Parashá 32 BeHar

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Parashá 32 BeHar

Levítico 25:1 – 26:2


 
 
Aliyás de la Torá (cuando BeHar es leída por separado):
 
1. 25:1-13
2. 25:14-18
3. 25:19-24
4. 25:25-28
5. 25:29-38
6. 25:39-46
7. 25:47 – 26:2
8. Maftir: 25:55 – 26:2
 
Aliyás de la Torá (cuando BeHar es leída junto con BeJukotai):
 
1. 25:1-18
2. 25:19-28
3. 25:29-38
4. 25:39 – 26:9
5. 26:10-46
6. 27:1-15
7. 27:16-31
8. Maftir: 27:32-34
 
Haftará: Jeremías 32:6-27
 
Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Mateo 25:1 – 26:75
  
BeHar
 
Significa “en la montaña”.
  
Comentarios
 
Primera aliyá, 25:1-13
 
25:2  “Habla a los hijos de Israel, y diles: "Cuando entréis a la tierra que yo os daré, la tierra guardará
shabat para HaShem."” – Ahora la Torá introduce un nuevo concepto, el del año sabático. Como hay
semanas de días, así también hay semanas de años. Y como el séptimo día de la semana es un día de
cese, así también HaShem ha establecido que cada séptimo año sea de cese y descanso para la tierra de
Israel. Este mandamiento sólo se aplica en la tierra de Israel, no fuera de ella.
Rambam[1] dice que el pueblo de Israel celebró el primer año sabático, llamado “shemitá” el año 21
después del inicio de la conquista y la distribución de la tierra bajo el general Yehoshúa. La conquista y la
distribución de la tierra duró 14 años. El año 15 fue el primer año del ciclo septo-anual y el año 21 fue el
séptimo. Según un cómputo,[2] hubo 836 años desde el año 15 después de la entrada en la tierra hasta la
deportación a Babilonia. Entre estos, los años sabáticos y de jubileo sólo fueron observados 400 años y
durante los 436 años restantes no fueron respetados. Durante 436 años hay 62 años sabáticos y 8 años de
jubileo, los cuales suman 70 en total (62 + 8 = 70). El cautiverio babilónico vino cuando el pueblo de Israel
había dejado de guardar 70 años sabáticos, como está escrito en Levítico 26:35:
 
“Durante todos los días de su desolación la tierra guardará el descanso que no guardó en vuestros shabats
mientras habitabais en ella.”
 
El cautiverio babilónico duró 70 años, como está escrito en Jeremías 29:10:
 
“Pues así dice HaShem: "Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré
mi buena palabra de haceros volver a este lugar."”
 

1
25:3  “Seis años sembrarás la tierra, seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos.” – Esto incluye toda
labor agrícola y de jardinería.
 
25:4 “pero el séptimo año habrá un cese total (shabat shabatón) para la tierra, un shabat para HaShem; no
sembrarás tu campo ni podarás tu viña.” – Aquí encontramos otra vez la expresión “shabat shabatón” y
ahora en referencia al año de shemitá. Como hemos visto antes, la misma expresión se encuentra en
referencia al shabat semanal y a Yom Kipur. Esto nos enseña la importancia que HaShem da a este
descanso de la tierra de Israel cada séptimo año. Si se quebranta este mandamiento hay graves
consecuencias al igual que cuando se quebranta el mandamiento de descansar en el shabat semanal y en
Yom Kipur, como está escrito en 2 Crónicas 36:20-21:
 
“Y a los que habían escapado de la espada los llevó a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos hasta
el dominio del reino de Persia, para que se cumpliera la palabra de HaShem por boca de Yirmeyahu, hasta
que la tierra hubiera gozado de sus shabats. Todos los días de su desolación reposó hasta que se
cumplieron los setenta años.”
 
Este cese para la tierra en el año sabático no significa que no se puede trabajar la tierra sin el propósito de
sembrar o plantar, por ejemplo para construir casas. La prohibición solamente tiene que ver con todo
trabajo de agricultura y jardinería. Sólo está permitido regar las plantas para que no se mueran. Durante
ese año todos los productos que crecen en la tierra se quedan sin dueño, de modo que todos podrán
comer de él libremente y llevar a su casa todo lo que necesite para un día de comida.
Antiguamente el Sanedrín estaba encargado de declarar el año de shemitá, sabático, y el año yovel, de
jubileo. Según el gran rabinato en Yerushalayim, el año 5768 será el próximo año de shemitá, que en el
anuario romano corresponde al tiempo desde el 13 de septiembre de 2007 hasta el 29 de septiembre de
2008.
Como las Escrituras Sagradas enseñan que el año debe ser contado desde el primer día del primer mes,
cf. Éxodo 12:2, y no desde el primer día del séptimo mes, tenemos que preguntarnos si verdaderamente es
correcto empezar el año de shemitá en Yom Teruá, (llamado “Rosh HaShaná” en el mundo rabínico). No
obstante, este texto no está tratando del cómputo de los años, según los meses, sino del año agrícola de la
tierra de Israel que empieza con la siembra en el séptimo mes y termina con la recolección de los frutos
antes de Sukot. Por esto este texto empieza a hablar de la siembra, y no de la cosecha. La siembra
empieza en el séptimo mes y la cosecha empieza en el primer mes.
 
