Satisfacción en La Crianza

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LOS ESTILOS DE CRIANZA Y SU INCIDENCIA EN LA SATISFACCIÓN FAMILIAR EN

FAMILIAS DE LA CIUDAD DE PORTOVIEJO EN EL AÑO 2017

RESUMEN

En este artículo se ha analizado los estilos de crianza y como estos se relacionan con la
satisfacción familiar. Se dice que los estilos de crianza son tres: estilo autoritario donde los
padres imponen su autoridad sin opción a la réplica; estilo con autoridad en la que los padres
tienen la autoridad y la ejercen pero dan oportunidad a los niños a que entiendan y razonen
las órdenes y las reglas y el estilo permisivo en que son los niños quienes ejercen el control y
no los padres y no existen límites.

Para este estudio se consideró a 30 familias pertenecientes a la ciudadela los Bosques de


Portoviejo, de diferente nivel socio económico, estado civil, nivel de escolaridad y número de
hijos.

El método utilizado fue el correlacional, transversal y cuantitativo. Los instrumentos usados


fueron el cuestionario de crianza parental (PCRI) que consta de 78 preguntas que se dividen en
8 escalas: apoyo, satisfacción con la crianza, compromiso, comunicación, disciplina,
autonomía, distribución de rol y deseabilidad social. En cada escala encontramos que las
preguntas también muestran los estilos de crianza utilizados por los padres y también se utilizó
una encuesta en donde se busca entender la satisfacción familiar en cada uno de los
escenarios.

Se ha visto que los niños que son criados por padres con autoridad son los más
independientes, adaptables y sociables, los niños criados por padres autoritarios son niños
tímidos, inseguros, dependientes y tienden a rebelarse. Y los niños criados por padres
permisivos son niños impulsivos, ansiosos y a quienes les cuesta seguir las reglas.

Se encontró que el estilo democrático de crianza es el que se relaciona con niveles más alts de
satisfacción familiar, seguido por el estilo autoritario. El estilo que menos satisfacción generó
fue el permisivo.

PALABRAS CLAVE

Estilos de Crianza – Satisfacción Familiar – Familias – Apego – Padres e Hijos

ABSTRACT
In this article we have analyzed the styles of parenting and how they relate to family
satisfaction. It is said that the styles of parenting are three: authoritarian style where parents
impose their authority without option to replicate; style with authority in which parents have
the authority and exercise but give children the opportunity to understand and reason the
orders and rules and the permissive style in which it is the children who exercise control and
not the parents and do not exist limits.

For this study 30 families belonging to the citadel were considered the Bosques de Portoviejo,
of different socio-economic level, marital status, level of schooling and number of children.

The method used was correlational, transversal and quantitative. The instruments used were
the parental questionnaire (PCRI) which consists of 78 questions that are divided into 8 scales:
support, satisfaction with parenting, commitment, communication, discipline, autonomy, role
distribution and social desirability. In each scale we found that the questions also show the
parenting styles used by the parents and a survey was also used to understand the family
satisfaction in each of the scenarios.

It has been seen that children who are raised by authoritative parents are the most
independent, adaptable and sociable, children raised by authoritarian parents are timid,
insecure, dependent children and tend to rebel. And children raised by permissive parents are
impulsive, anxious children and those who find it difficult to follow the rules.

It was found that the democratic style of parenting is that which is related to higher levels of
family satisfaction, followed by the authoritarian style. The style that generated the least
satisfaction was the permissive one.

KEYWORDS

Parenting Styles - Family Satisfaction - Families - Attachment - Parents and Children

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Ortiz Zambrano Jhon Kelvin, Valdivieso López Isabel Patricia y Marín Montes Maira Cristina
(2017): “Los estilos de crianza y su incidencia en la satisfacción familiar en familias de la ciudad
de Portoviejo en el año 2017”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2017). En
línea:

http://www.eumed.net/rev/caribe/2017/11/satisfaccion-familiar-ecuador.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1711satisfaccion-familiar-ecuador

INTRODUCCIÓN
Los estilos de crianza son un conjunto de normas practicadas por los padres con los hijos. Los
padres, al ser los principales responsables del cuidado y la protección de los niños, son los
encargados de transmitir reglas, conocimientos, valores, actitudes, relaciones y hábitos que se
transmiten de generación en generación.

Las dimensiones que caracterizan las prácticas educativas de los padres son la vigilancia y las
obligaciones; existencia o no de normas y disciplina, grado de exigencia, así como el afecto y la
comunicación.

