Cuidados Enfermeria Neonatal Garrahan PDF
Cuidados Enfermeria Neonatal Garrahan PDF
Cuidados Enfermeria Neonatal Garrahan PDF
enfermería neonatal
Tercera edición
Tercera edición
Cuidados en
enfermería neonatal
Tercera edición
•EDICIONES
BjoumaL
Comité Científico Neonatal-Hospital de Pediatría S .A .M .I.C Profesor Dr. J.P. Garrahan
Cuidados en Enfermería neonatal. - 3a ed. - Buenos Aires: Journal, 2 0 0 9 .
7 2 0 p .; 18x26 cm.
IS B N 9 7 8 -9 8 7 -1 2 5 9 -2 3 -6
1. Enfermería Neonatal
C D D 6 1 0 .7 3 6 2
© E d icio n es Jo u rn al, 2 0 0 9
Ju n ín 8 7 3 4 “H ” ( C 1 1 1 3 A A A ) C A B A -A rg e n tin a
I m p o r t a n t e : se ha puesto especial cuidado en confirmar la exactitud de la información brindada y en describir las prác
ticas aceptadas por la mayoría de la comunidad médica. N o obstante, los autores, traductores, correctores y editores no
son responsables por errores u omisiones ni por las consecuencias que puedan derivar de poner en práctica la informa
ción contenida en esta obra y, por lo tanto, no garantizan de ningún modo, ni expresa ni tácitamente, que ésta sea vigente,
íntegra o exacta. L a puesta en práctica de dicha información en situaciones particulares queda bajo la responsabilidad
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Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 2 5 .4 4 6 .
Prólogo....................................................................................................................................................XI
Introducción ......................................................................................................................................... 1
Fichas técnicas:
Lavado de manos antiséptico ......................................................................................................... 665
Intubación endotraqueal ................................................................................................................. 667
Aspiración de secreciones................................................................................................................ 671
Fijación del tubo endotraqueal ....................................................................................................... 675
Colocación de sonda orogástrica o nasogástrica.......................................................................... 678
Colocación de sonda transpilórica .................................................................................................. 681
Drenaje to rácico ................................................................................................................................ 684
Drenaje pleural de emergencia ....................................................................................................... 687
Sondaje ve sica l.................................................................................................................................. 690
Colocación catéter venoso periférico ............................................................................................. 693
Colocación catéter epicutáneo ....................................................................................................... 696
En los últimos años se ha producido una innegable evolución en el cuidado intensivo neo
natal, y con ello, una disminución de la mortalidad y una optimización progresiva en la sobre
vida de los recién nacidos de menor edad gestacional y/o con patologías complejas.
Junto con este avance, la enfermería neonatal se ha convertido en un campo de práctica
altamente especializado al que cada uno de nosotros, como profesionales, debemos responder
actualizándonos permanentemente, a fin de poder brindar cuidados eficientes de alta calidad,
sustentados en la mejor evidencia disponible.
Los cuidados que se proporcionan al neonato y a su familia son complejos, y requieren dis
poner de habilidades relacionadas con la evaluación y la planificación. Asimismo, es necesario
efectuar una valoración permanente de los resultados de cada una de nuestras intervenciones.
La propia naturaleza de estos cuidados hace que el profesional se esfuerce en evitar cual
quier riesgo que puedan sufrir los pacientes, así como generar nuevas conductas o modificar
ambientes en función del neonato y su familia, favoreciendo el crecimiento de ambos a través
de la educación en la crianza.
En este contexto, la edición del libro Cuidados en enferm ería neonatal ocupa un lugar de
privilegio, ya que permite contar con un valioso material de referencia en tanto herramienta de
consulta para la práctica, la educación o la investigación.
El acceso a esta publicación posibilitará contar con bibliografía actualizada y completa
tanto al personal de enfermería que recién ha comenzado a desempeñar funciones como a
aquellos que ya tienen competencia técnica y se encuentran transmitiendo prácticas.
Los capítulos de este libro han sido desarrollados por un grupo de enfermeros y colabora
dores de alto nivel profesional, destacado dentro de las áreas de neonatología y enfermería. Sin
dudas, la práctica profesional de cada uno de ellos constituye la expresión del conocimiento,
al tiempo que son líderes a partir del vasto rol profesional que desarrollan, tanto en el ámbito
científico como en la práctica clínica.
La amplia cobertura de los temas permite profundizar en los aspectos de gestión indis
pensables para la administración del mencionado cuidado de calidad, la recepción del recién
nacido y la determinación del tipo de patología materna que pueda impactar en este período
crítico de la vida del neonato. Asimismo, proporciona los conocimientos necesarios como para
efectuar un traslado libre de riesgos. E l recorrido por los cuidados del paciente, tanto crítico
como crónico, y la revisión de los procedimientos han posibilitado la concepción de un texto
de consulta permanente para el personal de enfermería neonatal.
Así como, tanto en el territorio nacional como en países limítrofes, se considera al H ospi
tal Garrahan un referente ineludible de la mejor atención para los recién nacidos de alta com
plejidad —lo cual trasciende por su aporte a la sociedad mediante la atención pediátrica-, este
grupo de enfermería ha marcado también un hito, diseminando su conocimiento y su expe
riencia hacia todas las áreas nacionales e internacionales a través de la presente publicación.
Resulta innegable el aporte del área de enfermería a la salud materno-infantil. Som os un
recurso humano crítico e indispensable para mejorar las cifras de morbimortalidad infantil y
neonatal. América Latina, particularmente, requiere contar con profesionales de enfermería
conscientes de esta necesidad, que desempeñen un rol destacado en la asistencia, la docencia
y la investigación.
Por todo lo expuesto, considero que este libro constituye un aporte valiosísimo para la en
fermería de nuestro país, de América Latina y de habla hispana. Asimismo, felicito al grupo de
enfermeros de neonatología del Hospital Garrahan, por servir de motivación y ejemplo para
que otros grupos de enfermeros de distintos ámbitos de ejercicio profesional puedan replicar
esta iniciativa en función de continuar ampliando nuestros conocimientos y transmitiendo
nuestras experiencias en el cuidado de los recién nacidos.
Descontando que se constituirá en un material valiosísimo para nuestra disciplina y para
otros profesionales del equipo de salud, y complacida por el honor de haber sido seleccionada
para escribir el prólogo de esta nueva edición, deseo que cada lector o consultor de este volu
men pueda valorar el esfuerzo que significa escribir y editar un libro de estas características y
que pueda, además, contagiarse del espíritu, la dedicación y el compromiso de este grupo de
enfermería neonatal, cuyo rol transciende la simple escritura.
La Neonatología se ocupa de uno de los períodos más vulnerables del ser humano, los pri
meros 2 8 días de vida. El otro lapso crítico sobreviene cuando la persona supera los 7 0 años
de edad, a causS de los riesgos a que se encuentra expuesta y de que su morbimortalidad se
incrementa.
La mortalidad neonatal es el indicador más elemental para expresar el nivel de desarrollo
que tiene la atención del recién nacido en un área geográfica determinada o en un servicio. Se
define como el número de recién nacidos fallecidos antes de completar los 28 días de vida por
cada 1 0 0 0 nacidos vivos. A diferencia de la mortalidad posneonatal, que se desencadena entre
los 2 8 días y el año de vida, la mortalidad neonatal depende más de una buena atención peri-
natal y del tratamiento especializado del neonato que de los factores ambientales y sanitarios.
En las últimas décadas, el tratamiento y los cuidados que se dispensan a los neonatos han
experimentado un desarrollo acelerado, sustentado en el diagnóstico prenatal y perinatal del
recién nacido de alto riesgo, el cuidado especializado y el avance de la tecnología que permite
la sobrevida de los niños críticamente enfermos y de bajo peso al nacer, como así también, la
planificación del seguimiento de los cuidados del recién nacido de alto riesgo dado de alta. Este
desarrollo se basa también en la bioética como herramienta indispensable en el manejo clínico
de esta población tan vulnerable y la racionalización de los costos del cuidado del recién nacido
de alto riesgo y la optimización de los resultados.
S e estima que sólo en un 10% del total de los nacimientos el bebé requiere de algún tipo
de asistencia para iniciar la respiración al nacer. D e ese porcentaje, únicamente el 1% necesita
medidas más complejas de reanimación para sobrevivir. La madurez expresada en la edad ges-
tacional y el peso de nacimiento, son dos parámetros que permiten determinar la sobrevida
del recién nacido
El perfeccionamiento en el conocimiento de los problemas del recién nacido críticamente
enfermo y sus necesidades, sumado a una mayor disponibilidad tecnológica, ha permitido el
aumento de la sobrevida de recién nacidos pretérmino, sobre todo de aquellos con una edad
gestacional extremadamente baja y peso de nacimiento inferior a 1 5 0 0 g, denominados “de
muy bajo peso al nacer”. Esta situación trae aparejado un incremento de la morbilidad neona
tal, con sus correspondientes secuelas.
La morbilidad de estos pequeños pacientes se traduce en trastornos en el sistema cardio
vascular y el sistema nervioso central, expresados en hemorragias ventriculares e infartos pe-
riventriculares; en el aparato digestivo, con enterocolitis necrosante, y también en desórdenes
homeoestáticos y metabólicos.
Este tipo de desórdenes requiere de:
En Neonatología, los avances y los buenos resultados no se relacionan sólo con el desa
rrollo tecnológico y el incremento del conocimiento de la íisiopatología de los neonatos, sino
también con las condiciones socioeconómicas de determinado país o región. La eficiencia, la
eficacia y la equidad de los cuidados neonatales se vinculan con el Sistem a Sanitario Nacional
y con los recursos disponibles. Desde un punto de vista teórico, el requerimiento apunta a la
conformación de una red de referencia y contrarreferencia compuesta por centros e institucio
nes de diferentes niveles de complejidad y por un sistema de transporte materno-fetal y neo
natal eficiente que proporcione al neonato el cuidado que necesita de acuerdo con su estado
crítico.
En un país como la Argentina, donde la desigualdad en el acceso a la atención médica
impacta principalmente en dos áreas, la salud m aterno-infantil y la salud de los ancianos, el
M inisterio de Salud de la N ación y la D irección de Salud M aterno Infantil proponen pro
gramas para superar estas inequidades a través de la articulación con el Sistem a Sanitario
Provincial, al tiempo que formulan N orm as Nacionales de Atención de la Embarazada y del
Recién Nacido ♦
) Escuela de la Cruz Roja (1 9 2 0 )
) Escuela de Enfermería H L . de Roffb (1924)
) Escuela de Enfermería de la Secretaría de Salud Pública de la Nación (1947)
El surgimiento de la Neonatología como especialidad se remonta al año 1882, con las ob
servaciones de Pierre Budín (médico francés, considerado padre de la disciplina), quien escri
bió un libro sobre niños con problemas que habían nacido de parto prematuro y describió al
recién nacido de acuerdo con la edad gestacionaL
En 1941, Julius Hess organizó, en el Hospital Michael Reese de Chicago, Estados Unidos,
las primeras unidades de cuidados para recién nacidos prematuros.
Durante las décadas de 1940 y 1950, se puso en marcha la unificación de los criterios
para el manejo de recién nacidos prematuros y surgieron las primeras incubadoras para la es
tabilización térmica. A partir de ese momento, se incrementaron el conocimiento y la tecnolo
gía para la atención de los recién nacidos prematuros y con enfermedades de origen genético y
hereditario, lo cual posibilitó la sobrevida en buenas condiciones de millones de niños en todo
el mundo.
En 1967, el Colegio Americano de Ginecología y O bstetricia reconoció la necesidad de
que obstetras y neonatólogos trabajaran en estrecha relación para disminuir la morbimortali-
dad perinatal. Así, en 1973 surgió en los Estados Unidos, el primer servicio de cuidados pe-
rinatales.
A partir de la década de 1960, se hizo creciente hincapié en la atención especial de enfer
mería, en los cuidados de asepsia, antisepsia y lavado de manos para la prevención de infeccio
nes intrahospitalarias.
Origen de la Neonatología en Argentina
• Enfermería en Neonatología
Esta sección se limitará a mencionar hechos que fueron importantes para el avance en el
cuidado de pacientes de Neonatología en hospitales pediátricos y servicios de Neonatología de
nuestro país. Seguramente, cada provincia podrá contar su historia; no obstante, en los gran
des aspectos, es necesario destacar la labor de un conjunto de enfermeras. S e hará referencia a
aquellas profesionales que dejaron testimonios de su paso por la especialidad.
D e manera paralela a la apertura de los servicios de Neonatología, y ju nto a las figuras de
los médicos responsables, fueron las enfermeras quienes trabajaron con gran perseverancia. Se
formaron equipos muy consustanciados con sus tareas, cada uno de los cuales aportó temas
relacionados con sus respectivas competencias.
Los servicios de Neonatología que se mencionan más arriba contaron, en su habilitación,
funcionamiento y desarrollo, con la presencia de enfermeras altamente calificadas que integra
ron los equipos aportando conocimientos idóneos. Su preparación fue, en general, paralela a la
de los otros profesionales, incursionando por tiempos variados de experiencia competente en
el exterior (Estados Unidos, Italia, Chile, entre otros).
Los autores argentinos de textos sobre Neonatología señalan que la formación profesional
de las enfermeras fue determinante para transformar los resultados en la atención de salud de
los recién nacidos, al tiempo que posibilitó el proceso de crecimiento y desarrollo de los niños,
con mayores controles y mejores cuidados.
Dentro de las pioneras en el desarrollo de la enfermería neonatal en Córdoba se destaca, por su
interés y por la pasión puesta al servicio de los recién nacidos, Alicia Celia Casarán, quien desarrolló
el servicio de la Maternidad Nacional como área descentralizada del Hospital de Clínicas de Cór
doba.
Casarín escribió, ju n to con Torres y Domínguez, el M anual de Enferm ería de normas y téc
nicas neonatológicas, publicado por la Universidad Nacional de Córdoba en 1976. S e trataría
del primer libro escrito sobre enfermería en Neonatología en la Argentina.
En 1981, M aría Teresa Beltrán, enfermera je fa del servicio de Neonatología del Hospital
Italiano de Buenos Aires, escribió algunos capítulos del libro Neonatología. Práctica p a ra m édi
cos pediatras, de la editorial Argón, de José M aría Ceriani Cernadas, por entonces jefe del ser
vicio de Neonatología del mencionado hospital.
Ángela G onch eff tuvo una destacada actuación en el desarrollo de la enfermería neona
tal en el H ospital Sarda. Fue, hasta fines de los años ochenta, formadora de las enfermeras
que aspiraban a instruirse en el cuidado del recién nacido de alto riesgo. Participó en dife
rentes eventos nacionales e internacionales y estuvo presente cuando se solicitó su palabra
autorizada acerca de la enfermería neonatal para la organización de nuevos servicios en
todo el país. Participó, en calidad de colaboradora, del libro N eonatología. Actualizaciones.
Instructivo p a ra médicos y enferm eras, de la Editorial Ergon (1 9 8 2 ), cuyo autor fue Miguel
Larguía.
En 1988, el servicio de Neonatología del Hospital Garrahan comenzó a recibir pacientes.
El trabajo conjunto del jefe del servicio, Augusto Sola, y la jefa de enfermería, Ana Quiroga,
dio como resultado una prestación modelo, cuyo desarrollo ha trascendido el ámbito nacio
nal. S e trata del servicio de Neonatología de mayor complejidad del país, que ha servido de
ejemplo para la organización de otros servicios provinciales. La Lie. Ana Quiroga es coautora,
ju nto con F. Egan y M . Raviota, del capítulo X X , “Cuidados de enfermería” del libro Cuidados
especiales del fe to y el recién nacido, escrito por Augusto Sola y M . Rogido y publicado en 2001
por la Editorial Científica Interamericana.
E l trabajo de Q uiroga fue continuado y ampliado por otras enfermeras que pusieron
todo su empeño para hacerlo trascender, aun en los momentos más difíciles. La actual titu
lar, Delia Vargas, ha tenido la responsabilidad de mantener la calidad del servicio, contribuir
con su desarrollo, capacitar a las nuevas generaciones de enfermeras e iniciar investigaciones
en el área de la enfermería neonatal desde 1993 hasta la fecha. Durante el período 2 0 0 3 -
2 0 0 5 , Vargas fue reemplazada por N orm a Erpen, quien continuó con la tarea de enriquecer
el servicio.
Por último, es importante mencionar algunas actividades de capacitación en enfermería
neonatal que se desarrollan actualmente en nuestro país:
Bibliografía
Introducción
En la Argentina, las fuentes de financiamiento del Sistem a Sanitario Nacional tiene diver
sos orígenes: el Estado y la seguridad social solventan el mayor porcentaje del gasto en salud
con los aportes salariales.
Las fuentes de financiamiento para la salud son:
O Sector público: en el Estado nacional, los recursos provienen del tesoro nacional; en los
estados provinciales y en la ciudad de Buenos Aires, provienen de la coparticipación fede
ral de impuestos, la recaudación de tributos propios y la transferencia del Estado nacional;
los estados municipales cuentan con recursos de la coparticipación provincial y con tribu
tos locales.
O Sector de la seguridad social: está compuesto por obras sociales nacionales y provinciales,
cuyos fondos provienen del aporte de los trabajadores activos y de contribuciones patrona
les, y por el PA M I, cuyos recursos surgen del aporte de los trabajadores activos y pasivos
y de contribuciones patronales.
O Sector privado: se financia con el aporte de los trabajadores que adquieren seguros volun
tarios, compran bienes y servicios de salud.
El hospital fue inaugurado el 2 5 de agosto de 1987, pertenece al sector público y fue crea
do por el Poder Ejecutivo Nacional como ente descentralizado, dependiente del M inisterio de
Salud de la Nación y del Gobierno de la Ciudad de Buenos A ires,.
Nació con un perfil orientado preferentemente hacia la atención de patologías que requie
ren diagnósticos o tratamientos complejos, con el objeto de constituirse en centro público de
referencia y resolver la demanda derivada de otros establecimientos de atención pediátrica zo
nales y regionales, especialmente en el área metropolitana.
En 1 9 8 4 se conformó una comisión que definió el perfil del hospital de Pediatría, el cual
aspiraba a alcanzar tres objetivos principales:
Para cumplir con estos objetivos, se propuso un modelo que incluía tres aspectos sobresa
lientes. La organización de la atención en cuidados progresivos, una organización y adminis
tración descentralizada y por último, una relación estrecha con la seguridad social.
Trabaja con la modalidad de cuidados progresivos, a fin de brindar a los pacientes la aten
d ón que requieren en cada etapa de la evolución de su enfermedad.
Com o hospital de referencia nacional, recibe pacientes derivados de otras instituciones o
demanda espontánea. Recientemente, con el apoyo del M inisterio de Salud de la Nación, im
plemento el Programa de Referencia y Contrarreferencia, a efectos de promover la atención
integrada por niveles de complejidad progresiva en cada provincia.
El hospital cuenta con 5 5 4 camas, distribuidas por especialidades del siguiente modo:
• Neonatología
Figura 2.1 Ingresos anuales de pacientes durante el período 2001 -2005 en el servicio de Neonatología del
Hospital Garrahan. Fuente estadística del área.
Figura 2.2 Egresos y mortalidad de los últimos diez años en Neonatología del Hospital Garrahan. Fuente
estadística del área.
3 Carga de trabajo
3 Entorno laboral
3 Complejidad del paciente
3 Capacitación del personal
Aspecto cualitativo
Aspecto cuantitativo
O La carga física de trabajo o la fisiología del trabajo, la cual está relacionada con la ergono-
mía. Esta describe la organización metódica del trabajo y el acondicionamiento del equipo
en función de las características del trabajador.
O La carga mental relacionada con las operaciones intelectuales vinculadas con el trabajo,
las estructuras, los mecanismos de la toma de decisiones y la fatiga nerviosa por la lucha
contra el sueño.
O La carga psicoafectiva (la menos conocida y la más difícil de medir) se sustenta en el su
frimiento y la muerte de los enfermos. La actitud de los enfermeros fluctúa entre la gene
rosidad, la abnegación y el altruismo, como contrapartida del horror, la rebelión, el fatalis
mo, el cinismo. Estas permanentes situaciones de estrés llevan al personal a sufrir lo que
se denomina “síndrome de desgaste profesional (burnout)”, que explica y define el desgaste
psicoemocional.
El panorama actual muestra diversos instrumentos para medir las cargas de trabajo en E n
fermería, los cuales pueden dividirse en dos grandes grupos.
Comprende aquellos métodos que categorizan a los usuarios en relación con su grado de
dependencia y con las necesidades específicas de asistencia.
En 1991, las enfermeras de Neonatología del Hospital Garrahan crearon el Comité Cien
tífico de Enfermería Neonatal (C C E N ), con el propósito de actualizar las normas de procedi
mientos, organizar actividades de capacitación y unificar criterios, a efectos de categorizar a los
pacientes de acuerdo con la demanda de cuidados directos, según el grado de dependencia y el
nivel de riesgo.
S e elaboró una clasificación, que pertenece al primer grupo de instrumentos, que fue utili
zada como punto de partida para el cálculo y la distribución del personal.
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El conocimiento y el aprendizaje
organizacional
Delia Vargas González - Gladys Ovando
L
dos, las institudones de la salud enfrentan el desafio de gestionar el conodmiento para mejorar
su competitividad y eficada. En este contexto, los servicios de enfermería tienen que rescatar la
experiencia, las habilidades y la información generadas en el proceso de cuidados, y convertir ese
capital en conocimiento explícito, para transmitirlo a todos los integrantes de la institución.
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Gestión de los recursos materiales
Delia Prego
• Introducción
En los hospitales pertenecientes a la red pública hay un marco legal de referencia que regu
la los procedimientos de adquisición, recepción y pago de las compras, el cual permite garan
tizar la transparencia y la libre concurrencia de oferentes.
Una de las principales características en este rubro es que el hospital debe informar qué
criterios utiliza para realizar las compras, por intermedio de los cuales éstas serán adjudicadas
(presentación de pliegos, precio, calidad, plazo de entrega, etc.). Los métodos de compras son:
por licitación, por compra directa o por provisión del nivel central.
El proceso de administración de los recursos materiales implica un trámite complejo; debe
tenerse en cuenta todo lo que significa su adquisición y su contabilización, así como su alma
cenamiento y distribución.
Si se analiza la gran cantidad de rubros de insumos que se utilizan, es posible observar que
gran parte de la demanda de los mismos puede determinarse y, en consecuencia, programarse.
Existen otros rubros cuya demanda es aleatoria, imprevisible o desconocida. En este caso, es
necesario prever un recurso presupuestario para una adquisición oportuna.
Para reducir los tiempos de cada compra y para que cada proveedor entregue los insumos
en base a los requisitos impuestos por la institución, resulta fundamental que los integrantes
de los sectores de apoyo (farmacia, esterilización, tecnología biomédica, entre otros) confeccio
nen catálogos con las especificaciones acerca de cada producto y/o equipo.
Actualmente, el Hospital Garrahan continúa perfeccionando este sistema que permite se
leccionar desde el comienzo la calidad de los productos y/o equipos requeridos. Esto implica
que los proveedores mejoren la calidad de su producción y a su vez, que los clientes internos op
timicen el método de evaluación de insumos, a fin de evitar las objeciones legales que invaliden
la desestimación de materiales y/o equipamiento considerados menos convenientes para su uso.
De este modo, se establece un control mutuo implícito que favorece a quienes intervienen en la
operación, en lo que importa el paso más conveniente a seguir para optimizar el sistema de compras.
Es importante, además, el funcionamiento de comisiones de evaluación, de insumos des-
cartables y de tecnovigilancia, entre otras, las cuales favorecen la elección de los mejores mate
riales y el conocimiento de las distintas opciones que ofrece el mercado, al tiempo que optimi
zan las solicitudes de insumos y equipamiento.
El anáfisis conjunto, desde la óptica de las distintas profesiones, permite obtener datos más preci
sos sobre las características que se requieren respecto de los materiales a comprar. A su vez, constituye
un intercambio de conocimientos técnico científicos que enriquece a los integrantes del grupo.
En tal sentido, estas comisiones deben estar constituidas por un equipo multidisciplinario
integrado por personal de enfermería, médicos, farmacéuticos, técnicos en esterilización, con
tadores, entre otros, a efectos de poder analizar las necesidades y los costos.
O tro aspecto im portante es el marco legal mediante el cual se adjudican las licitacio
nes. En este caso, deben tenerse en cuenta los fundam entos en que se sustenta la desesti
mación de un producto. E stos fundam entos deben ser debidam ente explicitados, a fin de
no incurrir en errores que los invaliden. Para ello, resulta fundam ental que los usuarios
d e los m ateriales y/o equipos efectúen una evaluación práctica y directa, mediante el em
pleo y la observación de m uestras representativas de cada producto, a fin de realizar los
aportes necesarios.
En esta evaluación, resulta fundamental la intervención de enfermería, a raíz de su accio
nar directo con los pacientes.
En la adquisición de los recursos materiales intervienen también diversos factores como
los condicionantes internos, la calificación, la cuantificación, los condicionantes externos y la
situación económica general (Tabla 4.1).
Factores Características
Costos
3 Costos directos: están claramente asignados a una sola unidad de referencia (producto o
departamento). Por ejemplo, el personal asignado a un departamento y la amortización de
un equipo que allí se utiliza. Este tipo de costos permite discontinuar productos o servi
cios deficitarios.
O C ostos in d irectos: son los costos com unes a todo el hosp ital. S e distribuyen o im pu
tan según un criterio : superficie, kilos, horas, cantidades varias. Por ejem plo, el co s
to del servicio de adm isión centralizado, lim pieza, electricidad, lavandería, agua.
• Servicios de enfermería
Desde el servicio de enfermería se deben definir los recursos materiales que se requie
ren, especificar sus características, realizar el cálculo de necesidades y conocer su precio en
el mercado.
Teniendo en cuenta los puntos mencionados, es posible afirmar que contar con estos ma
teriales, insumos y equipamiento ayuda a cumplir los siguientes objetivos:
O Contribuir a brindar cuidados que tiendan a mejorar la salud del paciente, asegurando in
sumos y equipos de la m ejor calidad.
O Compensar los impedimentos funcionales y/o posturales: accesibilidad para solicitar los
recursos materiales necesarios.
O Aplicar tratam ientos terapéuticos en cada sector: por la disponibilidad de los insumos
necesarios.
O Prevenir riesgos, aportar seguridad: disponibilidad de servicios de apoyo que respondan al
área de enfermería con la provisión de los elementos necesarios.
O C riterios para la tipificación de los recursos m ateriales y equipos de uso de enferm ería
para cada sector de trabajo: conocim ientos científico-técnicos.
O C riterios para el cálculo de cada tipo de recurso por sector de trabajo y por período:
conocim ientos científicos y prácticos de las necesidades de la institu ción; área, servi
cio y población que realiza la demanda.
O Sistem a de aprovisionamiento de recursos materiales: comunicación con los sectores de
apoyo.
O Sistem a de control de recursos m ateriales (inventario): conocim iento de los insumos/
equipos con los que se cuenta.
O Normas para la utilización de recursos materiales pautadas de manera multidisciplinaria.
O Inform es de deterioros, roturas y pérdidas: para su reposición y evaluación de posibles
técnicas que eviten un rápido deterioro de los m ateriales.
O Form as de control de consum os: adaptables a la organización.
O N orm as de conservación y uso de recursos m ateriales: en concordancia con las reco
m endaciones universales.
O Sistem as de aprovisionam iento de m edicam entos. Formas de conservación y normas
de aplicación. D efinición de los registros correspondientes y requisitos de confección:
en concordancia con las norm as universales*
Bibliografía
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Aspectos legales de enfermería
Elena Perích
• Responsabilidad
Responsabilidad y legislación
El Estado informa legalmente la existencia y entrada en vigencia de una ley mediante pu
blicación en el Boletín Oficial, y nadie puede aducir desconocimiento. Su ignorancia no exclu
ye su cumplimiento, y existe sanción en caso de infracción. Aún hoy, un porcentaje importante
de colegas con distintos niveles de formación no identifica la ley a la que debe ajustar su ejer
cicio en la institución donde se desempeña. Considera estar realizando intervenciones no des-
criptas en la ley y desconoce si existe normativa interna, aunque reconoce que las instituciones
han efectuado actividades informativas sobre la ley o temas legales con variada participación
del personal de enfermería.
En 1991, la Ley 2 4 .0 0 4 incorporó el concepto de ejercicio libre y autónomo. H an persis
tido dificultades en su diferenciación: ejercicio libre relacionado con la modalidad contrac
tual sin relación de dependencia, autogestión de prestación de servicios, enfermera empresaria
(consultorios, gabinetes, internación/prestaciones domiciliarias); ejercicio autónomo vincula
do con la capacidad de deliberar, decidir, implementar y asumir las consecuencias de la acción
u omisión de un cuidado sin que medie otra prescripción que la propia de enfermería, inde
pendientemente del área, el ámbito y la modalidad de relación laboral. A causa de la vulnerabi
lidad, el nivel de dependencia, la complejidad de cuidados y de tecnología y la presencia de los
padres, el cuidado del neonato ofrece una vasta posibilidad de intervenciones autónomas que
amerita la revalorización de la satisfacción de las necesidades básicas. Entre ellas, higiene del
neonato, cambios de posición, verificación de la integridad de piel y mucosas en zonas de apo-
yo (narinas con sondaje nasogástrico, occipital, temporal), protección ocular; educación y sos-
ten de los padres, implementación de todas las etapas del proceso de atención de enfermería
(PA E) (prevista en el artículo 3 de la reglamentación de la Ley 2 4 .0 0 4 , inciso 18 a, h, o, m, r)
y las funciones de gestión del servicio, docencia a estudiantes de enfermería e investigación.
Mientras no se reconozcan y desarrollen estas funciones del campo disciplinario, se continua-
rán ejerciendo actividades delegadas y compartidas de diversa complejidad en desmedro de las
propias, e indelegables a personal con menor preparación, a otros profesionales o a los padres.
Es necesario recordar que lo que se delega difícilmente se recupera.
El trabajo en relación de dependencia no exime de la responsabilidad derivada de la forma
ción, autonomía y legislación vigente.
Una característica profesional consiste en brindar un servicio a la sociedad, en este caso
continuo, ininterrumpido, que debe asegurar prestaciones que no comprometan la subsisten
cia del neonato; por ejemplo, en caso de huelgas u otra modalidad de reclamos por condiciones
de vida y trabajo.
La carencia de recursos humanos calificados o de insumos, así como las deficiencias edi-
licias por problemas económicos o falta de mantenimiento, tornan más complejo el camino a
recorrer. La inimputabilidad o eximición de responsabilidad ante daños o perjuicios (acciden
te o prestación insuficiente) derivada de estas falencias está prevista en el artículo 22, siempre
que las intervenciones se ajusten a las normas y hayan sido denunciadas. Ambos mecanismos
aún no han sido construidos. Los eximentes, atenuantes o agravantes requieren de la interpre
tación o consideración de las circunstancias que rodearon al hecho: el contexto (la realidad
social), antecedentes históricos y legislativos.
Durante muchos años se pensó a la enfermera como una ama de llaves, haciéndola respon
sable de que todo funcione sin tener en cuenta a la jefatura médica. H a llegado el momento de
asumir una función compartida y descartar definitivamente el modelo de “ama de llaves”.
Las carencias y falencias aumentan el nivel de estrés laboral y de deterioro de la salud.
Ser socios solidarios y responsables en la gestión de la atención disminuirá el estrés y evitará
el creciente síndrome de desgaste profesional (burn out), con el consecuente abandono de la
profesión y las posibles demandas por mala práctica (daños culposos derivados de la práctica
profesional por error, conducta inadecuada, carencia o falta de habilidad injustificable).
El peritaje para determinar si la conducta profesional fue la correcta corresponde a un
colega o a otro integrante del equipo; esta conducta es sancionada por el Estado mediante el
Código Civil (C C ), el Código Penal (C P ) o Administrativo, y el Capítulo V I de la Ley 24.004,
artículos 19, 20, 21, mientras que la falta ética serán evaluadas en relación con los códigos de
ética pertinentes (por ejemplo, el código de ética del Consejo Internacional de Enfermeras).
La responsabilidad se incrementará de acuerdo con la preparación y la experiencia (A rtí
culo 9 0 2 del C C ) o se agravará cuando exista contrato de confianza-ejercicio libre (Artículo
90 9 del C C ).
Las figuras jurídicas más habituales son, por un lado, la figura de daños o delitos y por el
otro, la de daño culposo o no intencionado (Tabla 5.1).
Figuras jurídicas
-Daños o delitos: dolosos o con intención deliberada -Daño culposo o no intencionado: acción con ausencia
de transgredir el orden jurídico (artículo 1972 del CP), de intención deliberada y sin cuidado necesario o
homicidios eutanásico o delictivo agravados (artículo diligencia debida a circunstancias de personas, tiempo
85) y aborto. Existe una tipificación dentro de los delitos y lugar. Se causa daño previsible, penalizado en el
intencionados, en los que el personal de enfermería CC, artículo 512; CP, artículo 84 (muerte), artículo 94
puede verse involucrado por Falsificación o adulteración (lesión), artículo 106 (abandono de persona). Los delitos
de documentos en general. culposos pueden estar relacionado con los avances
tecnológicos y las condiciones sociolaborales.
Estas situaciones generalmente no se perciben
como probables causas de demanda a raíz del -Conductas:
desconocimiento del personal y del paciente o grupo
familiar Imprudencia: exceder los límites de incumbencias,
desarrollar funciones de otros profesionales, realizar
-Conductas: evaluaciones incompletas, superficiales.*
Registros de controles o tratamientos no realizados. Impericia: directamente relacionada con la formación
y/o experiencia; por ejemplo, lesión por punción en
Invasión de la intimidad; revelación de información sin zona inadecuada o mal uso del material.*
justa causa (secreto profesional).
Negligencia: ausencia o incumplimiento objetivo del
Ataque y agresión por realizar procedimientos, sobre deber de cuidado; por ejemplo, errores en la medicación
todo invasivos, sin el consentimiento del paciente o por omisión de los cinco controles de enfermería que
tutor. se deben hacer antes, quemaduras, caídas, pérdida
de pertenencias, tratamientos a pacientes que no
corresponden, evaluaciones y controles insuficientes;
propagación de enfermedades.*
Inobservancia de reglamentos y deberes del cargo:
es el no cumplimiento o desempeño deficiente de
una función esperada, como la no denuncia de
condiciones insuficientes de trabajo o de la falta de
recursos humanos de calidad; la omisión o deficiencia
de registros, la no fiscalización de acciones delegadas
o la delegación en situaciones de riesgo (responsable
indirecto).*
*En estos casos, adquiere importancia la documentación y el registro de eventos adversos o incidentes en planillas precodificadas.
# Documentación
Etapas Conductas
Cuál era el deber de cuidado reconocido legalmente Valorar la función respiratoria completa sin aumentar
derivado de funciones e incumbencias, derechos, el estrés
deberes y obligaciones
Correcta administración de oxígeno con cuidado de
los ojos
Comprobar el incumplimiento del deber o conducta No evaluar con la frecuencia necesaria los cambios
reprochable. Si hubo omisión de actuación según las en la situación del paciente, así como signos de
normas, estándares o protocolos legalmente aprobados complicación ó dificultad (índice de Silverman, cianosis,
o de uso habitual de conducta y cuidado signos no respiratorios, resultados de exámenes
complementarios).
No verificar con frecuencia el uso del oxígeno y la
oclusión correcta de los ojos
Existencia de daño físico, emocional y/o mental Agravamiento del síndrome de dificultad respiratoria
con imposibilidad de lograr la estabilización
respiratoria; hipoxia grave
Conexión entre la conducta del actor acusado y el No evaluar la dificultad respiratoria -» displasia
resultado del daño broncopulmonar (muerte)
No cuidar los ojos; retinopatía-* ceguera
miento de la legislación vigente y aplicar sanciones a aquellas instituciones y/o personas que
la infrinjan.
Asimismo, también es de consideración especial la relación entre colegas, que por lo general
surge como situación conflictiva a enfrentar en el ejercicio cotidiano y que, seguramente, influye
en la calidad del cuidado. Las demandas disminuyen si la relación con los profesionales que inter
vinieron fue satisfactoria. Para ello, es esencial que la atención refleje vínculos armoniosos tanto
entre los integrantes del equipo de enfermería como entre éste y el resto de los profesionales.
E l increm ento de la seguridad a las personas atendidas y al personal de enferm ería
debe generar espacios en la form ación y el ejercicio para la reflexión y el análisis de la p ro
ducción de eventos adversos, así com o dism inución del tem or a la sanción y a la demanda
legal que, instalada (aunque luego no prospere) implica conflictos y costos personales y
profesionales.
El proceso de reconocimiento jurídico, social y laboral amerita imperiosamente reconocer
los alcances de nuestra formación, nuestros derechos y deberes u obligaciones. También impli
ca la integración en comités o grupos de trabajo/estudio interdisciplinario, el usufructo y goce
de la autonomía en el ejercicio, el no abandono de nuestras funciones indelegables y únicas, la
inserción en nuevos campos de actuación, la defensa de la inclusión en la carrera profesional
(al igual que otros profesionales con título de grado) y el compromiso de obrar en defensa de
los que atendemos y de los grupos de riesgo (neonato y su familia). A ello se suman la respon
sabilidad de participar activamente en nuestras organizaciones profesionales representativas,
para revertir lo que consideramos injusto y afianzar o defender todo aquello que conduzca al
desarrollo humano y al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y, por ende, de no
sotros mismos.
Conclusión
Bibliografía
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im
Ética y enfermería
Edith Aguilar Flores
# Introducción
Ética
Desde el punto de vista etimológico, “ética” proviene del griego, ethos. Es Aristóteles quien
define el término como temperamento, carácter, modo de ser, hábito. Por lo tanto, ética no es
la ciencia de las costumbres, sino el tratado del carácter o personalidad.
La ética en sí misma es el estudio de las razones, de los actos humanos de la moral. N o es
una disciplina normativa (como bien lo es la moral) en el sentido de imponer reglas de conduc
ta, sino que es el estudio de los fundamentos, el origen y las variantes del comportamiento.
La clave de la ética está en el problema de la libertad. ¿El hombre es dueño de sus actos, o
estos están determinados por una fuerza superior a la que obedece aunque crea ser libre:1
Los seguidores de K ant pretenden concluir que no existe ninguna ley universal anterior
al hombre, que sólo existe la ley individual, que lo confirma como tal a partir de la premisa "lo
que es bueno para unos no lo es para otros”. Por consiguiente, no podría existir la sociedad hu
mana, ya que la vida social se sustenta en el reconocimiento de principios iguales para todos
sus integrantes, donde las acciones son indiscutiblemente buenas y malas.
Por lo tanto, existen una bondad y una maldad intrínsecas y absolutas. Por consiguiente,
existe el valor universalmente entendido como bien, y su ausencia es considerada el mal.
Lo ético vuelve para retomar su sentido original: el deber sigue al ser. Lo que debemos ha
cer está, de algún modo, en nuestra naturaleza y depende de lo que realmente somos.
La ética es aliada y comunicante de la naturaleza humana, que es el principio dinámico de
operación de nuestra esencia. Es preciso, por consiguiente, el contacto con lo que realmente
existe, el conocimiento de esa realidad. Para alcanzar la felicidad es necesario que nos manten
gamos fieles a nuestra esencia. Por lo tanto, la tarea ética puede resumirse en la famosa frase
del poeta P ín d a r o Llega a ser el que eres".
Moral
La moral tiene que ser entendida como un conjunto de reglas de convivencia humana den
tro de un contexto social histórico. El hombre, como ser social, ocupa un espacio real (hogar,
trabajo, entidades educativas, asociaciones, barrio, ciudad, país, etc.). La moral de un pueblo,
de una familia común, está conformada por las costumbres o tradiciones, las formas de convi
vencia, traducidas a las prácticas religiosas, educativas, jurídicas, económicas. Además, incues
tionablemente, para su adecuación a la realidad social, deben tenerse en cuenta valores univer
sales como la justicia, clamor y la equidad, entre otros.
La moral de un pueblo respecto de otro, aun dentro de un mismo Estado, puede ser muy
distinta. Aunque resulte aberrante, la mafia tiene tanta moralidad como una comunidad reli
giosa, cualquiera sea su creencia. En determinado momento histórico-social, un hombre pue
de ser considerado moral, y en otro, inmoral.
El avance de la ciencia y la tecnología, pone al ser humano sujeto a un cambio constante,
con la consecuente mutación de sus principios de convivencia. Un claro ejemplo es el avance de
la informática y su accesibilidad para el hombre común. H an cambiado las reglas en la socie
dad elemental, la familia, la forma de comunicarse, el respeto a la privacidad y el desarrollo de
las potencialidades, generando seres sociales anónimos y frágiles perdidos en un mundo ciber
nético. Este cambio en la estructura moral de la familia, célula madre de la sociedad, modifica,
en términos traslativos, la moral en el contexto macrosocial.
Este planteo es necesario para entender la desorientación que está sufriendo actualmente
el hombre, donde el poder y el tener son determinantes en su objetivo de vida. Esto implica
perder el criterio ético, así como el surgimiento de la doble moral.
Resulta imprescindible replantearse que los conceptos morales y éticos persistan como pre
misas ineludibles para la adecuación del hombre a los frecuentes cambios de su realidad social.
Puede afirmarse, entonces, que la moral hace a la ética, y la ética a la moral. En este senti
do, son inseparables. La moral es la conformación de reglas y normas de convivencia social que
permiten la tolerancia enmarcada en criterios de derechos y obligaciones, con una convicción
clara de la existencia del bien y del mal. El hombre, en términos generales, tiende a hacer el
bien, y considera al mal como un acto inmoral.
La Ética es el estudio de los actos humanos de la moral; es el análisis racional de las reglas
de conducta del hombre social.
Bioética
La bioética es la ciencia que estudia los problemas éticos que surgen de la aplicación de la
ciencia y la tecnología en los ámbitos de la salud.
Contempla los siguientes principios:
i Beneficencia: hacer el bien en todas y cada una de las acciones llevadas a cabo en la aten
ción del ser humano sano o enfermo.
) N o maleficencia: evitar el mal.
3 A utonom ía: se define como la aceptación del otro (paciente) como persona responsable
y libre para tom ar decisiones. La conform a el consentim iento informado. E l profesional
de la salud le proporciona al paciente información en lenguaje claro y preciso acerca de
qué prácticas se le aplicarán. El consentim iento es propio del paciente o de su represen
tante.
3 Ju stic ia : d istribu ción equitativa de bienes escasos en una com unidad. E ste p rin ci
pio significa dar a cada quien lo necesario cuando lo necesita, más allá de su nivel
social.
3 Fidelidad: cumplir con los compromisos adquiridos con el paciente, contemplando el se
creto profesional o de confidencialidad y guardar en reserva la información referida al pa
ciente.
3 Veracidad: ejercicio responsable de la profesión. H acer uso de la verdad ante cualquier cir
cunstancia sobre hechos o situaciones que pongan en riesgo la integridad del paciente.
Enfermero
Conclusión
Conclusión
• Introducción
O Tram o profesional: personal con título universitario oficialmente reconocido y con matrí
cula nacional que cumpla funciones inherentes al mismo en el área asistencial. S e subdivi
de en dos subgrupos:
• Médicos y odontólogos
• Profesionales (no incluye enfermeros)
O Tram o técnico auxiliar: personal con título habilitante que desempeña actividades técni
cas en dependencia directa de los profesionales del arte de curar según Ley N ° 1 7.132 y
reglamentación. Se subdivide en tres subgrupos:
• Técnicos de apoyo
• Enfermería e instrumentadoras
• Auxiliares
El personal de enfermería que inauguró el hospital no difería del que integraba el siste
ma de salud argentino en 1987: predominio de nivel técnico, alta proporción de auxiliares de
enfermería, grupo profesional (incluye licenciados en número reducido) en un 10 a 15% del
total y equivalente a un promedio de un enfermero por guardia y turno. Este grupo, disímil
en cuanto a conocimientos y modalidades de trabajo, tuvo que realizar un gran esfuerzo para
adaptarse al nuevo modelo, aceptarlo y sentirse parte de la propuesta. En aquel entonces, su
tarea se proyectaba en un marco interdisciplinario y participativo desde la labor diaria. Preten
día constituir un hecho creativo que brindara la satisfacción de haber sido realizado por seres
humanos apreciados y valorados por sus cualidades y por su capacidad de compromiso.
E l personal de enferm ería acompañó el desarrollo institucional, capacitándose a tra
vés de la educación form al y otras instancias como la asistencia a cursos, jornadas, sem i
narios, etc. Sim ultáneam ente con el increm ento de la demanda, se produjo una mejora
sustancial en la cantidad y la calidad de la oferta educativa en todos sus niveles (básico,
de grado y posgrado), lo cual implicó un estím ulo aún mayor para los enferm eros. Desde
la institución se desarrollaron políticas orientadas a m ejorar la calidad de los planteles,
a partir de convenios con distintas entidades educativas, jornadas de enferm ería (desde
1 9 9 1 ), residencia en enferm ería pediátrica (1 9 9 2 ), la incorporación exclusiva de enfer
meros (1 9 9 4 ), el programa de educación continua y cursos de capacitación, entre otras
actividades.
Para adaptarse a los avances de la ciencia, el personal de enfermería del hospital tuvo
que aprovechar la experiencia adquirida e incrementar sus conocimientos académicos. Esto
comprendió tam bién el estudio de especialidades y el desarrollo de formas de atención in
herentes a la creciente complejidad imperante, como por ejemplo, el cuidado de neonatos y
niños críticam ente enfermos gravemente inmunocomprometidos (oncológicos, trasplantes
de órganos sólidos y líquidos), afectados por virus respiratorios estacionales o gérmenes re
sistentes a los antibióticos de uso común y posoperatorios de cirugías de alta complejidad.
En la actualidad, el personal dependiente de la dirección asociada de enfermería del hospi
tal ha alcanzado un nivel de desarrollo profesional considerable. H ay un 17% de auxiliares
y un 83% de profesionales, entre los cuales el 63% son enfermeros y el 20% licenciados en
enfermería.
* Marco legal
En 1987, cuando se produjo la apertura del hospital, regía para enfermería la Ley N acio
nal 17.132, que incluía a la profesión dentro de “auxiliares de la medicina” y determinaba que
quien desarrollara las destrezas necesarias podría brindar cuidado a los pacientes y manejar los
dispositivos biomédicos que fueran necesarios en función del tratamiento.
La Ley N acional 2 4 .0 0 4 de Ejercicio Profesional de la enfermería (1 9 9 1 ) reconoce dos
niveles para la práctica de la profesión, uno profesional (incluye enfermeros y licenciados) y
otro auxiliar. Esa misma legislación fijó un plazo, vencido el cual las habilidades y destrezas
del auxiliar debían sustentarse en una base académica y legal. Este plazo expiró a fines de
2007.
El artículo 3 de la reglamentación (Decreto N ° 2 497/93) determina las competencias del
nivel profesional y las incumbencias de los títulos habilitantes de licenciado y enfermero, así
como las competencias del auxiliar de enfermería.
En el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires rige la Ley 298/99, cuyos conteni
dos mantienen el espíritu de la Ley 2 4 .0 0 4 , sustentado en el reconocimiento de los niveles ya
mencionados. Luego de sancionada la ley nacional, varias provincias argentinas reglamentaron
el ejercicio de la enfermería, reconociendo tres niveles de formación:
Consideraciones generales
Problemas detectados
Soluciones planteadas
Es necesario realizar un análisis del proceso motivacional adecuado para poder desarro
llar en forma propicia la carrera de enfermería (Figura 7 .1 ).
N e c e s id a d e s e im p u l s o :
A m b ie n t e in s t it u c io n a l :
O General: situación de crisis en el hospital con escasa comunicación entre niveles y es
tancam iento económico en relación a la creciente demanda. Acciones de alto contenido
político por parte de un gremio que reclama reivindicaciones.
□ Particular: participación activa del personal de enfermería en las medidas de fuerza es
tablecidas por el gremio (inusual en la institución hasta ese m om ento). M arcado dete
rioro en el liderazgo por parte de la conducción de enfermería.
Figura 7.1 Análisis de motivación para el desarrollo de la carrera de enfermería en el Hospital de Pediatría
(Modificado de Davis y Newstron).
T e n s ió n :
O Pérdida de valores y objetivos relacionados con la actividad esencial de la profesión de
enfermería; el cuidar.
O Falta de reconocim iento y respeto, agresión a las autoridades en todos sus niveles.
O Desconocimiento de indicaciones/ solicitudes de los referentes de enfermería del hospital.
O Situaciones de violencia entre compañeros de trabajo por discrepancias acerca del ac
cionar.
O p o r t u n id a d :
O b je t iv o s e in c e n t iv o s :
E sfu erzo :
3 Reorganizar el tiempo para asistir a las reuniones de las comisiones.
3 Asumir el increm ento de trabajo en el hospital en relación a la tarea solicitada.
3 Continuar con el trabajo de las comisiones en el hogar.
3 Realizar consultas externas fuera de la jornada de trabajo.
C a p a c id a d :
3 Participar, organizar.
3 Investigar, estudiar, analizar.
3 Evaluar, discutir, consensuar con el grupo.
3 Elaborar un proyecto de carrera superador de situación de enfermería actual en el hos
pital.
3 Consensuar, socializar, negociar.
3 Planificar a corto, mediano y largo plazo.
R e n d im ie n t o :
3 Creación de tiem pos y espacios de trabajo conjunto entre los niveles de conducción dan
visibilidad a criterios compartidos.
D Posibilidad de trabajar sobre los errores del personal de conducción que favorecen la si
tuación de crisis en enfermería.
3 Consenso del grupo para la elaboración de una propuesta conjunta.
3 Entrega en tiempo y forma de un proyecto de carrera que contemple todos los aspectos
solicitados.
R ec o m pen sa :
3 Aceptación del proyecto por gran parte del personal asistencial.
3 Aprobación de la propuesta por niveles de conducción ejecutiva superior y consejo de
administración.
3 Conformidad de autoridades del M inisterio de Salud, Asociaciones de Enferm ería y es
pecialistas en el tema,
3 Homologado en paritarias (M inisterio de Trabajo) previa consulta con Universidad de
Buenos Aires, O rganización Panamericana de Salud (Representantes de la Sede Argen
tina), Sociedad Argentina de Pediatría y M inisterios de Salud de la N ación y de la C iu
dad Autónom a de Buenos Aires.
S a t is f a c c ió n d e n e c e s id a d e s :
3 Inclusión de todos los licenciados en enferm ería, sin cupos, en el tram o profesional.
3 Reconocim iento al personal con más de 5 años de antigüedad en el hospital:
• Licenciados: pase de categoría inicial a final en el mes de noviembre (un año).
• Enferm eros: reencasillamiento por única vez en categoría final.
• Auxiliares de enfermería: incremento en plus y beca completa para profesionalización.
