Los Trabajadores en La Era Del Progreso de Mirta Lobato
Los Trabajadores en La Era Del Progreso de Mirta Lobato
Los Trabajadores en La Era Del Progreso de Mirta Lobato
c) Uno de los aspectos que resalta Lobato como paradójico de la historia argentina es
la debilidad del conflicto obrero rural y la distinción, por el contrario, de los conflictos del
mundo urbano, en un país basado en una economía rural.
La modernización de la Argentina implicó una reestructuración social con la conformación
de nuevas clases subalternas: en el campo, chacareros y peones rurales; en ciudades y
pueblos, obreros de fábricas y talleres, asalariados del sector servicios y del comercio.
En la región pampeana, tres fueron los actores sociales subalternos: peones-braceros,
chacareros y colonos. (Se denominan colonos a los pequeños propietarios de tienda a
mientras que chacarero refiere a los que alquilaban). El agricultor (colono-arrendatario) y
los trabajadores asalariados adquirieron importancia en la región pampeana cuando la
agricultura demandó una gran cantidad de brazos. El chacarero pampeano podía trabajar la
unidad de producción con fuerza de trabajo familiar durante buena parte del año agrícola y
recurrir al trabajo asalariado en el período de la cosecha. La duración de las tareas de las
distintas cosechas (trigo, lino, maíz) implicaba un desplazamiento de trabajadores en un
período de tiempo, y de una provincia a otra. Los peones rurales eran trabajadores
itinerantes.
Por otro lado, también existían los trabajadores golondrinas, el en litoral pampeano y el
Norte del país. Los contingentes indígenas eran arrastrados por jefes y caciques.
En la pampa, los trabajadores rurales vendían su fuerza de trabajo a los chacareros y la
disparidad de los salarios generaba una experiencia de fragmentación entre los trabajadores
que hacía difícil la tarea de unión y organización. La debilidad de las manifestaciones
conflictivas en el mundo rural fue otra de las paradojas de la historia social rural a lo largo
de toda esta etapa. Es cierto que se produjeron conflictos donde intervinieron los nuevos
actores sociales del campo, pero pocas veces alcanzaron los niveles de confrontación de las
áreas urbanas.
Un estudio de caso de la provincia de Santa Fe, pone evidencia una amplia gama de
tensiones y conflictos: la inseguridad de las fronteras por los avances indígenas, la
exposición de las acciones de los bandidos rurales y la resistencia frente a los abusos de las
autoridades.
Los colonos tuvieron activa participación en el movimiento político de 1890, cuando se
manifestaron favorables a los opositores del régimen del presidente Juárez Celman. Pedían
la eliminación de los impuestos a las cosechas. La ola de protestas alcanzó su punto
máximo cuando en 1893, con la movilización de los agricultores de la colonia de
Humboldt, donde los colonos se enfrentaron armados a un destacamento de 20 soldados.
Reclamaban Éstos reclamaban la libertad de los detenidos, la derogación del impuesto, la
elección directa del juez de paz, la creación de comisiones populares para administrar los
fondos recaudados por el fisco en las colonias y la restitución del derecho de votar a los
extranjeros en las elecciones municipales.
Los acontecimientos dieron lugar a la formación de la Unión Agraria, que estaba en
estrecha relación con la Unión Cívica Radical.
En el sur de la provincia, la ola de rebeldía fue finalmente reprimida y dio lugar a otras
manifestaciones de tensión. En el sofocamiento del movimiento de protesta de los colonos
se manifestó el conflicto existente entre gringos y criollos.
Las demandas de los colonos eran modestas. Reclamaban la eliminación o la disminución
de los gravámenes fiscales que pesaban sobre la producción y la comercialización de sus
productos. No discutieron ni la política oficial de tierras, ni la situación de los
arrendamientos, ni la de los trabajadores rurales. Los vínculos políticos de los colonos
fueron importantes para la obtención de sus demandas.
Los problemas existentes en el mundo rural pampeano afloraron nuevamente en la década
del diez en el territorio nacional de La Pampa. Allí, los chacareros se organizaron y
movilizaron reclamando la abolición de los contratos expoliadores y de la práctica de los
pagarés en blanco. El movimiento fue violentamente reprimido, se produjeron muchas
detenciones y algunas muertes. Los maestros rurales jugaron un papel importante en la
organización de la protesta. Los chacareros conformaron la Liga Agraria de La Pampa, que
subsistió hasta que en 1918 se convirtió en sección de la Federación Agraria Argentina.
El Grito de Alcorta fue una rebelión agraria de pequeños y medianos arrendatarios rurales,
que en 1912, tuvo repercusión en todo el sur santafecino. Los protagonistas fueron los
arrendatarios y no los pequeños propietarios, quienes reaccionaron ante una coyuntura
desfavorable que hacía imposible mantener los valores del arrendamiento. Los chacareros
arrendatarios y aparceros participaban de la mentalidad de la época, caracterizada por la
búsqueda de ganancias rápidas.
