Tema 5 El Ius

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UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL DE LOS

LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
AULA TERRITORIAL DEL MUNICIPIO JULIÁN MELLADO
ASIGNATURA DERECHO ROMANO
UNIDAD II
HISTORIA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA ROMANA Y
DE LAS FUENTES DEL DERECHO ROMANO
TEMA 5 EL IUS
I. EL IUS GENERALIDADES
La palabra que se usaba en Roma para designar lo que hoy conocemos como Derecho era la
palabra ius, de la cual derivan las palabras españolas jurídico, jurista y otras. Ius significa
primariamente «lo justo». Luego designó la doctrina elaborada por los juristas para
discernir la conducta justa, doctrina que era respetada y aplicada por los jueces para
resolver los conflictos.
Quienes conocen y elaboran el ius, son los juristas o juris prudentes.
Lo primero que se puede advertir es que la expresión “Derecho” en latín se corresponde
con el término ius, el cual sufre distintas acepciones según la evolución histórico-jurídica
del pueblo romano, o dicho de otra forma, según las etapas o épocas históricas del mismo.
II. EL IUS CIVILE
Originalmente el ius estaba ligado con la religión, y por eso existía un ius divinum, que
contenía las reglas sobre los actos religiosos. En cambio, el ius civile, es decir el ius propio
de los ciudadanos, se refería a sus relaciones privadas de carácter patrimonial. Hacia el
siglo II a.C. el ius civile es ya un saber enteramente secular, referido a relaciones
patrimoniales.
Solamente hasta la época clásica tardía, cuando los juristas son asalariados del emperador,
y tiene que interesarse en la administración y el gobierno del imperio, se introducirá la
noción de un ius publicum como el derecho referido a las relaciones entre gobernantes o
entre gobernantes y gobernados.
III. EL IUS GENTIUM
Los romanos sabían que el ius civile era un derecho peculiar, propio de los ciudadanos
romanos, distinto del que practicaban otros pueblos. Pero encontraron que tenía algunas
instituciones que eran comunes a los otros pueblos, porque se fundaban en la simple
“lealtad a la propia palabra” (fides), como los contratos. El conjunto de estas instituciones
comunes con los otros pueblos fue llamado «derecho de gentes» (ius gentium).
IV. LAS FUENTES DEL DERECHO CIVIL
El ius civile es principalmente obra de los que conocen y elaboran el ius, es decir de los
juristas o juris prudentes. Por eso, la principal fuente del ius es la labor conjunta de los
juristas o «jurisprudencia». Los juristas no tienen poder político alguno, pero les reconoce
que son quienes saben acerca de lo justo e injusto, y por eso tienen «autoridad», la
autoridad propia de los prudentes (auctoritas prudentium).
El ius civile tiene otras fuentes provenientes de la potestad de los comicios, los magistrados
y, durante el Principado, del Príncipe, como son: las leyes comiciales, los edictos, los
senadoconsultos y los rescriptos. El contenido de estas fuentes, cuando se refieren al
derecho privado, se originaba muchas veces en recomendaciones o consejos de los juristas,
y su aplicación pasaba por la labor de interpretación que hacían los juristas a fin de que las
órdenes de la potestad no desvirtuaran el saber autónomo del ius.
Se refleja así en las fuentes jurídicas el equilibrio entre la potestad y la autoridad, propio de
la constitución republicana.
COMPILACIÓN JUSTINIANEA: CORPUS IURIS CIVILIS.
Apenas comienza a gobernar Justiniano, inicia la labor de compilar todo el Derecho
Romano. Tarea que intentó en su momento Teodosio II pero sin que prosperara del todo.
Por tanto, el proceso o etapas que conocemos como la Historia de la Compilación podrían
concretarse del siguiente modo:
El 13 de Febrero del 528, con la constitución Haec quae necesario, Justiniano nombra una
comisión de diez juristas (entre los que participaron Juan de Capadocia, Triboniano y
Teófilo) a la que encarga la compilación de las leges, es decir, todas las constituciones
imperiales anteriores; y, por ello, las materias a recopilar serían los Códigos: Gregoriano,
Hermogeniano, Teodosiano y las constituciones posteodosianas. En poco más de un año la
comisión termina su labor y, el 7 de Abril del 529 se confirma y publica la constitución
Summa rei publicae. A este cuerpo de leges lo conocemos como CODEX VETUS.
