Antologia de Pensamiento Cuantitativo
Antologia de Pensamiento Cuantitativo
Antologia de Pensamiento Cuantitativo
Orientación para
el trabajo en la
Licenciatura en
Educación Preescolar
117
118 Aritmética
Reflexiones adicionales
☼ ☼ ☼ ☼ ☼ Al ir construyendo los procesos de conteo,
“uno” “dos” “cinco” “tres” “uno” los niños pequeños necesitan utilizar obje-
tos concretos para contar, los referentes vi-
suales también les facilitan el proceso y más
Más adelante, en su proceso de construc- adelante el uso de sus dedos les permite lle-
ción va a ser importante el orden que lleva la var sus cuentas de manera eficiente.
120 Aritmética
dos
tres
dos
dos
13 14
El conteo es una acción matemática que los Consiste en establecer una relación física y
niños necesitan practicar, el propósito es lo- numérica entre los objetos que integran un
grar que el proceso de contar se sistematice conjunto y cada una de las etiquetas numéri-
y se convierta en una herramienta que les cas que los niños usan para nombrarlos.
ayude a resolver los primeros problemas
matemáticos que se les presentan. Los preescolares aprenden poco a poco que
a cada objeto de un conjunto sólo le puede
Para conseguir que la acción de contar sea corresponder una sola etiqueta numérica.
eficiente, los niños requieren integrar en sus
mentes distintos principios de conteo, lo cual ☺ ☺ ☺ ☺
ocurre durante la etapa preescolar y es pro- uno dos siete nueve
ducto del desarrollo de diversas experien-
cias de trabajo y de las acciones físicas y ♣ ♣ ♣ ♣ ♣
mentales que los niños realizan con los ob- uno dos tres cuatro cinco
jetos y conjuntos.
Es importante considerar, que al contar los
De acuerdo con las ideas matemáticas que conjuntos de objetos, los niños van coordi-
los niños pequeños tienen y las que se van nando las relaciones de espacio y tiempo
promoviendo cotidianamente en el contexto para nombrar y señalar los objetos en el
escolar, es que utilizan uno o varios de los mismo momento.
principios de conteo de manera simultánea,
siendo importante que consigan integrarlos En ocasiones, los niños necesitan separar
para resolver problemas exitosamente. los objetos que van contando al establecer
la correspondencia uno a uno y no siempre
Los principios de conteo que los niños van los nombres que utilizan al contar los objetos
desarrollando son los siguientes: son los que los adultos empleamos conven-
cionalmente. 21
1. Le pedimos que localice la página 21 del texto, en la cual aparece la ilustración de pájaros parados
sobre troncos, esta es una manera visual de involucrar a los niños con el principio de correspondencia
1 a 1: “cada pájaro está parado en un tronco”
Además de que en el momento en el que los niños tienen que determinar cuántos pájaros hay, tienen
que determinar la numerosidad del conjunto.
Si observamos a detalle, seguramente llamará su atención cómo en cada una de las hileras va crecien-
do la cardinalidad del conjunto, uno más, lo cual representa una invitación para que los niños constru-
yan la secuencia convencional de la serie numérica.
2. Lo invitamos a continuar analizando las actividades y secuencias de estas dos secciones, seguramente
continuará encontrando ejemplos atractivos de cómo apoyar el desarrollo de los principios de conteo con
los niños.
a) Observe y analice las actividades de las páginas 23 y 24; ambas situaciones se enfocan en que
los niños identifiquen “cuál es el número mayor”, para resolverlas los alumnos requerirán emplear
sus ideas sobre el principio de orden estable y necesitarán del apoyo del docente para realizar las
comparaciones.
b) En la ilustración que aparece en el texto (la niña que acomoda las tarjetas), se les está pidiendo
a los niños que estructuren el orden de la serie numérica, sugerimos para ampliar esta situación
que se aproveche el patio de la escuela y dibujen cuadrados a lo largo, de manera que los niños
construyan la serie de manera convencional, utilizando gises de colores.
No hay que olvidar que para consolidar este principio de conteo las niños requieren de situaciones
variadas y de una práctica constante.
3. En la página 26 del texto, se está trabajando con la construcción del principio de cardinalidad, al enfocar el tra-
bajo en la cardinalidad de los conjuntos; como puede observarse se emplea una estrategia de descomposición
de cantidades, lo cual además involucra a los niños con la construcción de los procesos de suma y resta.
122 Aritmética
El pensamiento lógico-matemático
Los niños pequeños exploran el mundo que Cuando los niños se encuentran en la eta-
les rodea usando todos sus sentidos, con lo pa preescolar, es indispensable que las ac-
cual se establecen las bases de lo que en tividades que el docente les proponga los
lo futuro serán ideas y conceptos matemáti- inviten a involucrarse con las operaciones
cos importantes, por ejemplo: lógicas, de manera que vayan transitando
por un proceso de construcción sistemático
• Al realizar exploraciones sensoriales, y cada vez más complejo.
como preparar masa, modelar figuras, ju-
gar con agua o arena, pintar, probar diver- Algo más sobre el desarrollo
sas texturas, cantar, bailar, etc., los niños de los niños
identifican las propiedades que los diver-
sos materiales poseen y se introducen en Lo más recomendable, es que el desarro-
el proceso de clasificación, que es una de llo del pensamiento lógico-matemático se
las operaciones lógicas que necesitan los promueva considerablemente en la etapa
niños para construir su pensamiento ma- preescolar. En la medida en que los niños
temático. realizan clasificaciones, seriaciones y co-
• Cuando los niños ordenan materiales, lá- rrespondencias uno a uno de manera coti-
pices, colores, juguetes, etc., construyen diana y sistemática en el salón de clases se
secuencias o patrones que son la base fortalecerá su construcción.
de la acción de seriar, operación lógica
que favorece el establecimiento de rela- Es indispensable que los maestros diseñen
ciones de orden entre las cantidades. e implementen situaciones y actividades que
• Los adultos les pedimos a los niños que se orienten a que los niños descubran los
compartan sus juguetes, dulces, galletas, componentes lógicos del número.
etc., con la intención de que se relacionen
124 Aritmética
Números hasta 10
5 8
➊
➋
cuatro
3 3 5 5
➋
➊
tres cinco
9 12
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 125
El pensamiento lógico-matemático
¿Cómo son los pájaros? ¿Cómo es el sol? ¿Cómo son los niños?
Pequeños
Azules
Aves
Viven en los árboles
Hacen nidos
Tienen plumas
126 Aritmética
• Agrupar los materiales que se tienen dis- Los diversos conceptos de clasificación
ponibles en el salón de clase. que los niños construyen, no sólo contribuyen
• Organizar los materiales en contenedo- a la comprensión del concepto de número,
res y etiquetarlos con ayuda de los niños. sino también representan las bases con-
• Disponer de espacios en el salón de cla- ceptuales de los procesos de medida, del
ses, o fuera de éste, para que los niños pensamiento geométrico y del análisis de la
organicen por ellos mismos sus pertenen- información que se realiza en los estudios
cias. estadísticos.
• Establecer en el salón de clases espacios
para trabajos diversos, por ejemplo: jue-
gos de mesa, actividades de lectura o de
arte, etcétera.
Cuando observamos que los niños son capaces de enunciar diversas ca-
racterísticas de los objetos, así como las diferencias entre los mismos, en
ese momento nos indican que la clasificación se está convirtiendo en un
concepto matemático que les está siendo útil.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 127
El pensamiento lógico-matemático
Desde muy pequeños, alrededor de los 2 Los niños comparan los objetos de dos en
años de edad, surge en los niños la necesi- dos (en parejas), en este momento no pue-
dad de ordenar los objetos o las situaciones den incluir un tercer elemento al seriar.
que viven, por ejemplo:
2. Al ordenar objetos, se incluye un tercer
Identifican que una pelota es grande. elemento y hasta cinco. La comparación
“Tengo la cuchara pequeña”. se va realizando uno a uno, comparando
“Primero me baño y luego me duermo”. por parejas e incluyendo los objetos en la
serie ya formada según el tamaño de los
La acción de seriar se desarrolla a partir del mismos.
proceso de comparación, el cual con el tiem-
po ayuda a que los niños utilicen cuantifica-
dores cualitativos como “más, menos, igual,
poco, mucho o nada”, al usar y comparar
cantidades y conjuntos numéricos.
Coloreemos.
32 33
128 Aritmética
16 18
3. La serie que se construye, contempla 10
o más elementos y puede realizarse en 17 18
orden ascendente o descendente, por
ejemplo: 16 17
3+2=5
2+3=5
• Resaltar el orden en que van los cochecitos con los animales, es útil pre-
guntar qué animal va en el primer coche, en el segundo o en el tercero.
• En los animales que están en la torre azul, se muestra un acomodo dis-
tinto, el cambiar la disposición de los dibujos hace más versátil e intere-
sante el establecimiento de las relaciones de orden, lo cual es necesario
aprovechar.
• Los dibujos de los cochecitos que se pide que los niños coloreen los
invitan nuevamente a realizar acciones diversas para seriar.
• En las ilustraciones en las que los niños van a subir a los carritos de la
feria, además de seriar, invita a los niños a formar pequeños grupos o
series.
Sugerimos que al momento en que van junto con sus niños estableciendo
las relaciones de orden, lleven un registro del lugar que ocupa cada uno
de los animales que se están comparando, lo cual va a ser la introducción
para el manejo de los números ordinales.
El pensamiento lógico-matemático
Otras actividades que pueden realizarse con los niños para seriar
Uno de los aspectos que es necesario considerar para apoyar el desarrollo de la capacidad
de seriar en los niños, es que al realizarlo no sólo se haga sobre tamaños o longitudes, por
ejemplo los preescolares pueden ordenar:
1. Las distintas actividades que se realizan en un día de trabajo con los niños.
2. La tonalidad de los colores, más obscuro - menos obscuro.
3. Los pasos a seguir en una receta de cocina.
4. Por el número de hermanos o familiares de los niños.
5. El tiempo que tardan en realizar diversas actividades de acuerdo con diversos criterios
clasificatorios que a los niños les interesen.
6. El tiempo que tardan en llegar a la escuela.
7. La cantidad de alimentos que desayunaron o trajeron de almuerzo.
8. La cantidad de lápices o colores que los niños tienen en sus estucheras.
9. Los materiales que hay en el salón para realizar distintos trabajos.
Lo invitamos a seguir incrementando la lista de situaciones que puede realizar con los
niños para seriar.
8. ¿Cómo puede enriquecer las materiales del salón de clases para in-
vitar a los niños a que se involucren en actividades matemáticas de
manera espontánea?
Le deseamos mucho éxito con todas las estrategias que emprenda para
apoyar a los niños.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 131
Otra de las áreas del conocimiento matemá- miento espacial se incrementan, al realizar Juguemos con las formas
Pon juntas las
lacionarse espacialmente con el mundo que mentes las propiedades que poseen las figu-
le rodea. ras y cuerpos que son parte de su entorno.
Al desarrollar las diversas nociones espacia- Al explorar las relaciones espaciales, los ni-
les los niños se desenvuelven en el ambien- ños pasan por tres momentos en su apren-
¿Qué objeto tiene
la misma forma?
Adivinando
El manejo espacial es una de las habilida- vos, los distinguen de otros y empiezan
des que le permiten al ser humano conocer a aprender de ellos, por ejemplo: un niño
y dominar el ambiente que le rodea, lo cual observa una caja de cartón, la toma entre
favorece la resolución de problemas y el de- sus manos, la abre y cierra, la desarma,
sarrollo del pensamiento abstracto. escucha que hace ruido cuando la mue-
Apilando
cajas ¿Cuál pila es más
¿Esta pila de
grande?
ve, etcétera.
cajas es muy
alta?
con su cuerpo, estas experiencias son clave dónde hay una caja de cartón, la toma y
pues construyen en los niños la necesidad manipula, decide que este cuerpo geomé-
de conocer cada vez más el mundo que los trico le sirve para construir su barco, reali-
rodea. za acciones intencionadas con la caja. 61
diferentes.
los niños viven experiencias concretas con los cuerpos geométricos, los Yo usé esta
lata para dibujar
los globos.
Los materiales que utilizan los niños que aparecen en las fotografías son
sencillos, son parte de la vida de ellos y se encuentran familiarizados con 62
que los niños puedan experimentar libremente sus propiedades, así como
imaginar y representar sus construcciones. Yo usé este
objeto para
dibujar el techo.
3. Dominio: los niños conocen las propie- 3. Relacionen espacialmente entre sí los
dades que las figuras y los cuerpos po- objetos.
seen, las utilizan y señalan como parte
importante del desarrollo de sus proyec- Las nociones espaciales se van constru-
tos. Por ejemplo, el niño dice: “necesito yendo poco a poco, en la medida en que
una caja grande y que tenga tapa para los niños las exploran, representan y des-
guardar mis carritos pequeños”. criben de manera verbal, se constituyen en
una parte central para los procesos de abs-
Al interactuar con los objetos, los niños tracción geométrica con los que se van a in-
constantemente experimentan con las for- volucrar en años posteriores y representan
mas y figuras, abstraen las propiedades que las bases conceptuales del pensamiento
los objetos poseen y las utilizan en función geométrico.
de sus propósitos.
Algo más sobre la construcción
Es muy importante que desde pequeños se de las nociones espaciales
pida a los niños que expliquen verbalmente
cómo son los objetos y para qué les sirven, El desarrollo conceptual de las relaciones
esta acción de verbalizar va a favorecer que espaciales se sustenta en la construcción
reflexionen sobre las propiedades que po- del pensamiento lógico-matemático, estas
seen los objetos, estableciendo con ello se- estructuras cognitivas apoyan los procesos
mejanzas y diferencias que poco a poco van de descripción e identificación de las diver-
centrándose en atributos geométricos. sas propiedades que poseen los objetos.
Para que el trabajo con las nociones espa- En particular, las operaciones lógicas de
ciales resulte significativo, es importante que clasificar y seriar ofrecen bases conceptua-
los niños: les a los niños para identificar y utilizar las
propiedades geométricas de las formas y
1. Conozcan, controlen y dominen su cuerpo. figuras.
3. Utilizar cajas con formas distintas para la realización de sus proyectos, ar-
marlas y desarmarlas ayudará en el proceso de observación de los niños.
Los seres humanos aprendemos a medir en que van iterando la unidad de medida
comparar
longitudes?
haciendo uso de diversas habilidades, que que han elegido, requieren ir contando y
con la práctica y el paso del tiempo se van comprender que la última unidad que han
volviendo un proceso cada vez más preciso. contado es la que determina la medida ➂ Ancho ➃
La
rg
del objeto.
o
Alrededor de los 4 o 5 años surge en los ni-
o
ch
An
Largo
ños la necesidad de medir, viene acompa-
Comparemos
largo y
1 2 3 4 5 6 ancho.
Algunos de los procesos cognitivos que los “El largo del listón mide 6 borradores” Hagamos cadenas de papel
los niños para que puedan ordenar los mejores decisiones al elegir la unidades
igual a 3 palos.
elementos de un conjunto; al inicio del que utilizarán para medir y las formas 105
De acuerdo con lo anterior, podemos refle- Alrededor de los 7 u 8 años de edad, los ni-
xionar sobre la complejidad que tiene el pro- ños comprenden la necesidad de utilizar uni-
ceso de medir, dado que le demanda a los dades de medida convencionales para que
preescolares utilizar eficientemente diversas los resultados obtenidos sean precisos.
habilidades cognitivas. Por esta razón es
que los niños requieren de experiencias de Cuando los niños cursan segundo o tercer
trabajo variadas y de ir incorporando poco a grado de primaria, es que van a introducirse
poco nueva información y enriqueciendo el en los procesos de medida de manera con-
proceso que van desarrollando. vencional, por lo cual es indispensable que
durante la etapa preescolar se haya experi-
Para construir la capacidad de medir, los mentado lo suficiente la acción de medir.
niños transitan por diversos procesos y eta-
pas, tales como: Algunas estrategias útiles para promover la
construcción del proceso de medida con los
1. Miden usando diversas partes de su niños pueden ser:
cuerpo.
• Construir oportunidades para que midan
Los niños usas sus manos, pies u otras magnitudes diversas todos los días.
partes de su cuerpo para medir, en parti- • Tener en el salón de clases instrumentos
cular las longitudes. de medida diferentes: reglas, cinta métri-
ca, reloj, calendario, báscula, etc., para
2. Miden utilizando objetos diversos. que los niños los usen en las actividades.
• Promover que usen sus manos, pies y el
Los niños usas sus habilidades de clasi- cuerpo para medir.
ficación para determinar con qué unidad • Aprovechar los juegos tradicionales en
(objeto) van a medir, por ejemplo: ¿qué los que como parte de la dinámica del
debo utilizar, un gotero o una cubeta para juego se pide a los niños que midan, por
llenar de agua un tinaco?, ¿con qué puedo ejemplo: gallo-gallina, el stop, las carre-
medir el azúcar necesaria para la jarra de ras de autos, etcétera.
agua de limón?
Finalmente, no hay que olvidar que el pro-
3. Miden utilizando las unidades de medida ceso de medida requiere de tiempo, madu-
e instrumentos convencionales. ración y estrategias de apoyo para que los
niños lo construyan exitosamente.
5. Seguramente usted ha realizado observaciones interesantes sobre el proceso que siguen los niños al
medir, también le pedimos que se enfoque en los inicios del proceso de cuantificación de la medida,
podemos identificar el uso de cuantificadores cualitativos: más, menos, igual.
Con el tiempo, el uso de estas expresiones promueve en los niños la necesidad de buscar unidades
de medida convencionales; del mismo modo llama la atención que a lo largo de las actividades, los
niños han medido longitudes distintas, cortas y largas, de objetos escolares y de su medio ambiente, lo
cual resalta la intención de enriquecer la experiencia de medición que en estas edades los niños están
construyendo.
6. Para comprender mucho más el proceso de construcción de la medición y sus unidades, le pedimos
que investigue en libros o museos sobre la forma como la humanidad construyó los diversos sistemas
de medidas.
Le adelantamos que dicho proceso de construcción es similar al que siguen los niños.
Resolviendo problemas
Al resolver problemas matemáticos, se po-
Al resolver problemas matemáticos con los nen en juego diversas habilidades superio-
niños se nos presenta la oportunidad de res de pensamiento, tales como: el análisis,
construir conocimientos, estas estrategias la síntesis, la memoria, la atención, la re-
hacen de la matemática una experiencia de flexión, el uso del lenguaje, etc. Como sabe-
trabajo significativa, útil e interesante. mos, estos procesos hacen que el potencial
intelectual que los niños poseen se desarro-
Un problema matemático es una situación lle, que para ellos sea muy importante llegar
que implica un reto cognitivo, es decir, que a una solución del problema y que cada vez
nos invita a poner en juego diversas habili- se encuentren más motivados por estudiar y
dades para resolverlo, que conforme se va trabajar con situaciones más complejas.
analizando y buscando una solución se for-
talece la estructuración mental de distintas Los niños desde muy pequeños, son capa-
ideas matemáticas y la puesta en marcha de ces de resolver situaciones sencillas, las
estrategias que se encaminan a una resolu- cuales fortalecen su pensamiento matemá-
ción; representa una oportunidad de poner tico y enriquecen sus ideas.
en relación una serie de capacidades, de to-
mar decisiones y de fortalecer la iniciativa y Para lograr que esta estrategia metodológi-
autonomía intelectual. ca resulte provechosa en la enseñanza de la
matemática, se recomienda que los maes-
La resolución de problemas se ha convertido tros guíen a los niños para que poco a poco
en una herramienta didáctica que garantiza vayan construyendo estrategias eficaces que
la construcción de nuevos conocimientos resuelvan las situaciones, para ello es impor-
con los niños, que hace que se involucren tante que los docentes:
en sus procesos de reflexión y por ende esta
estrategia resulta una gran promotora de • Lean varias veces el texto del problema y
una cultura matemática positiva, proactiva e ayuden a los niños a identificar qué es lo
inteligente. que se tiene que resolver.
• Analicen con los niños los problemas.
Analice la página 38, en ella se solicita a los niños que inventen un proble-
ma, esta actividad es importante pues le ofrece a los niños la oportunidad
de poner a prueba los saberes que han construido, los invita a utilizar los Hay monos.
• Pidan a sus alumnos que dibujen con sus de resolución, sin necesariamente darles
recursos las relaciones matemáticas que las respuestas. Se espera que el maestro
plantea el problema. ofrezca el apoyo cognitivo necesario en el
• Que junto con los niños diseñen una es- momento preciso, que plantee preguntas o
trategia de resolución y la implementen. diálogos interesantes sobre los problemas
• Promuevan que los niños con sus propias que guíen a los alumnos a considerar diver-
palabras expliquen la resolución del pro- sos caminos en la resolución, que tenga a
blema. la mano recursos didácticos distintos para
ofrecerlos a los niños que así lo necesiten
También es recomendable que la resolución y que sea capaz de extender las ideas y ac-
de problemas matemáticos se convierta en ciones de los preescolares hacia situaciones
una parte del trabajo diario, que con el paso más complejas.
del tiempo se construya en un hábito positivo
que los niños valoren y disfruten. En suma, la resolución de problemas mate-
máticos representa una forma constructiva
Es recomendable que al resolver problemas, de guiar a los niños en el desarrollo de su
los niños y maestros se encuentren en un am- pensamiento matemático.
biente relajado y positivo, que se promueva
que todos los alumnos del grupo participen Un dato interesante sobre la
con sus ideas en el trabajo, que se forta- resolución de problemas
lezca la interacción entre iguales, es decir,
promover que trabajen juntos los niños, en El mundo en el que nos desenvolvemos co-
pequeños grupos, que haga que se compar- tidianamente es sumamente competitivo; sin
tan ideas, que se apoyen entre sí y que los embargo, en opinión de grandes empresarios
aprendizajes sean de todos. de distintos países, una de las habilidades
indispensable con la que debe contar el per-
Otra de las estrategias que los maestros pue- sonal a su cargo es la capacidad para resolver
den desarrollar al resolver problemas con problemas diversos y poder comunicar sus
sus niños, es acompañarlos en el proceso resultados.
No lo olvide, es necesario que los niños elaboren sus problemas matemáticos y que los
resuelvan con sus recursos.
c) ¿De qué manera le pedían sus maestros que resolviera los problemas?
d) ¿Le gustaba trabajar solo o con sus compañeros al resolver los problemas?
f) ¿Qué tipo de apoyo le ofrecían sus maestros para poder resolver los problemas?
4. De acuerdo con sus respuestas, ahora escriba un breve ensayo de cómo le gustaría
trabajar la resolución de problemas con los niños que tenga a su cargo, trate de definir
algunas estrategias y sobre todo describa qué haría para que sus alumnos construyan un
gusto auténtico por estos contenidos.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 137
La resolución de problemas
La resolución de problemas es una de las he- La forma en que se estructura el texto de los
rramientas didácticas más importantes para problemas debe permitir que los niños com-
la enseñanza de la matemática; sin embar- prendan cómo pueden relacionar las canti-
go, resulta indispensable que las situaciones dades para resolver las situaciones, cómo
que se plantean a los niños estén estructura- operar con los números y cómo representar
das de manera adecuada y que respondan a con dibujos el problema. En síntesis, debe
los niveles cognitivos que tienen los alumnos ser una estructura que propicie que los ni-
con quienes se está trabajando. ños construyan una estrategia de resolución
eficiente.
Para los niños preescolares la resolución de
problemas no representa un tema fácil, por Uno de los aspectos que es necesario consi-
el contrario, les demanda toda su atención derar al trabajar con los problemas verbales
y concentración, además que necesitan en- aditivos simples es que su estructura permi-
contrar las formas de resolución adecuadas, te determinar su nivel de dificultad, en este
de acuerdo con esto, es importante cuidar sentido se considera lo siguiente:
el diseño de los problemas que se plantean
y esforzarse por relacionar los contenidos y NIVEL DE DIFICULTAD
situaciones para que representen un reto Estructura Estructura Formas de
matemático para los niños, en el que se in- semántica sintáctica resolución
volucren diversos conceptos numéricos al Cambio Incógnita Estrategias
trabajar con las situaciones. al final concretas
Combinación Incógnita Estrategias
En esta sección analizaremos el caso de los en medio verbales
problemas verbales aditivos simples, que es Comparación Incógnita Estrategias
uno de los contenidos matemáticos con el al principio mentales
que los niños preescolares deben trabajar Igualación
en la etapa preescolar.
La estructura semántica de un problema, se
Los problemas aditivos simples son textos relaciona con la forma como está redactado
que se deben trabajan con los niños de ma- el texto y en particular las acciones de cam-
nera verbal, leyendo o platicando con ellos y bio, combinación, comparación e igualación
que se resuelven utilizando sólo una suma que tendrán que realizar los niños con los
o resta, por ejemplo: “Ana tiene 6 galletas conjuntos en cuestión, por ejemplo:
Actividades que se sugieren para los futu- 2. Después del análisis anterior, ¿a qué conclusio-
ros docentes nes ha llegado?
Para trabajar con estos contenidos vamos a utilizar el Sin duda una de sus reflexiones, es la impor-
Tomo I, en las secciones 5 y 6, de las páginas 34 a 59. tancia que se le da en el texto a la resolución
de problemas, llama la atención que en todo
1. Lo primero que le pedimos que realice es leer momento se buscan opciones y situaciones que
cuidadosamente estas dos secciones de su tex- faciliten y modelen las actividades a los niños.
to, por favor enfóquese en lo siguiente:
3. Por favor concentre su atención en las páginas
a) Observe las ilustraciones que aparecen en 34 a 38, en ellas podemos observar que para
el libro. plantear las situaciones problemáticas se pre-
b) Identifique en qué partes se solicita que los senta el siguiente modelo:
niños resuelvan problemas.
c) Analice las secuencias que se están pro-
poniendo para el trabajo de las relaciones
aditivas. Uso de estrategias Uso de estrategias
d) Identifique qué tipo de problemas se traba- concretas numéricas.
jan en el tomo.
e) Reflexione sobre la estructura semántica de
los problemas que se presentan. Esta forma de plantear las situaciones favorece
f) Observe a lo largo de las dos secciones de que los niños se familiaricen con las situaciones
su texto qué cantidades se utilizan para rea- y que utilicen el lenguaje matemático con el que
lizar las operaciones. es necesario representar los problemas, fortale-
g) Analice las estrategias de apoyo que se ofrecen ciendo de esta manera el desarrollo del pensa-
a los niños para la resolución de los problemas. miento abstracto.
138 Aritmética
Luis tiene 5 canicas y Problema de cambio Para resolver problemas como éstos los ni-
Beto le dio 2 canicas ños tienen que relacionar numéricamente los
más. ¿Cuántas cani-
cas tiene ahora Luis?
datos haciendo sumas o restas para llegar al
resultado. Si la incógnita del problema se en-
Luis tiene 5 canicas Problema de
y Beto 2 canicas. combinación cuentra al final es más sencillo que aquéllos
¿Cuántas canicas en los que se encuentra en medio o al final.
tienen los dos juntos?
Luis tiene 5 canicas Problema Las formas de resolución de un problema se
y Beto 2 canicas. de igualación refieren a las estrategias que usan los niños
¿Cuántas canicas ne- para abordar las situaciones, éstas pueden
cesita Beto para tener
ser concretas, verbales o mentales.
las mismas que Luis?
Luis tiene 5 canicas Problema de
Estrategias concretas: Los niños necesitan
y Beto 2 canicas comparación
¿Quién tiene más ca- modelar los momentos y relaciones numéri-
nicas? ¿Por cuántas cas del problema paso a paso para resolver-
canicas le gana Luis lo, por lo general usan objetos concretos.
a Beto?
Estrategias verbales: Los niños utilizan dobles
De acuerdo con la estructura semántica de cuentas para relacionar las cantidades del pro-
los problemas, los de cambio son los más blema, muchos preescolares utilizan sus dedos
sencillos para los niños, y en los que se ne- como referente para no perder la cuenta.
cesita igualar las cantidades de los conjun-
tos son los más difíciles. Estrategias mentales: Los niños usan he-
chos matemáticos conocidos por ellos para
La estructura sintáctica de los problemas se resolver los problemas, por ejemplo: “Son 6
refiere a la posición de la incógnita en el pro- porque 4 más 2 son 6”.
blema, por ejemplo:
Es importante señalar que los niños prees-
• Laura tiene 2 dulces y Rosy le dio 4 dul- colares cuentan con diversos recursos ma-
ces más. ¿Cuántos dulces tiene ahora temáticos para resolver los problemas, que
Laura? 2 + 4 = ¿? es necesario que los docentes acompañen
• Laura tiene 2 dulces y Rosy le dio algunos a sus alumnos en el proceso y que ofrez-
dulces más. Ahora Laura tiene 6 dulces. can materiales para contar y modelar las
¿Cuántos dulces le dio Rosy? 2 + ¿? = 6 situaciones si así lo requieren los alumnos.
• Laura tiene algunos dulces y Rosy le dio Finalmente, no hay que olvidar que resolver
4 dulces más. Ahora Laura tiene 6 dulces. problemas con los niños no es un trabajo
¿Cuántos dulces tenía Laura al principio? sencillo; sin embargo, es sumamente prove-
¿? + 4 = 6 choso desde el punto de vista cognitivo.
Al final de la secuencia de trabajo y del análisis paso 4. Le pedimos que intente resolver problemas ma-
a paso de las situaciones en las que se involucra a temáticos diversos de manera que reflexione so-
los niños, se les pide que inventen un problema, bre sus conocimientos, sobre las estrategias que
esta última actividad puede ayudar a los docentes utiliza para analizarlos y solucionarlos.
a evaluar los avances de sus alumnos, el tipo de
estrategias y contextos que toman en cuenta, así 5. Una forma sistemática de trabajar con estas ideas
como el uso de las cantidades que realizan. es construir un “problemario” o libro de problemas
interesantes que pueden serle muy útiles.
