PROTAGONISTAS DE LA ODONTOLOGÍA

Clarence E. Kells
(1856-1928)

AUTOR
Dr. Javier Sanz Serrulla
DR. JAVIER SANZ SERRULLA Profesor de Historia de la Odontología,
Facultad de Odontología UCM.
Presidente de la Sociedad Española de
Historia de la Odontología.
Madrid

Tras el prodigioso descubrimien- BIOGRAFÍA ro en utilizar un motor dental eléc-

trico, que funcionaba con la energía
to de William C. Roentgen, Clarence Edmund Kells, hijo de un de la calle, sustituyendo al que fun-
célebre dentista, nació el 2 de octu- cionaba con pilas.
los Rayos X, algunos hombres bre de 1856 en Nueva Orleans. En Kells continuaría en esta línea y
este lugar cursaría sus primeros así, entre 1880 y 1922, lograría 30
comenzaron de inmediato a aplicar estudios y, posteriormente, en la patentes: extintor y alarma de incen-
Escuela Superior de Keene, en New dios, motor electromagnético, gato
esta técnica al diagnóstico en la Hampshire. de automóvil, cambiador de polos,
A los 18 años asistió a las clases reloj electromagnético, encendido
odontología. Entre ellos, segura- en el Colegio de Odontología de su del motor del automóvil, arranque y
ciudad natal, pasando en 1876 al de freno de ascensor o diversos grifos
mente el pionero, Clarence E. Nueva York, donde se licenciaría en sanitarios.
1878, tras lo cual regresaría a Nueva Pero en odontología sus aporta-
Kells, inició una serie de trabajos Orleans para ejercer en la consulta ciones fueron también muy impor-
de su progenitor, uno de los princi- tantes, como el aire comprimido
cada vez más perfeccionados pales dentistas del sur, con quien para utilizar en las operaciones den-
permanecería hasta la muerte de tales, un retractor labial, un aparato
en este sentido que, desgraciada- éste, en 1896. para irrigar agua fría destilada en la
Desde muy joven, Kells mostró pieza de mano, instrumentos para
mente, le causaron graves proble- un gran interés por la invención, en rellenar los conductos radiculares y,
todos los órdenes. Mientras estuvo sobre todas ellas, una bomba de
mas de salud. Algunos otros inge- en Nueva York visitaba asiduamen- aspiración eléctrica automática, que
te el laboratorio de Thomas A. permitiría trabajar en campo seco a
nios suyos vinieron también a Edison, en Nueva Jersey, poniendo partir de ahora, pues aspiraba los
especial atención en sus investiga- fluidos de forma rápida.
facilitar el trabajo en los gabinetes ciones sobre la electricidad. Cuando Por extraño que nos parezca en la
volvió a su tierra, fue el primero en actualidad, la contratación de la pri-
dentales; de ahí que sea perma- instalar sistemas de iluminación de mera auxiliar dental es de época
gas eléctrico y una alarma antirrobo muy tardía y se atribuye clásicamen-
nentemente recordado. en su casa, como también fue pione- te a Kells. En efecto, en 1895 incor-

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poró a una señorita cuando solamen- including a complete bookkeping and

