Unidad 6. Taquimetría PDF

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA NACIONAL

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- GEOTOPOGRAFÍA -

Taquimetría.

La taquimetría es un método que permite el levantamiento plani-altimétrico simultáneo de los


puntos del terreno por mediciones indirectas mediante medios ópticos.
Estos levantamientos son ejecutados principalmente para la obtención de planos técnicos a
grandes escalas (1:1000 a 1:10000), los que se utilizan para anteproyectos de obras públicas,
vialidad, desagües, riegos, canalizaciones, construcción de edificios, etc.
Por medio de la taquimetría se pueden medir indirectamente distancias horizontales y
diferencias de nivel. Se emplea este sistema cuando no se requiere gran precisión, o cuando las
características mismas del terreno hacen difícil y poco preciso el empleo de la cinta, como en el caso
de terreno escabroso y con fuerte pendiente.
Para poder usar este método se requiere: un teodolito o un nivel que tenga en su retículo hilos
estadimétricos (que son dos trazos paralelos al hilo horizontal del retículo y situado uno por encima
(hilo superior) y otro por debajo (hilo inferior) equidistantes, y una mira sobre la cual se toman las
lecturas correspondientes al hilo superior (Ls), medio (Lm), o inferior (Li). En la figura se muestra la
imagen del retículo taquimetrito y la zona de la mira dentro del campo visual.

Li=2.679[m]
Ls=2.785[m]
Lo=2.732[m]

(Fig. 1)
El levantamiento taquimétrico se realiza mediante coordenadas polares (acimut ω, distancia
horizontal d y desnivel ∆EP). (Fig.2) y con un desnivel de anteojo taquímetro o teodolito taquímetro.
La diferencia de lecturas obtenidas con el hilo inferior y superior del retículo es el dato que se utiliza,
junto con el ángulo vertical α para determinar la distancia horizontal d, y la diferencia de nivel ∆ EP.
Para esta última es necesario también el conocimiento de la lectura del aparato y la lectura con el hilo
medio del retículo (L).

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CPCP
Mira
L

P
n
ció
ma
coli CP
de
eje
d

y
ye

d
h
PLANO DE
CE { REFERENCIA
E
ye

x
xe xp

(Fig. 2)
PRIMER CASO: taquimetría con visual horizontal

Se puede realizar con teodolito taquímetro con visual horizontal o nivel taquímetro. En la figura
3, b es el hilo central y a y c los estadimétricos. Los rayos a, b y c, paralelos al eje óptico del anteojo
pasan a través del foco principal del objetivo (F) y quedan proyectados en a', b', c' sobre una mira
vertical colocada en el punto B, determinando segmentos proporcionales a la distancia Fb'. Puede
calcularse entonces la distancia de la mira al centro del instrumento de la siguiente forma:

ob´ oF  Fb (1)
Comparando triángulos semejantes:

ac a ' c' Fa ' c'


  Fb'  (2)
F Fb' ac
Reemplazando (2) en (1)

F
ob'  oF  a' c'
ac

En donde a’c’ es el trozo de mira interceptado entre el hilo superior en inferior del retículo (diferencias
de lecturas del retículo)
a' c'  Li  Ls

ac  i = separación entre los hilos estadimétricos (constante)


f
 C = constante multiplicadora
i
ob'  d  (oT  f )  C ( Li  Ls )
d  K  C ( Li  Ls )

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La constante C generalmente es 100. Para ello el fabricante toma una lente de una distancia
focal 100 veces mayor que la separación entre los hilos del retículo.

Ejemplo numérico:

C = 100
K = 0.435 [m]
Li = 1.865 [m]
Ls = 1.151 [m]

d = 0.435 [m] + 100(1.865 [m] -1.151 [m])


d = 0.435 [m] + 71.4 [m] =71.835 [m]

En cuanto a la diferencia de nivel entre los puntos A y B (estación del taquímetro y punto de
colocación de la mira) se determina como en nivelación desde un extremo.

AB = h – LM (4)

En donde
h = altura del aparato
LM = lectura con el hilo medio del retículo.

Ejemplo numérico:

LM = 1.508 [m]
h = 1.352 [m]
H = 1.352 [m] – 1.508 [m] = -0.156 [m]
El signo negativo significa que el punto A esta mas alto que el punto B.

Anteojo analáctico

En la fórmula (3) es necesario sumar la constante aditiva K al producto C (Li - Ls). Se puede,
mediante una adecuada modificación de la construcción del anteojo conseguir que la constante K se
reduzca a cero. El anteojo en el cual se consigue esta condición se denomina analáctico. La
explicación de cómo se consigue eliminar esta constante escapa del alcance de estos apuntes.
Es necesario destacar que todos los anteojos de que están provistos los teodolitos y niveles
taquímetros modernos, son analácticos. En este caso la fórmula (3) queda:

d = C (Li - Ls) (5)

Ejemplo numérico:

Li = 2.832 [m]
Ls = 1.719 [m]
C = 100
K= 0

d = 100 (2.832[m] – 1.719[m]) = 100 [m] *1.113 [m] = 111.3 [m]


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(Fig. 3)
Para taquimetría con visual horizontal se debe disponer perfectamente horizontal el eje de
colimación del nivel o bien del teodolito. En el caso del nivel ya se vio en el estudio de estos
instrumentos (bolilla 8) como se consigue colocar perfectamente horizontal el eje de colimación. En el
caso del teodolito se debe leer 90º en el círculo cenital para los instrumentos que miden ángulos
cenitales o nadirales y 0º para aquellos que miden directamente el ángulo en altura. Mas adelante en
esta misma bolilla, con el título “Taquimetría con nivel de anteojo”, se describe un ejemplo práctico de
taquimetría con visual horizontal.

SEGUNDO CASO: taquimetría con visual inclinada

Este es el caso general. En el primer caso hemos puesto una mira vertical y que la visual
dirigida a la misma es horizontal, lo que representa un caso particular. Pero muchas veces para el
caso de fuertes pendientes nos vemos obligados, para poder interpretar la mira, a girar el anteojo en
sentido vertical de tal modo que el eje de colimación forme un ángulo α mas o menos grande con el
plano horizontal que pasa por el eje secundario del instrumento. Por supuesto, un nivel de anteojo no
puede ser utilizado para Taquimetría con visual inclinada. Se debe contar con el teodolito.
Supongamos que en la figura 4 se tenga una mira imaginaria (en línea de puntos),
perpendicular al eje de colimación OB. En el triángulo BC1C el ángulo Ĉ1 es aproximadamente recto,
con un error despreciable por el cual consideramos el ángulo Ĉ1 =90º.


Del mismo modo en AA1 B consideramos Â1 ≈ 90º


Entonces en BC1C se tiene C1B =CB cos α (1)
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Entonces en AA1 B se tiene A1B = AB cos α (2)

Luego sumando miembro a miembro (1) y (2):

C1B + A1B = (CB +AB) cos α

C1 A1 = AC cos α

C1 A1 = (Li - Ls) cos α (3)

Ya se demostró para el caso de eje de colimación horizontal (perpendicular a la mira) que:

OB = K + C (Li - Ls) cos α (4)


En ODB se tiene OD = d = OB cos α (5)

Reemplazando (4) en (5)

d = [K + C (Li - Ls) cos α] cos α

d = K cos α + C (Li - Ls) cos2 α (6)

Y si el anteojo es analáctico (K = 0)

d = C (Li - Ls) cos2 α (7)

La diferencia de nivel entre los puntos E y G será:

EG = HD - DB – BG

EG = h + DB – LM (8)


En ODB tenemos DB =OB sen α (9),

Reemplazando 4 en 9:

DB = [K + C (Li - Ls) cos α] sen α = K sen α + C (Li - Ls) cos α sen α,

O bien DB = K sen α + C (Li - Ls)1/2 sen (2α)

Y la expresión (8) queda entonces:

EG = h + K sen α + C (Li - Ls)1/2 sen (2α) – LM (10)

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Y si el anteojo es analáctico K=0

EG = h + C (Li - Ls)1/2 sen (2α) – LM (11)

a
C1 C

F A A1 LS
a LDM
o´ D LI
K
d G

h
DEG

H
E
(Fig. 4)
En el caso en que se bisecte una lectura con el hilo medio, igual a la altura del aparato, el
desnivel entre los dos puntos será

EG = C (Li - Ls)1/2 sen (2α)

Constantes instrumentales

Los valores de la aditiva K como la multiplicadora C de un instrumento, se hallan en el


catálogo que se suministra con el instrumento del fabricante. Si el catálogo se ha perdido, o por
cualquier otra circunstancia se necesitan conocer los citados valores, se procede de la siguiente
manera para la determinación simultánea de ambas constantes. (Fig. 5)
Se coloca una mira sucesivamente a dos distancias diferentes d1 y d 2 del instrumento
taquímetro, distancias que se miden con cinta. Se coloca el aparato con visual horizontal y se
efectúan las lecturas en las miras en las posiciones 1 y 2. Entonces tenemos:

S1  Li1  Ls1
S 2  Li 2  Ls 2

Y teniendo en cuenta la taquimetría con visual horizontal:

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d1  K  CS1 (1)

d 2  K  CS 2 (2)

(1) y (2) constituyen un sistema con dos incógnitas (K y C). Para resolver este sistema
aplicaremos cualquier método.

Restando (1) de (2) :

d 2  d 1  C ( S 2  S1 )

d 2  d1
C (3)
S 2  S1

Reemplazamos en (1):

d 2  d1
d1  K  S1
S 2  S1
Luego:

d 2  d1 d S  d 1 S1  d 2 S1  d 1 S1
K  d1  S1  1 2
S 2  S1 S 2  S1

d 1 S 2  d 2 S1
K (4)
S 2  S1
Para que las cantidades K y C resulten con buena precisión, es necesario que las distancias
d1 y d 2 sean muy diferentes, puesto que de no ser así tanto los numeradores como los
denominadores de las ecuaciones (3) y (4) resultarán pequeños.
Por consiguiente, los errores de observación de los segmentos S1 y S 2 tendrían un efecto
grande sobre la precisión de K y C. En vista de esta condición de que d1 y d 2 sean diferentes en
magnitud puede convenientemente emplearse para las distancias d 2 una mira centimetrada y para
las distancias d1 (de unos pocos metros generalmente) una regla milimetrada superpuesta a la mira.

Ejemplo numérico

d1 = 2.214 m
S1 = 0.0178 m
d 2 = 49.00 m
S 2 = 0.486 m

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Luego las constantes K y C tienen el siguiente valor:

2.214  0.486  49.00  0.0178


K  0.435 m
0.486  0.0178
49.00  2.214
C  100
0.486  0.0178

Tablas taquimétricas

Las fórmulas (6),(7),(10) y (11) que proporcionan la distancia horizontal y el desnivel entre dos
puntos están tabuladas en tablas taquimétricas, de las cuales existen varias. Una de las mas
conocidas es la de Jordán (Wilhelm Jordan geodesta y topógrafo alemán 1842-1899)
La práctica topográfica muestra que para distancias pequeñas no es necesario mucha
exactitud en la medición de los ángulos verticales. Las tablas de Jordan dan los valores de α de 3 en
3 minutos para los casos de distancias entre 10 y 100 metros. Para distancias entre 100 y 175 metros
los intervalos de α son de 2 en 2 minutos y para distancias superiores a 175 metros los intervalos de
α son de minuto en minuto.

(Fig. 5)
El modo de usar las tablas taquimétricas será explicado en las clases prácticas de Topografía.

Ejemplos numéricos:

1. Hallar la distancia horizontal y el desnivel entre dos puntos A y B (Fig. 6) con los datos
siguientes:

Teodolito estación en A

Mira en B

Altura del aparato h=1.40 m

Ángulo cenital Z=80°40’

Lectura hilo retículo

 Superior Ls =1.07 m

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 Inferior Li = 2.83 m


 Medio Lm = 1.95 m

K=0 C=100

Solución:

Se calcula el ángulo en altura

  90  Z  90  8040'  920'


d  C ( Li  Ls ) cos2 
d  100(2.83  1.07) cos2 920'  171.37m
d  176 cos2 920'

En tabla taquimétrica de Jordan se busca la página encabezada por la expresión 176 cos2 α y se
encuentra para α=9°20’

d  171.4m
AB  h  C Li  Ls  sen(2 )  Lm
1
2
En la página de las tablas encuentra el valor del término
C ( Li  Ls ) sen(2 )  176  sen(2 )  28.17m , entonces:
1 1
2 2
AB = 1.40 m + 28.17 m + 1.95 m

AB = 27.62 m

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C(EI-LS)½sen(2a)
C LM

d=C(EI-LS)½cos(2a)

DAB
h

(Fig. 6)
2. Hallar la distancia y el desnivel entre los puntos C y D (fig. 7)

Teodolito estación en A

Mira en B

Altura del aparato h=1.35 m

Ángulo cenital Z=106°30’

Lectura hilo retículo

 Superior Ls = 0.876 m


 Inferior Li = 1.286 m
 Medio Lm = 1.081 m

K=0 C=100

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C(LI-LS)½sen(2a)
h
C

LM DCD

D
d
(Fig. 7)
Solución:

  90  Z  90  10626'  1630'


d  C ( Li  Ls ) cos2 
d  100(1.286  0.876) cos2 
d  41cos2   37.69m

C ( Li  Ls ) sen(2 )  11.165m
1
2
En la tabla de Jordan:

d  37.7m
d  41 sen(2 )  11.17m
1
2
(Corresponde el signo negativo pues el seno de un ángulo del cuarto cuadrante es negativo)

CD = 1.35 m -11.17 m - 1.081 m =-10.901 m

PRECISIÓN DE LA TAQUIMETRÍA COMÚN

Las causas de error en las mediciones por Taquimetría son mayores que las que se tienen
con las mediciones directas, salvo en algunos casos como en la medición de distancias reducidas al
horizonte en terrenos de fuerte pendiente e irregular, por el método de resaltos.

Estas causas son:

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a) Conocimiento inexacto de los valores de las constantes taquimétricas (K y C). Dan


lugar a un error sistemático, que aparece con el mismo signo en todas las
mediciones.
b) Imprecisión en la lectura sobre la mira que ocasiona inexactitud en la medición del
intervalo comprendido entre las lecturas con el hilo superior e inferior del retículo
(corte de mira). Esto produce error en la determinación de las distancias horizontales
y diferencias de nivel.
c) Variaciones de la longitud de la mira por efecto de las variaciones de temperatura y
humedad.
d) Inexacta subdivisión de los intervalos de la mira.
e) Error de paralaje en las lecturas cuando se tiene el caso de visual inclinada y mira
vertical. El plano del retículo, que es normal al eje de colimación, no es vertical y la
imagen vertical de la mira no estará en el mismo plano que la imagen del retículo.
Por lo tanto cuando se logre adaptar las imágenes para un hilo del retículo, subsiste
la paralaje para los otros hilos.
f) Errores por condiciones especiales de la atmósfera. La diferencia de refracción
atmosférica produce errores en las lecturas con los hilos.
g) Error por falta de verticalidad de la mira. Deduciremos a continuación la expresión
que permite calcular este error (Fig. a). Supongamos el caso más común en los
taquímetros modernos, que es el que el anteojo sea analáctico (K=0).
h) Dispuesto el centro C del taquímetro sobre la vertical de un punto P con el eje de
colimación formando un ángulo cenital Z, se efectúan las lecturas L’A y L’B en A’ y B’
sobre la mira colocada en el punto Q, inclinada un ángulo  respecto a la posición
correcta (vertical). Si la mira hubiera estado en posición vertical, se hubieran
efectuado las lecturas Li y Ls en A y B.

Llamamos S’= L’i – L’s


S = Li - Ls
Dada la pequeñez del ángulo paraláctico  , se pueden considerar AA’ y BB’ paralelos al
eje de colimación en cuyo caso AB  A’’B’
S  A’’B’

S' sen( z )
En el A' ' B ' A'  
S sen( z   )
sen( z )
S’= S
sen( z   )
La distancia horizontal de PQ=D’ será:

D'  CS ' cos2 ( )

Como z  90  

D'  CS ' sen2 ( z )

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Si la mira esta en posición vertical:

D  CS ' sen2 ( z )

(Fig. 8)

 sen( z ) 
D' D  CSsen2 ( z )   1 , o sea
 sen( z   ) 

 sen( z ) 
D' D  D   1
 sen( z   ) 

Si z<90°, sen( z )  sen( z   ) , se tiene un error positivo, es decir D’>0


Si z>90°; sen( z )  sen( z   ) , se tiene un error negativo, es decir D’<0

Todo lo anterior ocurre en caso de que la mira este inclinada en sentido contrario al
taquímetro.
Si la mira esta inclinada hacia el Taquímetro, se demuestra en modo análogo que:

 sen( z ) 
D' D  D   1
 sen( z   ) 
Según experiencias realizadas, se puede afirmar que las inclinaciones medias de la mira   ,
operando con cuidado toman los valores siguientes:

 Con mira sostenida a mano, sin accesorios   220'


 Con mira verticalizada a plomada, sostenida a mano   120'
 Con mira provista de nivel esférico, sostenida a mano   025'
 Con mira provista de nivel esférico y con sostén   005'

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Entonces, para una distancia de D=100 m y con ángulos cenitales (z) de 0°, 80°, 70°, y 60°
(correspondientes a ángulos en altura  de 0°, 10°,20° y 30°) se tendrán los valores de la siguiente
tabla para el error D’-D.

Valores de D-D’ (en metros) Valores de (D-D’)/D(error relativo


 0° 10° 20° 30° 0° 10° 20° 30°
2°20’ 0.08 0.83 1.59 2.50 1/1250 1/120 1/63 1/40
1°20’ 0.03 0.44 0.88 1.39 1/3333 1/227 1/114 1/72
0°25’ 0.00 0.13 0.27 0.42 0 1/769 1/370 1/238
0°05 0.00 0.03 0.05 0.08 0 1/3333 1/2000 1/1250

Se obtendrán resultados poco distintos, aparte del signo, para los ángulos cenitales de
100°,110° y 120° (ángulos en altura de -10°; -20° y -30°) y para inclinaciones de la mira del mismo
lado del taquímetro.
Se nota, por lo tanto que este error puede ser notable, por lo cual es necesario que el
portamira tenga cuidado en colocar la mira vertical cuanto mas inclinado esté el eje de colimación con
respecto a la horizontal. Cuando se requiere notable precisión se debe usar el hilo de plomada o el
nivel esférico para mira.
Además se debe procurar evitar ángulos en alturas mayores de 25°.
El error máximo en la medición óptica de distancias, es directamente proporcional a la
constante taquimétrica y a la distancia e inversamente proporcional al aumento del anteojo. La
TEORIA DE ERRORES deduce la fórmula siguiente:

K
emax  0.0006 D
An
Siendo A el aumento del anteojo y n el número de lecturas efectuadas(para la misma
distancia).
Algunas fórmulas propuestas para la tolerancia en medición de distancias por Taquimetría son
las siguientes:
T=0.004D para distancias hasta 150 m
T=0.05D para distancias mayores a 150 m

EL TAQUÍMETRO
Equipo de Poligonación

Utilizándose el taquímetro en los itinerarios, cuyos ejes son siempre cortos, resulta que el mas
temible de los errores accidentales, estudiados con el teodolito, es el error de dirección; cuando se
utiliza alguno de los buenos taquímetros, de lectura óptica, puede ser dicho error considerablemente
mayor que todos los restantes reunidos, por lo que sería poco menos que inútil la mayor precisión en
la lectura de estos aparatos.

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Por este motivo, en itinerarios de precisión, está indicado el equipo de poligonación que evita
el error de dirección, consiste el equipo, además del taquímetro, en un juego de tres trípodes iguales
y de dos tablillas montadas sobre plataformas nivelantes idénticas a la del taquímetro, de las cuales,
tanto éste como las tablillas, pueden separarse sin mas que aflojar a mano, un tornillo de presión.
Se utiliza el equipo situando los tres trípodes en los tres puntos que determinan el ángulo del
itinerario, colocando el taquímetro en el vértice y cada tablilla en su respectivo trípode, para dirigir la
puntería en visual de espalda y de frente; después se separa el taquímetro de su plataforma nivelante
sin mover el trípode y se sustituye por la tablilla de atrás separándola de su plataforma; el taquímetro
se coloca sobre la plataforma que antes ocupaba la tablilla de delante y trasladaremos el trípode de
atrás sobre el que situaremos la segunda tablilla al nuevo punto del itinerario; de este modo, al
quedar tanto las señales como el taquímetro en el mismo lugar que antes y perfectamente centrados,
se anula el error de dirección.
Las tablillas son traslúcidas para iluminación eléctrica por detrás y su dibujo facilita la puntería.
Este equipo con iluminación eléctrica está especialmente indicado para trabajos subterráneos.

Taquímetros autorreductores

El trabajo de gabinete con los taquímetros usuales, que hemos descrito, implica en primer
lugar el cálculo de las libretas de campo, que consiste, por una parte, en determinar las reducidas de
las diferentes distancias para lo que ha de multiplicarse el número generador por el cos2 

Y después determinar los desniveles por la fórmula t+i-m, o solamente t si m=i.


Para ello hemos de hallar t=D tg que constituye, junto a la obtención de las reducidas, los
dos trabajos fundamentales del cálculo de libretas.
Aunque ambas determinaciones se hacen por medio de tablas, que facilitan el trabajo,
teniendo en cuanta la multitud de operaciones que han de hacerse, se comprende constituya éste un
trabajo costoso y lento en todos los casos.
Para hacer el trabajo más rápido y económico se han ideado unos taquímetros, denominados
autorreductores, que automáticamente dan ya hecha la operación, obteniéndose la reducida
directamente, por simple lectura de la mira. Hay algunos que además dan el término t, y, por tanto, el
desnivel, si dirigimos la visual a una altura de mira igual a la del instrumento.
En algunos taquímetros antiguos, hoy en desuso, era preciso manipular en ellos en cada
visual para adaptar ciertas piezas móviles al ángulo  medido en el eclímetro. Estos taquímetros se
llaman simplemente reductores, a los que sustituyeron los autorreductores que hoy se manejan.
Los primeros taquímetros autorreductores que se utilizaron, entre ellos alguno de origen
español, tenían serios inconvenientes, como su mayor peso y fácil descorrección, pero no ocurre lo
mismo con los que actualmente se fabrican, sumamente prácticos, rápidos y seguros, sin
diferenciarse apenas, en cuanto a su tamaño y disposición, de los taquímetros ordinarios.