De acuerdo a algunos autores (de los Ángeles Álvares, 2012; Maccoby & Martin, 1983; Vega,
2006) existen 4 tipos de crianza, el democrático, el indiferente, el permisivo y el autoritario; en
el estilo democrático los padres tratan de dirigir las actividades de los hijos tomando en cuenta
su edad, características y circunstancias particulares. En el estilo indiferente las principales
características son la ausencia de control, disciplina, frialdad y rechazo en la relación padre-
hijo. El estilo permisivo se caracteriza debido que los padres permiten que los niños sean los
que deciden sobre sus actividades y sean ellos los que toman el control de la familia y los
padres se someten a sus exigencias y capricho, y finalmente el autoritario en el que los padres
imponen normas y reglas inapelables, sin tomar en cuenta la edad ni las individualidades de
cada hijo.

Por otro lado, otros autores (Ainsworth, Blehar, Waters, & Wall, 2015; Baumrind, 1967;
Bowlby, 2008) tras realizar múltiples investigaciones en la relación entre niños pre-escolares y
sus padres, encontraron que la formación de los hijos tiene dos dimensiones: la aceptación y el
control parental. De ahí que se mencionan tres estilos en la crianza de los hijos. El estilo con
autoridad que habla de padres controladores pero flexibles, tienen un alto nivel de
involucramiento, control y supervisión, valoran reconocen y respetan la participación de los
niños en la toma de decisiones y les inculcan responsabilidades. Valoran la individualidad e
independencia de los niños, así como sus intereses y personalidad, y exigen un buen
comportamiento. Son padres cariñosos y se mantienen firmes frente al cumplimiento de las
reglas, y los castigos se imponen en un contexto de apoyo y calidez. Favorecen el diálogo con
sus hijos y les hacen entender el motivo de sus exigencias. Los hijos de estos padres suelen ser
controlados, asertivos, curiosos y satisfechos. Este estilo parece desarrollar de mejor manera
las capacidades de los niños al establecer normas realistas, claras y congruentes, de esta
manera los niños saben lo que se espera de ellos y saben cuándo están cumpliendo las
expectativas de sus padres. Por lo tanto, cabe esperar que los niños se desempeñen
debidamente ya que conocen la satisfacción de cumplir con sus responsabilidades y cumplir
con sus metas. Cuando existen dificultades el padre con autoridad enseña al hijo normas de
comunicación positiva para que el niño exprese sus puntos de vista y se negocien las posibles
soluciones. Se considera que este estilo es el mejor para la crianza de los hijos.

El estilo autoritario corresponde a padres con un patrón muy dominante con un alto grado de
control y supervisión, exigen obediencia absoluta y son muy castigadores tanto de forma física
como sicológica. Son injustos y enérgicos cuando no se cumple lo que ellos deseaban. No se
involucran mayormente con sus hijos, no les interesa ni sus opiniones ni sus intereses.
Establecen pautas de comportamiento y reglas restrictivas y muy exigentes. Estos niños
presentan retraimiento desconfianza y descontento (Papalia, Wendkos Olds, & Duskin
Feldman, 2012). En estos hogares el control es tan estricto que los niños no pueden elegir su
propio comportamiento, más bien deben responder a las exigencias de los padres y esto los
vuelve niños muy dependientes de los adultos.

El estilo permisivo corresponde a padres que presentan un patrón muy tolerante, valoran la
autoexpresión y la auto regulación con un alto nivel de involucramiento. Permiten que sus
hijos expresen sus sentimientos con libertad, presentan un bajo nivel de exigencia y ejercen
poco control sobre el comportamiento de sus hijos. Son cálidos, poco castigadores y les
consultan a sus hijos sobre las normas. Estos niños son los más temerosos de todos. En estos
hogares los niños reciben muy poca orientación llegando a manifestar inseguridad y ansiedad
sobre si hacen lo correcto.

Satisfacción familiar

De acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAL) define la satisfacción como el


sentimiento de bienestar o placer que se tiene cuando se ha colmado un deseo o cubierto una
necesidad. Así, satisfacción familiar se puede definir como el sentimiento de bienestar familiar
que se obtiene al cubrir las necesidades tanto materiales como psicológicas, afectivas y físicas
de los integrantes de dicha familia.

En la actualidad, las familias se encuentran sumidas en una sociedad consumista dentro de un


mundo globalizado (Gubbins & Berger, 2004). Por esto los padres no tienen tiempo para
compartir en familia, por lo que tratan de compensar carencias afectivas con regalos, o mucha
permisividad e inestabilidad, resultado de la falta de desarrollo de modelos de crianza
adecuados, lo que ha afectado el progreso y la dinámica de esas familias (Jiménez & Godoy,
2005; Montesinos, 2004).

