Intercambiador de Calor
Intercambiador de Calor
Intercambiador de Calor
Intercambiadores de contacto indirecto. Son aquellos en los que los fluidos no entran en
contacto directo, no se mezclan, sino que están separados por un tabique sólido, un espacio o
incluso un tiempo. El calor se transmite por convección y conducción a través de la pared
separadora. Estos, a su vez, pueden clasificarse:
El fluido primario suele ser aceite térmico que proviene de una caldera. El fluido
secundario es diverso, pudiendo encontrarse tanto en estado líquido como gaseoso.
Habitualmente el sistema utilizado es el de tubo en U y carcasa. La disposición de los
fluidos primario y secundario por los tubos o la carcasa, y viceversa, dependerán de
cada caso.
Para los procesos sometidos a eventuales ensuciamientos en los tubos y en los que se
requiere una limpieza periódica, contamos con la ejecución a doble cabezal. En esta el
haz tubular interior puede ser fácilmente aislado de forma completa, tanto por la parte
frontal como dorsal, para conseguir una limpieza total, química y mecánica del interior
de los tubos
PARTES DE UN INTERCAMBIADOR DE
CALOR
¿CÓMO SE DISEÑA UN
INTERCAMBIADOR DE CALOR?
El primer paso es delimitar el problema tanto como sea posible inicialmente, esto es,
definir para las corrientes: caudales, presiones, temperaturas, propiedades físicas,
ensuciamiento, pérdidas de presión admisibles, etc. Luego se procede a seleccionar
valores tentativos para los parámetros más importantes de diseño, tales como longitud
y diámetro de los tubos (teniendo en cuenta las pérdidas de presión y las vibraciones
que se producirán), el arreglo del banco de tubos, el espaciamiento entre deflectores,
la cantidad de pasos y cantidad de carcasas en serie. Con estas dimensiones, se tiene el
valor de un área inicial supuesta.
Con estos valores se efectúa la evaluación térmica del intercambiador, dando como
resultado un valor del coeficiente global de transferencia de calor. Este puede
obtenerse mediante la combinación de correlaciones que dependen de los parámetros
seleccionados. Con este valor, se procede a calcular un nuevo valor de área requerida.
El procedimiento es más preciso en la medida que lo es el cálculo del coeficiente global
de transferencia de calor. Este es un valor que depende del coeficiente de
transferencia de calor por convección en el interior y exterior de los tubos, que a su
vez de las propiedades de los fluidos. Si bien la definición de dichos coeficientes en el
lado de los tubos es bastante precisa con las correlaciones actuales, no lo es tanto para
el lado de la carcasa.
En general, puede enumerarse una serie de pasos, como sigue:
Método de Bell-Delaware
El método Bell-Delaware propone calcular el coeficiente de transferencia de calor del
lado carcasa utilizando las correlaciones obtenidas para flujo en un banco de tubos
considerando que todo el caudal que circula por la carcasa atraviesa el banco de tubos.
Posteriormente este coeficiente ideal de flujo cruzado se corrige por una serie de
factores para tener en cuenta las fugas que se producen.
La pérdida de carga en el lado carcasa se calcula como suma de las pérdidas de carga
para flujo cruzado ideal y de la pérdida de carga en la zona de la ventana. Los errores
de este método pueden ser del 40 % en pérdida de carga y normalmente predicen
pérdidas de carga mayores a las reales. El error en el coeficiente de transferencia de
calor es alrededor del 25%. La diferencia con respecto al método analítico propuesto
por Tinker reside en que no establece interacción entre los efectos de las corrientes de
fuga.
Con el desarrollo y la extensión de las computadoras se desarrollaron los primeros
programas de cálculo de intercambiadores que se basaron en el método analítico
propuesto por Tinker conocido como "análisis de corrientes". En los cálculos realizados
a mano se continuó y continúa utilizando el método de Bell-Delaware. No obstante
Willis y Johnston (1984) propusieron una vía alternativa, intermedia entre los dos
métodos, presentando una versión simplificada del método de análisis de corrientes.
Este método, adoptado por Engineering Sciences Data Unit (1983), propone que
ciertos coeficientes característicos del método relacionados con la resistencia al flujo
son constantes e independientes del caudal, es decir, solo dependen de la geometría
del sistema.
Este último método con respecto al método de Bell-Delaware presenta una mayor
aproximación a la realidad respecto a la interacción entre las corrientes. Aunque el
proceso de cálculo es más laborioso por las necesarias iteraciones, por un lado, esto se
ve compensado por la presentación de los coeficientes mediante ecuaciones, lo cual
permite la completa programación del método, y por otro lado el proceso de iteración
no presenta ninguna dificultad si se utiliza un programa de cálculo.
El método Kern es recomendable solo para proporcionar un estimado o valores de
inicio para una iteración con otro método, que pudiera ser el Bell-Delaware o el Wills-
Johnson el cual es más preciso y solo requiere pocos cálculos adicionales. El uso del
software especializado ayuda en gran medida a mejorar los procesos de diseño de los
intercambiadores de calor en todas sus etapas, sobre todos cuando se necesita realizar
cálculos iterativos, proporcionando además de mayor precisión, un tiempo de cálculo
en el proceso de diseño mucho más corto.
Paralelamente, estos métodos de cálculo se van nutriendo de las nuevas correlaciones
desarrolladas por los investigadores, cuyo trabajo a su vez es facilitado por las ventajas
computacionales de la actualidad.
Existen una serie de parámetros que normalmente son los que se utilizan para medir el
rendimiento y la eficiencia de un intercambiador de calor:
Caudal – Otro factor importante es el flujo de los fluidos tanto en el lado primario
como en el lado secundario del intercambiador de calor. Un caudal mayor aumentará
la capacidad del intercambiador para transferir el calor, pero también significará una
mayor masa, lo que puede hacer más difícil la eliminación de la energía, así como una
mayor velocidad y pérdida de presión.
Asegúrese de que los datos de diseño son precisos. Si envía datos a nuestros
ingenieros para la selección de intercambiadores de calor, es mejor asegurarse de que
sea lo más preciso posible. Esto no sólo asegurará que su intercambiador de calor es
térmicamente eficiente, sino también que será capaz de operar durante un largo
período de tiempo. Si los caudales son demasiado altos, la erosión podría ser un
problema, si las presiones son demasiado altas, entonces podrían ocurrir fugas y si hay
algún producto químico inusual en los fluidos (por ejemplo, ácidos en el agua del
refrigerante), póngase en contacto con nosotros para comprobar la compatibilidad. Si
nuestros materiales estándares no son convenientes entonces podemos suministrar
generalmente una alternativa que sea.