25:6  “Y el cese de la tierra os servirá de alimento: a ti, a tus siervos, a tus siervas, a tu jornalero y al
extranjero, a los que residen contigo.” – En este año todos, israelitas y gentiles residentes, tendrán el
mismo derecho para alimentarse de lo que crece en los campos.
Todos los vegetales y los frutos que crecen en el año de shemitá son santos. Por eso hay que tratarlos de
una manera digna. Los rabinos dictaron una halajá que prohíbe tirar las sobras de esos productos en la
basura junto con otro tipo de basura. También prohibieron vender los productos de shemitá tanto dentro de
la tierra como fuera de ella.
El propósito de HaShem con el año de shemitá es triple:
 
1. recordar a los hijos de Israel que la tierra no pertenece a ellos sino de Él, cf. v. 23; Salmo 24:1.
2. obligar al agricultor a confiar en la providencia divina para su sustento.
3. dar tiempo al campesino a dedicarse al estudio de la Torá de una manera especial.
 
25:8  “Contarás también siete shabats de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo
de siete shabats de años, cuarenta y nueve años.” – Las Escrituras hablan de la importancia del séptimo
día y del séptimo año. También habla de un conteo de siete semanas, que corresponde a 49 días, entre
Pesaj y Shavuot. De la misma manera hay un conteo de siete semanas de años, es decir 49 años entre un
año de jubileo y otro. El conteo del omer, entre Pesaj y Shavuot es para cada individuo de Israel, mientras
que el conteo de los 49 años entre un año de jubileo a otro es para el Sanedrín.
 
25:9  “Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes; en el día de la
expiación tocaréis el cuerno por toda la tierra.” – El séptimo mes es un mes especial para HaShem. En ese
mes hay que anunciar el año de jubileo. La pregunta es si el año de jubileo empieza en el primer día del
séptimo mes, el décimo día del séptimo mes o el primer día del primer mes del año torásico siguiente. ¿Por
qué hay que sonar el shofar en el décimo día del séptimo mes y no en el día cuando empieza el nuevo
año?
 

2
25:10 “Y consagraréis el quincuagésimo año y proclamaréis libertad en la tierra para todos sus habitantes.
Será de jubileo para vosotros, y cada uno de vosotros volverá a su posesión, y cada uno de vosotros
volverá a su familia.” – Según el Talmud,[3] el año de jubileo tenía que ser consagrado verbalmente por el
Beit Din en el primer día Tishrí.
¿Por qué hay que anunciar el año de jubileo el día 10 del séptimo mes y no en el primer día del año,
independientemente si el año empieza en el primer día del séptimo mes o en el primer día del primer mes?
¿Qué tiene que ver el día 10 del séptimo mes con un nuevo año?
La respuesta es: porque el Mesías volverá a poner sus pies en la tierra en Yom Kipur. Con su regreso se
proclamará la libertad para todos los habitantes del mundo. Esto nos enseña también que la base para la
eterna libertad es la muerte del Mesías, simbolizado en los sacrificios de Yom Kipur, y el perdón y
eliminación de los pecados que es un resultado directo de esa muerte.
Al igual que Yeshúa empezó su ministerio público medio año antes del nuevo año de los meses, así
volverá a aparecer en público medio año antes del siguiente nuevo año de los meses. El Libertador volverá
en el séptimo mes. En el día primero del mes aparecerá en las nubes del cielo y, según entiendo, se
quedará en el aire durante diez días. Luego, en el décimo día del mismo mes, bajará a la tierra con la
proclamación de libertad para todos los habitantes del mundo y entonces se iniciará su reinado sobre las
naciones con vara de hierro para que haya justicia en la tierra.
El séptimo mes es también un símbolo del séptimo milenio desde la creación de Adam y Javá.
 
25:11 “Tendréis el quincuagésimo año como año de jubileo: no sembraréis, ni segaréis lo que nazca
espontáneamente, ni vendimiaréis sus viñas sin podar.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“jubileo” es “yovel”[4] y significa “corno de carnero”, cf. Éxodo 19:13; Josué 6:6. Las palabras españolas
“júbilo” y “jubilación” derivan de la palabra hebrea “yovel”. Según Shemuel P. Gelbarer,[5] se le da ese
nombre porque en la antigüedad se utilizaba un corno de carnero para “conducir”, en hebreo “lehovil”, los
rebaños.
Las mismas leyes que aplican sobre el año shemitá, también aplican sobre el año yovel.
La Torá nos enseña que hay siete cosas que deben suceder en el año de jubileo:
 
1. Habrá libertad para todos los habitantes de la tierra, v. 10.
2. Será un año de jubileo, con toques del shofar, v. 10.
3. Cada uno volverá a la posesión original de la tierra, según el reparto que se hizo en el tiempo de
Yehoshúa, v. 10.
4. Cada uno volverá a su familia, v. 10. Se refiere al siervo hebreo que tiene la oreja perforada o uno
cuyos seis años de servicio no hayan terminado desde que fue vendido como siervo. Así que la
expresión “para siempre” en Éxodo 21:6 está limitada con el año de jubileo. El año de jubileo es por
tanto también una señal de la eternidad.
5. No se puede sembrar, v. 11.
6. No se puede cosechar, v. 11.
7. El año será santo, v. 12.
 
