Tema Ii El Mandado y Sus Tipos

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TEMA II EL MANDADO Y SUS TIPOS:

Nombre: Croulis Joel Díaz Matos Profesor: Ingrid De la Cruz Francisco


Matricula: 100386699 Sección: 03

El mandato y sus tipos: El mandato es el que cliente confiere al abogado para postular y
pleitear puede ser expreso o implícito.

El mandato es implícito: Cuando el cliente lo confiere casi siempre con la entrega de sus
documentos al abogado, o de la citación que le ha sido notificada.

Se presume que el abogado que actúa en justicia en nombre de una persona, es porque ella
le ha dado poder al efecto. La regla es aplicable también al estado (art. 2 de la L. 1486 de
1938).

Cuando es expreso: el mandato puede ser escrito o verbal. En este último caso puede ser
probado por testigos aun cuando se trate de un valor que pase de 30 pesos, de conformidad
con lo que dispone el art. 1348 del C. Civil.

El mandato es general; sin embargo, contrariamente a lo que dispone el art. 1988 del C.
Civil, el abogado puede hacer algunos actos que no son de administración sino que
consisten en ofrecimientos, confesiones y consentimientos emitidos en nombre del cliente.

El mandato del abogado es un mandato asalariado, que le da derecho a obtener del


cliente, no solamente el reembolso de los avances de dinero que haya hecho en la gestión
del asunto, en lo que su mandato no difiere del mandato gratuito, sino además el pago de
los honorarios profesionales convenidos, o a falta de convenio, consignados como
remuneración de sus servicios en la Tarifa de Costas Judiciales.

Naturaleza jurídica de la consulta. Es muy discutida la cuestión de saber cuál es la


naturaleza de la convención intervenida entre el abogado y el cliente, con respecto a la
consulta. Se admite casi unánimente que, en lo que a esto se refiere, el abogado no es el
mandatario del cliente, pues emitir una opinión o dar un consejo sobre el camino a seguir
con respecto a una cuestión de carácter jurídico, no implican representación del cliente por
el abogado. descartada la calificación de mandato, las opiniones se hallan.

Mandato Ad Litem Voluntario. Principio. Indicación de la Parte. Consecuencias:


dispensas de la indicación. Quién puede ser mandatario. Justificación del mandato: los
funcionarios del ministerio público pueden, de un modo general, ejercer la abogacía como
mandatarios adlitem del Estado (art. 4 de la
L. 1486 de 1938).

Atribuciones administrativas: Descartando el Abogado del Estado, cuyas atribuciones se


concretan en el T. de T., los agentes del ministerio público, cada uno en su caso, tienen a
su cargo algunas atribuciones administrativas o extrajudiciales, entre otras: inspeccionar los
registros de las secretarías judiciales, vigilar los registros del estado civil, (art. 117 del C.
Civil); presenciar la formación del inventario de los bienes del ausente (art. 126 del C.
Civil); inspeccionar las conservadurías de hipotecas (art. 43 de la L. sobre Reg. y Cons. de
hipotecas); requerir la inscripción de la hipoteca legal de la mujer casada, del menor o el
interdicto, en caso de no hacerlo el marido, el tutor o el protutor (art. 2138 del C. Civil);
recibir las notificaciones dirigidas al Estado (art. 13 y 16 de la L. 1486 de 1938), y las
dirigidas a personas sin domicilio conocido o domiciliadas en el extranjero (art. 68-7o. y
8o. del C. de Pr. Civil).

Si el estado no compareciere en alguna instancia por medio de sus representantes legales o


de los mandatarios instituidos por éstos, el funcionario que ejerza el ministerio público ante
el tribunal que conozca del asunto podrá asumir, de pleno derecho, esa representación ad
litem, pudiendo constituirse hasta en la; misma audiencia en los casos en que la ley impone
a comparecencia por ministerio de abogado, y sin necesidad de ratificar por acto posterior
esa constitución. Si habiendo comparecido, el Estado no concluye por medio de sus
representantes legales o de los mandatarios instituidos por éstos, el dicho funcionario del
ministerio público está facultado para suplir esas conclusiones, y proceder en los demás
como mandatario ad litem del Estado"(art. 6 de la L. 1486 de 1938).

