NNCL1 U1 Contenido
NNCL1 U1 Contenido
NNCL1 U1 Contenido
Nutrición Clínica I
Nutriología en enfermedades
metabólicas con trastornos
Unidad 1 de los hidratos de carbono y
síndrome metabólico
Nutrición clínica I
U1 Nutriología en enfermedades metabólicas con trastornos de los hidratos
de carbono y síndrome metabólico
Índice
Presentación ........................................................................................................... 4
Competencia específica .......................................................................................... 6
Logros ..................................................................................................................... 6
1.1. Diabetes mellitus .............................................................................................. 7
Criterios Diagnósticos ......................................................................................... 7
Semiología.......................................................................................................... 9
Tratamiento ...................................................................................................... 14
1.2 Síndrome Metabólico ...................................................................................... 32
Criterio Diagnóstico .......................................................................................... 33
Semiología........................................................................................................ 37
Tratamiento ...................................................................................................... 38
Cierre de unidad .................................................................................................... 48
Para saber más ..................................................................................................... 49
Actividades ............................................................................................................ 51
Fuentes de consulta .............................................................................................. 52
Presentación
En esta unidad se tendrá la oportunidad de estudiar la Diabetes y el Síndrome Metabólico,
estas enfermedades metabólicas son un problema de salud, siendo un serio problema de
salud en México.
Las personas con diabetes y síndrome metabólico deben recibir un tratamiento integral
formado por un equipo de salud que debe incluir médicos, enfermeras, nutriólogos con
experiencia y especial interés en la diabetes y síndrome metabólico. Es esencial que este
equipo de salud asuma un papel activo en el cuidado, involucrando al paciente y su familia en
el mismo.
En esta unidad se busca el análisis la terapia nutriológica, a través del diagnóstico semiología
y tratamiento.
1.1 1.2
Diabetes Criterio Síndrome Criterio
Diagnóstico. Metabolico Diagnóstico
Semiología Semiología
Tratamiento Tratamiento
Competencia específica
Examina las enfermedades metabólicas diabetes y síndrome metabólico, para elegir el
tratamiento nutricional óptimo que restablezca la salud del paciente, por medio de un
diagnóstico integral.
Logros
Identifica aspectos generales de los trastornos de los hidratos de carbono y síndrome
metabólico.
Analiza las enfermedades metabólicas con trastornos de los hidratos de carbono y síndrome
metabólico.
Elige tratamiento nutricional óptimo que restablezca la salud del paciente, por medio de un
diagnóstico integral.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica y progresiva, formada por un grupo diverso
de trastornos caracterizados por hiperglucemia crónica secundaria a una acción inadecuada
de insulina, que se acompaña de un gran número de alteraciones bioquímicas y
manifestaciones clínicas cuya naturaleza y gravedad dependen de la patogenia subyacente
al estado diabético, del grado de deficiencia de insulina y del daño progresivo de diversos
órganos y tejidos.
Criterios Diagnósticos
Es muy importante conocer cómo se diagnóstica la Diabetes, primero que nada hay que
examinar los criterios diagnósticos para la Diabetes Mellitus 2 (DM2), los más conocidos y
actuales son los propuestos por la Asociación Americana de Diabetes, American Diabetes
Association ADA, como se muestra en la tabla 1.
El hecho de conocer los factores de riesgo relacionados con la diabetes no supone una
intervención cara. Permite establecer grupos de individuos con elevado riesgo de padecer la
enfermedad tabla 3, y facilita el desarrollo de actividades preventivas dirigidas a ellos.
Semiología
Los pacientes con Diabetes Mellitus 2 DM2 pueden presentar síntomas característicos como
sed, poliuria, visión borrosa, pérdida de peso y, en ocasiones, polifagia. Con frecuencia, los
síntomas no son graves o pueden estar ausentes y, en consecuencia, la hiperglucemia puede
provocar cambios funcionales y patológicos durante largo tiempo antes del diagnóstico.
Los síntomas de los pacientes con DM2 pueden tardar mucho en aparecer y no siempre son
evidentes; algunas veces no se presentan en absoluto. Es importante recordar que no todas
las personas con resistencia a la insulina o DM2 manifiestan estos signos de advertencia y
que no todos quienes revelan estos síntomas padecen DM2 en todos los casos.
Sin embargo, cuando un niño o adolescente desarrolla DM2, pueden presentarse los síntomas
de la DM1, como orina frecuente, consumo excesivo de líquidos y cansancio general,
resistencia a la insulina u obesidad, pueden también presentar áreas de piel engrosada,
oscura y aterciopelada alrededor del cuello, axilas, dedos del pie o codos y rodillas (una
alteración de la piel denominada Acantosis Nigricans) como lo muestra la siguiente figura.
Los pacientes con resistencia a la insulina o DM2 también muestran una mayor probabilidad
de presentar hipertensión (presión sanguínea alta) o valores elevados en el perfil l de lípidos
(colesterol y triglicéridos).
La diabetes origina complicaciones de largo plazo en algunas personas, entre ellas afecciones
cardiacas, enfermedad cerebrovascular, problemas de la visión y trastornos renales. Puede
producir otras alteraciones en los vasos sanguíneos, nervios y encías.
Otra semiología que se presenta en estos pacientes y donde la Nutrición juega un papel
fundamental, son los pacientes diabéticos con gastroparesia se presentan a menudo con
síntomas relacionados con la estasis gástrica (figura 4). Éstos incluyen la plenitud
postprandial, hinchazón, náuseas, vómito, saciedad temprana, eructo excesivo después de
las comidas, malestar epigástrico, y dolor epigástrico, algunos pacientes tienen náuseas y
vómitos durante períodos de ayuno prolongado, dolor abdominal postprandial.
Los desórdenes del intestino delgado y grueso pueden presentarse en asociación con
gastroparesia. Por ejemplo, distensión aumentada, malestar abdominal, y diarrea sugieren
crecimiento bacteriano excesivo por estasis del intestino delgado.
Ahora bien, la semiología que se muestra en los pacientes con Diabetes Mellitus Tipo 1
suele presentarse cuando una persona puede tener diabetes sin saberlo, porque los síntomas
no son siempre obvios y pueden tomar mucho tiempo en manifestarse. La DM1 puede
aparecer de manera gradual o repentina.
Los padres de un niño con síntomas típicos de DM1 señalan los siguientes signos:
Frecuencia urinaria
Sed excesiva
Pérdida ponderal
Fatiga frecuente
Cetoacidosis diabética
Se presenta síntomas pueden aparecer en la sangre del niño y causar dolor gástrico, nausea,
vomito, mal aliento, problemas de respiración e incluso pérdida de conciencia.