Segunda aliyá, 25:14-18
 
25:14 “Asimismo, si vendéis algo a vuestro prójimo, o compráis algo de la mano de vuestro prójimo, no os
hagáis mal uno a otro.” – El no hacer mal uno a otro se refiere aquí a asuntos monetarios. Si un vendedor
pide un precio muy alto de un producto a un comprador que no conoce el valor del producto, está
engañándole. Si cobra de más con intención, transgrede este mandamiento de no hacer mal uno a otro. De
la misma manera, si un comprador intenta adquirir un producto valioso por un precio bajo si el vendedor no
conoce su verdadero valor, también transgrede este mandamiento.
 
25:15 “Conforme al número de años después del jubileo, comprarás de tu prójimo, y él te venderá
conforme al número de años de cosecha.” – La tierra no se vende, sólo las cosechas, porque la tierra de
Israel es de HaShem, como está escrito en Jeremías 2:7:
 
“Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis y
contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis abominación.”
 
25:17 “Así que no os hagáis mal uno a otro, sino temed a vuestro Eloah; porque yo soy HaShem vuestro
Eloah.” – Según Rashí, el no hacer mal uno a otro se refiere, en este caso, a asuntos verbales.
El temor a Eloah evita que uno haga mal a otro por dos razones. Primero, el que teme a Eloah sabe que
cada hombre ha sido creado a Su imagen y semejanza y merece ser respetado por ello, no importa como
sea su conducta. Por el simple hecho de ser un hombre, merece respeto y no está permitido engañar a
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nadie económicamente ni hostigarle verbalmente. El que engaña u hostiga a un ser humano está haciendo
daño a Eloah. Así que el temor de Eloah hace que tratemos al prójimo con respeto y amor.
Segundo, el temor a Eloah hace que una persona no puede engañar a otra persona en asuntos
económicos o de palabras, porque sabe que HaShem lo ve todo. Él conoce los motivos y los pensamientos
de nuestros corazones y si engañamos a otros tendremos que dar cuenta delante de Él que todo lo ve,
como está escrito en Hebreos 4:13:
 
“Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los
ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”
 
Daños verbales pueden ser:
 
 Dar la impresión al vendedor de querer comprar un producto cuando no hay una intención de hacerlo.
 Recordar a una persona sus pecados del pasado o los de sus padres.
 Decir al que está sufriendo que lo está haciendo por causa de sus pecados.
 Contestar a una pregunta de manera grosera, falsa o engañosa.
 Usar apodos ofensivos.
 
25:18 “Cumpliréis, pues, mis estatutos y guardaréis mis leyes, para ejecutarlos, para que habitéis seguros
en la tierra.” – Si se cumplen los mandamientos en la tierra de Israel, habrá seguridad. La inseguridad
ciudadana y las amenazas de los pueblos extraños dependen del pecado del pueblo de Israel. Así que la
mejor forma de combatir contra el terrorismo y los ataques de ejércitos extranjeros es cumplir los
mandamientos de la Torá. El problema en Israel hoy en día no es el odio de los vecinos, sino la falta de
obediencia a la Torá entre los judíos, como está escrito en el Salmo 81:13-16:
 
“¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos! En un momento yo subyugaría a sus
enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a HaShem le fingirían obediencia,
y el tiempo de su castigo sería para siempre. Pero yo te alimentaría con lo mejor del trigo, y con miel de la
peña te saciaría.”
 
Tercera aliyá, 25:19-24
 
25:19 “Entonces la tierra dará su fruto, comeréis hasta que os saciéis y habitaréis en ella con seguridad.” –
En este versículo vemos que hay dos resultados de la obediencia a los mandamientos: satisfacción
material y protección sobrenatural. Cuando el pueblo de Israel no guardó los mandamientos acerca de los
años de shemitá y de yovel, vino la invasión y la deportación babilónica.
 
