Propuesta Completa de Protocolo de Investigación

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Facultad de Medicina

Secretaría de Salud

Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”

RELACIÓN DE LAS ENFERMEDADES CRONICODEGENERATIVAS CON EL


ESTADO DE GRAVEDAD DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER EN
PACIENTES GERIÁTRICOS

Enero de 2020

Protocolo de investigación para sustentar el grado de alta especialidad en


Psicogeriatría

Presenta: Marco Antonio Puente López


ÍNDICE

a. Antecedentes generales… .............................................................................

b. Antecedentes específicos…...........................................................................

c. Justificación ...................................................................................................

d. Planteamiento del problema… ........................................................................

e. Objetivos

 Objetivo general… ..........................................................................................

 Objetivos específicos .....................................................................................

f. Hipótesis ........................................................................................................

g. Material y métodos

 Diseño del estudio… .....................................................................................

 Sujetos

 Variables e instrumentos de medición…........................................................

Procedimiento

h. Aspectos éticos… ...........................................................................................

i. Referencias… ................................................................................................

j. Anexos… .......................................................................................................
ANTECEDENTES GENERALES

La enfermedad de Alzheimer se identificó por primera hace más de 100


años, pero transcurrieron 70 años antes de que fuera reconocido como
la causa más común de demencia, así como una de las principales
causas de mortalidad. Hasta entonces la enfermedad de Alzheimer se
convirtió en un área importante de investigación. Aunque la investigación
ha revelado mucho sobre el Alzheimer, aún queda mucho por descubrir
sobre los cambios biológicos que lo ocasionan, por qué progresa más
rápidamente en algunos pacientes que en otros, y cómo puede ser
prevenido, ralentizado o detenido. Los investigadores creen que la
detección temprana de la enfermedad de Alzheimer será clave para
prevenir, enlentecer y detener la enfermedad. Los últimos 10 años han
visto un tremendo crecimiento en la investigación y en la detección
temprana. Esta investigación estimuló la publicación en 2011 de nuevos
criterios y pautas de diagnóstico para Enfermedad de Alzheimer. Los
cambios cerebrales de la enfermedad de Alzheimer comienzan antes de
que aparezcan los síntomas. (Alzheimer’s Association, 2016)

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neuro degenerativa y


la causa más común de demencia. Es caracterizada por una
disminución de la función mnésica, el lenguaje, la resolución de
problemas y otras habilidades cognitivas que afectan la capacidad para
realizar las actividades cotidianas. Esta afectación ocurre porque las
neuronas involucradas en la función cognitiva son lesionadas y sufren
un proceso de destrucción. El daño y la destrucción neuronal se
extiende a múltiples regiones, incluidas aquellas que permiten a una
persona realizar funciones corporales básicas como caminar y deglutir.
En estadios terminales los pacientes permanecen en cama y requieren
atención continua. La enfermedad de Alzheimer es en última instancia
fatal. (Alzheimer’s Association, 2016)
Los criterios médicos para guiar el diagnóstico de demencia se
encuentran en la clasificación internacional de enfermedades en su
décima edición y el DSM-5 para determinar si un individuo tiene
demencia y, de ser así, poder determinar su probable etiología. Según
los últimos criterios del DSM, la demencia es clasificado como un
trastorno neurocognitivo mayor porque interfiere con la función cognitiva
y el desempeño de las actividades cotidianas. (Alzheimer’s Association,
2016)

Las funciones cognitivas incluyen la memoria, el habla, el lenguaje, el


juicio, el razonamiento, la planificación y otros habilidades de
pensamiento. Las actividades de la vida diaria son, como ejemplo,
preparar una comida, pagar facturas e ir a una tienda para hacer las
compras. Cuando un individuo presenta síntomas de demencia, como
problemas de memoria o lenguaje, el médico realizará pruebas para
identificar la causa de esta. Las diferentes causas de demencia se
asocian con distintos patrones de síntomas y anomalías cerebrales. Los
estudios indican que muchas personas con demencia, especialmente
aquellos en los grupos de mayor edad, tiene anormalidades cerebrales
asociadas a más de una causa de demencia. Esta condición recibe el
nombre de demencia mixta. En algunos casos, las personas con
síntomas de demencia no tiene realmente demencia, sino que tiene una
afección cuyos síntomas imitan los de la demencia. Múltiples patologías
pueden ocasionar síntomas parecidos a la demencia sin ser realmente
debidos a esta, por lo cual es necesario contemplarlos en el diagnóstico
diferencial. Las causas comunes de los síntomas demenciales son
depresión, delirium, efectos secundarios de medicamentos, alteraciones
en la función tiroidea, ciertas deficiencias vitamínicas y el uso excesivo
de alcohol. A diferencia de la demencia, estas afecciones a menudo
pueden revertirse con tratamiento. De hecho, el 9%de las personas con
síntomas de demencia presentan dicha sintomatología debida a otra
afección médica. (Alzheimer’s Association, 2016)
HISTORIA

La demencia ha estado presente en la historia humana mucho antes de


su nombre. Alrededor del año 2000 a. C., los antiguos egipcios ya
sabían que la memoria disminuye a medida que las personas
envejecen. Pitágoras (570–495 a. C.), médico y matemático griego,
clasificó la vida de un humano en seis etapas; infancia (edad 0-6),
adolescencia (edad 7-21), edad adulta (edad 22-49), edad media (edad
50-62), senescencia (edad 63-79) y vejez (edad 80 o más). De estas
etapas, la senescencia y la vejez fueron consideradas como una fase
decreciente de la mente y el cuerpo, y se esperaba que algunas
personas que sobreviven hasta este momento degeneren mentalmente
y finalmente pierdan la capacidad de razonamiento. (Yang, 2016)

Hipócrates (460–370 a. C.), médico griego, creía que las lesiones


cerebrales resultaban en un trastorno cognitivo, y Platón (428–347 a.
C.), filósofo griego, mencionó que la causa principal de la demencia es
la vejez misma porque el rendimiento está destinado a degradarse
inevitablemente. Por el contrario, Marcus Tullius Cicero (106–43 a. C.),
filósofo, político y jurista en Roma, señaló que el envejecimiento no
siempre causa la disminución del rendimiento mental, excepto en
personas con voluntad débil. Precisó que la demencia no es una
consecuencia inevitable del envejecimiento. Alrededor del siglo II d. C.,
Aretheus de Capadocia, médico de Turquía, describió la demencia al
agruparla respectivamente en delirio, un trastorno agudo reversible de la
función cognitiva y la demencia, un trastorno crónico irreversible. El
estudio médico y científico sobre la demencia sufrió un revés con el
declive del Imperio Romano en el siglo V. Posteriormente, la teocracia
dominó la Edad Media, como el espíritu de la época; por lo tanto, hubo
una tendencia a considerar la demencia presentada en la vejez como un
castigo del pecado original del hombre. William Shakespeare (1564-
1616), literato de la Gran Bretaña, retrató el síntoma de la demencia
simbólicamente a través del Rey Lear (publicado en 1608), que se
convirtió en una de las cuatro grandes tragedias en la literatura inglesa.
Thomas Willis (1621–1675) acuñó originalmente "neurología" como
término así como un área específica de tratamiento. Primero describió
académicamente la demencia vascular en su libro, 'De Anima Brutorum'.
(Yang,2016)

En la Edad Moderna, la demencia como diagnóstico fue inicialmente


aceptada como un término médico en 1797 por Philippe Pinel (1745-
1826), un médico en Francia. Y Jean Etienne Dominique Esquirol (1772-
1840), un discípulo de Pinel, describió la demencia de la siguiente
manera: "En la demencia las discapacidades se muestran en el
discernimiento, la capacidad intelectual y la voluntad debido a lesiones
cerebrales, y es perder la alegría disfrutada y hace que los ricos se
vuelven pobres". Otto Ludwig Binswanger (1852-1929), de ascendencia
suiza, realizó el estudio sobre la neurosífilis, que es una de las causas
de demencia junto con Alois Alzheimer (1864-1915). Informó varias
formas de demencia vascular en la academia en 1894. En este informe,
el término "demencia presenil" apareció por primera vez. Este tipo de
demencia se llamaría enfermedad de Binswanger por Alzheimer en el
futuro. Emil Kraepelin (1856–1926), un médico alemán, clasificó la
demencia en demencia senil y demencia presenil en 1910. Fue el
primero en nombrar la enfermedad como 'enfermedad de Alzheimer',
después de Alois Alzheimer (1864-1915), quien descubrió la patología
característica de la demencia presenil. (Yang, 2016)

En 1907, Aloysius "Alöis" Alzheimer describió cuidadosamente los


síntomas de una mujer de 51 años, Auguste Deter, que estaba bajo su
cuidado en el asilo estatal en Frankfurt, Alemania. (Bondi, 2017)

Cuando Auguste Deter murió, Alzheimer utilizó técnicas de tinción


histológica de plata para examinar su cerebro microscópicamente.
Cuando lo hizo, observó las placas neuríticas, los ovillos neurofibrilares
y la angiopatía amiloidea que se convertirían en el sello distintivo de la
enfermedad que ahora lleva su nombre. Alzheimer no afirmó haber
descubierto la "enfermedad de Alzheimer", aunque su mentor Emil
Kraepelin de la Facultad de Medicina de Múnich lo acreditó con razón al
acuñar el término en su propio Manual de Psiquiatría en 1910. Para
1911, la comunidad médica estaba utilizando las descripciones de la
enfermedad de Alzheimer para diagnosticar pacientes tanto en Europa
como en los Estados Unidos. (Bondi, 2017)

