Ciencias Histórico Hermeneuticas
Ciencias Histórico Hermeneuticas
Ciencias Histórico Hermeneuticas
El método que van a poner en marcha para alcanzar este objetivo no es el modelo hipotético
deductivo del positivismo, sino el método de la comprensión del mundo interior de las
personas y la sociedad que permite captar el sentido y la racionalidad que subyace en sus
acciones.
La realización de esta síntesis no exonera en ningún caso que los interesados en esta
temática vayan directamente a los textos de los autores mencionados para evaluar la
validez del presente escrito, y para obtener un mayor y mas claro conocimiento de sus
propuestas, explicaciones y teorías.
Wilhem Dilthey fundamenta las ciencias sociales desde una perspectiva epistemológica y
metodológica diferente a la que busca imprimirle el positivismo a estas ciencias. En su
opinión las ciencias sociales históricamente han estado subordinadas a otros sistemas de
conocimiento, como la filosofía y la metafísica, y en tiempos recientes por el positivismo,
saberes que desconocen la naturaleza y complejidad de su objeto de estudio: la subjetividad
social.
Para este autor las ciencias sociales son un área independiente y autónoma del
conocimiento, por esta razón busca separarlas y diferenciarlas de las ciencias naturales. El
camino para logar este cometido es denominarlas “Ciencias del Espíritu”, cuya base es el
conocimiento e indagación de la experiencia interna de la conciencia. En la conciencia,
según su parecer, ocurre todo lo que pasa en nosotros y en nuestro alrededor. El análisis de
la experiencia que tienen lugar en esta dimensión subjetiva es la piedra angular de estas
ciencias.
Pero para Dilthey la experiencia y los hechos de la conciencia quedan muy limitados si no
los relacionamos con las representaciones, con los sentimientos, con los sueños, con la
memoria y con los anhelos de los sujetos. También pierden su sentido si se dejan de vincular
con la naturaleza humana y con el estudio de la lengua y de la historia.
En síntesis, el interés de conocimiento de Dilthey no se encuentra en el mundo externo y
ajeno al sujeto, sino que su atención se centra en la indagación de las representaciones que
los sujetos abstraen de su propia voluntad a lo largo de su vida. Dicho en otras palabras, a
diferencia de los positivistas que se interesan únicamente por lo objetivo, los científicos de
la corriente histórico-hermenéutica, en contraste, se centran exclusivamente en la
subjetividad del individuo y en su condición humana e histórica.
Para Wilhem Dilthey las ciencias de la sociedad son un todo independiente, así como son
un todo independiente las ciencias de la naturaleza. Las ciencias sociales son estudiadas
como una totalidad compuesta por conceptos que funcionan como partes de un sistema;
pero dichos elementos no únicamente son de naturaleza material, sino que también están
compuestos por un conjunto de hechos espirituales.
El autor denomina a estas ciencias “Ciencias del Espíritu”, denominación que en su opinión
es la menos inadecuada para referirse a los hechos sociales e históricos; pues los hechos de
la conciencia no están separados de los hechos psicológicos físicos de la naturaleza humana.
El motivo que lo lleva a llamar a estas ciencias de este modo, radica en la profundidad y en
la totalidad de la conciencia humana. En su opinión, en la conciencia está la soberanía, la
voluntad, la responsabilidad y la facultad de someterlo todo al pensamiento.
Sin embargo, Dilthey, no fue el primero en hablar de las ciencias del hombre, pues ya
anteriormente otros pensadores lo habían hecho. Por ejemplo, para Spinosa solo existe lo
que ocurre en la conciencia y en el mundo espiritual. Aquí reside todo el valor y la finalidad
de la vida; de este modo separa el mundo físico del espiritual.
