Ceteris Paribus
Ceteris Paribus
Ceteris Paribus
Cæterīs pāribus, frecuentemente escrita como caeterīs, cēterīs o céteris páribus, es una
locución latina que significa literalmente «[siendo] las demás cosas igual» y que se
parafrasea en español como «permaneciendo el resto constante». Ceteris significa 'lo
demás' o 'el resto', como en et cétera ('y el resto') del que deriva la palabra etcétera. Pār
significa 'a la par, igual'. Gramaticalmente esta expresión es un ejemplo de ablativo
absoluto, con sentido de complemento circunstancial.
Uso general
En ciencias se llama así al método en el que se mantienen constantes todas las variables
de una situación, menos aquella cuya influencia se desea estudiar. Esto permite
simplificar el análisis, ya que en caso contrario sería muy difícil o imposible dilucidar el
efecto de cada variable individual. Si se aplica reiteradamente el método, variando
ordenadamente cada una de las variables y sólo una variable por vez, es posible llegar a
comprender fenómenos muy complejos. El método permite el análisis de fenómenos
complejos y facilita su descripción.
El habla vulgar también hace uso implícito del método, siendo un ejemplo el uso de
condicionales, como en la oración Si se aprieta el gatillo de una pistola cargada con
pólvora y bala, se dispara la pistola: si la pólvora estuviera mojada, entonces la pistola
no dispararía, por lo que la oración debe entenderse ceteris paribus, es decir,
cumpliéndose todos los demás requisitos necesarios. De lo contrario, sería
imprescindible especificar todas las condiciones en que tiene lugar el hecho, lo que sería
sumamente engorroso.
Uso en economía
En economía —especialmente gracias a la contribución de Alfred Marshall— la
expresión cēterīs paribus es muy usada para facilitar la aplicación de modelos
abstractos, habiéndose constituido en un instrumento fundamental del análisis
económico.1
CETERIS PARIBUS
Ceteris Paribus, este concepto se usa en el contexto de la Economía y las finanzas
públicas.
Suponiendo que todos estos factores no cambian, es posible analizar por separado la
Acción de la variable en cuestión sobre el fenómeno estudiado.
Por ejemplo, la Demanda de televisores depende del Precio de los mismos, del Ingreso
de las personas, del precio de otros Bienes, de los gustos, etc., variables que determinan
en forma simultánea la Demanda.
Sin embargo, hay que hacer notar que esto no es más que un instrumento metodológico,
y no una descripción de la realidad.
CETERIS PARIBUS
Ceteris Paribus es un supuesto económico desarrollado por Alfred Marshall, el cual
implica que en un análisis económico todas las variables que puedan afectar el
fenómeno estudiado permanecen constantes.
Ceteris Paribus
¿Qué pasaría si dijésemos que el precio original era $200 y al analizar los efectos
que produce un aumento en los costos de producción y una mayor cosecha
obtenemos que el precio final es también $200? ¡Podríamos llegar a la conclusión
errónea de que los dos fenómenos descritos no tienen incidencia en el precio!
Por esta razón, para poder realizar un análisis más exacto sobre cómo las
variables se afectan una a otra, los economistas utilizan el concepto de Ceteris
Paribus.
Ceteris Paribus significa "lo demás constante"; en economía, implica que los
modelos buscan determinar la forma en que una variable afecta a otra cuando las
demás permanecen constantes (es decir, siempre analizamos los efectos que
ocurren entre dos variables y no más). Por lo tanto, antes de estudiar la forma en
que todo un conjunto de variables que se afecta entre sí, es necesario verificar de
qué manera las variables se van afectando una a otra 'ceteris paribus'.
Aunque los supuestos dependen del modelo particular que se quiera analizar o
realizar, existen cierta uniformidad de criterios sobre los supuestos básicos de todo
modelo. Veamos cuáles son los supuestos básicos en economía:
El ceteris paribus (del latín, todo lo demás constante) de Alfred Marshall establece que para
analizar un Problema Económico se debe asumir que todo el resto de los factores económicos
permanecen constantes.
Uso general
En ciencias se llama así al método en el que se mantienen constantes todas las variables de
una situación, menos aquella cuya influencia se desea estudiar. Esto permite simplificar el
análisis, ya que en caso contrario sería imposible dilucidar el efecto de cada variable individual.
Si se aplica reiteradamente el método, variando ordenadamente cada una de las variables y
sólo una variable por vez, es posible llegar a comprender fenómenos muy complejos. El
método no sólo permite el análisis de la realidad, también facilita su descripción.
