Tema Preromanico y Romanico
Tema Preromanico y Romanico
Tema Preromanico y Romanico
1
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Los
visigodos
entraron
en
la
Península
Ibérica
en
el
siglo
V
desde
su
primer
lugar
de
asentamiento
en
el
sur
de
Francia,
en
donde
habían
establecido
un
reino
con
capital
en
Toulouse.
De
allí
fueron
expulsados
por
los
francos.
En
el
siglo
VI,
Leovigildo
unificó
bajo
su
mandato
la
mayor
parte
de
la
península
y
estableció
su
capital
en
Toledo.
En
el
año
587
el
monarca
Recaredo
se
convir-‐
tió
al
catolicismo
(era
arriano,
religión
‘paracristiana’
considerada
herejía).
La
arquitectura.
Aunque
los
pueblos
bárbaros
aportaron
muy
poco
a
la
arquitectura,
es
en
este
campo
donde
los
visigodos
lograron
resultados
más
interesantes
merced
a
su
respeto
a
las
formas
hispanorromanas
y
al
enriquecimiento
que
experimentaron
en
contac-‐
to
con
los
bizantinos
del
sureste
de
la
Península
(durante
el
Imperio
de
Justiniano).
Sus
características
generales
son:
o Utilización
de
sillares
en
seco
de
piedra
muy
bien
tallados
que
componen
un
aparejo
bastante
regular.
o Los
muros
serán
macizos
y
con
muy
pocos
vanos,
las
ventanas
de
un
solo
hueco.
o La
planta
más
usada
es
la
basilical
de
una
o
tres
naves
coronadas
por
áb-‐
sides
cuadrangulares
(como
en
San
Juan
de
Baños)o,
por
influencia
bizan-‐
tina,
la
de
cruz
griega
(
San
Pedro
de
la
Nave).
Es
frecuente
el
nártex
o
vestíbulo
de
inspiración
tardo-‐rromana,
así
como
la
cubierta
a
dos
aguas,
generalmente
con
techumbre
de
madera.
o Las
bóvedas
son
de
cañón
y
a
veces
de
aristas.
o Los
arcos
de
herradura,
algo
menos
cerrados
que
los
árabes,
y
que
servirá
Arco
de
Herradura
Visigodo
de
modelo
al
arte
islámico.
o Los
capiteles
son
de
inspiración
corintia
y
bizantina,
incluso,
a
veces,
con
cimacio.
Entre
las
iglesias
principales
cabe
destacar
las
de
San
Juan
de
Baños
(Palencia)
mandada
construir
por
Recesvinto,
Santa
Comba
de
Bande
(Ourense),
de
cruz
griega
y
bóveda
de
aristas.
También
con
planta
de
cruz
griega
y
decora-‐
ción
con
temas
de
animales,
frutales
y
escenas
bíblicas
es
San
Pedro
de
la
Nave
(Zamora).
En
Tarrasa
destacan
las
tres
iglesias
de
San
Pedro
,
Santa
María
y
San
Miguel.
San
Juan
de
Baños
(s.VII).
Palencia.
De
planta
basilical
con
tres
naves
separadas
por
arcos
de
herradura
y
columnas
corintias.
Tiene
un
vestí-‐
bulo
con
un
gran
arco
exterior
y
tres
ábsides
cuadrados
aislados
entre
sí.
La
escultura
y
la
orfebrería.
En
cuanto
a
la
escultura,
además
de
la
ornamentación
de
capiteles,
destacan
los
sarcófagos
y
la
decoración
arquitectónica,
como
en
los
relieves
de
San
Pedro
de
la
nave.
En
orfebrería
son
muy
importantes
las
coronas
votivas
de
Suintila
y
Recesvinto
del
tesoro
de
Guarrazar,
utilizadas
para
colgar
sobre
los
altares.
Merecen
ser
destacadas,
también,
las
fíbulas
y
broches
de
cin-‐
turón
con
vidrios
de
colores
incrustados.
Capitel
de
San
Pedro
de
la
Nave.
(s.VII)
Zamora.
Tiene
forma
de
prisma
con
gran
ábaco
y
escenas
bíblicas
y
decoración
vegetal
que
recuerda
a
los
atauriques
musulmanes.
Corona
votiva
del
Tesoro
de
Guarrazae
2
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Entre
los
edificios
más
importantes
del
arte
mozárabe
destacan
la
iglesia
de
Bobastro,
templo
rupestre
del
siglo
IX
labrado
en
un
peñasco
y
la
iglesia
de
Santa
María
de
Melque
en
Toledo.
Ambas
muestran
claramente
la
huella
visigoda
y
muy
poca
influencia
musulmana
por
lo
temprano
de
su
construc-‐
ción.
Pero
la
más
importante
es
la
iglesia
de
San
Miguel
de
la
Escalada,
monasterio
construido
cerca
de
León
hacia
el
siglo
X
por
los
monjes
cordobe-‐
ses
huidos
de
la
represión
religiosa
que
surge
con
la
llegada
del
Califato,
con
Abderramán
III
y
con
Almanzor.
Estos
monjes
aprovecharon
los
restos
de
una
antigua
iglesia
visigoda
y
este
templo
es
una
buena
muestra
de
esa
arquitec-‐
tura
de
repoblación
que
va
a
extenderse
por
todo
el
noroeste.
San
Miguel
de
la
Escalada
destaca
por
su
sencillez
constructiva
a
base
de
modestas
columnas
corintias,
arcos
de
herradura
lisos
y
paredes
lisas
también.
Domina
la
sensación
de
amplitud
espacial
gracias,
entre
otras
cosas
a
su
cu-‐
bierta
plana
de
madera.
El
espacio
está
compartimentado
en
tres
volúmenes
San
Miguel
de
la
Escalada
sucesivos
y
decrecientes:
nave
central,
naves
laterales
más
bajas
(planta
basili-‐
cal)
y
un
extraordinario
pórtico
lateral
que
se
abre
al
exterior
mediante
una
galería
de
arcos
y
columnas
y
al
interior
por
una
puerta
que
da
acceso
al
crucero.
Tiene
un
crucero
inscrito
en
planta
y
tres
ábsides
de
los
cuales,
el
central
está
separado
por
la
iconostasis
preceptiva
del
rito
mozárabe,
for-‐
mada
por
tres
arcos
de
herradura.
San
Cebrián
de
Mazote
(s.X),
Valladolid.
La
cabecera,
con
tres
San
Baudelio
de
Berlanga
(s.
XI)
Soria.
La
tribuna,
con
cinco
naves
y
arcos
de
ábsides,
tiene
el
modelo
de
S.
Juan
de
Baños
herradura
recuerda
los
bosques
de
columnas
de
las
mezquitas
3
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
La
miniatura.
Por
último
hay
que
destacar
la
miniatura
mozárabe
por
ser
la
transmisora
de
este
arte
desde
época
visigoda
hasta
el
románico.
Los
monasterios
mozárabes
serán
centros
muy
activos
de
miniaturistas
entre
los
que
destaca
el
Beato
de
Liébana
y
su
comentario
al
Apo-‐
calipsis
(Biblioteca
Morgan
de
New
York).
La
miniatura
mozárabe
se
caracteriza
por
su
cromatismo
intenso
y
su
expresionismo
que
puebla
las
ilustraciones
con
figuras
fantásticas,
alejadas
del
naturalismo
clásico.
IV.
ARTE
ASTURIANO
(o
Ramirense)
Arte
que
se
desarrolla
en
Asturias,
foco
de
resistencia
cristiana
frente
a
la
invasión
musulmana.
Más
tardío
que
el
Visigodo,
tiene
su
esplendor
en
el
s.
IX,
pero
se
inició
hacia
finales
del
s.
VIII
.
Se
trata
de
una
zona
incomunicada
en
sus
inicios
y
que
desarrolla
un
arte
asombroso,
antecedente
del
Románico.
Oviedo,
la
Ovieto
que
fundaron
un
grupo
de
monjes
en
el
año
781,
fue,
como
buena
corte
real,
el
centro
de
estas
manifestaciones
artísticas.
La
UNESCO
de-‐
claró
Patrimonio
de
la
Humanidad
estas
manifestaciones
artísticas
asturianas.
La
arquitectura
En
el
Reino
Asturiano
se
construyen
tanto
pequeñas
iglesias,
por
oposición
a
las
mezquitas
del
enemigo
del
Sur
que
son
los
edificios
que
mejor
se
conservan;
y
también
minúsculos
palacios,
hospitales,
baños,
suntuosas
villas
de
campo,
etc.
Se
diferencian
tres
períodos
o
fases:
• Prerramirense,
que
corresponde
al
reinado
de
Alfonso
II
(792-‐842).
En
esta
fase
se
siguen
las
formas
y
los
elementos
de
la
arquitectura
visigótica
y
romana
como
el
arco
de
me-‐
dio
punto
o
la
falta
de
contrafuertes
en
el
exterior.
• Ramirense,
remado
de
Ramiro
I
(842-‐850).
Se
considera
la
etapa
de
plenitud.
Santa
Cristina
de
Pola
de
Lena
(s.IX).
De
una
sola
nave
y
tres
niveles
con
triple
arcada
en
forma
de
iconostasio,
de
• Posramirense,
correspondiente
al
reinado
de
Alfonso
III
clara
influencia
bizantina
(866-‐910).
En
esta
fase
se
aprecia
el
uso
de
elementos
de
la
arquitectura
mozárabe
como
el
arco
de
herradura
islámico,
más
cerrado
que
el
visigótico.
Características
• En
general,
las
iglesias
prerrománicas
asturianas
mantienen
la
planta
basilical
con
una
o
tres
naves,
el
tran-‐
septo
-‐que
suele
mantener
el
iconostasio
visigótico-‐
y
ábsides
rectangulares.
