Guia de Cuidados de Personas Mayores PDF
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de personas mayores
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Guía de cuidados de personas mayores
Andrés Pérez Melero (Editor)
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COORDINACIÓN
Juan Vicente Beneit Montesinos
Andrés Pérez Melero
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono: 91 593 20 98
http://www.sintesis.com
ISBN: 978-84-995801-7-3
Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimiento civil previstos en las
leyes, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de
recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o
cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A.
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Relación de autores
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Gómez-Pastrana, Cristina Pérez
Gómez Patiño, Juan A.
González Izquierdo, Sergio
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Sánchez Alonso, Susana
Sánchez Ayuso, Gema Isabel
Sánchez García, Silvia
Sánchez Mangas, José Ramón
Sánchez Moreno, Beatriz
Santos Franco, Jesús
Sanz Macía, Noelia
Saura Quesada, Laura
Seguido Chacón, Raquel
Soriano Pinar, Paloma
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Índice
INTRODUCCIÓN
1. EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
Gema Calderero Castelanos, Paloma Soriano Pinar y Andrés Pérez Melero
1.1. ¿Qué es envejecer?
1.2. ¿Quién es la persona mayor?
1.3. Envejecimiento de la población
1.4. Cambios ligados al proceso de envejecimiento
1.5. Hábitos comportamentales relacionados con la salud en las personas mayores
2. NUTRICIÓN E HIDRATACIÓN
Gema Hernández Sobrado, Beatriz Sánchez Moreno, Noelia Sanz Macía y Juan
A. Gómez Patiño
2.1.Introducción
2.2.Factores fisiológicos
2.3.Factores patológicos
2.4.Factores socioeconómicos y psicológicos
2.5.Necesidades nutricionales
2.6.Necesidades calóricas
2.7.Necesidad de principios inmediatos
2.8.Alcohol y otras bebidas
2.9.Errores en la alimentación del anciano
2.10. Recomendaciones
2.11. Recomendaciones para las alteraciones más frecuentes del proceso de
envejecimiento
2.12. Hidratación
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2.13. Consejos de higiene alimentaria
3. HIGIENE PERSONAL
Ma Paz Gómez Garcimartín, Sonia Barroso Hernández, Silvia Sánchez García y
Jesús Santos Franco
3.1. Introducción
3.2. Ducha, baño y baño en cama
3.3. Afeitado
3.4. Depilación
3.5. Higiene bucal
3.6. Cuidado de las manos, uñas y pies
3.7. Ojos
3.8. Oídos
5. DESCANSO
Carolina Villadóniga Fernández y Andrés Pérez Melero
5.1. ¿Qué función tiene el descanso en la persona mayor?
5.2. ¿Qué características tiene el sueño en la persona mayor?
5.3. ¿Qué se puede hacer para dormir mejor?
5.4. ¿Cuándo acudir al médico?
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MAYORES
Lucio Romo Jiménez, María Aranzazu Redondo, Elena Cristina Fernández Pérez
y Juan A. Gómez Patiño
7.1. Introducción
7.2. Aspectos a considerar en las personas mayores
7.3. Fiebre
7.4. Hipertermia
7.5. Golpe de calor
7.6. Hipotermia
8. INCONTINENCIA URINARIA
Ana Ma Espuela Royo, Raquel Navarro Fernández, Belén Aragonés Corral y
Domingo Palacios Ceña
8.1. Introducción
8.2. Definición y tipos
8.3. Factores predisponentes
8.4. Esquema de actuación
8.5. Cuidados
8.6. Complicaciones
8.7. Dispositivos de recogida de orina
8.8. Protectores (pañales)
8.9. Signos y síntomas de alarma
8.10. Incontinencia fecal
10. ESTREÑIMIENTO
Luz Divina Jiménez Sierra, Dolores García Rubio, Laura Heras Zurdo y Juan A.
Gómez Patiño
10.1. ¿Qué es el estreñimiento?
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10.2. ¿Por qué se produce?
10.3. ¿Cómo se identifica?
10.4. ¿Qué se puede hacer?
10.5. Administración de medicamentos
10.6. Masajes
12. LA OSTEOPOROSIS
Cristina Nicolás Martín, Charo Romillo Férnandez, Soledad Aparicio Ocon y
Jesús Santos Franco
12.1. ¿Qué es la osteoporosis?
12.2. Manifestaciones
12.3. Fractura de cadera
12.4. Fracturas vertebrales
12.5. Fractura de antebrazo
12.6. Prevención y tratamiento
12.7. ¿Cómo comenzar el ejercicio físico?
12.8. Recomendaciones
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13.5. Alteraciones más frecuentes en la edad avanzada
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17.5. ¿Qué complicaciones pueden presentar los estomas?
17.6. Aspectos psicológicos de la persona mayor ostomizado
17.7. Normas generales a seguir por una persona mayor ostomizada
17.8. Control del estoma
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21. LA CONFUSION
Raquel Páramo Ramos, Victoria Otero García-Valdecasas, Rocío Rivas Martín y
Andrés Pérez Melero
21.1. ¿En que consiste la confusión?
21.2. ¿Qué puede producir confusión?
21.3. ¿Qué consecuencias puede tener?
21.4. Detección del síndrome confusional
21.5. Cuidados de una persona mayor con confusión
22. LA DEMENCIA
Carmen Trapote del Apro, Mercedes Vargas Ramírez y Andrés Pérez Melero
22.1. ¿Qué se entiende por demencia?
22.2. Número de personas afectadas
22.3. Tipos de demencia
22.4. Fases de la demencia
22.5. Cuidados generales domiciliarios del paciente demenciado
22.6. Problemas asociados a las demencia y sus cuidados
22.7. Asociaciones de apoyo
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24.6. Tratamiento de la hipertensión arterial
25. LA DIABETES
Mariví Rodríguez Alcántara, Carmen Ricote Romano y Jesús Santos Franco
25.1. ¿Qué es la diabetes?
25.2. Causas de la diabetes
25.3. Signos y síntomas de la diabetes
25.4. Tratamiento de la diabetes
25.5. Complicaciones
25.6. Consejos para la persona mayor diabética
27. MEDICAMENTOS
Juan A. Gómez Patiño, Beatriz Gil Niño y Oliver Gil Rodríguez
27.1. ¿Qué es un medicamento?
27.2. Reglas generales en la administración de medicamentos
27.3. Principales vías de administración de medicamentos
27.4. Reacciones adversas de los medicamentos descritos
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29.1. ¿Qué supone llegar al final de la vida?
29.2. Factores a tener en cuenta
29.3. Actitudes ante la muerte en la sociedad de hoy
29.4. La última etapa de la vida
29.5. Familia y cuidadores
29.6. El duelo
29.7. Agotamiento de los cuidadores o decaimiento
29.8. La comunicación
29.9. Cuidados paliativos
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Introducción
Tiene ante usted un libro sencillo, pero útil, que ha sido redactado por profesores de
la Enfermería que trabajan en su mayor parte con personas mayores, bajo la dirección de
Andrés Pérez Melero. Se trata de un texto orientado eminentemente a la figura del
"cuidador", es decir, dirigido a aquella persona que habitualmente se constituye en la
responsable inmediata de la atención –de la buena atención– a la persona mayor. Es éste
un colectivo –el de los cuidadores– sobre el que habitualmente gravita una buena parte de
la atención sanitaria al anciano y al que ni se suele preparar para ello, ni los distintos
estamentos sociales reconocen ni agradecen suficientemente su labor.
A lo largo de los distintos capítulos se recogen algunas de las situaciones más
habituales dentro de la patología del anciano. En la exposición se han omitido
deliberadamente todos aquellos aspectos técnicos más directamente vinculados a
cuestiones médicas, tales como las causas, diagnósticos o tratamientos de los diferentes
procesos, para centrarse en lo que podríamos denominar "cuidados" inmediatos. El
índice, sin ser exhaustivo, incorpora la mayor parte de los tópicos que vienen a
constituirse en problemas de todos los días. En numerosos capítulos se ha hecho también
un esfuerzo por conseguir ilustraciones en forma de esquemas o dibujos que faciliten la
comprensión del texto, y, en su caso, la actuación correspondiente. El conjunto resultante
cumple sobradamente los objetivos propuestos y que aporta luz en un campo donde la
literatura existente es más bien escasa.
Como profesional de la educación geriátrica no puedo más que felicitarme por la
aparición de un libro de estas características. También –y sobre todo– felicitar y
agradecer a los númerosos autores de los distintos capítulos el enorme esfuerzo que
requiere su realización. Espero que este texto, además de su utilidad explícita de cara a
aquellos a los que va dirigido, tenga la virtud de servir como estímulo mantenido en el
desarrollo de la profesión que ahora inician, a todos y cada uno de los nuevos titulados
de enfermería que han puesto entusiasmo, tiempo y empeño en hacerlo posible. Qué la
labor que ilusionadamente emprenden tenga su continuidad a lo largo de toda su vida
profesional. Ese será su mejor premio. A ellos y Andrés Pérez Melero mi reconocimiento
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por el trabajo realizado.
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El proceso de envejecimiento
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• Algunas enfermedades específicas, muy raras o ausentes en edades anteriores
(diabetes tipo II, cáncer de próstata, incontinencia urinaria, etc.).
• Otras enfermedades más frecuentes que en periodos previos de la vida y cuya
aparición se ve facilitada por los cambios que han ocurrido en su organismo
(infecciones, tumores malignos, diabetes, etc.).
• Con mucha más frecuencia hay concurrencia de más de una enfermedad.
Influyen también los problemas sociales (económicos, soledad), psicológicos
(actitud ante la vida, deterioro mental, etc.).
• Problemas específicos de las personas mayores, conocidos como “síndromes
geriátricos” (inmovilismo, fractura de cadera, etc.).
• La persona mayor es más vulnerable a todo tipo de agresión porque sus
mecanismos de defensa están más limitados.
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contrapuesta a los valores considerados como positivos: juventud, trabajo, riqueza,
belleza, etc.
El desarrollo de la funciones de la persona mayor va a depender de la capacidad de
adaptación y aceptación del proceso de envejecimiento, ser consciente de sus
limitaciones permitirá al mayor establecer planes de vida satisfactorios.
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del organismo.
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E) Modificaciones en el aparato digestivo
Los principales problemas que se producen se encuentran en la boca; la pérdida de
piezas dentarias, la utilización de prótesis mal ajustadas, el mal estado de los dientes y la
afectación de las encías pueden producir dificultades en la masticación. Además, esta
dificultad aumenta porque disminuye la producción de la saliva (produce sequedad de
boca y pérdida del gusto). También se produce disminución de la absorción de nutrientes
y en la secreción de sustancias necesarias para la digestión.
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I) Modificaciones en el sistema nervioso
Se produce un enlentecimiento de los movimientos, alteraciones del sueño y
disminuye la sensibilidad al calor, al frío, al dolor, etc.
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pero no aparecen cambios de comportamiento. Se produce una disminución de la
capacidad de adaptación cuando la causa es el miedo ante las situaciones desconocidas,
por lo que la persona mayor desea ante todo un entorno estable y conocido que le
ofrezca seguridad.
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— La persona mayor como persona capaz de afrontar las pérdidas: la ancianidad
es una etapa de la vida del hombre caracterizada por las pérdidas (pérdida de
facultades físicas o psíquicas, pérdidas afectivas, pérdidas económicas, etc.).
Todas estas pérdidas van acompañadas de una serie de sentimientos como
tristeza, pesar o dolor. Las pérdidas afectivas caracterizadas por la muerte del
cónyuge o de los amigos van acompañadas de una gran tensión emocional y
de un sentimiento de soledad. El superviviente pasa por períodos de pena y
dolor, y por períodos de remordimiento.
De todas estas vivencias, la soledad es la que ocasiona más problemas a
la persona mayor. El sentimiento de soledad es muy difícil de superar; por
eso, muchos mayores deciden de nuevo formar otras parejas, ya que las
necesidades emocionales de los ancianos precisan la misma atención que en
otras etapas de la vida. El anciano soltero parece aceptar mejor la soledad y
está más preparado para afrontar los problemas que ésta comporta.
1.5.1. Tabaco
Fumar es uno de los factores de riesgo más importantes de enfermedades
neoplásicas (cancerígenas), cardiovasculares y respiratorias. El consumo de cigarrillos
constituye la causa aislada y evitable más importante de mortalidad prematura.
Las personas mayores constituyen el grupo de edad con la menor prevalencia de
consumo de tabaco.
Pero fumar cigarrillos puede ser uno de los escasos comportamientos placenteros y
agradables que disfrutan las personas mayores fumadoras. Un 25% de los fumadores de
60 o más años, así como cerca del 50% de los de 75 años, consideran que fumar no es
peligroso para la salud.
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Comparados con los no fumadores, los mayores fumadores realizan el mismo grado
de actividad física. No obstante, los hombres fumadores de 70 y más años, frente a los
no fumadores, presentan una reducción significativa de peso, una menor fuerza
muscular, densidad ósea reducida, la función pulmonar disminuida y un peor estado de
salud.
Desde un punto de vista sanitario en las personas mayores que dejan de fumar hay
una mejora de la capacidad respiratoria y mejora notablemente la función pulmonar.
Asimismo, se reduce el riesgo de cáncer de pulmón y la mortalidad por enfermedad
coronaria, neumonía y gripe.
1.5.2. Alcohol
El consumo abusivo de bebidas alcohólicas se asocia a una gran variedad de
enfermedades (gastrointestinales, neurológicas, hepáticas), lesiones por accidentes,
comportamiento antisocial, etc.
El consumo bajo de alcohol no presenta un riesgo importante para la salud e
inclusive puede resultar beneficioso para la misma.
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1.5.5. Hábitos de sueño
Se trata en el capítulo correspondiente.
Los cuidados que va a necesitar una persona mayor dependen de tres factores
básicos: las aptitudes del individuo, el entorno y el nivel de desarrollo del individuo, que
van a deter-minar la aceptación o no del envejecimiento, indicando que la relación
dependencia/independencia va a estar condicionada por los recursos individuales. La
persona mayor independiente es aquella capaz de solucionar las dificultades que le
presentan las actividades de la vida cotidiana. La persona mayor dependiente es aquella
que no es capaz de solucionarlas.
Recuerde…
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anatómicas.
• La adaptación de la persona mayor al proceso de envejecimiento favorece
una transmisión no traumática a la nueva situación biológica y psíquica.
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Nutrición e hidratación
2.1. Introducción
Desde siempre se han realizado estudios sobre la nutrición que solían centrarse en
la población infantil y adulta. Hoy en día este hecho está cambiando por el aumento de la
expectativa de vida de la población. Las personas mayores se han convertido en un
colectivo muy numeroso.
El interés por la alimentación en las personas mayores de 65 años viene
determinado por dos cuestiones: la malnutrición y la determinación de la dieta que
contribuye al aumento de la longevidad y la calidad de vida.
¿Cuáles son los factores causantes de la malnutrición en la población anciana? Se
pueden clasificar en factores fisiológicos, patológicos, socioeconómicos y psicológicos.
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sequedad de boca, sensación de ardor y grietas en labios y lengua, que producen unas
molestias considerables en el anciano. El adelgazamiento óseo de la mandíbula,
incoordinación muscular, más todo lo anterior, producen una inadaptación en la
deglución.
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enfermo.
Alteraciones neurológicas (demencias, parálisis, etc.) pueden dificultar o incluso
hacer imposible la adquisición, preparación y hasta el consumo del alimento. En estos
casos será necesario el cuidado de una persona competente que le ayude en lo que
necesite.
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Esta reducción de necesidades energéticas entre los 25 y 45 años es de un 3% por cada
diez años y del 7,5% en individuos entre 45 y 65 años. Resumiendo, diremos que entre
los 20 y 65 años se produce una disminución en la demanda calórica de un 20%.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las
personas mayores son las siguientes:
2.7.3. Grasas
Suponen aproximadamente el 30% del total calórico de la dieta.
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En cualquier régimen nos encontramos también con los llamados micronutrientes.
Son elementos como las vitaminas A, D, E y B12, hierro, calcio (especialmente en leche
y derivados), fósforo y yodo.
2.10. Recomendaciones
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• Tomar alimentos ricos en hierro para evitar anemias.
• Alimentación variada.
• No cambiar los hábitos de forma radical.
• La convivencia es un factor muy importante para el apetito.
• Ingestiones de 5 a 6 por día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena
y si se queda con hambre, un vaso de leche antes de acostarse).
• Presentar los alimentos de forma atractiva.
• Es importante la toma de verduras por la cantidad de fibra que contienen. Así se
evitará el estreñimiento. También lo es por la cantidad de vitaminas que
aportan.
• Debe tomarse leche entera porque en la nata se encuentra la vitamina A y D. Es
importante también por la absorción del calcio. El calcio de la leche va a
prevenir la osteoporosis.
• Disminución de la ingestión de sal para que disminuya la tensión arterial y la
retención de líquidos.
• Tomar alimentos dependiendo de la tolerancia individual.
• Es muy importante tomar vitaminas:
— La vitamina A es buena para la vista, la piel y las mucosas.
— La vitamina C previene y mejora el catarro común.
— La vitamina E mejora la piel y las mucosas.
— La vitamina K sirve para evitar hemorragias.
— La vitamina B12 previene anemias.
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• Para el insomnio, se aconseja favorecer el sueño durante la noche realizando
ejercicio físico durante el día (andar, nadar, gimnasia de mantenimiento…),
tomar alguna bebida caliente antes de acostarse como puede ser un vaso de
leche, evitar las bebidas estimulantes (café, té, “coca-cola”) y procurar
disminuir el tiempo de sueño durante el día ayuda a conciliar el sueño por la
noche.
• Es conveniente recordar que existen fármacos que van a alterar la nutrición de la
persona mayor. Éstos pueden ser, entre otros, los diuréticos y laxantes.
2.12. Hidratación
En todas las etapas de la vida es fundamental la ingesta adecuada de agua ya que
ésta constituye el principal componente del cuerpo humano.
La ancianidad es la etapa en que se necesita más aporte de agua ya que el cuerpo
va a sufrir unos cambios que pueden producir una alteración en el equilibrio entre la
cantidad de líquidos que se toman y la cantidad de líquidos que se pierden. En el anciano
se encuentra disminuida la sensación de sed con lo que va a beber menos agua, la
capacidad de eliminar productos de desecho y la formación de jugos del estómago,
páncreas, hígado, etc.
El agua es imprescindible porque:
La falta de motivación personal, incapacidad para beber sin ayuda, miedo a que
después se les escape la orina, etc., contribuyen a que la persona mayor no beba agua
para complementar los líquidos que toma con la comida.
La persona mayor debe beber aproximadamente entre 20-45 ml de agua por cada
kilo de peso. Esta cantidad va a variar en determinadas situaciones:
Cuando nos encontramos con estas situaciones, la ingesta de agua debe ser mayor
debido al gasto que el organismo realiza para compensarlas.
La ingestión de agua, entonces evita la deshidratación y, por tanto, no se producirán
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complicaciones derivadas de ella, pero debe tenerse cuidado, pues aunque el agua en
condiciones normales no se acumula, en algunas enfermedades sí lo hace, y un exceso de
líquido puede hacer que aparezcan edemas (hinchazón de una parte blanda del cuerpo)
que harán aumentar la tensión arterial. De aquí la importancia de evitar alimentos con un
exceso de sal, que favorece la retención de líquidos. Una forma práctica de cubrir estas
necesidades de agua es beber durante todo el día cantidades pequeñas de agua aunque no
se tenga sed.
Se puede obtener agua de diferentes modos:
Recuerde…
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• Una adecuada alimentación debe cubrir las necesidades nutricionales y
calóricas, siendo frecuentes los desequilibrios nutricionales por ignorancia,
comodidad y hábitos erróneos.
• Hay una disminución de la sensación de sed en las personas mayores. Esto
influye en la importancia de una adecuada hidratación para el
mantenimiento de la salud.
• Para prevenir las enfermedades derivadas de la inadecuada manipulación e
ingestión de los alimentos, es recomendable seguir los consejos de higiene
alimentaria.
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Higiene personal
3.1. Introducción
La higiene personal es de gran importancia en las personas mayores, debido a que
su mantenimiento está directamente relacionado con la salud, ya que evita la aparición de
determinadas enfermedades y, además, favorece el bienestar personal. La higiene
personal incluye el aseo diario del cuerpo y el cuidado de la imagen, lo cual hace
aumentar la autoestima del anciano.
La familia desempeña un papel primordial en la higiene de la gente mayor, debido a
que ésta, en su gran mayoría, suele ser dependiente para realizar ciertas actividades
básicas de la vida diaria, entre las que se encuentra el aseo personal. El entorno familiar
deberá ser el encargado de fomentar los hábitos higiénicos, teniendo siempre en cuenta
su intimidad y respetando sus costumbres personales, pero intentando, en todo momento,
que estas tareas puedan ser realizadas con el mayor grado de independencia posible.
Habrá que prestar atención especial al aseo y cuidado de ciertas partes del cuerpo,
como son: las manos, el cabello, los pies y la boca. De la higiene de cada una de estas
partes se hablará con mayor detalle más adelante.
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como en la ducha.
En todos ellos emplearemos:
— Jabón suave.
— Champú suave.
— Esponja.
— Toallas.
A éstos podrán sumarse otro tipo de productos, que no sólo contribuirán a una
buena higiene, sino al bienestar y mantenimiento de su autoestima. Éstos son:
— Cremas hidratantes.
— Desodorantes.
— Colonias.
— Vestimenta adecuada.
3.2.1. Ducha
La única diferencia con el baño es que tiene una duración menor y es un sistema de
aseo por arrastre.
La ducha es recomendable en aquellas personas mayores sin ningún tipo de
problema para entrar, salir o mantenerse de pie en la ducha, pero también pueden ser
aplicable a las personas que necesiten de la ayuda de otra persona para entrar, salir o
mantenerse de pie durante el tiempo que dure la ducha.
En ambos casos:
• Debe utilizarse agua caliente para la ducha y terminar con agua un poco más
fría.
• Coger la ducha teléfono y empezar pasando el agua por los pies y las piernas, e
ir subiendo hacia arriba hasta llegar al pecho.
• Comenzar el enjabonado desde las zonas más limpias a las más sucias.
• No olvidar utilizar un champú suave para el aseo del cabello.
• Realizar un buen aclarado.
• El secado no debe realizarse frotando, sino aplicando pequeños toques,
insistiendo en las regiones donde existan pliegues. Después del secado, puede
aplicarse una crema hidratante cualquiera.
En el caso de que la persona mayor necesite ayuda, debe proporcionársele:
• Seguridad psicológica, pues la cuestión del baño/ducha representa para las
personas mayores una actividad de riesgo, que les crea miedo y ansiedad.
• Seguridad física, mediante ciertos elementos de precaución como son:
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— Alfombrillas de goma adhesiva, que evitan deslizamientos o caídas, al
quedar fijadas al fondo de la bañera.
— Taburetes en los que se puede permanecer sentado dentro de la bañera
mientras se le ducha.
3.2.2. Baño
El baño no sólo representa otro modo más de realizar la higiene corporal, sino que
también contribuye a favorecer la relajación de la persona mayor y la estimulación de su
circulación.
Está recomendado igualmente a mayores autosuficientes o que puedan necesitar
alguna ayuda.
Las personas mayores que no son completamente independientes deben estar
acompañadas en el baño. Se les ayudará a llegar al baño y, una vez allí deberán colocarse
los soportes o mecanismos de seguridad que faciliten su independencia al máximo. Estos
mecanismos de seguridad son:
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de la piel), enrojecimientos y úlceras (heridas).
• Seguidamente se recomienda echar un poco de colonia suave y crema para
hidratar la piel. Además, se puede aprovechar este momento para dar un buen
masaje (que ayuda a reactivar la circulación).
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continuación la espalda, las piernas y las nalgas.
• Después debe cambiarse el agua y colocar una cuña debajo de los genitales para
poder asearlos con abundante agua. Debe lavarse de adelante hacia atras.
• En la mujer encamada, al lavar los genitales, deberán retirarse bien los labios,
enjuagando con un gran chorro de agua y también con un antiséptico.
Seguidamente, secaremos de modo minucioso.
• En el hombre debe retirarse bien el prepucio y limpiar el glande con cuidado, sin
dejar ningún tipo de suciedad (esmegma) en la zona, pues puede llevar a una
posible infección del pene. Después, secaremos bien.
• Debe echarse crema hidratante corporal y, a la vez, dar masajes que estimulen la
circulación en la piel y faciliten el retorno venoso.
• Se puede aprovechar para dar masajes en la espalda y hacer “clapping”. El
“clapping” consiste en dar palmadas suaves y alternativas en la espalda (con la
mano ahuecada en forma de cuchara) desde abajo, sin llegar más abajo de las
costillas, hacia arriba, favoreciendo así que la persona expulse las secreciones
de los bronquios, al desprenderse éstas de sus paredes por las vibraciones que
producen las palmadas.
• Nunca debe olvidarse inspeccionar bien la piel, sobre todo en zonas de apoyo
como talones, espalda, coxis o rabadilla. Si existe enrojecimiento en alguna de
estas zonas deberá informarse a la enfermera o al médico del centro de
atención primaria correspondiente.
• En último lugar, para hacer la cama con la persona mayor dentro de ella, se hará
en el siguiente orden:
— En primer lugar se colocará a la persona encamada en decúbito lateral
(tumbado de lado) izquierdo o derecho.
— Se quitarán las sábanas sucias llevándolas desde el borde de la cama hacia
el encamado.
— Se colocará la sábana limpia en ese lado del colchón que ha quedado
descubierto, entremetiéndola primero por el cabecero de la cama y
después por los pies, extendiéndola y dejándola bien estirada y sin ningún
pliegue.
— Seguidamente, se hará girar al encamado sobre sí mismo en decúbito
lateral contrario al anterior, quedando sobre el lado del colchón cubierto
por la sábana limpia que acabamos de colocar.
— Se procede, entonces, a quitar todas las sábanas sucias y a estirar las
limpias, entremetiendo y tirando de las mismas con firmeza, pues una
arruga en la cama puede originar una úlcera por presión.
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Esta técnica tiene varios objetivos:
3.3. Afeitado
• No debe olvidarse a aquella persona mayor que tiene por costumbre afeitarse
todos los días. El cuidador deberá afeitarlo para proporcionarle mayor
bienestar.
• Se le afeitará con máquina eléctrica o con maquinilla manual.
• Si el mayor se vale por sí mismo, se le darán los útiles que necesite (maquinilla,
espuma, agua y loción) para que lo haga él mismo.
• Si el inconveniente que hay es que le tiemblan las manos, se le posibilitará una
máquina eléctrica.
• Si ninguna de las dos formas pueden ser llevadas a cabo, el cuidador le afeitará
dándole después loción con las palmas de las manos en pequeños toques.
3.4. Depilación
• Si la mujer está acostumbrada a depilarse varias partes del cuerpo, se le
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proporcionará los útiles necesarios, como, por ejemplo, crema depilatoria.
• Si ella se ve imposibilitada, la depilación la realizará el cuidador.
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mejillas, encías, lengua y dientes, cambiando las gasas con frecuencia.
— Seguidamente se secará bien y se le puede poner una loción hidrosoluble
sobre los labios, por ejemplo, vaselina.
• Tanto los pies como las manos se mantendrán limpios introduciéndolos en una
palangana con agua a 37 °C.
• Se secarán bien, sobre todo entre los dedos, así se prevendrá que alberguen
micro-organismos, en especial, hongos.
• Seguidamente se aplicará crema hidratante, y así se evitará la formación de
grietas en la piel.
3.7. Ojos
Los ojos de una persona mayor encamada requieren lavados frecuentes con suero
fisiológico (también puede realizarse con manzanilla). Se pueden echar unas gotas de
suero en unas gasas (lo más estériles o limpias posible) y se pasarán con cuidado por los
párpados, arrastrando la suciedad de los mismos.
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3.8. Oídos
Deberá observarse si los oídos secretan demasiado cerumen. En este caso, se
avisará al servicio de asistencia a domicilio del centro de atención primaria o se acudirá al
especialista para proceder a su extracción.
Deben lavarse todos los días, e incluso se puede usar bastoncillos para quitar la
suciedad del pabellón auditivo o para secar la entrada del conducto auditivo. Es
conveniente no introducir demasiado estos bastoncillos, ya que esta acción favorece el
empuje de cerumen al interior del conducto auditivo y la formación de tapones.
Recuerde…
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El vestido en la persona mayor
4.1. Introducción
Es muy importante para la persona mayor seguir vistiéndose bien y a su gusto, para
así mantener su imagen personal y aumentar su autoestima. Además, es un factor
importante el vestirse solo siempre que esta persona pueda, porque así continúa
valiéndose por sí misma y aumenta su autonomía, y con ello su satisfacción, porque se
siente mas útil. Por eso debemos facilitarle esta tarea y adecuar la ropa a las
características de la persona mayor.
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exista indicación médica) porque producen mucho calor en las piernas y puede aparecer
de nuevo el edema.
Tampoco es aconsejable usar mucha ropa porque tienen más dificultad para
vestirse. Además aumenta el sudor, que puede producir irritación de la piel o agravar
alguna patología o enfermedad de la piel si la hubiere.
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FIGURA 4.1.
El velcro tiene dos tiras de tejidos diferentes, una de ellas más suave y la otra con
una especie de pequeños pinchos. Ninguna de las dos tiras debe estar en contacto con la
piel porque la pueden irritar y pueden producir reacciones alérgicas por ser de nylon o
porque la cara aspera es muy irritante. Es aconsejable que la parte suave del velcro se
pegue a la parte de la prenda que tiene más posibilidad de tocar la piel (figura 4.2).
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FIGURA 4.2.
FIGURA 4.3.
Algunas de las personas mayores pueden tener problemas al vestirse porque sean
hemipléjicas o no puedan mover una parte de su cuerpo. Cuentan con varias ayudas a la
hora de vestirse:
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cuando ya se ha metido la del lado inmóvil. Así se puede vestir fácilmente.
— Comprar prendas que sean fáciles de poner.
FIGURA 4.4.
Recuerde…
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5
El descanso
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enseguida se entra en las fases anteriormente dichas.
A) Habitación
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En la medida de lo posible, debe tener suficiente espacio y ser la que se utiliza
habitual-mente (porque si no, puede desorientarse). Debe ser silenciosa (sin ruidos de
coches, ni de vecinos, etc.), tranquila y acogedora. También es necesario que esté bien
ventilada (al menos durante cinco minutos al día, sin la persona mayor en la habitación
para evitar que permanezca en la corriente de aire) y que asegure un buen nivel de
oxígeno durante la noche (así, por ejemplo, no es bueno la presencia de plantas durante
la noche, porque su ciclo fisiológico indica que consumen oxígeno por la noche). Es
básico que exista un sistema de luz de referencia para la persona mayor, que lo conozca
y esté a su alcance, para que, si necesita levantarse en la noche, nunca lo haga a oscuras,
ya que si se unen el estado de somnolencia y la desorientación, pueden procar una caída.
la iluminación general durante la noche debe ser la menor posible.
También debe tener la habitación una temperatura adecuada, ni excesivo calor, ni
excesivo frío, unos 18-20 grados, y correcto grado de humidificación (es decir, algo de
humedad en el ambiente, que se puede lograr con una simple cazuela de agua en la
habitación).
B) Comidas
No deben ser muy copiosas, ni abundantes en grasas, sobre todo las cenas, porque
puede conllevar una difícil digestión. Tampoco debe consumir alcohol en exceso.
D) La cama
La cama ha de ser adecuada, con muelles en buen estado o de látex. La almohada
debe permitir una colocación adecuada del cuello, sin forzar su postura (una mala
posición del cuello puede acarrear al día siguiente un fuerte dolor y mareos). Las sábanas
deben evitar el cizallamiento (un roce excesivo puede originar heridas, úlceras, etc.), por
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lo que no deben ajustarse en exceso a la cama. Es preferile que sean de algodón.
La cama también debe tener, en ocasiones, medidas de seguridad como barandillas
laterales y frenos, dependiendo del problema fisiológico o psíquico que tenga el mayor. A
veces requiere moduladores de elevación en la inclinación de la cama (así por ejemplo,
en una persona mayor con el retorno venoso difícil, debemos mantenerle los pies
elevados 15 grados sobre la horizontal de la cama). También hay que tener en cuenta la
necesidad de varias almohadas, como se indica en el capítulo de úlceras por la presión.
Es necesario ser consciente que la postura corporal en la cama tiene que cambiarse
como mínimo cada dos horas, para evitar las zonas de presión y posteriores heridas (si la
persona mayor no puede movilizarse por sí misma en la cama, habrá que ayudarle en
esta labor).
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5.4. ¿Cuándo acudir al médico?
Es necesario acudir al médico si después de las medidas higiénicas y conductuales,
el sueño de la persona mayor no alcanza cuatro horas o necesita más de diez horas.
También si se percibe que sufre apnea del sueño (por su importantísima repercusión),
insomnio, mioclonías nocturnas, nicturia (orinar por la noche) u otras molestias físicas
que no le permitan su ritmo de descanso.
