrollan de manera heterónoma, obedecen las normas porque una autoridad lo
ordena sin excepciones. De no cumplirse hay un castigo.
Estas etapas de Kohlberg agregan que no todo ser humano logra llegar a adulto
siendo moralmente independiente en su totalidad, estas etapas son:
La pre-convencional, donde las normas se cumplen para evitar sanciones
(egocéntrica) o por obtener recompensas (Individualista). Los niños ocupan estas
etapas.
La convencional, donde el respeto a las normas va en función de mantener las
convenciones sociales, sea para encajar en la sociedad (gregaria), o para mantener
el orden social existente (comunitarista). La mayoría de los adultos llegan y se
quedan en estas etapas.
La post-convencional, donde las normas se siguen por el razonamiento basado en
los principios y leyes morales.
Sólo mientras los valores universales se respeten, las normas se cumplen. En caso
contrario, es moralmente correcto desobedecer (universalista).
Dejándonos llevar por la segunda etapa de Kohlberg psicólogo estadounidense la
cual nos habla sobre el sistema social y la conciencia (ley y orden) donde nos dice
que lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo.
Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes
sociales establecidos. También se considera como parte de lo justo la contribución
a la sociedad, grupo o instituciones. Esto quiere decir que la libertad que se nos
otorga en muchos casos es limitada ello implica que debemos seguir ciertas reglas
para poder tener una convivencia sana con quienes nos rodean.
Recitando a un polímata suizo Jean-Jacques Rousseau con su teoría: para vivir en
sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito que les otorga
ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado
de naturaleza. Siendo así, los derechos y los deberes de los individuos constituyen
a las cláusulas del contrato social, en tanto que el Estado es la entidad creada para
hacer cumplir dicho contrato. Todo ello para evitar la disolución del sistema o un
castigo por este mismo, cumplir los imperativos de conciencia (obligaciones
aceptadas) y mantener el autor respeto.
La vida está hecha para tomar decisiones. Seguro que cada día te ves en la tarea
de parar un minuto y pensar: ¿Sera que hago trampa en el examen? ¿Me voy a la
fiesta sin permiso? ¿Podría quitarle el novio a mi amiga si ella no lo quiere?
Decisiones que nos permiten percibir la libertad en su máxima expresión.
Para determinar si la decisión que vas a tomar sea buena o mala, se necesita sólo
usar la razón junto con un sentido de consideración hacia el resto de las personas.
La teoría de la autonomía moral según Kant quien fue un filósofo prusiano de la
Ilustración la cual nos dice que la autonomía moral hace la distinción de las
decisiones o acciones que se toman producto de un juicio de moralidad a las que
se realizan por otras razones no morales, como por ejemplo basados en deseos,
intereses o emociones.
Kant explicó esto con la existencia de imperativos morales en la vida de todos los
seres humanos. Los imperativos son una especie de comandos implícitos del día a
día de las personas con los cuales se desarrollan los razonamientos para decidir
cómo actuar y por qué actuar. Se conocen dos clases de imperativos: imperativos
hipotéticos e imperativos categóricos.
Imperativos hipotéticos: Son la representación de la necesidad subjetiva práctica
(para sí mismo o en sociedad) o la voluntad de tomar un curso de acción
determinado como un medio si se quiere conseguir un fin. Este fin está motivado
por inclinaciones, deseos o intereses, los cuales pueden estar cargados de
emociones. La decisión no sería moralmente autónoma porque existen agentes
externos a la razón interfiriendo o influenciando a la persona. Sería heteronomía, lo
contrario a autonomía.
En esta categoría también entran las acciones que se toman (o se dejan de tomar)
por evitar sanciones o situaciones desagradables y las que son tomadas (o son
obligadas a ser tomadas) bajo coerción. Estos dos últimos son llevados por la
amenaza o miedo a la consecuencia La decisión no sería moralmente autónoma
porque existen agentes externos a la razón interfiriendo o influenciando a la
persona. Sería heteronomía, lo contrario a autonomía. Tomemos el siguiente
ejemplo:
Trabajar para obtener lujos o ser millonario.
El problema con los imperativos hipotéticos se reduce a que si la persona no le
importa el fin, entonces no hay razón para tomar ese curso de acción. Entonces se
dice que estos imperativos no tienen nada que ver con la moralidad. Según el
ejemplo anterior tendríamos la siguiente problemática moral:
Si no existe el interés por ser millonario (o el dinero), se puede elegir no trabajar.
Imperativos categóricos: Representan la voluntad de decisión por un curso de
acción basado única y exclusivamente por la razón. Es la necesidad objetiva (de
obrar) en sí misma totalmente independiente de su relación con un fin o los fines
asociados a él y de los deseos, intereses, emociones, etc.
Para Kant, obrar bajo los imperativos categóricos es igual a ser moralmente
autónomo o tener una voluntad autónoma; la voluntad de la buena moral, de hacer
el bien en sí mismo y no por los buenos resultados derivados.
Tomando los mismos ejemplos, los imperativos categóricos serían:
Es una obligación moral contribuir a la sociedad en la que se vive a través del
trabajo, ya que el trabajo es la base de la sostenibilidad de la sociedad en la que
todos vivimos. El trabajo, produzca dinero o no, se considera el aporte del individuo
al colectivo social.
Para concluir podemos decir que la autonomía moral es la capacidad de juzgar
moralmente una acción o una situación determinada, si se trata de algo aceptable
o no. La moralidad es susceptible a la presión social, pero en la medida que la
persona posee criterios bien desarrollados y esta consiente de su capacidad de
tomar decisiones, se esperaría de ellos una fuerte autonomía moral, lo cual significa
que no pueda cambiar de opinión.
La autonomía moral niega totalmente que entes supernaturales, hayan establecido
de alguna manera, algún grupo de normas sobre lo que es bueno o malo, y se lo
hayan concedido a los humanos para que tuvieran alguna sensibilidad moral y/o
que fuera su guía de vida.
La madurez moral se alcanza cuando se pasa de la heteronomía a la autonomía
moral, cuando uno es capaz de decidir reflexivamente qué normas considera
buenas y además es capaz de crear otras nuevas. La familia constituye un medio
de aprendizaje de normas muy importante, pero sólo en la medida en que
reflexionemos sobre ellas y las aceptemos, si creemos que son válidas para
hacernos mejores personas, nos convertiremos en seres autónomos.
Las personas moralmente autónomas buscan su propio camino más allá de la
tradición social.
 BIBLIOGRAFÍA

https://www.significados.com/autonomia/

https://www.lifeder.com/autonomia-moral/

http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol3.html

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Contrato_social

https://www.puedoayudarte.es/como-saber-si-algo-es-bueno-o-malo-para-ti/

https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-149196

https://es.slideshare.net/guest5672989/normas-icontec

https://www.ejemplos.co/20-ejemplos-de-autonomia-y-heteronomia/

https://concepto.de/autonomia/

https://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090719183617AArIzaM&guccounter=1&guc
e_referrer=aHR0cHM6Ly93d3cuZWNvc2lhLm9yZy8&guce_referrer_sig=AQAAADAEkPY4TYV4yMb
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https://www.wikiteka.com/apuntes/la-autonomia-moral/