3 Inicio de la carrera de enfermería:
• Ascenso vertical de hasta dos categorías (enfermeros y licenciados con antigüedad
m enor a 5 años o título posterior al 28/02/06).
• Cam bio de categoría: dos tram os de tres años cada uno.
• Prom oción: a través de evaluación de desempeño y acreditación acorde a nivel de
formación.
O Proyección a 10 años que prevé que todo el personal de enfermería posea título de grado.
Marco legal
En 1987, cuando se produjo la apertura del hospital, regía para enfermería la Ley N acio
nal 17.132, que incluía a la profesión dentro de “auxiliares de la medicina” y determinaba que
quien desarrollara las destrezas necesarias podría brindar cuidado a los pacientes y manejar los
dispositivos biomédicos que fueran necesarios en función del tratamiento.
La Ley N acional 2 4 .0 0 4 de Ejercicio Profesional de la enfermería (1 9 9 1 ) reconoce dos
niveles para la práctica de la profesión, uno profesional (incluye enfermeros y licenciados) y
otro auxiliar. Esa misma legislación fijó un plazo, vencido el cual las habilidades y destrezas
del auxiliar debían sustentarse en una base académica y legal. Este plazo expiró a fines de
2007.
El artículo 3 de la reglamentación (Decreto N ° 2 4 9 7 / 9 3 ) determina las competencias del
nivel profesional y las incumbencias de los títulos habilitantes de licenciado y enfermero, así
como las competencias del auxiliar de enfermería.
En el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires rige la Ley 298/99, cuyos conteni
dos mantienen el espíritu de la Ley 2 4 .0 0 4 , sustentado en el reconocimiento de los niveles ya
mencionados. Luego de sancionada la ley nacional, varias provincias argentinas reglamentaron
el ejercicio de la enfermería, reconociendo tres niveles de formación:
Consideraciones generales
Problemas detectados
Soluciones planteadas
Es necesario realizar un anáfisis del proceso motivacional adecuado para poder desarro
llar en form a propicia la carrera de enfermería (Figura 7 .1 ).
N e c e s id a d e s e im p u l s o :
O Reconocim iento de enfermería como profesión.
O Déficit en el recurso de enfermería en relación al aumento en cantidad/calidad de demanda.
O Recupero del liderazgo por parte de los niveles de conducción.
O Recom posición salarial por estancam iento en las remuneraciones desde 1991.
A m b ie n t e in s t it u c io n a l :
O General: situación de crisis en el hospital con escasa comunicación entre niveles y es
tancam iento económico en relación a la creciente demanda. Acciones de alto contenido
político por parte de un gremio que reclama reivindicaciones.
3 Particular: participación activa del personal de enfermería en las medidas de fuerza es
tablecidas por el gremio (inusual en la institución hasta ese m om ento). M arcado dete
rioro en el liderazgo por parte de la conducción de enfermería.
Figura 7.1 Análisis de motivación para el desarrollo de la carrera de enfermería en el Hospital de Pediatría
(Modificado de Davis y Newstron).
T e n s ió n :
O Pérdida de valores y objetivos relacionados con la actividad esencial de la profesión de
enfermería; el cuidar.
O Falta de reconocim iento y respeto, agresión a las autoridades en todos sus niveles.
O Desconocimiento de indicaciones/ solicitudes de los referentes de enfermería del hospital.
O Situaciones de violencia entre compañeros de trabajo por discrepancias acerca del ac
cionar.
O p o r t u n id a d :
O b je t iv o s e in c e n t iv o s :
E sfu erzo :
J Reorganizar el tiempo para asistir a las reuniones de las comisiones,
i Asumir el incremento de trabajo en el hospital en relación a la tarea solicitada,
ó Continuar con el trabajo de las comisiones en el hogar,
i Realizar consultas externas fuera de la jornada de trabajo.
C a p a c id a d :
i Participar, organizar.
3 Investigar, estudiar, analizar.
3 Evaluar, discutir, consensuar con el grupo.
i Elaborar un proyecto de carrera superador de situación de enfermería actual en el hos
pital.
5 Consensuar, socializar, negociar,
i Planificar a corto, mediano y largo plazo.
R e n d im ie n t o :
5 Creación de tiempos y espacios de trabajo conjunto entre los niveles de conducción dan
visibilidad a criterios compartidos.
i Posibilidad de trabajar sobre los errores del personal de conducción que favorecen la si
tuación de crisis en enfermería.
i Consenso del grupo para la elaboración de una propuesta conjunta.
3 Entrega en tiempo y forma de un proyecto de carrera que contemple todos los aspectos
solicitados.
R ec o m pen sa :
3 Aceptación del proyecto por gran parte del personal asistencial.
3 Aprobación de la propuesta por niveles de conducción ejecutiva superior y consejo de
administración.
i Conformidad de autoridades del Ministerio de Salud, Asociaciones de Enfermería y es
pecialistas en el tema.
3 Homologado en paritarias (Ministerio de Trabajo) previa consulta con Universidad de
Buenos Aires, Organización Panamericana de Salud (Representantes de la Sede Argen
tina), Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerios de Salud de la Nación y de la Ciu
dad Autónoma de Buenos Aires.
S a t is f a c c ió n de n e c e s id a d e s :
3 Inclusión de todos los licenciados en enfermería, sin cupos, en el tramo profesional.
3 Reconocimiento al personal con más de 5 años de antigüedad en el hospital:
• Licenciados: pase de categoría inicial a final en el mes de noviembre (un año).
• Enfermeros: reencasillamiento por única vez en categoría final.
• Auxiliares de enfermería: incremento en plus y beca completa para profesionalización.
3 Inicio de la carrera de enfermería:
• Ascenso vertical de hasta dos categorías (enfermeros y licenciados con antigüedad
menor a 5 años o título posterior al 28/02/06).
• Cam bio de categoría: dos tram os de tres años cada uno.
• Prom oción; a través de evaluación de desempeño y acreditación acorde a nivel de
formación.
O Proyección a 10 años que prevé que todo el personal de enfermería posea título de grado.
Tabla 7.1 Personal de la dirección asociada de enfermería del Hospital Nacional de Pediatría según cate
goría propuesta y homologada
Categoría
Propuesta Homologada
Director asociado de enfermería Cat. 22 + 15 % Cat. 22 + suma fija*
Coordinador de supervisión Cat. 21 + 15 % Cat. 21 + 15 % **
Supervisor Cat. 20 + 15 % Cat. 20 + 15 % **
Jefe de enfermería Cat 19 + 15°,., Cat. 19 + 10 % **
Licenciado en enfermería Cat 18 Cat 16 ***
Enfermero responsable de tumo Cat. 14 + 10 % Cat. 14 + 10 % ****
Enfermero Cat. 14 Cat. 14
Auxiliar de enfermería Cat. 12 Cat. 10+ $300*****
Ayudante de servicio Cat. 8 Cat. 6 ******
* Categoría y adicional por conducción ejecutiva superior; se mantienen mientras se ejerce la función directiva.
** Funciones de mayor responsabilidad equivalentes a categoría.
*** Con antigüedad mayor de 5 años en el hospital, promueve a categoría 18 en el mes de noviembre (con evaluación y acredita
ción).
* * * * En caso de que no se cuente con un licenciado para ejercer la función responsable de tum o, el adicional será percibido por el
enfermero que la desempeñe.
***** Suma fija equivalente a categoría solicitada.
****** No se otorgó la categoría propuesta.
Los puestos de conducción intermedia (sombreados) fueron solicitados como categoria, pero se otorgaron mediante resolución -a partir
de enero de 2007- como función de mayor responsabilidad; su homologación está pendiente mediante paritarias.
• Conclusiones
Tomando como eje la Ley de Educación Superior N ° 2 4.521 y la Ley Nacional de Ejerci
d o Profesional de la enfermería N ° 2 4 .0 0 4 , se elaboró una propuesta de reestructuración que
incluyó una proyección a diez años. El objetivo final fue la constitución de la carrera de enfer
mería en el Hospital Nacional de Pediatría.
El estímulo principal para el desarrollo del proyecto es el reconocimiento del servicio que
presta el personal de enfermería en la institución. D e este modo, se pretende involucrarlo en un
proceso de optimizadón constante en la calidad de los cuidados, imprescindible por tratarse de
un hospital que es centro de referenda para la atendón de alta complejidad de padentes.
Para llegar a la etapa actual de ejecución, este proyecto tuvo que sortear innumerables obs
táculos ideológicos, político-sindicales y económicos que dificultaron el proceso de construcción
de la carrera de enfermería. N o obstante, a lo largo de casi dos años, cada escollo planteado no
hizo más que afianzar en la comisión de trabajo la convicdón de que, si bien el objetivo inmediato
era jerarquizar al personal de enfermería del hospital, este logro representaba el primer paso de
un camino largo y difícil pero posible de concretar como es la jerarquización de la profesión de
enfermero en todo el país. Cabe destacar que, durante todas las fases de su desarrollo, este trabajo
fue apoyado por profesionales y entidades desde distintos lugares y funciones.
A partir de la homologación, se inició en enfermería del hospital una nueva etapa de arduo
trabajo, que incluyó la concientización y la capacitación del personal en todos los niveles de
formación y jerarquías. Fue el primer paso para optimizar la utilización de los instrumentos
presentados como objetivo inicial para la constitución de una historia clínica de enfermería
que contribuya a mejorar la calidad del servicio, en la búsqueda de un posicionamiento de la
profesión validada por los conocimientos propios de la disciplina dentro del sistema de salud.
En enero de 2 0 0 7 , comenzó a utilizarse la planilla de pase de guardia en todos los secto
res de internación. Esta planilla ha requerido algunas modificaciones por parte del personal
asistencial en relación con las características específicas de servicios como neonatología, cuida
dos intermedios y moderados u hospital de día oncológico, las cuales están siendo evaluadas
en la actualidad. El plan de atención de 2 4 horas se ha implementando en una de las áreas de
cuidados intensivos con buenos resultados, pero se prevé que será necesario cambiar algunos
indicadores en función de las especificidades de otros sectores.
Se han conformado grupos de trabajo con personal asistencial y de conducción diurno
y nocturno que se ocupan del desarrollo de diferentes proyectos; entre ellos, la definición de
mecanismos de evaluación y acreditación para enfermeros y licenciados, que deberán ser con
sensuados y presentados en un período perentorio para su aprobación.
Una vez afianzado el empleo de las planillas y finalizado el trabajo de las mencionadas
comisiones, se comenzará a trabajar en la utilización del puntaje del Nursing Activities Score
(Ñ A S), a fin de establecer un criterio único para determinar la carga de trabajo en todos los
sectores del hospital. En la actualidad, está definida por métodos como el cronometraje de
tiempos y frecuencias por patología y por procedimientos o índice de atención de enfermería,
de acuerdo con el volumen global de demanda según el servicio ♦
Bibliografía
• Introducción
En este capítulo se analizan los riesgos que implica para el personal de enfermería el des
empeño de tareas en los servicios de Neonatología y Pediatría.
Teniendo en cuenta que se trata de la experiencia más dolorosa que atraviesa un ser huma
no (acompañar a un hijo enfermo y/o su muerte), cada disciplina científica involucrada (tra
bajando con otras (Gyarmati, 1 9 9 0 ) y respetando diferencias y especificidades) puede aportar
significativamente a la interpretación de este proceso.
La Neonatología y la Pediatría presentan un escenario conformado por dramas humanos y sa
turado de disyuntivas éticas (Chervenak y colaboradores, 1997). Por ejemplo, en estas unidades de
terapia intensiva se toman decisiones acerca de cuáles pacientes deben ser tratados y cuáles no.
Según Bogdan (1 9 8 6 ), en los Estados Unidos se optó más por una solución tecnológico-
asistenrial del problema que por la promoción de la salud. A l disminuir el peso y el tiempo de
gestación necesarios para que una criatura sea viable, se modifican las definiciones acerca de
qué es un bebé. Por lo tanto, puede haber transformaciones en la definición de la vida. Las in
vestigaciones citadas por el autor revelan que la prioridad del personal era salvar vidas, y que
la comunicación era considerada accesoria.
Cuando un niño/a o un bebé están internados, la institución, el equipo que asiste, actúa
como mediador de los primeros vínculos. Facilita u obstaculiza el vínculo con la familia, se
gún proporcione herramientas para afrontar y dar significado a la situación. Por otro lado, la
personalidad (despliegue de recursos cognitivos-intelectuales, emocionales, evaluativos) de los
padres también constituye un factor mediador del proceso.
Fruto del empleo de instrumentos mediadores, el sujeto modifica el estímulo (Vigotsky,
19 8 7 ); no se limita a responder ante su presencia de modo reflejo o mecánico, sino que actúa
sobre él. L a actividad que despliega implica un proceso de transformación del medio a partir
del empleo de instrumentos.
Entre el estímulo (E ) y la respuesta (R ), el mediador representa el signo, el lenguaje (F i
gura 8.1).
Figura 8.1 Ciclo de actividad según Vlgotsky (adaptado de Pozo, 1989).
Historia
Si bien Freudenberger (1 9 7 4 ) utilizó el término para referirse al estrés que sufren de ma
nera permanente e intensa ciertos profesionales con responsabilidad directiva, Maslach y Jack-
son (1 9 8 1 ) fueron las primeras investigadoras que conceptualizaron al síndrome de desgaste
profesional (burnout) como estrés crónico, propio de profesionales de servicios humanos, cuya
tarea implica una atención intensa y prolongada a personas que se encuentran en situación de
necesidad o dependencia (citados por Farber, 2 0 0 0 ).
Etiología
Los principales signos son agotamiento físico y psicológico, actitud fría y despersonalizada
en relación con los demás y sentimiento de inadecuación a las tareas.
Métodos de diagnóstico
Figura 8.2 Relación entre síntomas y consecuencias del STQ en el proceso de estrés laboral crónico.
Figura 8.3 Modelo utilizado por Schwab, Jackson y Schuler (1986) para estudiar los predictores del SQT
en maestros.
Figura 8.4 Modelo de Pines (1993; 1996) sobre el proceso del SQT.
Factores
personales
Factores
interpersonales
Puntaje asignado de 0 a 8.
La comprensión y el tratamiento del desgaste en el marco de una cultura muy exigente y
competitiva (Farber, 2 0 0 0 ) cobran especial y creciente interés. Howard y Beuder (20 0 0 ) rea
lizaron un estudio exhaustivo del tema.
La soledad ocupa un lugar relevante tanto en la génesis como en el m antenim iento de
un m alestar; la exposición a la experiencia de soledad, cualquiera sea el malestar, lo in
crem enta.
En contraposición, están las experiencias que favorecen la creación de redes. Para ello, el
grupo constituye una herramienta privilegiada que facilita la observación recíproca en función
de reconocer los elementos comunes y favorecer el desarrollo de sentimientos solidarios, con
templando y valorando el lugar de las diferencias.
Fundamentación
En un hospital, el trabajo grupal puede realizarse tanto con los padres y madres como con
las enfermeras y el equipo médico (Vega, 1993).
Yalom (1985) identifica algunos factores especialmente pertinentes en relación con este tema:
D esde la segunda m itad del siglo pasado, y hasta la actualidad, el trabajo grupal ha
sido aplicado a personas con trastornos de personalidad, ansiedad, enfermedades m en
tales, que padecen alcoholism o, trastornos de la ingesta, disforia, etc. Las investigaciones
efectuadas sobre grupos de personas con enfermedades físicas y con enferm os term inales
pueden servir para com prender el trabajo que se realiza con los fam iliares de los bebés y
niños internados.
En estas personas se ha estudiado la conveniencia de trabajar con un grupo de apoyo ver
sus un grupo de exploración.
Las aplicaciones de los diferentes grupos pueden verse en la Tabla 8.3
Tabla 8.3 Grupo de apoyo frente a exploratorios (adaptado de Benioff y Vinogradov, 1996)
Se centra en los defectos de la enfermedad Se centra en las experiencias afectivas de los pacientes
Refuerza y apoya las defensas del paciente Se enfrenta e interpreta las defensas de los pacientes
Potencia las actitudes de enfrentamiento a la Hace hincapié en las experiencias y facilita la catarsis
enfermedad
Facilita la discusión de te m a s existendales y permite el
Evita los desacuerdos dentro del grupo desacuerdo respecto de los mismos
Los pacientes establecen el lugar y el tono emocional Los terapeutas intervienen con comentarios y dirigen
del grupo al grupo hacia los temas emocionales que los pacientes
evitan
Grupal Individual
Asesoramiento e n decisiones éticas Asistencia terapéutica
Prevención de síndrome de desgaste profesional
participación en reuniones
(b u rn o u t):
i_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
# Conclusión
En este capítulo se han descripto las situaciones que evidencian signos de cansancio o des
gaste profesional. S e ha desarrollado e ilustrado la importancia del trabajo grupal como una
herramienta especialmente eficaz para trabajar en estos escenarios.
El cuidado del personal de enfermería puede encararse mediante una tarea psicoterapéuti-
ca si opera como custodio de la zona de desarrollo próxima (Vigotsky, 1987) desempeñando el
rol de mediatizador. La institución, el equipo de salud, también puede facilitar u obstaculizar
el desarrollo de las personas en situación de internación a partir del aspecto relacional, y con
ello, la importancia del lenguaje. Los modernos aportes de la psicología cognitiva representan
elementos fundamentales para interpretar e implantar las técnicas que ayudan a trabajar en
estas circunstancias.
El médico y la enfermera se constituyen también en nexos mediadores entre los pacientes
(padres, madres y bebés) y el psicoterapeuta. Por el lugar privilegiado que ocupan en tanto re
presentantes de los padres y las madres, identifican signos y facilitan u obstaculizan el trabajo
multidisciplinario. Los padecimientos que refieren están íntimamente ligados con los produ
cidos por el sufrimiento corporal. Además de ello, por tratarse de una intervención en crisis,
posee características específicas.
Para avanzar en el estudio de esta tem ática es necesario increm entar la investigación
em pírica, que podría favorecer el desarrollo de program as de entrenam iento para enfer
meros/ as que aspiren a una form ación abierta e integrada que incluya el cuidado perso
nal.
Este trabajo apunta a efectuar un relevamiento acerca de la importancia de desarrollar una
práctica más efectiva y beneficiosa que considere, el cuidado de la persona que cuida*
Bibliografía
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Recepción del recién nacido de riesgo
Rose Mari Soria
Son nacidos de riesgo aquellos neonatos que han sido expuestos a procesos que compro
metieron su embriogénesis, la salud fetal durante la gestación o durante la transición a la vida
extrauterina, y que son susceptibles de padecer enfermedad e incluso morir a causa de trastornos
físicos o complicaciones de parto. Este grupo incluye también a los recién nacidos vivos de emba
razos no controlados o de los que se carece de anamnesis completa, por las consecuencias inme
diatas que pueden derivar de esta situación en el momento de su nacimiento (Tabla 9.1).
Datos epidemiológicos
Para la recepción en el servicio de los recién nacidos de alto riesgo, es necesario contar con
personal idóneo, infraestructura adecuada y equipamiento acorde.
En cuanto al personal, debe haber médicos neonatólogos y personal de enfermería especia
lizado, profesionales con formación específica en la atención de recién nacidos de alto riesgo y
L
Tabla 9.1 Identificación del recién nacido de riesgo en relación con factores perinatales
O Iluminación central con luz blanca que permita evaluar adecuadamente el color de la piel,
así como de fuente de luz móvil para procedimientos.
O Piletas para lavado de manos, que se accionen con el codo, con pedal o sensor de movi
miento y con regulador de temperatura del agua.
O Pisos y paredes lisos, de material lavable; puertas doble vaivén con un ancho que permita
el ingreso del equipo de transporte.
O U n m obiliario mínimo y funcional, que facilite la identificación de los materiales, el des
plazamiento y la limpieza, aprovechando paredes y bajomesadas para maximizar el ren
dimiento del espacio físico.
□ D os teléfonos de uso exclusivo del sector o un teléfono y un intercomunicador, a efectos de
mantener contacto con la U C IN y los servicios complementarios.
O Temperatura ambiental en un rango de 23 a 2 8 °C y un termómetro de pared para el
monitoreo continuo que permita modificaciones ambientales dentro del rango prefijado,
acorde con las características del neonato a recibir.
O Gases: el oxígeno y el aire comprimido deben ser provistos desde fuente central, a través
de ducto en la pared con salida a un mezclador (blender). D eberá preverse una reserva de
gases envasados ante eventuales emergencias con la provisión central, o para el posterior
transporte del recién nacido. L a aspiración central con manómetro permitirá medir la
presión de aspiración y de este modo, prevenir el trauma de la vía aérea.
Objetivos
Resulta fundamental que las enfermeras neonatales se formen clínicamente y adquieran habili
dad en la evaluación con criterio del neonato durante los primeros momentos de la vida extrauteri
na. Esta primera etapa del proceso de atención en un neonato de riesgo tiene como objetivos:
Cuidados respiratorios
Para evaluar la mecánica respiratoria, se deben tener en cuenta varios signos presentes en
el neonato; para ello es necesario:
O Observar los signos de dificultad respiratoria (taquipnea, retracciones, aleteo, quejido, cia
nosis) y el color (rosado, acrocianosis, palidez y cianosis).
O A uscultar la frecuencia respiratoria (eupneico, taquipnea, bradipnea, apnea), la en
trada de aire en am bos campos pulm onares (audible o no audible; bilateral o unilate
ral; sim étrica o asim étrica), los ruidos respiratorios (m urm ullo vesicular, estertores,
estridor, quejido), y la frecuencia cardíaca (norm ocárdico, taquicárdico, bradicárdico,
paro).
O Palpar el relleno capilar (normal, aumentado, disminuido).
O M onitorear la saturometría y el p H de cordón.
O Implementar el aire ambiente y la oxigenoterapia.
Oxigenación
El oxígeno se administra mediante bolsa y máscara (flujo libre), halo, presión positiva con
tinua en vía aérea y ventilación con presión positiva por tubo endotraqueal.
Los requisitos para la administración de oxígeno que se necesitan son que esté mezclado
con aire, tenga una concentración conocida y se caliente y se humedezca a la brevedad.
Cuidados no respiratorios
Además de los cuidados respiratorios, es necesario brindar soporte al resto de las funcio
nes vitales, como por ejemplo, la función cardiovascular.
Cuidados cardiovasculares
Al nacer, la evaluación cardiovascular se realiza por palpación del pulso en el cordón um
bilical; una vez en el sector reanimación, la monitorización se lleva a cabo por auscultación di
recta y puede complementarse con la onda de pulso del saturómetro.
Cuidados hemodinámicos
O Secar al neonato o proteger con cobertura plástica, evitando el contacto de la piel con el
ambiente externo.
O Colocar en servocuna para examen físico y procedimientos.
O Colocar sensor y fijar temperatura deseada.
O Controlar temperatura axilar.
O Colocar gorro.
O Colocar sábana plástica.
O Evaluar clínicamente al neonato.
O Vigilar la curva térmica.
O Controlar los factores ambientales.
Dada la velocidad con que se consume, la glucemia constituye un factor crítico. Por lo tanto,
su monitorización y corrección resulta imprescindible para sostener el gasto metabólico y prote
ger el sistema nervioso central. La colocación de un acceso vascular seguro es un objetivo a cum
plir en el corto plazo, en pos de sostener esta función y prevenir potenciales complicaciones.
Para llevar a cabo un buen cuidado del aspecto metabólico es necesario:
Inclusión de la familia
La familia del recién nacido de riesgo debe ser incluida mediante el contacto precoz y la
información clara y oportuna. Una vez llevada a cabo la evaluación inicial, y habiéndose ini
ciado las acciones correspondientes, deberá proponérsele al padre o referente que acompañe
a la madre durante el parto, ingrese al sector recepción para conocer al recién nacido y reciba
un informe general de la situación actual. U n profesional del equipo informará a la madre en
sala de partos, si el estado de conciencia de ésta lo permite. En tanto, antes de trasladarlo a la
U C IN , el recién nacido deberá ser acercado a la madre en incubadora de transporte.
En este tipo de situaciones se debe:
Cuidados específicos
O Presentarse a la familia.
O Favorecer el contacto precoz con la madre.
O Estimular a la familia a mirar y tocar al recién nacido.
O Explicar con palabras sencillas el resultado de las primeras observaciones.
O Estimular a expresar sentimientos.
O Informar acerca del traslado del recién nacido.
O Orientar acerca de la ubicación de la U C IN y a quién dirigirse.
O Acercar al recién nacido en incubadora de transporte a la sala de partos o acercar a la ma
dre en camilla a la recepción.
O Acompañar sin interferir.
O Invitar a la familia a visitar al recién nacido en la U C IN .
O S i la salud materna y del neonato lo permiten, ponerlos en contacto piel con piel y favore
cer el inicio de la lactancia.
Registros
O Abrir historia clínica institucional e identificar al recién nacido y su madre según legisla
ción vigente (Ley Nacional 2 4 540).
O Registrar los datos de filiación, fecha y hora del nacimiento, tipo de parto, Apgar, hallazgos
del examen físico, maniobras de reanimación, procedimientos especiales, terapéuticas im-
plementadas, respuesta al tratamiento, antecedentes obstétricos maternos, datos relevan
tes de la historia familiar, condiciones y lugar de traslado.
O Firmar y aclarar de manera legible e incluir el número de matrícula.
O Registrar el nacimiento en libro de sala de partos.
• Transporte
El traslado del recién nacido a la U C IN debe realizarse de manera programada, a fin de garan
tizar que se encuentre en óptimas condiciones en cuanto a soporte de sus necesidades vitales.
En el traslado del recién nacido se debe chequear:
O Incubadora de transporte
O Provisión de gases
O Baterías de monitores y bombas
O Visibilidad y accesibilidad de los operadores
La recepción de un neonato de riesgo implica dispensar una serie de cuidados que res
guarden con amplitud sus necesidades básicas y las derivadas de la patología subyacente, de
cuya eficacia dependen el pronóstico inmediato de salud y la morbimortalidad asociada.
U n equipo idóneo interviniente constituye un pilar fundam ental para garantizar la
anticipación y la planificación de acciones (con el empleo oportuno de los recursos) orien
tadas a favorecer la estabilización y el traslado del neonato enfermo.
En este contexto, los servicios que atienden una población de embarazadas de riesgo
deben tener en cuenta algunas recom endaciones:
O G enerar criterios de cuidado que unifiquen la atención del recién nacido, facilitando
el diagnóstico y las intervenciones oportunas.
O Revisar y actualizar con periodicidad esos criterios de cuidado y las norm as de pro
cedim iento en base a la m ejor evidencia disponible.
O M antener estrecho contacto con el servicio de obstetricia y conform ar un equipo pe-
rinatal.
O D isponer en form a perm anente de profesionales capacitados y entrenados.
O Facilitar la form ación continua de los integrantes del equipo y su correspondiente
evaluación*
Bibliografía
• Introducción
Comunicación
O Traslados realizados
O Traslados confirmados para las próximas horas
O Posibles traslados a realizar
O Inconvenientes y complicaciones surgidas
O Estado de los equipos
O Material utilizado
La realización de reuniones periódicas permitirá que los integrantes del equipo intercam
bien inquietudes, transmitan experiencias y efectúen la evaluación del servicio, lo cual, a su vez,
posibilitará revisar los procedimientos y mejorarlos.
La estabilización comprende las acciones de soporte vital llevadas a cabo por el personal mé
dico y de enfermería. Estas se realizan previamente y durante el traslado de un paciente crítico.
Term oneutralidad
Una de las prioridades es mantener la temperatura corporal del recién nacido, ya que
constituye uno de los pilares fundamentales para el sustento de sus funciones vitales, creci
miento y desarrollo. E l traslado representa un reto constante para la termorregulación del
R N , ya que en ocasiones puede verse sometido a cambios bruscos de temperatura ambiente.
Resulta imprescindible estabilizar la temperatura del R N antes del traslado manteniendo la
temperatura de la incubadora en relación con el peso y la edad gestacional y monitoreando
la temperatura corporal durante el traslado. Son importantes estos conceptos para poder
m inim izar el riesgo que pueda ocasionar la inestabilidad térm ica del R N .
Algunas acciones de enfermería que se deben realizar para mantener la temperatura cor
poral del R N durante el traslado neonatal son:
O La incubadora de traslado debe tener doble pared, a fin de minimizar las pérdidas de calor
por radiación.
O Control a través de sensores de temperatura.
O Calentar sabanas y colocarlas tibias dentro de la incubadora.
O Usar sábanas plásticas para cubrir al R N , a efectos de disminuir las pérdidas de calor por
convección.
O Cubrir al R N siempre que sea posible.
O Colocar gorro, sobre todo en el prematuro.
O Acceder al R N a través de las ventanas laterales, sin abrir la puerta, para evitar las corrien
tes de aire y la modificación del microclima.
O Control de la temperatura corporal durante 2 a 3 minutos; la frecuencia dependerá del
estado del paciente.
O Colocar fuentes de calor externas (lámparas, calefactores radiantes).
O Si se le administra 0 2, debe recibirlo caliente y húmedo.
O Antes de partir, chequear todos los temas vinculados con la termorregulación.
O S e recomienda no utilizar sistemas de calentamiento en contacto con el paciente, ya que
pueden producir quemaduras graves.
Estas acciones ayudan a m antener el am biente térm ico neutro del recién nacido.
, SEBASTIAN FERREYRA
Oxigenación Lic gn Enfermeria
M .N. 65881 M.P. 2069
O Halo
O Cánula nasal
O Cánula nasofaríngea
O Tubo endotraqueal
O Cánula de traqueotomía
Accesos vasculares
O Lavado de manos.
O M anejar los accesos centrales de manera estéril.
O Controlar la velocidad de infusión del plan de hidratación y otras drogas.
O Manipular con cuidado las tubuladuras y los sitios de conexión.
O Ser rigurosos en la fijación de los catéteres.
O Observar los sitios de punción, a fin de detectar signos de flebitis o infiltración.
O Minim izar el número de conexiones (llaves de tres vías, prolongadores).
O Realizar todo tipo de administración a través de las llaves de tres vías, antes del traslado.
O Registro de infusiones.
Una de las complicaciones que pueden surgir camino al hospital receptor es la extravasación
de los accesos vasculares. Si resulta imposible prescindir de ellos, es conveniente detener la am
bulancia un momento y realizar el procedimiento, sin apresurarse.
E l número y el tipo de A V dependerán del estado del paciente y de los líquidos que se estén
infundiendo.
E l control de la infusión de los líquidos es esencial para asegurar una buena hidratación
y el aporte de glucosa. S e recomienda la utilización de bom bas de infusión, que suministran
un correcto aporte de líquido. S i no se cuenta con ellas, pueden emplearse dispositivos re
guladores de goteo, los cuales involucran el peligro de la administración inadecuada o exce
siva de líquidos.
Otros métodos, como la regulación con pinzas metálicas (clamps), no son recomendables, ya
que constituyen un peligro extremo: pueden ser abiertos por una simple tracción de la guía, lo
cual ocasionaría un rápido pasaje de líquidos al torrente circulatorio y, por ende, una desestabi-
lización del paciente.
Las complicaciones más frecuentes que puede acarrear una mala regulación de líquidos son:
Debe recordarse que la estabilización del paciente es siempre necesaria antes del tras
lado, de ella depende la dism inución de los índices de m orbim ortalidad durante el proce
dimiento.
Durante el traslado
Si todas las acciones previas fueron realizadas correctamente y el paciente se mantiene es
table, el traslado deberá concretarse sin inconvenientes. N o obstante, es posible que se generen
algunos imprevistos:
O Infiltraciones de los accesos venosos.
O Extubación.
O Obstrucción de la vía aérea.
O Aumento de los requerimientos de oxígeno.
Luego del traslado, es tarea de la enfermera informar a su colega (quien recibe al paciente)
acerca del estado del R N , las condiciones del traslado y todo aquello que considere relevante
para la atención del niño.
Luego de asistir al paciente y dejarlo en su unidad al cuidado de otra enfermera, es necesa
rio acondicionar nuevamente todo el equipamiento y reponer el material utilizado.
Tipos de transporte
Transporte terrestre
El traslado extrahospitalario puede realizarse por tierra con una ambulancia, más allá del mo
delo, que sea adecuada para la incubadora de transporte y que tenga un sistema de anclaje para la
misma. El interior debe ser amplio, para permitir la circulación de los integrantes del equipo. Ade
más debe tener asientos equipados con cinturones de seguridad para dos o tres miembros del equi
po y debe estar provista de gavetas cerradas para materiales y espacio suficiente para monitores.
La ambulancia debe suministrar calor, luz, fuente de 0 2 y aire y fuente de energía eléctri
ca. Debe asegurar una buena circulación de aire y estar provista de elementos para la extinción
de incendios.
Transporte aéreo
El transporte aéreo de un recién nacido es mucho más complejo. Debe realizarse sólo
cuando resulte imposible el transporte terrestre, ya que exige una serie de consideraciones es
peciales, entre ellas, la disminución de la P a 0 2. D e esta manera, es necesario aumentar la con
centración de 0 2, a fin de mantener niveles adecuados de P a 0 2-
A medida que disminuye la presión atmosférica, los gases atrapados en espacios cerrados
tienden a aumentar. Por ejemplo, un neumotorax pequeño puede expandirse.
* Equipamiento e insumos
Incubadora de transporte
N o es frecuente encontrar en las instituciones una incubadora que reúna todas estas caracterís
ticas. Por eso es necesario asegurar que tenga, como mínimo, un adecuado sistema de conservación
del calor y administración de gases, ya que los monitores pueden ser colocados por separado.
La limpieza de la incubadora debe realizarse con detergente enzimático o hipoclorito al
1% entre un traslado y otro.
Los monitores, el estetoscopio, los termómetros y los manguitos de tensión arterial ( T /A)
deben limpiarse con alcohol al 70% .
Monitoreo
Quienes utilizan los monitores deben estar perfectamente consustanciados con su manejo,
a fin de evitar inconvenientes con ellos durante el traslado.
Los monitores pueden ser:
O M onitor de electrocardiograma (E C G )
O Saturómetro
O M onitor de tensión arterial (T / A )
O Bom ba de infusión
O Oxímetro
O Calentador-humidificador
El respirador portátil debe ser fácil de manejar y conocido por el equipo de traslado. El
circuito del respirador debe ser cambiado entre paciente y paciente.
Fármacos
Los fármacos pueden ser transportados en cajas de pesca, con bandeja extensible, para un
mejor manejo y visualización.
Las ampollas y las soluciones deben renovarse cada tres meses. Es necesario que estén ro
tuladas con la fecha de cambio, para evitar que se excedan de su fecha de vencimiento.
H ay un listado de fármacos y soluciones que no deben faltar en la caja de pesca (Tablas
10.2 y 10.3).
Solución Cantidad
Sachet de suero glucosado 5% 1
Sachet de suero glucosado 10% 1
Sachet de suero glucosado 25% 1
Sachet de suero glucosado 50% 1
Agua destilada 1
Solución fisiológica 1
Material descartable
El material descartable debe acomodarse dentro de la caja de pesca evitando dañar su envoltura.
E l material provisto por el servicio de Esterilización debe conservarse en doble paquete
(Tabla 10.4).
labia 10.3 Listado de fármacos
Material Cantidad
Butterfly Nros 21,23, 25 y 27 2 c/u
Catéter de teflón Nros 24, 22, 20 y 18 3 c/u
Set de percutánea 1
Catéter umbilical 3,5 y 5 French 2 c/u
Catéter de drenaje de tórax 8, 10,12 2 c/u
Conectares en Y 2
Guantes estériles Nros 7; 7,5 y 8 2 c/u
Manoplas estériles 10
Guías de suero V14 y V17 2 c/u
Llaves de tres vías 4
Jeringas de 1,25 cm 5 c/u
Jeringas de 10, 20 y 60 cm 3 c/u
Reguladores de goteo 2
Tubos endotraqueales Nros 2,5; 3; 3,5 y 4 2 c/u
Sondas nasogástricas K29, 30, 31,33 y 35 3 c/u
Equipo de bomba de infusión 2
Prolongadores cortos, medianos y largos 3 c/u
Prolongadores arteriales 3
Apósitos de fijación de vías 4
Compresas estériles lisas y fenestradas 3 c/u
Colectores de orina 4
Válvula de Heimlich 1
Material de sutura 3
Lino 3
Hojas de bisturí 3
Rasuradora 2
Manguitos de tensión arterial (T/A) 3
Sonda de aspiración de doble vía 2
Bigotera 2
Otros materiales
Existen otros materiales d e uso indispensable para realizar cualquier tip o d e traslado (T a
bla 10.5).
Algunos materiales como la carcasa, el equipo, la caja de curación y el circuito de asistencia
respiratoria mecánica (A R M ), que no caben en la caja de pesca debido a su tamaño, deberán
ubicarse ju nto a los materiales de la ambulancia.
El control de equipamiento, materiales y fármacos se realiza mediante listas de chequeo
(checkdist) que cada turno de enfermería debe efectuar, al menos una vez.
El acondicionamiento nunca debe realizarse de manera urgente antes de salir.
Tabla 10.5 Listado de otros materiales
Material Cantidad
Bolsa de ventilación (ambú) 1
Manómetro 1
Laringoscopio con tres ramas 1
Mascaritas faciales 2
Estetoscopio 1
Termómetro 2
Tubuladuras plásticas T63 y T95 1 c/u
Frasco bitubulado 1
Alcohol al 70% 1 frasco
Yodopovidona 1 frasco
Pilas 4
Baterías 1
Tela adhesiva común 1
Tela adhesiva hipoalergénica 1
Dextrostix 1 frasco
Tubos secos estériles 2
Microblood 5
Lancetas 4
Tijera 1
Pinza cocher 1
Tabla para papeles 1
Pañales 4
Sabanitas 1
Linterna 1
Sábanas plásticas 2
Corro y vestido 1 muda
• Personal
Existen determinadas patologías que requieren cuidados especiales en el traslado para evi
tar complicaciones que puedan agravar el estado del paciente.
Es importante que la enfermera que actúa en el traslado del paciente conozca estos cuida
dos, para así ponerlos en práctica.
Atresia de esófago
Esta patología consiste en una malformación del aparato digestivo; la porción superior del
esófago termina en una bolsa ciega, generalmente acompañada de fístula traqueoesofágica, con el
consiguiente riesgo de aspiración. Puede acompañarse de otras anormalidades como atresia anal,
defectos vertebrales, anormalidades cardíacas.
La atresia esofágica se clasifica en:
Mielomeningocele
Hernia diafragmática
Los defectos de la pared abdominal son malformaciones que implican una eventración de
visceras a través del defecto de la pared del abdomen y que necesitan tratamiento quirúrgico
para sobrevivir. E l onfalocele y la gastroquisis son los defectos de pared abdominal más fre
cuentes.
E l onfalocele tiene un saco que puede estar intacto o no; el cordón umbilical está implan
tado en el medio del saco.
La gastroquisis no contiene saco, y el intestino está eviscerado, lateral al cordón umbilical.
En ambos casos, el tratamiento es siempre quirúrgico.
Los cuidados de enfermería deben apuntar a reducir el riesgo de infección, evitar el dolor
y disminuir el aumento de las pérdidas insensibles.
Los cuidados que se deben llevar a cabo son:
Cardiopatías congénitas
Un 0,5% de los R N vivos presenta una cardiopatía congénita (C C ). Las C C pueden pre
sentarse de manera aislada o como parte de otras anomalías.
Las cardiopatías congénitas más comunes incluyen:
O Coartación de aorta
O Transposición de los grandes vasos
O Tetralogía de Fallot
O Ventrículo izquierdo hipoplásico
O Ventrículo derecho hipoplásico
Estos pacientes suelen presentar cianosis, soplo cardíaco y arritmias. Es muy probable
que en estos pacientes esté indicada la perfusión de prostaglandinas, a fin de mantener la
permeabilidad del conducto arterioso. La prostaglandina es un vasodilatador, inhibidor de la
agregación plaquetaria. El músculo liso del ductus arterioso es sensible a sus efectos, y respon
de con una dilatación significativa.
H ay distintos cuidados de enfermería que se deben llevar a cabo como monitorear conti
nuamente los signos vitales, garantizar lo accesos vasculares seguros para la infusión de pros-
taglandina e inotrópicos. Tam bién se debe evaluar permanentemente el estado hemodinámico
(frecuencia cardíaca, presión arterial, perfusión distal, saturación) y garantizar la permeabili
dad de las vías aéreas.
Son aquellos R N que tienen menos de 3 7 semanas de gestación; por lo general, su aten
ción representa un verdadero desafio. E l objetivo principal en la atención de estos pacientes es
la prevención.
Las causas principales de muerte en un R N pretérmino son la asfixia, el síndrome de difi
cultad respiratoria y la infección.
El síndrome de dificultad neonatal (S D R ) o enfermedad de membrana hialina (E M H ) es
una de las principales causas de muerte en los R N prematuros.
La E M H es causada por la deficiencia de surfactante. El surfactante es una sustancia que
tapiza el epitelio alveolar; su función es disminuir la tensión superficial, evitando el colapso
alveolar y facilitando la reexpansión pulmonar en la inspiración. Algunos signos de la E M H
son el aleteo nasal, el tiraje y el quejido espiratorio.
En general, los cuidados de enfermería en el R N P T deben estar dirigidos a disminuir ac
ciones que provoquen fluctuaciones en la tensión arterial, el volumen sanguíneo y el aumento
de la presión intracraneana.
Los cuidados que se deben realizar son:
La atención de los padres constituye un tema especial. Debe hablárseles con claridad acer
ca del estado real de su hijo, solicitándoles la autorización correspondiente para efectuar el
traslado y posibles procedimientos a realizar.
Es conveniente entregar a los padres algún impreso que contenga información sobre el
lugar al que será transferido su bebé y los medios de transporte de que se dispone para llegar
allí. También se puede tomar una fotografía del niño, para permitir que los padres vean a su
hijo antes de partir.
Conclusión
Bibliografía
• Introducción
E l Hospital Dr. Prof. Juan P. Garrahan es un centro público de referencia nacional que
tiene como misión brindar atención de alta complejidad pediátrica a pacientes de todo el país,
resolver la demanda que se le deriva y funcionar como hospital escuela.
La función del área de Neonatología, inaugurada en abril de 1988, es atender pacientes
críticamente enfermos de 0 a 2 8 días de vida, proporcionándoles cuidados progresivos hasta el
alta. También es su misión formar y capacitar pasantes y residentes de enfermería y médicos.
El sector de terapia intensiva cuenta con monitoreo de alta complejidad y está equipado
para realizar tratamientos con ventilación convencional, de alta frecuencia, sincronizada y con
óxido nítrico. Un 60% de los pacientes requiere tratamiento ventilatorio y distintos métodos
invasivos de diagnóstico y asistencia.
La cantidad de pacientes ingresados anualmente al área se ha incrementado progresiva
mente de 5 5 0 a 7 5 0 . Un 60% llega derivado de otras instituciones, y un 40% ingresa por emer
gencias. La mortalidad media del área es del 6%, con una sobrevida del 95%. Las patologías
más frecuentes son de resolución quirúrgica (hernia diaffagmática, onfalocele, atresia de esó
fago, cardiopatías congénitas complejas y recién nacidos pretérmino).
El área de Neonatología está dividida en tres sectores que brindan cuidados progresivos
a neonatos:
« Intervenciones de enfermería
O Pesar al paciente.
O Conexión a los distintos monitores.
O Proporcionar oxígeno según necesidad (bigotera, halo o intubación para la colocación en
asistencia respiratoria mecánica [A R M ]).
O Colocación de vías periféricas para plan de hidratación e indicación médica.
O Extracción de sangre para laboratorio.
O Control de glucemia en sangre.
O Preparar al paciente para las placas radiográficas (R X ).
O Si el paciente va a quedar con descanso gástrico, colocar sonda orogástrica (S O G ) abierta
al extremo distal en una bolsa de recolección para medir y evaluar el contenido gástrico.
O Control de diuresis por pesada de pañal, colector o por sonda vesical, dependiendo del es
tado del paciente y patología.
O Balance de ingreso/egreso.
O Ritm o diurético y control de densidad urinaria.
O Registrar en hoja de enfermería todos estos datos, así como la hora de ingreso, de dónde
proviene la derivación y/o lugar de origen con diagnóstico preexistente.
# Criterios de admisión
Los criterios de admisión del R N en una U C IN varían de acuerdo con las caracterís
ticas de cada hospital; no obstante, deberían fundamentarse en un sentido de equidad. El
propósito del hospital Garrahan es brindar eficiencia en la prestación del servicio, a fin de
optimizar sus recursos. E l hospital Garrahan utiliza como criterios el estado clínico del
paciente según la patología, la complejidad del cuidado requerido y las necesidades de tec
nología como por ejemplo, un respirador, el m onitoreo hemodinámica y la ventilación con
óxido nítrico.
Equipamiento
O Servocuna con servocontrol (es de elección prioritaria, para un mejor manejo inicial)
O Monitores de frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria
O M onitor de oximetría de pulso (saturómetro)
O M onitor de tensión arterial
O Bombas de infusión
O Fuente de oxígeno, aire comprimido y aspiración
O Aparato de asistencia respiratoria mecánica (A R M ) u otro tipo de fuente de oxígeno (halo,
bigotera)
# Evaluación
Al inicio, en la evaluación física del neonato deberá observarse la piel (palidez, cianosis, coloración
azulada, fría al tacto y deficiente relleno capilar), el aparato respiratorio (taquipnea, aleteo nasal y es
fuerzo respiratorio), el aparato cardiorrespiratorio (pulso débil o ausente, ruidos cardíacos desiguales
y hepatoesplenomegalia), el sistema nervioso central (letargía, hipotonía o hipertonía, convulsiones y
abombamiento de la fontanela), los signos morfológicos ( anomalías congénitas, traumatismo obsté
trico visible, disminución o ausencia de las extremidades y asimetría facial) y las vías gastrointestinales
(distensión abdominal, vómitos biliosos, ingreso dificultoso de S O G y secreciones excesivas)
En caso de detectar alguno de estos signos y síntomas, se le debe avisar al neonatólogo in
mediatamente y registrarlo en hoja de enfermería (Tabla 11.1).
36,3 a 37,3 °C -RN término: 100 a 150 L/min -RN término: 30 a 50 R/min
-RN pretérmino: 130 a 160 L/min -RN pretérmino 40 a 60 R/min
Estas unidades deben albergar a un solo paciente. En ningún caso deben ser compartidas,
ya que resulta imprescindible evitar infecciones cruzadas. Para el ingreso de cualquier recién
nacido, es necesario contar con:
O Bolsa de reanimación con manómetro y máscara acorde con el tamaño del recién nacido
O Respirador armado y chequeado
O Servocuna con servocontrol
O M onitores multiparamétrícos
O Bombas de infusión
O Saturómetro
O Balanza
O Termómetro
O Estetoscopio
O Contenedor con alcohol al 70% , yodopovidona, gasas estériles, algodón, sonda de aspira
ción y nasogástrica de distintos calibres, agujas para colocación de vías endovenosas y ex
tracción de sangre, tela adhesiva hipoalergénica y aeropack.
Tabla 11.2 Lista de verificación del carro de paro de una unidad de cuidados intensivos neonatales.
Alcohol
Cuidados de los padres
Bibliografía
Introducción
O Medio interno
O Oxigenación
O Detección de microorganismos patógenos
O Estados hemodinámicos
O Intoxicación por fármacos
O Déficit inmunológico
O Alteraciones metabólicas
O Consideraciones generales
Antes de efectuar una extracción de muestra para laboratorio deben tenerse en cuenta dis
tintos aspectos como la cantidad de sangre a extraer, ya que la volemia de un recién nacido es
de 80 m L por kilo de peso, es decir, si a un neonato que pesa 1 kilo se le extraen 4 m L de san
gre, esta operación representará el 5% de su volemia.
Por otro lado, es necesario minimizar el número de punciones, ya que cada una de ellas
rompe la primera barrera de protección (la piel), lo cual aumenta el riesgo de infección del
neonato.
Ante una extracción de sangre u otro tipo de muestra en la que estén implicados los fluidos
corporales, el operador y su ayudante deberán utilizar medidas de bioseguridad.
En todos los casos debe implementarse una asepsia adecuada en el sitio de punción.
Antes de iniciar el procedimiento, es necesario reunir el material que se utilizará, a fin de
minimizar tiempo y energía.
Cuando se realiza el procedimiento es preciso tener en cuenta las características del pa
ciente, a efectos de evitar situaciones que pudieran complicar el cuadro como, por ejemplo,
hipoterm ia, bajo peso, hipertensión y otras.
El sitio elegido para la extracción dependerá del tipo de análisis que se desee obtener y del
estado clínico del neonato.
Extracción de sangre
Punción capilar
Este procedimiento consiste en obtener una muestra de sangre mediante punción y evita
realizar una venopunción al neonato. N o obstante, no siempre es posible efectuarlo, ya que al
gunos análisis requieren mayor cantidad de sangre que la que puede proporcionar el talón.
En este tipo de análisis suele emplearse la siguiente extracción:
O H em atocrito periférico
O Glucemia (determinación rápida)
O Tamizaje metabólico (prueba metabólica de hipotiroidismo y de fenilcetonuria)
O E A B (equilibrio acidobásico de la sangre)
Los elementos que se deben utilizar para la extracción son (Figura 12.1):
O Lancetas
* Precauciones estándar (PE). Están diseñadas para reducir el riesgo de propagación de microorganismos de fuentes de transmisión
reconocidas o no de infecciones nosocomiales. Comprenden lavado de manos, uso de guantes en contacto con sangre y fluidos
corporales; barbijo y antiparras, para proteger la cara y evitar salpicaduras de fluidos; camisolín, para proteger piel y ropa.
** Asepsia: pincelar la zona a tratar con pervinox y dejar secar 60 segundos. Luego, colocar alcohol sobre la zona; dejar secar y pro
ceder. Utilizar gasas estériles.
Figura 12.1 Elementos utilizados en la extracción de sangre de talón.
O Capilares
O Varillas
O Cursor
O Imán
O Tapón
Complicaciones
O Osteomielitis
O Infección de tejidos blandos
O Celulitis
O Escaras
O Hematomas
O Sangrado excesivo
O Punciones múltiples para localizar la vena
O Laceración de arteria y nervios adyacentes
O Trom bosis o embolia en punción de grandes vasos
O Sepsis (por punciones reiteradas)
Punción arterial
E stá indicada para determ inar gases en sangre, cuando no son adecuadas las muestras
capilares o venosas y es necesario conocer la presión parcial de oxígeno ( P a 0 2), la presión
parcial de dióxido de carbono ( P a C 0 2) y la saturación de oxígeno en sangre ( S a 0 2).
Esto se realiza punzando la arteria y se utilizan agujas mariposa número 25 o 23 y una
jeringa heparinizada.
Sido de punción
O Radial
O Cubital
O Tibial posterior
O Humeral (en última instancia)
Antes de extraer esta muestra de sangre es necesario controlar los signos vitales y auscultar
ambos pulmones para verificar si el paciente presenta secreciones. D e ser así, es preciso aplicar
le kinesiología, para luego aspirar las secreciones.