Normalmente,
el
ábside
que
corresponde
a
la
capilla
principal
tiene
una
cámara
secreta
donde
se
solía
ocultar
el
tesoro
(joyas,
coronas
votivas,
etc.)
y
a
la
cual
se
accede
sólo
desde
el
exterior.
• El
elemento
más
característico
de
estas
iglesias
es
el
uso
de
la
bóveda
de
cañón,
el
arco
de
medio
punto
ro-‐
mano
-‐en
sustitución
del
arco
de
herradura
visigótico-‐
y
el
arco
peraltado,
específico
del
arte
asturiano.
• En
el
interior
de
las
iglesias,
las
columnas
son
sustituidas
por
pilares,
que
generalmente
no
tienen
capitel.
Ya
en
época
Ramirense
aparecen
las
columnas
con
fuste
cordado
(o
decoración
funicular)
• En
el
exterior,
los
muros
presentan
pequeños
bloques
de
piedra
tallados
de
manera
irregular
(sillarejo
y
mampostería).
Destacan
las
ventanas
geminadas
ricamente
ornamentadas
con
celosías
y
molduras,
y
los
só-‐
lidos
contrafuertes
que
soportan
el
peso
de
las
bóvedas.
4
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Santa
María
del
naranco
(s.IX),
Oviedo.
Planta
rectangular,
Columnas
adosadas
y
con
fuste
San
Miguel
de
Lillo
(s.IX)
Oviedo.
Tuvo
planta
basilical.
Hoy
dos
pisos,
bóveda
de
cañón,
arcos
peraltados.
sogueado
o
cordado.
queda
sólo
la
entrada
y
arranque
de
sus
naves.
A
destacar
las
celosías
y
la
decoración
escultórica
bizantina
Los
ejemplos
de
arquitectura
asturiana
más
importantes
son:
en
la
etapa
prerramirense,
la
Cámara
Santa
de
la
cate-‐
dral
de
San
Salvador
de
Oviedo
y
San
Julián
de
los
Prados,
esta
última
de
tres
naves,
con
otra
en
el
crucero
y
tres
ábsides.
En
la
etapa
ramirense,
cabe
mencionar
Santa
María
del
Naranco,
San
Miguel
de
Lillo
y
Santa
Cristina
de
Pola
de
Lena.
En
el
período
posramirense
destaca
la
iglesia
de
San
Salvador
de
Valdediós,
hecha
construir
por
Alfonso
III
después
de
ser
destronado
por
sus
hijos.
La
escultura,
la
pintura
y
la
orfebrería
La
escultura
asturiana
se
limitó
al
ámbito
decorativo
de
los
elementos
arquitectónicos,
como
capiteles,
molduras,
columnas
y
medallones.
En
cuanto
a
la
pintura,
los
templos
asturianos
se
decoraban
con
pinturas
murales
entre
las
cuales
sobresalen
las
de
San
Julián
de
los
Prados.
No
obstante,
el
gran
auge
del
arte
asturiano
se
refleja
en
la
orfebrería.
Son
destacables
la
cruz
de
los
Angeles
y
la
cruz
de
la
Victoria.
La
cruz
de
la
Victoria,
mandada
forjar
por
Alfonso
III,
además
de
grandes
piedras
tiene
esmaltes
que
representan
animales
y
flores;
por
su
estilo,
se
relaciona
con
el
arte
carolingio
del
norte
de
Italia.
San
Julián
de
los
Prados.
Reconstrucción
policromía
Cruz
de
los
Ángeles.
Caja
de
ágatas.
Arqueta
de
reliquias
5
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
ARTE
ROMÁNICO
I.-‐
Contexto
Histórico
y
Cultural.
IV.C.-‐
La
arquitectura
civil:
los
Castillos.
II.-‐
Origen,
desarrollo
y
difusión
del
estilo.
V.-‐
Arquitectura
románica
en
la
Península.
III.-‐
Características
Generales
del
Arte
Románico.
VI.-‐
Arquitectura
románica
en
Europa.
IV.-‐
La
Arquitectura.
VII.-‐
Las
Artes
plásticas
IV.A.-‐
Las
Iglesias
y
las
Catedrales
VII.1.-‐
La
escultura
IV.B.-‐
Los
Monasterios
VII.2.-‐
La
pintura
I.CONTEXTO
HISTÓRICO-‐CULTURAL
A
finales
del
siglo
X
y
tras
el
cese
de
las
invasiones
y
movimientos
de
los
pueblos
bárbaros,
la
Europa
cristiana
alcan-‐
zó
una
etapa
de
estabilidad
gracias
a
la
tranquilidad
política
entre
los
reinos
que
se
habían
creado,
la
implantación
del
feudalismo
como
organización
económica
ysocial
y
la
supremacía
de
la
Iglesia
como
institución
y
foco
cultural.
Así,
el
Románico
será
el
arte
de
la
plena
Edad
Media
y
del
Feudalismo.
El
estilo
artístico
se
adapta
a
una
sociedad
ruralizada,
inculta,
controlada
intelectualmente
por
la
Iglesia.
Por
eso
va
a
ser
el
arte
de
la
irracionalidad,
el
oscu-‐
rantismo
y
el
misterio.
Es
un
arte
relacionado
con
la
fe,
surgido
de
una
cultura
teológica.
Existen
una
serie
de
rasgos
culturales,
económicos
y
sociales
que
determinan
el
estilo.
• El
sentido
de
este
mundo
y
de
todos
sus
seres
se
encontraba
en
la
religión.
La
teología
es
a
la
vez
Física,
Astronomía,
Filosofía,
etc.
Todo
lo
humano
está
referido
a
lo
divino.
La
Iglesia
coacciona
el
pensamiento
libre
y
desconfía
de
los
individuos
que
se
ponen
a
pensar
por
sí
mismos
y
tratan
de
ver
las
cosas
con
“la
luz
de
la
razón”.
Una
luz
más
poderosa,
la
fe,
lo
iluminaba
todo
con
suficiente
claridad.
Así
vemos
como
el
dogma
re-‐
ligioso
siempre
produce
irracionalidad
y
superstición,
pero
además
produce
la
concepción
de
un
mundo
autoritario,
inmutable,
eterno
y
dogmático;
algo
que
estaba
muy
bien
así
y
no
había
por-‐
qué
cambiarlo.
• La
ley
medieval
no
es
escrita,
es
consuetudinaria1
y
es
buena
porque
es
vieja,
porque
siempre
ha
existido
y
existirá.
Por
eso
el
arte
románico
se
hace
siempre
para
perdurar,
sus
líneas
son
estables
y
quietas,
formas
pesadas
y
volúmenes
compactos.
La
iglesia
sirve
para
alojar
a
los
dioses
pero
es
a
la
vez
un
monumento
a
Dios
y
debe
ser,
por
eso,
una
construcción
fuerte
y
sólida
como
la
fe
cristiana.
• La
fe
no
es
algo
comprensible
para
todos
y
sólo
clérigos
y
nobleza
podían
inmiscuirse
en
los
misterios
de
la
fe.
La
gran
mayoría
la
asentía
y
la
acataba
por
dogma,
como
un
oscuro
misterio.
por
eso
la
iglesia
románica
no
está
bien
iluminada,
es
más
bien
oscura,
para
convertir
ese
lugar
en
el
sitio
donde,
en
recogimiento
y
re-‐
poso,
se
adora
a
Dios.
• Sus
conocimientos
técnicos
tampoco
les
permitían
hacer
grandes
vanos
en
la
pared
ya
que
ésta
tenía
fun-‐
ción
de
soporte
y
porque
no
los
necesitaban.
Cuando
cambie
la
mentalidad
y
deba
entrar
la
luz
en
la
casa
de
Dios
entonces
se
descubrirán
nuevas
técnicas.
• El
arte
románico
es
la
producción
plástica
de
la
aristocracia
feudal
y
de
los
monjes
altomedievales.
Es,
por
tanto,
un
arte
monástico
y
feudal.
Socialmente
se
produce
una
alianza
entre
clero
y
nobleza,
dos
estamentos
con
intereses
comunes:
dominar
a
los
labradores,
el
tercer
estamento,
y
conseguir
mayor
poder
en
una
época
en
la
que
el
poder
no
es
fijo
sino
algo
que
se
pierde
y
se
gana
constantemente.
• Esta
alianza
se
produce
también
a
nivel
arquitectónico.
Los
monasterios
y
algunas
catedrales
románicas
son
frecuentemente
poderosas
construcciones,
similares
a
castillos
y
con
idénticas
funciones
defensivas.
Orar
y
guerrear
es
muchas
veces
lo
mismo:
los
monjes
eran
a
veces
guerreros
(órdenes
templarias
o
cruzados)
y
los
obispos
eran
también
nobles.
Por
eso
iglesia
+construcción
defensiva
irán
siempre
unidas
• Los
estamentos
son
compartimentos
cerrados.
Ello
determina
la
inmovilidad
de
las
clases
so-‐
ciales.
Esta
inmovilidad
provoca
la
sensación
de
quietud,
de
tranquilidad.
A
nivel
cultural,
la
cultura
la
im-‐
1
De
uso
y
costumbre
6
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
pone
siempre
la
clase
dirigente.
Por
eso,
orden
divino
estamental,
quietud
sin
cambios
y
mezcla
de
guerra
y
religión
son
influencias
sociales
que
se
plasman
en
el
arte
románico.
• La
economía
medieval
no
es
urbana
sino
rural.
Desde
el
colonato
romano
se
produce
un
proceso
de
ruralización
paralelo
al
de
feudalización.
El
poder,
y
por
lo
tanto
el
dinero
no
está
en
las
ciudades
sino
en
el
campo,
donde
están
los
señores
feudales
y
los
monasterios.