25:20 “Pero si decís: '¿Qué vamos a comer el séptimo año si no sembramos ni recogemos nuestras
cosechas?'” – Esta es la pregunta que surge de una mente natural. ¿Qué vamos a comer? Según las
circunstancias naturales habrá escasez. HaShem ha ordenado no sembrar ni guardar las cosechas en
casa durante el séptimo año para que el pueblo aprenda a poner su confianza en Él y no en los recursos
naturales. El Mesías Yeshúa está dando una enseñanza sobre este mismo tema en Mateo 6:19-34 donde
está escrito:
 
“No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran
y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones
no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo
es el ojo; por eso, si tu ojo es bueno (para ser generoso), todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo
es malo (para ser mezquino), todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es
oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y
amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Eloah y a las riquezas. Por eso
os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué
vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois
vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una
hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del
campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Shlomo en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si
Eloah viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por
vosotros, hombres de poca fe? Por tanto, no os preocupéis, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿qué
beberemos?" o "¿con qué nos vestiremos?" Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas;
que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su
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justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque
el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.”
 
El que pone su confianza en su Padre celestial no hace la pregunta “¿Qué comeremos?” porque sabe que
si HaShem ha ordenado algo, Él se hará responsable para cuidar de sus hijos que le obedecen.
 
25:21 “yo entonces os enviaré mi bendición en el sexto año, de modo que producirá fruto para tres años.” –
Cuando el agricultor tome la decisión por fe de no trabajar en el año shemitá, HaShem enviará la bendición
de antemano, en el sexto año, para que dure durante tres años. Si el agricultor tiene en su mente trabajar
durante el séptimo año, HaShem no enviará la bendición en el sexto año. Vemos aquí que el milagro del
sexto año depende de la actitud del agricultor, de sus pensamientos, de su fe. El no trabajar el séptimo año
es un asunto de fe y confianza en la providencia divina. Este mandamiento es una prueba para los hijos de
Israel para ver si confían en HaShem o no para su sostenimiento económico.
 
Por causa de las diferentes interpretaciones que hay entre los rabinos talmúdicos,[6] no sabemos bien:

 si el año de jubileo cae en el año siguiente al shemitá cada 49 años, de modo que el ciclo del año de
jubileo sea de 49 años.
 si hay una ruptura en el cómputo de las semanas de años, después de 49 años, para que al año de
jubileo venga como un paréntesis en el año 50. El año 51 sería entonces el primer año de la siguiente
semana de años, de manera que el ciclo del año de jubileo sea de 50 años.
 
Según el libro de Daniel parece que no hay una ruptura en las semanas de años para dejar lugar a un
supuesto año de jubileo, jfr. Daniel 9:24-27.
No hay ninguna evidencia en las Escrituras de que se haya celebrado el año yovel alguna vez en la historia
de Israel. Sin embargo, hay una referencia en el Talmud[7] que dice que “Israel contaba 17 jubileos desde
el tiempo cuando entraron en la tierra hasta el tiempo cuando salieron”. No obstante, contar no es lo mismo
que cumplir. ¿Cuántos de esos 17 jubileos fueron verdaderamente guardados? Si las 12 tribus no están en
la tierra no se puede celebrar el año de jubileo, porque está escrito que “todos los habitantes de la tierra” y
“cada uno de vosotros” tendrá que volver a su posesión, cf. vv. 10, 13. Así que, desde el tiempo de la
deportación de las dos tribus y media, ha sido imposible cumplir este mandamiento. Cuando venga
Mashiaj, él hará que se cumpla este mandamiento correctamente con la restauración de las 12 tribus de
Israel en su tierra.
 
En Lucas 4:16-21 está escrito:
 
“Llegó a Natseret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el shabat, y se
levantó a leer. Le dieron el libro del profeta Yeshayahu, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba
escrito: EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR LAS
BUENAS NUEVAS A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS
CAUTIVOS, Y LA RECUPERACIÓN DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS
OPRIMIDOS; PARA PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR. Cerrando el libro, lo devolvió al
asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se
ha cumplido esta Escritura que habéis oído.”
 
En el tiempo del segundo templo se seguía una lectura trianual de la Torá de Moshé en las sinagogas en la
tierra de Israel. Es decir durante tres años, de shabat en shabat, pasaron por la lectura de toda la Torá de
Moshé. Después de la lectura de la porción semanal de la Torá, también leían de los Profetas, la haftará,
cf. Hechos 13:15. La lectura de los Profetas fue introducida en las sinagogas durante los tiempos de
persecución cuando estaba prohibido leer de la Torá de Moshé. Por eso, el texto de la haftará se asemeja
al tema que se encuentra en la lectura semanal de la Torá. De esa manera, durante el tiempo de la
prohibición de la Torá, podían leer de los Profetas en las sinagogas y tratar el mismo tema que la Torá
hubiera tratado durante esa semana, sin tener que leer de la misma Torá. Luego, cuando ya no estaba
prohibida la lectura de la Torá, se mantenía la costumbre de la lectura de los Profetas que se colocaba
después de la lectura semanal de la Torá.
Cuando Yeshúa estaba participando del servicio de Torá en su sinagoga, le llamaron para leer la haftará
correspondiente a esa semana. Antes había habido varias lecturas del texto semanal de la Torá de Moshé
y ahora le tocaba terminar con la última lectura del día, del profeta Yeshayahu. Conforme a la costumbre
del ciclo trianual, Yeshúa leyó el texto de la haftará que correspondía a esa semana. El texto de Isaías
61:1-2 fue leído en el tercer año de lecturas, en el último shabat del mes de Jeshván, el octavo mes,
alrededor de noviembre según el anuario romano.
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La expresión “el año favorable de HaShem” puede ser una referencia al año de shemitá o de yovel. Antes
de la lectura de Isaías, aquel shabat, se había leído el texto de la Torá desde Deuteronomio 15:7 – 16:17,
según el ciclo trianual. En ese texto se habla de la ayuda a los pobres, del año shemitá y de las tres fiestas
anuales.
La pregunta surge si Yeshúa estaba ministrando en público en relación con un año de shemitá (y/o de
yovel). Su ministerio consistía en traer de vuelta las ovejas perdidas de la casa de Israel y esto está
relacionado con los años de shemitá y de yovel, cf. Mateo 15:24.
 