Sistemas de autorreducción

Aunque muy variable el fundamento de los distintos autorreductores que se fabrican, podemos
agruparlos en tres tipos: los que se basan en el principio de la estadía de primera categoría, los que
emplean el sistema de dobles pendientes, y los que utilizan el método estadimétrico de las cuñas con
mira horizontal. Los del primer tipo y algunos del tercero, determinan también el desnivel por simple
lectura de la mira y, por tanto, no es necesario hacer lectura alguna en el eclímetro, ni usar tablas
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taquimétricas; en cambio, los del segundo tipo y también en otros del tercero, para el cálculo del
desnivel, precisan hacer una breve multiplicación.
En los tres sistemas, esencialmente diferentes, estudiaremos los fundamentos de la
autorreducción y la determinación automática del desnivel en los del primero y tercer tipo, e
indicaremos, a continuación de cada uno de ellos, como por ejemplo, la ingeniosísima manera como
algunos inventores y casas constructoras han adaptado a sus instrumentos estos principios
generales.

1° Fundamento de la reducción con estadímetros de primera categoría.

Sabemos que utilizando estadías de la primera categoría se obtiene la reducida multiplicando


la longitud de la mira (l), interceptada por los hilos del retículo, por la constante diastimométrica
(K) y por cos2  .
Para evitar multiplicar por este factor será preciso que la magnitud de mira interceptada por los
hilos, con visual horizontal, sea la misma que con visuales inclinadas, consiguiéndose este
propósito haciendo variar, convenientemente, la separación de los hilos del retículo en función del
ángulo  , aunque con ello varíe la relación diastimométrica.
Habrá de verificarse, por tanto, que:

  KI  K ' I cos2  '  K ' ' I cos2  ' '  ...

O sea,

K  K ' cos2  '  K ' ' cos2  ' '  ...

f
Y recordando que K  , siendo f=distancia focal y h= separación entre los hilos del retículo,
h
resulta:

1 1 1
 cos2  '  cos2  ' '  ...
ha h' h' '

Esto nos dice que la separación entre los hilos del retículo ha de ser proporcional coseno
cuadrado de la altura de horizonte.
Fundándonos en esto, podríamos, teóricamente, construir un retículo reductor suponiendo que
en el hilo horizontal, trazado en una placa de vidrio, se marque una graduación a derecha e
izquierda del centro, y en lugar de trazar los dos hilos del retículo paralelos, cuya separación sea
la conveniente para obtener una constante diastimométrica K, dibujar dos curvas, de modo que la
separación entre ellas, correspondientes a cada graduación marcada, sea la que existe en el
2
cero, multiplicada por el cos de la graduación respectiva.
De este modo, si suponemos que la placa de vidrio del retículo pudiese desplazarse a
voluntad a derecha o izquierda, en el anteojo, mientras permanece fijo en éste, el hilo vertical,
independiente de la placa, podríamos llevar a coincidir con dicho hilo vertical la graduación del
diagrama que coincida con la altura de horizonte leída en el eclímetro. Si, por ejemplo, fuese ésta
de seis grados, moveríamos el retículo hasta que el hilo vertical ocupe la posición trazada de
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puntos en la figura; si entonces colimamos la mira, la longitud de ésta, comprendida entre las
curvas en su intersección con el hilo vertical, multiplicada por la constante diastimométrica
correspondiente a la posición cero, con independencia de la pendiente, nos da directamente la
reducida.
A este tipo de retículo, movible a mano, correspondía el ángulo reductor Roncagli Urbani, con
el cual era preciso leer primero el limbo cenital y después colocar el retículo en coincidencia con
esta lectura, alargándose el trabajo de campo y exponiéndonos a equivocaciones. Esto se evitó
con el antiguo autorreductor español, en el que se movía automáticamente el retículo, con el
cabecero del anteojo, mediante un sistema de palancas y levas, y por eso al colocarse siempre en
posición correcta, de un modo automático, la placa de vidrio del retículo, carecía de graduación.
Aunque ambos tipos de taquímetros, reductor y autorreductor, están hoy en desuso, nos sirven,
sin embargo, de fundamentos para el estudio de los sistemas modernos.
La determinación automática del desnivel puede obtenerse mediante un nuevo sistema de
curvas del retículo, dibujadas de trazos en el esquema de la figura 176.

Fig. 175 Fig. 176

Suponiendo colocado automáticamente el retículo en la posición que corresponda a la altura


de horizonte de la visual, mientras la longitud de mira interceptada por las líneas continuas del
diagrama de la figura, multiplicada por 100( usual constante diastimométrica ), nos da directamente la
reducida, las comprendidas entre las líneas de trazos, multiplicada por 20 (constante de frecuente
uso en los autorreductores), da el término t, al que habrá que sumar la cabeza de mira para obtener
el desnivel, y nos dará directamente éste si se señala en la mira, con el hilo central del retículo, una
altura igual a la del instrumento.
La precisión en el desnivel, con las constantes a las que hemos hecho referencia, sería, por lo
tanto, cinco veces superior a la reducida, consiguiéndose, si apreciamos el milímetro en la mira,
aquilatar el desnivel, con error inferior al doble centímetro.
Es fácil darse cuenta del trazado en el diagrama de los hilos altimétricos; si la magnitud l’ de la
mira, interceptada por ellos en cada posición del retículo, multiplicada por una constante K’, nos ha de
dar t, se verificará:

t  D  tg  K 'l '

Y como D  Kl (K= constante diastimométrica y l = longitud de mira interceptada por los hilos
estadimétricos), en cada posición del retículo tendremos:

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K
l'   l  tg
K'

Las longitudes de mira l y l’ son admisiblemente proporcionales a las separaciones h y h’ de


los hilos respectivos del retículo, y por lo tanto:

K
h'   h  tg
K'

Lo que nos dice que la separación de las curvas altimétricas, en la posición del diagrama que
corresponda a una altura de horizonte igual a  , se obtiene multiplicando la separación h de los hilos
K
estadimétricos, que corresponda a esta posición, por  tg .
K'
A su vez la separación h  h0 cos2  , luego en definitiva la separación de las curvas
altimétricas responde a la fórmula:

1 1  sen(2 )
h'   sen  cos 
K' 2K '

 Autorreductores estadimétricos de la primera categoría

La originalidad de los distintos autorreductores, de este tipo, consiste en la diferente manera


de utilizar el mismo principio, indicaremos brevemente el modo de conseguir la autorreducción por
varios excelentes modelos, totalmente diferentes no obstante el fundamento común.
Autorreductor Kern-DKR. El instrumento es un teodolito de doble circuito, idéntico a los ya
estudiados, provistos del dispositivo autorreductor. Consta éste de un disco de vidrio en el que va
grabado el diagrama del retículo, que penetra en el anteojo como se observa en la figura 177.
La parte externa de aquel va protegida por una cubierta
metálica. El disco va unido a un vástago, también recubierto, paralelo
al eje del anteojo y mediante un engranaje es obligado a girar un
ángulo igual al de basculación del anteojo. Por consiguiente, al dirigir
una visual que forme un ángulo  con el horizonte gira el disco
automáticamente en el mismo ángulo  , con lo cual en el campo del
anteojo aparecerán las curvas , tanto estadimétricas como
altimétricas, en la posición apropiada, en su intersección con el hilo
vertical que permanecerá inmóvil.
Fig. 177-Dispositivo autorredutor Kern DKR.
El diagrama es una modificación del esquema de la figura
176, permaneciendo las curvas equidistantes (fig. 178), no de una
recta horizontal, como allí se dibujó, sino de la circunferencia cuyo centro es el giro del disco y que
pasa por la cruz filar, que es fija.
Para comprobar que no ha habido descorrección en la posición del disco, basta cerciorarse de
que cuando la visual sea horizontal, coincide la cruz filar, que permanece fija, con el punto de
intersección de las curvas altimétricas del diagrama; si hubiese experimentado movimiento, después
de bien corregido y bien nivelado el taquímetro, se hará que la lectura del eclímetro, señale la
horizontalidad de la visual y mediante dos tornillos de corrección se imprime al disco un movimiento
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horizontal y otro vertical, hasta que la cruz filar coincida con el punto de intersección de las curvas
altimétricas del diagrama, que también es el centro de las estadimétricas.

El campo del anteojo, al visar una mira, aparece en la forma de la figura 179. Los hilos
exteriores corresponden a las curvas estadimétricas y los interiores a las altimétricas. La constante
diastimométrica K es de 100 y la constante altimétrica K’ es de 20 en esta posición del retículo: por
tanto, la figura acusa una distancia reducida 100 27cm  22.7m y un valor para
t  20  16.5cm  3.30m . A esta cifra habrá que sumar la cabeza de mira para obtener el desnivel.

Con objeto de que las curvas altimétricas sean


siempre interiores a las estadimétricas se interrumpen
en el diagrama a los 12° de altura de horizonte, que
rara vez será superado. Para inclinaciones mayores
de las visuales van grabadas otras curvas
comprendidas entre los 12° y 27°, cuya constante K’
Fig. 180-Diagrama autorreductor Hammer Fennel con hilos es 50. Muy rara vez se dirigirán visuales de mayor
alométricos pendiente, no obstante, aún llevan entre los 27° y los
40°, un nuevo sistema de curvas altimétricas de
constante K’=100.
Para evitar confusiones van grabados en el diagrama dos trazos, como se ve en la figura 179,
en el sector de constante 20, cinco trazos en el de constante 50 y un solo trazo en el de 100 (fig.
178).

 Autorreductor Hammer-Fennel

El diagrama grabado en una placa de vidrio, adopta la forma de la figura 180. Las curvas
altimétricas y estadimétricas tienen común la curva inferior, denominada, la curva de los ceros; a
partir de ella se miden las longitudes de mira hasta la curva estadimétrica, esta lectura, multiplicada
por la constante 100 nos da la reducida.
Para la obtención del desnivel lleva el diagrama dos curvas altimétricas: una de constante 10,
utilizable hasta 14° de altura de horizonte, y otra, de constante 20, para pendientes mayores; estas
curvas llevan grabado el signo (+), para las visuales ascendentes y el signo (-) para aquellas
descendentes.
La ingeniosa originalidad de estos taquímetros estriba en que el diagrama no ocupa la
posición del retículo, sino que es exterior al anteojo y fijo al soporte (fig. 181). En la mitad del campo

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visual del anteojo, y haciendo las veces de retículo, se forma la imagen del diagrama, transmitida
desde el exterior, por un sistema de prismas y lentes, mientras en la otra mitad se percibe la imagen
del objeto visado.
Frente al diagrama y unido al anteojo, va un prisma que transmite la imagen al interior del
anteojo a través de una abertura y al bascular recorre el prisma los sectores del diagrama, viéndose
girar su imagen, en el campo, un ángulo igual al de basculación.

El campo tiene la apariencia


que se indica en la figura 182; en la
mitad izquierda se ve la imagen de
una mira especial, dividida en
centímetros, pero estando situado el
cero, que lleva un signo bien visible,
a 1.4m del suelo, por poseer ésta
la altura media a que suele quedar
el anteojo de los instrumentos una
vez estacionados; la cabeza de mira Fig. 182-Lectura directa de la reducida 12.6
será la diferencia de la altura a que metros y del desnivel 0.95 metros (más la

realmente se coloque y 1.4m.


cabeza de la mira)

Fig. 181-Tauímetro autorreductor Hammer- La mitad derecha del campo está ocupada por la imagen
Fennel. invertida del diagrama, que aparece cortada por el borde del prisma,
que sustituye al hilo vertical del retículo, haciéndose la lectura con los extremos libres de los hilos. El
centro de la curva de los ceros, en el diagrama, coincide con el eje de giro
del anteojo, y por eso, al cabecear éste, no varía de posición, especto al
campo, el extremo libre de esta curva.
La constante diastimométrica es igual a 100 y la de alturas a 10;
por tanto, en la figura 182 leeremos una distancia reducida de 12.6m y un
desnivel de 0.95m, más la cabeza de mira.
Algunos de éstos taquímetros van desprovistos de limbo cenital, ya
que para el cálculo de desniveles, con los autorreductores de diagrama, no
se precisa conocer la altura de horizonte; también existen otros provistos
de limbo cenital, además del dispositivo autorreductor, para poder
utilizarlos, indistintamente, como taquímetros corrientes o como
autorreductores. En todos los casos, la constitución del instrumento es
análoga a la de cualquier taquímetro con limbos de vidrio y lecturas por
métodos ópticos.

 Autorreductor Dahlta

El ingeniero Dahl, de la nacionalizada casa Zeiss, de Jena Fig. 183-Marcha de los rayos
(Alemania Oriental), ha introducido una afortunada modificación en el luminosos en el autorreductor
autorreductor anterior; consiste en dibujar el diagrama en un limbo vertical Dahlta: 1-Limbo acimutal; 2-Cenita;
3-diagrama
y hacer que los rayos luminosos del anteojo le atraviesen mediante un
sistema de prismas (fig. 183), con lo que la imagen del diagrama se proyecta en la totalidad del
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retículo sin reducir el campo visual, que ahora corresponde a toda la sección, en lugar de serlo a la
mitad.
Las reflexiones de los rayos luminosos hacen que la imagen no quede invertida, por lo que las
miras han de llevar los números en posición normal.
Se representa el aparato en la figura 208, unido a la plancheta rotatoria semiautomática, de la
que más adelante se hará mención

2° Método de las dobles pendientes, fundamento del clisímetro.

Los autorreductores de este tipo llevan su basamento y limbo acimutal idéntico al de cualquier
taquímetro ordinario, en cambio carecen de limbo acimutal, que sustituyen por un clisímetro,
instrumento que por no destinarse a la medida de ángulos no estudiaremos entre los goniómetros,
aunque si daremos ahora su fundamento como autorreductor.
En todos los clisímetros del eje de rotación del anteojo (fig. 185-186) va próximo al objetivo,
mientras el extremo del ocular se desliza, arrastrando un nonio, a lo largo de una regla vertical
graduada unida a la armadura del instrumento.
Cada unidad del nonio suele representar la milésima parte de la distancia que existe entre el
eje de giro del anteojo y la regla, y en los aparatos más perfectos la diezmilésima, es decir, que
en lugar de obtenerse el ángulo que forma la visual con la horizontal, se obtiene su tangente,
generalmente llamada la pendiente, que será positiva en la mitad inferior de la regla y negativa en
la mitad superior.

Sea O (fig. 184) el eje de rotación del anteojo y p1 p 2


la regla graduada, E el pie de la vertical que pasa por O y A un
punto del terreno en el que se coloca una mira.
Supongamos que se dirige una primera visual a m1 ,
obteniéndose en la mira la lectura m1 (distancia del suelo) y en
la regla una pendiente p1 (valor de la tangente del ángulo) el
desnivel, de E a A, ya que t  D  tg , viene expresado por la
Fig. 184-Fundamento de la autocorrección por fórmula
dobles pendientes.

Z EA  Dp1  i  m1

Si dirigimos una segunda visual tendremos igualmente:

Z EA  Dp 2  i  m2 :

Igualando ambas expresiones y despejando D, valor de la reducida:

m1  m2
D
p1  p 2

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Si la diferencia de pendientes fuese, por ejemplo, de 0.01, quiere decir que cada centímetro de mira,
comprendido entre las dos visuales, representaría 1m del terreno, y medio metro si fuese 0.02. Claro
está que la medida de D será tanto más precisa cuanto mayor sea la diferencia de pendiente. A la
distancia D habrá que sumarle en cada instrumento una constante igual a la distancia que existe
entre el eje de rotación del anteojo y el eje vertical.
Una vez conocida la reducida obtendremos el desnivel, calculando el término t  D  p en
cualquiera de las dos visuales, o bien e las dos, sumándole las respectivas cabezas de mira, para
hallar después el promedio de los valores obtenidos, que servirán de comprobación, si su diferencia
es pequeña.
No se evita, con estos instrumentos, el hacer el producto D  p , si bien podemos elegir la
pendiente de modo que sea un número redondo, fácil de multiplicar.
Un clisímetro asociado a un limbo acimutal constituye un clisigoniómetro, y dotando a éste de
movimiento general tendremos el fundamento de un taquímetro autorreductor el segundo tipo,
aunque suele introducirse algunas variaciones, para facilitar el trabajo, como las que a continuación
se describen.

 Autorreductor Sanguet- Morin de palanca

Como ejemplo de taquímetros autorreductores, del


segundo tipo, citamos el que construye la casa Morin, de Paris
(figura 185), ventajosa modernización del antiguo autorreductor
Sanguet, que estuvo en boga hace tiempo, sobre todo en Francia.
Aprecia el nonio en la escala, en el modelo moderno, hasta la
diezmilésima de pendiente; una lectura, por ejemplo de 1253,
indica que la pendiente de la visual es de 125.3mm por metro.
El anteojo, al bascular, arrastra el nonio que se desliza
sobre la escala, y una vez fijado aquél, puede llevarse, con un
movimiento lento a enrasar el hilo horizontal del retículo con la
división de mira que convenga.
La basculación del anteojo puede lograrse no solo por el
movimiento de deslizamiento del nonio, sino que una vez
Fig. 185-Taquímetro autorreductor Sanguet Motin, inmovilizado éste con el tornillo de presión, puede también
de palanca. moverse el anteojo, arrastrado por la escala, obligada a subir o
bajar por medio de la palanca que se ve en la figura, encaja aquella, a voluntad, en uno de los cuatro
tipos diferentes y hace variar la pendiente cantidades fijas al pasar de uno a otro tope.
Para la determinación de la reducida, no interesa conocer el valor absoluto de las pendientes
de las dos visuales, sino su diferencia, p1  p 2 (denominador de la fórmula antes hallada); esta
diferencia es conocida, cualquiera sea la posición del nonio en la regla, por la combinación que
hagamos de los topes de la palanca, consiguiéndose, de este modo, con gran rapidez, calcular hasta
seis veces la distancia, expresada en metros (combinaciones posibles de los cuatro topes dos a dos),
dividiendo la diferencia respectiva de lecturas de miras, expresada en centímetros por 0.4, 0.8, 1, 1.2,
1.8 y 2.2 diferencias posibles de pendientes, con lo que se aumentará la precisión y se comprueba el
resultado con toda certeza.
La lectura de la pendiente habrá que hacerla solo una vez, correspondiente a la posición de la
palanca en el tope cero, en cuya posición se fija el nonio en la regla; el producto de esta pendiente
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por la reducida, mas la cabeza de mira que se obtenga en dicha posición de la palanca, nos dará el
desnivel.

 Autorreductor M.F

Una afortunada modificación de este tipo de autorreductores es el original tangentímetro español


de los Ingenieros de Caminos señores Mendizábal y Fungairiño, del que ya hemos hablado como
aplicación práctica del principio de las estadías de segunda categoría.

La novedad del sistema, aparte de ingeniosos sistemas


constructivos, es la de desplazar la regla por medio del tambor
y hélice, en él grabada, de que hablamos con anterioridad,
leyéndose la reducida directamente en dicha hélice utilizando el
principio de las estadías de segunda categoría, evitando no
solo el cálculo de D, por la fórmula de los clisímetros antes
indicada, sino el hacer lecturas, ni de mira ni de pendiente, por
utilizar mira constante de tablillas, separadas 1.5m , con gran
economía de tiempo, consiguiéndose, con la ampliación de la
hélice, aumentar la precisión considerablemente.
La tablilla más baja de la mira se halla a 1.4m del suelo,
que es la que se utiliza para el cálculo del desnivel, haciendo
que la hélice marque  antes de dirigir la visual, para colocar la
Fig. 186-Taquímetro autorreductor M.F. regla en posición normal, leyéndose después de la pendiente
en esta regla, única lectura que se precisa además de la del limbo acimutal, en todo análogo, lo
mismo que el basamento, al de cualquier taquímetro ordinario.

 Autorreductor Salmoiraghi
Un moderno y original autorreductor de dobles pendientes construye, en la actualidad, la casa
del Salmoiraghi de Milán (fig. 187), en él se ha sustituido la tradicional regla vertical de pendientes de
los clisímetros por un limbo cenital de vidrio, en el que la graduación es de tangentes en vez de
señalar ángulos.
El eje de colimación, por un sistema de lentes y prismas, se quiebra y atraviesa el limbo
cenital donde van señaladas las pendientes, formándose, en éste, una primera imagen, la que es
trasladada después al retículo donde se forma una segunda imagen, sin invertir, del objeto y del limbo
conjuntamente (fig. 188).
La marcha del rayo luminoso, coincidente con el eje de colimación, es análoga a la
representada en el esquema de la figura 183.
El hilo horizontal del retículo (fig. 188), señala la pendiente p1 , 50 por 100 en este caso,
obteniéndose la lectura de mira m1 ; haciendo ahora cabecear el anteojo, obtendremos una nueva
pendiente p 2 y una nueva lectura m2 ; la distancia vendrá dada, como sabemos, por la fórmula:
m1  m
D
p1  p2
Procuraremos que p1 y p 2 sean números sencillos para facilitar la operación, el desnivel
vendrá dado por la expresión:
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Z  D. p1  i  m1  D. p2  i  m2
En el caso de la figura 188, p1  0.5 , por lo que el término t  D.p1 será la mitad de la
reducida.
La precisión por este método puede ser grande, haciendo que m1  m2 , sea lo mayor posible
y así con miras de 4m a de distancia, puede cometerse un error de 7cm  para valores de
p1  p 2 normales, pero para valores máximos el error es del orden de los 3cm  , equiparable al
obtenido con miras horizontales.
Una nueva originalidad de este aparato es la posibilidad de obtener directamente la reducida
con una sola posición del anteojo, aunque con menos precisión que el método anterior.