En caso de pesadillas hay que recordarle a la persona mayor su carácter transitorio
e intentar solventar el motivo de la inquietud.
Recuerde…
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6
Prevención de accidentes domésticos
6.1. Introducción
La persona mayor es un miembro más, en toda la amplitud del término, dentro de
la familia. Necesita participar en la vida familiar, integrarse en el grupo al que pertenece,
realizar sus encargos y tareas, participando en ellos día tras día. De nada le sirve estar
sano si no tiene esta posibilidad de mantenerse activa: la familia no debe negársela en
situaciones normales.
Sin embargo, el envejecimiento supone, fisiológicamente, una disminución de la
capacidad auditiva y visual y, en algunos casos, también del equilibrio, que hacen más
vulnerable a la persona mayor ante una serie de condiciones del hogar (mobiliario,
objetos, insalubridad, etc.).
Por tanto, es importante conjugar la autonomía y bienestar de la persona mayor con
un hábitat seguro, sin barreras arquitectónicas, ni riesgos, que son las principales causas
del gran número de caídas y quemaduras que sufre la persona mayor en el hogar. Estos
accidentes son, a su vez, una importante causa de incapacidad, a veces de lenta
recuperación o permanente dependencia.
Desde una planificación de un hogar seguro en el momento de la jubilación, hasta
las precauciones que se señalan más adelante, se intentará en el presente capítulo resaltar
la importancia de prevenir accidentes, con un hogar seguro, sencillo y sin riesgos, y,
también facilitar apoyo para la autonomía, bienestar y participación de la persona mayor
en la vida familiar.
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una alfombra en relación con una posible caída (que es el resultado de la interacción de la
perso na y el medio). El suelo deberá ser lo más seguro posible, y, al limpiarlo cada día,
se utilizará poca cantidad de agua y una fregona absorbente. Si se derrama cualquier
líquido en el suelo, no se debe colocar un paño encima y dejarlo para que lo absorba,
sino que se pasará la fregona absorbente de modo inmediato y se dejará que se seque.
Todo el instrumental para barrer, recoger o fregar la cocina conviene que tenga mango
largo para evitar agacharse.
También deberá mantenerse la situación habitual de los productos de cocina,
procurando que los cáusticos como la lejía y similares no los utilice la persona mayor ni
estén a su alcance. A veces es necesario guardarlos bajo llave, para evitar equivocaciones
o daños involuntarios.
Por el contrario, los ingredientes de la comida deben estar al alcance de la persona
mayor y debe procurarse que sean identificables, por ejemplo, con rótulos en letra grande
y clara. Lo ideal es que los alimentos y utensilios de cocina se coloquen en el orden en
que la persona mayor esté habituada a tenerlos y permanezcan siempre en el mismo sitio
y a su alcance, sin tener que subirse a ningún sitio para cogerlos.
A la hora de cocinar debe extremarse el cuidado en la apertura y cierre de la llave
del gas:
Todos los electrodomésticos deben ser de uso sencillo, como, por ejemplo,
lavadoras de carga superior para no agacharse (conviene tener en su proximidad un breve
listado de instrucciones, aunque lo use también el resto de la familia: para la persona
mayor será un apoyo e incentivo para su utilización). No debe olvidarse que la mejor
manera de favorecer la salud física y mental de la persona mayor es proporcionarle una
vida activa y con un punto de apoyo en la familia. Será, pues, muy positivo que ayude y
se responsabilice de labores domésticas.
Respecto a los cubiertos, los hay con mangos especiales, vasos de plástico,
protecciones en los platos, etc., que permiten una autonomía a la persona mayor que
tenga dificultades para comer sola. También hay bandejas y plásticos antideslizantes que
fijan el plato a la mesa, evitando su caída en caso de que sufra temblores.
Por último, hay que señalar que las sillas de la cocina deben tener respaldo para
apoyarse y mantener la espalda recta cuando la persona mayor esté sentada. No deben
usarse taburetes. Conviene que los muebles no tengan los extremos en pico, sino
redondeados. También debe existir una ventana para abrirla tras cocinar y que ayude a la
extracción de humos o al secado del suelo.
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6.3. Prevención en el cuarto de baño
El cuarto de aseo es uno de los lugares de la casa donde más fácilmente se pueden
producir accidentes.
Un suelo húmedo y resbaladizo puede producir una caída que origine lesiones al
golpearse contra algunos de los elementos del baño. Por eso es recomendable colocar un
suelo antideslizante, que puede ser de goma, polibán o algún tipo de plaqueta rugosa que
impida el deslizamiento. En cuanto a la utilización de alfombrillas, éstas deben ser de
plástico y estar provistas de ventosas que se adhieran al suelo para que no resbale.
Dentro de la ducha y/o bañera también se pondrá un suelo antideslizante que ha de
ocupar toda la superficie utilizable de la misma. En la ducha es muy práctica también la
colocación de un asiento abatible, que en casos de inestabilidad dará al mayor más
seguridad. Los asideros de seguridad, descritos en el capítulo de este libro dedicado a
prótesis y sillas, disminuyen el riesgo de caídas por tener el mayor un punto de apoyo
con el cual sostenerse en caso de pérdida de equilibrio. Los jabones, las toallas, etc., han
de colocarse en lugares de fácil acceso para evitar pérdidas de equilibrio (figura 6.1).
Respecto a la temperatura del agua en la ducha o baño, no conviene que esté por encima
de los 38 °C a 39 °C (para prevenir quemaduras) ni por debajo de 30 °C. Esto se puede
comprobar con un simple termómetro de agua.
FIGURA 6.1.
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En el pasillo, el principal método de prevención de accidentes consiste en quitar
cualquier objeto que dificulte el paso como, por ejemplo, macetas. La colocación de un
pasamanos, al menos, en una de las paredes del pasillo, puede ser de gran utilidad para
las personas mayores, porque les dará apoyo y seguridad. Si existen escaleras, el
pasamanos es imprescindible y en el borde del escalón habrá que colocar una tira de
material rugoso antideslizante para evitar resbalones (figura 6.2).
FIGURA 6.2.
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Debe tener los extremos romos, en punta redonda, o con protecciones, para evitar cortes
en caso de caída.
La temperatura debe ser adecuada, evitando corrientes de aire y cambios bruscos
de temperatura. Las estufas son peligrosas, sobre todo si las maneja una persona mayor
con discapacidad física o mental. Los braseros nunca deben usarse por riesgo de
intoxicación por monóxido de carbono. Con calefacción central, es preferible llevar una
prenda de abrigo antes de empezar a sentir calor. Es útil el uso de humidificadores, y
muy discutido el beneficio del aire acondicionado. Es preferible que exista una ventana
para la correcta ventilación de la habitación, pero que, de igual manera durante la noche,
permita que la luminosidad sea mínima o nula a través de ella.
Recuerde…
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7
Alteraciones de la temperatura corporal en las
personas mayores
7.1. Introducción
La temperatura corporal es el equilibrio entre el calor que produce el organismo y
su pérdida. La temperatura normal es de 36 °C a 37 °C medida en la axila, aunque es
medio grado más alta si se toma en el recto o en la boca. No obstante, la temperatura
corporal puede sufrir pequeños cambios, que son normales en las siguientes
circunstancias:
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7.1.1. Mecanismos productores de calor
— Actividad muscular: por ejemplo, un ejercicio físico intenso puede aumentar 50
veces la producción normal de calor.
— Metabolismo corporal: el organismo transforma la energía procedente de los
alimentos en calor.
— Ingestión de alimentos y bebidas calientes.
— Hormonas.
— Temperatura ambiental elevada con excesiva humedad.
— Radiación: el calor pasa de un cuerpo a otro sin que exista contacto entre ellos,
por ejemplo, una persona desnuda en una habitación a temperatura normal
pierde entorno al 60% de su calor total por radiación.
— Conducción: el calor pasa de nuestro cuerpo a otra superficie más fría cuando
nos ponemos en contacto con ella.
— Convección: nuestro calor pasa a una corriente de aire que pasa cerca de
nosotros.
— Evaporación: se pierde calor por la respiración y a través del sudor por la piel,
sobre todo cuando hay fiebre.
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atrofia de las glándulas sudoríparas, por lo que tienen más problemas para
eliminar calor.
• Las personas mayores tienen disminuida la percepción del frío y del calor y, por
tanto, puede que los receptores no detecten la temperatura de forma adecuada,
con lo que no se activan los mecanismos encargados de mantener el equilibrio
térmico.
• En las personas mayores está disminuida la sensación de sed, por lo que
aumenta el riesgo de deshidratación en estas personas cuando están expuestas a
elevadas temperaturas, durante un tiempo más o menos prolongado.
• La inactividad y la inmovilidad en las personas mayores les hacen más
susceptibles a la hipotermia al reducirse la actividad muscular generadora de
calor.
• La exposición de la cabeza, cara, manos y pies afecta en gran medida a la
temperatura corporal, ya que a través de ellos el calor y el frío pueden entrar o
salir del cuerpo fácilmente.
• Aproximadamente, el 70% de todas las personas que sufren las consecuencias
de un golpe de calor sobrepasan los 60 años de edad.
7.3. Fiebre
Es una elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal en estados
patológicos. Suele ser un signo de enfermedad. Se considera un mecanismo de defensa.
El valor normal que se considera para la fiebre es una temperatura superior a 38 °C
tomada en la axila.
La fiebre es más peligrosa en niños y personas mayores, ya que en estos casos las
complicaciones de la fiebre comienzan a temperaturas menores.
La fiebre es un proceso muy frecuente y cotidiano, y normalmente las personas
saben detectarla por sus síntomas característicos. Dentro de la fiebre se pueden distinguir
tres fases, en las cuales existen una serie de síntomas:
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pérdida del apetito, debilidad, dolores musculares, inquietud y
adormecimiento. Además, existe una cierta deshidratación.
— Descenso de la fiebre. Se caracteriza porque la persona empieza a sudar y
disminuyen los escalofríos. La piel aparece enrojecida y se nota caliente.
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7.4. Hipertermia
En esta situación, el aumento de la temperatura no se produce por ninguna
enfermedad o infección de base, sino que se produce por alteraciones en la
termorregulación, es decir, por un desequilibrio entre los mecanismos de producción y de
pérdida de calor.
En este caso, las manifestaciones clínicas de la persona son: temperatura en la axila
superior a 40 °C, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, puede haber pérdida de
conocimiento, dificultad respiratoria, ausencia de sudoración.
Las medidas a seguir son similares a las de la fiebre, pero al ser ésta una situación
más grave, requiere tratamiento médico más inmediato.
Para prevenir la hipertermia:
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— Reducir el ejercicio físico, sobre todo si la temperatura ambiente es superior a
27 °C o 28 °C, y también si es muy intenso y se realiza después de comer.
— Controlar a menudo la temperatura corporal.
7.6. Hipotermia
Se considera hipotermia la temperatura corporal por debajo de 35 °C medida en la
axila, y por debajo de 36 °C medida en el recto.
La hipotermia en las personas mayores puede ser debida al propio envejecimiento,
por la exposición prolongada al frío, por la mala alimentación, por el uso de una ropa
inadecuada, por enfermedades (como una bajada del azúcar en sangre), por consumo de
fármacos o alcohol, etc.
En la hipotermia se observa que la persona está fría, rígida y pálida. Inicialmente
tiene tiritona intensa. Puede tener dificultad para hablar y no comprender el lenguaje.
Tiene pulso lento. Si la temperatura es menor de 27 °C, la persona mayor puede tener
pérdida de conocimiento.
Ante una situación de hipotermia, existen algunas medidas adecuadas como
mantener a la persona en una habitación seca y caliente (con una temperatura entre 21 o
22 °C), usar varios jerséis, tapar a la persona con mantas, ponerle calcetines y guantes si
es necesario. En situaciones en las que la persona mayor alcance menor temperatura, es
útil darle un baño de agua caliente. Si la persona tiene la ropa húmeda, se quitarán y se
sustituirán por ropas secas.
Algunas recomendaciones para prevenir la hipotermia en las personas mayores son:
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Recuerde…
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8
Incontinencia urinaria
8.1. Introducción
Más de 4 millones de personas mayores de 65 años tienen problemas de control de
esfínteres urinarios o fecales. No es un problema aislado, la persona que la padece no
está sola, ni es algo nuevo.
Es un problema que perfectamente puede solucionarse y pueden reducirse al
mínimo las incomodidades y los riesgos existentes. En la solución participan los
profesionales sanitarios, la familia, los cuidadores y la persona afectada.
Es necesario evitar la ocultación de esta situación, ya que cuanto antes la conozca el
medico y los profesionales sanitarios, antes se podrá poner tratamiento para resolverlo.
Un punto importante en las actuaciones frente a este problema será promover los
cuidados en el propio domicilio de la persona afectada. Estos cuidados pueden englobar
desde la higiene básica, los cuidados de colectores, sondas, movilizaciones en la cama,
etc.
Los profesionales sanitarios siempre estarán dispuestos a ayudar, pero es necesario
comprender que la ayuda de la familia y de los cuidadores es imprescindible, ya que
serán los que más tiempo pasen con el afectado y los que detectarán precozmente los
problemas.
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• Incontinencia urinaria de esfuerzo: Situación en que la persona experimenta una
pérdida de orina por debajo de 50 ml y se produce a consecuencia de un
aumento de la presión abdominal.
• Incontinencia urinaria de urgencia: El individuo experimenta una pérdida
involuntaria de orina poco después de sentir una gran sensación de urgencia al
orinar.
• Incontinencia urinaria por rebosamiento: Situación en que la persona
experimenta una pérdida involuntaria de orina, que se produce cada cierto
tiempo, de algún modo pronosticable y que tiene lugar cuando la vejiga alcanza
un determinado volumen de orina.
• Incontinencia urinaria funcional: Situación en que la persona experimenta
pérdidas de orina involuntaria e impredecible y suele estar asociada a
enfermedades u otras alteraciones.
• Incontinencia urinaria total: Situación en que el individuo experimenta pérdidas
de orina de forma continua e involuntaria.
— Iluminación deficiente.
— Compartir habitación, dificulta la intimidad.
— Características de la familia, edad, tipo de relación existente, nivel
socioeconómico, etc.
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8.4. Esquema de actuación
El siguiente esquema representa de manera resumida algunos de los problemas
derivados de las incontinencias y el esquema de actuación.
8.5. Cuidados
Hay que dejar claro desde el principio que no está solo; todos, su familia,
cuidadores y los profesionales sanitarios, estan para apoyarle y ayudarle. Será necesario
recordarle que existen los medios y los conocimientos necesarios para resolver el
problema. Es importante facilitar el camino hasta el cuarto de baño lo más cómodo y
directo posible, evitando los obstáculos como sillas, plantas, etc. En el cuarto de baño
debe mejorarse la iluminación, colocar pasamanos y asideros.
Las ropas serán amplias y fáciles de abrir y quitar, vestidos con broches
automáticos, velcros, etc.
Evitar el estreñimiento, porque aumenta la presión en la vejiga y facilita la aparición
de la sensación de ganas de orinar. ¿Cómo lo evitamos? Proporcionando comidas ricas
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en fibra, legumbres, verduras, fruta fresca (valorar que no existan contraindicaciones del
médico).
Controlar las micciones diarias y la cantidad, registrándolas y estableciendo horarios
para que vayan al cuarto de baño y evitar en lo posible la urgencia (pedir consejo a la
enfermera para que le explique los distintos tipos de registro y la mejor forma de control
y seguimiento).
En caso de necesidad urgente de orinar, realizar respiraciones profundas y no
contraer el abdomen, ya que de esta manera se evitará que aumente la presión en la
vejiga.
No ser demasiado insistente en preguntar al mayor si está seco o mojado, o si tiene
necesidad de orinar. Es importante dar estímulos positivos, apoyar y compartir los
episodios de incontinencia, evitar frases del tipo “ya está otra vez, es que no se puede
aguantar”, y la marginación.
Evitar el consumo excesivo de líquidos excitantes como colas, café y también el
alcohol, porque irrita la vejiga y aumenta la necesidad de orinar. Establecer un horario de
micción, favorecer una rutina para tener la vejiga vacía.
Realizar ejercicios para fortalecer los músculos del suelo de la pelvis (ejercicios de
Kegel) y favorecer un tono adecuado que ayude a controlar la orina. Algunos de estos
ejercicios son:
— Debe estar sentado o de pie, sin tensión en los músculos de las piernas o del
abdomen. Imagine que quiere controlar su deposición y contraiga los
músculos del ano. Estos ejercicios no son visibles y los puede practicar en
cualquier momento.
— Al comenzar a orinar debe interrumpir el chorro contrayendo los músculos de
la zona. Al contraerlos, cuente hasta 4 y relájelos de nuevo. El número de
contracciones se irá aumentando progresivamente. Realizarlos una vez por
hora durante al menos 3 meses.
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FIGURA 8.1
FIGURA 8.2
8.6. Complicaciones
Las posibles complicaciones de la incontinencia urinaria, si no se trata a tiempo,
podrán ser:
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• Complicaciones orgánicas:
— Alteración de la piel.
— Hemorragias.
— Rotura de vejiga.
• Complicaciones yatrogénicas (por las técnicas, material o procedimientos
sanitarios) del sondaje vesical:
— Lesiones en la uretra.
— Contracción de los músculos de la vejiga.
— Obstrucción de la sonda.
— Deterioro de la sonda.
FIGURA 8.3
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FIGURA 8.4
Ambos son para uso de los varones. Pueden ayudar al individuo a recuperar parte
de su independencia, sin embargo, pueden producir:
— Irritación de la piel.
— Infección.
— Salida del dispositivo del pene.
Algunos consejos que deben tenerse en cuenta:
— Colocar el pene hacia abajo para que la orina salga mas fácilmente.
— Cambiar el dispositivo tantas veces como sea necesario.
— Cada vez que vaya a cambiar un dispositivo debe lavarse las manos, antes y
después.
— Cuando haga el cambio de dispositivo, anímele para que intente orinar.
— Una vez retirado el dispositivo usado lave cuidadosamente el pene con jabón
neutro y séquelo sin restregar.
— Si es posible, espere unos momentos antes de colocar otro dispositivo.
— Procure que no se acueste con el dispositivo puesto.
— Si el dispositivo es reutilizable, siga las instrucciones de lavado del mismo,
indicado por el fabricante.
— Vigilar la coloración del pene para prevenir la mala circulación de sangre en el
mismo.
— Si se nota algún problema en el pene, debe consultarse con el médico.
— Mirar con frecuencia los pañales para ver si necesitan ser cambiados en caso
de que la persona mayor no nos avise.
— Cuidar la piel cada vez que se cambien los pañales.
— Vigilar la piel en busca de signos de lesiones.
— Orina turbia.
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— Hemorragia o sangre en la orina.
— Fiebre.
— Escalofríos.
— Malestar general.
— Pérdida del apetito.
— Orina mal oliente.
Es de destacar que, si tiene dispositivos externos, puede presentarse:
— Irritación de la piel.
— Lesiones en zonas cercanas.
— Inflamación.
— Cambios en la coloración del pene.
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8.10.2. Consejos nutricionales
— Estimular la ingesta oral de líquidos y alimentos, siempre que no exista
contraindicación medica, ya que si no podría existir una deshidratación por la
expulsión continua de heces.
— Puede ser útil comer alimentos en pequeñas cantidades, eligiendo
preferiblemente los alimentos de consistencia blanda porque son más fáciles
de ingerir.
— Procurar presentar la comida de una manera más apetecible.
— Siempre que sea posible, deben evitarse los líquidos excesivamente calientes o
fríos, porque facilitan los movimientos del intestino y favorece la expulsión de
heces.
— Deben evitarse los alimentos con muchas especias.
Recuerde…
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dobladas, objetos en el suelo, sillas en medio de la habitación, etc.
• Es importante el cuidado de la piel en los genitales y zonas adyacentes. Es
necesario una higiene periódica y lavarse las manos antes y después de
manejar colectores, tocar genitales, después de usar guantes, etc.
• Pedir información al trabajador social de su centro de salud de referencia (si
dispone de él) para conocer las ayudas estatales, beneficios, etc.
80
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9
Cuidados del sondaje vesical y los colectores
urinarios
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FIGURA 9.1
FIGURA 9.2
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9.3.1 Sondas
A) Tipos
— Sondas blandas: es un catéter flexible de silicona o látex que se coloca de
forma temporal o permanente y que puede tener dos o tres orificios o luces.
Pueden ser de distinto tamaño y calibre, según sean para hombre o mujer, o
teniendo en cuenta el ancho de la uretra.
— Sondas rígidas: es otro tipo de catéter de uso más esporádico debido a que su
rigidez impide el uso continuado. Suele tener una sola luz.
B) Funciones
— Aliviar o eliminar la retención urinaria.
— Controlar la cantidad de orina excretada en fracciones de tiempo determinadas:
horaria o 24 horas.
— Irrigación vesical.
— Toma de muestras para análisis.
CUADRO 9.1
Conozca la sonda. Ver figura 9.3.
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del globo (2).
• Recorrido de la sonda.
• Globo que se infla con el liquido introducido por 2 y que sirve de anclaje de la sonda
en la vejiga (3).
• Orificio final de comunicación con la cavidad de la vejiga (4).
• Orificio destinado para la irrigación de la vejiga através de la sonda (5).
9.3.2. Colectores
Hay tres tipos de colectores urinarios:
A) Colectores absorbentes
Son protectores que absorben la orina, desechables y tienen forma de pañal o
braguita/calzoncillo. Deben cumplir una serie de características:
— No producir irritación.
— Comodidad.
— Facilidad para utilizarlo.
— Buena adaptación anatómica.
— Económico.
Las funciones más importantes de estos dos tipos de colector son:
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— Recolección de la orina.
— Evitar en la medida de lo posible el sondaje temporal o permanente del
enfermo.
— Higiene de la piel.
— Cuidados de la sonda y del colector.
85
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con orina, hay que cambiar ambas inmediatamente, para evitar la humedad
prolongada de la orina sobre la piel.
• Tras la higiene, es aconsejable utilizar algún producto para mantener y mejorar
las condiciones de la piel de la zona genital. Entre los diversos productos que
existen para ello, podemos destacar:
— Cremas y lociones hidratantes.
— Desodorantes: se aplican en las bolsas que se fijan en la pierna, nunca
directamente sobre la piel.
— Polvos: ayudan a eliminar la humedad excesiva que pueda haber en la piel.
— Cambiar la bolsa cada 8 horas o tan pronto como se llene, evitando retrasar el
vaciado si está repleta, porque la orina puede retroceder, por rebosamiento,
hacia la vejiga, provocando infecciones.
— Vaciar la bolsa por la espita (orificio de vaciado), sin tocar la punta del tubo,
limpiando ésta con una solución de povidona yodada.
— Mantener siempre la bolsa de drenaje más baja que la sonda, puesto que así la
orina no ascenderá en contra de la gravedad hacia la vejiga.
— Beber líquidos y agua en la cantidad aconsejada por el médico (suele ser de 2-
3 litros diarios).
— Cambiar la sonda cada 3-4 semanas, observando regularmente si hay
secreciones secas y obstrucciones.
— Evitar que la sonda o la bolsa colectora entren en contacto con el suelo,
superficies contaminadas o con suciedad.
— Preguntar al médico o al profesional de enfermería por las posibles infecciones
que pueden aparecer y la clínica para detectar precozmente la infección
urinaria.
— Si la sonda y/o el colector están sujetos a la cama, debe dejarse que el tubo
forme un pequeño arco, para que al cambiar de posición a la persona mayor
no se produzcan tirones en la sonda y salga de la vejiga.
— Fijar la sonda (figura 9.4) con tiras adhesivas o similares. Esto evitará los
tirones y posibles lesiones de la uretra.
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FIGURA 9.4
87
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• Lavado cuidadoso de las manos.
• Vacíe la bolsa colectora de la orina en un recipiente.
• Impregne las gasas con povidona yodada y desinfecte con ellas la luz destinada a
la irrigación.
• Coger suero fisiológico con la jeringa, utilizando la aguja o no, según sea el
envase de suero.
• Encajar la jeringa en la luz de la sonda e introduzca el suero fisiológico
lentamente.
• Observar que el suero fisiológico sale a la bolsa colectora y prestar especial
atención a sus características.
• Si es de color rojo o rosado, acuda a su centro de salud (por una posible perdida
sanguínea).
• Si se nota obstrucción, comprobar que la sonda no está acodada.
• Si persiste la obstrucción, no haga fuerza para introducir el suero fisiológico,
suspenda el procedimiento y si no llega orina a la bolsa en 4 horas, acudir al
centro de salud.
La frecuencia de este proceso debe ser indicada por el médico. En el caso de que se
quiera realizar la irrigación con una solución antiséptica, como tratamiento de las
infecciones urinarias, debe realizarse el mismo proceso. La única diferencia es que en vez
de suero fisiológico se utilizará la solución prescrita por el médico.
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sonda con el suelo o superficies sucias.
— En mujeres, no arrastrar materia fecal hacia el meato urinario al lavarse,
haciéndolo de delante atrás sin conducir nada hacia el meato.
— Las mujeres tampoco deben emplear productos de higiene perfumados o que
creen medio propicio para la infección.
Consultar al médico si se cree que existe algún síntoma de infección urinaria, puesto
que puede dar lugar a complicaciones más serias como: daño vesical y renal, cálculo
renal y retención urinaria.
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9.6.4. Obstrucción de la sonda
Si la sonda no drenase en un período aproximado de 4 horas, se realizará una
irrigación de limpieza para eliminar posibles sedimentos que obstruyan la luz de la sonda.
Si aun así no drenara, se acudirá al centro de salud.
Recuerde…
• La persona mayor debe saber qué es el sondaje, por qué se le sonda y qué
beneficio le reportará.
• La persona mayor y el cuidador deben conocer el tipo, el número de calibre
y las características de la sonda y la bolsa colectora que emplea.
• En el domicilio debe haber el material necesario para el cambio de todos los
componentes del sondaje.
• La higiene es fundamental en una persona sondada.
• Observe en todo momento cantidad, color, olor, presencia de sangre,
turbiedad y/o sedimentos en la orina.
• Prevenir los signos de infección.
• Controlar el buen estado de la piel y evitar las lesiones cutáneas.
• Ayudar y apoyar al anciano a aceptar su situación.
• Vigilar que no haya períodos de más de 4 horas de ausencia de drenaje de
orina.
• En caso de complicación (obstrucción o herida en la piel), acudir al centro de
salud.
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10
Estreñimiento
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heces más duras y secas, que producen una mayor dificultad en su expulsión.
Además, si se le une una ingestión pobre en fibras no se produce el adecuado
arrastre de la materia fecal. También producen estreñimiento cambios en la
dieta habitual del individuo, como puede ser la instauración de un nuevo
régimen alimentario.
• Hábitos intestinales irregulares: cuando no se responde al deseo de defecar, se
producen heces más duras y la necesidad de defecar se hace cada vez más
débil.
• Uso habitual de laxantes y enemas: implican un aumento progresivo de la dosis y
la frecuencia para conseguir el mismo efecto.
• Cambios en el medio ambiente: falta de intimidad necesaria en el momento de
realizar la deposición y cambios en la actividad diaria que produzcan, por
ejemplo, una menor disponibilidad de tiempo.
• Trastornos del aparato digestivo y otras enfermedades, como estrés, depresión,
y más frecuentemente en el anciano, las demencias, que producen una
disminución de la respuesta a la necesidad de defecar, o incluso producen que
no se responda a tal necesidad. También se favorece el estreñimiento con cierto
tipo de fármacos.
• Edad: aunque con el envejecimiento se producen cambios en el aparato
digestivo, no es causa por sí misma del estreñimiento.
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— El anciano se colocará tumbado mirando hacia arriba y procederá a contraer
los músculos abdominales tirando de ellos hacia dentro. Debe mantenerse en
esta posición un máximo de diez segundos y luego relajarse. Deben repetirse
de cinco a diez veces al día, según el estado del enfermo.
— Permaneciendo en la misma posición, se contraerán los músculos del muslo
durante diez segundos, de cinco a diez veces, cuatro series al día.
CUADRO 10.1
Dieta para evitar el estreñimiento.
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cinco o diez minutos después del desayuno. Además puede acompañarse con una bebida
caliente que favorezca la motilidad intestinal.
Hay que evitar la urgencia para defecar, por ejemplo, debe procurarse el uso de
retretes públicos cuando sea necesario y no esperar a llegar a casa.
No se buscará la regularidad a fuerza de tomar laxantes por cuenta propia.
FIGURA 10.1
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FIGURA 10.2
E) Algunos consejos
— Facilitar en el domicilio luces piloto nocturnas y/o barandillas para que el
paciente pueda tener fácil acceso al cuarto de baño por la noche con menor
riesgo de caídas.
— Prendas de vestir fáciles de quitar.
— Técnicas de relajación si la persona mayor se angustia fácilmente, como puede
ser la realización de respiraciones profundas.
— Cuando la evacuación es dificultosa, hay que tranquilizarle explicándole que
más tarde se puede volver a intentar.
— Evitar ruidos y estímulos externos a la hora de defecar.
— En personas dependientes, se debe procurar la mayor intimidad posible y
mentalizarles que su situación es natural y no debe suponerles un problema.
Hay que mantener su intimidad y procurarle todo el material necesario para
que sea lo más autosuficiente posible: toalla, esponja, jabón, ropa interior
limpia, servicio cercano y si no es posible, tener a mano la cuña u orinal.
— Si el estreñimiento está producido por una enfermedad o un fármaco, debe
acudir a su médico para que le indique el tratamiento adecuado.
Es fundamental, antes de recurrir a los laxantes, que se haga una dieta con
abundante ingestión de líquidos y fibra.
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deposición del mayor o después del desayuno, que es cuando hay más movimiento
intestinal.
Es importante cumplir el tiempo de tratamiento prescrito por el médico, incluso
cuando el estreñimiento no se ha producido o se ha dejado de dar.
Nadie debe tomar laxantes sin prescripción médica, ya que siempre van a tener
efectos secundarios.
Otra forma de tratar el estreñimiento es mediante la administración de enemas, que
consiste en la introducción de líquido en recto y colon, cuya función es la eliminación de
heces y gases.
Se clasifican según sus indicaciones, siendo los más frecuentes y los que tienen
menos complicaciones los enemas de limpieza.
Con los enemas de limpieza se consigue una distensión intestinal, producida por la
cantidad de volumen introducido que irrita la mucosa intestinal y se favorece así la
eliminación de las heces retenidas. En un paciente con estreñimiento es más usual aplicar
enemas de limpieza pequeños, con ellos introducimos unos 500 ml de solución. Es
importante el consejo de la enfermera de su centro de salud, ya que será ella la que le
aplique el primer enema y le enseñe a prepararlo.
Siempre que se aplique un enema será por prescripción médica, única y
exclusivamente, así como el tipo de enema y la frecuencia de aplicación.
Lo primero que hay que realizar es la preparación del material necesario: equipo de
enema, lubricante, pañales absorbentes, papel higiénico (o toalla), cuña, soporte con
percha en alto y unos guantes para la persona que lo administra. Debe explicarse a la
persona mayor lo que se le va a hacer para que así colabore en la medida de lo posible.
Al mayor se le coloca tumbado, apoyado sobre el lado izquierdo de su cuerpo
completamente en horizontal, y con pañales debajo de sus piernas para no manchar la
cama. Una vez preparado el enema (según pauta médica) hay que comprobar si se ha
añadido la cantidad de agua adecuada (si se añade mucha la solución puede ser ineficaz,
incluso puede producir complicaciones y, si tiene poca agua, la solución resultante es
muy concentrada y puede producir irritación). Después se comprueba que la temperatura
del agua oscile de 40 a 43 °C.
FIGURA 10.3
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La persona que administra el enema se pondrá los guantes, elevará la bolsa a no
más de 30 cm sobre el nivel de la persona mayor y llenará toda la sonda hasta que
derrame algo de líquido. La sonda elegida se lubrica y, pinzada, se introduce suavemente
siguiendo la dirección del ombligo unos 10 cm (figura 10.3).
Es normal encontrar resistencias, que se intentarán solucionar, pero nunca se deberá
forzar, es mejor desistir y buscar la ayuda de alguien con más experiencia y destreza. La
enfermera de su centro de salud será la persona más adecuada para explicar todo lo que
se debe hacer en cada caso, o incluso deberá hacerlo ella misma.
Si la sonda pasa sin problemas y la persona mayor se encuentra bien, con la bolsa
en alto se despinza la sonda. Lo ideal es que pase todo el líquido, pero si el enfermo no
lo aguanta se retirará la sonda.
Es necesario que la persona mayor retenga el enema unos 5 o 7 minutos apretando
las nalgas, luego se le gira unos 2 minutos. Si sigue aguantando, se le voltea sobre el lado
derecho de su cuerpo. Estos cambios de posición favorecen la eficacia debido a la
anatomía del colon (figura 10.4). Si el paciente sigue reteniendo, se le tumbará mirando
hacia arriba con la cuña bien colocada para facilitar así la eliminación.