En las dos secciones que estamos analizando ( 5 y
6), la forma como se desarrolla la resolución de los Aquí le presentamos algunas sugerencias para
problemas es similar y sistemática, enfocándose hacerlo:
en las habilidades y acciones numéricas que po-
nen en juego las niños. • Incluya problemas matemáticos de diversos
tipos.
Es importante destacar que tanto en la etapa prees- • Resuelva los problemas usando estrategias
colar, como en los primeros grados de la educación diversas.
primaria, la característica central del pensamiento • Represente los problemas con dibujos,
matemático de los niños es que es aditivo, lo cual esquemas o mapas conceptuales.
les ofrece todos los recursos para trabajar estos • Describa la forma cómo se resuelven los pro-
contenidos exitosamente. blemas.
• Use el lenguaje matemático para trabajar de
La resolución de problemas es una estrategia que manera abstracta.
nos permite construir diversas habilidades matemáti-
cas, lo invitamos a ponerla en práctica todos los días Le deseamos que el trabajo que realice sea muy
y enriquecer su cultura y capacidades intelectuales. provechoso.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 139
En el esquema anterior se muestra el reco- Al iniciar con el estudio del sistema de nume-
rrido conceptual que realizan los niños, se ración decimal, es importante que el trabajo
ha resaltado el manejo del sistema decimal se desarrolle con materiales concretos que
de numeración, porque en muchas oca- apoyen junto con las reflexiones su cons-
siones damos por hecho que cuando ellos trucción.
aprenden a contar con números mayores de
10, aprenderán de manera automática las Los niños van a construir estos contenidos
reglas que organizan nuestro sistema de nu- matemáticos con base en las experiencias
meración, lo cual la mayoría de las veces no significativas con las que se involucren y des-
resulta de esta forma. pués de un tiempo de práctica sistemática.
A lo largo de estas páginas usted puede observar que se introduce a los niños en la formación de grupos,
así como en la descomposición de cantidades, ambas estrategias van a ofrecerles experiencias para la
construcción del sistema de numeración decimal.
Observe el trabajo que se desarrolla en la página 69, después de diversas experiencias concretas aparece
el uso del nombre convencional “decenas”, en este sentido es importante considerar que el docente es
quien debe introducir y familiarizar a los niños con la terminología y procesos convencionales.
Perros Gatos
fresas
1 ¿Cuántas libélulas hay? veinte ocho
➁ cinco, diez…
trece
64 66 69 73
140 Aritmética
El trabajo que se realice debe enfocarse en: 3. Garantizar que los niños comprendan que
se han agrupado los objetos de 10 en 10
• Comprender la forma como se agrupan y y que se llegó al 100.
desagrupan las cantidades.
4. Jugar con los niños a agrupar y desagrupar
• Familiarizarse con el funcionamiento de
cantidades en base 10, utilizando dados,
la base 10. cartas, tarjetas con números, etcétera.
• Atender a los órdenes y periodos en que
se organiza el sistema de numeración 5. Emplear ábacos verticales para que los
decimal. niños vayan realizando de manera con-
• Usar el valor posicional al construir canti- creta sus cuentas y puedan visualizar los
dades. grupos de 10 que se van formando.
• Introducirse en la notación que se usa de
6. Pedir a los niños que dibujen en su cua-
manera convencional (unidades-decenas-
derno sus ábacos y escriban los números
centenas). asociados a las cantidades que se van
formando.
De acuerdo con el tiempo que se invierta y la
consistencia de las estrategias que se utilicen 7. Utilizar un registro escrito de las cantida-
es que los niños preescolares construirán exi- des que se van agrupando, por ejemplo:
tosamente dichas bases conceptuales.
Centenas Decenas Unidades
Algunas estrategias útiles para trabajar con 3 4
los niños estos contenidos, pueden ser: 8. Observar cómo construyen los niños las
ideas básicas del sistema de numeración
1. Aprovechar todas las oportunidades que decimal y disfrutar de dichos procesos.
se presenten para formar grupos de 10,
por ejemplo: 10 popotes sujetados con Este tipo de trabajo propicia que los niños
ligas, hileras de 10 clips unidos, cajas conozcan y dominen la organización del sis-
pequeñas con 10 cerillos dentro, bolsitas tema de numeración decimal, el cual van a
con 10 semillas o dulces, etcétera. utilizar y seguir estudiando a lo largo de la
educación primaria.
2. Contar los grupos que los niños forman
de 10 en 10: 10, 20, 30, 40 … 100.
En la página 71 se trabaja con el valor posicional de las cantidades, lo cual es básico para la comprensión
de la organización del sistema de numeración, no olvide que los niños pequeños requieren de muchas
experiencias de trabajo sobre el tema para lograr su comprensión, aquí se muestran algunos ejemplos de
la secuencia didáctica que puede seguirse:
También hay que considerar que cada uno de los alumnos de un grupo tiene su propio ritmo de aprendi-
zaje y que algunos contenidos serán más fáciles que otros. La parte más importante es que desde muy
pequeños los niños se involucren con experiencias numéricas significativas.
A lo largo de la secuencia de trabajo que se presenta, la interacción que desarrolle el docente con los ni-
ños va a resultar fundamental y muy provechosa para la reflexión de las ideas matemáticas, enfóquese en:
Al final de esta sección (páginas 72 y 73) se presentan situaciones distintas a los niños, usted puede
emplearlas para darse cuenta de los avances que sobre el tema han conseguido, las dificultades que
enfrentan y las posibles estrategias que se pueden implementar para apoyar su proceso de construcción.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 141
El cálculo numérico
El desarrollo de esta capacidad es el funda- Del mismo modo al estimar, los niños van
mento para la construcción del cálculo mental. desarrollando la capacidad de descomponer
las cantidades para agilizar sus cálculos y
Uno de los acercamientos teóricos para la como parte del desarrollo de su pensamien-
construcción del concepto de número es el de to abstracto, por ejemplo:
las “Destrezas de la cuantificación”, en el cual
se sustenta en que los niños van desarrollan- 65 + 21 = 60 + 5 + 20 + 1
do sus habilidades numéricas de acuerdo con
las siguientes conceptualizaciones: 60 + 20 = 80
5+1= 6
Reconocimiento
Procesos de 80 + 6 = 86
visual de Estimación
conteo
cantidades
Cuando los niños dominan el manejo de la
serie numérica van a requerir enriquecer sus
conocimientos numéricos, por lo cual la esti-
Los procesos de estimación se desarrollan mación y el cálculo mental representan esta
una vez que se logre el dominio de las ha- oportunidad; los docentes a cargo del grupo
bilidades de conteo, y representan la base deberán diseñar e implementar estrategias
para que los niños construyan diversas es- que conduzcan a sus alumnos a procesos
trategias de cálculo mental, con las que se matemáticos más abstractos y avanzados.
evidencia el dominio numérico que se ha
alcanzado, así como diversas estrategias Para apoyar a los niños en el desarrollo de
para resolver operaciones aritméticas. la estimación numérica y del cálculo mental,
se recomienda:
142 Aritmética
• Utilizar juegos matemáticos para introdu- Al realizar una estimación con los niños, le
cir a los niños en estos contenidos. recomendamos:
• Para iniciar con el desarrollo de las habi-
lidades de estimación es útil pedir a los
niños que agreguen a una cantidad 1 o le Estimar Efectuar el
Comprobar
quiten 1, sin escribir los números o dibu- una cantidad conteo o
la estimación
o medida medición
jar objetos.
• Hacer estimaciones diariamente con los Verificar
Anticipar Realizar
niños, para que el uso de estas habilida-
des se convierta en un hábito y práctica
constante.
• Siempre que se realice una estimación Los niños se sentirán motivados a continuar
numérica con los niños, verificar junto con estimando si van comprobando qué tanto
ellos qué tanto se acercaron al resultado. sus estimaciones se acercan a las cantida-
• Llevar un registro de las estimaciones des y medidas reales.
que proponen los niños para valorar los
avances que van alcanzando. La estimación es una herramienta matemá-
tica que fortalece muchas áreas del conoci-
Algo más sobre los procesos miento matemático.
de estimación
Los niños inician con dichos procesos esti-
En general, en las actividades que se pro- mando los resultados numéricos, pero más
ponen en el Tomo I se pregunta a los niños adelante también lo hacen con las diversas
por “cuántos”, para que la estimación pue- unidades de medida.
da utilizarse es necesario dar a los niños un
tiempo (unos segundos) para que hagan sus Es muy importante para los niños utilizar
cálculos o aproximaciones. la estimación en diversas situaciones, por
ejemplo para calcular:
No hay que olvidar que los niños serán bue-
nos usuarios de la estimación numérica si • ¿Cuántos cuadernos caben en una mo-
han tenido oportunidad de experimentar y chila?
de practicar esta habilidad, al principio sus • ¿Qué tan lejos está la tienda de su casa?
respuestas no siempre son lógicas y mucho • ¿Cuánto tiempo tarda en hacer su tarea?
menos precisas. • ¿Con cuántos globos u objetos puedo
llenar una caja?
• ¿Qué tan larga es una fila para comprar
algo?
Le solicitamos que fundamente cada una de sus respuestas, de manera que al estimar utilice en sus cál-
culos su experiencia personal.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 143
Después de realizar el análisis de los juegos matemáticos, seguramente usted pudo apreciar el valor de
esta herramienta didáctica, lo atractivo que resulta para los niños y la cantidad de información que sobre
el aprendizaje de la matemática nos ofrece.
144 Aritmética
Es necesario hacer notar que para que un juego matemático sea útil debe estar diseñado
de manera consistente, enfocarse en los contenidos matemáticos y retar las habilidades
intelectuales de los niños.
2. Para realizar esta actividad, lo vamos a retar e invitar a diseñar un juego matemático
para niños pequeños, le sugerimos en su planeación tomar en cuenta los siguientes
aspectos:
• Decida a qué niños va dirigido el juego, qué edades tienen y qué contenidos mate-
máticos desea trabajar.
• Elija un nombre para el juego matemático que va a diseñar, normalmente el nombre
se relaciona con los contenidos que queremos que los niños se involucren.
• Piense en las habilidades matemáticas que los niños tienen que dominar para poder
jugar el juego por ellos mismos.
• Haga una lista de los materiales que se requerirán para jugar.
• Describa cada uno de los pasos que se deben seguir para que los niños jueguen.
• Piense en una o dos variantes del juego, para que cuando los niños lo dominen
se incremente el nivel de dificultad del mismo.
• Responda a la pregunta: ¿cómo puedo darme cuenta de los aprendizajes de los niños?
Para finalizar además de la planeación le sugerimos elaborar el juego y desde luego ju-
garlo, deseamos que disfrute mucho de esta actividad y que lo ayude a reflexionar sobre
los aprendizajes de los niños pequeños.
Parte V • Orientación para el trabajo en la Licenciatura en Educación Preescolar 145
Referencias
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Contar oralmente, ¿implica aptitudes numéricas? ¿Qué técnicas de contar se suelen desarrollar
durante los años preescolares? ¿Podemos suponer que los niños de educación especial adquirirán
técnicas básicas para contar de una manera informal? ¿Qué técnicas suelen requerir instrucción
durante los primeros cursos escolares?
En primer lugar, la técnica más básica es generar sistemáticamente los nombres de los números
en el orden adecuado. A los dos años de edad, Alexi ya había empezado a dominar la serie
numérica oral y, a veces, podía contar hasta 10 de uno en uno. Sin embargo, cuando se le pedía
que contara objetos, aún no podía decir los números en el orden correcto de forma coherente. Por
ejemplo, a veces no empezaba a contar desde “uno”. Hacia los tres años de edad, los niños suelen
empezar a contar un conjunto a partir de “uno” y al empezar párvulos ya pueden usar la secuencia
correcta para contar conjuntos de 10 elementos como mínimo (Fuson, Richards y Briars, 1982).
En segundo lugar, las palabras (etiquetas) de la secuencia numérica deben aplicarse una por una a
cada objeto de un conjunto. La acción de contar objetos se denomina enumeración. Aunque Alexi
podía generar la serie numérica hasta 10 correctamente, no podía enumerar un conjunto de nueve
elementos, y ni siquiera de tres, porque todavía no había aprendido que debe aplicarse una, y sólo
una, etiqueta a cada elemento de un conjunto. La enumeración es una técnica complicada porque
el niño debe coordinar la verbalización de la serie numérica con el señalamiento de cada
elemento de una colección para crear una correspondencia biunívoca entre las etiquetas y los
objetos. Como los niños de cinco años pueden generar correctamente la serie numérica y señalar
una vez cada uno de los elementos de una colección, pueden coordinar con eficacia las dos
técnicas para ejecutar el acto complejo de la enumeración (al menos con conjuntos de hasta 10
elementos).
En tercer lugar, para hacer una comparación, un niño necesita una manera conveniente de
representar los elementos que contiene cada conjunto. Esto se consigue mediante la regla del
valor cardinal: la última etiqueta numérica expresada durante el proceso de enumeración
representa el número total de elementos en el conjunto. En otras palabras, un niño de cinco años
puede resumir la serie “1, 2, 3,..., 9”, con “nueve” y la serie “1, 2, 3, ..., 8” con “ocho”. Como
Alexi no podía ni enumerar conjuntos, no había descubierto que la última etiqueta de este proceso
tiene un significado especial. A sus dos años de edad, Alexi todavía no asociaba la serie numérica
con la definición de la cantidad de un conjunto.
En cuarto lugar, las tres técnicas acabadas de describir son indispensables para comprender que la
posición en la secuencia define la magnitud. A los dos años de edad, los números no definían
tamaños relativos para Alexi. Sin embargo, los niños pequeños llegan a aprender, tarde o
temprano, que la serie numérica se asocia a una magnitud relativa. Aun los niños muy pequeños
pueden realizar comparaciones gruesas entre magnitudes como “10 es más grande que 1”, quizá
porque saben que el 10 viene mucho más tarde en la secuencia de enumeración. Hacia los cinco
años, los niños pueden llegar a hacer con rapidez comparaciones precisas entre magnitudes de
números seguidos como el 8 y el 9, porque están muy familiarizados con las relaciones de
sucesión numérica (“cuando me pongo a contar, el 9 viene después del 8, así que el 9 es más
grande”).
Por tanto, contar para determinar que un conjunto de nueve puntos es más que un conjunto de
ocho no es, cognoscitivamente hablando, un acto trivial. Aunque los adultos pueden dar por
sentadas las cuatro técnicas implicadas, éstas constituyen un reto intelectual imponente para los
niños de dos años de edad. Cuando lleguen a los cinco años, la mayoría de los niños habrán
dominado estas técnicas básicas y estarán listos para enfrentarse a nuevos desafíos.
Algunos de ellos (sobre todo los que proceden de entornos con carencias, los que tienen lesiones
cerebrales o los mentalmente atrasados) pueden no haber llegado a dominar estas técnicas básicas
y necesitarán una atención especial. En lo que resta de capítulo se describirán con mayor detalle
las cuatro técnicas básicas para contar y otras técnicas más elaboradas que se desarrollan durante
las primeras etapas de la escolarización.
Contar oralmente
A una edad tan corta como los dieciocho meses, los niños empiezan a contar oralmente de uno en
uno (“1, 2, 3...”). La mayoría de los niños de dos años pueden contar “1, 2” pero luego empiezan
a omitir términos (Fuson et al., 1982). Al principio, los niños pueden aprender partes de la serie
numérica hasta 10 para unirlas más adelante. Por ejemplo, Alexi (hacia los veinte meses de edad)
empezó a usar, de una manera regular, la serie “8, 9, 10”. Más adelante añadió “2, 3, 4” para
hacer “2, 3, 4, 8, 9, 10”. Después añadió el 5 y el 6 y, finalmente, el 1 y el 7 para completar la
serie hasta lo. A los veintiséis meses, Alexi añadió los números de dos cifras 19 y 20 y, muy poco
después, insertaba la ristra “11, 12, 13” entre el 10 y el 19.
Contar oralmente suele equipararse con “contar de memoria”. Como ilustra el caso de Alexi,
contar de memoria es una buena descripción de las primeras técnicas orales que emplean los
niños para contar. Su manera de contar era, simplemente, una cantinela verbal sin sentido. La
serie numérica inicial de Alexi parecía no ser más que una cadena de asociaciones aprendidas de
memoria y enlazadas gradualmente entre sí. Sin embargo, contar de memoria es una descripción
menos adecuada de los posteriores intentos de contar. Con demasiada frecuencia, este término se
emplea para indicar que los niños aprenden toda la serie numérica por memorización. Aunque la
memorización desempeña un papel determinado, sobre todo durante las etapas iniciales, el
aprendizaje regido por reglas tiene una importancia fundamental para ampliar esta serie. Aunque
es probable que los términos hasta el 1 5 2 se aprendan de memoria, la mayor parte de la serie
numérica posterior puede generarse mediante reglas (Ginsburg, 1982). Los restantes números
hasta el 20 pueden generarse continuando con la secuencia original (6, 7, 8, 9) y anteponiendo
“10 y..”; (por ejemplo, “dieciséis, diecisiete...”). Los números de la segunda decena (21, 22, 23,
..., 29) se pueden generar mediante la regla de anteponer “20” a cada una de las unidades (del 1 al
9) una por una. En realidad, para contar de uno en uno hasta 99 el niño sólo tiene que aprender
esta regla y el orden de las decenas (10, 20, 30..., 90).
Los errores que cometen los niños al contar son una buena señal de que existen reglas que
subyacen a su cuenta oral, sobre todo de 20 para arriba. Muchos niños (incluyendo los que
presentan retraso mental) se inventan términos como “diecicinco” por 15, “diecidiez” por 20, o
“veintidiez, veintionce”, para 30 y 31 (Baroody y Ginsburg, 1984; Baroody y Snyder, 1983;
Ginsburg, 1982b). Estos errores indican claramente que los niños no se limitan a imitar a los
adultos, sino que tratan de construir sus propios sistemas de reglas (Baroody y Ginsburg, 1982).
Se trata de errores razonables porque son ampliaciones lógicas, aunque incorrectas, de las pautas
de la serie numérica que el niño ha abstraído. Así, aun los niños mentalmente atrasados parecen
ser capaces de ver, emplear y, a veces, aplicar mal las pautas de la serie numérica.
Aunque la mayoría de los niños que se acaban de incorporar a la escuela ya hacen progresos con
la parte de la serie numérica regida por reglas, muchos no se dan cuenta de que las decenas (“10,
20, 30, 90”) siguen una pauta paralela a la secuencia de las unidades (Fuson et al., 1982). Aún no
se sabe con certeza cómo llegan los niños a resolver el “problema de las decenas”, es decir, su
orden correcto para contar hasta 100 de uno en uno. Una hipótesis es que los niños aprenden las
decenas de memoria en forma de extremos finales de cada serie (por ejemplo, el niño forma la
asociación entre “29-30” o “39-40”). Hay algunos datos que respaldan esta conjetura. Algunos
niños no pueden contar por decenas pero pueden contar hasta 30 ó39 porque parecen haber
aprendido que 30 va después de 29, pero no han aprendido qué va después de 39 (Baroody y
Ginsburg, 1984). Otra hipótesis es que los niños aprenden las decenas (contar de diez en diez) de
memoria y emplean este conocimiento para rellenar la secuencia de contar de uno en uno. Otra
hipótesis, completamente distinta, es que los niños aprenden las decenas como una versión
modificada de la secuencia del 1 al 9 y emplean esta pauta (repetir la secuencia de las unidades y
añadir -enta) para rellenar la cuenta de uno en uno. Un ejemplo de esta última hipótesis es el caso
de Ten, una niña levemente atrasada que cuando llegaba al final de una decena (por ejemplo, “...,
58, 59”) se ponía a contar para sí para averiguar la siguiente decena (por ejemplo, “1, 2, 3, 4, 5, 6
ah, ..., sesenta”) (Baroody y Ginsburg, 1984). Luego iba repitiendo este procedimiento hasta
llegar a 100.
En realidad, la mayoría de los niños pueden aprender de memoria algunas decenas (hipótesis 1 y
2) y emplear reglas para generar el resto (hipótesis 3). Esto tiene sentido porque la mayoría de las
decenas sigue una pauta y sería ineficaz aprenderlas todas de memoria. Sin embargo, se puede
tener que aprender de memoria la primera parte, incluyendo quizá algunos casos regulares como
40, antes de descubrirse la pauta. Por tanto, aprender las decenas (contar de diez en diez) puede
ser algo parecido a aprender a contar de uno en uno: al principio, los niños adquieren una parte
por memorización y luego emplean una pauta para ampliar la secuencia.
Hacia los cuatro o cinco años de edad, los niños ya no necesitan empezar desde el 1 para
responder de manera coherente y automática preguntas relativas a números seguidos, al menos
hasta cerca del 28 (Fuson et al., 1982; Ginsburg y Baroody, 1983). Uno de los desarrollos que
pueden producirse un poco más tarde es la capacidad de citar el número anterior. Cuando los
niños captan las relaciones entre un número dado y el anterior, ya está preparado el terreno para
contar regresivamente. Además, los niños de edad escolar aprenden gradualmente a contar por
grupos. Entre las más precoces de estas nuevas pautas se encuentran contar por parejas, de cinco
en cinco y de diez en diez.
Numeración
Enumeración. Los niños deben aprender que contar objetos implica algo más que agitar un dedo
señalando un conjunto o deslizarlo por encima de otro mientras pronuncian con rapidez la serie
numérica. Aunque los niños pequeños aprenden con rapidez al menos la parte memorística de la
serie numérica (véase, por ejemplo, Fuson y Hall, 1983) y no tienen problemas para señalar los
objetos de uno en uno (Beckwith y Restle, 1966), coordinar estas dos técnicas para enumerar un
conjunto no es una tarea fácil. En realidad, la enumeración (sobre todo de conjuntos con más de
cuatro elementos) sólo llega a hacerse automática de una manera gradual (Beckwith y Reside,
1966; Gelman y Gallistel, 1978, y Schaeffer et al., 1974). Con colecciones grandes y, sobre todo,
desordenadas, los niños tienen que aprender estrategias para llevar la cuenta de los elementos que
han contado y los que no. Cuando los elementos se ponen en fila, hace falta poco esfuerzo para
no perder la cuenta si se empieza desde uno de los extremos. Si la colección está colocada en
círculo, el niño sólo necesita recordar el elemento por el que ha empezado a contar. Con
distribuciones desordenadas, el niño debe recordar qué elementos ha etiquetado y cuáles quedan
por etiquetar. Esto se ve facilitado por el empleo de un método sistemático (por ejemplo, contar
de izquierda a derecha y de arriba abajo) o separando los elementos etiquetados de los no
etiquetados. Fuson (en prensa) encontró que muchos de sus sujetos de párvulos no empleaban la
estrategia de crear un montón aparte con los elementos ya contados.
Regla del valor cardinal. Al principio, los niños pueden no darse cuenta de que la enumeración
sirve para numerar. Cuando se les pide que cuenten un conjunto, los niños se limitan a
enumerarlo y esperan que esto, en sí mismo, satisfará al adulto (cosa que ocurre a veces). Si se les
pregunta cuántos objetos acaban de contar, vuelven a enumerar todos los elementos del conjunto.
Por ejemplo, ida, una niña de tres años de edad, enumeró cuatro estrellas (“1, 2, 3, 4”) sin hacer
ningún intento serio de emplear o recordar la información. Cuando se le preguntó cuántas
estrellas había acabado de contar, alzó los hombros y volvió a enumerarlas otra vez. Como la
enumeración se contempla como un fin en sí misma y no como un medio para llegar a un fin, los
niños muy pequeños pueden no llegar a comprender el sentido de preguntas como “¿Cuántos
hay?”. Ni preocuparse de recordar los resultados de lo que han contado.
Cuando tienen cerca de dos años, muchos niños desarrollan una conciencia primitiva de que
contar es un procedimiento empleado para asignar números a colecciones (para responder a
preguntas del tipo “¿Cuántos hay?”). Ahora ya realizan el intento de recordar lo que han contado.
Sin embargo, como no se dan cuenta de que el proceso de enumeración se puede resumir,
responden a este tipo de preguntas repitiendo la serie numérica. Después de “soltar” varios
términos (“7, 8, 9”) o de repetir el mismo (“9, 9, 9”) ante un conjunto de tres objetos, un niño de
dos años puede designar este conjunto volviendo a contar (por ejemplo, “7, 8, 9” o “9, 9, 9”)
(Wagner y Walters, 1982). Aun después de haber aprendido a enumerar correctamente, los niños
pueden no darse cuenta de que es innecesario recitar otra vez toda la secuencia cuando se les
pregunta por una cantidad. Por ejemplo, después de enumerar cuatro estrellas que había en una
tarjeta, George (sin volver a mirar la tarjeta) respondió a la pregunta ¿”Cuántas estrellas hay”?
con: “Pues hay 1, 2, 3 y 4 estrellas”. Sin embargo, a una edad tan corta como los dos años y
medio de edad, algunos niños descubren el “atajo” consistente en recitar la última etiqueta del
proceso de enumeración para indicar la cantidad. En el fondo, la regla del valor cardinal traduce
el término aplicado a un elemento determinado de un conjunto (el último) al término cardinal que
representa el conjunto entero.
Regla de la cuenta cardinal. La regla inversa a la del valor cardinal es la regla de la cuenta
cardinal. Esta regla especifica que un término cardinal como “5” es la etiqueta asignada al último
elemento cuando se enumera un conjunto de cinco objetos (Fuson y Hall, 1983). Parece que los
niños tienen que aprender que un término como cinco es al mismo tiempo el nombre de un
conjunto (número cardinal) y un número para contar. Consideremos el caso de un niño al que se
da un conjunto de cinco canicas junto con la consigna: “Aquí hay cinco canicas; pon cinco
canicas en la taza.” El niño que no aprecia la regla de la cuenta cardinal tiene que ponerse a
contar las canicas a medida que las va soltando en la taza. Este niño no puede prever que la
etiqueta cinco empleada para designar el conjunto es la misma que se debe aplicar al resultado de
contar el conjunto. En cambio, el niño que da por sentada la regla de la cuenta cardinal se limita a
colocar todo el conjunto en la taza sin contar.
Separación. Contar (separar) un número concreto de objetos es una técnica que empleamos a
diario (por ejemplo, «Dame tres lápices», “Me quedare con cuatro camisas”, “Toma cinco
clavos”). Sin embargo, no se trata de una tarea cognoscitiva sencilla porque implica: a) observar
y recordar el número de elementos solicitado (el objetivo); b) etiquetar cada elemento separado
con una etiqueta numérica, y c) controlar y detener el proceso de separación. En otras palabras, se
requiere almacenar el objetivo en la memoria de trabajo, un proceso de enumeración y, al mismo
tiempo, ir comparando los números del proceso de enumeración con el número almacenado y
detener este proceso cuando se llegan a igualar (Resnick y Ford, 1981). La regla de la cuenta
cardinal ofrece al niño una razón para tomar nota del objetivo en la memoria de trabajo y
constituye la base para detener el proceso de enumeración (Baroody y Mason, 1984). Por
ejemplo, si se pide a un niño que separe tres lápices tiene que darse cuenta de que para realizar la
tarea es importante recordar “tres” y que debe parar de contar lápices cuando llegue a la etiqueta
“tres”.
Comparación de magnitudes
Cuando tienen unos tres años de edad, los niños descubren que los términos para contar más altos
se asocian a magnitudes superiores (Wagner y Walters, 1982). Así se dan cuenta de que “dos” no
sólo sigue a “uno” sino que también representa una cantidad mayor. Hacia los 3 años y medio, los
niños suelen apreciar que “tres” es mayor que “dos” (Shaeffer et al., 1974). Partiendo de estos
datos, los niños de cerca de cuatro años de edad parecen descubrir una regla general: el término
numérico que viene después en la secuencia significa “más” que el término de un número
anterior. Aun antes de entrar en la escuela, los niños parecen usar su representación mental de la
serie numérica para hacer comparaciones toscas, pero eficaces, entre magnitudes, es decir, para
comparar con rapidez y exactitud dos números bastante separados entre sí dentro de la secuencia
(por ejemplo, el 3 y el 9, o el 2 y el 8) (Resnick, 1983). A medida que la relación “el siguiente
de” se va haciendo automática, los niños pueden llegar a ser capaces de hacer comparaciones
entre magnitudes más próximas (entre números seguidos). En realidad, cuando la mayoría de los
niños empiezan a asistir al parvulario ya pueden realizar con bastante precisión comparaciones
entre números adyacentes hasta el 5 e incluso hasta el 10.
