La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República emitió la Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad para dilucidar la duda sobre el período vacacional de los docentes ordinarios de universidades privadas. La Corte determinó que de acuerdo a la Ley Universitaria, dichos docentes tienen derecho a vacaciones pagadas de sesenta días al año, y no de treinta días como establecía la universidad demandada. Esto resolvió la contradicción entre las normas aplicables
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La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República emitió la Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad para dilucidar la duda sobre el período vacacional de los docentes ordinarios de universidades privadas. La Corte determinó que de acuerdo a la Ley Universitaria, dichos docentes tienen derecho a vacaciones pagadas de sesenta días al año, y no de treinta días como establecía la universidad demandada. Esto resolvió la contradicción entre las normas aplicables
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República emitió la Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad para dilucidar la duda sobre el período vacacional de los docentes ordinarios de universidades privadas. La Corte determinó que de acuerdo a la Ley Universitaria, dichos docentes tienen derecho a vacaciones pagadas de sesenta días al año, y no de treinta días como establecía la universidad demandada. Esto resolvió la contradicción entre las normas aplicables
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República emitió la Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad para dilucidar la duda sobre el período vacacional de los docentes ordinarios de universidades privadas. La Corte determinó que de acuerdo a la Ley Universitaria, dichos docentes tienen derecho a vacaciones pagadas de sesenta días al año, y no de treinta días como establecía la universidad demandada. Esto resolvió la contradicción entre las normas aplicables
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El Decreto Legislativo N° 730 es la norma especial que regula los descansos
remunerados de los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad
privada, estableciéndose éste de manera general a treinta días anuales. Asimismo, el artículo 6° del Decreto Legislativo N° 882 – Ley de Promoción de la Inversión en Educación, establece que el personal docente y administrativo de las instituciones educativas particulares, entre estas las universidades, se rigen exclusivamente por las normas del régimen laboral de la actividad privada. De una interpretación literal del artículo 54° de la Ley Universitaria y del artículo 6° del Decreto Legislativo N° 882, se aprecia que el único régimen laboral aplicable a los docentes de las universidades privadas es el de la actividad privada, incluyendo el plazo que se concede por concepto de vacaciones. Sin embargo, podría indicarse que existiría una antinomia aparente en la misma Ley Universitaria, puesto que en el mismo artículo 54° señala que los docentes de las universidades privadas se rigen por las disposiciones del Estatuto de la respectiva Universidad, en lo que respecta a las normas para su ingreso a la docencia, su evaluación y su promoción; siéndoles aplicables las normas del Capítulo V, con excepción de los literales e) y g) del artículo 52° y el artículo 53°; no obstante, dicho artículo 52° regula los derechos de los docentes ordinarios y la misma ley señala que la legislación laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios de dichos profesores, pudiéndose entender que únicamente el régimen laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios de los docentes ordinarios de las universidades privadas. La duda ante la interpretación de las disposiciones normativas anteriormente señaladas han sido dilucidadas por la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República en la Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad. Casación Laboral N° 2394-2012-La Libertad: Período vacacional de los docentes ordinarios de universidades privadas En el presente caso, el demandante, en su calidad de docente ordinario interpuso demanda contra la Universidad Privada Antenor Orrego, en adelante UPAO, por concepto de vacaciones no gozadas e indemnización por el no goce oportuno de las mismas, señalando entre otros argumentos que a los docentes ordinarios de las universidades públicas y privadas les corresponde vacaciones por 60 días anuales, de conformidad con el artículo 52° de la Ley N° 23733 - Ley Universitaria. En su demanda, dicho docente señaló que únicamente gozó de 30 días de vacaciones, motivo por el cual solicitó el pago de los 30 días restantes anuales que no gozó, así como la indemnización por el