FIGURA 10.4
10.6. Masajes
Otras alternativas para el tratamiento del estreñimiento son las aplicaciones de
masajes en el abdomen y en la región glútea, ya que puede proporcionar estimulación y
relajación del intestino y de los esfínteres anales.
Para que el masaje sea eficaz se necesita que el enfermo se encuentre tendido en
una superficie firme y no demasiado blanda. La altura debe ser adecuada para que la
persona que va a realizar el masaje esté lo más cómodo posible, aproximadamente tiene
que estar a la altura de la cadera (figura 10.5).
El fisioterapeuta será quien le indique la forma más adecuada de hacer presiones
sobre el abdomen. Para su realización, las manos han de estar limpias, secas y calientes.
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Una vez colocados, el peso del cuerpo debe recaer sobre las piernas y manos evitando
posturas que castiguen la espalda y los brazos. Antes de empezar deben untarse las
manos con aceite o cremas para que se deslice mejor por la piel (tampoco abusar de ellos
porque las manos pueden escurrirse demasiado).
Es recomendable la combinación de diferentes técnicas: compresión, percusión,
movimientos circulares, etc., según la masa de grasa de la persona mayor, siendo el
fisioterapeuta el que nos indique el más adecuado.
Para iniciar el masaje la persona mayor debe estar tumbada con las manos estiradas
y el abdomen relajado (figura 10.6); se comenzará por el lado derecho haciendo
fricciones mediante movimientos circulares siguiendo la dirección de las agujas del reloj,
procurando hacer cada vez más presión, sin llegar a hacer daño.
FIGURA 10.5
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FIGURA 10.6
FIGURA 10.7
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FIGURA 10.8
Recuerde…
100
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11
Alteraciones de la marcha y el equilibrio
11.1. Introducción
La capacidad para poder trasladarse de un sitio a otro conservando la postura recta
permite valorar el estado físico y psíquico de un individuo. El propio individuo
relacionará el poder conservar esta capacidad con su estado de salud. Cuando se
conserva, el individuo se siente independiente y útil, pero cuando se pierde, en mayor o
menor medida, se siente impotente y dependiente.
Para que la marcha y el equilibrio se conserven adecuadamente se precisa del
correcto funcionamiento de:
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A) Estado de salud general
Puede haber alteraciones físicas o psíquicas que impidan o limiten el movimiento
(alteraciones músculo-esqueléticas, alteraciones neurológicas o sensoriales, depresión,
fatiga, etc.).
B) Nutrición
Deberá aportar nutrientes, vitaminas, minerales y energía que permitan el correcto
funcionamiento y mantenimiento de los huesos y los músculos.
102
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autoestima. Además, cuanto más limitado sea el movimiento del individuo, más se
agravará la incapacidad de moverse y la dependencia.
Las manifestaciones de independencia se comprueban en:
FIGURA 11.1
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— Flexión hacia delante del tronco.
— Adelantamiento de la cabeza.
— Hombros redondeados.
— Disminución del balanceo de los brazos.
— Disminución de la longitud de la zancada.
B) Neurológicas
El cerebro disminuye en tamaño y peso como consecuencia de la pérdida
irreparable de las células que lo forman. Estas células también son las encargadas de
formar los nervios que comunican el cerebro con las diferentes partes del cuerpo.
C) Sensoriales
• Vista:
— Se pierde agudeza y amplitud del campo visual.
— Disminuye la capacidad de diferenciar colores.
— Aumenta el tamaño del cristalino, dificultando su acomodación y alterando
la visión cercana.
— Se altera la adaptación de la pupila a la cantidad de luz que entra a través
de ella.
— Se reduce la secreción lacrimal.
• Tacto:
— Se encuentran disminuidas las sensaciones táctiles, dolorosas y térmicas.
— Equilibrio:
— Degeneran las células que forman el órgano del equilibrio, el cual informa
al cerebro sobre la posición del cuerpo en el espacio.
— Aparecen trastornos: vértigos o sensación de que los objetos giran
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alrededor del individuo.
D) Músculo-esqueléticas
• Envejecimiento óseo:
— Los huesos sufren la pérdida de calcio.
— Disminuye la separación entre las vértebras, produciendo una disminución
de la talla y alteración en la postura corporal.
— Aumenta la encorvadura de la espalda.
— Giro del pie hacia fuera, que favorece la aparición de callosidades.
• Envejecimiento muscular:
— Disminución de la masa, de la fuerza y del tono muscular.
— Aparición de situaciones de pérdida brusca del tono muscular.
— Aumento de la grasa corporal.
• Envejecimiento de las articulaciones:
— Deterioro de las superficies articulares por un crecimiento irregular de los
extremos de los huesos.
— Aparición de dolor por compresión de los nervios y por las deformidades
articulares.
— Aumento de la elasticidad de los ligamentos, que produce una excesiva
movilidad de las articulaciones.
Las repercusiones sobre la marcha y el equilibrio se manifiestan por:
a) Intolerancia al ejercicio. Los músculos no reciben la cantidad de sangre que
necesitan para funcionar adecuadamente, produciéndose fatiga muscular,
pesadez y debilidad. Otras veces aparece un intenso dolor que obliga a parar
hasta que éste cese.
b) Alteración en la movilidad. Se da un enlentecimiento en la transmisión de los
impulsos nerviosos y en la realización de los movimientos. También se
produce una falta de precisión en los movimientos o un ligero temblor en las
extremidades, sin que se produzca incapacidad por ello.
c) Aumento del riesgo de lesión. Disminuye la alerta ante peligros presentes en el
entorno. También se da una falta de adecuación de las barreras
arquitectónicas presentes en el medio donde se mueve la persona mayor.
Estos factores aumentan la inseguridad del individuo, favoreciendo la
inmovilidad y el aislamiento social. La persona adopta mecanismos de
defensa como la inmovilidad, la ingestión de fármacos o la adopción de
posturas incorrectas, que van a producir un empeoramiento de las
105
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dificultades.
Las deformidades articulares que afectan a las piernas favorecen las
alteraciones del equilibrio y la marcha, aumentando así el riesgo de lesiones
y caídas. Al sufrir la pérdida de minerales, el hueso se hace más frágil y se
favorece la aparición de fracturas.
d) Pérdida de autoestima. La aparición de deformidades alteran su imagen
corporal; surgen dificultades para llevar a cabo el propio autocuidado y las
actividades de la vida cotidiana; aparecen alteraciones psicológicas en forma
de signos de duelo: llanto, enojo, retraimiento, irascibilidad, exigencia y
dependencia total. La persona mayor puede llegar a rehusar la rehabilitación
y perder el interés en el mantenimiento de su cuidado.
— Cuáles son las actividades de la vida cotidiana que puede hacer y cuáles no, así
como, el esfuerzo que necesita para llevarlas a cabo.
— Su estado de ánimo y motivaciones individuales.
— Si se desenvuelve bien en el entorno donde vive, tanto en su propio hogar,
como en su zona de residencia.
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observar si mantiene la mirada fija en el suelo cuando se desplaza, además de
la inestabilidad para permanecer de pie con los ojos abiertos y/o cerrados.
También se observará la inestabilidad para girar o sentarse.
• Aparatos de ayuda (andador, bastón y muletas). Determinar la aceptación de su
uso, si la técnica de utilización es la adecuada y valorar si el aparato es
adecuado a la talla del individuo o a sus necesidades personales.
Esta valoración es una parte de la valoración geriátrica imprescindible en la persona
mayor. Está será llevada a cabo por diferentes profesionales sanitarios, y con los datos
que se recojan en ella podrán:
— Conocer la situación de la persona mayor y determinar su evolución.
— Facilitar la identificación y el diagnóstico de problemas de salud.
— Establecer los cuidados y tratamientos que permitan el logro de objetivos
realistas.
— Facilitar el acceso a servicios sociales o asistenciales en caso de que sean
necesarios.
— Mantener a la persona mayor integrada en la familia y la comunidad.
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mayor con su mano derecha, y colocando su mano izquierda en la espalda del mayor
para agarrarlo en el caso de que se tambaleara hacia atrás. También puede moverse y
colocarse fácilmente detrás de la persona mayor para sujetarlo con su cuerpo (figura
11.2).
Hay otra variante de esta forma de soporte lateral para las personas que han sufrido
una hemiplejía y que necesitan recuperar la marcha. Si el lado afectado es, por ejemplo,
el derecho, el ayudante se situará en ese lado para dar seguridad a la persona mayor.
Deslizará su brazo izquierdo por debajo de la axila de la persona mayor, cogiendo la
mano derecha con su mano derecha y estirando en lo posible el brazo afectado. El
ayudante colocará el dorso de su mano izquierda sobre el pecho de la persona mayor
(como se indica en la figura), que podrá agarrar con su mano libre esta mano. En caso de
que la persona mayor se tambalee hacia los lados o hacia delante, el ayudante podrá
corregir su posición y darle estabilidad sin demasiada dificultad. Cuando, con el tiempo,
la persona mayor haya recuperado fuerza en el lado afectado, el ayudante deberá
colocarse en el lado sano. La operación descrita será a la inversa si el lado afectado es el
izquierdo (figura 11.3).
108
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FIGURA 11.2
FIGURA 11.3
11.8.1. Bastones
El bastón de madera es el aparato más simple y el más usado por personas mayores
que sufren una pequeña debilidad o artritis de un lado del cuerpo, por aquellos con
ligeros trastornos del equilibrio y por los que tienden a apoyarse en los muebles. La
persona que sufra parálisis de un lado del cuerpo o haya sufrido una fractura de cadera,
deberá sujetar el bastón con la mano contraria a la afección. Al caminar, irá adelantando
la pierna afectada al mismo tiempo que el bastón (figura 11.4). Si la persona mayor sufre
de artritis, sujetará el bastón del mismo lado en el que sufre su dolencia.
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FIGURA 11.4. Forma de dar los pasos usando un bastón: pie derecho (en negro), pie izquierdo (en gris), punto
gris (bastón) y flechas (dirección de avance).
La persona mayor debe disponer de un sitio seguro cerca de su cama, silla o retrete,
donde pueda dejar el bastón sin que se caiga, pues muchos se caen al intentar recoger el
bastón del suelo. Deberá evitarse el uso de dos bastones, ya que el manejo coordinado de
ellos es muy difícil y es casi imposible poner ambos en el suelo alternativamente.
Los bastones con tres o cuatro puntos de sostén amplía la base de apoyo (figura
11.5), proporcionando mejor soporte que un bastón corriente. Son usados especialmente
en el tratamiento de los trastornos de la marcha debidas una alteración de origen cerebro-
vascular. Tienen una empuñadura estilo “manillar de bicicleta”, pudiendo ajustarse a la
altura y tamaño deseados, y lleva unas buenas conteras de goma en todas sus patas,
pudiendo mantenerse de pie por sí mismo.
11.8.2. Muletas
Las más usadas son axilares, Lofstrand y las extensoras del codo (figura 11.6). Las
Lofstrand tienen la máxima utilidad como sustituto del bastón. El manguito para el
antebrazo y la barra metálica estabilizan la muñeca y hacen más segura la marcha. La
persona puede soltar la barra para usar la mano y el manguito conserva la muleta en su
sitio. Con las muletas, el peso corporal debe apoyarse en los brazos y no en las axilas. La
persona mayor debe estar erguida para conservar el equilibrio y evitar daños musculares
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o articulares. Antes de empezar a usarlas es necesario fortalecer los músculos.
FIGURA 11.5
FIGURA 11.6
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Este tipo de aparato se sujeta con ambas manos (figura 11.7). El individuo lo
levanta y lo coloca firmemente sobre sus cuatro patas, unos treinta o cuarenta
centímetros delante de él, dando dos pasos hacia delante, levantándolo de nuevo y
realizando la misma operación (figura 11.8).
Este aparato adelanta y aumenta la base de la persona mayor, dándole una mayor
estabilidad y evitando, al mismo tiempo, cualquier tendencia a caerse hacia atrás. Es muy
útil, particularmente para aquellas personas que tienen mucho miedo y para aquellas otras
con tendencia a las caídas y que se sujetan en todos los muebles a su alcance, para
quienes padecen artritis en las caderas o rodillas o han sufrido una fractura. Ayuda a no
descargar el peso sobre las articulaciones. No es recomendable para las personas
mayores que han sufrido trastornos circulatorios en el cerebro. Como este aparato
proporciona una marcha no muy natural, debe intentarse que los pacientes renuncien a él
según vayan mejorando.
FIGURA 11.7
112
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FIGURA 11.8
Los aparatos con ruedas no son generalmente muy aconsejables debido al peligro
de que se puedan escapar de las manos de la persona mayor; pero en este tipo de
andador, tal desventaja está compensada, ya que las patas traseras están cubiertas con
conteras de goma. La persona mayor empuja el aparato de frente como si fuese el
cochecito de un niño. Resulta ser un estupendo aparato para los enfermos de Parkinson
que necesitan un soporte, pero que tienen gran dificultad en manejar un Zimmer por la
rigidez que sufren sus brazos. Como desventajas, necesita un suelo muy estable, ocupa
mucho espacio y tiene dificultad para pasar por las puertas.
En el aparato intercambiable, cada lado del caballete de apoyo puede moverse hacia
adelante alternativamente. Así, la persona mayor es soportada con mayor firmeza,
completamente estable y con gran libertad de movimientos (figura 11.8).
11.9. Prevención
Los ejercicios rehabilitadores o terapéuticos pretenden restablecer una capacidad
perdida o disminuida. Requieren de la participación de profesionales especializados, para
valorar el grado de afectación y proponer un programa de rehabilitación específico, al
que se pueden añadir técnicas especiales tales como termoterapia, hidroterapia,
cinesiterapia, mecanoterapia, medidas ortopédicas y/o medidas especiales.
Las caídas traen consigo complicaciones físicas, psíquicas y sociales. Pueden
deberse a: enfermedades crónicas, fármacos, alcohol, vestuario, ambiente, episodios de
pérdida de fuerza y al envejecimiento normal. Sería recomendable la consulta del
capítulo de este libro que hace referencia a las medidas de seguridad para evitar las
caídas.
113
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centro de salud o a los centros sociales comunitarios destinados a la atención de personas
mayores. En estos centros se encuentran profesionales capacitados para atender los
diferentes casos de manera individual.
Recuerde…
114
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12
La osteoporosis
CUADRO 12.1
Tipos de osteoporosis
PRIMARIA O
SECUNDARIA, PRODUCIDA POR
INVOLUTIVA
- Tipo I (postmenopáusica) - Enfermedades
- Inmovilidad
- Fármacos
- Tipo II (senil)
- Otras causas, en especial
nutricionales
115
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aproximadamente la tercera década de la vida, momento en el cual alcanza su valor
máximo, valor que se denomina pico de masa ósea. A partir de ese momento, cesa el
incremento y comienza una pérdida progresiva pero constante de masa ósea
(osteoporosis involuntaria) en ambos sexos. En la mujer se produce un desequilibrio
hormonal manifestado por un descenso de las hormonas segregadas por los ovarios: los
estrógenos. Estas hormonas son las que impiden la destrucción del hueso.
Todo ello se traduce en una disminución importante de la densidad ósea que caerá
dentro de los límites de la definición de osteoporosis, especialmente en aquellas personas
con un pico de masa ósea insatisfactorio o que presentan un ritmo de pérdida elevado.
Centrándonos más en la clasificación, la osteoporosis de tipo I corresponde a la que
típicamente se presenta tras la menopausia y afecta principalmente a las vértebras y a los
huesos de la articulación de la muñeca.
Por el contrario, la osteoporosis tipo II, la senil, se caracteriza por la disminución de
formación del hueso (función osteoblástica), afecta a ambos sexos por igual, con mayor
afectación de vértebra y cadera.
Además de las osteoporosis primarias, nos encontramos con un grupo del que no se
conoce la causa, las denominadas osteoporosis idiopáticas.
Las osteoporosis secundarias son aquellas que aparecen como consecuencia de
otros procesos:
12.2. Manifestaciones
El proceso biológico que acontece en los huesos y conduce a la osteoporosis es
lento y silencioso. Por tanto, las manifestaciones clínicas de la osteoporosis son, por
desgracia, tardías y derivadas de las fracturas osteoporóticas. Son personas que acuden a
la consulta aquejadas de dolores crónicos lumbares, sordos, difusos, mal localizados, que
aumentan con el esfuerzo y la deambulación, de modo que son más intensos al final del
día. Otras veces lo hacen a causa de un dolor brusco en espalda, que indica
aplastamiento vertebral. En ocasiones acuden inquietos por la deformación de su espalda
o por el acortamiento de su estatura. El estado general está conservado y es frecuente
que la persona adquiera un aspecto más robusto, que puede llegar hasta la obesidad.
La osteoporosis es, hoy en día, un importante problema de salud pública
precisamente porque las personas que la padecen sufren fracturas, de las cuales sería
necesario conocer sus mecanismos de producción para trabajar en su prevención.
116
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12.3. Fractura de cadera
El 90% de estas fracturas ocurre en personas mayores de 50 años, de las que el
80% son mujeres. Es la más frecuente a partir de los 80 años de edad.
En personas muy mayores y/o con osteoporosis extrema, la caída ocurre después
de que la cadera se haya fracturado de manera espontánea. En estos casos, puede estar
precedida por dolor al andar o al estar en pie durante los días o semanas previos, debido
a que ya existe una fractura incompleta.
Las personas mayores se caen con más frecuencia dentro de casa o en el centro
geriátrico donde viven, a causa de escaleras poco iluminadas, la utilización de ceras en
suelos y lustres en pasamanos de escaleras, juguetes abandonados en el suelo, alfombras,
cables de las estufas, lentes mal graduadas, zapatos de tacón, etc.
Un porcentaje alto de caídas se produce cuando la persona mayor se dirige al
cuarto de baño y puede que la urgencia para orinar sea un factor más a tener en cuenta
(dado que a estas edades el control del esfínter también se pierde).
La fractura de cadera requiere la hospitalización inmediata del paciente para su
tratamiento adecuado y precoz, teniendo que ser intervenidos quirúrgicamente en muchas
ocasiones y tienen una estancia media entre quince y treinta días. Algunas personas
mayores que viven solas pueden yacer en el suelo sin ayuda durante horas antes de ser
trasladados al hospital. Esos casos presentan a veces hipotermia, neumonías y úlceras
por presión.
117
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la muñeca (fractura de Colles) por desplazamiento de la mano hacia atrás y afuera. Su
causa es una caída al suelo con apoyo de la mano extendida hacia delante. Es cuatro
veces más frecuente en la mujer que en el varón. Son fracturas dolorosas, requieren uno
o más períodos de inmovilidad, y en muchas personas mayores provocan su
hospitalización. Una complicación frecuente es la rigidez de la mano, la opresión del
nervio mediano y, si se daña la superficie articular, artrosis de muñeca.
Las personas mayores con fracturas pueden sufrir muchas complicaciones: shock,
neumonía, tromboflebitis, embolia pulmonar, incontinencia urinaria, desorientación,
herida o úlcera por presión, cálculos renales e infecciones verticales. El tratamiento de las
fracturas se complica por otras enfermedades que afectan a las personas mayores
(diabetes mellitus, alteraciones renales, enfermedad cardiovascular, hipertensión,
enfermedad pulmonar obstructiva).
118
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En hombres y mujeres mayores de 65 años, parece prudente aconsejar un consumo
de 1.500 mg/día de calcio.
Hay que tener en cuenta que existen una serie de fármacos y alimentos que van a
inter-ferir negativamente en la asimilación del calcio:
CUADRO 12.2
Contenido en calcio de algunos alimentos
119
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Leche desnatada 133
Queso emmental 1.180
Queso bola 900
Queso cabrales 700
Queso roquefort 700
Yogur natural 137
Yogur sabores 122
Bio natural 134
Arroz con leche 98
Petit Suisse natural 120
Natillas 121
Cuajada 169
120
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• Función preventiva. El ejercicio físico realizado hasta los 30 años de edad
supondrá un factor importante en la prevención de la osteoporosis, ya que éste
va a determinar la densidad ósea del hueso, a partir de esos años la tendencia
biológica se basa en perder más masa ósea, la cual va a depender de la
actividad física que se mantenga. Para prevenir la osteoporosis debe
fomentarse un estilo de vida más activo, frente al sedentarismo y la
mecanización a la que nos invita la vida moderna.
• Función terapéutica. Una buena actividad física con programas activos
posturales o de actividad física general serán muy importantes a la hora de
conseguir un efecto positivo global y también sobre músculos y huesos en la
columna y los miembros.
• Función rehabilitadora. Cuando se producen las fracturas a causa de la
osteoporosis, como en el caso de las fracturas de cadera, muñeca, hombro,
etc., el ejercicio físico va a ser muy importante para recuperar la función que
se ha perdido. De todas estas fracturas deriva una pérdida funcional, la cual
también mejora con el ejercicio físico.
121
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La inmovilización impuesta por el reposo en cama, incrementa la desmineralización
del hueso, por lo que es aconsejable limitar la inactividad al tiempo necesario más corto.
En todo caso, la persona que, inevitablemente, debiera permanecer largo tiempo en
cama, deberá realizar en ella ejercicios simples de miembros y ejercicios respiratorios,
según sus posibilidades. Emplear de manera incorrecta los métodos para movilizar y
cambiar de postura a la persona mayor encamada, pueden producir fracturas si la pérdida
de hueso es grave.
12.8. Recomendaciones
• Caminar diariamente, como mínimo, una hora.
• Tomar el sol, al menos, durante una hora.
• Consumir productos lácteos (leche, yogur, queso, etc.) en la cantidad que su
médico le haya aconsejado.
• Los vegetales como la lechuga, las espinacas y acelgas y las ostras y los
pescados como la sardina y el salmón son ricos en calcio.
• La vitamina D se encuentra en cereales, leche, yema de huevo, pescado azul e
hígado.
• Una taza de leche (250 ml) contiene 300 mg de calcio y 100 UI (unidades
internacionales) de vitamina D.
• Nunca es demasiado tarde para comenzar el tratamiento con calcio y vitamina
D, con ello se puede disminuir el porcentaje de fracturas en 18 meses.
• Evitar un exceso de proteínas, ya que provocan la pérdida de calcio a través del
riñón. Para un adulto es suficiente 44 gr de proteínas al día: una pechuga de
pollo tiene 26 gr, un bistec de 85 gr tiene 20 gr de proteínas.
• La ingestión elevada de alcohol, cafeína y el consumo de tabaco aumenta la
necesidad de calcio y favorece la pérdida de masa ósea en el organismo.
• Realizar la gimnasia diaria que el médico o enfermera/o le hayan aconsejado. No
debe hacerse por cuenta propia ejercicios de flexión.
• Intentar disminuir el riesgo de caída. Para ello es aconsejable:
— Llevar las gafas bien graduadas.
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— Tener cuidado con los suelos resbaladizos.
• Al sentarse, deben evitarse los sillones y butacas blandas, es aconsejable un
asiento rígido con apoyo para los brazos. Si se precisa, debe colocarse una
almohada detrás de la zona lumbar.
• Cuando se tenga dolor intenso de espalda:
— Hacer reposo en la cama o una silla.
— Suspender temporalmente la gimnasia.
— Si se precisa, ponerse en contacto con el médico de familia y la
enfermera/o.
Recuerde…
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13
Problemas de la visión
FIGURA 13.1
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FIGURA 13.2
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• Manchas de alimento en la ropa, con mayor frecuencia que antes.
• Aumento en el uso de medios de comunicación en los que no son necesarios la
visión, por ejemplo la radio, en lugar de la televisión y el periódico.
• Mayor número de tropiezos con objetos en el hogar (sillas, mesas, zapatos en el
suelo, etc.).
• Peticiones de ayuda para encontrar determinados objetos cuando se cambian de
lugar.
• Dificultad para diferenciar los colores, por ejemplo, ponerse calcetines de
distintos colores.
• Renuncia a salir a la calle por inseguridad.
• No reconocer a las personas que conocen (por falta de visión).
• Dificultad para hacerse la comida, ir de compras, etc.
Debe tenerse en cuenta que muchas de las personas con alteración visual intentarán
quitarle importancia, diciendo que no les apetece ver la televisión porque no les gusta lo
que hay, o porque les duele la cabeza, etc.; en realidad lo que les ocurre es que tienen
dificultad para verla, pero no aceptan la posibilidad de tener una alteración.
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de ésta en el saco conjuntival inferior, y dirigiéndola hacia la parte externa del ojo. Hay
que procurar que el tubo no toque el ojo, el párpado o la pestaña.
Diremos al anciano que parpadee varias veces para que la pomada se extienda y se
absorba mejor. Hay que decirle que no debe apretar el ojo, para evitar que se salga la
pomada.
Tapar el tubo y lavarse las manos, tras realizar esta técnica.
FIGURA 13.3
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cinco minutos, la pomada.
Téngase en cuenta que debe tirarse un colirio que lleve abierto más de 20 días, ya
que puede estar contaminado y provocar complicaciones.
FIGURA 13.4
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óptico, para que le aconseje en la elección.
Deberán limpiarse según la necesidad y suciedad de las mismas. Podrá realizarse
con agua y jabón y a continuación se secarán con papel o con una toalla que no deje
pelusa. La funda de las gafas deberá ser rígida para evitar que se rompan si se caen.
Además de seguir estos consejos, deberá hacerse revisiones periódicas en el
oftalmó-logo, porque la graduación puede variar con los años. Si no se varían los
cristales, pueden agravarse las alteraciones de la visión.
• Entropión. El borde del párpado se da la vuelta de tal manera que las pestañas
se meten dentro del ojo. Esto produce una irritación que puede originar una
úlcera, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento, secreción, lagrimeo y
miedo a la luz (fotofobia). Es más frecuente en el parpado inferior. El
tratamiento definitivo es quirúrgico, pero hasta que éste se realice se aplicará un
tratamiento antibiótico para evitar infección por el roce de las pestañas.
• Ectropión. Se produce rotación del párpado hacia fuera. Al igual que el anterior,
es más frecuente en el párpado inferior. Provoca acúmulo de lágrimas, por lo
que el individuo a veces llora sin causa alguna. El tratamiento definitivo
también es quirúrgico.
13.5.2. Conjuntivitis
La conjuntivitis es una inflamación, por lo general de los dos ojos, de carácter
benigno, aunque en ocasiones puede originar serios trastornos de los ojos.
La conjuntivitis se caracteriza por:
— Inflamación.
— Secreción.
— Escozor.
— Irritación.
— Sensación de cuerpo extraño.
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— Molestias de la luz.
— No hay dolor.
— No hay afección de la vista, salvo raras ocasiones.
13.5.3. Cataratas
Es la opacidad del cristalino, se producen en personas mayores de 70 años como
consecuencia de la vejez.
Las cataratas pueden ser de varios tipos:
• Centrales. Afecta a la zona central del cristalino. Las personas con esta
afectación ven mejor con la luz tenue que con la luz brillante, por eso debemos
evitar esta última y así evitar posibles caídas.
• Dispersas. En este caso existen varias opacidades (cataratas) en el cristalino, por
lo que la luz muy brillante empeora la visión. Por ello recomendamos el uso de
gafas oscuras, sombreros, etc.
• Periféricas. Son opacidades (cataratas) que se encuentran en la periferia del
cristalino. Normalmente no producen alteraciones, con lo cual se detectan en
consulta. En caso de que éstas invadan la pupila, provocarán visión doble.
— Defectos en la visión.
— Dolor de cabeza.
— Visión borrosa múltiple.
— Fatiga ocular.
— Aumento de la sensibilidad a la luz.
— Aumento de la irritabilidad como consecuencia del esfuerzo de la persona para
poder ver e identificar distintos objetos y personas.
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comentados, debe acudirse al especialista para que diagnostique la posible enfermedad.
Si la persona presenta cataratas, tiene dos alternativas, en cuanto a su tratamiento:
Existe una idea errónea, y es que la catarata debe tener un determinado grado de
evolución para poder ser operada; esto es incorrecto, por tanto, puede realizarse la
intervención de la catarata independientemente de su grado de evolución.
Tras la operación, el individuo tiene que tener en cuenta lo siguiente:
Todo esto hace que los individuos con degeneración macular senil no puedan ver la
televisión, leer, conducir, hacer labores manuales, reconocer las caras, etc.
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Pero, al permanecer la visión periférica, pueden seguir realizando actividades como:
cocinar, limpiar y otras actividades fundamentales de la vida diaria.
No existe actualmente un tratamiento curativo. Se está usando la aplicación del láser
para evitar hemorragias producidas por la formación de vasos sanguíneos anormales que
se originan en esta alteración. Su prescripción debe ser precoz, ya que estas anomalías
sólo se pueden tratar durante las primeras semanas.
En pacientes con esta alteración se recomienda aumentar el consumo de vitamina A
y E. Las personas con esta alteración nunca llegan a recuperar totalmente la visión, pero
esto no les incapacita para realizar las actividades de la vida diaria, por tanto, podrán
llevar una vida independiente.
13.5.6. Glaucoma
Aumento de la presión intraocular del humor vítreo. El glaucoma puede producirse
como consecuencia de una infección, una lesión, de cataratas hinchadas o tumores. La
incidencia aumenta de los 40 a los 70 años, por tanto, deben hacerse exámenes oculares
con mayor frecuencia; si existen antecedentes familiares, la revisión debería realizarse
todos los años.
Existen dos tipos:
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• Glaucoma de ángulo estrecho.
El glaucoma, en general, se caracteriza por:
— Dolor de cabeza matutino, que desaparece poco después de levantarse.
— Sensación de que cada vez es más difícil ver o sensación de esfuerzo ocular.
— Alteración en la visión.
En el caso del glaucoma de ángulo estrecho, la situación más grave, que requiere
tratamiento de urgencia, se caracterizará:
— Reducción del campo visual.
— Dolor ocular intenso.
— Náuseas.
— Vómitos.
— Ojos brillantes y llenos de lágrimas.
— Visión borrosa.
— Pupila dilatada.
— Visión de halos de colores.
— No soporta la luz (fotofobia).
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transplante, la visión no se recuperará por completo, ya que el transplante es
de ojo y no de nervio óptico.
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tensión arterial por debajo de 140/90 mm Hg, para ello deberá seguir un tratamiento
adecuado prescrito por el médico de referencia y mantener un seguimiento de la misma
en la consulta de enfermería.
Recuerde…
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14
Alteraciones del oído
14.1. Introducción
Es importante valorar la pérdida de la audición en la persona mayor como
consecuencia de múltiples alteraciones que se pueden producir:
— Trabajadores.
— Personas que participan en servicios comunitarios o sociales.
— Los que proporcionan cuidado y apoyo a otras personas (cuidar nietos, etc.).
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Los que están más cerca del anciano son los primeros en notar la pérdida, bien
porque éste les pide repetir lo que se le ha dicho o porque malinterpreta. Dirá que los
demás hablan entre dientes o no lo hacen con claridad.
Los ancianos, a veces no responderán, ya que no se dan cuenta de lo que se les ha
preguntado; cuando estén en grupos grandes pueden parecer menos habladores de lo
habitual, distraídos, y tener una expresión nerviosa y seria. Suelen sentarse cerca del
interlocutor y frente a él, procurando leer en su labios.
Algunos pueden retirarse de su actividad habitual para evitar situaciones que
manifiesten su pérdida; evitan estar a veces con algunas personas porque se sienten
frustrados o deprimidos. La pérdida de audición se produce progresivamente a partir de
los 60 años aproximadamente y puede durar hasta los 90 años.
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todo en varones ancianos).
— Crecimiento óseo benigno, que hace que el conducto auditivo se estreche, por
lo que se tapona antes.
Las personas mayores con diabetes mal controlada tienen más riesgo de padecer un
determinado tipo de otitis causada por una bacteria llamada Pseudomona aeuriginosa
que puede llegar a complicarse con meningitis (por lo que se la denomina otitis maligna).
El primer síntoma es un dolor de evolución rápida con o sin pus.
El tratamiento y los cuidados de las otitis son:
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— Si hay secreción, limpiar 2 veces al día.
— Evitar la ducha (es mejor el baño para evitar que se moje mucho el oído).
— El picor que se puede producir en la otitis de la persona mayor es debido a la
sequedad de la piel. En este caso evitaremos las cremas hidratantes y usar
alcohol para dar fricciones. Debe evitarse rascarse el oído, ya que se pueden
producir heridas.
14.3.4. Otosclerosis
Es el crecimiento óseo de los huesecillos del oído medio y suele producir
presbiacusia. La manera de actuar en estas personas mayores es hablar a distancia o en
voz baja. El tratamiento puede ser:
Puede producirse sordera total cuando afecta al nervio auditivo o a otras estructuras
internas del oído.
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administrarle la medicación adecuada.
— Si tiene mareos, la persona mayor debe solicitar ayuda a la hora de andar.
— Colocarle barras en la cama para prevenir las caídas.
— Decirle a la persona mayor que, antes de levantarse de la cama, se quede
sentado en ella durante un rato.
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énfasis en las palabras, si lo que se comunica es corto y conciso.