Procedimiento
Dejar que el paciente se recupere, y luego sacar la muestra, verificar que el pulso de la arte
ria sea adecuado y efectuar el test de Alien , posicionar el antebrazo y la mano con la muñeca en*
* Test de Alien: elevar la mano del paciente y comprimir directamente las arterias radial y cubital al mismo tiempo, a fin de obs
truirlas. Luego, abrir la mano: la piel se presentará blanqueada. Inmediatamente, descomprimir sólo la arteria cubital y observar
el cambio de coloración de la mano, que en 10 segundos (al llenarse los capilares provenientes de la arteria) deberá tornarse
totalmente rosada. El color rosado en toda la mano significa que, en caso de que la arteria radial se obstruya, la arteria cubital es
capaz de abastecer por sí sola.
extensión y supinación (Figuras 12.14 y 12.15). Localizar la arteria mediante palpación manual
efectuar la asepsia adecuada; punzar la piel manteniendo un ángulo de 30° a 45° con el bisel ha
cia arriba hasta encontrar la arteria y aspirar suavemente para no colapsarla. Luego de extraer la
Complicaciones
3 Vasculares: vasoespamos
O Isquemia
3 Hematomas
3 Hemorragia
3 Nerviosas: neuritis
3 Disminución del sensorio y de la motricidad distal
3 Músculo tendinoso
3 Infecciosas óseas
3 Articulaciones
3 Subcutánea
Observaciones
Hemocultivo
Para realizar el hemocultivo es necesario contar con los siguientes elementos (Figura
12.16):
3 Guantes estériles
3 Compresa fenestrada
3 Frasco de recolección de muestra, aerobios/anaerobios
3 Jeringa de 2 cm3 y una aguja mariposa tipo buterffly número 23 o 25
3 Dos operadores
Una vez obtenida la muestra, el operador debe entregársela al colaborador, quien proce
derá a introducirla en el frasco. Para esto es necesario tener en cuenta las siguientes acciones:
cambiar la aguja por un número 21G y retirar todo el aire de la jeringa; invertir el frasco de
hemocultivo e introducirle la sangre.
En tanto, el otro operador procede a realizar una leve presión sobre la punción, retira
la aguja y comprime con una torunda de algodón durante 3 minutos hasta lograr la he-
mostasis.
O b se rv a cio n e s
El hemocultivo debe hacerse siempre con dos muestras, para la segunda muestra deberá
extraerse sangre de otra zona del cuerpo y con otro equipo, lo cual proporcionará una lectura
fidedigna de la muestra. Además, si una muestra se contaminara, la otra estaría salvaguardada.
Finalmente, se rotula con nombre, apellido y número de historia clínica.
Coprocultivo
P ro c e d im ie n to y elem e n to s a u tiliz a r
Para realizar el procedimiento es necesario contar con guantes estériles, un hisopo estéril,
un tubo con medio Stuart y un frasco estéril (Figura 12.17).
Figura 12.17 Elementos empleados para la muestra de coprocultivo.
Extraer una muestra de materia fecal utilizando el hisopo (Figura 12.18). Puede obtenerse
de la zona perianal o bien del pañal. El hisopo con la muestra debe introducirse cuidadosa
mente, a fin de evitar que la materia fecal quede en las paredes del tubo (Figura 12.19). Luego,
cerrar el tubo y rotular.
Proceder del mismo modo en el caso de la recolección para el rotavirus. La diferencia ra
dica en colocar la materia fecal en el frasco estéril.
Figura 12.19 Introducción de la muestra dentro del tubo.
■ «P Muestra de orina
P ro c e d im ie n to y e lem en to s a u tiliz a r
O Tiras reactivas
O Guantes estériles o no
O Bolsita colectora
O Jeringa
O Contenedor (Figura 12.20)
O Guantes estériles
O Sonda número 35 o 33
O Compresa fenestrada y lisa
O Dos operadores
O Sangre
O pH
O Glucosa
Figura 12.20 Elementos para realizar sondaje vesical.
O Hemoglobina
O Proteínas
O Bilirrubina
O Densidad
O Nitritos
O Cuerpos cetónicos
Si el paciente tuviera colocada una sonda vesical conectada a un circuito cerrado que con
tenga la orina, la recolección debe efectuarse con guantes y jeringa estériles. Una vez obtenida,
la muestra debe ser colocada en el contenedor y rotulada.
Si la muestra es tomada de manera directa, es necesario higienizar la zona urogenital del
paciente. Luego se la deposita en el colector, observando que se encuentre bien adherido, para
no perder la orina. Una vez obtenida, la muestra puede enviarse en la misma bolsita o ser co
locada en el contenedor. Por último, debe rotulársela.
Urocultivo
Si la muestra es tomada a través de un sondaje vesical, la primera medida que debe efec
tuársele al paciente es una higiene urogenital.
Los elementos a utilizar deberán estar dispuestos previamente en la compresa lisa. Mien
tras uno de los operadores mantiene las piernas del paciente en posición y efectúa la primera
asepsia con pervinox, el otro debe colocar la compresa fenestrada sobre la zona urogenital, vi
sualizando el meato urinario. S e procede entonces con la segunda asepsia, y luego se introduce
la sonda hasta que fluya la orina. Por último, hay que acercar el frasco estéril al extremo distal
de la sonda para recoger la orina. S e lo cierra sin contaminar y se lo rotula.*
En primer lugar, el paciente debe recibir kinesiología. Luego se introduce la sonda cuida
dosamente, sin aspirar por la nariz. Una vez ubicada, se aspira evitando que la secreción pase
a la tubuladura de aspiración.
Una vez que la sonda contiene la muestra, se la debe desconectar de la tubuladura y co
nectarle la jeringa previamente cargada con solución fisiológica. El extremo de la sonda debe
introducirse en el tubo seco. Luego se pasa la solución fisiológica para que arrastre las secre
ciones que hay dentro del tubo. Para finalizar, se cierra y se rotula.
En nuestro servicio, el personal de control de infecciones sugiere que la muestra para urocultivo en neonatos debe efectuarse
mediante punción vesical. Sólo se realiza por sondaje vesical en aquellos pacientes neonatos que presentan un defecto de pared.
Eigura 12.21 Aspiración de tubo endotraqueal (TET) para extraer muestra de secreciones.
Figura 12.23 Introducción de las secreciones dentro del tubo.
B ib lio g ra fía
• Introducción
Las unidades de terapia intensiva neonatal (U T IN ), cada vez más complejas, han ido in
corporando equipos para el monitoreo continuo de los recién nacidos (R N ). Estos dispositi
vos constituyen medios auxiliares imprescindibles para una adecuada asistencia neonatal.
Sin duda, estos monitores no pueden reemplazar al personal de enfermería; sólo posibilitan
que su tarea sea más dinámica, adecuada y segura para el R N . Si estos medios se utilizan de ma
nera correcta (interpretar su funcionamiento básico, las variables fisiológicas que representan y
los márgenes de seguridad que deben respetarse para un R N dado), se incrementará progresiva
mente la posibilidad de que el paciente enfermo de hoy sea un niño sano en el futuro.
La disponibilidad de este número creciente de monitores ha optimizado la asistencia del
R N de alto riesgo, pero ha agregado responsabilidades adicionales a todo el personal.
En este capítulo se revisa, con el objetivo de interpretarlo, el funcionamiento básico de los
distintos instrumentos empleados actualmente en el monitoreo y el sostén del R N .
# Monitores
Componentes básicos
Precauciones
Es necesario con este tipo de equipos tomar precauciones. Por eso mismo, es importante
la seguridad eléctrica en la infraestructura
La descarga a tierra es un elemento de seguridad imprescindible en una U T IN , donde el
R N está rodeado de artefactos eléctricos como incubadoras, respiradores, bombas de infusión,
luminoterapia, monitores, entre otras fuentes potenciales de accidentes eléctricos (electrocu
ción).
S e trata de un medio por el cual una corriente eléctrica se desvía hacia la tierra, dado que
ésta es capaz de recibir energía eléctrica sin cargarse.
Las corrientes eléctricas viajan siempre a través de las vías de menor resistencia. La co
nexión a tierra, si se dispone de ella, proveerá tal vía.
Recomendaciones
Sensor
Los electrodos cutáneos tienen en su superficie iones que posibilitan una reacción de óxi
do reducción para conducir la señal eléctrica del organismo. El tipo de electrodo más emplea
do es el de plata (ión cloruro de plata), por su alta estabilidad y baja polarización.
El gel electrolítico consiste en una solución acuosa de iones en una base gelatinosa que
mejora la función del sensor, permitiendo que el contacto entre la piel y el electrodo sea efi
ciente.
Por otra parte, también tiene un electrodo para neonatos que se caracteriza por ser peque
ño para que no interfiera la atención; flexible y autoadhesivo, para que se adapte a la superficie
de la piel. Asimismo, para evitar el cambio frecuente, tiene un gel para que no se seque.
Potenciales problemas
Registro
Responsabilidad de enfermería
El personal de enfermería tiene varias responsabilidades que no puede obviar. Por un lado,
todo paciente neonatal que ingresa a la U T I N debe recibir monitoreo continuo de la FC .
Todas las maniobras y los procedimientos (intubación, canalización, drenajes, etc.) deben
realizarse siempre bajo monitoreo electrocardiográfico, ya que pueden producir alteraciones
del ritmo cardíaco por mecanismos reflejos o de hipoxia.
E l personal de enfermería a cargo del paciente no debe permitir que se efectúe ningún pro
cedimiento si el m onitor no está conectado correctamente al R N .
Por otra parte, el personal de enfermería, al tomar la guardia de su paciente, debe chequear
que las alarmas de bradicardia y taquicardia estén programadas en un tono audible, y que no se
encuentren anuladas en caso de que el monitor esté en condición permanente de falsa alarma.
Las alarmas son de FC alta, FC baja, electrodo desconectado y, en algunos monitores, de
arritmias y desnivel del segmento S T . Deben programarse en 180 por minuto para FC alta y en
80 por minuto para F C baja.
Acciones de enfermería
S i el monitor posee otro código de colores, es conveniente ubicarlos según las indicaciones
del fabricante.
S i únicamente se desea obtener la FC , los electrodos deben colocarse en sitios donde no
molesten, a no menos de 10 cm de distancia entre sí. Con los electrodos en esta posición, es
posible obtener D 2 y D 3 con sólo mover la perilla de selección.
En los niños que deben ser sometidos a cirugía torácica, los electrodos activos deben colo
carse en los brazos o a nivel de los hombros, a fin de dejar bbre el área quirúrgica.
Sensor
El mismo cable paciente que se utiliza para E C G sirve para captar las frecuencias respira
torias (F R ).
Entre estos 2 electrodos se aplica una corriente de alta frecuencia, y el instrumento registra
los cambios de impedancia. Durante la respiración, cambia la relación aire/líquido del pulmón.
O Inspiración: f f aire/líquido
O Espiración: j j, aire/líquido
Esto modifica la impedancia, provocando una variación del voltaje en el dispositivo que
mide la F R .
Registro
En cuanto a la conexión al paciente, en este caso, además de todo lo expuesto en el caso del
monitor de FC , es necesario tener en cuenta que para permitir el monitoreo respiratorio, los
electrodos activos deben colocarse en posición enfrentada. D e este modo, la corriente que se
inyecta circula a través del tórax.
Por otra parte, las alarmas son de F R máxima, F R mínima y apnea. Programar la alarma
de F R máxima entre 8 0 a 1 00 por minuto y la de F R mínima entre 10 a 20 por minuto. La
alarma de apnea posee un rango de ajuste de entre 0 y 30 seg que permite seleccionar el perío
do de apnea. Existe, además, un contador de apneas que almacena cada período de apnea que
ha sido superado, desde la última puesta a cero del mismo. Al tomar la guardia, este contador
debe ser llevado a cero.
Además, no se debe colocar los electrodos en las extremidades, a fin de evitar que se des
peguen. Tampoco medir F R en pacientes activos, porque los movimientos se interpretan como
respiraciones.
• Saturómetro
O Em isor: es el encargado de emitir rayos de luz específicos que serán absorbidos en mayor
medida cuando la hemoglobina esté más saturada de oxígeno
O Receptor: es el encargado de recibir los rayos que no fueron absorbidos por los tejidos y
la sangre arterial
Cuidados
En un principio, se sabe que toda variación de color entre el emisor y el receptor puede
falsear la realidad. Así, es necesario evitar la coloración de piel, los fármacos intravenosos de
color empleados en métodos de contraste y las tinturas sobre la piel. También debe evitarse la
incidencia de la luz ambiente sobre el receptor, así como los trastornos de la circulación debi
dos a arritmias, anemia y baja perfusión.
Una fuente común de ruido en la medición es el desplazamiento del sensor a causa de m o
vimientos del paciente.
A modo de aclaración, es importante señalar que el proceso tiene en cuenta valores bajos
de carboxihemoglobina y metahemoglobina. Por tanto, aquellas patologías que alteren estos
valores modificarán significativamente la medición.
Ü# Monitor de apnea
Métodos directos
Los métodos directos son más precisos, pero al mismo tiempo más invasivos, ya que re
quieren la colocación de un sensor en la vía respiratoria. Esto resulta más simple si el paciente
está intubado, aunque no siempre se justifica en el R N que no requiere T E T .
La función del sensor es detectar el flujo aéreo. Existen varios sistemas para registrarlo. En
el sensor de temperatura, el paso de aire relativamente frío que atraviesa la vía aérea enfría al
sensor tanto en la inspiración como en la espiración. Cuando el flujo cesa, el sensor recupera
temperatura y, de este modo, detecta la respiración.
E l sensor puede ubicarse sobre la nariz, aunque su colocación y fijación suele resultar difi
cultosa. N o obstante, cuando se logra este objetivo, constituye un método muy confiable.
Métodos indirectos
Detectan los movimientos de las paredes torácicas, los movimientos corporales o los cam
bios de impedancia torácica.
El sensor es un detector de movimientos torácico-abdominales y está fijado directamente
a la pared torácico-abdominal del paciente con un manómetro, que es un sensor eléctrico que
modifica sus resistencias eléctricas cuando cambian sus dimensiones, al ritmo de las variacio
nes de dimensión de la pared torácica. También se fija con un magnetómetro, que consta de
un imán que se fija a la pared del tórax, y de un detector de campo magnético. El campo se
coloca debajo del niño y produce una señal cada vez que el imán cambia de posición con los
movimientos respiratorios.
Por otra parte, también tiene un colchón que detecta los movimientos del R N . Este col
chón se divide en tres tipos:
O Colchón de aire: tiene una tubuladura conectada a un termistor calentado. Los movimien
tos deslazan al aire frío del interior de la tubuladura, enfriando el termistor.
O Colchón capacitivo: consta de dos capacitores separados por una red de alambres. Los
movimientos producen cambios en la capacitancia, los cuales son registrados como respi
raciones.
O Colchón transductor de presión: consiste en un transductor de presión ubicado en el inte
rior del colchón o almohadilla. Los cambios de presión producidos por la respiración son
detectados por el monitor.
Estos métodos presentan una dificultad, los sensores son sensibles a los movimientos no
respiratorios del R N . D e este modo, un bebé con apnea obstructiva puede continuar con mo
vimientos respiratorios aun sin intercambio de aire, y eso será captado como respiraciones.
Con otros movimientos corporales sucede lo mismo; sin duda, resulta muy riesgoso.
Registro
Problemas
Acciones de enfermería
La presión arterial (PA) está determinada por una serie compleja de factores, que incluyen
contracción ventricular, llenado del sistema arterial y el flujo a través de los lechos vasculares
periféricos.
La medición de la presión arterial es muy importante en el cuidado del R N crítico.
Si bien la medición directa de la PA continúa siendo el procedimiento ideal, los métodos
no invasivos suministran datos muy útiles desde el punto de vista clínico.
La falta de concordancia observada con frecuencia entre las mediciones invasivas y no in
vasivas responde a la forma en que cada método determina la presión:
O M étodo invasivo: mide la presión o fuerza ejercida por el flujo sanguíneo en el interior del
vaso.
O M étodo no invasivo: mide la tensión ejercida por el flujo sanguíneo sobre la pared de la
artería (por fuera del vaso).
Cada método puede estar sujeto a errores técnicos que es importante conocer y evitar o
corregir.
Acciones de enfermería
El personal de enfermería debe realizar distintas acciones cuando se utiliza el método in
vasivo o directo.
C o n e x ió n d e l d o m o c o n e l c a t é t e r q u e s e e n c u e n t r a e n la v e n a u m b il ic a l :
O Para una correcta lectura de la PA, ubicar el transductor a la altura de la aurícula izquierda
(línea media axilar).
O El método más seguro para mantener la permeabilidad del catéter es la infusión del plan
de hidratación a través del mismo.
O Lavar el catéter con no más de 0,5 a 1 m L de solución, a fin de evitar sobrecarga hídrica.
O Evitar infundir medicamentos y productos hemáticos, ya que reducen la vida media del
catéter y aumentan el riesgo de complicaciones.
E x t r a c c ió n d e m u e s t r a s d e s a n g r e a r t e r ia l a t r a v é s d e l c a t é t e r : para realizar
esta extracción se necesitan los siguientes elem entos:
La punción percutánea de la arteria radial o tibial se efectúa con un catéter periférico número
20 o 22, el cual permite obtener muestras para gases en sangre y monitorear la PA periférica.
Recomendaciones
Los métodos indirectos evalúan la PA mediante el análisis de los cambios de flujo san
guíneo producidos al comprimir con un brazal una arteria en alguna extremidad, y vigilando
algún efecto de esta compresión. Dentro de los métodos no invasivos, los dispositivos automá
ticos utilizados con mayor frecuencia en Neonatología son los oscilométricos y el Doppler, a
raíz de su mayor precisión y fácil manejo.
S ensor : se ubica entre el brazal y la extremidad, sobre una arteria importante.
Acciones de enfermería
Cuando se coloca el brazal es necesario ubicar siempre el sensor sobre una arteria importan
te. Es preciso utilizar uno que sea del tamaño adecuado. El ancho debe ser de alrededor de la mi
tad de la circunferencia del brazo (entre 0,45 y 0,55 cm) o de dos tercios del largo del brazo.
La vejiga del brazal debe envolver por completo la extremidad. Entre un brazal demasiado
angosto y uno demasiado ancho, debe elegirse este último, ya que producirá menos errores.
Es importante recordar que un brazal angosto sobrevalora las presiones; en cambio, uno muy
ancho las subvalora.
E l brazal puede colocarse en cualquier extremidad, pero es necesario no utilizarlo en el
miembro en que se emplea simultáneamente un oxímetro de pulso, pues interferirá su lectura
cada vez que el brazal se infle.
Hay que evitar los miembros en que está comprometido el riego sanguíneo (anastomosis sisté-
mico-pulmonar, catéter arterial umbilical, infusión de fármacos vasoactivos, etc) y rotar periódica
mente el miembro elegido para prevenir parálisis nerviosas e isquemias. Asimismo, se debe progra
mar el monitor (frecuencia de las mediciones y alarmas de presión sistólica, diastólica y media).
‘■ I Monitoreo modular
El empleo de la luz como método diagnóstico no invasivo fue descripto por Richard Bright
en 1831. Bright observó el paso de la luz de una vela a través del cráneo de un adulto con hi
drocefalia. Esta técnica permaneció vigente durante casi 100 años. Posteriormente, la transilu
minación fue sustituida por la radiología. En 196 0, con el surgimiento de la Neonatología, la
transiluminación cobró nuevo interés a raíz de sus múltiples aplicaciones en el R N .
Equipo
Existe una amplia gama de modelos de lámparas y equipos, que comprende desde una
simple linterna hasta los actuales transiluminadores de fibra óptica. Este dispositivo consta
fundamentalmente de una fuente luminosa ubicada dentro de un cilindro metálico (llamado
tubo de proyección), un vidrio que absorbe calor, varios filtros y una lámpara (de tungsteno, de
cuazo y halógena y de arco de mercurio).
En la fuente de fibra óptica, la luz es conducida desde la lámpara hacia el paciente por una son
da flexible que mide entre 1 y 1,5 m y que contiene múltiples ases de fibra óptica. Esta distancia dis
minuye el riesgo de lesión térmica; para tal fin, se agregan también filtros rojos e infrarrojos.
Técnica
Aplicaciones
Acciones de enfermería
E s im portante recordar que todo paciente con alto requerim iento de A R M puede su
frir escapes de aire. E n estos casos, es preciso tener siempre preparado en la unidad todo
lo necesario para el drenaje y, obviamente, el transilum inador al lado de la cuna del pa
ciente.
E n caso de descompensación aguda, es necesario oscurecer lo máximo posible el ambiente
y proceder según técnica descripta.
Además, hay que proteger la fuente luminosa con bolsa de polietileno y recambiarla luego
de cada uso, guardar en lugar adecuado, resguardando especialmente la sonda de fibra óptica,
a fin de evitar fracturas en ella y controlar que el funcionamiento del equipo sea adecuado. S o
licitar a los técnicos que controlen periódicamente la intensidad lumínica.
• Respiradores
Son elementos propios del sistema que existen independientemente de que se apliquen va
riables sobre ellos. En nuestro caso serán resistencia y distensibilidad (compliance).
L a resistencia es la propiedad de obstruir el pasaje de un flujo de gas a través de un
conducto, A mayor resistencia, mayor obstrucción y m enor circulación de flujo. D is
tensibilidad es la capacidad de estirarse que tiene una superficie ante un aumento de la
presión.
Respirador
Es el equipo encargado de entregar a los pulmones el flujo de gases mediante el control de alguna
de las variables. Existen dos tipos de respiradores de acuerdo con la variable controlada, por un lado,
los respiradores ciclados por tiempo y controlados por presión, y por otro lado, los respiradores cicla
dos por tiempo y controlados por volumen.
El ciclado por tiempo, que es común a todos los respiradores, admite las siguientes definiciones:
O Tiempo inspiratorio (Ti): es el tiempo durante el cual el flujo de aire entra y permanece dentro
de los pulmones.
O Tiempo espiratorio (Te): es el tiempo durante el cual el flujo sale de los pulmones hasta que co
mienza la siguiente inspiración.
O Cido respiratorio: es la suma de los tiempos inspiratorio y espiratorio.
O Relación I/E: es la razón (división) entre el tiempo inspiratorio y el tiempo espiratorio.
O Frecuencia respiratoria: representa la cantidad de ciclos respiratorios por minuto.
Es posible advertir que estas variables están relacionadas entre sí y, de acuerdo con el modelo de
respirador, sólo se ejercerá control sobre algunas de ellas; el resto de las variables queda expresado a
partir de un simple cálculo. Por ejemplo, en el respirador Sechrist IV 100B se ajusta sólo el T i y el Te,
y el respirador calcula y muestra la frecuencia y la relación I/E. Será tarea del operador, si lo desea, cal
cular el tiempo del ciclo respiratorio.
Una vez ajustado él tiempo, si el respirador es de presión, será posible ajustar la presión inspirato-
ria máxima (PIM ) y la presión positiva al final de la espiración (P EEP); si es de volumen, el volumen
tidal o corriente.
O Presión inspiratoria máxima (P IM ): es la presión máxima a la que llegará la vía aérea en el tiempo
inspiratorio.
O Presión positiva al final de la espiración (P E E P): es la presión en la que se mantendrá la vía aérea
cuando el paciente finaliza su espiración.
O Volumen tidal o corriente: es el volumen que entregará el respirador durante el tiempo inspiratorio.
Como puede observarse, los ajustes de ambos respiradores son totalmente diferentes, uno asegura
las presiones, dejando librada a la resistencia y a la distensibilidad del sistema el volumen corriente, y
viceversa.
En el caso de pacientes neonatales o pequeños, los respiradores volumétricos no son útiles, porque
el volumen comente requerido por el niño está dentro de los valores correspondientes a los espacios
muertos del sistema. Sin embargo, es importante señalar que respiradores de última generación, con
espirómetros y sistemas de entrega de volumen muy precisos, permitirían (aunque por el momento no
tienen mucha aceptación) ventilar a pacientes neonatales en la actualidad.
A modo de ejemplo, imagínese el lector un circuito paciente común, que consta de una rama
inspiratoria, una boquilla donde se conecta el tubo endotraqueal y una rama espiratoria.
S i se hace circular un flujo por el extremo de la rama inspiratoria, saldrá por el extremo
opuesto de la rama espiratoria sin que se genere presión en el sistema. Pero si se obtura por
un instante la salida del flujo tapando el extremo de la rama espiratoria, el flujo no tendrá otra
opción que dirigirse a través del tubo endotraqueal a los pulmones, aumentando su volumen
y elevando paulatinamente su presión. Cuando se libere el extremo de la rama espiratoria, la
presión existente dentro de los pulmones hará que se desaloje todo el volumen a través de la
rama espiratoria.
La única función de un respirador es obturar y liberar la rama espiratoria a través de un
dispositivo llamado válvula espiratoria.
Problemas frecuentes
Algunos problemas que se pueden presentar frecuentemente pueden ser que no levanta la
presión requerida, no cicla y además la alarma suena continuamente.
Para solucionar estos inconvenientes es necesario revisar sistemáticamente los siguientes
pasos:
Modos ventílatenos
Existen varios modos de ventilar a un paciente. Los primeros ventiladores de presión crea
dos fueron los de ventilación intermitente obligatoria (IM V por sus siglas en inglés). Este
respirador actúa cíclicamente proporcionando la inspiración y la espiración según los tiempos
ajustados, más allá de que el paciente realice o no un esfuerzo.
Esto implica una disputa mayor entre el respirador y el niño, lo cual ocasiona mayores pre
siones y mayores variaciones de esas presiones dentro del pulmón. Para solucionar este efecto
negativo se desarrolló (primero en adultos) la ventilación mecánica intermitente sincronizada
(S IM V por sus siglas en inglés), que es idéntica a su antecesora pero sincroniza la inspiración
con el esfuerzo del paciente.
Cuando se intentó emplear este dispositivo en niños, se detectó (debido a la mayor fre
cuencia respiratoria) una dificultad tecnológica, el tiempo de respuesta. Esto determinó la ne
cesidad de desarrollar en los sensores métodos de registro más veloces.
En la actualidad existen tres sistemas:
S en so r con c á psu la de p r e s ió n : pequeña almohadilla inflable que registra el movi
miento abdominal:
O Utilizado por Nellcor Puritan Bennett 200, 5 0 0 y 9 5 0 con módulo de sincronismo.
O Tiem po de respuesta: 5 2 +/- 13 milisegundos.
O V entajas: ideal para prem aturos de bajo flujo espontáneo; no adiciona peso al T E
(tubo endotraqueal); puede ser usado en pacientes con máscara nasofacial; no requie
re calibración.
O Desventajas: el buen funcionamiento está condicionado a la buena ubicación del sensor; de
ben tomarse precauciones para no dañar la piel en la superficie de contacto con el sensor.
S en so rc o n e l e c t r o d o s d e E C G ( im p e d a n c ia t r a n s t o r á c ic a ):
O Utilizado por Sechrist IV 1 0 0 B , IV 2 0 0 .
O Tiem po de respuesta: 4 0 a 8 0 milisegundos.
O Ventajas: ideal para prematuros de bajo flujo espontáneo; no adiciona peso al T E ; puede
ser empleado en pacientes con máscara nasofacial; no requiere calibración; utiliza electro
dos de E C G ya instalados; sincroniza la inspiración y la espiración.
O Desventajas: buen funcionamiento basado en la correcta ubicación de los electrodos de
E C G ; resulta indispensable contar con un monitor que pueda ser conectado al respira
dor.
Alta frecuencia
Capnografía
Servocunas e incubadoras
Estos equipos tienen la misión de controlar la temperatura de los bebés. En ese contexto,
es recomendable manejar algunos conceptos relacionados con los sistemas que funcionan con
transferencias de calor.
I n e r c ia t é r m ic a : así como
un vehículo en movimiento tiende a seguir avanzando hasta que se
aplica una energía para frenarlo o acelerarlo (inercia mecánica), un cuerpo también tiende a mante
ner la misma temperatura hasta que se le entrega calor. Esto se denomina inercia térmica. Lo expues
to significa que si el bebé tiene 30 °C y se le aplica una fuente de calor, su temperatura no se elevará
inmediatamente, sino que tardará un tiempo en comenzar a calentarse debido a la inercia térmica.
De la misma manera, una vez que se incrementa la fuente de calor, la temperatura del bebé seguirá
aumentando unas décimas hasta llegar al equilibrio, nuevamente debido a la inercia térmica.
Es preciso tener en cuenta que en los sistemas reales que involucran bebés, servocunas e
incubadoras, la inercia térmica influye sobradamente en los tiempos, al punto de que para lle
gar al equilibrio térmico puede llegar a ser necesario esperar entre 15 min y 1 hora ante cada
cambio de temperatura de control.
La entrega de calor es generalmente activa; es decir, para aumentar la temperatura de un
bebé es necesario encender una fuente de calor. Sin embargo, para enfriarlo no se necesita en
cender una fuente de frío; simplemente se apaga la fuente de calor y se espera que se enfríe. Se
trata, por tanto, de una actitud pasiva.
E q u il ib r io t é r m ic o : se está en equilibrio térm ico cuando todos los elem entos que com
ponen el sistem a adquieren una tem peratura estable. C abe m encionar que, p or supuesto, la
definición física es algo más específica y com pleja.
Servocuna
Consiste en, esencialmente, una fuente de calor radiante que se encuentra enfrentada al
bebé. Posee dos modos de funcionamiento:
S e r v o : registra la temperatura del bebé a través de un pequeño disco de 5 a 10 mm de
diámetro que está en contacto con la piel del niño. Este dispositivo le informa al sistema de
control, por medio de una señal eléctrica, a qué temperatura se encuentra.
Por otra parte, se introduce la temperatura de control al panel de la servocuna, que simple
mente compara la temperatura del bebé recogida por el termistor con la de control, y decide si
es necesario encender o no el calefactor.
Cuidados
Según los fabricantes, el sensor debe ubicarse en la región abdominal. D e esta manera, una cara
del transductor queda en contacto con la piel del paciente y la otra apunta al calefactor radiante.
Existe un problema básico que es que no coincida la temperatura del paciente con la de
control luego de alcanzar el equilibrio térmico. Esto puede obedecer a diferentes causas:
O Así como en condiciones normales el bebé no tiene la misma temperatura rectal que axi
lar, también puede existir una diferencia entre la temperatura abdominal a nivel de la piel
respecto de la temperatura axilar registrada por enfermería. Debe tenerse en cuenta esta
diferencia para el ajuste de la temperatura de control.
O La radiación del calefactor incide directamente en la superficie del bebé que se encuentra
mirando hacia arriba, generalmente el abdomen, el tórax y el rostro, que son las áreas que
recibirán más radiación. Com o el sensor está colocado en el abdomen, es posible que se ca
liente más que la piel y que, por ende, el bebé esté por debajo de la temperatura de control.
Para solucionar esta eventualidad existen unos adhesivos que cubren y sujetan el sensor a
la piel y que, además, tienen la capacidad de reflejar la radiación directa. D e esta forma, el
sensor mide correctamente la temperatura de la piel.
O Partiendo de la base de que se consideran los primeros dos puntos y que la servocuna está
calibrada según especificaciones, nunca se debe desplazar el sensor hacia los costados del
abdomen con el objeto de saldar diferencias, ya que por efecto de la inercia térmica pueden
producirse daños en la piel del abdomen, el tórax y el rostro, que recibirán radiación en ex
ceso antes de que el sensor de temperatura imparta la orden de apagar el calefactor.
Incubadoras
Bombas de infusión
E l propósito de las bom bas de infusión es adm inistrar soluciones o fárm acos al pa
ciente a través de la vía adecuada, m anteniendo una precisión constante a través del
tiem po.
Existen dos grandes grupos de bombas de infusión, las de jeringa y las llamadas volumé
tricas. A su vez, las volumétricas se dividen en dos tipos, según el costo de los insumos (equipo
de infusión): bombas peristálticas y bombas de casete.
Así, la clasificación final de las bombas de infusión es la siguiente:
O Bombas de jeringa
O Bombas peristálticas
O Bombas de casete
Más allá de esta clasificación, en todas las bombas es necesario ajustar un volumen determina
do a infundir en mililitros en un tiempo establecido. En definitiva, esta operación arroja un flujo en
mL/h que debe mantenerse constante. De acuerdo con la marca y el modelo de la bomba, existen
distintos modos de introducir estas variables. Tanto para este procedimiento como para efectuar
purgas de vías (si corresponde), es necesario remitirse al manual de uso de cada bomba.
Las bombas de jeringa infunden volúmenes pequeños de manera muy exacta. En rigor,
hasta 60 cc, que representa el máximo valor comercial de jeringas que se utilizan habitualmen
te. El sistema consiste en un mecanismo que presiona el émbolo de la jeringa a una velocidad
constante, previamente ajustada.
Algunas de estas bombas funcionan sólo con jeringas de una marca determinada o de un
conjunto específico de marcas. Esto obedece a las diferencias de diámetros internos existentes
en el mercado. Al momento de utilizarlas, es preciso consultar el manual de uso, a fin de colo
car la jeringa adecuada y no incurrir en errores de infusión de volumen.
Además, al momento de comprarla es fundamental asegurarse de que las jeringas reco
mendadas por el fabricante se comercializan en el mercado local y que la bomba tiene alarmas
de finalización de infusión y de oclusión.
Las bombas peristálticas se dividen en dos tipos, lineales y rotatorias y las bombas de ca
sete presentan dos variantes en el mercado, émbolo y diafragma. N o obstante, se trata datos
técnicos. S i bien la tecnología de bombeo es diferente, en lo que atañe al uso, las bombas de
casete no difieren de las peristálticas.
Dentro de estos dos tipos de bombas están las que cuentan gotas con un sensor sobre el
gotero del equipo I V y las que proporcionan el volumen según variables definidas constructi
vamente sobre el sistema de infusión.
Las bombas que tienen un sensor de gotas se utilizan con equipos I V convencionales o es
pecíficos, con microgotero y/o macrogotero. D e este dato se deduce que su misión es acelerar
o disminuir la velocidad de bombeo de acuerdo con el conteo de gotas, para mantenerlo cons
tante e igual al valor ajustado.
Así, la precisión de las bombas depende de la precisión del gotero. Las bombas interpretan que
la dosificación estándar de un macrogotero es 20 gotas por mL y que la de un microgotero es 60
gotas por mL. Por lo general, la dosificación de un gotero de buena calidad es de aproximadamente
5% del valor estándar teórico. Es por eso que un error común en aquellos casos en que el volumen a
infundir no es igual al infundido obedece a que el gotero no se ajusta al valor teórico estándar.
Debe quedar claro que este tipo de bomba de infusión no controla el flujo ajustado [mL/h]
de manera directa, sino a través del conteo de gotas.
Las bombas que carecen de sensor de gotas infunden el volumen ajustado de acuerdo con
variables físicas constructivas; por ejemplo, volumen determinado de émbolos, diafragmas o
vueltas de un mecanismo sobre una tubuladura de diámetro conocido. M ás allá de que se trate
de detalles técnicos, es importante saber que este tipo de bombas de última tecnología pueden
brindar mejores precisiones en el volumen infúndido.
Todas las bombas volumétricas tienen alarmas de fin de infusión, oclusión, programación
errónea y, con frecuencia, de aire en la línea y flujo libre. Además, algunos modelos incluyen
administración de bolos.
En todos los casos, cuando el fabricante de la bomba señale claramente qué tipo de equipo
debe utilizarse (como suele suceder en la mayoría de las bombas volumétricas), la indicación
deber ser respetada al pie de la letra, ya que de ello depende la exactitud del sistema.
E l nacimiento de un niño pone a los padres frente a una situación compleja, para la cual
no están preparados.
Cuado se acercan por primera vez a la U T IN , es fundamental hablar con ambos padres y escu
charlos antes de que pasen a ver al niño. Es importante preguntarles si tuvieron oportunidad de ver
al bebé antes del traslado, así como explicarles brevemente cuál es el problema principal que motivó
dicho traslado, las condiciones actuales del bebé y los tratamientos que está recibiendo.
Describir de antemano los equipos que se están utilizando para el control y el sostén del
bebé atenuará el impacto que produce la primera visión del niño crítico. Si esta información
se transmite de manera adecuada y oportuna, se contribuirá a lograr que los padres se sientan
seguros respecto del control y la atención que recibe su bebé en la unidad.
Una vez ju nto al niño, el personal de enfermería debe propiciar que el contacto del niño
con los padres sea lo más directo y cálido posible. Es preciso señalar cada cable, catéter, elec
trodo o monitor que esté en contacto al bebé y explicar brevemente cuál es su función. Luego,
debe dirigirse la atención al bebé y quitarle las bandas de fijación y protección ocular, para que
puedan verle la carita. Asimismo, tocarlo e invitar a los padres a acariciarlo y a hablarle. Todo
esto facilitará el acercamiento, al tiempo que los padres se sentirán acompañados.
S i la impresión del primer contacto es fuerte, es conveniente invitar a los padres a salir del
recinto; acompañarlos y explicarles que lo que les sucede es normal y que podrán volver a en
trar en cuanto se sientan más seguros.
En cambio, si los padres se muestran seguros, es recomendable alejarse un poco de la incuba
dora para que puedan estar a solas con el bebé. Si durante la estadía junto al niño suena la alarma
de algún monitor, es importante actuar con naturalidad y rapidez. Asimismo, debe aprovecharse
la oportunidad para explicar con qué margen de seguridad trabajan los diferentes monitores y, de
este modo, disminuir la ansiedad que pueden generar temas que aún no comprenden*
Bibliografía
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2003.
Monitoreo clínico del recién nacido
Lidia Galina - María del Carmen Flores
■m Introducción
Temperatura
La homeotermia es un atributo de los mamíferos adultos (incluido el humano) que permite man
tener la temperatura corporal profunda constante ante los cambios de la temperatura ambiental. El
R N también la posee, pero el rango de termoneutralidad en el que responde con eficacia es limitado.
En el RN , la pérdida y la ganancia de calor varían de acuerdo con la superficie corporal, el tono
vasomotor periférico y la cantidad de tejido subcutáneo. Algunas características del R N como el es
caso aislamiento térmico, la pequeña masa corporal, la poca capacidad de cambiar de postura o de
“tiritar” para mantener el calor, la superficie corporal relativamente grande y el no poder modificar
su vestimenta en respuesta al estrés térmico, constituyen una desventaja para la termorregulación.
La regulación de la temperatura corporal del R N puede estar condicionada también por
hipoxia, por intoxicación farmacológica o por algunas enfermedades subyacentes.
La producción y disipación de calor se regulan mediante la termogénesis y la sudoración.
El bebé tiene un sistema sensorial que le permite apreciar la temperatura ambiente mediante
receptores cutáneos; el área trigémina! de la cara es muy sensible al calor y al frío. El enfriamiento
detectado por estos receptores origina una respuesta metabólica rápida y reproducible.
El sistema de control central actúa a través de receptores hipotalámicos que no están ajus
tados a una temperatura fija e invariable; por ejemplo, disminuye al comienzo del sueño y au
menta por acción de pirógenos, fármacos y hormonas como la noradrenalina.
La termogénesis se manifiesta en respuesta al frío. Su acción está mediada por catecolami-
nas que generan calor sin producir escalofríos. El neonato tiene una reserva energética/calóri
ca denominada grasa parda, una sustancia altamente especializada y con gran vascularización.
Cuando la temperatura del neonato desciende, los receptores de la piel producen un aumen
to en la producción de noradrenalina, la cual desencadena reacciones metabólicas en la grasa
parda, liberando glicerol y ácidos grasos hacia la circulación, con la consiguiente producción
de calor.
El sudor tiene como objetivo disminuir la temperatura corporal. El R N tiene mayor can
tidad de glándulas sudoríparas por unidad de superficie corporal que los adultos, pero su res
puesta es inferior; por lo tanto, en un ambiente muy caluroso, un R N corre riesgo de padecer
hipertermia y deshidratación.
El ambiente térmico neutro se define como el rango de temperatura dentro del cual un
bebé se mantiene normotérmico con un índice metabólico mínimo; es decir, con un mínimo
consumo de oxígeno.
Por debajo de dicho rango, es necesario dar una respuesta metabólica al frío para reempla
zar la pérdida de calor.
A efectos de evitar errores en la utilización de la tabla de ambiente térmico neutro, el per
sonal de enfermería deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:
Acciones de enfermería
O Secar al R N inmediatamente después del parto con compresas tibias y diferir el baño tibio
varias horas después del nacimiento.
O En el R N prematuro, utilizar gorro y mantas plásticas para evitar las pérdidas de calor por
convección.
O Realizar cualquier exploración o procedimiento bajo calor radiante servocontrolado.
O Precalentar las sabanitas, o cualquier superficie que entre en contacto directo con la piel
del bebé,
O En el R N críticamente enfermo es necesario utilizar una cuna abierta servocontrolada, a
fin de facilitar el acceso durante los procedimientos.
O E l R N prematuro estable requiere el empleo de una incubadora cerrada, cuya tempera
tura debe correlacionarse con la del niño, ya que el aumento de los requerimientos puede
indicar deterioro clínico.
O En el R N que requiere oxígeno suplementario, el oxígeno debe ser calentado a una tempe
ratura ligeramente inferior a la temperatura ambiente requerida por el R N .
O Durante los controles habituales deben emplearse las puertas laterales de las incubadoras,
a efectos de evitar modificaciones bruscas del microclima.
O Siempre que un R N enfermo requiera ser trasladado, el transporte debe concretarse en
una incubadora diseñada a tal efecto, previa estabilización de su temperatura.
O Las áreas donde se toma habitualmente la temperatura son la axilar y la rectal. A esta úl
tima debe recurrirse sólo si es necesario determinar si la hipotermia es causada por sobre
calentamiento o por fiebre.
O El tiempo de control de la temperatura es de 2 a 3 minutos.
O El rango normal de la temperatura axilar es de 36,5 °C a 37 °C, y el de la rectal, de 37 °C a
37,5 °G.
O La frecuencia con que se controle la temperatura corporal al paciente dependerá de su si
tuación clínica.
O Si el niño presenta hipertermia o hipotermia se deberá controlar cada 3 0 min hasta su
normalización.
Tabla 14.1 Ambiente térmico neutro
6-12 horas
Menos de 1200 g 35 34-35,4
1200-1500 g 34 33,5-34,4
1501-2500 g 33,1 32,2-33,8
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 32,8 32-33,8
12-24 horas
Menos de 1200 g 34 34-35,4
1200-1500 g 33,8 33,3-34,3
1501-2500 g 32,8 31,8-33,8
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 32,4 31-33,7
24-36 horas
Menos de 1200 g 34 34-35
1200-1500 g 33,6 33,1-34,2
1501-2500 g 32,6 31,6-33,6
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 32,1 30,7-33,5
36-48 horas
Menos de 1200 g 34 34-35
1200-1500 g 33,6 33-34,1
1501-2500 g 32,5 31,4-33,5
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 31,9 30,5-33,3
48-72 horas
Menos de 1200 g 34 34-34
1200-1500 g 33,5 33-34
1501-2500 g 32,3 31,2-33,4
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 31,7 30,1-33,2
72-96 horas
Menos de 1200 g 34 34-35
1200-1500 g 33,5 33-34
1501-2500 g 32,2 31,1-33,2
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 31,3 29,8-32,8
4-12 días
Menos de 1500 g 33,5
1501-2500 g 32,1
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación)
4-5 días 31,0 29,5-32,6
5-6 días 30,9 29,4-32,3
Tabla 14.1 (continuación)
12-14 días
Menos de 1500 g 33,5 32,6-34
1501-2500 g 32,1 31-33,2
Más de 2500 g (y > 36 semanas de gestación) 29,8 29-30,8
2-3 semanas
Menos de 1500 g 33,1 32,2-34
1501 -2500 g 31,7 31-33,2
3-4 semanas
Menos de 1500 g 32,6 31,6-33,6
1501-2500 g 31,4 30-32,7
4-5 semanas
Menos de 1500 g 32 31,2-33
1501-2500 g 30,9 29,5-35,2
5-6 semanas
Menos de 1500 g 31,4 30,6-32,3
1501-2500 g 30,4 29-31,8
Frecuencia cardíaca
En el R N sano, la frecuencia cardíaca (FC ) basal se relaciona con la edad gestacional, la edad
posnatal y los períodos de vigilia-sueño. Cuando se evalúa a un niño es preciso tener en cuenta estos
aspectos, a fin de no considerar como anormales variaciones que en realidad son fisiológicas.
El monitoreo clínico se sustenta en la auscultación estetoscópica de la frecuencia cardíaca.
En los primeros minutos de vida de un R N de término vigoroso, durante la transición hacia la
vida extrauterina, la FC se eleva rápidamente desde una media de 175 latidos por minuto (L/P) en
el primer minuto hasta 180 a 190 L/P a los dos minutos; luego, a partir de los 30 min de nacido el
bebé, desciende a 160 a 170 L/P. Los R N prematuros sanos siguen el mismo patrón, con frecuen
cias cardíacas máximas menores (160 a 170 L/P) y un descenso más paulatino (48 horas).
En los R N de bajo peso para la edad gestacional las variaciones de FC son similares a las
de los R N de peso adecuado.
No obstante, ciertas condiciones patológicas pueden alterar estos patrones. Un ejemplo daro es el
trabajo de Cabal y colaboradores, quienes estudiaron las variaciones de la FC basal en función de la edad
posnatal en R N prematuros sanos y en R N prematuros con síndrome de dificultad respiratoria grave.
Variabilidad de la frecuencia cardíaca
Acciones de enfermería
En principio, se debe auscultar o palpar el latido apical, a fin de conocer la ubicación del
corazón. En los R N normales, el latido apical se encuentra en el cuarto espacio intercostal, so
bre la línea hemiclavicular izquierda.
S e evalúan con estetoscopio, durante 1 minuto completo el ritmo, la frecuencia y la regu
laridad del latido cardíaco.
Además, se palpan los pulsos periféricos (femoral, pedio y radial) y se verifican la intensi
dad, el ritmo y la regularidad.
El control y el registro debe ser minucioso, a efectos de poder actuar con rapidez ante el
surgimiento de una complicación en el estado general del paciente. Es importante comparar la
frecuencia cardíaca auscultatoria y sus variaciones con los registros provistos por los m onito
res electrónicos, si se los estuviera utilizando.
Por último, se verifica la V F C , observando si se producen aceleraciones con los estímulos
o al realizar las maniobras o procedimientos de rutina.
Por otra parte, hay distintas causas de taquicardia y bradicardia neonatal (Tabla 14.2).
D ro g a s Isoproterenol Propanolol
Tolasolina Digital
Atropina Calcio
Adrenalina Anestésicos
Pancuronio
Aminofilina
Frecuencia respiratoria
O Regular: los intervalos entre los ciclos respiratorios son iguales y de profundidad si
milar. E s el que se observa en los R N de térm ino durante el sueño tranquilo (no
R E M ).
O Irregular: se caracteriza por presentar una acentuada variabilidad de la frecuencia y la
profundidad. S e observa generalm ente en los R N prematuro y en el R N de térm ino
durante el sueño activo (R E M ).
O Periódica: se caracteriza por la suspensión breve y reiterada de la respiración en in ter
valos regulares. E s típica de los R N prem aturos, que presentan altos porcentajes de
este tipo de respiración. S e diferencia de la apnea por su duración y porque no altera
otras variables hem odinám icas. A medida que avanza la edad gestacional, la respira
ción pierde periodicidad y se torna más regular.
O Apnea: son pausas prolongadas (m ás de 2 0 segundos) que se asocian con desacele
raciones de la F C y/o signos de dism inución de la oxigenación. Cuando son graves
pueden producir, además, aumento de la tensión arterial, que se transm ite al cerebro
provocando hem orragia intracraneana en el R N prematuro.
O G asping o bloqueo tem inal: son pausas muy prolongadas, con inspiraciones profundas e
irregulares propias de los cuadros de daño grave, en muchas ocasiones irreversibles.
O Taquipnea: F R rápida y superficial (más de 6 0 por m inuto). Puede ser norm al en las
prim eras horas de vida.
O Bradipnea: respiración lenta, se m anifiesta en la depresión del centro respiratorio.
O D isnea: dificultad para respirar que puede reconocerse por: aleteo nasal, tiraje su-
praesternal e intercostal, quejido respiratorio y cianosis.
O H ipernea: F R rápida, con aumento de la profundidad de la respiración.
Acciones de enfermería
♦ Peso
El peso de nacimiento permite dividir a los R N en cinco grupos. Esta clasificación es funda
mental para poder predecir los numerosos problemas que puede presentar cada R N (Tabla 14.3).
Tabla 14.3 Peso de nacimiento del recién nacido
Si se relaciona el peso de nacimiento con la edad gestacional, se obtiene otro dato de valor
incuestionable en la predicción de patología esperable. Esta clasificación divide a los R N en
tres grupos:
Por lo general, durante los primeros días de vida del R N de término sano, se produce un des
censo del 10% de su peso de nacimiento, a razón de un 2 a 3% diario. Esta disminución se concreta
a expensas de una contracción del espacio extracelular, y se la conoce como descenso fisiológico de
peso. Por el contrario, la ausencia de esta disminución de peso puede indicar retención hídrica.
Cuanto más inmaduro es un R N , mayor es su composición hídrica corporal. Por lo tanto,
en estos niños el descenso de peso fisiológico puede alcanzar un 15% o más.
En los R N enfermos, sobre todo aquellos que no pueden ser alimentados por vía enteral, es im
portante tener en cuenta esta pérdida esperable de peso. Al realizar el balance hídrico durante los
primeros días de vida, se debe permitir el descenso fisiológico para evitar la sobrehidratación.
Acciones de enfermería
El peso es un dato importante a tener en cuenta cuando se calculan las necesidades hidroelec-
trolíticas-nutricionales y cuando se dosifican los medicamentos que pudiera requerir el neonato.
Las acciones que el personal de enfermería debe realizar son:
O Pesar diariamente al R N . Algunos pacientes pueden requerir ser pesados con mayor fre
cuencia; por ejemplo, el R N pretérmino extremo en sus primeros días de vida.
O Pesar al R N en la misma balanza todos los días.
O Evitar pérdidas de calor durante el procedimiento mediante el precalentado de la superfi
cie con una fuente lumínica.
O Cubrir la balanza con papel estéril.
O Anotar si al momento de pesarlo el paciente tiene férula u otro agregado que aumente su
peso.
O Registrar el peso y comunicar si existe aumento o disminución anormal.
La piel es el órgano más accesible a la inspección clínica y constituye una ventana a otros
sistemas del organismo y su funcionamiento. Esta ventana permite estimar el contenido san
guíneo de glóbulos rojos (G R ), 0 2 o de bilirrubina (B i), así como la perfusión, etcétera.
