El Santuario
El Santuario
El Santuario
UNIÓN
FACULTAD DE TEOLOGÍA
SEMINARIO: EL SANTUARIO
Asistente
Lima, Perú
ANTÍOCO
ANTÍOCO EPIFANES
EPÍFANES Y LAS
Y LAS ESPECIFICACIONES
ESPECIFICACIONES PROFÉTICAS
PROFÉTICAS DE
DE DANIEL
DANIEL
¿Por qué rechazan los adventistas la posición tan ampliamente sostenida, según la cual
Antíoco Epífanes cumple la profecía del “cuerpo pequeño” de Daniel 7 ú 8, o ambas, con su
supresión de los sacrificios judíos entre los años 167 y 164 AC como el cumplimiento de los
atropellos y del período de tiempo predichos en cuanto al “cuerno pequeño”?
El problema que aquí se expone es más complejo y mucho más fundamental de lo que
podría parecer a primera vista. Algunos aplican a Antíoco Epífanes el símbolo del “cuerpo
pequeño” de Daniel 7, que “parecía más grande” que cualquiera de los diez cuernos (ver.
20), mientras que otros lo identifican con el “cuerno pequeño” de Daniel 8 que “creció
mucho” y “se engrandeció” (Dan. 8:9,10). Todavía hay otros que parecen aplicar a Antíoco
los cuernos pequeños de ambos capítulos. Pero estos cuernos, como veremos, son dos
símbolos diferentes. No son idénticos, y solamente en parte son paralelos.
Numerosos eruditos bíblicos (como Fausett, Auberlen, Zundel, Eberhardt, etc)
advierten del peligro de confundir el “cuerno pequeño” de Daniel 7 con el “cuerno”
pequeño de Daniel 8. Sin embargo, muchos siguen confundiéndolos, y por eso se ven luego
en dificultades insalvables.
Los que ponen a Antíoco en Daniel 8, no sostienen necesariamente la así llamada
“teoría de Porfirio” de Daniel 7, la cual hace de Antíoco el cuerpo pequeño de un cuarto
imperio griego. También hay quienes, partiendo de un cumplimiento parcial o preliminar
de algunos aspectos de la profecía, han considerado a Antíoco como un símbolo, o
precursor, del gran anticristo perseguidor de iba a constituir el verdadero cumplimiento
siglos después. Además ha habido una casi universal opinión de que Antíoco tiene un lugar
legítimo entre la serie de reyes –Tolomeos y Seléucidas– a los cuales se hace referencia en
el cap. 11, una profecía literal que abarca el período en el cual él intento suprimir la
verdadera adoración a Dios.
El ubicarlo en ese capítulo, juntamente con otros gobernantes relativamente poco
importantes, no es de ninguna manera lo mismo que darle la exagerada importancia que le
asigna la interpretación de que Antíoco es el cuerno pequeño de Daniel 7. Debemos tener
presentes cada una de estas variantes en la interpretación para evitar confusión.
1. Babilonia 1. Babilonia
2. Medos (medos y persas) 2. Medos
3. Imperio de Alejandro (durante su 3. Persia
vida)
4. Sucesores de Alejandro 4. Alejandro y sus sucesores
La primera forma, que se atribuye generalmente a Porfirio, fue reeditada hacia 1600 y ha
tenido defensores hasta el siglo presente. La segunda enseñada por Efraín el Sirio y otros
pocos, no fue resucitada hasta el siglo XVIII, pero hoy en día esta ampliamente
sostenida.[3]
La primera forma de esta posición ignora la unidad del período helenístico. De
Alejandro hasta la dominación romana, el mundo helenístico constituyó una civilización
única greco-macedonia-oriental modelada por el idioma, el pensamiento y las
instituciones políticas de los griegos, regida por los macedonios de Alejandro, a pesar de
las divisiones políticas. Dice un historiador:
“Podemos detenernos para notar que el nombre del rey (aplicado a Seleuco) no
tenía alusión territorial. Estos reyes (los sucesores de Alejandro) nunca tienen el título
oficial de reyes de Egipto o reyes de Asia. Si así son llamados por los historiadores, es
meramente con el fin de una distinción conveniente. Señalaba más bien una relación
personal con el pueblo macedonio. Idealmente había un imperio macedonio, así como en la
Edad Media hubo un Imperio Romano. Pero la dignidad del rey macedonio era llevada
juntamente o compartida por varios caudillos, así como la dignidad del emperador romano
era compartida por el gobernante del oriente y del occidente. En la práctica por supuesto,
cada uno de los rivales tenía que reconocer la jurisdicción de los otros reyes dentro de
cierta esfera territorial. Pero su relación con esa esfera nunca era tan estrecha y esencial
como la del rey de Inglaterra y el rey de Francia sobre su territorio. Al fin de cuentas,
Tolomeo y Seleuco eran reyes macedonios a los cuales les tocó reinar sobre Egipto y
Asia”.[4]
Daniel indica esta unidad representando a Grecia por un solo animal, un macho
cabrío con cuernos, que representaban a su primer rey y a sus cuatro sucesores. Así, los
sucesores de Alejandro no constituyeron un reino diferente que sucedió a sus
predecesores en la conquista, como lo hicieron otros; era tan sólo una continuación y un
desarrollo del dominio de Alejandro. Pero en Daniel 2 y 7 el cuarto reino no es una fase
final del tercero; está tan solo diferenciado como cualquiera de los otros tres. No sólo la
cuarta bestia está separada, sino que aún es “diferente” de sus predecesoras. Un cuarto
reino helenístico no cumple las especificaciones.