A finales del 529, Justiniano inicia la tarea de recopilar el ius vetus, es decir, todas las
respuestas de los juristas que conformaban la iurisprudentia, pero antes prepara la labor
resolviendo los puntos controvertidos entre los jurisconsultos de las Escuelas de Sabinianos
y Proculeyanos; y, a tal efecto, expidió las Quinquaginta decisiones, que son cincuenta
constituciones por las que se zanjan esas diferencias dando la razón a la Escuela
Sabinianea, en algunos casos, y en otros a los Proculeyanos.
Con el fin de recopilar la antigua jurisprudencia, Justiniano en la constitución Deo Auctore,
el 15 de Diciembre del 530, encarga a Triboniano una comisión para tal propósito. A los
tres años, el 16 de Diciembre del 533, es promulgada la constitución Tanta, en donde se
recoge dicha compilación que recibe el nombre de DIGESTA o PANDECTAS y que,
normalmente, conocemos como DIGESTO que se encuentra estructurado en cincuenta
libros y que, de toda la obra legislativa justinianea, ocupa un puesto de máximo honor ya
que es el mayor caudal de conocimientos del Derecho romano.
Al mismo tiempo que se trabajaba en la confección del Digesto, tres famosos
jurisconsultos: Triboniano, Teófilo y Doroteo, redactaban por encargo de Justiniano un
tratado elemental, con finalidad docente, inspirado en la obra de la Instituciones de Gayo
por lo que también tuvo importancia desde el punto de vista legislativo. Dicho tratado se
publicó el 21 de Noviembre del 533 por medio de la constitución Imperatoriam maiestatem,
conociéndose dicho texto con el nombre de INSTITUCIONES que se encuentran divididas
en cuatro libros con los siguientes contenidos:
-Libro I: Personas
-Libro II: Propiedad, Derechos reales y testamentos.
-Libro III: Sucesión intestada y obligaciones contractuales
-Libro IV: Obligaciones del delito y las acciones
-Apéndice titulado De Publicis Iudiciis.
Como consecuencia de la necesidad de armonizar la compilación del ius con las
constituciones contenidas en el Codex vetus se hizo necesario una nueva redacción del
mismo. De ahí que, por medio de la constitución Cordi nobis, el 16 Noviembre del 534, se
promulgó el Codex repetitae praelectionis, conocido como el CÓDIGO, dividido en doce
libros con las siguientes materias:
-Libro I: Derecho eclesiástico, Derecho político y Fuentes del Derecho
-Libro II-VIII: Derecho privado
-Libro IX: Derecho penal y procesal
-Libro X-XII: Derecho administrativo y Derecho público
De esta manera, en poco más de seis años (del 528 al 534) la codificación del Derecho
Romano se había realizado. Sin embargo, la labor legislativa de Justiniano no se detuvo ya
que introdujo reformas de orden religioso, administrativo y, en general, de Derecho
privado, configurando una especie de apéndice en su obra compiladora que conocemos
como Novellae leges o, simplemente, NOVELAS que fueron recogidas en colecciones de
las que nos han llegado a nosotros tres: Epítome Juliani, Authentucum, Colección de los
humanistas o Colección griega.
Por tanto, la obra compiladora de Justiniano, excluyendo la parte no conservada como es el
Codex vetus (al quedar refundido con el Codex repetitae praelectionis) y las Quinquaginta
decisiones (al quedar incluidas en el Digesto), se compone de: INSTITUCIONES,
DIGESTO, CÓDIGO y NOVELAS que a partir del siglo XVI, por obra de Dionisio
Godofredo (1583), se denominará CORPUS IURIS CIVILIS frente a la compilación del
Derecho de la Iglesia CORPUS IURIS CANONICI.