Fue también en este tiempo que Eugen Blueler, en su estudio sobre la


esquizofrenia, acuñó el término "psicosíndrome orgánico" para referirse
a la disminución de la memoria, el juicio, la discriminación y la atención,
la labilidad emocional y la disminución de control de impulsos asociado
con el daño cortical difuso. Esta clasificación fue adoptada
esencialmente por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) para
definir la demencia en las dos primeras ediciones de su Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).
Específicamente, el DSM-II definió el "síndrome cerebral orgánico" como
una "condición mental básica característicamente resultante del
deterioro difuso de la función del tejido cerebral por cualquier causa", y
que se manifiesta conductualmente como un deterioro en la orientación,
la memoria, las funciones intelectuales, el juicio y el afecto (APA, 1968).
(Bondi, 2017)

Armados con estos criterios uniformes y las pruebas estandarizadas de


detección cognitiva, una pleyade de investigadores comenzaron
estudios científicos de la demencia, centrándose particularmente en la
demencia asociada con la enfermedad de Alzheimer. (Bondi, 2017)
A partir de ahí se han realizado múltiples avances en la investigación
tanto de ciencias básicas como clínicas en la búsqueda de causas de
esta enfermedad así como de la búsqueda de tratamientos efectivos y
su prevención. (Bondi, 2017)
EPIDEMIOLOGÍA

El deterioro cognitivo en los ancianos en una de las principales causas


de dependencia y discapacidad a nivel global así como de mortalidad.
Las estimaciones actuales sugieren que actualmente viven 44 millones
de personas con demencia en todo el mundo. Esto está previsto que
llegue a triplicarse en el año 2050 a medida que la población envejece.
El costo anual de la demencia solo en los EE. UU. Puede exceder los $
600 mil millones de dólares. En Inglaterra y Gales, la demencia es la
principal causa de muerte en general, representa el 11,6% de todas las
muertes registradas en 2015. Estudios recientes sugieren que la
incidencia de la demencia, particularmente en los hombres, puede estar
disminuyendo en países occidentales; no está claro por qué causas la
demencia están disminuyendo, y esto puede estar respaldado por un
mejor manejo del riesgo vascular. El aumento en la prevalencia de
demencia se espera que sea mayor en los países de bajos y medianos
ingresos, los cuales a su vez presentan patrones de aumento de la
enfermedad cardiovascular, hipertensión y diabetes. La enfermedad de
Alzheimer es la mayor causa de demencia, representa del 50% al 75%
de los casos de la misma. Su prevalencia se duplica cada 5 años
después de los 65 años. (Lane, 2017)

EPIDEMIOLOGÍA EN MÉXICO

En la actualidad hay más de 13 millones de adultos mayores de 60 años


en México, en este contexto, una amenaza significativa para la calidad
de vida y la autonomía de nuestros mayores es la discapacidad que
genera la demencia. Algunos de los factores de riesgo
sociodemográficos para la aparición de la demencia son: la desventaja
social, el analfabetismo, que propician la exposición temprana a factores
de riesgo que alteran el proceso biológico del envejecimiento y la
multimorbilidad, en particular cardiovascular y metabólica (diabetes). Por
otra parte, el acceso limitado a los sistemas de salud y la calidad de
atención médica heterogénea a este respecto propician un diagnóstico
tardío; y la ausencia de un sistema de cuidados a largo plazo hace que
la carga de los cuidados recaiga totalmente sobre las familias. El primer
estudio nacional sobre prevalencia del deterioro cognoscitivo y factores
asociados en adultos mayores se efectuó a partir de los datos del
Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM)
en el año 2001. En aquel entonces, un 7% de la población mexicana
presentaba deterioro cognoscitivo menor y 3.3% deterioro cognoscitivo
mayor, con dependencia funcional. La prevalencia fue mayor entre las
mujeres, y mayor a mayor edad. Los factores más claramente asociados
fueron: el analfabetismo, la diabetes, la enfermedad cerebrovascular,
cardíaca y la depresión. Los resultados obtenidos 6 años más tarde por
el Grupo de Investigación de Demencia, muestran una prevalencia
sensiblemente mayor. Este grupo de investigación realizó encuestas
poblacionales de prevalencia de la demencia de 2003 a 2007 en 14
áreas de diez países de ingresos bajos y medios (Brasil, China, Cuba,
República Dominicana, India, México, Nigeria, Perú, Puerto Rico y
Venezuela). La metodología para la evaluación fue rigurosamente
estandarizada para asegurar su comparabilidad. En cada centro se
evaluaron entre 1,000 y 3,000 personas. Los estudios tienen la misma
información básica, establecida mediante evaluaciones validadas
transculturalmente (diagnóstico de la demencia y subtipos, trastornos
mentales, salud física, demografía, antropometría, cuestionarios
generales sobre factores de riesgo de enfermedades no transmisibles,
discapacidad/ funcionamiento, utilización de los servicios de salud,
planificación de la atención y la provisión de cuidados, y agotamiento del
cuidador o cuidadora). El resultado final es un recurso único de
información directamente comparable, proveniente de 21,000 adultos
mayores de los tres continentes. La información obtenida en estos
estudios ha permitido establecer la prevalencia de la demencia en
México para el área urbana de 7.4% y para la región rural de 7.3%. En
2010 se completó una fase de incidencia en la que se hizo el
seguimiento de los participantes entre 3-5 años después del inicio del
estudio en China, Cuba, República Dominicana, México, Perú y
Venezuela. Esta fase del proyecto incluyó a más de 12,000 personas
mayores y más de 35,000 personas-año de seguimiento, convirtiéndolo
en el estudio más grande sobre la incidencia de la demencia y los
factores de riesgo asociados jamás realizado. Los datos obtenidos de
este estudio para la incidencia de la demencia en México fueron de 16.9
por 1,000 personas/año para la región urbana y de 34.2 por 1,000
personas/año para la región rural, con un promedio de 25.55 por 1,000
personas/año9. Estos resultados han sido confirmados por los datos de
incidencia obtenidos a través de la ENASEM, donde se estima una
incidencia de la demencia de 27.3 casos por 1,000 personas/año a nivel
nacional en personas adultas mayores de 60 años. Los factores de
riesgo de demencia incidente identificados en esta cohorte son, en
orden de importancia decreciente: el deterioro funcional instrumental
preexistente, la presencia de diabetes, el deterioro sensorial (auditivo
y/o visual), la depresión, la edad y el sexo femenino. Por otra parte
actualmente contamos también, por primera vez, con datos de
prevalencia procedentes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
2012 (ENSANUT 2012). Esta encuesta confirma, ahora a nivel nacional,
las cifras de prevalencia encontradas en la Ciudad de México y el
Estado de Morelos en el estudio, así como los factores asociados. Los
factores de riesgo más significativos asociados con el desarrollo de la
enfermedad de Alzheimer en adultos mayores en México son la
presencia de diabetes y el síndrome metabólico. Un estudio de casos y
controles realizado en 270 pacientes adultos mayores mexicanos mostró
que entre los pacientes con EA, la probabilidad de tener síndrome
metabólico fue casi siete veces más elevada que con pacientes que no
tienen demencia. El factor de riesgo genómico más fuertemente
asociado con la enfermedad de Alzheimer es la presencia del alelo de la
apolipoproteína E4 (APOE-4). Los estudios disponibles demuestran que
los hispanos de origen mexicano y los mexicanos mismos son menos
propensos a llevar un alelo APOE-4 y tienen menos riesgo de
enfermedad de Alzheimer asociada al alelo 4 que los blancos no
hispanos. Estos hallazgos son consistentes con publicaciones previas,
que informan de frecuencias de alelo APOE-4 similares entre los
hispanos y los caucásicos, y además encuentran una asociación
significativa entre el genotipo APOE y la enfermedad de Alzheimer para
los caucásicos, pero no para los hispanos. Esta aparente paradoja
podría explicarse por el mayor peso relativo de otros factores de riesgo
muy prevalentes en esta población, como es el caso de la desventaja
social. (Gutiérrez, 2015)

ETIOLOGÍA

Las condiciones neurodegenerativas asociadas con el deterioro


cognitivo se asocian con cambios en el número y la forma de las
espinas dendríticas antes de la muerte neuronal, la formación de
cúmulos de depósitos de proteína Aβ (placas amiloides / seniles) con la
consecuente muerte neuronal a gran escala y atrofia cerebral en la fase
final de la enfermedad. Varios estudios han sugerido que la acumulación
de Aβ puede contribuir a la pérdida de la columna dendrítica. Los déficits
en la memoria y otras funciones cognitivas en las etapas iniciales de la
enfermedad están asociados con cambios en el hipocampo y la corteza
entorrinal. Hasta el 80% de las neuronas en el hipocampo pueden morir
en el transcurso de la enfermedad de Alzheimer, y esta pérdida
progresiva se manifiesta en los cambios cognitivos y otros síntomas
observados en los pacientes. (Kocahan, 2017)

A nivel molecular, la hipótesis colinérgica fue el primer y más estudiado


enfoque para describir la fisiopatología de la enfermedad de Alzheimer.
Se definió como un proceso degenerativo primario capaz de dañar
selectivamente grupos de neuronas colinérgicas en el hipocampo, la
corteza frontal, la amígdala, el núcleo basal y regiones y estructuras que
cumplen funciones funcionales importantes en la conciencia, la atención,
aprendizaje, memoria y otros procesos mnemónicos. Esta alteración
selectiva genera una regulación negativa de los marcadores
colinérgicos, como la acetiltransferasa y la acetilcolinesterasa, que se
asocian con el inicio del deterioro cognitivo de manera proporcional a la
disminución de los marcadores colinérgicos, la densidad de las
alteraciones neurofibrilares y la gravedad de la patología. (Castro, 2017)

