Tema Oral ILLIA
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CONTEXTO INTERNACIONAL:
El período 1950-1973 constituyó un período dorado para la economía capitalista. Se
creó un nuevo orden mundial (el tercero) sobre la creación de nuevos organismos
internacionales como el Banco Mundial, el FMI, la OCDE (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico), la OTAN (Organización del Tratado del
Atlántico Norte) y el GATT.
También hubo un cambio en las políticas económicas que se volvieron más expansivas
con objetivos de crecimiento y empleo y un Estado mucho más activo especialmente en
los países de Asia recién independizados. Se intensificó el comercio entre las naciones
al ir suprimiéndose las barreras comerciales.
Se fueron formando bloques económicos como la Comunidad Económica Europea
(CEE) a partir del 1º de enero de 1958 enre Alemania, Francia, Italia, Bélgica,
Luxemburgo y Holanda o la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio) a partir del
4 de enero de 1960 entre Reino Unido, Noruega, Suecia, Dinamarca, Austria, Suiza y
Portugal1.
A partir de 1961, bajo el mandato del presidente Kennedy, los EEUU procuraron
instaurar un orden económico mundial de corte liberal.
América Latina en cambio, no varió demasiado sus políticas dirigistas que ya venían
desde las décadas del 30 y 40 pero con una integración menor con el comercio mundial.
A pesar de su homogeneidad lingüística y cultural, en Latinoamérica había menor
disposición a cooperar entre sí, con una fuerte resistencia a la apertura comercial liberal
y a las disposiciones del FMI. Esta región había sido menos afectada por la guerra y
además había recibido poco del Plan Marshall.
De todos modos, “el crecimiento medio per cápita llegó a 2,5% anual, mientras que en
1900-1913 llegó a 2,1% y en 1913-1950 a 1,4%. Sin embargo, el mejoramiento no fue
tan marcado como en las otras regiones y el crecimiento per cápita de Argentina y de
1
Rapoport, Mario Historia económica, política y social de la Argentina, Emecé Editores, Buenos Aires,
Argentina, 4º edición, Buenos Aires, Argentina, 2010, p.415
Chile fue menor que en 1900-19132”. La performance de Argentina a partir de 1963
mejoró respecto de los años anteriores.
América Latina tenía dos características que la diferenciaba de los países de la OCDE,
que eran la persistente inflación y la creciente desigualdad en el ingreso.
Después del 1º de enero de 1959 donde Cuba es tomada por Fidel Castro, EEUU cambia
su política hacia Latinoamérica y empieza a ayudarla financieramente. En 1959 se creó
el Banco Interamericano y en 1960 se creó el ALALC (Área Latinoamericana de Libre
Comercio)3. Esto no tuvo los resultados esperados: “el comercio intrarregional no se
incrementó en términos globales y tendió a concentrarse en los sectores tradicionales.
Tampoco sirvió para estimular un desarme arancelario recíproco o conformar una
estrategia comercial regional de peso. De hecho, fue más un artilugio técnico para evitar
que la concesión de algunas preferencias a los otros países de la región condujera a
sanciones por infringir las normas emanadas del GATT que un verdadero proceso de
integración.
CONTEXTO NACIONAL:
Tras el derrocamiento de Frondizi en 1952, los militares decidieron que quien siga al
mando del país sea el presidente del Senado José María Guido. De esta manera se
continuaba la democracia pero evidentemente con una marcada influencia de las
Fuerzas Armadas.
En lo económico se aplicaron las medidas ortodoxas que recomendaba el FMI: hubo
una devaluación y aplicación de políticas fiscales y monetarias contractivas.
Lógicamente, tal plan económico no hizo otra cosa que agudizar la recesión y el
desempleo, por lo que el gobierno siguiente tendría a su favor una gran cantidad de
recursos ociosos que emplear.
Esta recesión empeoró el déficit presupuestario vía una disminución en la recaudación
fiscal, lo que hizo que muchas de las deudas del Estado no pudieran pagarse además de
paralizar las obras públicas4.