En la Edad Media Santo Tomás también estableció su diferencia entre los dos mundos; para
luego relacionar dicha distinción con la divinidad. Mas que una dualidad, este pensador
fundó una trilogía, cuyos componentes eran Dios, la esencia y el ser. Lo que en Santo Tomás
fue una dualidad se convirtió en una trilogía en su sistema de conocimientos. En el mundo
creado está el ser y la esencia; Dios se encuentra en los dos mundos porque ambos poseen
una dimensión espiritual. En este punto, Santo Tomás desarrolló una metafísica de la
espiritualidad.
Luego otros metafísicos se encargaron de esta relación, pero sus intentos fallaron por qué
impusieron los métodos de las ciencias exactas. Los desarrollos este sistema entraron en
contradicción con el conocimiento de la autoconciencia. Luego vino la diferencia entre
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mundo interno y externo. Lo interno propio de la mente y la subjetividad, lo externo como
lo dado; como aquello que es independiente a la voluntad del hombre.
Para Dilthey las ciencias del espíritu también incluyen a los hechos naturales; dichas ciencias
tienen como base el conocimiento de la naturaleza. El autor argumenta que no se puede
desconocer que la espiritualidad necesita de funciones físicas para vivir. El pensamiento y
la conciencia funcionan con la energía que el mundo físico le proporciona al sistema
nervioso.
Sin embargo, las dos dimensiones nunca ocurren de manera simultánea en el mismo acto.
En ocurren en momentos diferentes, pero entre las dos hay una interdependencia. Las
funciones del espíritu dependen de la naturaleza, y viceversa. Estas penetran por los
órganos sensoriales en el sistema nervioso, y allí se originan las sensaciones,
representaciones y sentimientos; y éstos, a su vez, vuelven a actuar sobre la naturaleza.
Dilthey es consciente que la independencia de la sociedad y de la historia con respecto a la
naturaleza es relativa.
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pues no avala que el científico social capte el mundo desde dentro, como un sujeto histórico
y social.
En lugar de asumir una posición extrema y reaccionaria con el positivismo, el autor apela a
la complementariedad y la mixtura de enfoques metodológicos para estudiar una realidad
tan compleja como la que observan las ciencias sociales y humanas. Opinaba que el método
de las ciencias de la cultura no era como lo proponían Dilthey, Widelband y Rickert, para
quienes el investigador es el llamado a realizar esta elección, sino que quién determina el
método de observación es la propia realidad investigada, o el problema planteado. Más que
inclinarse a favor del positivismo y la hermenéutica, buscó la integración de estos métodos
para elaborar su propuesta metodológica.
Creía que al igual que cualquier ciencia natural o social, la sociología también tenía su propio
objeto de estudio: la acción social. En su definición de sociología determina lo qué esta
ciencia estudia en concreto, y el método que emplea para investigarla. En su opinión la
sociología “… es una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social de tal
modo que pueda explicarla causalmente en sus desarrollos y efectos…” (Weber, 2004, p.5).
La acción social que le interesa estudiar a Weber no es la que resulta de una reacción
biológica, o del estimulo a una respuesta que se monitorea en un laboratorio psicológico,
sino comportamiento colectivo de varios, donde el actor, o actores, involucrados en este
proceso le imprimen a su comportamiento un sentido y una racionalidad, que es fruto de
su pensamiento y de su conciencia frente a lo que van a realizar, y que es orientado hacia
los demás, por esto se trata de una acción social, y esta acción, a su vez, se orienta por el
curso que le indican los demás.
Para estudiar la acción social, el comportamiento social racional, el autor crea el método de
la compresión racional por motivos
Este método busca comprender los motivos que originan la acción social. La entiende como
la captación del sentido y el significado de la acción social; es decir la observación y
explicación de la racionalidad que subyace en este tipo de acciones y comportamientos. A
esta racionalidad el autor la denomina sentido o intencionalidad.