Esta hipótesis se reforzó mediante estudios de inmunohistoquímica, de


neuroimágenes y otros análisis que revelaron: una disminución en el
número y la densidad de los receptores nicotínicos en pacientes con
enfermedad de Alzheimer (principalmente el subtipo α4β2), una
expresión reducida de las subunidades α3, α4 y α7 en la corteza y el
hipocampo, y una disminución en la capacidad de unión de los
receptores α7 hipocampo y α4 cortical. Las principales alteraciones en
las neuronas colinérgicas consideradas en esta hipótesis son: absorción
de colina, liberación alterada de acetilcolina, déficits en la expresión de
receptores nicotínicos y muscarínicos, soporte neurotrofínico
disfuncional y déficits en el transporte axonal. (Castro, 2017)

La gran mayoría de los casos de enfermedad de Alzheimer ocurren de


forma esporádica. Pero se han encontrado mutaciones en tres genes:
proteína precursora amiloide (APP), presenilina 1 (PSEN1) y presenilina
2 (PSEN2) que son una causan una rara (<0.5%) de la forma familiar de
esta enfermedad. Los síntomas se desarrollan antes que en la forma
esporádica, típicamente entre 30 y 50 años de edad. Es probable que la
enfermedad de Alzheimer de inicio tardío "típico" sea impulsado por una
interacción compleja entre genética y factores ambientales. Se cree que
~ 70% del riesgo de esta enfermedad es atribuible a factores genéticos.
(Lane, 2017)
El gen APOE, que tiene tres variantes, e2, e3 y e4, es el que confiere
mayor riesgo para enfermedad de Alzheimer de tipo esporádica: en
comparación con portadores que no son e4. Los heterocigotos para el
gen e4 tienen un odds ratio (OR) para enfermedad de Alzheimer de ~ 3,
aumentando a ~ 12 en homocigotos. Los estudios de asociación de
genoma ampliado que utilizan miles de muestras tienen identificado más
de 20 factores de riesgo genético, lo que implica vías inflamatorias, del
metabolismo del colesterol y reciclaje de vesículas. Se reconoce que la
activación en respuesta al depósito de la proteína amiloide desempeña
un papel clave en la patogénesis de este padecimiento. Los genes de
riesgo relativamente comunes confieren cada uno solo un muy pequeño
aumento del riesgo, pero cuando se combina la puntuación este riesgo
se incrementa. La evidencia epidemiológica sugiere que la educación y
el ejercicio físico pueden proteger contra la enfermedad de Alzheimer,
mientras que la hipertensión y la diabetes influyen de manera negativa
confiriendo un riesgo aumentado así como la obesidad. Aún no está del
todo claro como los factores de riesgo cardiovascular influyen en esto,
entre otras cosas porque pocos estudios epidemiológicos tienen
confirmación patológica del diagnóstico. Los factores de riesgo vascular
pueden aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer clínica a través
de un "doble golpe" con superposición de daño cerebrovascular o daño
vascular que podría influir en el desarrollo de eta patología
directamente. (Lane, 2017).

Dentro de esta patología también se ha relacionado la alteración en los


receptores de glutamato.

El glutamato es el principal neurotransmisor excitador del sistema


nervioso central. El glutamato media la plasticidad neuronal, la
transmisión neural, los procesos de memoria y el aprendizaje. La
patogénesis de la enfermedad de Alzheimer está fuertemente asociada
con alteraciones en la señalización de glutamato y los tejidos afectados
en las cuales existe una alta densidad de neuronas glutamatergicas. Se
produce una degeneración temprana a las neuronas piramidales
neocortezales de las capas V y III y a las neuronas corticales e
hipocampales inervadas con glutamato con transmisión glutamatergica.
La 'excitotoxicidad' se produce como resultado de la activación crónica y
moderada de los receptores NMDA, que conduce a la
neurodegeneración. La hipótesis de la excitotoxicidad está respaldada
por evidencia clínica que indica que el antagonista del receptor de
NMDA, la memantina, ralentiza la progresión de la enfermedad. La
elevación prolongada de Ca2 + suprime la función sináptica, lo que lleva
a una sinaptotoxicidad posterior y finalmente a atrofia; estos eventos se
correlacionan con la pérdida de las funciones de aprendizaje y memoria.
Múltiples factores neurotróficos han demostrado mejorar la defensa
contra la excitotoxicidad. El tratamiento con factor de crecimiento de
fibroblastos altera la expresión de receptores NMDA en neuronas
corticales e hipocampales cultivadas, protegiendo contra la toxicidad del
glutamato. Los receptores NMDA median la plasticidad sináptica, crítica
para la memoria y las funciones de aprendizaje, a través de la
potenciación a largo plazo. (Kocahan, Doğan, 2017)

NEUROPATOLOGÍA

El diagnóstico patológico de la enfermedad de Alzheimer sigue siendo el


estándar de oro para el diagnóstico. Si bien ciertas características de
esta pueden ser constatadas en el examen macroscópico, ninguna
característica única o por si misma o en combinación de otras es
específica. Pero dichos patrones histológicos si son altamente
sugestivos. El cerebro a menudo presenta al menos atrofia cortical
moderada la cual es más marcada en cortezas de asociación multimodal
y estructuras límbicas. Las cortezas frontal y temporal a menudo tienen
espacios sulcales agrandados con atrofia de la circunvolución, mientras
que la corteza primaria motora y somatosensorial en la mayoría de las
ocasiones también se encuentran afectadas. (De Ture, Dickson, 2019)

Existe atrofia en las áreas corticales posteriores en de manera más


notable en el precuneus y la circunvolución cingulada posterior. Como
resultado de esta atrofia, a menudo hay un agrandamiento de los
cuernos frontales y temporales de los ventrículos laterales y una
disminución del peso cerebral en la mayoría de los individuos afectados.
Pero las personas clínicamente normales no afectadas también pueden
tener atrofia cortical moderada, especialmente afectando en los lóbulos
frontales. Se encuentra también atrofia temporal medial que afecta a la
amígdala y el hipocampo. Otra característica macroscópica
comúnmente observada es la pérdida de pigmentación de la
neuromelanina en el locus coeruleus. Estas observaciones
macroscópicas pueden ser de gran ayuda en la identificación de esta
enfermedad. (De Ture, 2019)

Alois Alzheimer señaló que la enfermedad que luego llevaría su nombre


tenía un sustrato neuropatológico distinto y reconocible. Desde
entonces, se ha agregado mucho a la comprensión de las lesiones
patológicas asociadas con esta afección. Las lesiones cardinales
principalmente asociadas con la enfermedad de Alzheimer son los
ovillos neurofibrilares y las placas seniles. Los ovillos neurofibrilares
consisten en cúmulos anormales de proteína tau anormalmente
fosforilada dentro del citoplasma del pericarion de ciertas neuronas. Las
placas seniles consiste en un núcleo central de proteína beta-amiloide,
un péptido de 4 kD, rodeado neuronas anormalmente configurados. Se
encuentran otras lesiones neuropatológicas en el caso de la enfermedad
de Alzheimer, pero la enfermedad está definida y reconocida por estas 2
lesiones cardinales. Otras lesiones incluyen cambios poco conocidos,
como la degeneración granulovacuolar y los cuerpos eosinófilos en
forma de varilla (cuerpos de Hirano). La pérdida de componentes
sinápticos es un cambio que claramente tiene un impacto significativo en
la función cognitiva y representa otra alteración morfológica importante.
Es importante reconocer que distinguir entre la enfermedad de
Alzheimer, especialmente en sus primeras etapas, y el envejecimiento
normal puede ser muy difícil, especialmente si se examina el cerebro de
pacientes que murieron a una edad avanzada. También se observa que
los casos de formas puras de la enfermedad de Alzheimer, en ausencia
de otros procesos de enfermedades cerebrales coexistentes, como
infartos o lesiones relacionadas con la enfermedad de Parkinson, son
relativamente poco frecuentes. (Pearl, 2010).

TRATAMIENTO

Actualmente no hay medios para revertir los procesos patológicos de la


enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, los objetivos específicos de la
terapia son preservar la capacidad cognitiva y funcional, minimizar las
alteraciones del comportamiento y retrasar la progresión de la
enfermedad, con el mantenimiento de la calidad de vida del paciente (y
del cuidador). Gran parte de las críticas a los del tratamiento
farmacológico se pueden atribuir a percepciones sesgadas o
desinformadas de lo que la terapia debería estar logrando en lugar de
una ausencia de efecto en ensayos clínicos bien realizados. El impacto
del tratamiento se ha medido con mayor frecuencia en términos de los
efectos de estos medicamentos en la cognición y la memoria.
(Geldmacher, 2007)

La terapia farmacológica para la enfermedad de Alzheimer debe


iniciarse tras el diagnóstico. Todos los inhibidores de la
acetilcolinesterasa disponibles actualmente (donepezilo, galantamina y
rivastigmina) están indicados para el tratamiento de esta enfermedad en
estadios de leve a moderada. Donepezilo (10 y 23 mg / día) y el parche
transdérmico de rivastigmina (13,3 mg / 24 h) están indicados para los
estadios de moderados a severos. La memantina, un antagonista del
receptor de N-metil-d-aspartato, está aprobada también para estadios
de moderados a severos. Se ha demostrado que los inhibidores de la
acetilcolinesterasa mejoran la función cognitiva, el estado clínico global
y la capacidad de los pacientes para realizar actividades de la vida
diaria. También hay evidencia de reducción en la aparición de síntomas
conductuales con la terapia con dichos tratamientos. La elección del
tratamiento (por ejemplo, oral versus transdérmica) debe basarse en la
preferencia del paciente o cuidador, la facilidad de uso, la tolerabilidad y
el costo. El tratamiento debe ser individualizado; los pacientes pueden
cambiarse de un inhibidor de la acetil colinesterasa a otro si el agente
inicial es mal tolerado o no es efectivo. La memantina se puede
introducir en estadios de enfermedad moderada a grave. Los médicos
controlarán regularmente los síntomas y los comportamientos,
gestionarán las comorbilidades, evaluarán la función, educarán y
ayudarán a los cuidadores a acceder a información y apoyo y brindarán
asesoría sobre la necesidad de una planificación legal y financiera.
(Cummings, 2015)