También es importante el contenido emocional en el mensaje que se desee
transmitir, si se logra mantener los gestos, la sonrisa y el contacto físico periódico durante
la conversación, el interés de ambas partes por tratar de tener una buena comunicación
será mayor.
Otro elemento que facilita la comunicación son los blocs que contienen símbolos
comunes y el desarrollo de señales elementales con la mano.
B) Audífonos
Son sistemas de altavoces en miniatura que aumentan la intensidad de sonido y lo
envían al oído con una distorsión lo más pequeña posible. Son los aparatos de
amplificación más utilizados, ya que en estudios realizados se ha comprobado que las
personas que los utilizaron tuvieron una mejoría significativa, no sólo en la
comunicación, sino también en el área de conocimiento y en el estado de ánimo.
Se requiere una destreza manual para el uso correcto de los audífonos. Cada
persona necesita un tipo específico de audífono, que tendrá la forma y tamaño adecuado
a la anatomía de su oído. Se pueden adquirir en ópticas y en tiendas especializadas, su
precio es muy variable y oscila entre 50.000 y 200.000 pesetas según sus características.
El audífono más caro es el intra-auricular o de conducto, cuyo precio oscila entre
150.000 y 200.000 pesetas.
Con todo esto es probable que logremos que la persona mayor mejore su audición y
así también se eleve la calidad de vida emocional e intelectual. La capacidad de entender
relaja a la persona mayor agitada y ansiosa, con trastornos de conocimiento, y disminuye
los brotes de conductas agresivas.
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— Acúfenos o zumbidos.
Debe colocarse un audífono a todo anciano en el que su pérdida de audición
interfiera en su vida social u ocupacional. También hay que tener en cuenta los siguientes
aspectos:
— Tipo de ambiente en el cual se desenvuelve.
— Profesión u ocupación.
— Edad.
— Estado general.
— Capacidad del anciano para manipular el audífono.
— Requerimientos específicos estéticos (a veces se rechaza el audífono
aconsejado por esta causa).
E) Tipos de audífonos
— Audífono retroauricular: tiene batería, amplificador y receptor en una pequeña
caja curva que se fija por detrás de la oreja. Un pequeño tubo de plástico
procedente de la caja transmite el sonido hasta un molde del oído dentro del
conducto auditivo. Es más visible pero es más fácil manipular los controles de
volumen debido a su mayor tamaño y localización (figura 14.1).
— Audífono de gafas: tienen los componentes en una pieza de la patilla a un lado
de la montura y un pequeño tubo de plástico conectado al molde que está
dentro del oído. No suelen escogerse habitualmente porque uno no puede
usarse sin el otro (figura 14.2).
— Audífonos de oreja: contiene todos los componentes en el molde del oído, que
se fija en el hueco del mismo. Son estéticamente atractivos y se inserta con
relativa facilidad (figura 14.3).
— Audífonos de conducto: contienen todos los componentes en el molde, pero
éste se fija al conducto auditivo externo; gracias a esto son fácilmente
ocultables, son muy pequeños y, por tanto, difíciles de insertar y ajustar el
volumen. Podría ser una mala elección para personas con dedos con artrosis
y otros problemas que afecten a la destreza, como el Parkinson.
— Audífonos corporales o de petaca: los componentes están situados en una caja
rectangular del tamaño de un bolsillo de camisa. Un alambre procedente de la
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caja transmite el sonido hasta el molde del oído. Son voluminosos y muy
visibles, sin embargo, son la mejor elección para los que padecen una pérdida
auditiva profunda y para quienes puedan tener dificultades para manipular
unidades más pequeñas.
FIGURA 14.1
FIGURA 14.2
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FIGURA 14.3
FIGURA 14.4
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FIGURA 14.5
• Recomendaciones generales:
— Guardar en lugar seco, a temperatura normal. Suelen traer un estuche para
guardarlo, que será el mejor sitio para mantenerlo.
— No exponer al calor: no dejarlo a la luz directa del sol ni encima de
radiadores o dentro del coche si es un día caluroso.
— No exponer a la humedad: no hay que bañarse con él, evitar la exposición
a la lluvia, los fijadores de pelo y el sudor.
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— Quitarse el audífono si se es sometido a tratamientos de onda corta,
ultrasonidos, etc.
— Para evitar daños si se caen al manipularlos, es bueno acostumbrarse a
hacerlo sobre superficies blandas.
• Limpieza:
— Debe usarse un paño suave.
— Nunca debemos usar objetos punzantes para sacar la suciedad.
— No tratar de limpiar la abertura del micrófono ni la de la salida del sonido.
— Hacerlo revisar periódicamente en el servicio técnico del comercio donde
se adquirió para ser sometido a una limpieza. La vida media de un
audífono varía entre 5 y 10 años.
• Recomendaciones específicas:
— Audífono de oreja y de conducto: se limpiará regularmente con un
pequeño cepillo el filtro de cera, que generalmente estará ubicado en su
extremo, para impedir la acumulación de cera en la abertura de la salida
del auricular. Este filtro también puede ser reemplazado si es necesario.
— Audífono corporal o de petaca: se puede guardar en una bolsita, funda de
tela o cuero que se adapte bien a su tamaño para llevarlo debajo de la
ropa.
• Recomendaciones generales sobre la fuente de energía: batería.
— Cada tipo de audífono llevará un tipo de pilas o de batería, por ejemplo el
audífono de petaca lleva pilas cilíndricas como las que se usan en las
radios portátiles y el resto necesitan pilas con forma de botón, que son
más pequeñas.
— La vida normal de las pilas es de 5 a 6 semanas, aunque pueden durar algo
más si el audífono se apaga cuando no se utiliza. También existen pilas
que pueden ser recargadas al conectarse a una fuente exterior de energía.
— Algunos consejos para sacar el mayor partido del uso de las pilas del
audífono son los que se apuntan a continuación:
a) Evitar la exposición al polvo ambiental.
b) Guardarlas en un sitio fresco y seco.
c) Evitar la exposición al sol o a temperaturas extremas (tanto frío como
calor excesivos).
d) No permitir que entren en contacto con monedas, llaves u otros
objetos metálicos, lo mejor es guardarlas en su envase original o
envolverlas en papel o plástico.
e) Quitarlas del audífono cuando éste no se vaya a usar (si se sulfatan
estropearían el aparato).
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f) Tener siempre pilas de repuesto.
Recuerde…
147
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15
Cuidados de la boca y los dientes
149
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un progresivo desgaste dental.
En la sociedad moderna un desgaste excesivo es, sin embargo, raro en las personas
de edad. Debido al menor esfuerzo que se hace al masticar los alimentos actuales, el
desgaste natural es lento y en la mayoría de las personas mayores con dentición natural el
desgaste es sólo moderado o levemente grave.
El desgaste por choque de los dientes superiores con los inferiores puede producir
huecos en los que suelen aparecer caries cuando la higiene oral disminuye asociada al
aumento de la edad. Cuando falta algún diente, el desgaste suele ser más complejo, sobre
todo si se ha producido una inclinación de los dientes.
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El riesgo de disfunción aumenta en la persona de edad. Si se queha del
funcionamiento o de una molestia aparecida tras presionar en una mandíbula, hay motivo
para una consulta médica.
15.1.6. La saliva
El descenso de la producción de saliva sigue el ritmo de los cambios por
envejecimiento de las glándulas salivares.
Los cambios en la superficie de la mucosa se producen por el descenso de la
producción de saliva; esto determina la sequedad de la boca, que favorece la colonización
por gérmenes y agrava la enfermedad periodontal y la caries.
También origina una disminución de la movilidad de la lengua y reduce la capacidad
para deglutir alimentos.
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bacterianas adheridas a los dientes, el tratamiento consiste en eliminar dicha placa
bacteriana. Para ello es precisa una limpieza, que debería realizarse cada 24 horas, ya
que la formación de las placas no habrá madurado durante este período. Sin embargo,
una higiene bucal efectiva no es fácil de mantener. No existe otro modo de tener éxito en
la prevención que eliminando las placas con el uso de cepillos de dientes y seda dental.
La persona mayor que, por razones físicas o mentales, no es capaz de mantener
una higiene oral efectiva, necesita de alguien que le ayude o de profesionales que le
puedan enseñar regularmente la técnica de higiene oral y, también, hacerse cargo de un
cuidado preventivo.
Para las personas mayores, pueden modificarse los medios convencionales de la
higiene oral: mango accesorio en el que puede insertarse el cepillo de dientes, el vaso de
plástico con un asa puede agarrarse fácilmente y con seguridad. Pueden ayudar los
cepillos automáticos, que son útiles en ancianos con artritis o dificultades de movimiento,
y también valen para limpiar los dientes aislados. Otro tipo de cepillos son los de cabeza
pequeña.
Hay dentífricos no espumosos o ingeribles especialmente adecuados para personas
con pérdida de función y que no pueden aclararse los dientes después de cepillarlos. La
seda dental no es tan indicada para las personas mayores debido a las grandes
separaciones que tienen entre los dientes.
La forma ideal para limpiarse los dientes en mayores es sentarse de frente al lavabo
y mirarse en el espejo para saber lo que están haciendo.
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noche. Se puede meter la dentadura durante un corto período en soluciones ligeras de
diversos agentes que frenan la aparición de bacterias. La dentadura debe aclararse antes
de colocarla en la boca.
Se recomienda, en general, que se retiren las prótesis por la noche.
• Ventajas:
— Sencillez de elaboración.
— Buena estética.
— Disminución del coste económico.
• Inconvenientes:
— Resistencia del paladar artificial.
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— Mala sujeción, sobre todo la inferior.
— Inseguridad psicológica del anciano.
— La mucosa de la encía es escasa para mantener la dentadura, lo que
provoca into-lerancia.
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Recuerde…
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16
Cuidado de los pies
16.1. Introducción
El pie es una parte fundamental del cuerpo porque permite andar y mantener una
vida activa e independiente. Al llegar a una edad avanzada, el pie es más delicado, por lo
que su cuidado tiene que ser más exhaustivo, evitando así dolencias que puedan llevar a
una persona a un estado de dependencia por el simple hecho de no poder andar.
En este capítulo se intentan dar algunas ideas sobre el cuidado de los pies, para
mantener un estado adecuado de los mismos. Así mismo se pretende un acercamiento de
la persona mayor al podólogo y al equipo sanitario (enfermera y médico), para que
ayuden a la persona mayor a mantener sus pies en un estado adecuado.
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• Alteración de la sensibilidad, por afectación de las terminaciones nerviosas de la
piel. Esta pérdida parcial de la sensibilidad hace que muchas veces se
produzcan heridas al no percibirse el dolor.
• También por disminución del aporte de sangre, se produce un retraso en la
cicatrización de las heridas. Por eso, es importante la prevención de las mismas
evitando andar descalzos.
• Se produce, además, frío en los pies. Para evitarlo, deben seguirse los siguientes
consejos:
— Llevar calcetines de lana, incluso en la cama. También se pueden utilizar
zapatos forrados de piel de oveja.
— Llevar calcetines y zapatillas de paño para andar por casa. Evitar andar
descalzo o sin calcetines.
— No calentar los pies en los radiadores, chimeneas, con mantas eléctricas,
etc., ya que al tener disminuida la sensibilidad y sufrir alteraciones en la
regulación de la temperatura de los pies, se corre un riesgo alto de sufrir
quemaduras. Éstas se pueden evitar si la persona mayor no se acerca
demasiado a estos aparatos.
• Otro problema son los edemas: las piernas se hinchan porque el retorno de la
sangre al corazón está disminuido. Esto último es fácil evitarlo con los
siguientes consejos:
— Colocar las piernas en alto al descansar.
— No cruzar las piernas, porque esta acción comprime los vasos que hay
detrás de la flexura de la rodilla.
— Evitar estar mucho tiempo de pie.
— Lavar los pies con agua ligeramente fría, ya que ayuda a estimular la
circulación.
— Es importante también no colocar cojines justo por debajo de la flexura de
la rodilla al poner las piernas en alto, ya que pueden comprimir los vasos
sanguíneos que antes hemos comentado.
• Otro problema a tener en cuenta en las personas mayores es el uso de medias y
calcetines que compriman mucho la pierna, dificultando la circulación
sanguínea.
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¿Cuáles son las manifestaciones de una mala circulación?
— Calambres dolorosos al caminar que obligan a la persona a pararse hasta que
cese el dolor. A este síntoma se le denomina claudicación intermitente.
— Las heridas en estos casos tardan mucho en cicatrizar. Por eso los diabéticos y
las personas mayores en general deben evitar hacerse heridas en los pies.
— Cuando colocamos los pies hacia arriba, aparecen pálidos.
— Cuando dejamos caer los pies o los dejamos colgando, estos adquieren un
color rojizo.
— Hay una disminución del pelo en los pies y en las piernas.
— Se dan alteraciones en las uñas tales como un aumento del grosor.
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protegiéndolo de los roces. Debe usarse un calzado cómodo y amplio. Si se tiene el callo
entre los dedos, debe colocarse una gasa o algodón entre ellos para evitar que rocen entre
sí y se produzca una herida. No debe rodearse el callo con esparadrapo por las razones
expuestas en el apartado anterior
Si se tienen callos blandos supurativos, lo más importante es acudir al podólogo o la
enfermera para administrarle el tratamiento más adecuado. También se pueden aliviar un
poco los síntomas introduciendo los pies en agua con sal. La cantidad adecuada son dos
cucharadas de sal por cada medio litro de agua templada. El agua no tiene que estar muy
caliente.
16.2.7. Heridas
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Deben ser atendidas con mucho cuidado. Por eso, en cuanto se produzcan, se debe
acudir al personal sanitario para ser revisadas, sobre todo si se es diabético. Para realizar
la cura de una herida, siempre se la debe lavar bien con agua y jabón y aplicar agua fría
para cortar la hemorragia. Si ésta no cede, deben ponerse los pies en alto para que así
llegue menos sangre. Después, se procede a la desinfección de la herida, que se realizará
con gasas estériles y con un poco de yodo o mercromina (a ser posible incolora).
Después se puede sujetar la gasa con un esparadrapo, preferentemente de papel, ya que
estropea menos la piel que el de tela. Nunca debe pegarse el esparadrapo encima de la
herida, pues cuando haya que quitarlo, ésta se puede abrir de nuevo y además puede
infectarse.
FIGURA 16.1
El calzado debe ser ligero de peso, para que la persona mayor no se canse mucho al
andar, y el material con el que debe estar fabricado debe ser poroso para que permita una
buena transpiración del pie, sobre todo en verano, ya que evita una excesiva sudoración e
impide una posible infección de los pies.
Es mejor que el calzado esté fabricado de una sola pieza, con pocas costuras que
produzcan rozaduras en la piel del pie.
Otra característica importante del calzado es la altura del tacón del zapato. Éste
debe oscilar alrededor de los dos centímetros. Esto debe ser así por varias razones. En
primer lugar, si el tacón es más alto, aumenta la inestabilidad de la persona mayor. Es
muy importante evitar los tacones altos, sobre todo en mujeres, ya que estos van a
aumentar el riesgo de caídas y, con ellas, el riesgo de fracturas (por ejemplo, de cadera).
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Una segunda razón se encuentra en el hecho de que el pie se desliza hacia delante con un
tacón demasiado alto. Con este desplazamiento, tienden a aparecer problemas en los
dedos como, por ejemplo, los juanetes o los callos (figura 16.2).
FIGURA 16.2
Además, la suela debe ser antideslizante, para que se agarre bien al suelo y evite así
la inestabilidad y el riesgo de caída.
Es indispensable, a la hora de elegir un buen calzado, el probárselo antes de
comprarlo: así se comprueba si es fácil de calzar y descalzar por la persona mayor.
Además, se nota si es lo suficientemente ancho y si no aprieta.
Para comprobar que es lo suficientemente ancho para no rozar, es mejor
probárselos a última hora de la tarde. En este momento los pies están más hinchados y se
comprueba mejor si aprietan o no. Otra forma de comprobarlo es llevar el calcetín
adecuado al mode-lo de zapatos que se va a comprar: llevando medias o calcetines finos
si se quieren unos zapatos de vestir y calcetines gruesos si se buscan zapatillas de estar
por casa. A la hora de la elección hay que fijarse en que las plantillas del zapato sean
blandas para evitar rozaduras y callos en la planta del pie.
También es importante la utilización de cordones en lugar de cintas elásticas, ya que
estas comprimen la circulación sanguínea del tobillo y favorecen que las piernas se
hinchen.
Al elegir el zapato, deben hacerse tres comprobaciones para saber si es adecuado o
no:
161
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FIGURA 16.3.
FIGURA 16.4.
FIGURA 16.5.
162
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FIGURA 16.6.
16.5. Rehabilitación
Para la rehabilitación de los pies es mejor caminar y dar paseos todos los días. Esta
actividad, además, mejora el ánimo y el estado general. Pero esto debe hacerse siempre
con un calzado ligero y cómodo.
Además de andar, existen otros ejercicios que pueden mejorar la salud de los pies.
Pueden realizarse tumbados o sentados:
163
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FIGURA 16.7.
FIGURA 16.8.
FIGURA 16.9.
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FIGURA 16.10.
Ante todo, hay que hacer los ejercicios con cuidado. Otros ejercicios específicos del
pie son:
— Dejar un paño en el suelo y con la planta y los dedos del pie, estando sentado,
se estira y se encoge el paño.
— Sentado, se intenta coger un lápiz del suelo son los dedos del pie.
— También sentado, se coge una pelota pequeña con los dos pies y se levanta del
suelo.
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sumergir los pies en agua fría al final del baño o bien aclararlos con agua fría. Una vez
finalizado el baño, deben secarse minuciosamente los pies, ya que la humedad puede
favorecer la aparición de grietas, infecciones y hongos.
Así mismo, frotar el pie con alcohol o con agua de colonia después del baño
aumentará la vitalidad del pie y disminuirá la transpiración, lo que ayudará a mantener los
pies cómodos a lo largo del día.
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heridas, callos, durezas o uñas engrosadas, frágiles o con sus bordes infectados, y
notificar al médico o podólogo cualquier molestia que se detecte.
• Sostener el pie con una mano y con los nudillos de la otra realizar pequeños
círculos por la planta, incluyendo el talón. Debe realizarse con presión firme
para evitar las cosquillas, pero siempre procurando que la presión no sea
excesiva, ya que los pies del anciano son muy sensibles (figura 16.11).
• Sostener el pie con los dedos de ambas manos, mientras se realizan pequeños
círculos con los pulgares en la planta del pie (figura 16.12).
• Sostener con una mano bajo el tobillo y elevar el pie ligeramente. A
continuación, con la punta de los dedos de la otra mano, se realizarán pequeños
círculos en la cara plantar (figura 16.13).
• Localizar los tendones que surcan el dorso del pie, desde la base del tobillo hasta
cada uno de los dedos. Seguidamente, se desliza con firmeza el pulgar de la
mano entre los tendones hasta los dedos del pie. Debe tenerse cuidado con la
presión que se ejerce, para evitar molestias (figura 16.14).
• Coger el pie con ambas manos, los dedos colocados debajo de la planta y los
pulgares por encima. Apretar el pie y después deslizar las manos hacia los
bordes del pie. Repetir esta operación tres veces (figura 16.15).
• Sujetar el pie con una mano y la base del dedo gordo con el pulgar y el índice de
la otra mano. Con suavidad y haciendo movimientos rotatorios de sacacorchos,
se va girando con suavidad el dedo del pie mientras se deslizan los de la mano
hacia la punta de dicho dedo. Repetir la misma operación con cada dedo del pie
(figura 16.16).
• Para finalizar, coger el pie entre las palmas de las manos y sostenerlo durante
algunos segundos, y luego devolverlo a su posición original (figura 16.17).
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FIGURA 16.11.
FIGURA 16.12.
168
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FIGURA 16.13.
FIGURA 16.14.
169
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FIGURA 16.15.
FIGURA 16.16.
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FIGURA 16.17.
Se inician los mismos masajes en el otro pie. La persona que aplique el masaje,
después del mismo, debe lavarse las manos con minuciosidad.
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sus posibles alteraciones, por tanto, se recomienda acudir a él regularmente, para
prevenir futuras molestias, y cuidar las que ya se padecen, con el fin de mantener en el
mejor estado posible los pies. Siempre que observemos: enrojecimiento, rozaduras,
heridas, descamación, callos, durezas, uñas quebradizas, frágiles o engrosadas, zonas de
dolor en el pie, deformidades, cansancio o dolor que no cede, deberemos acudir al
podólogo que nos recomendará la mejor forma de aliviar estas dolencias.
Recuerde…
• En las personas mayores los pies son más delicados, por lo que se debe
extremar su cuidado.
• Evite el uso de medias y calcetines que compriman mucho la pierna,
dificultando la circulación de la misma. Eleve las piernas al descansar, no las
cruce y evite estar mucho tiempo de pie.
• El mejor ejercicio para los pies de las personas mayores es caminar.
• La higiene de los pies debe realizarse diariamente.
• Examine los pies también a diario. Controle la aparición de zonas
enrojecidas, rozaduras, heridas, callos, durezas o uñas engrosadas, frágiles o
con sus bordes infectados. Comunique cualquier molestia que detecte. Estos
cuidados deben extremarse en los diabéticos.
• Visite al podólogo regularmente, para prevenir molestias y cuidar las que ya
se padecen.
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17
Cuidados de los estomas
173
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través de la pared abdominal, fijándolo a la piel, con el fin de crear una salida
artificial para el contenido fecal. Pueden ser definitivas o temporales.
— Ileostomías: es la sutura del íleon (última porción del intestino delgado) a la piel
después de exteriorizarlo a través de la pared abdominal. Al igual que las
colostomías, pueden ser permanentes o temporales.
• De una pieza. Son de un solo uso y están indicados para aplicarse directamente
sobre la piel mediante una placa adhesiva.
• De dos piezas. Es el sistema más utilizado. Consta de:
1. Anillo protector: es una placa adhesiva en cuyo centro hay una apertura
esférica que rodea al estoma. La bolsa colectora se fija al disco y la
apertura debe ser proporcional al estoma.
2. Bolsa colectora: puede ser de dos tipos:
– Cerrada: sin orificio de salida.
– Abierta: con un dispositivo de pestaña para asegurar su cierre y abrirla
en un momento determinado.
Se utilizará un tipo u otro dependiendo del estoma. Así, por ejemplo, en las
ileostomías se usa sistema de dos piezas con bolsa abierta, ya que es importantísimo
poder vaciarlo frecuentemente para evitar la agresión química que produce la excreción
continua de heces líquidas sobre la piel. Por tanto, en el caso de heces líquidas o
semilíquidas es preferible una bolsa abierta que pueda vaciarse varias veces antes de ser
cambiada. En las situaciones restantes normalmente se utilizan bolsas cerradas.
Las bolsas se hacen a prueba de olores, aunque se pueden introducir algunos
productos como carbón activado o desodorantes específicos dentro de la bolsa para
disminuir el olor, aunque su eficacia es dudosa.
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— Protectores cutáneos: existen distintos productos (geles, pastas de
recubrimiento, etc.) cuya aplicación alrededor del estoma evita la aparición de
irritaciones.
— Accesorios:
— Fajas, cinturones (como forma de sujeción del estoma).
— Sistema de irrigación: conjunto de material necesario para llevarse a cabo una
irrigación que consiste en el lavado intestinal por medio de agua a
temperatura corporal a través del estoma.
— Funda para aislar la bolsa del contacto con la piel.
— Filtros de bolsa de ostomía: su misión es evitar el abombamiento de la bolsa
por la expulsión de los gases.
17.4.2. En la casa
A) Higiene del estoma
Debe limpiarse con una gasa humedecida en suero salino, evitando jabones o
sustancias grasas que puedan impedir que el adhesivo se fije bien.
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La mucosa tiene que ser limpiada con mucho cuidado y suavidad, con movimientos
circulares a modo de pequeños “toques”. Si, a pesar de estas precauciones, la mucosa
sangra, aplicar con un algodón un hemostático tópico.
Tras la limpieza de la piel, ésta deberá secarse mediante aire. Posteriormente es
aconsejable el uso de lociones aplicables alrededor del estoma para evitar irritaciones de
la piel debidas al contenido de la bolsa y al dispositivo adhesivo. Una de las lociones más
aconsejables es la pasta de Karaya.
Si el estoma se encuentra localizado en una zona donde existe abundante vello, éste
se retirará con una máquina de afeitar eléctrica o una crema depilatoria.
B) Colocación de la bolsa
— Colocación de la placa adhesiva alrededor del estoma para la protección
cutánea. Dicha placa puede ser cortada a medida para ajustarse al estoma. El
dispositivo posee un anillo con pestaña acoplada a la cual irá posteriormente
unida la bolsa.
— Fijación de la bolsa: si la bolsa es abierta, hay que comprobar que la pinza está
correctamente cerrada para evitar la salida de heces. Unir la bolsa a la
pestaña del anillo cerciorándonos de que está perfectamente cerrada. Así
queda colocada ya la bolsa.
— Uso de faja o cinturón: una vez colocada la bolsa se procede a la colocación de
la faja o cinturón, según el modelo. Esta medida es opcional.
176
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17.5.1. Complicaciones postoperatorias precoces
A) Edema
Todo estoma presenta inicialmente inflamación de la zona que rodea al mismo.
Pero esto puede traer consecuencias importantes cuando dicha inflamación o edema
comprime el estoma.
B) Necrosis
Se produce por una mala vascularización del estoma, que puede ser la consecuencia
de un edema, mencionado ya anteriormente. En los estomas recientes es frecuente que,
como consecuencia de la congestión venosa e inflamación, adquiera una coloración roja
oscura. La situación no presenta problema y suele normalizarse a los pocos días. Pero si
a los 3-4 días aparecen focos en la herida de coloración gris verdosa es importante
consultar al especialista, ya que la evolución de este proceso obliga a la apertura de otro
estoma.
C) Hemorragia y hematoma
La hemorragia precoz en el borde de la incisión suele ser más o menos corriente.
Aunque el paciente se alarme, dicha hemorragia cede mediante compresión. Si la
hemorragia, después de esta acción, persiste, deberá dirigirse al centro sanitario más
cercano para que le sean aplicados distintos tratamientos, mediante los cuales la
hemorragia cederá.
La debilidad de los vasos de la zona ostomizada es responsable de la aparición
frecuente de hematomas (pero no tiene la menor importancia).
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favorece la dermatitis. Las primeras manifestaciones de dicha alteración son escozor y un
ligero enrojecimiento de la zona, que, si sigue evolucionando, producirá una erupción
cutánea acompañada de vesículas y ampollas. Si no se interviene a tiempo, puede
evolucionar hacia una úlcera.
B) Hernia
Es la salida o protrusión del órgano ostomizado. Lo más frecuente es la salida del
intestino, aunque esta alteración se da en muy pocos casos.
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para el anciano.
17.7.1. Familia
No debe sobreprotegerse a la persona mayor, pero tampoco, al menos al principio,
tratarlo como uno más. Sufre una situación nueva y traumatizante que requiere una
mayor comprensión y apoyo por parte de la familia.
No se puede permitir que la persona mayor asuma solo la responsabilidad de su
situación. Los problemas se resuelven juntos, en familia, ayudados por el consejo de un
especialistas en ostomías.
Ha de vivir en un ambiente cordial en el que no se sienta un extraño, sino un
miembro más perfectamente integrado en la vida familiar.
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tipo de limitación. El individuo ostomizado no es un “bicho raro” que deba aislarse de la
sociedad, sino que ha de seguir su vida cotidiana para encontrarse como antes de la
intervención, perfectamente integrado aunque con las limitaciones propias, ya no de su
anterior patología, sino de su edad.
17.7.4. Viajes
Tampoco hay restricción en este aspecto. La única consideración lógica es que debe
llevarse todos los productos que normalmente use para el cuidado de su estoma, en
cantidad suficiente según el tiempo que dure.
También hay que llevar la medicación para mantener correctamente su tránsito
intestinal (evitar diarreas y estreñimiento, comprensible por los posibles trastornos que el
viaje supone, no sólo para un ostomizado, sino para cualquier miembro de su familia).
17.7.6. La dieta
Quizá éste sea el punto que más preocupa al paciente ostomizado tras su
intervención, principalmente en los estomas digestivos, más que en los urinarios.
Un estoma intestinal no implica necesariamente iniciar una dieta estricta; éste hecho
puede producir en el paciente una reacción de sobrevaloración mayor del estoma y, en
180
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numerosas ocasiones, el cambio de los hábitos alimentarios puede ocasionar más
problemas de los que soluciona.
Además, estas personas se encuentran ya en una edad en la que el cambio de su
dieta se hace muy complicado, sobre todo en cuanto a sus posibles malos hábitos
alimentarios.
Lo correcto es ingerir una dieta mixta y equilibrada, con una comida de forma
regular y la ingestión de agua vendrá determinada por la misma persona mayor. Cada
ostomizado debe averiguar qué le va mejor según su propia experiencia. Si inicialmente
un alimento no sienta bien, debe probarse nuevamente con posterioridad, para ver si se
tolera tras un período de adaptación.
Los problemas que suelen preocupar más a estos pacientes son:
Siempre hay que tener presente que todo alimento que fuese bien tolerado antes de
la intervención ha de serlo después y su ingestión no debe ser causa de ningún problema.
Ha de evitarse que la cantidad de orina sea inferior a un litro diario, administrándose
o ingiriéndose la cantidad suficiente de electrólitos para compensar la pérdida de sales.
181
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Dado que muchas veces se producen errores en lo concerniente a los cuidados
generales, el profesional sanitario deberá comprobar periódicamente que la persona
mayor cuida su estoma adecuadamente.
Por otro lado, es importantísimo que la persona mayor asuma que nadie debe
sentirse inválido por tener una ostomía, dada la posibilidad de disponer de los
conocimientos necesarios para su cuidado y conocer la gama de productos existentes
capaces de resolver cualquier problema.
La carga psicológica que todo el proceso conlleva, sobre todo en la persona mayor,
está aminorandose en el momento actual con la terapia de grupo ofrecida por las
organizaciones de ostomizados existentes.
Recuerde…
182
ERRNVPHGLFRVRUJ
18
Problemas de la movilidad
18.1. Introducción
Cuando se habla de movilización de personas mayores, hay que tener presente y
hacer igualmente referencia al término de inmovilización. Es preciso conocer el porqué
de una movilización, cuándo realizarla y cómo realizarla. Así mismo, es obligado saber
qué ocurre si no se moviliza, las graves consecuencias y los peligros que encierra no
realizar los cambios posturales, levantamientos y demás acciones encaminadas a mejorar
el estado de salud de la persona mayor.
Con estas condiciones, se resalta la importancia de la movilización que se debe
hacer a los mayores, cuando éstos dependen de unos cuidadores.
Con el envejecimiento, los huesos pierden masa ósea y como consecuencia serán
más frágiles. Se pierde masa muscular y se originan cambios en las estructuras que
sostienen al hombre. Como resultado se producen diversas alteraciones en la marcha, en
la posición, y por tanto, en todas aquellas situaciones en las que el aparato locomotor
(muscular y esquelético) tiene una función importante.
Las alteraciones y enfermedades que causan inmovilización son, como se ha dicho
ante-riormente, las que afectan al aparato locomotor, pero también las que afectan a la
circulación sanguínea, al corazón y al sistema nervioso. Estas enfermedades originan
unos signos y síntomas que son fácilmente identificables por las personas que cuidan a la
persona mayor. Tales son: dolor, debilidad, fatiga, vértigo, inestabilidad, agudeza visual
disminuida, etc.
Igualmente, debido a las mismas alteraciones, los mayores se pueden encontrar
encamados durante mucho tiempo, lo que implica problemas de heridas producidas por la
presión y rozamiento entre el cuerpo y el colchón de la cama (úlceras por presión),
debilidad muscular, etc.
No debemos olvidar otros factores como son el entorno que rodea a la persona
183
ERRNVPHGLFRVRUJ
mayor, su propio carácter y aspectos psicosociales (desmotivación, contagio del
desanimo de la persona mayor a la familia o viceversa), que también condicionan la
inmovilidad. Debe motivarse a la persona mayor de alguna manera, para que se
encuentre en un entorno seguro, sin miedo a las caídas, quitando obstáculos y
facilitándole vías de acceso cómodas.
Hay que realizar estas acciones de forma paciente y con comprensión, poniéndose
el cuidador en el lugar de la persona mayor, como si fuera él mismo quien estuviese en la
misma situación, y así comprender lo que siente, lo que sufre, y también lo que necesita.
Si la persona mayor fracasara en sus intentos, se le animará a continuar y nunca se le
reprochará nada, ni siquiera que no colabore, pues si así se hiciera, se pondrían en
peligro los cuidados realizados y se facilitaría, por el contrario, una actitud de resignación
de la persona mayor frente su situación.
184
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posición natural del cuerpo (figuras 18.1 y 18.2).
185
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para evitar maniobras que lleguen a provocar luxaciones u otras lesiones (figura 18.3).