Las Fuerzas Armadas estaban divididas entre los azules y los colorados. Los azules
estaban “a favor de intentar un nuevo gobierno constitucional, pero exhumando el plan
de Lonardi de alinear a los peronistas detrás de un líder militar. La otra facción del
Ejército, los colorados o gorilas, estaba compuesta por antiperonistas militantes que
rechazaban todo tipo de neopopulismo y deseaban una dictadura militar indefinida 5”.
Después de un enfrentamiento que estuvo cerca de la guerra en 1962, los colorados
optaron por ceder y los azules llamaron a elecciones en 1963.
MEDIDAS ECONOMICAS:
2
Maddison, Angus La economía mundial en el siglo XX, Fondo de cultura económica, México, 1992,
p.48
3
Maddison, Angus La economía mundial en el siglo XX, Fondo de cultura económica, México, 1992,
p.90
4
Bellini, Claudio - Korol, Juan Carlos Historia económica de la Argentina en el siglo XX Siglo Veintiuno
Editores, Buenos Aires, Argentina, p.170
5
Rock, David Argentina 1516-1987 Desde la colonización española hasta Raúl Alfonsín, Editorial
Alianza, Buenos Aires, Argentina, 1º edición, 5º reimpresión, 1999, p.426
Arturo Illia accedió a la presidencia El 12 de octubre de 1963, por una vía parcialmente
democrática, dado que la convocatoria electoral fue restringida, los candidatos
justicialistas fueron proscriptos de la competencia por el poder. Los principales partidos
que se presentaron fueron la UCRP: Illia-Carlos Perette; UDELPA (Unión del Pueblo
Argentino); UCRI y la Democracia Cristiana. Los resultados fueron: UCRP 25,15%,
votos en blanco 19,72%, UCRI 16,4% y la UDELPA 7,49%.
Frente a la aguda reseciòn acompañada de inflación y déficit fiscal del periodo anterior,
Illia plantea como primer objetivo reactivar la economía (el equilibrio fiscal o la
estabilidad de precios estarían subordinados a aquel). Illia implementó una serie de
políticas de corte mercado internista e industrialista, inspiradas en concepciones
keynesianas, que contrastaron fuertemente con las aplicadas por el gobierno anterior. 6
La política se alejó del desarrollismo hacia un gradualismo. No coincidía con el
diagnóstico de que la economía argentina tenía un deficiente nivel de capitalización
interna, ni tampoco con la premisa de que se debía promover el desarrollo de algunos
sectores específicos. Se pretendía alentar un crecimiento mas equilibrado antes que el
desarrollo de ciertos sectores específicos. El equipo económico de Illia (Blanco,
Pugliese, Mallón, García Vazquez y Kuznetz) sostenía que debía articular políticas que
impulsaron un crecimiento global de todos los sectores económicos.7 (En agosto de
1964 murió el ministro Eugenio Blanco y asume Pugliese)
El primer ministro de economía Eugenio Blanco (que había tenido idéntica función
durante la revolución libertadora) apuntaba a una reactivación en el corto plazo y a un
crecimiento sostenido en el largo plazo.
Las características de la recesión permitían una rápida reactivación por medio del
aumento de la demanda a partir de políticas de corte keynesiano. Las autoridades
económicas ejecutaron políticas monetarias y fiscales expansivas para fortalecer la
demanda agregada. A su vez, el tipo de cambio fue corregido gradualmente con una
serie de minidevaluaciones.
DA=C+I+G+(X-M)
donde:
6
RUBINZAL
7
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pusieron en marcha el Tunel Sufluvial Santa Fe- Paraná, los puentes Corrientes-
Barranqueras, Zarate-Brazo Largo y el complejo Chocón-Cerros Colorados) y se
multiplicaron las erogaciones de carácter social: 25% del presupuesto fue asignado a
educación y cultura.8
La expansión monetaria posibilitaba (La oferta monetaria aumento un 29% en 1963 y
un 40% en 1964, contra el 7% en 1962), además, un descenso de las tasas de interés,
fortaleciendo la demanda de inversión. La reforma de la carta orgánica del BCRA
permitió al gobierno incrementar los recursos monetarios disponibles para la concesión
de créditos al sector privado, lo que se complementaba con líneas de crédito especiales
para la reactivación industrial, la capitalización del agro y la construcción de viviendas
(El Banco Industrial había otorgado en un año créditos por 10 millones de pesos y sus
depósitos acusaban un crecimiento del 47%, El Banco Hipotecario Nacional lanzaba
licitaciones para edificar 10 mil casas destinadas a familias de bajos ingresos, y la
provincia de Buenos Aires disponía de 10 millones de pesos para créditos hipotecarios)
por intermedio del Banco Nación, financiadas tanto con recursos propios como con una
línea de crédito del Banco Interamericano de Desarrollo. Por su parte, el BCRA
comenzó a financiar exportaciones no tradicionales.