A este efecto, van señalados, en


el limbo vertical unos trazos (ver figura
188) que se corresponden con
variaciones de pendiente de 0.02 y que
pueden actuar como hilos estadimétricos
autorreductores, según vamos a ver
seguidamente.

Observemos que la variación de Fig. 188-Lecturas en la mira: Distancia,


0.02 en la pendiente que señalan los 19.60 m. Pendiente, 0.50 metros.
trazos que corresponden a radios del Desnivel 19.60x0.5=9.8 metros.

círculo, mientras que el ángulo formado por las visuales a los puntos
de la mira que señalan dichos trazos, se cortan en el centro óptico
del objetivo, a una distancia de la imagen de la mira igual a la focal.
Fig. 187-Taquimetro autorreductor El arco de ambos ángulos es el mismo, y, por tanto, su magnitud
Salmoiraghi.
estará en relación inversa a sus radios.
El radio del círculo en este aparato es de 5cm  , y la distancia focal, 20 centímetros, por tanto,
el ángulo formado por los radios del círculo, cuya pendiente varía en 0.02 será cuatro veces mayor
que el formado por los rayos ópticos que unen el centro del objetivo con los puntos de la imagen de la
mira en el retículo que señalan los trazos.
Esto quiere decir que si llamamos “l” a la longitud de la mira interceptada por dos trazos
consecutivos ( 9.8cm en la figura), será la cuarta parte de la diferencia de lectura de la mira
m1  m2 que se obtendrá al variar la pendiente, en 0.02, o sea:

4l
D  200  l
0.02
Esto quiere decir que cada dos trazos consecutivos, correspondientes a variación de
pendiente de 0.02, pueden tomarse como hilos estadimétricos de constante 200; en el campo del
anteojo aparecen siempre como mínimo cinco trazos, y si de estos tomamos tres, la constante
correspondiente a los dos trazos extremos será 100, y será 50 si tomamos los extremos de 5 hilos.
Según esto la distancia señalada en la figura 188 es de 19.60my el desnivel de 9.8m , igual a la
cabeza de la mira.

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 Autorreductores de prisma estadimétrico

Utilizando el principio de la cuña y mira horizontal, para medidas indirectas de distancias,


cosntruía la casa Zeiss el taquímetro Bosshart, semejante al RDH, que actualmente fabrica la casa
Wild, y al DK-RT de la casa Kern; todos ellos son autorreductores y utilizan una mira horizontal
(fig.133 y fig.134), y por desplazamiento de la imagen de ésta, se observa directamente la reducida.
El anteojo del primero en su mitad inferior delante del objetivo (fig.189), lleva un prisma
rómbico. P, que desplaza rápidamente los rayos luminosos, y en frente de él, lleva dos cuñas, P1 y
P2 ; éstas al desviar el rayo luminoso, forman el ángulo diastimométrico horizontal  o exactamente
igual que cualquier estadímetro de cuñas. La novedad de este sistema es que P1 y P2 , en vez de ser
fijas y con su plano principal horizontal, son rotatorias, en sentido contrario, alrededor de un eje
paralelo al de colimación.

Supongamos (fig.190) las dos cuñas en posición


normal; al observar una mira horizontal, veremos
superponerse las dos imágenes, una en visión directa
(parte superior del anteojo) y la otra desviada por las
cuñas, con lo cual el punto B de la segunda, parecerá
superpuesto al O de la segunda imagen, según ya
sabemos.
Si mentalmente separamos ahora una cuña, por ejemplo
la P2 , el ángulo diastimométrico se reducirá a la mitad, y
dada su pequeñez, al ser el arco prácticamente igual a
la tangente variamos el punto A medio de OB en
superposición con O.
Imaginando, bajo el supuesto de prisma único, que a
éste le imprimiésemos un movimiento de rotación Fig. 189-Dispositivo de la doble cuña de Bosshart.
alrededor del eje OC, el rayo CA describiría un cono y el
punto A una circunferencia de centro O, en el plano de
perfil, que para mayor claridad se dibuja abatido sobre
el plano de dibujo.
Al girar el prisma P1 un ángulo  , se desplazará del
punto A de la imagen a un punto A’, y si en esta
posición del prisma P1 se introduce horizontalmente el
prisma P2 , la imagen A’ se trasladará a la posición B’, y
al hacer girar el prisma P2 , dejando fijo P1 , el punto B’
describirá la circunferencia A’B’; cuando P2 gire en el
mismo ángulo  en el sentido contrario al que giró la Fig. 190-Fundamento del sistema de autorreducción de Bosshart.

cuña P1 , el punto B’ pasará a la posición B’’ sobre la recta OB, y veremos este punto B’’ en
superposición con O del la imagen directa, en vez de serlo el B que veíamos en la posición normal,
por tanto, con el giro de los dos prismas en sentido contrario, se habrá acortado la longitud de mira y
el ángulo diastimométrico  o se habrá reducido al ángulo  .

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Del examen de la figura, y teniendo en cuenta que OA’=A’B’’, se deduce:

OB' '  2OA' cos   OB cos 

Por otra parte, llamando D a la distancia natural CO, ha de verificarse:

OB  D.tg 0 ,

Y sustituyendo en la expresión anterior, designando por l la lectura de la mira:

l  D.tg 0 cos 

De donde:

l cos
D (1)
tg0 cos 

Suponiendo que consiguiéramos por medio de un artificio que el ángulo  , giro de las cuñas, fuese
igual al ángulo  , altura de horizonte, la fórmula anterior se convertiría en:

l
D  Kl
tg0

Obteniéndose así, directamente la reducida, sin mas que multiplicar la constante diastimométrica
K(igual a 100) por la lectura de la mira, obtenida con el nonio de la mira. Aun se obtiene una mayor
aproximación apreciándose hasta el centímetro de distancia, por aplicarse en la parte superior del
anteojo, el principio de la lámina de vidrio de las caras paralelas movida mediante un tambor para
asegurar la perfecta coincidencia de la raya del nonio y la de la regla, imprimiendo pequeños
desplazamientos que se miden en el tambor, a la imagen no desviada por las cuñas.
La coincidencia del ángulo  y el ángulo  , (fig. 189) por ir montadas las cuñas en aros que,
mediante un engranaje cónico, se mueven en sentido opuesto al girar el piñón p. Este se mueve
solidariamente a la rueda dentada r , al cabecear el anteojo, por rodar aquella sobre el disco R,
también dentado que permanece fijo. El número de dientes está calculado para que el ángulo que
giren los aros, soporte de las cuñas, sea el mismo que el de elevación del anteojo.

Altimetría: Con el autorreductor RDH, de Wild, mediante un ingenioso dispositivo, es posible medir
desniveles con la misma facilidad y precisión que los obtenidos en la evaluación de distancias;
actuando sobre un tambor se imprime a las cuñas un giro de 90º en sentido opuesto y de este modo,
en la posición inicial, de visual horizontal, las cuñas quedan verticales en lugar de estar horizontales
como para uso planimétrico.
Si a partir de esta posición se hace girar la cuña un ángulo  , formarán con la horizontal el ángulo
90º-  , y por tanto, la fórmula (1), para esta disposición de las cuñas se transformará en:

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l cos
D
tg0 sen

De la misma manera que antes, el ángulo  que giran las cuñas, es igual al giro  del anteojo, de
1
donde resulta, teniendo en cuenta que, K  :
tg0
K .l  Dtg  t

Es decir, que la lectura de mira, multiplicada por la constante K (igual a 100) nos da el término t, y
sumándole la cabeza de mira, si fuese distinta de cero, obtendremos el desnivel.
Como en la mira, utilizando el tambor de placa de vidrio, puede apreciarse hasta la décima de
milímetro, podremos obtener tanto distancias como desniveles, con la aproximación teórica de un
centímetro.
En otros autorreductores de este tipo puede leerse en el limbo cenital la pendiente, o sea tg ,
además de la graduación, y para obtener el desnivel es preciso multiplicar, la distancia por dicha
tangente, operación que se evita con RDH de Wild.

 Taquímetros registradores

La casa alemana Fennel y la suiza Kern han


señalado una nueva orientación para la futura topografía,
simplificándola al máximo, con la construcción de sendos
taquímetros registradores (fig.191) que impresionan, en una
película, mediante un código especial (fig.192), de los limbos
acimutal y cenital, la distancia y el número de orden de cada
uno.
La medida de distancias se basa en el mismo
principio que el autorreductor que acabamos de estudiar,
mediante una estadía horizontal y duplicación de imágenes
por medio de dos prismas, uno fijo, y el otro compuesto de
dos cuñas que, como en el caso anterior, giran en sentido
contrario, haciendo variar el ángulo diastimométrico, si bien, Fig. 191-Taquímetro registrador Z-84 de Kern
en ese caso, el giro se hace a mano hasta conseguir que
coincidan las respectivas imágenes de dos señales de la
estadía, única graduación que lleva.

Evidentemente, el ángulo que formen las cuñas


cuando coincidan las señales de la estadía, será función de
la distancia, y un limbo giratorio con ellas señala en la Fig. 192-Película impresionada según código.
película, el ángulo girado, que queda registrado según el
código antes indicado, consiguiéndose, la precisión de 1 a
3cm  para distancias comprendidas entre 2.5 y 150m .
Fig. 193-Cinta perforada.

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Después en el gabinete, en un originalísimo aparato construido por la casa Zuse, común para los
taquímetros registradores de Kern y Fennel, se traduce automáticamente el código de la película a
una cinta perforada (fig. 193), lenguaje leído por un ordenador electrónico, que nos dará las
coordenada de todos los puntos de forma automática, previo un programa especial, que permite tener
en cuenta los datos suministrados por la película y las constantes del taquímetro.
La película ha de impresionarse con este código especial, consiste en señales en blanco y negro, en
lugar de fotografiar los números propios de los ángulos o de las distancias, porque esta escritura no
sería legible por la máquina traductora, la cual precisa un código que pueda leer y traducir, en la cinta
perforada, al idioma propio del ordenador.
Aún puede simplificarse más el trabajo utilizando un coordinatógrafo electrónico, que señala
automáticamente cada punto en función de sus coordenadas, con lo que se evita no solo todo genero
de lecturas y anotaciones en el campo, sino la totalidad de los trabajos de gabinete, e incluso la
situación gráfica de los puntos sobre el papel, anulando además toda suerte de errores personales.

La brújula
Aguja magnética
Una aguja imantada, suspendida por el centro, toma, en cualquier lugar de la tierra, una
dirección determinada, formando el plano vertical que pasa por ella un pequeño diedro con el plano
meridiano, e inclinándose más o menos la aguja con respecto a la horizontal. A la mitad de la aguja
que se dirige al norte se la denomina aguja norte y a la otra mitad se la denomina aguja sur.
La orientación espontánea de la aguja implica la existencia de un campo magnético terrestre,
comportándose el globo terráqueo como un gran imán, cuyos polos magnéticos, se hallan próximos a
los geográficos, pero no coincidentes con ellos.

La aguja sigue en cada punto la dirección de las líneas de fuerza de este gran imán y al no ser
éstas paralelas a la superficie terrestre, salvo en una zona o ecuador magnético, no queda horizontal
el eje de la aguja, sino que en el hemisferio Norte, dirige hacia la tierra el extremo norte, formando un
ángulo con la horizontal, que se denomina inclinación magnética; lo
contrario ocurre en el hemisferio sur.
Para evitar este inconveniente suele variarse el peso de las
dos mitades, bien limando la norte, en este hemisferio, formando
una escotadura para disminuir su peso, y que se equilibre con la
sur, o aumentando el peso de ésta, mediante una pequeña
abrazadera que, desplazándola, permite utilizar la misma aguja en
distintos lugares de la Tierra.
En ambos casos se distingue inmediatamente la aguja norte
de la sur y con frecuencia se pavona a la primera para evitar
confusiones.
No coincidiendo los polos magnéticos terrestre con los polos
geográficos, tampoco coincidirá la dirección de la aguja con la
meridiana astronómica, formando con ella un cierto ángulo
denominado declinación magnética; cuando la aguja norte queda al Brújula moderna.

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O. de la meridiana la declinación se llama occidental o negativa, y es oriental o positiva en el caso


contrario.

 Taquímetros especiales (o taquímetros autorreductores)

1
Las magnitudes d  c(l1  l s ) cos2  y H  c(l i  l s ) sen(2 ) son obtenidas mediante la
2
ayuda de tablas en base a los elementos numéricos tomados en el terreno. Pero aún con tablas el
cálculo de “d” y “ H ” para cada punto del terreno insume un tiempo considerable si el levantamiento
taquimétrico consta de numerosos puntos, que es el caso más común.
Es lógico entonces que a medida que creció la importancia de la taquimetría, aumentó
también el interés en fabricar taquímetros especiales llamados taquímetros autorreductores, que
permitiesen determinar directamente en el terreno las distancias horizontales y desniveles.
Los taquímetros autorreductores se clasifican en dos grupos;

a) Taquímetros que proporcionan las magnitudes “d” y “ H ” mediante la lectura directa de los
segmentos de mira.
b) Taquímetros que permiten la determinación de las magnitudes “d” y “ H ”, siendo
1
d  c(l1  l s ) cos2  y H  c(l i  l s ) sen(2 ) con la ayuda de elementos mecánicos de la
2
más diversa índole, como reglas graduadas, correderas, triángulos de proyección, etc.

Taquímetros del grupo A

Se caracterizan por la variabilidad de la distancia interfilar (l1  l s ) en función del ángulo


vertical  . La distancia interfilar se la hace variar mediante el desplazamiento de un diagrama de
curvas, en el plano del retículo siendo ese diagrama de curvas la representación gráfica de infinitas
distancias interfilares, de las cuales se presentará automáticamente debajo del “hilo vertical” para la
lectura directa, cada vez la magnitud (l1  l s ) cos2  .
Para evitar multiplicar por el factor cos2  será preciso que la magnitud de mira interceptada
por los hilos, con visual horizontal, sea la misma que con visuales inclinadas, consiguiéndose ese
propósito haciendo variar, convenientemente, la separación de los hilos del retículo en función del
f
ángulo  , aunque con ello varíe la relación diastimométrica C  .
i
Habrá de verificarse por lo tanto que:

d  c(l1  l s )  c' (li  l s ) cos2  '  c' ' (li  l s ) cos2  ' '  .......
O sea, C  c'.cos  '  c' '.cos  ' '  .......
2 2

f
Y recordando que C  , siendo:
i
f= distancia focal
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i= separación entre los hilos del retículo,

Resulta:

' ''
f f f
   cos2  '    cos2  ' '  ......
i i i
Lo que nos dice que la separación entre los hilos del retículo ha de ser proporcional al coseno
cuadrado del ángulo en altura.
Fundándonos en esto podríamos, teóricamente construir un retículo reductor (fig.8)
suponiendo que en el hilo horizontal, trazado con una placa de vidrio, se marque una graduación de
ángulos en altura a derecha e izquierda del centro, y en lugar de trazar los hilos estadimétricos
paralelos, dibujar dos curvas, de modo que la separación entre ellas correspondiente a cada
graduación marcada, sea la que existe en el cero multiplicada por el coseno al cuadrado de la
graduación respectiva.
De este modo, si suponemos que la placa de vidrio del retículo pudiese desplazarse a
voluntad a izquierda y derecha, en el anteojo, mientras permanece fijo en éste el hilo vertical,
independientemente de la placa, podríamos llegar a coincidir con dicho hilo vertical la graduación del
diagrama que coincida con el ángulo en altura leída en el círculo vertical.
Si por ejemplo, fuese ésta de 6º, moveríamos el retículo hasta que el hilo vertical ocupe la
posición trazada de puntos en la figura 8; si en entonces leemos en la mira la longitud de ésta,
comprendida entre las curvas en su intersección con el hilo vertical, multiplicada por la constante C
(generalmente 100) correspondiente al cero con independencia de la pendiente, nos da directamente
“d”.
La obtención automática del término
1
c  (li  l s ) sen(2 ) puede conseguirse mediante
2
un nuevo sistema de curvas del retículo, dibujadas
en líneas de rayas (ver fig. 9). Suponiendo
colocado automáticamente el retículo en la
posición que corresponde al ángulo en altura de la
visual, la longitud de mira interceptada por la línea
de trazos, multiplicada por otra constante
(Fig 8)
C(generalmente 20), da el término c, al que deberá
sumarse la altura del aparato y restarse la lectura con el hilo medio para obtener el desnivel, y nos
dará directamente éste si se señala en la mira con el hilo medio, una lectura igual a la altura del
aparato.
La precisión en el desnivel, con las constantes a que hemos hecho referencia sería, por lo
tanto, cinco veces superior a la obtenida en la distancia horizontal.

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Para el trazado de las curvas correspondientes a la altimetría (fig.9) se tiene:

1 1
c  (li  l s )  c' (li  l s ) sen(2 )'  c' ' (li  l s ) sen(2 ) n  .....
2 2
Dividiendo por (l i  l s )
1 1
c  c' sen(2 )'  c' ' sen(2 ) n  .......
2 2
f
Y recordando que C 
i
' ''
(Fig 8)
f f 1 f 1
   sen(2 )'    sen2 ' '  .....
i i 2 i 2
Existen otros taquímetros autorreductores cuya explicación saldría de los límites de estos
apuntes.
Si se desea conocer otros tipos de taquímetros autorreductores, consultar la bibliografía siguiente:
 Tratado de Topografía General y Aplicada, por García-Tejero.
 Topografía, por Álvaro Torres y Eduardo Villate.

LEVANTAMIENTO PLANI-ALTIMÉTRICOS POR TAQUIMETRÍA (con visual inclinada)

Terrenos de mediana y grande extensión

Los puntos estación del instrumento P1 , P2 ….. Pm (fig.10) son llamados puntos básicos del
levantamiento taquimétrico. Los acimutes de los diversos puntos del terreno donde se coloque la
mira, pueden ser contados o medidos a partir de la dirección al norte magnético o geográfico, o
también de la visual a cualquier punto fijo destacado. Así se obtendrán los acimutes magnéticos,
geográficos o convencionales.
En los trabajos de levantamiento a plancheta, los rumbos de las visuales, sin medirlos, se
pasan directamente al dibujo de la plancheta, luego de haber sido ésta orientada cuidadosamente
con ayuda de la brújula y de visuales tomadas a puntos trigonométricamente conocidos.
En el punto P1 se miden el acimut y el ángulo en elevación cuando se bisecta una mira, por
ejemplo el punto 12 y taquimétricamente, se halla la distancia horizontal entre P y 1, y además la
diferencia de nivel entre los mismos puntos.
Para la determinación de los puntos básicos, que sirven de vértices a las poligonales, a las cuales
se refiere el levantamiento, se pueden adoptar los métodos siguientes:

a) Método trigonométrico: La posición planimétrica de los puntos de la base se hace por medio
de la triangulación (ver Bolilla 5). En cuanto a la posición altimétrica de estos puntos se hace
por nivelación trigonométrica, ya estudiada en la bolilla 7. Es aplicable a zonas de gran
extensión.
b) Método de la poligonación: Midiendo los ángulos horizontales con teodolito y las distancias
entre puntos básicos con cinta (método de rodeo). Las posiciones altimétricas de los puntos
básicos se obtienen por nivelación geométrica. Este método es aplicado especialmente

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cuando se trata de levantar largas fajas de terreno, de sólo 200 ó 300 metros de ancho como
ocurre en los trazados de caminos, ferrocarriles y canales.
c) Método de poligonales taquimétricas: Midiendo los acimutes magnéticos o ángulos
horizontales y la distancia en forma taquimétrica con el mismo instrumento. La posición
altimétrica de estos puntos básicos es obtenida también con el taquímetro. Constituyen, estos
puntos, vértices de polígonos cerrados (los que cierran en los mismos puntos de salida), o
poligonales cerradas en otros puntos de precisión superior.
Los respectivos errores de cierre Plani-altimétricos son compensados antes de iniciarse el
levantamiento de los puntos de detalle (ver guía de trabajos prácticos).
d) Método de taquimetría común: determinando en cada punto estación, no sólo los puntos de
detalle de la zona que abarca, sino también la posición Plani-altimétrica del siguiente punto
estación del taquímetro. Es decir, que las poligonales taquimétricas pueden medirse
simultáneamente con el levantamiento de los puntos de detalle. Pero será conveniente en
muchos casos, determinar previamente y por separado los puntos de estación del taquímetro
y no comenzar el levantamiento de detalles antes de haberse compensado los errores de
cierre de los polígonos principales en el supuesto caso de que esos errores no hayan
sobrepasado ciertos límites admisibles y anteriormente establecidos.
e) Método con taquímetros autorreductores: ya estudiado en el tema anterior.

En cuanto a los puntos de detalle, conviene numerarlos en forma corrida, evitándose así la
repetición de los mismos números de puntos de un mismo sector de plano o de una misma hoja.

(Fig 10)
La elección de los puntos de detalle es muy importante. En primer lugar la finalidad principal
es la de dar datos para la representación gráfica de las forma de terreno. Pero no deben ser tomados
sólo los puntos de interés para la altimetría de la región, sino también los puntos de importancia
planialtimétrica, como los que fijan los caminos, los alambrados, cursos de agua, orillas de lago,
lagunas, pantanos, límites de bosques y otros cultivos, ubicación de casas, molinos, puentes,
alcantarillas, mojones, etc.
Cuando en un levantamiento no se persigue ninguna finalidad particular, como ser, por ejemplo, la
preparación del ante proyecto der alguna obra de construcción (caminos, canal, diques, etc) conviene
que se apliquen las siguientes normas de trabajo:

a) Deben levantarse todos los puntos y líneas características de la forma del terreno. Para ellos
es necesario que sean primeramente individualizadas las llamadas líneas directrices de las
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formas del terreno, es decir, las divisorias de las aguas o dorsales (fig.11) y los talwegs o
bajos (fig. 12), destacándose así los salientes (lomas y entrantes).