Si el leopardo con cuatro cabezas es el imperio de Alejandro, ¿quiénes son las
cuatro cabezas sino sus cuatro sucesores, paralelamente con los cuatro cuernos del macho
cabrío del cap. 8? Esta primera forma de la posición griega hace violencia tanto a la
historia como a los símbolos de Daniel.
La segunda forma no ofrece mejor solución. Es cierto que hubo un imperio medo
que precedió al persa, pero había sido dominado por Ciro algunos años antes de su
conquista de Babilonia. Por lo tanto, es históricamente imposible que sea éste el segundo
de los cuatro reinos que siguieron a Babilonia. Tampoco separa el libro de Daniel el
gobierno medo del persa. El imperio babilonio es reemplazado por el de “medos y…
persas” (Dan. 5:28); Darío de Media hace cumplir las leyes “de Media y de Persia” (Dan.
6:12); y el poder combinado de “Media y de Persia” esta representado por un solo carnero
(Dan. 8:20) que es destruido y reemplazado por el macho cabrío griego.
Los más antiguos sostenedores de esta segunda forma de interpretación pudieron
poner el gobierno de Ciro en Babilonia después del reino medo de Darío de Media porque
no sabían, como nosotros sabemos hoy, que el conquistador Ciro está reconocido en los
registros babilonios como gobernando inmediatamente después de la caída de la ciudad.
Los sostenedores modernos dicen que la profecía de Daniel fue escrita por un posterior
pseudo Daniel que por ignorancia consideró el reino de Darío de Media como un reino
separado que precedió al persa. Nosotros, que aceptamos a Daniel como contemporáneo
de Ciro, no podemos ni torcer la historia ni pretender que Daniel era ignorante. Pero Darío
de Medía no es menos histórico que lo que era Belsasar antes que su existencia, de la cual
se dudó por largo tiempo, fuera corroborada por hallazgos arqueológicos en 1923. No hay
nada por lo cual no pueda considerarse el reinado de Darío simultáneo por un año o dos
(se menciona solamente su “año primero”) con los años del reinado de Ciro. Puede
admitirse esto sin tener que preocuparse si Darío debe ser considerado como un rey
subordinado de Babilonia o como un rey “fantoche” sobre el imperio que ostentase un
título nominal con la anuencia de Crio, la verdadera cabeza del imperio. No sólo un
imperio medo intermedio es tan poco histórico como innecesario, sino que tampoco llena
las especificaciones proféticas ¿Qué diremos de las tres costillas en la boca de un oso medo?
¿O de las cuatro cabezas de un leopardo persa?
Aún más difícil es el cuarto reino griego y el quinto. La interpretación de Antíoco
como el pequeño cuerno, plausible hasta cierto punto, se derrumba al fin. Su falta de
adecuación en cuanto a sus actos, su periodo de actuación y su relación con los diez
cuernos y con los tres, es otro asunto.
¿Dónde esta el juicio y la destrucción por fuego como resultado de su blasfemia?
¿Cómo fue sucedido el reino de Grecia por el reino de Dios que barre con todos los reinos del
mundo? A la verdad, los actuales sostenedores de la posición griega señalan estas cosas
como pruebas de la “supuesta” composición posterior del libro de Daniel y de su
equivocación en calcular el fututo.
Por otro lado, la posición romana puede ser armonizada tanto con las
especificaciones proféticas como con la historia del Imperio Romano y su continuación en
el imperio político-religioso del papado como veremos a continuación.
ROMAYYANTÍOCO
ROMA ANTÍOCO
Clifford Goldstein
Cualquier Ataque contra la profecía de los 2.300 días debiera centrarse en el texto clave
que la sostiene, Daniel 8:14: "Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
Santuario será purificado". Esto es exactamente lo que hace el Hno. Dale, nos ataca sobre
este texto. Si tiene éxito, si puede demostrar que lo hemos malinterpretado, estaríamos en
serios problemas.