Es importante lograr que la persona mayor consiga una independencia tal, que
pueda por sí misma realizar cambios de postura elementales, así como actividades
básicas como alimentarse o asearse. Si la persona mayor tuviese algún miembro
afectado, se le enseñará a que las realice con el miembro sano (figuras 18.4 a 18.12). Así
se le conseguirá animar para que llegue a movilizar de la misma manera cualquier
miembro y por sí sólo.
Siempre bajo la tutela de otra persona, procederá a realizar las actividades de la
vida diaria como comer, lavarse, peinarse, etc., que le llevarán a conseguir una mayor
independencia.
Cuando sea posible, es conveniente levantar a la persona mayor, vestirla y calzarla,
y sentarla en otra habitación distinta a aquella en la que está habitualmente. Hay que
estar con ella para animarla psicológicamente y realizar juntos una valoración de los
resultados conseguidos y modificar, si fuera necesario, las acciones a realizar.
Todas las personas, ya sean jóvenes o mayores, tienen la necesidad de hacer cosas.
Haciéndolas, se sienten satisfechas y útiles, aumentando la autoestima y el amor propio.
Si estas actividades no se hicieran, podrían traer consecuencias psíquicas que
perjudicarían el estado de salud de la persona mayor.
Los movimientos de la persona encamada, que se representan en las siguientes
figuras, son sencillos y sin apenas complicación ni para el enfermo ni para el cuidador.
Pero los cambios de posición requieren para su realización una sencilla sistemática que se
hará siguiendo una serie de pasos para conseguir una seguridad en los movimientos y
para evitar lesiones en la espalda del cuidador.
FIGURA 18.3.
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FIGURA 18.4.
FIGURA 18.5.
FIGURA 18.6.
FIGURA 18.7.
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FIGURA 18.8.
FIGURA 18.9.
FIGURA 18.10.
FIGURA 18.11.
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FIGURA 18.12.
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FIGURA 18.13a.
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FIGURA 18.13b.
191
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palanca.
— El cuidador debe abrazar la cadera con su cuerpo, acercándose a ella.
— Coger la muñeca de la persona mayor y hacer pasar su brazo bajo su rostro.
— A la vez accionamos la palanca del antebrazo que teníamos en el quinto paso.
— Continuar la vuelta.
FIGURA 18.14a.
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FIGURA 18.14b.
193
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— Manteniendo el bloque, el cuidador debe apoyar su antebrazo en las rodillas de
la persona mayor.
— El cuidador levanta el tronco del encamado, poniendo su pierna a modo de silla
bajo las piernas de la persona mayor.
— Debido a problemas que puedan surgir, como bajadas de tensión por haber
estado tumbado mucho tiempo, debemos quedarnos controlando el tronco de
la persona mayor durante unos minutos a fin de evitar caídas.
FIGURA 18.15a.
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FIGURA 18.15b.
— Elevar hacia atrás el pie activo de la persona mayor, quedando lo más cerca de
la silla, apoyado en el suelo.
— Agarrar la ropa de la cintura de la persona mayor.
— El cuidador podrá rodear el pie inactivo con sus pies y la rodilla inactiva con
sus rodillas.
195
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— Decir a la persona mayor que agarre la cintura o los hombros del cuidador.
— Bloquear el brazo inactivo de la persona mayor pegando su codo a la cintura
del cuidador.
— Sujetar el codo activo de la persona mayor con la palma de la mano y tirar de
la presa que se hizo con su ropa usando el cuidador su propio cuerpo como
contrapeso.
— Acabar de pie y mantener el equilibrio durante algún minuto.
FIGURA 18.16a.
196
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FIGURA 18.16b.
18.7. Bajadas
Es el paso contrario a los levantamientos. Se utiliza cuando la persona mayor, en la
posición de sentado en la cama, necesita ser tumbada en la misma; o bien, cuando
estando de pie, es necesario que se siente (figuras 18.17 y 18.18).
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FIGURA 18.17.
FIGURA 18.18.
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FIGURA 18.19.
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— Ordenar que se apoye en ella.
— Apoyarse sobre el omóplato, por encima del hombro, y descenderla doblándola
hacia delante.
— Adelantarse para permitirle enderezarse.
FIGURA 18.20a.
200
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FIGURA 18.20b.
18.7.3. Enderezamiento
Se realizan cuando hay que colocar a la persona mayor en una posición cómoda
para ella, debido a que ha resbalado hacia abajo (figuras 18.21 y 18.22).
201
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FIGURA 18.21.
FIGURA 18.22.
202
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FIGURA 18.23a.
203
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FIGURA 18.23b.
204
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— Colocarse por detrás con las rodillas apoyadas en el respaldo de la silla y
neutralizar los brazos de la persona mayor.
— Agarrar sus muñecas, pasando el cuidador los brazos bajo las axilas.
— Echarse hacia delante buscando el límite del desequilibrio delantero.
— El cuidador traccionará en su dirección.
— Erguirse, rectificando la postura de la persona mayor si es necesario.
FIGURA 18.24a.
205
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FIGURA 18.24b.
206
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FIGURA 18.25.
Recuerde…
207
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• Debe movilizar a la persona mayor si ésta se encuentra encamada para
prevenir complicaciones. La persona que está en cama durante mucho
tiempo, tiende a adoptar posturas anormales. Evítelo mediante el uso de
pequeñas almohadas, toallas, etc., para alinear correctamente el cuerpo.
• Anime a la persona mayor para que realice por sí misma cambios de postura
elementales, así como actividades básicas tales como alimentarse o asearse.
• Los movimientos de la persona en una cama deben ser realizados siguiendo
unos pasos para conseguir una seguridad en dichos movimientos y para
evitar lesiones de espalda en el cuidador.
208
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19
Úlceras por presión
19.1. Introducción
Las úlceras por presión, también llamadas úlceras por decúbito, son uno de los
problemas más frecuentes en la persona mayor. Se producen debido a la presión ejercida
por su cuerpo sobre distintas estructuras (camas, sillas, butacas, etc.) durante un tiempo
prolongado. Si se le suman otros factores como una higiene inadecuada, mala hidratación
de la piel y mal estado general, tanto nutricional como vascular, se facilitará un desarrollo
más precoz de estas lesiones.
Las úlceras por presión determinan un deterioro brusco de la calidad de vida y de la
salud de la persona mayor. Por ello, deben proporcionarse unos cuidados adecuados para
evitar complicaciones.
Por tanto, hay que prevenir y observar la aparición de determinados signos y
síntomas que indican la presencia de estas úlceras. Hay que tener presente que su
aparición o no depende de la capacidad para detectarlas. En caso de que surgieran, se
puede, desde casa, seguir ciertas pautas, que a continuación se explican, para evitar que
empeoren.
En este capítulo se trata un determinado tipo de úlceras: las que se producen por
presión, y no de otros tipos, como pueden ser las vasculares, que requieren otro tipo de
cuidados.
Estas lesiones son perfectamente prevenibles mediante unos buenos cuidados, una
buena observación y, por supuesto, no permitiendo nunca una inmovilidad prolongada de
la persona mayor.
209
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Una úlcera por presión es aquella lesión provocada por una presión ininterrumpida
que provoca daño de los tejidos sometidos a ella. También son llamadas úlceras por
decúbito, llagas por presión o úlceras por encamamiento. Se localizan habitualmente
sobre prominencias óseas.
210
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— Estado nutricional: puede verse alterado por múltiples factores, como la
imposibilidad física, alteraciones bucales y digestivas y factores
socioeconómicos. Como consecuencia, puede haber una disminución del
tejido adiposo subcutáneo y una mayor proximidad del plano óseo a la piel, lo
cual produce un mayor riesgo de úlcera por presión.
— Alteraciones nerviosas: parálisis, pérdida de sensibilidad, etc. Al tener una
reducción de las sensaciones, la persona mayor puede no llegar a sentir dolor,
aumentando el riesgo de úlceras por presión.
— Alteraciones del estado de conciencia: a las razones expuestas en el anterior
factor de riesgo, se añade los problemas de movilidad en las personas
inconscientes.
— Inmovilidad: si se adopta una posición determinada durante un tiempo
prolongado, aumenta el riesgo de úlceras por presión. Para que esto no se
produzca es de vital importancia la realización de cambios posturales.
— Higiene inadecuada: la suciedad, así como el sudor, pueden provocar
maceración de la piel.
— Mala hidratación de la piel: la piel seca tiene mayor riesgo de agrietarse y
lesionarse.
— Alteraciones de la circulación: distintas enfermedades vasculares, como la
arteriosclerosis, condicionan una disminución en la irrigación sanguínea,
aumentando el riesgo de úlceras por presión.
211
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FIGURA 19.1. Principales puntos de presión en decúbito supino.
— Mejilla y oreja.
— Hombro.
— Mamas (en la mujer).
— Genitales (en el hombre).
— Rodillas.
— Dedos de los pies.
212
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FIGURA 19.3. Principales puntos de presión en decúbito prono.
— Columna dorsal.
— Sacro (rabadilla).
— Glúteos.
— Codos.
— Talones.
213
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trastorno de la sensibilidad, sufre irritación, hipersensibilidad o dolor al permanecer cierto
tiempo en una determinada posición.
214
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tienen como fin evitar zonas donde exista mayor presión.
215
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FIGURA 19.6. Colocación de almohadas para prevenir úlceras en decúbito lateral.
216
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presión sobre talones así como el deslizamiento sobre el asiento, que
causa fricción en la región sacra (rabadilla).
— Almohadas sobre los reposabrazos, desde el codo a las manos.
Debe insistirse en que los cambios posturales son momentos muy apropiados para
observar con detenimiento el estado de la piel con el fin de detectar posibles riesgos y
aparición de lesiones. Esta observación ha de realizarse en cualquier tipo de cuidado que
se realice con la persona mayor.
En cada cambio postural debe practicarse una sesión de masaje para estimular el
riego sanguíneo. Es importante recordar que nunca debe darse un masaje en zonas de
enrojecimiento (úlcera por presión de grado 1).
Al movilizar a la persona mayor en la cama, nunca se le debe arrastrar por encima
de ella, para evitar la producción de úlceras por tracción o pinzamiento.
A las personas mayores semi-inmóviles y a aquellas que están mucho tiempo
sentadas, se les debe animar y ayudar a levantarse y caminar aunque sólo sean unos
pasos cada hora (siempre que su enfermedad lo permita). Debe evitarse el uso de
dispositivos tipo anillo (por ejemplo flotadores) para sentarse, siendo preferible el uso de
cojines.
A las personas mayores encamadas hay que animarlas para que muevan las piernas
en la cama, si pueden hacerlo. Hay que tener especial cuidado en los talones: para evitar
una mayor presión en dicha zona hay que protegerlos con almohadillado.
217
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mantenerla bien estirada con el fin de eliminar los pliegues, que pueden producir lesiones
en la piel. Para mantener la limpieza y reducir la humedad, se recomienda la utilización
de pañales o empapadores cubiertos con otra sábana entremetida, que evitará la erosión y
podrán ser retirados en caso de necesidad sin que sea preciso hacer de nuevo la cama por
completo.
218
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Es conveniente que la persona mayor coma cuatro o cinco veces al día, evitando el
exceso de sal y llevando una dieta variada y equilibrada. Es muy importante un buen
aporte de proteínas, ya que éstas constituyen el principal elemento de la estructura de la
piel. Una buena ingestión de proteínas favorece también la cicatrización de las úlceras
que ya existan. Debe controlarse el exceso de peso.
Recuerde…
219
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centro de salud o de su ambulatorio correspondiente.
220
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20
Problemas de la circulación periférica en la
persona mayor
• Arterias:
— Vasos que salen del corazón.
— Recorren las piernas y el resto del organismo.
— La sangre se mueve dentro de ellas con gran fuerza debido a que el
corazón la impulsa.
• Venas
— Vasos que llegan al corazón desde las piernas y el resto del organismo.
— La sangre se mueve dentro de ellas sin demasiada fuerza debido a que el
corazón ya no la impulsa.
— Es necesario que exista algo de movimiento o ejercicio para ayudarla a
221
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realizar su camino de regreso al corazón.
Se va a tratar de explicar en primer término por qué se producen las enfermedades
vascu-lares, para así comprender mejor de qué modo se puede ayudar a los mayores a
prevenirlas y, en caso de que ya existiesen, el modo de cuidarlas. Las alteraciones más
frecuentes son el dolor en las piernas y la hinchazón, aunque no hay que olvidar que
cada enfermedad tendrá sus características propias, y por ello se llamarán de una u otra
manera, según afecten a arterias o venas:
— Arterias: isquemia arterial.
— Venas: varices y trombosis venosa.
Todas ellas tienen características distintas, pero antes de su aparición se pueden
adoptar unas medidas preventivas generales:
— No utilizar prendas de vestir muy ajustadas.
— Evitar cruzar las piernas al sentarse.
— Descansar con las piernas más altas que el resto del cuerpo en algún momento
del día, como después de comer o antes de acostarse.
— Perder peso si hay problemas de obesidad, para evitar un exceso de carga en
las piernas.
— Hacer ejercicios moderados de forma regular; como caminar diariamente una
hora.
— No permanecer mucho tiempo de pie sin moverse o sentado.
— Evitar el consumo de tabaco.
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20.2.1. ¿Qué se debe tener en cuenta?
Los factores que influyen el la aparición de la isquemia arterial son: tabaco,
diabetes, colesterol elevado, hipertensión arterial, poca actividad, viscosidad sanguínea y
obesidad.
Las principales medidas preventivas para evitar y retrasar la aparición de esta
enfermedad son:
20.2.2. Recomendaciones
• Supresión del tabaco: la nicotina que contiene el tabaco hace que las paredes de
los vasos sanguíneos se estrechen aún más. Así la enfermedad progresa más
223
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rápido, evoluciona peor y se agrava. Evitar su consumo.
• Autoinspección: al menos una vez por semana, examinar minuciosamente los
pies, para detectar la presencia de cambios de color, grietas, cortes, etc.
• Ejercicio: la actividad física estimula la circulación de la sangre y favorece la
cicatrización y reparación de las heridas. Por ello es conveniente caminar
diariamente y hacerlo de forma progresiva. Caminar por terreno llano, para
proteger los pies de posibles lesiones. Por el mismo motivo, y como medida de
seguridad, hay que evitar caminar en aglomeraciones. Si al caminar se presenta
dolor en las piernas, hay que detenerse y descansar durante algunos minutos
hasta que cese el dolor. Después, reanudar la marcha.
• Si el médico ha recomendado el reposo en cama, hay que proteger las
prominencias óseas, los talones, los codos, etc., con almohadillas de piel de
borrego natural, con el fin de reducir la fricción e irritación de la zona.
• Asegurar una posición cómoda, con la cabeza levantada. Realizar actividades
encaminadas a la ocupación del tiempo para distraerlo de la molestia continua
de la pierna.
• Para aliviar el dolor, sentarse en el borde de la cama y balancear la pierna.
20.2.4. Nutrición
Mantener una dieta equilibrada con un aporte adecuado de proteínas y vitaminas.
Así se favorecen la reparación y la cicatrización de las heridas.
Corregir la obesidad para evitar el sobrepeso en las piernas.
Dieta variada: baja en colesterol y grasas. Rica en fibra (así también evitamos el
estreñimiento), verduras, frutas, líquidos, etc.
Ante cualquier duda a este respecto le recordamos que puede consultar el capítulo
de este libro dedicado a la nutrición.
224
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20.2.5. Higiene y cuidado de pies y piernas
Es importante para prevenir la aparición de las complicaciones causadas por esta
enfermedad:
225
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problema venoso más frecuente en los mayores de sesenta años. Además de la edad, hay
otros factores que influyen en la aparición de esta enfermedad, y algunos pueden
prevenirse adoptando una serie de medidas sencillas. Estos factores, muy frecuentes en
ancianos, son: obesidad, consumo de tabaco, inmovilidad, golpes y caídas.
20.3.1. Obesidad
El exceso de peso produce dificultades para que la sangre circule por los vasos
sanguíneos. La obesidad también es una dificultad para realizar ejercicio físico, que es
muy necesario para prevenir esta enfermedad. Por todo ello es necesario llevar una dieta
equilibrada y realizar un régimen si existe sobrepeso (supervisado por un especialista).
20.3.3. Inmovilidad
El ejercicio físico es muy importante para favorecer la circulación sanguínea. La
falta de ejercicio físico, frecuente en las personas mayores, produce que la sangre circule
con mayor lentitud por las venas. Al circular más despacio, la sangre puede llegar a
estancarse y formar coágulos. Éstas son algunas medidas que se pueden tomar para
evitar que esto suceda:
• Dedicar algún momento del día a realizar algo de ejercicio. Es ideal montar en
bicicleta, nadar o correr. Si estos ejercicios resultan demasiado difíciles para la
persona mayor, pueden sustituirse por un paseo largo diario, de al menos una
hora de duración. También puede realizar una serie de ejercicios sencillos,
como los descritos en la figura 20.1, que favorecen la circulación sanguínea.
• No es conveniente permanecer de pie o sentado en la misma postura durante
mucho tiempo. Tampoco es conveniente cruzar las piernas durante largo rato,
porque se comprimen los vasos sanguíneos y se dificulta la circulación.
• Si la persona mayor debe permanecer encamada o inmóvil por algún motivo,
pueden adoptarse varias medidas:
— Elevar las piernas colocando debajo de los pies almohadas, cojines, etc., o,
226
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preferentemente, elevar los pies de la cama colocando algún objeto
debajo (figura 20.2). Se facilita así que la sangre regrese por las venas al
corazón, evitando que se estanque.
— Hay que evitar que permanezca mucho tiempo en la misma posición. Para
ello deben realizarse cambios de postura con regularidad. Así se evita que
las arterias y venas de una misma zona se compriman durante largo rato
impidiendo que la sangre circule con normalidad.
— Si el encamado está totalmente inmóvil, se pueden realizar con él
ejercicios pasivos, que consisten en movilizar las articulaciones de la
persona que no puede hacerlo por sí misma. Mientras sujetamos la pierna
se le puede hacer doblar la rodilla varias veces. También se pueden
realizar giros y flexiones con los pies.
— Si el encamado puede mover las piernas, debe realizar por sí mismo
algunos ejercicios. Por ejemplo, puede hacer como si caminara contra los
pies de la cama, durante cinco minutos cada hora.
227
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FIGURA 20.2. Elevar los pies de la cama. Conviene elevar los pies de la cama unos 10-20 cm para
descongestionar las piernas, colocando un objeto adecuado en los pies de la cama.
• Si la persona mayor necesita ayuda para caminar, hay que asegurarse de que el
bastón o la muleta tengan una altura adecuada y se apoyen correctamente en el
suelo, así como de que la persona mayor es capaz de manejarlos
correctamente. A veces puede ser necesario el uso de un andador.
• Acondicionar la cama de la persona mayor: no debe tener gran altura, para que
le resulte fácil subir a ella. Pueden acoplárseles unas barandillas de seguridad
para evitar caídas.
• Tener cuidado al diseñar la disposición de los muebles y objetos de la casa:
muchos pueden resultar un verdadero obstáculo para una persona mayor que
camine mal. Hay que poner especial atención en alfombras y escaleras.
• En todas las bañeras deben emplearse esterillas antideslizantes y apoyamanos en
las paredes.
A veces todas estas medidas no son suficientes y la trombosis venosa se produce de
todas formas. Lo más habitual es que se produzca en las venas de las piernas, entonces
aparecen una serie de síntomas:
— Hinchazón: muy frecuente en la zona del tobillo y en el pie.
— Dolor: sobre todo al tocar la zona afectada.
— Enrojecimiento de zona y cianosis (color azulado debido a la mala circulación
228
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en dicha zona).
— Dificultad para andar.
— Si la trombosis es grave, posiblemente se produzcan en la parte afectada de la
pierna unas heridas debidas a la alteración de la circulación en esta zona.
Estas heridas reciben el nombre de úlceras venosas. En este caso hay que
acudir rápidamente al médico, que considerará la utilización de vendas o
medias compresivas, reposo absoluto en cama y tratamiento con
anticoagulantes (medicamentos que impiden que la sangre forme coágulos
dentro de los vasos sanguíneos).
C) Tratamiento anticoagulante
Los anticoagulantes son una serie de medicamentos que impiden la coagulación de
la sangre. Así se evita la formación de trombos y, por tanto, la aparición de trombosis
venosa.
Este tratamiento suele prolongarse durante algún tiempo y son necesarios unos
controles y revisiones periódicos para comprobar la eficacia del medicamento (es decir, si
el medicamento está teniendo los efectos que se esperaban). El médico indicará la
frecuencia de los controles y es muy importante no olvidar ninguno.
También es importante en los ancianos que sigan este tipo de tratamientos vigilar
cualquier golpe o herida, porque van a tardar más tiempo en cicatrizar. Hay que vigilar
cualquier hemorragia que se pueda producir, ya que en estas circunstancias la sangre
tarda más en coagular. Si la hemorragia no se corta en un tiempo prudencial, es
aconsejable acudir al centro médico más cercano.
229
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20.4. Varices
Las varices son dilataciones de las venas de las piernas debidas al estancamiento de
la sangre dentro de ellas. El estancamiento se debe a la falta de elasticidad de los vasos
sanguíneos y a una disminución de la fuerza de bombeo del corazón.
Cuando el músculo de la pierna está en movimiento, la sangre no se estanca y se
facilita su regreso al corazón. Por eso, para prevenir su aparición, es importante el
ejercicio físico y el no permanecer mucho tiempo de pie sin moverse.
El estancamiento de la sangre va a producir una dilatación de las venas, que se
engruesan y parte del líquido que contienen sale fuera del vaso produciendo hinchazón
en las piernas. Los síntomas que se producen son:
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— Evitar estar mucho tiempo de pie sin moverse.
— No cruzar las piernas al sentarse. Si se adopta esta posición es conveniente
cambiar de una pierna a otra.
— Elevar las piernas por encima del pecho al menos una hora al día. En esta
posición las piernas no deben estar completamente extendidas, sino que
deben mantener una flexión que no haga incómoda la postura ni comprima el
paso de la sangre por las venas que están detrás de las rodillas.
— Caminar diariamente: realizar largos paseos, de más de cuatro kilómetros si es
posible. Mientras se camina se pueden utilizar medias, compresivas que
favorecerán la circulación de la sangre por las venas.
— Practicar deporte: puesto que los ancianos no pueden realizar deportes de gran
esfuerzo, la natación se ofrece como una alternativa muy saludable y en la
que va a encontrar muchos efectos beneficiosos. También son recomendables
los ejercicios mencionados anteriormente para mejorar la circulación.
— Tratamiento de compresión: en este caso también es aconsejable el uso de
medias elásticas, vendajes elásticos adhesivos o calcetines graduados con
velcro. La presión en las piernas que realizan las medias elásticas o los
vendajes dan soporte a la pared de las venas facilitando el retorno de la
sangre al corazón. Estas medias deben cubrir la pierna entera, nunca serán
ligas ni calcetines que compriman rodilla o muslo.
— Control del exceso de peso: es necesario recordar los enormes efectos
beneficiosos para la salud de una dieta equilibrada y del control del exceso de
peso. Se evita así sobrecargar las piernas y se mejora la circulación de la
sangre, además de evitar otros muchos problemas relacionados con la
obesidad.
FIGURA 20.3. Descansar con las piernas elevadas. Colocar las piernas en posición elevada. Si ha de permanecer
sentado mucho tiempo, También es recomendable levantarse y caminar unos minutos.
231
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Hemos destacado en los apartados anteriores su importancia, ya que el 90% de las
úlceras que se producen en las piernas son de origen venoso (es decir, se producen como
consecuencia de problemas de las venas). Los factores que favorecen su aparición son
fundamentalmente la presencia de varices y la trombosis venosa.
Las características de estas úlceras son:
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• No comprar ni utilizar productos de venta libre. Se deben seguir los consejos de
su médico o enfermera en cuanto al tratamiento y cuidados.
• Acudir al centro de salud para llevar a cabo las curas periódicas de la úlceras con
el fin de evitar complicaciones como la infección.
• Mejorar la circulación de la zona afectada mediante la realización de ejercicio
progresivo.
• Evitar las temperaturas extremas en pies y piernas.
• Evitar prendas que compriman.
• Llevar a cabo el cuidado de los pies y piernas como se ha indicado a lo largo del
capítulo.
• Ante una situación de urgencia, como puede ser un golpe en alguna de las
heridas acompañado de sangrado, debe comprimirse con unas gasas limpias y
realizar un vendaje que comprima la zona homogéneamente. Acudir lo más
rápidamente posible al centro de salud más cercano.
Recuerde…
233
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21
La confusión
CUADRO 21.1
Características de la confusión
234
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21.2. ¿Qué puede producir confusión?
Hay muchas causas que pueden llevar a un estado de confusión. Se puede hablar
de causas orgánicas, debido a la enfermedad que padece el individuo. También influye un
factor muy importante que puede precipitar la confusión en la persona mayor: el
ambiente en que se encuentra.
Hay una extensa lista de problemas que aparecen muchas veces asociados en la
persona mayor. Entre ellas se encuentran:
• Ciertos fármacos:
— Tranquilizantes.
— Hipnóticos.
— Antidepresivos.
• Anemia, hemorragias digestivas…
• Deshidratación.
• Retención urinaria y/o fecal.
• Tumores.
• Traumatismos.
• Cirugía (cataratas, fractura de cadera, etc.).
• Tóxicos (alcohol).
Muchas veces el problema aparece en el hogar, y es bastante fácil de reconocer por
la familia, pero no siempre es así. Se considera que el 40% de las personas mayores
hospitalizadas sufren estados confusionales, que se deben a:
235
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— La situación de enfermedad, que suele ser la causa principal.
— El hecho de estar rodeadas de gente que no conocen (médicos, enfermeras,
auxiliares, etc.) y que les someten muchas veces a técnicas cruentas.
— Los continuos cambios de turno del personal sanitario.
— El lugar, que les es extraño y les causa ansiedad, más aun si se trata de
unidades donde especialmente los pacientes desarrollan confusión, como son
las unidades de cuidados intensivos.
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21.5. Cuidados de una persona mayor con confusión
Los cuidados que hay que prestar a una persona mayor con confusión son:
Recuerde…
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• Siga las indicaciones de los profesionales sanitarios sobre las medidas a tomar
ante un estado confusional.
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22
La demencia
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— Apraxia o incapacidad de ejecutar actividades motoras como vestirse,
peinarse, cocinar, etc.
— Agnosia o fallos para reconocer objetos, estímulos o símbolos.
— Trastornos en la función ejecutiva.
• Presenta un deterioro de la vida familiar, social y laboral.
240
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También se producen alteraciones dentro de las neuronas, que se denominan ovillos
neurofibrilares. Los lugares de mayor acúmulo de estas placas seniles y ovillos
neurofribrilares son zonas cerebrales encargadas de la memoria y de otros procesos
cognitivos.
También en la enfermedad de Alzheimer aparece un intenso proceso inflamatorio y
autoinmune. Además, se cree que algunos genes activan prematuramente el
envejecimiento cerebral, originando un proceso irreversible de muerte neuronal.
El paciente con esta enfermedad ve instaurada más rápidamente las progresivas
fases de la demencia. Aparece entre los 40 y 90 años, pero más generalmente a partir de
los 65.
Se aprecia un deterioro progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas sin
trastorno de la conciencia. No va acompañada de otras enfermedades generales o
neurológicas que pudieran explicar el déficit cognitivo.
241
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22.4. Fases de la demencia
22.4.1. Fase 1
Existe un deterioro de la memoria que recae en situaciones recientes de la vida
cotidiana. También hay un trastorno en el reconocimiento ambiental y en la conducta.
22.4.2. Fase 2
El enfermo presenta desorientación que al principio aparece referida a datos de
tiempo y lugares y, más tarde, pierde también nociones de períodos menores. Aparece
incapacidad para recordar palabras y trastornos de la comprensión y expresión del
lenguaje. En la pérdida de memoria ya no reconocen a familiares cercanos, datos de la
vida, etc.
22.4.3. Fase 3
Pérdida de reconocimiento de las personas allegadas. Desorientación en el espacio y
en el tiempo. Dificultad para recordar palabras de forma espontánea y de nombres de
objetos. Aparece la incapacidad para realizar actividades cotidianas (peinarse, vestirse,
cocinar,…). Imposibilidad para reconocer objetos. Alteración en la articulación de
palabras. Descuido por completo de su higiene personal. En esta fase pueden aparecer
alucinaciones, agitación e ideas delirantes.
22.4.4. Fase 4
Deterioro físico y psíquico evidente. Incapacidad para andar. Aparición de mutismo
o un lenguaje deteriorado que consiste en la ecolalia (repetición de lo que oye) o palilalia
(repetición de sonidos). Incontinencia esfinteriana. Pérdida completa de su autonomía.
Precisa ser atendido para su higiene personal y necesidades biológicas.
242
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llevarlos al servicio, darles de comer, etc., en el mismo momento del día permite ordenar
su vida. Este orden sirve para ayudarles y nunca hay que llegar a forzarlos para seguir
una disciplina.
El medio ambiente debe ser simplificado. Esto implica retirar poco a poco los
objetos de valor, así no se avergonzaran por estropear o perder algo.
Se van a producir una serie de cambios en su vida cotidiana, como cambiarles de
ropa, sentarles en orinales o ponerles pañales. Estos cambios implican aprendizaje, pero
encuentran dificultades para el mismo, debido a sus alteraciones cognitivas. Es
importante comprender esto porque ayudará a tener paciencia cuando aparezcan
resistencias o imposibilidad para adaptarse a las nuevas situaciones.
En relación con el autocuidado, como ya se ha señalado, es importante establecer
horarios precisos. Si el paciente no se encuentra muy perturbado y mientras sea capaz,
debe ser él mismo quien realice estas tareas o con la ayuda necesaria según corresponda.
Es útil que las prendas sean cómodas y fáciles de poner.
Existe una serie de pautas a seguir para la comunicación con personas que
presentan trastornos cognitivos.
Las visitas son muy importantes para estas personas. Debe pedirse a quienes les
quieren que hagan visitas breves de vez en cuando. Sirven para animar a la persona
mayor, no para humillarla, avergonzarla o ponerla triste. La visita debe aportar calor y
alegría.
243
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22.6.1. Problemas biológicos
• Alteraciones en la nutrición por defecto o por exceso. Debe conseguirse una
ingestión adecuada a las necesidades nutricionales y una ingestión adecuada de
líquidos. Es útil equilibrar y vigilar la alimentación durante las primeras etapas;
ofrecerles líquidos regularmente y si desea comer a deshoras, proporcionarles
alimentos con pocas calorías.
• Incapacidad para alimentarse. En fases avanzadas de la demencia, la persona ya
no puede alimentarse de forma autónoma. La familia debe ofrecerles los
alimentos y utensilios sucesivamente, los cuales deben ser adaptados (de
plástico, platos con ventosas, etc.).
• Incontinencia urinaria y fecal. La incontinencia que presentan estos pacientes
pueden deberse a su edad avanzada, a enfermedades asociadas o a problemas
familiares que rodean al enfermo.
• La piel, debe mantenerse íntegra y evitar posibles infecciones urinarias; se
aconseja vigilancia, cuidados de la piel, higiene, movilización, etc.
• Problemas accesorios. Se pueden evitar vistiendo a los enfermos con ropa
cómoda y poner los retretes suficientemente altos y señalizados. Recordar y
acompañar al baño regularmente. También es aconsejable disminuir la ingestión
de líquidos a partir de las 6 de la tarde. El uso de pañales quedará limitado
hasta que no exista otra solución, por tres razones fundamentales:
— Los enfermos los rechazan a menudo porque les supone el final de una
vida normal, volver a ser como niños, y también los rechazan porque les
deforma su manera de andar o su silueta.
— Estas personas pueden ignorar la eficacia o necesidad de usarlos.
— Su elevado coste.
Para más información sobre las incontinencias, les remitimos a dicho
capítulo expuesto en este libro.
• Afectación en la integridad de la piel (úlceras por presión, infecciones, etc.). En
fases avanzadas tienen disminuida la movilidad, que junto con la incontinencia
fecal o urinaria da lugar a una pérdida de la integridad cutánea.
Los consejos prácticos para familiares y cuidadores están en relación con
aplicar las medidas ante la incontinencia, revisar las zonas de mayor riesgo,
movilización y cambios posturales. Deben utilizarse medidas técnicas para
proteger las zonas de mayor riesgo: almohadillado de la silla de ruedas,
taloneras, colchones antiescaras, etc.
Si existe lesión, se aplicarán los cuidados oportunos a los que ya están
adiestrados los familiares.
244
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• Alteraciones en el sueño. Es necesario un buen descanso nocturno por parte de
la persona mayor y de la familia. Para ello, es importante lograr una actividad
diurna y evitar que duerma durante el día. Debe orinar antes de acostarse para
no interrumpir el sueño. Si el paciente se despierta desorientado, es importante
situarlo en la realidad.
Si con las medidas higiénicas no se soluciona el problema, se derivará al
médico, que prescribirá los fármacos más adecuados.