V. LA LEY DE LAS 12 TABLAS
La primera fuente del derecho romano arcaico fueron las costumbres de los antepasados
(mores maiorum), que fueron recogidas en la Ley de las XII Tablas, publicada hacia el año
450 a.C. Esta ley fue formada por un grupo de diez magistrados, los decemviri, por lo que
se le llama también «ley decemviral». La tradición afirma que fue aprobada por unos
comicios por centurias, pero esto no parece probable.
Contenía una serie de preceptos jurídicos y funerarios recogidos de la propia tradición y
también de las leyes griegas, especialmente de las de las comunidades griegas asentadas en
la península itálica (Magna Grecia). No la conocemos directamente, sino sólo por citas y
referencias de autores muy posteriores, gracias a las cuales se ha podido hacer una
reconstrucción.
Esta ley estuvo formalmente en vigor durante toda la historia de Roma y nunca fue
derogada, aunque sí complementada y superada, de hecho, por leyes posteriores.
LEX XII TABULARUM
Fue una Ley redactada por dos comisiones de decenviros, decemviri legibus scribundis,
presididas por Apio Claudio, entre los años 451-450 a.C., contiene un conjunto de mores
maiorum que, con la intención de crear un marco legal aplicable a patricios y plebeyos,
supuso un hito fundamental en el Derecho Romano en la medida que a partir de ellas se
desarrollaría todo el Derecho público y privado. De ahí que, Tito Livio las defina como la
fuente de todo el Derecho público y privado (fons omnis publici privatique iuris).
El texto original no nos ha llegado a nosotros, probablemente fueron destruidas con la
invasión de los galos, pero la reconstrucción del texto se ha realizado gracias a las distintas
informaciones que nos dan las fuentes literarias y las distintas referencias en la compilación
justinianea (C.I.C.). Según las fuentes mencionadas, fueron aprobadas por los comicios
centuriados y grabadas en XII tablas en el foro.
En la reconstrucción del texto se aprecia un latín arcaico y con expresiones de carácter
imperativo: mandatos o prohibiciones absolutas. En su contenido viene estructurado en las
siguientes partes:
1) Tablas I – III: Derecho procesal:
Como intento de superar la venganza privada, aparece la actio, es decir, instrumento
jurídico procesal ejercitado por los particulares ante los tribunales competentes a fin de
obtener el reconocimiento de un derecho (acciones declarativas) o bien la ejecución de uno
ya reconocido (acciones ejecutivas). Es el momento en el que surge el primer
procedimiento del ordo iudiciorum privatorum: el procedimiento de las legis actionis.
2) Tabla IV: Derecho de familia:
A pesar del poder absoluto del paterfamilias (familiar próximo) sobre los miembros de su
grupo familiar, se establecen ciertas limitaciones al mismo. En concreto, se contempla que
a la tercera venta del hijo, éste quede emancipado. También se regula la usurpatio trinoctii
como una forma de disolver la manus sobre la mujer, cuando ella ha ingresado en otra
familia distinta de la suya originaria mediante el usus.
3) Tabla V: Derecho de sucesiones:
Se regula la sucesión testada e intestada. Para la primera, se establece que sólo son de libre
disposición los bienes pecunia o bienes muebles; mientras que los bienes inmuebles,
denominados familia, se transfiere a toda comunidad hereditaria ya que son de mayor
importancia. Para la segunda, ante la no existencia de testamento y no tuviera el testador sui
heredes, heredaban los agnados próximos y, en su defecto, los miembros de su misma gens.
En relación con la sucesión se regula la tutela de los hijos impúberes y la curatela del pater
furiosus (loco) también atribuida a los agnados y gentiles.
4) Tablas VI – VII: Derecho de propiedad:
En las relaciones jurídicas, se hace alusión al nexum como primitiva forma de obligación,
la nuncupatio o declaración oral solemne de querer crear un vínculo jurídico y la
mancipatio como forma derivativa de adquirir la propiedad mediante el gestum per aes et
libram. Y, como forma originaria de adquirirla, la usucapio, esto es, adquisición de las
cosas por la posesión continuada durante cierto tiempo: dos años para los bienes inmuebles
y un año para los bienes muebles. Los peregrinos se establece que serán poseedores a
perpetuidad.