Ferrer, sin embargo opina que durante el periodo se registró un debilitamiento de la
formación de capital, según estimaciones del IDES la inversión bruta en maquinaria y
equipo nacional e importado disminuyó en más del 20% entre 1961 y 1964. La
inversión pública experimentó una disminución de magnitud similar.
Algo digno de destacar es que la expansión monetaria no trajo aparejado aumento en la
inflación, sino que de hecho, disminuyó en 1964, aunque luego sí el IPC aumentó hasta
llegar a 31.9% en 1966.
8
RUBINZAL
que produjo reanimación en la plaza, fue apoyado con la expansión del crédito a los
particulares.
Además, se favoreció un aumento del consumo a través de fortalecer el salario real.
Para proteger el poder adquisitivo se implementó un control de precios sobre los bienes
de la canasta familiar, se dictó una Ley de Abastecimiento, se establecieron controles y
se implementaron retenciones sobre las exportaciones de trigo (13%), carnes (9,5%) y
maíz (6,5%) y se impulsó la sanción de la Ley del salario mínimo, vital y móvil,
permitiendo una recuperación del salario real y de la participación asalariada en el
ingreso.9 (De esta forma, se produjo una redistribución progresiva del ingreso.)
El déficit fiscal, que parecía incontenible durante el gobierno de Guido, se redujo
significativamente durante el mandato de su sucesor, dado que el crecimiento del nivel
de actividad aumento la base imponible. Una economía en expansión trae aparejada la
posibilidad de recaudar mas impuestos sin subir sus tasas y cubrir mejor el gasto
publico, incluso si este también creciera.
Las exportaciones, que siguieron siendo tradicionales, aumentaron
significativamente debido a una mejora en los términos de intercambio (en particular,
en 1964) y a una gran cosecha fruto de excelentes condiciones climáticas (1964 y 1965)
ayudado además por los resultados del programa frondicista anterior que impulsó, de la
mano del INTA, mejoras tecnológicas agropecuarias. Así, las exportaciones subieron
tanto en valor como en volumen. Los gobiernos anteriores a Illia habían intentado
algunos estímulos a la exportación agropecuaria sin demasiado éxito. Fue recién durante
el gobierno radical cuando se quebró de una vez y para siempre esa marca del
aislamiento económico argentino10. Cortés Conde coincide con esto: “La producción de
cereales fue favorecida en 1963/1964 por una buena cosecha y otra sobresaliente al año
siguiente y aunque la de 1965/1966 fue bastante menor, volvió a niveles altos en
1966/1967. Las tendencias sostenidas en la producción de cereales gravitaron en forma
notable sobre las transacciones internacionales, presentando, quizá por primera vez
desde el final de la Segunda Guerra, una continuada serie de años con saldos
positivos”11.
“Un aspecto destacado de la política económica de Illia fue el tratamiento del tipo de
cambio. Ni se mantuvo artificialmente la cotización del peso, ni se recurrió a mega
devaluaciones. Se aplicó un por entonces novedoso mecanismo de mini ajustes, que
acompañaban la inflación. Una herramienta cambiaria novedosa que ni siquiera tenía
nombre y que el Fondo Monetario Internacional al principio cuestionó duramente.
Luego fue adoptada en muchos países y es conocida hoy como Crawling Peg12”. Se
buscaba evitar el incremento de precios, por ello se aplico un tipo de cambio fluctuante
graduado de conformidad con la diferencia entre el aumento de los precios internos y el
experimentado por los países con los cuales efectuábamos nuestro principal comercio.
9
RUBINZAL
10
Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas “El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas
argentinas”, Emecé Editores, 4º edición, 1º reimpresión, 2010, Buenos Aires, Argentina, Pag. 298.