Contar oralmente
Serie numérica. La mayoría de los niños, incluyendo los que pertenecen a minorías y a clases
sociales desfavorecidas, reciben una exposición intensa a la primera parte (la memorística) de la
serie numérica por parte de familiares, amigos, personal de guardería, la televisión, etc., antes de
llegar a la escuela. Si un niño que acaba de incorporarse al jardín de infancia manifiesta
incapacidad para generar la secuencia memorística hasta un mínimo de 10, puede dar señal de un
Aun los niños algo retrasados pueden beneficiarse de la instrucción que explota las pautas
subyacentes a la serie numérica. Tomemos el caso de Mike, un hombre de veinte años de edad
con un CI de 40. Mike trataba de aprender cómo decir la hora ajustándola a los cinco minutos
más próximos, pero como no conocía las decenas superiores a 30, no podía pasar de 35. Después
de 35 se limitaba a repetir expresiones usadas previamente (por ejemplo, 5, 10, 15, 20, 25, 30, 35,
30a). Para establecer una conexión entre la secuencia de las unidades y las decenas, la educadora
de Mike escribió los números del 1 al 6 en una tarjeta. Debajo de cada cifra escribió la decena
correspondiente y le explicó que podía usar los primeros números que empleaba para contar para
averiguar las decenas. “¿Ves? El 1 es como el 10, el 2 como el 20, el 3 como el 30, el 4 como el
40, el 5 como el 50 y el 6 como el 60”. Mike usó la lista numérica de esta tarjeta para contar de
cinco en cinco y al ver que con ella podía expresar todas las horas del reloj se puso tan contento
que pidió más copias de la tarjeta para usarlas en clase y en casa. Los siguientes pasos se
encaminaron a hacer que Mike determinara la siguiente decena usando mentalmente la secuencia
para contar y a que practicara contando de diez en diez y de cinco en cinco hasta que estas
técnicas se hicieran automáticas. Al final, Mike decía enseguida la hora sin necesitar la tarjeta.
La educación de Mike y la recopilación del caso se deben a Cathy A. Mason.
Los obstáculos más frecuentes para los niños, sea cual sea su capacidad mental, son los nombres
irregulares de los números 14 y 15 y de las decenas (por ejemplo, Baroody y Snyder, 1983, y
Fuson et al., 1982). Como 14 y 15 son una excepción a la pauta de elaboración, es frecuente que
sean los últimos números que se aprenden hasta 19. Algunos niños simplemente se los saltan
(“..., 13, 16, ...”) o los cambian por otro (“..., 13, 16, 16, 16, ...”). Un diagnóstico expeditivo, el
empleo de modelos y la práctica pueden establecer la secuencia adecuada como un hábito antes
de que se instaure una secuencia incompleta o incorrecta.
Elaboraciones de la serie numérica. Cuando están en párvulos, los niños no deberían tener
problemas para citar el número siguiente a otro, y ni siquiera el anterior, al menos hasta ello
(Fuson et al., 1982; Ginsburg y Baroody, 1983). Los niños de bajo rendimiento y con retraso
mental puede que no sean capaces de citar el número siguiente y quizá deban empezar a contar
desde el 1 o hacer conjeturas. Es probable que citar el número anterior sea relativamente difícil
porque los niños deben operar sobre la serie numérica en dirección opuesta a la seguida durante
su aprendizaje. Además, puede que el concepto de anterior sea más difícil de comprender que el
de siguiente. Por tanto, al principio lo mejor sería concentrar la enseñanza de apoyo en el número
siguiente. Esta enseñanza debería empezar con la parte más familiar de la secuencia numérica
(del 1 al 4 o al 5). Además, si el niño puede leer las cifras se puede empezar con actividades en
las que intervenga una representación concreta de la serie numérica (una lista numérica). Una
vez el niño ha comprendido la cuestión relativa al número siguiente (anterior) y puede dar
respuestas con facilidad mediante el empleo de una lista numérica, puede pasar a actividades sin
lista numérica que le exijan determinar mentalmente la respuesta.
Contar regresivamente desde 10 depende del conocimiento de las relaciones existentes entre un
número y su anterior, y es una técnica oral relativamente difícil. Con todo, suele ser dominada
por los niños cuando llegan a primer curso (Fuson et al., 1982; Ginsburg y Baroody, 1983).
Contar regresivamente desde 20 es una técnica especialmente difícil y no suele dominarse hasta
poco antes de tercer curso. Los maestros de educación especial deben esperar muchas dificultades
con las dos técnicas. La enseñanza de apoyo puede empezar haciendo que el niño lea una lista
numérica hacia atrás (de derecha a izquierda). Con los niños que dominan o han dominado el
número siguiente, se puede tapar la lista numérica dejando a la vista el número de partida.
Entonces, a medida que el niño va contando hacia atrás, se pueden ir destapando sucesivamente
los números menores. Este procedimiento confirma las respuestas correctas y ofrece un feedback
corrector para las respuestas incorrectas.
Para contar a intervalos de cinco como mínimo, puede animarse a los niños a que empleen la
secuencia familiar de contar de uno en uno, pero susurrando los números intermedios y
destacando los que forman la pauta. Por ejemplo, para aprender a contar de dos en dos, puede
decirse al niño que cuenta así: “uno [en voz baja], dos [en voz alta], tres [en voz baja], cuatro [en
voz alta]...”. Si hace falta, puede empezarse con una lista numérica para aligerar el esfuerzo de
expresar el término correcto y permitir que el niño se concentre en la pauta. En el ejemplo 6.2 se
muestra otro método para contar a intervalos a partir de la secuencia familiar para contar de uno
en uno.
Se puede hacer que contar a intervalos tenga significado para los niños relacionándolo con el
procedimiento familiar de contar objetos reales de uno en uno. Josh, un adolescente con retraso
moderado, estaba aprendiendo a contar de cinco en cinco. Su educadora le había dicho que
colocara unos discos de plástico de color que le gustaban mucho en pilas de a cinco y después le
ayudo a contarlos de cinco en cinco. Luego, hizo que Josh los desparramara y los contara de uno
en uno. Josh se quedó muy sorprendido al ver que obtenía el mismo resultado. Luego comprobó
la validez general de este descubrimiento con distintos números de pilas. En la sesión siguiente,
Josh insistía en repetir el experimento por su cuenta.
Durante la tercera sesión, Josh pidió tarjetas con números (5, 10, 15, 20, 25, etc.) y las emparejó
con sus pilas. A continuación añadió una nueva etapa a su proceso de comprobación: leer los
números de las tarjetas a medida que iba contando los discos de uno en uno. Comprobó el
resultado de contar la primera pila de uno en uno con el número de la primera tarjeta y encontró
que, en ambos casos, el resultado era “5”. Al continuar contando de uno en uno la segunda pila,
encontró que el resultado coincidía con el número de la segunda tarjeta (10), y así sucesivamente.
Mientras Josh iba contando de uno en uno, la educadora recalcaba el número final de cada grupo
(5, 10, 15, etc.) diciéndolo en voz alta con él. Luego, Josh se inventó un juego de adivinar en el
que se tapaba los ojos, la educadora tomaba una tarjeta (por ejemplo, la del 15) y Josh tenía que
adivinar de qué número se trataba. Hacia la cuarta sesión ya podía contar hasta 30 de cinco en
cinco y sin ayuda. El uso de objetos reales y la secuencia para contar de uno en uno hicieron que
contar a intervalos fuera, para Josh, algo comprensible e interesante.
Numeración
Enumeración. Cuando los niños llegan al jardín de infancia suelen ser bastante competentes para
contar conjuntos de uno a cinco objetos, y la mayoría de los niños de cinco años enumera con
exactitud hasta 20 objetos (Fuson, en prensa). Por tanto, si un niño que empieza el curso de
párvulos presenta dificultades con conjuntos de uno a cinco elementos, es que necesita de
inmediato una atención individual. El niño que no haga ningún intento de etiquetar cada objeto de
un conjunto, por pequeño que éste sea, con una palabra para contar (soltando al azar palabras
para contar mientras desliza el dedo por encima de los objetos) ni de llevar la cuenta de los
objetos contados y sin contar (etiquetando los objetos del conjunto de una manera totalmente
asistemática) presenta graves problemas (Baroody y Ginsburg, 1982b).
Como la enumeración requiere la coordinación de dos subtécnicas, los errores pueden deberse a
tres causas: a) generar una serie numérica incorrecta (errores de secuencia); b) llevar un control
inexacto de los elementos contados y no contados (errores de partición), y c) no coordinar la
elaboración de la serie numérica y el proceso de control de los elementos contados y no contados
(errores de coordinación) (Gelman y Gallistel, 1978). En la figura 6.1 se muestran algunos
ejemplos de cada tipo de error. En ocasiones, los niños pueden tener un desliz al generar una serie
numérica, pero si los errores de secuencia son sistemáticos (por ejemplo, etiquetar
sistemáticamente conjuntos de 13 y 14 elementos con “13”) es señal de que hace falta una
enseñanza de apoyo orientada a reforzar la técnica necesaria para contar oralmente. El niño que
comete con regularidad errores de partición como pasar algún elemento por alto o contarlo más
de una vez, debe aprender estrategias de control más eficaces.
En la figura 6.1 se puede observar que hay tipos de errores muy distintos que pueden producir las
mismas respuestas. Por ejemplo, el doble etiquetado (señalar un objeto una vez y asignarle dos
etiquetas), al igual que contar un mismo objeto más de una vez, aumenta en una unidad el número
de elementos de un conjunto. Sin embargo, el doble etiquetado es un error de coordinación y no
de partición. En realidad, se pueden combinar varios errores para producir una respuesta correcta.
Como las respuestas incorrectas pueden producirse de varias maneras y como, matemáticamente,
dos errores no equivalen a un acierto, es importante que los maestros observen la actividad de
enumeración de los alumnos que tengan alguna dificultad.
Si un niño tiene problemas para ejecutar con eficacia alguna de estas subtécnicas, es probable que
se den errores de coordinación. Por ejemplo, un niño que tiene que detenerse y pensar qué viene
después del 3 cuando cuenta un conjunto de cinco elementos, puede olvidar por dónde iba: «1
[señala el primer elemento], 2 [señala el segundo], 3 [señala el tercero], a ver, a ver, 4 [señala el
quinto elemento]». Igualmente, si un niño tiene que dedicar mucha atención para no perderse,
puede equivocarse (por ejemplo, saltarse un número). Fuson y Mierkiewicz (1980) encontraron
que los niños pequeños tendían a cometer errores de coordinación a medio contar.
Los errores de coordinación también pueden darse al principio o al final del proceso de
enumeración (Gelman y Gallistel, 1978). Algunos niños tienen dificultades para empezar las dos
subtécnicas al mismo tiempo. En consecuencia, señalan el primer elemento, pero no lo etiquetan
o empiezan a etiquetar demasiado pronto (por ejemplo, dicen “1” sin señalar el primer elemento,
que a continuación recibe la etiqueta “2”). A veces, los niños tienen dificultades para acabar con
las dos técnicas coordinadas y señalan, pero no etiquetan, el último elemento o continúan
etiquetando después de haber señalado el último elemento. Los niños mentalmente retrasados
parecen ser propensos a cometer errores de coordinación (Baroody y Ginsburg, 1984).
El “frenesí” y “pasar de largo” son dos graves errores de enumeración. En el primero, el niño
empieza con una correspondencia biunívoca, pero no la mantiene hasta el final, y en el segundo
no intenta establecer la correspondencia al empezar o acabar el proceso de enumeración (Fuson y
Hall, 1983). El frenesí puede darse como resultado de no controlar los elementos etiquetados y no
etiquetados (error de partición), no coordinar la cuenta oral y la acción de señalar (error de
coordinación), o ambos a la vez (véase la fig. 6.1). Pasar por alto comporta no hacer ningún
intento de controlar o coordinar la serie numérica con la acción de señalar cada elemento.
Con los niños que “pasan por alto” algún elemento, la enseñanza de la enumeración debe
destacar: a) contar despacio y con atención; b) aplicar una etiqueta a cada elemento; c) señalar
cada elemento una vez y sólo una, y d) contar organizadamente para ahorrar esfuerzo en el
control. Con elementos fijos, el control de los objetos contados y los que quedan por contar se
puede facilitar con estrategias de aprendizaje como empezar por un lugar bien definido y
continuar sistemáticamente en una dirección (por ejemplo, de izquierda a derecha). Una
estrategia adecuada para contar elementos móviles es separar claramente los elementos contados
de los que quedan por contar.
Regla del valor cardinal. Cuando llegan a párvulos, los niños aplican rutinariamente la regla del
valor cardinal a conjuntos aún mayores (Fuson, Pergament, Lyons y Hall, 1985). Si un niño de
esta edad no lo puede hacer es señal de que tiene graves problemas. Aunque muchos niños
mentalmente retrasados pueden aprender espontáneamente la regla del valor cardinal, otros
necesitan una enseñanza explícita. Si un niño simplemente adivina el valor cardinal de un
conjunto que acaba de contar o vuelve a enumerar el conjunto, se le puede explicar la regla del
valor cardinal de la manera siguiente: “Cuando cuentes, recuerda el último número que dices
porque así sabrás cuántas cosas has contado.” Si un niño repite toda la serie numérica empleada
en el proceso de enumeración, se le puede decir que existe un atajo: “Deja que te enseñe una
manera más fácil. Después de contar, me vuelves a decir el último número que hayas dicho y así
sabré cuántas cosas has contado.” A veces es útil que el maestro demuestre el proceso mientras
“piensa en voz alta”: “¿Cuántos dedos tengo levantados? Voy a contarlos, a ver. Uno, dos, tres,
cuatro. Vaya, el último número que he dicho es cuatro, así que tengo cuatro dedos levantados.”
Regla de la cuenta cardinal. Los niños que empiezan la escuela suelen dar por sentada esta
noción más avanzada del valor cardinal; muchos niños de educación especial no lo hacen así
(Baroody y Mason, 1984). Esta regla puede enseñarse mediante un procedimiento de dos etapas
concebido por Secada, Fuson y Hall (1983) (véase la fig. 6.2). La primera etapa consiste en
presentar un conjunto al niño e indicar (verbalmente y mediante un número escrito) la
designación cardinal del conjunto. El maestro pide al niño que cuente el conjunto y observe que
el resultado de contarlo coincide con la designación cardinal. Para la segunda etapa, el maestro
presenta otro conjunto. Se le vuelve a dar al niño la designación cardinal y se le pide que cuente
los elementos del conjunto. Sin embargo, antes de que acabe de contar, el maestro le pide al niño
que prediga el resultado.
Separación. Los niños suelen llegar a párvulos pudiendo separar con precisión al menos
conjuntos de pequeño tamaño. Si un niño es incapaz de separar hasta cinco objetos cuando se le
pide, es que necesita una enseñanza de apoyo intensiva. Muchos niños con deficiencias mentales
tienen dificultades con esta tarea (Baroody y Ginsburg, 1984; Baroody y Snyder, 1983; Spradlin,
Cotter, Stevens y Friedman, 1974) y necesitan una enseñanza especial.
Uno de los errores más comunes cuando se retiran objetos de un conjunto es “no pararse”, es
decir, no detener el proceso de contra cuando se ha llegado al objetivo. A Matt, un niño deficiente
mental, se le enseñaron ocho lápices y se le pidió: “Toma cinco para dárselos al maestro;
recuerda, saca sólo cinco.” Sin embargo, se limitó a contar los ocho lápices. Cabe atribuir este
tipo de errores a un fallo de memoria (por ejemplo, véase Resnick y Ford, 1981). Según una de
las hipótesis que atribuyen el error a un fallo de memoria, los niños no mantienen el objetivo en
la memoria de trabajo, es decir, no toman nota de la cantidad solicitada. Otra propuesta es que, al
estar tan ocupados con el proceso de contar, se olvidan del objetivo. Por ejemplo, cuando se le
preguntó a Matt cuántos lápices debía tomar, respondió: “No sé”. Como no recordaba el objetivo
o no lo tenía en su memoria de trabajo, Matt se limitó a contar todos los lápices que tenía delante.
Al igual que muchos otros niños (véase Flavell, 1970), es posible que Matt supiera que hace falta
un esfuerzo especial para memorizar información, es decir, que a veces necesitamos ensayar o
repetir una información para facilitar el recuerdo. Para este niño, la enseñanza de apoyo debe
recalcar la importancia de recordar el objetivo de la tarea y, de ser necesario, debe también
enseñarle cómo recordarlo. Se debe estimular al niño a ensayar (repetir) el objetivo para que
quede grabado firmemente en su memoria de trabajo antes de contar los objetos. Si hace falta, se
le puede instar a que anote el número antes de empezar a contar.
Los niños que tienen la edad de empezar a andar (Wagner y Walters, 1982) y algunos niños
deficientes mentales (Baroody y Ginsburg, 1984) tienen problemas con esta tarea aun cuando
parecen recordar el objetivo. Por ejemplo, cuando se pidió a un niño, Fred, que quitara tres
objetos de un montón de cinco, se limitó a contarlos todos: “1, 3, 4, 6, 11 [y después, volviendo a
señalar el último elemento] 3”, pareciendo que había recordado el objetivo. Este niño deficiente
había vuelto a etiquetar el último elemento con la palabra “tres”. Cuando se le pidió que retirara
cinco elementos de un total de nueve volvió a cometer el error de no detenerse, pero acabó la
cuenta con la etiqueta correcta: “1, 2,3, 4, 5, 6, 8, 9, 5.” Aunque no se detuvo cuando se encontró
por primera vez con la etiqueta buscada, Fred parecía recordarla e hizo que el último elemento
tuviera la etiqueta apropiada.
Este error de “finalizar con el objetivo” puede explicarse mediante otra hipótesis referida a la
memoria. Aunque algunos niños guardan el objetivo y lo pueden recordar más tarde, el proceso
de contar objetos absorbe tanto su atención que no pueden comparar la serie numérica del
proceso de separación con el objetivo. Como la memoria de trabajo de Fred estaba tan copada por
el proceso de separación quizá no fue capaz de atender simultáneamente a los procesos de contar
y de comparar. Una vez liberada su atención del proceso de contar, Fred pudo recordar el
objetivo y enmendar su conducta.
Cuando un niño no tiene problemas para recordar el objetivo, la enseñanza de apoyo debe
centrarse en el proceso de comparación. Primero, se debe hacer que el niño anote el objetivo. A
continuación, sacamos nosotros el primer elemento (o dejamos que lo haga el niño). Luego le
preguntamos (señalando el número anotado si es necesario): “¿Es la cantidad correcta? ¿Hay que
pararse aquí?” Continuamos así hasta llegar a la cantidad solicitada. Debemos explicar
claramente por qué se ha detenido el proceso de contar: “Nos hemos parado en N (decir el
número deseado) porque N (señalar el objetivo) es la cantidad que necesitamos.” Sobre todo al
principio, se debe ayudar al niño a encontrar la manera más fácil posible de ejecutar el proceso de
contar. Por ejemplo, se puede simplificar el proceso de controlar los elementos que se han
contado y los que no, apartando los primeros es un montón claramente separado.
Hay otra explicación para este tipo de errores y es que los niños muy pequeños y algunos
escolares con deficiencias mentales no poseen la base conceptual para comprender la tarea. Quizá
los niños que no comprenden la noción de la cuenta cardinal no se dan cuenta de que deben
comparar lo que cuentan con el objetivo. Así pues, cuando un maestro desea subsanar las
dificultades que tiene un niño con la separación, primero deberá comprobar que posea la técnica
necesaria para la cuenta cardinal (Baroody y Mason, 1984).
Cuando llegan al curso de párvulos, casi todos los niños pueden realizar comparaciones entre
números separados y entre números seguidos pequeños (del 1 al 5), y la gran mayoría ya habrá
llegado a dominar estas últimas con los números del 1 al l0. Los niños de educación especial
durante la primera enseñanza y muchos niños deficientes de nivel intermedio pueden llegar a
tener problemas con las comparaciones entre números separados y entre números seguidos
pequeños. La educación de apoyo deberá empezar con objetos concretos y números familiares
que sean manifiestamente diferentes en cuanto a magnitud (comparar 1, 2 ó 3 con números
mayores como 9 ó 10; comparar números seguidos como 1 y 2, o 2 y 3).
Pueden conseguirse varios juegos en los que intervienen modelos concretos (véase el ejemplo
6.3). En el juego Invasores de la luna, por ejemplo, los jugadores comparan la longitud o la altura
de dos conjuntos de cubos que encajan entre sí. De esta manera, la comparación de números se
conecta con indicios perceptivos claros y queda reforzada por ellos: “Tú tienes ocho naves
espaciales en la luna y yo tengo dos. Mira qué larga es la fila de naves que tienes. Ocho naves es
más que dos.” Gradualmente, el niño irá aprendiendo la idea de que los números se asocian con la
magnitud y que los números que vienen después en la serie numérica son mayores. Una vez
hayan arraigado estas ideas básicas, el niño deberá ser apartado de actividades con objetos
concretos y se le pedirá que resuelva los problemas mentalmente.
INVASORES DE LA LUNA
Objetivo:
Comparaciones entre números del 1 al l0 separados o seguidos.
Material:
1. Varias lunas (círculos de papel) de distinto color.
2. Dos conjuntos de cubos encajables de distinto color.
3. Una peonza con los números del 1 al 10 (para comparaciones entre números separados) o
un conjunto de tarjetas en las que se listen comparaciones específicas para cada objetivo.
Instrucciones:
Esparcir los círculos por la mesa. Dar un conjunto de cubos a cada uno de los dos jugadores.
Explicar que los círculos son lunas y que los cubos son naves espaciales. El jugador que haga
«alunizar» más naves en una luna se queda con ella y el que conquiste más lunas gana la partida.
Usar la peonza o las tarjetas para determinar la cantidad de naves que puede hacer alunizar cada
jugador. Preguntar a uno de los niños qué jugador ha hecho alunizar más, por ejemplo: “Tú tienes
cinco naves y Billy tiene tres. ¿Cuánto es más, cinco o tres?” De ser necesario, señalar las
distintas longitudes (o alturas) de los dos conjuntos de cubos encajables.
Objetivo:
Comparar números seguidos (más o menos uno) del 1 al 10.
Material:
Fichas de dominó.
Instrucciones:
Este juego, basado en uno propuesto en el currículo de Wynroth (1969-1980), se juega como el
dominó normal pero con una excepción. En vez de emparejar conjuntos numéricamente
equivalentes para ir añadiendo fichas, las fichas que se añaden deben tener un conjunto de puntos
mayor (o menor) en una unidad al conjunto de la ficha del extremo de la hilera. La figura que
sigue ilustra un caso de “Dominó menos uno”. Un jugador va a añadir una ficha con “8” al
extremo que tiene “9”.
Con los niños de educación especial puede ser muy útil indicar la estrategia para contar que
puede usarse para comparar números seguidos y cómo se relaciona esta estrategia con las
técnicas básicas para saber el número “que viene después”. Explicar, por ejemplo: “Para saber
qué número es mayor, contemos a ver qué número viene después. Para los números 3 y 4
contamos “1, 2, 3” y como después del 3 viene el 4, el 4 es mayor”. También puede ser útil
demostrar el procedimiento para el niño y emplear una lista numérica o bloques encajables para
contar. Llegado el momento, el procedimiento de contar se puede interrumpir para preguntar al
niño: “¿Qué es más, 4 6 3? ¿Qué número viene después cuando contamos?”. Otra manera de
hacer explícita la conexión entre la comparación y la técnica del número “que viene después” es
continuar las preguntas sobre el número “que viene después” con preguntas del tipo “cuál es
mayor”. Por ejemplo, se puede preguntar: “¿Qué viene justo después del 3 cuando contamos?
Decimos 3, ¿y luego...?” Una vez haya respondido el niño, preguntarle: “¿Y cuál es más, 3 ó 4?”.
(Nótese que para forzar al niño a pensar realmente en la comparación, el número mayor se
menciona en primer lugar o “sin seguir el orden usual” la mitad de las veces, aproximadamente).
1. Los niños deben dominar cada técnica para contar hasta que llegue a ser automática. Esto es
esencial porque las técnicas para contar se basan la una en la otra y sirven de base para técnicas
más complejas como hacer sumas o devolver cambios. Si las técnicas básicas no son eficaces, no
pueden integrarse bien con otras técnicas para la ejecución de funciones más complejas.
2. La enseñanza de apoyo debe basarse en experiencias concretas. Para que la enseñanza de una
técnica básica para contar sea significativa, deberá basarse en actividades concretas. Además, y
sobre todo con poblaciones de educación especial, puede ser importante enlazar explícitamente
actividades concretas con la técnica que se enseña.
3.La enseñanza de apoyo debe ofrecer, durante un largo período de tiempo, un ejercicio regular
con actividades de interés para el niño. Normalmente, el dominio incompleto de las técnicas
básicas para contar suele atribuirse a una falta de experiencia o interés. Si los ejercicios no son
interesantes, algunos niños no se sentirán comprometidos con ellos y no alcanzarán la experiencia
necesaria para el dominio de la técnica. Por ejemplo, los niños se cansan enseguida de los
ejercicios de repetición oral para aprender a contar. Los niños se sienten más dispuestos a generar
la serie numérica en el contexto de enumerar objetos porque se trata de una actividad que tiene
más sentido para ellos (Fuson et al., 1982). La forma concreta que deberá tener el ejercicio
dependerá del niño. Muchos niños responderán con entusiasmo a distintos tipos de juegos que se
basan en contar; otros preferirán jugar con un títere de “Barrio sésamo” y otros podrán disfrutar
con el contacto de un tutor, sea niño o adulto, interesado y entusiasta. Lo esencial es que el
ejercicio no necesita (es más, no debe) carecer de interés para el niño.
D) RESUMEN
Generar de palabra la serie numérica sólo es un primer paso hacia el dominio de un complejo de
técnicas importantes que los adultos emplean de manera rutinaria y automática. Cuando llegan a
la escuela, los niños suelen ser capaces de generar la parte memorística de la serie numérica y un
poco de la parte basada en la aplicación de reglas, además de poder enumerar y separar conjuntos
de objetos, emplear la regla del valor cardinal para resumir una enumeración e incluso emplear
relaciones de orden numérico (números anterior y posterior a otro dado) para determinar la
mayor de dos cantidades. Algunos niños, sobre todo los deficientes mentales, pueden necesitar
una educación de apoyo para dominar estas técnicas informales básicas. Durante los primeros
años de escuela, los niños resuelven el problema de las decenas y amplían su capacidad de contar
de palabra hasta loo y más. A medida que se van familiarizando con la serie numérica, aprenden
a contar por intervalos (por ejemplo, por parejas) y a contar regresivamente. La enseñanza
especial o de apoyo debe asegurar que se llegue al dominio de cada componente sucesivo de la
jerarquía de técnicas para contar. La enseñanza deberá ser concreta, intensa e interesante.
Los psicólogos ofrecen dos explicaciones distintas de la comprensión del significado de los
nombres de los números y del acto de contar. Desde uno de estos puntos de vista, los niños, antes
de llegar a tener “uso de razón” (hacia los siete años de edad), son incapaces de comprender el
número y la aritmética (por ejemplo, Piaget, 1965). La curiosa respuesta de Peter se atribuye a
una incapacidad de pensar lógicamente. Es decir, se supone que Peter carece del razonamientos y
los conceptos lógicos necesarios para un concepto del número y para contar significativamente.
Como contar no implica tener éxito en tareas de conservación de la desigualdad o la desigualdad,
algunos psicólogos (por ejemplo, Wohlwill y Lowe, 1962) han llegado a la conclusión de que la
experiencia de contar tiene poco o nada que ver con el desarrollo de un concepto numérico. Por
ejemplo, Piaget (1965) afirmaba que los niños aprenden a recitar la serie numérica y datos
aritméticos a muy corta edad y que se trata de actos completamente verbales y sin significado. Ni
siquiera la numeración garantiza una comprensión del número. Desde este punto de vista, el
desarrollo de un concepto del número y de una manera significativa de contar depende de la
evolución del pensamiento lógico.
El modelo cardinal. Según uno de los modelos que establecen la lógica como requisito previo, los
niños deben entender la clasificación antes de poder comprender el significado esencial del
número. Esto implica aprender a definir un conjunto, es decir, a clasificar objetos para poder
asignar cada uno de ellos a un conjunto correcto. Por ejemplo, un conjunto de formas curvas
puede incluir c, C, u, U, s, S y O, pero no L, y, V, F y #.
El modelo de Piaget. Según Piaget (por ejemplo, 1965), los niños deben entender la lógica de las
relaciones (seriación) y la clasificación para comprender las relaciones de equivalencia y, a
consecuencia de ello, el significado del número. Piaget estaba de acuerdo en que la equivalencia
Para Piaget (1965), el desarrollo de la comprensión del número y de una manera significativa de
contar está ligada a la aparición de un estadio más avanzado del pensamiento. Los requisitos
lógicos del número (conceptos de seriación, clasificación y correspondencia biunívoca) aparecen
con el “estadio operacional” del desarrollo mental. Los niños que no han llegado al estadio
operacional no pueden comprender el número ni contar significativamente, mientras que los
niños que han llegado a él sí pueden hacerlo. Por tanto, el número es un concepto de “todo o
nada”.
Piaget (1965) afirmaba que la conservación de la cantidad tenía una importancia extraordinaria
porque señalaba la llegada al estadio operacional, es decir: la adquisición del pensamiento lógico;
la comprensión de las clases, las relaciones y las correspondencias biunívocas; un verdadero
concepto del número; y una manera significativa de contar. Más concretamente, según Piaget la
conservación de la cantidad indicaba la comprensión de que una vez establecida la equivalencia
(no equivalencia) de dos conjuntos, los cambios en la configuración de los conjuntos no modifica
la relación de equivalencia (no equivalencia). Es decir, las relaciones de equivalencia (no
equivalencia) se conservan a través de cualesquiera transformaciones no relevantes en la
apariencia física de un conjunto. El niño que conserva se da cuenta de que el número de
elementos de un conjunto no varía cuando varía su aspecto físico.