El habla vulgar también hace uso exacto implícito del método, siendo un ejemplo el uso de
condicionales, como en la oración Si se aprieta el gatillo de una pistola cargada con pólvora y
bala, se dispara la pistola: si la pólvora estuviera mojada, entonces la pistola no disparararía,
por lo que la oración debe entenderse ceteris paribus, es decir, cumpliéndose todos los demás
requisitos necesarios. De lo contrario, sería imprescindible especificar todas las condiciones en
que tiene lugar el hecho, lo que sería sumamente engorroso.
El sobrante entre lo que las personas pagan y lo que estarían dispuestos a pagar surge por la
disminución que tiene la Utilidad que genera un Bien en la medida que su Consumo aumenta,
que es lo que busca explicar el concepto de "Utilidad Marginal". Por un Bien, por ejemplo una
Coca-Cola, un Consumidor puede estar dispuesto a pagar quinientos pesos por la primera lata
que adquiere; estaría dispuesto a pagar sólo cuatrocientos por la segunda unidad de ese Bien,
y trescientos por la tercera (debido a que la Utilidad que va generando es cada vez menor).
Pero dado que los Precios se fijan en el Mercado de acuerdo a la Utilidad Marginal, dicho
Consumidor podrá probablemente comprar las tres unidades de ese Bien a un precio de
trescientos, pagando un total de novecientos, en vez de los mil doscientos pesos que hubiera
estado dispuesto a pagar en caso contrario. La diferencia, en este ejemplo 1.200-900 = 300, es
lo que Marshall llama "Excedente del Consumidor" y es una genialidad que ha sido muy útil a la
Microeconomía moderna.
Sofismas de composición
Cometemos un sofisma de composición cuando creemos que lo que es cierto para algunos elementos es
necesariamente cierto para el todo. Por extensión: que lo que es cierto a pequeñas dosis sigue sendo
cierto cuando se aplica a grandes dosis.
El ejemplo clásico de un sofisma de composición es el del calvo: si arranco un cabello de una persona, no
lo hago calvo. Si le arranco un cabello más, tampoco lo convierto en calvo, ni si sigo arrancando un
cabello unas cuantas veces. Por lo que podría imaginar que continuando arrancando un cabello a la vez,
nunca lo dejaré calvo.
Otro ejemplo es que si me subo a la butaca del cine, veré mejor, si unas cuantas personas me imitan,
verán mejor, pero es un sofisma de composición creer que si todo el mundo sube a su butaca, todos
verán mejor. Por el contrario, nadie verá mejor y crearemos importantes riesgos de caída (y de
frustración).
Creer que si una empresa gana al intentar ser la mejor, entonces todas las empresas ganarán
procurando ser la mejor.
Creer que si una empresa saca beneficios despidiendo a una persona, y luego a otra persona,
entonces seguirá sacando beneficios despidiendo a más personal.
La sociedad también cae en un grave sofisma de composición, el de creer que porque gana cuando unos
cuantas personas son muy competitivas, saldrá beneficiada si todos los ciudadanos se convierten en muy
competitivos.
Yo creo que en este último caso, por el contrario, significaría el final de la sociedad, el retorno a la ley de
la selva, y la desaparición progresiva de la humanidad, obcecada en que sólo puede quedar uno, lo que
evoca el mito de los inmortales.
No es posible liberar energías para cambiar e inventar cuando los empleados están demasiado
preocupados compitiendo unos con otros para complacer a los jefes.
Peter Senge
Estos sofismas de composición, no obstante, son el perfecto disfraz de los capitalistas especulativos –
¡que no se debe confundir con el capitalismo industrial! – que les permite librase de toda culpa. En efecto,
si aceptamos que lo que es bueno para algunos es bueno para todos, entonces los capitalistas
especulativos, a través de los tecnomanagers, obran para el bien común, sus beneficios son nuestros
beneficios, sus intereses: nuestros intereses. “Es la transmutación de los egoismos individuales en
comportamientos altruistas que justifica la búsqueda desenfrenada de resultados financieros28”.
Podemos calificar también de sofisma de composición la creencia de que lo que es bueno a pequeñas
dosis es aún mejor a grandes dosis. “Una aspirina alivia el dolor de cabeza, dos hacen aún más efecto y
más rápidamente, pues, tómate un tubo entero y estarás perfecto”. Es lo que ocurre con la competitividad
en la empresa, puesto que un poco de competitividad interna es beneficioso, pongamos la dosis máxima.