11
Cortés Conde “La economía política de la Argentina en el siglo XX” 1º edición, 1º reimpresión, Editorial
Edhasa, Buenos Aires, Argentina, 2007, Pag. 250.
12
Virgili, Aníbal “Ahorrar, acumular o financiar la crisis” EUMED Universidad de La Plata, Buenos Aires
Argentina, 2005, Pag. 23.
Además, para impedir la especulación, se ordenaba que las divisas ingresadas por
exportaciones se liquiden en el plazo de diez días. De este modo se impedían las bruscas
redistribuciones del ingreso. “Su gran ventaja era que garantizaba cierta estabilidad al
poder de compra de las divisas obtenidas por los exportadores. (Se daba así respuesta a
un viejo reclamo de los productores de bienes exportables, que desde hacía tiempo se
quejaban por los cambios bruscos en sus remuneraciones13”.)
Todos estos incrementos en la demanda agregada provocaron una
reactivación económica (ayudada además por las inversiones realizadas durante el
gobierno de Frondizi) que sin embargo no aumentó las importaciones debido a medidas
específicas del radicalismo: control de cambios, suspensión del financiamiento de las
mismas y estímulos crediticios a las empresas que utilizaron insumos locales en lugar de
importados, al tiempo que se restringía el uso de componentes no nacionales en la
industria automotriz.
La reactivación se había dado sin la expansión habitual de importaciones que provocaba
el estrangulamiento externo dando lugar al denominado ciclo Stop & Go, que desde
hacía quince años venía trabando el crecimiento económico. Gerchunoff habla de un
GOandGO
Como consecuencia de la expansión de las exportaciones sin aumento de las
importaciones, el balance comercial fue superavitario en todo el gobierno de Illia
pasando de un superávit de 384,4 millones de dólares en 1963 a un superávit de 468,9
millones14. “Esta mejora del sector externo contribuyó a enfrentar la pesada carga de la
deuda externa, cuyos servicios demandaron alrededor de mil millones de dólares entre
1964 y 1965. El desendeudamiento se llevó adelante sin suscribir ningún acuerdo con el
FMI e incluso poniendo término al stand by que venía de la gestión anterior (Frondizi lo
pide en diciembre de 1958, 100 millones de dólares). De este modo, sin refinanciaciones
importantes de la deuda externa, el gobierno logró reducir parte de ella y mantener el
nivel de reservas internacionales15”.
SECTOR INDUSTRIAL:
14
Rapoport, Mario “Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003)” Editorial Emecé,
2010, 4º edición, Buenos Aires, Argentina Pag. 473.
15
Ferrer, Aldo “La economía argentina. Desde sus orígenes hasta fines del siglo XXI” Fondo de cultura
económica, 4º edición, Buenos Aires, Argentina, 2010, Pag. 308.
descriptas operaron positivamente sobre la industria, aumentando la productividad,
salarios, empleo y exportaciones.
“Sobre la base del elevado margen de capacidad ociosa, gestada durante la crisis
de 1962-1963, fue posible un rápido repunte de la actividad industrial que, en 1964-
1965 creció a la tasa anual del 15% mientras que el producto bruto interno aumentó al
8% en cada uno de esos años16”.
“Dentro de ese panorama, se observaron diferencias importantes en las tasas de
crecimiento relativas de las distintas ramas industriales en relación con lo ocurrido entre
1958 y 1962. Si bien los sectores que el desarrollismo consideraba prioritarios
continuaron, en general, su marcha ascendente, su crecimiento se tornó más moderado,
mientras los sectores tradicionales como el de la producción de alimentos, los textiles o
las manufacturas de la madera lograron morigerar la pérdida de participación relativa en
la estructura industrial. El crecimiento fue, por consecuencia, más homogéneo en su
estructura sectorial que durante la experiencia frondicista17”.
No obstante, hubo algunos déficit en los sectores químico, plásticos, metalúrgico y
siderúrgico, en particular en los sectores maquinarias, instrumentos y material de
transporte, que obligaba a ingentes importaciones.
Por decreto del 8 de noviembre de 1963 se prohibió la importación de bienes de
capital. “En las importaciones, mientras se restringían las de capital, para las que, por
otra parte, no había demasiada urgencia después del reequipamiento de 1961, volvieron
a permitirse las de materias primas y bienes semiterminados, lo que incidió también en
la expansión de la actividad industrial18”.