5) Tablas VIII – X: Derecho penal:
Como forma también de eliminar la venganza privada se regulan las obligaciones que
nacen del delito, mediante la sanción pecuniaria (que el delincuente debe entregar a la
víctima, ej: la fractura de un hueso se sancionaba con una cantidad que oscilaba entre los
150 o 300 ases, una bofetada con 25 ases) y la ley de talión (ojo por ojo y diente por
diente). Se regula el parricidium (dar muerte a un hombre libre), el furtum (apoderamiento
de cosa ajena contra la voluntad de su dueño).
6) Tablas XI – XII: Derecho público:
Tiene un contenido muy variado (usura, depositario infiel, la hechicería, el incendiario,…)
pero hay que destacar la prohibición de matrimonio (ius connubii) entre patricios y
plebeyos, aunque dicha prohibición fue suprimida en el año 445 a.C. en virtud de la lex
Canuleia.
VI. LA JURISPRUDENCIA ARCAICA
La labor principal de los juristas en la época arcaica fue la interpretación de la Ley de las
XII Tablas. Fue una interpretación creativa, por la que fueron creando un orden jurídico
más amplio, adaptado a las necesidades prácticas.
Un ejemplo de su interpretación creativa es la invención de la emancipatio, es decir del acto
por el que se extingue la patria potestad de un padre sobre su hijo: aprovecharon que la ley
señalaba (Tabla 4,2) que el padre que vendía a su hijo tres veces perdía la potestad sobre él
para idear un acto en el que el padre, de común acuerdo con un amigo, vendía y
recompraba a su hijo, de modo que a la tercera venta se extinguía el poder paterno.
Se tienen noticias de algunas obras escritas por los juristas arcaicos, de las cuales la más
representativa parece haber sido la obra atribuida al jurista Sexto Elio Peto, llamada
Tripertita, porque contenía tres partes: la Ley de las XII Tablas, su interpretatio, y un
formulario de acciones procesales.
Este período comienza con la fundación de Roma en el año 753 A.C. y concluye
aproximadamente en el año 450 A.C. con la creación de la Ley de las XII Tablas.
Esta primera etapa estuvo influenciada por la cultura griega, cuyo pensamiento filosófico y
jurídico estaba fuertemente inspirado en cuestiones de índole divina, es por eso, quizá, que
los más antiguos juristas de los que se tiene noticia eran sacerdotes del Estado o sacerdotes
públicos en cuyas manos estaban la aplicación y el desarrollo del derecho sacro, es decir, se
trataba de sacerdotes que pertenecían a Colegios de Pontífices o Colegios Sacerdotales; es
por ello que los criterios jurisdiccionales existentes en esa época, eran criterios o doctrinas
jurisprudencias pontificias o sacerdotales, caracterizadas por ser incontrovertibles e
incuestionables, dado su origen divino.
La jurisprudencia romana tuvo su origen en el Colegio de los pontífices, asesores técnicos,
primero de la justicia real y más tarde de los cónsules y los pretores. Sus conocimientos del
derecho estaban relacionados con la ciencia de la religión y la astrología. Su misión era
interpretar la voluntad divina, clave, para los antiguos, de todo el orden jurídico.
Como dato relevante, debe mencionarse que, es en esta época, cuando se crea la Ley de las
XII Tablas que constituye el más antiguo e importante antecedente legislativo del derecho
romano. Esta época concluyó a finales de la República, en el año 304 A. C. y a partir de
entonces la jurisdicción reservada a sacerdotes y escribas, se tornó laica y pública.
En el año 462 A.C. durante un largo periodo en el cual estuvieron enfrentados patricios y
plebeyos, el tribuno Trentilio Arsa propuso el nombramiento de cinco magistrados que
redactasen unas normas con el fin de suavizar las diferencias entre los dos grupos sociales
antes mencionados, la norma proponía establecer un cierto parámetro de igualdad entre
estas dos clases sociales, sin embargo dicha propuesta no fue aceptada por los patricios.