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La intencionalidad o el sentido de la acción no es algo imaginado, ni metafísico, ni ideal
como piensan los filósofos, es algo real que existe en el presente o en el devenir de la
historia; y que se lo puede evidenciar en un promedio de casos, en los conceptos o
categorías que han creado las ciencias sociales para clasificarlo e estructurarlo. También se
puede evidenciar su realidad en el tipo ideal que Weber ha formado para estudiar el
comportamiento social que denomina: acción racional con arreglo a fines; que no es otra
cosa que el comportamiento social real que se observa en las interacciones entre personas,
grupos y estructuras en cualquier contexto de tiempo y espacio, ya sea de tipo macro social
o a nivel de la relación entre dos personas; en el cual las personas se fijan unos fines para
orientar su accionar, y para alcanzarlos eligen de forma inteligente y sopesada unos medios
(caminos o estrategias) para alcanzarlos.
La coherencia y la lógica que existe entre los medios elegidos y los fines deseados, que le
da un sentido a la acción, el autor la denomina conexión de sentido. Esta conexión de
sentido es el verdadero objeto o unidad de análisis de la sociología comprensiva, a pesar de
que sea un fenómeno subjetivo y racional, es algo que se puede evidenciar a través de la
observación y los sentidos. Como dice el autor es algo evidente; y certificar su existencia es
lo que le importa a la sociología comprensiva. Según Weber, la evidencia hace que la
comprensión de la acción social se torne clara y diáfana. Ella -la evidencia- es la que permite
que el investigador le de coherencia, en su mente, a la acción racional con arreglo a fines
con la conexión de sentido que subyace en ella.
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No existe coincidencia perfecta entre el modelo y la realidad observada, porque dicho
modelo no existe, es ideal; es un concepto creado por el investigador para interpretar la
racionalidad de la acción que busca investigar.
Por ejemplo, Weber creo la categoría “Espíritu del capitalismo”, para demostrar
empíricamente que el capitalismo no solo es una dimensión económica, objetiva y reíficada,
sino que este modelo económico y social es posible gracias al desarrollo de una vocación
profesional y disciplinada, y por una actitud de superación, que obliga a quién le imprime
este sentido a su acción, si tiene por finalidad enriquecerse, a levantarse muy temprano en
la mañana para trabajar, a no aplazar para después lo que se puede hacer ahora, a ahorrar
para el futuro, y a ver el trabajo como un valor dado por Dios para agradarlo.
La estructura interna de este concepto es una acción racional con arreglo a fines, cuya
conexión de sentido la concibe y la adecua bajo una lógica unívoca bajo la cual trabajar
duro, con el sudor de la frente, abstenerse de consumir en cosas innecesarias, ser frugal, y
puntual con el pago de las obligaciones financieras, son medios para alcanzar el fin previsto
de acumulación de capital, propiedades y acciones económicas. Se habla de univocidad,
porque la significación que une medios y fines debe ser la misma. En el caso planteado, la
univocidad entre los medios y los fines es de tipo económico.
En opinión de Weber existen dos tipos de comprensión: actual y explicativa. Son dos tipos
de comprensión que en lugar de formar una dicotomía, forman un cuerpo articulado que le
dan a la interpretación un carácter holístico e integral. Claro que dicha integración no
desconoce que de las dos alternativas propuestas, la más importante para la investigación
sociológica es la que corresponde al segundo tipo.
Se aplica la comprensión actual cuando observo a una persona y la entiendo a partir de sus
gestos, su lenguaje corporal, el movimiento de sus manos, su mirada, las facciones de su
cara. De este modo, como dice Weber, puedo entender la persona que hala el gatillo de una
pistola, o una persona que toma la poma de una puerta para abrirla. Esta observación se
realiza al instante que ocurre el fenómeno considerado.
Cuando se aplica la comprensión explicativa se busca conocer los motivos o causas que
llevaron a una persona o a un grupo; o cuando se responde a las preguntas ¿por qué lo
hizo?, o ¿para qué lo hizo? De este modo puedo entender a la persona que hala el gatillo
de la pistola por los motivos que la llevaron a emprender esta acción. Así mismo este tipo
de método me permite conocer las causas que llevaron a la persona que tomó la poma de
la puerta para abrirla.