Por lo tanto, echaremos un vistazo a Daniel 8: 14, a nuestra interpretación del
mismo, y luego examinaremos su ataque contra tal interpretación. Sólo así podemos
evaluar la validez de sus acusaciones.
Para comenzar, Daniel 8 (el capítulo que contiene el versículo controvertido)
consiste de dos partes: una visión y luego una explicación (al menos parcial) de dicha
visión.
Los primeros catorce versículos que culminan en Daniel 8:14 (la visión acerca de
los 2.300 días) componen la visión en sí misma; los versículos 15-27 tratan con la
explicación de la visión. Muchas Biblias dividen el capítulo en dos secciones con espacio
adicional entre los versículos 14 y 15, a menudo con un subtítulo previo a la segunda
parte, una división que no aparece en el hebreo.
Cuando Daniel recibió la visión, no la entendió (Daniel 8: 15); entonces escucha
una voz que le dice a Gabriel, "Gabriel, enseña a éste la visión" (vers. 16). En otras
palabras, alguien (aparentemente el Señor, puesto que, ¿cuál otro ser podría dar órdenes
al ángel?) le dice a Gabriel que haga que Daniel entienda lo que acaba de ver. Gabriel, en un
acto de obediencia, se acerca a Daniel y le dice: "Entiende, hijo de hombre, porque la visión
es para el tiempo del fin" (vers. 17, la cursiva es nuestra). Gabriel entonces dice: "He aquí
yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin"
(vers. 19). Finalmente, las últimas palabras de la explicación de Gabriel para Daniel son
"La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión,
porque es para muchos días" (vers. 26).
Sin entrar en la visión o la interpretación, podemos ver que sea lo que fuere esta
visión, trata de un período de tiempo que Gabriel llama "el fin", o "el tiempo del fin". ¿Qué
significa tal cosa? ¿Se refiere al "fin" según lo entendemos los adventistas del séptimo día,
que vivimos miles de años después que Daniel 8 fue escrito? ¿Debemos automáticamente
imponerle nuestra perspectiva del tiempo a algo que fue escrito hace tanto?
DANIEL CAPÍTULOS 2, 7, 8
Daniel 8 tiene mucha similitud con Daniel 2 y 7. A diferencia de Daniel 1 y 3-6 -que
se componen de narraciones que refieren eventos específicos en un contexto local y
regional (Daniel y los tres hebreos que rechazan los alimentos del rey, la imagen de
Nabucodonosor, el rey que pierde la razón, el banquete de Belsasar, Daniel en el foso de
los leones) Daniel 2, 7 Y 8 tratan de temas mucho más amplios (y cubren un período de
tiempo mucho más extenso) que los meros traspiés y victorias de un puñado de personas,
ya fuesen cautivos o reyes, en los antiguos reinos de Babilonia y Medo-persia.
Los capítulos 2, 7 Y 8, a diferencia de los capítulos narrativos, consisten de dos
partes básicas: un sueño (Daniel 2 y 7) o una visión (Daniel 8), y luego una interpretación
de dicho sueño o visión que señala específicamente al surgimiento y caída de varios
imperios que trascienden la política local del momento en que ocurrieron la visión o el
sueño. Por lo tanto, por la similitud de su estructura, tema y contexto, estos tres capítulos
no sólo se destacan del resto de los primeros capítulos, sino que existen en íntima relación
entre sí.[5] Al analizarlos en conjunto, podemos entenderlo s mejor individualmente.
Por ejemplo, en el capítulo 2, Daniel --quien recibe luz directamente del cielo
(Daniel 2:19-23)- interpreta el sueño del rey. Según lo que el Señor le había dicho, Daniel
hace un recuento de la historia mundial, comienza con Babilonia misma (Daniel 2:38) y
concluye con el fin del mundo, al menos tal como se lo conoce ahora.
¿Cómo lo sabemos? Luego de describir la caída del último reino mundial, el cuarto,
que se divide en reinos menores y más pequeños antes del fin (Daniel 2:40-44), Daniel
concluye su interpretación del sueño del rey con estas palabras:
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás
destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos
reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue
cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y
el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es
verdadero, y fiel su interpretación (Daniel 2:44-45).
¿Qué le mostraba el Señor a Daniel en esta instancia?
Daniel simplemente hace un recuento de lo que Dios le dio en una "visión de la noche".)
¿Cuándo termina la secuencia de eventos representados en la parte final del sueño?
En el sueño mismo, el rey vio una imagen cuya cabeza era de oro, cuyo pecho y
brazos eran de plata, cuyo vientre y muslos eran de bronce, cuyas piernas eran de hierro, y
cuyos pies eran de hierro y barro cocido (Daniel 2:31-33). Estos, por supuesto,
representan a varios imperios mundiales
(Daniel 2:38-40), en el orden cronológico en que aparecieron. ¿Qué sucede después?