Algo que hay que observar es que la expansión industrial no era mérito exclusivo
de Illia, sino que mucho tuvo que ver la gestión frondicista que se había visto retrasada
durante el interregno liberal de Guido, que con sus políticas ortodoxas, había provocado
una recesión.
El Plan Nacional de Desarrollo que elaboró la CONADE hacia fines de 1964,
defendía la necesidad de promover las exportaciones industriales en el tamaño reducido
del mercado argentino, que impedía el aprovechamiento de economías de escala. Es
decir que no se buscaba el equilibrio comercial sino ir pasando de un modelo de
sustitución de importaciones a uno de expansión exportadora. En esto jugaba un papel
clave la integración regional. El problema era la falta de competitividad de las industrias
a nivel internacional que dejaba como únicos mercados potenciales las economías
latinoamericanas que carecían de procesos de integración previos y que tampoco tenían
relaciones de complementariedad económica. Ejemplo de esto fueron los pobres
resultados de la ALALC mencionados anteriormente.
16
Ferrer, Aldo “La economía argentina. Desde sus orígenes hasta fines del siglo XXI” Fondo de cultura
económica, 4º edición, Buenos Aires, Argentina, 2010. Pag. 309.
17
Rapoport, Mario “Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003)” Editorial Emecé,
2010, 4º edición, Buenos Aires, Argentina. Pag. 485.
18
Cortés Conde “La economía política de la Argentina en el siglo XX” 1º edición, 1º reimpresión, Editorial
Edhasa, Buenos Aires, Argentina, 2007. Pag. 250.
SECTOR AGROPECUARIO:
Como fue analizado oportunamente, el sector agropecuario fue ayudado por dos
factores cruciales: unas óptimas condiciones climáticas y un aumento en la
productividad provocado por la presencia de mejoras tecnológicas impulsadas por el
INTA, fundado en 1956.
En ese año Raúl Prebisch había elevado un informe al gobierno de la Revolución
Libertadora con propuestas para el sector, entre ellas construir silos y elevadores de
campaña, mejorar la vialidad rural, crear un instituto de investigación y difusión
tecnológica para el sector agropecuario (que fue precisamente el INTA), estimular el
desarrollo de la maquinaria agrícola y estimular la producción de herbicidas, abonos,
plaguicidas y semillas de granos y forrajeras mejoradas. Esto redundó en políticas más
favorables al sector primario19 que fueron dando resultados en los años posteriores,
incluyendo la administración radical de Illia.
La mecanización del campo se reflejó en el aumento de los tractores utilizados
que llegaron a 120.000.
Además se emplearon semillas mejoradas, fertilizantes y nuevos métodos de
cultivo, junto con la difusión de herbicidas, prácticas de inseminación artificial, técnicas
sanitarias en la ganadería de cría y el reemplazo de alfalfa por praderas de pastoreo
rotativo. Todo en consonancia con el ya mencionado Informe de Prebisch.
Hubo una ampliación de mercados de exportación durante el gobierno radical
(algo que también recomendaba el informe Prebisch) que abarcó los países del Este y
Latinoamérica, especialmente en el mercado soviético, posibilitada por la ALALC y
como reacción ante las medidas proteccionistas llevadas a cabo por la Política Agraria
Común de la naciente comunidad europea y también por EEUU. “En 1964 se realizó un
convenio de intercambio de 400.000 toneladas de nafta proveniente del país del Este por
productos primarios argentinos. A fines de 1965, un nuevo convenio permitió
intercambiar 1.000.000 de toneladas de trigo por 70.000 toneladas de gasoil soviético.
También se exportaron granos a la República Popular China 20”. Así, la participación de
Europa Occidental en las exportaciones argentinas cayó, mientras la participación de
Latinoamérica y de los países del Este subió durante el período de referencia.
Se prosigue con el proceso de desconcentración de la tierra de los años anteriores.