25:22 “Cuando estéis sembrando en el octavo año, todavía podréis comer cosas de la cosecha anterior,
comiendo de ellas hasta el noveno año cuando venga la cosecha.” – Este texto puede ser interpretado de
dos maneras. Parece que está diciendo que la siembra que se hace en un año, en este caso el octavo, es
luego cosechada en el año siguiente, el noveno. Esto no puede ser si el año nuevo cae en el día uno de
Tishrí, el séptimo mes, porque la siembra no se hace antes de Tishrí, porque entonces es el tiempo de la
recolección de los frutos de los árboles. La época normal de siembra duraba desde Tishrí hasta Tevet, el
mes séptimo hasta el mes décimo. A veces también se sembraba en el decimoprimer mes, llamado
Shevat. Por lo tanto, si este texto dice que la siembra que se hace en un año es cosechada en el año
siguiente ¿cómo cuadraría si el año empieza el primer día de Tishrí? En Nisán tiene que estar lista la
primera cosecha del año, la de la cebada y esa cosecha depende de la siembra que se hizo durante el final
del año anterior.
La otra interpretación es que no se está hablando de la cosecha en el noveno año de lo que se sembró en
el octavo año, sino simplemente de la cosecha que va a venir en el noveno año como resultado de la
siembra que anteriormente se ha hecho en el noveno año agrícola. Lo que está diciendo es que la
bendición del sexto año durará incluso hasta el tiempo de la cosecha del noveno año.
 
25:23 “Además, la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es mía; porque vosotros sois
forasteros y peregrinos conmigo.” – La tierra de Israel no pertenece a los hombres, sino a HaShem. Él ha
decidido arrendar su tierra a los hijos de Israel, y en cada año sabático y en cada año de jubileo hay un
reconocimiento de este hecho. Israel tiene el derecho de la tierra mientras cumple los mandamientos. Pero
si practica la idolatría perderá el derecho de vivir en la tierra del Santo, como está escrito en 2 Crónicas
7:19-20:
 
“Pero si vosotros os apartáis y abandonáis mis estatutos y mis mandamientos que he puesto delante de
vosotros, y vais y servís a otros dioses y los adoráis, yo os arrancaré de mi tierra que os he dado, y echaré
de mi presencia esta casa que he consagrado a mi nombre, y la convertiré en refrán y escarnio entre todos
los pueblos.”
 
Esta palabra ya se cumplió.
 
En Ezequiel 36:1-15 está escrito:
 
“Y tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: "Montes de Israel, oíd la palabra de HaShem.
"Así dice el Señor HaShem: 'Por cuanto el enemigo ha dicho contra vosotros: "¡Ajá!" y: "Las alturas eternas
han pasado a ser posesión nuestra," por tanto, profetiza y di: "Así dice el Señor HaShem: 'Porque os han
asolado y aplastado por todos lados, para que fuerais posesión de las demás naciones, os han hecho el
blanco de la habladuría y de la calumnia del pueblo.'"' "Por tanto, montes de Israel, oíd la palabra del Señor
HaShem. Así dice el Señor HaShem a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles, a las
ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas, que han venido a ser presa y escarnio de las demás
naciones alrededor; por eso, así dice el Señor HaShem: 'Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado
contra las demás naciones y contra todo Edom, que se han apropiado para sí de mi tierra como posesión,
con alegría, de todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla como presa.' "Por tanto, profetiza
acerca de la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles: 'Así dice el
Señor HaShem: "He aquí, yo he hablado en mi celo y en mi furor porque habéis soportado los insultos de
las naciones." 'Por lo cual, así dice el Señor HaShem: "Yo he jurado que las naciones que os rodean, ellas
mismas soportarán sus insultos. "Pero vosotros, montes de Israel, echaréis vuestras ramas y produciréis
vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque pronto vendrán. "Pues, he aquí, estoy por vosotros y me volveré
a vosotros, y seréis labrados y sembrados. "Multiplicaré hombres en vosotros, toda la casa de Israel, toda
ella; y las ciudades serán habitadas, y las ruinas reedificadas. "Multiplicaré en vosotros hombres y
animales, y se multiplicarán y serán fecundos. Haré que seáis habitados como lo fuisteis anteriormente y
os trataré mejor que al principio; y sabréis que yo soy HaShem. "Sí, haré andar hombres sobre vosotros, a
mi pueblo Israel. Ellos tomarán posesión de ti, y serás su heredad, y nunca más les privarás de sus hijos."
'Así dice el Señor HaShem: "Porque os dicen: 'Eres devoradora de hombres y has privado de hijos a tu
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nación', por tanto, ya no devorarás hombres y ya no privarás de hijos a tu nación"--declara el Señor
HaShem. 'Y nunca más te haré oír el ultraje de las naciones, ni soportarás más los insultos de los pueblos,
ni harás que tu nación tropiece más'--declara el Señor HaShem."”
 
