La Oratoria Clásica Varios Apuntes
La Oratoria Clásica Varios Apuntes
La Oratoria Clásica Varios Apuntes
La oratoria clásica es un pilar sobre el cual se apoya la oratoria moderna y para fundamentar esto se hace imprescindible
destacar algunos criterios iniciales.
Aunque el tema por el cual recibo consultas permanentes tiene cierto contenido teórico, siempre el fin es práctico.
Cuando digo esto, me refiero al punto de origen en el entrenamiento oratorio. Es elemental y hasta trascendente
comenzar desde las raíces porque lo superficial ,en ocasiones, se desvanece de modo prematuro.
Mi propósito será lograr que, todo aquel que esté interesado en los temas de la comunicación conozca y utilice
herramientas que le ayude a ser "un buen orador moderno". Y la modernidad , aunque muchos disientan o se resistan,
tiene una antesala "la historia". Por lo tanto, en este capítulo haré una reseña que introduzca al "futuro orador
moderno" en el terreno de la palabra y para ello también se requiere paciencia y constancia , Entonces hagamos foco en
el pasado...
...La oratoria entendida como el arte del buen hablar siguiendo determinadas reglas tiene su origen en Grecia, más
específicamente en la antigua filosofía griega y en aquel tiempo la oratoria era parte integral de la formación cultural. En
contraste con ésta realidad, hoy la oratoria se utiliza más específicamente en campos como la administración, el
marketing, sectores privados, medios de comunicación y salvo excepciones, jamás es parte de un entrenamiento
educativo permanente. En otras palabras, sólo quien necesita utilizarla se capacita en éste área.
Los sofistas (siglo lV a.c.) sólo buscaban convencer a través de la palabra y ... quizás en la actualidad muchos copien
éstos ejemplos, dejando de lado la ética y la moral y por si fuera poco hasta el cuidado por la integridad del ser humano.
El problema de los sofistas es que sólo profundizaron en las técnicas que debía utilizar un orador para convencer, casi
como reglas estáticas. Y esto último es justamente lo opuesto a lo que debe hacer un orador moderno, quien debe
estimular la amplitud de criterio.
Sócrates (filósofo griego), sólo buscaba la verdad y su sistema llamado "Mayéutica", consistía en una serie de preguntas
y respuestas con su interlocutor. Un dato curioso, es que, él bautizó así a su método, en honor a su madre que era
partera y en Grecia a ese oficio le llamaban "Mayeuta" y éstas eran quienes ayudaban a dar a luz a los niños. En el caso
de Sócrates, él sostenía que "daba a luz la verdad". Y en la actualidad muchos oradores (profesores incluso) utilizan la
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técnica de "pregunta – respuesta" para ayudar a desentrañar la verdad luego de la reflexión y el ejercicio de la lógica.
Otros sin embargo, prefieren dar las respuestas desde el inicio de una exposición o disertación.
Otro filósofo destacado fue Platón (427 – 347 a. c. ) insistía en que un buen orador debía tener una recta actitud ética y
moral. El escribió casi toda su obra en diálogos y ayudó tanto al campo de la oratoria como a influir en la cultura
occidental. La definición que brindaba de oratoria era la siguiente: Ganarse la voluntad humana a través de la palabra.
El alumno de Platón fue Aristóteles (384 – 322 a .c.) y en el terreno de la oratoria su técnica consistía en utilizar de
acuerdo a la circunstancia, el método más adecuado con el fin de convencer al contrario.
Ahora bien, si hoy dijéramos que Oratoria es el arte de convencer estaríamos segmentando el conocimiento. Por eso
mismo, la definición más acertada sería ésta: Oratoria es la ciencia que se ocupa de la forma en que el emisor expresa y
transmite su mensaje sin ansias de subestimar a quien lo recibe.
O sea que si bien, puede existir cierta persuasión de parte del emisor, el interlocutor tendrá la chance de digerir y decidir
que hacer luego de recibir el mensaje. Quizás parezca una definición idealista pero...la experiencia me demuestra que
cuando se ofrece un mensaje bien intencionado, por la ley de reciprocidad de la comunicación, los resultados son gratos
tanto para el orador como para el receptor.
Podríamos entonces seguir recorriendo la historia y agregar sintéticamente que los griegos propagaron a Roma ese
cúmulo de conocimientos , que en la época del Renacimiento ya se publicaban tratados de oratoria en lenguas
nacionales, un gran avance en esos tiempos dado que hasta ese entonces sólo se conocían manuales en griego o latín.
Incluso en la Revolución Francesa se destacaron oradores como Robespierre, Napoleón l, Danton, etc.