Un punto de vista alternativo considera que la dificultad de Peter con la tarea de conservación es
el resultado de un conocimiento incompleto de cómo se debe contar y no de una completa
incapacidad para pensar lógicamente. Algunos psicológicos (por ejemplo, Gelman, 1972;
Zimiles, 1963), han llegado a la conclusión de que contar es esencial para el desarrollo de la
comprensión del número por parte del niño. El número no se considera un concepto tipo «todo o
nada» que es posible gracias a un cambio general en la manera de pensar de los niños (una nueva
etapa de desarrollo mental). En cambio, el modelo que basa su explicación en la manera de contar
aduce que la comprensión del número evoluciona lentamente como resultado directo de las
experiencias de contar.
Desde este punto de vista, los conceptos numéricos y contar significativamente se desarrollan de
manera gradual, paso a paso, y son el resultado de aplicar técnicas para contar y conceptos de una
sofisticación cada vez mayor. Al principio, los preescolares suelen aprender a emplear los
números de una manera mecánica para descubrir o construir gradualmente significados cada vez
más profundos del número y de contar (por ejemplo, Baroody y Ginsburg, en prensa; Fuson y
Hall, 1983; von Glasersfeld, 1982; Wagner y Walters, 1982). A medida que aumenta su
comprensión del número y de contar, los niños aplican el número y los procedimientos para
contar de una manera cada vez más sofisticada. A su vez, esta creciente sofisticación desemboca
en una comprensión mayor, etc. En el fondo, el desarrollo de técnicas y conceptos está
entrelazado y, de hecho, durante los últimos años algunos piagetianos (por ejemplo, Elkind, 1964;
Piaget, 1977; Sinclair y Sinclair, en prensa) han llegado a la conclusión de que un análisis del
desarrollo del número sería psicológicamente incompleto si no se tuviera en cuenta la
contribución de las actividades de contar.
Al principio, los niños se limitan a recitar nombres de números. En estos momentos, contar no
parece ser nada más que un sonsonete carente de sentido (Ginsburg, 1982). Por ejemplo, Arianne,
a los 22 meses, canturrea “dos, cinco, dos, cinco” mientras baja saltando cuatro escalones. Ha
oído a sus hermanos gemelos de 3 años de edad recitar nombres de números mientras bajan las
escaleras o juegan a algo. Al parecer, Arianne ha aprendido que ciertas actividades pueden verse
acompañadas por la recitación de nombres de números. Imita el procedimiento (y sólo una parte
de la serie numérica correcta) seguido por sus hermanos. “Los nombres de los números son
palabras y, como ocurre con otras palabras, los niños pueden aprender a decirlas mucho antes de
formar (imágenes mentales), por no hablar ya de conceptos abstractos que asociar a las
mismas...” (von Glasersfeld, 1982, p. 196).
Al principio, los niños pueden hacer enumeraciones sin intentar numerar conjuntos. Por ejemplo,
Arianne parece disfrutar, a sus dos años de edad, etiquetando objetos mientras busca entre sus
juguetes; no hace ningún intento de emplear una etiqueta para cada elemento o de resumir la
cuenta. Cuando se le hacen preguntas del tipo “¿Cuántos hay?”, sabe que el procedimiento
correcto implica responder con un número, pero todavía no parece apreciar que los números se
emplean para designar el valor cardinal de un conjunto y para diferenciar un conjunto de otros
conjuntos con distintos valores cardinales. Considérese la siguiente conversación entre Arianne y
su padre:
PADRE: (Señalando un dibujo con dos gatos.) ¿Cuántos gatos hay en este dibujo?
ARIANNE: Dos.
PADRE: (Señalando un dibujo con tres perros.) ¿Cuántos perros hay en este dibujo:
ARIANNE: Dos.
PADRE: (Señalando un dibujo con un gato.) ¿Cuántos hay?
ARIANNE: Dos.
Parece que “dos” es la respuesta “comodín” para Arianne a la hora de responder a preguntas del
tipo “¿Cuántos hay?”. En estos momentos, contar es un acto enteramente verbal y sin significado.
Obsérvese, no obstante, que ya trata los números como una clase especial de palabras. Sólo
emplea números cuando se le pregunta cuántos hay o cuando se le pide que cuente. Los niños
parecen distinguir muy pronto entre las palabras que son para contar y las que no (Fu-son et al.,
1982). Los preescolares sólo emplean letras muy rara vez cuando se les pide que cuenten (por
ejemplo, Gelman y Gallistel, 1978). Incluso los niños levemente deficientes del ciclo medio
reconocen siempre los números como una clase especial de palabras aplicables a actividades de
contar (Baroody y Ginsburg, 1984).
Principio del orden estable. Con el tiempo, a medida que los niños usan sus técnicas para contar
y reflexionan sobre ellas, aprenden a descubrir regularidades importantes en sus acciones de
contar y en los números. Los niños parecen aprender los primeros términos de la serie numérica
de memoria. Al principio, puede que no empleen los mismos términos o el mismo orden cuando
recitan números o cuentan objetos. Por ejemplo, cuando Alexi tenía tres años de edad no siempre
empezaba desde el uno para contar conjuntos. Tarde o temprano, los niños se dan cuenta
implícitamente, o hasta explícitamente, de que contar requiere repetir los nombres de los números
en el mismo orden cada vez. El principio del orden estable estipula que para contar es
indispensable el establecimiento de una secuencia coherente. Los niños cuyas acciones están
guiadas por este principio pueden utilizar la secuencia numérica convencional o una secuencia
propia (no convencional), pero siempre de manera coherente (Gelman y Gallistel, 1978). Por
ejemplo, Beth siempre usa la secuencia correcta del uno al diez en tanto que Carol usa siempre su
propia versión (“1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 18”) para contar diez objetos.
Principio de unicidad. Como una función de contar es asignar valores cardinales a conjuntos para
diferenciarlos o compararlos, es importante que los niños no sólo generen una secuencia estable y
asignen una etiqueta, y sólo una, a cada elemento de un conjunto, sino también que empleen una
secuencia de etiquetas distintas o únicas. Por ejemplo, un niño puede usar la secuencia “1, 2, 3,
3” de manera sistemática y emplear estas etiquetas en una correspondencia biunívoca, pero como
no todos sus elementos están diferenciados, etiquetará de la misma manera conjuntos de tres y
cuatro elementos (con la designación cardinal “3”) (Baroody y Price, 1983). Incluso cuando un
niño tiene que recurrir al empleo de términos no convencionales, la apreciación del principio de
unicidad (comprender la función diferenciadora de contar) le impediría escoger términos
empleados previamente. Por ejemplo, el empleo sistemático de la secuencia no convencional “1,
2, 3, diecionce” etiquetaría erróneamente conjuntos de cuatro elementos pero al menos los
diferenciaría de conjuntos con menos elementos. Por tanto, además de los principios de orden
estable y de correspondencia, es importante que los niños sigan el principio de unicidad.
Principio de abstracción. Los niños también deben aprender cómo definir un conjunto para poder
contarlo. El principio de abstracción se refiere a la cuestión de lo que puede agruparse para
formar un conjunto (Gelman y Gallistel, 1978). A la hora de contar, un conjunto puede estar
formado por objetos similares (por ejemplo, bolas: •••) o distintos (por ejemplo, bolas, estrellas y
palos: • * —). Para incluir elementos distintos en un conjunto, el niño debe pasar por alto las
diferencias físicas de los elementos y clasificarlos como “cosas” (por ejemplo, una bola, una
estrella y un bloque se pueden considerar como una, dos y tres cosas). En el fondo, cuando
creamos un conjunto de elementos distintos encontramos (abstraemos) algo común a todos los
elementos.
Principio del valor cardinal. Mediante la imitación, los niños pueden aprender fácilmente la
técnica de contar denominada regla del valor cardinal, es decir, basarse en el último número
contado en respuesta a una pregunta sobre una cantidad. Sin embargo, el empleo de la regla del
valor cardinal no garantiza una apreciación adecuada del valor cardinal en sí (Fuson y Hall, 1983;
Von Glasersfeld, 1982). Es decir, no significa necesariamente que el niño se dé cuenta de que el
último término designa la cantidad del conjunto y que un conjunto tendrá la misma cantidad si se
vuelve a contar después de modificar la distribución espacial de sus elementos. Por ejemplo, un
niño deficiente empleaba correctamente la correspondencia biunívoca para enumerar quince
objetos, pero empleaba la siguiente secuencia numérica: “1, ...5, 19, 14, 12, 10, 9, 20, 49, 1, 2, 3”
(Baroody y Ginsburg, 1984). Cuando se le preguntó la cantidad de elementos respondió
satisfecho: “¡Tres!”. Al parecer, ¡la noción de “tres” no excluía conjuntos cinco veces más
grandes!
Los niños pueden construir el principio del valor cardinal reflexionando sobre sus actividades de
contar. Cuando, por ejemplo, un niño cuenta una colección de tres juguetes, los desparrama y los
vuelve a contar, puede descubrir que una colección conserva la misma designación (cardinal) a
pesar de su aspecto («tres»).
Principio de la irrelevancia del orden. Parece que al reflexionar sobre la actividad de contar
también se descubre el principio de la irrelevancia del orden (El orden en que se enumeran los
elementos de un conjunto no afecta a su designación cardinal) (Baroody, 1984d). Considérese el
caso descrito por Piaget (1964). Un niño (de cuatro o cinco años) contaba una hilera de diez
fichas. Como no se daba cuenta de que el resultado sería el mismo, volvió a contar las fichas en
dirección contraria y volvió a encontrar que eran diez. Interesado por este resultado, el niño
colocó las fichas en círculo, las volvió a contar y volvió a encontrarse con diez. Finalmente, contó
el círculo de fichas en dirección opuesta para acabar obteniendo el mismo resultado. Al contar los
elementos de varias maneras, este niño descubrió una interesante propiedad de las acciones de
contar: la distribución de los elementos y el orden de su enumeración no tenían importancia a la
hora de determinar la designación cardinal del conjunto.
Una vez el niño ha llegado a dominar estos conceptos básicos para contar que se refieren a un
solo conjunto, la acción de contar puede aplicarse a contextos más complicados como la
comparación de dos conjuntos. También puede emplearse la acción de contar para descubrir que
la apariencia no es pertinente para determinar si dos conjuntos son iguales o no. Si un niño cuenta
dos conjuntos y los números resultantes son idénticos, puede llegar a la conclusión de que los
conjuntos tienen el mismo número de objetos a pesar de sus diferencias en cuanto a aspecto. Es
probable que los niños descubran esta noción numérica fundamental jugando con conjuntos
pequeños de uno a cuatro elementos. Por ejemplo, los niños pueden etiquetar con la palabra “dos”
varios pares de cosas (por ejemplo, bloques o dedos) incluyendo pares naturales de cosas (por
ejemplo, ojos, brazos, gemelos). Como el niño puede ver en seguida que estos conjuntos
compuestos de cosas distintas se corresponden entre sí, pueden llegar a la conclusión de que los
conjuntos etiquetados con la palabra “dos” son equivalentes a pesar de las diferencias de su
aspecto físico (por ejemplo, Schaeffer et al., 1974). Esta comprensión puede aplicarse
posteriormente a conjuntos mayores que el niño no puede comparar visual o mentalmente con
facilidad.
Antes de llegar a la escuela, los niños también aprenden que el número puede especificar
diferencias entre conjuntos (no equivalencia) y emplearse para especificar “más” o “menos”
(ordenar conjuntos según su magnitud). También esto es probable que provenga de jugar con
conjuntos de pocos elementos. Por ejemplo, un niño puede encontrarse ante la opción de escoger
entre tres cestos con uno, dos o tres caramelos. El niño puede ver fácilmente que 3 es más que 1 ó
2, y que 2 es más que 1. Al contar cada conjunto, se asocian etiquetas numéricas a estas
diferencias perceptibles en cuanto a magnitud. Otro niño, por ejemplo, podría contar dos bloques
(«uno, dos-dos bloques»), luego añadir uno más y llegar a la conclusión de que hay «más».
Luego puede volver a contar los bloques “uno, dos tres- ¡tres bloques!”) y encontrar que ahora, la
etiqueta numérica es “tres”. A partir de casos repetidos de estos dos tipos de experiencias
concretas, un niño puede llegar a la conclusión de que: a) se asocian distintos números a
magnitudes distintas; b) el mayor de dos números siempre viene después en la secuencia de
contar, y c) cada término para contar es más que el término que le precede en la serie numérica.
Contar con los dedos puede desempeñar un papel clave en este desarrollo del número. Cuando los
niños cuentan con los dedos (extendiéndolos mientras dicen “uno, dos, tres...”) pueden ver que el
número de dedos es cada vez mayor a medida que van contando. De esta manera, los niños
pueden reconocer que la magnitud va asociada a la posición dentro de la serie numérica. Al
contar con los dedos, incluso pueden llegar a darse cuenta de que 2 es 1 (un dedo) más que 1, que
3 es 1 (un dedo) más que 2, etc. En resumen, como resultado de sus experiencias contando
conjuntos pequeños con los dedos, los niños pueden aprender reglas de numeración para
determinar “cantidades iguales”, “cantidades distintas” y “más”.
Conservación de la cantidad. Con el tiempo, las reglas numéricas para evaluar la equivalencia, la
no-equivalencia y la magnitud permiten a los niños poder conservar. Estos criterios numéricos
precisos liberan a los niños de tener que depender de indicios perceptivos como la longitud
cuando hacen comparaciones cuantitativas. Como resultado, los niños dejan de despistarse
cuando una hilera de fichas se alarga o se acorta durante una tarea de conservación de la cantidad.
Quizá Paul, que llegó a la conclusión de que su hilera larga (con siete fichas) tenía más fichas que
otra, más corta, con ocho fichas, no había tenido experiencias de contar suficientes para comparar
con exactitud dos números seguidos. En otras palabras, puede que este preescolar no hubiera
aprendido métodos o técnicas numéricos para calibrar la magnitud relativa de dos conjuntos
relativamente grandes.
seguros de la relación inicial de los conjuntos (quizá las dos hileras no eran iguales de entrada).
Ante esta incertidumbre, pueden verse abrumados por los indicios visuales de las hileras de
longitud desigual, pueden echar mano del criterio perceptivo de la longitud y llegar a la
conclusión de que la hilera más larga tiene más (Acredolo, 1982). Puede ser, pues, que los niños
que no conservan crean en realidad que alargar una hilera añade algo a la misma. Además, la no
conservación sólo es una contradicción lógica si se cree que las dos hileras son iguales al
principio, cosa que sin contar y sin números específicos es una proposición dudosa para los niños
pequeños. La falta de conservación no implica necesariamente que un niño no pueda razonar
lógicamente sobre las relaciones de equivalencia si cuenta y emplea números (Gelman y
Gallistel, 1978).
En segundo lugar, y aun si piensan en contar, puede que los niños pequeños no tensan suficiente
confianza en sus reglas numéricas para basarse en un criterio numérico en vez de perceptivo (por
ejemplo, Gelman, 1982). La tarea de conservación de la cantidad provoca un conflicto entre la
regla que tiene un niño para comparar cantidades (“Si una hilera es más larga que la otra es que
tiene “más”) y el desarrollo de una regla basada en contar (“Si se cuentan dos hileras y tienen la
misma etiqueta numérica, es que tienen cantidades iguales”). Un niño pequeño puede resolver el
conflicto simplemente recurriendo al criterio perceptivo familiar para él. Un niño con algo más de
experiencia puede verse dividido entre los dos criterios y responder de manera incoherente.
Tarde o temprano, los niños resuelven el conflicto ideando una regla nueva y más sofisticada que
integra la regla numérica y la basada en la percepción. En el fondo, la nueva regla especifica: «Si
una hilera es más larga que otra, puede tener una cantidad mayor a menos que al contar se
obtenga la misma etiqueta numérica, en cuyo caso se trata de hileras con la misma cantidad.»
Básicamente, los niños parecen resolver el conflicto cognoscitivo reorganizando la información
existente para darle una forma más sistemática. De esta manera, los niños pueden continuar
empleando indicios perceptivos cuando las diferencias son evidentes (por ejemplo, distinguir
entre un conjunto de seis velas y otro de dos) (Zimiles, 1963). En casos en que las diferencias no
son claras (por ejemplo, dos colas para el cine en donde una de ellas es larga pero con los
integrantes separados y la otra es corta pero con los integrantes mucho más agrupados), la regla
indica la necesidad de contar y realizar un juicio numérico.
Otros niños ni siquiera tienen que contar para conservar. Dan por sentada la conservación de la
cantidad. En realidad llegan a pensar que es extraño que un adulto plantee una pregunta cuya
respuesta es tan obvia. A partir de experiencias repetidas de contar, saben que si no se añade ni se
quita nada a dos conjuntos equivalentes, esta equivalencia permanece constante por mucho que
varíe la distribución espacial (Lawson, Baron y Siegel, 1974). Es decir, tarde o temprano los
niños infieren una regla de equivalencia relativamente abstracta basada en una correspondencia
biunívoca que complementa sus reglas de equivalencia, más concretas, basadas en números
específicos (Gelman y Gallistel, 1978).
En realidad, hay muchos datos que indican que la regla abstracta de equivalencia/no equivalencia
se desarrolla en los niños a partir de su experiencia concreta de contar. Los niños pequeños suelen
ponerse a contar como base para realizar sus juicios sobre la conservación de la cantidad (por
ejemplo, Gelman, 1972). Además, la enseñanza o el desarrollo de técnicas de numeración
precisas facilita la adquisición de la conservación de la cantidad (Bearison, 1969; LaPointe y
O’Donnell, 1974; Starkey y Cooper, 1977). Ciertamente, parece que los niños pequeños suelen
pasar por una etapa en la que se basan en contar para conservar (conservación con “verificación
empírica”) antes de conservar por comprensión (conservación con “certeza lógica” (Apostel,
Mays, Mod y Piaget, 1957; Greco, Grize, Papert y Piaget, 1960; Green y Laxon, 1970).
Así pues, según el punto de vista centrado en la manera de contar, la experiencia de contar es la
clave para hacer explícitas y ampliar las nociones intuitivas de equivalencia, no equivalencia y
orden de magnitud (Baroody y White, 1983). Como vimos en el capítulo II, incluso los niños de
seis meses pueden inspeccionar visualmente y determinar de manera intuitiva si unos conjuntos
pequeños (hasta cuatro elementos) son equivalentes o no. Contar proporciona etiquetas verbales
que pueden adjuntarse a estos conjuntos pequeños. Es la experiencia de contar lo que proporciona
la base para formular reglas numéricas explícitas y, posteriormente, reglas más abstractas
(basadas en la equivalencia) para razonar en torno a las relaciones numéricas existentes entre
cantidades mayores. Por tanto, al principio los niños suelen depender de contar para averiguar
relaciones de equivalencia como la representada por la tarea de conservación de la cantidad, y
sólo después dependen de reglas relativamente abstractas. En pocas palabras, parece que contar
es, más que igualar, la vía natural de los niños para llegar a comprender las relaciones de
equivalencia, no-equivalencia y orden con números no intuitivos.
Mediante las experiencias de contar, los niños también descubren qué hace cambiar un número.
Si los cambios de orden o distribución no alteran el valor cardinal de un conjunto, ciertos tipos de
transformación sí que lo hacen (por ejemplo, añadir o quitar objetos). Cuando los niños llegan a
ser competentes en la enumeración o pueden captar directamente pautas numéricas, están
preparados para darse cuenta de relaciones aritméticas importantes. Un niño puede determinar o
ver con rapidez que añadir un bloque a otro es “dos” y que añadir otro más hacen “tres”, etc.
(Baroody y White, 1983; Ginsburg y Baroody, 1983, y Von Glasersfeld, 1982). De manera
similar, un niño puede determinar o ver en seguida que si se quita una galleta de un conjunto de
tres, quedan dos. No hay más que una fina línea entre contar y aumentar o disminuir en una
unidad.
Descubrir los efectos de añadir o quitar una unidad depende de unas técnicas numéricas eficaces.
A partir de sus experiencias informales de contar, los niños construyen conceptos aritméticos
básicos, pero generales. Más concretamente, como resultado de sus experiencias informales los
niños consideran la adición como un proceso aumentativo (añadir algo a una cantidad dada) y la
sustracción como un proceso de disminución (quitar algo de una cantidad dada). Por ejemplo,
cuando Aaron empezaba a asistir al jardín de infancia se le preguntó cuánto pensaba que eran
cuatro y cinco (4 + 5). Replicó: “Si lo tuviera que adivinar, diría que cuatro o cinco. Espera, éstos
son los números. Seis o siete.” como consideraba que la adición era un proceso aumentativo,
Aaron sabía que dar uno de los sumandos como resultado no estaba bien. A causa de su concepto
informal de la adición, Aaron reajusto su cálculo mental para que, al menos, fuera algo mayor
que cinco.
distintas cantidades de figuras de plástico (por ejemplo, una bandeja con tres ratones y otra con
cuatro). A continuación, el examinador señala una de las bandejas (por ejemplo, la que tiene tres
ratones) y la designa como “la ganadora”. Aunque no se les indica que lo hagan, los niños suelen
contar o darse cuenta de la cantidad de ratones en las bandejas. Las bandejas se colocan detrás de
una pantalla, se tapan, se mezclan y vuelven a mostrarse al niño. Entonces, el niño trata de
escoger la ganadora. Si destapa la no-ganadora (por ejemplo, la bandeja con cuatro ratones) se da
al niño otra oportunidad y, naturalmente, encuentra la ganadora. Este proceso se repite hasta que
el niño espera encontrar a la ganadora, si no en el primer intento, seguro que en el segundo.
La segunda etapa de la tarea mide la reacción del niño a varios tipos de transformaciones. A
veces el examinador realiza transformaciones tras la pantalla que no afectan a la cantidad: cambia
la posición de las figuras (por ejemplo, coloca en formación triangular tres ratones que estaban en
fila), altera el color de un objeto, o sustituye un ratón por un objeto diferente. A veces, realiza en
secreto transformaciones pertinentes para la cantidad: añadir o sustraer figuras de la bandeja
ganadora (por ejemplo, añadir otro ratón de juguete a la bandeja de tres para que ninguna bandeja
sea la ganadora).
Puede que estas pautas de respuesta no parezcan un logro extraordinario a ojos de un adulto, pero
indican la existencia de unas aptitudes importantes en los niños de preescolar. A pesar de que un
niño puede no conservar la cantidad, el éxito en la tarea “mágica” implica una comprensión de las
transformaciones que son o no importantes para variar la cantidad (por ejemplo, la adición y la
sustracción varían la cantidad y una nueva distribución no lo hace) al menos con números
familiares. Además, parecen comprender que la adición y la sustracción son operaciones
inversas: la una deshace la otra. Por tanto, aun los niños pequeños que no conservan tienen
alguna comprensión de la aritmética y pueden, dentro de ciertos límites, razonar lógicamente
sobre las relaciones numéricas.
compuesta de unidades (elementos individuales). Desde este punto de vista, la captación directa
no implica una comprensión del número. Los niños no reconocen simultáneamente una pauta
numérica como una totalidad (una unidad en sí misma) y un conjunto de partes (unidades
individuales) hasta que llegan al estadio del pensamiento operacional. Con este logro intelectual,
un niño puede contemplar el número y las pautas numéricas como una unidad compuesta de
unidades (por ejemplo, Steffe, Von Glasersfeld, Richards y Cobb, 1983).
Según otro punto de vista, contar precede a la captación directa (Beckmann, 1924). En otras
palabras, los niños aprenden a enumerar colecciones correctamente antes de poder reconocer
conjuntos con precisión y rapidez. En realidad, hay algunas evidencias (por ejemplo, Baroody y
Ginsburg, 1984; Gelman, 1977) que indican que el reconocimiento automático de las pautas
numéricas suele desarrollar-se después de una intensa experiencia de contar objetos. Esto puede
ser especialmente cierto para niños deficientes (Baroody y Ginsburg, 1984). Desde este punto de
vista, incluso los preescolares pueden reconocer que el número y las pautas numéricas son, a la
vez, una colección completa y un compuesto de partes individuales, es decir, una unidad
compuesta de unidades.
En cualquier caso, los dos modelos indican que la captación directa es una técnica fundamental
en el desarrollo de la comprensión del número por parte del niño. Cuando los niños pueden.
reconocer automáticamente una pauta, pueden descubrir aspectos importantes del número. Por
ejemplo, un niño que tome tres objetos con una distribución triangular y los coloque en fila, y
reconozca que tanto • • • como • • • son casos de “tres”, puede formular de manera explícita o
implícita el siguiente principio: “La distribución de las canicas no varía la cantidad de canicas
que tengo.” La captación directa también puede desempeñar un papel esencial en el aprendizaje
de reglas numéricas para apreciar equivalencias. Si a un niño se le muestran grupos de tres
elementos con una distribución triangular y en hilera, y puede reconocer inmediatamente que
ambos conjuntos son “tres”, puede inferir que dos conjuntos pueden tener la misma cantidad aun
cuando tengan aspectos distintos (Von Glasersfeld, 1982).
Implicaciones curriculares
1. Introducir las matemáticas de una manera informal en vez de hacerlo formalmente mediante la
teoría de conjuntos. Las definiciones formales de la equivalencia numérica, etc., pueden ser
demasiado abstractas para los niños pequeños. Contar ofrece una base concreta y significativa
para comprender ideas esenciales como equivalencia, no-equivalencia y conservación de la
cantidad, especialmente con conjuntos no intuitivos. De hecho, contar puede tener más
significado que establecer correspondencias para determinar la equivalencia de conjuntos, sobre
todo si tienen más de cinco objetos.
2. No aplazar las experiencias y la enseñanza de contar. Hasta los preescolares parecen estar
psicológicamente equipados para empezar a aprender el número. A excepción de las nociones
D) RESUMEN
El fundamento: contar
Como vimos en el capítulo VII, los niños desarrollan una comprensión fundamental de la
aritmética mucho antes de llegar a la escuela a partir de sus primeras experiencias de contar. Los
conceptos informales de la adición (en tanto que añadir más) y de la sustracción (en tanto que
quitar algo) guían los intentos de los niños para construir procedimientos aritméticos informales.
Por ejemplo, para sumar uno más a tres, muchos niños empiezan contando hasta tres y luego se
limitan a contar una unidad más (“1, 2, 3, 4”). En realidad, hasta pueden llegar a tratar de abordar
problemas más difíciles de la misma manera. Consideremos los primeros intentos de Aaron para
calcular mentalmente las sumas de problemas 1 + N y de problemas con sumandos distintos de
uno (M + N). Como consideraba que la adición es un proceso aumentativo, sus intentos iniciales,
aunque infructuosos, iban por buen camino. Para 2 + 3, por ejemplo, parecía saber que la suma
tenía que ser mayor que dos. Por tanto, enseguida contó hasta dos y luego contó una unidad más
(aunque no sabía bien cómo continuar): “1, 2, 3, ... Casi lo tengo, pero ...”.
La soltura con las técnicas para contar permite a los niños resolver mentalmente problemas con
“1” muy pronto. Los niños descubren con bastante rapidez que las relaciones entre un número y
su siguiente se aplican a problemas N + 1 y que las relaciones entre un número y su anterior
pueden aplicarse a problemas N — 1. De hecho, muchos preescolares pueden usar su
representación mental de la serie numérica para resolver problemas con <<1>> sencillos (N + 1 y
N — 1) como “tres pastelillos y uno más” o “cinco muñecas menos una que te quedas” (por
ejemplo, Baroody, 1984a; Court, 1920; Fu-son y Hall, 1983; Gelman, 1972, 1977; Ginsburg,
1982; Groen y Resnick, 1977; Ilg y Ames, 1951; Resnick, 1983; Resnick y Ford, 1981; Starkey y
Gelman, 1982). En el anterior problema de adición, un niño puede entrar en la serie numérica por
el punto especificado por el primer término o sumando (tres) y dar como respuesta el número
siguiente en la serie numérica: “Cuatro”. En el anterior problema de sustracción, un niño puede
entrar en la serie numérica por el punto especificado por el minuendo o cantidad mayor (cinco) y
dar como respuesta el número anterior en la serie numérica: “Cuatro.” Como el empleo de esta
representación mental de la serie numérica para determinar respuestas relacionadas con el
número anterior o posterior a otro dado es tan automático, muchos preescolares pueden dar
mentalmente, y con rapidez, las respuestas a problemas sencillos con “1”.
¿Por qué Aarón podía resolver problemas N + 1, pero no problemas 1 + N? El concepto informal
que tienen los niños de la adición puede hacer que los problemas N + 1 sean más fáciles de
resolver que los problemas 1 + N. Como Aarón consideraba que la adición era un proceso
aumentativo, interpretaba el problema 3 + 1 = — como tres y uno más, cosa que se puede
resolver fácilmente contando (“1, 2, 3, 4”) o empleando las relaciones entre un número dado y el
que le sigue (“3, 4”). En cambio, interpretaba que 1 + 3 = — era uno y tres más, cosa que no se
puede resolver fácilmente con estos métodos. En otras palabras, como los niños pequeños
consideran que la adición es un proceso aumentativo, pueden presentar la tendencia a considerar
que N + 1 = — y 1 + N = — son problemas diferentes y la suma consiguiente no es equivalente.
Por tanto, pueden no darse cuenta de que su método centrado en la relación existente entre un
número dado y el que le sigue, que es tan eficaz para responder enseguida problemas de tipo N +
1, también es aplicable a problemas de tipo 1 + N.
Además, los niños sólo llegan a considerar la adición como la unión o reunión de dos conjuntos
de una manera gradual. Desde este punto de vista, el orden de los números carece de importancia:
3 + 2 = 2 + 3. En otras palabras, la unión de un conjunto de tres objetos con otro de dos, tiene el
mismo resultado que la unión de dos objetos y tres objetos. Esta concepción “unionista” de la
adición es más abstracta que la concepción aumentativa familiar para los niños pequeños. La
comprensión de que el orden de los sumandos no altera la suma en los problemas con “1” puede
ser un primer paso muy importante hacia una comprensión más profunda de la adición (Resnick,
1983).