(Fig 11 y 12)

Deben también ser ubicadas principalmente las líneas de cambio de pendiente (fig. 13), las líneas de
caída o de máxima pendiente (fig. 14) y también los puntos más altos y puntos cúspides de las lomas
(fig. 15) o puntos más bajos de las hondanadas (fig. 16)

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Fig. 13 (Arriba izquierda), Fig. 14 (Arriba derecha), Fig 15 (Abajo izquierda), Fig. 16 (Abajo derecha)
b) Estos puntos de detalle deben ser dispuestos en lo posible de tal modo que formen una
especie de tiros poligonales abiertos, recorrido por los mireros, los que deben moverse con
preferencia sobre las líneas directrices en el orden de la numeración de los puntos como
también sobre las líneas de máxima pendiente, los talwegs y sobre otros detalles topográficos
de forma lineal (caminos, alambrados, etc.) fijándose especialmente en los puntos donde esas
líneas de importancia topográfica recorridas por el mirero, cambian de rumbo. Algunas veces
puede ser recomendable que el mirero recorra el terreno según las curvas de nivel,
aproximadamente.

Reconocimiento previo
Con el objeto de hacer posible un levantamiento conforme a las normas de trabajo de campo
expuestas en el título anterior, es necesario efectuar previamente un reconocimiento de la superficie
que se quiere levantar desde una estación del taquímetro.
El topógrafo, a la vista del terreno, o recorriendo el mismo, ilustra al mirero llamándole la atención
sobre las líneas directrices, dorsales y bajos y muchas veces los va marcando transitoriamente (con
piedras, trozos de césped levantados, señales con tiza en arboles, en piedras, etc.).

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Croquis preliminar
En la taquimetría técnica con teodolito, se suele confeccionar un croquis que representa
aproximadamente la situación relativa de los puntos y detalles topográficos, sirviendo para aclarar
cualquier duda que podría surgir respecto al significado de las anotaciones conseguidas en la planilla
de taquimetría.
Si una misma persona hace las anotaciones en la planilla y confecciona el croquis, tanto las
anotaciones como el croquis se consignan en una misma libreta, el croquis en una pagina opuesta a
las correspondientes anotaciones.
En el caso de que el croquis sea confeccionado por una persona (jefe de los trabajos) que acompaña
a los mireros, mientras, que un ayudante o dos, efectúan las mediciones y anotaciones en el croquis,
se lleva por separado la planilla de taquimetría y la libreta de croquis. En este caso, con oportunas
comparaciones de ambas libretas se asegura la absoluta concordancia de las numeraciones de
puntos a que se refieren las dos libretas.
El croquis se hace “a ojo”, con el norte hacia arriba, teniendo en cuenta, mentalmente una
determinada escala conveniente (por ejemplo el croquis de la figura 17 que fue confeccionado a
escala aproximada de 1:1000)

Componentes del personal de un trabajo de taquimetría


El número de personas que constituyen una comisión de taquimetría técnica, con teodolito, depende
de la magnitud, naturaleza y finalidad del trabajo a ejecutar, como así también del personal
disponible.
Es posible efectuar levantamientos con un mínimo de dos personas, o sea un operador en el teodolito
y un mirero. Conviene en este caso, que el mirero sea una persona de suficiente experiencia, que por
si sola sea capaz de elegir los puntos característicos del terreno y no necesite instrucciones muy
detalladas de parte del jefe. El operador hace todas las anotaciones en la planilla y el dibujo del
croquis.
Cuando se dispone de más personal auxiliar y se quiere acelerar el trabajo, se empelan dos o más
mireros, a los que dirige el jefe del trabajo, el que también confecciona el croquis, mientras que las
mediciones con el teodolito y las anotaciones en la planilla son encargadas a uno o dos ayudantes.

Error de cenit
En general en los teodolitos el circulo cenital está constituido por un limbo graduado dividido en 360º.
Este limbo esta fijo al eje de rotación del anteojo (eje secundario) de tal modo de que cuando gira el
anteojo, también gira el limbo cenital. Existe un índice, dijo a un disco que permanece inmóvil cuando
gira el anteojo, disco que también consta de un nivel tórico llamado nivel testigo, que debe centrarse
para recién estar en condiciones de leer con el índice citado en el limbo cenital.
Ahora bien, cuando el nivel testigo está centrado, el índice deberá estar en posición correcta. Caso
contrario, existe error de cenit.
En los círculos cenitales de los teodolitos pueden leerse ángulos cenitales, ángulos nadirales o bien
ángulos en altura o depresión.
Veremos en el caso de un teodolito que mide ángulos cenitales, que es el caso más común.
Sea figura a, el croquis del círculo cenital de un teodolito. El sentido de la graduación del limbo está
consignado con una flecha en trazo lleno. El índice, en el supuesto caso que no hubiera erro de cenit,
estará en la posición 1 (cenit del circulo) cuando el nivel testigo está centrado y, en tal caso cuando
se bisecta un punto cualquier p, la lectura correcta será Lvd .

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Cuando existe error de cenit, estando centrado


el nivel testigo, el índice no está en el cenit del
círculo (posición 1) sino en otra posición, por
ejemplo en 2 y, en ese caso, la lectura obtenida
seria , incorrecta como:
E  O V
E z  Ld  Lvd (1).
Para verificar la existencia de este error ser
procede del siguiente modo:

1. En posición directa del anteojo se


bisecta un punto, se centra el nivel
testigo y se efectúa la lectura ( Ld )(
sentido de la graduación línea llena).
2. Se bisecta el mismo punto en posición
inversa, con lo cual si observamos en
Fig. A
circulo vertical desde el mismo lado (fig.
a), se vera que el índice ha pasado a la posición 3, simétrica de 2, con respecto al cenit 1.
Además el sentido de la graduación del limbo cenital será el señalado en la flecha con líneas
de raya. Después de centrar nuevamente el nivel testigo se efectúa la lectura Li .
De la observación de la fig. a se desprende que
2 E z  Ld  Li  360º
Ld  Li  360º
Ez  (2)
2
Se calcula de este modo el error de cenit. Si E z = 0 no existe error de cenit, si E z  0 existe error de
cenit y habrá que corregirlo. Para ello pueden seguirse dos caminos:

a) De (1) Lvd  Ld  E z se calcula así la lectura directa correcta cuando se bisecta en esa
posición del anteojo un punto cualquiera. A continuación se adopta esta lectura como
definitiva y se descarta Ld . Así se procede para cualquier medición con el círculo cenital.
b) De (1) Lvd  Ld  E z y accionando el tornillo que gira el disco donde se encuentra el nivel
testigo y el índice se lleva a provocar esa lectura correcta Lvd . De acuerdo con la fig. A se
deduce que el índice se colocara entonces en posición correcta (1) (cenit). Pero entonces el
nivel testigo se descentrara. Se accionan los tornillos propios de este nivel hasta centrar la
burbuja, con lo cual quedara corregido el error de cenit en el instrumento.
Ejemplo: supongamos el caso en que, en el circulo vertical se leen los ángulos cenitales.
Para verificar y corregir el error de cenit se opera en la forma siguiente: después de haber
verticalizado el eje principal (calaje), con el teodolito en posición directa se dirige el anteojo a
un punto cualquiera P, se centra la burbuja del nivel testigo y se lee el limbo cenital con los
dos nonios. Supongamos:

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I  21º 22'20' '


II  201º 22'00' '
I  II  180º
Ld   21º 22'10' '
2

En forma completamente análoga se opera en posición del taquímetro, con círculo vertical a la
derecha. Supongamos:

I  338º38'30' '
II  158º39'00' '
I  II  180º
Ld   338º38'45' '
2

Se calcula el error de cenit con la expresión (2)

Ld  Li  360º 0º00'53'
Ez    28º
2 2

E z  Ld  Lvd

Siendo: Lvd  Ld  Lz  21º 22'10' '0º 00'28' '  21º 21'42' '

Poniendo el instrumento en posición directa y manteniendo el punto P bisectado, se mueve el sistema


de nonios por medio de su correspondiente tornillo, hasta que en el nonio I se lea 21º21’42’’.
Entonces la burbuja del nivel testigo se descentrará y se lleva a centrar con los tornillos propios de
nivel. En estas condiciones cuando se lee en posición directa, el nonio I, estas lecturas estarán
desprovistas de error de cenit.
Si se dispone de un teodolito óptico, se procede en forma análoga que con los teodolitos de dos
nonios ya explicado.

Ejemplo de un levantamiento taquimétrico con visual inclinada

Supongamos querer efectuar el levantamiento de una zona de terreno a ambos lados de una
poligonal ABCD (fig.17). Hacemos estación con el teodolito taquímetro en A. Se efectúa el calaje,
verticalización del eje vertical. Se mide la altura del aparato h, este dato se anota en el
encabezamiento de la planilla (fig. 18).
Como A es el primer punto de la poligonal, es necesario tomar una dirección de origen para la
medición de los ángulos horizontales. Se apuntará con el anteojo hacia algún punto fijo notable
(visual origen). A veces se prefiere que esta visual origen coincida con la dirección del norte
magnético, de modo que si el teodolito es repetidor (o reiterador), podemos llevar el índice (que está
en la alidada) a coincidir con el 0º del limbo cuando se apunta al norte magnético. Así las visuales
dirigidas a cualquier punto harían que las lecturas del círculo horizontal sean directamente los
acimutes magnéticos de dichos puntos visados. Se bisecta la mira colocada en el punto 1(se bisecta
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la mira con el hilo vertical del retículo). Se efectuaran las lecturas con los hilos medio, inferior y
superior del retículo. Se anotan en las columnas 2,3 y 4 de la planilla. Supongamos que los valores
respectivos son los que figuran en la planilla de la fig. 18. Se halla la diferencia entre estas dos
últimas (0,163) se multiplica por la constante C (16,3 metros) y se anota en la columna 5 (esto se
denomina número generador). Se efectuará la lectura en el limbo acimutal (3º15’20’’) y se la anota en
la columna 6. Lectura en el limbo cenital (87º04’20’’) se anota en la columna 7.
Todo lo que antecede corresponde al trabajo de campaña para el punto 1 (lectura en los tres hilos del
retículo. Lectura del limbo acimutal, y limbo cenital). Es necesario previamente centrar el nivel testigo,
antes de la lectura en el limbo cenital.

Fig. 17

PLANILLA DE TAQUIMETRÍA
OPERADOR………… ESTACIÓ N: .A….
MIRERO………… COT A: 10(m)
COND.ATMOSFÉRICAS……….. ALTURA INSTRUM: h=1.36 (m)
FECHA……………. C=10 0 K=0

Lectura hilos
C (l i  l s ) Lect. Ángulo Ángulo Distancia H  C (li  l s ) Cota
Limbo o Cenital en altura Horizontal H  CP1  h 
Nº 1
generador
acimut z  sen( 2 ) h  LM
Med. Inf. Sup   90ºzd  C (li  l s ) 2
(m) (m) (m)  (m )
 cos 
2

Nm 0º00’00’’
1 1.500 1.583 1.420 16.3 3º15’20’’ 87º4’20’’ 2º55’40’’ 16.23 0.83 10.69

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El cálculo de gabinete comprende lo siguiente:

- Cálculo del número generador ya citado (16,3 metros). Se anota en la columna 5.


- Cálculo del ángulo en altura (complementario del ángulo cenital). Se anota en la columna
8. Si el ángulo cenital es mayor de 90º, el ángulo en altura es el que difiere en 90º y será
negativo. En todos los casos   90º z .
En la columna 9 se anota la distancia horizontal d  C(li  l s ) cos2   k cos que se halla en forma
rápida mediante las tablas taquimétricas (16,23).
Si el anteojo es analáctico la distancia horizontal es d  C(li  l s ) cos2  , es decir, K=0. En la

columna 10 se anota el valor de la expresión H  C (li  ls ) sen(2 )  0.83m que sirve para
1
2
calcular en la columna 11 la cota del punto C1  CP1  h  h  LM
C1  10,00m  1.36m  0.83m  1.50m  10.69m
El término H  0.83m se calcula rápidamente con las tablas taquimétricas. Todo lo explicado
anteriormente es para el punto 1.
Luego, se coloca la mira en el punto 2 y se procede análogamente así, con todos los puntos.
Supongamos que, desde A, se bisectó la mira en el punto 5 como último paso (queda la mira en el
punto 5) fig.17. Se pasa con el taquímetro al siguiente punto de la poligonal (punto B). Con estación
en B, para que el eje que sirve de origen a los acimutes sea paralelo al eje que sirve de origen a los
acimutes de origen en A, se lleva la alidada a apuntar A con la lectura 180º mas Az ( AB)  Az ( BA) .
Se fija entonces el limbo y las lecturas que se hagan desde la estación B serán los acimutes desde B
(fig.17).
En otras ocasiones se prefiere tomar como origen de los acimutes desde B, la visual dirigida a la
estación anterior A y se provoca la lectura 0º00’00’’. (fig. 19)
Volviendo a la fig. 17 después de fijar el limbo en la forma indicada se bisecta la mira colocada en
5(último punto bisectado desde la estación anterior). Se procede a tomar los datos ya citados para
cada punto. Luego se lleva a la mira a los puntos 6.7, etc hasta terminar.
En la planilla de fig. 18 se anotaron los datos para el punto 1 únicamente y se calculó la distancia
horizontal y desnivel entre A y 1, y, cota de 1.

Fig. 19 – [*]ver método de poligonación (pag. 10)

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TAQUIMETRÍA CON VISUAL HORIZONTAL

Los niveles de anteojo con círculo acimutal (horizontal) y retículo con


los hilos estadimétricos, permiten levantar puntos del terreno sin tener que recurrir a planos de
situación y a reticulados, ya que la dirección y la distancia definen en forma precisa la posición de un
punto (coordenadas polares).
La lectura de los ángulos horizontales se hace generalmente con el
dispositivo de escala. En la figura 20 se da un ejemplo numérico. Esta lectura es muy sencilla, y no
exige ningún comentario.

Se recomienda proceder de manera sistemática para


reducir al mínimo las manipulaciones y efectuar las lecturas en el
momento oportuno; se procederá pues, por ejemplo, de la
siguiente manera:
1º, llevar el trazo vertical del retículo a bisectar la mira. Lectura
circulo horizontal.
2º, centrar la burbuja del nivel tórico.
3º, efectuar las lecturas de los 3 hilos del retículo.
Es particularmente importante para
la medición de las distancias el buen enfoque del retículo. Hay que
vigilar, ante todo, que las lecturas se efectúen con total ausencia
de paralajes, y que, como dichas lecturas se hacen en dos lugares
Fig. 20
distintos de la mira, se llegaría a algunas imprecisiones si los
trazos estadimétricos no estuviesen fijos con relación a la imagen
de la mira.
El círculo horizontal del nivel permite unir planimétricamente entre sí los diferentes puntos de
estación y determinar su posición por una poligonal gráfica o analítica.
La nivelación de superficie no queda, pues así, limitada a zonas estrechamente circunscriptas como
sucede en el reticulado, sino que es posible extender a voluntad, sorteando los obstáculos y teniendo
más libertad para elegir los emplazamientos favorables para las estaciones, lo mismo para los puntos
de los detalles.
El levantamiento representado en la figura 21 puede ser un fragmento de nivelación de
superficie cuyas estaciones son consideradas al mismo tiempo como vértices de una poligonal.

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Fig. 21

Fig. 22

En la planilla de la figura 22 se consignan los valores correspondientes.


Explicación del trabajo de campo:
Se hizo estación con el nivel de anteojo en J2. Se efectúa el calaje, se bisecta la estación
anterior J1 y se coloca el 0º del limbo como lectura. Se efectúan las lecturas con los hilos superior e
inferior del retículo, y su diferencia multiplicada por la constante C se consigna en la columna
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“distancia” (75,3 metros). Se toma la lectura en el hilo medio del retículo que se anota en “lectura
atrás” (0,82 metros).
Luego se toma la lectura del aparato en J2 que se anota entre paréntesis en “lectura
intermedia” (1,33 metros).
A continuación se apunta a J3 haciendo también las lecturas en el limbo y en los tres hilos del
retículo. Luego se pasa al levantamiento de los puntos de detalle a, b, c… etc. En la planilla de fig. 22
se consignan todos los valores desde estación en J2 y comienzo del trabajo con estación en J3.
En base a los datos de la planilla de la fig. 22 se trazan las curvas de nivel interpolando las
cotas entre los distintos puntos del plano acotado.

Determinación sobre el terreno de las curvas en nivel


Cuando la pendiente de un terreno es de
alrededor del 5% o menor, a veces es más ventajoso,
mas rápido y más preciso, seguir las curvas de nivel
sobre el mismo terreno, en lugar de interpolar entre
cualquiera de los puntos de cota conocida. Ejemplo
(fig.23): la cota de la estación J2 es de 251,30 metros y la
altura de nivel de anteojo de 1,37 metros. La cota del
plano visual es pues de 251,30+1,37=252,67 metros.
Para la curva de nivel de 251 metros, se deberá tener
para todas las lecturas 252,67-251,00=1,67 metros.
Colocada la mira en el punto en el cuál se obtenga la
lectura 1,67 metros; se miden entonces el ángulo Fig. 23
horizontal y la distancia de este punto al aparato (por
taquimetría) y así se procede con los otros puntos de la cota 251 metros. De la misma manera todos
los puntos de la curva de nivel de 251,5 metros deben dar la lectura 252,67-251,50=1,17 metros, y
así sucesivamente.

Jalonamiento de pendientes
Los proyectos de carreteras, canales, etc.
frecuentemente deben ser jalonados sobre el terreno con
una pendiente bien definida.
Ejemplo (fig.24). Sea por ejemplo jalonar el eje de
una carretera con una pendiente del 7% con intervalos de
10 metros.
La diferencia de nivel entre los puntos o jalones
debe ser de 0,7 metros.
A partir de J1 el último punto jalonado es el 27. Se
coloca ahora el instrumento en J2 y se obtiene sobre el
punto 27, la lectura 0,20 metros. A 10 metros de él se
desplaza la mira hacia arriba o hacia abajo hasta obtener
una lectura que difiera en 0,70 metros, o sea 0,90 metros.
Se jalonan así, cada uno de los puntos siguientes con un
intervalo de 10 metros del precedente y con una lectura Fig. 23

superior en 0,70 metros de la anterior hasta el último punto que se pueda alcanzar (punto 31).
El instrumento se lleva enseguida al punto J3. Los puntos 27,31 y 34 juegan el papel de puntos
de cambio de estación.