Por esto los padres intentan educar a sus hijos con prácticas educativas que se caracterizan por
el control y las exigencias, que repercuten en la existencia o no de normas y disciplina. Otras
realidades presentes son el afecto y la comunicación, que se caracterizan por el grado de
apoyo y cariño directo hacia los hijos y la mayor o menor comunicación entre padres e hijos
(Vega, 2006). Esta experiencia de control y afecto influye directamente en la dinámica familiar,
y una sensación de satisfacción o insatisfacción de necesidades básicas de comunicación y
afecto.
La calidad de vida se entiende como una pensamiento que transmite los sueños de una
persona respecto a las realidades de la vida: bienestar emocional, económico y físico
relaciones interpersonales, el desarrollo personal, la autodecisión, la inclusión social y los
derechos (Córdoba-Andrade, Gómez-Benito, & Verdugo-Alonso, 2008).

MÉTODO

El presente es un estudio correlacional, transversal con enfoque cuantitativo. Los métodos


utilizados fueron el análisis documental, el estadístico, el analítico y el descriptivo.

Participantes

El estudio se lo realizó en la Ciudadela de los Bosques de la ciudad de Portoviejo. Se trabajó


con 30 familias con diferente nivel socio económico, número de hijos, grado de escolaridad y
edad. La media de la edad de los padres es de 40,48 años y de las madres es de 36,92.

El estado civil de los participantes es: casados 50%; unión libre 20%; familias reconstruidas
13,33%; viudo 3,33%; solteros 3,33%; divorciados 3,33% (Gráfico 1).

De las 30 familias 7 tienen 1 hijo, 15 familias tienen 2 hijos, 6 familias tienen 3 hijos, 2 familias
tienen 4 hijos, con una media de 2,1 niños. El total de niños es de 63. El porcentaje de niños es
de 47,62% y el de niñas es 52,38%.

Gráfico 1.- Estado civil de los participantes

Fuente: Los autores

En cuanto a la educación de los padres tenemos los siguientes resultados: educación básica
12,72%, bachillerato el 27,27%, educación de tercer nivel 34,54%, magister el 10,94%;
tecnólogo el 9,09%, PhD el 2,63%, militar el 1,81% (Gráfico 2). Los ingresos familiares en
promedio son; sueldo básico 13,33%; de $400 a $800 20%; de $800 a $1000 26,66%; de $1000
a $1500 23,33%; más de $1500 16,66%.

Gráfico 2.- Educación de los padres

Fuente: Los autores

Instrumentos
Se aplicó el Cuestionario de Crianza Parental (PCRI) a un miembro de la familia (madre o padre)
(Anexo 1).

Este cuestionario permite medir la manera en que los padres crían a sus hijos, ya que permite
medir las actitudes que tienen los padres hacia la crianza de sus hijos, y se puede aplicar tanto
a padres como a madres. El PCRI (Roa Capilla & Barrio, 2001) está compuesto de 78 ítems que
están distribuidos en 8 escalas: apoyo satisfacción con la crianza compromiso, comunicación,
disciplina, autonomía, distribución del rol, y deseabilidad social. Se aplicó así también un
cuestionario mismo que busca saber el nivel de satisfacción de las personas relacionados con
la vida en familia.

Dimensiones del Cuestionario de Crianza Parental (PCRI)

Apoyo materno

Es la capacidad que tienen los padres de hacer que sus hijos se sientan aceptados y tomados
en cuenta. Con el apoyo podemos identificar bajos niveles de castigos físicos, utilización del
razonamiento, una buena comunicación familiar y saber expresar adecuadamente las
emociones en las relaciones con los hijos (Cristiani et al., 2014; Rangel, 2016).

Podemos considerar como variables que deben ser incluidas dentro de apoyo el afecto
emocional, el tacto y la confianza mutua, las cuales son importantes para el buen desarrollo de
las relaciones padres-hijo ; lo cual lleva a un buen desarrollo adaptativo del niño.

El apoyo familiar es considerado como un factor importante en el proceso educativo y


comprende un alto grado de participación de los padres en las actividades escolares de los
hijos; lo cual genera un resultado positivo en el desempeño académico, y así mismo el tiempo
que dedica la familia en el apoyo para la realización de las tareas escolares (Ron & Elizabeth,
2017).

Satisfacción con la crianza

Podemos definir satisfacción como el sentimiento de bienestar o placer que se tiene cuando se
ha colmado un deseo o cubierto una necesidad. Un elemento importante de la satisfacción en
la crianza es la calidad de las relaciones padres-hijos y el grado de comunicación afectiva. Así
también se puede definir la satisfacción familiar como una apreciación valorativa de las
distintas facetas de la vida que despiertan sentimientos en el individuo y se inician en las
interacciones verbales y físicas con los demás miembros de la familia (Cuervo Martínez, 2010).