B) ADICIÓN INFORMAL
Procedimientos concretos
Inicialmente, los niños emplean objetos concretos para calcular sumas. A causa de su inmediata
disponibilidad, suelen usar los dedos para sumas de hasta 10. Desde el punto de vista del
desarrollo, la estrategia más básica es la cuenta concreta global (CC) que se ilustra en la columna
.1 de la figura 8.1. Los bloques (u otros objetos que se puedan contar, como los propios dedos) se
cuentan uno por uno para representar un sumando; el proceso se repite con el otro sumando.
Luego se cuentan todos los objetos para determinar la suma.
Invención de atajos. Los niños inventan espontáneamente atajos para el laborioso procedimiento
CC. Uno de los favoritos es la estrategia de «pautas digitales» que se ilustra en la columna 2 de la
figura 8.1 (Baroody, en prensa). Nótese que, en esta estrategia, cada sumando se representa con
una pauta digital. Así se evita el laborioso proceso de contar los dedos uno por uno para
representar cada sumando. Mediante la estrategia de la pauta digital, el niño sólo tiene que contar
una vez (para determinar la suma). La estrategia de “reconocimiento de pautas” (Siegler y
Robinson, 1982; Siegler y Shrager, 1984), que se ilustra en la columna 3 de la figura 8.1 es aún
más económica.
Esta estrategia comporta la creación de pautas digitales para cada sumando para, a continuación,
reconocer la suma inmediatamente, quizá de manera visual (mediante una captación directa),
quizá cinestésica. Para 4 + 5 = —, por ejemplo un niño puede emplear pautas digitales para
representar cada sumando, sentir que se han extendido todos los dedos salvo uno, y responder “9”
sin tener que contar.
F) RESUMEN
Antes de dominar las combinaciones numéricas básicas, los niños pueden apoyarse en
procedimientos de cálculo basados en contar que, al principio, requieren objetos concretos como
los dedos o bloques. Normalmente, los niños tienden de manera natural a emplear procedimientos
de contar orales o mentales en el cálculo. También aprenden enseguida a emplear su
conocimiento de la serie numérica para responder con eficacia a problemas de tipo N + 1 = — y
N — 1 = —. La comprensión informal que tienen los niños de la aritmética guía su construcción
o invención de procedimientos de cálculo concretos y mentales. Como los niños contemplan la
adición como añadir más a algo, los problemas conmutados como 5 + 1 y 1 + 5 ó 3 + 5 y 5 + 3,
se ven como problemas distintos. Como resultado, los niños pueden sentirse obligados a calcular
la suma de 1 + 5 aun cuando sepan que 5 + 1 = 6. Los niños descubren pronto que 1 + N y N + 1
producen la misma suma y que la eficaz regla del número siguiente a otro dado se aplica por
igual a 1 + N y a N + 1. Llegado el momento, los niños aprenden que el orden de los sumandos
tampoco altera el resultado de los problemas N + M (por ejemplo, .3 + 5 = 5+ 3). El cálculo
mental es cognoscitivamente exigente porque los niños deben tener presente hasta cuándo deben
contar cuando cuentan. Por tanto, cuanto mayores sean los términos que intervengan en un
problema más complicado será el procedimiento para llevar la cuenta, y para los niños es un
verdadero aliciente inventar nuevos procedimientos de cálculo que minimicen este trabajo
mental. Así pues, tanto los factores conceptuales como los no conceptuales desempeñan su papel
en el desarrollo de procedimientos informales de cálculo. Las dificultades con el cálculo informal
pueden producirse porque las técnicas para contar o para llevar la cuenta que intervienen en el
mismo no son adecuadas ni eficaces.
EL
CONCEPTO
DE
NÚMERO
DESDE
UNA
PERSPECTIVA
CONSTRUCTIVISTA
Teoría
del
Aprendizaje
y
conceptos
aritméticos
La
aritmética
y
su
aprendizaje
han
tenido
una
especial
relevancia
en
las
diferentes
escuelas
sicológicas
destinadas
al
estudio
del
aprendizaje
y
la
evolución
del
pensamiento.
A
lo
largo
de
este
documento
intentaré
plasmar
las
últimas
tendencias
que
existen
en
la
actualidad
en
este
campo
y
propondré
una
metodología
de
trabajo
en
Infantil
y
Primaria
para
lograr
el
correcto
dominio
del
concepto
de
número
y
su
implicación
en
las
operaciones
aritméticas
básicas.
Hay
que
partir
de
una
premisa
básica:
el
alumnado
llega
a
nuestras
escuelas
con
un
cierto
bagaje
matemático
que
nos
va
servir
de
sostén
y
guía
para
el
trabajo
en
el
aula.
No
podemos
obviar
esta
afirmación,
puesto
que
me
voy
a
basar
en
los
principios
básicos
del
constructivismo
y
en
especial
en
el
tipo
de
aprendizaje
que
esta
escuela
sicológica
denomina
significativo.
Desde
Piaget,
el
pensamiento
se
considera
un
proceso
mental
que
surge
de
la
interacción
con
los
objetos
y
el
aprendizaje
como
los
cambios
que
se
producen
en
la
conducta
por
la
experiencia
y
la
práctica
en
la
manipulación
y
observación
del
entorno.
Pensamiento
y
aprendizaje
están
ligados
a
la
idea
de
concepto.
Se
entiende
por
tal
a
una
generalización
que
se
produce
a
partir
de
datos
relacionados
entre
sí
en
base
a
diferentes
criterios
(después
veremos
la
aplicación
al
concepto
de
número).
Los
conceptos
no
se
almacenan
en
nuestra
menta
aislados
unos
de
otros,
sino
que
forman
esquemas,
que
integran
a
los
conceptos
existentes
y
posibilitan
la
asimilación
de
otros
nuevos.
Por
ello,
es
fundamental
para
la
adquisición
de
nuevos
conceptos
partir
de
los
esquemas
que
una
persona
(en
este
caso
nuestro
alumnado)
posee
para
poder
asimilar
conceptos
nuevos.
Olvidarnos
de
lo
dicho
e
intentar
que
nuestro
alumnado
adquiera
conceptos
sin
averiguar
cuáles
son
sus
esquemas
previos
y
darle
la
posibilidad
de
integrar
en
ellos
las
nuevas
ideas
es
como
construir
una
casa
sin
cimientos
en
los
que
asentarse.
1
Piaget,
el
gran
precursor
Para
Piaget,
el
aprendizaje
se
va
consiguiendo
a
partir
de
la
interacción
de
la
persona
con
el
medio.
En
esta
interacción,
se
van
modificando
sus
esquemas
mentales
progresivamente.
No
podemos
dejar
de
señalar
la
formación
de
biólogo
de
Piaget,
lo
que
le
llevó
quizás
a
ser
muy
determinista
en
las
posibilidades
de
acomodación
de
los
esquemas
previos
a
través
de
la
interacción
con
el
medio.
Piaget,
describía
determinados
estadíos
en
el
desarrollo
de
la
lógica
y
la
aritmética.
Estos
estadíos
están
determinados
por
la
edad
del
niño
y
por
lo
tanto
son
los
que
van
a
determinar
el
trabajo
posible
a
realizar
en
el
aula.
Dicho
de
forma
clara,
es
inútil
trabajar
conceptos
que
no
se
sitúen
dentro
de
los
que
la
edad
del
niño
determina
que
es
capaz
de
asimilar.
El
constructivismo:
Ausubel
Piaget
sentó
las
bases
para
enfrentarse
con
seriedad
al
aprendizaje
de
la
lógica
y
la
aritmética.
Pero
actualmente
sus
teorías
están
superadas
por
el
constructivismo.
El
constructivismo
(Ausubel),
por
primera
vez,
distingue
entre
varios
tipos
de
aprendizaje,
y
además
señala
diferentes
procesos
para
lograr
estos
aprendizajes
(recepción,
repetición,
descubrimiento
y
procesos
significativos).
Ausubel
se
centra
casi
por
completo
en
el
aprendizaje
de
tipo
significativo
y
distingue
en
éste
otros
tres
tipos:
2
Número
y
Constructivismo.
Juan
López
Sánchez
3
El
Aprendizaje
de
la
aritmética:
concepto
de
número
Piaget
y
el
concepto
de
número
Para
Piaget,
el
concepto
de
número
y
su
aprendizaje
va
ligado
al
desarrollo
de
la
lógica
en
el
niño/a.
El
desarrollo
de
la
lógica
a
su
vez
va
ligado
a
la
capacidad
de
realizar
clasificaciones
y
seriaciones
con
los
objetos
del
entorno.
El
esquema
de
desarrollo
del
concepto
de
número
vendría
a
ser
algo
parecido
al
siguiente
según
Piaget:
Establecimiento
Diferentes
Distinción
de
Construcción
de
de
relaciones
percepciones
al
semejanzas
y
clases
en
orden
asimétricas
interaccionar
entre
objetos
de
con
los
objetos
diferencias
a
las
semejanzas
la
misma
clase
Según
este
esquema,
para
Piaget,
el
concepto
de
cardinal
y
ordinal
no
están
desligados
y
se
consiguen
al
unísono.
Los estadíos del desarrollo lógico
Para
Piaget,
el
niño/a
ve
el
mundo
según
el
estadío
de
desarrollo
en
el
que
se
encuentre
y
distingue
cuatro
períodos:
• Período
sensoriomotor:
que
abarca
desde
el
nacimiento
hasta
los
18
meses.
• Período
preoperacional:
llega
hasta
los
7
años.
Está
ligado
a
las
percepciones
sensoriales
(sobre
todo
auditivas
y
visuales).
No
hay
una
lógica
operacional
puesto
que
los
niños
no
tienen
la
capacidad
de
conservación
de
la
cantidad,
ni
de
inclusión
de
clases
(no
distinguen
correctamente
las
partes
del
todo).
3
• Período
de
operaciones
concretas:
va
de
los
7
a
11
años.
En
esta
etapa
ya
existe
una
lógica
operacional
y
se
desarrolla
el
concepto
de
número.
Son
posibles
la
inclusión
de
clases
y
la
conservación
del
número.
Todas
las
operaciones
están
ligadas
a
contextos
concretos
y
no
es
todavía
posible
la
abstracción.
• Período
de
operaciones
formales:
a
partir
de
los
11
años.
Empieza
a
ser
posible
la
deducción
y
por
tanto
la
abstracción.
Según
Piaget,
las
tareas
a
trabajar
y
los
obstáculos
a
superar
para
conseguir
adquirir
el
concepto
de
número
son:
• La
inclusión
de
clases:
mientras
no
se
distinga
en
un
conjunto
las
partes
del
todo,
no
se
podrán
comprender
las
situaciones
de
adición
y
sustracción.
Piaget
trabajó
en
experimentos
con
conjuntos
de
bolas
de
madera
en
los
cuales
había
muchas
bolas
rojas
y
pocas
blancas
y
comprobó
que
a
la
pregunta
a
los
niños
¿qué
hay
más
bolas
rojas
o
de
madera?,
la
mayoría
de
los
niños
menores
de
siete
años
contestaba
que
había
menos
bolas
de
madera.
• Conservación
del
número:
Piaget
hizo
la
prueba
de
colocar
dos
filas
de
igual
número
de
bolas
y
longitud
y
preguntar
si
tenían
el
mismo
número
de
bolas
a
diferentes
niños/as.
A
los
que
contestaban
que
sí,
les
variaba
la
longitud
de
las
filas
(sin
cambiar
el
número
de
bolas)
y
comprobaba
que
con
menos
de
siete
años
la
mayoría
de
niños
y
niñas
identificaban
a
la
fila
más
corta
con
menos
bolas.
Las
críticas
de
los
sicólogos
posteriores
a
Piaget
por
estos
experimentos
han
venido
por
las
dificultades
en
el
lenguaje
y
en
la
comprensión
de
las
experiencias
por
parte
de
los
niños,
lo
que
los
llevaba
a
conclusiones
erróneas
y
por
el
elevado
número
de
bolas
usadas
en
las
experiencias.
Situación
actual
en
la
enseñanza
de
la
aritmética
y
del
concepto
de
número
Actualmente,
la
enseñanza
de
la
aritmética
se
tiene
que
centrar
en
lo
que
el
niño/a
sabe
y
puede
hacer,
más
que
en
lo
que
no
es
capaz
de
hacer.
A
partir
de
la
renovación
introducida
por
el
constructivismo
en
las
teorías
sobre
el
aprendizaje
de
la
aritmética
y
teniendo
clara
la
perspectiva
de
que
nuestro
alumnado
ya
nos
viene
con
cierto
aprendizaje
matemático
al
colegio,
han
surgido
corrientes,
sobre
todo
en
EEUU
y
Gran
Bretaña
que
sugieren
tres
grandes
períodos
en
el
aprendizaje
y
consolidación
del
concepto
de
número:
• Período
Preescolar:
las
competencias
que
hay
que
fomentar
son
las
de
contar
y
comparar
cantidades.
• Período
Primaria
inicial:
los
niños
desarrollan
competencias
en
cuanto
al
desarrollo
de
estrategias
de
solución
de
problemas
(sobre
todo
orales)
y
estrategias
de
cálculo.
• Período
primario
final:
se
acomoda
el
concepto
de
número
para
adaptarlo
a
nuestro
sistema
de
numeración
decimal.
4
Número
y
Constructivismo.
Juan
López
Sánchez
5
A
la
vista
de
la
anterior
clasificación,
podemos
señalar
que
para
adquirir
completamente
el
concepto
de
número,
hay
que
dominar
las
siguientes
competencias:
contar,
clasificar,
seriar
y
como
consecuencia
de
las
anteriores
el
reconocimiento
de
patrones.
Competencia
para
Contar
Podemos
decir
que
un
alumno/a
posee
esta
competencia
cuando
es
capaz
de
dominar
la
secuencia
numérica.
Con
dominarla
me
refiero
a
que
es
capaz
de
empezar
esta
secuencia
en
cualquier
término
de
la
misma
y
contar
progresiva
o
regresivamente
a
partir
de
él.
Este
proceso
pasa
por
diferentes
fases
y
es
fundamental
que
se
consolide
para
poder
adquirir
el
concepto
de
número.
Si
queréis
ubicar
a
vuestro
alumnado
en
alguna
de
las
fases
del
conteo
os
la
presento
a
continuación:
1. Nivel
cuerda:
siempre
se
comienza
el
conteo
en
el
uno
y
no
están
bien
diferenciados
los
términos
de
la
secuencia
numérica.
2. Nivel
cadena
irrompible:
la
secuencia
empieza
siempre
en
el
uno,
aunque
están
bien
diferenciados
los
términos
de
la
misma.
3. Nivel
cadena
rompible:
la
sucesión
numérica
puede
empezar
a
partir
de
un
término
distinto
de
uno.
4. Nivel
cadena
numerable:
la
sucesión
consiste
en
contar
un
número
determinado
de
términos
a
partir
de
uno
cualquiera
de
la
cadena
numérica.
5. Nivel
cadena
bidireccional:
se
puede
recorrer
la
sucesión
desde
cualquier
término
y
hacia
delante
o
detrás.
Además,
se
puede
cambiar
fácilmente
de
dirección.
Cuando
se
llega
al
nivel
5
de
dominio
de
la
secuencia
numérica
es
cuando
se
establecen
relaciones
entre
términos
como
:
“antes
de”,
“después
de”,
“detrás
de”...
hecho
fundamental
para
dominar
el
concepto
de
número.
Hay
que
destacar
que
una
fase
muy
importante
del
proceso
de
conteo
es
el
de
señalar
los
objetos
para
asignarles
un
término
de
la
secuencia
numérica.
En
un
principio
no
basta
con
señalar,
sino
que
el
niño/a
toca
los
objetos
y
establece
una
correspondencia
objeto‐término
que
no
hay
que
menoscabar.
En el aula hay que trabajar el conteo siguiendo una serie de principios o reglas:
• Principio
de
abstracción:
cualquier
colección
de
objetos
es
contable.
Así
que
un
trabajo
de
clase
será
precisamente
contar
objetos
cotidianos
del
aula
y
aquellos
que
aportemos
al
efecto
(botones,
canicas,
conchas,
revistas,
folios,
cromos,
etc...)
5
• Principio
de
orden
estable:
la
secuencia
de
conteo
tiene
que
seguir
una
serie
de
normas:
no
unir
o
juntar
mucho
dos
términos
sucesivos
para
evitar
asignarlos
al
mismo
objeto
así
como
no
silabear
demasiado
para
evitar
que
dos
objetos
se
asignen
al
mismo
término
de
la
secuencia.
• Principio
de
irrelevancia
en
el
orden:
hay
que
asimilar
que
el
orden
en
que
se
cuenten
los
objetos
es
irrelevante.
• Principio
de
la
biunivocidad:
cada
objeto
recibirá
un
y
sólo
un
término
de
la
secuencia.
• Principio
de
la
cardinabilidad:
el
último
término
contado
será
el
correspondiente
al
número
de
objetos
de
la
colección.
Este
paso
es
fundamental
para
asentar
el
concepto
de
número.
Competencia
para
Clasificar
Clasificar
es
una
actividad
prenumérica
básica.
En
principio
podemos
clasificar
atendiendo
a
un
único
criterio
para
después
pasar
a
combinar
varios
atributos
de
las
colecciones
de
objetos
con
las
que
trabajemos.
Piaget distingue varias etapas en la clasificación:
• Agrupar
por
parejas
atendiendo
a
un
sólo
criterio.
• Agrupar
más
de
dos
objetos
dejando
al
resto
sin
clasificar.
• Agrupar
todos
los
objetos
de
una
colección
en
base
a
un
criterio.
• Agrupar
todos
los
objetos
en
base
a
criterios
más
abstractos
que
los
puramente
perceptivos.
Con
los
bloques
y
siguiendo
las
etapas
descritas
por
Piaget
podemos
realizar
ejercicios
como:
• Agrúpalos
en
rojos
y
no
rojos
(una
propiedad
y
su
negación)
• Agrúpalos
por
colores,
formas,
tamaños,
grosores
o
combinando
criterios
(rojos
y
cuadrados,
amarillos
y
no‐círculos...)
6
Número
y
Constructivismo.
Juan
López
Sánchez
7
Competencia
para
seriar
Por
seriar
entendemos
la
competencia
para
colocar
objetos
ordenadamente
en
base
a
un
criterio
elegido
como
altura,
longitud,
peso,
capacidad,
tonalidad,
tiempo
en
que
ha
sucedido,
etc...
En
clase
podemos
recurrir
a
colecciones
múltiples
de
objetos
no
estandarizados
o
trabajar
con
colecciones
comerciales
como
Regletas
de
Cuisenaire,
bloques
rojos
de
Montessori,
etc...
La
seriación
se
convierte
en
otro
requisito
previo
a
la
asimilación
del
concepto
de
número
tanto
en
su
aspecto
cardinal
como
ordinal
y
debe
trabajarse
tanto
en
su
aspecto
discreto
(cantidad
de
objetos
o
unidades)
como
en
el
continuo
(medidas).
También
es
recomendable
la
seriación
de
viñetas
y
hechos
de
la
vida
cotidiana.
Competencia
para
el
reconocimiento
de
patrones
Mediante
la
clasificación
y
seriación
se
reconocen
diferencias
y
semejanzas
entre
colecciones
de
objetos
y
se
establecen
criterios
de
orden
entre
ellos.
Este
trabajo
conlleva
la
puesta
en
marcha
de
mecanismos
matemáticos
como
la
detección
de
patrones
y
el
descubrimiento
de
relaciones
entre
objetos
y
situaciones
problemáticas
del
entorno.
El
hecho
de
detectar
patrones
implica
la
realización
de
una
abstracción,
es
decir,
se
asimilan
a
los
esquemas
previos
del
alumno
aquellos
hechos
que
va
descubriendo
en
su
interacción
con
objetos,
materiales
y
situaciones
que
planteemos
en
el
aula.
Estos
patrones
asimilados
van
ganando
en
complejidad
con
el
paso
del
tiempo
y
la
madurez
de
nuestro
alumnado
y
aunque
son
muy
difíciles
de
detectar,
ser
pueden
intuir
en
la
forma
y
éxito
con
que
los
niños
y
niñas
se
enfrentan
a
las
situaciones
problemáticas
que
les
planteemos.
7
Competencias
en
la
resolución
de
problemas
y
trabajo
del
sistema
de
numeración
decimal
Para
el
trabajo
de
las
competencias
básicas
en
la
resolución
de
problemas
propongo
la
lectura
del
documento:
Como aprendemos matemáticas para enseñarlas mejor.
Para
el
trabajo
y
dominio
del
sistema
de
numeración
decimal
abogo
por
el
uso
de
materiales
manipulativos
como
regletas
y
ábaco
japonés
(sorobán)
en
el
aula.
Bibliografía
básica
Números
y
operaciones.
Fundamentos
para
una
aritmética
escolar.
Encarnación
Castro,
Luis
Rico,
Enrique
Castro.
Editorial
Síntesis.
ISBN: 978‐84‐773800‐4‐7
Como
enseñar
matemáticas
para
aprenderlas
mejor.
Vicente
Bermejo
(Coord.).
Editorial
CCS.
ISBN:
84‐8316‐822‐7
Numeración y Cálculo. Bernardo Gómez Alonso. Editorial Síntesis.
ISBN: 978‐84‐773801‐4‐6
Iniciación
a
la
matemática.
Materiales
y
recursos
didácticos.
Mª
Teresa
Cascallana.
Editorial
Santillana.
ISBN:
84‐294‐6634‐7
Juan López Sánchez
juan.lopez@ya.com
http://www.omerique.net/calcumat
http://www.omerique.net/twiki/bin/view/CEIPsanjose/TallerMatematicas
8
372.7
And.
Desarrollo del pensamiento matemático:
El sistema numérico decimal
Federación Internacional Fe y Alegría, 2004.
30 p.; 21,5 x 19 cm.
ISBN: 980-6418-64-6
Matemáticas, Sistema Decimal, Sistemas de
Numeración.
2
“La educación que necesitamos, capaz
de formar a personas críticas, de raciocinio
rápido, con sentido del riesgo, curiosas,
indagadoras, no puede ser la que ejercita
la memorización mecánica
de los educandos. No puede ser la que
‘deposita’ contenidos en la cabeza ‘vacía’
de los educandos, sino la que, por el
contrario, los desafía a pensar.”
Paulo Freire
3
Equipo editorial
A modo de
Antonio Pérez Esclarín, María Bethencourt, Adriana Rodríguez
Dimensión: Desarrollo del pensamiento matemático
Serie: El sistema numérico decimal, número 2
Autor: Martín Andonegui Zabala
Este libro se ha elaborado con el propósito de apoyar la práctica
educativa de los cientos de educadores de Fe y Alegría. Su
publicación se realizó en el marco del «Programa Internacional
de Formación de Educadores Populares» desarrollado por la
Federación Internacional Fe y Alegría desde el año 2001.
Diseño y diagramación: Juan Bravo
Portada e ilustraciones: Juan Bravo
Corrección de textos: Antonio Pérez Esclarín,
María Bethencourt, Adriana Rodríguez
Edita y distribuye: Federación Internacional Fe y Alegría.
Esquina de Luneta, Edif. Centro Valores, piso 7, Altagracia,
Caracas 1010-A, Venezuela.
Teléfonos: (58) (212) 5645624 / 5645013 / 5632048
Fax (58) (212) 5646159
web: www.feyalegria.org
© Federación Internacional Fe y Alegría
Depósito Legal: lf60320043721789
ISBN: 980-6418-64-6
Caracas, octubre 2004
Publicación realizada con el apoyo de:
Centro Magis
Instituto Internacional para la Educación Superior
en América Latina y el Caribe (IESALC)
4
introducción…
… y para desperezarnos un poco, ahí ¿Puede hablarse de 18 centenas?
van unas cuestiones sencillas para ¿Qué significa esa expresión?
entrar en materia y en calor. Tratemos
de resolverlas antes de seguir adelante. ¿Cómo puedo efectuar la multiplicación:
MCMLIV x DCXLVII?
Consideremos la expresión 156.704
¿Cuántos números hay ahí? ¿Cuántas ¿Cuántas centésimas hay en el nú-
cantidades? ¿Cuántos dígitos? ¿Cuán- mero 2.013 (y la respuesta no es 0)?
tas cifras? ¿Cuántos guarismos?
Una niña acaba de escribir los números
¿Resulta correcto escribir 2,5 millones? del 1 al 100. ¿Cuántas veces ha utilizado
la cifra 1 en esa tarea?
¿Cuál es el número siguiente de
2.099? ¿Y el siguiente de 2,099? Gulliver descubre que en el país de
los gigantes se cuenta así, empezando
¿Cuántas decenas contiene el número en 1: plas, ples, plis, plos, plus, plasplus, ¿Qué palabra estará utilizando un
9.416 (y la respuesta no es 1)? plesplus, …, plusplus, plasplusplus,… gigante para referirse al número 21?
5
Bien, ya tenemos nuestras respues- trabajo docente. De esta forma, integrar der a esa realidad. Con el fin de satisfa-
tas, que iremos contrastando con las nuestra práctica docente en nuestro cer esas dos tendencias fundamentales,
indicaciones y ejercicios que planteare- estudio. en todas las culturas se han desarrollado
mos a lo largo de las líneas que siguen. técnicas conducentes a ese propósito.
• Como complemento a lo anterior, Técnicas que han sido comunicadas
Y un segundo recordatorio: construir el conocer de cada tópico “vertical y horizontalmente en el tiempo,
La sugerencia que proponíamos en matemático pensando en cómo lo po- a través de la historia, la convivencia y
el Cuaderno Nº 1 y que siempre pre- demos llevar al aula. Para ello, tomar la educación, apoyándose en la memo-
sidirá los demás Cuadernos: Vamos a conciencia del proceso que seguimos ria y en la actividad de compartir expe-
estudiar matemática, pero no lo va- para su construcción, paso a paso, así riencias y conocimientos.” (D’Ambrósio,
mos a hacer como si fuéramos sim- como de los elementos –cognitivos, ac- 1992, p. 6)
plemente unos alumnos que poste- titudinales, emocionales…– que se pre-
riormente van a ser evaluados, y ya. senten en dicho proceso. Porque, a partir Y, también, técnicas que no se dife-
No. Nosotros somos docentes –docen- de esta experiencia reflexiva como estu- renciaban inicialmente por áreas o
tes de matemática en su momento– y diantes, podremos entender y evaluar disciplinas del saber, al modo como las
este rasgo debe caracterizar la forma de mejor el desempeño de nuestros alumnos entendemos hoy en día: medicina, ma-
construir nuestro pensamiento mate- –a su nivel– ante los mismos temas. temática, física, química, arquitectura,
mático. ¿Qué significa esto? ingeniería, artes… Sin embargo, las
• En definitiva, entender que la temáticas propias de estas disciplinas
• La presencia constante de la meta matemática es la base de su didác- ya estaban presentes desde el comienzo
última de nuestro estudio: alcanzar tica: la forma en que se construye el en ese conjunto de técnicas para la su-
unos niveles de conocimiento tec- conocimiento matemático es una fuente pervivencia y para la trascendencia: la
nológico y reflexivo, lo cual debe abrir imprescindible a la hora de planificar y naturaleza con todos sus objetos, seres
ese estudio hacia la búsqueda de apli- desarrollar su enseñanza. y leyes, la salud, las construcciones y
caciones de lo aprendido, hacia el aná- los útiles indispensables para la vida
lisis de los sistemas que dan forma a Y ahora, vamos al tema de este Cua- diaria, el impulso artístico…
nuestra vida y utilizan ese conocimiento derno.
matemático, y hacia criterios sociales y El desarrollo de la humanidad viene
éticos para juzgarlos. ¿Por qué los números? marcado, en buena medida, por la
Pero, primero, ¿por qué la ma- progresiva acumulación de conoci-
• Construir el conocer de cada temática? Podríamos decir que to- mientos y de técnicas en esas áreas
tópico matemático pensando en das las personas, en todas las temáticas, hasta el punto de permitir
cómo lo enseñamos en el aula, culturas y en todos los tiempos, una diferenciación entre las mismas y
además de reflexionar acerca han tratado de entender el mundo dar paso, así, a las disciplinas científicas
de cómo nuestro conocer li- circundante, con una doble finali- y artísticas tal como las conocemos
mita y condiciona nuestro dad básica: sobrevivir y trascen- actualmente.