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D)Tornillo
Por taquimetría se calculan las distancias de Fijación
horizontales desde cada estación J1,J2 y J3, a cada D1 )Tornillo de
punto jalonado. pequeños movimientos

Taquimetría gráfica (levantamientos plani-altimétricos C)Tablero


con plancheta).
En los métodos de levantamiento vistos anteriormente,
se toman datos numéricos en el terreno, dibujándose
luego, el plano en gabinete, en base a los elementos
citados y a los calculados en base a los mismos.
Existe otro método de levantamiento llamado
Taquimetría Gráfica, o levantamiento a plancheta, en
cual el plano se dibuja directamente en el terreno en
base a los datos proporcionados por un instrumental
adecuado que se describirá a continuación:
Plancheta (fig.25) se compone de las siguientes partes:
a) Trípode
b) Cabeza de trípode o base nivelante
c) Tablero
d) Alidada

Fig. 25
a) El trípode es análogo al utilizado para
teodolitos y niveles de anteojo.
b) La cabeza del trípode o base nivelante está 1
diseñada especialmente con doble tornillo
(fig. 25’), lo cual permite, por una parte,
nivelar el tablero, y por otra, una vez nivelado,
girar en sentido horizontal del instrumento. 6
En otros tipos de plancheta, la cabeza del
trípode posee una plataforma nivelante (fig.
25’’). Con los tornillos calantes de esta
plataforma nivelante se consigue la
horizontalidad del tablero. En eje vertical del 5 3
soporte del tablero puede girar en la
plataforma nivelante.
Los tornillos de presión A y de movimiento
lento sirven para orientar debidamente el
mencionado tablero de dibujo. Con los
tornillos B fijos en el soporte de 3 brazos se
atornilla el tablero de dibujo a dicho soporte.
c) El tablero se fija a la cabeza de trípode.
Sobre el tablero se fija el papel de dibujo.
d) La alidada consta de un anteojo (1) 2
solidariamente unido a una regla (6) de tal 6
modo que el bisel de ésta, es siempre
paralelo al plano vertical que contiene al eje
Fig. 26
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de colimación, es decir, es siempre paralelo a la proyección horizontal de la visual dirigida al


punto bisectado por el anteojo. Consta, la alidada, de los siguientes elementos (Fig-26, página
anterior):
1) Anteojo
2) Nivel testigo
3) Nivel esférico
4) Brújula
5) Soporte de la alidada
6) Base
El anteojo gira alrededor de un eje horizontal y
dispone además un limbo vertical graduado. En
algunos modelos sobre el anteojo está montado un
nivel tórico.
El plano se hace directamente en el terreno a medida
que avanza el trabajo de campo, eliminándose así el
trabajo de gabinete.
El anteojo dispone de hilos estadimétricos que se
emplean para hallar la distancia horizontal entre el
punto estación y el punto donde se apoya la mira, así
como su diferencia de nivel.
Existen también anteojos con dispositivo
autorreductor que simplifica notablemente el cálculo
de la distancia horizontal y el desnivel. Por ejemplo,
la alidada de la casa Kern fig. 27 posee en el anteojo
dos retículos: el retículo fijo tiene dos trazos
verticales, una cruz filar y los trazos estadimétricos
fijos cuya constante es C=100. En el retículo móvil
están grabadas las 4 curvas de la fig. 27. La lectura
1
del término c  (li  l s ) sen(2 ) se hace entre las
2
curvas interiores y la lectura de la distancia horizontal
se hace entre las exteriores. La lectura de la mira
para visual horizontal se hace a lo largo de los trazos
verticales del retículo fijo (fig. 28). El término
1
c  (li  l s ) sen(2 ) se refiere al punto visado con la
2
cruz filar (fig.29).
En el retículo, las constantes a aplicar para calcular
1 Fig. 27 – Superior; Fig. 28 – Centro; Fig. 29- Inferior
el término c  (li  l s ) sen(2 ) que se han de
2
emplear en cada caso, están marcados en la forma siguiente:

Constante 20= II
Constante 50=IIIII
Constante 10=I

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Accesorios

 Brújula declinatoria: (fig. 30). Para la


orientación de la plancheta. Más adelante se
verá como se efectúa esta orientación.
 Dispositivo para centrar la plancheta: consta
de una horquilla con plomada (fig.31) que
permite señalar en el papel del tablero, el
punto ubicado en la estación.
 Un juego de reglas para fijar sobre la alidada:
generalmente consta de escalas 1:1000,
1:2000, 1:2500, y 1:5000. Fig. 30

Colocación, orientación y manejo de la plancheta

Para colocar la plancheta sobre un punto


determinado y lograr obtener su localización sobre el
papel exactamente, se emplea el dispositivo de la
fig.31.
El tablero se nivela centrando el nivel esférico
que posee la alidada o por medio de un nivel tórico
que algunos modelos traen para este objeto, o
ambos niveles moviendo manualmente el tablero, lo
cual se puede hacer manteniendo flojo el tornillo de
nivelación de la cabeza del trípode (fig.25’) llamado
tornillo de nivelación.
El trípode debe ir firmemente afirmado al terreno Fig. 31

para evitar las vibraciones; igualmente debe dársele


una altura adecuada para evitar que el operador
tenga que apoyarse sobre el tablero y lo desnivele.
Para orientar el tablero con una dirección dada, éste
puede girar sobre su eje vertical aflojando el tornillo
correspondiente (fig. 25’) llamado de acimut. Se
pueden presentar dos casos:
a) Si se desea orientar con la dirección Norte- Fig. 32
Sur, se traza sobre el papel, una línea que la
represente (fig.32) y se coloca la declinatoria
paralela a esta línea. Se gira luego el tablero
hasta que la guja magnética marque el norte.
Entonces se fija el tornillo de acimut.
b) Cuando exista en el plano una línea cuya
dirección es conocida y se estaciona la
plancheta en uno de los extremos de dicha
línea, la orientación de la plancheta se lleva a Fig. 33

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cabo dando “vista atrás”, esta operación se efectúa haciendo coincidir la regla de la alidada
con la línea existente en el dibujo (a, b, de la fig. 33) y se gira el tablero hasta que el punto A
sea visible por el anteojo.
Una vez orientada la plancheta, para determinar un punto sobre el plano se procede así:
manteniendo a regla de la alidada en contacto con el punto que representa la estación sobre
la cual está el aparato, se gira la alidada hasta que con el anteojo se vea el punto que se
desea localizar. Se dibuja la correspondiente visual y sobre ésta se mide a escala del plano, la
distancia a que se encuentra el punto a determinar, medida ésta de manera directa (con cinta)
o indirecta (taquimétricamente).

Correcciones de la plancheta

1. Colocación de la plancheta en forma horizontal:

Después de haber fijado el tablero a la cabeza del trípode, se lo colocará en posición


aproximadamente horizontal, por medio de las patas del trípode. Luego se nivela el tablero en forma
prolija por medio del nivel de regla o de un nivel esférico. En caso de que el nivel esté descorregido,
puede corregirse de la siguiente forma: se apoya la alidada sobre el tablero y se centra la burbuja con
los tornillos calantes o bien, en algunos modelos, con el sistema a rótula. Se gira la alidada 180º. Si la
burbuja permanece centrada el nivel está corregido y el tablero horizontal (si el nivel es esférico). Si
no permanece centrada se debe desplazar la burbuja mitad del desplazamiento con los tornillos
calantes y mitad con los tornillos propios del nivel. Si se tiene nivel tórico, corresponde un giro de 90º
de la alidada y centrar la burbuja con el tercer calante.

2. Verificación y corrección del error de colimación

El eje de colimación debe ser perpendicular al eje de rotación del anteojo. Se bisecta un punto
lejano, con visual horizontal. Se traza una recta en el tablero, y se gira la alidada 180º (se invierte) de
modo que el borde de la regla coincida con la recta trazada. Si no se bisecta el mismo punto, existe
error de colimación. Entonces se accionan los hilos del retículo hasta bisectar la mitad de la distancia
entre ambas posiciones.

3. Corrección del error de inclinación del eje de rotación del anteojo

El eje de rotación del anteojo debe ser paralelo a la base de la regla de modo que, cuando
ésta esté horizontal, el eje de rotación del anteojo también será horizontal.
Para verificar este error, se dirige el anteojo hacia una plomada bisectando el hilo de la misma
con el hilo vertical del retículo y se hace girar el anteojo debiendo bisectar siempre el hilo vertical del
retículo.
En caso contrario, se acciona el tornillo que permite variar la inclinación del eje hasta bisectar
nuevamente el hilo.

4. Corrección del error de cenit

Se efectúa en forma análoga a lo ya explicado en el teodolito (ver en esta misma bolilla,


corrección del error de cenit).

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Levantamiento con la plancheta

Método de radiación

Una vez armado y nivelado el aparato en un punto elegido cero (fig. 34) se orienta el tablero
como ya se explicó manejo de la plancheta. Con la alidada se bisecta cada punto necesario y se
traza en el papel la correspondiente dirección.
Sobre dichas líneas, a partir de cero, se toman a escala las distancias (radiaciones), con lo
cual se determinan en el plano los vértices del terreno. Las radiaciones se miden con métodos
directos (cinta métrica) o indirectos (taquimetría) con preferencia. Evidentemente, el alcance de estas
observaciones es algo limitado, aunque puede extenderse aumentando el número de estaciones,
cuyas posiciones se hayan determinado en relación al anterior.

Fig. 34 Fig. 35

Este método de radiación se puede también aplicar para el levantamiento de detalles como
puede apreciarse en la fig. 35.

Método de intersecciones

Se sigue un procedimiento similar a cuando se emplea el teodolito (ver bolilla V). Hay que
elegir la base AB (fig. 36) en el terreno por medio de dos estacas. Se mide esta base; se estaciona la
plancheta en un extremo de la base y se orienta. Se trazan las semirrectas a todas las direcciones de
los vértices. Lo mismo se hace cuando se hace estación en el otro extremo de la base con la
plancheta. Por intersecciones quedan ubicados los vértices del polígono.
Aplicando este método también se puede hacer el levantamiento de detalles (fig. 37)
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Método de poligonales

Consiste en ir trazando las alineaciones


en el papel haciendo estación con la plancheta
en cada vértice (fig.38). Se nivela y orienta en
la estación A1, se da vista a A2 y se traza A1,
A2, se lleva el aparato a la estación A2, se
arma y se da vista a A1 para orientar
nuevamente; enseguida se da vista a A3 y se
dibuja A2A3 y así sucesivamente. Se pueden
dirigir visuales de control tales como las
lanzadas desde la estación A3 a la A1 y desde
A4 hacia A2 que comprueban si se han
cometido, o no, errores hasta esos puntos.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA
PLANCHETA Fig. 36

 VENTAJAS:

Las principales ventajas en el uso de la


plancheta son:
a) El relieve y los detalles del terreno se
pueden representar más fácilmente,
pues están a la vista del dibujante.
b) Se evitan los errores que se puedan
cometer al leer, ajustar y computar los
ángulos, por dibujarse directamente.
c) Se evita la omisión de datos.
d) El trabajo de gabinete se reduce al Fig. 37
mínimo.
e) Se pueden hacer controles
directamente.

 DESVENTAJAS

a) El trabajo de campaña se alarga


considerablemente por lo cual es
necesario disfrutar de buen tiempo en la
región durante la época de trabajo.
b) La plancheta es algo incómodo para
transportar. Fig. 38
c) El operador debe ser bastante hábil para obtener buenos resultados.

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Medición paraláctica de distancias


Introducción:
En el método tratado precedentemente por el Agrim. Darín sobre medición indirecta con
distanciómetros a prismas autorreductores, se evidenció que el error relativo de la distancia es
constante, como surgió del análisis de la expresión:
ms m
 (1)
s 
Recuérdese (fig.1) que en dicho método los valores de los términos del segundo miembro de la (1)
son constantes:

m  1' '

  34'  2000' '

ms m 1
Y consecuentemente s   
s  2000

(Precisión que puede mejorarse sustancialmente calibrando el instrumento con un prisma corrector)
La limitación de la precisión es consecuencia de la pequeñez del ángulo  .
El procedimiento que veremos a continuación, denominado “medición paraláctica”, si bien no permite,
en general, conocer instantáneamente el valor de la distancia, tiene en cambio dos ventajas
esenciales (fig. 2):

1. Cualquiera sea la distancia, el segmento de mira interceptado es constantemente de 2


metros. El elemento variable es el ángulo paraláctico  , cuyo valor puede estimarse al
programar la medición, según veremos.
2. Gran estabilidad dimensional de la mira (o “estadía”), asegurada por un alambre de
INVAR cuyo coeficiente de dilatación es del orden de 1:1000000. Posee además un
dispositivo compensador construido con material de mayor coeficiente de dilatación,
que permite su utilización a temperaturas muy variables (por ejemplo entre -10º y 50º)
concluimos que la longitud consignada en el certificado correspondiente queda
asegurada a cualquier temperatura dentro de un entorno de  0.04mm .
Ello supone un error relativo:

mc 0.04mm 1
c   
c 2m 50000

Valor que constituye el límite teórico de precisión alcanzable con éste método.
De la observación de las figuras (1) y (2), y admitiendo momentáneamente, para facilitar la
comparación, que en la medición paraláctica también se logre una precisión angular m de  1' ' ,
surge la expresión (1) que al disminuir la distancia instrumento-mira se acrecienta proporcionalmente
el valor del ángulo  y con él, la precisión de la medición.
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A continuación pasaremos a desarrollar el tema, tratando de arribar en lo posible a expresiones


matemáticas simplificadas que nos permitirán evaluar, dentro de un 10% de aproximación, las
precisiones alcanzables con este método. Podremos así medir correctamente, lo cual no implica
hacerlo con máxima precisión sino con la requerida en cada problema técnico. Consecuentemente,
siempre se debe partir de la precisión establecida a priori para la magnitud que es objeto de la
medición, a efectos de escoger el procedimiento más adecuado para satisfacerla en forma
económica. Ello exige el conocimiento de la propagación de los errores.
También quiero significar que, dado el carácter de este cursillo, soslayaré en lo posible las
demostraciones matemáticas de expresiones cuyo contenido se intuye fácilmente.

Medición paraláctica simple

Este caso está ilustrado en fig. 3, donde:

E: Punto estación del teodolito, cuyo eje principal se ha verticalizado;


C: Estadía de Invar (mira) horizontalizada mediante un nivel esférico y orientado normalmente con
auxilio de un pequeño colimador inserto muy próximo a la articulación de sus dos brazos.
 : Ángulo paraláctico, que es horizontal pues se mide en el limbo acimutal del teodolito (nótese que
su valor es independiente de la altitud de la estadía)
S: Proyección horizontal de la distancia instrumento-mira.

Procedimiento operativo:

Efectuado el calaje del teodolito y orientada la estadía, se bisectan sucesivamente los dos extremos
de la misma, leyéndose los valores acimutales correspondientes a ambas direcciones, cuya
diferencia da el valor del ángulo paraláctico  .

Cálculo de la distancia:

De la fig. 3 surge en forma inmediata que:


c  
s cot g   (2)
2 2
Obsérvese que en la (2) da la distancia reducida al horizonte
En general se construye la estadía de modo que c=2 metros; en tal caso el valor de la cotangente del
semiángulo paraláctico, expresado en metros, es directamente la distancia horizontal.
Se aprecia fácilmente la comodidad y celeridad que ello implica en terreno accidentado como el
representado en fig. 3. Y también se intuye el ampo campo de aplicación del método en el terreno
llano con obstáculos (sembrados, jarillares, etc.) cuya altura no supere la del instrumento  1.5m , en
zonas urbanas con intenso tránsito, en cruces de ríos, etc.
En tales casos, aplicado convenientemente, supera holgadamente en precisión al tradicional método
de medición directa con cinta. Por supuesto que ambos métodos no son excluyentes, antes bien, se
complementan según el tipo de terreno, y naturaleza y cantidad de detalles a levantar.

Error absoluto de la medición paraláctica simple:

Aplicamos a la (2) la expresión del error medio:


- UNIDAD TEMÁTICA 6 - 50
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2
 f   f 
2

ms    mc    m (3)
2 2

 c    
f 1   f c
 cot g   y 
c 2 2   
4sen2  
2
Adoptando valores de c=2 metros

mc  0.04mm
1 (en radianes)
m  2' ' 
100000
2
 
 1   1 
2

  cot g  0.04mm
 c
ms   
 4sen2  100000  2 2 
 
 2 

A efectos de simplificar la expresión haremos las siguientes consideraciones:


Cuando la estadía se coloca muy cerca del teodolito comienza a comprometerse la precisión angular
de  2' ' , en razón de la “definición” de las marcas extremas que deben bisectarse, pues su diámetro
aparente, al ser observadas a través del anteojo, es relativamente grande, circunstancia que produce
un incremento del error de bisección.
De allí que sea razonable adoptar una distancia mínima instrumento-mira del orden de los 10 metros.
2 1
En tal caso   10º
10 5
O sea, que en la medición paraláctica simple se tiende a que   10º por lo que, al solo efecto de la
evaluación de los errores, admitiremos la igualdad del arco, su seno y su tangente, como se objetiva
en el cuadro de la fig. 4.
(En él se han insertado valores de  hasta de 40º por motivos que veremos más adelante, en los
ejemplos de aplicación de la importante expresión (1)).
Por otra parte conviene señalar que si bien algunos autores estiman que es alcanzable un error
angular de  1' ' , en tal sentido debemos ser cautos, pues es muy difícil lograrlo en la práctica
topográfica. Pensemos en que 1’’ es el ángulo subtendido por los bordes de un alfiler de 1 mm de
espesor colocado a 200 metros del teodolito, y que debe ser discernible en el limbo acimutal de éste,
cuyo diámetro es de aproximadamente 10 centímetros. Ello exige que en su fabricación, los trazos de
dicho limbo queden grabados con una vacilación inferior a 0.25 .
Consecuentemente, resulta atinado adoptar para m el valor de  2' ' , lograble con relativa
comodidad un par de reiteraciones completas (método de Bessel) efectuadas con un teodolito cuya
aproximación directa sea de 1’’(o con el método de repetición, si la apreciación es inferior).

En la (4) para s=10 metros, resultará:

- UNIDAD TEMÁTICA 6 - 51
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 
cot g    0.04mm   10  0.04  0.2mm
1 1
2 2 2

2000mm
 0.5mm
c 1 1
  
2  100.000 1 100.000
4sen   4
2 100

ms  0.22  (0.5) 2  0.54mm  0.5mm

Este ejemplo nos evidencia que cuando se combinan cuadráticamente dos errores de los cuales el
primero es menor o igual que la mitad del segundo, el error medio resultante es prácticamente igual a
éste último (en este caso con un 8% de diferencia).
Ello permite simplificar sustancialmente expresiones rigurosas como la (4), con plena conciencia que
la evaluación del error final resultante estará afectado de una vacilación inferior al 10%(que por otra
parte queda absorbida por el margen de seguridad con que se programan las mediciones)
Y conste que ello es así en el caso más crítico, planteado en el ejemplo anterior. Si en lugar de ser
s  10m fuese s  20m, más evidente resulta lo expresado.
En efecto, será:

 
cot g    0.04mm  0.4mm
1
2 2

 2.0mm
c 1

2  100.000
4sen  
2
ms  0.42  (2.0) 2  2.04mm  2.00mm

Me he extendido en este sencillo análisis porque sus conclusiones son altamente ventajosas en todas
las mediciones topográficas, en las que al evaluar su precisión, se llega a frondosas expresiones
matemáticas rigurosas. Al ser éstas con el criterio práctico expuesto, surge claramente el contenido
conceptual de la fórmula final.
Así, la (3) queda reducida a la siguiente:

f
ms    m (3’)


c
ms    m (5)
 
4sen  
2

2
Y teniendo en cuanta la pequeñez del ángulo  (fig. 4):
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c
ms    m (6)
2
A esta misma expresión simplificada hubiésemos arribado partiendo de la expresión aproximada de la
distancia:

c
s (7)

c
ds    d
2
Y pasando a errores medios:

c
ms    m
2
Para dar a la (6) mayor objetividad reemplacemos en ella el valor de “s” dado por la (7), y así nos
queda:

s2
ms    m (8)
c

La (8) evidencia que el error absoluto en la medición paraláctica simple es proporcional al cuadrado
de la distancia (ver fig. 5 y 6). En lo sucesivo prescindiremos del signo (+), ya que debe
sobreentenderse por tratarse de errores medios.
En cuanto al error relativo surge también de la (8) que:

ms s
s    m (9)
s c
Y esta expresión evidencia que el mismo es proporcional a la distancia (fig. 5 y 7)

De las (7) y (9) se deduce en forma inmediata que:

m s m
 (1)
s 
En rigor, la expresión más exacta es:
ms m
 (1’)
s sen
A la que se llega partiendo de la (5).

Pero si observamos el cuadro de la figura 4, concluimos que para valores de  hasta de 40º, es
suficientemente aproximada la (1), que nos dice: el error relativo de la distancia es igual al error

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relativo del ángulo paraláctico. Su contenido conceptual es tan importante, que a nuestro juicio
constituye el núcleo esencial del tema que nos ocupa y de todos los problemas de intersección.
Cabría señalar, para evitar confusiones, que el error relativo del ángulo carece de significación
intrínseca ya que no constituye índice de precisión angular. Pero sirve para evaluar el error relativo de
la distancia. Éste último si es indicativo de la precisión lineal.

Medición paraláctica en serie.

Sea L (fig.8) la longitud a medir paralácticamente cuando el valor de dicha magnitud crece, las
expresiones (8) y (1) nos alertan respecto de la fuerte caída de precisión (en medición simple).
El cuadro de la fig. 5 así lo evidencia cuando para distintos valores de L la precisión requerida es
superior a la allí consignada, se impone la división del segmento total L en “n” tramos parciales, o
sea:

L  S1  S 2  .......  S n (10)

Y según la expresión del error medio:

ml  mS1  mS 2  .......... mS n
2 2 2
(11)

Ahora bien, siendo el error absoluto ms de un tramo “s” proporcional al cuadrado de su longitud, se
demuestra que es condición óptima de la igualdad de los tramos parciales.
Es decir:

S1  S 2 .......... .....  S n  S

Admitiendo una precisión angular homogénea en todos los tramos:

m 1  m 2  .......... .......  m n  m

Resulta según (8) y según (11)

ml  ms n (12)

Expresión ilustrada en fig. 9


Evidencia que el error absoluto de una medición en serie es igual al error absoluto de un tramo
multiplicado por la raíz cuadrada del número de tramos.
Pasando a error relativo

m L ms n
L  
L n.s

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s
L  (13)
n

La (13) nos indica que en la medición paraláctica en serie el error relativo de la longitud total es igual
al error relativo de un tramo dividido por la raíz cuadrada del número de tramos.

Ejemplo 1

Sea L=200 metros el ancho de una gran avenida cuyo valor debe determinarse con una vacilación de
2 o 3 cm (acorde con la falta de “definición” de las líneas de edificación, en cuyo caso carece de
sentido pretender mayor precisión)
Observando el cuadro de la Fig. 5 se comprende que para lograr la precisión exigida es
imprescindible subdividir “L” en varios tramos parciales. Para determinar su número “n”, la (12) nos
obliga a proceder por tanteos, lo cual es sencillo en el presente ejemplo en el que L es relativamente
pequeño.

Así, para n=4, s  50 luego ms  12.5mm

Y según (12): mL  12.5mm 4  2.5cm

Valor que satisface nuestra exigencia métrica.


También podríamos haber operado en términos de errores relativos (fig. 5).

Para s  50m  s  1 / 4000

Y según (13)

1 1
L  
4000 4 8000

Excelente precisión, muy difícil de lograr con la cinta métrica en las condiciones desfavorables
expuestas.
Luego de este ejemplo puede quedar latente la siguiente duda:
Si en dicha avenida de intenso tránsito no hay plazoletas o refugios que permitan estacionar los
trípodes, la medición será dificultosa y peligrosa.
Efectivamente, en tal caso no es cómodo ni aconsejable el procedimiento de medición en serie, sino
otro que veremos más adelante denominado de “sucesivas ampliaciones”, que nos permitirá salvar
este inconveniente como así también el que se presenta en el cruce de anchos ríos, bañados, etc.;
donde no es posible aplicar el procedimiento que estamos tratando.