En el año 454 A. C., los tribunos propusieron de nuevo la idea de una ley igualitaria para
patricios y plebeyos, la cual en esta ocasión sí fue aceptada, con algunas reservas que
impedían que los plebeyos formaran parte de la comisión legislativa. Con motivo de la
aceptación, se envió una embajada a Grecia para que estudiasen las leyes de aquel pueblo, a
cuyo regreso se suspendieron la actividad de las magistraturas ordinarias, tanto patricias
como plebeyas, y se nombraron nuevas magistraturas que se denominaron decenviri legibus
scribundis, presididos por Apio Claudio, y estos gobernaron satisfactoriamente durante un
año y presentaron diez tablas para su aprobación en los comicios.
Al terminar el mandato, los decenviros, con el pretexto de que aún faltaban dos tablas por
redactar, hicieron que se nombrase un nuevo decenvirato, del que formaron parte alguno de
los que integraron el primero y tres plebeyos. El segundo decenvirato gobernó
despóticamente y redactó dos tablas que resultaron ser inicuas para la plebe ya que incluía
la prohibición una prohibición de matrimonios entre patricios y plebeyos.
Los sucesos, según los historiadores, culminaron en una revuelta que tuvo lugar en el año
449 A.C. durante la que fueron derrocados los decenviros, restaurándose el consulado. A
los dos primero cónsules se les atribuyó una ley denominada Valeria Horatia, en la cual se
reconocían a los tribunos de la plebe y se declaraba inviolable su persona. Estos cónsules
grabaron en bronce las XII Tablas. Las cuales se convirtieron en un hito histórico de tal
importancia que, según se dijo en su oportunidad por Cicerón, los niños las tenían que
aprender de memoria en la escuela lo cual se prolongó durante varios años y si bien
anteriormente los detalles de las doce tablas pasaron oralmente de padres a hijos, varios
aspectos de este tema educativo romano se contuvo en volúmenes denominados Fastos
Consulares, Libros de los Magistrados y Anales Máximos.
Por su parte, Livio declaró que la Ley de las XII Tablas era la fuente de todo el derecho
público y privado, y en otro episodio, Pomponio se refirió a ella con la misma metáfora
manifestado que de ella comenzó a fluir el ius civile, es decir, el derecho de la ciudad de
Roma.
En la Roma Arcaica eran los sacerdotes quienes disponían de fórmulas rígidas para la
celebración de los contratos y los ritos procesales. El colegio sacerdotal designaba cada año
a uno de sus miembros para que diera consultas jurídicas al pueblo, basándose en estas
fórmulas monopolizadas por el sacerdocio y registradas en los LIBRI PONTIFICALES. Un
factor adicional que explica tan destacada posición de los hierofantes en la vida jurídica
estriba en el hecho de que éstos eran casi los únicos que sabían leer y escribir.
Las XII Tablas eran un cuerpo normativo completo pero escaso en regulación específica, la
particularización de cada regla a casos concretos correspondía a los pontífices encargados
de su manejo a quienes se les proporcionaba un poder excepcional que se llamaba
interpretatio y el resultado de esta facultad extraordinaria era la creación de nuevas reglas
particularizadas en casos concretos, a las cuales, con el paso del tiempo siguieron en otra
etapa posterior las interpretaciones laicas de juristas distintos de los sacerdotes que más
adelante discurrió en la evolución del ius civile y la aparición posterior de instituciones
como la responsa y el ius publieci respondiente.
La gran libertad interpretativa de la que gozaban los pontífices fue considerablemente
restringida, no por la Ley, sino por los mismos pontífices mediante el desarrollo de edictos.
En esta época, la jurisprudencia era considerada una labor propia de los pontífices quienes
tenían competencia en cuestiones de derecho sagrado y también de derecho civil ya que el
derecho estaba profundamente vinculado a la religión. Los pontífices eran los intérpretes
supremos del fas o “voluntad de los dioses” y de las antiguas mores o costumbres que
formaban el núcleo principal del derecho arcaico.
