1917 Teresa Wilms Montt - Los Tres Cantos
1917 Teresa Wilms Montt - Los Tres Cantos
1917 Teresa Wilms Montt - Los Tres Cantos
El presente artículo tiene por objetivo desarrollar una lectura intertextual del
poemario “Los tres cantos” de Teresa Wilms Montt. Para tal labor acudo a Julia
resultan legibles otros varios discursos. Se crea, así, en torno al significado poético, un
espacio textual múltiple cuyos elementos son susceptibles de ser aplicados en el texto
Desde esta perspectiva, la lectura que realizo vincula el análisis del texto a una
resultar, como señala la autora, el índice de la manera como un texto lee la historia y se
inserta en ella (Cit. por Oelker, 2002: 51). Considero que el conjunto poético puede
leerse como una reescritura del género salmo, ejercicio que se realiza respetando y
crítica.
cabida y nutrieron a la vanguardia literaria, que comenzó a gestarse desde principios del
siglo XX. En su libro Genealogía de la vanguardia en Chile (La década del centenario)
1
Este trabajo es la adaptación de una de las secciones de mi Tesis para obtener el grado de Licenciada en
Educación con mención en Español en la Universidad de Concepción, titulada “La búsqueda espiritual en
‘Los tres cantos’ de Teresa Wilms Montt”, presentada en Marzo de 2008 y guiada por la Dra. Cecilia
Rubio Rubio.
(1999?), desarrolla la tesis de que el momento de la modernidad, marcado por la
voluntad de las nuevas tendencias, empieza a germinar en Chile hacia 1910. En esta
constatar que la escritora Inés Echeverría de Larraín, Iris, ofrenda su novela Hora de
queda (1918), a los ‘espíritus de vanguardia’, vale decir, a los autores que comparten
con ella la sensibilidad ante la vida, especialmente las mujeres aristócratas, que la han
artistas chilenos.
puede encasillarse en él. Aun cuando algunas autoras escribieron poemas religiosos,
ortodoxia y beatería.
El segundo libro de Teresa Wilms, Los tres cantos, se publicó en Buenos Aires
totalidad del texto sólo un tercio está constituido por el conjunto poético titulado “Los
2
El autor no define con exactitud lo que entiende por ‘interioridad’ y ‘búsqueda espiritual’. Para el caso
de este trabajo, cuando utilizo el término ‘interioridad’, me refiero básicamente a aquel espacio de
conciencia en toda su amplitud y la orientación de las propias energías en ese espacio. La puesta en
acción de esa orientación es la búsqueda espiritual.
tres cantos”. El resto de la publicación corresponde a unos ‘apuntes’ para una novela
que se titularía “Del diario de Sylvia”. La diferencia de géneros literarios no obsta para
que ambos textos conformen una sola publicación, hecho que puede tener importancia
semántica sostenida y no sujeta a la medida del verso, como la define Grandón (2004:
16). Esta preferencia por la prosa poética sugiere la vinculación del texto de Teresa
Wilms Montt a la tendencia del espiritualismo de vanguardia, ya que por medio de ésta
la poeta, al menos en “Los tres cantos”, desarrolla una escritura profundamente marcada
por las vivencias del alma. La interioridad de la misma constituye el eje de su creación,
y por medio de diversos mecanismos, el texto pretende develar la vida del espíritu, tal
como lo sostiene Bernardo Subercaseaux (op.cit.: 41). Esta vinculación es la que guiará
este análisis.3
El título “Los tres cantos” anticipa la estructura del texto en cuestión. El texto
está constituido por tres grupos poéticos titulados “La mañana”, “El crepúsculo” y “La
noche”4, que poseen como entradas los verbos ‘cantar’, ‘rezar’ y ‘llorar’,
semánticos pueden sugerir la calidad invocatoria del texto. Esta cuestión puede
abarcarse desde muchas direcciones. De todos modos, se observa que la poeta hace
estados.
3
Nómez (2006) y Alvarado (2005), si bien sostienen que es la poesía el discurso literario que da espacio a
la expresión de las mujeres de la época, analizan la obra de Teresa Wilms denominándola prosa poética.
Subercaseaux (1999?) señala que Wilms utiliza el género prosa para su producción.