• Depresión. La demencia lleva a los pacientes a sentirse desgraciados y
deprimidos, especialmente en las fases iniciales e intermedias de la enfermedad.
Hay que hacer todo lo posible para evitar la depresión y el resto de problemas
psicológicos que aparezcan. Esto exige más atención cuidado y esfuerzo. El
médico tratará la depresión con un fármaco adecuado.
• Ideas delirantes, sobre todo de robo, infidelidad y abandono.
• Alucinaciones, generalmente visuales o auditivas. Creen ver personas o animales
en su habitación.
• Alteraciones en el proceso del pensamiento. La persona con demencia pregunta
repetitivamente, esconde objetos y persigue a los familiares, etc. Debe dejarse
libertad en su conducta mientras sea tolerable y no peligrosa. Aunque pregunte
repetidas veces, no debe regañarse porque no recuerde sus manifestaciones.
No debe enfadarse por la pérdida de sus objetos. Se le quitarán las joyas y
utensilios de valor, y, si la persona no lo entiende y agrede por quitárselo, se le
puede sustituir por bisutería barata. Es importante facilitarle entretenimientos
basados en sus aficiones.
Debe asegurarse la comprensión y darle tiempo para expresarse. Muy
importante es el tono de voz que se utiliza, más que el contenido de las
palabras, el lenguaje debe ser sencillo y accesible al paciente. No se le debe
acosar con preguntas. El diálogo se puede acompañar con el empleo del tacto,
como caricias.
245
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demencia. Es importante también corregir las alteraciones de la visión y de la
audición que pueden presentar (véase en los capítulos correspondientes).
Deben eliminarse los elementos peligrosos (cables, enchufes, etc.) y mantener
una buena iluminación durante el día y la noche, organizar el espacio donde
vive evitando objetos innecesarios y sin cambiar de lugar los ya existentes.
• Alteración de los procesos de relación familiar. La presencia en una familia de
una persona mayor con demencia cambia la relación, pudiendo generar
problemas entre los familiares, disputas, exceso o defecto de ayuda al enfermo.
Deben expresarse los sentimientos relacionados con la situación y tomar
conjuntamente las responsabilidades del cuidado del enfermo.
• Neurolépticos:
— Haloperidol®.
— Meleril®.
— Risperdal®.
• Ansiolíticos:
— Orfidal®.
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televisión, hacer compras, etc.). Este paso resulta difícil, pero es muy importante para
continuar.
Es también muy importante mantener los amigos o hacer otros nuevos, pueden
hacer mucho por ayudar a soportar los momentos difíciles. No hay que sentirse culpable
por tener estos lazos de amistad, sirve para romper el aislamiento que se siente. Para ello
se puede acudir a asociaciones que existen para familiares de enfermos con demencia.
El apoyo a familiares de enfermos con demencia en España se centra en cinco
puntos:
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— Asociación de Familiares de enfermos de Alzheimer (AFAL). Es de ámbito
provincial. Su origen partió de un grupo de familiares. Está dirigido por
ellos e intentan ayudarse mutuamente, transmitiendo y recibiendo
experiencias, visitando a familiares e intercambiando información. Los
grupos de apoyo o talleres terapéuticos son un recurso para ayudar al
familiar que lo necesite.
Recuerde…
248
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23
Enfermedades respiratorias
249
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ventilación (evitando que exista corriente).
— Colocación de humidificadores de agua para mantener humedad ambiental y
evitar así la sequedad de mucosas (especialmente en lugares con aire
acondicionado y calefacción, por ser éstos más secos).
— Evitar que se quite la mascarilla de oxígeno, en el caso en el que ésta sea
necesaria para paliar su patología. Usar gafas nasales en caso de
incomodidad.
— Ayudar a que la persona mayor expulse sus secreciones del aparato
respiratorio:
1. Enseñar a toser de forma correcta. Para ello es necesario que se siente a
la persona mayor lo más erguida posible, haciendo varias respiraciones
lentas y profundas antes de toser dos o tres vez seguidas. En el caso en
que la persona mayor haya sido sometida a una operación quirúrgica
que dificulte este ejercicio, puede proporcionarle una almohada para
sujetar la herida.
2. Insistir en que la expulsión del aire se haga de forma lenta, mediante el
inflado de un globo o de una bolsa, ya que de esta manera se
desprenden mejor las secreciones.
3. Percusión o clapping: deberá colocar las manos en forma de cuenco con
el pulgar pegado al índice, se irá golpeando de forma rítmica en la
espalda desde la parte inferior a la parte superior. No se deberá golpear
sobre la columna vertebral ni más abajo de las costillas.
4. Variar la posición de la persona mayor cada cierto tiempo
(aproximadamente cada dos o tres horas) para que se movilicen las
secreciones (figura 23.1).
— Es importante insistir en la necesidad de tomar líquidos durante el día
(aproximadamente dos litros), excepto si está contraindicado por otras
enfermedades.
— Administración correcta de aerosoles. Más adelante se describirá con detalle.
— Para favorecer su respiración puede colocar una o varias almohadas de forma
que la posición del cuerpo sea casi vertical (semisentado). En esta posición y
con las rodillas semiflexionadas, se colocarán las manos por encima del
ombligo. Cogerá aire de forma lenta y profunda por la nariz y expulsará el
aire lentamente por la boca como si fuese a silbar.
— Algunas personas mayores pueden respirar mejor sentadas en un sillón grande
e inclinadas hacia delante, apoyándose en unas almohadas colocadas sobre
una mesita delante de ellas. Esta mesita debe bloquearse para evitar que se
deslice (figura 23.2).
— Hay que mantener un adecuado estado de nutrición, con dietas equilibradas.
— Cuidar la higiene corporal, nasal y bucal.
250
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FIGURA 23.1.
251
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El oxígeno es un gas vital que forma parte del aire e interviene en la respiración. En
la mayoría de los trastornos respiratorios es necesario compensar la falta de oxígeno,
administrando una concentración necesaria y constante para cubrir las necesidades
corporales.
Para la administración de oxígeno es indispensable abandonar el hábito de fumar. El
oxígeno se administra en botellas individuales, que son recipientes de acero capaces de
resistir gran presión, conectadas cada una de ellas a una mascarilla o a unas gafas nasales
(figura 23.3).
El recipiente que contiene el agua debe estar limpio y casi lleno. Asegúrese de que
los litros que señala el manómetro son los que ha indicado el médico. Igualmente, debe
vigilar la cantidad de oxígeno que le queda para reponer la botella cuando sea necesario.
Reemplace la mascarilla por gafas nasales a la hora de comer, ajustando la
equivalencia en litros por minuto.
FIGURA 23.3.
252
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23.4. Aerosolterapia
Se utilizará para ayudar a compensar la falta de humedad del aire que entra, ya que
de no ser así las secreciones se pueden espesar y acumular, tapando la vía aérea,
provocando mayor dificultad para respirar.
— Agitar el envase.
— Sujetarlo firmemente entre índice y pulgar.
— Realizar dos o tres respiraciones profundas.
— Colocar los labios alrededor de la boquilla sin dejar ningún espacio.
— Coger aire lenta y profundamente, y apretar el pulsador.
— Contener la respiración durante un mínimo de diez segundos.
— Repetir después de dos o tres minutos.
253
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FIGURA 23.4.
23.5. Neumonía
Esta enfermedad tiene una elevada frecuencia, por lo que deben conocerse los
factores que pueden producirla, entre ellos podemos destacar: gérmenes, anteriores
infecciones respiratorias, disminución de la conciencia, etc.
Aunque se presenta con escasos síntomas, los que aparecen son los suficientes para
orientarnos:
— Tomar los antibióticos los días prescritos para destruir esos gérmenes.
— Correcta administración del oxígeno.
— Hidratación.
— Cambios posturales.
— Fisioterapia respiratoria (véase el apartado de cuidados generales).
254
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Hay que tener especial atención en personas mayores con demencia, enfermedades
neurológicas y enfermedad de Parkinson, pues en ellos es fácil que se presente la
neumonía por aspiración. Esta neumonía se produce por la introducción de cuerpos
extraños (generalmente alimentos y líquidos) desde el aparato digestivo al respiratorio,
debido a vómitos o alteraciones en la capacidad de efectuar una correcta deglución.
255
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23.7.2. Prevención de las enfermedades obstructivas
Son hábitos tendentes a prevenir las enfermedades obstructivas:
— Dejar el tabaco. Los fumadores pasivos deben evitar los ambientes cargados
de humo.
— Evitar, en la medida de lo posible, la contaminación atmosférica.
— Prevenir la aparición de enfermedades respiratorias evitando la exposición al
frío y a corrientes.
— Vacunación antigripal, anticatarral y antineumocócica.
— Practicar ejercicio físico periódicamente y bajo control médico.
— Evitar los cambios bruscos de temperatura y humedad.
— Evitar la automedicación y, en caso de ser necesario, un tratamiento
farmacológico debe ajustarse correctamente a las indicaciones del médico.
23.8. Espirómetro
El espirómetro es un instrumento que estimula a la persona mayor a mantener su
esfuerzo respiratorio mediante el control visual de su respiración. Deberá forzar la
entrada de aire para lograr que la bolita ascienda cada vez más (figura 23.5).
256
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FIGURA 23.5.
Recuerde…
257
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24
Hipertensión arterial
24.1. Introducción
La presión arterial (PA), también llamada tensión arterial (TA), es la presión que
ejerce la sangre circulante sobre las paredes de las arterias. Depende de la fuerza de
contracción del corazón, del diámetro y la elasticidad de los vasos sanguíneos arteriales y
del volumen y viscosidad de la sangre.
La presión arterial tiene dos cifras: la presión máxima o sistólica y la presión mínima
o diastólica. La máxima es el valor mayor de la tensión arterial y se corresponde con la
presión sobre las arterias en el momento en que el corazón se contrae. La mínima es la
presión de la sangre en el momento en que el corazón se relaja, cuando éste recibe la
sangre que será impulsada en la siguiente contracción.
Los valores ordinarios se sitúan en torno a los 110-140 mm Hg (milímetros de
mercurio) para la tensión máxima y a los 60-80 mm Hg para la mínima.
Después de esto, podría definirse la hipertensión arterial como la elevación de las
cifras de la presión arterial por encima de lo normal: 160 mm Hg para la presión máxima
y 90-95 mm Hg para la mínima.
— Hipertensión sistólica aislada. En las cifras de tensión arterial sólo está elevada
la sistólica o máxima por encima de 160 mm Hg.
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— Hipertensión sistólica. Dentro de ésta se encuentran:
– La hipertensión primaria o esencial: es aquella que de por sí es un problema, ya
que no es producida por una alteración en el organismo.
– La hipertensión secundaria: es debida a problemas o alteraciones renales y/o
endocrinas.
— Hipertensión diastólica. También puede ser primaria o esencial y secundaria. La
hipertensión diastólica a su vez se clasifica en:
– Hipertensión ligera: tensión diastólica o mínima entre 90-104 mm Hg.
– Hipertensión moderada: valor mínimo de presión arterial entre 105-114 mm Hg.
– Hipertensión grave: presión diastólica/mínima igual a 115 mm Hg o por encima
de éste valor.
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arterial en el propio domicilio se puede utilizar un esfingomanómetro aneroide (en vez de
una columna de mercurio, como el anterior, éste mide los valores de presión arterial con
un manómetro en forma de reloj). Pueden utilizarse también los aparatos electrónicos de
medida de la presión arterial y los de medida digital, aunque éstos son propensos a los
errores y desviaciones. Todos ellos deberán ser revisados y calibrados periódicamente.
El tipo de brazal o manguito para la medida de la presión arterial en personas
mayores dispone de tres tamaños: 12, 15 o 18 cm de ancho por 33-36 cm de largo.
Condiciones para medir la presión arterial:
260
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FIGURA 24.1. Esfigmomanómetro aneroide.
261
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24.5.1. Complicaciones renales
El riñón puede ser la causa de la hipertensión arterial o bien ser afectado por la
misma. Se produce un aumento de la presión en la arteria renal, con disminución de la
cantidad de sangre que llega al riñón. Esto puede producir una alteración de la función
renal, conocida como nefropatía hipertensiva.
— Aumento del tamaño del ventrículo izquierdo y fracaso del mismo para
impulsar la sangre. El ventrículo izquierdo es el que empuja la sangre a través
de la arteria aorta, que a su vez se encarga de transportarla hacia todos los
órganos y tejidos del organismo. La resistencia de la arteria aorta está
elevada, por lo que el corazón debe hacer un mayor esfuerzo para
contrarrestarla.
— Insuficiencia cardíaca o fallo del corazón para impulsar toda la sangre que le
llega.
— Angina de pecho e infarto de miocardio. Ocurre con frecuencia debido a la
presencia de placas de ateroma que reducen el calibre de las arterias
coronarias, responsables de proporcionar sangre (y con ella oxígeno y
nutrientes) al propio corazón. La angina y el infarto se producirán cuando el
corazón no reciba suficiente oxígeno.
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24.5.4. Retinopatía hipertensiva
El aumento de la presión arterial puede producir un estrechamiento de los vasos de
la retina. También se pueden producir microaneurismas arteriolares (rotura de las arterias
más pequeñas) por oclusión y estrechamiento arterial. La hipertensión, además, favorece
el aumento de la presión en el interior del globo ocular, que puede inducir la aparición de
glaucoma.
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asado a la plancha y los alimentos fritos con una pequeña cantidad de aceite
vegetal (de oliva o girasol). Se pueden utilizar condimentos alternativos, como
sales preparadas de venta en farmacias bajas en sodio y ricas en potasio,
orégano o pimienta negra molida.
• Aumento del consumo de potasio. El potasio favorece la eliminación de sodio a
través de la orina y se ha demostrado su efecto protector sobre los accidentes
cerebrovasculares. Se puede incrementar la ingestión de potasio a través de
alimentos como frutas y verduras frescas.
• Reducción de peso. Las dietas deben ser bajas en calorías, pero equilibradas. Lo
mejor es una dieta variada, rica en frutas y verduras, sin abusar de las grasas
de origen animal como el tocino, la manteca o la mantequilla. Respecto a la
leche, se aconseja la desnatada o semidesnatada. Al disminuir las grasas de la
dieta se reducen los niveles de colesterol y triglicéridos que repercuten de una
forma importante en la hipertensión.
La persona mayor deberá someterse a un control periódico del peso por el
médico o la enfermera. Éstos le informarán de cuánto peso ha perdido o cuánto
debe perder en caso de que lo necesite.
• Ejercicio físico. Ha de iniciarse una vez que la presión arterial ha sido
controlada. El ejercicio será moderado y continuado, siendo recomendable la
vigilancia médica. Caminar de 30 a 60 minutos diarios es la práctica más
habitual y aconsejable, aunque se podrán realizar otros ejercicios físicos tales
como nadar, montar en bicicleta, etc., si ello es posible.
• Reducción del consumo de alcohol. Debe disminuirse la ingestión de alcohol y
bebidas estimulantes como el café y el té. Respecto al alcohol, no deben
superarse los 30 ml (equivalentes a un vaso de vino) al día. En caso de que se
tome, se recomienda que sea tinto, ya que éste contiene polifenoles, sustancias
que reducen el colesterol.
• Evitar el tabaco.
• Aumentar el consumo de líquidos. Al menos un litro y medio de agua al día
fuera de las comidas. Si no podemos conseguir que la persona mayor los beba,
se podrán utilizar las comidas por medio de sopas, los zumos, las infusiones no
estimulantes (evitar, por tanto, el té), etc.
264
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— Diuréticos. Con ellos se disminuye la cantidad de líquidos del organismo y, por
tanto, el trabajo del corazón. La ingestión de diuréticos ha de hacerse
preferiblemente por la mañana, ya que si se hace por la noche dificultará el
descanso al aumentar el número de veces que debe ir al baño.
— Beta-bloqueantes.
— Antagonistas del calcio.
— Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).
Recuerde…
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25
La diabetes
— La herencia genética.
— Obesidad y mala nutrición. Por mala nutrición no debe entenderse una
ingestión escasa de alimentos, sino una ingestión excesiva, poco variada o
limitada a alimentos ricos en hidratos de carbono (pan, pasta, repostería,
etc.).
— Poco ejercicio físico.
— Período de enfermedad violenta.
— Consumo de muchos fármacos.
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— Edad. La probabilidad de padecer diabetes es mayor cuanto mayor es la edad.
25.4.1. Dieta
La dieta es el pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes. El diabético puede
comer prácticamente de todo, pero, evidentemente, un exceso o una mala utilización de
los alimentos puede suponer una descompensación de su enfermedad.
Es imprescindible una buena distribución de las comidas. Éstas se repartirán en seis
tomas: desayuno, a media mañana, comida, merienda, cena y antes de acostarse. De esta
forma se pueden evitar complicaciones como la hipoglucemia (descensos de glucosa en
sangre).
Las grasas deben tomarse sólo en la cantidad necesaria. Hay que evitar engordar y
que aumenten los niveles de colesterol. Así, los embutidos, la mantequilla, la nata, etc.,
se tomarán en bajas cantidades. Los aceites más aconsejables son los de maíz, oliva y
girasol.
Los alimentos proteicos, tales como pescado, carne, clara de huevo, etc., se pueden
tomar de forma normal. Es preferible que se coma más veces pescado que carnes y,
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dentro de éstas últimas, son más aconsejables las de pollo (sin piel), ternera y conejo.
Lo más importante es llevar un control de los hidratos de carbono. Para ello es
necesario establecer las equivalencias por peso (cuadro 25.1).
CUADRO 25.1
Equivalencia por pesos entre alimentos que contienen hidratos de carbono.
ALIMENTOS GRAMOS
Pan 20
Harina, pastas, galletas, arroz, dátiles 13
Cereales 15
Almendras, avellanas, nueces cacahuetes 10
Castañas 22
Remolacha, zanahoria, cebolla 90
Berros, calabaza, coles, coliflor, espárragos, espinacas, judías verdes, alcachofas,
200
lechuga, pepino, pimiento, tomate
Guisantes, habas, patatas 50
Fresa, sandía, melón 50
Naranja, albaricoque, melocotón, membrillo 100
Peras, manzanas, ciruelas, higos, piña 75
Plátanos, uvas 50
Pasas 13
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menos hidratos de carbono que el resto pero pueden llevar edulcorantes artificiales
perjudiciales, como los indicados anteriormente.
En resumen, el diabético puede tomar cualquier tipo de alimento, a excepción de los
dulces o azucarados, pero siempre es aconsejable que lo tome en las cantidades y
proporciones adecuadas, para el mejor control de su enfermedad (cuadro 25.2).
CUADRO 25.2
Dieta para diabéticos, 1.500 calorías.
Debe realizarse 3-4 veces a la semana como mínimo, con una duración de 30-60
minutos cada vez, dependiendo del tipo de actividad. Lo más aconsejable es que se
realice todos los días.
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Con un ejercicio mantenido, regular y suave, se pueden obtener grandes beneficios,
entre los que podemos destacar:
25.4.4. Insulina
Este tratamiento empieza a utilizarse si los demás no han logrado una compensación
adecuada de la glucosa. La insulina no puede ser administrada por vía oral, sino que debe
ser inyectada. El propio diabético o un familiar pueden administrarla.
Existen distintos tipos de insulina dependiendo de su origen. También, dependiendo
del tiempo que tardan en hacer su efecto, serán rápidas o retardadas.
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La insulina, por regla general, se administra unos 15 minutos antes de las comidas,
en la dosis indicada por el médico, e inyectada bajo la piel.
La insulina debe conservarse en el frigorífico. Una vez abierta, sólo puede
conservarse durante diez días como máximo.
A) Técnica de inyección
Se puede administrar con una jeringa o por medio de bolígrafos con cartucho. Estos
últimos son mucho más cómodos para que se inyecte el propio diabético.
Deben seguirse las siguientes normas para la correcta administración:
B) Zona de inyección
Existen varias zonas en el cuerpo donde se puede administrar la insulina, en función
de la comodidad del propio diabético.
Es importante saber que no debe inyectarse en el mismo sitio varias veces seguidas,
sino que es conveniente ir rotando las zonas, que pueden ser:
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FIGURA 25.2. Zonas para la inyección de insulina.
C) Automedición
En general, es conveniente que los diabéticos lleven una vigilancia de su
enfermedad mediante la automedición de la cantidad glucosa en sangre o glucemia. Para
la realización de ésta se necesita un aparato que mide la glucosa por medio de tiras que se
deben impregnar con una gota de sangre obtenida del dedo.
Esta automedición es especialmente importante en diabéticos que necesitan
inyectarse insulina, pues con él pueden evitarse hipoglucemias.
Se realizará, generalmente, antes de las comidas principales, y con el intervalo de
tiempo que se considere oportuno. En la consulta de enfermería de su centro de salud, se
valorarán todas sus automediciones para llevar un mejor control de la dosis de insulina
necesaria.
25.5. Complicaciones
La diabetes puede desarrollar complicaciones a cualquier edad, pero en el caso de la
persona mayor son más frecuentes y puede acelerar las complicaciones propias del
envejecimiento.
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25.5.1. Complicaciones agudas
Son las que aparecen de forma brusca y a corto plazo.
A) Hipoglucemia
Se trata de una disminución de la glucosa en la sangre por debajo de los límites
normales (menos de 50 mg/dl).
Ésta es la complicación aguda más frecuente de la diabetes. La glucosa, como ya
sabemos, es la principal fuente de energía para las células del organismo y en especial
para el cerebro. Cuando disminuye la glucosa en la sangre, el cuerpo pone en marcha un
mecanismo de defensa para aumentar estos niveles. Esto se consigue movilizando el
azúcar almacenado en el organismo, a través de dos hormonas: el glucagón y la
adrenalina. Son estas últimas las que provocan una serie de síntomas que avisan que la
glucosa está baja. Dichos síntomas son:
— Temblores.
— Irritabilidad.
— Cambio de carácter.
— Agresividad.
— Palpitaciones.
— Sudoración fría.
— Palidez.
— Hambre.
— Dolor de cabeza.
— Visión doble o borrosa.
— Somnolencia.
— Mareos.
— Confusión.
— Cansancio.
— Lengua y boca acorchadas.
— Pérdida de conciencia.
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— Ingestión de alcohol o medicamentos que aumenten la acción de la insulina o
anti-diabéticos orales.
Es importantísimo que todo diabético lleve una placa consigo donde se especifique
que se tiene dicha enfermedad y lo que deben hacer con él en caso de que se le
encuentre en mal estado (cuadro 25.3).
CUADRO 25.3
¿Cómo se debe actuar ante una hipoglucemia?
C) Cetoacidosis diabética
Está desencadenada por una carencia total o parcial de insulina. Se caracteriza por
el aumento de glucosa y de cuerpos cetónicos en sangre. Los cuerpos cetónicos son
sustancias de desecho que se producen al tener que utilizar las células las grasas (en lugar
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de la glucosa) como fuente de energía para su funcionamiento. Su aparición suele
coincidir con diabetes mal tratadas o por un mal cumplimiento del tratamiento.
La persona comienza a tener signos y síntomas tales como: necesidad de orinar
frecuente y abundantemente, sed difícil de saciar, pérdida de apetito, náuseas y vómitos.
Posteriormente aparecen otras alteraciones: somnolencia, confusión, estupor o
embotamiento y, finalmente, coma.
En esta situación, es importantísimo acudir al hospital más cercano para administrar
líquidos e insulina.
D) Coma hiperosmolar
Se caracteriza por un aumento grave de las cantidades de glucosa en sangre, a lo
que se suma una deshidratación intensa.
Generalmente, se da en las personas mayores diabéticas y con su enfermedad mal
controlada, y suele manifestarse con: somnolencia, confusión y hasta pérdida de
conciencia.
En este caso hay que actuar de forma similar a la cetoacidosis.
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neuropatía, también puede mejorarse con un buen tratamiento de la diabetes.
Recuerde…
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controlar bien su enfermedad.
• Haga seis comidas distribuidas a lo largo del día. De esta forma se evitarán
descensos de glucosa en sangre.
• La actividad física es especialmente beneficiosa para la persona mayor
diabética.
• La hipoglucemia o disminución de la glucosa en sangre es una de las
complicaciones a corto plazo más importantes que deben evitarse.
• Si sale de viaje, lleve siempre consigo una fotocopia de los informes médicos.
Lleve una placa consigo donde se especifique que es diabético y lo que
deben hacer las personas que le encuentre en mal estado.
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26
Fractura de cadera
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FIGURA 26.1.
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FIGURA 26.2.
FIGURA 26.3.
Las fracturas desplazadas son aquellas que tienen fragmentos del hueso separados.
Al estar separados suele existir el riesgo de que corten o dañen vasos, nervios y tejidos de
alrededor.
Las fracturas no desplazadas, por ende, tenderán a ser menos peligrosas, ya que sus
fragmentos no estarán separados.
Suele denominarse a las fracturas en función de la región anatómica y de la parte de
ésta que se ve afectada. En el caso de la fractura de cadera (figura 26.4):
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FIGURA 26.4.
Así, a las fracturas o roturas del cuello de la región cervical del húmero se las
denominará:
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arquitectura, etc.
• Factores intrínsecos:
— Propias del envejecimiento fisiológico: alteraciones de la vista, oído,
disminución de la coordinación, etc.
— Por alteraciones patológicas y efectos farmacológicos: dolor en las
articulaciones, artritis, deformidad en los pies, existencia de lesiones en
piernas, asma, alteraciones patológicas de la marcha y del equilibrio y uso
de fármacos como las benzodiacepinas, diuréticos, hipotensores, etc.
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FIGURA 26.5. Posición del miembro afectado con fractura del cuello fémur derecho.
Ante una persona mayor que encontremos en el suelo o que sospechamos que se ha
caído será conveniente acudir a un centro sanitario para una valoración por profesionales,
para descartar las anteriores complicaciones.
Salvedades: no fiarse de que no refieran dolor, porque las personas mayores tienen
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un umbral elevado del dolor, pudiendo no emitir ningún signo ni síntoma a pesar de
existir fractura u otra lesión.
26.7. Tratamientos
26.7.1. Quirúrgicos
En primer lugar se comentará brevemente el significado de los conceptos:
reducción, osteosíntesis y artroplastia.
Reducción de la fractura: volver a unir los dos extremos del hueso roto, para que
esta unión se produzca y suelde correctamente; suelen unirse los extremos con placas, lo
que se denomina fijación mediante osteosíntesis. En ocasiones, la rotura afecta a la
cabeza del fémur, que puede quedar totalmente fragmentado, con lo que es necesario
sustituir esa cabeza por una prótesis o volver a reconstruir la cabeza, lo que se denomina
artroplastia (figura 26.6).
FIGURA 26.6.
26.7.2. Conservador
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En este caso no se realiza ningún tratamiento de quirófano, se suele dejar la fractura
tal como está, administrando analgésicos para disminuir el dolor, movilizaciones precoces
(véase más adelante) y otras medidas.
26.8. Cuidados
26.8.1. In situ
— Ver si está o no inconsciente, si responde a nuestras preguntas.
— Detectar signos de fractura de cadera.
— Atender a los puntos dolorosos, no sólo en las piernas y cadera, también en
otras localizaciones como las costillas, manos, brazos, etc.
— Determinar la hora en la que sucedió la caída y calcular el tiempo aproximado
que ha permanecido en el suelo y la posible causa.
— Cubrir con una manta para disminuir la hipotermia.
— No movilizar, ni levantar del suelo sin antes desechar la existencia de fractura.
Con una mala movilización podría empeorar la lesión.
— Dar ánimos y acompañar, no dejar solo, hablar constantemente con el
afectado.
— Ante la duda, avisar a los servicios sanitarios y preparar todo para el posible
traslasdo, documentación (tarjeta sanitaria) y registro en un papel de las
enfermedades diagnosticadas, tratamiento actual, fármacos usados, dosis,
frecuencia, etc., si existen alergias, antecedentes quirúrgicos, prótesis, etc.
26.8.2. Generales
Posterior a la intervención y/o a la incorporación al domicilio, los familiares y los
afectados tendrán que seguir una serie de cuidados generales que facilitarán la
recuperación y ayudarán a adaptarse a la persona mayor a su nuevo estado.
A) Medio ambiente
Deberemos tener cuidado de no dejar objetos en medio de la habitación, mantener
una buena iluminación, quitar alfombras o moquetas que puedan predisponer tropiezos o
caídas, zapatillas con suelas deslizantes, proporcionarle mesillas o muebles de noche
donde pueda depositar sus cosas cerca de la cama.
B) Herida quirúrgica
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— Seguir los consejos de la enfermera, respecto al mantenimiento de la incisión.
— Comprobar la aparición de fiebre o picos febriles anormales, sin causa
justificada.
— Lavarse las manos antes y después de manipular la zona de la incisión.
— Observar si existe enrojecimiento, hinchazón y un contacto caliente en la
herida, en cuyo caso consulte a la enfermera, porque se podría haber
infectado la herida.
— Mantener la zona limpia y seca y no cambiar el apósito hasta dos días después
de la intervención.
— En caso de que se prescriban antibióticos, controlar las pautas, las dosis a
intervalos correctos.
— Nunca cubrir la incisión con una gasa o compresa que haya caído al suelo, ya
que está contaminada.
D) Dolor
— Detectar su existencia, aparición, tiempo de duración, ante qué actividades o
situaciones se da, etc.
— Ayudar a la persona mayor a cambiar de posición o hacerla mas cómoda (si no
existen contraindicaciones).
— Uso de medidas alternativas de alivio como música, televisión, masajes,
respiraciones profundas y lentas, leer, etc.
— Administrar de forma rigurosa los analgésicos pautados, a su hora correcta y
de forma programada y no a petición de la persona mayor. Si se administra
de forma correcta y programada, evitaremos la aparición del dolor y
disminuiremos la ansiedad, en caso contrario obligamos al afectado a soportar
el dolor y es cuando se realiza la petición del analgésico.
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E) Descompensación de enfermedades crónicas ya existentes
La aparición de estrés físico como la fractura del cuello del fémur (de cadera)
puede desencadenar una descompensación de enfermedades crónicas como la diabetes,
enfermedades del corazón, respiratorias, etc., o desencadenar la aparición de otras
alteraciones como problemas en la defecación, en la nutrición, etc., con lo que será
necesario observar cuidadosamente y realizar visitas y valoraciones periódicas por parte
del equipo de su centro de salud para controlar y prever estas alteraciones.
Ante cualquier signo de empeoramiento o cambios bruscos, hay que ponerse en
contacto con los servicios sanitarios.
— El cuerpo estará boca arriba (en decúbito supino). En caso de fractura del
cuello del fémur, evítese la posición sentada, ya que aumenta la presión sobre
el cuello del fémur tratado. Mejor en decúbito supino. Siempre pedir
información acerca de la posición recomendada por el traumatólogo.
— La pierna del lado afectado estará ligeramente separada, esto disminuye la
presión sobre la prótesis y sobre los clavos de la osteosíntesis.
— Evitar que la pierna y el pie se giren hacia fuera (rotación externa), así
evitaremos que la prótesis se salga de la articulación.
— Se procurará que el peso del cuerpo se disponga sobre la cadera no afectada
(girando el cuerpo lateralmente hacia ese lado), así liberaremos la cadera
lesionada de la presión del cuerpo. En caso de movilizar por aparición de
úlceras por presión en la cadera no afectada por exceso de presión, se girará
lentamente hacia el lado afectado distribuyendo y disminuyendo la presión.
G) Movilidad y deambulación
La movilidad precoz es uno de los puntos mas importantes, ya que evitará
numerosas complicaciones derivadas de la inmovilidad.
La movilidad y la deambulación precoz se suelen instaurar desde el primer día de la
intervención, excepto en caso de cambios de prótesis.
Estos ejercicios se realizarán para facilitar la incorporación a la deambulación y para
impedir la deformidad de las articulaciones y mantener el tono de los músculos. Se
realizará de manera progresiva y continua por profesionales especializados. Constarán de
ejercicios pasivos y activos.
• Ejercicios pasivos. Serán aquellos ejercicios realizados por los profesionales; los
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músculos deben estar relajados y la persona mayor no debe oponer resistencia,
para la buena realización de los ejercicios.
Aunque sean pasivos, agotan y cansan, con lo que entre unos ejercicios y
otros se programarán períodos de descanso. La duración y frecuencia la
determinará el fisioterapeuta, así como el paso a ejercicios activos.
• Ejercicios activos. Aquellos realizados por la persona mayor sin ayuda. En un
primer momento se le supervisará y se le enseñara a realizarlos, para
posteriormente ir dejándola sola.
— Primer paso: movilización en cama (no olvidar la posición del cuerpo y los
cuidados).
Cambios de postura del cuerpo cada 2 horas. Por ejemplo, de
decúbito supino a decúbito lateral derecho, y de ahí a decúbito supino
otra vez y posteriormente a decúbito lateral izquierdo. Realización de
ejercicios pasivos en la cama a una altura adecuada y en un colchón
firme.
— Segundo paso: sentarse.
En fracturas de cuello femoral no debe sentarse a la persona, es
mejor dejarla en decúbito supino (mirando hacia el techo). La efectuarán
como mínimo dos personas, situándose una por detrás de la persona
mayor, sujetándola por las axilas, y la otra se encargará de mantener la
pierna en una posición correcta.
