Segundo Capítulo. Libro de Rut

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03.

Segundo Capítulo
Libro de Rut

Lee el capítulo 2 del libro de Rut.

Este capítulo de Rut es uno de esos momentos en la biblia donde vemos la soberanía y
la providencia divina actuando en todo su esplendor. Cada momento, cada detalle, Dios
detrás del telón organizando todo.

Aquí aparece un personaje llamado Booz, un hombre influyente y rico de la familia de


Elimelec esposo de Noemí que había muerto. Noemí jamás consideró a Booz como
alguien que la podía ayudar. Podemos concluir esto porque cuando llega a Belén no
vemos que va a casa de Booz a pedir ayuda.

Esta actitud de Noemí me hace pensar en algo, ¿Qué hacemos cuando necesitamos
ayuda? ¿A quién recurrimos en primer lugar? ¿A quién le tocamos la puerta?

Noemí nos desafía a esperar, a quedarnos a puerta cerrada en oración dependiendo de


Dios, a recurrir al Señor como nuestra ayuda, a depender profundamente de él.
Esto es algo que la biblia nos hace meditar, la dependencia divina. ¿De verdad hemos
aprendido a depender de Dios? O ¿Dependemos de la gente, el trabajo, etc?

El Señor puede usar cualquier canal para bendecir nuestras vidas, el problema es cuan-
do ponemos nuestra esperanza, fe y confianza en el canal y no en el que preparó todo.

¿Qué haríamos en la situación de pobreza de Noemí con un familiar rico a quien ir?
¿Iríamos o no?

Hoy estamos precisamente en un tiempo donde una de las lecciones será aprender
dependencia divina. Quiero darte un mensaje de paz y ánimo, no hay nada mejor que
depender de Dios y no de la gente. Cuando aprendemos a depender de él estamos a las
puertas de ver los milagros más grandes.

Si seguimos la historia vemos algo maravilloso desde el corazón de Rut:


“Y sucedió que Rut la moabita le dijo a Noemí: Permíteme ir al campo a recoger las
espigas que vaya dejando alguien a quien yo le caiga bien.
Anda, hija mía —le respondió su suegra. Rut salió y comenzó a recoger espigas en el
campo, detrás de los segadores. Y dio la casualidad de que el campo donde estaba
trabajando pertenecía a Booz, el pariente de Elimélec.”

En medio de la crisis Rut toma la iniciativa. ¿Qué significa ser una persona con alta ini-
ciativa?

• Toman decisiones en momentos de crisis para anticiparse a las situaciones


problemáticas que podrían surgir en el corto plazo.
• Actúan rápida y decididamente en una crisis, cuando lo normal es esperar,
analizar y ver si se resuelve sola.
• Tienen distintos enfoques y ven diferentes posibilidades para enfrentar un
problema.
• Son participativos, aportan ideas, y estimulan a la gente para que actúen de la
misma manera. Su actitud proactiva es su motor interno.
• Toman decisiones o hacen recomendaciones en el trabajo del día a día sin
necesidad de consultar con otros ni con el superior.

Rut nos desafía, nos reta a tomar la iniciativa. Esto tiene que ver con reconocer nuestra
responsabilidad, que no es otra cosa que la habilidad para responder y hacer que las
cosas sucedan.

Alguien dijo un día: “no seas parte del problema, sé parte de la solución”.

Rut no es la persona que se queda esperando que otros actúen por ella, o que le digan
lo que debe hacer. Ella está dispuesta y disponible para tomar la iniciativa aunque se
equivoque.

No podemos seguir esperando que los demás se hagan cargo de nuestras situaciones,
sino que debemos convertirnos en protagonistas y tomar la iniciativa de las cosas, no
dilatarlas o delegarlas.

La iniciativa es una de las cualidades más valoradas pues permite que las personas se
diferencien y destaquen sobre otras en todas las áreas de su vida.

Las personas que toman la iniciativa son personas de decisiones firmes. No podemos
separar iniciativa de decisión.

La iniciativa termina mostrando lo mejor de nosotros mismos. Escribe estos cinco pun-
tos para tener en cuenta:
1. Toma tus propias decisiones: llénate de la información correcta y adecuada,
sé coherente y propón soluciones. Pero, sobre todo, trata de ser fiel con Dios,
contigo mismo y con los que te rodean. Evita actuar bajo la influencia u opinión
de terceros o las reacciones que puedas generar en ellos.
2. Sé positivo y motivador: Generarás confianza y credibilidad no solo en tu
familia sino con la gente que te relacionas. Aprovecha los errores para aprender
de ellos y contribuye desde tu experiencia para que todo salga adelante.
3. Analiza las cosas con perspectiva de futuro y esperanza: Si miras más allá
del día a día, pensando también a mediano y largo plazo, podrás anticiparte a
posibles problemas, planificar mejor las tareas y optimizar el tiempo. La palabra
de Dios enseña esto de primera mano.
4. Aprovecha las oportunidades y sé creativo: Traza una línea de objetivos y
utiliza todo aquello que pueda ayudarte a alcanzarlos. Es tiempo de desarrollar
creatividad y resiliencia para abrirte camino en medio de la dificultad.
5. No necesitas tener todo a tu favor para tomar la iniciativa: No mires el viento,
ni el cielo para iniciar con aquello que Dios ha puesto en tu corazón.
6. No te aferres a lo conocido, lo desconocido es un buen escenario: Lo único
que tienes que conocer es al Señor, y mantenerte como viendo al invisible, de
esa manera hasta las iniciativas más ilógicas te será fácil tomarlas.