Lesiones pigmentadas
Coloración anormal
P a l id e z : es la ausencia de color en la piel del neonato. Puede ser causada por insuficiencia
circulatoria, anoxia, anemia. La palidez de la anoxia puede asociarse con bradicardia y la pali
dez por anemia se asocia con taquicardia.
Relleno capilar
•>. Fontanela
S e denomina fontanela a los espacios no osificados que se encuentran entre los huesos que
componen el cráneo del R N .
F o n t a n e l a a n t e r io r o b r e g m á t ic a : el tamaño de la fontanela anterior presenta una va
riabilidad muy ampÜa dentro de la normalidad. Por ello, lo que se valora fundamentalmente es su
carácter tenso o deprimido. Sin embargo, las condiciones extremas deben tomarse en cuenta:
Características de la fontanela
O N orm otensa: se observa a nivel con el plano óseo. Permite la depresión suave.
O Hipotensa o deprimida: los dedos del observador se hunden en el nivel del reborde óseo.
O Hipertensa o bombé: los bordes de la misma están sobreelevados con respecto al plano
óseo. Al deprimirla ofrecen marcada resistencia.
Con excepción de situaciones muy particulares, una sola medida no tiene interés, la valo
ración evolutiva, en cambio, será útil en la evaluación general.
La fontanela posterior o lambdoidea, permeable al nacimiento, es de menor tamaño que la
anterior. Posee iguales características.
Las fontanelas constituyen, además, las “ventanas” a través de las cuales es posible realizar eco-
grafías cerebrales en el RN . Los estudios ecográficos son de gran valor en el diagnóstico de he
morragias intraventriculares y parenquimatosas, hidrocefalia, quistes y otras malformaciones del
S N C . Al osificarse las fontanelas en edades posteriores, ya no será posible realizar dichos estudios.
Tono
La noción de tono muscular comprende el estudio del mismo en dos fases diferentes.
Primero, el músculo en reposo (tono pasivo) y luego el músculo bajo control del niño (tono
activo).
El tono pasivo, permanente o de reposo valora la elasticidad y contractilidad del músculo.
Es decir, explora el estiramiento muscular.
El tono es el reflejo de la actividad cortical y en el R N puede alterarse fundamentalmente
por las lesiones hipóxicas (asfixia perinatal, hipotensión aguda prolongada, período sostenido
de hipoxia, etc).
Lo que nos interesa al valorar el tono de un R N es delimitar el tono anormal, tanto si éste
es insuficiente como si es excesivo. En el primer caso hablamos de hipotonía: la extensibilidad
del músculo está aumentada. En el segundo caso hablamos de rigidez o hipertonía: la extensi
bilidad del músculo está disminuida.
El R N puede presentar hipotonía, hipertonía o distonía (tono cambiante). La extensibilidad
muscular se aprecia mediante maniobras que valoran la amplitud de un movimiento lento realiza
do por el observador mientras el niño permanece pasivo. Los resultados de estas maniobras pueden
expresarse por la valoración de un ángulo (el ángulo poplíteo), por la estimación de una incurvación
(tronco) y en relación con algún punto de referencia anatómico (signo de la bufanda).
El tono activo es el que determina la postura y la actividad motora. Está bajo el control del
propio niño y posibilita sus actividades espontáneas.
S i observamos al niño tranquilo, en posición supina podremos ver que el R N de término
reposa con los cuatro miembros flexionados simétricamente. Esta actitud en flexión corres
ponde al estado del tono de base normal.
La postura, al igual que el tono pasivo, varía de acuerdo con la edad gestacional. N orm al
mente se observa una progresión caudo-cefálica a medida que aumenta la edad gestacional.
En el niño más inmaduro (menos de 2 8 semanas), tanto los miembros inferiores como
los superiores están extendidos (tono activo disminuido).
A medida que la edad gestacional avanza aparece la flexión de caderas y rodillas (29-30 sema
nas). Más tarde ésta se acentúa y aparece flexión leve de los miembros superiores, hasta que al alcan
zar el término tanto los miembros superiores como los inferiores se encuentran flexionados.
Para valorar un tono activo el observador puede provocar, con la ayuda de estimulación es
pecífica, respuestas que hacen variar la postura. Es lo que denominamos motricidad dirigida.
Un ejemplo de esto es el reflejo de Landau, que pone en juego la actividad postural del
cuerpo entero, cuando se mantiene al niño en suspensión ventral.
Acciones de enfermería
El neonatólogo o, más aun, el neurólogo, valorará al niño durante un período corto de tiempo, en
el que no siempre encontrará al niño en el estado ideal. La observación continuada que realiza el perso
nal de enfermería en la atención permanente del niño, aportará datos de una importancia fundamen
tal, a menudo mucho más que los sofisticados exámenes y maniobras que se le realizan al bebé.
S e debe observar:
Es el movimiento uniforme que se localiza en un lugar fijo y se acentúa con los movimientos u
otros estímulos como el frío. O tra de sus características es que nunca aparece durante el sueño.
Es un síntoma que se observa frecuentemente en el R N . Debe evaluarse cuidadosamente
para establecer si se trata de un temblor fisiológico o patológico.
El temblor fisiológico es el que se observa en un R N sano sin patología detectable. Predo
mina en el prematuro, pero también puede observarse en el R N de término.
El temblor patológico es el que aparece como consecuencia de una afección y que cesa
cuando se la corrige. Entre ellas figuran la hipoglucemia, la injuria por frío, la hipocalcemia, la
hipomagnasemia y la hipoxia.
Para diferenciar el temblor de la convulsión se flexiona el miembro afectado, por ejemplo la mano, si
el temblor cesa se tratará de un temblor. En cambio, si se trata de una convulsión clónica éste persistirá.
Acciones de enfermería
Convulsiones
Los movimientos convulsivos, a diferencia de los temblores, no son uniformes, tienen una
fase rápida y una lenta. Suelen ser erráticos, es decir que afectan distintas partes sucesivamente
y son independientes de los movimientos. Suelen asociarse a crisis oculógiras o de desviación
de la mirada. El electroencefalograma confirmará su condición de tal.
- Gestión de enfermería
Impresión general
Pase de guardia
Bibliografía
- D eacon J , O ' Nelly P. Cuidados Intensivos de Enfermería en Neonatos . M cG raw -H ill Interam ericana, 2 0 0 1 .
- M a c D on ald , R a m a se th u . Atlas de Procedimientos en Neonatología. E d ito rial P an am erican a, 2 0 0 5 .
- N a scim e n to T am es R . Enferm ería en la Unidad de Cuidados Intensivos N eon atal E d ito rial P an am erican a,
2003.
Neurología
Teresa Díaz
En el desarrollo prenatal del cerebro, la placa neural aparece al inicio de la tercera semana
de gestación; se sitúa en la región dorsal media, por delante de la fosita primitiva. Luego, sus
bordes se elevan y forman los pliegues neurales.
Los pliegues neurales se aproximan a la línea media y se fusionan formando el tubo neural.
La fusión comienza en la región cervical y continúa en dirección cefálica y caudal. Los extre
mos cefálico y caudal y los respectivos neuroporos comunican la luz del tubo con la cavidad
amniótica. E l extremo cefálico presenta tres dilataciones:
Cuando el em brión tiene 5 semanas, el prosencéfalo está conform ado por dos p o r
ciones:
En la luz de la médula se localiza el conducto del epéndimo, que se continúa con las cavi
dades encefálicas. La cavidad del romboencéfalo se denomina cuarto ventrículo; la del diencé
falo, tercer ventrículo, y las de los hemisferios, ventrículos laterales. El tercer y el cuarto ven
trículos se comunican a través del acueducto de Silvio; los laterales comunican con el tercer
ventrículo mediante los agujeros de Monro.
• Hemorragia intracraneal
Fisiopatología
Convulsiones
Expansiones de volemia
Alteraciones en la coagulación
Cuadro clínico
El m étodo de elección para evaluar a los R N son los controles de ecografía cerebral
periódica, que perm iten detectar más precozm ente las H IV . S e trata de un procedim ien
to poco agresivo que puede realizarse en la m isma unidad de cuidados intensivos (U C I),
ju n to a la incubadora. La ecografía perm ite tam bién evaluar el grado de hem orragia.
Sarnat y Sarnat describieron una clasificación muy útil desde el punto de vista clínico. La
categorización debe ser dinámica, ya que los R N pasan con rapidez de un estadio a otro (T a
bla 15.3).
Tabla 15.3 Estado clínico de encefalopatía poshipóxica (modificado Sarnat y Sarnat)
Estadio 1 Estadio 2 Estadio 3
Reflejos complejos
Función autonómica:
Estudios diagnósticos
Este tipo de estudios resulta útil para identificar el daño encefálico y su magnitud:
Cuidados de enfermería
O M onitor de FC , F R , T A (invasiva)
O Control de temperatura
O Saturometría
O Colocación de vías centrales (arterial y venosa)
O Balance de I/E
O Ritm o diurético
O Colocación de S O G (evaluar el tipo de residuo, registrar cantidad)
O Colocación de sonda vesical
O Mantener al paciente sedado y relajado según prescripción médica
O Control de glucemia
O Observar cualquier signo de convulsión y comunicarlo al médico
inmediatamente (ver convulsiones)
O Mantener la permeabilidad de las vías respiratorias (ver Anexo)
'• Convulsiones
Las convulsiones continúan siendo una de las pocas urgencias neurológicas neona
tales que reflejan potencialm ente un daño significativo del cerebro inmaduro. Es posible
que se trate de la prim era m anifestación de disfunción neurológica que en muy pocas
ocasiones resulta de causa idiopática. Es im portante, por tanto, efectuar un diagnóstico
rápido, tanto de las convulsiones como de las condiciones etiológicas subyacentes, ya que
muchas etiologías requieren tratam ientos específicos que, adm inistrados precozmente,
pueden m ejorar el pronóstico.
Definición
En un 10 a 20% de los casos de convulsiones son de etiología desconocida. Las causas más
comunes pueden ser:
O Perinatales:
• Hipóxica-isquémica: por lo general, son las convulsiones sutiles, clónicas y las multifocales. Se
manifiestan en los R N con una asfixia bien definida, muchas veces asociadas con alteraciones
metabólicas que incluyen hipoglucemia, hipocalcemia, alteración de los electrólitos, etc
O Traumatismo de parto:
• Traumatismo del S N C : puede ser por presentación de nalga
• Hemorragia subaracnoidea, subdural o subependimaria
O Problemas metabólicos: se presentan, por lo general, en convulsiones clónicas focales o
multifocales.
O Por infecciones, meningitis bacteriana o por infecciones intraútero (rubéola, citomegalo-
virus, herpes, toxoplasmosis).
O Genéticas.
O Convulsiones neonatales familiares benignas.
Patrones convulsivos
S u t i l e s : son las convulsiones más frecuentes en los neonatos, tanto de término como
prematuros. Representan el 50% de las convulsiones y muchas veces pasan desapercibidas. Se
manifiestan con parpadeo y desviación horizontal de los ojos, movimientos orales o bucales
(chupeteo), movimientos de pedaleo y apneas, taquicardia e inestabilidad hemodinámica.
M ic l ó n ic a s : son muy extrañas en el período neonatal, se asocian con una patología del
S N C y su pronóstico es grave. S e manifiestan a través de sacudidas o espasmos múltiples de
las extremidades.
Cuidados de enfermería
Ante cualquier eventualidad, es preciso tener siempre a mano una bolsa de reanimación
con mascarilla conectada a una fuente de oxígeno y aspiración preparada.
Bibliografía
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newborn.4° ed . E d .W .B .S a u n d e rs C om pany, 2 0 0 1 .
15.1
Defectos del tubo neural
Teresa Díaz
«w Introducción
Desde el punto de vísta embriológico, se denomina espina bífida al cierre incompleto del
tubo neural, que tendría lugar entre los 18 y 2 0 días de gestación. Resulta común que esta pa
tología se asocie con otras.
En los últimos años, el avance del empleo de la ecografía prenatal y la determinación de las con
centraciones de alíafetoproteínas (AFP) en el líquido amniótico tomaron habitual el diagnóstico pre
natal. La detección temprana de patologías fetales permite programar antes del nacimiento la atención
necesaria del R N o su derivación a un centro especializado. La evaluación prenatal es también muy
importante en el diagnóstico de otras malformaciones asociadas. En algunos países, cuando se detecta
un defecto importante al inicio del embarazo es posible considerar la probabilidad de interrumpirlo.
La espina bífida comprende cualquier defecto congénito que involucre el cierre insufi
ciente de la columna vertebral. El mielomeningocele es responsable de aproximadamente el
75% de todos los casos de espina bífida y puede llegar a afectar a 1 de cada 8 0 0 bebés. El
resto de los casos más comunes tiende a ser una espina bífida oculta, o el meningocele, en
que las meninges protruyen a través del defecto de las vértebras pero la médula espinal per
manece en su lugar.
La protrusión de la médula y las meninges causa daños en la médula espinal y en las raíces de
los nervios, provocando una disminución o falla de la función de las áreas corporales controladas en
la zona del defecto o debajo de ella. Los síntomas se relacionan con el sitio de la columna donde se
localiza el defecto. La mayoría de los defectos se manifiesta en las áreas lumbar inferior o sacra (las
áreas más bajas de la espalda), ya que se trata de la última parte de la columna en cerrarse.
C # Etiología
S e trata de una anomalía común de los huesos de la columna que generalmente no pre
senta síntomas, pero que en ciertas ocasiones se asocia con ciertas condiciones que pueden
requerir cirugía.
S e presenta como una lesión cutánea sobre la columna vertebral en la que la médula es
pinal y las meninges permanecen en su lugar y el defecto es cubierto generalmente por la piel.
Puede presentar un pequeño nevo, un mechón de pelo o una tumefacción lipomatosa blanda.
Los bebés que evidencian esta lesión deben ser examinados cuidadosamente en busca de sig
nos de afección neurológica.
A n e n c é f a l o : es el más grave de los defectos. En este caso están ausentes la piel del crá
neo, la bóveda craneal y el hueso occipital, y quedan expuestos el tubo neural y el cerebro. Por
lo general, estos niños nacen muertos o mueren poco después del nacimiento.
Complicaciones
H id r o c e f a l ia : luego del cierre quirúrgico del defecto medular, el 80 a 95% de estos ni
ños desarrolla hidrocefalia; por lo tanto, es importante observarlos cuidadosamente en busca
de signos y síntomas de hipertensión endocraneal. Resulta indispensable el seguimiento por
ultrasonografía (ecografía cerebral).
O Apnea
O Llanto débil o ausencia de llanto
O Estridor laríngeo
O Dificultad en la deglución
O Reflujo y broncoaspiración
O Debilidad de los brazos que puede progresar a cuadriparesia
O Nistagmus
O Ataxia
O H ipertensión endocraneal
• Tratamiento
• Acciones de enfermería
Cuidados de enfermería
Procedimiento
La asistencia y el tratamiento de los R N con defecto del tubo neural requieren de los es
fuerzos coordinados de enfermería y un conjunto multidisciplinario (Neurocirugía, Pediatría,
Genética, Urología, Ortopedia, Fisioterapia, Asistencia Social).
Preparación prequirúrgica
Prevención
Los suplementos de ácido fólico pueden resultar efectivos para reducir el riesgo de
las anom alías del tubo neural, com o es el caso del m ielom eningocele. Las deficiencias de
ácido fólico deben corregirse antes del em barazo, ya que los defectos se presentan muy
precozm ente. Las futuras madres deben ser evaluadas para determ inar su nivel de folato
en el suero. Es recom endable que las mujeres que consideren quedar embarazadas tom en
0 ,4 mg de ácido fólico al día. Ya embarazadas, necesitan 1 mg diario. E l m ielom eningoce-
le es una de las pocas entidades malformativas que perm ite realizar prevención prim aria,
por lo cual es preciso subrayar la im portancia de adicionar ácido fólico a algún alimento
de consum o masivo com o el pan.
• Hidrocefalia
Hidrocefalia congénita
Hidrocefalia adquirida
Diagnóstico de la hidrocefalia
Presenta como signos clínicos el aumento del perímetro cefálico, las suturas diastasadas,
fontanelas tensas (en ocasiones abombadas) y ojos en sol poniente.
Las causas son m últiples. A nte sospecha diagnóstica es muy im portante efectuar una
ecografía transfontanelar, a fin de arribar al diagnóstico antes de que se m anifieste clín i
camente. La ecografía constituye el m étodo diagnóstico más seguro y de elección en el
R N , al tiem po que perm ite realizar el seguimiento y el control seriado sin mover al niño
de la unidad.
Cuidados de enfermería
E stos signos indican aumento de la P IC (presión intracraneal). Por tanto, será pre
ciso efectuar una descom presión m ediante punción evacuadora transfontanelar, procedi
m iento que deber ser realizado por el neonatólogo o el neurocirujano según norm as del
servicio.
Tratamiento
O D an paso en sentido distal únicamente, evitando el peligro del reflujo hacia los ventrículos
cerebrales.
O Mantendrán su actividad mientras exista un desequilibrio entre la producción y la reab
sorción del L C R (P IC elevada).
O Permiten controlar y activar su funcionamiento por medio de la compresión digital exter
na de la válvula ubicada entre la piel y el hueso del cráneo.
La infección es una de las complicaciones más frecuentes luego de una operación. Ante cualquier
señal de infección debe utilizarse antibióticos (ATB) en forma agresiva; frente a la infección confirma
da, es necesario retirar el sistema.
Otra complicación aparece cuando se tapona el catéter. En ciertas ocasiones, esta falla puede corre
girse mediante el bombeo manual de la válvula; en otras, es necesario revisar quirúrgicamente todo el
sistema de derivación y cambiar el segmento inutilizado. En su evolución, los pacientes deben ser con
trolados periódicamente, ya que (a raíz del crecimiento) el catéter puede resultar corto o insuficiente y
requerir ser reemplazado por otro de tamaño adecuado.
Cuando el LC R es purulento, hemorrágico o contiene una cantidad patológica de proteínas o cé
lulas, la colocación de estos catéteres está contraindicada temporalmente; ya que su sedimento puede
ocasionar taponamiento de la válvula. En este caso, se drena con punciones periódicas a través de un
reservorio o mediante una derivación temporaria hacia al exterior, hasta que el paciente se encuentre en
condiciones de acceder a una intervención quirúrgica.
Cuidados de enfermería
• Traumatismo obstétrico
Se denomina así las lesiones que padecen los fetos durante el parto. Se producen a partir de la co
incidencia de dos factores: las fuerzas mecánicas que actúan sobre el niño y el grado de”fragilidad“de
éste. En ocasiones, las fuerzas que se producen en el proceso del parto (contracciones, compresión,
rotación y tracción) se suman a las ocasionadas por los instrumentos que se aplican (ventosa, fór
ceps, etc.), los cuales pueden ocasionar lesiones directas; no obstante, es conveniente recordar que
su aplicación adecuada disminuirá la incidencia de daño hipóxico. En cuanto al feto, influirán su
inmadurez, su tamaño y la presentación, provocando que las fuerzas que actúan se traduzcan en
lesiones superficiales, edema local, hemorragias o fracturas. El parto de nalgas entraña mayor riesgo
de lesión fetal. Hoy día se cuestiona su finalización por vía vaginal.
Las causas más comunes son:
O Presentación anormal
O Manipulación obstétrica al extraer la cabeza
O Complicaciones de fórceps
O Desproporción céfalopelviana
O Duración anormal del trabajo de parto
O Oligoanmios
O Cabeza y cuello:
• Hemorragias extracraneales
• Caput succedaneum y caput por ventosa
• Cefalohematoma
• Hematoma subgaleal
• Hemorragias intracraneales
• Fracturas: cráneo, cara, mandíbula
• Lesiones nasales: luxación del tabique
• Lesiones oculares
• Lesiones del oído
• Lesión del esternocleidomastoideo
O Lesiones nerviosas:
• Nervios craneales
• Nervio facial: lesión central o periférica
• Nervio recurrente
• Nervios periféricos
• Nervio frénico
• Plexo braquial
• Duchenne-Erb
• Klumpke
• Completa (ambos)
• Médula espinal
O Lesiones óseas:
• Fractura de clavícula
• Huesos largos
• Fracturas
• Desprendimiento epifisario
O Lesiones intraabdominales:
• Hígado o bazo (rotura o hemorragia subcapsular)
• Suprarrenales
Gestación postérmino
Lesiones frecuentes
Epidural
Posee una salida por contraventura en la piel y termina en una bolsa colectora. Es impor
tante cuantificar el volumen de sangre y observar si existe presencia de L C R a causa de una
Tabla 15.1.2 Guía de cuidados de enfermería para minimizar o evitar el incremento innecesario de la PIC
Objetivos Acciones Fundamentación
Administrar analgesia
Mantener el flujo venoso cerebral Colocar la cabeza y el cuello de manera La obstrucción del flujo venoso
que no ejerzan presión sobre las venas aumenta la presión capilar y
yugulares disminuye la absorción de LCR.
La PIC se incrementa cuando
disminuye flujo venoso
Evitar el aumento de la PIC Mantener la cabeza elevada en unos A menos que esté
30° contraindicado, la elevación de
la cabeza disminuye la PIC
Administrar calmantes, sedantes,
inotrópicos, relajantes musculares, etc., El aumento de la TA agrava el
según prescripción médica y cada vez edema cerebral. La hipotensión
que el paciente lo requiera puede producir isquemia
cerebral
Subdural
El drenaje debe estar a la altura del monro (a la altura de las cejas, aproximadamente). Es
necesario controlar las pérdidas de sangre y de L C R .
Ventricular externa
Con la colocación del drenaje ventricular externo se permite la salida del L C R infectado
hacia una bolsa colectora especial que debe estar ubicada a la altura de las cejas. En todos los
drenajes craneales es importante cuantificar las pérdidas de L C R y de sangre, a efectos de efec
tuar su reposición. Pinzar la parte proximal del drenaje en cualquier procedimiento que se rea
lice al paciente y pueda variar la altura de la bolsa de drenaje, a fin de evitar la pérdida brusca
o excesiva de L C R , que puede causar daños neurológicos.
Acciones de enfermería
^ Lesiones nerviosas
Definición
Las lesiones nerviosas son aquellas que comprometen el sistema nervioso periférico y/o la médula
espinal. La lesión de la médula espinal durante el parto constituye un proceso patológico excepcional.
Cuando se produce, ocasiona un déficit neurológico cuya gravedad depende de su nivel y su extensión.
Si existen antecedentes de parto traumático, la sospecha precoz y la confirmación diagnóstica, basada
fundamentalmente en la neuroimagen, no presentan mayores dificultades. En cambio, la ausencia de
antecedentes puede complicar el diagnóstico. Habitualmente, el traumatismo medular se origina en
relación con partos prolongados y de extracción muy dificultosa. Sin embargo, existen algunos partos
que se desarrollan con normalidad y sin problemas de extracción en los que no sejustifican los trauma
tismos medulares perinatales. En este sentido, algunos autores-señalan que las contracciones uterinas
podrían generar mecanismos de torsión o de estiramiento responsables de estas lesiones.
Los sitios más frecuentes de lesión medular se clasifican en dos grupos: por mecanismos
de estiramiento-tracción, generalmente en presentación de nalgas, que se asocia con lesión a
nivel cervical bajo-torácico alto; y por mecanismo de torsión, por lo general en presentación
cefálica, en relación con lesión a nivel cervical alto-medio.
Si bien la resonancia magnética (R M ) es el estudio más concluyente para determinar el
diagnóstico y puede localizar con precisión el nivel de la lesión, en los últimos años se ha de
mostrado que resulta útil fundamentalmente en la lesión subaguda o crónica. Durante la le
sión aguda es preciso interpretar con prudencia la R M , ya que pueden presentarse algunos ca
sos falsos negativos. En la actualidad, el examen de primera elección en el momento agudo es la
ecografía medular, orientando el diagnóstico de sospecha de lesión medular. Es una prueba ac
cesible y no invasiva que posibilita la realización de exámenes seriados, y es especialmente útil
en pacientes que requieren ventilación mecánica y no pueden ser explorados mediante R M .
Es la lesión de un plexo o de una rama de los nervios periféricos que se produce como resultado de su
estiramiento durante el parto. Por ejemplo, si el brazo del R N esta débil o totalmente paralizado, indica
compromiso del plexo braquial (BPP), conocido también como parálisis de Erb. Por lo general, la causa
de esta lesión se vincula con el estiramiento de un lado (o ambos) del cuello durante un parto complejo.
El compromiso del plexo braquial es uno de los más comunes. El plexo braquial consiste
en una red de nervios que va desde la columna espinal en el cuello hasta los dedos. La forma
más leve de esta lesión es el estiramiento. Cuando los nervios se rasgan (rompen) o se sacan
de su inserción espinal (avulsión), la intervención quirúrgica puede ser la única esperanza de
recuperar la función del brazo.
La regeneración de nervios es lenta, aproximadamente 3 cm por mes. Según van regene
rándose, comienzan a evidenciarse los movimientos de los músculos asociados. Es importante
concretar la consulta con el neurólogo infantil, así como el seguimiento con un kinesiólogo ca
pacitado en el manejo de este tipo de lesiones.
Cuidados de enfermería
*£ Lesiones intraabdominales
Diagnóstico
E l hígado es el órgano sólido que se lesiona con mayor frecuencia durante el parto. Se
observa con mayor asiduidad en R N macrosómicos o con hepatomegalia. O tros factores
predisponentes son la asfixia y los trastornos de la coagulación. En general, se produce la
ruptura capsular y el niño puede presentarse asintom ático durante las primeras horas de
vida. Excepcionalmente, el hígado se rompe, lo cual da como resultado un cuadro de colap
so circulatorio agudo.
Exploración física
O Palidez
O Respiración superficial, rápida e irregular
O Taquicardia
O Debilidad o ausencia de pulso periférico
O H ipotensión arterial
O H em atocrito bajo
Tratamiento
Bibliografía
Definición de la patología
Historia de la enfermedad
La H T P P fue descripta inicialmente en 1969 por Gersony como circulación fetal persis
tente. N o corresponde a una patología única; de allí que se priorice el término síndrome de
hipertensión pulmonar persistente del neonato. E l pronóstico depende de la causa y del m o
mento en que se realiza el diagnóstico.
El síndrome de H T P P N se clasifica en:
O Primario (idiomática)
O Secundario (cardiopatías congénitas)
O H ernia diafragmática congénita
O Asfixia perinatal
O Síndrome de aspiración de líquido amniótico meconial (SA L A M )
Métodos de diagnóstico
Com plicaciones
Se trata de un síndrome grave que puede resultar en la muerte del neonato. El segui
miento de los sobrevivientes (sin hernia diafragmática congénita) varios meses después
del nacimiento ha revelado diversas anormalidades de los sistemas pulmonares o circula
torios, entre ellas displasia broncopulmonar. N o obstante, en niños tratados con ventila
ción de alta frecuencia (V A F ) se ha reportado pérdida auditiva sensorio-neural hasta en
un 50% de los casos.
• Incidencia
Presentación clínica
En principio, tanto la presentación clínica como la saturación son fluctuantes. Puede com
prender desde un bebé rosado, pasando por palidez y cianosis con una taquipnea leve, hasta un
cuadro hipóxico grave que resulte en la muerte del R N . Algunos de los síntomas y signos más
comunes son:
Los establecimientos cuya maternidad incluye terapia neonatal son considerados ideales para
la atención de estos niños, ya que de este modo se evitan los riesgos del traslado extrahospitalario.
El Hospital Garrahan es un centro de derivación de alta complejidad, por lo cual el paciente debe
ser expuesto al traslado. En lo que atañe a las condiciones del traslado, el equipo que lo realiza
debe estar preparado para afrontar todo tipo de eventos, incluido el paro cardiorrespiratorio.
Las patologías que se recepcionan y deben tratarse con sumo cuidado son:
O Hipoxemia grave
O H ernia diaffagmática congénita
O S A L A M (síndrome de aspiración de líquido amniótico meconial)
O Malformaciones cardíacas
O Asfixia al nacer
Cuanta más información se disponga acerca del niño que se interna, mejores serán los re
sultados de la atención.
^ Unidad del paciente
Tratamiento
Fármacos vasoactivos
D o p a m in a : en dosis bajas, su acción sobre los tres tipos de receptores de la pared vascular
increm enta el flujo sanguíneo renal; en dosis altas aum enta el consum o de oxígeno e induce
trastornos del ritm o.
F e n t a n il o : es un analgésico narcótico.
Cuidados de enfermería
O Riesgo potencial: respiratorio (describe a una persona que presenta un cuadro con dife
rentes problemas respiratorios) (Tabla 16.1).
O Riesgo potencial: hipoxemia (describe a una persona que presenta un cuadro de satura
ción insuficiente con P a 0 2baja).
O Riesgo Potencial: atelectasia (describe a una persona con alteración de la función respira
toria debida a colapso alveolar).
O Complicación potencial: neumotorax (describe a una persona que evidencia un riesgo ele
vado de presentar un cuadro de acumulación de aire en el espacio pleural debido a lesión
pulmonar y barotrauma por aumento de la presión inspiratoria máxima) (Tabla 16.2).
Tabla 16.1 Cuidados de enfermería en pacientes con problemas respiratorios
Ansiedad relacionada con Acompañar a la familia, Informar, dentro de las El personal de enfermería
la ¡mprevisibilidad del a fin de que supere posibilidades, el estado le proporciona cuidados
pronóstico. la frustración por la del RN. especiales. La familia
enfermedad del RN. debe saber que las
personas que atienden al
RN también se preocupan
por él.
Conclusión
La autora agradece al Dr. Eduardo Domínguez (neonatólogo, cardiólogo infantil, médico principal
del servicio de Neonatología del Hospital Juan P. Garrahan) por la revisión de este capítulo.
Bibliografía
• Introducción
E l m anejo integral de los recién nacidos pretérm ino de muy bajo peso al nacer
(R N P T M B P N ) constituye uno de los desafíos más im portantes de la atención neonatal.
E stos pacientes requieren cuidados especiales e internación prolongada, implican altos
costos de atención y generan im pactos em ocionales familiares y sociales serios. D e cada
1 0 0 0 nacim ientos, alrededor de 1 2 niños pesan menos de 1 5 0 0 g (1 ,2 % ). La tasa para los
menores de 1 0 0 0 g varía entre 0 ,3 5 y 0,7% . E n A rgentina nacen anualm ente alrededor de
8 0 0 0 recién nacidos (R N ) con un peso inferior a 1 5 0 0 g, de los cuales más de 3 5 0 0 pe
san menos de 1 0 0 0 g. S e estim a que el 9% de los R N tiene menos de 37 semanas al nacer,
en tanto que el 6% posee m enos de 3 6 semanas. S i bien representan un porcentaje bajísi-
mo del total de nacim ientos (m enos del 0 ,7% ), su contribución a la m ortalidad infantil es
altísim a: 20% a 50% de todos los niños que fallecen antes del año de vida nacen con edad
gestacional extrem adam ente baja (E B E G ). A su vez, entre los que sobreviven se evidencia
un alto porcentaje de m orbilidad a largo plazo: según los centros de salud, alrededor del
50% . E n m uchos casos, la m uerte y las secuelas (displasia broncopulm onar, retinopatía,
déficit neurológico) podrían evitarse.
Los factores conocidos que se asocian con prematurez son las edades maternas extremas,
el nivel socioeconómico y educacional, los hábitos sociales, las enfermedades maternas y las
infecciones ginecológicas. Es necesario trabajar sobre estos factores de manera preventiva. Sin
duda, lo ideal sería poder prevenir el nacimiento de niños E B E G ; en última instancia, pro
longando el embarazo por dos o tres semanas, para que los niños pretérmino nazcan luego de
las 28 semanas de edad gestacional. Los resultados a corto y largo plazo son muy distintos si
hay sólo una semana de diferencia en la duración del embarazo. La intervención obstétrica en
el retardo del parto prematuro es muy valiosa, ya que mantener en el útero a un feto de 23 a
28 semanas mejora el índice de sobrevida en un 15% a 20% por semana o en un 2% a 3% por
cada día ganado. La administración de corticoides ha demostrado ser eficaz entre las 2 4 y 34
semanas, ya que actúan madurando el parénquima pulmonar y acelerando la producción de
surfactante, lo cual, al reducir la incidencia de enfermedad de membrana hialina y de hemo
rragia intraventricular, disminuye la mortalidad.
Esta población de R N presenta tres primeras causas de muerte: asfixia al nacer, síndrome
de dificultad respiratoria e infección. O tras causas, como hemorragia intraventricular, entero
colitis necrosante, enfermedad pulmonar crónica, neumotorax, etc., son secundarias a las pa
tologías mencionadas.
La calidad de la reanimación en la sala de partos incide directamente en la sobrevida (y en
su calidad), por lo cual es fundamental prevenir eventos como hipotermia, sobreventilación,
hiperoxia e hipervolemia.
Gran parte de los R N con un peso inferior a 1 0 0 0 g son intubados en la sala de partos.
Si bien la intubación es objeto de debate, hoy día la posibilidad de administrar surfactante en
forma precoz por el tubo endotraqueal permite que este procedimiento pueda efectuarse de
manera frecuente.
La supervivencia de estos neonatos es superior entre los que nacen en centros especializados
que entre los R N derivados a instituciones luego del nacimiento. En estos últimos se incremen
ta la morbilidad, dado que no toleran bien el traslado interhospitalario. En Argentina, no todos
los integrantes de los equipos de salud ni todas las unidades de cuidados intensivos neonatales
(U C IN ) están capacitados para encarar el tratamiento de los neonatos de peso extremadamente
bajo al nacer (E B P N ). La atención de estos prematuros requiere de un alto grado de pericia y de
importantes recursos. Para poder mantener un alto nivel de atención profesional, tanto por parte
de los médicos como del personal de enfermería, resulta esencial contar con una masa crítica.
» Fisiopatología
Identificación de problemas
Inmadurez neurológica
Dificultad en la termorregulación
El estrés por frío es uno de los problemas más serios que deben enfrentar los prematuros
desde el nacimiento. La termorregulación es un fenómeno de los organismos homeotérmicos
que depende del sistema nervioso central y del equilibrio entre la producción y la pérdida de
calor. Por ende, el recién nacido prematuro corre con varias desventajas. Por un lado, su co
mando neurológico es muy inmaduro, lo cual dificulta significativamente la regulación de la
temperatura.
Por otra parte, su producción de calor es pobre. S e concreta mediante tres mecanismos: ac
tividad muscular voluntaria, actividad muscular involuntaria y metabolismo. El neonato pre
maturo de bajo peso tiene la actividad muscular disminuida y tiende a mantener una posición
extendida. Esta postura inmadura y las características de su piel incrementan el riesgo de es
trés por frío. La hipotermia aumenta los requerimientos de oxígeno y de glucosa para generar
energía. Al mismo tiempo, los aportes energéticos no pueden ser muy elevados, debido a la
intolerancia digestiva y metabólica de este tipo de pacientes.
Asimismo, tiene una pérdida aumentada de calor, la cual se relaciona, por un lado, con
una piel más delgada. El prematuro carece prácticamente de capa córnea, en tanto que el teji
do subcutáneo (normalmente rico en grasas y vasos sanguíneos) es muy delgado, por lo cual
no constituye un buen aislante. Ambos factores producen gran pérdida de calor y humedad a
través de la piel. Durante los primeros días de vida pierden cantidades considerables de agua;
esta circunstancia se denomina pérdida insensible de agua (P IA ). Cada gramo de agua que se
evapora extrae una kilocaloría de la piel subyacente: recién a los catorce días de vida es similar
a la del R N de término, por más inmaduro que haya nacido.
Tam bién se relaciona con una mayor superficie corporal. En el R N pretérmino, la su
perficie de la piel supera a la superficie de su masa corporal. A menor masa corporal, menor
producción de calor; y a mayor superficie de la piel, mayor pérdida de calor. Esta despro
porción ocasiona que el prematuro de muy bajo peso sea sumamente lábil a los cambios de
temperatura. En los R N menores de 1 0 0 0 g, la pérdida de calor es 8 a 10 veces superior que
en el adulto.
Esta pérdida aumentada de calor se relaciona además con una escasa grasa parda. En oca
siones, según la edad gestacional, el R N carece por completo de grasa parda. Esto impide que
el bebé produzca calor en forma metabólica por degradación de los triglicéridos. Cuando la
temperatura desciende, la adrenalina actúa rompiendo las uniones de los triglicéridos; de este
modo, se liberan los ácidos grasos, lo cual produce calor.
En la atención de estos pacientes resulta fundamental implementar los cuidados necesa
rios tendientes a mantener la termoneutralidad desde las salas de parto y recepción. Ante la
anticipación de un parto prematuro, es preciso aumentar la temperatura de la sala de parto o
del quirófano a no menos de 2 8 °C. En la sala de recepción la temperatura debe mantenerse
superior a los 3 2 °C. A su vez, debe verificarse que la temperatura de la superficie sobre la que
será colocado el bebé supere los 35 °C.
Frente al nacimiento de un bebé antes de las 2 8 semanas de gestación, la Academia Am e
ricana de Pediatría recomienda, según las normas de reanimación neonatal, el uso de una bol
sa de polietileno con cierre. Esta bolsa debe estar preparada previamente: se recorta con una
tijera una abertura lo suficientemente grande como para introducir la cabeza del R N . La bolsa
debe cubrir al bebé desde el cuello hacia abajo. Esto permite disminuir las pérdidas por eva
poración sin secar la piel del R N , y evita también el estrés que provoca una frotación vigorosa,
así como las pérdidas de tiempo que demanda el cambio de las compresas húmedas. Una vez
que se ha reanimado al R N de manera apropiada, debe cerrarse el extremo inferior de la bolsa,
a fin de minimizar la evaporización de calor del cuerpo. Esta bolsa plástica debe ser removida
cuando el paciente llega a la U C I, donde deben continuarse implementando las medidas gene
rales para la termorregulación.
Las compresas que se utilizan para recibir al bebé deben ser de un m aterial suave y de
ben estar tibias, precalentadas. Además, es necesario disponer de una cantidad suficiente,
a fin de proporcionar un secado rápido y adecuado. E l bebé no debe ser cubierto con toa
llas, ya que esto impide la llegada del calor radiante a la piel. E n caso de hacerlo, es preciso
utilizar una cubierta de plástico para aplacar el aire de la capa lím ite. E l objetivo es lograr
que este aire se sature de humedad y que el bebé no evapore agua a través de su piel, con la
consiguiente pérdida de calor. Es indispensable que el R N esté totalm ente cubierto, pero
no en contacto directo con la piel. Es im portante tam bién evitar la circulación innecesaria
que generan las corrientes de aire, a fin de im pedir que se altere la tem peratura del macro
y el m icroam biente
Una vez estabilizado, el neonato deber ser trasladado a la U C I, para lo cual deberá che
quearse previamente la temperatura de la incubadora de transporte. Resulta fundamental evi
tar las variaciones extremas de temperatura, ya que tanto la hipotermia como la hipertermia
son perjudiciales para la homeostasis y la integridad del cerebro. Es necesario mantener la
temperatura del prematuro en entre 36,5 °C y 3 7 °C de rango continuo, a fin de minimizar las
pérdidas de energía. D e este modo, las calorías aportadas por vía parenteral y/o enteral po
drán ser utilizadas al máximo para su crecimiento.
Las pérdidas de calor representan mermas de energía, y se producen mediante cuatro
mecanismos: radiación, convección, evaporación y conducción. Las pérdidas por conduc
ción son mínimas, debido a que el prematuro no entra normalmente en contacto con super
ficies frías. Sin embargo, las pérdidas por evaporación son significativamente elevadas, debi
do a la falta de queratinización de la barrera epidérmica. Estas pérdidas se incrementan en
relación directa con la temperatura ambiental y con las fuentes de calor radiante a las que se
exponga a un prematuro desnudo, y son inversamente proporcionales a la humedad del aire.
Cuanto mayor es la presión del vapor (presión de aire, temperatura y humedad), menor es
la pérdida por evaporación. Los prematuros de muy bajo peso experimentan altas pérdidas
de calor por este mecanismo durante los primeros días de vida; por este motivo, los gases
inhalados deben administrarse calentados y humidificados. Las incubadoras de doble pared
con humidificación alta son útiles para mantener un ambiente térmico neutro y disminuir
las pérdidas insensibles de agua. La humidificación del medioambiente de la incubadora se
efectúa con una fuente de calor. El agua de esta fuente debe ser cambiada cada 2 4 horas, a
efectos de reducir los riesgos de infección.
En las pérdidas de calor por convección, la magnitud de este intercam bio depende de
la diferencia de tem peratura existente entre el aire circulante y la piel del prematuro, del
área de superficie de contacto y de la velocidad del aire. Por esta razón, las corrientes de
aire aum entan sensiblem ente las pérdidas de calor, sobre todo si el R N está desnudo. S i la
tem peratura del aire dentro de la incubadora es superior o inferior a la tem peratura cu tá
nea, el R N ganará o perderá calor por convección. En la U C IN es necesario im plem entar
con rapidez las acciones específicas incluidas en el protocolo de atención del R N de muy
bajo peso al nacer.
Inmadurez respiratoria
I n h ib ic ió n r e s p ir a t o r ia f r e n t e a la o b s t r u c c ió n d e la v ía r e s p ir a t o r ia : los re
cién nacidos prematuros no responden de inmediato a las obstrucciones de las vías respiratorias.
Además, estas respuestas son más lentas durante el sueño activo. Los prematuros menores de 31
semanas responden con apneas. O tra característica es que no pueden utilizar los músculos auxi
liares. La posición tiene particular importancia: la flexión del cuello parece interferir con la regu
lación de los músculos faríngeos y, de este modo, es posible que se produzcan obstrucciones in
termitentes. Cuando se trata de prematuros muy pequeños, resulta fundamental tener en cuenta
la posición del cuello, a fin de evitar la flexión, sobre todo durante los procedimientos.
B a ja e l a s t ic id a d a b s o l u t a d e l p u l m ó n y v o l u m e n p u l m o n a r d i s m i n u i d o : la
baja distensibilidad pulmonar es la razón fundamental por la cual el R N responde con un au
mento de la frecuencia respiratoria ante cualquier alteración pulmonar. El volumen de gas que
permanece en los pulmones al final de la espiración obedece a dos fuerzas que actúan en sen
tido contrario. En el paciente prematuro, estas fuerzas predisponen a un volumen pulmonar
menor, ya que la fuerza retráctil del pulmón está aumentada (baja distensibilidad) y el tórax
tiene una distensibilidad muy alta como para contrarrestar de manera eficiente la tendencia
excesiva del pulmón a colapsarse.
En el R N , la piel es el órgano más extenso, al tiempo que representa el 13% del peso cor
poral. En condiciones intactas, las funciones de la piel son, entre otras:
La piel del prem aturo parece ser una barrera ineficaz durante las prim eras semanas
de vida, ya que la epidermis es más fina, tiene escaso estrato córneo y está deficientem en
te queratinizada. A raíz de que su capacidad para resistir a partículas, parásitos, virus y
bacterias presentes en el nuevo m edioam biente se encuentra disminuida, el prematuro es
susceptible de padecer infecciones e irritación de la piel. La piel de un bebé de 21 a 2 4
semanas de gestación es translúcida, arrugada, gelatinosa, de color rosado/rojizo intenso,
y además suele ser edem atosa, ya que posee m enos cantidad de fibras elásticas y de colá
geno. Cuando hay edema, hay reducción del flujo sanguíneo en la zona, lo cual la expone
a mayor riesgo de daño isquém ico. La grasa subcutánea se m anifiesta a las 2 6 a 29 sema-
ñas. Sin embargo, entre los 21 y 2 8 días posteriores al nacim iento, independientem ente
de la edad gestacional, el estrato córneo madura, constituyendo la barrera de protección
de la piel.
Mantener la integridad de la piel en los R N prematuros extremos constituye un verdadero
problema, a causa de su permeabilidad aumentada, su estrato córneo muy fino, la exigua cohe
sión entre las capas dérmica y epidérmica, el manto ácido inmaduro y las escasas reservas nu-
tricionales. Durante el último trimestre, se acumulan en el feto ciertos componentes naturales
como el cinc y la grasa, esenciales para mantener la integridad de la piel. D e este modo, el R N
está expuesto a riesgos potenciales de absorción letal tópica de agentes químicos, disbalance
del agua, daños por causas térmicas y mecánicas, ulceración por decúbito y presión, escaras
por infiltraciones y dolor e infección.
Preparación de la piel
En las U C I, los prematuros suelen ser tratados frecuentemente con elementos adhesivos,
a fin de asegurar los tubos endotraqueales, los catéteres umbilicales, los distintos catéteres
centrales y periféricos, las sondas, los drenajes, entre otros. Las lesiones causadas por estos ele
mentos favorecen la absorción de los fármacos y las pérdidas de agua a través de la piel daña
da. La remoción de electrodos u otro tipo de adhesivos incrementa el riesgo de trauma, por lo
cual sólo debe efectuarse cuando no cumplan su función. Este procedimiento debe concretarse
con suavidad, utilizando algodón embebido en agua tibia estéril. A fin de prevenir riesgos de
lesiones, se recomienda implementar los cuidados específicos desarrollados en el protocolo de
atención del R N de muy bajo peso al nacer.
Baño y lubricación de la piel
Lesiones en la piel
S e relacionan con los cuidados terapéuticos a que son sometidos estos prematuros,
como la administración de distintos fármacos, el empleo de oxímetros de pulso, la inmovi
lización prolongada, los elementos adhesivos, el contacto directo con sustancias irritantes,
entre otros. Su m anifestación se ve favorecida por otros factores, como las infecciones y una
nutrición inadecuada.
E s c o r ia c io n e s : a efectos de m inim izar el riesgo de estas lesiones, es necesario im ple-
m entar medidas preventivas tales com o: cam bios frecuentes de posición, rotación de la cabeza,
protección de los sitios de apoyo m ediante el em pleo de aros, alm ohadillas y apósitos de h idro-
coloide; uso de colchón de agua o piel m édica y rotación frecuente del sensor del oxím etro de
pulso, ya que puede originar úlceras p or presión.
Cuando las lesiones están instaladas, es importante determinar las causas, a efectos de im-
plementar las medidas terapéuticas apropiadas. El tratamiento se realiza con agua estéril sola
dos o tres veces al día, y la zona debe dejarse expuesta, a fin de facilitar el secado; si es nece
sario, se aplica algún agente antimicrobiano. En pacientes pretérmino de menos de 1 0 0 0 g de
peso y con escoriaciones precoces recientes, es posible utilizar apósitos transparentes de poliu-
retano sintético como segunda piel hasta su cicatrización. S e dejan despegar naturalmente y,
si es necesario, se los puede remover con agua tibia. Estos apósitos son impermeables al agua
y a las bacterias y extremadamente finos y flexibles, lo que permite que se amolden fácilmente
al contorno del cuerpo de los prematuros muy pequeños. Su transparencia posibilita una vigi
lancia continua del área dañada; por este motivo, su uso está recomendado para la fijación de
accesos venosos.
S e relaciona con:
O Capacidad limitada del estómago: esto implica fraccionar la leche en 12 tomas diarias o
administrarla mediante gastroclisis continua.
O Frecuencia de reflujo gastroesofágico.
O Motilidad intestinal disminuida durante las primeras horas de vida.
O Inmadurez de los jugos gástricos y de la mucosa intestinal.
Métodos de alimentación
Los prematuros de bajo peso poseen una coordinación limitada. La succión y la deglución
son reflejos inmaduros antes de las 3 4 semanas de gestación; la motilidad intestinal bien coordi
nada se manifiesta entre las 3 2 y las 34 semanas. La técnica usual de alimentación es por sonda
orogástrica y por gravedad. En prematuros con peso inferior a 1 5 0 0 g se efectúa cada 2 horas,
y en aquellos que superan ese peso, cada 3 horas. Si el R N no tolera esta técnica, se lo puede
alimentar mediante gastroclisis continua; en algunos casos muy especiales es necesario colocar
una sonda transpilórica. La administración continua de leche es muy beneficiosa para los más
pequeños, porque previene la intolerancia alimentaria relacionada con la capacidad limitada del
estómago.
Signos de intolerancia a la alimentación
Complicaciones frecuentes
Problemas cardiovasculares
con apneas. Resulta fundamental mantener la estabilidad hemodinámica, a fin de evitar posi
bles complicaciones cerebrales, enterocolitis, etc. Las fluctuaciones bruscas de tensión arterial
alteran el flujo sanguíneo cerebral e incrementan los riesgos de hemorragias intraventriculares.
Muchos de los procedimientos y tratamientos que se realizan de rutina en la U C IN se vincu
lan con estas fluctuaciones. Por ende, los esfuerzos deben estar orientados a evitar los cambios
en la presión arterial, la presión venosa y el volumen sanguíneo. Además de la evaluación clíni
ca mediante la observación del color o la perfusión periférica, entre otros, es necesario moni-
torear continuamente la tensión arterial (Tablas 17.1 y 17.2).
Actualmente, la hipotensión en los R N prematuros de muy bajo peso durante las primeras
horas de vida es motivo de controversia. E l término hipotensión se utiliza para definir valores
bajos anormales del flujo sanguíneo. Sobre este tema surgen dos cuestiones; la primera plantea
cuán bajos podrían ser los valores permitidos, y la segunda, en qué casos debería iniciarse el
tratamiento de la hipotensión. D e este modo, se hace referencia a la hipotensión permisiva.
Complicaciones frecuentes
Inmadurez renal
Durante las primeras semanas de vida fetal, el 95% del peso corporal está compuesto por agua,
en gran medida extracelular. A medida que el feto crece, se producen cambios importantes en 1a
cantidad y la distribución del agua en el organismo; al aumentar el peso seco de la masa celular y el
volumen del líquido intracelular (LIC), se origina una disminución del porcentaje de agua del peso
corporal y en el volumen del líquido extracelular (LEC ), así como de la cantidad de electrólitos que
contiene este líquido. En consecuencia, un R N prematuro de 25 semanas de gestación puede pre
sentar un 85% de su peso corporal como agua y un 60% como agua extracelular. Los cambios en la
composición del agua corporal continúan después del nacimiento. La transición a la vida extrauteri
na no está sólo asociada con cambios fisiológicos a nivel cardiorrespiratorio, renal y de composición
corporal, sino que se ve también afectada por las distintas enfermedades y sus respectivos tratamien
tos. En el caso del R N prematuro, esta transición es más compleja debido a la inmadurez de sistemas
orgánicos importantes. La función renal madura al mismo tiempo que el feto; por lo tanto, la inma
durez renal es superior en el R N pretérmino que en el nacido a término: se mantiene cercana a que
corresponde a su edad gestacional fetal. En el feto, sólo llega al riñón un 3% del vol/min cardíaco, el
cual se incrementa al 6% al momento del nacimiento y continúa aumentado hasta alcanzar un 15%
a 18% alrededor del mes de vida. A medida que disminuye la resistencia vascular renal, aumenta el
flujo plasmático renal (FP R ), lo que produce a su vez un incremento del índice de filtrado glomerular
(IFG ). La filtración glomerular es baja durante las primeras 24 horas de vida, se duplica en la primera
semana y aumenta progresivamente hasta alcanzar los valores del adulto entre el año y los dos años
de vida. Esta circunstancia se relaciona con el aumento de la superficie capilar.