6
¿Y de dónde salió la matemática? humano, las matemáticas? He aquí su aparecen los números? Fundamental-
¿Qué elementos, qué “cosas” del entor- respuesta: mente, a partir de la percepción de la
no y del convivir diario pudieron agluti- cantidad, y del esfuerzo por medirla.
narse para constituir esta disciplina • Los patrones o regularidades
singular y universal, en la que hoy día presentes en los fenómenos. Aclaremos un poco los términos.
podemos descubrir campos particula- • Las dimensiones de los objetos y
res, tales como la aritmética, la geome- de sus representaciones. Las cosas, los fenómenos y sus pro-
tría, el álgebra, el análisis, la probabili- • La cantidad presente en las cosas, piedades, en que se halla presente la can-
dad y la estadística, y otras más sutiles? en los fenómenos y en sus propie- tidad, son muy diversos. Así, puede tra-
dades. tarse de poblaciones o colecciones de se-
Lynn A. Steen (1998) viene a respon- • La incertidumbre de algunos even- res y de objetos; de longitudes, áreas, vo-
der a la pregunta anterior justamente en tos. lúmenes, pesos y capacidades de diver-
términos referidos a la experiencia de • La forma de los objetos y de sus re- sos objetos; de distancias entre ellos; de
las personas ante la naturaleza y la pro- presentaciones. temperaturas, humedades y presiones
pia convivencia humana. ¿Cuáles son, • El cambio presente en los fenó- en el ambiente; de velocidades y acelera-
pues, las “cosas” que se aglutinaron menos y en las cosas. ciones de móviles; de intensidades de la
para conformar, con el paso del tiempo luz, del sonido y de los terremotos; de los
y con el esfuerzo perceptivo y reflexivo Y, en este panorama, ¿por dónde tiempos de duración de diferentes even-
7
tos; de amplitudes de ángulos; de latitudes física y verbalmente “uno, dos, y... mu-
y longitudes sobre la esfera terrestre; chos”; o como los que identifican di-
de adquisiciones y de pérdidas… No es versos puntos del cuerpo humano con
difícil, pues, toparse con cantidades y números, de tal forma que tocarse un
llegar a percibirlas. punto determinado del cuerpo significa
referirse al número que le va asociado.
¿Cómo abordar la presencia de la Pero no nos referimos a estos “siste-
cantidad? Una primera aproximación mas”, sino a aquellos más elaborados
consiste en intentar medirla. Medir la que han llegado a representaciones
cantidad de algo significa compararla escritas.
con un elemento de la misma especie
que se toma como unidad. Por ejemplo, En este sentido, sumerios, babilo-
si se trata de una población o colección nios, egipcios, griegos, romanos, chi-
de seres o de objetos, la medición de su nos, hindúes y árabes, aztecas, mayas
cantidad consistirá en un conteo, cuya e incas... por no citar sino algunos de
unidad de referencia es un individuo u los núcleos civilizatorios más conoci-
objeto de la población considerada. El dos, crearon sus propios sistemas de
resultado de la medición es –y aquí viene– numeración –verbales y escritos– de
el número de seres u objetos presentes. Al acuerdo con sus necesidades, sus pa-
llegar a ese número, ya hemos “leído” la trones culturales y sus sistemas de es-
cantidad… critura.
Los No podemos detenernos para 5, 10, 50, 100, 500, 1.000– y unas reglas
sistemas examinar estos sistemas en detalle. Pero bien precisas para combinar los sím-
de sí debemos empezar estableciendo una bolos, de tal forma que cada número po-
numeración diferenciación básica en dos grandes sible tenga su representación y que ésta
grupos: los sistemas de numeración sea única y exclusiva de tal número.
El siguiente paso es el de represen- posicionales y los no posicionales.
tar el número correspondiente a esa No vamos a recordar ahora el detalle
cantidad. Y aquí viene toda la diversi- Empecemos por estos últimos, los no de estas reglas, sino su carácter aditivo:
dad de sistemas de representación posicionales, trayendo a colación a uno Para expresar cualquier número, los
numérica o sistemas de numeración de sus representantes más conocidos: símbolos se escriben de izquierda a
que se han desarrollado en diferentes el sistema de numeración romano. Co- derecha, empezando por los de mayor
culturas a lo largo de la historia de la mo todos sabemos, maneja 7 símbolos valor; cada signo a la derecha agrega su
humanidad. Algunos muy rudimen- literales –I, V, X, L, C, D, M– con sus valor al acumulado hasta ese momento,
tarios, como los que sólo distinguen correspondientes valores numéricos –1, siguiendo las reglas establecidas.
8
También tiene carácter aditivo el Ya empiezan a aparecer los términos 3. m. Expresión de cantidad compues-
“sistema” de los gigantes de Gulliver. cifra, número... Es hora de aclarar su ta de dos o más cifras.
Como ya lo habrán resuelto, para el significado preciso... y de responder
número 21 deberían utilizar la así a la primera de las cuestiones pro- número: (Del lat. numerus)
expresión “plasplusplusplusplus”. puestas al inicio del Cuaderno. Y para 1. m. Mat. Expresión de una cantidad
ello acudiremos al Diccionario de la con relación a su unidad.
Real Academia Española: 2. m. Signo o conjunto de signos con
que se representa el número.
Pero lo que más nos interesa en este cifra: (Del lat. cifra, este del ár. hisp.
momento es observar las limitaciones shifr, y este del ár. clás. shifr, vacío) cantidad:
de este sistema a la hora de escribir 1. f. Número dígito. 6. f. Mat. Número que resulta de una
números “grandes” y de efectuar las 2. f. Signo con que se representa este medida u operación.
operaciones aritméticas corrientes. De número.
ahí que, por ejemplo, para efectuar la De todo lo anterior podemos concluir
multiplicación propuesta inicialmente, dígito: (Del lat. digitus, dedo) que cifra, dígito y guarismo (si excluimos
MCMLIV x DCXLVII, lo más sensato 1. m. Mat. número dígito la acepción 3 de este término) vienen a
es “traducirla” a nuestro sistema (1.954 ser sinónimos. En nuestro sistema deci-
x 647)... y usar la calculadora. Y ni si- número dígito: mal contamos con 10 cifras, desde el 0
quiera molestarnos en dar la respuesta m. Mat. El que puede expresarse con hasta el 9, ambos inclusive. Las expre-
en números romanos. un solo guarismo. En la numeración siones número y cantidad pueden consi-
decimal lo son los comprendidos des- derarse también sinónimas y, en su com-
Ahora bien, la limitación principal de de el cero al nueve, ambos inclusive. posición, pueden intervenir una o más
este y de los demás sistemas no posi- cifras. Así, el número (o cantidad)
cionales (por ejemplo, el egipcio y el guarismo: 156.704 está compuesto de 6 cifras (o
griego) aparece cuando se analizan las 2. m. Cada uno de los signos o cifras dígitos, o guarismos), mientras que el
propiedades y las ventajas de los siste- arábigas que expresan una cantidad. número 3 se compone de una sola cifra.
mas posicionales. ¿Cuál es la caracte-
rística definitoria de estos últimos? Que
cada cifra tiene diferente valor según la
posición que ocupa dentro del número.
9
Los sistemas
posicionales
de numeración
Volvamos a la caracteriza-
ción de los sistemas de valor posicional
y tratemos de recordar el significado de
que “cada cifra tiene diferente valor
según la posición que ocupa dentro del
número”. Para ello, y dando un pequeño
rodeo que nos ayude a entender un poco
Un sistema de base 5, constituido de grupos Un sistema de base 60: la medición del
mejor las cosas, vamos a destacar
de semillas. tiempo.
algunos rasgos comunes a todo sistema
posicional de numeración. grupo de cinco montoncitos contendrá vuelve a 0. Pero las bases más frecuentes
5 x 5 = 25 semillas; cada grupo de cinco han sido el 10 y el 20, probablemente
En primer lugar, todos se refieren a grupos como el anterior contendrá 5 x en razón del número de dedos (10, si sólo
una base específica de numeración. 25 = 125 semillas, y así sucesivamente” “se miran” los de las dos manos; o 20, si
Explicaremos esto con el siguiente (Tonda, Noreña, 1991, pp. 12 s.). “se miran” los de las manos y de los pies)
ejemplo: de los que disponemos los humanos...
A lo largo de la historia, han existido
“Podemos contar un conjunto de semi- diversas bases para los sistemas de nu- El segundo elemento de todo siste-
llas con los dedos de una sola mano de meración. Las culturas mesopotámi-cas, ma posicional de numeración lo consti-
la siguiente manera: cuando llegamos a ubicadas en el Irak actual, utilizaron un tuyen los símbolos utilizados para repre-
cinco semillas, formamos un montoncito sistema sexagesimal –de base 60–, del sentar los números. Inicialmente tales
separado con ellas, contamos otras cin- que nos queda todavía la costumbre de símbolos eran muy sencillos, muy al
co y hacemos lo mismo, y así sucesiva- medir el tiempo y la amplitud de los alcance de “la mano que cuenta”: pun-
mente. Después podemos formar ángulos: cada hora o cada grado se tos, rayitas horizontales o verticales,
grupos de cinco montoncitos y seguir divide en 60 minutos, y cada minuto en combinaciones de puntos y rayitas, pe-
así agrupando las semillas hasta que se 60 segundos; cuando, por ejemplo, el queños trazos curvados, muescas reali-
terminen. Decimos en este caso que conteo de los segundos llega a 60, se zadas con utensilios de uso corriente...
hemos elegido el cinco como base de acumula 1 minuto –la unidad de orden Sólo el desarrollo cultural impulsó poste-
nuestro sistema de numeración. Cada superior– y el contador de los segundos riormente la aparición de símbolos más
10
diferenciados, similares a las letras de tema (60, 20, 10, ó 5 como en el caso de convierte a su vez en una nueva unidad
los respectivos alfabetos. En definitiva, los montoncitos de semillas), cada vez de orden superior –de orden 3, en este
símbolos abstractos. que hacemos un grupo de n unidades, caso–. Y así sucesivamente, sin más
nos conseguimos un grupo de orden límites que los que impongan la lógica
Ahora bien, la cantidad de estos sím- superior, compuesto lógicamente por n o la necesidad.
bolos no puede ser mayor que el número unidades. Lo importante es advertir que
que indica la base. Así, en el sistema se- este grupo de n unidades se convierte
xagesimal babilónico se utilizaban 59 a su vez en una nueva unidad, una
símbolos, correspondientes a los núme- unidad de orden superior –de orden 1,
ros del 1 al 59. El sistema de numeración en este caso–.
maya cuenta con 20 símbolos (su base
es 20) y nuestro sistema decimal, con 10 Si ahora constituimos un grupo de n n1 n1 n1
(nuestros dígitos del 0 al 9). grupos o unidades de orden 1, conse-
guimos un nuevo grupo formado por n
¿Y por qué el sistema sexagesimal x n (es decir, n2) unidades originales.
babilónico –de base 60– no contaba con Este grupo se convierte a su vez en una n1 n1
60 símbolos, mientras que en los siste- unidad de orden superior –de orden 2,
mas maya y decimal sí coincide el nú- en este caso–. Prosiguiendo la marcha, n2
mero de símbolos con el de su base res- al constituir un grupo de n unidades de
pectiva? Por una razón determinante: orden 2, se construye un nuevo grupo n3
porque en el primero de los nombrados formado ahora por n x (n x n) (es decir,
••••••••••
no existía un símbolo para el cero como n3) unidades originales. Este grupo se
ausencia, mientras que tal símbolo sí
aparece en los dos últimos sistemas. ¡El
gran invento del cero –sobre el que vol-
veremos enseguida–, uno de los ma- Ya el(la) lector(a) avispado(a) habrá notado dencia indicada, ya que el exponente de n
yores logros culturales de la historia que hay una correspondencia entre el expo- –escrito así, sin más– es 1 (n1 = n).
humana! nente de n y el número de orden que se
asigna a cada tipo de unidad. Así, por ejemplo, Y entonces, ¿cuál es el orden –y el exponente
El tercer elemento de nuestros la nueva unidad que equivale a n3 unidades de n– que corresponde a la unidad original, al
sistemas posicionales de numeración originales se identifica como una unidad de mero número 1 como indicativo de la presen-
son las reglas que rigen el uso de los orden 3. Dentro de esta lógica, la unidad que cia de un solo elemento? Pues de acuerdo
símbolos para la constitución de los equivale a n unidades originales se identifica con la lógica propuesta, es el orden –y el
números. Y aquí nos encontramos con como una unidad de orden 1, identificación exponente– cero. Y esto es cierto, ya que n0
la regla fundamental: Si designamos con que se mantiene en la línea de la correspon- = 1. Vamos a repasar este último resultado,
n el número que indica la base del sis- ➔
11
➔
por si acaso se nos olvidó su explicación. Una unidad de orden 0 equivale a 1 unidad
“ 1 n unidades
Para calcular el cociente 85 / 82 (cociente de “ 2 n2 “
potencias de igual base, 8), procedemos por
desarrollar ambas potencias: (8 x 8 x 8 x 8 “ 3 n3
“
x 8) / (8 x 8); la simplificación correspon- etc.
diente nos lleva al resultado final de 83. Es
decir, 85 / 82 = 83. La observación nos permite El último aspecto que hay que tomar en dades de orden 2 (centenas)”. Y así para
descubrir una regla muy sencilla de ope- cuenta es la forma convencional de “es- cualquier otro número. Como se ve, las
ración: 85 / 82 = 85-2 = 83: El cociente de dos cribir”, es decir, de integrar esos símbolos unidades de diferentes órdenes tienen aquí
potencias de igual base es igual a una nueva para constituir el número en cuestión. En su propio nombre distintivo.
potencia de la misma base y cuyo exponente nuestro sistema decimal colocamos los
es la diferencia de los dos exponentes ini- dígitos de derecha a izquierda siguiendo el El sistema de numeración babilónico funcio-
ciales. Podemos corroborar esta regularidad ordenamiento ascendente de los órdenes naba de un modo análogo, con posiciona-
–esta regla– con otros ejemplos. de las unidades. En otras palabras, por mientos de derecha a izquierda. En el sistema
ejemplo en el número 742, la cifra 2 se re- de numeración maya, en cambio, el orden
Si llevamos esto al caso de dos potencias fiere a “dos unidades de orden 0 (uni- de escritura de los símbolos es de abajo
de igual base e igual exponente, por ejemplo, dades)”; la cifra 4, a “cuatro unidades de hacia arriba siguiendo el ordenamiento
82 / 82 y aplicamos la regla anterior, llega- orden 1 (decenas)”; la cifra 7, a “siete uni- ascendente de los órdenes de las unidades.
ríamos a la expresión 82 / 82 = 82-2 = 80.
Pero, por otro lado, sabemos que el cociente
de una cantidad (diferente de 0) entre sí mas prácticos que se presentan a la hora
misma es siempre igual a 1: 82 / 82 = 1. Consi- de manejar cualquier sistema posicional
derando las dos vías de llegada, podemos de numeración:
concluir, pues, que 80 = 1. Este resultado
puede generalizarse para cualquier valor de • ¿Cómo se “descubre” la cantidad
la base de la potencia, excepto para el 0. Leer y escribir que está escrita en un determinado sis-
en un sistema tema?
Llegamos así al establecimiento de una co- posicional de • ¿Cómo se escribe, en un determi-
rrespondencia básica entre el número de numeración nado sistema, una cantidad dada?
orden de las sucesivas unidades ascenden-
tes y la cantidad equivalente de unidades Ahora podemos es- Vamos con la primera de las pregun-
originales: tar en capacidad de re- tas. Supongamos que en una tablilla ba-
solver los dos proble- bilónica de barro cocido (ese era el “pa-
12
pel” que usaban...) aparecen, de izquier-
da a derecha 3 símbolos: el del número
3, el del número 11, y el del número 31
(recordemos que disponían de 59 símbo-
los numéricos). La secuencia de símbolos
desde la izquierda significa que tenemos
(trabajamos en la base 60):
Los babilonios anotaban sus cuentas en tablillas de arcilla... Por lo menos podían borrarlas
con facilidad antes de cocerlas.
17
Y ahora, un breve “descanso”. Considere el año de su na-
cimiento y trate de escri-
¿Cómo se siente después del “estu-
birlo en los sistemas de
dio” de lo que antecede? Si algo no le
base 5, 2 y 8, respectivamente.
quedó claro, ¿sabe cómo salir de dudas?
¿Qué cambios ha experimentado en sus 4. Observe los siguientes números, escritos El cartel
conocimientos, actitudes y emociones? en base 2, 5 y 10, respectivamente: de posición
¿Puede compartirlos con sus colegas? 1111112 4445 99.999
¿En qué número se convierte cada uno de B i e n . Tr a b a j e m o s
Entre los sistemas posicionales no de-
ellos si se le añade 1 unidad? Es decir, ¿cuál ahora en algunas cues-
cimales destaca el sistema binario (de
es el número siguiente a cada uno de ellos? tiones propias del sistema decimal de
base 2), utilizado como “lenguaje” en las
computadoras. Sólo maneja dos cifras, 5. Ahora observemos los números: numeración. Ya hemos visto su fun-
0 y 1. Por lo que hemos visto, en 1000002 1.000 100008 cionamiento básico: Una unidad de
contraste con esa economía de cifras, 1000005 cualquier orden equivale a 10 unidades
cualquier número escrito en esta base ¿En qué número se convierte cada uno del orden inmediatamente inferior, que
va a resultar muy “laaargo”. Pero su de ellos si se le resta 1 unidad? Es decir, se ubican a la derecha. O, lo que es lo
ventaja está en que sus dos alternativas, ¿cuál es el número anterior a cada uno mismo, con 10 unidades de cualquier
0 y 1, se acomodan a la situación binaria de ellos? orden se constituye una unidad del
de “circuito cerrado” o “circuito orden inmediatamente superior, que se
abierto” al paso de la corriente eléctrica ¿Qué conclusiones puede inferir de los dos ubica a la izquierda.
con la que funciona el computador. ejercicios anteriores? (Expréselo con sus
propias palabras)
1. Trate de pasar a nuestro sistema decimal
el número binario 1001010012 (Las 6. Si el número 2310425 se lleva a la
diversas unidades de orden ascienden de base decimal, ¿se convertirá en el doble,
derecha a izquierda, de un modo similar al es decir, en el número 462.084, por
sistema decimal de numeración). (*) aquello de que 10 es el doble de 5? ¿O
se convertirá en su mitad: 115.521?
2. Trate ahora de escribir en el sistema ¿Puede sacar alguna conclusión de estos
binario el número 1.496. Recuerde que resultados, acerca de cómo “no funcio-
debe empezar por tener a la vista las nan” los números al pasar de una base
sucesivas potencias de 2. a otra?
3. Como usted es muy observador(a), podrá
contestar ya a estas preguntas: ¿en qué dígito (*) Las respuestas a los ejercicios
termina un número par, escrito en el sistema precedidos con un número se encuen-
binario? ¿Y si el número es impar? ¿Por qué? tran al final del cuaderno.
18
Orden de la
Nombre unidad entera Equivale a
(exponente de 10)
Unidad 0 1 unidad
Decena 1 10 unidades
Centena 2 100 unidades
Unidad de mil 3 1.000 unidades
Decena de mil 4 10.000 unidades
Centena de mil 5 100.000 unidades
Millón 6 1.000.000 unidades
Etc.
Nos interesa destacar que cada uni- Hasta ahora hemos tratado con 1/10 o 0,1. Con 10 de estas unidades,
dad de los diversos órdenes tiene su números enteros positivos. Pero también llama-das décimas, podemos formar el
nombre propio, como lo apreciamos en existen los números con decimales. En número 1, de orden inmediatamente
la tabla justo encima de este párrafo. la vida diaria utilizamos los decimales superior y ubicada a la izquierda. En
para expresar los céntimos de las canti- efecto, 10 x 0,1 = 1. Se siguen conser-
dades monetarias, los milímetros en las vando, pues, los principios que regulan
mediciones de longitud, las décimas de el sistema.
los grados de temperatura, etc. (¿Puede
agregar otros casos?). A su vez, cada décima puede di-
vidirse en 10 partes iguales, cuyo valor
¿Qué significa un decimal? Lo po- unitario es (1/10)/10 = 1/100 = 0,01 y
demos entender justamente en térmi- que denominamos centésimas. La
nos del sistema decimal de nume- centésima es una unidad decimal de
ración, ya que para su constitución orden 2, ya que 2 es el exponente al que
rigen los mismos principios que para debe elevarse 0,1 para obtener 0,01; en
las unidades enteras. Efectivamente, si efecto, (0,1) 2 = 0,01. Y así suce-
tomamos una unidad, es decir, 1, pode- sivamente para las siguientes unidades
mos dividirla en 10 partes iguales. Ca- decimales, que presentamos en una
da una de éstas podrá expresarse como tabla similar a la anterior:
19
Orden de la
Nombre unidad decimal Equivale a
(exponente de 0,1)
6 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 6
Millón Centena Decena Unidad Centena Decena Unidad Décima Centésima Milésima Diez- Cien- Millo-
de mil de mil de mil milésima milésima nésima
6 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 6
Millón Centena Decena Unidad Centena Decena Unidad Décima Centésima Milésima Diez- Cien- Millo-
de mil de mil de mil milésima milésima nésima
5 6 0 1 5
3 2, 2 2
0, 9 0 4
2 3 0 0 4 7, 0 0 1 0 8
21
Como puede observarse, utilizamos El cartel de posición se convierte
la coma para separar la parte entera de también en una herramienta auxiliar
la parte decimal, cuando esta última para percibir las relaciones existentes
existe. Nótese también cómo, en el úl- entre las unidades de los diversos ór-
timo ejemplo, debemos “llenar” con ceros denes –y ésta es una cuestión de suma
las unidades para las que no se menciona importancia–. Así, cada unidad de la
cifra alguna: unidades de mil, centenas, primera columna de la izquierda equi-
décimas y centésimas. Así, ese número vale a (complete usted la tabla):
está compuesto por 2 centenas de mil, 3
Unidades Cente- Dece- Unida- Déci- Centé- Milé-
decenas de mil, 0 unidades de mil, etc.,
de mil nas nas des mas simas simas
hasta llegar a 1 milésima, 0 diezmi-
lésimas y 8 cienmilésimas. Unidad
de mil 1 10 100 100.000
También podemos utilizar el cartel
de posición para la actividad opuesta, Centena 0,1 10 1.000 100.000
es decir, escribir un número en sus Decena 0,1 100 1.000
cifras y proceder a leerlo correctamente.
Unidad 0,001 0,1 100 1.000
7. Utilice el cartel de posición para Décima 0,001 0,1 10
determinar qué cifra ocupa la posición
Centésima 0,001 0,01 0,1 10
de las:
Centenas, en el número Cuatro mil Milésima 0,000001 0,0001 0,001 0,1
cuarenta y seis
Décimas, en el número Dieciséis uni- Como puede observarse, los encabe- mal es una de las competencias clave
dades con ciento tres milésimas zados de filas y columnas no están com- que debemos adquirir –y construir des-
Decenas de mil, en el número Un pletos, pero pueden extenderse a las pués, poco a poco, con nuestros alumnos.
millón treinta y siete mil doce unidades que faltan, con la misma lógica.
Milésimas, en el número Dos mil Lo importante es advertir que ésta no es 9. ¿A cuántas milésimas equivalen 34
unidades con trece diezmilésimas una tabla para aprenderla de memoria, millones?
sino para construirla cada vez que se ne- ¿Cuántas cienmilésimas hay en 12
8. Dados los siguientes números, indique cesite. Y para ello podemos mirar –o vi- unidades?
para cada uno de ellos el(los) valor(es) de sualizar internamente– el cartel de posi- ¿A cuántas décimas equivalen 7 cen-
posición –es decir, el(los) orden(es) de uni- ción. Y tomarnos todo el tiempo que ne- tenas de mil?
dades– que corresponde(n) a la cifra 3: cesitemos, porque el dominio de las ¿Cuántas centenas hay en 3 milésimas?
3.015,01 740, 305 1.031,93 relaciones existentes entre las unidades ¿A cuántos millones equivalen 5
1.386.003,1 0,3003 de los diversos órdenes del sistema deci- decenas?
22
¿A cuántas decenas de mil equivalen Veamos esto con calma. El número de los presupuestos nacionales anuales,
16 unidades? 23.000 (si no decimos más, se sobre- referidos a millones, a millardos, o a bi-
¿Cuántas milmillonésimas hay en 1,5 entiende que son unidades) también llones, según el valor de cada moneda
unidades? puede “leerse” como “23 unidades de nacional. O con el conteo de glóbulos
¿A cuántas centenas de mil equivalen mil”, “230 centenas”, “2.300 decenas”, rojos en la sangre: 14,3 millones de
236 décimas? “230.000 décimas”, “2.300.000 cen- unidades, por ejemplo (¿Puede encon-
¿Puede agregar usted otros ocho tésimas”, etc. O, dicho de otro modo, en trar otros casos?).
ejercicios similares a los anteriores, y el número 23.000 hay “23 unidades de
resolverlos? mil”, “230 centenas”, etc. Esta “democracia” vigente al interior
del sistema decimal tiene sus reper-
Algo que nos puede estar llamando cusiones. Por un lado, la diversidad en
la atención es el hecho de que cada una Conviene fijarse en esta última observación. la lectura de cualquier número. Tome-
de las unidades de los diversos órdenes Por ejemplo, en el número 2.703 hay 27 mos, por ejemplo, el número 127.401,02
tiene “personalidad” propia, y no sola- centenas, y no 7. Porque 7 es la cifra que (escrito en unidades) y veamos algunas
mente las unidades. En el país de los ocupa el lugar de las centenas, pero el nú- maneras de leerlo:
números, las centenas, décimas, dece- mero de éstas es 27. De un modo análogo
nas de mil, etc., tienen carta de ciuda- –y respondiendo a dos preguntas for-
danía similar a la de las unidades. Y muladas al comienzo del Cuaderno–, en el • 1 centena de mil, 2 decenas de mil, 7 uni-
pueden exigir que cualquier número se número 9.416 hay 941 decenas. Y en el dades de mil, 4 centenas, 1 unidad, 2 cen
“lea” en sus propias unidades y que, por número 2.013 hay 201.300 centésimas. tésimas (la forma más usual, ¿no?)
consiguiente, se use la coma a la altura • 127 unidades de mil, 40 decenas, 1 uni-
de esas unidades. dad, 2 centésimas
Pero hay todavía más: el número • 12 decenas de mil, 74 centenas, 10 déci-
23.000 también puede leerse –OJO– “2,3 mas, 2 centésimas
decenas de mil”, “0,23 centenas de mil”, • 127,40102 unidades de mil
“0,023 millones”, etc. • 1.274 centenas, 102 centésimas
• 12.740.102 centésimas
Esto último no nos debe extrañar, ya • 12.740,102 decenas
que este uso de la coma es habitual. Así, • 1 centena de mil, 274 centenas, 102 cen-
por ejemplo, en muchos reportes demo- tésimas
gráficos o económicos, el dato de la can- Y otras muchas maneras más, que usted
tidad de población suele venir dado en puede agregar.
millones de habitantes: 22,7 (aproxima-
damente, 22 millones setecientos mil);
0,4 (aproximadamente, cuatrocientos Considere otro número cualquiera e
mil). Lo mismo sucede con los montos indique varias formas de leerlo.
23
10. Alberto lee el número “62 decenas 16. Escriba el número 196 en milésimas.
de mil, 4 centenas, 530 décimas y 4 Además, ¿cuántas centésimas hay en
Antes de meternos en un nuevo ejercicio,
centésimas”. Rosa, por su parte, lee el este número? ¿Y decenas?
dejemos en claro que, ante un número dado,
número “620 unidades de mil, 45 dece-
podemos hacernos tres preguntas diferen-
nas, 3 unidades y 4 centésimas” ¿Están 17. Los números A y B tienen ambos
tes, con tres respuestas diferentes. Por ejem-
leyendo el mismo número? ¿Por qué? parte entera y parte decimal. A se es-
plo, del número 40.187,25 podemos indagar:
cribe con cinco dígitos y B, con siete.
11. El monto de la recolección de la rifa 1. ¿Qué cifra ocupa el lugar de las decenas? Con esta información, ¿puede deci-
anual alcanza a 7 billetes de 10.000, 8 de Resp.: el 8 dirse cuál de los dos es mayor? ¿Por
1.000, 3 de 100, 9 de 10 y 6 monedas de 2. ¿Cuántas decenas (enteras) tiene el nú- qué? Si su respuesta es negativa, ¿qué
1. Pero en el salón de al lado cuentan con mero? Resp.: 4.018 información agregaría usted para po-
78 billetes de 1.000 y 40 de 10. ¿Cuál de 3. ¿Cómo se escribe el número en dece- der responder sin equívocos a la pre-
los dos montos es menor? nas? Resp.: 4.018,725 gunta de cuál es el mayor? (Observe
que puede haber más de una respues-
12. El número 3.005.709, 001 equivale ta a esta última pregunta… Ensaye
Trabajemos ahora con algunos ejer-
a (complete cada una de las seis expre- varias).
cicios de recapitulación.
siones):
• 30.057,09001 13. Escriba los siguientes cinco núme- 18. ¿Cuántas décimas hay en 732.654
• centésimas ros: a) en unidades; b) en décimas; c) diezmilésimas?
• decenas de mil en milésimas ¿Cómo se escribiría el número anterior
• 30.057.090,01 • 56 decenas de mil, 48 decenas, 17 en décimas?
• 300 , 57 , décimas ¿Cuántas centenas hay en ese mismo
décimas, • 213 centésimas, 4 diezmilésimas número?
milésimas • 6 centenas, 12 unidades, 30 milésimas ¿Cómo se escribiría el número en cen-
• centenas de mil, 5 • 18 centésimas, 32 centenas, 4 unidades tenas?
, decenas, (no importa el desorden…)
900 , • 2 unidades de mil, 34 diezmilésimas, 19. ¿Cuántas cifras se necesitan para
milésimas 3 decenas, 215 centésimas escribir un número entero cuya uni-
dad de orden superior sea: a) decenas
14. ¿Cuál de estos dos números tiene más de mil; b) centenas; c) unidades de
décimas: 2,6 o 3,1? mil?