La determinación del riesgo de la diabetes mellitus gestacional (DMG), debe llevarse a cabo
en la primera visita prenatal. Al realizar la Historia Clínico Nutricional las mujeres con
características clínicas permanentes con un riesgo elevado de Diabetes Mellitus Gestacional
(obesidad, glucosuria, antecedentes personales de DMG o antecedentes familiares de
diabetes) deben someterse a pruebas de glucosa tan pronto como sea posible, control de
peso. Por otro lado, si se identifica DMG en la exploración inicial, debe a continuación
analizarse de nueva cuenta entre las semanas 24 y 28 de gestación.
Diabetes Insípida
Otra enfermedad que debemos de conocer es la diabetes insípida es un trastorno raro del
metabolismo del agua. Esto significa que el equilibrio entre la cantidad de agua o líquido
consumida no corresponde al volumen de excreción urinaria. La diabetes insípida es resultado
de una falta de respuesta o una reacción deficiente a la hormona antidiurética vasopresina.
Dicha hormona controla el equilibrio hídrico mediante la concentración de orina. Los pacientes
con diabetes insípida orinan demasiado, por lo cual necesitan beber muchos líquidos para
reemplazar los perdidos.
Esta falta de vasopresina o la presencia de cantidades muy bajas de ella se deben a una
insuficiencia de una parte del cerebro: la glándula pituitaria posterior, que es la que libera la
hormona al torrente sanguíneo. Las lesiones en la cabeza, tumores, procedimientos
neuroquirurgicos, infecciones o hemorragias pueden afectar la capacidad del cerebro de
liberar la cantidad adecuada de vasopresina.
Estos pacientes con diabetes insípida, por lo general, se sienten extremadamente cansados,
porque no pueden dormir lo suficiente por la necesidad de orinar. La orina de estos sujetos es
muy clara e inodora. Estos síntomas pueden aparecer en cualquier momento.
Debido a que pierden mucha agua por la emisión de orina, la sed excesiva es común, sí este
trastorno no se trata, estos individuos pueden deshidratarse de gravedad y sus cuerpos
carecen del agua suficiente para funcionar en modo apropiado.
La terapia nutricional y el asesoramiento son una parte integral del tratamiento y automanejo
de la diabetes, la cual debe adaptarse a las condiciones individuales de cada paciente. En
términos generales, los objetivos de la terapia nutricional es mantener o mejorar la calidad de
vida y la salud nutricia; y prevenir y tratar complicaciones agudas y crónicas, se debe
determinar la glucemia: basal, antes de la comida principal, postprandial y antes de acostarse.
Esta actividad es útil para que el nutriologo ajuste el plan nutricional o el médico de familia
pueda ajustar la terapia medicamentosa en caso necesario.
Se recomienda efectuar determinaciones diarias hasta que se hayan alcanzado los objetivos
de control indicados por el médico.
Debemos cuidar cada uno de los macro y micronutrimentos de la dieta además de la energía
como a continuación se describe:
Energía
Se tiene una estimación de que entre el 80 y 90% de los pacientes con diabetes presentan
sobrepeso u obesidad. Como primera consideración se deben incluir estrategias de restricción
energética para la pérdida de peso. Una modesta pérdida de peso corporal entre 5 y 10%
puede esencialmente mejorar la sensibilidad insulínica, control glucémico, hipertensión y
dislipidemia, tanto en pacientes diagnosticados con Diabetes Mellitus 2 y en aquellos con
riesgo de padecerla. El sostener una pérdida de peso debe permanecer como una estrategia
hasta que llegue al peso ideal.
Macronutrimentos
Hidratos de Carbono
La recomendación actual debe ser ingestión de no menos de 130 g/día, para proporcionar
glucosa al cerebro. Dietas muy bajas en hidratos de carbono no aseguran suficientes
cantidades de vitaminas, minerales ni fibra. Se recomienda que el porcentaje del total de
energía diaria proveniente de hidratos de carbono no deba ser menor al 45% para prevenir
alta ingestión de grasa. Si los hidratos de carbono provienen de alimentos con índice
glucémico bajo (GI, siglas en inglés) y con alto contenido en fibra, puede contribuir por arriba
del 60% de la energía total, con mejora en el control glucémico y lipídico en adultos con DM2.
Fibra dietética
La evidencia sugiere que la adición de fibra soluble (por ejemplo, berenjena, quimbombó,
productos de avena, frijoles, psyllium, cebada) disminuye el vaciamiento gástrico y retarda la
absorción de glucosa en el intestino delgado, de esta manera mejorando el control glucémico
sanguíneo. La recomendación de ingestión de fibra dietética es mayor para pacientes adultos
con diabetes que para pacientes sin diabetes, siendo ésta entre 25 y 50 g/día o de 15 a 25 g
por cada 1000 Kcal.
Azúcar
Es aceptable añadir sacarosa hasta 10% del total de energía diaria (por ejemplo, de 50 a 65
g/día en una dieta de 2000 a 2600 Kcal/día). Ingestión de sacarosa mayor al 10% del total de
energía diaria puede incrementar la glucemia sanguínea y concentraciones de triglicéridos en
algunas personas. Cantidades mayores a 60 g/día o al 10% del total de energía diaria, la
fructuosa puede tener pequeños efectos de elevación de triglicéridos.
Grasa
Recomendaciones actuales para la población en general de consumo de grasa en un rango
de 20 a 35% de ingestión de energía se aplica a personas con diabetes. Debido a que estos
pacientes presentan riesgo de 2 a 3 veces más de enfermedad coronaria arterial (CAD, siglas
en inglés), las grasas saturadas se deben restringir a menos de 7% de la ingestión total de
energía, y los ácidos grasos trans provenientes de la hidrogenación industrial deben
mantenerse al mínimo. Los planes alimentarios deben favorecer el consumo de ácidos grasos
monoinsaturados (MUFAs) (por ejemplo, aceite de oliva) con hasta 20% de calorías totales.
Se deben incluir en la dieta grasas polinsaturadas (PUFAs), tales como aceites vegetales (por
ejemplo, canola, nuez, linaza, chia) y ácidos grasos de cadena larga omega 3 (por ejemplo,
aceite de pescado) hasta 10% del total de energía total.
Proteína
No hay evidencia de que la ingestión usual de proteína para la mayoría de las personas (1 a
1.5 g/Kg peso/día), representa del 15 al 20% del total de energía ingerida, necesite ser
modificada para personas con diabetes. Sin embargo, esta ingestión en gramos por Kg por
día se debe mantener o incrementar en dietas reducidas en energía.