Este tono comparativo es válido si se tiene en cuenta que las reglas de la oratoria clásica contribuyen aún al terreno de
"la oratoria moderna", aunque como dije anteriormente, siempre un lenguaje preciso y estimulador es generador de
ideas y si ese mensaje es constructivo, las propuestas que a partir de allí fluyan potenciarán el propósito inicial. Espero
que cada lector que tome contacto con éstas líneas pueda descubrir los inicios del arte de hablar para comenzar a
sentirse familiarizado con el futuro entrenamiento que brindaré.
En la próxima columna detallaré los puntos básicos que debe tener en cuenta un orador si desea lograr resultados
óptimos. Recordemos que todos podemos entrenarnos y que jamás se agotan los recursos. Además yo continúo
aprendiendo junto a cada alumno.
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Son entre cuatro (exordio, exposición o narración, argumentación, peroración o epílogo) y seis
(exordium, narratio, partitio, confirmatio, refutatio, peroratio)
EXORDIO
Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del
receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo. Es
necesario afectar modestia para capturar la simpatía del público y explotar su tendencia a identificarse con quien está
en apuros o es débil.
EXPOSICIÓN O NARRACIÓN:
La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar
la conclusión que se persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente
(partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los elementos que no nos conviene mencionar y
desarrollar y amplificar aquellos que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se suelen usar en la partitio
son taxis, merismo, diéresis, diálisis, eutrepismo, prosapódosis, hipozeuxis y distributio.
Esta sección enseña al público los puntos fuertes que vamos a defender. Se persigue la brevedad (no aburrir al auditorio,
no traspasar el umbral de atención del público y evitar la desproporción entre discurso y tema), la claridad (es imposible
convencer al público si no se ha enterado de lo que se trata, aunque literariamente la oscuridad y ambigüedad puede ser
un mérito) y la verosimilitud (ya dijo Aristóteles que es preferible lo falso verosímil a lo verdadero inverosímil). No hay
que hacer increíbles unos hechos ciertos y el abogado que haga creíbles unos hechos falsos logrará que el jurado vote
por su cliente. En este punto la ética no tiene nada que ver con la retórica. En el mundo literario, el principio de
verosimilitud es importantísimo, ya en estética realista o fantástica. En la exposición se incluye una serie de
circunstancias: quién (quis), qué (quid), cuándo (quando), cómo (quemadmodum), dónde (ubi), por qué (cur), con qué
medios (quibus auxiliis). Hay que interrumpir la exposición con breves digresiones que impidan la monotonía aliviando la
tensión del auditorio y actuando sobre él de forma complementaria.
ARGUMENTACIÓN:
Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición
(confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes
que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige
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el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario
metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación. También es un lugar apropiado para
el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al
postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en
ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la
lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo
verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión,
convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia a abandonar al
principio del lector recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica
recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los
argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.
PERORACIÓN:
Es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos
y provocando su compasión (conquestio o conmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad del público y
lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos patéticos (accumulatio, anacefalaeosis, complexio,
epanodos, epifonema, simperasma, sinatroísmo); incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad, mala suerte,
desgracias… Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la
apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-
puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable.
El Discursos y sus partes
El discurso es un evento comunicativo social, realizado mediante el empleo de elementos lingüísticos. Es el mecanismo
más efectivo para entablar comunicación con un determinado público; por ende, debe haber un vínculo previo entre el
orador, y el oyente o auditorio.
En el uso, un discurso es un mensaje oral dirigido a un público. Su principal función ha sido desde sus orígenes
comunicar o exponer, pero con el objetivo principal de persuadir.
También podemos decir que un discurso es un acto de habla, y por tanto consta de los elementos de todo acto de habla:
en primer lugar, un acto locutivo o locucionario, es decir, el acto de decir un dicho (texto) con sentido y referencia; en
segundo lugar, un acto ilocutivo o ilocucionario, o el conjunto de actos convencionalmente asociados al acto locutivo;
finalmente, un acto perlocutivo o perlocucionario, o sea, los efectos en pensamientos, creencias, sentimientos o
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acciones del interlocutor.Su función es convencer, influir a los oyentes acerca de verdades claras e indiscutibles que de
poder ser probadas y comprobadas
Introducción: Presentación del tema, debe explicar a groso modo y entre líneas el tema que va a exponer, es necesario
convencer al público para crear un vínculo de simpatía. Captar la atención de la audiencia
Desarrollo: Tratar el tema a fondo, datos, circunstancias (conocimiento del tema que estamos abordando)
ARGUMENTOS y un poco aludir al público, ordenar argumentos y apoyarse en cifras, ejemplos, e ideas innovadoras.
Utilizar palabras correctas.
Conclusión: Se llega a la emoción, exhortación a los demás, mostrar los intereses usar verbos como: los exhorto, los
invito, transformemos, este es el momento. Mostrar soluciones, propuestas serias y hacer llamados