período no gozado, solicitando la aplicación lo establecido en el artículo 23° del Decreto Legislativo N° 713. Por su parte, la universidad demandada argumentó que el artículo 18° de la Constitución establece que las Universidades se rigen por sus Estatutos, la Constitución y la ley; y en su caso se trata de una universidad privada, que se rige en cuanto a su constitución por la Ley N° 23733, la ley hace una excepción en determinados aspectos que tienen que ver en el ejercicio de la educación universitaria a cargo de las universidades privadas, en otros casos rige el Decreto Legislativo N° 882 en el caso que las Universidades sean Sociedades Anónimas; al respecto, efectivamente el artículo 52° de la Ley Universitaria establece las vacaciones en términos generales, esta ley regula tanto las Universidades Públicas y Privadas, de tal modo que el docente demandante alega este derecho, invocando analógicamente el Decreto Legislativo N° 713, lo cual resultaría contradictorio ya que el Artículo IV del Título Preliminar del Código Civil establece que para establecer o restringir derechos no se aplica la analogía. Del mismo modo, resulta que el artículo 54° de la Ley Universitaria determina que los profesores de la Universidades Privadas se rigen por las normas de su Estatuto, de tal suerte que el caso preciso de las Universidades Privadas, los beneficios y derechos de los profesores de las universidades privadas se regulan por las leyes que rigen el régimen laboral de la actividad privada, y en el caso del goce del derecho vacacional, lo que corresponderían a los profesores de Universidades Privadas sería la aplicación estricta del Decreto Legislativo N° 713 y el derecho a vacaciones en virtud de su artículo 10° es decir, de 30 días, contrariamente lo que ha invocado el docente demandante, por lo que a consideración de la universidad demandada, la acción resultaría infundada. El Tercer Juzgado Laboral de Trujillo declaró fundada la demanda y ordenó a la universidad demanda el pago de las vacaciones no gozadas y la indemnización por el no goce oportuno de las mismas, respecto del período 1998-199 al 2008- 2009; bajo los siguientes argumentos: El literal f) del artículo 52° de la Ley Universitaria, prescribe: “De conformidad con el Estatuto de la Universidad los Profesores Ordinarios tienen derecho a: f) Las vacaciones pagadas de sesenta (60) días al año, sin perjuicio de atender trabajos preparatorios o de rutina universitaria de modo que no afecten el descanso legal ordinario;(…)”; y el artículo 54° de la citada ley establece: “Los profesores de la Universidades privadas se rigen por las disposiciones del Estatuto de la respectiva Universidad, el que establece las normas para su ingreso a la docencia, su evaluación y su promoción. Le son aplicables, además las normas del presente Capítulo con excepción del artículo 52 incisos “e” y “g”, y 53. La legislación laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios sociales de dichos profesores. · De conformidad con el marco legal citado, se desprende que el Profesor Ordinario de una Universidad Privada tiene derecho a vacaciones pagadas de sesenta (60) días al año, ya que por mandato del artículo 54° de la Ley Universitaria, el Profesor Ordinario de la Universidad Privada, a parte del Estatuto respectivo, es aplicable el Capítulo V de la Ley Universitaria, con excepción de los incisos e) y g) del artículo 52° y artículo 53°; puesto que dichas disposiciones son propias de los Profesores de Universidades Públicas, permitiendo interpretar que los Profesores de Universidades Privadas tienen derecho a las vacaciones pagadas de sesenta (60) días, y por mandato del párrafo final del artículo 54° de la Ley Universitaria, es de aplicación la legislación laboral de la actividad privada; esto es, la legislación laboral del régimen laboral común, ésta última que es la que se refiere el literal d) del artículo 213° del Estatuto de la universidad demandada. · El Decreto Legislativo N° 882, vigente desde el 10 de noviembre de 1996, es un dispositivo normativo con rango legal, cuya finalidad era la de promover y conducir instituciones educativas, incluidas las Universidades privadas y el de transferir su propiedad; esto es, dicha norma legal tenía entre sus líneas directrices la eliminación de trabas a la inversión e inequidades, entre otras materias; lo que permite deducir que dicho decreto legislativo no resulta ser una norma legal que regula los derechos y deberes de los profesores de Universidades privadas, uniéndose el hecho que tanto dicho decreto legislativo y la Ley Universitaria, sus materias son distintas puesto que la primera regula el derecho de propiedad y el régimen tributario, y la otra, los derechos y deberes del estamento universitario señalado.
