Derecho A La Identidad - Sentencias
Derecho A La Identidad - Sentencias
Derecho A La Identidad - Sentencias
En setiembre de 1713 fue juzgado el esclavo Francisco Congo, quien decidió ser un cimarrón es
decir, este hombre rompió sus cadenas de esclavitud en una hacienda de Pisco y no paró de
caminar con Dios hasta que logró vivir en libertad, junto a sus hermanas y hermanas, que
decidieron ser cimarrones. Francisco, seguramente conservó su nombre cristiano y adoptó el
apellido de Congo, su verdadera nacionalidad. Un día llegó a Huachipa y ahí encontró la paz, la
alegría y la verdadera felicidad de ser libre por sobre todas las cosas.
ANTONIO OBLITAS
Antonio Oblitas es quien el 10 de noviembre de 1780, siguiendo órdenes de Túpac Amaru, ejecuta a
Antonio de Arriaga, corregidor de Tinta; este acto le costaría la tortura y la horca
CATALINA BUENDÍA DE PECHO
La chicha envenenada que Catalina Buendía de Pecho dio de beber al enemigo y que también
se vio obligada a ingerir.
Retrato al óleo de Catalina Buendía, obra de Bernardo Mattos Battifora
EXP. N.° 2273-2005-PHC/TC
LIMA
KAREN MAÑUCA QUIROZ CABANILLAS
El derecho a la identidad
21. Este Tribunal considera que entre los atributos esenciales de la persona, ocupa un
lugar primordial el derecho a la identidad consagrado en el inciso 1) del artículo 2º de la
Carta Magna, entendido como el derecho que tiene todo individuo a ser reconocido
estrictamente por lo que es y por el modo cómo es. Vale decir, el derecho a ser
individualizado conforme a determinados rasgos distintivos, esencialmente de carácter
objetivo (nombres, seudónimos, registros, herencia genética, características corporales,
etc.) y aquellos otros que se derivan del propio desarrollo y comportamiento personal,
más bien de carácter subjetivo (ideología, identidad cultural, valores, reputación, etc.).
22. La identidad desde la perspectiva descrita no ofrece, pues, como a menudo se piensa,
una percepción unidimensional sustentada en los elementos estrictamente objetivos o
formales que permiten individualizar a la persona. Se encuentra, además, involucrada
con una multiplicidad de supuestos, que pueden responder a elementos de carácter
netamente subjetivos, en muchos casos, tanto o más relevantes que los primeros.
Incluso algunos de los referentes ordinariamente objetivos no sólo pueden ser vistos
simultáneamente, desde una perspectiva subjetiva, sino que eventualmente pueden
ceder paso a estos últimos o simplemente transformarse como producto de
determinadas variaciones en el significado de los conceptos.
23. Queda claro que cuando una persona invoca su identidad, en principio lo hace para
que se la distinga frente a otras. Aun cuando a menudo tal distinción pueda percibirse
con suma facilidad a partir de datos tan elementales como el nombre o las características
físicas (por citar dos ejemplos), existen determinados supuestos en que tal distinción ha
de requerir de referentes mucho más complejos, como puede ser el caso de las
costumbres, o las creencias (por citar otros dos casos). El entendimiento de tal derecho,
por consiguiente, no puede concebirse de una forma inmediatista, sino necesariamente
de manera integral, tanto más cuando de por medio se encuentran planteadas
discusiones de fondo en torno a la manera de identificar del modo más adecuado a
determinadas personas.
El Documento Nacional de Identidad y su importancia
24. En nuestro sistema jurídico, al igual como ocurre en otros modelos que ofrece el
derecho comparado, los referentes objetivos con los que se determina la identidad
suelen ser patentizados a través de algún documento especial. En el caso particular del
Perú, es el Documento Nacional de Identidad el que cumple tal rol o función,
constituyéndose en un instrumento que permite no sólo identificar a la persona, sino
también le facilita realizar actividades de diverso orden, como participar en comicios
electorales, celebrar acuerdos contractuales, realizar transacciones comerciales, etc.
25. En efecto, en nuestro ordenamiento, el Documento Nacional de Identidad tiene una
doble función: de un lado, permite que el derecho a la identidad se haga efectivo, en
tanto posibilita la identificación precisa de su titular; y, de otro, constituye un requisito
para el ejercicio de los derechos civiles y políticos consagrados por la Constitución
vigente. Además, dicho documento es requerido para el desarrollo de actividades
comerciales, trámites judiciales y otros trámites de carácter personal, con lo que la
carencia del mismo supone una limitación de otros derechos ciudadanos, uno de los
cuales está referido a la libertad individual.
26. Como es fácil percibir, de la existencia y disposición del Documento Nacional de
Identidad depende no sólo la eficacia del derecho a la identidad, sino de una
multiplicidad de derechos fundamentales. De ahí que cuando se pone en entredicho la
obtención, modificación, renovación, o supresión de tal documento, no sólo puede verse
perjudicada la identidad de la persona, sino también un amplio espectro de derechos,
siendo evidente que la eventual vulneración o amenaza de vulneración podría acarrear
un daño de mayor envergadura, como podría ocurrir en el caso de una persona que no
pueda cobrar su pensión de subsistencia, por la cancelación intempestiva del registro de
identificación y del documento de identificación que lo avala.
27. Así, este Colegiado considera que en los casos en los que están de por medio
discusiones sobre la identificación de las personas, generadas por la afectación de un
Documento Nacional de Identidad, resulta imprescindible revisar, minuciosamente, el
comportamiento de la autoridad, funcionario o persona emplazada, así como los
eventuales daños que tal comportamiento haya podido generar. Consecuentemente, el
Tribunal Constitucional estima que es en tales supuestos que debe centrarse la
controversia de autos, encontrándose habilitado para emitir un pronunciamiento sobre
el fondo del asunto.
y ello por cuanto el artículo 2.1° de la Constitución expresamente refiere que toda
persona tiene derecho a la identidad, derecho que comprende tanto al derecho a un
nombre -conocer a sus padres y conservar sus apellidos-, el relativo a tener una
nacionalidad y la obligación de que el Estado reconozca su personalidad jurídica.
El derecho a la identidad
2. Este Tribunal considera que de entre los atributos esenciales de la persona, ocupa un
lugar primordial el derecho a la identidad consagrado en el inciso 1) del artículo 2° de la
Constitución, entendido como el derecho que tiene todo individuo a ser reconocido
estrictamente por lo que es y por el modo como es. Vale decir, el derecho a ser
individualizado conforme a determinados rasgos distintivos, esencialmente de carácter
objetivo (nombres, seudónimos, registros, herencia genética, características corporales,
etc.) y aquellos otros que se derivan del propio desarrollo y comportamiento personal,
más bien de carácter subjetivo (ideología, identidad cultural, valores, reputación, etc.).