En personas con diabetes que padecen enfermedad renal crónica (ERC), el nivel de ingestión
no debe exceder la RDA de 0.8 g/Kg peso/día. La calidad de la proteína es otra consideración
importante a tomar en cuenta. Varios estudios aleatorizados han mostrado que el reemplazo
de proteína animal por proteína vegetal ha dado como resultado en mejoras en la albuminuria
o proteinuria, lipoproteínas de baja densidad (LDLc), triglicéridos y proteína C reactiva (CRP)
por más de 4 años (American Diabetes Association, 2013., & Canadian Diabetes Association,
2013). Sustituir la carne roja por pollo o dieta baja en proteína vegetal y lácteos ha mostrado
dar como resultado reducciones significativas en albuminuria. En pacientes con dietas bajas
en proteína no se debe ignorar el daño debido a malnutrición. Tanto la cantidad como la
calidad (alto valor biológico) de ingestión de proteína se debe optimizar para satisfacer los
requerimientos de aminoácidos esenciales, necesitándose monitoreo adecuado tanto clínico
como de laboratorio del estado de nutrición. Gran incorporación de proteína vegetal debe
requerir de monitoreo cercano de potasio conforme progrese la ERC (ADA, 2013).
La alimentación del diabético con insulinoterapia debe de cumplir con los mismos principios
de alimentación de la población en general: Se recomienda repartir los alimentos en 4-6
ingestas a lo largo del día y seguir un horario lo más regular posible.
Se aconseja:
Realizar 5-6 comidas diarias: desayuno, colación matutina, comida, merienda, cena,
antes de dormir.
Una costumbre muy saludable es comer un plato único de legumbres acompañado de
pescado o carne.
Se recomienda el consumo de aceite de oliva, lácteos bajos en grasa y pescado azul
(salmón, atún).
Evitar el consumo de dulces, miel, chocolate, alcohol.
Los jugos y bebidas no alcohólicas pueden servir para retrasar una comida o seguir
realizando ejercicio sin sufrir hipoglucemia.
Cuanto menos se cocine el alimento, más lentamente se absorbe la glucosa.
Al igual que en el paciente con diabetes mellitus tipo 2 no tratado con insulina, el plan de
alimentación debe de ser individualizado y, a través de la educación aproximar al paciente
para que reconozca por qué y para qué de su tratamiento nutricional, verificando el apego al
plan, por medio del recordatorio de 24 horas, otra manera de verificar la efectividad de la
alimentación es por la medición de los niveles de glucosa en sangre capilar, éste se considera
un procedimiento de gran utilidad para lograr el adecuado control de la diabetes, esta actividad
la puede realizar el propio paciente, previamente capacitado.
Por otro lado, es muy importante que los pacientes deben aprender a calcular la cantidad de
los Hidratos de Carbono (HC) que son consumidos en cada comida o refrigerio; para ello
existen diversos métodos de cálculo, en comparación con otros métodos tradicionales, la
técnica de recuento de HC es más precisa, es fácil de enseñar a los pacientes, mucho más
flexible y debe conducir a un mejor control glucémico. A partir de 1994, la Asociación
Americana de Diabetes (ADA) y con la actualización de 2017, aconseja el recuento de HC
como la mejor técnica para el control glucémico y recomienda el consumo preferente de
cereales integrales y fibra, el incremento posprandial de la glucemia depende esencialmente
de la cantidad de HC ingeridos, siendo los requerimientos de insulina proporcionales al
contenido de HC de la comida, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) en el año 1999,
menciona que una unidad de insulina metaboliza 15 g de hidratos de carbono.
Las listas de intercambio de los grupos de alimentos están realizadas con base al contenido
energético y de HC de los alimentos, es por ello que se puede llevar la contabilidad de los
mismos; se da la información del aporte de energía (kilocalorías) y gramos de HC de los
diferentes intercambios y se hacen acuerdos entre la historia alimentaria y las sugerencias
para cubrir el contenido energético del día. Se puede llevar una bitácora con la finalidad de
reafirmar el conocimiento en el recuento de calorías y gramos de HC, este ejercicio también
sirve para mejorar u verificar el apego al plan de alimentación.
Motivación personal
Disciplina
Fuerza de voluntad
Convicción para mantener el método durante el transcurso de su vida
Primer paso: Identificar qué grupos de alimentos aportan Hidratos de Carbono y cuáles no.
Frutas
Verduras
Cereales y tubérculos
Leche y yogurt
Leguminosas
Azúcares
Puede consultar estos alimentos revisa el Plato del Bien Comer.
Los productos alimenticios industrializados se han vuelto parte de la alimentación diaria del
mundo entero, y México no es la excepción. La lectura de etiquetas es un factor
determinante para el éxito de los objetivos nutricionales de un individuo sano o enfermo y
en el caso de la DM juega un papel primordial en el cuidado de las cantidades de Hidratos
de Carbono ingeridas, junto con los nutrimentos que puede estar acompañando a éste
último, como grasa, proteínas, sodio, etc., que deben ser valorados y tomados en cuenta
dentro de la alimentación de cada individuo para lograr un buen control metabólico.
Índice glucémico
Pero recordemos que es el índice glucémico (IG), este fue concebido por Jenkins y cols en
1981 (Bytzer P, Talley NK, Leemon M, et al, 2001), es una escala que clasifica los alimentos
ricos en hidratos de carbono por lo mucho que elevan los niveles de glucosa en sangre en
comparación con un alimento estándar.
En 2005, la ADA refirió que “La cantidad total de hidratos de carbono consumidos constituye
el mejor predictor de la respuesta glucémica y se mantiene como una estrategia clave para el
manejo dietético de los pacientes con DM; sin embargo, en un meta análisis reciente de casos
y controles, aleatorizados, muestra que el IG “puede” aportar beneficios adicionales al control
de la DM (Azadbakht L, Surkan PJ, Esmaillzadeh A, et al., 2011),
En la actualidad, la ADA 2017, refiere que “el monitoreo de la ingestión de hidratos de carbono
sigue siendo una estrategia clave para alcanzar el control glucémico, ya sea por cualquiera
de los métodos: conteo de hidratos de carbono, preferencias o con base en la experiencia de
su estimación”.
Cuenta de grasas:
Cuando se quiere lograr una reducción energética a partir del aporte de grasas para el control
de peso y/ o mejorar el perfil de lípidos, se logra modulando la cantidad de ácidos grasos se
cuenta con la información del contenido de grasas de la lista de intercambios, la cuenta total
se lleva a cabo con base en los objetivos y metas planeadas. Como lo muestra la figura 9 en
el conteo de grasas.
Patrones Dietéticos
Existen gran cantidad de estudios que sugieren que una variedad de patrones dietéticos
pueden ser beneficiosos para personas con diabetes. Los valores, preferencias y capacidades
de la persona deben influir las decisiones para el uso de estos patrones dietéticos.