Tratamientos aprobados Inhibidores de la colinesterasa la tacrina fue el


inhibidor de la colinesterasa de primera generación pero fue limitado por
efectos secundarios hepatotóxicos. Donepezilo, rivastigmina y luego
siguió la galantamina, probablemente el primera agente que se utilizó de
manera amplia. La eficacia parece similar entre estos diferentes
agentes, por lo que la elección debe basarse en el costo, la tolerancia
individual del paciente y la experiencia del médico. Donepezilo se
prescribe a una dosis inicial de 5 mg en el por la noche y aumentó a 10
mg después de un mes si es apropiado. La respuesta se mide por
mejoría de la memoria, funcionalidad o los componentes conductuales
percibidos por el paciente o cuidador. Si no hay respuesta después de
tres meses de tratamiento, es razonable considerar suspender el
medicamento en esa etapa. Los efectos secundarios comunes son
gastrointestinales, fatiga y calambres musculares, y todos los pacientes
deben tener un electrocardiograma antes de comenzar con un inhibidor
de la colin esterada debido al riesgo de síndrome del seno enfermo y
otros anomalías de conducción. Se debe tener cuidado si se considera
comenzar un inhibidor de la colinesterasa en una persona con
antecedentes de enfermedad ulcerosa péptica o duodenal. Un pequeño
número de pacientes pueden presentar un empeoramiento agudo de la
cognición o agitación al inicio, en cuyo caso la administración de
medicamento debe ser detenido de inmediato. Los efectos promedio
sobre la cognición y la funcionalidad son generalmente de moderados a
modestos, con alrededor de un tercio de los pacientes que no mostraran
beneficios y una proporción menor (alrededor de un quinto) que muestra
un mayor beneficio. Se espera que aproximadamente un tercio de los
pacientes no toleren estos medicamentos debido a los efectos
secundarios.

Memantina: La memantina bloquea de forma no competitiva el receptor


de NMDA y, por lo tanto, puede ser neuroprotector al prevenir la pérdida
de neuronas, y así mejorar los síntomas al ayudar a restaurar la función
de neuronas dañadas . La memantina se prescribe inicialmente a una
dosis de 5 mg diarios, aumentando semanalmente en 5 mg a una dosis
máxima de 20 mg. Generalmente es bien tolerada, con menos efectos
secundarios que los inhibidores de la colinesterasa, aunque puede
producir efectos secundarios como mareos, cefalea, somnolencia,
estreñimiento e hipertensión. Se ha demostrado que la memantina tiene
modestos beneficios en la enfermedad de Alzheimer de moderada a
severa, con poca evidencia que respalde su uso en la enfermedad en
estadio leve. Además, la adición de memantina a donepezil puede ser
beneficioso en aquellos con el estadio moderado. Ni la memantina ni el
donepezilo son beneficiosos en el deterioro cognitivo leve. Si bien estos
medicamentos representan los tratamientos más efectivos disponibles,
tienen relativamente un pequeño efecto general y no altera el curso de
la enfermedad de Alzheimer.

(Briggs, 2016)

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
Según el DSM-5 los criterios y características clínicas para el
diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:

Trastorno neurocognitivo mayor


A. Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el
nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención
compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad
perceptual motora o cognición social) basada
en:
1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce
o en el clínico, porque ha habido un declive significativo en una función
cognitiva y
2. Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo, preferentemente
documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su
defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.
B. Los déficits cognitivos interfieren con la autonomía del individuo en
las actividades cotidianas (es decir, por lo menos necesita asistencia
con las actividades instrumentales complejas de la vida diaria, como
pagar facturas o cumplir los tratamientos).
C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de
un síndrome confusional.
D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental
(p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).

Trastorno neurocognitivo mayor o leve


Debido a la enfermedad de Alzheimer
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. Presenta un inicio insidioso y una progresión gradual del trastorno en
uno o más dominios cognitivos (en el trastorno neurocognitivo mayor
tienen que estar afectados por lo menos dos dominios).
C. Se cumplen los criterios de la enfermedad de Alzheimer probable o
posible, como sigue:
Para el trastorno neurocognitivo mayor:
Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer probable si aparece algo de
lo siguiente; en caso contrario, debe diagnosticarse la enfermedad de
Alzheimer posible.
1. Evidencias de una mutación genética causante de la enfermedad de
Alzheimer en los antecedentes familiares o en
pruebas genéticas.
2. Aparecen los tres siguientes:
a. Evidencias claras de un declive de la memoria y del aprendizaje, y por
lo menos de otro dominio cognitivo (basada en una anamnesis detallada
o en pruebas neuropsicológicas seriadas).
b. Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad cognitiva sin
mesetas prolongadas.
Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier
otra enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad
neurológica, mental o sistémica, o cualquier otra afección con
probabilidades de contribuir al declive cognitivo (American Psychiatric
Association, 2013).
Según el CIE-10 los criterios y caracteristicas clínicas para el
diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:

F00-09 Trastornos mentales orgánicos, incluidos los sintomáticos

La mayoría de los trastornos mentales orgánicos pueden comenzar a


cualquier edad, excepto quizás durante la primera infancia. En la
práctica, la mayoría de estos trastornos tienden a empezar en la edad
adulta. Algunos de estos trastornos son aparentemente irreversibles y
progresivos y otros son transitorios o responden a tratamientos
específicos.

El uso del término "orgánico" significa que el síndrome clasificado como


tal puede ser atribuido a un trastorno o enfermedad cerebral orgánico o
sistémico diagnosticable en sí mismo. El término "sintomático" se utiliza
para los trastornos mentales orgánicos en los cuales la afectación
cerebral es secundaria a un trastorno o enfermedad sistémico
extracerebral.

Para el diagnóstico de los trastornos de esta sección se requiere, en la


mayoría de los casos, hacer uso de dos códigos: uno para el síndrome
psicopatológico y otro para el trastorno subyacente.

Demencia

La demencia es un síndrome debido a una enfermedad del cerebro,


generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficits
de múltiples funciones corticales superiores, entre ellas la memoria, el
pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de
aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia permanece clara. El
déficit cognoscitivo se acompaña por lo general, y ocasionalmente es
precedido, de un deterioro en el control emocional, del comportamiento
social o de la motivación. Este síndrome se presenta en la enfermedad
de Alzheimer, en la enfermedad vasculocerebral y en otras condiciones
que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria.

La demencia produce un deterioro intelectual apreciable que repercute


en la actividad cotidiana del enfermo, por ejemplo, en el aseo personal,
en el vestirse, en el comer o en las funciones excretoras. Este deterioro
de la actividad cotidiana depende mucho de factores socioculturales.
Los cambios en el modo como el enfermo desempeña su actividad
social, tales como el conservar o el buscar un empleo, no deben de ser
utilizados como pautas para el diagnóstico, porque hay grandes
diferencias transculturales y factores externos que repercuten en el
mercado laboral.

Si estuvieran presentes síntomas depresivos que no llegan a satisfacer


las pautas diagnósticas de episodio depresivo (F32.0-F32.3) o si se
presentaran alucinaciones o ideas delirantes, puede recurrirse a un
quinto carácter para indicar cuáles de ellas son predominantes:

.X0 Sin síntomas adicionales. .X1 Con predominio de ideas delirantes.


.X2 Con predominio de alucinaciones. .X3 Con predominio de síntomas
depresivos. .X4 Con otros síntomas mixtos.

Pautas para el diagnóstico

Deterioro de la memoria que afecta a la capacidad para registrar,


almacenar y recuperar información nueva. En estadios avanzados
pueden también perderse contenidos familiares y material aprendido en
el pasado. Hay además un deterioro del pensamiento y de la capacidad
de razonamiento, una reducción en el flujo de las ideas y un deterioro
del proceso de almacenar información, por lo que al individuo afectado
le resulta cada vez más difícil prestar atención a más de un estímulo a la
vez, como, por ejemplo, tomar parte en una conversación con varias
personas. También hay una dificultad en cambiar el foco de atención de
un tema a otro. Para poder hacer un diagnóstico claro de demencia, los
síntomas y el deterioro deben haber estado presentes por lo menos
durante seis meses.