Cuando, en la audiencia señalada para conocer de alguna demanda contra el Estado, el


funcionario del ministerio público que debe representarlo en la instancia, por falta
de otro representante o mandatario, afirme al tribunal que no ha recibido de sus superiores
las instrucciones necesarias para formular o justificar sus conclusiones, el tribunal deberá
reenviar el conocimiento de la causa para otro día, sin que en ningún caso pueda acordarse
de este modo un plazo de más de treinta días, contados desde la audiencia original, para el
conocimiento de la causa.

En las alcaldías, cuando conozcan en materia no represiva de instancias o demandas en que


sea parte del Estado o en las que éste deba o quiera intervenir, si no se presentare a la
audiencia ningún representante o mandatario del Estado, la representación de éste incumbe
de pleno derecho al procurador fiscal del distrito judicial en que esté comprendida la
jurisdicción territorial de la alcaldía amparada. Para el efecto, el alcalde lo hará citar para la
nueva audiencia a la que reenviará la causa, y sólo cuando no se presente en esta nueva
audiencia ni el procurador fiscal citado, ni otro representante del Estado, podrá ser
pronunciado el defecto contra éste.

Quién puede ser mandatario: El abogado es el mandatario, representante de la parte, en


aquellas materias en que no se exige el ministerio de abogado: la parte confiere procuración
para actuar en su nombre.

En el primer caso, la parte está obligada a conferir mandato al abogado. En uno u otro caso,
las funciones del abogado son de idéntica naturaleza jurídica, la de ser mandatario del
cliente.
Actos denegables: Cuando el demandado opone una defensa, contradice directamente la
acción, negando la existencia de la situación jurídica (generalmente un derecho subjetivo)
que le sirve de soporte, o la existencia del derecho de acción.

la causa de la demanda; cuando el demandado invoca la extinción de su deuda por pago,


remisión, compensación legal, prescripción, novación; cuando el demandado pretende que
la obligación es nula por causa de error, violencia, dolo, falta de causa, causa ilícita; cuando
el demandado en interdicción sostiene que el demandante no es una de las personas a
quienes la ley inviste con la facultad de solicitar la interdicción.

defensas al fondo; porque, al pretender el rechazamiento de la demanda por uno de esos


motivos, el demandado acepta el debate sobre la cuestión fundamental planteada por el
demandante. Es lo que se llama pleitear al fondo, que es precisamente lo contrario de
excepcionar, o pleitearen cuanto a la formr

medios de inadmisibilidad; eran pretensiones del demandado que, sin negar directamente
la pretensión del demandante, tenían sin embargo por objeto eludirla, como por ej. las
excepciones de prescripción, de cosa juzgada, de transacción.

Los alguaciles son: auxiliares de los tribunales en la celebración de las audiencias y


mensajeros oficiales de las partes o de sus representantes, y están encargados de la mayor
parte de los actos de ejecución de las sentencias y de los otros actos ejecutorios.

Actos de Alguacil: En términos generales, toda manifestación de voluntad de una parte, de


carácter procesal, que deba ser llevada a conocimiento de otra, debe serlo por ministerio de
alguacil, Además, el alguacil tiene por misión proceder a ciertas comprobaciones y
ejecuciones.

Los actos que el alguacil tiene que preparar para esos diversos fines pueden agruparse
en las siguientes cinco categorías:

1 a. Las citaciones; son los actos por medio de los cuales una persona llama a otra para que
comparezca en justicia.

Citación; es el nombre genérico, pero se aplica más particularmente al acto notificado para
comparecer ante el juzgado de paz (art. 3 y s. del C. de Pr. Civil);

Emplazamiento; es el acto notificado para comparecer ante el juzgado de primera


instancia (art. 59 y s. del C. de Pr. Civil);

acto de apelación; es el acto notificado para comparecer ante la corte de apelación, o ante
el juzgado de primera instancia cuando funciona como tribunal de apelación respecto de las
sentencias dictadas por el juzgado de paz (art. 456 del C. de Pr. Civil).