Tomar la iniciativa, como hizo Rut, siempre termina ubicándote donde debes estar, qui-
zás los primeros días o los primeros intentos no sean la mejor experiencia ni terminen
en lo que esperabas, tal vez hasta traigan frustración a tu vida, pero sigue intentándolo,
finalmente el que busca encuentra. Fue lo que le sucedió a Rut, terminó en la tierra del
pariente rico de Elimelec, si lo hubiera planeado nunca hubiera sido así de perfecto.

¿Quieres ver la mano de Dios actuando a tu favor y disponiendo todo para tu bien?
Toma decisiones bajo su perfecta voluntad, él se encargará de guiarte al lugar donde
debes estar.

Recoger espigas detrás de los segadores no es una actividad reconocida sino humillan-
te, lo hacían aquellas personas que no tenían cómo trabajar . Recogían los sobrados, lo
que quedaba, lo que se cae.

¿Quién quiere vivir de sobrados? Nadie. ¿Quién quiere recoger lo que otros dejan caer?
Nadie. Pero hay momentos en la vida que toca hacerlo, lo que si es importante es no
quedarnos en el mismo lugar recogiendo las espigas que se caen de manos de otros
toda la vida.

Una de las primeras decisiones que debemos tomar es usar lo que tenemos a nuestro
alcance. Si no haces eso no llegará a tus manos aquello que te gustaría tener.
La historia continua contando lo que sucedió:
“En eso llegó Booz desde Belén y saludó a los segadores:
¡Que el Señor esté con ustedes!
¡Que el Señor lo bendiga! —respondieron ellos.
¿De quién es esa joven? —preguntó Booz al capataz de sus segadores. Es una joven
moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí — le contestó el capataz. Ella me
rogó que la dejara recoger espigas de entre las gavillas, detrás de los segadores. No
ha dejado de trabajar desde esta mañana que entró en el campo, hasta ahora que ha
venido a descansar un rato en el cobertizo.”

Es impresionante como en medio de tantos segadores y trabajadores Booz se fijó en


Rut. Aquí de nuevo podemos asegurar que cuando tomamos decisiones correctas el
Señor se encarga de hacernos visibles; nuestras decisiones siempre nos harán sobresa-
lir y los que nunca nos habían visto nos verán.

Rut además de ser una mujer de iniciativa no dejaba de intentar lo que se había pro-
puesto hasta lograr lo que esperaba. Quizás al comienzo no era fácil que la dejaran en-
trar, pero ella siguió insistiendo hasta que el capataz lo permitió.

Vemos a una mujer que no se retira ante una respuesta negativa, sino que sigue tocado,
pidiendo, y llamando hasta que algo suceda. Esta es una cualidad importante de toda
persona que entiende que la decisión es la clave.

Es importante lo que nos sigue enseñando la historia:“No ha dejado de trabajar desde


esta mañana que entró en el campo, hasta ahora que ha venido a descansar un rato
en el cobertizo”.

Cuando está mujer entró a su lugar de trabajo sacó lo mejor de sí, hizo su trabajo con ex-
celencia, se destacó por hacerlo bien y sin descanso. Esta es la persona que aprovecha
las oportunidades y que no está dispuesta a perder lo que ha conseguido.
Rut imprime a nuestras vidas ánimo, fuerza, voluntad, ganas de hacer las cosas con
constancia y firmeza, y comprender que cuando hagamos algo debemos hacerlo como
para el Señor y no como para los hombres.

Esta acción de Rut trajo una reacción inmediata:


“Entonces Booz le dijo a Rut:
—Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí;
quédate junto a mis criadas, fíjate bien en el campo donde se esté cosechando, y sí-
guelas.Ya les ordené a los criados que no te molesten.Y, cuando tengas sed,ve adonde
están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado.”
El jefe se dirigió a ella, el dueño del campo. Un hombre rico que no tiene necesidad de
hablar con la servidumbre de su finca y menos con alguien que viene a recoger lo que
queda. Proverbios dice que Dios inclina el corazón del rey hacia donde él quiere. Y fue
exactamente lo que sucedió aquí. Booz está siendo movido por Dios, y el favor divino
está sobre la vida de Rut como puede estar sobre la tuya.