En Firmat (Santa Fe) se constituyó la Sociedad Cosmopolita de Agricultores, que dio a
conocer un manifiesto por el que reclamaba la baja del arrendamiento en dinero y no más
del25% en especie. Unos pocos meses más tarde, en junio de 1912, unos 2.000 agricultores
del sur santafecino se reunieron en Alcorta, en el Salón de la Sociedad Italiana. La
asamblea decidió el cese de las actividades. El paro y la protesta se extendieron
rápidamente a otras colonias llegando incluso, hasta la provincia de Córdoba.
Distinto al movimiento obrero rural fue el de los trabajadores urbanos. Desde fines del siglo
XIX comenzaron a organizarse para lograr una serie de reivindicaciones propias de la
época y se expansión comenzó a atemorizar a las clases dirigentes. Muchos obreros que
comenzaban a protestar y a llevar a cabo huelgas (principal herramienta de la lucha obrera)
como los ferroviarios y los portuarios, eran claves para la economía agroexportadora y
podían llegar a paralizarla si no llegaban a un acuerdo con los propietarios.
Según Lobato, la principal forma de organización obrera urbana fueron los gremios, donde
trabajadores de una misma actividad se reunían, voluntariamente y con aporte de fondos,
para defender sus intereses. Fue muy común, sobre todo luego de 1901, la formación de
federaciones obreras, que nucleaban a varios gremios de distintas actividades para unificar
su poder.
En el periodo 1880-1916 se constituyeron los primeros gremios y las primeras federaciones
(UGT socialista, CORA sindicalista, FORA anarquista y la FORA sindicalista), que
aumentaron considerablemente luego de la crisis de 1890 y comenzaron con la
organización de un movimiento obrero fuerte y con conciencia de clase. Uno de los
principales medios de difusión de las ideas de estas organizaciones, pero también de
cohesión y construcción de conciencia de clase fue la prensa.
Una de las cuestiones más importantes para el movimiento obrero organizado de esa época
era la mantención de la autonomía de las organizaciones gremiales de los partidos políticos.
Esto se debe a que la fuerza política más fuerte de la época eran los anarquistas (no lo
socialistas ni los sindicalistas), que no bregaban por el control del poder político sino más
bien por la revolución social. Se desplegaban verdaderas batallas por la representación de
un gremio entre socialistas, anarquistas y sindicalistas, cada uno con diferentes
concepciones de la actividad parlamentaria, la necesidad de alcanzar el poder político, el
papel de las huelgas, las relaciones con el Estado, etc.
Según la autora, la principal herramienta del movimiento obrero era la huelga ya que tenía
profundos efectos simbólicos: no solo demostraba la cohesión del grupo, su conciencia de
clase, sino que también demostraba la ruptura de un orden que se creía normal. Se recurrió
tanto a huelgas parciales como a huelgas generales y uno de los principales motivos de la
protesta era la solidaridad contra la represión policial, en apoyo a otros conflictos, contra
leyes coercitivas, etc. Estos movimientos tenían más éxito cuando eran llevados adelante o
apoyados por gremios directamente relacionados con la economía agroexportadora, quienes
tenían mayor poder para reclamar ya que de su actividad dependía la continuidad misma de
la producción y el comercio.
c) La relación del movimiento obrero con el Estado fue de gran tensión. Este último
recurrió a la represión y la violencia para tratar de controlarlo, es decir que lo entendía
como un problema policial, no social. Sin embargo, la extensión y expansión constante de
los conflictos obligaron pronto a la clase dirigente a darse cuenta que debían hacer ciertas
concesiones para lograr mantenerse en el poder. El conflicto obrero comenzaba a hacer
visible las contradicciones del desarrollo capitalista y del “orden” establecido por el estado
nacional. Las acciones protagonizadas por los trabajadores… alteraron la idea de orden, que
fue un elemento central de la organización y constitución del Estado nacional. Las huelgas
en primer lugar, los boicots y las manifestaciones pusieron en la mesa los nuevos
problemas que el Estado debía resolver.
El movimiento obrero organizado tenía una conciencia de clase clara y sus acciones iban
dirigidas a la crítica de las exclusiones sociales, económicas y políticas que sufrían
cotidianamente. Sin embargo, sus reclamos eran limitados a la hora de establecer una
democracia más representativa y participativa ya que mientras los socialistas tenían un
acceso limitado al parlamento, los anarquistas descreían tanto de este como de la
democracia representativa misma y sus conflictos al interior del movimiento impedían
llegar un acuerdo.