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en
sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados
también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las
eras del verano, Y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la
piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Éste es el
sueño (Daniel 2:34-36).
En otras palabras, que Daniel dice en los versículos 44-46 acerca del Dios del cielo
que establece un reino eterno que quebrantaría y consumiría todo reino previo, es la
interpretación de estos versículo s (34-36), que tratan de la piedra "cortada, no con mano"
que desmenuza los reinos previos a tal grado que no quedó de ellos "rastro alguno"
(Daniel 2:35).
Daniel 2, comenzando con el reino de Babilonia, cubre un período que concluye en
algún momento futuro que trasciende nuestros días, (cuanto más los días de Daniel) y
contempla el establecimiento de un reino eterno por parte de Dios.
En Daniel 2:45, el profeta le dice al rey que "el gran Dios ha mostrado al rey que ha
de acontecer en lo por venir" (la cursiva es nuestra). La palabra aramea acharay" por
venir" o "futuro", proviene de la misma raíz traducida del hebreo en 8:19 como "el tiempo
del fin". Tanto Daniel 2 como Daniel 8 tratan del achr, y Daniel 2 demuestra que el achr, el
fin (al menos en este capítulo) incluye el fin del mundo tal como entendemos los
adventistas del séptimo día -la caída de los reinos terrenales después del regreso de Jesús.
Paralelo a Daniel 2 se encuentra Daniel 7, otro capítulo compuesto de una
revelación sobrenatural (un sueño) y una interpretación sobrenatural. Al igual que en
Daniel 2, hay otra secuencia de la historia mundial que describe el surgimiento y caída de
cuatro grandes imperios seguidos por el establecimiento del reino de Dios. De hecho, la
interpretación comienza con estas palabras: "Estas cuatro grandes bestias son cuatro
reyes que se levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y
poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre" (Daniel 7: 17, 18), una
declaración que indudablemente coloca el fin del capítulo en la segunda venida y aun más
allá. Como en Daniel 2, habrá cuatro grandes imperios, pero al fin, Dios establecerá un
reino eterno.
DANIEL 12
Hay más evidencia en Daniel 12 que verifica esta conclusión de que "el fin" en
Daniel 8 se refiere al "fin" que se encuentra en el futuro aun para nosotros. Una lectura
superficial del capítulo muestra que también trata (entre otras cosas) del fin del mundo
según lo entendemos comúnmente. "En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe
que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde
que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallen escritos en el libro" (Daniel 12: 1).
El concepto de un "tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces" generalmente se lo considera en el futuro, un evento que incluye nombres que
son "hallados escritos" en el "libro”... quizá refiriéndose al libro de la vida (ver Filipenses
4:3; Apocalipsis 3:5; 13:8; 20:12,15; 21:27; 22:19).
"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos
para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua" (Daniel 12:2). Ésta es una
referencia indubitable a algo que está en el futuro, incluso para nosotros.
"Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos
correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará" (Daniel 12:4). La frase "el tiempo del
fin" es la misma de Daniel 8: 17 (la vocalización hebrea es ligeramente diferente pero
debida únicamente a un cambio de acentuación que no cambia el significado); y dado que
"el tiempo del fin" en Daniel 12 claramente incluye eventos futuros aun para nosotros, no
es un atrevimiento radical el creer que "el tiempo del fin" de Daniel 8 hace lo mismo.
También, en Daniel 12:4, se le dice al profeta, "cierra las palabras y sella el libro
hasta el tiempo del fin". En Daniel 8:26 Gabriel le dice a Daniel, "guarda la visión, porque
es para muchos días". Estos son pensamientos paralelos que implican (por lo menos) otro
nexo entre Daniel 8 y Daniel 12, y este último tiene implicaciones innegables respecto del
tiempo del fin.
"Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? Él
respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del
fin... y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los
días" (Daniel12:8, 9, 13).
En el versículo 9, Gabriel le dice a Daniel que las palabras están cerradas y selladas
hasta "el tiempo del fin", palabras que presentan otro paralelo con Daniel 8. De hecho, la
frase que aparece en el versículo 9, "el tiempo del fin", es la misma que aparece en Daniel
12:4 y 8: 17. En Daniel 12:13, sin embargo, donde la palabra "fin" es utilizada dos veces (la
misma palabra traducida "fin" en Daniel 8: 17), es el contexto lo que resulta más
interesante.
Daniel se levantará para recibir su heredad "al fin de los días", una referencia ciara
a la resurrección de los muertos al fin del mundo, Y otra evidencia que coloca algunos
eventos en Daniel 8 en el futuro incluso respecto de nosotros.