Esta profecía se está cumpliendo ante nuestros ojos con la vuelta de los judíos de todo el mundo y la
reconstrucción del país. Pero una parte de esta profecía no se ha cumplido todavía porque todavía se oyen
muchos insultos de los gentiles.
Ningún hombre es el verdadero dueño de la tierra de Israel y nadie tiene el derecho de entregarla a otras
naciones, ni dividirla entre judíos y árabes-palestinos. Por haber dividido la tierra de Israel vendrá el juicio
de HaShem sobre las naciones unidas como está escrito en Joel 3:1-2:
 
“Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure el bienestar de Yehudá y
Yerushalayim, reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de Yehoshafat. Y allí entraré en
juicio con ellas a favor de mi pueblo y mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y
repartieron mi tierra.”
 
En el Salmo 10:16 está escrito:
 
“HaShem es Rey eternamente y para siempre; las naciones han perecido de su tierra.”
 
Cuarta aliyá, 25:25-28
 
25:25 “Si uno de tus hermanos llega a ser tan pobre que tiene que vender parte de su posesión, su
pariente más cercano vendrá y redimirá lo que su hermano haya vendido.” – Esto nos enseña que la
pobreza es la única razón válida para poder vender parte del patrimonio en la tierra de Israel, heredado de
los padres. Antiguamente un terreno pudo ser redimido, recuperado, por el dueño original o por alguno de
sus familiares cercanos sin que el comprador pudiera oponerse. Este es el caso de la familia de Naomí
cuya historia es narrada en el libro de Rut, cf. Rut 2:20; 3:12-13; 4:1-6.
 
Quinta aliyá, 25:29-38
 
25:29 “Si un hombre vende una casa de vivienda en una ciudad amurallada, su derecho a redimirla es
válido hasta que se cumpla un año de su venta; su derecho de redención dura todo un año.” – Aquí se
refiere a una ciudad que estaba amurallada en el tiempo de la conquista bajo Yehoshúa, no a una ciudad
que fue amurallada después. Esta aliyá habla de la venta de diferentes tipos de propiedad y su derecho de
redención.
 
Tipo de Tiempo mínimo Tiempo máximo Devolución al dueño
propiedad para recuperarla para recuperarla original en el año
vendida yovel
Casa en una Un año después de
Inmediatamente No
ciudad amurallada la venta
Casa en una
Inmediatamente Indefinido Sí
ciudad abierta
Dos años
productivos
Campo Indefinido Sí
después de la
venta
Casa o campo en
una ciudad de Inmediatamente Indefinido Sí
levitas
 
25:35 “En caso de que un hermano tuyo empobrezca y sus medios para contigo decaigan, tú lo
sustentarás ya sea un forastero o peregrino, para que viva contigo.” – En este versículo encontramos tres
palabras diferentes: “hermano”, en hebreo “aj”, “forastero”, en hebreo “guer”[8] y “peregrino”, en hebreo
“toshav”[9]. En este caso el “guer” se refiere a un prosélito, un converso completo, un gentil convertido a la
fe de Israel y, por lo tanto, es considerado como un judío plenamente, con todas las obligaciones y
derechos implicados. El “toshav” es un gentil que vive en la tierra de Israel y que no ha hecho la
conversión. El judío tiene la obligación de ayudar con préstamos o donativos tanto a su hermano judío

7
como el converso como al que reside en su tierra, si están en necesidad de apoyo económico para no
quebrar.
Hay ocho niveles de caridad, en hebreo “tsedaká”:
 
1. Cuando se da con mala gana. Este es el nivel más bajo.
2. Cuando se da menos de lo que se puede, pero con alegría.
3. Cuando se da directamente al pobre que lo solicita.
4. Cuando se da directamente al pobre sin que lo solicite.
5. Cuando se da indirectamente, de modo que el dador no conoce al beneficiario, pero el beneficiario
conoce al dador.
6. Cuando se da indirectamente, de modo que el dador conoce al beneficiario, pero el beneficiario no
conoce al dador.
7. Cuando se da indirectamente, de modo que el dador y el beneficiario no se conocen, mediante la
contribución a un fondo de ayuda social administrado por personas responsables.
8. Cuando el dador mantiene una persona antes de que empobrezca, dándole una ayuda importante de
manera digna, con un préstamo, asesoramiento o educación para poder encontrar empleo o
establecer una empresa para que no dependa de la ayuda de otros.
 