Los R N pretérmino presentan tres etapas en la diuresis:
O Primera etapa: se manifiesta durante las primeras horas de vida; hay oliguria, baja filtra
ción glomerular y baja excreción fisiológica de sodio.
O Segunda etapa: se produce en el segundo y tercer día de vida, con un aumento de la diure
sis con natriuresis, independientemente de los volúmenes de líquidos administrados.
O Tercera etapa: se concreta a partir del cuarto día; la diuresis se relaciona con el aporte de
agua y sodio.
Homeostasis del sodio
Homeostasis de potasio
Homeostasis de glucosa
El prematuro puede presentar un umbral renal bajo para la glucosa. La glucosuria signifi
cativa producirá una pérdida excesiva de agua, sodio y otros solutos en la orina.
Manejo hidroelectrolítico
Al momento de decidir cuáles son los requerimientos hídricos es preciso tener en cuen
ta varios factores; uno de ellos es la condición materna: la deshidratación o sobrehidratación
previa al parto de la madre modificará la del R N . Por otro lado, es necesario considerar la edad
gestacional y la edad posnatal, ya que poco después del nacimiento se produce una contrac
ción del líquido extracelular, la cual se refleja en una disminución de peso durante la primera
semana de vida y resulta indispensable para la evolución renal y para el aumento de la diuresis.
A menor edad gestacional, mayor pérdida de peso: el R N disminuye entre un 5% y un 15%
durante los primeros días de vida y recupera su peso de nacimiento no más allá de la tercera se
mana. Es necesario considerar las pérdidas de líquidos y electrólitos. Estos últimos intervienen
en el crecimiento normal y sus pérdidas se producen a través del riñón y de las heces.
Las pérdidas de agua incluyen:
A menor edad gestacional y menor peso de nacimiento, mayores serán las pérdidas insen
sibles, que varían desde 2 0 a 4 0 mL/kg/día en un R N de término hasta 2 0 0 mL/kg/día en un
pretérmino de 2 6 semanas de gestación. Estos aportes no suelen ser tan altos si se implemen-
taron anteriormente medidas adecuadas para reducir las P IA .
La homeostasis del agua y la termorregulación están relacionadas. Por ende, la regula
ción de la temperatura y el manejo hidroelectrolítico también deben considerarse en conjunto.
Además, existen las denominadas “ganancias insensibles”, que corresponden a ingresos de lí
quidos no cuantificables (asistencia respiratoria mecánica, halo, entre otros).
Durante las primeras 24 horas, las pérdidas insensibles de agua se calculan en base a la edad ges-
tacional, el peso corporal y el medioambiente, y son reemplazadas como agua libre. Lo mismo sucede
con las pérdidas urinarias. Es importante controlar frecuentemente el volumen urinario, así como la
presencia de glucosuria, el peso cada 8 a 12 horas (especialmente si se cuenta con balanza incorporada
en la unidad del paciente) y los electrólitos séricos cada 6 a 8 horas. El suplemento de calcio apunta a
mantener la calcemia en entre 8 a 9 mg/dL. Entre el segundo y el cuarto día, las pérdidas de sodio se
reemplazan para mantener la natremia en entre 130 y 145 mEq/L. En esta etapa es posible agregar
potasio a razón de 2 a 4 mEq/kg/día. Entre el cuarto y el séptimo día, debe incrementarse gradual
mente el ingreso nutricional, sea por vía enteral o parenteral. El objetivo es determinar si la función
tubular renal está mejorando, a fin de ir reduciendo la administración de sodio y agua.
Inmadurez hepática
Hiperbilirrubinemia
Los prematuros de muy bajo peso no sólo presentan una alta incidencia de ictericia, sino
también factores de riesgo para desarrollar kernicterus, tales como dificultad respiratoria, aci-
dosis, hipotermia, hipoglucemia, infección y hipoalbuminemia.
La bilirrubina no conjugada resulta de la transformación de la hemoglobina de los glóbulos ro
jo s destruidos. Esta hemoglobina “libre” no conjugada y no unida a la albúmina sérica es bastante
tóxica para los tejidos, en particular para las células cerebrales; sin embargo, unida a la albúmina no
resulta tóxica para el cerebro. El hígado produce la albúmina y es responsable del metabolismo de
la bilirrubina. Este órgano transforma la bilirrubina libre en conjugada mediante la acción de en
zimas y la excreta por los canales biliares en el intestino delgado. Luego es reabsorbida y pasa a la
circulación como bilirrubina no conjugada. En el R N de bajo peso, la circulación enterohepática de
bilirrubina puede verse agravada por el comienzo tardío de la alimentación enteral, el desarrollo de
morado de la flora bacteriana intestinal y la disminución de la motilidad intestinal. La aceleración
de la destrucción de los glóbulos rojos, la inmadurez hepática y la homeostasis precaria del prema
turo (hipotermia, acidosis, hipoxia) incrementan los riesgos de ictericia.
Tratamiento
Trastornos en la coagulación
Los R N pueden presentar también trastornos en la coagulación, los cuales están relacio
nados con la inmadurez hepática y el déficit de vitamina K . Ciertos factores de la coagulación,
como II, V II, I X y X , son producidos por el hígado; para su síntesis es indispensable la vita
mina K . A fin de prevenir un síndrome hemorrágico por deficiencia de vitamina K , todos los
R N reciben una dosis de vitamina K al momento del nacimiento.
Inmadurez inmunológica
Durante los seis primeros meses de vida, los R N de término se ven beneficiados por los
anticuerpos maternos IgG. Posteriormente, comienza a funcionar su propio sistema inmuno-
lógico. Esta transmisión de anticuerpos maternos se produce en las últimas semanas del em
barazo, lo cual priva al prematuro de ese beneficio. Su tasa sérica es escasa y no lo protege efi
cazmente; por ende, es muy vulnerable a la acción de los gérmenes. En el prematuro existe una
disminución de la función fagocitaria de los neutrófilos, y la capacidad de migrar hacia el foco
inflamatorio está comprometida. La prematurez es considerada el factor único más importan
te, y la frecuencia de infección es inversamente proporcional a la edad gestacional y al peso de
nacimiento. Las tasas de infección nosocomial son muy elevadas: en prematuros con un peso
inferior a 1 5 0 0 g alcanzan valores de entre 15% y 25%, en tanto que en los R N con un peso
menor de 1 0 0 0 g orillan el 40%
Además, existen otros factores que favorecen el surgimiento de infecciones, como la inter
nación prolongada, el empleo de vías intravenosas, la nutrición parenteral y la asistencia res
piratoria mecánica.
En la atención de estos pacientes resulta prioritario reducir el manipuleo al mínimo, así como
el estricto lavado de manos, el uso de guantes estériles y extremar las precauciones relacionadas
con la higiene y el cuidado de la piel. Asimismo, es necesario controlar minuciosamente los cam
bios de temperatura corporal, ya que un descenso por debajo de los 36 °C constituye también un
signo que debe inducir a sospechar la presencia de infección, cuya frecuencia aumenta durante
los primeros días de vida. Es importante observar si hay presencia de inestabilidad térmica (pe
ríodos de hipotermia alternados con temperatura normal y períodos de hipertermia), lo cual
obligará a establecer modificaciones frecuentes en la temperatura de la incubadora.
• Alteraciones metabólicas
Glucosa
La homeostasis neonatal de la glucosa surge del balance resultante de: la necesidad de los
órganos, la producción sistémica y la capacidad de regulación. En el tercer trimestre del emba
razo se completa el crecimiento fetal y se depositan las fuentes de energía que serán utilizadas
durante la vida neonatal. La capacidad que tiene el feto de sintetizar y movilizar glucógeno y
de responder a las señales que regulan estos procesos se encuentra perfectamente establecida
en el último trimestre de gestación; por este motivo, los R N prematuros poseen depósitos de
glucógeno hepático limitado.
La glucosa es fundamental para las necesidades energéticas del cerebro. Los prematuros
tienen requerimientos de 5 a 6 mg/kg/min y valores de recambio significativamente altos en
relación con el peso. Estos valores representan la proporción del cerebro respecto de la masa
corporal, que es muy grande en los prematuros. Algunos estudios señalan la estrecha relación
existente entre la masa cerebral, la masa corporal y el recambio de glucosa.
La glucemia debe conservarse dentro de una concentración aceptable de 100 a 150
mg/dL. Valores por debajo de los 4 0 mg/100 m L se consideran hipoglucemia, la cual pue
de ser asintom ática o presentar temblores, cianosis, taquipnea, apnea, bradicardia, llanto
anormal, letargo, hipotonía, hipoterm ia, dificultad para alimentarse y convulsiones. La h i
poglucemia debe ser tratada rápidamente, a fin de disminuir el riesgo de daño cerebral. A
diferencia de los neonatos a térm ino, el prematuro carece de la capacidad de movilizar otros
sustratos de energía para adaptarse a la hipoglucemia en función de proteger el encéfalo.
Pryds y colaboradores, publicaron datos acerca del aumento de irrigación sanguínea cere
bral en lactantes pretérmino que apoya el m etabolismo del encéfalo durante la hipoglucemia
(menos de 3 0 mg/dL), Tam bién inform aron dism inución del volumen sanguíneo cerebral
durante el restablecim iento de la hipoglucemia. E l problema de la intolerancia a la glucosa
administrada por vía exógena aumenta en riesgo e importancia cuanto más pequeño y pre
maturo es el R N .
El tratamiento de la hipoglucemia sintomática consiste en la administración endovenosa
en bolo de 2 a 3 mL/kg de peso de solución dextrosada al 10%. La asintomática se trata con
aumentos progresivos del flujo.
L a incidencia de hiperglucemia alcanza un 68% o más. S e presenta con concentracio
nes superiores a 2 0 0 m g/100 m L y aumenta notablemente los riesgos de diuresis osmótica
(glucosuria y deshidratación), desplazamiento de fluidos y hemorragia intraventricular. El
neonato prematuro carece de una reacción secretora de insulina apropiada durante la hi
perglucemia; la com binación de la ausencia de reacción hepática y la disminución de res
puesta de las células beta del páncreas explica fácilmente su propensión a esta alteración de
la glucemia. Estos dos fenóm enos están relacionados fisiológicamente y son regulados por
el desarrollo.
En caso de hiperglucemia, el primer paso consiste en reducir el flujo de administración de
glucosa exógena; en ocasiones es necesario administrar insulina endovenosa a partir de dosis
mínimas que oscilan en el rango de 1/8 a 1/4 de unidad/kg de peso (0 ,1 2 5 a 0 ,25 u/kg). En
el caso de cuadros prolongados se recomienda la administración de insulina por goteo IV, que
debe iniciarse con 1 mU/kg/min y puede aumentarse poco a poco a 2 mU/kg/min.
Para detectar estas complicaciones resulta esencial monitorear de manera frecuente la con
centración de glucosa plasmática y realizar determinaciones con tiras reactivas en sangre y ori
na cada 4 a 8 horas.
Calcio
Durante los primeros días de vida, los valores séricos de calcio (Ca) se correlacionan di
rectamente con la edad gestacional, ya que este se acumula en el feto a medida que progresa
la gestación. E l calcio interviene a nivel del intercambio celular, especialmente en el músculo
cardíaco, el tejido cerebral y el tejido muscular. Luego del pinzamiento del cordón, el aporte
de C a cesa bruscamente y la hipocalcemia se acentúa. El Ca y la vitamina D deben aportarse
por vía parenteral.
Un 30% a 40% de los prematuros presenta hipocalcemia, la cual puede agravarse si existen
otros factores de riesgo como asfixia perinatal, corrección de acidosis con bicarbonato de sodio
o ingesta disminuida de leche. Es preciso monitorear con frecuencia los niveles séricos de C a y
corregir la hipocalcemia, a fin de evitar arritmias cardíacas, convulsiones y apneas. Inicialmen
te, el aporte se realiza por vía parenteral; cuando la alimentación es bien tolerada, debe optarse
por la suplementación con Ca oral.
Para las correcciones se administra por vía endovenosa 1 a 2 mL/kg de gluconato al 10%
diluido en igual volumen de agua destilada estéril, a efectos de que la concentración final sea
del 5%. La infusión debe se muy lenta, en un tiempo no inferior a 10 min, y es preciso contro
lar la frecuencia cardíaca, ya que pueden producirse bradicardia y paro cardíaco. Es necesario
vigilar el sitio de la venopuntura debido al alto riesgo potencial de escaras por necrosis de piel
o del tejido subcutáneo.
w Efectos del estrés
E l desarrollo y la organización del bebé prematuro son como una espiral cuyo núcleo cen
tral es el sistema nervioso autónomo, y cuya estabilidad es protegida por la organización de
las otras dimensiones o sistemas de desarrollo. La organización de cada subsistema protege al
anterior, pero al mismo tiempo, si se descontrola, provoca la pérdida de estabilidad del resto
de los subsistemas en forma de cascada.
En las U C IN , el personal médico y de enfermería debe capacitarse en la identificación de
signos de estrés y comprender la importancia de su diagnóstico, así como los notables resulta
dos de su prevención y tratamiento.
Signos de estrés
O Signos autonómicos y viscerales: suspiros, bostezos, estornudos, tos, hipo, temblores, re
gurgitaciones, cambios en la coloración, pausas respiratorias, apneas, convulsiones, respi
ración jadeante.
O Signos motores: flacidej; del tronco y extremidades, hipertonía con hiperextensión de pier
nas (sentado en el aire), de brazos (aeroplano), del tronco (opistótono), muecas faciales,
extensión de lengua, maniobras de protección, posición en guardia de boxeador, mano en
la cara; hipertonía con hiperflexión de tronco y extremidades, posición prenatal; actividad
difusa, excitación, enojo.
O Estados de conciencia: estados difusos de sueño y despertar, emisión de sonidos, muecas,
molesto, lloroso, irritado, mirada fija y perdida, ojos "flotantes”, ojos vidriosos, alerta en pá
nico; transición brusca del dormir al despertar y viceversa.
El objetivo del cuidado debe ser lograr un ambiente que favorezca la organización del sis
tema nervioso central del R N y el desarrollo de estrategias que disminuyan los factores de es
trés y, en consecuencia, la minimización del daño que esto produce en el cerebro. Este cuidado
no requiere de equipamiento ni de tecnología costosa. Consiste en intervenciones sencillas,
fáciles de llevar a cabo, de bajos costos pero de gran impacto en el desarrollo futuro de estos
niños, a fin de mejorar su calidad de vida. S e trata de un cuidado independiente de enfermería
que se sustenta en el conocimiento, la observación y la interpretación de las conductas de los
prematuros, con el objeto de brindar el máximo apoyo en función de que el bebé se organice y
no gaste energías en estrés o desadaptación. D e este modo, podrán lograrse un crecimiento y
un desarrollo adecuados.
Atención individualizada
La atención de estos niños requiere de un equilibrio entre el gran apoyo tecnológico que
existe en la U C I y el conocimiento y la comprensión del desarrollo, la organización y las ne
cesidades específicas del prematuro. Cada R N prematuro tiene su propia forma de responder
a los estímulos ambientales y sociales de su entorno, sean positivos o negativos. Los cuidados
deben planificarse y brindarse en función de las necesidades y las respuestas de cada bebé: los
métodos que pueden ser apropiados para cuidar a un R N pueden resultar inadecuados para
la atención de otro. Es fundamental discernir, a través de la observación, cuál es la respuesta al
cuidado brindado. Es decir, si esta conducta se debe a la incapacidad del niño para organizarse,
a la insensibilidad de los padres o a que los médicos y el personal de enfermería no reconocen
sus necesidades. Modernizar la asistencia de estos pacientes implica conocerlos e interpretar
los y, simultáneamente, apoyar a los padres a transitar el camino de acompañarlos y ayudar
los a crecer. Los cambios en la atención deben adoptar características tendientes a asegurarle
al R N tratamientos individualizados e integrados a sus propios requerimientos y a los de sus
familias.
Otras intervenciones
Bibliografía
- S h o rt M , B ro o k s, B ru n n J , et al. P o sicio n am ien to están d ar versus arro p am ien to an ató m ico : efectos sobre
el d esarrollo m u scu lar en R N d e m u y bajo p eso. N eonatal NetWork 1 9 9 6 ; 1 ( 5 ) : 1 9 - 2 4 .
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rrán eo L td a ., 2 0 0 0 .
■MISÉ
Introducción
Definición
Normal crecimiento de
vasos de la retina
f FCEV
Resolución de retinopatía
t FCEV
Retinopatía proliferativa
Desprendimiento de retina
A B C D
Figura 18.2 a Desarrollo normal de los vasos retiñíanos en el feto. En gris claro: el FCEV. En gris oscuro: el
factor de crecimiento tipo insulina (FCI-1). b Nacimiento prematuro: se detiene el desarrollo normal de los
vasos de la retina y desaparece el FCEV. c Retina madurando: detecta hipoxia relativa por falta de vasculari
zación propia. La retina avascular vuelve a producir FCEV, con lo cual se reinicia la formación de capilares, d
Neovascularización retinal: según la evolución clínica del niño, la ROP puede resolverse o proliferar manifes
tando los distintos grados de la enfermedad, desde los leves hasta el desprendimiento total de retina.
Asimismo, los prematuros suelen presentar dificultad respiratoria que requiere apoyo te
rapéutico con oxígeno y /o asistencia respiratoria mecánica. Actualmente, se sabe que estos pe
queños bebés tienen un comportamiento más cercano al del feto que al del R N de término y
que los valores normales de P a 0 2 esperados para ellos deben ser mucho menores. Numerosos
trabajos han demostrado que un manejo cuidadoso del oxígeno, con monitoreo continuo de la
saturometría durante todo el tiempo que el prematuro requiere oxígeno suplementario, logra
disminuir significativamente la incidencia de ROP.
¿M» Historia
Epidemias de la ROP
La primera epidemia fue en 1942, cuando el Dr. Terry describió la enfermedad, se la deno
minó inicialmente fibroplasia retolental (F R L ). En los años subsiguientes fue responsable del
50% de ceguera infantil en los Estados Unidos y Europa occidental. Algunos reportes de los
años 50 señalan que los niños con F R L presentaban un peso la nacer (P N ) promedio de entre
1 0 0 0 y 1 8 0 0 g. Por lo general, durante ese período los niños más prematuros fallecían.
Por su parte, en Australia, la D ra. Campbell señaló a la administración no controlada de
0 2 como principal factor de riesgo. Desde entonces, la incidencia de R O P disminuyó drásti
camente, pero a un costo alto, ya que se estima que por cada niño que sobrevivió sin ceguera
fallecieron 16 a causa de las restricciones de oxígeno.
La segunda epidemia fue entre 1 9 7 0 y 1990, con el progreso de los cuidados neonatales y
el consiguiente aumento en la sobrevida de P T más pequeños, se produjo una segunda epide
mia debido a que los bebés más inmaduros desarrollaron grados graves de la enfermedad. Sin
embargo, este riesgo había disminuido en el caso de los R N más maduros. Actualmente, la in
madurez extrema es el principal factor de riesgo de R O P en lo países desarrollados.
La tercera epidemia se encuentra actualmente en los países en vías de desarrollo, donde la
enfermedad se ha convertido en la primera causa de ceguera en la infancia. Esto es producto
de una desigual calidad de atención en los distintos centros, donde en algunos apenas comien
zan a sobrevivir los P T < 1 5 0 0 gramos al nacer y en otros sobreviven casi sin secuelas bebés
de 7 5 0 gramos o menos. Esta epidemia innecesaria puede y debe ser evitada, y el trabajo debe
comenzar en las unidades de neonatología.
Etiología
Según Fridovich, todos los organismos que respiran están atrapados en una cruel atadura,
dado que el oxígeno que sostiene sus vidas es una sustancia tóxica en presencia de la cual ellos
sobreviven gracias a un complejo sistema de defensas.
El oxígeno constituye una de las paradojas más grandes de la naturaleza, dado en con
centraciones normales proporciona vida, pero a niveles hiperóxicos se torna universalmente
tóxico para los organismos y las células. S i bien el 0 2 en sí mismo no es tóxico, sus átomos
son capaces de producir intermediarios altamente reactivos, conocidos como radicales libres.
Ellos son:
O El superóxido ( 0 2‘)
O El peróxido de hidrógeno (H 20 2')
O El oxígeno simple ( 0 2‘)
O El hidroxilo (O H ), altamente reactivo
Estas especies citotóxicas del oxígeno constituyen subproductos normales del metabolis
mo de ese elemento en nuestras células. O tro punto importante es el gran aumento de la pro
ducción de radicales libres de 0 2 cuando se incrementa la tensión de 0 2. D e modo que bajo
95% de 0 2 la formación de radicales libres a nivel celular aumenta hasta 10 veces o más. Estas
especies de oxígeno reactivas (R O S ) son citotóxicas, ya que pueden interactuar y dañar a to
dos los componentes de las células aeróbicas, incluidas:
También pueden dañar material genético, como el A D N , rompiendo las uniones cruzadas
y escindiendo sus bandas. Los radicales libres bloquean la biosíntesis normal de las proteínas
celulares y del A D N . Con el objeto de prevenir el daño producido por los R O S bajo condicio
nes de normoxemia, las células han desarrollado una compleja serie de defensas para bloquear
los efectos citotóxicos potenciales en componentes celulares de vital importancia. En primer
lugar, las enzimas antioxidantes: S O D (superóxido dismutasa), C A (catalasa) y G P (glutatión
peroxidasa), con sus dos componentes (glutatión reductasa y glucosa-6-fosfato deshidrogena-
sa). Estas enzimas actúan desechando y destoxificando los intermediarios reactivos del oxíge
no (los catalizan).
El segundo sistema de defensas es el no enzimático, cuyos componentes se localizan en
altas concentraciones dentro de las células aeróbicas y desempeñan un rol importante como
antioxídantes globales. Incluyen vitaminas A -C y E, aminoácidos sulfurados (intervienen en la
formación de glutatión) y quelantes de los metales como ceruloplasmina, transferrina, etc.
La transición hacia la vida extrauterina constituye un gran desafio, el cual se torna más
complejo si el niño nace antes del término. Para que el R N sobreviva es imprescindible que sus
sistemas cardiovascular y pulmonar estén preparados, lo cual no sucede en el prematuro. Es
importante recordar que en el útero el feto crece y madura en un medio relativamente hipóxi-
co ( P a 0 2: 25 a 3 0 m m Hg) y que el nacimiento constituye una transición inmediata hacia un
medio relativamente hiperóxico ( P a 0 2: 100 m m H g; p 0 2 alveolar; 140 m m H g). La naturaleza
p
- Introducción
Objetivos
Objetivo general
Objetivos específicos
Las actividades, los procedimientos y las intervenciones que se detallan a continuación confor
man el protocolo de atención que debe ser conocido y/o ejecutado por todos los miembros del equipo
responsable del cuidado de los neonatos con muy bajo peso al nacer. Este grupo de profesionales debe
poseer conocimientos sólidos, amplia experiencia y gran capacidad resolutiva, a fin de garantizar una
atención humanizada y de calidad orientada a lograr que el niño evolucione correctamente.
La coordinación de este protocolo está a cargo del enfermero asignado a la atención del
prematuro, dado que enfermería, al permanecer más tiempo ju nto al paciente, puede inter
pretar m ejor las respuestas del neonato a los estímulos y tratamientos y decidir cuál es el m o
mento más adecuado para efectuar las intervenciones. Además, es conveniente mantener en
funciones durante un tiempo prolongado a los mismos miembros que conforman el equipo de
enfermería, ya que será beneficioso para la relación con el paciente y su familia.
Objetivo
Reducir los riesgos potenciales de hemorragia intracraneal u otra lesión del sistema ner
vioso central (S N C ) evitando las modificaciones del flujo sanguíneo cerebral debido a oscila
ciones en la tensión arterial.
A pesar de los avances concretados, aún no se ha logrado proporcionar a esta población
una vida con calidad, en tanto que las tasas de mortalidad y de morbilidad a largo plazo con
tinúan siendo altas.
«i» Objetivos
Objetivo general
Objetivos específicos
Las actividades, los procedimientos y las intervenciones que se detallan a continuación confor
man el protocolo de atención que debe ser conocido y/o ejecutado por todos los miembros del equipo
responsable del cuidado de los neonatos con muy bajo peso al nacer. Este grupo de profesionales debe
poseer conocimientos sólidos, amplia experiencia y gran capacidad resolutiva, a fin de garantizar una
atención humanizada y de calidad orientada a lograr que el niño evolucione correctamente.
La coordinación de este protocolo está a cargo del enfermero asignado a la atención del
prematuro, dado que enfermería, al permanecer más tiempo ju nto al paciente, puede inter
pretar m ejor las respuestas del neonato a los estímulos y tratamientos y decidir cuál es el m o
mento más adecuado para efectuar las intervenciones. Además, es conveniente mantener en
funciones durante un tiempo prolongado a los mismos miembros que conforman el equipo de
enfermería, ya que será beneficioso para la relación con el paciente y su familia.
O Disminuir y/o evitar procedimientos innecesarios; por ejemplo, aspiración de tubo endo-
traqueal.
O Agrupar las rutinas y ejecutarlas de acuerdo con la estabilidad clínica del paciente.
O Controlar los signos vitales cada 4 horas. Durante el resto del tiempo, el control debe efec
tuarse a través del monitor, con alarmas programadas y activadas.
O Punción lumbar: es rara durante las primeras 7 2 horas de vida. El paciente debe posicio-
narse en decúbito lateral, y durante el procedimiento no se debe flexionar la cabeza: hacer
lo sólo en la zona lumbar.
O N o efectuar compresión vesical. Si el R N no orina de manera espontánea, debe colocársele una
sonda vesical de mínimo calibre conectada a un circuito cerrado de recolección de orina.
O Administración de soluciones o hemoderivados: en infusión lenta.
O Bicarbonato de sodio: tiempo de infusión de 1 a 2 horas.
O Gluconato de calcio al 10%: el tiempo de infusión no debe ser inferior a 10 min, con con
trol de frecuencia cardíaca.
O Transfusiones: realizarlas en períodos de 2 a 3 horas.
O Extracción y reposición de sangre: efectuarlas de manera muy lenta.
O Disminuir al máximo las maniobras diagnósticas o terapéuticas que puedan ocasionar dolor.
O Duración de los procedimientos: no deben superar los 10 o 15 min. Si no se les puede
efectuar en dos intentos, es preciso esperar a que el paciente se recupere, y luego debe in
tentarlo otro profesional.
O A dm inistración de dopam ina: la m odificación del goteo debe ser gradual, ya que el
aum ento brusco de la dopam ina se relaciona con una dism inución grave del flujo ce
rebral.
O Administración de indometacina: en infusión continua. Su administración en bolo se re
laciona con hipoflujo cerebral.
O Posición de la cabeza: siempre en línea media durante la etapa crítica.
O Intubación endotraqueal: debe ser realizada por personal con experiencia, ya que cada in
tento de intubación eleva considerablemente la presión intracraneal.
O Exanguinotransfusión: efectuarla de manera isovolum étrica. S e extrae lentam ente
sangre por vía arterial y, sim ultáneam ente, se infunde un volumen equivalente por vía
venosa.
Objetivo
Disminuir los riesgos potenciales de infección hospitalaria, minimizando la exposición del RN.
Acciones
O Lavado estricto de manos antes de tomar contacto con el paciente o con los elementos uti
lizados en su atención (previamente desinfectados).
O En todos los casos, es necesario emplear guantes estériles para tom ar contacto con el pa
ciente.
O Reducir los períodos de contacto.
O Emplear incubadoras para aislar al niño del medio.
O Los elementos como el termómetro, el estetoscopio, la tela y los apósitos adhesivos deben
ser utilizados de manera individual.
O Utilizar circuito cerrado de aspiración de secreciones.
O Sacar de la unidad del paciente los elementos inanimados; dejar sólo lo necesario para la
atención durante el turno.
O Los elementos utilizados para crear el microclima (sábana plástica, vaso humidificador,
tubuladuras) deben ser cambiados cada 2 4 horas.
O La incubadora debe cambiarse cada 7 días.
O En caso de no disponer de circuito cerrado para el llenado del vaso del calentador, el cir
cuito del respirador debe ser cambiado cada 7 días. D e lo contrario, se lo cambia cada 48
horas.
O Cubrir el traductor del ecógrafo con manopla o guante estéril.
O Cubrir la placa radiográfica con sábana o bolsa de nailon.
O Extremar las precauciones en la manipulación de catéteres centrales y accesos venosos pe
riféricos, la aspiración del tubo endotraqueal y la sonda vesical.
O Emplear antisépticos individuales y con dispensador.
O Intensificar las medidas preventivas para el cuidado de la piel.
Objetivo
Acciones
O La unidad del paciente debe estar ubicada lejos de las puertas, a fin de evitar posibles co
rrientes de aire.
O El tiempo de permanencia en servocuna debe limitarse a la duración del período de ines
tabilidad clínica del paciente.
O En la medida de lo posible, emplear incubadoras con servocontrol y, preferentemente, de doble
pared.
O Utilizar incubadoras con humidificación controlada.
O Si no se dispone de esta modalidad, es preciso crear un microclima empleando: carcasa
de aerifico, sábana de plástico, tubuladura T 6 3 , cámara humidificadora, un calentador-
humidificador conectado a una fuente de aire comprimido. Los elementos utilizados para
la humidificación (sábana plástica, cámara humidificadora, tubuladura) deben ser cambia
dos cada 2 4 horas. Es preciso controlar el nivel del agua y la temperatura del calentador,
que debe rondar los 35 °C.
O Limitar la apertura de la puerta de la incubadora.
O Controlar al paciente y/o efectuar los cuidados a través de las ventanillas.
O Emplear, en forma permanente, piel médica por debajo de la sábana.
O Controlar la temperatura axilar del R N .
O Controlar la temperatura de la incubadora.
O Controlar la temperatura ambiental.
O Utilizar carcasa de aerifico y sábana de plástico.
O Vestimenta: en la medida de lo posible, usar siempre gorro. En el caso de pacientes estables
sin catéteres umbilicales se debe incorporarse, además, el uso de escarpines o medias.
O Cuando no se disponga de balanza incorporada a la unidad del paciente, es necesario
calentar previamente la balanza y pesar al R N debajo de una fuente de calor. En todos
los casos, el procedim iento debe ser realizado entre dos personas.
O Evaluar los requerimientos.
En caso de hipotermia:
Objetivo
Acciones
O Tom ar conciencia de que el oxígeno es una droga peligrosa para estos niños.
O Utilizar siempre la mezcla de gases: oxígeno y aire comprimido, excepto cuando se emplea
cánula nasal.
O Administrar siempre los gases calentados y humidificados.
O M onitorear la cantidad de oxígeno administrado y la saturación del paciente.
O Aceptar como valores normales de saturación:
O Menos de 1 2 0 0 g o menos de 3 2 semanas: 87-92% .
O M ás de 1 2 0 0 g o más de 3 2 semanas: 88-94% .
O Colocar las siguientes alarmas mínima y máxima del oxímetro de pulso:
O Menos de 1 2 0 0 g o menos de 32 semanas: 85-93% .
O M ás de 1 2 0 0 g o más de 3 2 semanas: 85-95% .
O Descender la F . 0 2en cuanto se registre mejoría y la saturación supere el 93% .
O N o aumentar inmediatamente la F . 0 2en respuesta a saturación por debajo de 90-93% .
O N o ajustar inmediatamente hacia arriba o hacia abajo la F .0 2 en respuesta a los cambios
del saturómetro.
O Si aumenta la F .0 2en casos de deterioros importantes, agudos y graves, reducirla lo antes posible.
O N o efectuar cambios significativos de F .0 2sin notificación ni evaluación médica detallada.
Es posible que se requiera modificar los parámetros del respirador, administrar sedación,
problemas del T E T como desplazamiento u obstrucción, etc.
O N o realizar cambios intempestivos en las perillas de los mezcladores de oxígeno.
O Evitar la hipoxia y la hiperoxia,
O Evitar la hipocarbia y la hipercarbia ( P C 0 2de entre 45 y 55 m m H g),
O N o emplear presiones ni volúmenes corrientes exagerados durante la reanimación o en
cuidados intensivos.
O Utilizar bolsa de reanimación con manómetro de presión.
O N o buscar la excursión torácica excesiva como señal de ventilación adecuada.
O Posición de la cabeza y el cuello: durante los primeros días de vida, y mientras la condición
clínica se mantenga inestable, deben ubicarse en línea media.
O Evaluación del estado respiratorio (aumento de la frecuencia respiratoria, retracción sub
costal y esternal, quejido respiratorio, disminución del murmullo vesicular en ambos cam
pos pulmonares, cianosis (signo tardío), aleteo nasal).
O Cuidados en asistencia respiratoria mecánica.
Aspiración de secreciones
El procedimiento debe realizarse sólo ante la necesidad clara de hacerlo, como por ejemplo, aus
cultar ruidos respiratorios patológicos, descenso de saturación y P 0 2no atribuida a otra causa y con
auscultación positiva, aumento de C 0 2 y presencia significativa de secreciones en aspiración anterior.
Procedimiento
Objetivo
Acciones
S e realiza con agua estéril dos o tres veces al día, dejando expuesta la zona para fa
cilitar el secado. S i es necesario, se aplica un agente antim icrobiano. Cuando la úlcera es
significativa se recomienda cubrirla con apósitos, ya que favorecen la regeneración del te
jid o .
Para que sea efectivo, debe realizarse de manera inmediata, dentro de las primeras horas
de la extravasación; con frecuencia se utiliza sulfato de magnesio en la zona. El empleo de
hialuronidasa resulta efectivo: actúa rápidamente sobre la barrera intersticial favoreciendo
la difusión del líquido extravasado. En caso de extravasaciones de fármacos vasoactivos se
considera efectivo el tratam iento a partir del empleo de fentolamina, que actúa bloqueando
los efectos alfa de los fármacos (vasoconstricción). Su uso se recomienda en casos de necro
sis de tejido producida por la adrenalina.
En cuanto a la dermatitis del pañal, la zona debe mantenerse seca en base a cambios fre
cuentes del pañal. En presencia de dermatitis, es necesario utilizar productos que actúen como
barrera de protección.
Objetivo
Acciones
Objetivo
Acciones
Objetivo
Acciones
Objetivos
Propiciar condiciones favorables para la organización del prematuro, a fin de lograr un cre
cimiento y un desarrollo adecuados.
Acciones
O La unidad del paciente debe estar ubicada en un sitio alejado de fuentes sonoras como
puertas, teléfonos, pases de guardia, etc.
O Las luces deben ser graduables e individuales; es preciso evitar la luz intensa sobre el rostro
del R N , a fin de permitirle abrir los ojos.
O Cuando la condición clínica es estable y se encuentra en etapa de recuperación nutricional,
el R N debe ser trasladado a un sector de prematuros, y la madre debe permanecer ju nto a
él durante las 2 4 horas.
O Todos los cuidados deben ser planificados y dispensados en función de las necesidades y
las respuestas del R N .
O Anidamiento: se coloca el nido al momento del ingreso y durante la estadía hospitalaria
del R N .
O Cubrir la incubadora del paciente con un cobertor o una manta gruesa para protegerlo de
la luz y para que no sea molestado.
O A rropam iento anatóm ico: envolver al R N en una m anta, sábana o toalla para m an
tener en flexión las extrem idades superiores e inferiores, con las m anos posiciona-
das cerca de la boca. E l m antenim iento de una posición flexionada ayuda a m ejorar
el tono m uscular flexor y a dism inuir el ton o extensor. U tilizar los períodos de con
tacto cada 4 horas de m anera alternada; de este m odo, podrían cum plirse 12 horas
diarias.
Tam bién es im portante el contacto suave hum ano. En el caso de los prem aturos muy
pequeños se sugiere el contacto hum ano suave, sin llegar a la caricia. C onsiste en colo
car una m ano en la cabeza del bebé y otra en la espalda. E ste tipo de contacto disminuye
los niveles de sueño activo, la actividad m otora y el distrés del com portam iento. Cuando
se acaricia con la m ano a pacientes fisiológicam ente inestables, se produce un distrés del
com portam iento. E ste contacto tipo caricia suplem entaria es beneficioso sólo en el caso
de prematuros en condiciones fisiológicas estables y en recuperación nutricional. Es ne
cesario estim ular y guiar a los padres a utilizar este tipo de contacto desde las primeras
semanas de vida, ya que facilita una experiencia positiva y promueve la interacción tem
prana.
Asimismo, resulta fundamental educar a los padres e involucrarlos en el cuidado de estos
bebés. Enseñarles cuáles son las formas de comportamiento de estos R N , así como a cono
cerlos e interpretarlos, a evaluar todos los signos de intolerancia y a disminuir los factores de
estrés. Simultáneamente, es preciso apoyar a los padres mientras transitan el camino de acom
pañarlos y ayudarlos a crecer.
Bibliografía
Conceptos claves
Consideraciones de enfermería
• Malformaciones renales
Los tumores renales no son frecuentes en el R N ; en estos casos prevalecen las afecciones
no neopíásicas como la hidronefrosis y la displasia renal quística que representan el 40% de las
masas abdominales de este grupo etario.
Hidronefrosis
Consiste en la dilatación de la porción superior de las vías urinarias, la pelvis y los cálices.
Resulta frecuente detectar este problema durante la revisión ecográfica rutinaria del embara
zo, observándose una dilatación de esa porción de las vías urinarias del feto como consecuen
cia del reflujo vesicouretral o válvulas de la uretra posterior. Es el resultado de un conjunto de
malformaciones congénitas de gravedad variable. El F G se incrementa luego del nacimiento.
La permeabilidad de las vías urinarias y la presencia de las ondas peristálticas resultan impres
cindibles para que la orina formada por el parénquima renal fluya hacia la vejiga.
La interrupción de este mecanismo que transporta la orina desde la pelvis renal hasta la
vejiga de manera persistente puede desencadenar una catarata mediada por moduladores hu
morales e inmunológicos. Un riñón que permanezca obstruido en forma unilateral ocasionará
un aumento de las concentraciones de renina y angiotensina I y II que puede resultar en una
isquemia renal relativa.
En el síndrome del abdomen en ciruela pasa (prune-belly), signado por una tríada, que in
cluye anormalidad del tracto urinario, megavejiga y uretra/uréteres dilatados, el grado de obs
trucción de la vía urinaria puede verse reflejado en el compromiso del desarrollo renal, mien
tras que los uréteres se presentan dilatados, elongados y tortuosos.
La displasia renal multiquística es una afección congénita no hereditaria que puede diag
nosticarse durante el período prenatal, mediante ecografía de rutina durante el embarazo.
S e caracteriza por presentar un deterioro del desarrollo y diferenciación del tejido metané-
frico asociado con obstrucción de la vía urinaria, como uréter atrésico o ausente, lo cual sugiere
que la obstrucción congénita desempeña algún rol en su desarrollo. Luego de la hidronefrosis,
la malformación más común identificada intraútero es la displasia renal multiquística. Se esti
ma que en la incidencia resulta más afectado el varón, y se presenta en el riñón derecho. Si hay
alteración de ambos riñones es posible que se manifiesten infección urinaria (IU ), hematuria y
proteinuria. Además, es preciso controlar la T A , ya que esta malformación congénita se asocia
con hipertensión arterial. S e estima que, al disminuir el riego arterial del riñón multiquístico,
provoca un aumento de la producción de renina en las unidades nefrogénicas.
J P Insuficiencia renal
Aguda
La insuficiencia renal aguda (IR A ) es la caída brusca del F G . El riñón es incapaz de man
tener la homeostasis. En las U C IN , afecta especialmente a los R N más graves. S i bien la mor
talidad es elevada, se han registrado progresos significativos en el tratamiento médico de estos
pacientes. E l pronóstico está estrechamente ligado con la patología subyacente.
En la IR A resulta frecuente que disminuya la diuresis. En ciertas ocasiones el volumen
urinario puede estar preservado; por ejemplo, en la toxicidad con los aminoglucósidos. Tam
bién puede suceder que se manifieste oliguria sin IR A .
El diagnóstico y el tratamiento médico de los pacientes con IR A incluye tres categorías
clásicas: causas prerrenales, causas renales y causas posrrenales. En todos los casos es necesa
rio prestar atención a las alteraciones del balance hidroelectrolítico, la oliguria, la anuria y la
hipertensión arterial (H T A ).
Puede suceder que el tratamiento no logre revertir la IR A . En estos casos, se dispone de
tecnología que actúa sustituyendo la función renal con diálisis peritoneal o hemofiltración.
Crónica
Consideraciones
• Hipertensión arterial
Principales causas
O Cardíacas:
• Coartación de aorta
• Ductus arterioso permeable
• Vasculares
• Trom bosis de la vena renal
• Trom bosis
• Estenosis
• Compresión
• Hipoplasia de arteria renal
O Enfermedades congénitas:
• Enfermedades quísticas renales
• Parénquima renal
• Síndrome nefrótico congénito
• Hipoplasia renal bilateral
O Enfermedades adquiridas:
• Necrosis cortical
• Necrosis tubular aguda
O Neurológicas:
• Hipertensión endocraneal
• Dolor
• Hematoma subdural
• Convulsiones
• Infección urinaria
La infección urinaria (IU ) es una de las infecciones a las que son propensos los R N inter
nados en U C IN por colonización de la uretra con la flora bacteriana rectal.
En los R N , la manifestación de IU producida por cándida se trata con antim icóticos
como anfotericina. Estos niños requieren una atención especial de enfermería en relación
con las dosis, el tiempo de administración y los intervalos, dada la nefrotoxicidad del fárm a
co en cuestión.
# Edema
Las limitaciones del F G en el R N hacen necesario que las dosis sean estrictas, ya que algu
nos fármacos disminuyen el F G o interfieren en la función tubular renal.
I n d o m e t a c in a : el uso de este fárm aco para el cierre del ductus perm eable provoca dism i
nución del flujo sanguíneo renal (F S R ) y caída del F G .
I n o t r ó p ic o s : la dopamina y la dobutamina se emplean para aumentar el gasto cardíaco,
sostener la circulación sistémica, favorecer la percusión renal y estimular la diuresis. Son útiles
por su efecto inotrópico y de sostén circulatorio sistémico, en tanto que producen vasodilata-
ción renal con aumento del F S R .
Bibliografía
G u ía S .A . 2 0 0 4 .
- M o ta H e rn á n d e z F, V elázquez Jo n e s L . Líq uidos y electrolitos en el recién n acido a térm in o y p retérm in o .
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- N A N D A . Diagnósticos enfermeros: definiciones y clasificación 2 0 0 5 - 2 0 0 6 . M ad rid : E lsevier E sp a ñ a S .A ,
2005.
- S ierro A . E l riñón del recién nacido. C o m ité nacional de nefirología p ed iátrica. 2 0 0 3 B u en o s A ires.
20,1
Tratamiento de la insuficiencia renal aguda
Lorena Leiras
• Introducción
El tratamiento de los pacientes con insuficiencia renal aguda (IR A ) tiene como objetivo
mejorar o corregir la etiología renal y el desequilibrio hidroelectrolítico que ésta produce. Se
divide en tres tipos, el preventivo, el conservador y el sustitutivo.
Tratamiento preventivo
Tratamiento conservador
Tratamiento sustitutivo
• Hiperpotasemia
• Tratamiento farmacológico
• Conclusión
Com o conclusión, se detallan las principales acciones de enfermería que se deben realizar
ante un paciente con IR A :
Bibliografía
- B eare, M yers. S istem as renal y u rin ario . E n : B eare, M y ers (ed s). Principios y práctica de la enfermería me-
dicoquirúrgica. 2 d a ed . M o sb y /D o y m a , 1 9 9 5 . p .1 0 3 4 .
- B eh rm an , K liegm an, A rv in . Nefropatias tóxicas, insuficiencia renal, Nelson tratado de pediatría. 1 5 t a ed .
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- S ocied ad argen tin a d e p ed iatría. Nefrología pediátrica. Insuficiencia renal aguda. Hemodiálisis y terapias
continuas en niños. P rim era edición, 2 0 0 3 . p p. 4 9 7 , 5 5 9 .
20.2
Hemofiltración
Lorena Leiras
• Definición
La hemofiltración es una terapia continua de depuración renal que consiste en hacer circular la
sangre del paciente por un dializador que posee una membrana semipermeable. Este movimiento
se acompaña de un proceso de ultrafiltración mediante el cual se eliminan los líquidos, los electró
litos y los solutos de la sangre por acción de una presión hidrostática conectada al paciente durante
las 24 horas. Este proceso es bien tolerado, ya que extrae pequeños volúmenes de ultrafiltrado por
hora, lo cual permite alcanzar el balance deseado. Es la técnica más apropiada en neonatos por el
peso del paciente, ya que el manejo del neonato anúrico u oligúrico requiere un ultrafiltrado grande
en relación con el peso, y lento, para que pueda ser bien tolerado. La terapia continua está contrain
dicada en cirugías inmediatas y prematuras con sangrado cerebral. Se recomienda en pacientes con
inestabilidad hemodinámica, lactantes pequeños que no son susceptibles de realizar diálisis perito-
neal o hemodiálisis intermitente, sobrecarga hídrica y trastornos electrolíticos o acidobásicos graves.
Las técnicas de elección son las de reemplazo renal continuas.
En la hemofiltración existen dos mecanismos de transporte de solutos, el de difusión y el de con
vección, La difusión es el proceso por el que se utiliza una solución de hemofiltración para el mango
adecuado de los solutos que se desee remover mediante un gradiente de concentración mayor a uno
menor, con el objetivo de alcanzar un equilibrio dinámico donde tendrá igual concentración.
La convección es el proceso mediante el cual se desplaza el líquido por un gradiente de
presión a través de una membrana semipermeable, arrastrando consigo otras moléculas (urea).
Esta técnica de reemplazo renal continua se clasifica de acuerdo con las necesidades terapéuti
cas (constituye un mismo procedimiento extracorpóreo).
H (H D V V C ): es igual a la hemodiafiltración,
e m o d iá l is is v e n o v e n o s a c o n t in u a
pero no se administra líquido de reinfúsión; sólo líquido de diálisis.
La hemofiltración puede efectuarse por diferentes accesos vasculares, por catéter de doble
lumen o por fístula arteriovenosa.
El catéter de doble lumen, preferentemente de silicona (son más flexibles y no lesionan el vaso),
se divide en su interior en dos conductos que permiten extraer y retomar la sangre al cuerpo del
paciente para realizar la hemofiltración. Se colocan en la vena femoral, la yugular interna o la vena
subclavia. El calibre del catéter debe adecuarse al tamaño del paciente. En neonatos, pueden utili
zarse los de 5 Fr o doble luz de 7 u 8 Fr; en niños de 10 a 25 kg, los de 8 a 10 Fr; en niños mayores
de 25 kg, los de 12 Fr.
Este catéter presenta varias dificultades; las más frecuentes son:
O Infección: en general, por Staphylococcus aureus o Epiderm idis. La infección puede preve
nirse no mojando la zona donde está instalado el catéter; utilizando el catéter sólo para
esta técnica y manejándolo bajo normas estrictas de asepsia.
O Trom bosis: se produce en el interior del catéter, debido al contacto de la sangre con un
cuerpo extraño, el cual tiende a coagular. Un signo es la ausencia del retorno sanguíneo.
Puede desobstruirse con medicamentos que tienen la propiedad de disolver coágulos; por
ejemplo, la estreptoquinasa. Si no se destapa, debe ser retirado.
O Desplazamiento: se origina cuando se suelta el punto de fijación. E l catéter no debe ser
reintroducido, ya que existe riesgo de infección y de daño de los tejidos. S i el catéter se des
plaza completamente, es preciso comprimir la zona con una gasa estéril.
♦ Vías de acceso
Fístula arteriovenosa
c* Complicaciones
S an grado d el a c c eso v a sc u l a r : puede producirse por daño en la pared del vaso y por
desprendimiento de placas. Durante la hemofiltración es importante efectuar un control mi
nucioso de la anticoagulación, ya que disminuye el sangrado.
■&> Acciones
Bibliografía
- B eare, M yers. S istem as ren al y u rin ario . E n : B eare, M y ers (e d s). Principios y práctica de la enferm ería me-
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continuas en niños. P rim e ra edición, 2 0 0 3 . p. 4 9 7 , 5 5 9 .
20.3
Diálisis peritoneal
Fabiana Acerbo
«• Principios generales
El término diálisis proviene del griego y significa “pasar a través de”. Durante la diálisis se
efectúa la depuración sanguínea de solutos y toxinas, utilizando como membrana dializante el
peritoneo. El peritoneo se comporta como una membrana semipermeable que, por efectos de
procesos de difusión y ultrafiltración, permite el movimiento pasivo de agua, electrólitos y solu
tos (de acuerdo con su gradiente de concentración) desde los capilares peritoneales hacia el inte
rior de la cavidad ocupada por el líquido de diálisis. Para ello se utiliza una solución hipertónica
respecto del plasma (solución para diálisis peritoneal con dextrosa al 2%, 2,5%, 4% en agua). De
este modo, el gradiente creado facilita el arrastre de agua, y ésta a su vez el de solutos, hasta lograr
un equilibrio entre los solutos del plasma y los de la solución dializante. Si se desea remover una
cantidad mayor de agua, es necesario emplear concentraciones crecientes de dextrosa y disminuir
los tiempos de permanencia, con lo cual se logra una velocidad de recambio mayor.
# Indicaciones
Inicio de la diálisis
O Gorro, barbijo.
O Camisolín y guantes estériles.
O Antiséptico.
O Campo fenestrado.
O Gasas estériles.
O Cinta adhesiva.
O Pinzas (clamps) de tubos (2).
O S e t de diálisis peritoneal (tipo Versaset V -3 0 8 ).
O Bolsa colectora.
O Baxter medidor (algunos sets contienen bureta medidora).
O Solución para diálisis peritoneal de la concentración indicada. Por indicación médica, se le
agrega previamente heparina o electrólitos, y debe ser entibiada preferentemente mediante
calor seco a una temperatura no superior a los 37 °C.
O Acondicionar la unidad del paciente, colocar monitoreo, administrar analgesia y/o sedación según
indicación médica y, luego de verificar la posición correcta de la cánula, proceder a conectar el set
de diálisis (esta técnica se realiza de manera estéril y con la participación de dos operadores).
O Una vez armado el equipo, proceder a conectar al paciente (previo purgado y eliminación
de burbujas), a fin de evitar neumoperitoneo.
O Infundir el líquido indicado por gravedad.
Figura 20.3 a Implantación de la cánula de diálisis peritoneal. b El fluido de la diálisis se introduce en la
cavidad abdominal mediante el catéter, c Las toxinas y el agua son absorbidas por el fluido a través de
la membrana peritoneal. d El fluido usado se descarga y se sustituye por el fluido limpio para la diálisis
posterior.