Por lo tanto, los paralelos lingüísticos, estructurales y semánticos entre Daniel 2, 7 y 8
(que claramente tratan acerca del fin según entendemos nosotros), al igual que los nexos
lingüísticos y paralelos semánticos entre Daniel 8 y 12 (que también trata del fin), indican
que Daniel 8 efectivamente trata del "fin" según los adventistas entendemos el concepto.
Pronto Veremos La Importancia De Esta Conclusión
Otro detalle antes de examinar el ataque del Hno. Ratzlaff contra nuestra
interpretación de Daniel 8: 14. Como hemos visto, Daniel 2, 7 Y 8 tienen sorprendentes
semejanzas en su estructura y contenido: (1) sueño o visión seguida por una explicación;
(2) un panorama de poderes políticos, y (3) la intervención sobrenatural de Dios.
Pero existe otro paralelismo. Daniel 2 trata de una secuencia ininterrumpida de
entidades que concluyen con una gigantesca escena del juicio en el cielo que a su vez
termina con la intervención sobrenatural de Dios. Daniel 8 también consiste de una
secuencia intacta de poderes que concluye con la intervención sobrenatural de Dios. En
otras palabras, cada capítulo exhibe una comente Cronológica continua, una progresión
lineal que comienza en la antigüedad (al menos 600 años antes de Cristo), y sigue, sin
interrupciones, hasta el acto sobrenatural de Dios que, indudablemente en Daniel 2 y 7 (y
por paralelo Daniel 8) lleva al establecimiento de su reino, un evento que aún no ha
ocurrido. También veremos pronto el propósito de este detalle.
LA "ASTILLA"
Hace varias páginas que no citamos al Hno. Ratzlaff, desde los primeros dos reinos
en Daniel 8, sobre los cuales él concordó con nosotros que eran Medo-persia y Grecia,
respectivamente.[10] El punto clave nuevamente tiene que ver con la identidad del
"cuerno pequeño" en Daniel 8. ¿Quién es esta entidad representada por el cuerno, la
última potencia terrenal que surge en este capítulo al igual que en el 2 y el 7?
En primer lugar hagamos un resumen, Particularmente en relación con los
capítulos proféticos que preceden al texto en Daniel.
1. El cuerno pequeño, el último poder terrenal en Daniel 8, surge después de
Grecia, al igual que las potencias terrenales finales en Daniel 2 y 7.
2. Esta última potencia terrenal, al igual que las de Daniel 2 y 7, es destruida
sobrenaturalmente en "el fin", una frase empleada de numerosas maneras en Daniel 8 y
que se ha mostrado que significa el fin del mundo a la segunda venida y después.
3. Sea lo que fuere esta potencia terrenal final, en Daniel 2, 7 Y 8, surge después de
Grecia y se extiende hasta el fin del mundo. Por lo tanto, la potencia representada en los
tres capítulos debió haber existido durante muchos siglos. De hecho, en los tres capítulos,
esta potencia existe hasta el fin, lo que significa que existe incluso ahora, porque todavía
nos encontramos entre la caída de Grecia y la segunda venida de Cristo.
4. Esta potencia final en Daniel 8 es la misma potencia final representada en Daniel
2 y 7, un punto hecho claro por el diagrama que ya empleamos, pero que vale la pena
repetir.
Según se dijo antes, los tres capítulos siguen una secuencia desde Medo-persia a
Grecia y hasta el último reino representado en cada capítulo antes de la intervención
sobrenatural de Dios. En Daniel 2 y 7, es innegable que este último reino es el último reino
sobre la tierra antes del establecimiento del reino de Dios. Daniel 8, después de la
secuencia de Medo-persia Y Grecia, añade otro poder terrenal que resulta destruido
sobrenaturalmente por Dios. Sea lo que fuere tal poder final -que surge después de Grecia
y es destruido sobrenaturalmente en el "fin" (al igual que los otros dos reinos finales en
Daniel 2 y Daniel 7)- la evidencia fuertemente sugiere que este cuerno pequeño en Daniel
8 es la misma entidad presentada en los capítulos 2 Y 7.
5. Esta potencia terrenal final en Daniel 8, al igual que las potencias terrenales
finales de los capítulos 2 Y 7, es un poder perseguidor.
6. Esta potencia terrenal final, según la representa Daniel 2, 7 Y 8, es en muchas
maneras más poderosa que los reinos que la precedieron -un hecho apoyado por varios
rasgos, incluyendo el hecho de que, en la mayoría de los casos, se dedican más versículos y
detalles a su descripción que los que se dedican a las potencias precedentes.
Después de haber establecido estos detalles respecto del cuerno pequeño, veamos
lo que ha escrito el Hno. Dale. ¿Quién dice él que es el cuerno pequeño? ¿Quién decimos
nosotros que es? ¿Tenemos suficiente información en la Biblia y en la historia para saber
quién tiene la razón?