Por
eso
el
estilo
románico
original
es
un
arte
rural:
ermitas
pequeñas
en
el
campo,
monasterios
perdidos
en
las
montañas,
iglesias
pequeñas
en
pequeños
pueblos.
Los
ejemplos
de
románico
urbano
son
pocos
aunque
es
donde
están
las
principales
obras,
en
muchos
casos
porque
alrededor
de
ellos
se
han
desarrollado
posteriormente
impor-‐
tantes
núcleos
urbanos.
II.ORIGEN,
DESARROLLO
Y
DIFUSIÓN
DEL
ESTILO.
El
“nuevo”
estilo
tuvo
su
origen
en
la
reforma
que
los
monjes
benedictinos
(orden
religiosa
fundada
en
el
si-‐
glo
VI
por
San
Benito
de
Nursia
basada
en
estrictas
reglas
de
comportamiento2)
llevaron
a
cabo
en
el
Monasterio
de
Cluny,
en
la
Francia
central,
a
principios
del
siglo
X,
originando
lo
que
se
ha
denominado
reforma
cluniacense.
La
reforma
buscaba
volver
a
los
orígenes
de
la
“pobreza
y
austeridad”3
cristiana,
la
autofinanciación
de
la
iglesia,
la
predicación
y
extensión
de
la
religión
y
la
autonomía
respecto
del
poder
civil
de
los
monarcas.
Para
ejemplificar
esta
nueva
actitud
crearon
un
“arte
nuevo”
austero,
desnudo
de
adornos,
simple
y
“pobre”
que
le
alejara
del
“refina-‐
miento”
de
la
corte
y
de
a
ciudad.
Para
conseguir
sus
fines
la
orden
predicó
las
cruzadas,
alentó
la
aparición
y
explotación
de
reliquias
de
san-‐
tos
que
se
convirtieron
en
lugares
de
peregrinación
y
fundó
una
extensa
red
de
monasterios
que
aplicaron
su
“esti-‐
lo”
de
vida.
Este
nuevo
espíritu
religioso
más
intransigente,
se
vio
favorecido
por
el
miedo
al
“milenarismo”4,
y
la
presunta
aparición
de
los
restos
de
Santiago
el
Mayor
en
Compostela
en
el
año
813.
El
“estilo”
con
el
que
se
cons-‐
truyó
Cluny,
el
de
su
monasterio
y
de
su
Iglesia,
que
conocemos
como
Románico,
se
extendió
por
toda
Europa
Occidental,
especialmente
por
Francia
y
la
España
cristiana
siguiendo
los
caminos
de
peregrinación.
Podemos
concluir
que
el
Románico
es
tanto
el
primer
estilo
artístico
europeo5
como
el
arte
de
los
caminos
de
peregrinación.
Se
desarrollará
durante
los
siglos
XI
y
XII
hasta
que
sea
sustituido
a
principios
del
XIII
por
el
Gótico.
III.
CARACTERÍSTICAS
GENERALES
DEL
ARTE
ROMÁNICO.
A
principios
del
siglo
XIX,
el
estudio
de
la
arquitectura
de
los
siglos
XI
y
XII
propició
la
unificación
del
gran
número
de
estilos
de
las
distintas
escuelas
regionales
(anglonormanda,
lombarda,
sajona,
etc.)
y
fijó
el
término
románico.
• A
pesar
de
la
enorme
variedad
y
de
la
riqueza
formal
del
arte
románico,
con
esta
denominación
se
designa
una
serie
de
obras
que,
en
virtud
del
uso
del
arco
de
medio
punto
y
la
bóveda
de
cañón
y
de
aristas,
se
podrían
ver
como
derivación
de
la
arquitectura
romana,
en
un
proceso
similar
al
que
también
experimen-‐
taron
las
llamadas
lenguas
románicas
respecto
al
latín.
• Si
en
la
arquitectura
románica
la
herencia
clásica
es
notoria,
en
la
escultura
y
la
pintura
los
conceptos
de
imitación
de
la
realidad,
naturalismo
y
proporcionalidad,
propios
del
mundo
antiguo,
desaparecen
por
completo.
En
su
lugar
se
da
prioridad
al
valor
y
la
calidad
de
los
materiales
preciosos
como
el
oro,
la
plata
o
las
gemas,
y
a
la
función
alegórica
y
simbólica
de
la
imagen
al
servicio
de
la
religión.
• En
el
arte
románico
se
aprecia
la
voluntad
de
proclamar
el
triunfo
definitivo
de
la
Iglesia
cristiana,
lo
cual
motivó
la
creación
de
un
nuevo
tipo
de
templo,
en
el
que
toda
manifestación
artística
-‐arquitectura,
escul-‐
tura
y
pintura-‐
se
puso
al
servicio
de
la
gloria
de
Dios.
• Cabe
señalar
que
el
artista
artesano
solía
realizar
su
trabajo
por
encargo
de
alguien
o
de
una
orden
o
insti-‐
tución
y
que,
por
tanto,
debía
seguir
las
normas
formales
y
los
temas
que
le
dictaban
los
que
lo
contrataban
y
pagaban
la
obra.
El
artista
sigue
siendo
anónimo,
un
engranaje
más
en
la
exaltación
de
Dios.
2
“ora
et
labora”.
Tres
votos:
obediencia,
castidad
y
pobreza.
Rezar
7
veces
a
día,
etc..
3
Si
bien
así
fue
en
sus
inicios,
su
posterior
enriquecimiento
y
pérdida
de
“virtudes”
cristianas
provocaría
una
nueva
reforma
de
la
orden
be-‐
nedictina
denominada
del
“Císter”
que
influirá
en
la
aparición
del
Gótico.
4
Fin
del
mundo
para
el
año
1000
5
Con
importantes
variedades
nacionales
7
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
IV.
LA
ARQUITECTURA.
(Al
servicio
de
Dios)
El
estilo
fundamentalmente
religioso
del
románico
hace
que
catedrales,
iglesias
y
monasterios
sean
las
represen-‐
taciones
más
características
del
periodo.
Se
trata
de
edificios
sombríos
y
macizos,
muy
aptos
para
la
meditación
recogida.
Podría
decirse
que
encarnan
el
misticismo.
IV.A.-‐
LAS
IGLESIAS
Y
CATEDRALES
El
espacio
de
las
iglesias
tiene
un
significado
simbólico.
Atendiendo
a
esta
simbología
podemos
hacer
las
siguientes
diferenciaciones:
A)
La
orientación
ritual.
Permite
establecer
una
analogía
entre
el
templo
y
el
cosmos,
así,
el
templo
quedaba
en
el
centro
de
un
círculo
en
el
que
se
cruzaban
los
ejes
este-‐oeste
y
norte-‐sur,
como
si
fueran
dos
ejes
de
coordenadas,
con
el
ábside
o
cabe-‐
cera
de
la
iglesia
en
la
dirección
de
la
salida
del
sol.
Este
astro
quedaba
referido
a
Cristo,
considerado
como
Sol
de
Salvación,
es
decir
como
el
Mesías.
La
analogía
con
la
orienta-‐
ción
simbólica
de
los
templos
griegos
es
evidente.
B)
Planta
del
templo
relacionada
con
el
Cristo
crucificado.
Los
teólo-‐
gos
de
la
época
indicaban
que
la
ca-‐
beza
se
correspondía
con
el
ábside,
los
brazos
extendidos
al
transepto,
el
cuerpo
y
las
piernas
a
las
naves
longitudinales,
y
el
corazón
con
el
altar
mayor,
el
lugar
más
importante
del
templo.
C)
La
fachada
del
templo.
Es
una
de
las
partes
del
templo
más
expresivas,
de
ahí
que
en
ella
se
acumulase
gran
cantidad
de
decoración,
siguiendo
un
programa
iconográfico
muy
amplio.
La
importancia
de
la
fachada
reside
en
su
función
simbólica,
señala
el
paso
de
un
espacio
exterior
a
otro
interior,
es
decir,
de
un
mundo
profano
a
otro
sagrado.
Elementos
arquitectónicos.
Todos
los
elementos
de
la
arquitectura
románica
están
en
función
de
su
cubierta.
En
realidad,
todo
el
problema
de
esta
arquitectura
radica
en
la
solución
del
problema
de
la
bóveda.
Para
poder
soportar
el
peso
de
estas
cubiertas,
se
cegaron
ventanas,
se
reforzaron
los
muros
y
se
utilizaron
contrafuertes.
A)
El
muro.
Predominan
los
muros
macizos,
gruesos
y
bajos.
Apenas
presentan
vanos,
y
los
pocos
existentes
tienen
pequeñas
proporciones
o
son
muy
estrechos
(ventanas
llamadas
saeteras).
Los
muros
se
construyen
con
sillares
paralelepípedas
de
sección
rectangular
y
no
están
recubiertos
por
ma-‐
teriales
ricos
o
lujosos
como
ocurría
con
los
edificios
romanos.
Los
monumentos
enteramente
construidos
de
ladrillo
son
raros.
En
los
sillares
se
observan
con
frecuencia
unos
signos,
llamados
marcas
de
cantero,
que
corresponden
a
los
diversos
grupos
o
maestros
que
intervienen
en
la
construcción.
B)
Los
arcos.
El
más
característico
es
el
de
medio
punto
o
semicircular.
Se
suelen
emplear
incluso
los
de
me-‐
dio
punto
doblados,
es
decir,
un
arco
mayor
que
cobija
a
otro
menor
que
le
sirve
de
refuerzo.
Dado
el
grosor
de
los
muros,
los
vanos,
tanto
ventanas
como
puertas,
suelen
presentan
abocinamiento.
Para
ir
reduciendo
el
ancho
de
la
abertura
del
vano
se
utilizan
las
arquivoltas
o
arcos
concéntricos
con
molduras
que
se
apoyan
sobre
columnas
adosadas
al
muro.