A partir de la integración de los dos tipos de comprensión, Weber propone lo que denomina
comprensión racional por motivos. Es decir un tipo de comprensión que permite identificar
la conexión de sentido para explicar los efectos y desarrollos de la acción social. Para el
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autor explicar es captar la conexión de sentido que está incluida en una acción que ya ha
sido interpretada de modo presente, al tenor de un sentido subjetivamente mentado
(Weber, 2004).
La comprensión del sentido de la acción social no es una ficción o una idea; es un método
que parte de evidencias reales, como la conexión de sentido que subyace en la acción
racional con arreglo a fines. Sin embargo, la evidencia no le da una validez absoluta al
método. Esta comprensión solo es una explicación con soporte empírico que tiene un valor
relativo y parcial.
De igual manera, la conexión de sentido observada tiene una validez relativa, pues esconde
una serie de elementos subjetivos que solo se pueden evidenciar en la medida en que el
investigador observe con rigor la acción de su interés. La conexión de sentido es evidente
cuando hay armonía entre el motivo y la acción. Pero es menos evidente cuando la acción
es producto de una “lucha de motivos”, esto implica más trabajo y dedicación en la
investigación por parte del investigador.
Así mismo, la compresión de acción social no tiene nada que ver con procesos psíquicos o
reacciones bioquímicas del cerebro. La interpretación que propone Weber se encuentra
distante de la comprensión psicológica. Lo importante es la racionalidad que se deriva del
pensamiento y de la inteligencia humanos. Racionalidad que es el resultado del cálculo y la
planificación que los humanos le imprimen a sus acciones.
De igual manera, la comprensión no tiene nada que ver con las explicaciones naturalistas y
científicas, que a través de la estadística y la experimentación buscan controlar y orientar
la acción social. La comprensión sociológica es diferente a la formulación de leyes generales
invariables al estilo de Comte y de Spencer, pues los fenómenos de la naturaleza y la biología
carecen de sentido subjetivo.
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Para Weber, Spencer y Comte se encuentran lejos de realizar una interpretación
sociológica, ya que explican los hechos de la sociedad recurriendo a los términos de las
ciencias exactas y acudiendo a analogías orgánicas que reducen la acción social a aspectos
generales y objetivos, desconociendo su individualidad y subjetividad. El autor recomienda
que para entender la vida social y humana hay que recurrir a analogías y metáforas
extraídas de la propia vida social.
Las acciones que le interesan a la sociología son las que involucran una o varias
individualidades. Le interesa observar las organizaciones, las asociaciones, los grupos y la
conciencia social no como entes aislados, sino como significados, símbolos y sentidos que
orientan la acción de los miembros que pertenecen a ellos. Más que un fenómeno objetivo
las organizaciones y grupos sociales, según Weber, son representaciones que existen en la
mente como un deber ser (Weber, 2004).
La conexión de sentido que subyace en la acción racional con arreglo a fines, que
recordemos, es el tipo de acción comprensible de forma explicativa dado que tiene el mayor
grado de evidencia empírica, y por lo tanto el más elevado nivel de racionalidad y
coherencia, es percibida por el investigador en la experiencia, pero para que pueda ser
comparada con la realidad, debe adecuarse al concepto de racionalidad que el investigador
tiene en su mente. Pero, como lo que señala Weber, este proceso no es arbitrario ni
caprichoso, es una consecuencia de la experiencia y el conocimiento acumulado que posea
el investigador frente al fenómeno social y cultural que le interesa.