Dietas Vegetarianas
Dieta vegetariana baja en grasa, con la cual se puede comer lo que se apetezca cuando se
desee, ha mostrado ser tan beneficiosa como las indicaciones propuestas en la Guía Dietética
de la American Diabetes Association (ADA, siglas en inglés) promoviendo pérdida de peso y
mejorando glucosa sanguínea, colesterol total y LDLc en ayunas por más de 74 semanas en
adultos con DM2, y cuando se toman en cuenta cambios de medicamentos, la dieta
vegetariana mejora más que la dieta tradicional glucemia y lípidos sanguíneos (Azadbakhr L,
Atabak S, Esmaillzadeh A., 2009) De manera similar, la dieta vegetariana restrictiva de
calorías ha mostrado mejora en el Índice de Masa Corporal (IMC) y LDLc más que una dieta
convencional en personas con DM2 (Azadbakhr L, Atabak S, Esmaillzadeh A., 2008).
A pesar de que las dos dietas has sido efectivas para reducir la HbA1c, los participantes bajo
el régimen de dieta vegetariana mostraron descenso en medicamentos para diabetes en
comparación con los que llevaron una dieta convencional (43% vs 5%, respectivamente).
Dietas Mediterráneas
“Dieta Mediterránea” fue descrita por primera vez en los años sesentas, se refiere
principalmente una dieta con base en plantas (Teixeira SR, Tappenden KA, Carson L, et al.,
2004) Las características generales incluyen alto consume de frutas, vegetales, leguminosas,
nueces, semillas, cereales y granos enteros; de moderado a bajo consumo de aceite de oliva
(como principal fuente de grasa); bajo o moderado consumo de productos lácteos, pescado y
aves; y bajo consumo de carnes rojas, así como de bajo a moderado consumo de vino,
principalmente durante las comidas (Teixeira SR, Tappenden KA, Carson L, et al., 2004 &
Jenkins DJ, et al., 1981). Una revisión sistematizada de estudios aleatorizados en los cuales
se controlaba la alimentación mostraron que el patrón dietético estilo Mediterráneo mejora el
control glucémico y los factores de riesgo cardiovascular, incluyendo presión arterial sistólica,
colesterol total, HDLc, índice colesterol total : HDLc y triglicéridos en DM2 (American Diabetes
Association, 2005).
En personas con DM2, la dieta DASH, consumida por más de 8 semanas, comparada con
dietas con moderado consumo de sodio (2400 mg) han mostrado disminución de presión
arterial tanto sistólica como diastólica, así como disminución de la HbA1c, glucosa sanguínea
en ayunas, peso, circunferencia de cintura, LDLc y proteína C reactiva e incremento de HDLc
(American Diabetes Association, 2008 & American Diabetes Association, 2006).
Están disponibles numerosas dietas populares para reducción de peso para personas con
diabetes. Varias de estas dietas, incluyendo la Atkins, de la Zona, Ornish, Weight Watchers y
la Protein Power Lifeplan, han sido sujetas a investigación a largo plazo, en estudios
controlados aleatorizados en participantes con sobrepeso y obesidad que presentaban
diabetes, aunque no hay estudios disponibles conducidos exclusivamente con personas con
diabetes. En una revisión sistemática y metaanálisis de 4 estudios de la dieta Atkins y un
estudio de la dieta Protein Power Lifeplan (dieta con restricción extrema similar de hidratos de
carbono) mostraron que estas dietas no fueron más efectivas que la dieta convencional de
restricción de energía (American Diabetes Association, 2011 & , IG American Diabetes
Association, 2012). En otro estudio en donde se compararon la dieta Atkins, Ornish, Weight
Watchers, y de la Zona mostraron pérdidas de peso similares y mejoría en el índice LDLc :
HDLc sin efectos en glucosa sanguínea en ayunas a 1 año en participantes son sobrepeso y
obesidad, de los cuales el 28% presentaban diabetes (American Diabetes Association, 2012).
Un hallazgo en común en casi todos los estudios disponibles fue pobre adherencia a la dieta
(American Diabetes Association, 2011 & IG American Diabetes Association, 2012), aunque se
asoció buena adherencia con grandes pérdidas de peso y reducción de factores de riesgo
cardiovasculares independientemente de la dieta (American Diabetes Association, 2012). Se
debe considerar el desarrollo de deficiencias nutricionales en el contexto de las dietas
restrictivas de grupos de alimentos. La evidencia disponible en dietas populares de pérdida
de peso apoya el hecho de que se debe elegir de acuerdo a las preferencias y metas de
tratamiento del paciente; sin embargo, de debe conducir más estudios específicamente en
personas con diabetes.
Así mismo los prebióticos compuestos no digeribles, presentes en la dieta, que estimulan el
crecimiento o la actividad de los microorganismos autóctonos, resultando en un beneficio para
la salud. Estructuralmente son oligo o polisacáridos de fructosa (FOS e inulina
respectivamente) o de galactosa (GOS). También se usa la lactulosa (un disacárido de
Edulcorantes
El exceso de azúcar o sacarosa, como todo exceso, puede ser dañino tanto para la salud de
personas sanas como de aquellas que cuentan con enfermedades crónicas relacionadas con
el exceso de peso (obesidad, diabetes, hipertrigliceridemia), puesto que grandes cantidades
aportan calorías extra, lo que contribuye al aumento de peso.
Estudios recientes demuestran que los substitutos del azúcar pueden ser utilizados cuando
se requiere mantener o reducir el peso corporal, debemos tener siempre presente que el
consumo excesivo de ellos puede resultar tan perjudicial como el exceso de azúcar común.
Los endulzantes artificiales se dividen en dos grandes grupos:
Por su origen:
Sacarina
La sacarina es 300 veces más dulce que el azúcar. La IDA establecida por el Comité Conjunto
de Expertos en Aditivos (siglas en inglés, JECFA) es de 0 - 5 mg/Kg de peso corporal (PC).
En México se usa como aditivo en alimentos industrializados (en alimentos elaborados no
debe exceder de 40 mg) y como sustituto de azúcar (NOM-086-SS1-1994 donde señala que
no debe exceder los 20 mg).
Aspartame
El aspartame, es 180 a 200 veces más dulce que el azúcar, proporciona 4 Kcal por gramo,
con una IDA de 0 a 40 mg/Kg PC. En México se permite su utilización desde 1983, hoy casi
la totalidad de los países del mundo permiten su uso y sus tres metabolitos - ácido aspártico,
fenilalanina y metanol –, se presume seguro para el consumo humano.
El acesulfame K, con el mismo potencial de dulzor que el aspartame, tiene una IDA de 0 a 15
mg/Kg PC. La JECFA, con base en más de 90 estudios toxicológicos de corto y largo plazo
en animales y humanos por 14 años, aprobó su seguridad de consumo al igual que sus
metabolitos – acetoacetamida -, en México la SSA la aprobó en 1990 como sustituto de
azúcar.
Sucralosa
La sucralosa, es 600 veces más dulce que el azúcar y no aporta energía ya que no lo
metaboliza el organismo humano, su IDA es de 0 – 15 mg/Kg PC, la JECFA, con base en
110 estudios toxicológicos, aprobó su seguridad de consumo en humanos; en México la
Secretaría de Salud (SSA) la aprobó en 1993.