También
estas
arquivoltas
tienen
forma
de
arcos
de
medio
punto.
8
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
C)
La
cubierta.
Se
utiliza
sobre
todo
la
llamada
bóveda
de
cañón,
que
por
su
peso
obliga
a
cerrar
las
ventanas
y
a
aumentar
el
grosor
de
los
muros.
La
bóveda
se
refuerza
por
medio
de
los
llamados
arcos
fajones
que
di-‐
viden
en
sectores
la
bóveda.
Los
arcos
fajones
se
apoyan
en
pilares
con
columnas
adosadas,
que
por
el
exte-‐
rior
del
edificio
se
corresponden
con
los
contrafuertes,
no
muy
desarrollados,
pero
que
sirven
para
contra-‐
rrestar
el
excesivo
empuje
que
recae
sobre
el
muro.
Además
de
las
bóvedas
de
cañón,
se
utilizan
las
bóvedas
de
aristas
para
cubrir
las
naves
laterales.
Para
cubrir
el
ábside
se
emplean
las
bóvedas
de
cuarto
de
esfera,
y
para
los
espacios
circulares
mediante
el
empleo
de
trompas
o
pechinas,
se
utilizan
las
cúpulas
de
forma
de
media
esfera
o
cúpulas
de
media
naranja.
Las
cúpulas
aparecen
sobre
el
crucero
(cruce
de
la
nave
transver-‐
sal
con
la
longitudinal)
y
en
el
exterior
tiene
forma
de
torre
o
de
cimborrio.
Descripción
de
los
elementos
formales
del
templo.
A)
La
planta.
Es
básicamente
la
de
cruz
latina 6 ,
aunque
también
existen
de
cruz
grie-‐
ga,
de
una
o
varias
naves
longitudina-‐
les,
terminada,
al
menos
la
nave
cen-‐
tral,
en
el
ábside
.
El
ábside
puede
tener
abiertas
a
él,
capillas
semicircu-‐
lares
que
reciben
el
nombre
de
absi-‐
diolos.
El
brazo
corto
de
la
cruz
lo
forma
una
o
varias
naves
transversa-‐
les
o
transepto,
y
el
tramo
producido
por
la
intersección
del
transepto
y
la
nave
mayor
se
llama
crucero.
Cuando
el
templo
tiene
más
de
una
nave,
si
las
laterales
dan
la
vuelta
por
detrás
del
altar,
esa
curva
de
las
naves
laterales
constituye
la
girola
o
deambulatorio,
típico
de
las
iglesias
de
peregrinación.
Tanto
en
la
girola
como
en
los
brazos
del
transepto
suelen
abrirse
capillas
semicirculares
simétricamente
dispuestas
denominadas
absidiolos,
que
contribuyen
al
enriquecimiento
y
belleza
de
la
composición
exterior
del
templo,
no
solo
con
su
volumen
sino
por
la
decora-‐
ción
de
sus
aleros
y
ventanas.
Pero
además
de
embellecer,
tanto
el
deambulatorio
como
estas
capillas
tienen
una
función
práctica.
Por
la
girola
deambulan
los
peregrinos
que
van
a
visitar
las
reliquias
que
suelen
estar
situadas
detrás
del
altar
mayor
y
así
no
entorpecen
el
desarrollo
del
culto
que
está
celebrando
en
dicho
altar.
En
las
iglesias
románicas
han
desaparecido
algunos
elementos
de
los
templos
paleocristianos,
como
el
arco
del
triunfo
y
el
atrio,
aunque
este
último
perdure
en
algunos
casos
aislados,
en
cambio,
se
le
ha
dado
más
relevancia
a
la
fachada
y
aparecerá
el
campanario.
En
algunas
Iglesias,
por
inspiración
paleocristiana,
se
construyó
un
espacio
llamado
nártex
o
atrio
en
la
entrada
del
edificio.
B)
El
alzado.
El
templo
románico
es
inmediatamente
legible
desde
el
exterior,
ya
que
cada
elemento
arquitectónico
visible
al
exterior
se
corresponde
perfectamente
a
su
desarrollo
interior,
es
la
correspondencia
absoluta
entre
la
estructura
y
la
forma.
Viendo
el
exterior
podemos
adivinar
el
número
de
naves
(suele
haber
el
mismo
nú-‐
mero
de
vanos
de
acceso
que
de
naves),
el
de
pisos,
si
hay
o
no
deambulatorio,
el
número
de
absidiolos...
·∙
Alzado
exterior.
Podemos
distinguir
una
serie
de
elementos
que
nos
sirven
para
caracterizar
el
estilo
románico:
-‐
Elementos
decorativos:
Bandas
lombardas.
Finas
pilastras
empotradas
en
el
muro.
Pequeñas
arquerías
ciegas.
En
la
parte
superior
de
los
muros.
También
reciben
el
nombre
de
arqui-‐
tos
lombardos.
Contrafuertes
o
estribos.
6
La
longitud
de
la
iglesia
suele
estar
en
relación
con
la
anchura
de
la
nave
central,
normalmente
una
medida
que
será
múltiplo
de
ésta,
y
las
naves
laterales
submúltiplos
de
la
central.
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10
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
te
inferior
redondeada
para
enlazar
con
la
sección
circular
de
la
columna.
La
decoración
del
capitel
puede
ser
a
base
de
motivos
vegetales
(hojas
que
proceden
de
los
capiteles
corintios),
de
entrela-‐
zados
geométricos,
y
sobre
todo,
historiados,
es
decir,
con
representaciones
del
Antiguo
y
Nuevo
Testamento,
labores
del
campo,
personajes
reales
o
imaginarios
...
-‐
Pilares.
Por
su
robustez,
es
más
usado
que
la
columna.
Suele
tener
base
cruciforme,
dada
la
nece-‐
sidad
de
apear
bajo
un
mismo
soporte
varios
arcos
(los
procedentes
de
Los
arcos
fajones,
forme-‐
ros...)
y
por
tanto
las
columnas
de
las
que
parten
estos
arcos,
quedan
adosadas
al
pilar.
Evolucionará
a
los
complejos
pilares
góticos.
La
basa
es
a
imitación
de
la
ática
antigua
pero
con
ángulos
donde
normalmente
aparecen
motivos
escultóricos.
La
basa
consta
de
moldura
o
escocia
y
plinto
cuadrado.
Posee
capitel
como
la
columna,
y
encima
del
capital
o
en
el
arranque
de
la
bóveda
corre
una
simple
moldura
a
veces
decorada
con
figuras
y
relieves
vegetales.
-‐
Tribunas
y
triforios.
Por
encima
de
las
arquerías
que
separan
las
naves
laterales
de
la
central,
pue-‐
den
encontrarse
o
no
ventanas
para
iluminar
el
interior.
Si
todas
las
naves
tienen
la
misma
altura,
no
se
pueden
abrir
ventanas
y
la
iglesia
quedaría
muy
oscura.
Si
en
cambio,
la
nave
central
es
más
alta
que
las
laterales,
el
desnivel
se
aprovecha
para
situar
vanos
que
permitan
la
entrada
de
la
luz.
Cabe
hacer
una
diferenciación
entre
los
triforios
y
las
tribunas
como
lugares
de
penetración
de
la
luz
a
la
nave
central.
Triforios.
En
las
iglesias
de
peregrinación
se
construyen
vanos
con
arcos
que
constituyen
el
tri-‐
forio.
(serie
de
ventanas
ornamentales
partidas
por
maineles
practicadas
en
el
grueso
de
los
muros
de
la
nave
central,
que
dan
lugar
a
la
existencia
de
un
angosto
corredor).
El
triforio,
cuando
también
hay
tribuna,
aparece
formando
un
tercer
piso
por
encima
de
esta.
Tribunas,
galerías
sobre
las
naves
laterales
del
templo,
de
la
misma
anchura
que
ellas,
donde
pueden
alojarse
los
fieles.
De
esta
forma
la
luz
entra
directamente
de
éstas
a
la
nave
central.
Precisamente
en
este
muro
de
la
fachada
empieza
a
aparecer
un
vano
circular
que
se
denomina
ojo
de
buey
y
que
dará
origen
al
rosetón
en
el
gótico.
Esta
ventana
circular,
como
todas
las
demás,
siempre
pequeñas,
se
cerraban
con
vidrios
y
a
veces
con
finas
placas
de
alabastro.
IV.B.-‐EL
MONASTERIO.
La
reforma
cluniacense
es
uno
de
los
acontecimientos
básicos
de
este
período.
Esta
reforma
de
la
orden
benedictina
parte
de
un
monasterio
borgoñón,
el
de
Cluny,
que
gracias
a
la
valía
personal
de
varios
de
sus
abades,
a
su
poder
económico
y
a
la
ayuda
e
independencia
recibida
por
el
rey
de
Francia,
consigue
unificar
y
coordinar
los
numerosos
monasterios
benedictinos.
Cluny
se
convirtió
en
el
centro
matriz
de
una
poderosísima
institución
monacal,
que
go-‐
bernaba
con
independencia
del
poder
político
y
sobre
el
que
ejercía
una
poderosa
influencia.
Disponía
de
cuantiosas
riquezas
y
se
permitía
amparar
las
peregrinaciones
a
Santiago
de
Compostela,
las
Cruzadas
o
la
Reconquista
española.
A
partir
de
la
importancia
de
esta
orden
y
de
la
expansión
del
monacato
se
puede
afirmar
que
el
Arte
de
este
período
será
un
arte
monacal.
Iglesia
del
Monasterio
de
Cluny
Las
partes
de
un
monasterio!
11
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Su
prestigio
económico
y
social
incidió
en
el
hecho
de
que
sus
construcciones
tuvieran
un
carácter
monumental,
y
que
se
convirtieran
en
el
núcleo
de
la
vida
artística
del
momento.