El traslado se realizará con la máxima suavidad y cuidado. El sillón
no debe ser demasiado bajo, para evitar una flexión excesiva de la cadera.
Debe cuidarse que la posición sea siempre la correcta, manteniéndola
erguida, con la cabeza alineada y los pies apoyados.
— Tercer paso: bipedestación (poner en pie).
En un primer momento se intentará que la persona mayor se levante
con la ayuda de un andador, que le servirá de apoyo y sujeción.
Presentará gran inestabilidad, que no debe ser motivo de abandono de
esta práctica; hay que alentarla y estimularla en todo momento. Una vez
que la persona mayor consigue mantenerla, se intentará iniciar la marcha.
— Cuarto paso: inicio de la marcha.
Se practicará diariamente, a paso lento y aumentando las distancias
poco a poco. Comenzar con un andador de ruedas, que será sustituido
por muletas en función del progreso de la persona mayor. El empleo de
estos soportes requerirá cierta destreza, por lo que es indispensable la
voluntariedad y la paciencia del afectado, que en un principio suele
sentirse incapaz y temeroso. Hay que apoyarlo en todo momento, con un
trato amable y optimista que le trasmita seguridad.
Los andadores y las muletas irán provistos en su base de tacos de
goma que aseguren una firme adherencia al suelo, para impedir
deslizamientos (serán reemplazados en caso de desgaste).
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El tamaño de las muletas será esencial para facilitar la adaptación a
éstas, así como el cuidado de las zonas de agarre.
Durante su uso, se recomienda el empleo de calzado adecuado, con
suela antideslizante, buena sujeción del pie y sin tacón.
Se le advertirá de las medidas de seguridad pertinentes, evitar
superficies húmedas, obstáculos, escaleras, etc.
Es recomendable la programación de paseos diarios, en un principio
realizados en el domicilio y posteriormente en la calle.
H) Secuelas psicológicas
Para evitarlas, será necesario la participación de todos los miembros del equipo,
familia, cuidadores y persona mayor. La incapacidad y el aislamiento que sienten suele
conducirlos a una depresión y generar inmovilidad, produciendo una dependencia
considerable. En ocasiones, la persona mayor se acomoda a esta situación, puesto que es
frecuente la inseguridad y el temor a que se produzca una nueva fractura, limitándoles en
sus tareas de la vida diaria.
La solución reside en la motivación continua desde todas partes y en todos los
ambientes, domicilio, centro de día, de rehabilitación, etc.
I) Circulación
La aparición de una piel pálida, fría, de color azulado es indicativa de afectación
vascular y es necesario avisar rápidamente a los profesionales sanitarios.
J) Trombosis
Uno de los riesgos más frecuentes en las personas mayores encamadas es la
aparición de trombos, (pelotitas) o restos de coágulos de sangre (en general) que ocluyen
u obstruyen un vaso.
La oclusión de ese vaso (ya sea arteria o vena) dará alteraciones más o menos
importantes y con consecuencias más o menos graves. De forma somera podríamos
afirmar que estos coágulos suelen formarse porque, al no movilizar el cuerpo, y sobre
todo, las piernas, la sangre se estanca en los vasos, perdiendo parte de su componente
líquido, volviéndose más espesa y viscosa, llegando a formar pequeñas masas o cuerpos
sólidos (trombos) de sangre.
Para evitar este riesgo los médicos suelen pautar anticoagulantes. Son fármacos que
impiden la coagulación, la formación de placas o pequeños cuerpos sólidos de sangre,
volviéndola mas líquida. Cabe destacar que la coagulación hace que se forme una capa
sólida de sangre en las heridas (coágulo) evitando la pérdida masiva de ésta. El uso de
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anticoagulantes inhibe este efecto favoreciendo la pérdida de sangre ante cualquier lesión
de la piel o sangrado.
Los anticoagulantes pueden administrarse a través de vía parenteral (inyecciones
fundamentalmente) y por vía oral (comprimidos).
No olvidar que las dosis de anticoagulante son individuales para cada persona y
pueden variar.
Las dosis se determinan con un análisis que mide el nivel de anticoagulación de la
sangre tras la administración del anticoagulante, midiendo sus efectos.
El efecto anticoagulante puede variar aumentándolo o disminuyéndolo por distintas
causas: vómitos, diarreas, enfermedades hepáticas, renales, infecciones, fiebre y por uso
de otros fármacos.
Debe pedirse consejo en su centro de salud sobre qué fármacos o situaciones
pueden modificar el efecto del anticoagulante en su situación concreta.
Los anticoagulantes tienen una acción retardada. Su efecto comienza a las 46 horas
y no es totalmente eficaz hasta los 5-7 días. Al suspenderlo, su efecto tarda varios días
en desaparecer.
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• Existencia de caídas previas al ingreso y durante el ingreso.
• De comportamientos o hábitos como orinar por la noche, dejar objetos o
zapatillas en medio de la habitación, uso de zapatos de tacón, etc.
• Mala iluminación de la habitación, falta de pasamanos en los servicios, etc.
• Aparición de marcha y formas de andar inestable, desequilibrio, mareos.
• No usa prótesis auditivas y ópticas a pesar de que las necesita.
• Existencia de episodios de desmayos o síncopes.
• Parálisis de algún miembro, total o parcialmente.
• Confusión, alteraciones de la memoria, desorientación espacio, tiempo y
persona.
• Incapacidad para comprender y obedecer indicaciones.
• Uso de fármacos cuyos efectos secundarios conlleven la pérdida de equilibrio.
Se muestran a continuación algunos de ellos, aunque será necesario pedir
información a los profesionales del centro de salud.
— Antieméticos.
— Diuréticos.
— Psicotrópicos (tranquilizantes y antidepresivos).
— Analgésicos narcóticos.
— Hipotensores (antiparkinsonianos, antihipertensivos, cardiotónicos).
Recuerde…
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27
Los medicamentos
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Es la más utilizada comúnmente.
A) Ventajas
— Bajo coste económico.
— Segura, porque no rompe la barrera de la piel.
— Ausencia de dolor en la administración.
— Sencilla de administrar.
B) Inconvenientes
No se puede administrar el medicamento si la persona presenta náuseas, vómitos,
diarrea, estreñimiento, dificultad al tragar e inconsciencia (no puede tragar el
medicamento de forma voluntaria).
C) Forma de administración
Existen distintos tipos de medicamentos (sólidos, líquidos, etc.) que se pueden
administrar por la vía oral. Los más comunes son:
• Comprimidos y cápsulas:
— Comprobar, al menos dos veces, que el medicamento coincide con la
prescripción del médico.
— Colocar los comprimidos o las cápsulas al final de la lengua.
— Tragar la medicación ayudándose con un trago de agua. Es importante que
al tragar se incline la cabeza hacia atrás porque facilita la administración.
• Jarabe:
— Agitar el jarabe antes de usarlo.
— Administrar la dosis correcta. Hay distintos métodos:
a) Vaso calibrado con una marca que indica la dosis correcta.
b) Cucharas cuya capacidad coincida con la dosis. En algunos envases
se incluyen con el jarabe.
c) En administración conjunta con otro fármaco, el jarabe será el último
en ingerirse.
d) Cuidado en personas diabéticas: algunos jarabes contienen azúcar.
• Sobres:
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— Introducir todo el contenido del sobre en un vaso.
— Llenar el vaso con agua y remover con una cuchara hasta que el fármaco
quede bien disuelto.
— Ingerir el contenido.
— En el caso de los antiácidos, no diluirlos en agua ya que se disminuye su
efecto.
• Preparados efervescentes: formas medicamentosas que se disuelven al entrar en
contacto con el agua.
— Lavado de manos.
— Llenar un vaso de agua hasta la mitad.
— Introducir la pastilla efervescente en el vaso.
— Esperar hasta su total disolución.
— Ingerir el vaso de agua.
• Antiinfecciosos.
— Amoxiciclina: administrar con un vaso de agua. Se puede ingerir tanto en
ayunas o con alimentos.
— Doxiciclina: ingerir con un vaso de agua y una hora antes de las comidas.
Si aparecieran molestias gastrointestinales, se haría coincidir con la
comidas. Evitar ingestión de leche desde una hora antes y hasta una hora
después.
— Ofloxacino: administrar con algo de líquido, debe ingerirse sin masticar,
tanto en ayunas como acompañado de alimento. Beber mucho líquido
durante el tratamiento.
• Antifúngicos (eficaces contra las infecciones por hongos).
— Ketoconazol: administrar inmediatamente después de una comida e ingerir
entero.
• AINE (grupo de medicamentos de muy diverso uso).
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— Ácido acetilsalicílico: alivia inflamación no reumática, dolor, fiebre y
mejora la circulación de la sangre. Administrar con un vaso de agua, en la
comida y evitar consumir alcohol durante el tratamiento.
— Paracetamol: indicados para el tratamiento de procesos que cursan con
dolor y/o fiebre. Administrar una hora antes o dos horas después de la
comida. Evitar consumir alcohol y dietas con gran cantidad de hidratos de
carbono. Deben ingerirse con un vaso de agua.
— Naproxeno sódico: tratamiento del dolor leve o moderado acompañado de
inflamación). En tratamiento agudo (corto período de tiempo), administrar
una hora antes o dos horas después de la comida. En tratamiento crónico
(de larga duración) administrar con la comida. Evitar consumo de alcohol
durante el tratamiento.
• Hipnóticos (facilitan el sueño).
— Diazepam y lorazepam: administrar con la comida y evitar el consumo de
alcohol durante el tratamiento.
• Antisicóticos: eficaces en el tratamiento de la psicosis.
— Haloperidol: las gotas del medicamento pueden ser añadidas a cualquier
líquido, siempre que el mismo no tenga una temperatura excesiva, debido
a que las altas temperaturas inactivan el fármaco.
• Cardiotónicos (aumentan la fuerza de contracción del corazón).
— Digoxina: administrar con un vaso de agua, siempre en las mismas
condiciones, preferiblemente después de las comidas. Conviene ingerir
zumos de frutas durante el tratamiento.
• Antihipertensivos.
— Captopril: administrar con un vaso de agua una hora antes o dos horas
después de la comida y evitar la ingestión de alcohol.
— Enalaprilato: también indicado en la insuficiencia cardíaca. Administrar con
un vaso de agua tanto en ayunas como con alimentos. Evitar el alcohol.
— Diltiazem: eficaces también en la angina de pecho. Administración con la
comida. Ingerir el comprimido en forma Retard, entero.
— Verapamilo: administrar media hora antes de la comida. Ingerir el
comprimido en forma Retard, entero, con las comidas.
— Nifedipino: también indicado en la angina de pecho.
a) Comprimidos y cápsulas: administrar con un poco de líquido sin
masticar, en las comidas o fuera de ellas.
b) Sublingual: romper la cápsula con los dientes y mantenerla debajo de
la lengua. El paciente ha de estar sentado, por los mareos que
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produce la caída brusca de tensión.
• Diuréticos (favorecen la eliminación de orina).
— Furosemida, hidroclorotiazida y clorhidrato de amilorida: administrar con
la comida, última dosis antes de las 6 de la tarde. Conviene ingerir zumos
de frutas durante el tratamiento.
— Espironolactona: ingerir junto con el alimento. Última dosis antes de las 6
de la tarde. Evitar la ingestión excesiva de zumos de frutas.
• Antiarrítmicos (controlan el normal funcionamiento del corazón).
— Amiodarona: administrar inmediatamente después de la comida.
• Antianginosos (eficaces contra al angina de pecho).
— Mononitrato de isosorbida: administrar con un vaso de agua una hora
antes o dos horas después de la comida.
— Nitroglicerina: disolver bajo la lengua cuando se precise (cuando aparezca
el dolor típico de la angina).
• Anticoagulantes orales.
— Acenocumarol: la dosis siempre se tomará de una vez y a la misma hora.
Administrar con la comida, generalmente con la cena. Evitar la ingestión
excesiva de verdura durante el tratamiento.
• Hipolipémicos (disminuyen la cantidad de grasas en la sangre).
— Lovastatina: administrar una dosis única, coincidiendo con la cena.
• Antiulcerosos.
— Antiácidos: deben administrarse entre una y tres horas después de las
comidas; cuando se precisen y al acostarse.
— Inhibidores de la secreción del estómago:
a) Ranitidina y famotidina: una sola dosis por la noche.
b) Omeprazol: administrar inmediatamente después de la comida.
• Protectores del estómago. Sucralfato: administrar una tableta cuatro veces al día,
con el estómago vacío, antes de las principales comidas y la cuarta dosis poco
antes de acostarse. La tableta debe tomarse disuelta en medio vaso de agua.
Es muy importante distanciar la administración de antiácidos por lo
menos dos horas de la toma de fármacos, ya que alteran la absorción
(aumentándola o disminuyéndola) de prácticamente todos los medicamentos.
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• Laxantes.
— Lactulosa: administración diluida en un vaso de agua, tanto en sobres
como en jarabe coincidiendo con el desayuno. La lactulosa, responsable
de la acción del fármaco, es un azúcar que no se absorbe, por tanto,
puede administrarse a diabéticos.
• Antidiabéticos.
— Glibenclamida: administrar media hora antes de la comida, evitar la
ingestión de alcohol.
• Antigotosos.
— Alopurinol: administrar con un vaso de agua tras la comida, e ingerir
abundante agua durante el tratamiento.
• Broncodilatadores. Mejoran la entrada de aire en los pulmones.
— Teofilina: administrar una hora antes o dos horas después de la comida
con un vaso de agua. Si aparecen problemas gastrointestinales, se hará
coincidir con la comida. Evitar leche, café, té y dieta hiperglucídica. El
comprimido en forma Retard debe ingerirse entero.
A) Ventajas
— Es la vía elegida cuando el medicamento tiene sabor u olor desagradable.
— Puede utilizarse en presencia de vómitos, y, además, es un método de
tratamiento eficaz para los mismos.
B) Inconvenientes
— Es una vía incómoda para el anciano.
— Puede estimular la defecación tras la administración, provocando la expulsión
del fármaco.
— Cuidado en personas con alteraciones cardíacas, ya que la administración por
ésta vía activa un estímulo nervioso que enlentece el ritmo del corazón.
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C) Forma de administración. Supositorios: es importante tener en cuenta
— Elegir la posición más cómoda para el anciano. Si necesita ayuda para la
administración, se le colocará tumbado de lado en la cama con las piernas
dobladas.
— Lavado de manos.
— Guantes: es aconsejable su uso siempre. De esta forma evitamos provocar
heridas con las uñas en el interior del ano y, a la vez es un método higiénico.
— Introducir el supositorio totalmente para asegurarse de que no sea expulsado.
— Mantener apretadas las nalgas excepto cuando el supositorio haya sido
prescrito para el estreñimiento, en cuyo caso la persona mayor hará de
vientre al notar la sensación.
B) Inconvenientes
— Si se traga el medicamento, no hará efecto.
— El medicamento debe permanecer debajo de la lengua hasta su total absorción.
Esto implica una mayor incomodidad para la persona mayor.
C) Forma de administración
Colocar la pastilla debajo de la lengua como se muestra en la figura 27.1.
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FIGURA 27.1. Administración sublingual.
B) Forma de administración
— Colocar la pastilla entre las encías y la mejilla (figura 27.2).
— Mantener la pastilla en la boca y evitar tragarla. Debe permanecer en ella hasta
su total absorción.
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27.3.5. Vía tópica
Administración de medicamentos sobre distintas superficies (ojos, nariz, oído y
piel), cuyo efecto, salvo en las excepciones citadas al final del capítulo, se produce
únicamente en la zona de aplicación.
A) Ventajas
— El efecto se produce en la zona administrada. Es local.
— Tiene pocos efectos secundarios.
B) Inconvenientes
— Los medicamentos pueden dar sensación de suciedad debido a que pueden
manchar la ropa.
— Si la piel presenta alguna lesión, el fármaco puede llegar a la sangre y producir
efectos generales.
— Dependiendo de la zona lesionada, la técnica de administración puede ser
dificultosa.
C) Forma de administración
Existen distintas formas de administrar medicamentos de acción tópica.
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FIGURA 27.3.
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conjuntival, siempre siguiendo la dirección desde la nariz a la oreja.
8. Retirar el dedo índice e indicar al anciano que mantenga el ojo
cerrado de uno a dos minutos para percibir la extensión del
medicamento y su absorción.
9. Limpiar con una gasa el exceso de medicamento.
• Vía ótica: administración de medicamentos que realizan su acción en el oído. La
forma de administración más empleada es a través de gotas (figura 27.4).
— Pasos a seguir:
1. Procurar una administración higiénica: lavado de manos.
2. Mantener el envase entre sus manos durante dos minutos ya que si se
administra a temperatura distinta de la corporal podrían producirse
vértigos (sensación de giro de las cosas a nuestro alrededor).
3. Tumbar al anciano en la cama, ponerle de lado dejando el oído
afectado al descubierto.
4. Tirar de la oreja hacia atrás y hacia arriba, para alinear el conducto del
oído.
5. Evitando tocar el oído con el cuentagotas, aplicar el número correcto
de gotas.
6. Sujetar el oído para asegurar que el medicamento se introduce por
completo en el canal auditivo.
7. Mantener la postura indicada anteriormente más de diez minutos.
8. Si hay que tratar los dos oídos, se mantendrá la postura descrita
durante 10 minutos, y a continuación se realizará el mismo
procedimiento en el otro oído.
9. Es importante no colocar un algodón ya que lo absorbería y
disminuiría su efecto.
FIGURA 27.4.
303
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— Otra técnica de administración consiste en humedecer un algodón con la
medicación prescrita y colocarlo en el oído.
• Vía tópica nasal: permite la administración de sustancia medicamentosa a través
de la nariz. La forma de administración más empleada son las gotas nasales.
Para una correcta administración, hay que tener en cuenta los siguientes
aspectos:
— Posición que se debe adoptar:
Si la persona presenta congestión nasal, debe sentarse con la cabeza
hacia atrás.
Si la persona no puede levantarse, se le administrarán las gotas
tumbada y con el cuello extendido, como se muestra en la figura 27.5.
— Extraer del envase el número de gotas prescritas por el médico,
procurando que el cuentagotas no entre en contacto con ninguna
superficie.
— Presionar con el dedo pulgar la punta de la nariz para abrir completamente
los orificios.
— Introducir el cuentagotas a 1 cm de la nariz evitando el contacto con la
misma.
— Administrar las gotas diciendo al anciano que respire por la boca para
evitar el estornudo.
— Decir a la persona mayor, cuando le hayamos administrado las gotas, que
mantenga la cabeza inclinada hacia atrás, aproximadamente 5 minutos.
FIGURA 27.5.
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— La zona de la piel donde se administre, por ejemplo:
Planta del pie: absorción baja (1%).
Escroto (bolsa que contiene los testículos y sus órganos accesorios):
absorción mucho mayor (42%).
— Estado de la piel: si se administra el medicamento sobre una herida, la
absorción aumentará considerablemente, pudiendo aparecer efectos
generales.
— Temperatura de la piel: si existe una temperatura alta en la persona
(estados febriles), la absorción se ve aumentada.
— Edad: en la vejez, la absorción a través de la piel es menor.
— La hidratación de la piel favorece una correcta absorción del
medicamento.
Los fármacos por vía tópica pueden presentarse como pomadas y cremas. Aunque
presentan una distinta composición química, su forma de administración es igual:
— Aplicar siempre la pomada sobre la piel limpia y seca.
— Abrir el tubo y colocar el tapón con su cara interna hacia arriba para evitar
cualquier contaminación.
— Abrir el paquete de gasas sin tocarlas.
— Lavarse las manos.
— Si la pomada ha sido previamente utilizada, desechar una pequeña cantidad del
contenido.
— Echar una fina capa de medicamento sobre la gasa y, a continuación, aplicar
sobre la zona indicada en la dirección del crecimiento del pelo.
— Si es necesario cubrir la zona de aplicación, se realizará con gasas limpias, sin
cubrir esta zona de una manera excesiva.
— Volver a colocar el tapón de la pomada o crema sin tocar su parte interior y
asegurarse de que está bien cerrado.
A) Ventajas
— El medicamento ejerce su acción de forma rápida.
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— Pocos efectos secundarios.
B) Inconvenientes
— Difícil técnica de administración.
— Náuseas a causa del sabor desagradable de la medicación.
— Es necesario la colaboración por parte del paciente.
— Pueden provocar tos, por irritación de las vías respiratorias.
— Origina gran dependencia en algunos pacientes.
— Infección bucal por hongos si no se realiza una correcta higiene.
C) Formas de administración
• Aerosol.
— Debe estar incorporado o semiincorporado para permitir la máxima
entrada de aire en los pulmones.
— Destapar el aerosol, ponerlo en posición vertical y agitar.
— Sujetar el aerosol entre los dedos índice y pulgar (índice arriba y pulgar en
la parte de abajo) (figura 27.6).
— Efectuar una espiración (sacar todo el aire de los pulmones, de forma lenta
y profunda).
— Colocar el aerosol en la boca y rodearlo con los labios de forma que el aire
no se escape.
— Inspirar (coger aire), lentamente por la boca. Es importante que la lengua
no interfiera la salida del medicamento.
— Iniciar la inspiración, presionar el aerosol (una sola vez) y continuar
inspirando hasta llenar los pulmones. Para una administración correcta es
indispensable pulsar el aerosol una vez iniciada la inspiración.
— Retirar el aerosol de la boca, apretar los labios y aguantar la inspiración
durante 10 segundos.
— Si tiene que aplicar más de una dosis, deberá esperar un mínimo de 30
segundos.
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FIGURA 27.6.
• Turbuhaler.
— Desenroscar y retirar la capucha blanca que cubre al inhalador (figura
27.7).
— Sostener el inhalador en posición vertical.
— Cargar la dosis girando la rosca giratoria (en la parte inferior del envase)
hacia la derecha (hasta el tope) y luego hacia la izquierda (posición inicial)
hasta oír el “click”.
— Colocar la boquilla (parte superior del inhalador) entre los dientes. Cerrar
los labios para, finalmente, aspirar profunda y lentamente.
— Volver a colocar la capucha blanca sobre el inhalador.
— Aunque se tenga la sensación de no haber inhalado el medicamento, si ha
seguido los pasos indicados, el fármaco alcanzará los pulmones.
— Limpiar regularmente la boquilla con un paño seco, nunca con agua.
— Cuando aparece una marca roja en la ventanilla transparente, todavía
quedan veinte dosis. Si llega a la parte inferior de la ventanilla es que el
inhalador está vacío.
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FIGURA 27.7.
A) Ventajas
— El efecto del medicamento por esta vía aparece más rápidamente que por vía
oral.
B) Inconvenientes
— Al lesionar la barrera protectora de la piel, es necesario una técnica más
higiénica.
— Coste más elevado que la oral.
— Sólo pueden administrarse por esta vía pequeñas cantidades de fármaco y de
forma lenta.
— Algunos medicamentos pueden irritar la zona de punción y, por tanto, producir
dolor.
— La administración de fármacos por esta vía puede producir cierta ansiedad en
las personas.
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C) Formas de administración
— Las zonas más utilizadas para la administración suele ser la zona externa de los
brazos, la zona anterior de los muslos y el abdomen.
— Las personas que se administran su propia medicación lo hacen según el tipo:
– Insulina: abdomen o parte anterior del muslo.
– Heparina: sólo en el abdomen.
D) Insulina
— Las zonas de inyección de insulina deben ir variando para disminuir el daño
que se pueda hacer en los tejidos (estructuras que están por debajo de la piel)
y para procurar una buena absorción del fármaco, se podrá seguir el siguiente
orden tal y como se muestra en la figura 27.8.
— Preparar el material:
a) Vial de insulina: debe conservarse siempre en el frigorífico.
b) Jeringas de insulina.
c) Gasas de algodón.
— La zona donde se pincha la insulina debe estar limpia e hidratada.
— Quitar el protector metálico y limpiar el tapón de goma con una gasa y un
antiséptico (alcohol 70%) para que no se contamine la aguja. Tirar la gasa
utilizada.
— Lavarse las manos.
— Retirar la tapa de la aguja.
— Coger la jeringa con la medicación prescrita y siempre con las unidades
exactas. Para ello, pinchar la aguja por el centro de la goma del vial (frasco
que contiene la insulina), evitando el roce de la aguja. Si hay que mezclar dos
clases de insulina, siempre se cogerá primero la regular y después la no
regular.
— Una vez cargada la dosis exacta, volver a tapar la aguja evitando su contacto.
Es importante extraer el aire que puede quedar en la jeringa empujando
suavemente el embolo.
— Limpiar la zona donde vamos a inyectar el fármaco con una gasa. Añadir al
algodón unas gotas de antiséptico (alcohol 70%, Betadine o Hibitane).
— Sujetar con una mano un pellizco de la piel, y con la otra introducimos la
aguja. El ángulo que hace la aguja con la piel puede ser de 45 o 90 grados.
— Cuando la aguja está dentro de la piel, llevamos la mano utilizada para la
inserción hacia el final de la jeringa y tiramos del émbolo suavemente.
— Si aparece sangre en la jeringa, retiramos la aguja y la desechamos volviendo a
repetir todos los pasos anteriores. Si no aparece sangre, se inyecta la insulina
309
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ejerciendo una leve presión sobre el émbolo lentamente.
— Después se retira la aguja de la piel rápidamente y con la gasa utilizada
anteriormente se comprime la zona de punción.
— Si sangra, aplicar una presión con la mano que sujete la gasa durante unos
minutos. Es poco frecuente esta situación después de una inyección de este
tipo.
FIGURA 27.8.
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grados). No es necesario aspirar, pero hay que empujar el émbolo hasta el
final. Mantener durante la inyección el pellizco sin soltarlo.
— Retirar la aguja rápidamente.
— No frotar la zona de inyección tras retirar la aguja porque puede producirse un
hematoma.
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Provocan diarrea, sueño, fatiga, dolor muscular y estreñimiento.
— Protectores del estómago: sucralfato. Pueden aparecer molestias en el
estómago, estreñimiento, náuseas, y diarrea.
• Anticoagulantes orales.
— Acenocumarol. Pueden aparecer hemorragias visibles u ocultas.
• Antidiabéticos.
— Glibenclamida, insulina. Producen disminución de los niveles de glucosa,
palpitaciones, sudor, ansiedad, cefalea, fatiga, falta de concentración.
• Antianginosos.
— Monohidrato de isosorbida, nitroglicerina. Pueden provocar dolor de
cabeza, hipotensión, debilidad, mareos, aumento del ritmo cardíaco,
náuseas, vómitos, rubor facial. Con los parches de nitroglicerina puede
aparecer erupción cutánea. A veces también disminuye el ritmo cardiáco.
• Antigotosos.
— Alopurinol. Sus efectos adversos moderados son: erupción, picor, náuseas
y vómitos, sueño, dolor de cabeza y sabor metálico en la boca. Sus
efectos tóxicos son erupciones eritematosas, fiebre y mal funcionamiento
tanto del hígado como del riñón.
• Laxantes.
— Lactulosa. Su efecto adverso más importante se produce por abuso del
propio medicamento, que puede conducir a un hábito y provocar una
obsesión en la persona mayor por evacuar diariamente. Puede provocar
también diarrea.
• Antibióticos.
— Amoxicilina. Las reacciones adversas más frecuentes son de tipo alérgico,
que pueden ser leves (enrojecimiento de la piel o picor) o más graves
(aparecen muy rápidamente y dificultan la respiración).
— Doxiciclina. Pueden provocar alergias, náuseas, vómitos, ardor de
estómago, diarrea, enrojecimiento de la piel por efecto de la luz y color
amarillento en los dientes.
— Ofloxacino, norfloxacino. La mayoría de las reacciones adversas son
leves, como pequeñas molestias de estómago, falta de apetito y náuseas.
También producen dolor de cabeza, sensación de pérdida de equilibrio y
reacciones de la piel.
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• Antifúngicos.
— Ketoconazol. Pueden aparecer molestias gastrointestinales, fiebre, fuerte
dolor de cabeza, mareos y picores.
• Antisicóticos.
— Haloperidol. Puede producir alteraciones en el sistema nervioso, sobre
todo, reacciones extrapiramidales (que incluyen síntomas tipo Parkinson)
durante los primeros días del tratamiento. También pueden darse
semejantes a la enfermedad casos de insomnio, ansiedad, somnolencia,
cefaleas y confusión.
Ante la aparición de una reacción adversa, provocada por cualquier tipo de
medicamento, se debe acudir inmediatamente al hospital de referencia para ser valorado
por el profesional médico que tomará las medidas oportunas.
Recuerde…
313
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28
Prótesis, sillas y andadores
28.2. Diseño
28.2.1. Camas: tipos y accesorios
La cama de una persona mayor es uno de los muebles al que más importancia hay
que dar. No será igual la cama de una persona totalmente válida de la de otra que
necesite constante atención y cuidados.
Como norma general, la cama de una persona mayor ha de permitir que ésta pueda
acceder y salir de ella de la forma más cómoda posible y que sus cuidadores puedan
realizar las tareas necesarias sobre el mayor o en la cama sin la necesidad de forzar
314
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posturas. La altura de la cama dependerá de si es de armazón fijo o móvil. La longitud y
anchura de la cama será la apropiada a la del mayor, aconsejando que no sea menor de
dos metros de largo y de noventa centímetros de ancho.
Es recomendable que haya en la cama un frontal rígido, tanto a la cabeza como a
los pies, que servirá a la persona mayor para moverse alrededor de la cama
proporcionándole un punto de apoyo y sujeción. El material será antideslizante, de una
anchura de unos cuatro o cinco centímetros para una buena sujeción y no deberá tener
salientes en pico.
Puede tener dos tipos de somieres: articulados y sin articular. Los somieres no
articulados que se recomiendan son los rígidos o semirrígidos como los de láminas de
madera, ya que conjuntados con un colchón apropiado darán a la persona mayor la
superficie de descanso adecuada. Los articulados se adaptan mejor al cuerpo del mayor
en los distintos momentos del descanso o tareas con él, aunque pueden provocar su
deslizamiento. El número aconsejado de módulos articulados es de cuatro: uno para el
tronco, de unos setenta centímetros, otro fijo central más corto, de unos veinticinco
centímetros; otro para los muslos de entre treinta y cinco y cuarenta centímetros y el
último para las piernas, de unos sesenta centímetros (figura 28.1).
315
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para realizar las distintas maniobras o tareas que sean necesarias. El precio
depende de la longitud de la barandilla.
— Elevadores. Es un instrumento que sirve para elevar el tronco de la persona
mayor en caso de no tener somier articulado. Consta de dos planos: uno
sobre el que se apoya el individuo con varias bandas de lona y otro para
regular la altura (figura 28.2).
— Colchones antiescaras: Son colchones inflables con agua o aire que distribuyen
mejor el apoyo del cuerpo y evitan la aparición de úlceras por presión. Hay
un modelo de colchón de aire en el cual, por medio de un motor, se realiza el
inflado y la distribución del aire por las distintas partes del mismo y con
distintas presiones de forma gradual.
— Empapadores. Existe un tipo de “sábanas” especiales, con una parte de
plástico impermeable y otra de material absorbente, que se colocan entre la
persona y la ropa normal de la cama para absorber líquidos en caso de
incontinencia. El tamaño adecuado es de sesenta centímetros de ancho por
noventa de largo.
— Ruedas. No son necesarias en todos los casos, pero si así fuera, todas las patas
de las camas deberían tener la posibilidad de poder acoplar ruedas. En este
caso sí que se haría necesario un sistema de frenado para evitar que la cama
se mueva al subir o bajar la persona mayo a ella.
316
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sentarse en ella con la espalda recta y quedar con la columna lumbar bien apoyada. La
banqueta de la silla será lo suficientemente ancha como para comprender toda la longitud
de los muslos, y con una altura de la banqueta al suelo como para permitir un buen
apoyo de los mismos.
Una persona mayor con cierta incapacidad que use una silla de tamaño correcto se
independizaran mucho más rápidamente que otra que confíe en la ayuda de otras
personas porque su silla no le resulte útil.
A) Tipos de sillas
— Sillas regulables. Son un tipo de sillas que se caracterizan por que se pueden
acomodar a distintas personas o a una misma persona en distintos momentos.
Tienen un respaldo largo, recto y cómodo, no demasiado duro ni demasiado
blando, que comprende toda la longitud de la espalda y la cabeza. Puede ser
abatible en distintas posiciones. El asiento tiene las características
anteriormente citadas. Los apoyabrazos serán algo más duros que el asiento y
las patas tendrán tacos de goma antideslizante y podrán ser regulables en
altura.
— Sillas de ruedas. Sirven principalmente para trasladar a las personas impedidas
de un lugar a otro. Las hay de distintas formas dependiendo de su utilidad
concreta. Como norma general, son un tipo de sillas de estructura metálica,
con el asiento y respaldo de tela plastificada, con cuatro ruedas: dos delante y
dos detrás, que en ocasiones son más grandes las posteriores. Como medida
de seguridad todas las sillas de ruedas deben tener un sistema de frenado al
menos en dos de sus cuatro ruedas. También han de tener acoplado un
cinturón de seguridad para que la persona mayor no se caiga, o por lo menos
han de tener posibilidad de que se pueda acoplar en caso de necesidad.