2a. Comprende esta clase los ofrecimientos, intimaciones, interpelaciones, mandamientos


de pago, citaciones de testigos, etc. esto es, los actos por cuyo medio se requiere a una
persona hacer o se le prohíbe hacer alguna cosa.
3a. Son los diversos actos preparados por el alguacil para comprobar alguna situación,
como por ejemplo un estado de lugares.

4a. Son los actos de ejecución, como los embargos, desalojos y otros análogos, practicados
en virtud de las sentencias y otros actos ejecutorios.

5a. Con esta última clase de actos el alguacil lleva un acto o un hecho a conocimiento de
una persona como cuando notifica una sentencia u otro documento cualquiera.

Actos anulables: No puede ser notificado ningún acto de alguacil antes de las seis de la
mañana ni después de la seis de la tarde. El objeto de esta disposición es asegurar la
inviolabilidad del domicilio, y evitar los rozamientos y dificultades que podrían originarse
con el hecho de que se practicaran tales diligencias durante la noche, con menoscabo del
descanso a que pudiera hallarse entregada la persona a quien se dirige el alguacil.

La ley no faculta al juez para autorizar al alguacil, en caso de urgencia, a notificar durante
la noche, como lo hace tratándose de los días de fiestas o de vacaciones.

El acto de alguacil notificado de noche es nulo, y el alguacil podría ser sometido a la acción
disciplinaria.

Como termina el mandato Ad Litem Ocasional: El ad litem es el consenso entre cliente


y abogado, sin el cual sería imposible que este último prestase su asistencia o servicios a
favor del primero. De ahí que para algunos tratadistas sea un acuerdo conmutativo oneroso,
y, por tanto, sujeto al imperio del referido art. 1184.

Pero, aunque no fuese así, la revocación antojadiza del mandato ad litem compromete la
responsabilidad civil del mandante. El art. 7 de la Ley No. 302 la prevé en el caso de que
este último apodere otro abogado sin antes liquidar los honorarios causados al abogado al
que se le ha revocado el poder.

Generalidades: El Mandato fue un contrato conocido por los romanos de forma general y


especial. En principio se consideraba de forma gratuita, aunque posteriormente se aceptó la
remuneración. Estas dos prácticas no se han perdido del todo, pues se mantienen hasta el
día de hoy.

 El Artículo 1984 del Código Civil define: El mandato o procuración es un acto por el


cual una persona da a otra poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre.
No se realiza el contrato sino por aceptación del mandatario. Por lo expuesto anteriormente
el mandato es un contrato que implica una representación de una persona a otra.

La representación no es la esencia del mandato. El mandatario puede perfectamente no


representar al mandante. Esta se produce cada vez que el mandatario trata en su nombre y
más precisamente en las dos convenciones siguientes. 

El Contrato de presta nombre (Simulación) y la comisión (Código de Comercio.


En el caso del presta nombre, las acciones judiciales producto de inmuebles adjudicados en
pública subasta, conforme al Artículo 707, Párrafo 2do., Código de Procedimiento Civil, le
permite al verdadero interesado evitar un precio alzado, dependiendo de la importancia
económica del real licitador. Esta simulación es ya aceptada, al igual que el contrato de
comisión, que había sido rechazado anteriormente, sobre la base de que en la comisión, el
comitente actúa a su nombre y no a través del nombre del mandante. Sin embargo, hoy es
admitido pues si la simulación es aceptada por la jurisprudencia, cuanto más será aceptada
la comisión.

Es más en materia de sociedades, nuestra jurisprudencia admite, en cuanto al alcance de la


representación de las sociedades comerciales por acciones lo siguiente: A las sociedades les
basta que sean representadas en justicia por sus abogados, sin que sea necesario consignar
en los actos del proceso los nombres de sus administradores.

El Presidente y los administradores de las sociedades son quienes deben representarlas en


principio, pero si los nombres de estas personas no figuran en el memorial de casación, esa
ausencia no les causa ningún agravio a los intervinientes

 Mandato especial: art. 1987 del código civil: el mandato es especial para un negocio o
para ciertos negocios solamente, o general para todos los negocios del mandante.

Mandato general: Art. 1988 del código civil: el mandato concebido en términos


generales, no comprende sino los actos de administración. Si se tratase de enajenar o
hipotecar, o de cualquier otro acto de propiedad, el mandato debe ser expreso.