Después de escribir sobre Medo-persia y Grecia, y haber citado Daniel 8:23-25 (la
interpretación del cuerno pequeño brindada por la Biblia misma), el Hno. Dale provee su
respuesta a la pregunta sobre la identidad del cuerno pequeño de Daniel 8.
Casi todos los eruditos de la Biblia creen que el cuerno pequeño representa a
Antíoco Epífanes. Daniel declara que este poder proviene de una de las divisiones del
Imperio de Alejandro. Es claro que se trata de una potencia malévola, que hace grandes
estragos contra los santos. Los adventistas creen que este cuerno pequeño es Roma. No
obstante, la evidencia de que se refiere a Antíoco es abrumadora
Nuestro hermano entonces procede a "confrontar la astilla, la enseñanza sobre la
purificación del Santuario celestial y el juicio investigador, de frente". Su argumento es en
esencia esto: Si en efecto el cuerno pequeño es Antíoco Epífanes, entonces el contexto total
de Daniel 8, lejos de extenderse hasta el "fin" -o sea, el fin del mundo- se cumplió hace más
de 2.000 años, cuando este rey contaminó el templo de Jerusalén. Si el cuerno pequeño es
Antíoco, la doctrina adventista del juicio preadvenimiento, al menos según se entiende a
partir de Daniel 8 (su fundamento) queda destruida. La profecía que colocamos en el
tiempo del fin (Daniel 8:17), o en el fin (Daniel 8:19), fue entonces consumada y
completada más de un siglo antes de la muerte de Cristo. Si es así, nuestra doctrina queda
anulada. Nuestro apreciado hermano sabe, por eso es que identifica el cuerno pequeño
como Antíoco.
En contraste, nosotros los adventistas (al igual que los primeros reformadores y varios
protestantes a largo de la historia) creemos que este cuerno pequeño representado en
Daniel 8 (al igual que la cuarta bestia/cuerno de Daniel 7 y el reino de hierro y barro de
Daniel 2) se refiere a Roma, esto es, a Roma pagana y papal, representada frecuentemente
en la Biblia como una sola entidad.
CARACTERÍSTICAS COMPARADAS
¿Quién está en lo correcto? Todo lo que necesitamos hacer es observar las
características tanto de Roma como de Antíoco y ver cuál concuerda mejor. Debido a que
las dos entidades difieren bastante entre sí, la evidencia debe resultar determinante.
Después de la muerte de Alejandro el Grande, el Imperio Griego (representado por
el bronce en Daniel 2, el leopardo en Daniel 7 y el macho cabrío en Daniel 8) se separó en
cuatro reinos que existieron en varias etapas hasta que el Imperio Romano ascendió a la
hegemonía política y militar en el mundo antiguo. Uno de esos cuatro reinos fue el
seléucida, que dominó desde lo que hoy conocemos como Siria. La dinastía seléucida duró
desde 311 hasta 65 AC; más de veinte reyes se sentaron en su trono a lo largo de su
dominio. Entre ellos se encontró Antíoco Epífanes, el tema de nuestra discusión y, según el
Hno. Ratzlaff, el cuerno pequeño de Daniel 8. Antíoco, quien no fue uno de los reyes más
destacados de la dinastía, fue el octavo; doce reyes seléucidas lo siguieron.
De hecho, Antíoco no sería más que una nota al pie de los textos de historia sino
fuese por un período de tres años dentro de su reinado de once años (175-164 AC.)
durante el cual profanó el Santuario en Jerusalén cuando Palestina quedó bajo el dominio
seléucida en 198 AC. En otras palabras, Antíoco no conquistó Palestina; simplemente se
apoderó de ella después que ya había sido subyugada. Fue la profanación del Santuario y
sus servicios de parte de Antíoco, y sólo esto, lo que ha causado que muchos comentadores
bíblicos (incluso el Hno. Dale) lo identifiquen como la entidad en Daniel que "se
engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y
el lugar de su Santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue
entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo
cuanto quiso, y prosperó" (Daniel 8:11, 12).
¿Qué hizo Antíoco? En confabulación con los judíos helenizantes, Antíoco hizo que
se construyera una estatua de Zeus en el atrio del templo al lado del altar de ofrendas
quemadas, en el cual comenzaron a ofrecerse animales inmundos, probablemente cerdos.
Esta profanación continuó durante unos tres años basta que los judíos, bajo los macabeos,
retornaron control del monte del templo y restablecieron los servicios de adoración según
el patrón bíblico (de ahí que se habla de este evento Como cumplimiento de la purificación
del Santuario al fin de los 2.300 días en Daniel 8: 14). Se dan más detalles en los libros 1 y
2 de Macabeos, escritos apócrifos que nunca fueron incorporados al canon bíblico.