Ciclamatos
Los ciclamatos son 30 veces más dulce que el azúcar y tienen una IDA establecida de 0 a 11
mg/Kg peso corporal, el cual es temporal ya que cada persona la metaboliza diferente, unos
la excretan sin cambio y otros la convierten en su metabolito ciclohexilamina (en 1985 la FDA
la determinó como segura), en México, en 2006, la SSA permitió de nuevo su utilización.
Estevia
La estevia (Stevia rebaudianai) es una hierba de hojas verdes nativa de Sudamérica, 200 a
300 más dulce que el azúcar. La dulzura de la estevia se debe a sus componentes llamados
glucósidos estevioles. Las hojas de esta planta contienen al menos 10 glucósidos de
estevioles diferentes siendo los dos principales componentes de su sabor dulce el esteviósido
y el rebaudiósido. Su IDA es de 4mg/Kg peso corporal/día establecido por la FAO y la JECFA
en 2008. Fue autorizado como seguro por la FDA en 2009, por la European Food Safety
Authority (siglas en inglés, EFSA) en 2010. No hay efectos secundarios conocidos o alergias
por el uso de extractos de estevia en alimentos y bebidas. Por otra parte, se ha demostrado
que la estevia es segura para el consumo de personas con diabetes.
El cromo potencia la acción de la insulina. El cromo puede modular la síntesis de una molécula
que estimula la actividad de la insulina; este factor de tolerancia a la glucosa, mejora el
metabolismo de la glucosa en la diabetes mellitus de tipo 2 (Lai, 2008).
Fuentes de Cromo
La levadura de cerveza, las ostras, el hígado y las patatas tienen elevadas concentraciones
de cromo; el marisco, los granos enteros, los quesos, el pollo, las carnes y el salvado tienen
concentraciones medias de cromo. El refinado del trigo elimina el cromo con el germen de
trigo y el salvado; el refinado de azúcar fracciona el cromo en la porción de las melazas. La
ingesta habitual de cromo varía entre 25 y 35 mg/día para los varones y las mujeres,
respectivamente. Los estudios National Health and Nutrition Examination Survey y Total Diet
Study del USDA.
Pero:
1. Ayuda a conseguir igual control con menores dosis de insulina
2. Aporta los mismos beneficios a nivel general que en la gente sin diabetes (Hipertensión
Arteria).
Los pacientes pueden hacer cualquier tipo de ejercicio físico, pero deben hacerlo con ciertas
precauciones como:
Hacerlo siempre a la misma hora del día (igual relación con comidas e insulina).
Medir la glucemia capilar antes, durante y tras el ejercicio.
Si > 250 mg/dl: No hacer ejercicio hasta que baje.
Poner la insulina en un sitio diferente al que se vaya a ejercitar, y hacerlo al menos
60- 90 minutos antes.
Disminuir la dosis de insulina que afecta a la hora que realiza el ejercicio un 30%
(sobre todo si el ejercicio va a durar más de 1 hora).
Comida extra:
Hidratos de Carbono 15-30 g de absorción rápida (jugo, fruta, tabletas de glucosa) de 15 a
30 minutos antes del ejercicio y después cada 30 minutos durante el ejercicio.
• Hidratos de carbono de absorción lenta tras el ejercicio.
Hay que tener en cuenta que un ejercicio intenso y desacostumbrado en un corto espacio de
tiempo puede provocar una hipoglucemia o empeorar el control metabólico en las horas
siguientes, obteniéndose un resultado contrario al esperado.
En caso de neuropatía o pie diabético, es importante evitar ejercicios que puedan suponer
algún traumatismo en los pies como saltar, correr, fútbol o bicicleta de montaña, siendo
preferibles los deportes en medio acuáticos. Si existe retinopatía diabética proliferativa, se
recomienda evitar el levantamiento de pesas por el riesgo de hemorragia intraocular por
aumento de tensión arterial durante el mismo.
El ejercicio es una parte muy importante del plan de manejo de la diabetes. El ejercicio regular
ha mostrado mejorar el control glucémico sanguíneo, reducir factores de riesgo
cardiovasculares, contribuir a la pérdida de peso, y mejorar la calidad de vida. Además, el
ejercicio regular puede prevenir la diabetes tipo 2 en personas con alto riesgo.
Los adultos con diabetes se les debe aconsejar en practicar al menos 150 minutos a la
semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada (50-70% máximo de ritmo
cardíaco), extendiéndose al menos 3 días/semana, a no más de dos días seguidos sin
ejercicio. En ausencia de contraindicaciones, se debe aconsejar a los adultos con diabetes a
practicar entrenamiento de resistencia al menos dos veces a la semana (Dansinger ML,
Gleason JA, Griffith JL, et al., 2005 & IG American Diabetes Association, 2012).
El profesional de la salud debe evaluar a los pacientes en relación a condiciones que pueden
contraindicar cierto tipo de ejercicio o predisposición a lesiones, tales como hipertensión
descontrolada, neuropatía autónoma severa, neuropatía periférica severa, o historia de
lesiones de pies, y retinopatía proliferativa inestable. También se debe considerar la edad del
paciente antes de recomendar cualquier tipo y nivel de actividad física (Dansinger ML,
Gleason JA, Griffith JL, et al., 2005 & IG American Diabetes Association, 2012). Aquí se
muestran las características fundamentales de los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos.
Por otra parte, no se trata de una única enfermedad, sino de una asociación de problemas de
salud que pueden aparecer de forma simultánea o secuencial en un mismo individuo,
causados por la combinación de factores genéticos y ambientales asociados al estilo de vida,
en los que la resistencia a la insulina se considera el componente patogénico fundamental. La
presencia de síndrome metabólico se relaciona con un incremento significativo de riesgo de
diabetes, enfermedad coronaria y enfermedad cerebrovascular, con disminución en la
supervivencia, en particular por el incremento de riesgo de unas cinco veces en la mortalidad
cardiovascular.