En el período 1952-1970, hubo una subdivisión de los grandes latifundios pero sin
embargo esto no aumenta los minifundios. “Nos hallamos en presencia de un proceso de
concentración sin dispersión, o dicho de otro modo, de un proceso en el cual la
subdivisión de las unidades muy grandes no trae como resultado la multiplicación de las
unidades pequeñas sino el aumento de las que se ubican en medio de la escala21.
19
Barsky, Osvaldo Gelman, Jorge “Historia del agro argentino. Desde la conquista hasta comienzos del
siglo XXI” Editorial Sudamericana, 3º edición actualizada, Buenos Aires, Argentina, 2009. Pag. 392-393.
20
Rapoport, Mario “Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003)” Editorial Emecé,
2010, 4º edición, Buenos Aires, Argentina. Pag. 494.
21
Barsky, Osvaldo Gelman, Jorge “Historia del agro argentino. Desde la conquista hasta comienzos del
siglo XXI” Editorial Sudamericana, 3º edición actualizada, Buenos Aires, Argentina, 2009. Pag. 404.
La subdivisión parece obedecer a la necesidad jurídica, impositiva o
administrativa de redimensionar las grandes estancias.
22
Rapoport, Mario, op.cit., p..472-473
23
Vázquez Presedo, Vicente, Auge y decadencia de la economía argentina, Academia Nacional de La
Plata, Buenos Aires, 1992, p.167
24
Ferrer, Aldo, op.cit., p.308
25
Gerchunoff y Llach, op.cit., p.297
También se establecieron regulaciones a la industria automotriz, en el sentido de exigir
que las empresas automotrices utilicen en su mayor parte, autopartes nacionales. Aun
así, las multinacionales hicieron caso omiso de esta disposición económica del gobierno
porque afectaba negativamente la rentabilidad empresarial y prefería en cambio, abonar
las multas y sanciones económicas en caso de ser descubiertas.
El problema del stop and go
El problema más inmediato de la reactivación era caer de nuevo en el esquema fatal del
stop and go. El aumento del PBI podía aumentar las importaciones a un mayor ritmo
que las exportaciones y eso derivaría en un estrangulamiento externo que llevaría a una
devaluación seguida de inflación, caída del salario real y consumo y por supuesto,
recesión.
¿Cómo salir de esa dinámica perversa? Illia, por un lado devaluó gradualmente el tipo
de cambio, durante su período hubo nueve mini-devaluaciones que no impactaron
significativamente en la inflación, incluso el primer año de aplicación la inflación se
redujo un poco. Esto mejoraría las exportaciones, como ya vimos. Pero el problema de
las importaciones estaba latente y por eso se suspendió el financiamiento a algunas
importaciones. “Además, se premió a las industrias que utilizaran pocos insumos
importados con un mayor volumen de crédito, al tiempo que se restringía el uso de
componentes no nacionales en la industria automotriz26”.
Se prohibieron las importaciones de bienes de capital y se restablecieron controles
cambiarios sobre las transferencias de capital y sobre los rubros invisibles del balance
de pagos. De este modo, se lograron mantener las reservas internacionales en poder del
Banco Central27.
29
Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas “El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas
argentinas” Emecé Editores, 4º edición, 1º reimpresión, 2010, Buenos Aires, Argentina. Pag. 300.
30
En cambio según Ferrer, “hacia el final de la gestión radical comenzó a agotarse la posibilidad de
expandir la actividad productiva sobre la base del aumento del ingreso monetario y la ocupación de la
capacidad instalada ociosa. Se demostraba así que el alivio coyuntural del balance de pagos y la
fue aprovechado para dar un nuevo golpe de Estado en 1966, que contaba con el
conocimiento de EEUU: la Revolución Argentina, con posiciones ideológicas más
desarrollistas y que vería sucederse tres presidentes: Juan Carlos Onganía, Roberto
Levingston y Alejandro Lanusse.
Por todo lo anterior, vale concluir en que, a fin de cuentas, no fueron factores
económicos sino políticos los que provocaron el derrocamiento de Illia.
Bibliografía:
- Gerchunoff, P. y Llach, L. “El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de
políticas económicas argentinas”. Emecé Editores, 1° edición. Buenos Aires
- Rapoport, Mario “Historia económica, política y social de la Argentina”, Emecé
Editores 4º edición Buenos Aires Argentina
- RUBINZAL
- FERRER