VII. LA PRIMERA JURISPRUDENCIA CLÁSICA
La jurisprudencia clásica aparece en el último tercio del siglo segundo a.C. Para entonces
ya se ha secularizado y separado definitivamente el ius civile del ius divinum. Se tienen
como sus fundadores a Manio Manilo, Marco Junio Bruto y Publio Mucio Escévola, cuyo
hijo Quinto Mucio Escévola es el jurista más representativo de esta etapa. Él publicó la
primera exposición ordenada del ius civile, enriqueciendo la tradición del derecho romano
con la incorporación del método de la dialéctica griega. Su libro está dividido en cuatro
partes: herencia, personas, cosas y obligaciones, división que influirá las obras posteriores
de derecho civil.
Es el período histórico-político que coincide con el Principado (finales del siglo I a.C) hasta
la época del emperador Diocleciano (s. III d.C.). Es el periodo en el que se produce el gran
desarrollo y desenvolvimiento de las Escuelas Jurídicas (Sabinianos y Proculeyanos). En
esta etapa aparecen distintas definiciones del ius, que marcan de forma decisiva la
interpretatio de los juristas. Así, entre las definiciones más destacadas podemos mencionar:
-Celso: ars boni et aequi (“arte de lo bueno y lo justo o equitativo”)
-Ulpiano: Tria iuris praecepta: Honeste vivere, alterum non laedere suum cuique tribuere
(“Los tres preceptos jurídicos son: Vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo
que le pertenece”).
VIII. LA ACTIVIDAD DE LA PRIMERA JURISPRUDENCIA.
La actividad de los juristas consiste principalmente en dar respuestas (responsa) a casos que
les proponen los particulares, pero también los jueces o magistrados. Las respuestas que
dan los juristas suelen ser aceptadas y seguidas por la autoridad o saber que se les reconoce.
Las respuestas que dan en público son breves, pero en privado explican a sus discípulos las
razones que los llevaron a darlas. Cada respuesta sirve como precedente o ejemplo para
resolver casos semejantes. Procede así la jurisprudencia casuísticamente, resolviendo casos
concretos, y extendiendo las soluciones concretas a casos semejantes; sólo
excepcionalmente formulan reglas generales.
Por este camino la jurisprudencia llega a formar el derecho como un saber autónomo, que
tiene sus propias nociones, reglas y métodos, aunque no deja de tener en cuenta los datos
sociales en que se aplica (organización política, esclavitud, organización familiar, etc.), la
utilidad práctica y la naturaleza misma de las cosas a que se refiere. Para esta época ya
queda fijada la terminología jurídica y el cuadro general de las instituciones.
En principio, los juristas no actúan como abogados, defendiendo causas en juicio. El trabajo
de la abogacía lo dejan a los expertos en el arte de persuadir, es decir a los expertos en la
Retórica (oradores o retores).
En esta primera etapa clásica se inicia la conformación de «escuelas» de juristas, que no
son establecimientos de enseñanza, sino agrupaciones de juristas en torno a un maestro. El
jurista Servio Sulpicio Rufo, de la última generación de juristas de esta etapa, es el
fundador de la «Escuela Serviana».
IX. LAS LEYES.
En general, la ley (lex) es una declaración de potestad que vincula al que la emite y a quien
está dirigida. Hay leyes privadas y leyes públicas.
La ley privada (lex privata) es la que declara alguien que dispone de una cosa propia, por
ejemplo la prohibición que impone el vendedor de un esclavo para que el comprador no lo
haga vivir fuera de Roma, o el testamento por el que un padre de familia determina cómo
va a repartirse su patrimonio entre sus herederos.
La ley pública (lex publica) es la que declara el magistrado (rogatio) y es aprobada por los
comicios (iussum Populi); en época republicana solía también exigirse la autorización del
Senado (auctoritas patrum). El contenido de la ley lo determina el magistrado en su rogatio.