15. Escriba, al menos, cuatro maneras
distintas de poder percibir un pago de 20. Diga el nombre de la unidad de
42.630 pesos, variando la clase y el orden inferior de un número cuya parte
número de billetes (de 1, 10, 100, etc.) decimal tiene: a) 3 cifras; b) 5 cifras; c)
que puede recibir. 2 cifras
24
El orden
de los
números
Otro aspecto
que resulta inte-
resante resaltar
es que el sistema
decimal de numeración nos permite
comparar magnitudes de objetos de la
misma naturaleza por la vía de comparar
los números asignados a cada magni-
tud. Tarea que se facilita por la trans-
parencia del propio sistema. Trabajemos
un poco en actividades de comparar y
21. Si escribo un número con 9 cifras y ordenar números.
4 de ellas son decimales, ¿qué orden de
unidades ocupa la primera cifra de la Tratemos de revisar uno de los ejercicios 25. ¿Qué número es mayor : 14
izquierda? ¿Y la primera de la derecha? propuestos al comienzo: decenas o 1.395 centésimas? ¿63,4
“Una niña acaba de escribir los números centenas o 634 unidades?
22. En el número 1.024: ¿Qué cifra ocupa del 1 al 100. ¿Cuántas veces ha utilizado la
el lugar de las decenas de mil? ¿Cuántas cifra 1 en esa tarea?” Este pequeño pro- 26. Ordene de menor a mayor los
decenas de mil tiene el número? ¿Cómo blema puede resolverse simplemente repa- números a), b), c) y d):
se escribe ese número en decenas de mil? sando los números de uno en uno y ano- a) 72 centenas, 94 unidades, 105 milé-
tando los 1 presentes. También puede con- simas
23. En el número 43,27: ¿Qué cifra tarse por posiciones: b) 7 unidades de mil, 3 centenas, 3 déci-
ocupa el lugar de las milésimas? ¿Cuán- mas
tas milésimas hay en el número? ¿Có- • En la posición de las unidades, 10 veces c) 729 decenas, 40 décimas, 26 milési-
mo se escribe ese número en milésimas? (1, 11, 21, …, 91) mas
• En la posición de las decenas, 10 veces d) 7 unidades de mil, 294 unidades, 16
24. Construya el mayor número entero (10, 11, 12, …, 19) milésimas
posible de 8 cifras con los dígitos 1, 1, 2, • En la posición de las centenas, 1 vez (100)
2, 3, 3, 4, 4, de tal manera que los “unos” 27. Utilice una sola vez los dígitos 0,
estén separados por dos cifras; los “dos”, Recuerden que nos interesa la diversidad 3, 4, 5, 6 y 9 y construya el mayor nú-
por tres cifras; los “tres”, por una cifra; y en la forma de hacer las cosas… mero posible (con su parte entera y
los “cuatros”, por cuatro cifras. decimal) menor que 6.000. Análoga-
25
mente, el menor número posible
mayor que 5.500
Veamos la respuesta de uno de los ejercicios aumentando el número de ceros a la derecha
28. De estos tres números: 9.000, planteados al comienzo del Cuaderno: del 9 y antes del 1. Como puede observarse,
9.500,10.000, ¿cuál es el más próximo “¿Cuál es el número siguiente de 2.099? ¿Y este proceso no tiene fin: Nunca podremos
a 9.247? el siguiente de 2,099?” encontrar el número siguiente a 2,099, ya
que tal número no existe. Y esto sucede
29. ¿Cuál es el número anterior a Está claro que el siguiente de 2.099 es 2.100, con todos los números decimales.
10.200? ¿Y el siguiente de 7.909? puesto que se trata de la secuencia de los
números naturales y, en ella, el que sigue a Podemos calcular –contándolos– cuántos
30. Estás participando en una carrera y 2.099 es 2.100. Ahora bien, este principio números naturales hay entre dos números
adelantas al segundo. ¿En qué posición no funciona con los números decimales. Qui- dados. Pero esto no podemos hacerlo con
quedas? zás alguien haya pensado que, por analogía, los números decimales (reales). De hecho,
el siguiente de 2,099 es 2,100. Pero no es así. entre dos números reales, por muy “pró-
En las 25 casillas del tablero adjunto, Porque podríamos pensar en el número ximos” que se vean, hay infinitos números
coloque los números del 1 al 25 de 2,0991, que está más próximo a 2,099 que reales. Por ejemplo, entre 2,099 y 2,100 hay
forma que los números vayan seguidos 2,100. Pero igualmente podríamos pensar infinitos números reales que no se pueden
en casillas consecutivas horizontales en el número 2,099001, y así sucesivamente, ordenar para ser contados.
o verticales (nunca diagonales) y sigan
un camino que nunca atraviese nin-
guna de las paredes marcadas.
15 16 22
25
26
Coloque en las 8 casillas en blanco del
tablero adjunto los números del 1 al
8, de tal forma que ningún dígito ten- • He aquí un extracto de diálogo entre • La asignación de los códigos del Discado
ga, ni arriba ni abajo, ni a la derecha ni Mic- key Rooney (un viejo actor) y Bart Directo Internacional (DDI) debe seguir
a la izquierda, su número anterior o Simpson, tomado de un episodio de la serie cierta lógica para poder cubrir todos los
posterior. televisiva de Los Simpsons: países del mundo. Veamos. El código 1
corresponde a EE.UU. y a Canadá, países
M.R.: Has de saber, Bart, que yo fui el actor
ubicados en Norteamérica. México, también
más taquillero durante los años 1939 y 1940.
ubicado en Norteamérica, posee el código
B.S.: ¡Qué bueno! O sea, que fuiste el actor
52…, Belice el 501, Guatemala el 502…,
más taquillero durante dos décadas…
Perú el 51…
• Aquel manager de béisbol era muy ori-
ginal. El pasado fin de semana les propuso a Trate de hacer el listado de los países
los miembros de su equipo jugar primero latinoamericanos ordenándolos por su có-
el 4º inning (la 4ª entrada), luego el 2º, a digo de DDI. Y luego, trate de descubrir
continuación el 7º, y así siguiendo hasta qué criterios han podido aplicarse en este
completar los nueve… campo…
¡Ánimo! “Este manager está como una cabra. ¿Por qué en lugar de calar-
Y para terminar, una sonrisa, una nos todos estos innings no llegamos a algún tipo de arreglo?
locura y una reflexión…
27
diezmilésimas. 22. 0 / 0 decenas de
mil / 0,1024 decenas de mil. 23. 0 /
Respuestas de los 43.270 milésimas / 43.270 milésimas.
ejercicios propuestos 24. 43.231.421. 25. 14 decenas / 63,4
centenas. 26. d) < c) < a) < b)
1. 297 2. 101110110002 3. Un número 27. 5.964,30 / 5.603,49. 28. 9.000.
par, escrito en base 2, termina en 0. 29. 10.199 / 7.910. 30. De segundo.
Un número impar, en 1. 4. 10000002 /
10005 / 100.000 5. 111112 / 999 /
77778 / 444445 6. La relación que existe
A modo de “hasta luego” entre las bases (el doble, el triple, la
mitad...) no se aplica a los números al
Bien. Dejemos de momento las cosas pasar de una base a otra. 7. 0 / 1 / 3 /
hasta aquí. Pero esto no significa una 1
despedida del sistema de numeración 8. Unidades de mil / décimas / dece-
decimal, puesto que volveremos a nas y centésimas / centenas de mil y
encontrarlo –y a valorarlo, y a utilizarlo– unidades / décimas y diezmilésimas.
en los sucesivos Cuadernos. Justamente, 9. 34.000.000.000 / 1.200.000 /
ahí será cuando terminaremos de 7.000.000 / 0,00003 / 0,00005 / 0,0016
apreciar su importancia y necesidad. / 1.500.000.000 / 0,000236 10. Sí. Es el
número 620.453,04 11. El de mi salón:
Referencias 78.396 < 78.400 12. Centenas /
bibliográficas 300.570.900,1 / 300,5709001 / décimas
/ decenas de mil, centenas, 90, 1 / 30,
unidades de mil, 70, centésimas, 1.
13. a) 560.481,7 / 2,1304 / 612,030 /
- D’Ambrósio, U. (1992). Etnocien- 3.204,18 / 2.032,1534 etc. 14. 3,1:
cias. Enseñanza de la Matemática, vol. posee 31 décimas, frente a 26 de 2,6.
1, Nº 3, 6-14. 15. 426 billetes de 100 y 3 billetes de 10,
- Steen, L. A. (Ed.) (1998). La etc. 16. 196.000 milésimas / 19.600
enseñanza agradable de las Matemá- centésimas / 19 decenas (enteras).
ticas. México: Limusa. 17. No se puede. 18. 732 décimas /
- Tonda, J., Noreña, F. (1991). Los 732,654 décimas / 0 centenas / 0,
señores del cero. El conocimiento ma- 732654 centenas. 19. 5 / 3 / 4.
temático en Mesoamérica. México: 20. Milésimas / cienmilésimas /
Pangea. centésimas. 21. Decenas de mil /
28
Índice
A modo de introducción 5
Capítulo I
¿Por qué los números? 7
Capítulo II
Los sistemas de numeración 8
Capítulo III
Los sistemas posicionales de numeración 10
Capítulo IV
Leer y escribir en un sistema posicional de numeración 12
Capítulo V
El cartel de posición 18
Capítulo VI
La utilidad del cartel de posición 21
Capítulo VII
El orden de los números 25
Capítulo VIII
A modo de “hasta luego” 28
29
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de abril de 2005.
30
Teorías de Piaget
INTRODUCCIÓN
Por medio de la realización de este trabajo se pretende llegar a conocer un poco más acerca de
diversas teorías de Jean Piaget, las cuales nos permitirán descubrir aspectos de gran
importancia en relación con el desarrollo del pensamiento lógico matemático en los niños en
edad preescolar.
Se hará una breve referencia bibliográfica acerca de Piaget, para de este modo llegar a conocer
un poco acerca de la historia de este destacado psicólogo. En relación a sus teorías se tratarán
diversos conceptos, tales como esquema, estructura, organización, adaptación, asimilación,
acomodación y equilibrio. De igual manera se hará referencia a la teoría cognitiva de este autor,
destacando en este sentido la división del desarrollo cognitivo, los tipos de conocimientos y
como se logra este tipo de desarrollo.
CONTENIDO
BIOGRAFÍA:
Jean Piaget nació el 9 de agosto de 1896 en Neuchatel y murió el 16 de septiembre de 1980 en
Ginebra. Es el hijo mayor de Arthur Piaget, profesor deliteratura medieval y de Rebecca
Jackson.
Cuando egresa de la escuela secundaria se inscribe en la Facultad de Ciencias de
la Universidad de Neuchatel en donde obtiene un doctorado en Ciencias Naturales. Durante
este período publica dos libros cuyo contenido es filosófico y que, aunque el autor los describirá
más tarde como escritos de adolescencia, serán determinantes en la evolución de su
pensamiento.
Después de haber pasado un semestre en Zurich, donde se inicia al psicoanálisis, va a trabajar
durante un año en París, en el laboratorio de Alfred Binet. Allí estudia problemas relacionados
con el desarrollo de la inteligencia.
Piaget ejerció sucesivamente los cargos de profesor de Psicología, Sociología, Filosofía de las
ciencias en la Universidad de Neuchatel (1925 a 1929), de profesor de historia del pensamiento
científico en la Universidad de Ginebra de 1929 a 1939, de director de la Oficina Internacional
de Educación de 1929 a 1967, de profesor de Psicología y de Sociología en la Universidad de
Lausanne de 1938 a 1951, de profesor de Sociología en la Universidad de Ginebra de 1939 a
1952 y luego de Psicología experimental de 1940 a 1971. Fue el único profesor suizo que se
invitó para enseñar en la Sorbonne, de 1952 a 1963.
En 1955 Piaget creó el Centro Internacional de Epistemología Genética que dirigió hasta
su muerte.
Sus trabajos de Psicología genética y de Epistemología buscaban una respuesta a la pregunta
fundamental de la construcción del conocimiento. Las distintas investigaciones llevadas a cabo
en el dominio del pensamiento infantil, le permitieron poner en evidencia que la lógica del niño
no solamente se construye progresivamente, siguiendo sus propias leyes sino que además se
desarrolla a lo largo de la vida pasando por distintas etapas antes de alcanzar el nivel adulto.
La contribución esencial de Piaget al conocimiento fue de haber demostrado que el niño tiene
maneras de pensar específicas que lo diferencian del adulto. Jean Piaget obtuvo más de treinta
doctorados honoris causa de distintas Universidades del mundo y numerosos premios.
DEFINICIÓN DE CONCEPTOS BÁSICOS DE LAS TEORÍAS DE PIAGET:
ESQUEMA (El concepto de Esquema): Representa lo que puede repetirse y
generalizarse en una acción; es decir, el esquema es aquello que poseen en común
las acciones, por ejemplo "empujar" a un objeto con una barra o con cualquier otro
instrumento. Un esquema es una actividad operacional que se repite (al principio de
manera refleja) y se universaliza de tal modo que otros estímulos previos no significativos se
vuelven capaces de suscitarla. Un esquema es una imagen simplificada (por ejemplo, el
mapa de una ciudad).
La teoría de Piaget trata en primer lugar los esquemas. Al principio los esquemas son
comportamientos reflejos, pero posteriormente incluyen movimientos voluntarios, hasta
que tiempo después llegan a convertirse principalmente en operaciones mentales. Con el
desarrollo surgen nuevos esquemas y los ya existentes se reorganizan de diversos modos. Esos
cambios ocurren en una secuencia determinada y progresan de acuerdo con una serie de
etapas.
ESTRUCTURA: Son el conjunto de respuestas que tienen lugar luego de que el sujeto de
conocimiento ha adquirido ciertos elementos del exterior. Así pues, el punto central de lo
que podríamos llamar la teoría de la fabricación de la inteligencia es que ésta se "construye"
en la cabeza del sujeto, mediante una actividad de las estructuras que se alimentan de los
esquemas de acción, o sea, de regulaciones y coordinaciones de las actividades del niño. La
estructura no es más que una integración equilibrada de esquemas. Así, para que el niño
pase de un estado a otro de mayor nivel en el desarrollo, tiene que emplear los esquemas
que ya posee, pero en el plano de las estructuras.
ORGANIZACIÓN: Es un atributo que posee la inteligencia, y está formada por las etapas de
conocimientos que conducen a conductas diferentes en situaciones específicas. Para Piaget
un objeto no puede ser jamás percibido ni aprendido en sí mismo sino a través de
las organizaciones de las acciones del sujeto en cuestión.
La función de la organización permite al sujeto conservar en sistemas coherentes los flujos
de interacción con el medio.
De manera global se puede decir que la asimilación es el hecho de que el organismo adopte las
sustancias tomadas del medio ambiente a sus propias estructuras. Incorporación de
los datos de la experiencia en las estructuras innatas del sujeto.
ACOMODACIÓN: La acomodación implica una modificación de la organización actual en
respuesta a las demandas del medio. Es el proceso mediante el cual el sujeto se ajusta a las
condiciones externas. La acomodación no sólo aparece como necesidad de someterse al
medio, sino se hace necesaria también para poder coordinar los diversos esquemas de
asimilación.
El proceso de equilibración
Aunque asimilación y acomodación son funciones invariantes en el sentido de estar presentes a
lo largo de todo el proceso evolutivo, la relación entre ellas es cambiante de modo que la
evolución intelectual es la evolución de esta relación asimilación / acomodación.
Para PIAGET el proceso de equilibración entre asimilación y acomodación se establece en tres
niveles sucesivamente más complejos:
1. El equilibrio se establece entre los esquemas del sujeto y los acontecimientos externos.
2. El equilibrio se establece entre los propios esquemas del sujeto.
3. El equilibrio se traduce en una integración jerárquica de esquemas diferenciados.
TEORÍA COGNITIVA:
Las etapas del desarrollo cognitivo
División del Desarrollo Cognitivo:
La teoría de PIAGET descubre los estadios de desarrollo cognitivo desde la infancia a la
adolescencia: cómo las estructuras psicológicas se desarrollan a partir de los reflejos innatos, se
organizan durante la infancia en esquemas de conducta, se internalizan durante el segundo año
de vida como modelos de pensamiento, y se desarrollan durante la infancia y la adolescencia en
complejas estructuras intelectuales que caracterizan la vida adulta. PIAGET divide el desarrollo
cognitivo en cuatro periodos importantes:
18-24
meses
Etapa Preoperacional
Es la etapa del pensamiento y la del lenguaje que gradua a. Estadio preconceptual. 2-4
su capacidad de pensar simbólicamente, imita objetos b. Estadio intuitivo. años
de
4-7 años
conducta, juegos simbólicos, dibujos,imágenes mentales
y el desarrollo del lenguaje hablado.
Tipos de Conocimientos:
Piaget distingue tres tipos de conocimiento que el sujeto puede poseer, éstos son los siguientes:
físico, lógico-matemático y social.
El conocimiento físico es el que pertenece a los objetos del mundo natural; se refiere
básicamente al que está incorporado por abstracción empírica, en los objetos. La fuente de este
razonamiento está en los objetos (por ejemplo la dureza de un cuerpo, el peso, la rugosidad,
el sonido que produce, el sabor, la longitud, etcétera). Este conocimiento es el que adquiere el
niño a través de la manipulación de los objetos que le rodean y que forman parte de su
interacción con el medio. Ejemplo de ello, es cuando el niño manipula los objetos que se
encuentran en el aula y los diferencia por textura, color, peso, etc.
Es la abstracción que el niño hace de las características de los objetos en la realidad externa a
través del proceso de observación: color, forma, tamaño, peso y la única forma que tiene el niño
para descubrir esas propiedades es actuando sobre ellos físico y mentalmente.
El conocimiento físico es el tipo de conocimiento referido a los objetos, las personas, el
ambiente que rodea al niño, tiene su origen en lo externo. En otras palabras, la fuente del
conocimiento físico son los objetos del mundo externo, ejemplo: una pelota, el carro, el tren, el
tetero, etc.
El conocimiento lógico-matemático es el que no existe por si mismo en la realidad (en los
objetos). La fuente de este razonamiento está en el sujeto y éste la construye por abstracción
reflexiva. De hecho se deriva de la coordinación de las acciones que realiza el sujeto con los
objetos. El ejemplo más típico es el número, si nosotros vemos tres objetos frente a nosotros en
ningún lado vemos el "tres", éste es más bien producto de una abstracción de las
coordinaciones de acciones que el sujeto ha realizado, cuando se ha enfrentado a situaciones
donde se encuentren tres objetos. El conocimiento lógico-matemático es el que construye el
niño al relacionar las experiencias obtenidas en la manipulación de los objetos. Por ejemplo, el
niño diferencia entre un objeto de textura áspera con uno de textura lisa y establece que son
diferentes. El conocimiento lógico-matemático "surge de una abstracción reflexiva", ya que este
conocimiento no es observable y es el niño quien lo construye en su mente a través de las
relaciones con los objetos, desarrollándose siempre de lo más simple a lo más complejo,
teniendo como particularidad que el conocimiento adquirido una vez procesado no se olvida, ya
que la experiencia no proviene de los objetos sino de su acción sobre los mismos. De allí que
este conocimiento posea características propias que lo diferencian de otros conocimientos.
Las operaciones lógico matemáticas, antes de ser una actitud puramente intelectual, requiere
en el preescolar la construcción de estructuras internas y del manejo de ciertas nociones que
son, ante todo, producto de la acción y relación del niño con objetos y sujetos y que a partir de
una reflexión le permiten adquirir las nociones fundamentales de clasificación, seriación y la
noción de número. El adulto que acompaña al niño en su proceso deaprendizaje debe
planificar didáctica de procesos que le permitan interaccionar con objetos reales, que sean su
realidad: personas, juguetes, ropa, animales, plantas, etc.
El pensamiento lógico matemático comprende:
1.
a.
1.
a. Primera etapa: (5 años): sin conservación de la cantidad, ausencia de
correspondencia término a término.
b. Segunda etapa (5 a 6 años): Establecimiento de la correspondencia término a
término pero sin equivalencia durable.
c. Tercera etapa: conservación del número.
a. Regulaciones orgánicas, que tienen que ver con las hormonas, ciclos, metabolismo,
información genética y sistema nervioso.
b. Regulaciones cognitivas, tienen su origen en los conocimientos adquiridos previamente
por los individuos.
De manera general se puede decir que el desarrollo cognitivo ocurre con la reorganización de
las estructuras cognitivas como consecuencia de procesos adaptativos al medio, a partir de la
asimilación de experiencias y acomodación de las mismas de acuerdo con el equipaje previo de
las estructuras cognitivas de los aprendices. Si la experiencia física o social entra
en conflicto con los conocimientos previos, las estructuras cognitivas se reacomodan para
incorporar la nueva experiencia y es lo que se considera como aprendizaje. El contenido del
aprendizaje se organiza en esquemas de conocimiento que presentan diferentes niveles de
complejidad. La experiencia escolar, por tanto, debe promover el conflicto cognitivo en el
aprendiz mediante diferentes
actividades, tales como las preguntas desafiantes de su saber previo, las situaciones
desestabilizadoras, las propuestas o proyectos retadores, etc.
La teoría de Piaget ha sido denominada epistemología genética porque estudió el origen y
desarrollo de las capacidades cognitivas desde su base orgánica, biológica, genética,
encontrando que cada individuo se desarrolla a su propio ritmo. Describe el curso del
desarrollo cognitivo desde la fase del recién nacido, donde predominan los mecanismos
reflejos, hasta la etapa adulta caracterizada por procesos conscientes de comportamiento
regulado. En el desarrollo genético del individuo se identifican y diferencian periodos del
desarrollo intelectual, tales como el periodo sensorio-motriz, el de operaciones concretas y el
de las operaciones formales. Piaget considera el pensamiento y la inteligencia como procesos
cognitivos que tienen su base en un substrato orgánico-biológico determinado que va
desarrollándose en forma paralela con la maduración y el crecimiento biológico.
En la base de este proceso se encuentran dos funciones denominadas asimilación y
acomodación, que son básicas para la adaptación del organismo a su ambiente. Esta adaptación
se entiende como un esfuerzo cognoscitivo del individuo para encontrar un equilibrio entre él
mismo y su ambiente. Mediante la asimilación el organismo incorpora información al interior
de las estructuras cognitivas a fin de ajustar mejor el conocimiento previo que posee. Es decir,
el individuo adapta el ambiente a sí mismo y lo utiliza según lo concibe. La segunda parte de la
adaptación que se denomina acomodación, como ajuste del organismo a las circunstancias
exigentes, es un comportamiento inteligente que necesita incorporar la experiencia de las
acciones para lograr su cabal desarrollo.
Estos mecanismos de asimilación y acomodación conforman unidades de estructuras
cognoscitivas que Piaget denomina esquemas. Estos esquemas son representaciones
interiorizadas de cierta clase de acciones o ejecuciones, como cuando se realiza algo
mentalmente sin realizar la acción. Puede decirse que el esquema constituye
un plan cognoscitivo que establece la secuencia de pasos que conducen a la solución de un
problema.
Para Piaget el desarrollo cognitivo se desarrolla de dos formas: la primera, la más amplia,
corresponde al propio desarrollo cognitivo, como un proceso adaptativo de asimilación y
acomodación, el cual incluye maduración biológica, experiencia, transmisión social y equilibrio
cognitivo. La segunda forma de desarrollo cognitivo se limita a la adquisición de nuevas
respuestas para situaciones específicas o a la adquisición de nuevas estructuras para
determinadas operaciones mentales especificas.
En el caso del aula de clases Piaget considera que los factores motivacionales de la situación del
desarrollo cognitivo son inherentes al estudiante y no son, por lo tanto, manipulables
directamente por el profesor. La motivación del estudiante se deriva de la existencia de un
desequilibrio conceptual y de la necesidad del estudiante de restablecer su equilibrio.
La enseñanza debe ser planeada para permitir que el estudiante manipule los objetos de su
ambiente, transformándolos, encontrándoles sentido, disociándolos, introduciéndoles
variaciones en sus diversos aspectos, hasta estar en condiciones de hacer inferencias lógicas y
desarrollar nuevos esquemas y nuevas estructuras mentales.
El desarrollo cognitivo, en resumen, ocurre a partir de la reestructuración de las estructuras
cognitivas internas del aprendiz, de sus esquemas y estructuras mentales, de tal forma que al
final de un proceso de aprendizaje deben aparecer nuevos esquemas y estructuras como una
nueva forma de equilibrio.
CONCLUSIONES
En la elaboración de este trabajo investigativo se han podido llegar a conocer aspectos de
gran interés acerca de las teorías de Jean Piaget. Para nosotras como futuras docentes, el tema
es de gran ayuda ya que nos permitió entender como funciona el desarrollo cognitivo de los
seres humanos, en sus diversas etapas de aprendizaje.
Se trataron aspectos tales como los conceptos básicos de las teorías de Piaget, fundamentales
para lograr el conocimiento y entendimiento para la aplicación de sus teorías.
En relación a la teoría cognitiva de Piaget, se explicó de manera sencilla y ejemplificada cual es
la división del desarrollo cognitivo, cuales son los tipos de conocimientos que se desarrollan en
los niños y como se puede lograr el desarrollo cognitivo de manera óptima. Toda la teoría
cognitiva se explica con la aplicabilidad de los conceptos básicos de la teoría, y mediante
ejemplos sencillos se puede entender de manera práctica cual es la posible aplicabilidad de la
misma.
BIBLIOGRAFÍA
www.orientared.com
Piaget.
Aportaciones del padre de la Psicología Genética.
2000-2004.
www.cnep.org.mx
Universidad la Salle
La epistemología genética de Jean Piaget.
Por: Gonzalo Maldonado Osorio.
www.cecte.ilce.edu.mx
Capítulo II
Marco Referencial.
Fundamentos Teóricos de la Educación Preescolar.
RUBINSTEIN, S. L.;
SMIRNOV, A. A.;
LEONTIEV, A. N.
TIEPLOV, B. M.:
Psicología.
Tratados y Manuales Grijalbo.
México – Barcelona – Buenos Aires.
1.989.
Sandra Santamaría
Lia Milazzo
M° Andreina Quintana
UNIVERSIDAD JOSÉ MARÍA VARGAS - FACULTAD DE EDUCACIÓN
CARRERA: PREESCOLAR
CÁTEDRA: PENSAMIENTO LÓGICO MATEMÁTICO
Caracas
Problemas y problemas aritméticos elementales........................................................ 1
Introducción ........................................................................................................ 1
Noción de problema aritmético........................................................................... 5
El proceso de resolución. .................................................................................... 7
Concepto, perspectiva y niveles de análisis ............................................ 8
Concepto y perspectiva ............................................................... 8
Niveles de análisis....................................................................... 9
La descripción macroscópica por fases........................... 10
El proceso de resolución de un PAE. .................................................................. 12
Descripción de las fases. ......................................................................... 13
Variables de la tarea ............................................................................................ 14
Idea de variable de una tarea................................................................... 16
Variables sintácticas................................................................................ 18
Variables de contenido y de contexto. .................................................... 20
Variables de la tarea y fases del proceso de resolución ...................................... 21
Finalidades y reservas ......................................................................................... 23
Finalidades .............................................................................................. 23
De la intención a la práctica .................................................................... 24
“La edad del capitán” .............................................................................. 25
Los alumnos inventan enunciados .......................................................... 27
La naturaleza estereotipada de los PAEV ............................................... 28
1.
Problemas y problemas
aritméticos elementales
Se desconoce qué inventó primero el hombre,
si la escritura o la aritmética.
Hans Freudenthal
INTRODUCCIÓN
Aunque se desconozca si la aritmética fue anterior o no a la escritura, lo que sí
se sabe es que ya 3000 años antes de Jesucristo, en Babilonia, los “escolares”
aprendían a calcular la distancia que mediaba entre el pie de la escalera y la pared en
que ésta se apoyaba; a obtener el peso de la piedra que pesaba un kilo más que la
mitad de su propio peso; y recibían, también, la instrucción necesaria para saber la
parte de herencia que su padre, ya anciano, les había legado tras un peculiar y
ecuánime reparto, como atestigua uno de los problemas que se encuentran en las
tablillas babilónicas:
Un anciano dejó al morir 65 monedas de oro, que debían repartirse entre sus 5
hijos de modo que cada uno recibiera 3 monedas menos que el hermano que le
antecede.
En los textos escritos que se conservan, junto a los enunciados de los problemas
pueden encontrarse instrucciones precisas y particulares para resolver cada uno de los
problemas.
Los griegos quizá despreciaron los problemas que hoy llamamos de aplicación,
o se preocuparon poco de dar ejemplos que mostrasen la utilidad práctica de los
conocimientos aritméticos que poseían, en pocas palabras, descontextualizaron los
problemas aritméticos. Sin embargo, mostraron por primera vez una preocupación por
tratar de desentrañar la naturaleza de los problemas aritméticos considerados no uno
por uno, sino en general. Así, Diofanto en su aritmética se dirige a Dionisos con afán
pedagógico del siguiente modo:
Como sé, muy honorable Dionisos, que quieres aprender a resolver problemas
numéricos, he emprendido la tarea de exponer la naturaleza y el poder de los
números, empezando por las bases que sustentan estas cuestiones. […]
Y los primeros problemas que Diofanto trata, y con los que enfrenta a Dionisos,
son:
– Descomponer un número en dos partes que estén en una razón dada con una
diferencia dada.
Las vacas estaban repartidas así: El número de las blancas era, precisamente,
igual a la tercera y cuarta partes de todo el rebaño negro, mientras que el de las
negras era igual a la cuarta y quinta partes de las jaboneras, todas las cuales habían
ido a pacer en compañía de los bueyes, y el número de las jaboneras era igual a la
quinta y sexta partes de todo el rebaño colorado, mientras que las coloradas eran en
número igual a la mitad de la tercera parte aumentada en la séptima del rebaño
blanco.