25:36-37 “No tomes interés y usura de él, mas teme a tu Eloah, para que tu hermano viva contigo. No le
darás tu dinero a interés, ni tus víveres a ganancia.” – Está prohibido dar dinero o alimentos a interés a un
hermano excepto cuando el hermano tome algo prestado para hacer negocios con él y sacar beneficio de
él. En tal caso no se trata de una ayuda social, sino de inversiones financieras, para las cuales este
mandamiento no aplica.
 
Sexta aliyá, 25:39-46
 
25:39 “Y si un hermano tuyo llega a ser tan pobre para contigo que se vende a ti, no lo someterás a trabajo
de esclavo.” – Está prohibido humillar a un hermano israelita pobre especialmente si se ha vendido como
esclavo. En este caso no puede ser tratado como un esclavo, sino como si fuera un obrero contratado. La
halajá rabínica[10] establece que el amo de un siervo hebreo está obligado a tratarle igual o mejor que a sí
mismo. Si hay solamente una cama, el dueño está obligado a dormir en el suelo y dejar que el siervo
duerma en la cama.
 
25:40 “Estará contigo como jornalero, como si fuera un peregrino; él servirá contigo hasta el año de
jubileo.” – Todos los siervos hebreos salen libres en el año de jubileo. Los siervos de las demás naciones
no salen libres en el año de jubileo, sino son propiedad permanente de los hebreos, tanto ellos como sus
hijos, cf. vv. 44-46.
 
25:41 “Entonces saldrá libre de ti, él y sus hijos con él, y volverá a su familia, para que pueda regresar a la
propiedad de sus padres.” – El amo de un siervo hebreo está obligado a mantener también a la familia del
siervo.
 
25:42 “Porque ellos son mis siervos, los cuales saqué de la tierra de Mitsrayim; no serán vendidos en venta
de esclavos.” – Como los hijos de Israel son los siervos de HaShem, no podrán ser tratados como
esclavos, como cuando estaban en Mitsrayim. Además, el pacto de pertenencia a HaShem va por encima
de cualquier contrato de esclavitud que pueda tener un hebreo. Ser vendido en venta de esclavos
implicaría ser anunciado como un objeto o un animal en un mercado público.
 
Séptima aliyá, 25:47 – 26:2
 
25:47-48 “Si aumentan los bienes del forastero o del peregrino que está contigo, y si empobrece tu
hermano que está con él, y se vende al forastero que mora contigo, o se vende a los descendientes de la
familia de un forastero, él tendrá derecho de redención después de ser vendido; uno de sus hermanos
podrá redimirlo” – Este texto nos enseña que cuando el primer hombre cayó en desgracia y se vendió a la
serpiente antigua junto con todos sus hijos, uno hermano suyo podría redimirlo. Pero ¿quién es el hermano
del hombre que podrá redimirlo de la esclavitud del pecado y de la muerte si no hay nadie que no haya
sido vendido?
 

8
En el Salmo 49:7-9 está escrito:
 
“Nadie puede en manera alguna redimir a su hermano, ni dar a Eloah rescate por él, porque la redención
de su alma es muy costosa, y debe abandonar el intento para siempre, para que viva eternamente, para
que no vea corrupción.”
 
En Job 19:25-26 está escrito:
 
“Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en
mi carne veré a Eloah.”
 
¿Quién es el hermano que puede redimir al hombre del pecado y de la muerte? Sólo hay uno que no tuvo
pecado y que ha muerto y luego ha sido resucitado. Y por lo tanto podrá redimir a todo hombre para que
viva para siempre. Su nombre es Yeshúa.
 
En Hebreos 2:11-15 está escrito:
 
“Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de Uno; por lo cual no se
avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: ANUNCIARE TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO
DE LA CONGREGACIÓN TE CANTARE HIMNOS. Y otra vez: YO EN ÉL CONFIARE. Y otra vez: HE
AQUÍ, YO Y LOS HIJOS QUE ELOAH ME HA DADO. Así que, por cuanto los hijos participan de carne y
sangre, él igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que
tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a
esclavitud durante toda la vida.”
 
El hermano nuestro nos ha redimido de la muerte y su esclavitud. ¡Bendito sea el Nombre de Adonai!
 