Roger Lambert29 realizó una serie de experimentos que permitieron relacionar el nivel de rendimiento en
una tarea con el nivel de competitividad - cooperación entre miembros del grupo. Los resultados pueden
verse en el diagrama siguiente, en el que el eje horizontal representa el nivel de competitividad entre
miembros del grupo y el eje vertical el nivel de rendimiento y productividad del grupo.
Cuando el nivel de competitividad es nulo, el rendimiento también lo es. Cuando sube el nivel de
competitividad, el rendimiento empieza subiendo hasta alcanzar un máximo, a partir del cual declina hasta
convertirse en nulo para un nivel extremo de competitividad.
Resulta muy importante comprender que hasta cierto nivel de competitividad, el rendimiento aumenta,
pero que declina pasado un punto más o menos situado en la media hasta llegar a ser totalmente nulo.
El hecho de que el rendimiento del grupo crezca cuando aumenta la competitividad interpersonal hace
creer a muchos mandos y directivos que la relación entre competitividad y rendimiento es una recta de
tipo y=ax+b. Sin embargo, son totalmente desconocedores de que, pasado el punto máximo, el
rendimiento disminuye hasta poder anularse. Están cayendo en el sofisma de generalización que consiste
en creer que si una pequeña dosis es beneficiosa, una dosis mayor lo será siempre más. Recuerde el
ejemplo de la aspirina.
Este error les hace creer que cuando el rendimiento baja, es porque han relajado la presión sobre sus
colaboradores y que estos se han acomodado, por lo que aumentan la presión y la competitividad. Así,
muchos mandos y directivos mantienen a sus colaboradores en una situación parkinsoniana en el punto
álgido de la curva, alternando presión competitiva con intentos de relajar la excesiva tensión, lo que se
traduce por una comunicación paradójica.
Está claro que al consumidor le gusta la Coca Cola (más que la tónica por
ejemplo), que tiene dinero suficiente para darse ese capricho y que el
vendedor de refrescos no tiene una oferta de Pepsi a mitad de precio!...los
precios del resto de bebidas alternativas no deben variar. Y así podremos
realizar un análisis riguroso.
1.1.4. Metodología de la Economía.
Vistos de esa manera los principios, las teorías, las leyes y los odelos económicos se
refieren fundamentalmente a la representación y a la interpretación dela realidad.
Los principios, leyes, las teorías y los modelos económicos deben entenderse dentro de
los límites circunstanciales de las ciencias sociales. Para cada una de las leyes
económicas existe la posibilidad de demostrarlas con hechos o de comprobarlas mediante
su confrontación con la relaidad.
Las leyes económicas son leyes de probabilidad; de ahí que se consideren hipotéticas y
estadísticas.
Hipotéticas, por que solo se demuestran si reúnen las condiciónes e hipótesis que fueron
previamente establecidas para su formulación.
Estadísticas, por que siempre se refieren al resultado global de una infinidad de datos.
(Santiago Zorrilla Arena, pag. 6-7).
Implican que se mantengan inalterados todos los demás factores que puedan interferir en
las magnitudes asumidas por las variables en observación. Es una condición que significa:
"" Mantener inalterados los otros factores o también permanecer iguales todos los demás
elementos. ""
CIENCIAS EMPÍRICAS
Son aquellas que justifican o verifican sus hipótesis mediante la experiencia.
Generalmente, los filósofos destacan la existencia de dos facultades cognoscitivas principales:
los sentidos (la percepción) y la razón. Llamamos "experiencia" (del griego "empeiria") al
conjunto de percepciones, y fenómeno a la realidad en tanto que se muestra a los sentidos;
así, podemos decir también que las ciencias empíricas se refieren a la realidad fenoménica,
oponiéndose ésta a la supuesta realidad trascendente de la que, por ejemplo, podría
ocuparse la filosofía. Dado que la percepción se puede dividir en externa (los cinco sentidos)
e interna (o capacidad para captar directamente la propia vida psíquica), cabe hablar de dos
tipos de fenómenos, los fenómenos físicos (dados a la percepción externa) y los fenómenos
psíquicos (conocidos por percepción interna). La psicología empírica únicamente puede tratar
los fenómenos, bien sean psíquicos como es el caso de las escuelas mentalistas, bien físicos
como el conductismo, pero debe renunciar a la realidad psíquica trascendente, las almas,
objeto legítimo, en todo caso, de la filosofía.