Cluny
III
llegará
a
ser
el
monasterio
más
grande
de
la
cristiandad
y
servirá
de
modelo
para
la
construcción
de
otros
muchos.
Su
templo
servirá
de
ejemplo
a
todas
las
iglesias
románicas
de
peregrinación.
Los
monasterios
están
ubicados
en
el
campo
o
en
las
afueras
de
las
ciudades,
rodeados
de
sus
enormes
posesiones
territoriales.
Los
monjes
se
dedican
a
la
oración
y
el
estudio,
pero
además
tiene
otras
ocupaciones
más
materiales
ya
que
deben
trabajar
sus
tierras
y
cuidar
su
ganado,
puesto
que
la
comunidad
vive
de
sus
propios
productos.
Las
nu-‐
merosas
actividades
espirituales
y
materiales
de
los
monjes
determinan
la
distribución
del
edificio
monacal.
El
mo-‐
nasterio
arranca
de
la
iglesia
que
posee
un
amplio
espacio
para
albergar
a
dos
clases
de
individuos
pertenecientes
a
la
comunidad,
los
sacerdotes
u
ordenados,
y
los
laicos
o
hermanos.
Adosado
al
templo
aparece
el
núcleo
central
,
el
claustro,
que
conecta
todas
las
dependencias
del
monasterio.
Partes
de
un
monasterio
A/
La
iglesia:
descrita
en
el
apartado
anterior.
B)
El
claustro:
Es
una
galería
cubierta
alrededor
de
un
patio
cuadrangular
y
separada
de
él
por
columnas
o
arquerías,
suele
estar
adyacente
a
la
iglesia
y
comunicada
a
la
misma.
En
el
siglo
XII
se
creía
que
recordaba
a
una
sala
del
templo
de
Salomón
donde
se
reunieron
los
discípulos
de
Cristo
por
primera
vez
para
organizar
una
vida
comunitaria.
Las
arquerías
del
claustro
se
apoyan
sobre
columnas
de
escasa
altura
y
con
frecuencia
pareadas,
que
des-‐
cansan
sobre
un
muro
corrido
de
poca
altura.
Los
capiteles
de
las
columnas
suelen
ser
de
tipo
historiado,
según
los
programas
iconográficos
que
se
exponen
para
la
contemplación
de
los
monjes.
El
claustro
es
el
centro
de
las
coordenadas
de
la
vida
monacal
y
a
él
confluyen
las
diferentes
dependencias.
Claustro
Santillana
del
Mar
(s.XII)
Capitel
figurativo
con
escenas
reli-‐
giosas
C)
Dependencias:
Si
a
un
lado
del
claustro
se
halla
la
iglesia,
en
el
lado
opuesto
suele
hallar
el
refectorio.
Se
trata
del
comedor
de
la
comunidad,
posee
bancos
de
obra
corridos
y
un
pulpito,
también
de
material
pétreo,
para
el
que
lee
durante
la
comida.
Otra
sala
importante
es
la
cocina,
que
también
posee
bancos
corridos
y
hogares
para
co-‐
cinar.
Al
lado
de
la
iglesia
se
encuentra
la
sala
capitular
donde
la
comunidad
se
reúne
al
menos
una
vez
al
día
para
tomar
acuerdos.
Otras
salas
del
monasterio
fueron
la
biblioteca,
el
auditorium
para
las
conversaciones
particulares,
la
en-‐
fermería,
la
hospedería
para
los
visitantes,
las
caballerizas,
las
letrinas,
las
numerosas
oficinas
para
los
di-‐
versos
trabajos
(zapatería,
sastrería,
vidriería,
orfebrería...)
ya
que
el
monasterio
fue
un
centro
laboral
aun-‐
que
servido
por
laicos
(
no
debemos
olvidar
que
se
trataba
de
células
autárquicas
que
se
autoabastecían
de
todo
lo
que
necesitaban).
En
los
lugares
más
alejados
se
hallaban
los
diversos
almacenes,
entre
los
que
figuraban
el
granero,
la
bo-‐
dega,
etc..
El
monasterio
se
completa
con
huertas,
jardines,
cementerios
etc.
12
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
13
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
peñó
su
papel
durante
el
siglo
XI..
Poco
a
poco
el
lugar
fue
tomando
prestigio
y
fama
de
sagrado
por
lo
escondido
y
misterioso
del
lugar.
Es
una
construcción
que
aprovecha
el
extraplomo
de
una
pared
para
cobijarse
debajo.
Sancho
III
introdujo
el
rito
cluniaciense
en
el
monasterio
pero
fue
su
hijo
Sancho
Ramírez,
el
primer
Rey
de
Aragón,
el
que
potenció
y
favoreció
San
Juan
de
la
Peña.
Lo
más
destacable
es
su
claustro
exterior,
sin
tejado,
aprovechando
la
pared
natural,
obra
del
s.
XII
y
uno
de
los
mejores
claustros
románicos
del
país.
La
catedral
de
Jaca
es
obra
del
S.
XI
(1063)
pero
desempeña
un
papel
importantísimo
en
la
arquitectura
jacobea.
Tiene
una
planta
de
tres
naves
terminadas
en
tres
ábsides
semicirculares.
Su
crucero
no
so-‐
bresale
de
las
naves
laterales.
En
el
San
Juan
de
la
Peña
cuadrado
del
crucero
hay
un
impre-‐
sionante
cimborrio
de
bóveda
semiesférica
sobre
trompas
con
nervios
cruzados
en
el
centro.
La
Catedral
de
Jaca
decoración
en
portadas
y
ábsides
es
muy
importante.
Allí
aparecen
los
taqueados
ajedrezados
(taqueado
jaqués)
que
luego
se
extenderá
por
todo
el
camino
de
Santiago.
B/
Románico
cluniaciense
u
occidental.
El
arte
románico
castellano
lleva
un
pequeño
desfase
cronológico
con
el
pirenaico
debido
a
la
proximidad
del
foco
lombardo
y
al
aislamiento
de
los
reinos
occidentales
en
los
primeros
siglos
de
la
Reconquista.
Fue
Sancho
III
el
Mayor
de
Navarra
el
que
favoreció
la
entrada
de
las
corrientes
culturales
francesas
y
de
la
reforma
cluniaciense
con
su
románico
incluido.
Los
monjes
de
Cluny
pasan
a
regir
gran
parte
de
monasterios
y
abadías
de
Navarra,
Castilla
y
León.
Pero
la
vía
de
penetración
más
importante
de
la
reforma
cluniaciense
y
del
románico
es
el
Camino
de
Santiago.
El
apogeo
de
esta
ruta
de
peregrinación
fue
en
los
siglos
XI
y
XII
y
a
lo
largo
de
este
camino
se
levantaban
iglesias,
hospitales,
monasterios,
abadías,
hospederías,
mercados
y
ciudades
enteras.
El
Camino
de
Santiago
entraba
por
Roncesvalles
y
Somport,
se
unía
en
Puente
la
Reina
hasta
Pamplona
y
continuaba
unido
por
Estella,
Logroño,
Nájera,
Santo
Domingo
de
la
Calzada,
Belorado,
Burgos,
Fromista,
Carrión
de
los
Condes,
Sahagún,
León,
Astorga,
Ponferrada,
Orense
y
terminaba
en
Santiago
de
Compostela.
Su
influencia
en
el
Románico
es
tan
grande
que
en
esta
zona
podemos
hablar
perfectamente
de
un
Románico
de
Peregrinación.
El
Claustro
de
Santo
Domingo
de
Silos
forma
un
patio
cuadrado
rodeado
de
arquería
sobre
un
podio.
Las
columnas
son
pareadas
excepto
algunas
que
aparecen
con
un
movimiento
de
torsión,
como
imitando
las
columnas
salomónicas
y
que
sólo
se
da
en
la
ruta
jacobea.
Es
una
delas
obras
más
importantes
de
España
por
la
calidad
del
relieve
en
sus
capiteles.
San
Martín
de
Fromista
en
Palencia
es
un
templo
del
año
1065.
Su
planta
San
Martín
de
Fromista
es
de
tres
naves
y
crucero
inscrito,
con
cubiertas
de
medio
cañón
sobre
pilares
cruciformes
con
medias
columnas
adosadas.
El
cimborrio
sobre
el
cuadrado
del
crucero
es
de
planta
octogonal
al
exterior
y
contiene
al
interior
una
bóveda
semiesférica
sobre
trompas.
Al
exterior
presenta
un
juego
de
volúmenes
característico
con
ábsides
de
dife-‐
rente
altura
y
con
una
novedad:
dos
torres
cilíndricas
que
se
adosan
a
los
pies
del
templo.
Podemos
observar
como
es
una
arquitectura
más
evolucionada
que
la
catalana
porque
cuenta
con
el
apoyo
de
un
rey
más
poderoso.
También
podemos
ver
que
en
esta
“tierra
de
nadie”
se
realizan
experimentos
arquitectó-‐
nicos
sin
ninguna
relación
con
el
pasado
al
ser
una
zona
vacía
y
recién
conquista-‐
da.
San
Isidoro
de
León
se
levanta
sobre
una
antigua
iglesia
de
arte
pre-‐
rrománico
asturiano
que
se
dedicó
a
San
Juan
Bautista.
En
el
S.XI
se
transforma
en
el
Panteón
Real
de
San
Isidoro,
destinado
a
conservar
los
restos
de
Fernando
I.
La
Iglesia
es
de
planta
basilical
de
tres
naves
sobre
pilares
con
14
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
columnas
adosadas
que
sostienen
arcos
de
medio
punto.
Los
arcos
del
crucero
tienen
el
intradós
lobulado
lo
que
indica
una
influencia
musulmana
cercana.
La
nace
central
se
cubre
con
medio
cañón
y
las
laterales
con
arista.