F00 Demencia en la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral


primaria, de etiología desconocida que presenta rasgos
neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El trastorno se inicia
por lo general de manera insidiosa y lenta y evoluciona progresivamente
durante un período de años. El período evolutivo puede ser corto, dos o
tres años, pero en ocasiones es bastante más largo. Puede comenzar
en la edad madura o incluso antes (enfermedad de Alzheimer de inicio
presenil), pero la incidencia es mayor hacia el final de la vida
(enfermedad de Alzheimer de inicio senil). En casos con inicio antes de
los 65 a 70 años es posible tener antecedentes familiares de una
demencia similar, el curso es más rápido y predominan síntomas de
lesión en los lóbulos temporales y parietales, entre ellos disfasias o
dispraxias. En los casos de inicio más tardío, el curso tiende a ser más
lento y a caracterizarse por un deterioro más global de las funciones
corticales superiores. Los enfermos con síndrome de Down tienen un
alto riesgo de desarrollar una enfermedad de Alzheimer. La demencia
en la enfermedad de Alzheimer se considera hoy día irreversible. Pautas
para el diagnóstico

a) Presencia de un cuadro demencial, como el descrito más arriba. b)


Comienzo insidioso y deterioro lento. El momento exacto del inicio del
cuadro es difícil de precisar, aunque los que conviven con el enfermo
suelen referir un comienzo brusco. c) Ausencia de datos clínicos o en
las exploraciones complementarias que sugieran que el trastorno mental
pudiera ser debido a otra enfermedad cerebral o sistémica capaces de
dar lugar a una demencia (por ejemplo, hipotiroidismo, hipercalcemia,
deficiencia de vitamina B12, deficiencia de niacina, neurosífilis,
hidrocefalia normotensiva o hematoma subdural). d) Ausencia de un
inicio apoplético, súbito o de signos neurológicos focales, tales como
hemiparesia, déficits sensoriales, defectos del campo visual o falta de
coordinación de movimientos, signos estos que no han tenido que estar
presentes en la etapas iniciales de la enfermedad (aunque puedan
superponerse a ella en períodos más avanzados).

En un cierto número de casos, los rasgos de la enfermedad de


Alzheimer y los de la demencia vascular pueden estar simultáneamente
presentes. Si ambos coinciden claramente deberá hacerse un doble
diagnóstico (y codificación). Si una demencia vascular precede a una
enfermedad de Alzheimer, es posible que esta última sea imposible de
diagnosticar en la práctica clínica. Incluye: Demencia degenerativa de
tipo Alzheimer. F00.0 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de
inicio precoz

El inicio es más precoz que el de F00.1 y el deterioro tiene una


evolución más rápida, con marcadas alteraciones de las funciones
corticales superiores. En la mayoría de los casos se presentan, en
períodos relativamente precoces de la evolución, afasias, agrafía, alexia
o apraxias.

Pautas para el diagnóstico

Las mismas que para F00, pero teniendo en cuenta el comienzo más
temprano que la forma senil, es decir, antes de los 65 años. El curso
progresivo suele ser rápido.

Incluye: Enfermedad de Alzheimer de tipo 2. Demencia presenil de tipo


Alzheimer.

F00.1 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío

Demencia en la enfermedad de Alzheimer en la que el comienzo clínico


tiene lugar después de la edad de los 65 años, normalmente hacia
finales de los 70 e incluso más tarde, cuyo curso progresa lentamente y
en la que normalmente el rasgo más prominente es el deterioro de la
memoria.

Pautas para el diagnóstico

Las mismas que para F00, teniendo en cuenta además la presencia o


ausencia de los rasgos que la diferencian de la forma de comienzo
precoz (F00.0). Incluye: Enfermedad de Alzheimer de tipo 1. Demencia
senil de tipo Alzheimer.

F00.2 Demencia en la enfermedad de Alzheimer atípica o mixta

Demencias cuyas características no se ajustan a las descripciones y


pautas para el diagnóstico de F00.0 y F00.1 y demencias mixtas,
vascular y de Alzheimer. F00.9 Demencia en la enfermedad de
Alzheimer sin especificación (World Health Organization, 2000).
ANTECEDENTES ESPECÍFICOS

DIABETES MELLITUS TIPO 2 Y ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

La Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) es el trastorno metabólico más


frecuente afectando a más de 380 millones de personas en todo el
mundo. La DM2 se caracteriza por hiperglucemia y la destrucción
progresiva de las células β del islote pancreático, lo que resulta en una
disminución de la producción de insulina y la resistencia a la insulina.
Evidencia creciente de epidemiología los estudios indican que la DM2
está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de
Alzheimer en varias poblaciones (Yang, 2013).

La homeostasis de la glucosa en sangre se regula mediante el control


coordinado de varias hormonas, incluidas la insulina y el glucagón. Así
como las citosinas en condiciones normales. Sin embargo, la exposición
crónica a factores que incrementan el riesgo de presentar diabetes
como dietas altas en grasas, azúcares y estrés físico y mental pueden
causar hiperglucemia, una de las principales características de
resistencia a la insulina, síndrome metabólico y diabetes.

La hiperglucemia deteriora la organogénesis e induce anormalidades en


los diversos órganos, como defectos cardíacos in útero. También es un
claro factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades metabólicas
en adultos. La glucotoxicidad resultante afecta los tejidos y vasos
periféricos, causando complicaciones patológicas que incluyen
neuropatía, nefropatía, vasculopatía y enfermedades cardiovasculares.
Además, la exposición crónica a la hiperglucemia puede deteriorar la
función cognitiva y otros aspectos de la salud mental.

Informes recientes han demostrado que la hiperglucemia está


estrechamente relacionada con el desarrollo del deterioro cognitivo y la
demencia, lo que sugiere que puede haber una relación de causa y
efecto entre la hiperglucemia y la demencia.
Se ha especulado que la glucotoxicidad puede provocar daño estructural
y deterioro funcional de las células y nervios cerebrales, hemorragia de
los vasos sanguíneos cerebrales y una mayor acumulación de beta
amiloide. Estos son posibles mecanismos subyacentes a la demencia
relacionada con la diabetes. Los nutrientes y los componentes naturales
de los alimentos han sido investigados como estrategias preventivas y
de intervención. (Lee, 2018)

El estado glucémico en el cuerpo humano es dinámico en respuesta a


estímulos internos y externos del organismo. Se mantiene dentro de un
rango de normalidad mediante la regulación de retroalimentación
antagónica de insulina y glucagón. La regulación hormonal del
metabolismo de la glucosa también se ve afectada por las citocinas, la
adiponectina, la interleucina (IL) -1, la IL-6 y el factor de necrosis tumoral
alfa (Achari, 2009).

Por otra parte la obesidad, la inactividad física, el tabaquismo, el estrés


físico o mental excesivo y una dieta poco saludable consistente en
alimentos con alto contenido de azúcar y grasas son factores de riesgo
de intolerancia a la glucosa o diabetes (Hemmingsen, 2017)

La hiperglucemia que es consecuencia de la diabetes afecta los tejidos


periféricos y los vasos sanguíneos, causando complicaciones. La
glucotoxicidad induce la lesión celular de los hepatocitos y las células
pancreáticas a través de los mecanismos moleculares de estrés del
retículo endoplásmico, el estrés oxidativo y el deterioro mitocondrial
(Mota, 2016). Además, la exposición crónica a la hiperglucemia puede
deteriorar la función cognitiva (Overman, 2017) . El deterioro de la
función cognitiva inducido por hiperglucemia es una complicación
cerebral de la diabetes (Dolan, 2018).

La prevalencia de la demencia relacionada con la diabetes aún no se ha


informado o estimado pero la prevalencia de diabetes y enfermedad de
Alzheimer está aumentando (Wang, 2015). Existe evidencia que sugiere
que la hiperglucemia es un factor de riesgo potencial para el desarrollo
de deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer (Rojas, 2018)
(Gaspar, 2016) (González, 2016)

La hiperglucemia aumenta la acumulación de beta amiloide en las


lesiones cerebrales, exacerba el estrés oxidativo, la neuroinflamación y
la disfunción mitocondrial, deteriora la integridad neuronal y causa
neurodegeneración Estos son posibles mecanismos subyacentes a la
demencia relacionada con la diabetes. (Kim, 2016), (Silzer, 2018)

La enfermedad de Alzheimer y la DM2 se encuentran entre las


enfermedades crónicas más prevalentes que afectan el envejecimiento
de la población. Amplia evidencia de investigación indica que la DM2 es
un factor de riesgo establecido para presentar enfermedad de
Alzheimer; sin embargo, los mecanismos moleculares subyacentes a
esta asociación no se han dilucidado completamente. Además, cómo
puede la DM2 contribuir a la progresión de enfermedad de Alzheimer es
un tema de amplia investigación. La comparación del transcriptoma de
sangre de pacientes con deterioro cognitivo leve enfermedad de
Alzheimer y enfermedad de Alzheimer avanzada para aquellos
afectados con DM2 para revelar las vías compartidas y únicas y posibles
objetivos terapéuticos. Los análisis transcriptómicos de sangre revelaron
un resultado positivo en la correlación entre los perfiles de expresión
génica de deterioro cognitivo leve, enfermedad de Alzheimer y DM2 en
siete micro arreglos independientes. El análisis de redes y vías reveló
que las redes moleculares compartidas entre el deterioro cognitivo leve
y la DM2 se enriquecieron predominantemente en inflamación y
enfermedades infecciosas mientras que las redes compartidas entre la
enfermedad de Alzheimer y la DM2 estaban involucradas en la
señalización de fosfatidilinositol 3-quinasa y proteína quinasa B / Akt
(PI3K-AKT) vía, un importante mediador de la señalización de insulina
en el cuerpo. La vía de señalización PI3K-AKT se desreguló de manera
más significativa en la enfermedad de Alzheimer avanzada y la DM2.
Además, la resistencia endocrina y las vías de aterosclerosis surgieron
como vías desreguladas en la red compartida de la enfermedad de
Alzheimer avanzada y la DM2. El análisis de red de genes compartidos
expresados diferencialmente entre niños con DM2 y los sujetos con
deterioro cognitivo leve identificaron el segmento O3 (FOXO3) como un
regulador transcripcional central, lo que sugiere que puede ser un
objetivo terapéutico potencial para la intervención temprana en la
enfermedad de Alzheimer. En conjunto, estos resultados sugieren que la
diabetes mellitus tipo 2 puede estar implicada en las diferentes etapas
de la enfermedad de Alzheimer a través de diferentes vías moleculares
interrumpidas durante la fase preclínica de esta demencia y activas en
etapas más avanzadas de la enfermedad. (Santiago, , 2019)