Una vez finalizado el esquema de diálisis, desconectar el equipo (pinzar todo el equipo;
bajo procedimiento estéril, desconectar el sistema nuevamente; mantener la cánula hepari-
nizada; mantener sellado el extremo distal de la cánula, a fin de evitar infecciones asociadas;
efectuar curación plana del sitio de inserción; finalizar el balance de ingresos y egresos, con el
objeto de evaluar los resultados del procedimiento).
Cuidados y recomendaciones de enfermería
Ü» Complicaciones
E x t r a v a s a c ió n d e l l íq u id o d e d i á l i s i s e n la p a r e d a b d o m in a l : se produce por
una m ala colocación del catéter, lo cual requiere retirarlo o recolocarlo.
Bibliografía
- D irección aso ciad a de en ferm ería, d irección asociada de d ocen cia e investigación, co m ité de p ub licacio
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p ed iatría P ro f. D r. Ju an P. G arrah an , 2 0 0 5 .
G a u n tle tt B eare P, M yers J . Enferm ería medicoquirúrgica. M ad rid : M o sb y -D o y m a L ib ros, 1 9 9 5 .
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Patologías respiratorias
Fabiana Cenzano - Graciela Velárdez
Displasia broncopulmonar
Definición
Se trata de una enfermedad pulmonar crónica del lactante. Es generada por el incremento en la
sobrevida de pacientes prematuros críticamente enfermos que requirieron asistencia respiratoria me
cánica con presiones y concentraciones de oxígeno altos durante las primeras semanas de vida. Esta
patología puede afectar a pacientes de término (aunque en menor frecuencia) a raíz de otras enfer
medades como apnea, aspiración de meconio, neumonía y enfermedades cardíacas congénitas.
Historia de la enfermedad
N o existe una causa específica para la incidencia de esta enfermedad. Las causas de
estas patologías se deben a múliples factores com o la toxicidad del oxígeno (inspirado en
altas concentraciones), el daño inducido por la asistencia respiratoria m ecánica (baro-
volutrauma, alta presión inspiratoria, excesivo volumen alveolar), las infecciones intrau
terinas (carioam nionites) y extrauterinas (ureaplasma) y el ductus arterioso persistente
(m anteniendo un flujo pulm onar aumentado, presión capilar alta y aumento del líquido
pulm onar).
Métodos diagnósticos
O Evaluación clínica del compromiso: signos respiratorios, taquipnea, tiraje, aleteo nasal, cia
nosis y empleo de oxígeno al día 28. ^
O Control radiológico: placa de tórax que evidencia pulmones más distendidos c^tTareas
de atelectasias y zonas de hiperinflación que proporcionan las imágenes características en
“panal de abejas” o microquistes hullosos.
O Examen de laboratorio: en los casos más graves es posible observar una alteración de los
gases en sangre (retención de C 0 2).
Complicaciones
Incidencia
En relación con el D BP, es preciso destacar que en las últimas décadas la N eonatología
se vio modificada por los adelantos tecnológicos que posibilitaron una disminución de la
mortalidad de los pacientes prematuros, elevando su sobrevida y aumentando la incidencia
de la D BP.
En el servicio de Neonatología del hospital Garrahan correspondió a esta patología el
1,5% de un total de 6 5 0 pacientes internados en el año 2 0 0 6 . Este número se eleva significa
tivamente si se considera a todos los pacientes prematuros.
Diagnóstico de enfermería
Acciones
Todos los registros efectuados por el personal de enfermería deben ser asentados con letra
clara y precisa, a fin de evitar errores.
Cada uno de estos registros es de vital importancia para el equipo multidisciplinario. Es
fundamental registrar toda la información brindada por los padres del niño, ya que resulta va
liosa para mejorar el vínculo entre estos y el equipo de salud en la unidad de cuidados intensi
vos neonatales (U C IN ) (Tabla 2 1.1).
Acciones Fundamentación
Monitorear la saturación de oxígeno, la frecuencia Identificar las posibles causas de los cambios en los signos
respiratoria, la frecuencia cardíaca y la tensión vitales.
arterial.
Realizar balance estricto (peso diario). Una adecuada administración de líquidos es importante en
la etapa inicial, a fin de prevenir la persistencia del conducto
arterioso y, posteriormente, evitar el edema pulmonar.
Auscultar ambos campos pulmonares en busca de Determinar la suficiencia del intercambio gaseoso y detectar
crepitantes o sibilancias. atelectasias.
Es muy importante mantener una comunicación simple y concreta con los padres, a fin de
integrarlos al ámbito hospitalario. S i duda, el personal de enfermería tiene la responsabilidad
de transmitir la información y la tranquilidad necesarias para que los padres puedan adecuarse
a la compleja y atemorizante unidad de cuidados intensivos neonatales.
Los padres de un niño crónicamente enfermo necesitan cuidadores e interlocutores per
manentes; requieren ser asistidos por personal comprensivo y paciente que escuche con tran
quilidad sus temores y ansiedades. Es necesario educar a los padres continuamente, a fin de
que puedan satisfacer las necesidades básicas de su hijo.
Es común que estos padres visiten al niño continuamente durante un período y luego
desaparezcan durante otro lapso. El personal deberá entender y apoyar sus conductas. Este
patrón de visitas un tanto errático es típico de los padres que se encuentran angustiados y
abrumados. E n ese momento es necesario potenciar sus capacidades, a efectos de obtener los
mejores cuidados para el niño.
Cuando los padres visitan al niño, deben ser animados a acunarlo y acariciarlo. Se les debe per
mitir alimentarlo y cambiarle el pañal, y es importante que, en lo posible, participen al máximo de
su cuidado. Alentar la capacidad de brindarle amor a su hijo les permitirá recuperar el control y el
cumplimiento de objetivos durante esta prueba difícil. Aunque resulte complejo, es importante fa
vorecer la generación de espacios que fomenten la privacidad entre padres e hijos en la U C IN .
Además, es fundamental transmitirles todo aquello que sí pueden hacer sus bebés, así
como alertar al equipo interdisciplinario cuando se trate de familias de alto riesgo; en estos ca
sos, deberá participar también el servicio social, así como médicos y psicólogos.
Definición
Esta enfermedad se caracteriza por presentar déficit de surfactante (material tenso activo) a ni
vel del epitelio alveolar. Debido a esta carencia, la fuerza de tensión superficial no es contrarrestada,
lo cual produce un colapso de los alveolos y de los espacios respiratorios al final de cada espiración.
El surfactante pulmonar es una lipoproteína generada por el neumonocito tipo 2 y secre
tada hacia la luz del alveolo. Este complejo está conformado por un 85% de lípidos (la mayoría
fosfolípidos), un 13% de proteínas específicas y un 2% de carbohidratos y ácidos nucleicos. La
fracción fosfolipídica está compuesta fundamentalmente por lecitinas, fosfatidiglicerol y otros
fosfolípidos menores, sobretodo especies moleculares disaturadas, en especial dipalmitoil-le-
citina y dipalmitoil-fosfatidilglicerol. La lecitina aislada posee una acción tensoactiva potente
que se incrementa cuando se le asocian los otros componentes del complejo surfactante.
Historia de la enfermedad
En 1971, Gluck y colaboradores publicaron sus investigaciones sobre el estudio de los fosfolípi
dos del líquido amniótico a modo de método para precisar el estado de madurez del pulmón fetal.
Los fosfolípidos guardan una relación adecuada con las del pulmón, debido a que el líqui
do pulmonar mantiene un flujo hacia la cavidad amniótica, aportando surfactante y modifi
cando los niveles de fosfolípidos en el líquido amniótico.
Etiología
Métodos diagnósticos
Determinaciones de laboratorio
Estos niños presentan habitualmente una disminución del pH (-7,3), la cual se torna más
evidente cuanto más importante es la insuficiencia pulmonar. Por lo general, esta acidosis es
respiratoria, ya que obedece a una elevación de la presión del dióxido carbono ( p C 0 2) a valo
res superiores de 4 0 m m Hg. Suele producirse acidosis mixta; es decir, con componente meta-
bólico (el exceso de base negativo será mayor de 5).
El parámetro fundamental para establecer el diagnóstico es la presión parcial de oxígeno
en sangre arterial (P aO ,).
Estos niños son incapaces de mantener la P a 0 2 en valores normales (6 0 a 9 0 m m H g) res
pirando oxígeno ambiental.
Complicaciones
Diagnóstico de enfermería
O b j e t iv o : lograr que el paciente realice una ventilación adecuada, a fin de que experimen
te un intercambio gaseoso correcto (Tabla 21.2)
Acciones Fundamentos
Constatar la presencia de bolsa (tipo ambú), con Prevenir situaciones de riesgo para el neonato.
la correspondiente válvula de PEEP, máscara y
manómetro apropiados de reanimación.
Revisar el laringoscopio (pilas y tres ramas). Auscultar la entrada de aire bilateral y la expansión toráxica
simétrica, a fin de realizar la administración del surfactante
de manera correcta.
Verificar que el tubo endotraqueal esté ubicado en Llevar un control y un registro adecuados del mismo.
posición correcta.
Registrar el número del tubo endotraqueal y la Mantener las vías respiratorias permeables y evitar las
longitud en que está fijado en la comisura labial. alteraciones en el intercambio gaseoso debido a una
ventilación inadecuada por la presencia de secreciones en la
vía endotraqueal.
Constatar que la fijación sea correcta. El surfactante debe ser administrado en forma estéril, a fin
de prevenir infecciones posteriores.
Anotar los parámetros de la asistencia respiratoria Luego de administrado el surfactante, no se debe aspirar
mecánica en la planilla de registros. el tubo endotraqueal durante un período no inferior a 4
horas.
Aspirar secreciones a través del tubo endotraqueal Disminuir el consumo de 0 2
(TET).
Tabla 21.2 (continuación)
Acciones Fundamentos
Preparar surfactante según prescripción médica La Pa02del neonato debe mantenerse dentro de los límites
Verificar la permeabilidad de los accesos venosos Se consideran signos vitales a aquellos parámetros que
centrales y periféricos. indican constancia y concordancia en su regularidad con la
salud. Los principales son:
• Temperatura: la termorregulación es la propiedad que
tiene el organismo de mantener la temperatura dentro
de rango normal (36 °C a 37 °C). Esto depende de la
superficie y el tamaño corporal, el aislamiento térmico y
la producción y eliminación de calor.
Los trastornos de la termorregulación se producen
fundamentalmente por hipoxia, fármacos administrados
y trastornos metabólicos.
• Frecuencia cardíaca: es uno de los parámetros
fundamentales en la atención del RN. Puede efectuarse
a través del estetoscopio o mediante equipos
electrónicos. El estetoscopio debe ser el adecuado en
relación con el tamaño del RN. Se coloca sobre la zona
mesocardíaca y se cuentan los latidos cardíacos durante
un minuto.
• Frecuencia respiratoria: consiste en el número de
veces por minuto que se producen la inspiración y la
espiración, a fin de realizar el intercambio de gases con
el medioambiente.
El control de FR es importante en la adaptación del RN
a la vida extrauterina y en la evaluación de diferentes
patologías.
• Tensión arterial: es la presión ejercida por la sangre
sobre las paredes arteriales. Está determinada por el
volumen de sangre eyectada por el ventriculo izquierdo
hacia la periferia durante la sístole y la resistencia que le
oponen las arterias. Los cambios a producirse dependen
de diferentes factores (disminución de la volemia o de la
contractilidad cardíaca, vasoconstricción, vasodilatación
y variación de la fre c u e n c ia ca rd ía ca ).
Mantener un ambiente térmico neutro.
• Bronquiolitis y neumonía
Definición de bronquiolitis
Es una enfermedad viral aguda de las vías respiratorias bajas que afecta a los niños dentro
de los dos primeros años de vida. Es muy grave en neonatos o pacientes que padecen DBP, car-
diopatías congénitas, asma y fibrosis quística, entre otras.
Los virus replicados llegan desde las vías respiratorias superiores hasta el epitelio bron
quial y bronquiolar del pulmón, produciendo una reacción inflamatoria rápida que puede cau
sar necrosis de las células ciliadas, disminuyendo la eliminación del moco. La fibrina, el edema
y el material necrótico liberado obstruyen casi totalmente los pequeños bronquios y bronquio-
los, lo cual da como resultado una espiración prolongada, atrapamiento aéreo en los alveolos,
sobredistención pulmonar y atelectasias en diferentes niveles. Esta alteración del equilibrio
ventilación-perfusión deriva en una hipoxemia y en un incremento del dióxido de carbono.
La bronquiolitis es una enfermedad infecciosa estacional típica de climas templados.
Las epidemias surgen en invierno y a comienzos de la primavera, asociadas con brotes co
munitarios, en áreas que presentan hacinamiento y factores contaminantes. Los virus res
ponsables de la bronquiolitis son el sincicial respiratorio (V S R ), en un 75% a 80% de los
casos, seguido del parainfluenza (tipo I, tipo III, tipo IV ), influenza A y B, y adenovirus.
El contagio se produce a través de las gotitas de saliva que inhalan los lactantes cuando ha
blan y/o tosen los niños o adultos infectados. Así diseminado, el virus puede sobrevivir hasta
6 horas a temperatura ambiente y más de media hora en la piel, prendas de tela y papeles. El
adenovirus que se elimina por secreción conjuntival, vías respiratorias y vía digestiva contagia
hasta tres semanas luego de contraída la enfermedad.
Métodos diagnósticos
O Signos clínicos
O Exámenes complementarios
O Tratam iento (Tabla 21.3)
E s una lesión inflamatoria a la que se suma la infección del parénquima pulmonar que
afecta a lactantes y niños pequeños. Las bacterias, los virus, hongos o parásitos pueden ser
agentes infecciosos.
Las enfermedades del tracto respiratorio son muy comunes (representan más del 70% de
las consultas en los hospitales). Los diferentes mecanismos de defensa del aparato respiratorio
ceden ante la agresión del germen, circunstancia con la que se asocian un sistema inmunitario
inmaduro y la susceptibilidad del huésped, lo cual agrava la enfermedad y eleva la mortalidad
cada año en épocas invernales.
La neumonía se clasifica de acuerdo con el factor causal (virus o bacteria) relacionado con
el sector del pulmón afectado (por ejemplo, bronconeumonía, neumonía lobar, entre otras).
Esta clasificación se subdivide en neumonías primarias (afectan a lactantes sanos) o secunda
rias (afectan a niños hospitalizados por otra afección).
Complicaciones
O Atelectasia
O Edema pulmonar
O Acceso pulmonar
O Meningitis
Incidencias
D eterioro del intercambio gaseoso relacionado con la limpieza ineficaz de las vías res
piratorias.
Objetivo
Auscultar los campos pulmonares constatando la La eliminación de las secreciones posibilita un mejor
presencia de crepitaciones, sibilancias, broncoespasmos, intercambio gaseoso. La aplicación de percusión
consolidación y roce de fricción pleural. y vibración torácica favorece la eliminación de las
secreciones.
Fluidificar secreciones mediante nebulizaciones. Humedificar y ablandar las secreciones, a fin de facilitar
su expectoración.
Observar el color de la piel y el relleno capilar. De acuerdo con el estado de la piel, la lengua y las
mucosas, deberán administrarse líquidos para mantener
un buen balance hídrico.
f
• Conclusión
Al repasar las distintas patologías respiratorias, es posible comprobar que la labor del per
sonal de enfermería resulta primordial en la asistencia de estos pacientes. En el R N pretérmi
no de muy bajo peso, los signos clínicos de insuficiencia respiratoria son semejantes a los del
R N de término, pero son menos evidentes debido a su debilidad generalizada. Los múltiples
trastornos que presentan estos pacientes ponen a prueba la eficacia, la eficiencia y la capacidad
del personal de enfermería para prevenir mayores complicaciones y evitar factores de riesgo,
mediante la utilización adecuada de las normas y técnicas establecidas. Resulta importante en
fatizar que debe existir una comunicación fluida entre los agentes del servicio de Neonatología
e interconsultores y técnicos.
Finalmente, es preciso hacer hincapié en la distribución del personal de enfermería, te
niendo en cuenta la calidad de atención que debe brindarse a estos niños en función de una
evolución favorable*
Bibliografía
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Oxigenoterapia
Graciela Velárdez
• Definición
Objetivos
Oxigenar de manera apropiada la sangre arterial del niño y garantizar la eliminación del
dióxido de carbono, corregir la hipoxemia y reducir el trabajo cardiopulmonar asociado con la
oxigenación inadecuada.
Existe hipoxemia cuando la P a 0 2 es inferior a 5 0 m m H g y la saturación es menor de 90%
en R N de término y menos de 86% en R N prematuros. Los valores varían de acuerdo con la
edad gestacional y los días de vida del paciente.
Antecedentes
Halo
Diagnóstico de Conducta desorganizada del lactante RN con secreciones abundantes, variabilidad térmica,
enfermería fisioterapia respiratoria, ruidos.
Fundamentación Los signos vitales reflejarán si la mecánica respiratoria del paciente está mejorando o
empeorando. La hipertermia puede provocar un aumento de la frecuencia cardíaca y de la
frecuencia respiratoria.
Si existe condensación dentro del halo, la fijación de la sonda de alimentación puede
salirse y el paciente se puede aspirar (penetración de leche en el árbol traqueobronquial).
Es importante comunicarles a los padres que su hijo se calma al oír sus voces y al tomar
contacto con ellos.
La temperatura del calentador debe estar a 37 °C, a fin de que el paciente no se
sobrecaliente, lo cual haría aumentar su consumo de oxígeno.
En su parte inferior posee una apertura para el cuello, y en la parte superior, una tapa re
movible. A su vez, en la parte posterior tiene una apertura pequeña para conectar la tubula
dura que administra los gases. Este método requiere de oxígeno y de aire mezclados y permite
concentraciones. Cabe destacar que el flujo debe estar calentado y humidificado. Los hay de de
distintos tamaños, según el peso del paciente. E l gas que recibe se mide por oxímetro de F i 0 2.
Además, existe una fórmula para calcular la F i 0 2 que recibe el paciente:
Cálculo de F i0 2
(Litros de aire x 0,21) + (litros de 0 2)
Litros de aire + litros de 0 2
Bigotera
Diagnóstico de enfermen'a Riesgo de función respiratoria ineficaz relacionado con obstrucción de la cánula.
Fundamentación Para mantener la permeabilidad de las vías respiratorias es necesario aspirar las
secreciones según necesidades del paciente.
Instilar narinas con solución salina para aspirar, a fin de no dañar la mucosa y
evitar tapones que puedan obstruir la cánula.
Definición
Es una presión de distensión continua que actúa durante todo el ciclo ventilatorio.
Se utiliza como tratamiento y prevención, este se consigue mediante la presión positiva inspira-
tona y una presión de mantenimiento dentro del alvéolo, de distensión, evitando que se colapse.
La presión de mantenimiento se denomina presión positiva al final de la espiración
(P E E P ).
Historia
S e trata de un patrón de presión positiva que combina ventilación espontánea con PEEP.
Fue introducido por Gregory en 1 9 7 1 , como medida para facilitar la ventilación y el destete
de neonatos.
Está indicada en pacientes que respiran espontáneamente y presentan una P a 0 2 igual o
mayor de 50 m m H g y necesitan una F iO z no superior a 0,4.
Consiste en un equipo que suministre 0 2 / aire comprimido de manera tal que el alveolo
no se colapse al final de la expiración. Son cánulas que se introducen en las narinas; de este modo,
el paciente respira espontáneamente.
Está indicado en pacientes neonatos cuyos problemas básicos son la hipoxemia, las ate-
lectasias, la sobrecarga de líquido pulmonar y las apneas del prematuro (Tabla 22 .3 ).
Diagnóstico de enfermería Riesgo de la integridad cutánea relacionado con la presión y con la sujeción de la
cánula al paciente.
Objetivos Que, al final del tratamiento, el paciente logre mantener la integridad de la piel.
Fundamentación Colocar hidrocoloide entre la piel y la tela adhesiva que sirve como barrera de
protección.
La higiene diaria permite observar si el paciente presenta lesiones y si existen
puntos de presión.
La rotación frecuente apunta a evitar que el paciente se ubique permanentemente
en un mismo punto de apoyo.
Las mangueras del respirador no deben generarle peso al paciente, a efectos de
que se evite el tironeo de la cánula nasal, lo cual dañaría la piel.
Traqueotomía
Definición
Diagnóstico de Riesgo de función respiratoria ineficaz relacionado con inmovilidad forzosa y acumulación
enfermeria de secreciones respiratorias; desconocimiento acerca de los cuidados relativos a la
traqueotomía y sus complicaciones.
Fundamentación La fijación de la cánula debe ser adecuada, a efectos de que el paciente no sufra un
descanulamiento.
La cinta debe estar separada del cuello por un espacio de "dos dedos".
La humidificación y el calentamiento del oxígeno evita los tapones mucosos y favorece la
fluidez de las secreciones.
Mantener la piel seca y limpia, a fin de evitar escoriaciones e infecciones.
Colocar apósito con hidrocoloide alrededor del cuello del paciente, a efectos de proteger a
la piel de lesiones.
Realizar la higiene del periostoma con técnica estéril y con yodopovidona, a fin de evitar la
infección.
Es necesario que la familia pierda el temor ante el cuadro que presenta el paciente. Esto
puede lograrse mediante el contacto directo: aprender cómo se cura la peritraqueotomía,
así como a aspirar y cambiar la cánula.
Recordar siempre que se trata de un acceso directo a la tráquea, por lo que todo procedimiento
debe realizarse con técnica estéril, a fin de evitar infecciones del tracto bronquial.
Columna bajo agua o con burbujeo
Historia
E n 1998, Soon Lee comparó los efectos de la P P C V R bajo agua con burbujeo con los de
la P P C V R que se genera desde el respirador en pacientes entubados. Para que se produzca el
efecto burbuja, el flujo debe ser mayor al requerido convencionalmente (8 a 10 L M P ).
El burbujeo genera vibraciones torácicas semejantes a la ventilación de alta frecuencia (15
a 30 H z), lo cual contribuiría a la difusión de los gases y, por ende, podría disminuir la fatiga
y el trabajo de la respiración.
Este sistema es de bajo costo, y la técnica de aplicación es sencilla. Puede ser muy útil como
alternativa para generar P P C V R en aquellos servicios que cuentan con un número limitado
de respiradores (Tabla 2 2 .5 ).
Diagnóstico de Riesgo de deterioro de la integridad cutánea del RN la fijación de la pieza nasal, que
enfermería ejerce presión, y ausencia de flora saprofita de la piel.
Modos de empleo
Este método consiste en sumergir una tubuladora en un frasco con agua una columna verti
cal (medida en cm) de manera que casa cm signifique la presión que se administra (P P C V R ).
El flujo es continuo, y es necesario programar una cantidad de litros por minuto (LP M ) sufi
cientes como para generar el escape de burbujas de aire desde el extremo sumergido del tubo. Para
lograr el efecto burbuja es preciso aumentar el flujo. Si el paciente llora o abre la boca, habrá pérdida
de presión. Esta circunstancia obliga a incrementar los L P M para compensar la pérdida.
Alteración de los procesos familiares del R N , con internación de uno de los miembros del
núcleo familiar.
Objetivos
Durante la respiración, las vías respiratorias calientan y humidifican el aire que llega a
los pulmones a una temperatura de 3 7 °C y a 4 4 mg/L de humedad. Con la espiración se
produce una pérdida de calor hacia el ambiente. Cuando se suministra oxígeno a los pacien
tes, este sale frío y seco de las tomas, lo cual provoca inflamación de las vías respiratorias
altas, que quedan comprometidas sin sus defensas naturales. A todo paciente que recibe
oxígeno por vía aérea artificial debe garantizársele la humidificación y el calentamiento de
los gases inspirados.
Es preciso utilizar un sistema adecuado de humidificación de la vía aérea, a fin de garan
tizar una temperatura y una humedad adecuadas. Al evitarse la condensación de agua en las
tubuladuras, se impide la contaminación de la vía aérea.
* Conclusión
Es importante tener en cuenta que el oxígeno que se suministra sale frío y seco de las to
mas. Si así llegara directamente a los pacientes, les provocaría sequedad e inflamación de las
vías respiratorias altas, lo cual generaría secreciones más espesas y difíciles de aspirar. Sin
duda, todo esto ocasionaría la apertura de la vía aérea reducida.
Cabe recordar que el R N respira fundamentalmente por la nariz, y que una obstrucción
nasal puede causarle insuficiencia respiratoria.
Cuando a un paciente se le aplica oxigenoterapia, es preciso contar con un monitor para contro
lar la saturometría de manera permanente. Deben observarse la coloración, la mecánica respiratoria,
la profundidad de las respiraciones, la frecuencia cardíaca y la temperatura del paciente. También se
debe observar la coloración de las mucosas, que proporcionan signos de mejoría o agotamiento.
Deben emplearse flujímetros adecuados a la necesidad del paciente. Es importante tener
en cuenta que se dispone de microflujímetros para bajas concentraciones. Si deben emplearse
altas concentraciones de oxígeno, es necesario realizar la mezcla. E l oxígeno no debe adminis
trarse puro, ya que puede causar daño a nivel pulmonar, cerebral, de la retina y otros órganos
si es utilizado en altas concentraciones y durante períodos prolongados.
Es necesario tener en cuenta que la vida y la calidad de vida de estos pacientes dependen
en alguna medida del personal de enfermería. Para ello se requiere la máxima responsabilidad
en las tareas diarias. Es nuestro trabajo, pero tengamos presente que podemos hacerlo con sa
biduría y am or*
Bibliografía
ÍÜ Introducción
O Asfixia
O Sepsis
O Problemas intestinales
O Enfermedades respiratorias
O Cardiopatías congénitas
Definición
pH = 6 ,1 0 + Log H CO b
0,03 p C 0 2
Mientras esta relación bicarbonato 0,03 P C 0 2se mantenga en 20, el pH será de 7,40.
Compensación
Compensación respiratoria
Exceso de base
«■ Transporte de oxígeno
Gasto cardíaco
/§? Interpretación
Acidosis respiratoria
Causas de acidosis
Alcalosis respiratoria
Alcalosis metabólica
Consecuencias
Por lo general, la acidosis aislada no ocasiona trastornos serios, aunque sí puede agravar la
patología de base.
La acidosis provoca disminución enzimática, celular, cerebral, miocárdica y pulmonar, así
como la posibilidad de acción de los fármacos inotrópicos. En estos casos es posible utilizar
bicarbonato para corregir el pH .
En síntesis, la interpretación correcta de un E A B no depende sólo del conocimiento de los
valores normales sino también de la patología del R N , su evolución y sus expectativas de vida.
Trabajar dentro de esos parámetros permitirá lograr las intervenciones de Enfermería necesa
rias para la recuperación del neonato.
La tom a directa de la muestra de sangre depende de las condiciones de estabilidad del pa
ciente. Resulta útil, ya sea mediante punción periférica y/o canalización central (esta última
disminuye el margen de error).
E l m aterial debe ser obten id o m ediante una técnica de extracción correcta reali
zada por personal idóneo. E s im portante considerar que una pequeña burbuja de aire
puede m od ificar significativam ente el resultado; por ejem plo, la dilución de una m ues
tra con líquido endovenoso dism inuye la p C O , y aum enta el exceso de base sin afectar
el p H .
Luego de que se extrajo sangre de una arteria, ésta continua consumiendo oxígeno y
produciendo dióxido de carbono, por lo cual se recomienda procesar la muestra inmedia
tamente.
Una técnica adecuada y realizada por personal idóneo logrará que se evite:
N o se debe canalizar una arteria a cualquier R N que ingresa a la unidad de cuidados in
tensivos neonatales (U C IN ). Este criterio se aplica a niños gravemente enfermos o neonatos
ya internados que sufren descompensación hemodinámica durante su estadía..
La muestra puede obtenerse mediante canalización y/o punción intermitente. Para la
punción de la arteria radial es preciso efectuar la prueba de Alien, que consiste en apretar sua
vemente la mano para desocuparla de sangre. Se aplica presión en la arteria cubital y radial,
y luego se retira la presión de la arteria que no va a ser punzada. Si la mano se torna roja y se
llena de sangre, el procedimiento de canalización y/o punción es seguro.
Luego de seleccionar la arteria para la punción, debe prepararse la piel con solución
yodada. Se la deja actuar unos segundos y se la retira con alcohol al 75% . Luego se inserta
una aguja en un ángulo de 4 5 ° en dirección contraria al flujo arterial. La sangre debe fluir
de manera espontánea, lo cual garantiza que se está en arteria. La succión debe realizarse
muy suavemente, a fin de evitar el colapso del vaso. Al retirar la aguja, debe efectuarse una
compresión en el sitio de punción durante 2 a 3 minutos, a efectos de asegurar una correcta
hemostasia de la zona y evitar la formación de hematomas, muy frecuentes en este tipo de
procedimientos.
Las arterias de elección son: de distal a proximal radial, cubital, tibial posterior y pedia (en
menor proporción). Las arterias femorales y humeral no se utilizan con frecuencia (son elegi
das por los cirujanos cardiovasculares para realizar canalización arterial).
El mayor inconveniente de la punción intermitente reside en la molestia que ocasiona al
neonato. Existen otros métodos, como la muestra capilar, que hoy día no es muy utilizada en
el servicio de enfermería. S e recomienda emplear la técnica de la venopunción en neonatos es
tables ya que provoca un trauma menor y reduce las complicaciones.
Luego de retirada, la muestra debe ser procesada de manera inmediata. De lo contrario, es
posible retrasar su descomposición colocándola en la heladera y/o protegiéndola con líquido
refrigerante dentro de una caja de telgopor, minimizando los cambios ya mencionados.
O tro modo de obtener una muestra arterial consiste en canalizar las arterias umbilical, fe
moral o humeral, ajustando la opción según la situación del paciente. Estas canalizaciones de
ben ser efectuadas por neonatólogos y/o cirujanos cardiovasculares. Todo catéter central debe
ser manipulado al mínimo, y siempre de manera estéril.
Al igual que en la toma de muestra periférica por punción, debe succionarse de manera
suave, manteniendo la presión negativa en forma regular, a fin de evitar el shock hipovolémico
y la disminución abrupta de la perfusión del miembro.
O Cerrar la llave que comunica el domo con el paciente, a fin de evitar que se contamine.
O Abrir la llave de tres vías que comunica con el paciente.
O Colocar la jeringa número 1, con la que se extraerá la solución heparinizada mezclada con
sangre hasta llegar a la sangre propiamente dicha.
O En ese momento, colocar la jeringa número 2 de 1 cc (previamente heparinizada), la cual
contendrá la muestra, tomando sólo 0,3 cc para su procesamiento.
O Cerrar la llave y reponer la sangre reservada de la primera extracción de manera lenta, con
una presión regular.
O Cerrar la llave y colocar la jeringa número 3 con solución heparinizada, a efectos de lavar
toda la longitud del catéter (siempre con la menor cantidad de solución posible),
O Comunicar el catéter de sangre arterial con el transductor de presión para visualizar la
onda arterial en el monitor.
O Cubrir todo con compresas estériles para evitar que se contamine.
m Cuidados de enfermería
Bibliografía
Introducción
Este síndrome puede producirse de manera espontánea, pero su frecuencia aumenta con
la utilización de la asistencia respiratoria mecánica (A R M ).
Definición
Macklin planteó que todas las pérdidas de aire desde el alvéolo son causadas por alta pre
sión, insuflación o retención de un gran volumen de aire. D e este modo, se establece un gra
diente de presión entre el alvéolo y el tejido adyacente.
Estadios
Incidencia
Complicaciones
Cuadro clínico
Signos y síntomas
Tratamiento
Sistemas de drenaje
Figura 22.2 a Sistema de drenaje con aspiración continua tipo Pleurevac. b Nivel de agua.
Indicaciones
Las indicaciones para realizar drenaje torácico con sello bajo agua son:
O Neumotorax
O Neumotorax a tensión
O Hemotórax
O Hemoneumotórax
O Toracotomía
O Derrame pleural
O Empiema
Recomendaciones
Butterfly N° 23 2 Butterfly N° 23 2
Jeringa de 10 a 20 cm 4 Jeringa de 10 a 20 cm 4
Llave de tres vías 4 Llave de tres vías 4
Guantes estériles varios números 4 Guantes estériles varios números 4
Frasco bitubulado (plástico) 2 Frasco bitubulado (plástico) 2
Tubuladura tipo T-63 1 Tubuladura tipo T-63 1
Catéter de drenaje pleural N° 8 a 12 F 2 c/u Compresas estériles 1
Caja de canalización 1 Antisépticos 1
Hilo para sutura 2
Pleurevac® 1
Compresas estériles 1
Antisépticos 1
O Verificar que el sistema de drenaje esté ubicado 6 0 cm por debajo del paciente.
O Fijar el drenaje correctamente en el flanco del paciente.
O Fijar a la servocuna del paciente el drenaje, a efectos de prevenir accidentes.
O Evitar el riesgo de rotura del sistema de drenaje, protegiéndolo con algún elemento dise
ñado para tal fin.
O En cada turno, señalar los niveles de drenado (características, aumento o disminución).
O Controlar la permeabilidad del drenaje.
O Evitar que se produzcan acodamientos en las tubuladuras.
O Controlar la presencia de burbujeo en el sistema de drenaje.
O Controlar la presión de aspiración (80 alOO Torr) mediante manómetro del aspirador central.
O Cuando se haya resuelto retirar el drenaje, pinzar la tubuladura al menos 12 horas antes
de retirarlo.
O Controlar signos compatibles con hipoxemia, taquipnea o cambios en la coloración de la piel.
O Administrar analgésicos según indicación.
O Materiales (solución antiséptica, gasas estériles, hoja de bisturí, material para sutura, guan
tes estériles y apósito adhesivo estéril para sellado).
Complicaciones
Precauciones
- H osp ital de P ed iatría P ro f. D r. Ju an P. G arrah an . C riterio s generales sobre procedimientos y cuidados de en
ferm ería. Fun dación H o sp ital de P ed iatría, 2 0 0 5 .
- M a rtín e z F erro M , C an izzaro C , R o d rígu ez S , R ab asa C , et al. Neonatología quirúrgica. B u enos A ires:
G ru p o G u ía , 2 0 0 4 .
Empleo de surjactante artificial
Adriana Ponce
Introducción
Definición
Composición
Historia
♦ Tipos de surfactante
O Neumonía: puede ocasionar una pérdida de proteínas hacia el alvéolo, con inhibición y
destrucción del surfactante pulmonar.
O Síndrom e de aspiración de líquido amniótico meconial: hay una inhibición de la actividad
del surfactante pulmonar que es proporcional a la concentración del meconio.
O H ernia diafragmática congénita: existe hipoplasia pulmonar, atelectasia y disminución de
la distensibilidad (compliance) pulmonar.
S e recomienda efectuar la administración a través de un tubo endotraqueal doble lumen,
empleando una bomba de jeringa de microinfusión durante 10 a 20 min. N o debe realizarse en
bolo, porque favorecería la oclusión de la vía respiratoria y generaría hipoxemia e hipercapnia.
El tórax debe mantenerse en posición horizontal, a fin de favorecer una distribución homogé
nea del surfactante en ambos pulmones.
Algunos signos y síntomas originados a partir del déficit de surfactante son los clínicos
(quejido espiratorio, tiraje intercostal, aleteo nasal, retracción xifoidea, cianosis), los radioló
gicos (pulmones con opacos broncograma aéreo y escaso volumen pulmonar) y el laboratorio
(hipoxemia, hipercabia, acidosis).
Diagnóstico
Patrón respiratorio ineficaz relacionado con inmadurez pulmonar y/o presencia de una noxa.
Fundamentación
El control de los signos vitales permite evaluar el estado hemodinámico del paciente y de
tectar precozmente las alteraciones. La fijación correcta del tubo endotraqueal evita su despla
zamiento; debe ubicarse como mínimo a 1 cm por encima de la carina, a fin de asegurar una
administración simétrica en ambos campos pulmonares. La salida lateral del adaptador per
mite la infusión continua, sin interrumpir la ventilación mecánica. El monitoreo permanente
de los signos vitales proporciona información acerca de los parámetros del paciente y permite
actuar rápidamente ante cualquier alteración. E l surfactante debe administrarse en un tiempo
breve, aunque no inferior a 2 0 a 3 0 minutos. El elevamiento de las tubuladuras del circuito
evita el reflujo del líquido y/o su permanencia en el adaptador del tubo endotraqueal, posibi
litando una recepción correcta y simétrica de la dosis. Además, asegura la permeabilidad de la
vía respiratoria y permite corroborar el estado de oxigenación y ventilación.
Fundamentación
El tiempo de respuesta oscila entre varios minutos y las primeras horas posinfusión; por
ende, al mejorar la distensibilidad pulmonar, deberán disminuirse los parámetros de A R M . En
su defecto, ocasionará:
O Hiperventilación
O Sobredistensión pulmonar
O O bstrucción al pasaje del flujo sanguíneo pulmonar
O Barotrauma
Los cuidados posteriores que se deben hacer son una gasometría y la aspiración de secre
ciones por tubo endotraqueal en un lapso no inferior a 2 horas posinfusión.
Fundamentación
i > Conclusiones
Bibliografía
- D ía z H , M an zan ares D , H id alg o A O , et al. Low doses o f surfactant in tbe treatment o f A R D S .Í9 9 5 .
- S ola A . Cuidados Intensivos Neonatales. 5o ed . E d . C ientífica P an am erican a.
Modos de ventilación mecánica
Josefina Veizaga
• Introducción
Una de las causas más frecuentes por las que se decide intubar y ventilar a un R N es la in
suficiencia respiratoria. Algunos autores sugieren tener en cuenta los siguientes criterios:
O Clínicos: pacientes que presenten signos de dificultad respiratoria: tiraje intercostal, re
tracción esternal, aleteo nasal, quejido, taquipnea, cianosis, apneas.
O D e laboratorio: los valores del estado acidobásico de ingreso a A R M se asocian con la pa
tología de base de cada paciente. Sin embargo, por lo general, la indicación para efectuar
asistencia respiratoria mecánica es la siguiente:
• P a C 0 2 (presión parcial de dióxido de carbono) mayor de 50 m m H g (milímetros de
mercurio).
• P a 0 2 (presión parcial d e oxígeno) menor de 50 m m H g si recibe una F iO z (fracción
inspirada de oxígeno) superior a 50%.
R e s i s t e n c ia : es la capacidad que tienen las vías respiratorias y los pulm ones para resistir
el flujo de aire.
Resistencia = cambio de presión (cm H20 )
Cambio de flujo (L/s)
La resistencia en un R N es de 3 0 cm de H zO/L/seg.
Volumen
(mL)
Figura 24.2 Curva de presión/volumen de un pulmón normal comparada con el síndrome de dificultad
respiratoria.
En las terapias intensivas neonatales se utilizan respiradores limitados por presión, con
flujo constante y ciclado por tiempo. Estos equipos están conformados por tres sistemas,
uno de programación, uno electrónico y otro neumático. Entre otros, los parámetros del
respirador son:
O Flujo: es el volumen de gas (oxígeno y aire comprimido) medido en litros por minuto; se
utiliza de 4 a 10 1/min. Para alcanzar la P IM indicada se recomienda emplear el menor
flujo posible.
O Presión inspiratoria máxima (P IM ): es aquella presión medida en cm de H 20 con la
que se logra una expansión adecuada del tórax. Este parámetro está representado gráfi
camente en la Figura 2 4 .4 .
O Presión positiva espiratoria al final de la espiración (P E E P ): es la presión que persiste
al final de la espiración medida en cm de H zO . Por convención, esta denominación se
utiliza cuando el paciente se encuentra ciclado. S i no está ciclado, se denomina C PA P
(presión positiva continua en la vía respiratoria).
Figura 24.4 Curva respiratoria durante la asistencia respiratoria mecánica (modificado de Sola A, Cuidados
especiales del feto y el recién nacido. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana 2001, p. 1113).
N o obstante, algunos autores sostienen que deben medirse directamente en la vía respirato
ria. La oxigenación depende de todos los parámetros que afectan la presión media de la vía
respiratoria y la F iO , (Figura 2 4 .5 ).
A larmas : pueden ser sonoras y lumínicas. Los equipos de última generación cuentan con
las siguientes alarmas:
O Alta o baja de presión en los gases de alimentación del respirador
O Alta o baja presión de la vía respiratoria del paciente
0 Alto o bajo volumen minuto
1 Frecuencia respiratoria alta
O Baja frecuencia respiratoria o apnea
O Falla en la energía eléctrica o batería baja
O Tubo endotraqueal obstruido
Aumento de PiM
Presión
- Y
Figura 24.5 Diferentes estrategias para aumentar la presión media de ia vía respiratoria (modificado de
Sola, Augusto. Cuidados especiales del feto y el recién nacido. Buenos Aires: Editorial Científica Intera-
mericana 2001, p.1 050).
Deben estar programadas con el tiempo necesario, a fin de poder asistir al paciente antes
de que presente signos de descompensación. En ningún caso deben anularse las alarmas.
O Una boca de oxígeno y otra de aire comprimido central conectado a un mezclador para la
bolsa de reanimación.
O Una boca de oxígeno y otra de aire comprimido central, para conectar el respirador.
O Dos bocas de aspiración central: una para la aspiración del paciente y otra para aspiración
del drenaje pleural, la sonda Replogle® u otro dispositivo.
O Tablero eléctrico para la conexión de: servocuna o incubadora, m onitores de paráme
tros vitales, bom bas de infusión y otros equipamientos. E l respirador y el calentador del
respirador deberían estar conectados a una fuente de energía eléctrica de emergencia, a
efectos de que su funcionamiento no resulte afectado ante un corte accidental de elec
tricidad. Es preciso recordar que el respirador más utilizado en las terapias intensivas
neonatales, el Sechrist 10 0 B , no posee batería interna, por lo que se recomienda man
tenerlo conectado a una fuente segura de electricidad. Los respiradores de última gene
ración poseen una batería interna que asegura cierto tiempo de autonomía en caso de
corte de electricidad.
En lo que respecta al aspecto técnico, debe contar con personal de electromedicina (para
mantenimiento y reparación de equipos), electricistas, técnicos de fluidos medicinales (oxíge
no-aire comprimido central, aspiración), etc.
O tro s servicios com plem entarios indispensables en las terapias intensivas n eon ata
les son el de laboratorio y el de radiología durante las 2 4 horas (con equipos portátiles
de rayos x).
Obviamente, los médicos deben estar capacitados para intubar al R N y para manejar los
respiradores que se encuentran en la U C IN . Asimismo, el personal de enfermería debe recibir
capacitación continua acerca del funcionamiento de los ventiladores, a efectos de proporcio
nar los cuidados adecuados a los R N que se encuentran en asistencia respiratoria en todas sus
modalidades ventilatorias posibles.
Además, resulta beneficioso contar con los servicios de Endoscopia respiratoria y Kinesio-
logía, a fin de complementar el tratamiento y la recuperación del paciente durante y luego de
la asistencia ventilatoria.
En cuanto a los materiales, es preciso disponer al menos de tres circuitos para cada respi
rador (al igual que en el caso de las carcasas o los vasos de calentador/ humidificador), en lo
posible con válvulas reguladoras de nivel de agua. También es necesario disponer de una can-
rielad suficiente de frascos de aspiración, oxígeno y tubuladuras de aspiración de 150 cm que
puedan ser cambiados diariamente.
Es imprescindible contar con sondas de aspiración de distintos calibres, así como con
guantes estériles descartables.
El armado comienza con la conexión de las fuentes de alimentación de oxígeno y aire compri
mido a través de los manómetros que regulan la presión de salida de los gases que ingresarán en el
respirador. Por lo general, estas conexiones son efectuadas por el personal de fluidos medicinales.
M ás allá del respirador de que se disponga, la mayoría de los equipos poseen circuitos co
rrugados de un diámetro adecuado para neonatos. Del blender o mezclador de oxígeno y aire
comprimido sale un flujo de gas graduado a una determinada fracción de oxígeno (F iO z), y de
allí pasa al vaso o carcasa. La mezcla gaseosa es calentada y humidificada y continúa su recorri
do por la rama inspiratoria hacia la boquilla o conector del tubo endotraqueal del paciente.
El flujo de gas vuelve por la rama espiratoria que se conecta a la válvula espiratoria, la cual
se cierra cuando comienza la inspiración hasta lograr la presión inspiratoria máxima (P IM )
en el tiempo programado. La presión es monitoreada por el respirador a través de un sensor
de presión (tubuladura delgada).
Algunos respiradores de última generación poseen un sensor de flujo que se coloca entre
la boquilla del respirador y el conector del tubo endotraqueal.
O Chequear las conexiones de aire comprimido y oxígeno central con los respectivos manó
metros abiertos.
O Verificar el armado de los circuitos del respirador (tubuladuras, conexiones, termómetro,
carcasa o vaso humidificador, etc.).
O Evaluar el funcionamiento del calentador. Los calentadores modernos se conectan a tubu
laduras que tienen cables calefactores en su interior. Estos cables calientan el interior de la
tubuladura y evitan que el agua se condense.
O Para la humidificación se emplea agua destilada y un vaso o carcasa con válvula de seguri
dad, a fin de mantener el límite máximo de nivel de agua.
Antes de su empleo, los tubos deben estar almacenados en la heladera, a fin de que se mantengan
rígidos, ya que por lo general el mandril no se utiliza. Además, es preciso tener en cuenta que, para
poder controlarlos en radiografías, los tubos deben poseer una línea radiopaca a lo largo del T E T .
1000 7
2000 8
3000 9
Para seleccionar el calibre del tubo endotraqueal debe tenerse en cuenta el diámetro inter
no (ID ), que está impreso en el mismo tubo (Tabla 2 4 .1 ). Asimismo, los tubos tienen que es
tar numerados longitudinalmente (en centímetros), a fin de poder ubicarlos en la profundidad
adecuada a partir de la comisura labial (Tabla 24.2).
Además, es imprescindible contar con al menos un acceso venoso seguro, tanto para seda
ción como para una eventual reanimación en caso de emergencia.
Sin duda, resulta imprescindible disponer de un carro de emergencias completo, que in
cluya la medicación y el material descartable necesarios para la asistencia ante un paro cardio-
rrespiratorio.
Antes de proceder a la intubación es necesario definir los roles de cada integrante del
equipo: un operante (médico), que es la persona que intubará; un enfermero encargado de la
aspiración (de la boca y luego del T E T ) , y un médico o enfermero dedicado a visualizar el mo-
nitoreo y los parámetros vitales del paciente durante la intubación.
O Tubos endotraqueales ( T E T ) , cuyo calibre dependerá del peso del paciente. Recordar que
no se utiliza mandril, a efectos de evitar lesiones en la tráquea.
O Guantes estériles para el operador.
O Bolsa de reanimación con manómetro para el control de la presión de la ventilación (P IM ),
con máscara facial conectada a mezclador de oxígeno y aire comprimido calentado y hu-
midificado.
O Fuente de aspiración con sondas de aspiración de diferentes calibres (para boca y tubo en
dotraqueal).
O Laringoscopio, con sus tres ramas y batería de repuesto.
O Adhesivo hipoalergénico para proteger la piel, y tela adhesiva para fijar el T E T .
O Estetoscopio para auscultar el tórax del paciente.
Cuidados del paciente con tubo endotraqueal
F ija c ió n : existen diversas técnicas de fijación, las cuales difieren en la ubicación del T E T
(en los laterales de la comisura labial, o central); lo más importante es evitar el desplazamiento
del tubo. La fijación debe ser cambiada cuantas veces sea necesario si existe peligro de desliza
miento accidental.
Para proteger la piel pueden utilizarse apósitos hidrocoloides y, posteriormente, tela ad
hesiva común o bien tela adhesiva hipoalergénica (ver ficha técnica de fijación del tubo endo
traqueal).
U b ic a c ió n : una vez intubado el paciente, puede tomarse como guía la Tabla 2 4 .2 para la
ubicación del T E T , y complementarla con la auscultación de ambos campos pulmonares. Du
rante la fase inspiratoria de la ventilación manual debe evaluarse la entrada de aire simétrica,
pareja. Luego de determinar la ubicación adecuada, se procede a la fijación. Finalmente, la ra
diografía torácica hará visible la línea radiopaca del T E T y determinará la ubicación definitiva
(en la línea media, entre las dos clavículas o a la altura de la segunda vértebra dorsal, como se
observa en Figura 2 4 .7 ).
sobre el tórax, desde la periferia hacia el hilio pulmonar. Esto permite desprender y desplazar
las secreciones. La percusión está contraindicada en pacientes prematuros, con neumotoráx,
con fracturas costales, posquirúgicos graves, entre otros.
V ib r a c ió n : c o n s is te e n m o v im ie n to s rá p id o s y v ib r a to r io s , a p o y a n d o c u a tro d e d o s d e la
m a n o s o b re la p a re d to rá c ic a p a ra fa v o re c e r la m o v iliz a c ió n d e las se cre cio n e s.
D r e n a je p o s t u r a l : comprende las distintas posiciones del tórax del bebé, que facilita la
movilización de las secreciones mediante el efecto de la gravedad. Las secreciones drenan des
de los distintos segmentos pulmonares hacia los bronquios mayores.
Ante el deterioro clínico del paciente, enfermería debe asistir la ventilación en forma inm e
diata con la bolsa de reanimación (con manómetro y válvula de P E E P ) y solicitar ayuda para
detectar la causa de la descompensación. El monitoreo de los signos vitales y el estado clínico
indicarán la evolución del paciente. En el siguiente cuadro se mencionan las posibles causas de
complicaciones agudas (Tabla 2 4 .3 ).
O La patología de base
O Los parámetros del respirador
O El estado de gravedad del paciente
Falla del respirador: no cicla Desconexión del TET de la boquilla del circuito
Desconexión o rotura de algunas de las ramas del circuito
Carcasa o vaso del calentador flojo o roto
Válvula de PEEP no ajustada o membrana rota
Desperfecto mecánico o eléctrico del respirador
Desplazamiento del TET Distensión abdominal progresiva y proporcional al deterioro clínico del
paciente
En la aspiración del TET la sonda supera la longitud del tubo y se obtiene
contenido gástrico
Ausencia o desigualdad en la expansión torácica (TET en bronquio derecho)
Hemorragia intracraneal Deterioro del paciente (apnea, palidez, desaturación, bradicardia) sin mediar
cambios en los parámetros del respirador
Buena entrada de aire en la auscultación torácica
Figura 24.8 Radiografía torácica con neumotorax.
Extubación programada
Ante el descenso de los diferentes parámetros del respirador es preciso evaluar la posibilidad
de extubación a corto plazo, a fin de evitar las complicaciones de la ARM. Antes del procedimiento,
debe aspirarse el T E T , con el objeto de liberar de secreciones la vía respiratoria. Luego se ventila en
forma manual con la bolsa de reanimación y, al final de la inspiración, se retira el T E T .