Ejemplo 2

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Sea una longitud L  2000m que se desea medir con una precisión  L  o m s  0.4m .
1
5000
Determinar el número “n” de tramos parciales en que se debe subdividir.
El pretender resolver este problema con la expresión (13) nos obligaría a proceder por varios tanteos
jugando con los valores de  s y de “n” (mambos variables con la longitud del tramo unitario “s”).
Es por ello muy conveniente arribar a una expresión más general a efectos de planificar la medición
en forma inmediata:
Reemplazando en la (13) el valor de  s dado por la (9):
s.m Lm
L   , finalmente
c n nc n

Lm
L  (14)
c n3
Expresión que nos permite evaluar la precisión (  L de la longitud total en función del número “n” de
tramos parciales en que se subdividen). Su gran utilidad nos ha llevado a construir los ábacos de
figuras 10 a (con distancias hectométricas) y 10 b (con distancias kilométricas) para distintos valores de
“n”.
En el presente ejemplo en que L>1 Km. Utilizamos el de fig. 10 b , en el que se busca sobre las
1
abscisas el valor de la distancia L= 2Km. Y sobre las ordenadas el de la precisión  L  que nos
5000
determinan en su intersección el valor n=14 (o lo que es inmediato: s=2000/14=143 m.)

Respuesta: Habrá que subdividir la longitud total de 2 Km en 14 tramos parciales de 143 m. cada
uno, aproximadamente.
De no contar con el ábaco, habría que despejar “n” de:

2
 L.m 
n  
3  , que luego reemplazando valores, obtenemos n  14 .
  L .c 
En el caso del ejemplo 1 ( L  200m ,  L 
1
), el ábaco de fig. 10 a proporciona el valor n=4 en
8000
forma inmediata.
Nótese que en la construcción de los citados ábacos hemos adoptado el valor de  2' ' , como
precisión angular que, insistimos, es alcanzada con relativa comodidad. Pero nada impide utilizarlos
para programar mediciones con otra precisión angular, según surge de la observación (14) que
evidencia que el error relativo  L es directamente proporcional al error y m de la medición angular.
Así, si en el ejemplo 2 supusiéramos que la precisión angular es de  4' ' , la mitad de la adoptada
para construir el ábaco, bastará buscar en éste, la ordenada correspondiente a una precisión doble a
la exigida, o sea, 1/10000 (en vez de 1/5000), determinándose así el valor n  22 .

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Inversamente, si la precisión angular fuese doble (  1' ' ), habría que buscar la ordenada de precisión,
1
mitad de la exigida, o sea,  L  que nos determina sobre el ábaco el valor n=9.
2500
En general;
2' '
 L   'L  (15)
(m' )' '
En la que  ' L =precisión lineal exigida en la medición que se proyecta;
( m' ) ’’ = precisión angular con que se ejecutará la medición

 L = precisión lineal que se debe buscar en el ábaco;


2’’= precisión angular supuesta en la construcción del ábaco.
Es aconsejable escoger un número de tramos parciales ligeramente superior al indicado por el ábaco,
tanto más cuanto mayor sea el compromiso técnico. Además ello nos permite despreocuparnos de la
igualdad de los tramos parciales, cuya longitud puede determinarse a pasos e inclusive a estima
visual. No olvidemos que hemos establecido la igualdad de los tramos como condición óptima en la
propagación de errores a la cual, conviene tender. Por ello no obsta para que la equidistancia entre
instrumento y mira se determine expeditivamente, sin caída sensible de precisión.
Finalmente, cabe destacar que contando con varios trípodes, el trabajo de campo es sumamente
cómodo y rápido, así, la alineación de los sucesivos puntos estación de teodolito y mira (fig. 8) puede
ser realizada por personal auxiliar, a ojo desnudo con ayuda de los jalones que materializan las
sucesivas estaciones, pues un desvío transversal del orden de los 20 centímetros carece de
significación en una distancia de 40 metros.

a 2 0.202 m
2
En efecto, s    0.5mm
2s 80m

s 0.5mm 1
 s   , despreciable frente a la precisión del método.
s 40m 80000
Cosa análoga ocurre con la orientación y horizontalización de la estadía. Se puede demostrar que un
giro de 20’ respecto a su posición normal y una falta de horizontalidad también de 20’ no tienen efecto
sensible.
Lo expresado permite que el personal auxiliar realice esas sencillas tareas que, por otra parte,
pueden ser controladas por el operador desde el punto estación del teodolito:
La orientación será correcta si puede observarse a través del anteojo una marca ad-hoc ubicada en
el tubito del colimador, o bien constatando la igualdad de los dos ángulos que resultan también al
bisectar la marca inserta en el punto medio de la mira.
En cuanto a la horizontalidad es controlable con el retículo del teodolito ya calado.
A continuación trataremos otro procedimiento de medición paraláctica que, según adelante, es
aconsejable cuando resulta incómodo o impracticable el que acabamos de desarrollar:
Medición a través de grandes avenidas con intenso tránsito, cruces de ríos anchos, bañados,
obstáculos cuya altura sea superior a 1.5 metros, difícil acceso a uno de los vértices extremos del

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segmento a medir, etc., etc..., o bien cuando la precisión requerida sea menor que para el caso ya
1
tratado, equivalente a la obtenible expeditivamente con una cinta de agrimensor. (  )
5000
Procedimiento de sucesivas ampliaciones de la base “c”

Este método ilustrado en la fig. 11 tiene la gran ventaja de su mayor celeridad en razón de que exige
solamente dos o tres estaciones de teodolito en la generalidad de los casos (nótese que  1 y  2 son
deducibles).
Además, es muy aconsejable el uso de un equipo de centración forzosa para evitar errores de
excentricidad entre teodolito, estadía y señales (pantallas), sobre todo en el arranque, en que las
distancias son cortas.
En esencia consiste en una triangulación topográfica común pero de, configuración crítica dada la
pequeñez de los sucesivos ángulos paralácticos  1 . Veamos pues, escuetamente el caso general
para relacionarlo luego con el problema particular que nos ocupa.
Sea (fig.12) el esquema de una triangulación simple, donde:
C=base de triangulación (o bien “ampliación de base”)
si = sucesivos lados que hacen las veces de “bases” de los nuevos triángulos.
 i = Ángulo opuesto al nuevo lado S i
 i  Ángulo opuesto al lado interior S i  1
Recordemos que por el teorema del seno:

s1 sen 1 c  sen 1
 , por lo tanto, S1 
c sen 1 sen 1

Para evaluar el error del lado “ S1 ”, expliquemos la expresión del error medio:

2 2
 f   f   f 
2

ms1    mc  
2
 m 1 2    m 1 2 (16)
 c    1    1 

f sen 1 s1 f c. cos 1
  ;   s1 cot g 1
c sen 1 c  1 sen 1

f  c.sen 1 . cos  1
   s1 cot g 1
 1 sen 2  1

Reemplazando valores en la (16):

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2
s 
ms1   1  mc  s1 cot g 1  m 1  s1 cot g 1  m 1
2 2 2 2 2

c

Extrayendo s1 del radical y admitiendo que m1  m 1  m nos queda:

ms1
  s1   c  m (cot g 21  cot g 2 1 ) (17)
2 2

s1

Expresión general que nos permite hallar el error relativo de la base, del error con el que se miden los
ángulos y de la magnitud de éstos en el caso más frecuente de triángulos de configuración irregular.

La (17) es susceptible de simplificación en dos casos particulares:

1) Cuando la triangulación es de configuración aproximadamente equilátera como la ilustrada en la


fig. 12.

2) Cuando la triangulación es de configuración crítica como la ilustrada en la fig. 11, con ángulos (en
general entre 2º y 10º) que es el caso que nos ocupa.
Pero antes de proseguir con éste estimo que puede resultar de interés extenderme sobre el primer
caso, al que se tiende en las triangulaciones geodésicas y aún en las topografías de precisión, ya que
según se desprende de la (17) resulta condición óptima que:

    60º
Por cuanto es mínima la incidencia de las cotangentes elevadas al cuadrado.
En tal supuesto resulta:
1
cot g 2 60º 
3
Quedándonos la (17):

2
 sn   c 2  m 2 n (18)
3
Y si admitimos que la base “c” se mide con precisión doble a la que pretendemos para el lado
enésimo, en cuyo caso en el subradical de la (18) deberá cumplirse que:

1 2
 sn  m n
2 3
Podremos poner, según el criterio práctico ya expresados:

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2
 sn  m n (19)
3
(Con diferencia de un 10% aproximadamente).

La (19) nos permite planificar una triangulación partiendo de la precisión requerida para el enésimo
lado, deduciendo el error medio angular que deberá ponerse en juego para satisfacerla.

Ejemplo:

1
Datos:  sn  (exigencia del problema)
5000
1 1
n=10; se supone que  c   sn 
2 10000
Incógnita m (precisión angular)

 sn 1 / 5000 1
De (19), surge que:
m     16' '
2 20 13500
n
3 3

La holgura de la precisión angular requerida (  16' ' ) nos permite intuir que si la duplicáramos
2 1
( m n  c
3 2
En cuyo caso resultará con aproximación suficiente:

 sn   c
 sn 1 / 5000 1
m     8' '
8 80 25000
n
3 3
Retomando el tema de la medición paraláctica, apliquemos la expresión general (17) a nuestro caso,
fig. 11, cuyas características especiales que a continuación analizaremos nos permitirán simplificarla
considerablemente:
1) Ya se ha indicado que la estadía de invar mantiene la longitud entre sus marcas extremas, a
cualquier temperatura ambiente, con una vacilación máxima de  0.04mm , lo cual supone una
precisión:

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0.04mm 1
c  
2m 50000

1
Holgadamente superior a la alcanzable con éste método ( ), y por tanto prescindiremos del
10000
término  c de la (17).
2) También expresé que al bisectar ambas marcas que materializan los extremos de la estadía se
produce una vacilación inherente a su “definición” y a la pericia del observador. Consecuentemente a
distancias inferiores a 10 metros se compromete la autenticidad de apreciación de 2’’ en la lectura
acimutal con el teodolito, razón por la que se tiende a que

2m 1
   10º
10m 5

Ello implica que en el subradical de la (17) tienen fundamental importancia las cotangentes de
 i siendo despreciables frente a ellas las de  i (cot g 2 10º  30, cot g 2 80º  0.03) .
En definitiva, la (17) se simplifica en nuestro caso adoptando la siguiente forma:

i n
 sn  m  cot g
i 1
2
i (20)

Que nos permite evaluar el error relativo del enésimo lado ampliado en el caso más frecuente de
desigualdad de los ángulos paralácticos  i .
Sin embargo, al planificar una medición se tiende a la igualdad aproximada de dichos ángulos, o lo
que es equivalente, a que el factor de ampliación “A” de los sucesivos lados sea el mismo. Es decir,

 1   2 .......... ..... n  
s1 s 2 s
  .......... ...... n ( A1  A2  ........ An  A)
c s1 s n 1
Lo que constituye condición óptima desde el punto de vista de la propagación de los errores, para
valores prefijados de la longitud a medir ( L  S n ) y del número de ampliaciones “n”.
En tal caso, la (20) adopta la siguiente forma.

 sn  m n cot g 2

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 sn  m . cot g . n (21)

La (21) admite mayor simplificación siendo que   10º ,


m
 sn  n

.y teniendo presente que m  m (precisión de la medición angular), según (1)

 sn   L   s1 n (22)

La (22) permite evaluar el error relativo del lado enésimo ( s n  L) en función del inherente al primer
lado y del número de ampliaciones “n”.
Si deseáramos programar mediciones en forma inmediata, la (22) nos obligaría a proceder por
tanteos, jugando con los términos de su segundo miembro (tal como vimos que ocurriría con la (13)
en la medición en serie)
Es por ello que arribaremos a una expresión más general:
Recordemos la condición óptima:

s1 s2 s
  .......... ...... n  A (Constante). Fig. 11
c s1 sn1

FUNDAMENTOS GENERALES DE LA MEDICIÓN ELECTRÓNICA DE DISTANCIAS

En forma elemental y sintética veremos los fundamentos de ciertas técnicas destinadas a satisfacer
necesidades de la Topografía y Geodesia en el campo de sus mediciones lineales; aquellas que
permiten obtener el valor de las distancias por la medición del tiempo que tarda en recorrerlas un haz
de luz u otra clase de energía electromagnética.
Es sin duda ventajoso poder operar desde los extremos de las líneas sin recorrerlas y obviando las
posibles dificultades u obstáculos del terreno que se presenten a lo largo de las mismas. También lo
es el obtener en poco tiempo la medida de distancias relativamente grandes.
Los principios en que se basan no son totalmente novedosos ya que tiene antecedentes históricos en
la clásica experiencia de Fizeau (1849), destinada a medir la velocidad de la luz.
Cien años después, Erik V. Bergstrand retomó y mejoró esa experiencia, sustituyendo la solución
mecánica de Fizeau por una solución electrónica de mayor precisión, estableciendo un valor más
exacto para la velocidad de la luz así como su dependencia de los parámetros atmosféricos.
Luego, invirtiendo su aplicación, creó el Geodímetro que permite medir distancias por la traslación de
ondas de luz cuya velocidad se conoce.
A partir de entonces, mas de 80 distintos instrumentos han sido desarrollados, de muy diversos
alances y precisiones y en el campo de las mediciones topográficas y geodésicas aparece una nueva
especialidad, la de Medición electrónica de distancias.

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Extrapolando en la tendencia actual del desarrollo de los instrumentos que la realizan, no resulta
arriesgado suponer que por el enorme progreso cotidiano de la tecnología electrónica muchos otros
aparatos han de estar en las etapas de proyecto o producción experimental. Precisamente es la
misma tecnología que permite colocar en un hogar un aparato de televisión a precio razonable.
Con poco esfuerzo de imaginación podemos prever que la producción en grandes series y apelando
a circuitos impresos, integrados y miniaturizados, acicateada por la puja del mercado, abaratará los
gastos de adquisición de los medidores electrónicos de distancias, haciéndolos cada vez más
accesibles a la profesión.
En ciertos ámbitos son ofrecidos en alquiler.
En numerosos aparatos, cada uno con sus particulares características operativas y campos de
aplicación, responden, en su funcionamiento, a principios generales que trataremos de ver de la
manera más llana e intuitiva posible, soslayando desarrollos matemáticos que el tiempo limitadísimo
que no nos consiente.

Precisiones necesarias

Sea “D” una distancia a medir (fig. 1). En sus extremos se instalan dos aparatos, el medidor “M” y otro
complementario “R”. La distancia se la obtiene por la medición directa o indirecta del tiempo “  ” que
tarda un haz de energía electromagnética en recorrerla dos veces, en id ay en vuelta, siendo su
velocidad:

 km 
v  300.000  
 3  105 km.s 1 
 s 
Supongamos D  15km

2D 2  15km 30
  s  105 s  104 s  0.0001s
v 3  10 km
5
3
(*)
Ya se advierte que los lapsos que se
deben medir son muy breves pero más
comprometedora aún es la precisión Fig. 1
con que hay que obtenerlos, en base a la precisión requerida en la medición de “D”.
Fijemos un error razonable:

dD  10cm   0.0001km  104 km Con lo que el error relativo:

0.1m 1

15km 150000

Diferenciando la fórmula (*) y sustituyendo esos valores:

2dD 104 km


d   2 s  0.7 109 s  0,000.000.0007s
v 3 105 km
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Observando estos resultados, consideremos que existan aparatos que logran errores del orden del
centímetro y otros que, en distancias cortas, están en el milímetro.
Pero advirtamos que estas precisiones son las teóricas, por sus sensibilidades de medición. En la
práctica suelen existir factores externos que las afectan en distintos grado, como veremos mas
adelante.

Principios generales:

Para medir, estos aparatos emiten un haz de luz o energía electromagnética, elaborado
convenientemente.
La luz es también una radiación electromagnética. En el amplio espectro de esa energía (fig. 11), es
la estrecha zona que alcanza a sensibilizar nuestra retina y percibimos dentro de nuestras
limitaciones sensoriales.

Fig. 11

Esta es una razón por la que la diferenciamos del resto, además los dispositivos tradicionales de
producción de luz son simples y bien conocidos.
Razonando en términos de rayos luminosos es más fácil visualizar ciertos fenómenos y sus
principios, dentro de los que debe quedar una idea intuitiva pero bien clara.
En nuestra figura 1, “M” es un aparato que emite un haz de luz y “R” es un reflector que se lo
devuelve.
Si su intensidad luminosa fuese constante, es decir, si fuera un haz continuo, invariable, como el que
proyectaría una linterna eléctrica, por ejemplo, no serviría para medir el tiempo que tarda en salir
desde “M” y retornar, porque no tendría ninguna variación o real para tomarla como referencia de su
desplazamiento.
Distinto sería si el haz lo encendiera y lo apagara en lapsos suficientemente breves. En el
instrumento “M” habría que determinar el lapso que media entre la producción de esas señales y la
observación del reflejo que devuelve el reflector “R”.
Hemos visto que la gran velocidad del rayo luminoso obligará a mediciones muy precisas de lapsos
muy breves.
Las lámparas comunes de filamento incandescente no pueden ser encendidas y apagadas con la
celeridad necesaria.
Pero en el camino del haz producido por la linterna, mantenida siempre encendida, puede
interponerse un obturador adecuado, suficientemente veloz.
Por ahora, supongamos que se trata de una rueda circular con dientes en su perímetro(el mismo
obturador mecánico utilizado por Fizeau), que puede girar alrededor de un eje paralelo al haz (fig.
2a).
Estando la rueda detenida, el haz pasará hacia la derecha de la rueda, o no, según pueda hacerlo por
una de las escotaduras entre dientes, o sea, interceptado por uno de ellos, respectivamente.

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Si la rueda mantiene una velocidad angular constante, a medida que giran las escotaduras frente al
haz de la linterna éstos lo dejarán pasar hacia la derecha en forma de una serie de ondas de luz,
igualmente espaciadas, que se alejan a velocidad “v”.
Un observador situado en un punto cualquiera del haz teóricamente (a ellos se opone su gran
velocidad) vería pasar a esas ondas, cada una separada de la que lo procede y sigue por un intervalo
de tiempo T.
Éste último coincide con el intervalo que en la rueda demanda que una escotadura sea sustituida por
la siguiente.
Mientras la rueda gira indefinidamente, así seguirán produciéndose esas ondas de luz, una en cada
intervalo T sucesivo.

Fig. 2-a; Fig. 2-b; Fig. 2-c.

Período
“T” es el período del fenómeno. En un fenómeno periódico como el que analizamos (o sea que se
repite indefinidamente), es el lapso que separa dos eventos sucesivos idénticos, en este caso el que
media entre el pasaje entre dos escotaduras sucesivas frente haz, y que, lógicamente, también
corresponde al que media entre los pasajes de dos ondas sucesivas frente al observador.
Adoptando al segundo de tiempo medio como unidad fundamental, al período se lo expresa en
segundos, sus múltiplos y submúltiplos.

Frecuencias
Es un concepto inverso al anterior, es el número de eventos (sustituciones, ondas, variaciones, ciclos,
etc.) que se producen en la unidad de tiempo. Designémoslo con la letra “f”, donde f=1/T.
En nuestro ejemplo es el número de escotaduras que pasan frente al haz en la unidad de tiempo o el
número de ondas que pasan por un punto en ese mismo lapso.
La unidad fundamental para la frecuencia es el “Hertz” que corresponde a un período T cuya duración
es 1 segundo.
Así: 1 Hertz = 1/s

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Ondas de luz /longitud de onda 


En la figura 2b se han presentado, para el instante en que un diente de la rueda pasa frente al haz y
lo obtura, la energía luminosa a lo largo del recorrido del haz, con lo que se visualiza el concepto de
onda de luz.
Una variación completa de la intensidad de esa energía entre dos máximos sucesivos (de cresta a
cresta) o dos mínimos sucesivos (de vale a valle), nos da, en su longitud lineal, lo que se designa
longitud de onda .
Relación fundamental
En el lapso “T” se forma una onda y ésta se traslada la distancia  con velocidad “v”. Entonces:
v
  v T 
f
 Queda condicionada a “T” o a “f”.
Si la velocidad de la rueda es mayor, mayor será la frecuencia “f”, menor el período “T”, y también la
longitud de cada onda de luz “  ” (fig. 2c).

Frecuencia de modulación “f”


A la frecuencia “f” impresa al haz se llama frecuencia o modulación del mismo. El haz original deja de
ser continuo, se le ha superpuesto una cierta señal.
Para simplificar lo que sigue, supondremos que la intensidad luminosa a lo largo del haz varía según
una ley con forma sinusoide entre sus valores máximos y mínimos (fig. 2b-2c)

Variación con el tiempo de la intensidad luminosa en un punto cualquiera del haz


Situados en el punto o estación E1 del haz (fig. 3a) ondas pasan hacia la derecha con una velocidad
“v” y la sinusoide que las representa ocupa sucesivas posiciones en los instantes t1, t3,…etc.
La intensidad luminosa, en ese punto, variará también entre el valor mínimo (cero) y el máximo
( imax ), pasando por los valores 1’,2’, 3’, etc.
Allí esa variación sinusoidal será función del instante considerado, es decir, del tiempo que transcurre
y la representamos en la fig. 3b.
Esta variación en el punto puede ser descripta de otra manera, más adecuada para la teoría.
Consideramos pues, a tal fin, un vector giratorio alrededor de su origen (fig. 3c), con éste último
colocado cruce de un par de ejes ortogonales x-y. Y su módulo es imax y será en sentido antihorario
con velocidad angular  . Al ángulo  que en cada instante forma con el semieje positivo de las x
lo llamamos ángulo de fase del vector.
Si el tiempo se mide desde un instante en que el vector giratorio está pasando y coincide con ese
semieje, se puede escribir:
  t
En general, para un instante cualquiera éste ángulo será igual a un número entero de vueltas más
una fracción.
El extremo del vector describe una circunferencia y la ordenada será:

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y  imax sen  imax sent


La curva de la derecha de la fig. 3c, representa la variación de esta ordenada en función del tiempo
(es la proyección sobre el eje de ordenadas del módulo del vector giratorio).
Lo mismo puede aplicarse al caso de la sinusoide de la fig. 3b suponiéndola como generada por la
rotación de un vector del módulo imax / 2 (fig. 3d). En el instante t1 el vector estará en 1’, en el
instante t2 estaría en 2’, y así sucesivamente.
A medida que pasen las ondas una cada “T” segundos el vector representativo girará
correlativamente, cumpliendo una vuelta entera cada “T” segundos, es decir con el mínimo período.
La velocidad angular del vector deberá ser pues:
2
  2f
T
En el punto o estación E2 (fig. 3a), ocurre exactamente lo mismo que en E1 pero un cierto tiempo
más tarde, precisamente el empleado por la luz para recorrer la distancia  que los separa siendo
ese.