También depende del concepto de causalidad que asume la sociología comprensiva. Dicha
concepción dista del determinismo que Marx le imprimió a su interpretación materialista
de la historia, en la cual la organización social y política, así como la cultura y la ideología
son un epifenómeno de la producción económica. Ni tampoco la sociología comprensiva
concibe la causalidad bajo el determinismo que para Durkheim explica los hechos sociales,
donde a cada efecto le corresponde una única causa, y donde el análisis de un solo
fenómeno a partir de diversas causas no es posible.
La comprensión racional por motivos propuesta por Weber entiende tiene claro que una
acción social es explicada por diversos motivos y razones; y que la misma acción produce
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diversos efectos. Esta concepción de la causalidad, el autor no lo dejó en el plano del
pensamiento y de las ideas, sino que lo aplicó en sus investigaciones empíricas.
Por ejemplo, la hipótesis que Weber comprobó en su obra “La ética protestante y el espíritu
del capitalismo”, se soporta en el hecho de que si bien los valores religiosos de cuño
protestante juegan un papel importante en el desarrollo de una profesión disciplinada
frente al trabajo y la riqueza, no descarta la influencia de otros factores, como las
condiciones históricas particulares propias del mundo europeo y norteaméricano que
propiciaron esta clase de desarrollos.
También es importante mencionar que los motivos que explican la acción son muy
particulares, y muy distintos en cada uno de los casos observados. Recordemos, de la mano
de Pietro Rossi (1993), que para Weber la sociedad es un campo de múltiples e infinitos
objetos de estudio, donde cada casos es un mundo no replicable, y no generalizable. Bajos
esta perspectiva, la causalidad de Max Weber es contraria a las leyes generales y al
monocausalismo objetivo y estructural de otras perspectivas sociológicas, cercanas al
positivismo y al marxismo.
La sociología compresiva construye conceptos tipo para encontrar leyes generales del
acontecer de la cotidianidad, con el propósito de contrastarlas para la investigación con la
individualidad y la singularidad de los comportamientos sociales tanto racionales como
irracionales. Se construyen siguiendo una lógica inductiva: primero se acude a la experiencia
(se observa) y luego se teoriza (se construyen conceptos integradores y sintéticos). El
sustento de la comprensión weberiana se encuentra en la casuística social y en la
pragmática de la realidad social.
Los conceptos tipo no captan la totalidad de la realidad que buscan interpretar, son
herramientas y técnicas de investigación social que permiten una aproximación a la misma.
Por esta razón, para llenar este vacío el investigador debe construirlos con alto grado de
univocidad (elaborada a partir de un solo significado general, como ya se mencionó) y de
coherencia interna. Esta univocidad es el resultado de la adecuación de sentido que le
imprime el investigador de acuerdo a sus necesidades de conocimiento social.
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Con la ayuda de estos conceptos, el método de la comprensión sigue una serie de pasos
sucesivos: se contrasta el modelo o concepto tipo con la realidad, para evidenciar la
distancia que tiene frente a él los comportamientos racionales e irracionales observados;
es decir en un primer momento, la interpretación se realiza por aproximación o lejanía con
respecto a este modelo. La coincidencia perfecta entre el modelo y la realidad no existe,
porque el concepto es ideal, está en la mente del investigador. Es una medida filtro que se
encuentra en su conciencia.
Para que el concepto tipo alcance un mayor nivel de univocidad, la sociología comprensiva
forma dos clases de conceptos tipo: los tipos puros (ideales) y los tipos promedio.
Por su parte, los tipos promedio son poco frecuentes. Se construyen a partir de
regularidades empíricas extraídas de la estadística, que expresan univocidad de sentido y
significado. El mejor ejemplo de los tipos promedio es, quizá, el concepto de conciencia
colectiva formulado por Emile Durkheim (2001, p. 94), quién acudiendo a las mediciones
estadísticas define la conciencia colectiva como un conjunto de creencias y sentimientos
que son comunes al promedio de los miembros de una sociedad.