Criterio Diagnóstico
El síndrome metabólico es una realidad clínica que tiene una variación de manifestaciones
clínicas inicialmente con hipertensión u obesidad, otros individuos, pueden presentar
alteración de la glucosa o de los lípidos u otros parámetros. Tal es el caso de la asociación de
hipertrigliceridemia y el perímetro de la cintura (con un punto de corte de 102 cm en el hombre
y de 88 cm en la mujer), que permite identificar tempranamente a los individuos portadores de
DM tipo 2, diabetes mellitus tipo 2; GAA, glucemia alterada en ayunas; TG, triglicérido; TGA, tolerancia a la glucosa
alterada. Expert Group on the Implications of Recommendations (EGIR) Adaptado de AHA/NHLBI: Asociación Americana
del Corazón/Instituto Nacional del Corazón, Sangre y Pulmón. IDF International Diabetes Federation
El Síndrome Metabólico, ha sido considerado una forma independiente, más allá de los
factores de riesgo que lo componen (hipertrigliceridemia, obesidad, colesterol HDL
Lipoproteína de alta densidad, intolerancia a la glucosa e hipertensión arterial) por el
National Cholesterol Education Program. Existen otros criterios en general Obesidad
abdominal Hombres > 102 cm, Circunferencia de la cintura Mujeres > 88 cm, Triglicéridos _
150 mg/dL, HDL Lipoproteína de alta densidad Hombres < 40 mg/dL, Mujeres < 50 mg/dL
Presión sanguínea 130/85 mmHg, Glucosa de ayuno 110 mg/dL
Otros más como el por el National Cholesterol Education Program (NCEP) en su tercera
revisión, considera el diagnóstico como Síndrome Metabólico, si existen al menos tres de
los criterios indicados como lo indica la tabla 6.
El abordaje del tratamiento del paciente con Síndrome Metabólico debe ser integral, y el tipo
de intervención que le brindemos al paciente debe ser en conjunto con un equipo médico
Semiología
Como se ha visto en el síndrome metabólico, se pueden identificar diversas manifestaciones
clínicas obesidad abdominal, dislipidemia aterogénica, elevación de las cifras de presión
arterial, alteración en la tolerancia a la glucosa y estado protrombótico y proinflamatorio
resistencia a la insulina.
Tratamiento
La dieta debe ser variada y se debe ajustar al consumo energético de cada paciente; se
requiere una disminución de alrededor de 600 calorías de la ingesta habitual del paciente para
que pierda peso.
De acuerdo con la Asociación Americana de Dietética, se considera que la mejor opción si no
es posible realizar la medición, a través de calorimetría indirecta.
Mujer:
GER (kcal) = [10 x peso en kg] + [6.25 x estatura en cm] – [5 x edad en años] – 161
Hombre:
GER (kcal) = [10 x peso en kg] + [6.25 x estatura en cm] – [5 x edad en años] + 5
Harris–Benedict:
Hombres: 66.47 + (13.76 x peso) + (5 x talla) – (6.75 x edad)
Un método rápido que ayuda al cálculo de las calorías al prescribir una alimentación para
que el paciente reduzca su peso consiste en multiplicar 20 o 25 kcal x kg, pero si lo que se
quiere es mantener el peso, hay que multiplicar 25 o 30 kcal x kg.
En cuanto a los hidratos de carbono complejos, se recomienda que supongan del 50 al 60%
del valor calórico total del plan alimentario, preferentemente como cereales integrales, arroz,
tortilla de maíz, pan, pastas, avena y galletas integrales, entre otros.
Grasas: de 25 a 30% del total de las calorías prescritas, donde las grasas saturadas sean de
menos de 7%, las mono insaturadas de hasta 20% y las poliinsaturadas de hasta 10%.
El paciente debe aprender a identificar los alimentos que tienen concentraciones altas de
colesterol y altos niveles de azúcares simples, evitarlos y sustituirlos.
en un ángulo más amplio, lo cual les da una estructura lineal similar a la de los ácidos grasos
saturados, como se muestra en la figura 15, transformación de los ácidos grasos cis a trans.
Las principales fuentes de AGT presentes en los alimentos incluyen: Transformación bacte-
riana de los ácidos grasos insaturados en los animales rumiantes, como las vacas y las ovejas
(que se distribuyen en la grasa, la carne y la leche del rumiante).
La hidrogenación industrial o solidificación de aceites (algunas margarinas).El calentamiento
y la cocción de aceites a altas temperaturas.
Los AGT están presentes en la grasa de la carne y la leche de vaca y borrego, en algunas
margarinas, pastas para untar, galletas saladas, tartas, bizcochos y alimentos fritos. Al igual
que los ácidos grasos saturados, aumentan los niveles del c–LDL, disminuyen las
concentraciones del c–HDL e incrementan los niveles de triglicéridos en la sangre. Las dietas
ricas en AGT elevan el triacilglicerol en ayuno, asociado con el riesgo de enfermedades
cardiovasculares. La Asociación Americana del Corazón recomienda que el consumo de
grasas trans sea inferior de 1%.
Los alimentos enriquecidos con esteroles vegetales disminuyen las concentraciones Sanguí-
neas de colesterol sin efectos adversos colaterales. El aumento en el consumo de la cantidad
de esteroles vegetales a través de los alimentos es una herramienta que se ha asociado con
el plan de alimentación en pacientes con hipercolesterolemia.
Se han descrito más de 200 tipos diferentes de esteroles vegetales en una gran cantidad de
plantas, y también están presentes en frutas, verduras, grano, semillas y nueces; los más
abundantes son el sitosterol o betasitosterol, el campesterol y el estigmasterol. Los esteroles
vegetales son compuestos estructuralmente parecidos al colesterol, que se encuentran en
aceites vegetales (girasol, maíz y oliva), legumbres, cereales y frutos secos. No se conoce su
mecanismo exacto de acción.
El pescado azul, como el salmón, las sardinas o el atún, tiene un alto contenido de ácidos
grasos oleico y linoleico, asociados con un menor riesgo coronario, por lo que se aconseja
consumir este tipo de pescado más de dos veces a la semana.
Y continuar con la restricción de grasas saturadas y poliinsaturadas. Es importante poner
atención en la preparación de los alimentos, para preservar sus propiedades sin añadir
excesivas calorías; asimismo, hay que evitar las preparaciones fritas, capeadas o
empanizadas y los aderezos de ensaladas que sean aceite de oliva crudo, o bien agregar
aguacate.
Los diferentes estudios clínicos han concluido que la disminución de c–LDL con modificación
del tratamiento dietético disminuye el riesgo de enfermedad.
Una dieta aterogénica (rica en ácidos grasos saturados y colesterol) puede aumentar el riesgo
de desarrollarla enfermedad cardiovascular en personas con Síndrome Metabólico.
Proteínas: de 15 a 20% del total de las calorías prescritas. Las recomendaciones del consumo
de proteínas son: 1 g/kg de peso al día, al igual que en la dieta recomendable para personas
sanas.
En pacientes con microalbuminuria, se recomienda el 10% del valor energético total, es decir,
aproximadamente 0,8 g/kg de peso al día, ya que se ha observado un avance del daño más
lento con este aporte.
Micronutrimentos
Sodio
Las recomendaciones en la ingesta de sodio indican cantidades inferiores a 3.000 mg/día, por
lo que el consumo de sal de mesa será moderado:
Los pacientes con hipertensión arterial moderada deben limitar su consumo a 2.400 mg/día,
reduciendo el consumo de alimentos ricos en sodio.