Fig. 3-a; Fig. 3-b; Fig. 3-c; Fig. 3-d.


Retardo en tiempo: t 
v
Y el vector imax correspondiente a la posición E2 estará pues, atrasado respecto del vector
correspondiente a la posición E1 un ángulo que es el “retardo en fase “entre esos dos puntos (fig.4).i
2  
Retardo en fase :   t   2f
T v v
Ambos vectores giran con la misma frecuencia “f” manteniendo la diferencia de fases  
v

2f
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Si “f” y “v” se admiten constantes   k1 (k1= factor constante)


Se ve que el desfasaje es proporcional a la distancia  .
Este es el fundamento de la Medición Electrónica de Distancias: medir con suficiente precisión
  para obtener  .
En particular se mide   que corresponde a la distancia   2D .
En algunos aparatos queda indicado el tiempo “t” empleado por el haz para recorrer la distancia,
siendo:
 
t   t  k 2  Análogamente
 2f
En lenguaje metrológico, los medidores electrónicos de distancia son pues fasímetros muy precisos.

Comentario:
Nuestros relojes comunes en cierta manera tienen analogía con lo que estamos viendo. Miden el
tiempo por la rotación (el ángulo de fase) creciente de sus engranajes interiores y lo traducen a las
unidades corrientes por medio de sus manecillas.
En lo que hemos considerado precedentemente el transcurso del tiempo es marcado, en cada
estación, por el pasaje de las sucesivas ondas de luz.
Hemos visto como esa intensidad fluctuante puede representarse por la rotación de un vector que
gira una vuelta por cada onda que pasa.
Este vector giratorio, elemento intuitivo y algo abstracto puede decirse que en esencia es un reloj
incorporado al haz de luz por el hecho de haberlo modulado.
La diferencia de hora indicada por las diferencias de fases de estos “relojes vectoriales”, proporciona
el tiempo empleado por el haz para recorrer la distancia que separa dos puntos cuales quiera.
Es fácil deducir, diferenciando las formulas anteriores, que las mediciones serán tanto más precisas
cuanto más rápido giren estos relojes, es decir cuánto más elevada sea la frecuencia de modulación
del haz.
La frecuencias usuales son tan elevadas que es conveniente emplear múltiplos y submúltiplos de las
unidades fundamentales.
Así:
 Para la frecuencia
103
1 kilo Hertz (KHz) =
s
10 6
1 mega Hertz (MHz) =
s
9
10
1 giga Hertz (GHz) =
s

 Para el periodo

3
1 milisegundo (ms) = 10 s

1 microsegundo s  = 10 6 s

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9
1 nanosegundo (ns) = 10 s

Aclaración importante:

Consideremos una serie de puntos sucesivos, situados en el trayecto del haz, separados uno del otro

la distancia del   y veamos las posiciones de los vectores representativos en un cierto instante
4
(fig.5 a).
Se advierte que la diferencia de fase entre un punto cualquiera y otro situado a distancia variable
respecto del E2,E3, etc. es también una función periódica de la distancia  que lo separa (fig. 5b).
Un numero entero de ondas intermedias corresponde a un mismo número de vueltas enteras del
vector giratorio.
Como en general, los aparatos solo miden diferencias de fases entre esos vectores, con
desconocimiento de ese número entero, se originaran indeterminaciones que deben obviarse.

Es un problema análogo al que ocurre con los relojes corrientes que indican una hora sin especificar
a qué día se refieren ni si corresponde a antes del mediodía o después.

Órganos fundamentales

Los medidores electrónicos de distancias, empleen luz u otra radiación electromagnética tien
dispositivos básicos destinados a cumplir las operaciones que hemos ya bosquejado:
a) Una fuente del haz medidor y sus elementos complementarios para la proyección del haz.
b) Un “modulador” que introduce en el haz las ondas medidoras.
c) Un “detector” que recibe el haz que retorna desde el aparato “R”
d) Un “fasímetros” que mide la diferencia de fases entre el haz y el que retorna desde “R”.
La realización práctica de estos dispositivos puede ser muy diferente en cada uno de los numerosos
aparatos existentes, por su naturaleza, finalidad, patentes de diseño, etc.
Hay que agregar al dispositivo “R” que en el caso de aparatos que emplean haces de luz sn
reflectores precisos, simples y relativamente baratos, pero que en los aparatos que emplean haces
de energía electromagnética de las denominadas microondas pueden ser tanto o más complejas que
el mismo aparato medidor.

GEODIMETRO BERGSTRAND-AGA modelo NASM-3

Este modelo, que posee la Facultad de Ingeniería de Bs. As., fue el primero con que se hicieron
mediciones electrónicas de distancias en Argentina, en su Campaña Geodésica.
Como todos los geodímetros, opera con un haz de luz siendo relativamente simple, podemos
describir sus partes en un “diagrama en block”, (fig. 6)ii

Fuente luminosa (L)


Es una lamparilla de filamento incandescente. Una óptica complementaria y cuidadosamente
elaborada permite que con esa modesta potencia de solo unos 10 Watt se puedan medir distancias
de hasta unos 10 Km. (el haz recorre 20 Km, en ida y vuelta)

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Modulador:

Se utilizan un dispositivo óptico electrónico de Célula de Kerr (CK) para modelar al haz continuo por
la lámpara.
La frecuencia de modulación que actúa sobre la célula Kerr se origina se origina en un oscilador
electrónico muy estable (OSC).
Esa frecuencia es con lo que las ondas de luz tendrán una longitud   200m , como es fácil
calcular con las fórmulas vistas.
Como un error en la frecuencia introduce error proporcional en la distancia, el oscilador tiene
incorporados circuitos de cristales de cuarzo, para mejor mantener su estabilidad.
Además, para controlar la exactitud de la misma, es conveniente contrastarla con la de osciladores de
mejor controlada frecuencia.

Detector:
El haz que retorna desde el distante reflector incide sobre una fotovávula (FV) que genera una
corriente alterna del mismo período que el haz. Por ser de un tipo especial denominado
“fotomultiplicadora” con una enorme multiplicación del efecto de la luz que recibe, su sensibilidad
permite operar aún en distancias muy largas con muy tenue retorno de luz hacia el geodímetro.

Medición de la fase relativa entre el haz que sale y el que retorna


No se realiza directamente entre los haces de luz, sino que se compraran las fases de la corriente
eléctrica que modula a la célula de Kerr y la que es originada por la fotoválvula.
La diferencia de fases es indicada por la aguja del “Indicador de Nulo” (IN), que es un “amperímetro”
especial.
Supongamos una experiencia hipotética pero factible (fig.7) por la que colocamos el reflector “R” en el
punto A del haz, justo al lado del Geodímetro (D=O m.) y que lo vamos alejando lentamente,
pasándolo por las posiciones B, C, D, etc. Incrementadas D=50 metros en 50 metros como se
representa.
Entre los “vectores intensidad luminosa” de dos puntos del haz hemos visto que la diferencia de fases
es creciente con la distancia que los separa y que se anula para recorridos totales del haz de luz que
sean múltiplos enteros del valor de  .
Por la forma en que el Geodímetro resuelve la medición de la fase relativa, ésta se anula para

distancias múltiplos de =50 metros. La aguja del Indicador de Nulo se centra (posición vertical)
4
cuando el reflector ocupa los puntos B, C, D, etc. (fig. 7) número de veces en que la aguja queda
centrada. Ese número, multiplicado por 50 metros hay que agregarlo a la fracción L1 para obtener la
distancia total D que se pretende medir.

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(Fig. 7)

Medición de L1.

La línea de Retardo Variable (LRV), (fig.6), es un circuito electrónico especial, variable a voluntad por
medio de una serie de botones y un dial graduado. Permite adelantar o atrasar la posición relativa
entre las fases de la corriente que activa a la Célula de Kerr modulando el haz y la que se genera en
la fotovalvula, mostrándose en el Indicador de Nulo el resultado de esa variación con movimientos de
su aguja hacia la izquierda o derecha de su posición vertical de referencia.
En realidad la solución electrónica es un poco más compleja que la descripta ero, asi como lo
presentamos, las explicaciones son más sencillas, sin desmedro de la veracidad conceptual.
Modificando, pues, la línea de Retardo Variable se centra la aguja del Indicador de Nulo. El retardo
que se ha introducido manualmente es una medida del retardo entre las corrientes antes
mencionadas.
Permaneciendo el reflector “N” es como si se lo trasladara ficticiamente al punto “M”.
En la línea del Retardo Variable se obtiene el valor Puesta en Cero del Geodímetro (antes de cada
medición).

Camino óptico corto (COC)

(Fig. 6) dos pantallitas metálicas reflectantes, que pueden colocar a 45º respecto de los ejes de las
ópticas de transmisión y recepción de la luz, procuran un camino corto para el rayo (D=0), necesario

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para ajustes de la constantes internas (retardos propios) de los componentes del aparato (ciertas
operaciones de calibración, valor de la división del dial de la línea de Retardo Variable).
Estas pantallitas normalmente no interfieren con los haces de luz. Solo se utilizan para estos ajustes
y determinaciones.

Ajuste de Nulo (AN)

Es un control variable con un botón, que sirve para pensar los retardos internos del aparato.
Con el Camino Óptico Corto colocado en posición y línea de Retardo Variable puesta en cero, se
varia este ajuste hasta centrar la aguija del Indicador Nulo.
Con esta operación el Geodímetro queda colocado en condiciones de la fig. 7, como si el reflector
estuviera colocado en el punto “A”.

Medición

Reiteradas las pantallitas del Centro Óptico Corto, la luz vuelta por el reflector incide sobre la
Fotoválvula y la corriente que esta genera tiene una relación de fases distinta, en general con la que
se ajusto al colocar en cero el Geodímetro (COC), a menos que, por casi imposible casualidad, la
distancia fuera múltiplo entero de 50 metros .
Salvo que se diera este caso, la aguja del Indicador Nulo se descentrara.
Se la vuelva a centrar modificando el Retardo Interno por medio de la línea de Retardo Variable
(botonera y dial). En ella se indicara la distancia. Veamos como:
Por todo lo expuesto “L1” estará siempre comprendida entre cero y 50 metros. La botonera tiene 11
botones que incrementan el Retardo Interno en 10 saltos iguales equivalentes a 5 metros. Cada uno
leyéndose, debajo de cada uno, sucesivamente, 0 m, 5 m, 10 m,… hasta 50 m. se los apreta
sucesivamente hasta llevar la aguja del Indicador de Nulo lo más centrada posible.
Se afina la centración girando el dial de la línea de Retardo y allí se lee, al centímetro, la fracción de
Intervalo de 5 m que hay que agregar a la distancia leída en la botonera.
Nos hemos extendido un poco en esta descripción de la medición por el interés que puede despertar
en quienes no han tenido oportunidad de presenciar estas operaciones.
Lógicamente corresponden a un modelo determinado.

Necesidad de contar con otras frecuencias de modulación.

Vimos que con la frecuencia moduladora f 1 1,5MHz  la distancia a medir queda dividida en una
serie de unidades de distancia “U1” de 50 metros cada una (fig. 7). Como el Geodímetro solo mide
“L1” hay que conocer el numero “n1” de esas unidades intermedias para obtener la distancia total.
Observando el sentido de la inclinación e la aguja del Indicador de Nulo se deduce si “n1” es par o
impar. Por esto, si se conociera el valor de la distancia con error menor c, dividiéndolo por 50 se
podría obtener “n1”.
Esta estimación si bien es grosera, obligaría a trabajos topográficos especiales si no se conoce “D”
por otro camino.
A fin de evitarlos, este geodímetro puede operar con otra frecuencia de modulación, auxiliar,
designada f2, ligeramente superior a f1 que produce unidades de distancia más cortas que designan
“U2”
La figura 8 es una repetición de la figura 7 en la que la distancia contada a partir del Geodímetro se la
ha subdividido en las unidades “U1” de 50m cada una y las “U2” algo menores.
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Precisamente, la frecuencia auxiliar es tal que, cada 40 unidades “U1” (2000 m), equivalen a 41
unidades “U2”.

(Arriba Fig. 8 – Abajo Fig. 9)

Supongamos al reflector ubicado en distintas posiciones R1, R2, R3, etc. situadas a distancias
crecientes respecto del Geodímetro, valor que en cada caso se requiere determinar.
Obsérvese, que en cada una de esas posiciones se hubiera obtenido (en la línea de Retardo
Variable) los valores de “L1 y L2” en las frecuencias “f1 y f2” respectivamente L2> L1 por ser U2 < U1.
Las graduaciones “U2” se van corriendo progresivamente respecto de las “U1” y esto trae como
consecuencia, que la diferencia L2 –L1 crece proporcionalmente con la distancia del reflector “R” al
Geodímetro.
En la figura 9 se ha representado la variación de L2-L1 con el aumento de la distancia, para D= 2 km.,
por lo que ya hemos visto, y la gráfica se repite periódicamente hacia la derecha.
Si la distancia por medir se sabe es menor de 2 km.se busca la ordenada L2-L1 obtenida con el
Geodímetro y se deduce la distancia aproximada D que permite obtener “n1” y “n2”.
Si la distancia es mayor, es necesaria conocerla con un error del orden de  2 Km., lo que ya no es
tan dificultoso, a fin de poder calcular el número de intervalos (desconocido) de distancias de 2 Km.
que se interponen.
Como se advierte, la frecuencia “f2” que genera esas unidades “U2” provoca un efecto como de
“Vernier” que permite localizar al reflector “R” en el campo de cada intervalo de 2 Km.

Sistemas reflectores.

Son dispositivos ópticos en principio, sencillos pero de muy cuidadosa elaboración para asegurar el
máximo de retorno de luz hacia el Geodímetro.

Reflectores planos.

Procuran el máximo rendimiento luminoso. Son espejos planos logrados por la aluminización de
placas de cristal lapidadas a plano con las técnicas más cuidadosas.
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Pero requieren una atención constante durante la medición de la distancia, porque, cualquier
variación del ángulo de incidencia del haz de luz contra la superficie especular se traduce en una
variación angular doble en el rayo reflejado
, por las leyes conocidas de reflexión, con lo que el Geodímetro no recibirá suficiente luz.
Estas variaciones no solo pueden originarse por movimientos en el apoyo del Geodímetro y del
reflector (muy delicada, pues, la instalación sobre las torres de triangulación), sino, también y
constantemente, por las variaciones de la refracción atmosférica, cuando la distancia es apreciable.
Por esto, los reflectores obligan a constante intercomunicación radiotelefónica para realizar los
ajustes necesarios. Se usan poco.

Reflectores prismáticos.

Si se corta un cubo de cristal como se indica en la fig. 10 se forma una pirámide recta de base
triangular, tal que en el vértice concurren 3 aristas formando un triedro trirectángulo.
Se demuestra en óptica geométrica que un rayo de luz que, ingrese al prisma por su base, se refleja
en sus otras caras y vuelve a salir por la base según una dirección paralela a la original, casi
independientemente de la orientación del prisma.
Se construyen reflectores prismáticos con sus bases apuntando hacia el frente, por donde recibirán y
devolverán la luz.
La puntería (alineación respecto de la línea Reflector- Geodímetro) no es crítica, admitiendo una
variación de hasta al menos 15º con respecto a la dirección correcta. Se pueden apuntar
aproximadamente y dejarlos sin atención permanente, por cuanto las variaciones por al refracción no
llegan a ser tan grandes.
Si reciben luz la devolverán al Geodímetro y solamente de su operador dependerán los pequeños
apuntes de puntería que haya que hacer en cualquier momento para los prismas y mantener una
buena señal hacia el Geodímetro.
A medida que aumenta la distancia, se debe acudir a conjuntos de prismas cada vez más numerosos
para reforzar esa señal.

El espectro de la energía radiante electromagnética

En la fig. 11 se indican las distintas zonas del espectro, con su denominación corriente en función de
la longitud de onda.

Fig. 11

Dentro de su enorme amplitud puede advertirse la faja que corresponde al espectro visible.
Los medidores electrónicos de distancia utilizan radiaciones que abarcan parte del espectro luminoso
visible, la zona infrarrojo y las ondas eléctricas de hasta 10 cm. De longitud de onda.
En realidad, aun así solo utilizan pocas bandas, es decir operan con ciertas longitudes de ondas cuya
utilización responde a necesidades técnicas, en particular la fuente generadora de energía.

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Evolución de los Geodímetros

A partir del primer modelo, el NASM-2, el fabricante desarrollo otros, cada vez mejores en cuanto a
compacidad y alcance, por disponer de mejores elementos que la tecnología iba dándole.
El órgano que seguramente mejor sintetiza la evolución de estos aparatos es la fuente luminosa.
Se advierten 3 etapas:
La de la lámpara común de filamento incandescente, la de la lámpara de vapor de mercurio, y
últimamente, el rayo láser. Conviene detallar un poco el porqué de los cambios y las ventajas
perseguidas en esa evolución.

Lámpara eléctrica de filamento metálico incandescente (tungsteno)

La materia está constituida por átomos y moléculas que, de acuerdo con teorías físicas, tienen cierta
cantidad de electrones girando en distancias órbitas.
La mecánica cuántica indica que esos arreglos de orbitas no son cualesquiera, sino que responden a
un numero definido de esquemas posibles y en cada uno, los electrones tienen distintos niveles de
energía.
Cuando se le entrega energía a un electrón, éste puede ser sobreelevado a otro nivel de energía
superior. Cuando cesa esta acción, el electrón vuelve al nivel inferior del cual partió devolviendo la
energía que había recibido bajo la forma de energía electromagnética y vibratoria mecánica.
El filamento de una lámpara, recorrido por corriente eléctrica, se calienta a alta temperatura e irradia
energía electromagnética en forma de luz y calor.
En un sólido caliente, existen muchas configuraciones posibles de
electrones, tantos que los numerosos estados de equilibrio tienen poca
diferencia de energía entre ellos. Por eso, la luz que el filamento emite
es prácticamente blanca, con muchas longitudes de onda muy
próximas. Este espectro de emisión se complica aún más por la
interacción entre los electrones debido a las vibraciones del tipo
mecánico.
La máxima irradiación tiene lugar hacia la forma del infrarrojo, y lo que
es más pernicioso, la distribución de la energía irradiada, dependerá
de las condiciones de corriente eléctrica, temperatura del filamento,
etc.
Como cada punto del filamento irradia hacia todas las direcciones (fig.
Fig. 12
12) independientemente de los otros, sus infinitas ondas no guardan
relación entre sí y la luz que se emite no es coherente.
Fig. 13
La coherencia significa que las ondas de los infinitos rayos elementales
están “en fase” (fig.13) y el haz se desplaza con frente de onda definidos.

Lámpara de vapor de mercurio de muy alta presión

Dentro de una ampolla transparente, un arco eléctrico vaporiza al mercurio llevándolo hasta una
temperatura de 7000º C y presión de unas 80 atmósferas.
Ahora, el cambio de niveles de energía a que pueden ser sometidos los electrones tiene lugar en un
gas. Con ellos están muy limitados los distintos cambios posibles y entonces, la energía irradia en
muy pocas frecuencias distintas.

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La emisión del mercurio tiene lugar en la zona del azul, verde y amarillos. La alta presión y
temperatura le agrega una emisión de fondo, de espectro continuo.
El brillo es del orden del 60 % del brillo del sol y el haz que obtiene es 30 veces más intenso que lo
obtenible con lámparas de filamento. Se puede entonces medir de día, pero por ser una radiación
similar a la del sol, la luz solar interfiere y limita el alcance máximo.
La potencia necesaria, (de unos 100 Watt), obliga a un pequeño generador eléctrico portátil, no
obstante que la transistorizacion de los circuitos electrónicos haga que la parte de medición del
Geodímetro en sí, sea de bajo consumo de energía.
Los Geodímetros 4B, 6 y 6ª están provistos de este tipo de lámparas.

Láser

Es una palabra formada por las iniciales de “Light aplification (by the) Stimulated Emission (of)
Radiation”, amplificación de luz por la emisión estimulada de radiación.
Einstein enuncio que si se han elevado electrones a configuraciones de mayor energía sería posible
controlarlos con un campo magnético débil de frecuencia adecuada. Con este artificio es posible
controlar y restringir las frecuencias de emisión de luz dando energía electromagnética apuntada a
producir solo determinados cambios en las configuraciones de los átomos emisores. La energia no se
derrochará en emisiones inútiles y el rendimiento será superior.
Una de las condiciones será que los átomos estén muy separados unos de otros, evitando su
interacción.
El Geodímetro modelo 8 utiliza un Láser Helio- Neón.
En una mezcla de tales gases, los electrones del Neón son elevados a niveles superiores de energía
por una corriente eléctrica que la recorre. Estos electrones no volverían espontáneamente al nivel
inferior original con pocas diferencias posibles, una de las cuales corresponde a una longitud de onda
de 632,8 nm., en la zona del rojo.
Si se le envía una débil señal electromagnética de la frecuencia correspondiente, es estimulada esa
emisión de luz, emergiendo una señal mucho más intensa de esa misma frecuencia y color.
El haz que se obtiene tiene las dos importantes propiedades: Monocromatismo y Coherencia.
Este haz además corresponde a una longitud de onda en que el sol emite poco y la atmosfera
absorbe lo mínimo, dentro del espectro visible. Esto último puede observarse en el tinte rojo de los
crepúsculos solares.
Colocando un filtro de ese mismo color, frente a la fotoválvula, la señal proveniente desde el reflector
disminuye en un 30 % pero el resto de la luz solar disminuye unas 10000 veces, dejando
prácticamente de interferir en las mediciones a plena luz del día y el alcance de las mediciones será
comparable al de las nocturnas.
La coherencia permite lograr haces de rayos prácticamente paralelos, con muy poco divergencia, con
mayor concentración de energía en 10 km. de recorrido del diámetro puede mantenerse dentro de 1
metro, aproximadamente.
Con una potencia de solo 8 miliWatt en el Láser se logran mayores alcances que con la lámpara de
mercurio, pudiendo alimentarse a los aparatos con baterías eléctricas de pequeña dimensión.
El Geodímetro modula a ese Rayo Laser con las distintas frecuencias destinadas a realizar las
mediciones de distancias de la manera explicada.iii

Telurómetro modelo MRA-1

La estación maestra mide la distancia. La Remota solo cumple funciones de estación repetidora de
las señales que “M” le envía.
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Ambos aparatos emiten haces con frecuencia en el orden de los 3GHz (3 10 Hz ) es decir, con
9

longitud de onda en el orden de los 10 centímetros. Esta es la onda de portadora de la energía y su


frecuencia es denominada “frecuencia de la onda portadora”.
Así se la distingue de la “frecuencia de Modulación” destinada a la medición de distancias, que se
imprime independientemente al haz y que en este modelo es del orden de 1.