Al ser eso así, lo establecido en el artículo 6° del Decreto Legislativo N° 882
respecto a que el personal docente y los trabajadores administrativos de las Instituciones Educativas Particulares, incluyendo las Universidades Privadas, bajo relación de dependencia, se rigen exclusivamente por las normas del régimen laboral de la actividad privada, debe ser concordado con el párrafo del artículo 54° de la Ley Universitaria que señala: “La legislación laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios de dichos profesores.”; lo que permite interpretar que la norma legal que regula el descanso vacacional de los profesores de universidades privadas, es el literal f) del artículo 52° de la Ley Universitaria, es decir, el período vacacional de dichos docentes es de sesenta (60) días anuales.
Habiendo sido interpuesto recurso de apelación por la universidad demanda,
contra la mencionada sentencia, la Primera Sala Laboral de La Libertad confirmó la sentencia de vista, declarando fundada la demanda en ambos extremos. Cabe señalar que este caso ha sido de conocimiento en una anterior oportunidad por parte de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema, mediante la Casación Laboral N° 2804-2011-La Libertad[2], la misma que declaró fundada la casación debido a que la sentencia de vista incurrió en falta de motivación e incongruencia interna al señalar la posibilidad de la aplicación “complementaria” del artículo 23° del Decreto Legislativo N° 713 respecto a la Ley Universitaria; en consecuencia se declaró nula la sentencia de vista en virtud del artículo 39° de la Ley N° 29497 – Nueva Ley Procesal del Trabajo[3]; y ordenaron que la Primera Sala Laboral vuelva a expedir nuevo pronunciamiento. El 27 de abril de 2012, la mencionada sala laboral volvió a emitir sentencia confirmando la sentencia del juzgado laboral, habiendo interpuesto la universidad demandada nuevamente recurso de casación contra la última sentencia. El 17 de diciembre de 2012 se realizó la vista de la causa ante la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema y se emitió en la fecha la sentencia, pronunciándose dicha Sala Suprema en esta oportunidad sobre el fondo de la controversia. Al respecto, la mencionada Sala Suprema argumenta que la Sala de mérito no ha cumplido adecuadamente con lo ordenado en la Casación N° 2804-2011-La Libertad y se ha limitado a reproducir nuevamente los argumentos empleados en la sentencia que fue anulada. No obstante, de conformidad con los artículos I y III del Título Preliminar de la Nueva Ley Procesal del Trabajo[4], y en pro de la realización de un proceso laboral célere y eficaz, la Sala Suprema estableció que no correspondía declarar nuevamente la nulidad de la sentencia recurrida, por tal motivo procedió a emitir un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia. Sobre el principio de celeridad se ha dicho que es el principio en virtud del cual el proceso laboral debe gozar de la mayor agilidad de plazos y sencillez en su tramitación[5]; pese a que este principio también se encontraba regulado en la anterior Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 26636, se puede apreciar que en la actual ley procesal contiene disposiciones que permitirían conseguir la celeridad procesal ya que se han reducido los plazos de duración de los procesos laborales[6]. Así las cosas, los aspectos centrales sobre los cuales la Sala Suprema debe emitir un pronunciamiento es sobre: (i) la posibilidad de que los docentes de las universidades privadas cuenten con sesenta (60) días de descanso vacacional; y (ii) la pertinencia de amparar la indemnización por el no goce oportuno del descanso vacacional en aplicación del Decreto Legislativo N° 713. Sobre el primer punto en controversia, la Sala Suprema ha establecido que, en base a una interpretación sistemática, y favorable al trabajador, del literal f) del artículo 52° con el artículo 54° de la Ley Universitaria, se puede concluir que tanto los docentes ordinarios de las universidades públicas como de las universidades privadas tienen el derecho a gozar de sesenta (60) días de descanso vacacional anual remunerado; puesto que