Tabla 24.4 Evolución posterior a la extubación
Adaptación buena El paciente respira con 0,21 % de oxígeno, manteniendo una saturación óptima
Puede requerir cánula nasal (bigotera) o halo con más de 0,21 % de oxigeno
y mantener una oximetría adecuada con mejoría de los signos de dificultad
respiratoria
Adaptación regular Puede requerir CPAP, a fin de mejorar su volumen residual con concentraciones
de 0,21 % o más de oxígeno, para lograr una oximetría adecuada y mejorar la
mecánica respiratoria
Adaptación mala Se acentúan los signos de dificultad respiratoria con descenso de la oximetría,
palidez y cianosis. Requiere nuevamente intubación endotraqueal. Si fracasan
varias extubaciones, es preciso consultar a los especialistas de Endoscopia
respiratoria para su evaluación
O Vías respiratorias superiores: edema subglótico, deformidad del tabique nasal o del pala
dar por el tubo endotraqueal, deformidad de encía (desarrollo dental anormal), estenosis
traqueal o subglótica, necrosis de tejido (en septum nasal, tráquea o bronquios).
O Vías respiratorias inferiores: hemorragia, neumotoráx, atelectasias, neumonía, displasia
broncopulmonar.
O Extrapulmonar: sepsis, retinopatía del prematuro.
Cuidados de enfermería
O Control de signos vitales: los signos vitales deben ser monitoreados constantemente. Los
electrodos deben ubicarse en sitios donde no interfieran la visualización de los campos
pulmonares en la radiografía torácica. Por otra parte, el sensor de saturometría debe rotar
se dos veces por turno, con el propósito de para evitar quemaduras o compresión excesiva
sobre la piel del paciente.
O Colocación de sonda orogástrica o nasogástrica: es preciso colocarle esta sonda al R N in
mediatamente después de la intubación, a efectos de descomprimir el estómago. Posterior
mente, se la deja abierta o se la utiliza para alimentar al paciente.
O Balance estricto de ingresos: se controlan en forma horaria; es necesario registrar también to
dos los volúmenes de correcciones, las transfusiones, la medicación, las soluciones lavadoras
heparinizadas de catéteres, los planes de hidratación o las nutriciones parenterales, etc.
O Balance horario de egresos: deben registrarse en forma horaria la diuresis, los débitos o egre
sos de sondas orogástricas, las extracciones sanguíneas, los débitos de drenajes externos (he
ridas quirúrgicas, derivaciones ventriculares; drenajes torácicos, en caso de quilotórax, etc.).
O Evaluación del tubo endotraqueal: se efectúa en función de la fijación, la permeabilidad y la
ubicación. Confeccionar un rótulo con los datos del T E T , el calibre y la distancia de la comi
sura labial, y colocarlo en un lugar donde se lo pueda visualizar fácilmente si se produce una
extubación accidental. Asegurar las ramas del circuito del respirador sujetándolas a la servo-
cuna o incubadora para evitar que el peso de éstas deslice el tubo endotraqueal del paciente.
O Auscultación pulmonar: identificar, evaluar y registrar la entrada de aire durante las fases
inspiratoria y espiratoria.
O Estertores: son sonidos suaves de tono agudo en la inspiración. S e constatan cuando hay
líquido en las vías respiratorias y en los alvéolos.
O Sibilancias: se relacionan con el broncoespasmo. Son ruidos similares al silbido producido
por la entrada o salida del aire a raíz de la disminución de la luz o del diámetro interno de
las vías respiratorias; por ejemplo, por la acumulación de secreciones, inflamación bronquial,
etc.
O Roncus: son sonidos graves que indican la presencia de secreciones adheridas a las paredes
broncoalveolares.
O Rales: son sonidos graves de tono fuerte que indican secreciones sueltas en el espacio
broncoalveolar.
O Observación de la mecánica respiratoria: simetría en la elevación del tórax durante la ins
piración, retracción esternal, músculos intercostales, etc.
O Controlar los parámetros del respirador: registrar los parámetros y sus modificaciones. Si
el médico modifica el respirador, debe informar a los enfermeros responsables del paciente,
a efectos de que se mantengan atentos a cualquier cambio clínico.
O Evaluación de la perfusión periférica: a través del relleno capilar y el color de la piel.
O Prevención y tratamiento de infecciones: los pacientes internados en las terapias intensivas
están expuestos a sufrir infecciones intrahospitalarias por distintas causas.
O La primera medida para evitar el riesgo de infección es el lavado de manos antes y después
de atender a los pacientes o de realizar procedimientos con elementos que estarán en con
tacto ellos. Es imprescindible emplear técnicas estériles en la manipulación de vías centra
les y en la aspiración del T E T , así como cumplir y respetar los horarios de administración
de antibióticos.
O Higiene y confort: el paciente puede ser bañado en la misma unidad; si se presenta inesta
ble, se le efectuarán baños parciales. Los cambios de decúbito pueden implementarse cada
3 o 4 horas hacia los decúbitos laterales, haciendo girar la cabeza para evitar escaras o ede
mas. Esto contribuye, además, a evitar contracturas en los músculos del cuello por falta de
rotación. En bebés con tiempo de inmovilización prolongado pueden utilizarse colchones
de agua o aire.
Ventilación sincronizada
Modos sincronizados
V e n t il a c ió n s in c r ó n ic a m a n d a t a r ia in t e r m it e n t e (S IM V ): el respirador modu
la la periodicidad del disparo de la inspiración mecánica programada, que coincide con el es
fuerzo inspiratorio del paciente. Si no se produce ninguna respiración espontánea durante
esta ventana de sincronización, el respirador iniciará una ventilación m andataria gatillada
por tiem po (Figura 2 4 .9 ). Se programan F i 0 2, P IM , PEEP, F R y Ti.
Respiraciones
espontáneas
de RN
Presión
Ventilación
sincronizada
mandatoria
intermitente
Figura 24.9 Curvas respiratorias de SIMV (modificado de Sola A, Cuidados Especiales del feto y el recién
nacido. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana 2001, p.1113).
Respiraciones
espontáneas
de! RN
Presión
PIM
Ventilación
?EEP Asisitida
controlada
Tiempo
Detección de la señal
> Movimientos abdominales: detecta los movimientos abdominales transmitidos por una
cápsula de aire o de Graseby. Se coloca por debajo de la apófisis xifoides.
O Cam bio de flujo: la señal es detectada por un sensor de flujo ubicado en la boquilla. Esto
puede realizarse mediante dos mecanismos: con neumotacógrafo y con anemómetro de
filamento caliente. Es la más precisa y la más empleada en respiradores neonatales.
J Cambio de presión: detecta, a través de un transductor de presión, el cambio de presión
que se produce antes del inicio de la inspiración o la espiración. Una vez obtenidos, estos
datos son transmitidos al respirador para que inicie la ventilación. Este dispositivo puede
detectar cambios de presión de 0 a 0,5 cm de H 20 .
Cuidados de enfermería
O Utilización de “nido".
O Posición de prono: el cambio de decúbito tiene como efecto el reclutamiento de unidades
alveolares ubicadas en la región posterior del pulmón.
O Ambiente tranquilo.
Resulta fundamental que los padres participen en los cuidados del niño: alimentación por
sonda, cambio de pañales y de ropa, baño diario, etc.
S e denomina ventilación de alta frecuencia a toda técnica ventilatoria que utilice frecuen
cias respiratorias superiores a 1 50 ciclos por minutos. Su principal característica radica en que
se maneja con volúmenes corrientes, iguales o inferiores al espacio muerto.
La frecuencia de la ventilación se mide en hertz; (H z) así, 1 H z equivale a 6 0 ciclos u os
cilaciones por min. E n Neonatología se utilizan frecuencias de 8 a 15 H z.
Está indicada en:
Contraindicaciones
O Presión media de la vía respiratoria (PM V A o M A P): en este caso es posible utilizar valores
mayores que en la A R M convencional. Es una variable que modifica el volumen pulmonar y la
oxigenación. La expansión pulmonar se controla a través de la radiografía de tórax seriada, con
tando el número de espacios intercostales. Por lo general, la existencia de entre 8 y 9 espacios
intercostales es considerada una expansión pulmonar satisfactoria; en tanto, más de 9 espacios
intercostales, diafragmas planos y silueta cardíaca estrecha sugieren una sobredistensión pul
monar.
O Amplitud o delta P: es el tamaño de la onda generada por el respirador (Figura 24.11).
O Fracción inspirada de oxígeno ( F i0 2 ) : se programa con el mismo criterio que otro respira
dor: se eleva para mejorar la oxigenación y se disminuye cuando ésta va mejorando.
O Frecuencia respiratoria en H z: la frecuencia a utilizar varía entre 8 y 15 hertzios (4 8 0 a
90 0 ciclos por min).
O Flujo: varía según el respirador utilizado. En el caso del oscilador, el flujo es de 2 01; en el
caso del S L E 500 0 , es regulado por el propio aparato.
Presión Amplitud
r\ /t \ r\ r\
Presión media
de la vía aérea
W
----*>
Frecuencia (I Hz = 60 cpm)
Tiempo
Figura 24.11 Curva respiratoria de la ventilación de alta frecuencia (cpm=cidos por minuto).
j Tiem po inspiratorio: en la V A FO se programa en 33% del ciclo, mientras que otros equi
pos se programan en entre 0 ,0 1 8 y 0 ,0 3 5 seg. En el respirador Infant Star, el T I es fijo.
Para diferenciar los respiradores de alta frecuencia debe tenerse en cuenta el mecanismo
de administración de gases. Actualmente, existen tres tipos: oscilatorio, interruptor de flujo
y je t, todos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos
(F D A por su sigla en inglés).
En Argentina se utilizan los respiradores con mecanismos oscilatorios y por interru p
ción de flujo.
Algunos respiradores, com o el Sensor M edies 3 1 0 0 , adm inistran sólo alta frecuencia;
otros incluyen ambas modalidades, como el Babylog 8 0 0 0 o el S L E 5 0 0 0 .
Las particularidades de cada uno de ellos se resumen en la Tabla 24.5.
Este equipo produce vibraciones u oscilaciones de una columna de aire a través de bombas
de pistón o diafragma, movilizando pequeños volúmenes de gas a frecuencias de 3 0 0 a 3 0 0 0
respiraciones por minuto.
Las oscilaciones de presión de la vía respiratoria producen pequeños volúmenes corrien
tes que contribuyen a mantener una presión media de la vía respiratoria y un volumen pul
monar constante.
En el respirador Sensor Medies 3 1 0 0 A (Figura 24 .1 2 ) se utiliza un circuito con tubula
duras rígidas y relativamente cortas. En algunos equipos modernos, el circuito del respirador
es corrugado, como en el caso del S L E 5000.
Figura 24.12 Respirador Sensor Medies 3100 A.
Figura 24.13 Curva respiratoria de la ventilación de alta frecuencia combinado con IMV.
S e trata de un respirador convencional computarizado que funciona con una válvula so-
lenoide que interrumpe el flujo de gas a elevadas frecuencias (3 0 0 a 1 2 0 0 ). Además, permite
la combinación con ventilación mandatoria interm itente (IM V ) con frecuencias de 3 a 10
ciclos en 1 min. Estos "suspiros” previenen las atelectasias y ayudan a mantener el volumen
pulmonar (Figura 2 4 .1 3 ). T ien e un sistema Venturi en la válvula espiratoria que facilita la
exhalación (pasiva). Lamentablemente, por ahora este respirador ha sido retirado de la ven
ta por el fabricante.
Adm inistra pulsos de un flujo de gas, a una alta velocidad, directam ente sobre la vía
respiratoria. Las pulsaciones son producidas por una válvula solenoide que interrum pe el
flujo de gas.
Esta ventilación requiere un tubo endotraqueal de 3 vías: una para el je t de aire, otra
para sensar la presión de la vía respiratoria proximal y una tercera para conectar un respi
rador convencional.
Las pulsaciones o je t de aire se producen merced a una válvula solenoide que interrumpe
un flujo potente y continuo de aire. Entre cada pulso de aire se produce la espiración pasiva
del pulmón.
O p t i m i z a r e l e s t a d o c a r d io v a s c u l a r , e s p e c ia l m e n t e l a p r e c a r g a : el m onito-
reo de la presión arterial y de la presión venosa central debe ser continuo. Por lo general, los
pacientes inestables pueden requerir tratamientos con fármacos inotrópicos.
O Control y registro horario de los signos vitales en el período crítico del paciente; poste
riormente, de acuerdo con su estabilidad clínica, se realizará cada 2 o 3 horas.
O Control de los parámetros del respirador y de las vibraciones del paciente.
O En lo que respecta al cuidado del T E T , son los mismos que en A R M .
O S i la ventilación está combinada con óxido nítrico se necesitará un circuito de aspiración
con circuito cerrado (ver Ficha técnica).
O Control estricto del balance de ingresos y egresos.
O Evaluar si existe necesidad de sedación.
O H igiene y confort del paciente (rotación de decúbito).
Complicaciones
En cuanto a las complicaciones, algunos autores coinciden en que pueden originarse hemorra
gia intracraneal, traqueobronquitis necrosante, microatelectasias y barovolutrauma, entre otros.
Registro de enfermería
Además de los registros habituales de control de los signos vitales y balance de ingresos y
egresos hidroelectrolíticos, resulta imprescindible incluir una planilla de asistencia respirato
ria mecánica, que debe reunir los siguientes datos:
O Datos del paciente: nombre y apellido, edad, diagnóstico, días en A R M , número de histo
ria clínica, número de hoja de A R M .
O Datos del paciente: calibre del tubo endotraqueal y longitud desde la comisura.
O Datos de parámetros: día y hora del registro, modalidad de ventilación, parámetros del
respirador ( F i 0 2, P IM , PEEP, MAP, frecuencia respiratoria programada, amplitud,
etc.), así como los cambios posteriores a la lectura de los gases sanguíneos.
O Datos de monitoreo: valores de oximetría de pulso o transcutáneo de P 0 2.
O D atos de gases en sangre: p H , P 0 2, P C 0 2, bicarbonato, exceso de base, saturación.
O Datos del origen de muestra sanguínea analizada: arterial o venosa.
O Observaciones: espacio para registrar las características del mucus aspirado y su cantidad;
frecuencia de aspiración, tolerancia al procedimiento de aspiración, etc.
Todos estos datos resultan muy útiles para conocer la evolución y definir el tratamiento
respiratorio del paciente. Es preciso tener en cuenta que el registro de enfermería forma parte
de un documento legal que complementa la historia clínica.
Pase de guardia
El pase de guardia de enfermería de cada paciente no debe limitarse sólo a transmitir los
cuidados y tratamientos implementados. También debe incluir datos como el equipamiento y
los materiales relacionados con la ventilación mecánica:
O Respirador: los cambios del equipo, la modificación de los parámetros, los límites de las
alarmas, etc.
O Circuito del equipo: apropiado para el modo ventilatorio, rotulado con fecha de cambio,
condensación de agua, etc.
O Calefacción y humidificación del circuito: nivel de agua, temperatura programada, etc.
O Monitoreo multiparamétrico: frecuencia cardíaca, oximetría de pulso o saturometría, ten
sión arterial con las alarmas programadas y no canceladas.
O Bolsa de reanimación con máscara apropiada, con manómetro de P IM y válvula de PEEP,
conectada a un mezclador humidificado y calentado.
Diagnósticos de enfermería
D e f in ic ió n : la m e c á n ic a r e s p ir a to r ia d e l p a c ie n te p u e d e ve rse a fe c ta d a p o r d is tin t o s fa c
to re s (in fe c c io s o s , exceso o e s p e s a m ie n to d e se cre cio n e s, d é f ic it d e s u rfa c ta n te , n iv e le s in a d e
c u a d o s d e o x ih e m o g lo b in a , le s ió n e n e l s is te m a n e rv io s o , e tc .) q u e p ro v o c a n u n a s a tu ra c ió n
in s u fic ie n te d e o x íg e n o p la s m á tic o .
O b j e t iv o : c o n t r o la r y m in im iz a r la s c o m p lic a c io n e s d e la h ip o x e m ia .
Acciones de enfermería
O La P C 0 2 aumenta
O El pH disminuye
O La P a 0 2 disminuye
El bicarbonato bajo y el déficit de base calculada conducen a hipoxemia y, por ende, a hi-
poxia tisular.
Acciones de enfermería
Acciones de enfermería
Acciones de enfermería
Conclusiones
En la actualidad, merced a los adelantos tecnológicos, los pacientes que se encuentran in
ternados en terapias intensivas neonatales tienen una tasa de sobrevida alta en comparación
con décadas anteriores. Sin embargo, el tratamiento con ventilación asistida continúa ocasio
nando secuelas en estos R N . Por eso, resulta fundamental que el personal de enfermería que
trabaja en la unidad de terapia intensiva neonatal esté preparado y cuente con asesoramiento
acerca de los distintos equipos y las diferentes modalidades ventilatorias vigentes, a fin de de
optimizar la atención de los pacientes. La capacitación continua en el servicio constituye una
herramienta fundamental para mejorar la calidad de la atención y reducir las complicaciones
en los pacientes ventilados ♦
Bibliografía
Introducción
Características
El óxido nítrico (O N ) es un gas incoloro, inodoro, soluble en agua, con alto poder de di
fusión.
S e encuentra en las células del endotelio de todos los mamíferos y desempeña un rol fun
damental en el proceso de relajación (producción endógena).
El O N se produce en las células endoteliales y además en los macrófagos, neuronas y otras
células a partir de la L-arginina. La enzima que media en el proceso de formación de óxido es
la O N sintetasa que produce la degradación de L-arginina a L-citrulina y O N .
El O N difunde en forma pasiva hacia las células musculares lisas, activa la guanilatocicla-
sa, que da lugar a la formación de guanosín monofosfato cíclico (G M P C ). El G M P C activa la
proteína Kinasa que provoca la disminución de los niveles de calcio intracelular y este favorece
la relajación de la vasculatura pulmonar.
Algunos estudios demostraron que la producción de O N se reduce considerablemente en
presencia de hipoxia.
La administración de O N en forma inhalatoria favorece la difusión hacia las células alveola
res en forma inmediata, hacia el músculo liso y las arteriolas pulmonares actuando localmente.
En el trayecto intravascular, se une a la hemoglobina y se inactiva. E l O N es un vasodila
tador específicamente pulmonar (tiene una vida media de pocos segundos).
Beneficios y efectos
La H P P R N puede estar asociada con trastornos perinatales como asfixia crónica, cierre
prematuro del ductus y posmadurez, o con alguna patología materna como hipertensión, he
morragias y consumo de fármacos como aspirinas, hidantoinas, etc.
Tratamiento
E l inicio del tratam iento se realiza con dosis m ínim as, hasta que se alcanza un nivel
estable y óptim o de m ejoría en el paciente. A lgunos autores han comprobado que si no
se logra m ejoría con 2 0 ppm, tam poco se obtiene un m ejor efecto aumentando la dosis.
Además, una dosis mayor en tiem po prolongado sólo produciría efectos no deseados en
el paciente.
La molécula de óxido nítrico es considerada un radical libre, ya que posee un electrón im
par que la hace susceptible de combinarse con otras moléculas. Al contacto prolongado con
oxígeno, forma dióxido de nitrógeno. A su vez, si se combina con agua puede resultar en ácido
nítrico. Ambos elementos son tóxicos y provocan daño pulmonar.
La inhalación de dosis elevadas de óxido nítrico expone al R N a la form ación de
m etahem oglobinem ia. E s necesario m antener niveles inferiores a 2% , para lo cual deben
efectuarse controles frecuentes antes del inicio del tratam iento y durante los cam bios de
dosis.
Los controles deben ser realizados de acuerdo con el protocolo de cada institución. Lo más
conveniente es efectuar controles cada 6 horas durante el primer día y cada 12 horas a partir
del segundo, así como en los días posteriores. S i se aumenta la dosis, es preciso realizar un
nuevo control a las 2 horas.
Si el nivel de metahemoglobina supera el 2,5%, la administración de óxido nítrico debería
suspenderse.
Asimismo, niveles elevados de dióxido de nitrógeno medido por analizador electroquími
co o fotoquímico que superen 1 ppm indican que se debe suspender el tratamiento. Elevadas
concentraciones producen efectos tóxicos que podrían desencadenar neumonía, hemorragia
alveolar, acumulación intrapulmonar de fibrina y muerte.
La interrupción brusca de óxido nítrico puede provocar el fenómeno de rebote y producir
(por dependencia de O N ) crisis de hipertensión pulmonar, hipoxemia grave y/o paro cardio-
rrespiratorio.
La reducción, por ende, debe realizarse de manera paulatina y según la respuesta del pa
ciente. Algunos autores postulan que pueden presentarse complicaciones como hemorragias,
ya que el O N inhibe la agregación plaquetaria. E l proceso de este mecanismo no ha sido des-
cripto con claridad, pero no se descarta la posibilidad de que se produzcan eventuales compli
caciones hemorrágicas, lo cual requiere prestar especial atención a dicho evento.
iÜ I Adm inistración
O Riesgo potencial de deterioro pulm onar por inadecuada entrega de gases inhalados.
O Se describe posible daño pulmonar por supresión, disminución y/o aumento de dosis inha
lada de gases, lo que provocaría inestabilidad, riesgo de intoxicación y muerte del paciente.
D escribe la posible ruptura vincular entre el R N y sus padres debido al traslado del
paciente a otra institución o por encontrarse en estado crítico.
E s necesario inform ar a los padres y responder todas las preguntas relacionadas con
el estado del R N .
D ebe favorecerse, siem pre que sea factible y de acuerdo con la gravedad del paciente,
el contacto del R N con am bos padres.
Es preciso registrar las visitas y las llamadas telefónicas, a fin de detectar en form a
precoz el desapego de los padres y poder brindarles, si fuera necesario, la ayuda social y
psicológica adecuada.
m Conclusión
Bibliografía
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Neonato con cardiopatía congénita
Victoria Alborta - Elisa Lizarraga
» Introducción
Las cardiopatías congénitas (C C ) representan una de las malformaciones graves más fre
cuentes al momento del nacimiento. Se considera que la mitad de las C C requiere tratamiento
quirúrgico cada vez más precoz, generalmente en el primer año de vida.
Ante este cuadro, el objetivo principal es ofrecerle al paciente neonato con C C la mejor
atención posible, para lo cual es necesario contar con un grupo multidisciplinario que trabaje
en equipo. El personal de enfermería desempeña un rol indispensable en ese contexto: propor
cionar una atención cuya calidad se sustente en la evidencia científica.
E n este capítulo se hace hincapié en la función y el desarrollo del corazón y en las altera
ciones estructurales y hemodinámicas que pueden presentarse en el recién nacido (R N ), y se
destacan las intervenciones de enfermería necesarias para su cuidado.
Función cardiovascular
A A ----- \
VD VD x
\
A A A
AD
VD
A A
Figura 25.1 Esquema que muestra la sístole y la diástole en un corazón normal, con funciones de las
válvulas cardíacas.
Nodulo AV
Rama izquierda
(división posterior - inferior)
Fibras de Purkinje
Fibras de Purkinje
Desarrollo cardíaco
os que darán
origen a los diferentes órganos, entre ellos, el primordio cardíaco, que se desarrollan por com
pleto durante las primeras 8 semanas de vida intrauterina. También es posible que fracasen
uno o más mecanismos del desarrollo cardíaco (alteración-interrupción) o de los grandes va
sos; en este período el embrión es más vulnerable a los agentes causales de malformaciones
congénitas (Figura 25.3) (Tabla 2 5.1).
Vena pulmonar
Conducto
arterioso
Vena cava
superior
Vena pulmonar
Crista dividens
Agujero oval
Arteria pulmonar
Aorta
descendente
Conducto venoso
Esfínter del
conducto venoso
Arterias
umbilicales
Intercambio de oxígeno y dióxido de Realizado en el espacio intervelloso Realizado por los pulmones, a través
carbono de la placenta. de la membrana alveolocapilar.
Mezcla de sangre o shunt A nivel de la vena cava inferior, la No se produce mezcla de sangre
aurícula derecha y la arteria aorta
Ninguno
De derecha a izquierda (conducto
venoso, conducto arterioso y
foramen oval)
Vena cava inferior (VCI) Conduce sangre mixta hacia la AD Conduce sangre venosa únicamente
venosa que recibe del cuerpo del hacia la aurícula derecha (AD)
feto, y sangre arterial de la placenta
a través del ductus venoso
Foramen oval Permite que casi toda la sangre Cierre funcional al nacimiento, a raíz
oxigenada de la AD alcance la del cambio de presiones
aurícula izquierda (Al)
Cierre anatómico, luego de varios
meses de vida
Ductus o conducto arterioso Deriva sangre desde la arteria Cierre funcional completo a las 96
pulmonar hada la arteria aorta horas, a raíz de la mayor tensión
de oxígeno, seguido del cierre
Cortocircuito de derecha a izquierda anatómico en el ligamento arterioso
Definición
Clasificación
3 Taquipnea
3 Dificultad respiratoria
3 Soplo cardíaco
3 Precordio hiperactivo
3 Mala perfusión periférica
3 Taquicardia
3 Hepatomegalia
3 Comunicación interauricular (C IA )
O Comunicación interventricular (C IV )
O Ductus arterioso persistente (D A P )
O Canal auriculoventricular (canal A V )
Manifestaciones clínicas:
O Atresia pulmonar
O Estenosis pulmonar grave
O Tetralogía de Fallot
O Anomalía de Ebstein
O Atresia tricuspídea
Manifestaciones clínicas:
O Taquipnea
O Deterioro de la perfusión periférica
O Gradiente de presión entre miembros superiores e inferiores
O Oliguria
O Hipertensión arterial (coartación de aorta)
O Insuficiencia cardíaca congestiva (IC C )
Defectos cardíacos:
Manifestaciones clínicas:
O Cianosis marcada
O Respuesta escasa o nula a la administración de oxígeno
O Precordio activo
O IC (hepatomegalia, hipoxemia)
Defectos cardíacos:
Acianóticas Cianóticas
La mayoría de los defectos acianóticos implica un cortocircuito Los defectos cianóticos se producen a raíz de
de izquierda a derecha por una abertura anormal; otros son la obstrucción del flujo sanguíneo hacia los
provocados por lesiones obstructivas que disminuyen el flujo pulmones, o por la mezcla en las cavidades
de sangre sistémico hacia diversas zonas del organismo. La cardíacas de sangre venosa insaturada con
manifestación clínica más frecuente es la ICC, aunque algunos sangre arterial completamente saturada
RN cursan asintomáticos
Arteria
pulmonar
Figura 25.5 Se observa la permeabilidad del ductus generando redrculación de derecha a Izquierda con cianosis.
Métodos de diagnóstico
Tabla 25.3 Pacientes internados en el Hospital Juan P. Garrahan con CC en el año 2005*
Clínico/quirúrgico 530 87 %
Cardiopatía congénita 75 23 %
Definición
Tabla 25.4 Pacientes internados con DAP en la UCIN del Hospital Juan P. Garrahan en el año 2005*
Métodos de diagnóstico
E n niños sanos, el cierre del ductus arterioso se produce inm ediatam ente después
del nacim iento. E ste cierre obedece a una dism inución de las prostaglandinas E 2 circu
lantes; se sabe que una mayor tensión de oxígeno constituye un potencial estim ulante
en la con stricción del m úsculo liso del ductus. E l cierre se produce en dos etapas: la
constricción com ienza en form a inm ediata al nacim iento; el 20% del ductus se cierra
funcionalm ente a las 2 4 horas; el 82% , a las 4 8 horas, y el 100% , a las 9 6 horas. A este
cierre funcional le sucede un cierre anatóm ico, m ediante la proliferación de los tejidos
endotelial y fibroso.
Cuando el ductus fetal no llega a cerrarse se establece un cortocircuito de izquierda a de
recha en el R N . El aumento de flujo sanguíneo pulmonar y, por ende, del retorno hacia venas
pulmonares y el corazón izquierdo, conduce a una sobrecarga de volumen, originando edema
pulmonar e insuficiencia cardíaca.
Fisiopatología
T a q u ip n e a : el increm ento del flujo pulm onar genera un aumento de la presión ca
pilar pulm onar que favorece el paso de líquido al intersticio pulm onar y, por ende, la m a
nifestación de edema bronquiolar y edema alveolar pulmonar. La acum ulación de líquido
intersticial pulm onar produce inicialm ente taquipnea, que puede evolucionar a dificultad
respiratoria.
S o n id o s r e s p ir a t o r io s a n ó m a l o s , e s t e r t o r e s , g a s o m e t r ía a l t e r a d a : la A R M
y la presión positiva continua sobre la vía respiratoria pueden ocultar signos de D A P y de IC .
En estos niños resulta frecuente que el D A P se manifieste a partir del incremento de los re
querimientos de oxígeno, por hipercapnia y por la necesidad de aumento de presiones inspira-
torias. Las apneas graves con bradicardia pueden ser también un primer síntoma de DAP, lo
cual obligan a retornar a la A R M .
Consideraciones de enfermería
Dilución recomendada:
O Petequias
O Hematomas de fácil aparición
O Hemorragia
O Deterioro de la concentración renal
O Enterocolitis
O Recuento de plaquetas menor de 50 000/mm3
Este defecto cardíaco fue descripto por primera vez en 1 6 7 2 y 1677 por Esteno y Matthew
Baillie. En 1814, Joh n Farre utilizó por primera vez el término transposición de los grandes
vasos.
Posteriormente, en 1966 surgieron las intervenciones paliativas de Raskind y M iller: la
septostomía atrial con balón. En tanto, en 1975 se describió por primera vez la realización exi
tosa de una intervención quirúrgica de translocación arterial o switch.
En virtud de los avances científicos y tecnológicos, en 1988 Castañeda y colaboradores, in
trodujeron el concepto switch arterial, que constituye el procedimiento quirúrgico de elección en
la actualidad (Tabla 25.5).
Tabla 25.5 Pacientes internados con TGV en la UCIN del Hospital Juan P. Garrahan*
Clínico/quirúrgico 515 85 %
Definición
Métodos de diagnóstico
Consideraciones de enfermería
Preparación de la dilución:
O P G E j ampolla de 1 mL = 5 0 0 pg
E fecto s co la tera les: aum ento de la tem peratura, apnea (sobre todo en la etapa in i
cial), taquicardia, hipotensión, bradicardia, rubor con vasodilatación cutánea, actividad de
tipo convulsiva.
Septostomía de Rashkin
La corrección quirúrgica de esta patología radica en la reconexión de las grandes arterias. Pri
mero se seccionan en la base, es decir, por encima de la válvula, ambos vasos y la arteria y pulmonar,
y luego se reconecta con sus respectivos ventrículos. En el mismo acto quirúrgico se reimplantan las
dos arterias coronarias en la nueva aorta, a efectos de que recuperen su posición normal.
# Arritmias
Taquicardia supraventricular
El corazón posee el sistema cardionector para generar el impulso cardíaco que contrae la
fibra. Cuando la conducción del impulso es alterada, se producen las disritmias. Entre el 1 y el
5% de todos los R N presentan algunas alteraciones en la velocidad o en el ritmo cardíaco, en
su mayoría transitorias y benignas, y raramente requieren tratamiento.
La taquicardia supraventricular ( T S V ) representa la forma más común de las alteraciones
del ritmo en el período neonatal y en el lactante menor de 4 meses, y puede alcanzar compli
caciones tales como insuficiencia cardíaca congestiva.
Definición
Métodos de diagnóstico
Definición
Es un síndrome clínico que refleja la incapacidad del corazón para responder a los reque
rimientos metabólicos del organismo. Las causas pueden ser:
Manifestaciones clínicas
Cuidados de enfermería
Cuidados de enfermería
A l momento del ingreso es preciso realizar una evaluación general del R N y determinar
su grado de urgencia médica. S e lo desviste y se procede a evaluar su peso corporal; luego se lo
coloca en la unidad correspondiente (servocuna/incubadora).
Es necesario controlar su aspecto general y prestar especial atención a la permeabilidad
de la vía respiratoria y el acceso vascular, así como detectar prematuramente las alteraciones
mediante el control estricto de los indicadores hemodinámicos: frecuencia (F C ), frecuencia
respiratoria (F R ), tensión arterial (T A ) en los cuatro miembros, saturometría, temperatura.
Esto favorecerá la instauración oportuna del tratamiento adecuado e individualizado y la rea
lización correcta de los procedimientos correspondientes.
O Inestabilidad térmica
O Irritabilidad
O H ipotonía
O Letargia
O Ictericia
O Apneas
O Dificultad respiratoria
O Distensión abdominal
O Aumento de los parámetros del respirador
O Lavado de manos: emplear técnica aséptica en la manipulación de catéteres centrales
Estabilidad preoperatoria
C o n t r o l d e l peso c o r p o r a l: se re a liz a a e fe c to s d e c a lc u la r la s d o s is d e fá rm a c o s y la
re p o s ic ió n d e v o lu m e n .
C o n s e n t im ie n t o f a m il ia r : a d e m á s d e in f o r m a r a la f a m ilia a ce rca d e la p a to lo g ía , la
te ra p é u tic a y e l p r o n ó s tic o d e la e n fe rm e d a d n e o n a ta l, la c ir u g ía d e b e re a liz a rs e c o n e l c o n s e n
t im ie n t o y la a u to r iz a c ió n fir m a d a p o r u n o o a m b o s p a d re s .
T r a s l a d o a q u ir ó f a n o : previo al traslado, la incubadora debe estar preparada con todo
el equipo necesario. Durante el traslado deben mantenerse los tratamientos y el monitoreo
necesario, a efectos de evitar accidentes que comprometan la estabilización del R N , que debe
estar acompañado por un neonatólogo y un/a enfermero/a.
Estabilidad posoperatoria
Para que la dinámica respiratoria se desarrolle correctam ente debe existir una caja torá
cica íntegra. La toracotom ía y su correspondiente drenaje, con sus secuelas de dolor y con-
tractura muscular, resultan más que suficientes para alterar la mecánica respiratoria, aun sin
mediar patología agregada alguna. Las alteraciones del sensorio (irritabilidad o depresión),
la cianosis de piel y mucosas, la diaforesis, la palidez o un R N desadaptado sugieren hipo-
ventilación o hipoxia. La realización de gasometría arterial proporciona datos acerca del in
tercam bio gaseoso.
E s t a b il id a d h id r o e l e c t r o l ít ic a y n u t r ic io n a l : la administración de soluciones
parenterales y electrólitos apunta a equilibrar el metabolismo alterado por la cirugía. S e tra
ta de la única vía posible para restablecer las pérdidas mientras esté suspendida la ingesta. Es
necesario conocer cuantitativamente el estado de hidratación del R N : grado de humedad de
la mucosa yugal, turgencia de la piel, evaluar presencia de edema. Estos datos deben ser con
trolados con frecuencia, a fin de evitar y/o detectar un exceso o déficit de agua, para lo cual
también deben controlarse estrictamente el ritmo de goteo de las soluciones parenterales y la
densidad y el volumen urinario.
La nutrición de los R N quirúrgicos constituye un desafío. El estado catabólico propio del es
trés quirúrgico, sumado al ayuno prolongado, deteriora el estado nutricional. Todo R N que pre
sente dificultades en la realimentación precoz debe ser tratado con nutrición parenteral. Siempre
que sea posible, se debe intentar mantener un aporte enteral, aun cuando sea mínimo, ya que
mejora el trofismo intestinal y disminuye las complicaciones de la nutrición parenteral.
En el tratamiento de pacientes desnutridos que tienen además indicación de restricción hí-
drica, resulta frecuente el empleo de fórmulas concentradas (leche tipo Kas 1 0 0 0 18,5 %; leche
matemizada 18,5%) en lugar de agregados de azúcares o proteínas. Las fórmulas concentradas
presentan las siguientes ventajas: son más fáciles de preparar y su solubilidad está asegurada.
Finalmente, cabe destacar que en estos casos el personal de enfermería desempeña una
tarea fundamental: el contacto con los padres del R N recién operado, ya que dentro de una
U C IN el objetivo principal suele ser la supervivencia del paciente, y en muchas ocasiones la
identificación y la satisfacción de los padres pasa a un segundo plano. La respuesta de los pa
dres a la enfermedad suele incluir temor, impotencia, incredulidad, culpabilidad, soledad y de
presión. Por este motivo, resulta esencial establecer una relación de confianza y comunicación
entre los padres y el quipo asistencial. Mantener a los padres informados acerca de los avances
y retrocesos del R N , así como impulsarlos a manifestar sus inquietudes y temores, contribuye
a disminuir su ansiedad.
• Conclusión
Para llevar a cabo el tratam iento adecuado del R N con cardiopatía es necesario contar
con buena formación y con una actualización constante acerca de los cuidados especiales y
de calidad que debe proporciona el personal de enfermería. Parte de nuestro deber profesio
nal es cumplir con el registro y el pase de guardia, teniendo en cuenta las observaciones, los
cambios y los cuidadoss realizados, a fin de dotar de verdadero valor al proceso de atención
de enferm ería*
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- T h am es, Silva. Enferm ería en la unidad de cuidados intensivos neonatal, asistencia del recién nacido de alto
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Atresia de esófago y fístula traqueoesofágica
Sonia Rodas
• Introducción
Antecedentes históricos
En 1696, Thom as Gibson describió por primera vez la combinación más común de atresia
esofágica con fístula desde la tráquea hasta el segmento esofágico distal.
En 19 3 9 , W illian Ladd logró la sobrevida de un paciente con atresia de esófago tipo
I I I mediante la implementación de un tratam iento por etapas y en 19 4 1 , H aight y Tows-
ley practicaron la primera reparación primaria exitosa, con sección y sutura de la fístula y
anastomosis del esófago, por vía extrapleural, que es el procedimiento de elección en la ac
tualidad.
• Incidencia
Embriología y etiología
Alrededor del decimonoveno día de la gestación, el intestino anterior está formado por
un tubo de una capa celular que se extiende desde la faringe hasta el estómago. La cara ven
tral com ienza a engrosarse y a form ar un surco revestido por epitelio cilindrico, estratifi
cado, ciliado que se convierte en mucosa respiratoria. La separación del intestino anterior
dorsal (esófago) a partir de la tráquea ventral se produce al nivel de la carina.
E n el día vigesimosexto, estas dos estructuras se separan por completo hasta el nivel de
la laringe. Los em briólogos atribuyen el proceso de tabicación que divide el esófago y la trá
quea a un "cordón” epitelial de crecim iento hacia el interior. La interrupción de este proceso
genera una fístula traqueoesofágica.
Sm ith ha explicado el mecanismo mediante el cual se produce la atresia esofágica: los
surcos esofágicos laterales se forman al separarse el esófago dorsal de la tráquea neutral; en
algunos casos pueden girar dorsalmente, de ahí la atresia esofágica.
Por lo general, el esófago y la tráquea están revestidos por epitelio cilindrico ciliado has
ta aproximadamente el quinto mes de vida gestacional, instancia en que las estructuras ya
deberían estar separadas.
La asociación de anormalidades vertebrales, anales, cardíacas, traqueoesofagicas, renales y de las
extremidades (V A C TE R L ) puede constituir evidencia de un trastorno generalizado de la embrio
genia. Se desconoce cuál es la etiología de las anormalidades traqueoesofagicas.
• Anatomía y clasificación
Anormalidades asociadas
Dentro de las anormalidades que presentan estos pacientes, las que determinan la sobre
vida son las cardiopatías. Alrededor de la mitad de los pacientes con atresia esofágica y fístula
traqueoesofágica presenta anormalidades congénitas, muchas de las cuales son importantes y
afectan en forma adversa su pronóstico inmediato y a largo plazo.
O tras malformaciones frecuentes son las anorrectales, las esqueléticas y las urogenitales.
Las asociaciones malformativas que suelen presentarse son las siguientes:
Diagnóstico y tratamiento
Los factores que determinan la conducta quirúrgica se sustentan en la madurez del neona
to, el estado de los pulmones y la presencia de otras anormalidades importantes.
En el neonato con atresia esofágica y fístula traqueoesofágica distal grave debe priori-
zarse el cierre quirúrgico de la fístula. S e efectúa a través de una toracotom ía extrapleural,
seccionando la fístula y suturando la tráquea; al mismo tiempo, se evalúa la distancia entre
los cabos y, si es posible, se realiza la anastomosis term inoterm inal y se coloca una sonda
transanastom ótica, a través de la cual se realizará el drenaje gástrico en los primeros días
posquirúrgicos; más tarde, se podrá comenzar a alimentar al paciente. E l R N regresa a la
unidad de cuidados intensivos intubado, con asistencia respiratoria mecánica y drenaje to
rácico extrapleural bajo agua.
Cuando resulta imposible efectuar la anastomosis terminoterminal, los cabos quedan pre
parados para un futuro tratamiento y se realiza una gastrostomía. Los cabos deben ser medi
dos periódicamente, y es necesario aplicar aspiración en el fondo del saco superior.
En el servicio del hospital Garrahan, cuando ya han pasado tres meses y no hay evidencia
acerca del crecimiento de los cabos esofágicos, a estos pacientes se les realiza una esofagosto-
mía. Por lo general, esto sucede en los R N con atresia de esófago tipo I.
• Complicaciones
O Tempranas:
• Dehiscencia de la anastomosis esofágica
• Dehiscencia de la sutura traqueal
O Tardías:
• Estrechez o estenosis esofágica
• Refistulización traqueoesofágica
• Dismotilidad esofágica
• Reflujo traqueoesofágico
• Traqueomalacia
Preoperatorio
Colocar servocontrol
Déficit de volumen de líquidos Prevenir la Colocar dos accesos venosos: uno central
relacionado con la incapacidad deshidratación y la percutáneo y otro periférico
para alimentarse hipovolemia
Administrar fluidos y electrólitos
Posoperatorio
Potencial infección posoperatoria Disminuir el riesgo de Lavarse las manos antes y después de tocar al RN
relacionada con la susceptibilidad infección
del RN y la intervención Controlar y curar los accesos vasculares (centrales
quirúrgica y periféricos)
Curar la toracotomía cada 24 horas
Curar el sitio de inserción de drenaje torácico cada
24 horas
Cambiar frasco bitubulado cada 24 horas
Verificar la permeabilidad de la sonda vesical
Administrar antibióticos profilácticos según
indicaciones
Conflicto del rol parental Cubrir las necesidades Ofrecer a los padres la información necesaria
relacionado con la hospitalización emocionales de los acerca del estado de salud del RN y el plan
del RN padres terapéutico
Evaluar, conocer y aclarar las capacidades de la
familia
Facilitar la conformación del vínculo
Bibliografía
- A very G B . Neonatología fisiopatología y manejo del recién nacido. B u enos A ires: P an am erican a, 2 0 0 1 .
- B ru n e r J . Clínicas de perinatologia. Cirugía maternofetal. E sp añ a: M e G ra w -H ill In teram erican a, 2 0 0 4 .
- C a rp e n ito L J. Diagnósticos de enfermería. Aplicaciones a la práctica clínica. E sp añ a: M e G ra w -H ill In tera-
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- S ola A , R o g id o M . Cuidados especiales del fe to y el recién nacido. B u en os A ires: C ientífica In teram erican a,
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- T am ez R y Silva M . Enferm ería en la Unidad de cuidados intensivos neonatales. 2 d a ed . B u en o s A ires: P a
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- T ap ia J L , V en tu ra Ju n ca P. M anual de neonatología. 2 d a ed . S an tiag o d e C h ile : M ed iterrán eo , 2 0 0 0 .
Hernia diafragmática congénita
Sonia Rodas
• Introducción
Antecedentes históricos
m Incidencia
Embriogénesis
Fisiología
Al momento del nacimiento, el R N presenta dificultad para llenar con aire sus pulmones.
Durante la insuficiencia respiratoria, el R N ingiere grandes cantidades de aire que distien
den el intestino y comprimen más el pulmón.
Cualquier grado de hipoplasia pulmonar produce compromiso grave de la oxigenación y
la eliminación de dióxido de carbono. Los pulmones tienen un área de superficie alveolar y del
SEBASTIAN FERREYRA
Lie. en Enfermería
M.N. 658S1 iVi.P. 2069
lecho capilar disminuido para el intercambio gaseoso, es por esta afección que presentan esca
sa distensibilidad y dificultad para la expansión.
El número de ramas de la arteria pulmonar se encuentra disminuido, de manera que la
carga de trabajo ventricular derecha requiere empujar la sangre a través de un lecho vascu
lar pequeño, lo cual resulta en presión aumentada de la arteria pulmonar y el corazón de
recho.
Las arterias pulmonares presentan una capa muscular anormalmente gruesa que puede
ser particularmente reactiva a los mediadores de la vasoconstricción. El resultado es alteración
del intercambio gaseoso y del flujo sanguíneo pulmonar, hipertensión pulmonar e insuficien
cia pulmonar derecha.
La derivación de sangre de derecha a izquierda se produce a través del conducto arterioso
y el foramen oval, exacerbando la hipoxia, la hipercarbia y la acidosis sistémica, lo cual genera
vasoconstricción pulmonar.
Una vez establecida la vasoconstricción, suele resultar complejo revertir su resolución. Por
eso, se considera que el tratamiento debe efectuarse con rapidez.
Diagnóstico y tratamiento
* Procedimiento quirúrgico
El abordaje se realiza a partir de una incisión subcostal, lo cual permite visualizar el defec
to, realizar el descenso de las visceras y observar si existe o no saco hem iario; de ser así, debe
ser extirpado. Cuando el tejido muscular lo permite, debe efectuarse el cierre de la brecha dia
fragmática; de lo contrario, es preciso construir el diafragma con una malla protésica.
Estos pacientes pueden regresar a la unidad con un drenaje pleural que debe permanecer
pinzado y colocado bajo agua. Sólo se lo despinzará ante la certeza de que el paciente presenta
un neumotorax.
Tratamiento posquirúrgico
• Cuidados de enfermería
Preoperatorio
Posquirúrgico
Alteración posoperatoria de la Detectar precozmente Evaluar la herida quirúrgica una vez por
integridad cutánea relacionada con complicaciones de la herida turno
la intervención quirúrgica quirúrgica
Mantener la zona de incisión limpia y seca
Potencial infección posoperatoria Disminuir el riesgo de Lavarse las manos antes y después de tocar
relacionada con la susceptibilidad infección al RN
del RN y la intervención quirúrgica
Controlar y curar los accesos vasculares
(centrales y periféricos)
Curar la herida subcostal cada 24 horas
Curar el sitio de inserción de drenaje
torácico cada 24 horas
Cambiar el frasco bitubulado cada 24 horas
Verificar la permeabilidad de la sonda
vesical
Administrar antibióticos profilácticos según
indicaciones
Conflicto del rol parental Promover el bienestar del Proporcionar a los padres la información
relacionado con la hospitalización cuidador principal necesaria acerca del estado de salud del RN
del RN y el plan terapéutico
Satisfacer las necesidades
emocionales de los padres Evaluar, conocer y establecer las
capacidades de la familia
Facilitar la formación del vínculo
Apoyar al cuidador principal
A u m e n ta r lo s sistemas de apoyo
Facilitar la expresión de sentimientos
! Fomentar la resistencia
Apoyar a la familia en los procesos
intrínsecos
Bibliografía
- Avery, G o rd o n B , et al. Neonatología fisiopatología y manejo del recién nacido. B u enos A ires: P an am erican a,
2001.
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Defectos de pared abdominal
Victoria Alborta Adrián - Elisa Lizarraga
Introducción
Los defectos de pared abdominal como el onfalocele y la gastrosquisis forman parte de pa
tologías que generan largos períodos de internación dentro de los servicios de Neonatología.
Su evolución depende de múltiples factores; entre ellos, el tratamiento médico, un cuidado
de enfermería eficaz desde el nacimiento, las condiciones de traslado y la atención durante el
preoperatorio y el posoperatorio. La capacitación de todo el personal abocado a esta tarea re
dundará en una disminución gradual de la morbimortalidad en este grupo de recién nacidos
(R N ).
* Onfalocele
Historia
En el siglo X V , Ambroise Paré describió por primera vez un onfalocele haciendo hincapié
en su particular mortalidad y en la imposibilidad de ser tratado.
En 1899, Ahlfeld describió el tratamiento escarótico de la membrana a partir de su topi-
cación diaria con alcohol. Posteriormente, en 1957, Grob aportó la aplicación de una solución
acuosa de mercurocromo. En 1967, Schuster describió una técnica que revolucionó el trata
miento quirúrgico: el empleo de una malla de teflón suturada a la pared abdominal. Las vis
ceras deben reducirse diariamente para lograr una aproximación de los bordes musculares. Se
trata de la técnica más utilizada en la actualidad.
En 1987, Barlow propuso, con buenos resultados, el empleo de vendaje elástico compresi
vo y gradual sobre el defecto. Es otra de las técnicas que se utilizan actualmente.
En 1970, se incorporó la alimentación parenteral. Tanto esta técnica como la colocación
de catéteres centrales constituyen los dos pilares fundamentales en el manejo posoperatorio
de este tipo de pacientes.
Definición
Es un defecto de pared abdominal, con visceras abdominales herniadas en la base del cor
dón umbilical, cubierta por una membrana peritoneal. El cordón umbilical se inserta en el vér
tice del defecto (Figuras 28.1 y 2 8.2).
Figura 28.1 RN con onfalocele pequeño. Obsér- Figura 28.2 RN con onfalocele pequeño. Obsérvese
vese el cordón umbilical. el cordón umbilical.
En el desarrollo normal del feto, la integridad final de la pared depende del retorno del intes
tino, del crecimiento apropiado y de la fusión de los cuatro pliegues corporales a medida que se
unen en el ombligo. Una teoría plantea que esta patología presenta un defecto en el cierre de los
pliegues que daría origen a la exteriorización de asas intestinales cubiertas por una membrana.
En este defecto, la membrana peritoneal protege las visceras abdominales. Cuando esta membra
na se rompe, queda constituido el onfalocele roto, dejando al descubierto las visceras intraabdominales
y produciendo una gran inflamación de la pared intestinal, como sucede en la gastrosquisis.
Los neonatos con onfalocele grande tienen la cavidad peritoneal pequeña, debido a que su
desarrollo y crecimiento se produjo en ausencia de las visceras abdominales.
En más del 50% de los neonatos se observan anomalías asociadas, como defectos cardía
cos, alteraciones cromosómicas (síndrome de Down), anomalías diafragmáticas y genitourina
rias, y síndrome de Beckwit-Wiedemann (exoftalmos-macroglosia-gigantismo).
Métodos de diagnóstico
P ren a ta l
Posnatal
Tratamiento
El pronóstico del R N con onfalocele es muy reservado debido a las asociaciones malfor-
mativas. E l R N con defectos de pared (si el onfalocele es de tamaño grande o gigante) tiene
alto riesgo de presentar hipoterm ia, deshidratación con hipovolemia e infección, debido a la
exposición de las visceras. D e ahí la im portancia de implementar una curación y una protec
ción adecuadas del contenido herniado fuera del abdomen. La curación debe efectuarse de
manera correcta en sala de partos, antes y durante el traslado y en el preoperatorio.