4
Desde ahora, me referiré a cada texto o apartado como ‘LTC’ (Los tres cantos), ‘LM’ (La mañana),
‘EC’ (El crepúsculo) y ‘LN’ (La noche).
El primer canto, LM, se organiza a partir del verbo “cantar” en función
imperativa. La sujeto se manifiesta como una mujer desdoblada que habla y dirige el
contemplación del medio en que se sitúa, por lo que los párrafos se organizan por
resaltan algunas características específicas por medio de frases adjetivas. Hacia el cuarto
párrafo se traslada la observación a la relación del alma con sus ‘gemelas’, y las
distintas formas de vinculación con éstas. Así, la sujeto describirá genéricamente las
de manera que al aparecer el noveno párrafo, las apelaciones se explicitan para mostrar
las posibilidades del alma de intervenir en el medio que ha venido ‘cantando’. Se puede
explícita de la ‘palabra del hombre’ frente al resto de los sonidos naturales cantados en
despliegue de todas las posibilidades sensoriales, y abre las posibilidades alegres del
alma, de dirigirse hacia el encuentro con la naturaleza. Sin embargo, la alegría que
caracteriza todo el texto culmina con una solicitud reveladora de una amenaza en lo
futuro: “canta antes que cierre la noche y aúlle el lobo salvaje en la montaña” (Wilms,
1922: 39).
El segundo canto, EC, se organiza a partir del verbo “rezar”, que repite la
función imperativa del primer canto. El momento del crepúsculo sitúa a la sujeto en otra
postura anímica y la contemplación procede esta vez guiada por los aspectos dolientes
funciona aquí sin una organización semántica equivalente al primer canto, y la sujeto y
su alma parecen transitar desde objetos inanimados hacia animales, vegetales y otras
almas, y retornar casi extraviadas. El octavo párrafo integra nuevos imperativos por la
insta al alma a arrodillarse en actitud invocante. Hay que notar aquí la explicitación de
un ruego elaborado, una estructura cuya forma sintáctica, aunque subordinada, parece
desvincularse de la tendencia acumulativa del texto que le precede: “Que todos unidos
por un mismo esfuerzo vayan serenos hacia el fin de las cosas y renazcan con mayor
Los párrafos noveno y décimo integran tipos humanos, que, en la línea del
decimosegundo integra nuevos imperativos que vuelven a explicitar facultades del alma,
frente esta vez, a la amenaza ya mencionada, pero que se vuelve cada vez más indecible
inicia otra estructura organizativa, que funciona gracias a la constatación de que el sol
va desapareciendo, como cierre del estado descrito en EC. Aquí se inician una serie de
lamentaciones por la muerte de un sujeto amado, que por primera vez se integra como
texto se cierra con un sector distinto, marcado gráficamente y que está dirigido a la
Naturaleza, y en él se explicita la intención de la sujeto de ofrecer el sufrimiento que
Noche. Es aquí donde acontece el cambio de significación. La noche, que había sido
“buscando la luz llegué hasta las tinieblas y allí la encontré” (ibid.: 52), parece
desarrollarse, dentro del canto LN, otra instancia del poema total, que parece ser un
las mujeres aristócratas de la época, mujeres que se interesaron por buscar otras formas
este sentido, esta tendencia practica una suerte de ecumenismo espiritual, que significó
El conjunto poético LTC, desde mi perspectiva, pertenece a esta tendencia crítica de los
discursos religiosos convencionales, porque muestra una reescritura del género salmo,
continuación.
sectores textuales con otra estructura organizativa en los textos EC y LN, el conjunto se
configuración estructural – semántica para cada texto por separado y para el texto total.