HIPERTENSIÓN Y ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

Las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad de Alzheimer


comparten muchos factores de riesgo comunes, como diabetes, niveles
séricos de colesterol elevados, aterosclerosis e hipertensión. Entre ellos,
la hipertensión a mediados de la edad adulta se reconoce como un
fuerte factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de
Alzheimer. La hipertensión arterial cambia la integridad de la vasculatura
a nivel cerebral, promueve la aterosclerosis en las arterias cerebrales e
induce lipohialinosis y se asocia con deterioro cognitivo, demencia y la
aparición y progresión de la enfermedad de Alzheimer. El uso de
medicamentos antihipertensivos reduce el riesgo de demencia y
ralentiza el deterioro cognitivo en pacientes con demencia tipo
enfermedad de Alzheimer. Mientras que la hipertensión arterial se ha
asociado con mayor densidad de placas amiloides, angiopatía amiloide
cerebral y ovillos neurofibrilares en cerebros postmortem.
Colectivamente, estos hallazgos sugieren una asociación entre la
presencia de hipertensión arterial y la enfermedad de Alzheimer. Aún no
se clarifica del todo si la hipertensión arterial sistémica acelera el
desarrollo de la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío o si es una
enfermedad co-morbido que se vuelve más frecuente con la edad. Se ha
demostrado que el deterioro de la memoria asociado a hipertensión
arterial sistémica es causada principalmente por afecciones comórbidas,
como diabetes y el mismo envejecimiento. (Shih, 2018).

La hipertensión sistólica se asocia con un mayor riesgo de enfermedad


de Alzheimer en un 18 y 25%, respectivamente, aunque no se encontró
asociación para la hipertensión diastólica. El control adecuado de la
hipertensión sistólica es importante para prevenir la enfermedad de
Alzheimer. (Lennon et. al., 2019)

Los medicamentos para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer


que existen en la actualidad presentan algunas limitaciones, ya que se
dirigen a anomalías neuroquímicas específicas directamente a nivel
neuronal y sináptico mientras que factores desencadenantes
provenientes de otros sistemas del organismo continúan perpetuando la
génesis de la enfermedad. La hipertensión arterial sistémica por ejemplo
se ha sugerido como uno de los mayores factores de riesgo que son
potencialmente modificables para prevenir el desarrollo de la
enfermedad de Alzheimer. Al menos el 25% de todos los adultos y más
del 50% de los aquellos mayores de 60 años tienen hipertensión lo cual
epidemiológicamente se ha relacionado con riesgo de desarrollar
demencia por enfermedad de Alzheimer. Se tienen datos de que
algunos estudios han demostrado que el tratamiento antihipertensivos
puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer
(Marfany, 2018).
Los casos de enfermedad de Alzheimer que tiene una base genética
ampliamente documentada representan solo una fracción mínima del
total de casos de esta enfermedad y se asocian casi exclusivamente a
una mayor producción de amiloide en el cerebro. En cambio, la mayoría
de los pacientes se ven afectados con la forma esporádica por este tipo
de demencia, presentando alteraciones típicas de los mecanismos de
depuración de proteínas a nivel cerebral. En estudios experimentales en
modelos animales se ha han demostrado que los ratones que han sido
sometidos crónicamente a presión arterial alta muestran deposición de
agregados amiloides, la principal característica histológica de la
enfermedad de Alzheimer y pérdida de memoria en tareas específicas.
La exposición crónica a este insulto fisiológico aumenta la expresión del
receptor para productos finales glicosilados avanzados (RAGE), lo que
conduce a la deposición de beta-amiloide (Aβ) y al deterioro del
aprendizaje. Los principales hallazgos obtenidos hasta ahora en este
entorno experimental permiten sugerir que esto parece ser una
posibilidad única para estudiar los mecanismos patogénicos de la
enfermedad de Alzheimer esporádica provocada por factores de riesgo
vascular (Carnevale, 2015)
Una creciente evidencia sugiere que los factores de riesgo de
enfermedades cardiovasculares, incluida la hipertensión, pueden estar
relacionados con la enfermedad de Alzheimer esporádica. Es bien
sabido que la hipertensión está asociada con la enfermedad
cerebrovascular y la demencia vascular sobre la base de la
remodelación vascular. La hipertensión se asocia con una peor función
cognitiva, alteraciones conductuales e hipometabolismo de la glucosa en
el hipocampo (Moonga, 2017).
La demencia relacionada con la edad, causada más comúnmente por la
enfermedad de Alzheimer o factores cerebrovasculares (demencia
vascular), es una amenaza importante para la salud pública. La
hipertensión arterial crónica es un factor de riesgo bien establecido para
ambos tipos de demencia, pero el vínculo entre la hipertensión, su
tratamiento y la cognición sigue siendo poco conocido. El tratamiento
juicioso de la hipertensión, teniendo en cuenta los objetivos de atención
y las características individuales (por ejemplo, edad y comorbilidades),
parece justificado para salvaguardar la salud vascular y, como
consecuencia, la salud del cerebro (Ladecola, 2016).

Se ha observado que existen cambios de oxigenación del tejido cerebral


provocados por el estímulo en modelos murinos debido a la por la
hipertensión arterial inducida por angiotensina II. Los valores de PO2
cercanos a la pared arteriolar son más bajos en los grupos de
enfermedad de Alzheimer y la hipertensión aumenta la desintegración
espacial de PO2 en función de la distancia a la arteriola. Esto se
relaciona con el suministro de oxígeno a los tejidos y el impacto del
control de la presión arterial sobre la oxigenación del tejido cerebral en
la enfermedad de Alzheimer (Lu, 2019).
Múltiples factores de riesgo cardiovascular tienen efectos sumativos
sobre la progresión de la enfermedad de Alzheimer, especialmente en
quienes son portadores del gen APOE ε4 (Lee, 2019).
La presencia de variaciones cotidianas y descontrol de la presión arterial
se asocia con alteraciones más pronunciadas en las puntuaciones de
escalas que miden el nivel cognitivo de los pacientes con enfermedad
de Alzheimer así como un deterioro más pronunciado y acelerado de la
discapacidad (De Heus, 2019).
La presencia de alteraciones en el control de la presión arterial
caracterizadas por hipertensión brindan un efecto aditivo al proceso de
neurodegeneración presente en la enfermedad de Alzheimer. Su control
auxilia en la disminución de la velocidad de progresión aunque en sí
mismo no disminuye la acumulación de proteína beta amiloide en fases
preclínicas (Bos, 2019).

Los factores de riesgo vascular están asociados con cambios en la


cognición en la enfermedad de Alzheimer preclínica. Las
hiperintensidades de la sustancia blanca en las regiones periventricular
y de la sustancia blanca profunda se observan comúnmente en
personas mayores sin alteraciones cognitivas pero también en
pacientes con enfermedad de Alzheimer. Han sido observados grados
significativamente más altos de lesiones de la sustancia blanca en
pacientes hipertensos en comparación con aquellos que no presentan
dicha enfermedad. Así mismo también se presentaron en mayor
porcentaje lesiones en la sustancia blanca a nivel periventricular en
pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en comparación con el grupo sano
(Sundar, 2019).

HIPERLIPOPROTEINEMIA Y ENFERMEDAD DE ALZHEIMER


Varios estudios que exploraron la asociación entre los lípidos y/o el
tratamiento hipolipemiante y la enfermedad de Alzheimer indican un
efecto nocivo de la dislipidemia en el riesgo de desarrollar dicha
patología. Los hallazgos están respaldados por estudios de asociación y
vinculación genética que han identificado claramente varios genes
involucrados en el metabolismo o el transporte del colesterol como
genes de susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer, incluyendo
apolipoproteína E (APOE), apolipoproteína J (APOJ, CLU), miembro de
la subfamilia A de cassette de unión a ATP 7 (ABCA7) y receptor
relacionado con sortilina (SORL1). Los estudios de biología celular
funcional respaldan aún más una participación crítica del colesterol de la
balsa lipídica en la modulación del procesamiento de la proteína
precursora Aβ por la β-secretasa y la γ-secretasa que da como resultado
una producción alterada de Aβ. Sin embargo, la evidencia contradictoria
proviene de estudios epidemiológicos que muestran una asociación nula
o controvertida entre la dislipidemia y el riesgo de enfermedad de
Alzheimer, ensayos clínicos aleatorios que no observan ningún efecto
beneficioso de la terapia con estatinas y estudios de biología celular que
sugieren que hay poco intercambio entre el colesterol circulante y el
cerebro, que el aumento del nivel de colesterol de la membrana es
protector al inhibir la pérdida de la integridad de la membrana a través
de la citotoxicidad amiloide, y ese colesterol celular inhibe la
colocalización de la β-secretasa 1 y la proteína precursora de Aβ en
dominios de membrana no ramificada, aumentando así la generación de
plasmina, una enzima degradante de Aβ (Reitz, 2013).

Los determinantes de la salud cardiovascular, especialmente la


dislipidemia , están asociados con un mayor riesgo de demencia según
los datos moleculares y epidemiológicos.

Dado el papel potencial de la dislipidemia en el desarrollo de la


demencia, se han investigado las estatinas como posibles opciones
terapéuticas para retrasar o prevenir la enfermedad (Wanamaker, 2015).