argumentar lo contrario sería vulnerar el principio de igualdad, mediante el cual toda persona tiene derecho a ser tratada por igual. El derecho a la igualdad ante la ley, reconocido por el inciso 2 del artículo 2º de la Constitución Política[7], implica el “reconocimiento de la existencia de una facultad o atribución conformante del patrimonio jurídico de una persona, derivada de su naturaleza, que consiste en ser tratada igual que los demás en relación a hechos, situaciones o acontecimientos coincidentes”[8]. En tal sentido, como ha tenido oportunidad de pronunciarse el Tribunal Constitucional, la igualdad puede ser entendida como el derecho fundamental de la persona “a no sufrir discriminación jurídica alguna; esto es, a no ser tratada de manera dispar respecto a quienes se encuentren en una misma situación, salvo que exista una justificación objetiva y razonable de esa desemejanza de trato”[9]. Trasladada a los derechos laborales, esta regla asegura la igualdad de trato que obliga a las entidades estatales y a los particulares a observar, con respecto a las relaciones laborales, una conducta que “no genere una diferenciación no razonable y, por ende, arbitraria”. De lo contrario, se estaría ante un caso de discriminación al haberse afectado al trabajador “en sus características innatas como ser humano” o vulnerado “la cláusula de no discriminación prevista por la Constitución”[10]. Asimismo, el inciso 1 del Artículo 26º de la Constitución[11] consagra la igualdad de oportunidades sin discriminación como uno de los principios que rigen la relación laboral. Al respecto, el Tribunal Constitucional, ha precisado que este principio “obliga a que la conducta ya sea del Estado o los particulares, en relación a las actividades laborales, no genere una diferenciación no razonable y, por ende, arbitraria”[12]. Por su parte, la Corte Suprema[13] ha establecido que el principio de igualdad que se encuentra consagrado en el inciso 2 del artículo 2º de la Constitución Política del Estado no impide al operador del derecho determinar, entre las personas, distinciones que expresamente obedezcan a las diferencias que las mismas circunstancias prácticas establecen de manera indubitable, es decir, la existencia de sucesos espacial y temporalmente localizados que poseen rasgos específicos e intransferibles que hacen que una relación jurídica sea de un determinado tipo y no de otro, así la diferenciación implica una relación efectiva entre el trato desigual que se establece, el supuesto de hecho y la finalidad que se persigue alcanzar. Respecto al caso en concreto, la Sala Suprema ha determinado que no existen criterios objetivos que permitan establecer un trato diferenciado entre los docentes ordinarios de universidades públicas y de universidades privadas, puesto que para ambos rige la Ley Universitaria. A su vez, señala que cuando el artículo 54° de la Ley Universitaria establece que “(…) la legislación laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios de dichos profesores” debe ser interpretada que los derechos y beneficios que establece dicha ley le son aplicables a los docentes ordinarios de las universidad privadas, además de los derecho y beneficios que se encuentran sujetos al régimen laboral privado. No obstante, sobre el segundo punto materia de controversia, la Sala Suprema ha argumentado que no sería aplicable a los docentes ordinarios de las universidades privadas las disposiciones relativas a la indemnización por no goce oportuno de vacaciones conforme el Decreto Legislativo N° 713, toda vez que dicha indemnización encuentra su correlato en el período vacacional de treinta (30) días, siendo éste un supuesto fáctico distinto al regulado por la Ley Universitaria; y además la ley especial que regula el período vacacional de sesenta (60) días, no ha regulado una sanción a la universidad empleadora en caso no otorgue el período vacacional señalado de manera oportuna. Por dichos motivos, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República declaró FUNDADO el recurso de casación, casó la sentencia de vista y actuando en sede de instancia revocó la sentencia apelada (sentencia