Esto se explica si se considera que este texto se relaciona con el género discursivo del
responde, según Beauchamp (Cit. por Grandón, 2004: 52), a estructuras como la
El rasgo distintivo más notable en el género discursivo del salmo es, como se
responde a dos elementos paralelos que se corresponden mutuamente por forma y/o
El sintagma nominal “Los tres cantos” da título al conjunto, y esto se explica por
la intención de configurar una estructura clara y bien demarcada. Los “cantos” refieren
primer universo semántico en el texto, puesto que el poema, según mi lectura, reescribe
subvertirla drásticamente.
del hombre, y así también el alma religiosa se vuelve espontáneamente hacia Dios en
estos dos momentos del día” (CELAM, 1968: 1). Además, los principales recuerdos del
sus manifestaciones acontecen en estos momentos del día, y por ello es que, explica la
relaciona con la oración de Laudes en el tono laudatorio que vincula el poema con la
estructural. Así, por ejemplo, hay enumeración en el Salmo 48, perteneciente a la hora
Si para el salmo citado, la alabanza está motivada por el poder creador de Dios,
Refiriéndose al “amor alado” (Wilms, op.cit.: 38), la sujeto del poema otorga al alma la
facultad de acrecentar el vigor del amor: “tiende tus brazos al amor que llega desalado a
refugiarse en tu seno; dale abrigo y estimula su creciente vigor” (id). La función de esta
ido mostrando. Esta sacralización se relaciona, sin embargo, con una idea de la
poético, puesto que la Naturaleza sobrepasa, no sin tensiones, el centro del Dios
cristiano. La potestad de dar vigor ha sido trasladada al alma humana, y con ello se ha
roto la idea de perfección divina dadora de vida, perfección que se prolonga al cuerpo
Desde la primera mención del encuentro erótico se introduce los símbolos de la lágrima,
la gota y el néctar: el alma “canta con las lágrimas de dicha que tiemblan y resbalan
como gotas de rocío sobre los pétalos”, y bebe “de un sorbo el néctar de la mañana”
rezo. La oración de Vísperas posee un carácter comunitario porque, para restablecer “el
doble quicio del alma religiosa” (CELAM, op.cit.: 2), la tradición señala que el rezo de
vísperas constituye la instancia para la reunión de los fieles, al caer la tarde, a la misma
relaciona con la necesidad de Vísperas de la oración por la “marcha del mundo” (ibid.:
2). Según la tradición, en esta oración sólo los sacerdotes pueden pronunciar las
oraciones dirigidas a la divinidad para pedirle por el mundo, porque cuando lo hacen se
ruego, exclusivos del poder sacerdotal, y ejerce la modulación de las súplicas humanas:
conciencia, y seré bestia humilde, con los ojos vueltos hacia la tierra, en espera de
horrendos martirios” (ibid.: 43). Esta autoinmolación no deja de recordar el sacrificio de
poema, que se relaciona con la muerte de un hombre que la sujeto poética dice amar. De
la religión tradicional católica, el poema altera esta tradición, porque subvierte el centro
centro, aunque disperso, del texto y no el Dios cristiano. De esta manera, el texto
43) se desarrolla como término del estado descrito en el canto, y su carácter penitente
poética, quien, desde una zona nocturna, suplica a la Naturaleza por el perdón. Por eso
paria”, “la mujer repudiada” y “los que no tienen consuelo” (Wilms, op.cit.: 48).
relación semántica directa que se establece entre los textos en lo que respecta a la
valoriza negativamente, la sujeto poética establece su súplica para poder penetrar más
partir de su relación con el total, teniendo en cuenta que cada texto responde a una
invocación, una alabanza y una súplica, según sea el caso, y para ello he recuperado los
devoción. Segundo, en lo que hace referencia a la moral católica respecto del placer
profundidad. Por todo esto, en este ejercicio, la poeta genera una convivencia
tensionada de sus textos con una religiosidad convencional. La poesía que ella
transgresiva.
Referencias
CELAM. 1968. Laudes, vísperas y completas del Oficio Romano. Madrid: Coedición
Desclée & Cie, París-Tournai y Biblioteca de Autores Cristianos de la Editorial
Católica. S.A.
Grandón, Olga. 2004. La prosa poética de Gabriela Mistral: identidad y discurso, ts.
Tesis para optar al grado de Doctor en Literatura con mención en literatura
chilena y contemporánea, Universidad de Chile.
Kristeva, Julia. 1981. Semiótica. Vol.2. Traducido por José Martín Arancibia. Madrid:
Fundamentos.
Wilms, Teresa. 1922. Lo que no se ha dicho. Edición póstuma. Santiago: Zig- Zag.