Amigo: Si me dices exactamente cuántos eran los bueyes del Sol y cuál, en
particular, el de bueyes y vacas de cada color, no se te calificará de ignorante ni de
inhábil, pero no podrás aún contarte entre los sabios.
Observa ahora los diversos modos de estar dispuestos los bueyes: cuando los
blancos juntaban su multitud a los negros, se mantenían en un grupo compacto que
tenía la misma medida en profundidad que en anchura, y este cuadrado llenaba
completamente las llanuras de Tinacria. Por otra parte, reunidos los colorados y los
jaboneros, sin que estuvieran presentes los bueyes de otros colores o sin que faltasen,
quedaban agrupados de tal suerte que, constituida la primera fila por uno solo,
formaban gradualmente una figura triangular.
Por otro lado, también valdría la pena tomar nota de cómo aparecen formulados
algunos problemas en la Grecia clásica: como reto, incitación a tomar el problema
como problema, promesa de que el que lo haga es un elegido, enigma propio de dioses
o semidioses. Así, la presentación del problema de la duplicación del cubo como
enunciado por el oráculo de Delos pudo crear el ambiente adecuado para motivar a los
“escolares” de la época1.
1 Asolado el país por una terrible plaga, el oráculo de Delos, al que se va en petición del origen
de tan terrible mal y de la forma de aplacar a los dioses, transmite el deseo de éstos de que se construya
un altar de doble volumen que el altar cúbico que existe en el templo. Pese a haberlo construido, la
plaga no desaparece; y es el oráculo de nuevo quien ha de demostrar que la construcción es errónea por
haber sido realizada con regla y compás.
Cap. 1, pág. 4 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
Como puede verse en los problemas que siguen, tomados literalmente de libros
de texto recientes, los currículos de matemáticas escolares reflejan en su diseño y
desarrollo, y obligan a resolver de nuevo a los estudiantes, problemas que han sido
resueltos siempre. Si se compara el problema de la herencia encontrado en una tablilla
babilónica, los problemas de Euler y el problema 3, se puede decir que poco ha
cambiado en el curso de los siglos.
Los ejemplos que siguen pretenden que se entienda mejor los matices de lo que
entendemos por un problema aritmético.
Estos tres problemas son aritméticos, poseen por tanto las características
descritas, pero presentan algunas diferencias entre sí. El problema del padre de Raúl
es lo que podría llamarse un problema aritmético standard, ya que la información está
explícitamente dada en el enunciado y además en forma numérica, y se pregunta por
otra cantidad. En el problema del Sr. Ferrer se pregunta también por una cantidad, el
valor de la valla, pero la información cuantitativa que es precisa para responder a tal
pregunta –a saber, las dimensiones de la piscina y la distancia que media entre la valla
Cap. 1, pág. 6 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
Por otro lado, un problema como el siguiente, que se resuelve haciendo uso de
conceptos y relaciones aritméticas, no será considerado aquí como un problema
aritmético, ya que la respuesta no se obtiene como consecuencia inmediata de la
realización de operaciones aritméticas; siendo además crucial para su resolución el
uso de técnicas tales como el examen de posibilidades, el análisis de los supuestos
implícitos o la utilización de representaciones adecuadas.
Delimitado el campo de los problemas que van a ser objeto de nuestra atención
en este libro, hay que señalar también desde qué óptica van a mirarse. La óptica
elegida es la que enfoca los problemas desde el estudio y descripción de su proceso de
resolución.
Como además nos interesa la resolución de problemas que realizan niños que
están aprendiendo, veremos, siquiera sea someramente, qué aprenden los niños
mientras resuelven problemas, esto es, qué conocimientos construyen o qué
significados producen para los conceptos implicados en los problemas que resuelven.
Más aún, como nos interesa la resolución de problemas que se hace por alumnos
en la escuela, se hace necesario considerar además el contexto escolar y los currículos
de matemáticas en los que éstos están inmersos; así como las características que
confieren a los problemas el hecho de ser problemas escolares: por ejemplo, que los
problemas no se proponen sólo para que sean resueltos, sino con bastantes finalidades
más (que se aprenda, evaluar lo aprendido, etc.).
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 7
Luis Puig y Fernando Cerdán
Por el lado de lo que queda fuera del campo de visión, al no ser los PAE
problemas de búsqueda, sino de aplicación, no aparecerán procesos generales –
generalización, particularización, analogía, etc.–, ni puede esperarse tampoco que este
libro sea un tratado de heurística. También queda excluido de este libro el estudio de
la aproximación curricular que intenta organizar las matemáticas escolares a través de
la resolución de problemas.
EL PROCESO DE RESOLUCIÓN.
El interés por el proceso de resolución de problemas se despierta en los años
setenta, algunos años después de la publicación de los libros pioneros de Polya, con el
comienzo de la investigación en educación matemática considerada como un campo
de estudio específico y la pérdida en el terreno de la educación del predominio de las
posiciones traídas del conductismo frente a otras de índole cognitivista.
Este interés viene reforzado por la constatación del “fracaso de las matemáticas
modernas”2, producto de las reformas de los años sesenta, que lleva, tras el episodio
pendular de “vuelta a lo básico”, a una influencia en el diseño del currículo escolar de
matemáticas de las teorías de la ciencia que ven al científico normal,
fundamentalmente, como un resolutor de problemas3
Esto tiene una implicación curricular clara: el núcleo del currículo no viene
determinado por los conocimientos que hay que transmitir, sino por los procesos de
producción de conocimiento. La atención es para el proceso, no para los
conocimientos. El conocimiento que se valora por su significación no es el
conocimiento transmitido, sino el conocimiento producido por el que está en situación
de aprender.
2Aunque nos resistimos a usar la palabra ‘fracaso’ por toda la palabrería que se ha producido en
torno al denominado ‘fracaso escolar’, la hemos conservado aquí para hacer referencia al título
castellano del libro de Morris Kline Why Johnny Can’t Add, que fue una de las primeras llamadas de
atención sobre el asunto.
3Nos referimos a la concepción de Khun (1962)
Cap. 1, pág. 8 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
Concepto y perspectiva
Se entiende por proceso de resolución de un problema la actividad mental
desplegada por el resolutor desde el momento en que, siéndole presentado un
problema, asume4 que lo que tiene delante es un problema y quiere resolverlo, hasta
que da por acabada la tarea5.
4Es importante que el sujeto perciba que tiene un problema en el sentido usual de lo que se
entiende por un problema (datos, incógnita o meta que hay que alcanzar, relaciones significativas entre
ellos). La importancia se deriva de que si el sujeto no lo percibe como tal, se desarrollan conductas
patológicas y no los mecanismos usuales de resolución para los que el investigador o el profesor
dispone de alguna teoría con la que mirar. Aún es más importante cuando se trata con niños pequeños,
para los que el concepto de problema se desarrolla gradualmente, porque su actividad no se puede
describir como la conducta de quien tiende a resolver el problema, sino que éstos tienden a operar con
el texto del problema de otra manera (cf. Menchinskaya, 1969, pgs. 12-22).
Por otro lado, la voluntad de resolver el problema es importante que se dé por presente para no
mezclar en el análisis del proceso de resolución elementos que no son propios de él, sino que
pertenecen al campo de la afectividad o de la motivación.
5 Dar por acabada la tarea no quiere decir que el resolutor haya encontrado la solución del
problema, sino que para él la situación ha dejado de ser problemática porque la ha dotado de sentido.
En palabras de Lesh (1982, 1985), el modelo conceptual con el que explica la situación, que al
comienzo de la tarea era inestable, ha llegado a ser estable.
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 9
Luis Puig y Fernando Cerdán
Niveles de análisis
En el análisis del proceso nos podemos situar en dos niveles de descripción:
microscópico o macroscópico. En el nivel microscópico, lo que se observaría sería
conductas puntuales, esto es, podríamos encontrar al resolutor: buscando una
información proporcionada en el texto del problema, utilizando un algoritmo para una
operación que considera imprescindible realizar, tratando de recordar un problema
parecido que resolvió alguna vez, decidiendo qué alternativa seguir ante dos vías de
solución que considera razonables…; o, simplemente, atascado, esto es, no sabiendo
qué hacer, pero siendo consciente de ello; o, por acabar esta enumeración, no
desplegando actividad mental alguna.
Hay, por supuesto, en este nivel de descripción multitud de preguntas que uno
puede hacerse y cuyas respuestas incrementan de modo considerable la comprensión
del proceso de resolución de problemas. Por ejemplo:
¿Cómo se sabe qué problema parecido utilizar y cómo dar con él?
6El resolutor siempre pretende obtener la solución. De paso, aprende cosas. La finalidad del
profesor o del que ha hecho el desarrollo curricular dentro del que está inmersa la tarea, puede ser otra:
no tanto que se encuentre la solución, como que se aprenda. El resolutor sólo se da cuenta de que ha
aprendido después de haber realizado la tarea y –usando por un momento la terminología de la teoría de
las situaciones didácticas de Brousseau– a condición de que medien situaciones de institucionalización
de aprendizajes.
Cap. 1, pág. 10 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
Dewey propuso una lista de fases o etapas que se siguen para la solución de
problemas, no elaborada para los problemas de matemáticas, sino para cualquier cosa
que en la vida cotidiana se llama “problema”:
Más que describir cada una de estas fases, quizá el mejor modo de hacerse una
idea del modelo propuesto por Dewey sea situarse ante un problema como, por
7Aún hay una tercera forma de describir el proceso de resolución en este nivel macroscópico,
que no pretende ser un instrumento de estudio o análisis sino una ayuda para la instrucción. Lo que
sirve para caracterizar a las fases no es lo que se hace, sino lo que se siente, los estados afectivos del
resolutor. De este estilo es el modelo desarrollado a partir del trabajo de Burton (s.f.), que aparece en
Mason, Burton & Stacey (1982): el resolutor aparece en él tomando contacto, enfrascado, rumiando o
atascado. La sencillez del esquema y la rapidez con que el resolutor puede juzgar dónde se encuentra
(ya que lo siente), lo hace útil para el aprendizaje de la resolución de problemas.
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 11
Luis Puig y Fernando Cerdán
ejemplo, el problema que supone tener que ir a clase una mañana en la que se
descubre al mirar por la ventana que está diluviando.
Dewey comienza con una situación que el sujeto siente como problema, ya que
pretende construir un modelo de los problemas en la más amplia acepción del término.
En el contexto escolar los problemas de matemáticas tradicionalmente aparecen
enunciados. La descripción de su proceso de resolución más clásica y ampliamente
difundida es la de Polya (1957), que dice lo siguiente:
Esta división en fases está hecha desde el primer punto de vista antes
mencionado, esto es, el del resolutor ideal, cuyo comportamiento supuesto se
determina por introspección. Polya acompaña la descripción de cada una de estas
fases con una serie de sugerencias útiles para el resolutor. De esta manera, el modelo
de Polya no es estrictamente hablando un modelo descriptivo, porque las sugerencias
heurísticas que incluye pretenden a la vez marcar pautas, indicar caminos y hacer
posible que el resolutor tome conciencia de lo que necesita hacer y del lugar del
proceso en el que se encuentra para actuar en consecuencia. El modelo tiene, por
tanto, también un carácter de guía para la acción.
8 En efecto, si se analizan con detalle protocolos de resolución de problemas –como hace por
ejemplo Schoenfeld–, puede verse que no hay fases perfectas, incluso es casi imposible calificar a
cualquier episodio de resolución como comprensión o elaboración del plan y se prefiere utilizar otras
etiquetas como exploración, análisis…, que permiten describir con mayor precisión lo que el resolutor
real está haciendo. Aún más, los mejores resolutores o los resolutores expertos se caracterizan más que
por un recorrido secuencial de las fases del modelo de Polya, por un rápido zigzagueo entre episodios.
En cuanto a las heurísticas generales que acompañan a las fases del modelo de Polya, el mismo
Schoenfeld ha mostrado que es inútil prescribirlas. La razón de que su prescripción no sea efectiva no
es que las heurísticas generales no tengan ningún valor, sino que cada heurística se multiplica en
Cap. 1, pág. 12 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
1.– Lectura.
2.– Comprensión.
3.– Traducción.
4.– Cálculo
5.– Solución.
infinidad de ellas más cercanas a los problemas concretos. De ahí que una de las principales tareas de la
instrucción en resolución de problemas consista en hacer posible que los alumnos elaboren una versión
efectiva de la heurística general apropiada en función del problema con el que estén trabajando. (cf.
Schoenfeld, 1987b)
9Esta división en fases es más fina que la que con más frecuencia se encuentra en la literatura,
que suele reducirse a distinguir traducción y cálculo. La razón de optar por una subdivisión más
menuda es que permite, como más adelante se verá, poner el énfasis en algunos aspectos del proceso, o
precisar mejor dónde predomina cada tipo de dificultades, y, por tanto, hace posible organizar
sugerencias para la instrucción en función de ello. Naturalmente, éste es un modelo para el estudio del
proceso y no tienen por qué darse todas las fases en la resolución particular de cada problema por cada
resolutor individual. Así, una solución que use hechos numéricos elude la fase de cálculo, una
estrategia del tipo “contar todos” no traduce –estrictamente hablando– el enunciado verbal a una
expresión aritmética, y si el problema está presentado mediante un grabado o se presenta oralmente, la
fase de lectura sólo puede recibir ese nombre si se amplía correlativamente la noción de texto.
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 13
Luis Puig y Fernando Cerdán
enunciados, para ser situaciones. Aquí cabe que aparezcan todas las fases del modelo
de Dewey, incluida la Asunción de las consecuencias. De hecho, cuando en las
recomendaciones que acompañan a los objetivos del currículo oficial se indica que
hay que “Utilizar las operaciones aritméticas para resolver situaciones problemáticas
del mundo real”, la tarea de formular un problema aritmético que se corresponda con
una situación de este tipo suele ser asumida por el autor del libro de texto o por el
profesor. Más tarde examinaremos cómo este paso de los problemas cuantitativos
reales a los problemas aritméticos escolares, realizado al margen del resolutor, acaba
siendo una fuente de dificultad añadida para el resolutor que se enfrenta al problema
en la escuela, esto es, el alumno.
operaciones hay que realizar, entre qué datos, y en qué orden. En este sentido más
global es en el que la emplearemos aquí.
Vale la pena señalar, por otro lado, que esta fase de traducción es la única que
puede observarse usualmente en los libros de texto, aunque en la mayoría de los casos
sólo aparezca de forma implícita. Un buen testimonio de ello es una página de un best
seller de hace unos pocos años en la que, bajo el texto del problema 8 y el simpático
dibujo del tiburón joven y el viejo desdentado, aparecía la leyenda “VAMOS A
SUMAR”.
Además, también vale la pena señalar que esta fase es percibida por los alumnos
casi de forma explícita cuando éstos identifican los problemas con la decisión que han
de tomar para resolverlos y los clasifican en consecuencia: “es de sumar”, “es de
restar”, etc.
VARIABLES DE LA TAREA
La descripción del proceso dividido en fases está hecha desde el punto de vista
macroscópico. La actividad concreta, microscópica, es la lucha contra las pequeñas
dificultades del terreno y éstas dependen de la naturaleza de la tarea. En este párrafo,
pues, vamos a volver a dirigir nuestra mirada al problema, tratando en la medida de lo
posible de mantener al resolutor individual ausente. Fijaremos nuestra atención en
aquellas características del problema mismo que pueden hacer variar la conducta del
resolutor e influir de modo más o menos acusado en el logro de la solución.
11Cf. Nesher (1985) en el que ésta muestra su sorpresa de que, según las investigaciones, esto
parezca ser así y describe algunos de los intentos de encontrarle explicación.
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 15
Luis Puig y Fernando Cerdán
Para hacernos una idea de la importancia de este asunto podemos recurrir a unos
ejemplos Para empezar, tomemos los problemas 9, 10 y 11, que tienen la misma
estructura matemática y cuyo formato de presentación es, sin embargo, totalmente
diferente.
más objetos que cumplen una propiedad. No es extraño que si se observa cómo suelen
ser resueltos estos problemas, se encuentre que los resolutores tienen dificultades de
distinta naturaleza y utilizan recursos y destrezas diferentes. Por citar algunas: el
infinito en el problema 9, la capacidad de generar hipótesis y buscar explicaciones en
el problema 11, el recurso a teoremas conocidos en el problema 10, etc. Lo que no
debe llevar al profesor a pensar que los tres son, en definitiva, un problema de
divisores, y el resto de lo que ocurre es cuestión de arte del resolutor; que el problema
–o los problemas– sólo se deben plantear en los temas de divisibilidad; ni tampoco
debe llevarle a despreciar las destrezas recursos y técnicas propias de la resolución de
problemas, frente al contenido o estructura matemática del problema –lo que sería
equivalente a dejar de lado el proceso de producción del conocimiento. En resumen,
no hay que infravalorar la importancia que el formato de presentación del problema
tiene en la puesta en marcha de este proceso.
El lector puede juzgar cuál de los dos problemas que siguen resulta más fácil y
cuáles son las variables que pueden servir para explicar este hecho.
12Se utiliza el término ‘tarea’ porque se plantea para estudiar lo que los sujetos hacen y no con
finalidades de enseñanza, y, por tanto, está aislada, sin relación con ninguna situación o secuencia de
aprendizaje.
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 17
Luis Puig y Fernando Cerdán
1) Variables independientes:
Variables de la tarea.
Variables de la situación.
2) Variables dependientes:
Variables de evaluación.
Variables concomitantes.
Las variables independientes son las que pueden medirse antes de la ejecución
de la tarea. En esta clasificación puede verse cómo las variables que reciben el nombre
específico de ‘variables de la tarea’ aparecen como variables independientes, siendo
dentro de ellas las que tienen que ver exclusivamente con el problema. Les
acompañan las variables propias del sujeto que se enfrenta a la tarea (psicológicas, o
que describen sus conocimientos matemáticos pertinentes –nivel en el contexto
escolar) y las que vienen de la situación didáctica en que ésta se desarrolla (y, por
tanto, describen el entorno físico, psicológico o social en que transcurre la tarea). No
vamos a entrar en las variables del sujeto –de las que se ocupa fundamentalmente la
psicología– y sobre las situaciones didácticas nos limitaremos a hacer sugerencias que
pueden favorecer la aparición de procesos y resultados deseables.
las variables de la tarea que consideraremos serán las variables sintácticas, de contexto
y de contenido.
VARIABLES SINTÁCTICAS.
Se entiende por variable sintáctica a cualquier característica del problema que
tiene que ver con el orden y las relaciones de las palabras y símbolos que contiene el
enunciado del problema. Desde este punto de vista, palabras, grupos de palabras,
símbolos y relaciones entre ellos se consideran al margen de cualquier referencia a su
contenido.
El tamaño del problema, que se puede medir por el número de caracteres (letras
o números), de palabras, o de frases.
La situación de la pregunta en el texto del problema, esto es, si ésta está aislada
al final del texto y separada de la parte informativa, o al comienzo del texto; o bien el
texto completo es una interrogación en la que se entremezclan la información y la
pregunta del problema.
transformaciones sintácticas que el texto del problema sufre en el curso del proceso de
resolución; este aspecto no ha sido estudiado hasta la fecha, o, al menos, no tenemos
noticia de ello, pero ejemplos como los que siguen ponen de manifiesto que el
profesor ha de estar atento a ello.
con lo que ha cambiado los tiempos verbales del enunciado, al ser coherente con
el transcurso de la actividad de resolución. Si las dificultades persisten, no es extraño
que, con el ánimo de ayudar a comprender el asunto, intente que éstos fijen su
atención en cada una de las partes del problema, en las acciones correspondientes, en
la secuencia temporal de su realización, en las consecuencias de las acciones… En el
diálogo con el o los alumnos, el problema será enunciado oralmente de la forma más
adecuada para el énfasis que se persigue, con lo que aparecerán versiones como las
siguientes:
“Antes Juan tenía a, pero dio b. Lo que te preguntan es cuántos tiene ahora.”
Conviene tener presente que estas transformaciones del enunciado del problema,
que se utilizan como ayuda –y son las ayudas razonables en la instrucción–, conducen,
sin embargo, a enunciados distintos desde el punto de vista sintáctico que en los
estudios realizados son, de hecho, de niveles de dificultad distintos y, en ocasiones,
superiores. En particular, la versión hipotética del enunciado de un problema, que es
razonable que aparezca en diálogos de este tipo, es siempre más difícil que la versión
de hecho (cf. Caldwell13)
13 En concreto, Caldwell encontró que esto es cierto en general; pero que si se distingue además
entre problemas enunciados en contextos concretos y en contextos abstractos, la dificultad de los
enunciados hipotéticos es menor en contextos abstractos, aunque parezca sorprendente.
Cap. 1, pág. 20 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
2.– Campo de aplicación. Donde el enunciado del texto del problema y los
conceptos que en él aparecen provienen de otras disciplinas como la física, la química,
la biología, la economía, etc. ; y los conceptos matemáticos tienen un mero caracter
instrumental.
4.– Variables que describen los elementos del problema. Los tres criterios
anteriores pueden aplicarse al contenido de cualquier texto matemático, aunque no sea
un problema. Este cuarto criterio pretende tomar en consideración los elementos
distintivos del tipo de texto que es un problema de matemáticas y no otro texto
matemático cualquiera. El significado del problema puede cambiar en función de la
naturaleza de los datos y en función del tipo de meta del problema. De este estilo es la
distinción clásica de Polya entre problemas de encontrar y problemas de demostrar,
que está hecha en función del tipo de meta; o los análisis de la parte informativa del
problema que permiten hablar de datos suficientes, redundantes, relevantes,
contradictorios, etc.
propio material cuya utilización está permitida por el texto del problema es portador
de contenido matemático.14
Por lo que se refiere a las variables de contexto, no tiene sentido hacer una
relación pormenorizada de los contextos a los que hacen referencia usualmente los
problemas escolares. Lo que hace Webb (1979) es dar varios criterios para clasificar
los tipos de contextos que suelen aparecer. El formato de presentación o la
representación del problema y el escenario-marco o contexto verbal son los dos que
vamos a comentar.
14 Por ejemplo, la calculadora, cuyo uso acarrea nuevos contenidos para los números, como
puede verse en Fielker (1986).
15 Desafortunadamente, en la mayoría de los libros de texto los dibujos son meras ilustraciones.
Puede que la causa no sea otra que el predominio del diseño.
Cap. 1, pág. 22 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
evidencia que puede aportarse, y que hace razonable este esquema, viene de
observaciones no sistemáticas de los puntos de atasco en el proceso de resolución que
parecen provenir de las características del enunciado del problema.
Situación problemática
Evaluación
Asunción de consecuencias
Variables
sintácticas
Variables
Problema enunciado sintácticas
s em á n t i c a s
de contexto
Revisión
Lectura Comprobación
Solución
Comprensión Cálculo
Variables
sintácticas
Variables
de contexto
s em á n t i c a s
s em á n t i c a s
de contexto
Traducción
Recursos
Variables aritméticos
de contexto
s em á n t i c a s
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 23
Luis Puig y Fernando Cerdán
FINALIDADES Y RESERVAS
FINALIDADES
Con posterioridad, simultánea o previamente a la instrucción formal en las
operaciones de suma y resta se plantean y resuelven en las aulas escolares problemas
aritméticos. En el caso de la multiplicación y la división, el planteo y la resolución de
problemas se hace generalmente después del inicio de la instrucción formal en las
operaciones.
Hay más razones que pueden aducirse en favor de los problemas, pero que no se
encuentran usualmente en la práctica cotidiana en las aulas, ni están reflejadas en las
orientaciones ministeriales, ni son el legado de la tradición. Las aportaciones hechas
en la última década por los educadores matemáticos, los psicólogos cognitivos y los
especialistas en inteligencia artificial sugieren la posibilidad de considerar la
Resolución de Problemas con entidad dentro –o en los márgenes– del currículo
matemático. En efecto, según estas sugerencias la resolución de problemas de
matemáticas es una tarea privilegiada para desarrollar métodos y estrategias útiles a la
hora de abordar cualquier problema; a su vez, en el transcurso de la tarea se invocan,
se ponen de manifiesto y se ejercitan destrezas y procesos cognitivos generales
difícilmente requeridos por cualquier otra tarea escolar. En tal dirección, Bell (1976)
16 Concepción que está muy lejos de la idea de estructura conceptual, según la cual números,
operaciones y problemas se consideran en el primer nivel del análisis como elementos que la
constituyen.
Cap. 1, pág. 24 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
DE LA INTENCIÓN A LA PRÁCTICA
Descendamos un peldaño y pasemos de lo que es posible manifestar como
intenciones en el diseño del currículo al examen de cómo los problemas cumplen –o
pueden cumplir– el papel que se les asigna.
Podría parecer que los alumnos que encontraron que el problema de la edad del
capitán no tenía sentido, serían capaces de comportarse con la misma coherencia en
situaciones análogas; lo contrario se muestra en los tres ejemplos siguientes, que
comparan los comentarios de tres alumnos al problema de la edad del capitán y al
problema de la “edad de la maestra”.
En una clase hay 7 filas de 4 mesas. ¿Cuántos años tiene la maestra?
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 27
Luis Puig y Fernando Cerdán
el capitán la maestra
Anne — ¿cómo se puede saber la edad del 7
capitán? x4 la maestra tiene
— no se puede saber 28 28 años
Nathalie — no entiendo por qué has hablado— pienso que la maestra tiene 28 años
primero de borregos y luego de unporque yo he hecho
capitán 4x7=28
— me parece que ese problema es un— pienso que este problema es bastante
poco raro fácil
Peter — ¿por qué se habla de borregos y— pienso que la maestra tiene 28 años
luego se pide la edad del capitán? porque
— pienso que es tonto que se hable de 4x7=28
borregos y después del capitán — pienso que éste es menos tonto que el
otro
Cabe sospechar que el contexto escolar del enunciado del problema les hace
recaer en el contexto en que se están resolviendo los problemas: la escuela.
(548-321):52=42
(452x9):70=58
Empecemos por el texto del problema. Ya hemos indicado que una de las cosas
que un alumno aprende como parte de su experiencia escolar es a identificar un texto
determinado como el texto de un problema. En efecto, aunque los PAE se presenten
generalmente como textos que parecen tener las características propias de los textos
narrativos, sin embargo, su interpretación semántica está moldeada por el juego de
lenguaje de la instrucción aritmética y no por el del mundo de experiencias de los
niños.
Por ejemplo, Nesher (1980) señala cómo cuando se lee el enunciado del
problema 14 uno se fija en rasgos semánticos de los verbos ‘correr’ y ‘andar’
Problemas aritméticos escolares Cap. 1, pág. 29
Luis Puig y Fernando Cerdán
Por otro lado, a diferencia de los textos narrativos en los que la elipsis está
permitida, el texto de un problema no autoriza al lector a suponer que en el transcurso
del tiempo narrativo haya ocurrido ningún acontecimiento que no esté explícitamente
presentado en el texto del problema. Así, por ejemplo, en el problema 15 Ruth no
puede haberse comido ningún caramelo a lo largo de la mañana.
Se puede concluir pues que, aunque los PAEV parezcan hablar del mundo
porque las situaciones que en ellos aparecen corresponden a contextos cotidianos, el
lenguaje con que están enunciados no es, estrictamente hablando, el lenguaje
vernáculo, sino el lenguaje particular de la instrucción aritmética, y que, por tanto, el
mundo de experiencias que expresan no es el mundo de experiencias del niño en
general, sino el mundo particular de sus experiencias escolares.
Nesher (1980) presenta dos esquemas con los que pretende comparar ambos
procesos de resolución en los que distingue entre la actividad observable y los
procesos internos asumidos.
Cap. 1, pág. 30 Problemas aritméticos escolares
Luis Puig y Fernando Cerdán
ACTIVIDAD MANIFIESTA
PROCESOS
INTERNOS
COMIENZO: LA TAREA FIN: LA
A RESPUESTA
Expresión
' verbal que pide
una respuesta numérica
H'
A
Interpretación Combinar el
linguística número encon-
(sintáctica y trado con la
semántica) dimensión
adecuada
B
G'
Consideración B' F'
Cálculo de
cualitativa de
la respuesta
las dimensio- Preguntas Comprensión
numérica
nes involu- cualitativas del lenguaje
cradas en la formal
resolución F' (sintaxis y
Elección de la semántica)
C
C' operación
Construcción
aritmética y
del dominio Preguntas
escritura de la
de objetos y cuantitativas
frase numérica
dimensiones
cuantificadas
D E
ACTIVIDAD MANIFIESTA
D E
Como puede verse en los esquemas, las diferencias fundamentales son de dos
tipos: por un lado, en un problema cuantitativo real el proceso se desarrolla siguiendo
los procesos internos, mientras que en un PAE la guía del proceso no es las
transformaciones de los objetos y relaciones reales y sus equivalentes objetos y
relaciones matemáticas, sino la presencia en el texto del problema de números y
palabras claves que se combinan mecánicamente según reglas del juego pertenecientes
a la realidad del aula. Además, en el caso de los PAEV han desaparecido dos fases
cruciales que sí que están presentes en los problemas cuantitativos reales: las
preguntas cualitativas que conducen a la decisión sobre qué dimensiones están
implicadas, y las preguntas cuantitativas que construyen el dominio de objetos y
dimensiones cuantificadas.
Todas las reservas hechas no deben transmitir la idea de que la única finalidad
del análisis inicial es poner de manifiesto la miseria en la que, inevitablemente, se ha
de desarrollar la práctica de la enseñanza en las escuelas, miseria de la que nunca se
podrá salir. No, afortunadamente se sabe cómo afrontar algunos de estos problemas, y
los capítulos que siguen intentan dar armas teóricas y prácticas para ello.