Tienen también, en la parte posterior del respaldo, una empuñadura a cada
lado que permite el empuje y control de la misma. En la parte anterior tiene
unas bandejas para apoyar los pies y que no arrastren al movimiento. Por lo
general, las sillas de ruedas se pueden plegar y recoger cuando no se usen. El
precio depende de las características de cada tipo de silla (figura 28.3).
Un primer tipo de sillas de ruedas a comentar es el que se utiliza para
trasladar a las personas largas distancias y se suelen usar en la calle,
hospitales, residencias, etc. Tienen las ruedas traseras más grandes que las
delanteras, con un diámetro suficiente como para que la parte superior de la
rueda llegue a la altura del asiento para que en caso de autoimpulso la
distancia a recorrer sea mayor.
Hay otro tipo de sillas de ruedas que se utilizan para desplazamientos
cortos o para subir y bajar escaleras. Tienen las ruedas pequeñas y son muy
livianas.
317
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Un último tipo de sillas de ruedas son las utilizadas para acomodar a la
persona mayor durante largo tiempo y que no necesitan de largos
desplazamientos. Son más robustas y pesadas. El taburete y el respaldo no
son de tela plastificada, sino de material acolchado. Tienen las ruedas de unos
veinticinco centímetros de diámetro, el asiento reclinable y la posibilidad de
servir de silla WC ya que algunos modelos llevan incorporado un orinal en el
asiento (figura 28.4).
318
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B) Accesorios para sillas
Los principales accesorios que suelen utilizarse son los cojines antiescaras y los
empapadores.
C) Taburetes higiénicos
Son un tipo de taburetes normales en apariencia, pero que tienen una tapa que al
levantarla aparece un orinal, donde la persona mayor puede realizar sus deposiciones
tanto sólidas como líquidas. Este orinal, una vez realizadas las necesidades de la persona
mayor,.se puede extraer y es de fácil limpieza. La parte externa del taburete puede ser de
distintos materiales, siendo el más común de plástico imitando cuero. La parte interna es
de plástico duro. El precio de este taburete suele rondar las veintiuna mil pesetas (figura
28.5).
319
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28.2.3. Bastones
Los bastones son un instrumento muy utilizado por las personas de edad avanzada
como apoyo para caminar. Se distinguen tres tipos principales (figura 28.6):
320
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Por lo general, el cuarto de aseo es uno de los lugares donde más problemas tendrá
para desenvolverse la persona con limitaciones, así como el cuidador que le va a atender.
No obstante, hoy en día existe una gran oferta de material que facilitará las tareas que en
el aseo se vayan a hacer.
A) Asideros
Son barras de plástico duro o de acero cromado que se fijan en la pared mediante
tornillos y cuya función es dar mayor seguridad ante un caso de emergencia, o
simplemente colocarlas como prevención.
A la hora de adquirir y colocar un asidero se ha de hacer de acuerdo a las
características y necesidades del mayor y del espacio físico que tengamos.
La forma y longitud puede ser variada; los hay rectos desde quince centímetros en
adelante y también con formas curvas o anguladas. El diámetro de la barra que suele
resultar más cómodo es de unos tres centímetros, y ésta ha de quedar separada de la
pared de cinco a siete centímetros. El precio depende de la longitud y de la forma y
oscila desde dos mil a diez mil pesetas cada unidad.
Es muy conveniente colocar asideros en la ducha por la gran cantidad de accidentes
que ocurren en la misma. Se han de colocar siempre en la posición, lugar y de la forma
que le sea más cómoda a la persona mayor. Como norma general, con uno horizontal y
otro vertical en paredes distintas suele ser suficiente pero, como ya se ha dicho, depende
de las necesidades de la persona. También es recomendable colocarlos en las bañeras
para ayudar a entrar y salir de ellas y para manejarse dentro de ellas (figura 28.7).
También hay asideros para el inodoro, que el usuario emplea para ayudarse a
sentarse o levantarse. Debería colocarse uno a cada lado del inodoro (figura 28.8).
321
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FIGURA 28.8. Asidero inodoro.
322
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nuestros mayores. Constan básicamente de dos barras curvadas que apoyan en los
bordes de la bañera y entre ellas hay una superficie que sirve para que la persona mayor
se siente. Esta superficie puede ser más o menos grande, antideslizante y siempre se ha
de adaptar a la comodidad del usuario. Puede tener o no respaldo y el precio aproximado
es de unas doce mil pesetas (figura 28.10).
D) Botellas y cuñas
Otro elemento importante para solventar las necesidades evacuatorias de nuestros
mayores, si tienen alguna limitación física o han de permanecer encamados o tienen
dificultades de movimiento, es el uso de botellas de orina y cuñas.
Las botellas que se utilizan en estos casos tienen unas particularidades físicas
características. Tienen dos bordes de apoyo: uno en la base y otro lateral. La boca es
más ancha; de aproximadamente cinco centímetros de diámetro y la capacidad es de un
litro. Son de plástico y de cristal, con un coste de entre trescientas a mil quinientas
pesetas (figura 28.11).
Las cuñas sirven para que el usuario haga sus defecaciones. Tienen forma
triangular. En la mitad de uno de los lados hay un asa para su manejo. El extremo de la
323
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cuña del lado contrario al asa está parcialmente cubierto para que al coger la cuña no se
caiga el contenido que tenga. El precio aproximado oscila entre novecientas y cinco mil
quinientas pesetas (figura 28.12).
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FIGURA 28.13. Andador.
325
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FIGURA 28.15. Cubiertos.
Recuerde…
• Para mejorar la calidad de vida de las personas mayores existe una gran
variedad de productos y accesorios.
• Son relativamente baratos y fáciles de adquirir.
• Sirven también para prevenir complicaciones y accidentes.
326
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29
Últimas atenciones
327
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A la hora de tratar a una persona mayor en la última parte de su ciclo vital, tenemos
que tener en cuenta una serie de aspectos o factores que aparecerán o influirán
directamente sobre él, y que serán comunes a todos ellos.
• Factores sociales. La persona mayor puede tener una pérdida de su papel activo.
Se a ello se le une las ideas preconcebidas existentes en la sociedad actual sobre
el envejecimiento y su utilidad, puede dar lugar al desarrollo en el individuo
sentimientos de no pertenencia de su entorno más inmediato.
• Factores psíquicos. En este caso la persona mayor se halla psicológicamente
ausente, como “pensativa”, no reacciona ante lo que le rodea.
• Factores físicos. Existirá una alteración de sus funciones vitales, en la
respiración, circulación, etc.
Estos tres factores no suelen darse a la vez en las personas mayores: primero
acontece el aspecto social, luego el psicológico y, por último el físico. Por ello es muy
importante el apoyo social y psíquico antes de llegar a la pérdida física en sí.
328
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dolor, una manera de evitarlo es informarse correctamente de los tratamientos con su
médico, así como asociaciones no gubernamentales (Asociación de Enfermos Contra el
Cáncer, etc.)
En ocasiones es imprescindible la ayuda espiritual para favorecer la comunicación y
conocer las necesidades y preocupaciones.
Estas personas suelen angustiarse más por la muerte de otros que por la suya
propia, y suele tener una sensación de agotamiento ante determinadas preguntas, visitas
inesperadas por la noche, etc.
Suelen aparecer en el individuo sentimientos de culpa, ira, miedo, vergüenza,
porque en el mundo de hoy se valora la salud física y mental mientras se desprecia la
incapacidad y la enfermedad, porque obliga al cuidador a estar pendiente de él y porque
pierde su auto-nomía al depender de alguien extraño. También pueden aparecer cuando
un individuo tiene un comportamiento de riesgo sobre el que hace caso omiso y cuando
dicho comportamiento desemboca en una enfermedad se siente culpable por no haberlo
evitado a tiempo.
29.6. El duelo
329
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Es muy característico, en estas situaciones, la existencia de un proceso denominado
duelo. Se podría considerar como el sentimiento que aparece ante la pérdida de un ser
querido. Este sentimiento aparece por la existencia de un “vínculo” con alguien o algo. Es
importante destacar que todo enfermo terminal prepara también su propio duelo, prepara
la pérdida de lo más íntimo y propio: su vida. Tenemos que ayudarle a esta preparación
compartiendo su soledad, no importunando, etc.
En ocasiones, la propia familia manifiesta el duelo antes del fallecimiento del ser
querido, pudiendo ser detectado por el propio enfermo y angustiándole mucho más. Los
familiares y amigos ya le considerarán muerto, aún cuando siga vivo, y tendrán
conductas especiales con él: despedidas efusivas, excesivas atenciones, etc.
El duelo no debe ser considerado como algo malo u horrible, al contrario, un
“buen” duelo ayudará a madurar y aceptar la muerte del familiar; mientras que un “mal”
duelo, su prolongación en el tiempo, la no aceptación de la muerte del familiar, las
depresiones continuas, etc., que en un principio serían normales, podrían llegar a
producir enfermedades mentales y físicas.
330
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personal, pudiendo incluso llegar a sufrir un estado de depresión.
Por tanto, este síndrome resulta negativo tanto para el cuidador como para la
persona mayor, la familia, y la sociedad en general.
El cuidador podrá seguir una serie de reglas sencillas que conseguirán disminuir el
efecto de este síndrome e incluso prevenirlo:
29.8. La comunicación
La comunicación es un proceso en el que se transmite a otra persona un mensaje.
El enfermo, a través de la comunicación, obtiene la información necesaria sobre su
enfermedad, necesita aprender a convivir con ella, para tomar decisiones sobre su vida;
de esta forma se le da el derecho a ser informado, a dar su consentimiento, a
proporcionarle confianza, seguridad e información que necesita para ser ayudado.
331
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individuo. Éstos se excusan con razones de protección, pero la auténtica razón es la
incapacidad de enfrentarse a la realidad de la muerte de su ser querido.
También a este tipo de pacientes se le suele engañar sobre las razones de su
institucionalización en residencias u hospitales. Esta actitud es contraproducente. Es
necesario ser honesto con estos individuos, ya que en sus últimos momentos lo piden, lo
necesitan y, sobre todo, facilita la comunicación entre ellos y los cuidadores.
La familia debe:
CUADRO 29.1
Objetivos de la comunicación
332
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que él dice, por ejemplo: “bien”, “estupendo”.
Cuando esté hablando, se pueden usar gestos que indiquen el interés por lo que él
está diciendo.
Debe existir una actitud de escucha: es la mejor forma de comunicarse, dejando que
el paciente nos transmita su información, esto dará confianza a la persona y se sentirá
aceptada.
Mediante la escucha se le da oportunidad de expresar sus dudas, ideas, miedos, etc.
Para ello debemos ofrecer buena actitud, disponibilidad y tiempo.
No debe interrumpirse, evitar dar respuesta antes de que termine de contar su
problema, tampoco dar soluciones antes de tiempo. Debe permitirse que llore si lo desea.
No transmitir información negativa ya que la persona se sentirá triste y deprimida,
ante todo hay que ser positivo, así la persona se siente mejor consigo misma; también es
importante, en el momento adecuado, emplear el humor, que puede hacer la
conversación más amena y, además, ayuda al enfermo a sobrellevar mejor su
enfermedad.
CUADRO 29.2
Síntomas más comunes en la persona mayor en fase terminal
• Dolor.
• Anorexia: falta del apetito.
• Sequedad de la boca/mal aliento/lesiones bucales.
• Disnea: sensación subjetiva de dificultad para respirar, obligando al individuo a
aumentar el número de respiraciones o disminuir su actividad.
• Estreñimiento: eliminación de heces duras y en menor frecuencia de lo habitual.
• Insomnio.
• Ulceras cutáneas: afectación o lesión de la piel con un daño de las estructuras internas
provocando una úlcera o herida.
• Confusión: estado mental caracterizado por una disminución del nivel de conciencia,
333
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disminución de la memoria y alteraciones en el sueño.
• Náuseas y vómitos.
• Caquexia (delgadez extrema) y pérdida de peso.
• Ansiedad, depresión, angustia y temor.
• Situación agónica: momento de alto impacto emocional, donde se detecta la
proximidad de la muerte.
29.9.1. Dolor
Es un síntoma que variará en cada individuo. Existe una serie de factores que lo
modificarán, como la ansiedad, depresión, disgustos, miedos, etc.
Será necesaria una valoración para detectarlo precozmente: su localización y
características, inicio y evolución, intensidad, factores influyentes (actividades, estado de
ánimo, etc.), efectos del tratamiento previo, investigar las causas, valorar interferencias
relacionadas con el estilo de vida, actividades diarias, sueño, actividad social, etc., valorar
el impacto emocional y el dolor posterior a la administración del tratamiento. Para todo
ello, es necesario partir de la creencia de que todo lo que nos dice la persona que padece
ese dolor es cierto.
El tratamiento del dolor será básicamente farmacológico y será prescrito por el
médico. La administración será en horas fijas y no a demanda del paciente (los cambios
realizados por la familia serán comunicados al profesional sanitario).
El tratamiento farmacológico, las medidas generales y el apoyo emocional consigue
controlar el 80% del dolor.
Tratamiento no farmacológico:
• Medidas generales:
— Masaje.
— Aplicación de frío o calor.
— Relajación.
— Posturas adecuadas, movilizaciones.
• Medidas ambientales: facilitar un ambiente en el que exista compañía y afecto y
donde la persona mayor sea objetivo principal. Se trata de importantes medidas
de distracción, como leer, oír música, etc.
No debe tenerse miedo al uso de la morfina, ya que:
— A dosis e intervalos adecuados no produce depresión respiratoria.
— La dependencia psíquica es el deseo constante por conseguirla. Este efecto no
se observa en las personas con grandes dolores.
— La dependencia física no aparece si la retirada del fármaco se efectúa poco a
334
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poco o gradualmente.
— La tolerancia (necesidad de aumentar la dosis) no es por la morfina en sí, sino
por la progresión de la enfermedad.
— La morfina por vía oral es eficaz, simplemente hay que aumentar la dosis
porque su absorción es peor.
— Es falso que cuando a una persona en fase terminal se le administra morfina
quiere decir que se está muriendo. Esta opinión generalizada se debe a la
tendencia a prescribir morfina en los últimos momentos.
— Es falso que exista un efecto techo o un límite de dosis. Se puede aumentar la
dosis cuanto sea necesario.
Los efectos secundarios de la morfina más frecuentes: boca seca, falta de apetito,
estreñimiento, vómitos, somnolencia y confusión.
CUADRO 29.3
Actuación ante la falta del apetito
• Proporcionar una dieta amplia, flexible, según los gustos del enfermo, buscando
alimentos apetecibles para éste.
• Evitar las dietas restrictivas.
• Presentar alimentos en poca cantidad y con buena presencia.
• No imponer horarios fijos e inamovibles.
• No forzar la ingestión de la comida.
• No olvidar los cuidados de la boca.
335
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Suele aparecer: dificultad para hablar y tragar, sensación de ardor, dolor, alteración
del gusto, etc. Frente a estos signos y síntomas, la actuación a seguir será:
C) Lesiones orales
Se intentará evitar la infección mediante enjuagues con clorhexidina. Hacer una
revisión de la boca diariamente.
29.9.4. Disnea
Se valorará si existen síntomas de hiperventilación (realización de más de treinta
respiraciones por minuto), aumento del pulso, sudor, sensación de ahogo, si se mueve
mucho "en busca" de aire.
CUADRO 29.4
Actuación ante una situación de disnea
29.9.5. Estreñimiento
Valorar la cantidad, el aspecto y el número de deposiciones al día. Es importante
336
ERRNVPHGLFRVRUJ
que la familia realice un control escrito sobre el número, contenido y aspecto de las
deposiciones para que el profesional sanitario pueda valorarlo.
Las heces suelen ser duras y secas, menos de tres veces por semana (este dato
variará en función de cada individuo). Suelen ir acompañadas de dolor de cabeza, dolor
abdominal, dolor en la defecación y falta de apetito.
Suele estar producido por: deshidratación, desnutrición, falta de movilidad, falta de
intimidad, debilidad, ansiedad, etc.
La actuación ante este problema será:
29.9.6. Insomnio
Se suele manifestar con una disminución del tiempo del sueño, aumento de los
despertares nocturnos, dificultad en mantenerse despierto en todo el día, irritabilidad, mal
humor.
Suele estar producido por: dificultad para respirar, dolor, diarrea, calambres,
angustia, miedo a morir durmiendo, traslado a un hospital, etc.
CUADRO 29.5
Actuación frente al insomnio
337
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29.9.7. Úlceras cutáneas
Véase el capítulo correspondiente.
29.9.8. Confusión
Véase el capítulo correspondiente.
— Proporcionar apoyo moral, ya que la disminución del peso daña la imagen del
paciente.
— Facilitar alimentos que le gusten.
— Facilitar bienestar y confort.
— Los familiares y amigos deberán evitar comentarios comparativos como: “ya
no es el que era”, “mira como estaba antes”, etc.
338
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— Proporcionar los cuidados de la boca para mantener una buena hidratación y
que la persona pueda hablar si lo desea.
— Mantener la comunicación tanto verbal como no verbal.
Recuerde…
339
ERRNVPHGLFRVRUJ
30
Recursos asistenciales
30.1. Introducción
En este capítulo se intentará explicar brevemente los distintos tipos de recursos con
los que pueden contar nuestros mayores, además de facilitar las direcciones donde
pueden acudir para recibir más información.
Es una obligación de los poderes públicos garantizar una buena calidad de vida en
este período de la vida, así lo recoge el art. 50 de la Constitución Española:
340
ERRNVPHGLFRVRUJ
prestar asistencia o, en su caso, el auxilio que las circunstancias requieran a una
persona de edad avanzada o discapacitada que se encuentre desvalida y depende de
sus cuidados (Art. 619).
El que dejare de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria
potestad, tutela guarda o acogimiento familiar o de prestar la asistencia necesaria
legalmente establecida para el sustento de sus descendientes, ascendientes o
cónyuge, que se hallen necesitados, será castigado con la pena de arresto de ocho a
veinte fines de semana (Art. 226.1).
El Juez o Tribunal podrá imponer, motivadamente, al reo la pena de inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de patria potestad, tutela, guarda o acogimiento
familiar por tiempo de cuatro a diez años (Art. 226.2).
El abandono de… un incapaz por parte de la persona encargada de su guarda, será
castigado con la pena de prisión de uno a diez años (Art. 229.1).
Se impondrá la pena de prisión de dos a cuatro años cuando por las circunstancias
del abandono se haya puesto en concreto peligro la vida, salud, integridad física o
libertad sexual… del incapaz, sin perjuicio de castigar el hecho como corresponda si
constituyera otro delito más grave (Art. 229.3).
— Ser pensionista del Sistema de Seguridad Social por los conceptos de jubilación
y de invalidez, en todo caso, y por el concepto de viudedad o de otras
pensiones, únicamente cuando el beneficiario haya cumplido los sesenta años
341
ERRNVPHGLFRVRUJ
de edad.
— El solicitante podrá, además, ir acompañado de su cónyuge o de la persona
con quien conviva en relación de pareja, para la que no se exige la obligación
de percibir pensión de la Seguridad Social.
— Que no tengan trastornos mentales graves ni enfermedades infecto-
contagiosas.
— Que puedan valerse por sí mismos.
— Que se realice en los plazos establecidos.
Debido a la gran demanda y a los plazos limitados de estos balnearios, se valorará:
— El grado de necesidad de recibir los tratamientos termales solicitados.
— Situación económica.
— Edad.
342
ERRNVPHGLFRVRUJ
— Los desplazamientos de ida y vuelta.
— La estancia en régimen completo.
— Realización de diversas actividades de ocio y tiempo libre.
— Atención sanitaria adecuada (los hoteles disponen de servicio médico).
La información precisa sobre este programa se puede obtener en las Unidades de
Información del IMSERSO y en los organismos designados por las Comunidades
Autónomas que han asumido la gestión de las competencias del IMSERSO. Además, la
reserva de plazas se puede efectuar a través de las agencias de viaje que comercialicen
este programa.
30.3.2. Tele-alarma
Consiste en la instalación de un dispositivo telefónico al que la persona mayor
pueda acceder en cualquier situación de enfermedad con una cobertura las 24 horas
diarias.
Para obtener esta ayuda se valorará:
343
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30.3.3. Hogares y clubes
Son centros en los que se promueve la convivencia de los mayores de un barrio o
de una población determinada. Para ello es necesario hacerse un carnet de socio. Es un
servicio gratuito. En algunos de ellos, se organizan actividades de ocio y tiempo libre.
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— Vacaciones de la persona encargada del anciano.
30.3.7. Residencias
Son centros que ofrecen atención integral y vivienda permanente a personas
mayores de 60 años que por su problemática social, familiar y/o económica no pueden
ser atendida en sus propios domicilios, necesitando de estos servicios.
Existen tres tipos:
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En los teatros nacionales dependientes del Ministerio de Cultura, se descuenta un
50% del precio de la entrada, un día por semana.
30.4.3. Iberia
Tarifa mini para personas mayores de 65 años, con un descuento de hasta un 40%
del precio del billete de ida y vuelta. También ofrece el programa “Broche de Oro” con
un descuento del 25% o el 20% según sea el vuelo diurno o nocturno. Para mayor
información deberán dirigirse a las oficinas de Iberia, teléfono 91-329-57-67.
30.4.4. Transmediterránea
Un 20% de descuento a mayores de 60 años o jubilados excepto en los
desplazamientos en embarcaciones ligeras a Tánger y Algeciras. Información en el
teléfono 91-322-91-00.
30.4.5. Telefónica
Ofrece la “Cuota de abono particular reducida”, afecta al coste de la instalación del
teléfono y el alquiler mensual del mismo. En los requisitos se establece ser mayor de 64
años o pensionista por invalidez total y no superar un determinado nivel de renta anual.
Para más información, llame al teléfono 003.
30.4.6. RENFE
La Tarjeta Dorada puede ser utilizada por cualquier persona a partir de los 60 años
de edad y pensionistas. Tiene validez de un año y puede utilizarse para viajes por el
territorio español. Se puede conseguir en cualquier punto de venta de billetes de RENFE.
Tarjeta Rail-Europea Senior (RES): es competencia de la Tarjeta Dorada de RENFE, se
adquiere de la misma forma y permite viajar por los ferrocarriles del Continente Europeo.
346
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Unión Europea.
Recuerde…
347
ERRNVPHGLFRVRUJ
Índice
Portada 2
Créditos 4
Índice 8
Introducción 17
1. El Proceso De Envejecimiento 19
1.1. ¿Qué es envejecer? 19
1.2. ¿Quién es la persona mayor? 20
1.3. Envejecimiento de la población 21
1.4. Cambios ligados al proceso de envejecimiento 21
1.5. Hábitos comportamentales relacionados con la salud en las personas
26
mayores
2. Nutrición e Hidratación 30
2.1. Introducción 30
2.2. Factores fisiológicos 30
2.3. Factores patológicos 31
2.4. Factores socioeconómicos y psicológicos 32
2.5. Necesidades nutricionales 32
2.6. Necesidades calóricas 32
2.7. Necesidad de principios inmediatos 33
2.8. Alcohol y otras bebidas 34
2.9. Errores en la alimentación del anciano 34
2.10. Recomendaciones 34
2.11. Recomendaciones para las alteraciones más frecuentes del proceso de
35
envejecimiento
2.12. Hidratación 36
2.13. Consejos de higiene alimentaria 37
3. Higiene Personal 39
3.1. Introducción 39
3.2. Ducha, baño y baño en cama 39
3.3. Afeitado 44
3.4. Depilación 44
3.5. Higiene bucal 45
348
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3.6. Cuidado de las manos, uñas y pies 46
3.7. Ojos 46
3.8. Oídos 47
4. El Vestido En La Persona Mayor 48
4.1. Introducción 48
4.2. Material del que está confeccionado la ropa 48
4.3. Dificultad para vestirse 49
4.4. Personas mayores encamadas 52
5. Descanso 54
5.1. ¿Qué función tiene el descanso en la persona mayor? 54
5.2. ¿Qué características tiene el sueño en la persona mayor? 54
5.3. ¿Qué se puede hacer para dormir mejor? 55
5.4. ¿Cuándo acudir al médico? 58
6. Prevencion De Accidentes Domésticos 59
6.1. Introducción 59
6.2. Prevención en la cocina 59
6.3. Prevención en el cuarto de baño 61
6.4. Prevención en el pasillo 61
6.5. Prevención en las habitaciones (dormitorios, cuarto de estar, etc.) 62
7. Alteracion De La Temperatura Corporal En Las Personas
64
Mayores
7.1. Introducción 64
7.2. Aspectos a considerar en las personas mayores 65
7.3. Fiebre 66
7.4. Hipertermia 68
7.5. Golpe de calor 68
7.6. Hipotermia 69
8. Incontinencia Urinaria 71
8.1. Introducción 71
8.2. Definición y tipos 71
8.3. Factores predisponentes 72
8.4. Esquema de actuación 73
8.5. Cuidados 73
8.6. Complicaciones 75
349
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8.7. Dispositivos de recogida de orina 76
8.8. Protectores (pañales) 77
8.9. Signos y síntomas de alarma 77
8.10. Incontinencia fecal 78
9. Cuidados Del Sondaje Vesical Y Los Colectores Urinarios 81
9.1. ¿Qué alteraciones sufre la persona mayor en la eliminación urinaria? 81
9.2. ¿Qué es un sondaje vesical y un colector urinario? 81
9.3. Tipos de sondas y colectores 82
9.4. Cuidados generales 85
9.5. Procedimientos especiales: irrigaciones urinarias 87
9.6. Detección de complicaciones y medidas preventivas 88
10. EstreÑimiento 91
10.1. ¿Qué es el estreñimiento? 91
10.2. ¿Por qué se produce? 91
10.3. ¿Cómo se identifica? 92
10.4. ¿Qué se puede hacer? 92
10.5. Administración de medicamentos 95
10.6. Masajes 97
11. Alteraciones De La Marcha Y El Equilibrio 101
11.1. Introducción 101
11.2. Factores que influyen en la marcha y el equilibrio 101
11.3. Importancia de la marcha y el equilibrio en la persona mayor 102
11.4. Características de la marcha de la persona mayor 103
11.5. ¿Qué produce los trastornos de la marcha y el equilibrio en los mayores? 104
11.6. Valoración de los trastornos de la marcha y del equilibrio 106
11.7. Técnicas de ayuda 107
11.8. Aparatos de ayuda 109
11.9. Prevención 113
11.10. Consideraciones finales 113
12. La Osteoporosis 115
12.1. ¿Qué es la osteoporosis? 115
12.2. Manifestaciones 116
12.3. Fractura de cadera 117
12.4. Fracturas vertebrales 117
12.5. Fractura de antebrazo 117
350
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12.6. Prevención y tratamiento 118
12.7. ¿Cómo comenzar el ejercicio físico? 121
12.8. Recomendaciones 122
13. Problemas De La Vision 124
13.1. Envejecimiento de la vista 124
13.2. Cómo detectar la aparición de alteraciones visuales 125
13.3. Consejos generales 126
13.4. Cuidados de las gafas 128
13.5. Alteraciones más frecuentes en la edad avanzada 129
14. Alteraciones Del Oido 136
14.1. Introducción 136
14.2. Cómo se detecta la pérdida auditiva 136
14.3. Alteraciones más frecuentes que producen sordera en la persona mayor 137
14.4. Rehabilitación auditiva 140
14.5. Asesoramiento y orientación a la familia 147
15. Cuidados De La Boca Y Los Dientes 149
15.1. ¿Qué problemas bucodentarios tiene la persona mayor? 149
15.2. Cuidados y prótesis dentales 151
16. Cuidados De Los Pies 156
16.1. Introducción 156
16.2. Dolencias más frecuentes 156
16.3. Calzado del anciano 160
16.4. Uso de los zapatos 162
16.5. Rehabilitación 163
16.6. Higiene diaria de los pies 165
16.7. Cuidados generales del pie 166
16.8. Masajes en los pies 167
16.9. El cuidado de las uñas 171
16.10. La visita al podólogo 171
17. Cuidados De Los Estomas 173
17.1. ¿Qué es un estoma? 173
17.2. ¿Qué tipos de estomas existen? 173
17.3. Material utilizado en los estomas 174
17.4. Cuidados generales del estoma 175
351
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17.5. ¿Qué complicaciones pueden presentar los estomas? 176
17.6. Aspectos psicológicos de la persona mayor ostomizado 178
17.7. Normas generales a seguir por una persona mayor ostomizada 179
17.8. Control del estoma 181
18. Problemas De La Movilidad 183
18.1. Introducción 183
18.2. ¿Porqué hay que movilizar a la persona mayor? 184
18.3. Darle la vuelta: posición boca abajo 189
18.4. Darle la vuelta: posición boca arriba 191
18.5. Levantarle: desde tumbado a sentado 193
18.6. Levantarle: desde una silla 195
18.7. Bajadas 197
18.8. Posición lateral: colocación de una “cuña” 206
19. Úlceras Por Presion 209
19.1. Introducción 209
19.2. Concepto de úlcera por presión 209
19.3. Clasificación de las úlceras por presión 210
19.4. Factores de riesgo 210
19.5. Localización de las úlceras por presión 211
19.6. Identificación de las úlceras por presión 213
19.7. Prevención de las úlceras por presión 214
19.8. Cuidado de las úlceras por presión 219
20. Problemas De La Circulacion Periférica 221
20.1. ¿Cómo cambia la circulación periférica en las personas mayores? 221
20.2. Isquemia arterial 222
20.3. Trombosis venosa 225
20.4. Varices 230
20.5. Úlceras venosas 231
20.6. Recomendaciones generales 232
21. La Confusion 234
21.1. ¿En que consiste la confusión? 234
21.2. ¿Qué puede producir confusión? 235
21.3. ¿Qué consecuencias puede tener? 236
21.4. Detección del síndrome confusional 236
21.5. Cuidados de una persona mayor con confusión 237
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22. La Demencia 239
22.1. ¿Qué se entiende por demencia? 239
22.2. Número de personas afectadas 240
22.3. Tipos de demencia 240
22.4. Fases de la demencia 242
22.5. Cuidados generales domiciliarios del paciente demenciado 242
22.6. Problemas asociados a las demencia y sus cuidados 243
22.7. Asociaciones de apoyo 246
23. Enfermedades Respiratorias 249
23.1. ¿Qué alteraciones respiratorias sufren las personas mayores? 249
23.2. Cuidados y medidas generales en ancianos con enfermedades respiratorias 249
23.3. Administración de oxígeno 251
23.4. Aerosolterapia 253
23.5. Neumonía 254
23.6. Enfermedades Obstructivas 255
23.7. Prevención de los problemas respiratorios 255
23.8. Espirómetro 256
24. Hipertension Arterial 258
24.1. Introducción 258
24.2. Tipos de hipertensión 258
24.3. Factores de riesgo 259
24.4. Determinación correcta de la presión arterial 259
24.5. Complicaciones de la hipertensión 261
24.6. Tratamiento de la hipertensión arterial 263
25. La Diabetes 266
25.1. ¿Qué es la diabetes? 266
25.2. Causas de la diabetes 266
25.3. Signos y síntomas de la diabetes 267
25.4. Tratamiento de la diabetes 267
25.5. Complicaciones 272
25.6. Consejos para la persona mayor diabética 276
26. Fractura De Cadera 278
26.1. ¿Por qué es importante la fractura de cadera? 278
26.2. Recuerdos anatómicos 278
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26.3. ¿Qué es una fractura? 279
26.4. Mecanismos de producción de la fractura de cuello de fémur 281
26.5. Signos y síntomas 282
26.6. ¿Por qué es importante detectarlo precozmente? 283
26.7. Tratamientos 284
26.8. Cuidados 285
27. Medicamentos 293
27.1. ¿Qué es un medicamento? 293
27.2. Reglas generales en la administración de medicamentos 293
27.3. Principales vías de administración de medicamentos 293
27.4. Reacciones adversas de los medicamentos descritos 311
28. Protesis, Sillas Y Andadores 314
28.1. ¿Qué utilidad tiene los medios técnicos? 314
28.2. Diseño 314
29. Últimas Atenciones 327
29.1. ¿Qué supone llegar al final de la vida? 327
29.2. Factores a tener en cuenta 327
29.3. Actitudes ante la muerte en la sociedad de hoy 328
29.4. La última etapa de la vida 328
29.5. Familia y cuidadores 329
29.6. El duelo 329
29.7. Agotamiento de los cuidadores o decaimiento 330
29.8. La comunicación 331
29.9. Cuidados paliativos 333
30. Recursos Asistenciales 340
30.1. Introducción 340
30.2. Recursos gestionados por el IMSERSO 341
30.3. Recursos gestionados por las CC AA y Ayuntamientos 343
30.4. Otros recursos 345
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