Por lo tanto, la pregunta crucial es: ¿Concuerda Antíoco Epífanes con la descripción
del cuerno pequeño dada en Daniel 8? Recuerde, es en este contexto, el de Antíoco en
Daniel 8, que Dale Ratzlaff confronta "la astilla" en la teología adventista "cara a cara".
Veamos las seis características del cuerno pequeño y comparémoslas con el reino de
Antíoco.
1. El cuerno pequeño, el poder terrenal final en Daniel 8, surge después de Grecia,
al igual que las potencias terrenales finales en Daniel 2 y 7.
Aquí Antíoco se ajusta a la profecía en que surgió dentro de la dinastía seléucida, que
vino después de la muerte de Alejandro el Grande y la desintegración de su imperio.
2. Esta potencia terrenal final, al igual que aquellas en Daniel 2 y 7, es destruida
sobrenaturalmente en "el fin", una frase empleada de varias maneras en Daniel 8 y que
hemos demostrado que se refiere al fin del mundo en ocasión de la segunda venida y
después.
Con todos mis respetos, Antíoco fracasa miserablemente en este detalle. Un
personaje que murió casi 200 años antes de Cristo, no podría cumplir Una profecía que
señala al "fin". Tampoco hay indicaciones de que Antíoco haya muerto por causas
sobrenaturales.
3. Sea lo que fuere esta última potencia terrenal, en Daniel 2, 7 Y 8, surge después
de Grecia y se extiende hasta el fin del mundo. Por lo tanto, la Potencia representada en los
tres capítulos debe haber existido durante muchos siglos. De hecho, en los tres capítulos
esta potencia existe hasta el fin, lo que significa que debe estar en existencia ahora mismo,
porque todavía estamos entre la caída de Grecia y la segunda venida de Cristo.
Repito, un rey que pasó a la historia (junto con la dinastía que gobernó
temporalmente) en el segundo siglo a. C. difícilmente podría ser la entidad representada
en Daniel 8, que surge después de Grecia Y se extiende año tras año hasta el "fin" del
mundo.
4. Esta última potencia en Daniel 8 es la misma potencia representada en Daniel 2
Y 7. Los tres capítulos siguen una secuencia desde Medo-persia, Grecia Y hasta el último
reino representado en cada capítulo Y previo a la intervención sobrenatural de Dios. En
Daniel 2 Y 7, es indudable que este último reino es el último reino terrenal antes del
establecimiento del reino de Dios. Daniel 8, luego de la secuencia de Medo-persia Y Grecia,
incluye otra potencia mundial que resulta destruida sobrenaturalmente por Dios. Sea cual
fuere esa potencia final-que surge después de Grecia Y destruida sobrenaturalmente al
"fin" (como los dos reinos finales en Daniel 2 Y 7)- existen evidencias poderosas que
sugieren que esta potencia simbolizada por el cuerno pequeño en Daniel 8 es la misma
potencia representada en los capítulos 2 y 7.
De nuevo, con estos paralelismos claros entre Daniel 2, 7 Y 8, Antíoco queda
totalmente descalificado. ¿Cómo pudo Antíoco ser el último reino en existencia antes de
que Dios establezca su reino al fin de la historia, si él mismo se desvaneció en el segundo
siglo AC? Por supuesto que no.
5. Esta potencia final en Daniel 8, al igual que las potencias terrenales finales de los
capítulos 2 Y 7, es una entidad perseguidora.
Antíoco fue una entidad persecutoria, así que en este aspecto sí concuerda con la
descripción profética.
6. Esta última potencia terrenal, según la describen Daniel 2, 7 Y 8, en muchas
maneras es más poderosa que los reinos que la precedieron: un punto apoyado por varios
rasgos, incluso el hecho de que en la mayoría de los casos, se dedican más versículos Y
detalles a describir lo que es y lo que hace que lo que se dedican a las potencias
precedentes.
Aquí tampoco Antíoco siquiera se acerca. por ser un rey no muy exitoso de una
dinastía que, en el mejor de los casos, fue más débil Y pequeña que Grecia o Medo-persia,
Antíoco, inclusa en el cenit de su poder, no concuerda con este atributo del cuerno
pequeño, a quien innegablemente se lo describe como mayor que Medo-persia, y
probablemente mayor que Grecia. Nuevamente, el único reclamo por notoriedad histórica
de Antíoco fue el período de tres años en el cual profanó el templo de Jerusalén, una
actividad que difícilmente merece el tiempo, espacio y terminología que la Biblia dedica a
la descripción del cuerno pequeño.