Compromiso

De acuerdo al diccionario compromiso es la” obligación contraída por una persona que se
compromete o es comprometida a algo”. Así una persona se encuentra comprometida cuando
cumple con sus obligaciones, con lo que se ha propuesto o con aquello que se le ha
encomendado. Es decir que vive, planifica y reacciona de forma correcta para conseguir sacar
adelante un plan, una familia, el trabajo, los estudios, etc.

Para que exista compromiso se necesita primero que haya conocimiento. Es decir que no
podemos estar comprometidos con algo si desconocemos las condiciones del compromiso, o
sea las obligaciones que conlleva. Podemos decir que una persona está realmente
comprometida con un proyecto cuando trabaja duramente para alcanzar los objetivos.

En una familia, y de acuerdo al rol de cada uno existen diferentes grados de compromiso. Los
padres deben proporcionar a sus hijos no solo los medios necesarios para su subsistencia, sino
también inculcarles valores y dedicarles tiempo para jugar con ellos, conversar, apoyarles.
También tienen un compromiso con la pareja para que la relación sea de respeto mutuo, con
amor y cuidando todos los aspectos de la relación (Rodríguez, 2001).

Los hijos también tienen responsabilidades con su familia, se espera de ellos que sean
respetuosos con sus padres, veraces y deben estar dispuestos a ayudar a sus padres cuando
ellos así se lo pidan, y también tienen responsabilidades entre hermanos como son el respeto y
la unidad.

Comunicación

La comunicación es el método por medio del cual dos personas se conocen, descubren y crean
lazos sólidos. Chunga (2008) indica que la comunicación familiar son las interacciones que
establecen los integrantes de una familia, y por esta interacción se establecen los procesos
para relacionarse y desarrollar habilidades sociales que son esenciales para vivir en la sociedad
a la cual pertenecemos.

Hay que anotar que la comunicación dependerá del contexto familiar, de la estructura y la
dinámica interna. La calidad de la comunicación familiar dependerá de cuan abiertos y flexibles
sean los padres en su relación con sus hijos. Para que la comunicación sea buena debe ser de
ambos lados, los padres deben estar disponibles para escuchar a los hijos, y estar preparados
para intercambiar ideas y sentimientos.
Disciplina o establecimiento de límites

La disciplina es un método que ayuda a los niños a integrarse a la sociedad enseñándoles


patrones de conducta que son o no son socialmente admitidos y no debe tomarse como una
manera de controlar a los niños. Para la buena convivencia social se necesitan límites al igual
que para la convivencia armoniosa de una familia y la convivencia en el entorno escolar del
niño.

Los límites hacen que los niños se sientan seguros, y pueden tomarse como sinónimo de
enseñanza, no de castigo. Al saber lo que se espera de nosotros es más fácil agradar a los
demás con nuestro buen comportamiento, y les enseña a los niños a tener el control y ser
responsables de su conducta

Al poner límites enseñamos a los niños a distinguir lo que está bien de lo que está mal. El tener
límites ayuda a los niños a sentirse seguros porque saben hasta donde pueden llegar y cuáles
serán las consecuencias de una conducta inapropiada. Los límites nos indican hasta dónde
puede llegar un niño en su comportamiento, ya que al ponerle estas limitaciones le estamos
diciendo que nos preocupamos por él. Le estamos enseñando a vivir en una sociedad, y a que
ellos mismos pongan sus límites (Troice & Icaza, 2001).)

Autonomía

La autonomía es la capacidad de los seres humanos para funcionar con independencia. La


persona con autonomía se caracteriza por dar sus opiniones, tomar sus propias decisiones,
además es una persona disciplinada que puede ejercer autocontrol. Es importante que una
persona pueda hacer las cosas por sí misma, ya que esto le ayuda a sentirse bien, y a
experimentar y reconocer sus propias capacidades.

Los padres sobreprotectores no ayudan al desarrollo de la autonomía, por que privan al niño
de conocer y experimentar sus propias capacidades y con esto se tiende a que tengan muy
baja autoestima (Jurado & Marisol, 2014; Sánchez Escobedo, 2014). La autonomía es la base
del aprendizaje para toda la vida, y se va fortaleciendo a medida que los niños se dan cuenta
de la responsabilidad que tienen por sus propias acciones.

Para conseguir que los niños sean autónomos debemos darles responsabilidades como
arreglar su cuarto, vestirse solos, lavarse los dientes, ayudar en las tareas del hogar,
preocuparse por sus útiles escolares. Cuando se equivoca se debe explicar al niño en donde
estuvo el error, como enfrentar las consecuencias y que hacer en una próxima vez. Los padres
deben conversar con los hijos y supervisar lo que ven, y establecer horarios y rutinas claras.