Los comicios no pueden modificarlo, sino solamente aprobarlo o rechazarlo.
La ley es pública porque vincula a todos los ciudadanos y por eso su texto se expone en
público. Los ciudadanos tienen el deber de conocerla, por lo que no pueden excusarse de
cumplirla alegando que la ignoraban.
X. CARACTERÍSTICA DEL CONTENIDO DE LA LEY, SU GENERALIDAD.
Desde la Ley de las XII Tablas, se fijó que la ley no podía dirigirse a un ciudadano en
concreto, por lo que se llegó a considerar que la ley tenía que contener una orden general
dirigida a todos los ciudadanos. Desde entonces se afirma que la generalidad es una
característica esencial de la ley, que la distingue de otros actos emitidos por la potestad,
como los decretos o los edictos.
XI. RELACIONES ENTRE LA LEY Y EL IUS.
La ley, que es un acto de potestad, no modifica el ius creado por la autoridad de la
jurisprudencia. La ley se convierte en fuente del derecho en cuanto los juristas toman en
consideración los nuevos datos que contiene la ley y los incorporan al ius. Sin embargo, la
mayor parte de las leyes se refieren a asuntos políticos, criminales y fiscales ajenos al
ámbito propio del ius. Fueron pocas leyes (la mayoría plebiscitos) las que se ocuparon de
asuntos de derecho privado, entre ellas la ley Aquilia (lex Aquilia de damno, 286 a.C) sobre
la responsabilidad por los daños causados a un bien ajeno; la ley Furia (lex Furia de sponsu,
de fecha incierta entre el 230 y 130 a.C.) sobre los fiadores, y la ley Falcidia (Lex Falcidia,
40 a.C.) sobre la herencia.
XII. DESAPARICIÓN DE LAS LEYES COMICIALES.
En el Principado, cuando ya no se reúnen los comicios, dejó de haber leyes aprobadas por
éstos. En lugar de ellas, los emperadores las elaboraban y las enviaban al Senado para que
éste las aprobara como si fueran senadoconsultos.
La decadencia de esta época comenzó cuando los emperadores se dedicaron a emitir
personalmente los edictos, decretos, mandatos y epístolas imperiales, por intercesión de los
jurisconsultos como simples consejeros o asesores jurídicos.
XIII. LOS EDICTOS.
Los magistrados pueden dar edictos, es decir exponer en público disposiciones relativas a
su encargo. El contenido de estos edictos forma el derecho edictal, más comúnmente
llamado «derecho honorario», porque las magistraturas se llamaban, por ser gratuitas,
honores. El derecho honorario, que procede de la potestad de los magistrados, se distingue
claramente del derecho civil elaborado por la jurisprudencia.
XIV. EL EDICTO DEL PRETOR URBANO
Para el derecho privado tuvieron mucha importancia sobre todo los edictos de los pretores,
encargados de solucionar los litigios. Para dar su edictos, los magistrados, que no
necesariamente sabían derecho, se asesoraban de los juristas, quienes iban así influyendo en
el contenido del derecho honorario, que fue, durante los siglos I a.C. y I d.C, el derecho
más progresivo.
El edicto del pretor contenía las disposiciones conforme a las cuales iba a resolver los
litigios. Señalaba ahí, entre otras cosas, quiénes podían presentarse a iniciar un juicio, cómo
podían ser representados y las «fórmulas» de las acciones, en las que se precisaban los
casos que podían juzgarse.
El pretor emitía un edicto al comienzo de su magistratura para que rigiera durante todo el
año (edictum perpetuum), pero en cualquier momento podía emitir otro (edictum
repentinum). Era natural que al entrar un nuevo pretor, no hiciera un edicto totalmente
nuevo, sino que tomara el de su antecesor y le introdujera algunos cambios. Esta
posibilidad de revisar y modificar el edicto del pretor cada año permitió que el derecho
honorario fuera, especialmente a fines de la República y comienzos del Principado, un
derecho flexible donde podían introducirse las novedades que los juristas iban sugiriendo y
suprimirse lo que la experiencia demostraba que no funcionaba.