Recomendaciones Nutricionales
Existen dos grandes grupos de sustancias que pueden endulzar los alimentos (edulcorantes):
Acalóricos, que no aportan calorías y no elevan la glucemia, aprobados por la FDA (por sus
siglas en el inglés). Son la sacarina, el aspartame, el neotame (no disponible en México), la
sucralosa y el acesulfame K. Calóricos, que elevan la glucemia bruscamente. Los más
comunes son: glucosa, sacarosa(o azúcar de mesa), fructosa, sorbitol, manitol, maltitol y
xilitol.
El uso de edulcorantes artificiales es aceptable, sin riesgos para la salud con la dosis
recomendada en la alimentación humana.
En los pacientes con diabetes mellitus tipo 2, es fundamental incorporar fibra soluble para
mejorar el control de los niveles de glucosa y lípidos plasmáticos. Se puede considerar
disminuir la proporción de los hidratos de carbono totales y sustituirlos a expensas de ácidos
grasos mono insaturados.
Durante muchos años se ha insistido en el cambio del estilo de vida mediante la orientación
alimentaria y la promoción para la salud, por lo que se ha venido considerando la educación
en salud como un área aplicada. Sin embargo, existe la necesidad de ir aumentando el éxito
de las intervenciones, ya que solo un pequeño porcentaje de la población modifica dichos
estilos de vida.
Se recomienda que la dieta contemple frutas, verduras y granos incluidos los integrales y de
preferencia consumir productos libres o bajos en grasas, pescado, legumbres, pollo y carnes
magras.
Ahora bien veamos las recomendaciones de la dieta y el estilo de vida del American Heart
Association Nutrition Committee 2006 como lo indica la tabla 8:
Dietoterapia
Las modificaciones que se deben de realizar a la alimentación habitual para lograr el control
metabólico del paciente con Síndrome Metabólico son:
Fitonutrimentos
Polifenoles y las catequinas presentes son capaces de disminuir la mortalidad. Los últimos
trabajos recientemente publicados muestran una tendencia positiva.
Entre los alimentos con sustancias fitoquímicas que potencian la desintoxicación se incluyen:
Al menos 250 g diarios de hortalizas crucíferas (col, brócoli, col rizada, col verde,
coles de Bruselas).
Algunos dientes de ajo.
Té verde descafeinado por la mañana.
Zumos de verduras frescas, como zanahoria, apio, cilantro, remolacha, perejil y
jengibre.
Infusiones que contengan mezclas de raíces de diente de león, jengibre, regaliz o
zarzaparrilla, semillas de cardamomo, corteza de canela y otros
Limón presente en la piel de los cítricos, la alcaravea y el aceite de eneldo
Bioflavonoides contenidos en uvas, bayas y cítricos.
Hojas de diente de león, que contribuyen a la desintoxicación hepática, mejoran el
flujo biliar y aumentan la diuresis.
Apio, que aumenta la diuresis y ayuda a desintoxicar.
Cilantro, que puede contribuir a eliminar metales pesados.
Romero, que contiene carnosol, fuerte potenciador de las enzimas desintoxicantes
Curcuminoides (curry), con efecto antioxidante y antiinflamatorio
Clorofila en verduras de hoja verde oscuro y en hierba de trigo.
Como se puede observar actualmente se encuentran alimentos naturales que pueden ejercer
funciones antioxidantes, de desintoxicación y antiinflamatorias y mejorar los controles
metabólicos en estos pacientes.
Para conocer más sobre el tema, se describen una serie de tipos de dietas en el síndrome
metabólico donde se ha mostrado una serie de hallazgos de ensayos clínicos realizados,
señalando varios beneficios:
Como se pudo observar se debe de llevar una vigilancia nutricional para llevar un mejor control
metabólico del paciente, seleccionar el tratamiento nutricional más adecuado para el paciente.
A continuación se menciona algunos aspectos que hay que tomar en cuenta:
Cierre de unidad
En esta unidad se ha podido estudiar las bases que fundamentan el manejo nutriológico en
enfermedades metabólicas con trastornos de los hidratos de carbono y síndrome metabólico,
ya que a partir de los contenidos revisados, en tu práctica profesional se pueden establecer
acciones preventivas, curativas y recuperación de problemas nutricionales, para estar en
condiciones de brindar los nutrimentos precisos en forma correcta y oportuna. Como parte de
esta unidad los temas que se abordaron fueron el criterio diagnóstico, semiología y
tratamiento en estas enfermedades, para brindar un manejo nutriológico más adecuado.
Con esta unidad finalmente podemos entender de manera integral la importancia que tiene el
manejo nutriológico para poder brindar el apoyo nutricional más adecuado. Como parte del
estudio se abordaron las unidades temáticas, incluyendo tablas, esquemas, gráficos,
fotografías y artículos que los trasladaron a la comprensión, reflexión y práctica de los
contenidos, como llevar a cabo un manejo nutriológico integral. Lo que les ayudo a profundizar
en el desarrollo de habilidades para el diagnóstico y seguimiento nutricional.
El consejo final a manera a conclusión es contar con profesionales competentes para brindar
un manejo nutriológico integral, contando con los conocimientos y habilidades necesarias
para iniciarse eficazmente en el ejercicio de la profesión, encaminando sus acciones a la
conservación y/o mejoramiento del estado de salud en pacientes con trastornos metabólicos.
Actividades
La elaboración de las actividades estará guiada por tu docente en línea, mismo que te
indicará, a través de la Planeación didáctica del docente en línea, la dinámica que tú y tus
compañeros (as) llevarán a cabo, así como los envíos que tendrán que realizar.
Autorreflexiones
Para la parte de autorreflexiones debes responder las Preguntas de Autorreflexión
indicadas por tu docente en línea y enviar tu archivo. Cabe recordar que esta actividad tiene
una ponderación del 10% de tu evaluación.
Fuentes de consulta
10. Bytzer P, Talley NK, Leemon M, et al. Prevalnce of gastrointestinal symptoms associated with
diabetes mellitus. Arch Inter Med 2001;161(16):1989-1996.
11. Dworatzek P, Arcudi K, Gougeon R, Husein N, Sievenpiper J y Williams S. Clinical Practical
Guidelines. Nutrition Therapy. Can J Diabetes 2013;37(supl 1):S45-S55.
12. National Kidney Foundation. KDOQI Clinical Practice Guideline for Diabetes and CKD: 2012
update. Am J Kidney Dis 2012,60(5):850-886.
13. McEwan B, Morel-Kopp M, Tofler G, Ward C. Effect of omega-3 fish oil on cardiovascular risk
in diabetes. Diabetes Educ 2010;36:565-584.
14. Dworatzek P, Arcudi K, Gougeon R, Husein N, Sievenpiper J y Williams S. Clinical Practical
Guidelines. Nutrition Therapy. Can J Diabetes 2013;37(supl 1):S45-S55.