Distribución de rol
Los padres son los maestros más próximos, íntimos y perseverantes que la mayor parte de los
niños pueden tener. Los niños aprenden de sus padres las habilidades básicas, desarrollan sus
destrezas y definen su auto conocimiento. La definición de rol es la función que una persona
desempeña en un lugar o en una situación. El rol de las madres ha sido siempre el de
encargarse de la educación y crianza de los hijos, encargarse de las tareas del hogar y salir a
cumplir con un trabajo. El rol del padre hace referencia a las conductas y cualidades
socialmente esperadas del padre (Arvelo, 2003). Un buen padre es el hombre que es
proveedor, protector y cuidador junto con la madre. Si antes se esperaba que el padre fuera
proveedor económico, ahora se espera que también suministre cuidados físicos y emocionales
al niño y sea un compañero activo de la madre en su crianza (Litton Fox, Bruce, & Combs‐
Orme, 2000).

Los hombres han cambiado su manera de comportarse y empiezan a participar más en la


crianza y educación de sus hijos. La cercanía del padre beneficia a los hijos ya que les enseña
que los hombres y las mujeres pueden cumplir de manera equitativa las tareas del hogar.

Deseabilidad social

Autores como Reséndiz y Romero (2007) consideran la deseabilidad social como la propensión
que tiene el ser humano de conferirse características positivas y desechar las negativas a fin de
proyectar una imagen favorable, sea o no de manera consciente, y lograr la aprobación de
aquellos a los que interesa agradar, o con aquellos con los que aspira tener relaciones
importantes. La deseabilidad socia l es un punto de mucho interés en las pruebas de
evaluación de la personalidad, ya que se puede observar en las respuestas la necesidad que
tienen las personas de proyectar una imagen favorable de ellas mismas. La deseabilidad social
son estilos psicológicos de auto atribuirse actitudes de personalidad que son aceptadas
socialmente y descartar aquellas que son socialmente inaceptables (Salgado, 2005).

Procedimiento y Plan de Análisis

La recolección de datos fue realizada en grupo a un grupo heterogeneo. La aplicación fue


grupal con dos examinadores en caso de que se suciten dificultades en el trabajo.Se realizó un
análisis estadístico para relacionar las dos variables de la presente investigación, misma que se
trabajo con el programa SPSS versión IBM SPSS Statistics 24.0.

RESULTADOS
El PCRI fue aplicado a 29 madres de familia y a un padre. Los resultados del cuestionario se
pueden visualizar en el gráfico 3. En relación al apoyo materno, mismo que se define como la
capacidad que tienen los padres de hacer que sus hijos se sientan aceptados y tomados en
cuenta treinta padres de familia encuestados nueve están totalmente de acuerdo con la forma
que apoyan a sus hijos, cinco padres están de acuerdo, siete padres están en desacuerdo y
nueve están totalmente en desacuerdo con que esas características se aplican a la forma en la
que están educando a sus hijos.

En la satisfacción con la crianza, que se puede definir como el sentimiento de bienestar o


placer que se experimenta al criar a sus hijos se observa algo similar a lo anterior. Diez padres
están muy de acuerdo con que sienten bienestar relacionado con la crianza de sus hijos, cuatro
están de acuerdo, cuatro padres están en desacuerdo y totalmente en desacuerdo doce
padres, mismos que de acuerdo a las respuestas no experimentan satisfacción con la crianza.

En cuanto al compromiso, que es la responsabilidad adquirida dentro de la familia, se ha visto


que siete familias están muy comprometidas con su responsabilidad, cinco están de acuerdo,
ocho en desacuerdo y diez en total desacuerdo, teniendo dificultades con el compromiso

La comunicación familiar es la interacción que se establece entre los integrantes de una


familia, y por esta interacción se establecen los procesos para relacionarse y desarrollar
habilidades sociales; catorce familias perciben que tienen una excelente comunicación entre
sus miembros mientras que diez familias están en desacuerdo y seis en total desacuerdo de
que existe una buena comunicación en el ambiente familiar.

La disciplina hace que los niños se sientan seguros y existan reglas para manejarse dentro del
hogar. Doce familias están muy de acuerdo y tres están de acuerdo con la disciplina razonada.
Los padres que están en total desacuerdo son diez y los que están en desacuerdo son cinco.

En cuanto a la autonomía, misma que es importante debido a que genera independencia


dentro de los distintos miembros de la familia. Los padres que están muy de acuerdo y de
acuerdo son catorce. Por el contrario dieciséis padres están totalmente en desacuerdo y en
desacuerdo con la autonomía siendo en muchos casos sobreprotectores con sus hijos.

La distribución de rol se refiere a como se distribuyen las tareas en el hogar. Siete padres están
muy de acuerdo y diez están de acuerdo en que debe haber una repartición equitativa de las
tareas del hogar mientras que cuatro padres están en desacuerdo y nueve están en total
desacuerdo con que existe una repartición equitativa de las tareas.

