Deontología Profesional
Deontología Profesional
Deontología Profesional
Contenido
[ocultar]
1 Introducción
2 Origen del concepto
3 Objetivos
4 Ética y moral
5 Deontología y Ética profesional
6 Relevancia de la ética en el periodismo
7 La deontología como ética profesional
8 La conciencia profesional
9 La costumbre y la responsabilidad profesional
10 Colegios profesionales
11 Autorregulación
12 Véase también
13 Enlaces externos
[editar] Introducción
A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas
propuestas morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una
parte de la Filosofía Práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas
filosóficos que nacen de la conducta humana. La ética se dedica al estudio de los actos
humanos, pero aquellos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta, de la
persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y
que esté ausente de libertad, no forma parte del campo de estudio de la ética. La ética,
por tanto, no inventa la vida moral sino que reflexiona sobre ella. Desde la perspectiva
del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto modo
libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los
seres humanos. En el ejercicio de esa libertad se producen conflictos que constituyen la
clave de la vida moral y sobre los que la ética, como reflexión teórica, trata de dar luz,
para encauzar adecuadamente la praxis, la acción humana.
Conocimiento (Ciencia): Aquello que se sabe de manera cierta y sus causas. Doctrina
ordenada que constituye una rama particular del saber humano. Disciplina filosófica. La
ética como disciplina filosófica intenta a través de métodos de análisis y experiencia
propios de la filosofía, elaborar los conceptos y argumentos para comprender la
dimensión moral de la persona.
La moral se puede justificar desde tres perspectivas: la Metaética (viendo qué son los
juicios morales como juicios de valor), la Ética normativa y mediante la propuesta de
unas reglas práctias para la discusión, escapando del "todo vale".
Podemos señalar una serie de características que conforman la Ética de la Virtud según
Aristóteles.
Para Aristóteles, el orden social en los modos de vida está directamente ligado con el
orden natural de los mismos. Aristóteles considera que, lo bueno es hacia lo que tienden
las cosas de forma natural. Dicho de otra forma, todo aquello que es natural es, según
este autor, bueno.
Sin embargo, esta teoría no está libre de crítica. Es, precisamente, la absolutización de
su postura la que genera más desacuerdo, ya que no podemos probar, a ciencia cierta,
que lo natural puro exista. Por otra parte, muchas cosas de las que consideramos
"naturales", nos vienen dadas por la cultura. Además, no podemos olvidar el hecho de
que la naturaleza evoluciona, no es estática, por lo que si ésta es susceptible de cambio,
lo bueno también se vería afectado.
Se podría considerar como una ética independiente y formal si tenemos en cuenta que
no ofrece contenidos, no establece pautas para llevar una vida que se pueda considerar
“buena" o “mala”.
Al igual que sucede con la teoría de Aristóteles, la teoría de Kant también es objeto de
crítica:
En primer lugar, a Kant se le puede criticar que, al relacionar la ética con cómo deben
hacerse las cosas, está universalizando el concepto, porque presupone que todos
debemos entenderla del mismo modo. No obstante, la ética está ligada a la moral, y ésta
también es particular a cada persona. Por lo tanto, probablemente el deber, no es visto
igual por todos.
En segundo lugar, Kant establece cómo hay que actuar, pero no nos dice si eso es bueno
o no. La ética no se refiere sólo a la forma, sino también al fondo de las cosas.
Por último, Kant olvida por completo el sentimiento humano: según él tenemos que
actuar en base al deber y no en base a lo que de verdad queremos hacer. En este sentido,
actuar conforme al deber nos aleja de la felicidad.
[editar] Objetivos
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos
que permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus
actos, de ahí la necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la
propia conciencia, que debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos
morales, existe la figura de los colegios profesionales para mantener, promover y
defender la deontología. Éstos vigilan el cumplimiento de determinados niveles de
exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño del trabajo de sus colegiados.
Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos
requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el
momento de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas.
Moral Ética
Nace en el seno de una sociedad y Surge en la interioridad de una persona, como
por tanto, ejerce una influencia resultado de su propia reflexión y su propia
muy poderosa en la conducta de elección. Pueden coincidir o no con la moral
cada uno de sus integrantes recibida.
Actúa en la conducta desde el Influye en la conducta de una persona de forma
exterior o desde el inconsciente consciente y voluntaria.
Destaca la presión del valor captado y apreciado
Ejerce presión externa y destaca internamente como tal. El fundamento de la norma
su aspecto coercitivo, impositivo y ética es el valor, no el valor impuesto desde el
punitivo exterior, sino el descubierto internamente en la
reflexión de un sujeto
1. El primer nivel reside en la Moral, es decir, en las normas de origen externo que
condicionan la mentalidad del individuo.