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La enfermedad de Alzheimer es un problema de salud con una alta


prevalencia a nivel mundial así como en México. Dicha enfermedad es
causa de un alto porcentaje de discapacidad con una profunda
afectación en la vida de quienes la padecen así como en su familia. Del
mismo modo las enfermedades crónico degenerativas son también
altamente prevalentes en la población geriátrica aumentando su
incidencia con la edad. Ambas enfermedades pueden presentarse de
manera comórbida y afectar de manera importante la salud de las
personas así como su calidad de vida. En este estudio se buscará la
existencia de relación entre la comorbilidad de enfermedades crónico
degenerativas y la gravedad de la enfermedad de Alzheimer y la
respuesta de la misma al tratamiento. Las consideraciones expuestas
nos llevan a plantear la siguiente interrogante ¿Cuál es la relación entre
las enfermedades crónicodegenerativas con el estado de gravedad de la
enfermedad de Alzheimer en pacientes geriátricos?
JUSTIFICACIÓN

JUSTIFIACIÓN TEÓRICA: Este estudio aportara información teórica útil


para el entendimiento más amplio de la enfermedad de Alzheimer.

JUSTIFICACIÓN PRÁCTICA: Los resultados obtenidos en este estudio


serán útiles para orientar la práctica clínica de médicos que se enfrenten
al tratamiento de pacientes con enfermedad de Alzheimer

JUSTIFICACIÓN ECONÓMICA: La generación de conocimiento sobre la


enfermedad de Alzheimer y la toma de decisiones clínicas bien
informadas debido al conocimiento que este trabajo ayudará a la toma
de decisiones más eficaces que por lo tanto reduzcan los costos de la
atención a la salud brindada a esta institución y el gasto realizado por
los pacientes y familiares en consecuencia

JUSTIFICACIÓN SOCIAL: La mejoría en el tratamiento brindado a los


pacientes como consecuencia de la información generada por este
estudio mejorará la calidad de vida de los pacientes así como poder
disminuir el impacto en su funcionalidad y por lo tanto mejoría en el
funcionamiento de la sociedad. Debido a que este estudio tendrá
impacto en múltiples individuos de diversos estratos económicos y
culturales.

HIPÓTESIS

Entre mayor número de patologías sean comórbidas mayor será la


gravedad de la enfermedad de Alzheimer

Entre mayor sea en control de las enfermedades crónico degenerativas


menor será el grado de gravedad de la enfermedad de Alzheimer
OBJETIVOS

Objetivo general

Determinar la relación que existe entre las enfermedades


crónicodegenerativas con el estado de gravedad de la enfermedad de
Alzheimer en pacientes geriátricos.

Objetivos específicos

-Describir las características sociodemográficas de los pacientes


geriátricos con Alzheimer.

-Describir las condiciones clínicas de los pacientes geriátricos con


Alzheimer.

-Determinar el número de comorbilidades crónicodegenerativas en los


pacientes geriátricos con Alzheimer.

-Determinar el control/descontrol de las comorbilidades


crónicodegenerativas de los pacientes geriátricos con Alzheimer.

-Determinar el estado de gravedad de la enfermedad de Alzheimer en


pacientes geriátricos.

MATERIAL Y MÉTODO

A) SUJETOS DE INVESTIGACIÓN

Los sujetos que participarán en este estudio serán pacientes del hospital
psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez que sean usuarios del servicio de
psicogeriatría de la clínica de demencias, que sean mayores de sesenta
años, que cuenten con el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer y
que de manera voluntaria deseen participar en esta investigación. En
este grupo serán incluidos sujetos que presenten la enfermedad de
Alzheimer sin comorbilidades crónico degenerativas así como sujetos
con la enfermedad de Alzheimer que presenten dichas comorbilidades
que incluyen hipertensión arterial, DM2, y dislipidemias. Podrán
participar personas de ambos sexos.

MATERIALES

La recolección de información se realizará por medio de la información


clínica directamente con la evaluación de los pacientes que incluirá,
pruebas de hemoglobina glucosilada, cifras de tensión arterial, así como
pruebas de perfil de lípidos para estadificar la presencia de alteraciones
en dichos estudios.

Previamente se valorará en el expediente clínico si los pacientes


cuentan con los diagnósticos de DM2 , hipertensión arterial sistémica o
dislipidemia o se interrogará directamente en la consulta si es que tienen
dichos padecimientos. Igualmente se recabarán datos personales que
incluyen la edad y el sexo.

En cuanto a los datos de la enfermedad de Alzheimer se recabará el


tiempo de inicio del padecimiento, así como la presencia de
comorbilidades psiquiátricas que incluirán psicosis, depresión, ansiedad
e insomnio.

Se aplicará el test de minimental Statment para estadificar el nivel de


gravedad de la patología.

PROCEDIMIENTO

Técnicas de recolección: La recolección de datos se llevará a cabo


realizando la aplicación directa de los instrumentos de medición cuando
los pacientes acudan a la consulta. En esta se recabaran datos
demográficos y concernientes a la presencia de enfermedades crónico
degenerativas y el control de las mismas. Además de aplicar la escala
de MINI mental Statment para la estatificación del nivel de gravedad de
la enfermedad de Alzheimer. Los datos serán recolectados de manera
física plasmando las respuestas en cuestionarios e instrumentos hechos
de papel.

Dichos cuestionarios posteriormente serán recabados en bases de


datos de Excel que posteriormente serán transcritos al programa
estadístico SPSS versión 25 para la obtención de los resultados

Este estudio se dividirá en dos grupos, el primero estará conformado por


pacientes que presenten el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer y
tengan una o más con morbilidades con enfermedades crónico-
degenerativas y el segundo, conformado por pacientes con
Enfermedades Alzheimer y que no tengan enfermedades crónico
degenerativas.

Se comparará en ambos grupos el tiempo de inicio de la enfermedad de


Alzheimer y se estadificará por medio de la prueba de MINI mental
Statment la gravead de la misma. Posterior a esto se hará un análisis
sobre el número de comorbilidades crónico degenerativas que
presentan los pacientes y si estas se encuentran en control o no.

Se comparará si el número de enfermedades crónico degenerativas en


los pacientes con Alzheimer se relaciona con el grado de severidad de
la enfermedad, así como si el control de las mismas también se
relaciona con el grado de severidad.

Se comparará el nivel de gravedad de la enfermedad del grupo con una


o más comorbilidades crónico degenerativas con el grupo de pacientes
con Alzheimer que no presenta dichas comorbilidades.

Se comparará en el grupo con enfermedades crónicodegenerativas si a


mayor número de comorbilidades se presentan mayor gravedad de la
enfermedad.
DEFINICIÓN DE VARIABLES

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

Definición hipertensión arterial (sistólica ≥140 mmHg o diastólica ≥90


mmHg); etiología desconocido en el 80-95% de los pacientes
("hipertensión esencial"). Se deben considerar causas secundarias de la
misma las cuales pueden ser corregibles, especialmente en pacientes
menores de 30 años o aquellos que presenten hipertensión después de
los 55 años.

Definición operacional de cifras de presión arterial en control:

En las guias publicadas por el American College of Cardiology (ACC) y


la American Heart Association (AHA) para la prevención, detección,
evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial (HTA) en adultos se
considera el umbral diagnóstico de 130/80 mmHg. La presión arterial
(PA) se clasifica como normal (sistólica; 120 y diastólica 80 mmHg),
elevada (120-129 y <80 mmHg), grado 1 (130-139 o 80-89 mmHg) y
grado 2 (≥140 o ≥90 mmHg).

Se recomienda la medida de PA fuera de la consulta para confirmar el


diagnóstico de HTA o para aumentar el tratamiento. En la toma de
decisiones es determinante el riesgo cardiovascular (RCV), ya que
precisaran tratamiento farmacológico personas con HTA grado 1 con
riesgo a 10 años de enfermedad cardiovascular aterosclerótica ≥10% y
aquellas con enfermedad cardiovascular establecida, enfermedad renal
crónica y diabetes, siendo el resto susceptibles de medidas no
farmacológicas hasta umbrales de 140/90 mmHg (Harrison. , 2013)

DIABETES MELLITUS TIPO 2

La diabetes mellitus (DM) comprende un grupo de trastornos


metabólicos que tienen como característica común la hiperglucemia. La
diabetes mellitus se clasifica actualmente en función del proceso
patogénico que conduce a la hiperglucemia. La diabetes mellitus tipo 1
se caracteriza por deficiencia de insulina y una tendencia a desarrollar
cetosis, mientras que la diabetes mellitus tipo 2 es un grupo
heterogéneo de trastornos caracterizados por grados variables de
resistencia a la insulina, alteración de la secreción de insulina y
producción excesiva de glucosa hepática. Otros tipos específicos
incluyen diabetes mellitus causada por defectos genéticos (inicio de
madurez diabetes de los jóvenes [MODY] y otros trastornos
monogénicos raros), enfermedades del páncreas exocrino (pancreatitis
crónica, fibrosis quística, hemocromatosis), endocrinopatías
(acromegalia, síndrome de Cushing, glucagonoma, feocromocitoma,
hipertiroidismo), medicamentos (ácido nicotínico, glucocorticoides,
tiazidas, inhibidores de proteasa) y embarazo (diabetes gestacional). El
fenotipo de estos tipos monogenéticos y secundarios de diabetes
mellitus típicamente se asemejan a la diabetes mellitus tipo 2; y la
gravedad depende del grado de disfunción de las células beta. La
prevalencia de diabetes mellitus está aumentando rápidamente; la
frecuencia de diabetes mellitus tipo 2 en particular está aumentando en
paralelo con la epidemia mundial de obesidad. Entre 1985 y 2013, La
prevalencia mundial de diabetes mellitus ha aumentado más de 10
veces, de 30 millones a 382 millones de casos En los Estados Unidos, la
prevalencia de DM es de más del 8% de la población, y se incrementa
con la edad. Una parte importante de las personas con diabetes mellitus
no son diagnosticadas. Tiene complicaciones graves y una mortalidad
significativa. Es la quinta causa de muerte en todo el mundo.
DIAGNÓSTICO

Los criterios para el diagnóstico de DM incluyen uno de los siguientes:

• Glucosa plasmática en ayunas ≥7.0 mmol / L (≥126 mg / dL)

• Síntomas de diabetes más una concentración aleatoria de glucosa en


sangre ≥11.1 mmol / L (≥200 mg / dL)

• Glucosa en plasma de 2 h ≥11.1 mmol / L (≥200 mg / dL) durante una


prueba de tolerancia a la glucosa oral de 75 g.