La deseabilidad social se puede entender como el buscar siempre que las otras personas nos
acepten y mostrar siempre la mejor cara, catorce familias están muy de acuerdo, tres están de
acuerdo, siete están en desacuerdo y seis en total desacuerdo.

En cuanto a la satisfacción general que sienten con su vida en el hogar se encontró que siete
familias se sienten muy satisfechas con su vida familiar, doce se sienten medianamente
satisfechas, siete poco satisfechas y cuatro nada satisfechas con su vida familiar (Gráfico 4).
Así también se pidió a los participantes que seleccionen de una lista de adjetivos los 3 adjetivos
que asocian con su familia (Gráfico 5; Tabla 1).

Se puede apreciar que catorce participantes dicen sentirse acompañados en su familia, diez se
sienten felices y nueve se sienten aceptados. Seis participantes dicen sentirse seguros, tristes e
incomprendidos dentro de la vida familiar, cinco se sienten desanimados y cinco más se
sienten animados. Cuatro participantes se sienten solos, alegres y bien dentro de su grupo
familiar. Tres participantes respondieron que se sentían inseguros, tensos, mal y relajados
dentro de su grupo familiar. Dos se sienten infelices y rechazados y uno se siente
comprendido.

Una vez que se relacionan las variables satisfacción familiar y estilos de crianza descubrimos
que el estilo de crianza que más satisfacción familiar causa es el democrático, seguido del
autoritario. El estilo de crianza que menos satisfacción causa es el permisivo (Gráfico 6).

Gráfico 6.- Relación entre los estilos de crianza y la satisfacción familiar

Fuente: Los autores

DISCUSIÓN

En relación al apoyo materno se ha visto que de treinta padres de familia encuestados nueve
están totalmente de acuerdo con la forma que apoyan a sus hijos, sienten que son buenos
padres, están pendientes de sus hijos, disfrutan de los momentos que comparten en familia.
Tenemos cinco padres que se sienten bien pese a que ellos sienten que les falta dedicar más
tiempo sus hijos. Siete padres están en desacuerdo porque no sienten que su forma de apoyo
les esté ayudando a sus hijos, no llevan una buena comunicación con sus parejas lo que
ocasiona que tengan cada uno formas diferentes de apoyar a sus hijos y muchas veces estas
maneras son opuestas a la manera en que lo hace el otro. Y nueve están totalmente en
desacuerdo porque no se sienten a gusto como padres, tienen poca o ninguna comunicación
con los hijos y con la pareja, sienten que no tienen tiempo para ellos, se sienten como
prisioneros dentro de su rol de padres, piensan que el dinero no alcanza, son padres que no se
sienten padres.

En la satisfacción con la crianza diez padres están muy de acuerdo con la crianza de sus hijos,
cuatro están de acuerdo, estos catorce padres se sienten bien como pareja o con ellos mismos,
tienen una buena relación afectiva y de comunicación con sus hijos. La vida familiar es
bastante armónica. En desacuerdo tenemos cuatro padres y totalmente en desacuerdo doce
padres. Al contrario del grupo de acuerdo estos padres no tienen una relación de pareja muy
estable, no se sienten a gusto entre ellos ni consigo mismo. Expresan que a veces sienten hasta
fastidio de su papel de padres, no existe armonía en el hogar.

La autonomía y la disciplina van de la mano por que decimos que la persona con autonomía es
una persona disciplinada que puede ejercer autocontrol. Los padres que están muy de acuerdo
y de acuerdo son catorce, porque han sabido inculcar la disciplina apropiada para que sus hijos
sean autónomos, o sea que sean niños capaces de tomar sus decisiones dentro de los límites
razonables impuestos por los padres, asumen sus responsabilidades y aceptan cuando se han
equivocado porque conocen los límites. Por el contrario dieciséis padres están totalmente en
desacuerdo con la autonomía y la disciplina porque sus hijos no tienen autocontrol porque
ellos no les han sabido inculcar los límites necesarios para que puedan tomar sus propias
decisiones y asumir sus errores. Son niños muy inseguros porque no conocen hasta donde
pueden llegar en cuanto a su comportamiento tanto en casa como fuera de ella.