Modelo MRA-2

En este posterior modelo ambos aparatos son exactamente iguales. Las distancias se miden en
ambos sentidos y los resultados se promedian.
Su alcance teórico está comprendido entre 150 metros y como en el modelo anterior, en estos
aparatos existe un tubo de rayos catódicos de pantalla circular que es utilizado con osciloscopio
(visualizador de oscilaciones).
En un dispositivo análogo a los tubos de rayos catódicos que constituyen las pantallas de los
aparatos de televisión.
Preparadas las estaciones Maestra y Remota
de manera de poder proceder a la
determinación de la distancia, en la pantalla del
osciloscopio de la maestra aparece un trazo
circular, producido por la rotación de un punto
luminoso (fig. 14).

Este punto luminoso se comporta como la


aguja de un reloj que girará con la frecuencia
de 10 MHz, es decir, realiza 10000000 de giros
por segundo.
Frente a la pantalla existe un retículo especial,
100 trazos radiales que servirán para hacer
mediciones de tiempo.
Por lo tanto, el punto luminoso emplearía un
nanosegundo para pasar de cada división a la
107 s
siguiente  109 s  1ns .
100 Fig. 14
En el trazo circular aparece una pequeña interrupción que se toma como referencia para hacer
lecturas en el retículo.
La estación Maestra y la Remota están irradiando, una hacia la otra, un cierto haz de microondas
modulado.
La Remota recibe el haz de la maestra con un cierto retardo debido a la distancia, compara esas
ondas con las propias y genera “pulsos” (señales electromagnéticas muy breves) que, incorporando a
su propio haz de microondas, devuelve hacia la Maestra.
Estos pulsos llegan allí con otro atraso adicional (igual al anteriormente mencionado) que actuando
en los circuitos del tubo de rayos catódicos, producen la mencionada interrupción del trazo circular.
En este particular reloj, supongamos que el origen de los tiempos está ubicado en el cero del retículo
(en su parte más alta). El ángulo t indica el tiempo empleado por las ondas para recorrer la doble
distancia, en ida y vuelta, entre la Maestra y la Remota, es decir la suma de los dos retardos.
Si se leyera 28 divisiones, el tiempo empleado sería t  28ns .
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2D 1
Como t   D  v  t (a)
v 2
v  3 10 (km / s) Y por cada división t  109 s ,
5

Reemplazando en la (a) se llega a que cada división equivale a 15 cm. En la distancia Maestra-
Remota.
Por promedios de lecturas se podría obtener la distancia con error del orden de un tercio de división,
es decir de unos 5 cm., aproximadamente.
La vuelta completa, de 100 divisiones, equivale a 15 m. de distancia total, y sería la máxima distancia
que teóricamente se podría medir sin indeterminaciones.
En efecto, supongamos repetir, ahora con estos telurómetros, la experiencia que detallamos en el
caso de Geodímetro hemos ilustrado en la fig. 4.
Si en un principio, (fig. 15) tenemos la distancia Maestra en “M”, justo en frente de la remota donde
D=0m, la interrupción del trazo se producirá en la parte superior del trazo circular (lectura cero
divisiones).

Fig. 15

Si alejáramos progresivamente a la Maestra, en “M2”, “M3”, manteniendo todo en buen orden de


funcionamiento y medición, a medida que la distancia aumenta, la interrupción se irá trasladando
sobre el mismo, acumulando divisiones de la escala en forma proporcional al aumento de distancia.
Cuando la Maestra esté en “M4” a 15 m. de distancia desde la Remota la interrupción se habrá
desplazado una vuelta entera sobre el trazo circular y estará nuevamente sobre la graduación cero.
Si se sigue desplazando la Maestra en el mismo sentido, aumentando aún más la distancia, la
escotadura seguirá produciéndose en el mismo sentido anterior y así sucesivamente pasará lectura
cero en las distancias 30 m., 45 m., etc., es decir, múltiplos de 15m.
En una posición cualquiera por ejemplo la “M5”, la lectura sobre la escala del osciloscopio
corresponderá al t indicado en la figura, extendiendo un número entero de vueltas (múltiplo de 100
div. o sea, de 15 m.) que en general será desconocido.
Como en el caso ya analizado del Geodímetro, en ese número podrá ser deducido si se conociera la
distancia con precisión suficiente, es decir con error menos de 15 m. como es lógico.
Esta indeterminación tiene lugar, pues, porque sobre el tubo de rayos catódicos solo se leen las las
últimas cifras del t correspondiente a la distancia que se mide.
Si por ejemplo esa distancia fuera aproximadamente de 7280 m., le correspondería un retardo
t  48.528,3ns , pero se leerían las últimas cifras 28.3.
El valor de las cifras precedentes se deduce de los resultados obtenidos con otras frecuencias de
modulación ligeramente distintas de la fundamental.
Apelando a esas otras frecuencias, se hubiera registrado:
En frecuencia “A” (lectura fina) 28.3

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Resultados elaborados 52.00


con las 85.00
otras frecuencias 48.00
--------------------
t =48528.3 (ns)
Los números obtenidos en cada columna deberían ser iguales.
Pero, en los casos concretos de medición, esto no se cumple por pequeños errores de ajuste de los
circuitos, de lectura, etc., obteniéndose, por ejemplo,

28.3
50.00
87.00
47.00
-----------------------
t =48528.3 (ns)

Como las variaciones respecto de lo correcto afectan en cada resultado parcial a las unidades y no a
las decenas, el resultado total se lo obtiene tomando como base a éstas últimas.
La superposición parcial de los resultados obtenidos en distintas frecuencias ayuda a dilucidar este
tipo de dudas.

Posibles errores de la muestra en el tubo de rayos catódicos

En las lecturas de la posición de la interrupción del trazo circular pueden ocultarse errores ya
conocidos por quienes operan con limbos graduados circulares: el error por excentricidad de las
graduaciones y el error de cero o de índice.
En este telurómetro, el primero se origina por el hecho de que el trazo circular se lo obtiene por
ajustes manuales de controles del tubo de rayos catódicos y nunca quedará perfectamente centrado
respecto de las graduaciones del retículo.

Sabemos que este tipo de error puede compensarse por promedio de lecturas diametrales opuestas.
Para lograr esta solución, en el Telurómetro es posible cambiar el origen de los tiempos, pasándolo
desde la parte superior (lectura “0”) a la parte inferior (lectura “50”) de la pantalla. La interrupción del
trazo también se desplazará 180º, respecto de la posición primitiva.
El error de índice es debido a que, en cada caso, el origen de los tiempos no coincidirá exactamente
con la graduación cero (punto superior) o 50 (punto inferior) de la pantalla.
Sabemos que en los círculos verticales de los teodolitos se produce la compensación del error de
índice por el promedio de las lecturas efectuadas en las posiciones círculo derecha y círculo
izquierda, al invertirse el sentido de crecimiento de las graduaciones.
En el Telurómetro, para lograr un efecto análogo, es posible invertir el sentido de giro del punto
luminoso que genera trazo circular, haciéndolo girar en sentido horario o antihorario.
Los errores vistos solo afectan en pocos nanosegundos o sea, solo a los resultados obtenidos en la
frecuencia de modulación “A” que da las últimas cifras de la medición (lecturas finas).
Por eso, en frecuencia “A”, cuando la precisión lo requiere, se hacen mediciones en las 4
posibilidades mencionadas: haz girando en cada sentido y origen de los tiempos arriba y abajo.

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Estas modalidades así como el cambio de frecuencias de la modulación se comandan desde la


remota, a requerimientos de la Maestra, con la misma llave selectora de función que permite operar
en cada estación como Maestra o Remota.
La precisión teórica del modelo MRA-2 sería aproximadamente:  5cm  D / 300.000
Pero existe una fuente de error muy importante que conspira contra la misma. Es el que se origina
por la reflexión del aparato en el terreno u otras superficies.

Reflexiones parásitas

En el modelo MRA-2 el haz que irradian las antenas de cada aparato tiene un ángulo de unos 10º (fig.
16a), de allí que, podrá chocar contra el terreno u otras superficies (edificación por ejemplo) y se
reflejará (fig. 16b).

(Arriba Fig. 16-a; Abajo Fig. 16-b)

Tanto en la Maestra como en la Remota se recibe no solamente al rayo directo (si han sido bien
orientadas) sino, también, las reflexiones que pueden ocurrir. Éstas últimas es posible que lleguen a
tener intensidad parangonable a la del rayo directo.
Como todas estas ondas, tanto directas como indirectas, son de la misma frecuencia, los aparatos no
las disciernen y la distancia indicada (afectada por el mayor camino de las reflexiones parásitas, lo
que altera el retardo en tiempo y fase) no será la real, es decir, la directa entre los puntos extremos
de la línea.
El error introducido depende no solo de la diferencia de recorridos entre el camino directo y las
reflexiones, sino también, de las intensidades de éstas últimas en relación con las de onda directa.

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Sobre las superficies lacustres o de símilmente alta reflexión, se pueden tener errores de hasta el
orden de 1m.
El empleo de éste modelo en ciudades y túneles estaría condicionado a la admisión de errores
grandes.
Como no se pueden dar reglas que permitan evaluar estos errores en cada caso, se procede a la
inversa, dando normas sobre la elección de los lugares e indicando condiciones a cumplir.
En general deben evitar superficies reflectantes intermedias, como ser lagos, nieve, terrenos lisos,
etc.
Una ligera vegetación sobre el terreno es un elemento importante para atenuar su reflexión.
Esto implica un sometimiento de los aparatos a condiciones del terreno, quitando flexibilidad a su
empleo.

Cambio de frecuencia de la onda portadora

Es un artificio destinado a tratar de compensar, en el promedio de distintas observaciones, el posible


error por reflexión.
El haz de energía electromagnética es generado en el circuito cuyo dispositivo fundamental es una
válvula electrónica especial denominada KLYSTRON.
Esta tiene una cavidad variable manualmente y dependerá de la frecuencia generada de la onda
portadora. Se denomina “sintonía de la cavidad” y en este modelo permitiría variar la frecuencia entre
2800 y 3200 MHz.
Se determina la distancia en varias distintas frecuencias de la onda portadora.
Si se representan gráficamente los resultados obtenidos (fig. 17) se obtendrá una poligonal que,
según la teoría, retendría en su forma
general, una línea sinusoidal. Es la
curva denominada “Ground Swing”.
La ordenada media correspondería a la
distancia de error por reflexiones.
En la práctica es muy difícil obtener una
sinusoide suficientemente regular y
completa y la ordenada media, trazada
a sentimiento puede tener una duda
hasta de decenas de centímetros.
Si por ejemplo, en 6 Km. por ejemplo,
la duda fuera de 30 cm. El error relativo
ascendería a 1/20000.
(Fig. 17)
Modelo MRA-3

Incorpora mejoras notables, la más apreciable, desde el punto de vista operativo es que la lectura es
digital. Esto significa que tras las operaciones de ajuste y medición, la distancia se la va obteniendo
indicada numéricamente en una ventanilla.
La medición es más impersonal, menos sometida a pericia particular de los operadores, factor muy
importante.
La transistorización de los circuitos disminuye el tamaño físico de los aparatos y su consumo de
energía eléctrica, operando con baterías incorporadas en el mismo.
El alcance va desde los 80 m. hasta los 80 Km. La onda portadora puede ser variada entre 10025 y
10450 MHz para poder trazar la curva de Ground Swing.
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La frecuencia de modulación es de 7.5 MHz


La apertura del haz, de unos 4º, mejora el problema originado por las reflexiones.

La precisión teórica es del orden de los  1.3cm 


D
300.000

Modelo 4

Tiene una onda portadora de frecuencia variable entre 34.5 y 35.1 GHz (longitud de onda 8 mm.),
modulada con 75 MHz y con un haz de solo 2º de divergencia.

La precisión teórica es del orden de  3mm 


D
300.000
Distomat wild DI 60

La onda portadora es del orden de 10300 MHz y la modulación es de 150 MHz.

La precisión teórica es del orden de  1cm 


D
300.000
Distanciometros de rayos infrarrojos

Es obvio mencionar que los fabricantes de instrumental hacen uso, casi de inmediato, de los
descubrimientos de la ciencia y los dispositivos que con ellos la tecnología va elaborando.
En un semiconductor especial (como los ya difundidos transistores), de Arseniuro de Galio, cuando
es recorrido por una corriente apropiada, existe una zona en que los electrones irradian en la zona
del infrarrojo.
La longitud de onda del orden de 800-1000nm. Aunque próxima a la zona visible del espectro,
permanece fuera de la percepción humana. La radiación es prácticamente monocromática, pero
incoherente.
La potencia útil es del orden de unos 2 mili Watt. A su vida prácticamente ilimitada se une la gran
ventaja de que la modulación del haz se realiza en la misma fuente de la radiación (se enciende y
apaga, por así decirlo, con la misma frecuencia de modulación).
A partir de 1967, son diversos los medidores de distancia que se han construido en base a estos
emisores de energía.
La potencia permite alcances del orden de 1000 a 1500 m. pudiendo llegar a 2000 m. en condiciones
favorables. Como estación remota estación remota se utilizan reflectores prismáticos de los tipos
descriptos anteriormente.
Los aparatos Zeiss SM 11 y Wild DI 10 modulan al haz con frecuencias del orden de 15 MHz,
obteniendo definiciones de la distancia medida en el orden de 0.5 cm. Y 1 cm. respectivamente.
También la compañía Tellurometer incursiona en este campo, produciendo el modelo MA con una
modulación de 75 MHz. Tendría una definición de 0.1mm en la distancia, asegurando errores de 1
mm. En distancias cortas y 1.5 mm. Hasta los 2 Km.
Característica común de estos aparatos es que la medición es prácticamente automática. El operador
se limita a apartarlo hacia los reflectores y girar una llave conmutadora por sucesivas posiciones
hasta el punto en que se realiza la medición y ésta queda indicada en un dial.
Por su alcance del orden de los 2 km, gran precisión, costos razonables que seguro han de ir
disminuyendo en el futuro este tipo de instrumento es promisorio en el campo de las mediciones
topográficas.
Se pueden evitar las mediciones con cintas de acero en terrenos dificultosos o muy quebrados.
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La mayoría de los aparatos actuales son utilizados precisamente por su posible empleo en la
medición de poligonales.
Una solución llamativa es la del Distomat Wild DI con un cabezal medidor (emisor y receptor de la luz)
que se fija en el anteojo de un teodolito de essa marca (T 2 o T1), lo que permite encarar, en la misma
estación, la medición de distancias y ángulos, acimutales y cenitales.
Estos últimos son necesarios para reducción de las distancias obtenidas al plano horizontal.

Errores de la medición de la distancia


1
En la expresión ya vista D  vt , “v” es la velocidad de la luz en la atmósfera, con su particular
2
estado durante la medición.
c
v Donde: c=velocidad en el vacío
n
n= índice de refracción

1,000.250  n  1,000.400
Valor promedio 1,000.325
1c
Sustituyendo D t
2n
dD dc dt dn
Diferenciándola:    que relaciona el error relativo en la distancia con los
D C t n
errores relativos de la velocidad de la luz en vacío, el de la medición del retardo y el del índice de
refracción de la atmósfera.

Velocidad de la Luz

Desde la determinación de Roemer (1676) hasta la de Froome (1958) se hicieron unas 40


operaciones destinadas a medir la velocidad de la luz y de las radiaciones electromagnéticas, la
mitad de ellas en los últimos 11 años, aplicando técnicas cada vez más precisas.
La unión geodésica y geofísica Internacional, en su Asamblea General de Toronto (1957) adoptó el
valor en el vacío:

c  299.692,5  0.4km / s
El error relativo en “c” sería menor de 1/700.000

Medición de los retardos de tiempo (de fase)

Esta medición es muy precisa en este aspecto, la sensibilidad de los aparatos supera a otros posibles
errores, en particular a los debidos a la atmósfera.

La atmósfera y su índice de refracción

El índice de refracción “n” que afecta a la velocidad de propagación de las ondas electromagnéticas
en el aire es función de su temperatura, presión, humedad y de la longitud de onda de la radiación.

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Existen distintas fórmulas que permiten calcular “n” en función de esas variables, para la luz o las
microondas.
Un psicrómetro, es decir, un par de termómetros similares, uno con su bulbo humedecido con una
gasa embebida en agua, permiten por sus indicaciones determinar la temperatura y el grado de
humedad del aire.
La presión es medida con barómetros adecuados.
Los errores en la determinación de estos parámetros atmosféricos introducirán errores en la
determinación del índice “n” y en la distancia calculada o medida (en los instrumentos digitales).
Según Bergstrand, en los instrumentos que emplean luz, la influencia de esos errores es,
aproximadamente:

D
 Error en la temperatura 106
1º C
D
 Error en la presión 106
2.5mmHg .
D
 Error en la tensión de vapor de agua 106
1º C
D
 Error en el contenido de la atmósfera 106
20mmHg .
D
 Error en la longitud de onda 0.6 106
10mm
Si se pretendieran errores relativos del orden de 1/ 1.000.000, habría pues que determinar la
temperatura con error menor o igual que 1ºC, la presión con error menor o igual a 2.5 mm. Hg. Como
estas determinaciones se efectúan en ambos extremos de la línea que se mide y a los efectos de las
correcciones interesa el valor medio a lo largo de todo el recorrido del haz se advierte la dificultad de
obtener las precisiones que los aparatos lograrían de no mediar la atmósfera.
Lógicamente en distancias cortas las irregularidades son menores.
El problema es delicado en zonas onduladas o montañosas donde el estado atmosférico puede ser
heterogéneo.
En las mediciones con microondas la influencia de la humedad del aire es muy grande, del orden de
D
106 de presión de vapor de agua, obligando a asegurar la décima de grado
0.02mmHg
centígrado en las lecturas termométricas.
En las mediciones sujetas a gran error por reflexiones, aquellos debidos a la atmósfera pueden pasar
a un segundo plano de importancia.
Si, por ejemplo, en una línea de 10 Km. se tiene un error de 20 cm. por causa de las reflexiones, ese
error relativo de 1/50.000 haría tolerables errores de algunos grados en la temperatura y algunos
milímetros en la presión.
Existen aparatos de inclinación digital, como hemos dicho, en que la distancia es suministrada
numéricamente.
Estas cifras son ciertas para una determinada condición atmosférica, elegida por el constructor, es
decir, un cierto índice de refracción, por ejemplo para el valor promedio 1,000.325.
Midiendo ciertas cotas de pocos kilómetros en condiciones normales de atmósfera, pueden
despreciarse las correcciones pertinentes.
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En líneas largas o en condiciones atmosféricas distintas de las medias se aplican correcciones a las
lecturas indicadas que tienen en cuenta la diferencia entre el índice real y el valor adoptado por el
constructor.
En los aparatos de rayos infrarrojos, por su corto alcance la corrección suele ser pequeña. Además
existe un buen contralor del estado atmosférico, aun midiendo su estado en un solo extremo.
Hay un modelo en el que, según la temperatura del aire, se selecciona la frecuencia de modulación
con lo que el valor indicado es la distancia real, ya corregida.

Otras reducciones

La distancia que miden estos aparatos es la que corresponde a la trayectoria inclinada del haz,
comprendida entre la estación medidora y la remota.
Por eso hay que aplicar algunas reducciones conocidas:
a) Por refracción atmosférica: la teoría indica que la trayectoria del haz es una línea curva con su
concavidad hacia abajo. Habría que reducir las distancias medidas al valor de la cuerda
respectiva.
La corrección suele ser despreciable. Alcanza a 1 cm. cuando, midiendo con haz de luz la
distancia es de unos 20 km. o, midiendo con microondas, la distancia es de unos 30 km.
b) Reducción al horizonte: para obtener la proyección de la distancia medida inclinada sobre un
plano horizontal, (o una esfera) que pase por la estación medidora, es necesario conocer el
desnivel entre los extremos de la línea. Se lo obtiene por nivelación trigonométrica.
Debe tenerse en cuenta que, cuanto mayor sea la pendiente de línea, tanto mayor debe ser la
precisión del dato del desnivel.
c) Reducción a la superficie de referencia: es la superficie que se utilice para los cálculos en
cada caso en particular. En el caso de mediciones geodésicas será el elipsoide de referencia
o el geoide.

Reflexión final:

¿Esta manera de medir distancias es directa o indirecta?

Se miden atrasos en tiempo o en fase de una onda electromagnética. Así considerado, tendría un
matiz de operación indirecta.
Pero, por otra parte, se realiza una medición entre extremos, más directamente que si se procediera
con una cinta de acero, por ejemplo.
No hay, que perder de vista que existe una sola incógnita la distancia que se mide y que cada
observación conduce a un resultado.

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