Booz le dijo:

1. No vayas a otro campo quédate aquí.


2. Quédate con mis criadas.
3. Observa bien el campo que están cosechando.
4. Nadie te va a molestar.
5. Cuando tengas sed ven y bebe.

Aquí es donde podemos ver a Booz representando lo que es el Señor Jesús en nuestras
vidas. Él nos abre la puerta y nos dice: “ya que llegaste no te vayas, aquí hay un lugar para
ti. Los campos están en cosecha, entra y toma lo que necesites. Hay una puerta abierta
para que entres y encuentres provisión para ti y para tu familia”.

La vida le comenzó a cambiar a Rut de la noche a la mañana, ella quizás no se imagina-


ba que ese sería un gran día. Todo comenzará a transformarse paso a paso, es momento
de que conozcas el carácter de Dios, y que él bendice poco a poco. A medida que va-
mos creciendo en él su bendición va llegando a nosotros.

Es necesario madurar, no te puedes quedar en el mismo estado emocional, sentimental,


y espiritual. Crece, intencionalmente crece.

“Rut se inclinó hacia la tierra, se postró sobre su rostro y exclamó:


—¿Cómo es que le he caído tan bien a usted, hasta el punto de fijarse en mí, siendo
solo una extranjera?

Inclinarse y postrarse es una acción física que comunica lo que hay en el corazón de
esta mujer, reconoce la autoridad de Booz y se pone al servicio de él. Ella no podía en-
tender como una moabita extranjera puede tener un lugar en la mesa del dueño de la
tierra. De la misma manera es como cada uno de nosotros debe preguntarse cómo es
posible que Dios se haya fijado en nosotros.

“—Ya me han contado —le respondió Booz— todo lo que has hecho por tu suegra
desde que murió tu esposo; cóxmo dejaste padre y madre, y la tierra donde naciste, y
viniste a vivir con un pueblo que antes no conocías. ¡Que el Señor te recompense por
lo que has hecho! Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte,
te lo pague con creces.”

Alguien habló bien de Rut y su testimonio abrió la puerta mucho más. Esto nos enseña
lo valioso que es nuestro testimonio de fe, la congruencia entre lo que creemos y hace-
mos. El testimonio habla en la tierra y en el cielo. Los detalles de la vida de esta mujer ya
estaban en conocimiento de Booz,y esto lo sorprendió tanto que se vio en la obligación
de retribuirla por su decisión. Toda decisión traerá a nuestras vidas una reacción inme-
diata que será directamente proporcional a la decisión que hemos tomado.

“—¡Ojalá siga yo siendo de su agrado, mi señor! —contestó ella—. Usted me ha conso-


lado y me ha hablado con cariño, aunque ni siquiera soy como una de sus servidoras.
A la hora de comer, Booz le dijo:
—Ven acá. Sírvete pan y moja tu bocado en el vinagre.
Cuando Rut se sentó con los segadores, Booz le ofreció grano tostado. Ella comió,
quedó satisfecha, y hasta le sobró. Después, cuando ella se levantó a recoger espigas,
él dio estas órdenes a sus criados:
—Aun cuando saque espigas de las gavillas mismas, no la hagan pasar vergüenza.
Más bien, dejen caer algunas espigas de los manojos para que ella las recoja, ¡y no la
reprendan!”

La vida de Rut y Noemí cambiaron por completo:

1. Estaban comiendo de la casa del pan, ya no era lo que les habían contado
sino que ahora estaban experimentando la bendición de Dios en sus propias
vidas.
2. La sentaron a la mesa y le dieron grano tostado, ella comió y quedó satisfecha.
3. Comió y le sobró. Así es la bendición de Dios. Cuando va llegando no solo
hay sino que sobra.
4. Se vino una bendición extrema a su vida, los manojos caían para ella. Los
segadores intencionalmente trabajaban para ella.
5. Nadie podía reprenderla, molestarla, incomodarla.

Así regresó a casa esa tarde, pero ahora venía con sus manos llenas. Fue un gran día de
trabajo donde pasaron cosas sorprendentes. Aprendió a recoger espigas y a desgra-
narlas, lo hizo tan bien que recogió más de 20 Kilos que era la medida que recogían 3
trabajadores o cosechadores.

Esto que sucedió es para decirte que en el nuevo trabajo que tendrás darás mucho
fruto, serás más eficicente y Dios te respaldará.
La bendición que llegó a la vida de la moabita mostró su corazón. De ella solo salió ge-
nerosidad, y alegría al poder llevarle alimento a su suegra.

Con todo lo que comenzó a suceder en su vida entendió que la puerta estaba abierta y
que fue la misma mano de Dios actuando a favor suyo.

Antes de terminar, no olvides que estamos en tiempos de cosecha y que para recogerla
hay que estar atentos, concentrados, enfocados en lo que Dios nos ha llamado a hacer.

Hay lugares donde permanecemos por un tiempo, por una temporada, lugares de paso.
Recuerden que somos peregrinos y extranjeros.

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