Siete padres están muy de acuerdo con que es importante el compartir el rol y diez están de
acuerdo con que se debe ser más equitativo en cuanto a distribuir los papeles que asume cada
uno. Antes el padre era el proveedor y se mantenía alejado de la parte emocional y académica
de sus hijos, y la madre se encargaba de los hijos, el hogar y de desarrollarse profesionalmente
en algunos casos y en otros se quedaba en su hogar. Estos diecisiete padres piensan que se
deben repartir las tareas ya que el hogar y los niños son de los dos y que juntos deben asumir
las tareas y responsabilidades que conlleva la vida familiar. Mientras que cuatro padres están
en desacuerdo porque piensan que la madre es la que debe encargarse de los hijos, pero si
pueden ayudar en la casa, mientras que nueve están en total desacuerdo porque piensan que
la mujer es la que debe quedarse en la casa y cumplir con todos los roles que normalmente se
le han adjudicado a la madre y ellos son los que proveen la parte material, son padres con
ideas machistas que no tienen ningún tipo de relación con su familia de manera afectiva.

Las familias que están de acuerdo saben que deben enseñar a los niños las normas básicas de
convivencia social para que los niños puedan interactuar con sus semejantes de la mejor
manera. Por el contrario hay padres a los que no les interesa que los niños puedan
desenvolverse socialmente de una manera razonable y no les enseñan las reglas básicas para
que puedan actuar de manera adecuada.

Hemos visto que en las familias donde hay satisfacción con la crianza, comunicación,
distribución de roles, apoyo, disciplina existe una crianza con autoridad, son niños con pocos
problemas escolares y sociales, se sienten seguros, pueden relacionarse más fácilmente con
otros niños y con los adultos.

También hemos visto a los niños que provienen de familias autoritarias donde no existe mayor
satisfacción con la crianza, no hay distribución de roles equitativa, y se nota que los niños son
muy dependientes, no saben lo que se espera de ellos, no tienen muchas herramientas de
comunicación ni se sienten comprometidos con el medio en el que se desenvuelven.
Futuras investigaciones deberían centrarse en otros factores que tengan incidencia en la
satisfacción familiar.

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Vega, M. (2006). Estilos de crianza y sus efectos. Taller para padres. Instituto Alemán de
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* Docente – Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales, Escuela de Psicología, Universidad


Técnica de Manabí

Psicólogo Clínico – Universidad Cristiana Latinoamericana Master en psicopedagogía (e) –


Universidad de la Rioja ** Docente – Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales, Escuela de
Psicología, Universidad Técnica de Manabí Licenciada en Psicología – Universidad Técnica
Particular de Loja Master en salud mental de niños y adolescentes – King’s College London
Psicoterapeuta EMDR, Hipnoterapeuta Ericksoniana, Terapeuta Cognitiva Conductual

***Egresada – Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales, Escuela de Psicología, Universidad


Técnica de Manabí
LA PRENSA. CULTURA / CulturaViernes, 1 de junio de 2018.

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Cambio y beneficio

Según un sondeo realizado en prensa.com, el 81% de los lectores opina que ahora los padres
son más participativos en la crianza de sus hijos, mientras que el 19% restante considera que
este cambio no se ha dado.

Lo cierto es que este cambio es muy positivo, ya que los padres que se involucran en la crianza
evitan que estos niños sean propensos a adoptar conductas negativas, como la agresión y el
comportamiento antisocial, según un estudio del Instituto de Investigación del Centro de Salud
de la Universidad McGill, en Canadá.

Además, los resultados de esta investigación hicieron hincapié en la importancia del padre
durante los períodos del desarrollo neurológico, y que la ausencia del padre induce
alteraciones en el comportamiento social que persisten hasta la edad adulta.

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Incluso hay padres hacen la lonchera para llevar a sus hijos al colegio. LA PRENSA\David Mesa

Cambio en el rol paterno

Que el rol de los padres en el cuidado, atención y formación de sus hijos se ha ido modificando
con el transcurrir de los años es una realidad. Hoy se ven más hombres en las citas médicas,
preparándoles y dándoles el biberón o haciéndoles la lonchera para llevarlos al colegio.

No obstante, este cambio en el papel del hombre no se puede generalizar, según los expertos
en el comportamiento de la sociedad.
Es cierto que hay una evolución, pero no se percibe en todos los sectores de la sociedad,
comenta la antropóloga Alina Torrero. “Se está dando esencialmente en padres de una clase
media informada. En hombres de una mentalidad mucho más abierta”, sostiene.

Son personas que por lo general han estado en contacto con nuevas líneas de conocimiento,
enfoque de género, derechos humanos, derecho de la niñez, algunos han tenido la
oportunidad del estudiar afuera y “en países donde el machismo no es tan exagerado como el
que podemos ver acá, entonces eso genera una apertura a que el hombre se convierta en más
cuidador”, argumenta.

En los sectores populares, sostiene Torrero, de repente se ve a los padres acompañando más a
los hijos, pero no es porque se haya superado el machismo; por el contrario, es una vertiente
del machismo: “yo soy un hombre joven, el tener hijos me da poder y un mayor estatus entre
mis pares y el barrio”. Es más, considera la antropóloga, es una manera de sustentar su
hombría.