De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética
individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal
que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí
se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su
actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos
similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el
fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad
profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la
profesión.
Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los
principios ponen ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar. Las
normas aplican los principios a situaciones más o menos concretas, más o menos
genéricas. Las normas suelen hacer referencia a algún tipo de circunstancia, aunque sea
en términos genéricos. Pero también los principios se hacen inteligibles cuando
adquieren concreción normativa y hacen referencia a las situaciones en las que se
invocan y se aplican. En términos generales un principio enuncia un valor o meta
valiosa. Las normas, en cambio, intentando realizar el principio bajo el que se
subsumen, dicen cómo debe aplicarse un principio en determinadas situaciones.
Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de
aplicación de los principios sea más amplio y general que las normas específicas que
caen bajo dicho principio.
La materia prima del periodismo es, altamente sensible y frágil, y motivo de disputa de
los poderes públicos, se trata pues de una mercancía valiosa. Es, principalmente, un bien
público, es decir, aquel que corresponde a todos los ciudadanos por el solo hecho de
serlo, por lo que se encuentra al mismo nivel que la educación, la salud o la justicia.
Pero esto es así, según Bettetini y Fumagalli, siempre y cuando la información sea
"verdadera y en algún modo esencial, mientras que toque temas relevantes, aquellos
sobre los cuales es necesario decidir, tomar partido, tanto en el ámbito público como en
el privado".
La ética está de este modo vinculada a la práctica del periodismo ya que como se ha
dicho antes, si se concibe a la información como un bien público, cuya circulación libre
y contenido veraz e independiente garantizan la vida democrática de una comunidad, el
manejo responsable de esta sensible materia prima es condición de la actividad
periodística. Los ciudadanos son los encargados de juzgar tanto a periodistas como a
medios, ya que ante ellos deben dar cuenta de la responsabilidad que contrajeron con la
sociedad al hacerse cargo de la tarea de buscar y difundir información. Se trata de un
deber constitucional. Sin embargo, los principales dilemas éticos de los periodistas no
están ya en los valores que se enumeran en los códigos deontológicos. Por ejemplo, la
libertad de expresión puede considerarse un valor reconocido, al menos
legislativamente, en la mayoría de los países democráticos del continente. Por el
contrario, los problemas éticos fundamentales son de origen interno y derivan de la
inédita crisis de identidad que atraviesa la profesión.
Más que un código deontológico del periodista general, más que una declaración de
principios, los periodistas necesitan en la actualidad incorporar una conciencia ética y
un convencimiento sobre las implicancias que tiene la tarea de informar, que oriente el
trabajo cotidiano y hacer frente a las presiones a las que la profesión está sometida. Este
sentido ético para la práctica cotidiana solo sería posible si se desarrolla y se comparte y
discute con los colegas.
Intercambiar experiencias y debatir los dilemas éticos sería poner en marcha una
práctica saludable, que los periodistas suelen dejar de lado, como reflexionar sobre la
profesión.
Una profesión cualquiera debe tener un periodo de aprendizaje, una preparación previa
especializada y casi siempre formal, que se debe completar con una formación
permanente que se completa con el paso del tiempo y la vivencia de distintas situacíones
en la vida profesional a las que enfrentarse.
Los Colegios Profesionales, tal como los define la ley, “son corporaciones de derecho
público, amparadas por la ley y reconocidas por el Estado, con personalidad jurídica
propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines, entre los que se encuentra la
ordenación del ejercicio de las profesiones”. Además, son las corporaciones que
elaboran los códigos deontológicos.
Por otro lado, las sanciones de la deontología profesional en aquellas profesiones que no
exigen para su ejercicio la colegiación obligatoria son sanciones sociales difusas; es
decir, que aparte de no llegar al grado de gravedad de la sanción jurídica, no tienen por
qué estar necesariamente institucionalizadas. Un ejemplo de sanciones sociales difusas
-en este sentido de informalidad, cercanas a la moral- emitidas por la deontología puede
ser la consideración de exclusión del colectivo profesional de un miembro, sin llegar
ésta a ser una sanción no formalizada.
[editar] Autorregulación
Artículo principal: Autorregulación periodística
La deontología es uno de los tres órdenes normativos que regulan el ejercicio de las
profesiones, junto al Derecho y la moral. Cabe señalar que las normas deontológicas se
encuentran a medio camino entre los otros dos órdenes normativos.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Deontolog%C3%ADa_profesional"
Categoría: Deontología profesional