15. National Kidney Foundation. KDOQI Clinical Practice Guideline for Diabetes and CKD: 2012
update. Am J Kidney Dis 2012,60(5):850-886.
16. McEwan B, Morel-Kopp M, Tofler G, Ward C. Effect of omega-3 fish oil on cardiovascular risk
in diabetes. Diabetes Educ 2010;36:565-584.
32. Azadbakht L, Surkan PJ, Esmaillzadeh A, et al. The Dietary Approaches to Stop Hypertension
eating plan affects C-reactive protein, coagulation abnormalities, and hepatic function tests
among type 2 diabetic patients. J Nutr 2011; 141(6):1083-1088.
33. Azadbakht L, Fard NR, Karimi M, et al. Effects of the Dietary Approaches to Stop Hypertension
(DASH) eating plan on cardiovascular risks among type 2 diabetic patients: a randomized
crossover clinical trial. Diabetes Care 2011; 34(1):55-57.
34. Nordmann AJ, Nordmann A, Briel M, et al. Effects of low-carbohydrate vs low-fat diets on
weight loss and cardiovascular risk factors: a meta-analysis of randomized controlled trials.
Arch Intern Med 2006;166(3):285-293.
35. Stern L, Iqbal N, Seshadri P, et al. The effects of low-carbohydrate versus conventional weight
loss diets in severely obese adults: one-year follow-up of a randomized trial. Ann Intern Med
2004;140(10):778-785.
36. Dansinger ML, Gleason JA, Griffith JL, et al. Comparison of the Atkins, Ornish, Weight
Watchers, and Zone diets for weight loss and heart disease risk reduction: a randomized trial.
JAMA 2005;293(1):43-53.
37. IG American Diabetes Association. Standards of medical in diabetes. Diabetes Care.
2012;35(Suppl 1):S11-S63.
38. Food Composition and Nutrition Tables, 7th revised and completed edition, Ed. SW Souci, W
Fachmann, H Kraut.Wissenschaftliche Verlagsgesellschaft mbH, Stuttgart, 2008.
39. Schwarz K, Mertz W. Chromium III and the glucose tolerance factor. Arch Biochemistry
Biophysics 1959;85:292-295.
40. Balk EM, Tatsioni A, Lichtenstein AH, Lau J, Pittas AG. Effect of chromium supplementation
on glucose metabolism and lipids: a systematic review of randomised controlled trials.
Diabetes Care 2007; 30:2154-2163.
41. Lukaski HC, Siders WA, Penland JG. (2007) Chromium picolinate supplementation in women:
effects on body weight, composition and iron status. Nutrition 2007;23:187-195.
42. Colegio Americano de Medicina Deportiva. American Diabetes Association. Ejercicio y
Diabetes Mellitus. Med Science Ins Sports Exercise 1998;29(12):i-vi.
43. Ezkurra-Loiola P, Artola-Menéndez S, Díez-Espino J, et al. Práctica clínica en la DM2. Análisis
crítico de las evidencias por la redGDPS. [monografía en internet]. redGDPS y Elsevier
España, SL. Barcelona, España; 2011. [citado 6 agosto 2013]. Disponible en:
http://www.redgdps.org/gestor/upload/file/guias/guia_gedaps_practica-cinica-2010.pdf
44. Gardner C, Wylie-Rosset J, Gidding S, Steffen L, Johnson R, Reader D, et al. Nonnutritive
sweeteners: current use and health perspectives. Diabetes Care. 2012;35:1798-1808.
45. Banerjee S, Tran K, Li H, et al. Short-acting insulin analogues for diabetes mellitus: meta
analysisi of clinical outcomes and assessment of cost-effectiveness [Technology Report no
87]. Ottawa: Canadian Agency for Drugs and Technologies in Heath; 2007.
46. Norris SL, Engelgau MM, Narayan KM. Effectiveness of self-management training in type 2
diabetes: a systematic review of randomized controlled trials. 2001;24(3):561-87.
47. Chodosh J, Morton SC, Mojica W, Maglione M, Suttorp MJ, Hilton L, et al. Metaanalysis:
chronic disease self-management programs for older adults. Ann Intern Med 2005;143(6):427-
38.
48. Norris SL, Nichols PJ, Caspersen CJ, Glasgow RE, Engelgau MM, Jack L, et al. Increasing
diabetes self-management education in community settings. A systematic review. Am J Prev
Med 2002;22(4 Suppl):39-66.
49. World Health Organization. Definition, Diagnosis and classification of diabetes mellitus and its
complications: Report of a WHO Consultation. Part1: Diagnosis and classification of diabetes
mellitus. Geneve: World Health Organization; 1999.
50. Shepherd PR, Kahn BB. Glucose transporters and insulinaction-implications for insulin
resistance and diabetes mellitus. N Engl J Med 1999;341:248-57.
51. AMMFEN. (2014). Evaluación del estado de nutrición en el ciclo vital humano. México:
McGraw-Hill.
52. Casanueva, E., Kaufer-Horwitz, M, Pérez-Lizaur, A. y Arroyo, P. (2008). Nutriología médica
(3ª ed.) México: Panamericana / Fundación Mexicana para la Salud.
53. Cervera, P., Clapes, J., y Rigolfas, R. (2004). Alimentación y dietoterapia (Nutrición aplicada
en la salud y la enfermedad). Madrid: McGraw-Hill.
54. Gil Hernández, A. (2010). Tratado de Nutrición (4 tomos). Madrid: Panamericana.
55. Laguna, R. y Claudio, V. (2007). Diccionario de nutrición y dietoterapia (5ª ed.). México:
McGraw-Hill.
56. Ornelas Aguirre, J. (2013) El expediente clínico. México: Manual Moderno.
57. Pale Montero, L., y Buen Abad, L. (2012). Cálculo dietético en salud y enfermedad. México:
Intersistemas.
58. Andreoli, T.E., Cecil (2003) Medicina interna. 5ª ed., Madrid, Ed. Elsevier, 2003.
59. Castro del Pozo, S. (1996) Manual de patología general. Etiología, fisiopatología, semiología,
síndromes, 5ª ed., Barcelona, Ed. Masson
60. Díaz-Rubio, M.; Espinós, D. (1994) Medicina interna, Madrid, Ed. Médica Panamericana.
61. Edwards, C.R.W.; Bouchier, I.A.D., Davidson`s (1995) Principles and practice of medicine,
17th ed., Edinburgh, Chur-chill Livingstone.
62. Goldman, L.; Bennett, J.C., (2002) Cecil textbook of medici-ne, 21th ed., Philadelphia, WB
Saunders Co.,. Traducción al español: "Cecil. Tratado de medi-cina interna", 21ª ed., Madrid,
Ed. McGraw-Hill Interamericana.
63. Rozman, C., Farreras-Rozman (1995) Medicina interna, 13ª ed., Barcelona, Mosby/-Doyma
Libros.