te los negros desempeñaban este recording system and a description of the
papel. Pese a las reticencias de su management of a dental practice (Nueva
padre, intuyó la ayuda que podían Orleans, 1925). Se trata de un texto
ofrecer las que hoy llamamos higie- de más de quinientas páginas, con
nistas dentales y dejó escrito tras interesantes ilustraciones, que reco-
varios años de experiencia: la auxiliar ge su sabiduría odontológica refren-
es absolutamente esencial para la moder- dada por su práctica de más de cua-
na clínica dental, cuya figura debería tro décadas y media. Y todavía se
sobrevivir tanto como la propia editaría un libro póstumo: Conser-
odontología. vation of Natural Teeth, de cerca de
Su enorme actividad científica, trescientas páginas. En ocasiones, su
plasmada en algún libro que prosa resultaría polémica, aunque
comentaremos más adelante, hizo de no era sino el fruto de la pasión que,
él una figura de primer orden en su con fundamento, ponía en sus argu-
entorno, de ahí que fuera condeco- mentaciones científicas.
rado por sus colegas, como en 1923 Pero, quizá, sus aportaciones
con la medalla de oro “Jarvie de más significativas, aparte de los
Compañerismo” por la Sociedad inventos mencionados anterior-
Dental de Nueva York. En 1927, un mente, correspondan al campo de
CLARENCE E. KELLS
grupo de dentistas de Nueva la radiología dental. En efecto, en
Orleans fundó la “C. Edmund Kells julio de 1896 –tan sólo ocho meses
Memorial Library” y el “Museo de después de la publicación del des- demos cuenta de que la aspiración
la Universidad de Tulane” en su cubrimiento de W.C. Roentgen– de los fluidos bucales, la radiolo-
honor (ahora en Washington DC). expuso su uso en una reunión de gía dental o la presencia del perso-
Kells era, en estos tiempos, un la Southern Dental Association, en nal que nos ayuda fueron objeto de
hombre de gran reputación, pero su Asheville (Carolina del Norte), sus desvelos, por alguno de los
salud había sufrido serios proble- transportando su delicado equipo cuales pagó un alto precio. Quizá
mas. Desconociendo los perniciosos desde Nueva Orleans. Se trataba el mejor exponente de su actitud
efectos “invisibles” de la radiación, de una máquina radiográfica, la ante la vida sea el párrafo que
detectó un eritema en sus manos, primera en América, que había puede leerse en su autobiografía
que interpretó como una dermatitis; mandado construir para sus pro- Three Score Years and Nine, que así
sin embargo, se trataba de graves pias investigaciones, mediante la dice: Dadme el hombre que aguante
lesiones, propias de la exposición cual realizó tentativas en sus cuando otros abandonan, que empuja
larguísima a los Rayos X. Hasta 42 pacientes (principalmente en su cuando otros dan la vuelta, que se endu-
operaciones sufrió antes de ver ayudante) pues desconocía el rece cuando otros se debilitan, que avan-
amputado su brazo, situación que le tiempo adecuado de exposición, za cuando otros retroceden, que no
resultó insuperable (no en vano aunque llegaba a acercarse a los 15 conoce palabras como “no puedo” o
había escrito: preferiría vivir un año minutos. Kells cortaba él mismo “abandono” y os mostraré un hombre
con ambas manos que diez sin una de sus placas de hojas grandes y las que ganará al final, no importa quien se
ellas); de ahí que el 7 de mayo de envolvía en papel negro, colocán- le oponga ni los obstáculos que afronte.
1928 decidiera poner fin a su exis- dolas en un dique de goma para
tencia en su clínica. Se suicidó con mantenerlas secas en boca. Tam-
un revólver. bién acabaría diseñando un senci-
llo soporte de películas. Bibliografía básica
LA OBRA DE C.E. KELLS Pese a haber abierto esta brecha,
los dentistas norteamericanos tarda- 1. Hubar JS. C. Edmund Kells, Jr., Pioneer in
Su legado escrito es abundante. ron en aceptar este medio como una the Field of Dental X-Rays. Journal of the
Además de los cerca de 200 artículos práctica habitual, de manera que History of Dentistry. 1, 2000, 11-15.
publicados en Canadá, Inglaterra, apenas una docena había seguido su 2. Kells CE. Three Score Years and Nine.
Nueva Zelanda, Australia y los camino en la primera década del New Orleans, 1926 (Libro autobiográfico).
Estados Unidos, y tres capítulos del siglo XX y lo mismo se puede decir 3. Kracher CM. C. Edmund Kells (1853-
libro de C.N. Johnson A textbook of de los colegas europeos. 1928). Journal of the History of Dentistry.
operative dentistry, Kells escribió un A Kells debemos, los dentistas 2, 2000, 65-69.
libro titulado The dentist’s own book. A posteriores, la facilidad con que 4. Ring ME. Historia ilustrada de la
faithful account of the experiences gained hoy trabajamos en nuestras consul- Odontología. Barcelona, 1989, 272-273.
during forty-six years of dental practice, tas, probablemente sin que nos

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