del Tercer Juzgado Laboral) en el extremo de la indemnización vacaciones por el no goce oportuno de las vacaciones, y confirmaron en los otros extremos; es decir, a los docentes ordinarios de las universidades privadas también les corresponde sesenta (60) días de vacaciones anuales. Comentario final De una primera lectura de las disposiciones establecidas en la Ley Universitaria se pudo apreciar que el régimen laboral de los docentes ordinarios de las universidades privadas es el relativo al de la actividad privada; siendo regulados por este régimen exclusivamente todos los derechos y beneficios para dichos docentes; sin embargo, pese a que la Sala Laboral no cumplió a cabalidad la sentencia casatoria anteriormente dictada; la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente haciendo uso de la interpretación sistemática e interpretando las disposiciones de la Ley Universitaria a favor del docente ordinario (trabajador), es que ha zanjado la controversia relacionada al período vacacional que les corresponde a los docentes ordinarios de las universidades privadas. Como bien suponemos, esta medida podría tener un efecto en la economía de los estudiantes de las universidades privadas puesto que es de sus pensiones que se obtienen los recursos, entre otros, para solventar las remuneraciones y derechos de los docentes universitarios; caso contrario con la situación de las universidades públicas, que ya se han venido contemplando dichos montos que son pagados con dinero del erario nacional. [1] www.anr.edu.pe/portal/index.php [2] Diálogo con la Jurisprudencia, edición de Marzo de 2012, p. 233. [3] Ley N° 29497 – Nueva Ley Procesal del Trabajo “Artículo 39º.- Consecuencias del recurso de casación declarado fundado (…) En caso de que la infracción normativa estuviera referida a algún elemento de la tutela jurisdiccional o el debido proceso, la Sala Suprema dispone la nulidad de la misma y, en ese caso, ordena que la sala laboral emita un nuevo fallo, de acuerdo a los criterios pr evistos en la resolución casatoria; o declara nulo todo lo actuado hasta la etapa en que la infracción se cometió”. [4] Ley N° 29497 – Nueva Ley Procesal del Trabajo “Artículo I.- Principios del proceso laboral El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios de inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía procesal y veracidad”. “Artículo III.- Fundamentos del proceso laboral En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar la igualdad real de las partes, privilegian el fondo sobre la forma, interpretan los requisitos y pr esupuestos procesales en sentido favorable a la continuidad del proceso, observan el debido proceso, la tutela jurisdiccional y el principio de razonabilidad. En particular, acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de edad y la persona con discapacid ad. Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo e impulso del proceso. Impiden y sancionan la inconducta contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las partes, sus representantes, sus abogados y terceros (…)”. [5] MONTOYA MEGAL, Alfredo. Derecho del Trabajo. 30° edición, Tecnos, Madrid, 2009, p.762. [6] TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge y Luis VINATEA RECOBA. Comentarios a la Nueva Ley Procesal del Trabajo. 1° edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2010, p.30. [7] Constitución Política del Perú “Artículo 2º.- Derechos fundamentales de la persona Toda persona tiene derecho: (…) 2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condic ión económica o de cualquiera otra índole. (…)”. [8] Sentencia recaída en el Expediente 0261-2003-AA/TC, Fundamento Tercero. [9] Ídem. [10] Referencias tomadas de la Sentencia recaída en el Expediente 008-2005-PI/TC, Fundamento Vigésimo Tercero. [11] “Artículo 26º.- Principios que regulan la relación laboral En la relación laboral se respetan los siguientes principios: 1. Igualdad de oportunidades sin discriminación. (…)”. [12] Sentencia recaída en el Expediente Nº 008-2005-PI/TC, Fundamento Vigésimo Tercero. [13] Casación Nº 228-2006-Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 5 de enero de 2007.