Juzgado de paz: Cuando un asunto que por su naturaleza es comunicable al ministerio


público es conocido en primera instancia por el juzgado de paz, jurisdicción en que no
existe el ministerio público en materia civil, la comunicación tiene lugar al conocerse el
recurso de apelación por el juzgado de primera instancia.

El litigio como elemento del proceso. Objeto, causa. Inmutabilidad del proceso:
Principio General. En cuanto a las partes. Respecto al objeto y la causa adicional,
reconvencional, provisional.

En qué consiste: A veces las partes pueden someter el litigio a un tribunal que no es el
indicado por la ley. En estos casos hay prorrogación, es decir ampliación de la competencia
del tribunal en virtud de un convenio intervenido entre las partes, para conocer de un litigio
que no entra en su competencia. Es la prorrogación voluntaria o convencional de la
competencia, que debe resultar, como su nombre lo indica, de una convención pactada entre
los litigantes.

La naturaleza del litigio: es tomada en consideración en los otros casos en que la ley da
competencia a los tribunales del segundo grado para conocer de las apelaciones contra las
sentencias de los jueces del primer grado, sea cual sea el valor del litigio. Esto ocurre con
las acciones posesorias, con las declinatorias de competencia, etc
La instancia única. Por derogación al principio general que exige que todo proceso debe
recorrer dos grados de jurisdicción, se confiere con ciertos casos competencia a un tribunal
del primer grado de jurisdicción para decidir en instancia única, esto es sin apelación: para
esto se toma en cuenta, sea la naturaleza del litigio, sea el valor de la contestación.

Los casos de competencia en instancia única son éstos:

lo. El j. de paz decide en instancia única; las contestaciones relativas a los accidentes del
trabajo respecto de las indemnizaciones temporales y a los gastos funerarios (Art. 11 de la
L. 385 de 1932); diversas demandas ¡nobiliarias, cuyo valor no pasa de 500 pesos (Art. lo.
párr. capital, lo., 2o., 3o. 4o., del C. de Pr. Civil mod. por la L. 845 de 1978). 2o. El j. de
primera instancia decide en instancia única en estos casos: acciones cuya cuantía es inferior
a 1,000 pesos (art. 43 de la L. de O. J. mod. por la L. 845 de 1978); ciertos incidentes del
embargo inmobiliario (art. 730, 746 y 761).

Las sentencias dictadas en instancia única deben ser naturalmente susceptibles de ser
impugnadas por el recurso de casación y el de revisión civil, según los casos, excepto
cuando la ley declara que no son susceptibles de ningún recurso (ejemplos las del j. de p. i.
en los casos de los art. 703 y 730).

Asuntos siempre apelables. En ciertos casos, sin embargo, la apelación es siempre posible,
sea cual sea el valor del litigio. Así ocurre en materia de competencia (art. 454 del C. de Pr.
Civil), en el proceso de saneamiento inmobiliario (art. 120 de
L. de R. de T.)

Principal y accesorios. Lo principal del litigio comprende, además del capital, los frutos y
los intereses adeudados al día de la demanda. Por el contrario, no son tomados en cuenta,
para los efectos de la competencia, los accesorios, o sea los frutos e intereses producidos
después de iniciada la instancia: la demanda, acto que da nacimiento a la instancia, es lo
que determina el carácter apelable o inapelable de la sentencia conformidad parcial del
demandado.

Competencia que puede prorrogarse: La prorrogación voluntaria de competencia


constituye una derogación al orden de las jurisdicciones, emanada de la voluntad privada de
los litigantes. Es evidente que no puede intervenir respecto de aquellas reglas de
competencia fundadas primordialmente en consideraciones de orden público.

Supresión de la primera instancia. Por el contrario, se admite generalmente que las partes
no pueden llevar directamente el litigio ante el juez de segundo grado, renunciando así al
primer grado de jurisdicción.

Fijación de la extensión del proceso. La determinación y enunciación del objeto del litigio
en la demanda introductiva de instancia circunscribe, tanto para las partes como para el
juez, la esfera en que pueden actuar.

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