De las seis características del cuerno pequeño, hemos visto que Antíoco cumplió
dos: Surgió después de Grecia, y fue un poder persecutorio. Las cuatro características
restantes -que sería destruido sobrenaturalmente al fin del mundo, que existiría durante
muchos siglos, incluso hasta nuestros días y más allá, que sería el último reino terrenal
antes del establecimiento del reino final de Dios, y que sería mayor que los reinos que lo
precedieron (especialmente Medo-persia)- sin lugar a dudas lo descalifican como
cumplimiento del papel del cuerno pequeño.
De las dos características que cumple, un poder que surge después de Grecia y que
practica la persecución, no puede decirse que -individualmente o juntas- sean suficientes
para identificarlo definitivamente como el cuerno pequeño. Por contraste, existe una
entidad que no sólo cumple las dos características de Antíoco, sino también todas las
demás, y se trata de Roma, pagana y papal.
1. El cuerno pequeño surge después de Grecia. Roma lo cumple.
2. El cuerno pequeño será destruido sobrenaturalmente al final. Por supuesto, se
trata de algo que todavía está en el futuro. Sin embargo, para que una potencia sea
destruida sobrenaturalmente en el fin, tiene que existir hasta el fin. Después de 1.500
años, Roma (ahora en su etapa papal) todavía se muestra vigorosa y no da señales de que
vaya a desaparecer. Roma ciertamente muestra el potencial de cumplir esta característica,
mientras que Antíoco no tiene posibilidad alguna de cumplida.
3. El cuerno pequeño, surgido después de Grecia, tiene que existir durante muchos
siglos, incluso hasta nuestros días. Roma, habiendo surgido después de Grecia y presente
en nuestro tiempo, se ajusta perfectamente.
4. En Daniel 2 la potencia que sigue a Grecia es Roma, la última potencia antes del
reino final de Dios. En Daniel 7, la potencia que sigue a Grecia es Roma, la última potencia
antes del reino [mal de Dios. y en Daniel 8, la potencia que sigue a Grecia -la última
potencia- también tiene que ser Roma.
5. Roma fue un poder perseguidor.
6. El cuerno pequeño es mayor que las potencias precedentes. Éste es un atributo
que sólo Roma (tanto pagana como papal) cumple.
No hay duda de que en cuanto a este punto -la identidad del cuerno pequeño--
podemos ser tan dogmáticos como queramos: El cuerno pequeño es única y totalmente
Roma, pagana y papal. ¿Qué otra potencia surgió después de Grecia Y todavía está en
existencia hoy, especialmente en el contexto en el que aparece en Daniel 8, de una entidad
conectada intrincadamente con la Iglesia de Dios? Se requiere fe para creer en la segunda
venida, en la resurrección de los muertos Y en un milenio en el cielo. Pero, ¿quién necesita
fe para creer que Roma es la potencia que cumple esta profecía, especialmente cuando la
historia lo indica de una manera tan clara e inequívoca?
Observe el capítulo 8, como una unidad, especialmente en paralelo con los
capítulos 2 y 7, Y verá que es Roma, Y no Antíoco Epífanes, la potencia final que surge
antes del fin del mundo. Veámoslo nuevamente en forma diagramada:
Reemplace a "Roma (pagana/papal)" con "Antíoco" en cada caso, y verá cuán
insostenible es la interpretación de Antíoco.
La posición adventista concerniente a Roma como el cuerno pequeño es tan firme
como la historia mundial misma. No importa cuán problemática sea esta posición en
términos políticos, no podemos titubear. Afortunadamente, no tenemos que hacerla.
1. El imperio seléucida era la más oriental de las cuatro divisiones del imperio de
Alejandro. Debido a que su capital era Antioquía de Siria, y que en tiempos posteriores
perdió sus territorios orientales quedando reducido a Siria propiamente dicha, era
llamado también imperio sirio, o simplemente Siria.
2. Dr. Edward J. Young, The Profecy of Daniel, pág. 5.
3. H. H. Rowley, Darius the Mede an the Four World Empires in the Book of Daniel.
4. Edwin Robert Bevan, The House os Seleucus, t.1:57-58, 1902.
5. Para un estudio detallado sobre la relación entre estos capítulos ver William Shea,
Symposium on Daniel, Serie del Comité sobre Daniel y Apocalipsis, t. 2. (Silver Spring,
Maryland: Biblical Research lnstitute, 1986), "Unidad de Daniel", pp. 165-220.
6. CDSDA, pp. 165, 166.
7. lbid., p. 167.
8. lbid., p. 168.
9. William Shea, Selected Studies on Prophetic lnterpretation, Serie del Comité sobre
Daniel Y Apocalipsis, t. 1 (Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, 1982),
"Por qué Antíoco no es el cuerno pequeño de Daniel 8", pp. 30, 31.
10. CDSDA, p. 167.