El
cru-‐
cero
sobre
sale
a
ambos
lados
y
la
cabecera
se
remata
con
tres
ábsides
sin
girola.
Añadido
a
la
iglesia
está
el
Panteón
de
los
Reyes,
creado
por
Doña
Sancha
entre
los
años
1056
y
1066.
Son
tres
naves
con
bóveda
de
arista
sobre
grue-‐
sas
columnas
y
pilares.
Son
nueve
bóvedas
sobre
cuatro
columnas
exentas
y
doce
pilares
adosados.
Los
capiteles
se
decoran
con
escultura
de
tema
ve-‐
getal
muy
tosca.
Esta
es
una
obra
de
confluencia
entre
el
Prerrománico
As-‐
turiano
y
el
Románico.
Las
pintura
murales
que
decoran
las
bóvedas
de
aris-‐
ta
son
las
más
importantes
de
la
pintura
románica
española.
Panteón
de
los
Reyes
en
San
Isidoro
de
León
La
zona
del
Noroeste
está
situada
en
el
extremo
de
la
ruta
jacobea
y
allí
se
construyó
una
catedral
románica
que
iba
a
ser
la
meta
de
los
peregrinos,
la
Catedral
de
Santiago
de
Compostela.
Anteriormente,
Alfonso
II
hizo
construir
una
capilla
sobre
la
legenda-‐
ria
tumba
del
apóstol
Santiago,
pero
el
fenómeno
de
las
peregrinaciones
tuvo
su
auge
en
el
siglo
XI
y
culminó
en
el
XII,
por
eso
hacía
falta
un
edificio
mejor.
El
Arzobispo
Gelmirez
con
la
ayuda
de
Alfonso
VII
hizo
construir
la
catedral
jacobea
entre
el
1075
y
el
1130.
Es
la
iglesia
prototipo
del
románico
español.
Tiene
una
planta
basilical
de
tres
naves
con
otras
tres
de
crucero
que
forman
una
perfecta
cruz
latina.
Tiene
cuatro
capillas
semicirculares
en
los
brazos
del
crucero
y
una
girola
sobre
la
que
se
abren
otras
cinco
capillas
semicirculares.
La
nave
central
se
cubre
con
bóveda
de
medio
cañón
y
las
laterales
con
bóvedas
de
arista
sobre
las
que
descansa
el
suelo
de
la
tribuna,
la
cual
se
cubre
con
bóvedas
de
cuarto
de
esfera.
Esta
tribuna
se
continua
por
la
girola
y
se
abre
a
la
nave
central
por
ventanas
de
dos
arcos.
La
tribuna
era
una
fór-‐
mula
para
ampliar
el
espacio
del
templo
y
poder
así
albergar
a
todos
peregrinos.
En
el
proyecto
original
había
nueve
torres,
una
en
cada
esquina
del
crucero,
dos
en
la
portada
principal,
otra
en
el
cimborrio
y
otras
dos
en
la
cabecera.
Sin
embargo
sólo
se
construyeron
algunas
pero
hoy
han
desaparecido
todas.
Todas
las
techumbres,
de
medio
cañón
en
la
central,
arista
en
las
laterales
y
cuarto
de
esfera
en
tribuna
y
ábsides,
reposan
sobre
un
conjunto
de
pilares
cruciformes
con
columnas
adosadas.
Presenta
este
edifico
la
originalidad
de
tener
arcos
de
medio
punto
peraltados
para
dar
mayor
sensación
de
esbel-‐
tez
y
de
altura.
En
la
tribuna
hay
columnas
pareadas
que
sostienen
un
doble
arco
de
medio
punto,
formando
uno
de
los
mejores
triforios
del
románico
europeo.
La
planta
de
Santiago
de
Compostela
se
parece
a
otras
iglesia
francesas.
San
Sernín
de
Toulouse
es
la
más
parecida.
Las
los
pudieron
influirse
recíproca-‐
mente
porque
fueron
coetáneas.
En
algunos
aspectos
la
original
es
la
de
Santiago
y
en
otros
la
de
San
Saturnino.
La
puerta
de
las
Platerías
o
de
los
Orfebres
es
la
única
actual
que
se
con-‐
serva
intacta
y
que
fue
realizada
por
entero
en
época
románica.
Es
una
portada
de
doble
tímpano
y
su
valor
escultórico
es
incalculable.
Hoy
en
Puerta
de
las
Platerías.
S.de
Compostela
día
el
estilo
románico
es
minoritario
en
Santiago,
sólo
la
planta,
la
estruc-‐
tura,
el
pórtico
de
la
Gloría
y
la
puerta
de
la
Platerías
son
románicas.
Tiene
muchos
añadidos
y
todos
de
gran
im-‐
portancia
artística.
La
fachada
del
Obradoiro
es,
por
ejemplo,
una
obra
maestra
del
Barroco
español
Más
al
sur
aparecen
durante
el
siglo
XII
una
serie
de
obras
románicas
con
enlaces
gallegos
pero
con
detalles
peculiares,
sobre
todo
en
sus
cimborrios.
Una
de
ellas
es
la
Catedral
de
Zamora,
construida
entre
1157
y
1174.
Tiene
tres
naves
con
un
crucero
que
apenas
sobresale.
Las
tres
naves
acaban
en
tres
ábsides
semicirculares.
La
nave
central
ya
se
cubre
con
crucería
gótica
(románico
de
transición)
y
en
las
laterales
hay
bó-‐
vedas
de
arista.
Pero
lo
esencial
de
esta
catedral
es
su
cimborrio.
Se
sus-‐
Cimborrio
de
la
Catedral
de
Zamora
tente
sobre
pechinas
y
tiene
un
tambor
horadado
por
multitud
de
vanos,
15
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
algunos
cubiertos
ya
por
arco
ojival.
Sobre
este
gran
tambor
descansa
una
cúpula
gallonada
que
se
refuerza
con
nervios
interiores
sostenidos
por
columnas
adosadas.
Al
exterior
el
cimborrio
presenta
cuatro
torrecillas
cilíndricas
adornadas
también
con
arcos
apuntados.
Estas
torrecillas
se
cubren
con
bóvedas
bulbosas
muy
parecidas
a
la
central
y
que
contrarrestan
su
empuje
tangencial.
Todo
el
cimborrio
es
de
inspiración
bizantina
y
podría
deberse
a
un
maes-‐
tro
oriental,
el
cual
se
encargaría
también
del
cimborrio
de
la
catedral
vieja
de
Salamanca.
La
catedral
vieja
de
Salamanca
se
construye
hacia
el
1175.
Tiene
planta
de
tres
naves
rematadas
con
tres
ábsides.
El
cru-‐
cero
sobresale
un
poco
y
la
cubierta
es
de
bóveda
de
crucería
en
las
tres
Cimborrio.
Catedral
Vieja
de
Salamanca
naves
(es
posterior
a
la
de
Zamora).
Su
cimborrio
vuelve
a
ser
lo
esencial.
Se
llama
la
Torre
del
Gallo
y
sigue
el
mismo
esquema
que
el
de
Zamora
pero
más
esbelto.
Presenta
también
una
cúpula
gallonada
reforzada
con
nervios
y
se
cubre
al
exterior
con
una
techumbre
apuntada.
VI.ARQUITECTURA
ROMÁNICA
EN
EUROPA
El
Románico
en
Francia
La
zona
de
mayor
raigambre
románica
es
la
Borgoña.
Allí
se
en-‐
cuentra
la
Iglesia
abacial
de
Cluny,
la
cual
fue
reedificada
entre
el
1080
y
el
1108.
Esta
iglesia
fue
destruida
durante
la
Revolución
Francesa
y
hoy
sólo
quedan
las
torres
del
Agua
Bendita
que
corresponden
a
un
brazo
del
crucero.
Siempre
se
pensó
que
era
el
primer
edificio
con
soluciones
románicas
y
allí
es
donde
surge
la
Reforma
Cluniaciense
que
va
a
extender
el
estilo.
Hoy
se
piensa,
no
obstante,
que
Cluny
tenía
un
precedente:
San
Filiberto
de
Tournous,
el
cual
presenta
un
nártex
de
San
Filiberto
de
Tournus
entrada
y
un
ábside
rodeado
de
capillas
radiales
en
el
deambulatorio.
El
otro
gran
templo
románico
de
esta
región
es
Santa
María
de
Vezelay.
Su
grandiosa
nave
central
se
cubre
con
bóveda
de
medio
cañón
reforzada
con
arcos
fajones
bicolores,
recordando
las
dovelas
alternadas
de
la
Mezquita
Santa
María
Magdalena
de
Vezeleay
de
Córdoba.
Destaca
su
impresionante
portada.
En
la
región
de
Poitu
encontramos
la
catedral
de
Angulema,
con
una
planta
de
cruz
latina,
nave
longitudinal
única
con
otra
de
crucero
y
cu-‐
bierta
con
cuatro
grandes
cúpulas.
Su
fachada
está
muy
decorada
en
dos
pisos
verticales.
Hasta
ahora
hemos
visto
el
poco
románico
que
existe
de
tendencia
urba-‐
na
en
las
ciudades
francesas.
Pero
el
grupo
de
construcciones
más
impor-‐
tantes
de
Francia
es
el
de
las
llamadas
Iglesias
de
Peregrinación,
con
dos
San
Sernín
de
Toulouse
notables
ejemplos:
San
Sernín
de
Toulouse
y
Santa
Fe
de
Conques.
El
primero
es
de
1088
y
tiene
cinco
naves
con
un
crucero
y
girola
a
la
que
se
abren
nueve
capillas
radiales.
El
cimborrio
es
una
esbelta
torre
que
se
eleva
a
gran
altura.
Su
planta
es
muy
parecida
a
la
de
Santiago
de
Com-‐
postela,
ambas
son
coetáneas
y
pudieron
influenciarse
mutuamente
conectadas
por
la
ruta
jacobea.