Agrega que la sociedad patriarcal también se refleja en la clase alta, más cuando en esta clase
social el rol de proveedor económico del padre se cumple a cabalidad.

También influye el trabajo de incidencia política que han estado desarrollando los
movimientos feministas a nivel global, añade Kevin Sánchez Saavedra, antropólogo, docente e
investigador de la Universidad de Panamá (UP). “Si hay algo que la sociedad le debe a ese
movimiento, es hacer que el tema de cuidados sea algo que no solo compete a las mujeres,
sino que es una construcción social. Debido a eso se hace importante que los hombres se
integren más al cuidado y protección de los hijos”, anota.

Otros factores

La principal influencia que ha generado el cambio de paradigma en cuanto a la participación


activa de los padres en el cuidado, atención y formación de sus hijos, es la divulgación masiva
que se ha generado sobre derechos sexuales y derechos reproductivos, que invitan a cambiar
actitudes machistas que tanto daño han hecho a la sociedad, reitera la socióloga Rubiela
Sánchez.
Cuando un hombre ha sido formado en un marco de derechos humanos, reconociendo que
tanto hombres como mujeres tienen derechos y que ambos tienen la obligación de ser padres
y madres responsables en todo lo que atañe a la formación de sus hijos, se empieza a visualizar
lo que ya no es un tabú: padres acompañando a sus hijos a citas médicas, cargando la bolsa de
pañales, y hombres solos con sus bebés, entre otros ejemplos.

“Son paradigmas que ya la gente joven comienza a cambiar”, resalta.

Lo que acontece con la crianza contemporánea de los hijos forma parte de una revolución
social en los estilos de vida, que ha sido más marcada desde el pasado siglo XX y, en especial,
desde la segunda mitad de dicha centuria, estima por su parte el sociólogo y docente de la
UP Milcíades Pinzón.

En el siglo XXI se está cosechando el efecto que produjo en los padres un mayor nivel de
instrucción y educación, apunta.

El hogar mismo ha variado desde uno tradicional, con papeles sociales rígidos, hacia otro en
donde el cabeza de familia ya no lo asume necesariamente el hombre, al mismo tiempo que
este se involucra más de lleno en la atención y el acompañamiento de la prole.

Esto es lo que explica que los padres, hombres y mujeres acompañen a sus hijos en actividades
que antiguamente estaban más estereotipadas.

En efecto, subraya Pinzón, la madre ahora es más profesional e interactúa de igual a igual con
el hombre.

“Lo contrario también es cierto, así como la madre asume nuevos roles, antes exclusivamente
masculinos, el padre hace lo mismo y asesora a sus hijos en temas variados”, señala.

Con las excepciones que son de esperarse, se puede afirmar que vivimos una intensa
transformación de los papeles paternos en la crianza de los hijos, sostiene el sociólogo y
docente, y añade: De qué tan exitoso sea este proceso social dependerá el nuevo rostro de la
familia panameña del siglo XXI, en término de estabilidad y calidad de vida.
El papel del hombre como padre

RELLA ROSENSHAIN | 19 jun 2016 - 00:05h

En la crianza de un niño, el padre también juega un rol clave en el proceso. En los primeros
meses de vida el rol del padre es proporcionarle a la mamá y al bebé un ambiente seguro y
libre de ansiedades, indica el médico psicoanalista venezolano Rómulo Lander, miembro del
Instituto de Psicoanálisis de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas, de la Asociación
Internacional de Psicoanálisis (IPA) y de la Federación Psicoanalítica de América Latina.

La participación del padre posibilita que la madre pueda en esos primeros meses dedicarse al
hijo sin tener, dentro de lo posible, que preocuparse con otras cosas, afirma Lander, quien
brindará la videoconferencia “La presencia de la figura y función paterna” el 22 de junio, la
cual se transmitirá a partir de las 6:00 p.m. en los Consultorios Royal Center, torre A, piso 12.

La jornada es organizada por el Instituto Internacional de Psicoterapia (IPI). Una de las


funciones de la madre en el proceso de la crianza es la de introducir en la mente del niño la
presencia del padre, ya que en palabras de Lander, es el padre el que favorece y ayuda al niño
a romper esa unidad, vínculo o lazo de amor exclusivo entre el bebé y su madre.

La figura paterna debe poder calmar a sus hijos y transmitir límites y reglas, considera la
psicóloga y psicoanalista Mónica Valencia de Castro, directora del IPI y miembro de la IPA.
“Esto le proporciona al hijo o hija una estructura que posibilita el pensamiento, permitiéndole
tomar decisiones donde puede diferenciar entre lo que está bien y lo que no”. Para separar un
cupo para la videoconferencia, puede escribir a ipipanama.celindas@gmail.com.

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