La Cofesión
La Cofesión
La Cofesión
Nuestro estudio de hoy basaremos en lo que san juan dijo: “Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad.” (1 Juan 1:9)
INTRODUCCIÓN:
1. Definición de confesión.
Diccionario bíblico Online: Del (heb. tôdâh; gr. homologuía, homologuéÇ). Por lo
general, un reconocimiento de fe en Dios y en su superioridad y autoridad, o una
admisión de pecado; cualquiera de los dos, de acuerdo con las circunstancias, puede
ser público o privado, y ya sea a Dios o a los hombres.
“La confesión, que es la efusión de lo más íntimo del alma, llegará hasta el corazón
de infinita piedad; pues el Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva
a los de espíritu contrito.” 1MS. 383. 1
La invitación es de Jesús es, que nos acerquemos en este momento del Juicio
Investigador “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados
fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos
como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” (Isaías 1:18) La alegría del
pecador es que la cuenta que hemos tenido con Dios asido saldada por la sangre de
Jesús. (1 Pedro 1:20); y debemos aprovechar mientras existe el tiempo de gracia y
que Jesús es nuestro abogado.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1
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Debemos tomar la firme determinación con humildad, como el hijo prodigo de ir al
padre que seguros seremos aceptos.
“No tenemos tiempo ahora para dedicarlo a la búsqueda de las cosas que
únicamente agradan a los sentidos. Se necesita un profundo escudriñamiento del
corazón. Con lágrimas y la confesión de un corazón quebrantado, necesitamos
allegarnos a Dios para que él se acerque a nosotros.” RH, 14 de noviembre de
1899.
"El que encubre sus pecados no prosperará: más el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia" (Proverbios 28:13).
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Ningún un hombre pueda perdonar los pecados de otro hombre, sólo Dios puede
perdonar los pecados "Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún
estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó
sobre su cuello, y le beso" (Luc. 15:20). (Sal. 51:17), “Los pecados secretos han
de ser confesados en secreto a Dios. Pero el pecado abierto requiere
una confesión abierta.” DTG 751.2
4. Confesión pública.
Solo cuando los pecados son públicos deben confesarse públicamente, pero hay que
tener mucho cuidado. “La confesión del pecado, sea pública o privada, debe ser de
corazón y libremente expresada. No hay que imponérsela al pecador.” 5TI 599.1.
“… Pero el pecado abierto requiere una confesión abierta.” DTG 751.2
Hay casos donde existe presión Ud. Debe decir no “Ud. me pregunta si debe hacer
una confesión pública. Mi respuesta es: no. No” TCSAD 147
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IV. RESULTADOS DE LA CONFECIÓN.
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“¡Cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor,
y aun gran deseo, y aun celo!” HAp. 261.1
CONCLUSIÓN:
Después de una confesión sincera tenga seguridad y goce de la alegría del perdón
como David que dijo. “Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme
con tu espíritu generoso,” (Salmos 51:12 DHH)
Hoy les invito que vayamos a Dios con un espíritu humilde, aparten un tiempo a
solas con Dios, doblen sus rodillas delante de Dios. Pronuncien lo que sienten,
Díganle he cometido. Confesemos, con sinceridad, no ocultemos nada porque Dios
lo sabe todo. pidamos digamos que estamos arrepentido, háblele como a tu mejor
amigo.
¡Hablemos con Jesús en el cielo!, con seguridad que Jesús nos perdona y que él nos
dice. “Pero yo, que soy tu Dios, borraré todos tus pecados y no me
acordaré más de todas tus rebeldías.” Isaías 43:25 Traducción en lenguaje actual
(TLA).
“El Señor quiere que acudamos a él diariamente con todas nuestras dificultades y
que le confesemos nuestros pecados, y nos dará descanso si llevamos su yugo y su
carga. Su Santo Espíritu, mediante su influencia llena de gracia, invadirá el alma, y
todo pensamiento será sometido a la obediencia de Cristo.” Testimonies for the
Church 5:648 (1889).
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