26:1  “No os haréis ídolos, ni os levantaréis imagen tallada ni pilares, ni pondréis en vuestra tierra piedra
grabada para inclinaros sobre ella; porque yo soy HaShem vuestro Eloah.” – La palabra hebrea que ha
sido traducida como “grabada” es “maskit”.[11] Según Rashí, esta palabra implica “cubrir”, lo mismo que en
Éxodo 33:22. Entonces la prohibición será contra hacer mosaicos de piedras que cubren el suelo para
inclinarse sobre de ellos. Esta práctica fue común en la antigüedad en los templos paganos, donde se
inclinaban sobre suelos de piedra de mosaico con diseños idolátricos. Por lo tanto, los rabinos enseñan
que, para que el israelita no sea semejante a un idólatra, no puede inclinarse, ni siquiera ante HaShem,
sobre un suelo de piedra, excepto en el templo. Cuando el pueblo judío se inclina ante HaShem en Yom
Kipur es costumbre poner una alfombra para no postrarse directamente sobre el suelo de la sinagoga,
aunque no sea de piedra.
 
En esta Parashá se encuentran los mandamientos 326 hasta 349 de los 613:
 
263. Prohibición de trabajar la tierra el séptimo año, Levítico 25:4.
264. Prohibición de realizar labor en los árboles durante el séptimo año, Levítico 25:4.
265. Prohibición de cosechar lo que crece espontáneamente en el séptimo año, Levítico 25:5.
266. Prohibición de recolectar los frutos de los árboles en el séptimo año del modo en que son
recolectados todos los demás años, Levítico 25:5.
267. Precepto de contar siete veces siete años, Levítico 25:8.
268. Precepto de hacer sonar el Shofar el 10 de Tishrí en el año del Jubileo, Levítico 25:9-10.
269. Precepto de consagrar el año del Jubileo, Levítico 25:10.
270. Prohibición de trabajar la tierra en el año del Jubileo, Levítico 25:11.
271. Prohibición de cosechar el fruto de la tierra que crece espontáneamente en el año del Jubileo, Levítico
25:5.
272. Prohibición de cortar frutos de los árboles en el año del Jubileo del modo en que se los corta los
demás años, Levítico 25:5.
273. Precepto de hacer justicia entre un vendedor y un comprador, Levítico 25:14.
274. Prohibición de estafar cuando alguien compra o vende, Levítico 25:14.
275. Prohibición de vejar a un israelita con palabras, Levítico 25:17.
276. Prohibición de vender para siempre un pedazo de tierra en la Tierra de Israel, Levítico 25:23.
277. Precepto de regresar la tierra a su dueño original en el año del Jubileo, Levítico 25:24.
278. Precepto de redimir una propiedad de herencia de una ciudad amurallada en el transcurso de un año,
Levítico 25:29.
279. Prohibición de transformar el estado del terreno de las ciudades de los levitas, Levítico 25:34.
9
280. Prohibición de prestar dinero con interés, Levítico 25:37.
281. Prohibición de que un siervo israelita haga el mismo tipo de trabajo que un esclavo gentil, Levítico
25:39.
282. Prohibición de vender a un siervo israelita en un lugar donde se venden esclavos, Levítico 25:42.
283. Prohibición de hacer trabajar a un siervo israelita con trabajo quebrantador, Levítico 25:43.
284. Precepto de mantener a un esclavo gentil permanentemente, Levítico 25:46.
285. Prohibición de dejar que un gentil haga trabajar a un siervo israelita con trabajo quebrantador, Levítico
25:53.
286. Prohibición de postrarse sobre recubrimiento de piedra, Levítico 26:1

[1]      Shemitá 10.


[2]      El Midrash dice – Vayikrá, por R. Moshé Weissman, página 321.
[3]      Rosh HaShaná 8b.
[4]      Strong H3104 yôbêl  yôbêl, yo-bale', yo-bale', Apparently from H2986; the blast of a horn (from its
continuous sound); specifically the signal of the silver trumpets; hence the instrument itself and the festival
thus introduced: - jubile, ram’s horn, trumpet.
Strong H2986 yâbal, yaw-bal', A primitive root; properly to flow; causatively to bring (especially with pomp):
- bring (forth), carry, lead (forth).
[5]      Lifshutó shel Rashí, editorial Mif´al Rashí, Yerushalayim 1990.
[6]      Nedarim 61a; Arajim 12b.
[7]      Arajim 12b.
[8]      Strong H1616 gêr  gêyr, gare, gare, From H1481; properly a guest; by implication a foreigner: - alien,
sojourner, stranger.
[9]      Strong H8453 tôshâb  tôshâb, to-shawb', to-shawb', (The second form used in Kings Num 17:1);
from H3427; a dweller (but not outlandish, H5237); especially (as distinguished from a native citizen (active
participle of H3427) and a temporary inmate, H1616, or mere lodger, H3885) resident alien: - foreigner-
inhabitant, sojourner, stranger.
[10]    Tosefta Kidushin 20.
[11]    Strong H4906 maśkîyth, mas-keeth', From the same as H7906; a figure (carved on stone, the wall,
or any object); figuratively imagination: -  conceit, image (-ry), picture, X wish

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