En opinión de Weber, los tipos promedio no son tan frecuentes como los tipos ideales, ya
que el sentido mentado de las acciones sociales es muy inusual expresarlo en términos de
medidas cuantitativas.
Alfred Schutz busca deslegitimar las críticas que los teóricos del círculo de Viena dirigieron
contra el método de la comprensión (Verstehen en alemán). En su opinión, mientras las
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ciencias de la naturaleza buscan explicar la realidad y experimentar con ella, las ciencias
humanas buscan comprender los fenómenos sociales.
Este autor busca demostrar como a partir de la observación de la subjetividad que subyace
en el comportamiento social emergen conceptos y categorías objetivas que permiten
sintetizar y organizar las estructuras subjetivas del sentido del pensamiento racional.
Posición diferente a la que esgrimían los positivistas lógicos, para quienes el
comportamiento social estaba determinado por una causa exterior específica, y para
quienes el sentido y el significado de las acciones son consecuencia de una reacción
biológica del organismo humano.
Para Schütz, estos pensadores solo entienden y observan la realidad solo desde el plano
externo y objetivo. Para ellos la experiencia únicamente se relaciona con la observación
sensorial, pues, en su opinión, los sentimientos, las emociones, y los significados de la
acción no son susceptibles de ser percibidos directamente por los sentidos. Su concepción
de ciencia está concentrada en los hechos, y no en los fenómenos del pensamiento y la
conciencia.
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que se dejaron de realizar por estar concentrado en la observación sensorial de los
objetos.
Todo conocimiento del mundo, tanto del pensamiento, como de la ciencia, supone
construcciones mentales, síntesis, generalizaciones, modelos, construcciones específicas
de la imaginación, que dan cuenta de la forma cómo se organiza el pensamiento y las ideas.
Por ejemplo, el concepto de naturaleza es una consecuencia de la intersubjetividad, no se
trata de un concepto que aparezca de la nada.
Por esta razón, los conceptos de las ciencias naturales no nos dicen nada del sentido común
y la subjetividad, en tanto que los conceptos que emergen de la vida social nos dicen mucho
de la manera como se construye la realidad en sociedad, sin la mediación de medidas
exactas y porcentajes que no tienen sentido subjetivo.
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Dicho de otro modo, según Schütz, el mundo de la naturaleza no tiene ninguna significación
para las moléculas y los átomos; en cambio, en el mundo social los conceptos tienen un
significado para los seres humanos que actúan, viven y piensan en él. Ellos son quienes
mediante interpretaciones de sentido experimentan o interpretan la acción de los demás
en su vida cotidiana.
Es así, que las categorías que crea el científico social para comprender la realidad social
deben basarse en objetos construidos por el pensamiento de los hombres y mujeres que
viven su existencia cotidiana dentro del mundo social. La indagación de los principios según
los cuales el hombre organiza su vida cotidiana y sus experiencias es el fundamento que
hace que esta área del conocimiento y de las humanidades sea considerada una ciencia.
Bibliografía
ROSSI, Pietro (1993). Introducción. En: WEBER, Max (1993) Ensayos de metodología sociológica.
Buenos Aires: Editorial Amorrtu.
DILTHEY, Wilhem (1949). Introducción a las ciencias del espíritu. México: FCE.
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Taller No 2
1. Explorar y describir los aspectos biográficos más importantes de los tres autores
mencionados
2. Identificar y explicar similitudes y diferencias entre las propuestas teóricas,
epistemológicas y metodológicas de los tres representantes de esta corriente científica
3. Con base en la lectura de las tres propuestas referenciadas en el texto, identifique y
explique los rasgos más característicos del enfoque histórico hermenéutico.
4. Explique cual es la contribución de las propuestas de estos tres autores para su
formación como científico social
El taller debe ser trabajado en grupos de máximo tres estudiantes, y socializado y discutido
en el próximo encuentro con el profesor. El resultado de este ejercicio debe ser entregado
por escrito al profesor.
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