• Hemoglobina A1c> 6.5%

Estos criterios deben confirmarse repitiendo las pruebas en un día


diferente, a menos que hiperglucemia inequívoca está presente.

También se han designado dos categorías intermedias:

• Deterioro de la glucosa en ayunas (IFG) para un nivel de glucosa en


plasma en ayunas de 5.6–6.9 mmol / L (100-125 mg / dL)

• Tolerancia alterada a la glucosa (IGT) para niveles de glucosa en


plasma de 7.8–11.1 mmol / L (140–199 mg / dL) 2 h después de una
carga de glucosa oral de 75 g (Harrison. , 2013)

DISLIPIDEMIAS

La hiperlipoproteinemia puede caracterizarse por hipercolesterolemia,


hipertrigliceridemia aislada o ambas. Las siguientes alteraciones pueden
ocacionar dislipidemia: Diabetes mellitus, obesidad, consumo de etanol,
anticonceptivos orales, los glucocorticoides, la enfermedad renal, la
enfermedad hepática y el hipotiroidismo o empeorar los estados
hiperlipoproteinémicos subyacentes.

Se considera que los pacientes se encuentran en control de dislipidemia


si los parámetros se encuentran en las siguientes medidas:
Lípidos

Colesterol LDL menor de 100 mg/dlTriglicéridos menores de 150


mg/dlColesterol HDL mayor de 40 mg/dl en hombres y de 50 mg/dl en
mujeres (Harrison, 2013)

DISEÑO DEL ESTUDIO

Por su objetivo Comparativo

Tipo de agente de Maniobra de causa-efecto


investigación

Por la asignación del Observacional


agente

Por su temporalidad Transversal

Por los componentes del Homodémico


grupo

SUJETOS: Pacientes del hospital psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez


del servicio de psicogeriatría. Quienes cuenten con el diagnóstico de
enfermedad de Alzheimer y que de manera voluntaria firmen el
consentimiento informado o en caso de no tener capacidad para hacerlo
se autorizado por sus familiares responsables.
CRITERIOS DE INCLUSIÓN

Pacientes del hospital psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez

Mayores de 60 años que se encuentren en manejo por parte del servicio


de psicogeriatría

Con diagnóstico establecido de enfermedad de Alzheimer

Que firmen consentimiento informado para participar en el estudio o en


caso de no ser aptos para hacerlo que sus familiares responsables
firmen dicho consentimiento.

Sexo hombre o mujer

Con o sin comorbilidad con diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial


sistémica o dislipidemia.

CRITERIOS DE EXCLUSIÓN

Paciente se niegue a participar

Paciente con retraso mental documentado en el expediente clínico

Paciente con episodio psicótico agudo

Pacientes que dependan de un familiar y el familiar no pueda


acompañar al paciente al seguimiento

Que no acepte firmar el consentimiento informado

Que el paciente tenga comorbilidad con el consumo de sustancias

Que previamente al diagnóstico de enfermedad de Alzheimer el paciente


haya sido diagnosticado con esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno
depresivo mayor, trastorno obsesivo compulsivo.

Que al paciente tenga diagnóstico de epilepsia

Que el paciente tenga el diagnóstico de evento vascular cerebral


Que el paciente tenga el diagnóstico de traumatismo cráneo encefálico

Que el paciente tenga el diagnóstico de Virus de Inmunodeficiencia


Humana (VIH)

CRITERIOS DE BAJA DEL GRUPO DE INTERVENCIÓN

Que el paciente desee salir del estudio

Que el paciente no complete la evaluación

ASPECTOS ÉTICOS

Aspectos éticos

Se entregarán formatos de consentimiento informado para tener la


aprobación de quienes quieran participar en el estudio. Los participantes
tendrán la libertad de abandonar el estudio en cualquier momento sin
repercusiones.

Se presentará el protocolo para su aprobación desde una perspectiva


bioética a las autoridades educativas del hospital psiquiátrico Fray
Bernardino Álvarez

El protocolo será evaluado por el comité de ética del Hospital


Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez

Se respetará la autonomía de los participantes al ser un estudio de


carácter voluntario, en el cual su participación no influirá de ninguna
manera en su trato en el hospital, y tendrán la libertad de abandonar el
estudio en cualquier momento sin que existieran repercusiones.

No se divulgarán datos personales de ningún participante, tampoco se


pondrá en riesgo la integridad física ni psicológica con estas
intervenciones.
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ANEXOS

ANEXO 1

Edad____________ Sexo____________

Nivel de estudios_________________ Diabetes mellitus tipo 2: Tiempo de diagnóstico____ Controlado si__ no__

Hipertensión arterial sistémica Tiempo de diagnóstico: _____ Controlado si__ no__

Dislipidemia Tiempo de diagnóstico: ______ Controlada si__ no__

Enfermedad de Alzheimer Tiempo de diagnóstico____ Puntuación en MINI MENTAL_________


ANEXO 2

Carta de consentimiento informado.


Título del proyecto:

RELACIÓN DEL NIVEL DE CONTROL DE ENFERMEDADES CRONICODEGENERATIVAS Y LA


INTERRRELACION DE POLICOMORBILIDADES CON EL ESTADO DE GRAVEDAD DE LA ENFERMEDAD
DE ALZHEIMER Y LA RESPUESTA AL TRATAMIENTO MODIFICADOR DE LA ENFERMEDAD

Estimada(o) Sra./Sr:

Introducción/objetivo:

El Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” pretende realizar un proyecto de investigación en


colaboración con el Hospital Universitario servicio de psicogeriatría. El objetivo del estudio es describir el
nivel de comorbilidades crónico degenerativas en pacientes con Alzheimer y su impacto en esta
enfermedad. El estudio se estará realizando en el Hospital Fray Bernardino Álvarez.

Procedimiento

Si usted acepta participar en el estudio ocurrirá lo siguiente:

Le pediremos que firme previamente a iniciar el estudio este consentimiento informado.


Posteriormente le solicitaremos que responda usted o un familiar algunas preguntas sobre su
edad, estado de salud en general, presencia de enfermedades que sean crónico degenerativas
como son diabetes, hipertensión y dislipidemia. Así como pedirle que responda un instrumento
de medición de las funciones mentales superiores llamado MINI mental

Estos datos nos serán de gran utilidad para poder mejorar la atención que brindamos a los
pacientes y poder entender mejor la enfermedad de Alzheimer.

Beneficios: Si usted acepta participar, estará colaborando con el Hospital Psiquiátrico “Fray
Bernardino Álvarez” en la adquisición de conocimientos científicos acera del efecto de las
enfermedades crónico degenerativas en la enfermedad de Alzheimer. No habrá beneficios
económicos o materiales directos; usted no recibirá ningún pago por participar en el estudio.
Confidencialidad: Toda la información que usted nos proporcione para el estudio será de carácter
estrictamente confidencial, será utilizada únicamente por el equipo de investigación del proyecto y no
estará disponible para ningún otro propósito. Usted quedará identificada(o) con un número y no con un
nombre. Los resultados de este estudio serán publicados con fines científicos, pero se presentarán de tal
manera que usted no podrá ser identificada(o).

Riesgos potenciales/compensación: Los riesgos potenciales que implican su participación en este


estudio son mínimos. Si alguna de las preguntas le hicieran sentir incómodo(a), tiene el derecho de no
responderla. La aplicación de los instrumentos de medición de este estudio será impartido por
personal capacitado.

Participación voluntaria/retiro: La participación en este estudio es absolutamente voluntaria. Usted está en


plena libertad de negarse a participar o de retirar su participación en cualquier momento. Su
decisión de participar o de no participar no afectará de ninguna manera la forma en cómo le tratan en
el hospital .

Números para contactar: Si usted tiene alguna pregunta, comentario o preocupación con respecto al
proyecto, por favor comuníquese con el investigador responsable del proyecto: Dr. Marco Antonio
Puente López al siguiente número de teléfono: 5547102275.

Si usted acepta participar en el estudio, le entregaremos una copia de este documento que le
pedimos sea tan amable de firmar.

Consentimiento para su participación en el estudio.

Su firma indica su aceptación para participar voluntariamente en el presente estudio. Fecha:

Nombre del participante:

Firma:
Nombre completo del testigo 1:

Dirección

Firma:

Relación con el participante

Nombre completo del testigo 2:

Dirección

Firma:

Relación con el participante ________________

Nombre de la persona que obtiene el consentimiento: Marco Antonio Puente López


ANEXO 3

Cronograma

Marzo Abril- Junio- Agosto- Octubre


mayo Julio septiembre
ACTIVIDADES

T T T T T T T T T T T T T T T T T
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1

Investigación
documental

Presentación
de avances

Revisión de
avances y
correcciones

Aplicación de
cuestionarios

Intervenciones

Recabar
resultados

Análisis de
resultados y
elaboración
de discusión

Correcciones

Entrega de
Tesis
terminada

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