XV. LA REDACCIÓN DEFINITIVA DEL EDICTO PRETOR
Con el paso del tiempo se fue estabilizando un texto del edicto que se transmitía de pretor a
pretor sin modificaciones (edictum traslatitium). La estabilización del edicto llega a término
cuando el emperador Adriano, hacia el año 130 d.C., ordena al jurista Juliano que haga una
redacción definitiva del mismo, la cual fue aprobada por el Senado. Con esta codificación
del Edicto, éste deja de ser una obra de los pretores y se convierte en una especie de libro
jurídico, que tiene una autoridad semejante a la de los otros libros escritos por los juristas.
En la época posclásica se le llamará «Edicto Perpetuo».
XVI. EL EDICTO DE LOS EDILES CURULES.
Además de los edictos de los pretores, tuvieron influencia en el derecho privado los edictos
de los ediles curules, encargados del orden en los mercados, por medio de los cuales se
introdujeron novedades en materia de compraventa, especialmente relacionadas con la
responsabilidad del vendedor por los defectos de la mercancía.
XVII. DERECHO PRETORIO Y DERECHO CIVIL.
El derecho contenido en los edictos constituye un ordenamiento paralelo al derecho civil, al
cual complementa y rectifica, pero sin derogarlo. Por eso se da frecuentemente una doble
regulación, complementaria no contradictoria, de las mismas materias; por ejemplo se habla
de propiedad civil y propiedad pretoria, testamento civil y testamento pretorio, obligaciones
civiles y obligaciones pretorias, etc. En la etapa clásica tardía, los juristas funden ambos
derechos para crear un nuevo derecho (ius novum).
XVIII. SENADOCONSULTO.
Las decisiones del Senado o senadoconsultos, tomadas por mayoría de votos, eran
originalmente, en la constitución republicana, consejos dirigidos a los magistrados. No se
referían a las materias propias del derecho civil, ni eran fuentes del derecho civil.
En tiempo del Principado, como ya no se reúnen los comicios, el príncipe va a formular
leyes que envía al Senado para que fueran ahí aprobadas y publicadas en forma de
senadoconsultos. Estos nuevos senadoconsultos, sobre todo los del siglo I d.C., van a
afectar el derecho privado de manera importante, tales como el senadoconsulto
Macedoniano (de la época de Vespaciano), que afectó las reglas sobre el préstamo de
dinero a los hijos de familia; o el senadoconsulto Neroniano (quizá del año 61 d.C.) sobre
los legados; o el senadoconsulto Veleyano (s. I d.C.), que afecta las fianzas y otras formas
de garantía prestadas por mujeres.
Como el senadoconsulto no era fuente del derecho civil, la forma como se hicieron valer
sus disposiciones fue por medio del edicto del pretor. Éste incluía en su edicto acciones o
excepciones (defensas del demandado) para hacer efectivas las prescripciones de los
senadoconsultos. Por ejemplo, para hacer valer la prohibición del senadoconsulto
macedoniano de prestar dinero a los hijos de familia, los juristas, que conforme al ius civile
enseñaban que quien recibía una cantidad de dinero tenía el deber de devolver otra igual,
aconsejaron al pretor que incluyera en su edicto una excepción a favor del hijo de familia
que lo defendiera de la acción del acreedor para exigir el pago; de este modo no se
modificaba el derecho civil, pues seguía siendo deber del deudor pagar la cantidad prestada,
y al mismo tiempo se respetaba la prohibición del senadoconsulto, pues el acreedor no
podía exigir lo prestado cuando el deudor le oponía la excepción del senadoconsulto
Macedoniano.
XIX. DECADENCIA DE LOS SENADOCONSULTOS.
Como el senado, de hecho, aprobaba todas las leyes que le proponía el príncipe, a partir de
Adriano se acostumbró que el texto preparado por el príncipe fuera leído, por medio de un
representante, ante los senadores; éstos lo aclamaban, y ese mismo texto (la oratio
principis) se convertía en ley y, por lo tanto, valía como fuente del derecho civil.

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