Más
antigua
es
la
Iglesia
de
Santa
Fe
de
Conques,
comenzada
en
el
Tímpano
de
Santa
Fe
de
Conques
1039,
se
cubre
con
bóvedas
de
medio
cañón,
girola
que
une
sus
dos
naves
laterales,
las
cuales
se
prolongan
con
la
tribuna
típica
de
las
iglesias
16
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
de
peregrinación.
Sus
torres
se
rematan
con
chapiteles.
Pero
lo
más
importante
es
su
prodigioso
tímpano
donde
se
desarrollo
el
tema
del
Juicio
Final.
En
Provenza
se
construye
poco
por
el
terror
que
inspiraban
las
incursiones
musul-‐
manas.
Muchos
de
los
templos
construidos
están
fortificados.
Los
más
notables
se
encuentran
en
Arles
y
el
más
importante
es
San
Trófimo.
Esta
iglesia
es
una
de
las
cabeceras
del
Camino
de
Santiago
en
Francia.
Su
portada
tiene
un
esquema
pa-‐
recido
al
de
un
arco
de
triunfo
romano.
El
románico
en
Italia
San
Trófimo
de
Arlés
El
Románico
en
Italia
se
sitúa
sobre
todo
en
el
Norte,
la
Lombardía
y
también
en
el
centro,
pero
es
un
Románico
con
pervivencias
clásicas,
que
es
lo
auténticamente
italiano.
Por
eso
es
un
Románico
muy
diferente.
El
conjunto
románico
más
gran-‐
dioso
de
Italia
está
en
Pisa,
repú-‐
blica
comercial
medieval
que
experimentó
un
gran
auge
en
el
siglo
XI
para
derrumbarse
des-‐
pués
por
la
competencia
de
Gé-‐
nova.
El
conjunto
pisano
consta
de
una
catedral,
un
baptisterio
y
una
torre
exenta
o
campanile,
Catedral,
campanile
y
baptisterio
de
Pisa
las
tres
juntas
en
un
espacio
abierto
y
separado
de
los
otros
edificios.
La
catedral
consta
de
cinco
naves
con
otras
tres
de
crucero.
En
el
centro
tiene
una
gigantesca
bóveda
ova-‐
lada
y
el
resto
va
cubierto
con
bóvedas
de
arista
en
las
naves
laterales
y
la
del
centro
con
techumbre
plana
de
ma-‐
dera
(de
influencia
paleocristiana).
Al
exterior
se
recubre
con
placas
de
mármol
blanco
y
oscuro
alternado
en
franjas
horizontales.
La
fachada
presenta
una
sucesión
de
arquerías
ciegas
dispuestas
en
varios
pisos.
La
luz,
la
riqueza
de
decoración,
el
color,
todo
lo
la
aleja
del
Románico
europeo.
La
torre
está
alejada
de
la
catedral
(como
ocurre
en
Florencia),
es
de
sección
cilíndrica
muy
gruesa
y
está
cons-‐
truida
en
su
mayor
parte
de
mármol
blanco,
con
las
mismas
características
que
la
catedral.
También
se
decora
al
exterior
con
varios
pisos
de
arquerías
ciegas.
Fue
construida
por
Bonnano
de
Pisa
y
data
del
siglo
XII.
Su
inclinación
progresiva
empezó
desde
el
mismo
momento
de
su
construcción,
aunque
se
ha
conseguido
frenar
a
base
de
hormigón
inyecta-‐
do.
El
Baptisterio
es
también
del
siglo
XII,
de
planta
circular,
con
idéntica
decoración
de
mármoles
y
arquerías
ciegas,
aunque
presenta
algunas
decoraciones
ya
góti-‐
cas
por
ser
un
edificio
de
transición.
El
otro
gran
núcleo
de
románico
italiano
es
Florencia,
que
presenta
ejemplos
como
San
Miniato
del
Monte,
de
planta
basilical
y
decoración
de
mármoles
de
colores
de
influencia
pisana.
Este
tipo
de
decoración,
alegre,
viva
y
rica
pasará
al
San
Miniato
del
Monte
(s.XI)
Gótico
italiano,
el
cual
será
también
diferente
al
resto
de
Europa.
Pero
es
la
Lombardía
el
lugar
donde,
junto
a
la
Borgoña
francesa,
nace
el
Románico.
En
esta
región,
donde
Italia
es
más
europea,
el
Románico
es
más
típico
y
participa
mucho
más
de
las
características
generales
del
estilo.
La
región
estaba
repleta
de
pequeñas
ciudades
independientes
que
ya
desde
el
siglo
XI
se
enfrentaron
a
Papas
y
Emperadores
por
mantener
su
independencia
y
que
llevaron
una
vida
mercantil
muy
activa.
Es
una
escuela
muy
peculiar
por
su
decoración
en
arquillos
ciegos
y
bandas
lombardas,
por
sus
capiteles
de
forma
cúbica
y
por
sus
originales
pórticos.
Los
ejemplos
más
importantes
son
San
Ambrosio
de
Milán
y
San
Zenón
de
Verona.
Respecto
al
sur
de
Italia
es
una
zona
muy
ecléctica,
ocupada
primero
por
bizantinos,
después
por
musulmanes
y
luego
por
normandos.
Ello
produce
un
arte
original
con
ejemplares
como
San
Nicolás
de
Bari
en
la
región
de
Apu-‐
17
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
lia,
donde
los
elementos
se
cruzan
con
lo
mejor
de
cada
arte:
la
decoración
musulmana
exterior,
los
mosaicos
y
la
planta
bizantina
y
volúmenes
y
materiales
románico-‐normandos.
VII.
LAS
ARTES
PLÁSTICAS.
VII.1.-‐LA
ESCULTURA
La
escultura
románica
estuvo
íntimamente
ligada
a
la
arquitectura.
Con
la
intención
no
sólo
de
decorar,
sino
también
de
acompañar
las
lecturas
de
la
Biblia,
el
recinto
eclesial
y
monacal
se
transformó
en
una
especie
de
libro
de
imáge-‐
nes,
en
el
que
portadas
y
capiteles
se
convirtieron
en
excelentes
soportes
escultóricos.
Aunque
los
temas,
extraídos
del
Antiguo
Testamento
y
del
Nuevo
Testamento
y
de
las
vidas
de
santos,
solían
ser
de
carácter
religioso,
también
se
esculpieron
animales
fantásticos
o
escenas
de
la
vida
cotidiana,
además
de
motivos
florales,
vegetales
y
geométricos
de
carácter
puramente
decorativo.
Esta
temática
profana
se
realizó,
sobre
todo,
en
la
decoración
de
los
capiteles
de
los
claustros
y
los
interiores
de
iglesias,
lugares
donde
los
escultores
gozaron
de
mayor
libertad
crea-‐
tiva.
En
España
merecen
atención
los
conjuntos
de
los
claus-‐
tros
de
Santo
Domingo
de
Silos,
de
Sant
Cugat
del
Valles
y
de
Sant
Pau
del
Camp,
en
Barcelona.
En
las
portadas
historiadas
de
las
catedrales
y
las
iglesias,
destaca
el
tímpano
como
núcleo
escultórico
clave.
Aquí,
el
tema
siempre
es
religioso
y
el
artista
se
ve
más
“vigilado”
por
la
autoridad
religiosa.
Los
principales
esquemas
ideológicos
(iconografía)
plasmados
son:
-‐
Visión
apocalíptica
del
Todopoderoso
o
Pantocrá-‐
tor,
narrada
por
San
Juan
en
el
Apocalipsis:
Cristo
sentado
en
la
aureola
almendrada
o
mandorla
místi-‐
ca,
rodeado
por
los
tetramorfos
(figuras
que
repre-‐
sentan
a
los
evangelistas,
el
león
-‐San
Marcos-‐,
el
toro
-‐San
Lucas-‐,
el
águila
-‐San
Juan-‐,
y
el
ángel
-‐San
Ma-‐ Portada
de
la
Madeleine
en
la
abadía
de
Vézelay
(s.XII),
Francia.
teo-‐).
La
escena
es
contemplada
por
24
ancianos
del
Representa
el
tema
de
Pentecostés:
Jesús,
rodeado
de
una
man-‐
apocalipsis.
dorla,
envía
a
los
apóstoles
el
Espíritu
Santo
-‐
Tema
de
la
Ascensión
de
Cristo
entre
ángeles
que
lo
contemplan.
Cristo
suele
situarse
en
el
eje
del
tím-‐
pano
y
los
apóstoles,
que
también
suelen
presenciar
la
escena,
están
en
el
dintel.
Un
ejemplo
lo
tenemos
en
Saint
Sernin
de
Toulouse.
-‐
Tema
del
Juicio
Final,
con
Cristo
como
Juez
Supremo,
en
el
centro,
y
las
representaciones
del
paraíso
y
del
infierno
a
cada
lado
del
mismo.
Destaca
Santa
Fe
de
Conques
y
San
Trófimo
de
Arles.
En
esa
iconografía
hay
elementos
nuevos
venidos
de
Oriente,
como
el
tema
de
la
Psicostasis
(peso
de
las
almas
por
los
ángeles
y
los
demonios
que
se
las
disputan)
que
procede
del
libro
de
los
muertos
egipcio.
-‐
En
el
siglo
XII
aparece
el
tema
de
la
Asunción
de
la
Virgen.
-‐
En
algunos
templos
los
programas
iconográficos
constituyen
un
sermón
global,
cuyas
partes
no
se
repiten,
sino
que
se
complementan.
Además
de
las
mencionadas
son
frecuentes
las
representaciones
de
animales
con
carácter
simbólico
y
también
podemos
hablar
de
una
iconografía
profana,
que
en
muchos
casos
está
vinculada
al
mundo
caballeresco.
-‐Por
último,
mencionar
esa
especie
"estética
de
lo
desagradable"
en
la
que
se
aprecian
con
toda
crudeza
las
debilidades
humanas
con
un
fin
probablemente
didáctico
y
aleccionador,
como
buscando
a
través
de
la
visión
18
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Destacan
por
su
importancia
las
portadas
de
las
catedrales
de
Moissac,
Vézelay,
Arles
y
Autun,
en
Francia;
la
de
Santa
María
la
Real
de
Sangüesa,
en
Navarra;
el
pórtico
de
la
Gloria
de
la
catedral
de
Santiago
de
Compostela,
y
la
de
Santa
María
de
Ripoll,
en
Cataluña.
Estás
características
también
son
aplicables
a
las
esculturas
devocionales
realizadas
en
madera.
Estas
tallas,
rica-‐
mente
policromadas,
pueden
diferenciarse
en
tres
grupos
según
la
temática:
a)
María
como
Sedes
sapientiae
(trono
de
la
sabiduría),
es
decir,
la
imagen
de
la
Virgen
con
Jesús
niño
sentado
en
su
regazo.
b)
La
Crucifixión,
temática
en
la
que
se
diferencian
el
Cristo
triunfante
sin
los
estigmas
de
la
Pasión
(di-‐
vino),
y
el
Cristo
sufriente,
que
muestra
la
expresión
de
dolor
(humano).
Cuando
la
imagen
de
Cristo
en
la
cruz
está
vestida,
se
denomina
Majestad.
Uno
de
los
mejores
ejemplos
es
la
Majestat
Batlló.
c)
El
Descendimiento
de
la
Cruz,
grupo
escultórico
que
se
solía
colocar
en
una
capilla
cercana
a
la
entrada,
y
que
presentaba
sólo
a
los
personajes
que
en
la
narración
evangélica
sepultan
a
Jesús.
Más
tarde
se
incorpo-‐
raron
las
figuras
de
María,
san
Juan
y
las
Santas
Mujeres.
Aunque
existen
pocas
muestras,
cabe
destacar
la
escultura
en
marfil,
como
el
Crucifijo
de
Fernando
I
y
San-‐
cha.
Son
también
notables
los
relieves
en
bronce
de
las
puertas
de
san
Zenón,
en
Verona,
los
relieves
de
plata
dorada
del
arca
donde
se
guardan
las
reliquias
de
san
Isidoro,
y
el
frontal
de
Silos,
obra
de
gran
riqueza,
en
cobre
dorado,
esmalte
y
gemas.
Fragmento
del
Frontal
de
Silos
con
la
imagen
del
Tetramorfos
Crucifijo
de
Fernando
y
Sancha
Virgen
de
Monserrat
(sedes
sapientae)
rodeado
de
la
Mandorla
mística
19
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
VII.2.-‐LA
PINTURA
La
pintura
románica,
al
igual
que
la
escultura,
estuvo
también
muy
supeditada
a
la
arquitectura.
En
este
sentido,
las
dos
principales
manifestaciones
fueron:
la
pintura
mural
al
fresco,
que
decoraba
los
muros,
las
bóvedas
y
los
ábsides
de
las
iglesias,
y
la
pintura
al
temple
sobre
tabla,
utilizada
básicamente
en
frontales
de
altar.
El
predominio
de
la
temática
religiosa
fue
ab-‐
soluto,
siendo
muy
común
el
uso
de
icono-‐
grafía
simbólica
o
alegórica.
Las
historias
del
Antiguo
y
del
Nuevo
Testamento
proporcio-‐
naron
múltiples
motivos
de
inspiración.
Ha-‐
bitualmente,
las
imágenes
del
Pantocrátor
presidiendo
el
Juicio
Final,
y
de
María
(Maiestas
Mariae),
se
reservaban,
respecti-‐
vamente,
para
la
decoración
del
ábside
del
muro
occidental
y
para
la
zona
central
de
los
frontales
del
altar.
En
cuanto
a
la
representación
formal
y
esti-‐
lística,
y
con
independencia
del
soporte
pic-‐
tórico
utilizado,
es
posible
encontrar
algunas
características
generales
comunes
a
la
pin-‐
tura
románica
y
compartidas
en
parte
con
la
Abside
de
San
Clemente
de
Tahull
escultura:
a)
Adaptación
de
las
figuras
al
espacio
físico
y
al
marco
arquitectónico.
b)
Ausencia
de
perspectiva
y
tendencia
a
crear
fondos
monocromáticos
en
lugar
de
paisajes
o
arquitecturas.
c)
Horror
vacui
("miedo
al
vacío")
o
tendencia
a
rellenar
todo
el
espacio
compositivo.
d)
Perspectiva
jerárquica,
es
decir,
representar
el
personaje
más
importante
a
mayor
tamaño.
e)
Tendencia
a
la
geometrización
y
la
simetría
de
las
formas.
f)
Definición
de
las
formas
mediante
zonas
de
color
uniforme
y
delimitación
de
los
contornos
con
trazos
os-‐
curos.
g)
Variedad
cromática
de
tonalidades
intensas.
Estilos
pictóricos
A
pesar
de
todas
estas
coincidencias,
a
lo
largo
de
los
siglos
XI
y
XII
es
posible
diferenciar
en
la
pintura
mural
dos
líneas
pictóricas
distintas:
a)
Estilo
francorrománico:
se
localiza
en
el
oeste
de
Francia
(frescos
de
la
abadía
de
Saint-‐
Savin
-‐sur-‐Gartempe)
y
en
Castilla
(frescos
del
Panteón
de
los
Reyes
de
San
Isidoro
de
León),
donde
llega
por
las
rutas
de
peregrinación.
Esta
corriente,
probablemente
influida
por
el
trabajo
de
la
miniatura,
muestra
un
naturalismo
escénico
más
evi-‐
dente,
en
el
que
destacan
el
gusto
por
el
detalle,
la
ex-‐
presividad,
el
movimiento
y
la
espontaneidad,
así
como
una
predilección
por
los
fondos
claros.
b)
Estilo
bizantino:
las
muestras
principales
de
este
estilo
se
localizan
en
Italia
(frescos
de
Sant'Angelo
in
Formis)
y
en
Cataluña
(frescos
de
Sant
Climent
de
Taüll
y
de
Santa
María
de
Taüll),
zonas
donde
quedan
prue-‐
bas
de
una
importante
actividad
pictórica.
Este
estilo
presenta
una
ausencia
casi
total
de
efectos
Frontal
de
la
Seu
d’Urgell(s.XII).
En
el
centro
se
representa
la
figura
espaciales
y
volumétricos.
Destacan,
por
el
contrario,
el
del
pantocrátor
(Miestas
Domini)
inscrita
en
una
doble
mandorla,
hieratismo,
la
voluntad
de
representar
las
figuras
de
flanqueada
por
dos
grupos
de
apóstoles
en
composición
triangular.
Destacan
la
rigidez
y
simetría
propias
de
la
pintura
catalana.
manera
frontal,
el
alargamiento
y
la
estilización
de
los
cuerpos,
la
grandiosidad
compositiva
y
la
obsesión
por
la
simetría.
Se
consigue
así
una
obra
de
carácter
espiritual,
solemne
y
monumental.
20
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
21
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Bóveda
de
aristas
y
cimbra
de
madera
para
construirla
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©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Arco doblado
Galerias Enanas
CLUNY
Exterior:
El
crucero
aparece
muy
marcado
y
en
su
centro
una
gran
linterna
poligonal.
La
capilla
mayor
está
ro-‐
deada
de
deambulatorio
con
absidiolos.
Triforios.
23
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Torre
(Tahull)
Torre
(Pisa)
Torres
S.
Pedro
de
Angulema
(SW
Francia)
Diferentes tipos de torres o campanarios
Pórtico
de
la
Gloria.
De
la
catedral
de
Santiago
de
Compostela.
"Conjunto
de
la
Portada
central
y
laterales
#Escultura
orante
del
Maestro
Mateo.
#Jóvenes
músicos
con
redoma
y
arpa.
Hay,
por
un
lado,
el
afán
de
dejar
constancia
del
protagonismo
del
arquitecto-‐escultor,
pero
el
culto
a
la
personalidad
de
esta
época
se
halla
muy
atemperado,
y
por
eso
el
autor
aparece
de
rodillas.
Portico
de
la
Gloria.
Santiago
de
Compostela.
Románico
tardío
24
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
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©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
26
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
ARQUITECTURA:
ROMÁNICO
ESPAÑOL
Iglesia
de
San
Clemente
de
Tahull"
muros
no
demasiado
gruesos
y
Monasterio
de
Ripoll,
con
5
naves,
amplio
crucero,
gran
ábside
central
sin
contrafuertes,
lo
que
indica
que
carece
de
cubierta
abovedada
y
seis
más
pequeños
semicirculares
excepto
en
el
ábside.
Catedral
de
Jaca,
con
tres
naves,
3
ábsides,
cúpula
de
nervios
y
alternan-‐
cia
de
pilares
y
columnas.
Cons-‐
trucción
ligera
ya
que
no
utiliza
con-‐
trafuertes
Iglesia
de
Vera
Cruz
(Segovia)
de
tipo
central
poligonal,
siguiendo
el
de
los
viejos
Martiria
27
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
Cúpula
de
la
catedral
de
Zamora,
que
se
apoya
sobre
un
tambor
perforado
de
ventanas.
Cuatro
cúpulas
más
pequeñas
la
contrarrestan.
Influencia
bizantina,
pero
con
perfil
bulboso
(influencia
islámica)
Catedral
de
Plasencia.
También
corresponde
al
mismo
estilo
28
©
Reme
Serrat
Benlliure
/
Ildefonso
Suárez
Garrido
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