Algunos pacientes pueden requerir soporte mecánico respiratorio, ya que la evisceración dismi
nuye o impide el desarrollo de una dinámica respiratoria adecuada. Sumado a esto, algunos R N pre
sentan hipoplasia pulmonar.
El tratamiento no es siempre quirúrgico, y las técnicas varían de acuerdo con el tipo y las caracte
rísticas del defecto herniado y el equipo tratante.
Método no quirúrgico
Como premisa fundamental es preciso tener en cuenta dos aspectos: la membrana que cubre el
defecto debe permanecer íntegra antes, durante y después del tratamiento; una vez finalizado el trata
miento, debe efectuarse la corrección quirúrgica, con el retomo de las visceras a la cavidad abdominal.
En el caso de aquellos onfaloceles gigantes que resultan irreductibles a raíz de su gran contenido,
el tratamiento más conveniente es el no quirúrgico.
Método quirúrgico
C ie r r e p r im a r io : a n te s d e in tr o d u c ir la s v is c e ra s , es p re c is o e fe c tu a r e l e s tira m ie n to d i
g ita l d e la p a re d a b d o m in a l.
S e reintroducen todas las asas intestinales en la cavidad abdominal y se cierran el músculo
y la piel.
Es posible que, debido al incremento de su presión intraabdominal, el R N requiera apoyo
respiratorio durante un tiempo.
Para evitar la compresión excesiva de la cavidad abdominal, varios estudios recomiendan
la medición de la presión intraabdominal durante el cierre de los defectos abdominales. Lacey
y colaboradores concluyeron que las presiones intravesical y de la vena cava inferior se corre
lacionan de manera confiable con la presión intraabdominal, y que podrían adoptarse a modo
de guía durante el cierre primario. En tanto, propusieron que la presión no debería exceder los
2 0 cm de H zO.
Complicaciones
Tempranas Tardías
• Gastrosquisis
Historia
El defecto de la pared anterior fue descripta inicialmente en 1733, por Calder. En 1844,
Taruffi utilizó el término gastrosquisis para describir el defecto (en aquella época era muy co
mún confundirla con onfalocele).
En 1943, W alkins logró la sobrevida de un paciente en el que describió el cierre primario
exitoso de un defecto pequeño.
Por otra parte, en 1953, M oore y Stokes establecieron los criterios de clasificación de am
bas patologías, diferenciándolas del modo en que se las conoce actualmente.
Lie. en Enfermería
M .N .65881 M.P. 2069 28. Defectos de pared abdominal L ili 395
Definición
Es la exteriorización del contenido abdominal por una abertura lateral de la pared abdo
minal (por lo general, a la derecha del ombligo, el cual presenta una inserción normal), cuyo
diámetro puede ser de 2 a 4 cm. En este caso, no hay saco que contenga y proteja a las visceras
abdominales.
La etiología se desconoce. Una teoría plantea que existe un defecto en el cierre del pliegue
lateral de la pared abdominal, o bien que un accidente vascular intrauterino afectaría la arteria
umbilical derecha, con ruptura posterior del anillo umbilical, lo cual provocaría la exterioriza
ción del contenido de las visceras abdominales.
Antes del nacimiento, el intestino no protegido está expuesto al líquido amniótico irri
tante. Esta exposición produce una gran inflamación de la serosa intestinal, lo que provoca su
aspecto edematoso, generalmente adherido a sí mismo y cubierto con una cáscara fibrinosa
espesa. Com o consecuencia, pueden estar comprometidos el peristaltismo intestinal y la ab
sorción eficaz.
El escape del intestino hacia la cavidad amniótica puede producirse en diferentes instan
cias del desarrollo fetal. Esto se debe a que en algunos R N los intestinos evidencian un aspec
to normal, en tanto que otros presentan asas intestinales edematosas y adheridas entre sí que
parecen haber estado expuestas al líquido amniótico durante muchas semanas. Además, existe
evidencia acerca de que el tiempo de exposición del intestino al líquido amniótico es propor
cional al daño que produce.
Resulta excepcional observar otras anomalías extraintestinales. El 40% de los R N son prema
turos o pequeños para la edad gestacional. Pueden manifestarse malrotación y atresia intestinal.
Métodos de diagnóstico
Prenatal
L a b o r a t o r io : e l a u m e n to d e l d o s a je d e a lfa fe to p ro te ín a e n e l s u e ro m a te rn o (s e g u n d o
trim e s tre d e l e m b a ra z o ) d e b e h a c e r s o s p e c h a r g a s tro s q u is is .
E c o g r a f ía : es e l m é to d o d e e le c c ió n p a ra la d e te c c ió n y la c o n firm a c ió n d ia g n ó s tic a de
e s ta m a lfo rm a c ió n .
Posnatal
Tratamiento
Manejo posoperatorio
El manejo respiratorio de los pacientes constituye un aspecto esencial durante las primeras
horas del posoperatorio. El ascenso del diafragma provoca insuficiencia respiratoria con dismi
nución de la distensibilidad pulmonar. La asistencia respiratoria mecánica es necesaria hasta que
la cavidad abdominal se adapte al reingreso del defecto y disminuya la presión intraabdominal.
En esta etapa, los relajantes musculares asociados con analgésicos favorecen la adaptación
del paciente al respirador y mejora la oxigenación, al tiempo que facilitan el manejo del dolor
producido por la tensión de la sutura abdominal y evitan los movimientos respiratorios des
coordinados, que aumentan el riesgo de dehiscencia.
Desde el punto de vista hemodinámico, el retorno venoso puede verse comprometido por
compresión de la vena cava inferior, lo cual da como resultado estasis venosa, edemas, mala
perfusión periférica en miembros inferiores y un bajo gasto cardíaco con oliguria.
Es importante controlar continuamente algunas variables, como la saturación de oxígeno,
el ritmo urinario y la presión arterial. También debe controlarse minuciosamente el equilibrio
electrolítico, con balance estricto de ingreso y egreso.
La administración precoz de alimentación parenteral desempeña un rol preponderan
te en estos pacientes, ya que el íleo posoperatorio suele prolongarse durante varias sema
nas. Es común que surjan complicaciones como dehiscencia de la herida, fístulas, bridas
y adherencias oclusivas. Su tratam iento requiere alimentación por vía parenteral durante
varias semanas. Por este motivo, se indica la colocación de accesos vasculares centrales
como una percutánea o un catéter venoso central. El control y el mantenimiento de estos
catéteres deben ser efectuados con mucho cuidado, ya que la infección de estos dispositi
vos constituye una de las complicaciones observadas con mayor frecuencia en el posope
ratorio de estos pacientes.
Finalmente, en el período mediato, el principal desafío es la recuperación de la función in
testinal. Como se ha referido anteriormente, el daño prenatal puede comprometer el peristal-
tismo, la absorción y el funcionamiento total de ese intestino. En términos generales, en estos
niños la recuperación de la función intestinal y la necesidad de iniciar la alimentación enteral
es mucho más lenta que en otros neonatos quirúrgicos.
En algunos de estos casos es frecuente que, iniciada la alimentación, se presenten episodios
de suboclusión, con vómitos y distensión abdominal. El aporte oral debe iniciarse con mucha
lentitud cuando la producción gástrica es mínima y se observa actividad peristáltica. Por lo ge
neral, se administra alimentación con leches elementales.
Complicaciones
Las complicaciones posoperatorias se relacionan con las características del defecto: tama
ño, condiciones de derivación y prematurez. Es muy probable que los R N que presentan algu
na de estas características cursen un posoperatorio con complicaciones graves (Tabla 28.3).
En los últimos años se ha registrado un aumento paulatino de la gastrosquisis respecto de
otras patologías. Durante 2 0 0 5 , en el Hospital de Pediatría J . P. Garrahan se asistió a 15 pa
cientes (Tabla 2 8 .4 ).
Perforación
Estenosis
Divertículo de Meckel
Atresia
Vólvulo del intestino medio
* Fuente: M arcelo M artínez Ferro y col. Neonatoiogía quirúrgica. Grupo Guía S. A . 2004.
• Cuidados de enfermería
Acciones Fundamentación
Controlar la temperatura La atención inmediata debe apuntar al mantenimiento de la temperatura corporal
normal. Dada la mayor superficie intestinal expuesta al medio circundante, presentan
mayor riesgo de hipotermia. En la atención inicial, el neonato debe ser colocado en
servocuna. Asimismo, debe controlarse en forma constante la temperatura corporal.
Colocar sonda orogásrtrica La colocación de SOG evita el pasaje de aire al intestino, descomprime el abdomen
(SOC) de grueso calibre y evita la distensión de las asas intestinales. Es importante realizar una medición
(K9, K29, K30) correcta previa a la colocación, ya que resulta común observar que la SOG se ubique
en el tercio inferior del esófago y no en el estómago. Debe realizarse una fijación
adecuada de la sonda, a fin de evitar su desplazamiento o salida (uso de manoplas).
Colocar acceso vascular La pérdida de líquido en el RN con onfalocele representa un problema mucho
periférico y central menos grave, salvo que se rompa la membrana que cubre el defecto. En caso de
(percutánea) en miembros gastrosquisis, la falta de protección originada por la ausencia de piel y la cavidad
superiores peritoneal abierta ocasionan pérdida de agua, así como de electrólitos y coloides.
Resulta imposible calcular la cantidad de elementos perdidos, debido a que la mayor
parte se produce por simple evaporación. La reposición de líquidos y electrólitos es
vital; para ello, resulta esencial disponer de accesos venosos confiables y permeables.
Colocar una cobertura Debido a la gran superficie abierta y a la cantidad de visceras expuestas a la
protectora de gasas intemperie, resulta muy útil y necesario humedecer las gasas con SF. No obstante,
húmedas con vaselina cuando el agua comienza a evaporarse, se produce un descenso importante de la
líquida temperatura local. Por este motivo se promueve el empleo de vaselina líquida estéril
para humedecer las gasas que cubrirán el defecto; luego, se coloca una bolsa de
polietileno estéril. De este modo, se evita la pérdida de líquidos por evaporación.
i_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Es im portante tener en cuenta algunas diferencias existentes entre estas dos patologías.
N o basta con registrar los signos vitales, sino que es necesario realizar una interpretación
adecuada e informar los hallazgos anormales, a efectos de que se adopten las medidas co
rrespondientes de manera precoz. La evaluación que realiza el personal de enfermería es
muy im portante; debe saber modificar la norm a de acuerdo con las necesidades del pacien
te. La clave de la correcta evaluación de los signos vitales y de la observación general del R N
radica en contar con personal de enfermería capacitado y con buen criterio en la unidad de
cuidados intensivos (Burns y Blochard, 1 9 8 4 ) (Tabla 2 8 .7 ).
El tratamiento de estas dos patologías debe efectuarse de acuerdo con las características
del defecto (Tabla 2 8.8).
Tabla 28.6 Elementos y procedimiento de la curación
Cuidado preoperatorio
La estabilización del R N , en todos sus aspectos, resulta fundamental al momento del pro
cedimiento quirúrgico, ya sea por su complejidad o a raíz de la urgencia. Todos los esfuerzos
realizados en ese sentido son muy valiosos en función de lograr que el R N curse un posope
ratorio satisfactorio, minimizando de este modo la morbimortalidad. Los cuidados descriptos
anteriormente deben continuar implementándose hasta el momento de la cirugía.
Cuidado intraoperatorio
Onfalocele Gastrosquisis
La pérdida de calor es un problema mucho menos La pérdida de líquidos por evaporación a través del defecto
grave, salvo que se rompa la membrana que cubre con ausencia de piel, la cavidad peritoneal abierta o el edema
el defecto. intestinal contribuyen con la pérdida de líquido, calor e
hipovolemia.
Dada la naturaleza grave de las anomalías En esta patología, son raras las anomalías extraintestlnales.
asociadas, el defecto de la pared abdominal es el
último de los problemas a resolver.
Cuando el defecto abdominal es muy grande y Por lo general, resulta imposible reducir por completo el
las membranas no están rotas, puede efectuarse intestino, quitar el silo y cerrar la pared abdominal en 7-10
(si no existe otra posibilidad terapéutica) una días, teniendo en cuenta la tolerancia del RN y respetando la
reducción periódica medíante vendaje elástico presión vesical. La presión se mide en-cm de agua. Estos RN
(tratamiento por compresión) o a través del ya tienen colocada una sonda vesical, a la que se le agrega
empleo de soluciones escaróticas (tratamiento por un prolongador corto de 50 cm. Se inyectan 3 cm de SF y se
topicación). mide la presión intravesical en la columna de agua en cm.
La reparación por etapas resulta eficaz, y se Esta medición no debe superar los 20 cm en la columna de
completa unos meses luego del nacimiento. La agua, a fin de evitar oliguria, anuria y dificultad respiratoria.2
función intestinal no se ve alterada, ya que el
intestino no estuvo expuesto al líquido amniótico.
En los RN con onfalocele roto, la medida La función intestinal está comprometida debido a la
terapéutica a emplear es similar a la utilizada en lesión prenatal, que afecta la motilidad, la absorción y el
casos de gastrosquisis. funcionamiento general del intestino (íleo prolongado).
Cuando el defecto abdominal es muy grande y Por lo general, resulta imposible reducir por completo el
las membranas no están rotas, puede efectuarse intestino, quitar el silo y cerrar la pared abdominal en 7-10
(si no existe otra posibilidad terapéutica) una días, teniendo en cuenta la tolerancia del RN y respetando la
reducción periódica mediante vendaje elástico presión vesical. La presión se mide en cm de agua. Estos RN
(tratamiento por compresión) o a través del ya tienen colocada una sonda vesical, a la que se le agrega
empleo de soluciones escaróticas (tratamiento por un prolongador corto de 50 cm. Se inyectan 3 cm de SF y se
topicación). mide la presión intravesical en la columna de agua en cm.
Tabla 28.7 (continuación)
Onfalocele Gastrosquisis
La reparación por etapas resulta eficaz, y se Esta medición no debe superar los 20 cm en la columna de
completa unos meses luego del nacimiento. La agua, a fin de evitar oliguria, anuria y dificultad respiratoria.
función intestinal no se ve alterada, ya que el
intestino no estuvo expuesto al líquido amniótico.
En los RN con onfalocele roto, la medida La función intestinal está comprometida debido a la
terapéutica a emplear es similar a la utilizada en lesión prenatal, que afecta la motilidad, la absorción y el
casos de gastrosquisis. funcionamiento general del intestino (íleo prolongado).
La reparación de estos dos defectos debe efectuarse de manera individualizada, de acuerdo con el tamaño de la
cavidad peritoneal, el defecto en sí, la evaluación clínico-quirúrgica y la presión vesical del RN. En ambos defectos,
el objetivo principal es el cierre primario de todas las capas de la pared abdominal, lo cual no siempre es posible
Membrana
Patología Tamaño Presión vesical Tratamiento
peritoneal
No quirúrgico
(topicación,
compresión)
20 cm de agua
Roto Pequeño, grande Urgencia
y/o gigante
Diferido
Pequeño Urgencia
Moderado-grande Diferido
Es probable que, con la intervención quirúrgica, se pierdan algunos de los aspectos del
equilibrio alcanzado antes de la cirugía. Esto debe ser detectado y corregido en el posopera-
torio inmediato. Si no es posible realizar el cierre primario, deberá recurrirse a la confección
de un silo, extremando los cuidados posoperatorios, ya que esta técnica se asocia con una alta
incidencia de infecciones y de sepsis. E n este sentido, se deben considerar varios puntos:
• Prevención de infecciones .
O Emplear una sonda de alimentación de calibre adecuado (K 3 3 , K 31) (si es posible, de si-
licona, a fin de evitar cambiarla con frecuencia, ya que se trata de sondas de larga perma
nencia).
O Realizar una fijación correcta a efectos de evitar su desplazamiento.
O Broncoaspiración.
O Empleo de manoplas.
O Posición semisentado y decúbito lateral derecho (para facilitar el vaciado gástrico.)
O Aspirar el residuo gástrico antes de cada alimentación, a fin de evaluar la tolerancia gástrica.
O Respetar los horarios de alimentación.
Es probable que el paciente presente intolerancia gástrica; por tanto, la modalidad de ali
mentación debe cambiar a gastroclisis (infusión continua).
Las reacciones de los padres al nacimiento de un niño con malformaciones congénitas si
guen un curso predecible. E n la mayoría de ellos, al impacto inicial, la incredulidad y un perío
do de desconcierto emocional intenso (que incluye tristeza, enojo y ansiedad) le sucede un lap
so de adaptación gradual que se caracteriza por una disminución de la ansiedad. La interven
ción oportuna del equipo de salud puede minimizar de algún modo estas manifestaciones.
Es muy importante orientar a los padres tanto en el hospital como en la unidad de cuida
dos intensivos. Durante las primeras visitas no se los debe sobrecargar con información de
tallada sino, mejor, permitirles que se tomen su tiempo para procesarla. S e les debe explicar
claramente de qué se trata la patología, y responderles de manera sencilla, a fin de que Ínter-
preten claramente la naturaleza del defecto, lo cual ayudará a reducir su ansiedad. Asimismo,
es preciso facilitar la comunicación y decodificar información recibida por otros miembros del
equipo de salud. E n definitiva, es necesario mantener a los padres informados regularmente
acerca del estado de su hijo. Por otra parte, las visitas sistematizadas les permitirán mantener
cierto contacto con el niño, y disminuirán el grado de ansiedad^
Bibliografía
Definición
Etiología
ü uodenal
Intolerancia alimentaria
Atresia i leal
Vómitos tempranos y
biliosos) biliosos
Distensión abdominal Distensión abdominal Distensión abdominal
El descubrimiento de las primeras atresias intestinales data del siglo X V I I. En 1672, Bin-
ninger publicó el hallazgo de una atresia de colon. Por su parte, en 1683, Goeller fue el primero
en describir una atresia intestinal.
Una publicación de H orsch que data del año 1 676 describe qué sucedía desde el punto de
vista clínico con los pacientes que padecían atresia intestinal.
Recién dos siglos más tarde, en 1889, se efectuó el primer diagnóstico de atresia intestinal en
un paciente vivo y se intentó su corrección quirúrgica. El logro correspondió a Bland Sutton, a
quien se le atribuye la descripción anatomopatológica de los tres tipos de atresia intestinal.
A principios del siglo X X , Fockens operó con éxito a un paciente que presentaba esta pa-
tología.En cuanto a las atresias colónicas, la primera corrección fue llevada a cabo por Potts,
en 1947.
La mortalidad a causa de patología intestinal era muy alta en los R N . N o obstante, luego de
muchos hallazgos e investigaciones, se llegó a la Neonatología actual, con sus grandes avances
científicos y tecnológicos. A ello se suman las nuevas técnicas quirúrgicas, la anestesia neonatal,
la revolucionaria nutrición parenteral y, fundamentalmente, la calidad de los cuidados brindados.
En relación con este último aspecto, resulta clave el rol del personal de Enfermería, ya que cono
ce, interactúa e interpreta las necesidades del paciente, lo cual le permite planificar, ejecutar y eva
luar la atención brindada, a fin de mejorar la calidad de vida de los R N con atresia intestinal.
• Clasificación y tipos
Las atresias de intestino pueden clasificarse en dos grandes grupos: atresias simples y com
plejas.
Atresias simples
Las A I simples son aquellas que presentan un único sector atrésico, sin pérdida de grandes
extensiones de intestino. A este grupo pertenecen las atresias tipo I, II y Illa .
O Tipo I: es una red mucosa que obstruye la luz del intestino con paredes normales.
O Tipo II: es un cordón fibroso que une los dos extremos ciegos.
O Tipo Illa : es la más común; los extremos se encuentran separados por un defecto en el
mesenterio.
Atresias complejas
O Tipo I IIb: conocida como atresia en “piel de manzana” (apple peel) o árbol de navidad. En
este tipo de atresia la causa del defecto es una trombosis en la arteria mesentérica superior.
O Tipo IV : se produce cuando existen múltiples zonas atrésicas con pérdida de grandes ex
tensiones intestinales. Este tipo de atresia presenta una clava duodenoyeyunal y/o micro-
colon muy disfuncionalizado.
Por último, este grupo incluye también a aquellas atresias que se presentan en las gastros-
quisis o en las enfermedades meconiales, dado que la pared intestinal se encuentra dañada.
Embriología
E l epitelio duodenal se origina en la porción caudal del intestino anterior y en la parte cra
neal del intestino medio. Está regado por las ramas del tronco celíaco y por la arteria mesen-
térica superior.
La unión de las dos partes embriónicas del duodeno se produce en la tercera semana de
gestación, en el sitio donde nacen los conductos biliares y pancreáticos que diferenciarán al
duodeno del sistema hepatobiliar y del páncreas.
En esta etapa, merced a las células epiteliales que lo recubren, el duodeno es sólido. En la
octava semana, por vacualización central, recanalización y restitución de la luz duodenal, se
transforma en un órgano con forma de tubo.
La falla total o parcial de este proceso producirá la atresia o estenosis duodenal, como lo
sostiene la teoría de Tandíer. Al no recanalizarse la segunda porción del duodeno, se produce
una obstrucción de su luz, acompañada de la malformación evolutiva del primordio pancreáti
co y del árbol biliar en su parte terminal. Las atresias yeyunoileales y colónicas resultan de una
lesión vascular mesentérica, la cual produce isquemia del tejido intestinal en el feto en desarro
llo cuando el intestino medio retorna a la cavidad abdominal.
- Atresia de duodeno
La interrupción total (atresia) o parcial (estenosis) de la luz del duodeno puede ocasionar
obstrucción duodenal. Esta obstrucción se localiza comúnmente a nivel de la primera porción
del duodeno, generalmente a la altura de la ampolla de Vater.
Historia de la enfermedad
Incidencia
Este tipo de atresia tiene una alta incidencia de anomalías congénitas asociadas; las
principales son:
Hallazgos clínicos
O Intolerancia alimenticia.
O Distensión abdominal: puede estar presente o no. S i hay distensión, se manifiesta en el
cuadrante superior izquierdo (prominencia epigástrica).
O Emesis: en la mayoría de los casos son biliosas en las 24 horas posteriores al nacimiento. Si la
atresia es prevateriana (por arriba de la ampolla de Vater), el vómito presenta un aspecto daro e
incoloro.
O Aspirado gástrico bilioso mayor de 25 m L a las pocas horas de nacer.
O Posible pasaje de meconio sólo durante las primeras 2 4 horas.
O Deshidratación,
O Hiperbilirrubinemia indirecta.
Métodos de diagnóstico
O Radiografía simple de abdomen (de pie, en posición supina y lateral): si existe obstrucción
duodenal se manifestará el signo de la "doble burbuja”, ya que hay aire acumulado en el es
tómago y en el primer segmento del duodeno. S i no se visualiza aire distal en el duodeno,
es probable que el bebé padezca una atresia.
O Colon por enema: es útil para diferenciar una obstrucción del intestino delgado de una
colónica.
O Atresias yeyunoileales.
O Las atresias yeyunoileales son más comunes que la atresia duodenal; por su parte, la atresia
ileal es más común que la yeyunal.
Incidencia
Rasgos clínicos
Los signos clínicos de la atresia yeyunal e ileal son muy similares a los de la atresia duodenal, ya
que se presenta con distensión abdominal, vómitos biliosos y falta de eliminación de meconio.
Los R N con atresia yeyunal proximal presentan ictericia, un signo que los distingue de
aquellos que padecen atresias ileales distales.
En el apple peel, al tratarse de una obstrucción alta, puede no haber distensión abdominal
o bien presentarse distensión epigástrica. La eliminación de meconio no excluye la presencia
de atresia intestinal, ya que si ésta se produce de manera tardía durante el desarrollo em brio
nario, el colon se encontrará lleno de meconio. Ese meconio puede ser expulsado por el R N
con atresia intestinal, ju nto con restos de desechos de tejido necrótico.
Métodos de diagnóstico
El tratam iento es quirúrgico por excelencia, ya sea través de una cirugía convencional
(debe efectuarse una anastom osis term inoterm inal) o m ediante una cirugía laparascópica.
Esta últim a no se realiza en todos los centros asistenciales que efectúan cirugía neonatal,
al tiem po que se cuenta con muy pocos datos experim entales y estadísticos acerca de su
empleo. Sin embargo, en los últim os años fue el procedim iento de elección en el H ospital
Garrahan.
La atención del R N con atresia intestinal conlleva una serie de cuidados entre los que está
incluida la relación con la familia del paciente:
Administrar La administración de
analgésicos según analgésicos mitiga el dolor y
prescripción médica brinda confort al paciente
> Cuidados de la herida quirúrgica: mantener la herida aislada de la Estas acciones aceleran el proceso
materia fecal. Realizar curación según indicaciones. de cicatrización y disminuyen el
riesgo de infección localizada
Observar y evaluar el estado de la herida: calor, rubor, presencia de
secreción. Administrar ATB posquirúrgicos según indicación médica.
Animarlos a que
acudan a ver a su
hijo con frecuencia
! Involucrarlos en
los cuidados de su
bebé, siempre que
el estado de éste lo
permita
!
Varios son los factores que determinan el pronóstico y la evolución de los R N con atre-
sia intestinal. Entre ellos, la edad gestacional, la existencia de otros defectos de nacimiento
y la determ inación de si se trata de una atresia simple o compleja.
Luego de su resolución quirúrgica en el período neonatal, las malformaciones duodenales
tienen muy buen pronóstico. Las complicaciones obedecerán, fundamentalmente, a las ano
malías congénitas asociadas con la atresia duodenal.
En los pacientes con atresia yeyunoileal, la principal complicación es el síndrome de intes
tino corto, ya que, al producirse la pérdida de grandes extensiones intestinales, el pronóstico
dependerá de la funcionalidad del intestino remanente, sobre todo en aquellos pacientes que
presentan ausencia de íleon distal y de válvula ileocecal.
La disfuncionalidad intestinal se cronifica cuando fracasan los intentos de alimentación
enteral, ya que los pacientes presentan diarrea inmediata, esteatorrea, deshidratación y des
nutrición.
Por otra parte, la incapacidad del intestino para absorber los nutrientes, sumada a la au
sencia de tránsito intestinal, puede llegar a producir, con el tiempo, colestasis y cirrosis secun
daria al uso prolongado de la nutrición parenteral.
O tra complicación está dada por los riesgos de sepsis y bacteriemias, que tienen su origen
a nivel enteral.
Por últim o, aquellos bebés a los que se les resecciona la porción m edia del in te sti
no delgado tienen m ejor pronóstico que aquellos que presentan pérdida de la válvula
ileocecaU
Bibliografía
Enterocolitis necrosante
Roxana Simbrón
m Introducción
sp Definición
Etiopatogenia
La E C N se desarrolla a partir de esos factores y puede afectar cualquier sector del intesti
no, aunque predomina en el íleo y en el colon proximal.
El intestino enfermo pierde su capacidad de respuesta ante el ataque de mecanismos pa
tológicos (isquemia, bacterias, alimentación hiperosmolar) y deja de secretar las enzimas que
protegen la pared intestinal. Las células luminares, ya sin protección, son destruidas por las
enzimas digestivas, y la pared intestinal es invadida por enterobacterias que liberan toxinas y
generan gas hidrógeno.
En un principio, este gas invade la capa serosa y la submucosa del intestino, lo cual
produce neum atosis intestinal. Sin embargo, si llega al lecho vascular m esentérico, es po
sible que sea distribuido en el sistem a venoso hepático y que ocasione una neumatosis
portal.
Las toxinas bacterianas, sumadas a la isquem ia, dan com o resultado la necrosis in
testin al. S i la pared del in testin o se encuentra afectada en todo su espesor, hay p erfo
ración, lo cual provocará la liberación de aire libre en la cavidad peritoneal o neum ope-
ritoneo.
• Factores de riesgo
S e hace referencia a factores de riesgo cuando existe una causa o situación determinada
que pueda provocar la isquemia intestinal. Los factores de riesgo son:
O Cesárea
O Presentación pelviana
O Embarazo múltiple
O Hemorragia materna
O Ruptura prematura de membranas
O Edad gestacional (E G ) menor de 3 4 semanas
O Bajo peso para la E G
O R N de muy bajo peso al nacer (menos de 1 5 0 0 g)
O Poliglobulia
O Síndrome de dificultad respiratoria (S D R )
O Asfixia
O Apneas recurrentes
O Canalización umbilical arterial y/o venosa
O Exanguinotransfúsión
O Ductus arterioso permeable (D A P )
O Alimentación excesiva o incrementada rápidamente
O Uso de fórmulas hipertónicas
Incidencia de la enfermedad
Morbimortalidad
Estadios de la ECN
ECN avanzada -«Estadio III Igual a I más hipotensión, acidosis metabólica y respiratoria,
coagulación ¡ntravascular diseminada (CID), neutropenia
Neumoperitoneo y ascitis
Quirúrgico de urgencia
• Signos y síntomas
3 Inestabilidad térmica
3 Letargia
3 Bradicardia
3 Apneas y dificultad respiratoria
3 M ala perfusión periférica
3 Alteración en la coagulación
• Diagnóstico radiológico
♦ Tratamiento
O Ayuno
O Sonda orogástrica abierta para descomprimir el abdomen
O Control de los signos vitales y del perímetro abdominal
O Balance de ingresos y egresos
O Plan de hidratación parentenal (P H P ) o nutrición parentenal total (N P T )
O Evaluación de las características del residuo gástrico
O Monitoreo de la presencia de sangre en materia fecal
O Retirar los catéteres umbilicales, si los hubiere
O Realizar los métodos diagnósticos
O Efectuar los exámenes de laboratorio, para la detección de sepsis y evaluación del medio interno
O Antibióticoterapia
En principio, la técnica quirúrgica de elección son las resecciones intestinales mínimas con
derivaciones externas a cabos divorciados, a efectos de que en una segunda instancia pueda
realizarse la anastomosis.
Este proceso ha sido realizado teniendo en cuenta las diferentes respuestas del recién na
cido ante esta patología.
Diagnósticos de enfermería
Objetivos
De acuerdo con los diagnósticos planteados por enfermería, los objetivos serán los siguientes:
Acciones
O M onitoreo continuo de signos vitales. D e este modo, podrán detectarse signos de sepsis o
choque cardiovascular.
O Controlar el perímetro abdominal, el color y el relleno capilar.
O Descomprimir G I mediante la colocación de una sonda orogástrica de grueso calibre, y
acompañar con ayuno. Estas acciones previenen la broncoaspiración, evitan una mayor
distensión abdominal y ayudan a tratar el íleo.
O Ubicar al neonato en posición dorsal y/o supina, sin cerrar el pañal, lo cual evitará que se
ejerza una presión mayor sobre el abdomen y facilitará la observación.
O Extraer sangre para laboratorio. Búsqueda de sepsis: se tomarán muestras para hemo-
cultivos y antibiograma, así como para coprocultivo. Es im portante recordar que si los
cultivos resultan positivos, prevalecen K lebsiella y Escherichia coli. En los cultivos de
materia fecal, los gérmenes más habituales son E. coli, K . pneum oniae y S. epiderm idis y
especies.
O Evaluar el medio interno: pueden detectarse leucopenia, trombocitopenia y anemia, así
como también alteraciones de la coagulación.
O Administrar antibióticos según indicaciones médicas.
O Administrar P H P y/o N P T . Los neonatos con E C N , al estar en ayuno durante un tiem
po considerable, necesitan un acceso venoso seguro para cubrir las necesidades de hidra-
tación y nutrición. En ese sentido, se recomienda colocar un acceso venoso central, tipo
percutánea.
O Realizar un balance estricto de ingresos y egresos. Estos pacientes aumentan sus requeri
mientos de líquidos por peritonitis, secuestro de líquido en el tercer espacio y shock sép
tico.
O El neonato con E C N requiere las siguientes medidas de soporte:
• Soporte respiratorio: A R M , para mantener una buena función respiratoria, ya que la
gran distensión abdominal reduce la expansión torácica.
• S o p o rte hem od in ám ico con expansores de volum en y fárm acos in o tró p ico s:
ayuda a in crem en tar el volum en circu lan te y a m ejorar el in o tro p ism o card ía
co. P o r lo tan to , d eberán im plem entarse todos los cuidados que requiere un
p aciente en A R M y deberán ad m in istrarse tod os los fárm acos vasoactivos in
dicados.
• Implementación del protocolo de intervención mínima (P IM ): al tratarse general
mente de R N P T , esta patología se asociará con un aumento del estrés, lo cual alterará
el crecimiento y desarrollo. Por este motivo, es preciso establecer períodos regulares de
descanso, sin alteraciones. Esto se logrará disminuyendo los estímulos, concentrando
los cuidados y haciendo respetar el protocolo.
O Búsqueda y evaluación de signos de dolor: en el R N enfermo, es muy importante recono
cer y evaluar el dolor. Com o medida farmacológica, debe administrarse la analgesia indica
da (opioides), ya sea en bolo o en infusión continua.
Frente al proceso de enfermedad, los padres experimentan una situación de crisis, la cual
se relaciona con el desconocimiento de esta patología. A ello se suman la imagen de vulnerabi
lidad que les sugiere ver a su pequeño hijo en ese estado, el ambiente de la U C IN y cualquier
otro factor externo que interfiera con el proceso de relación afectiva. El personal de enferme
ría debe facilitar y reestablecer las conductas de vinculación positivas, ayudando a los padres
a expresar sus sentimientos, preocupaciones y angustias en relación con el presente y el futuro
de su hijo. Brindarles la información necesaria respecto del tratamiento, responder a todas sus
inquietudes de manera clara y sencilla, dejarlos que visiten a su bebé siempre que sea posible
(prestando especial atención a que lo hagan antes y luego del procedimiento quirúrgico, así
como que puedan acompañarlo en el traslado al quirófano), forjará y consolidará una relación
de confianza entre los padres y quienes cuidan de su hijo. Por último, tanto luego del proce
dimiento quirúrgico como en la fase de recuperación es muy importante involucrar a los pro
genitores en el cuidado del bebé promoviendo que le dispensen cuidados confortables: las ca
ricias y las palabras estimularán el crecimiento y el desarrollo. De este modo, la familia podrá
afianzar los lazos afectivos y prepararse para la externación de manera segura.
La preparación para el alta incluye aprender el manejo y el cuidado de la ostomía, así como
también la N P T (en caso de que el bebé la siguiera necesitando), dado que los padres necesi
tarán tiempo para familiarizarse y poder llevar a la práctica las técnicas correspondientes.
• Complicaciones
• Conclusión
Los R N con atresia intestinal constituyen un desafio para todo el personal que se desem
peña en la U C IN . E n este marco se destaca el trabajo del personal de enfermería, ya que se tra
ta de pacientes que cursan una internación prolongada. Así, resultan esenciales la observación,
los cuidados integrales reflejados en las acciones e intervenciones realizadas, la comunicación
entre los integrantes del equipo de salud y un cuidadoso seguimiento, prácticas que contri
buyen a la recuperación exitosa de estos pacientes. La satisfacción de sus necesidades físicas,
emocionales y evolutivas durante la hospitalización favorecerán un seguimiento exitoso luego
de la externación (Tabla 3 0 .3 )*
Inespecificos Específicos
Bibliografía
Dolor
O Agitación
O Disfasia
O Taquicardia
O Taquipnea
O Congestión nasal
O Temperatura inestable
O Convulsiones
En el RN, la identificación y la evaluación del dolor constituyen una tarea compleja, indirecta
mente subjetiva y difícil de cuantificar, debido a la imposibilidad que tiene el paciente de expresarse
verbalmente. Su diagnóstico requiere contar con determinados conocimientos y poseer experien
cia, y representa un desafío permanente para el equipo de salud. Si bien es posible disponer de una
serie de indicadores, como los parámetros fisiológicos y conductuales, muy valiosos para la evalua
ción del dolor, también podrían estar determinados por fenómenos no dolorosos relacionados con
el comportamiento del RN. En ese sentido, cobra vital importancia el entrenamiento del personal
que cuida a este grupo de pacientes. Por ende, resulta fundamental analizar los cambios en esos pa
rámetros y su respuesta a las medidas de confort y la analgesia o sedación.
Hace algunos años, varios centros confeccionaron e implementaron escalas de evaluación
del dolor específicas del período neonatal. Algunas de ellas son aplicables al neonato prematu
ro o ventilado y tienen en cuenta aspectos como la expresión facial, la movilidad del cuerpo, el
sueño, la relación con el ambiente y el confort. La puntuación obtenida indica la necesidad o
no de ajustar la analgesia. En la práctica diaria, el mejor modo de detectar situaciones capaces
de producir dolor y de tratarlo es la observación directa y frecuente del neonato, a fin de poder
evaluar los cambios.
Los cambios conductuales, fisiológicos y hormonales-metabólicos que se producen en el
RN constituyen herramientas fundamentales para el diagnóstico del dolor:
O Cambios conductuales (alteraciones en la expresión facial: muecas, gestos, ceño fruncido;
manifestación de llanto leve a intenso; reacciones motoras simples, movimientos corpora
les, flexión de piernas y rodillas; agitación, irritabilidad).
O Cambios fisiológicos: deben ser considerados los únicos signos para el diagnóstico
del dolor en los pacientes sometidos a parálisis muscular (aumento de la frecuencia
cardíaca, o descenso, cuando persiste el dolor, hipertensión arterial o hipotensión,
incremento de la frecuencia respiratoria, descenso de la oxigenación, aumento de
la presión intracraneal y sudoración palmar en los R N mayores de 37 semanas de
gestación).
O Cambios endocrinometabólicos: incremento de los niveles plasmáticos de cortisol, epi-
nefrina, norepinefrina, aumento de la actividad de la renina plasmática, movilización de
somatotrofina, glucagón, aldosterona e hiperglucemia (una de las manifestaciones más
frecuentes de dolor y estrés en el RN ).
O Aumento del umbral de la respuesta al estímulo doloroso en niños que permanecen inter
nados durante un tiempo prolongado en las unidades de cuidados intensivos.
O Adecuación compleja a la vida en el hogar.
O Disminución de la sensibilidad a los dolores comunes de la infancia.
O Mayor incidencia de enfermedades somáticas y sicosomáticas de origen inespecífico.
O Trastornos emocionales serios.
Siempre que sea posible, las estrategias de control del dolor deben aplicarse antes del estímu
lo doloroso, utilizando de manera asociada los diferentes métodos no farmacológicos y farmaco
lógicos, como los anestésicos locales, los opioides, los analgésicos no opioides y los sedantes. El
dolor debe ser evaluado en forma continua, a fin de implementar una terapia planificada, segura
y adaptada a las necesidades de cada RN.
Tratamiento no farmacológico
Este tratamiento implica realizar todas aquellas medidas que contribuyen a evitar o mini
mizar la exposición del RN a los estímulos dolorosos. Requiere de una evaluación precisa de
los cuidados, tratamientos y procedimientos que el paciente demanda y de una planificación
adecuada para su ejecución.
Algunas de estas medidas incluyen:
3 Evitar la obtención de muestras de sangre por punción capilar o de arteria radial. Efec
tuar punciones venosas o utilizar catéteres centrales o periféricos arteriales, respectiva
mente.
3 Disminuir las venopunturas mediante la colocación de accesos venenosos centrales
en pacientes críticos o que presenten dificultad en la colocación de accesos venosos
periféricos.
3 Emplear una cantidad mínima y suficiente de elementos adhesivos para sujeción.
3 Efectuar la remoción de electrodos y fijaciones sólo cuando sea estrictamente nece
sario.
3 Movilizar siempre de manera suave y minuciosa a los pacientes intubados con catéteres
centrales y drenajes torácicos.
O Efectuar la aspiración del tubo endotraqueal o cánula de traqueostomía y la fisioterapia
sólo cuando sea necesario.
3 En todos los casos, higienizar la piel suavemente y sin frotar, y proceder del mismo modo
durante el secado.
3 Mantener al neonato en una posición natural y confortable, empleando distintos elemen
tos de contención, con rotaciones frecuentes de decúbito, aun en aquellos pacientes que
poseen ventilación mecánica.
3 Respetar al máximo el ritmo sueño-vigilia del RN.
3 Promover permanentemente un ambiente favorable, disminuyendo los estímulos tanto
sonoros como luminosos.
3 Ofrecer el chupete antes, durante y después de un procedimiento que pueda provocar do
lor o estrés.
3 Realizar maniobras de contención durante y después de un tratamiento, involucrando a la
madre, siempre que sea posible.
3 Administrar solución glucosada: por vía oral, 2 minutos antes de efectuar el procedimien
to doloroso, hasta un máximo de 2 mL, empleando un chupete o un gotero.
Tratamiento farmacológico
Es un opiáceo natural que se utiliza como sedante y analgésico. S e administra por vía en
dovenosa en dosis de 0,05 a 0,1 mg/kg/dosis cada 4 horas. En pacientes prematuros se ad
ministra cada 8 o 12 horas, según la edad gestacional. S i se lo emplea en infusión continua, es
preciso comenzar con una dosis de carga de 5 0 pg/k, para continuar con la administración a
5 a 2 0 pg/k/h. La dilución se realiza en dextrosa al 5%, y el cambio de la solución infundida
se efectúa cada 2 4 horas.
La morfina, al igual que los opiáceos afines, produce sus principales efectos sobre el sis
tema nervioso central (S N C ) y el tracto gastrointestinal (T G I). Actúa como agonista de los
receptores opiáceos del S N C , produciendo analgesia, somnolencia, alteraciones en el nivel de
alerta y la percepción del dolor.
E l efecto de la morfina causa depresión respiratoria por efecto directo sobre los centros
respiratorios del tallo encefálico, unos 7 minutos luego de la administración endovenosa,
con una duración de 4 a 5 horas. Deprim e el reflejo de la tos: lo reduce o anula, y podría
producir broncoespasmo a partir de la liberación de histamina desde los mastocitos, lo cual
constituiría un problem a en los neonatos con displasia broncopulmonar. Actúa como vaso
dilatador periférico sobre el sistema cardiovascular, en especial sobre los vasos coronarios, y
puede causar hipotensión y bradicardia. Antes de administrar una dosis de morfina es ne
cesario evaluar el estado del paciente. E n caso de hipotensión, el fármaco de elección es el
fentanilo. D ebe utilizarse con cautela en pacientes con volumen sanguíneo disminuido, ya
que puede agravar el cuadro y producir mayor hipoperfusión.
A nivel gastrointestinal, provoca a menudo náuseas y vómitos, y disminuye la secreción de
ácido clorhídrico. En el estómago origina una disminución de la motilidad que, asociada con
un aumento de tono, retarda la absorción de los fármacos administrados por vía oral y demora
el paso del contenido gástrico, en tanto que se detecta la presencia de residuo. En el ámbito in
testinal inhibe el paso de líquidos y electrólitos hacia la luz, reduce el peristaltismo y aumenta
el tono hasta llegar al espasmo, lo cual retarda el avance de las heces a través del colon y pro
duce constipación. También incrementa el tono de la vejiga y del esfínter vesical; este efecto
puede dificultar la micción y requerir sondaje vesical.
L a m orfina se m etaboliza a nivel hepático y se elim ina mediante filtrado glom erular;
el 90% de la excreción total se produce durante el prim er día. Los efectos de la m orfina
pueden revertirse medíante la adm inistración de naloxona por vía endovenosa, en dosis
de 0,1 mg/kg/dosis.
Citrato de fentanilo
Es un agonista opiáceo sintético que actúa de manera similar a la morfina, pero sin los
efectos cardiovasculares indeseables. Brinda una estabilidad hemodinámica excelente, aun
cuando se administra en altas dosis anestésicas (25 a 50 pg/k). Tanto el comienzo como la du
ración de la acción son más breves que los de la morfina. S e utiliza para analgesia, anestesia y
sedación, según la dosis administrada.
S e administra por vía endovenosa:
Ib u p ro fen o
S i bien no se cuenta con estudios que avalen su aplicación en neonatos, en los últimos
años se intensificó el empleo de ibuprofeno en Neonatología. Algunos autores sostienen que
los efectos reales a nivel cerebral en un largo plazo son inciertos. Actúa como antiinflamatorio,
antipirético y analgésico en el tratamiento del dolor leve a moderado. Puede administrarse por
vía oral y endovenosa, en dosis de 6 mg/kg cada 6 a 8 horas.
Cuando se utiliza la vía endovenosa, es necesario extremar las precauciones. En primer
lugar, como el medicamento es muy irritante, debe diluirse en dextrosa al 5% varias veces
hasta alcanzar la concentración máxima, que es 2 mg/mL, y luego respetar el tiempo de in
fusión continua por bom ba a jeringa, el cual no debe ser inferior a 1 hora.
Las altas concentraciones de fárm aco y/o un tiem po muy rápido de infusión provocan
lesión de la pared vascular y, en consecuencia, la extravasación de la solución infundida,
con necrosis grave de los tejidos afectados.
Es probable que provoque algunos efectos adversos sobre el sistema gastrointestinal, como
náuseas, dolor epigástrico, alteraciones gastrointestinales, diarrea y vómitos. Excepcionalmen
te se manifiestan trombocitopenia, erupciones cutáneas y edemas.
Acetaminofeno
Anestésicos locales
' i ü Sedación
El estrés neonatal es un factor que puede ser causa de enfermedad o bien agravarla. S i bien
la situación de estrés no siempre es necesariamente dolorosa, requiere ser reconocida, evalua
da y tratada.
Existen varias circunstancias en las que está indicada la sedación del R N en la unidad de
cuidados intensivos neonatales; no obstante, la sedación debe ser administrada de manera cui
dadosa, ya que los efectos de los fármacos sedantes son inciertos durante la etapa neonatal.
La sedación puede llegar a ser útil en ciertas ocasiones, como cuando se produce una
adaptación inadecuada del R N al respirador. En estos casos, la actividad del neonato
disminuye la oxigenación y dificulta la ventilación, en tanto que genera hipoventilación,
aumento de la presión intratorácica, dism inución del retorno venoso e increm ento del
riesgo de barotraum as, lo cual condicionaría un aumento del número de días de oxigeno -
terapia.
O tros ejemplos son los R N que sufren inestabilidad respiratoria por enfermedad de mem
brana hialina, hipertensión pulmonar, displasia broncopulmonar, etc. En pacientes posquirúr
gicos, la sedación suele implementarse asociada con los narcóticos.
Los objetivos de la sedación son los siguientes:
Hidrato de doral
El hidrato de doral es un sedante que actúa como depresor del sistema nervioso central
(S N C ). S e administra por vía oral, a modo de jarabe al 5%. La dosis usual es 20 a 50 mg/kg/
dosis cada 6 a 8 horas. La dosis máxima es 50 mg/kg/dosis. N o se utiliza por vía rectal y ca
rece de acción analgésica.
En dosis terapéuticas, el hidrato de doral produce depresión leve del sistema nervioso cen
tral e induce a un sueño tranquilo y profundo. N o obstante, a dosis altas provoca depresión
respiratoria grave e hipotensión, deprime la contractilidad cardíaca y acorta el período refrac
tario.
N o debe administrarse en forma prolongada, ya que, por acumulación tóxica, el hidrato de
doral produce efectos irritantes sobre la piel, las mucosas y el tracto gastrointestinal.
También ocasiona malestares epigástricos, náuseas, vómitos ocasionales, flatulencia y dia
rrea; incluso, se han detectado algunos casos de necrosis gástrica con dosis intoxicantes. Se re
comienda administrarlo luego de la alimentación, a efectos de reducir la irritación gástrica.
Las reacdones alérgicas incluyen eritemas, exantemas, urticarias y dermatitis eccematoide.
La administración de hidrato de doral está contraindicada en pacientes con deterioro he
pático o renal marcado, ya que se excreta en su mayor parte por la orina y en grado limitado
en la bilis.
Fenobarbital
Diazepam
Midazolam
Lorazepam
El lorazepam ejerce una influencia menor que cualquier otra benzodiazepina sobre los
centros cardiovasculares y respiratorios. Posee una acción más potente y prolongada que el
diazepam y el midazolam, con períodos de 6 a 8 horas. Tiene mejor absorción que el diaze
pam, ya que es más soluble en agua. S e metaboliza en el hígado y se elimina por la orina.
S e administra por vía endovenosa: 0 ,2 mg/kg/dosis. S e utiliza únicamente como anticon-
vulsivante.
P r e c a u c i o n e s : n u n c a d e b e in fu n d ir s e p o r v ía a rte ria l, p o r q u e p ro d u c e va s o e s p a s m o g ra
ve y g a n g re n a .
Es importante destacar que para revertir los efectos causados por la administración de
benzodiazepinas se emplea flumazenil, en dosis de 0,1 mg/kg.
• Relajantes musculares
O Hipotermia
O Acidosis
O Hipopotasemia
O M enor flujo sanguíneo hacia los músculos esqueléticos
O Función renal disminuida
O Enfermedad hepática
O Administración de ciertos antibióticos, del tipo de los aminoglucósidos
O Tetraciclinas
O Colistín
Dado que estos fármacos carecen de efectos analgésicos y que el paciente no pierde el es
tado de conciencia, frente a un procedimiento doloroso es necesario administrar opiáceos o
emplear anestésicos locales.
Resulta imprescindible que el personal de enfermería implemente tratamientos y cuidados
específicos.
Bromuro de pancuronio
Bromuro de vecuronio
• Cuidados de enfermería
Actividades Fundamentación
Controlar los signos vitales y chequear Es importante detectar precozmente las alteraciones cardiovasculares
que las alarmas visuales y auditivas de y respiratorias que puedan surgir como efecto secundario del fármaco
los monitores estén activadas, así como administrado
que sus valores se ubiquen dentro del
rango establecido
Brindar estimulación mínima mediante Los estímulos, tanto táctiles como auditivos, ejercen una acción
la planificación de los cuidados negativa sobre el estado crítico del paciente. Es preciso evaluar las
necesidades reales del RN, a fin de planificar la atención
Disminuir la intensidad de los ruidos
Reducir el contacto directo y evitar las
maniobras innecesarias
Implementar cambios frecuentes de Los fármacos sedantes disminuyen la actividad motora espontánea, lo
posición y rotación de la cabeza cual favorece la manifestación de escaras por decúbito
Proteger los sitios de apoyo mediante
el empleo de aros, almohadillas,
hidrocoloide
Evitar que el paciente se apoye en
superficies duras, utilizando piel médica
Mantener la piel lubricada,
especialmente en los sitios de apoyo
Si el paciente tiene sonda abierta: La administración de fármacos sedantes, en particular los opiáceos,
puede producir efectos no deseados sobre el tracto gastrointestinal.
- Mantener la sonda permeable Éstos actúan disminuyendo la motilidad a nivel del estómago, lo cual
- Realizar descompresión gástrica demora el paso del contenido gástrico. A nivel del intestino, inhiben el
mediante aspiración cada 2 a 4 horas paso de líquidos y electrólitos hacia la luz, disminuyen el peristaltismo
e incrementan el tono, lo cual produce constipación
- En presencia de residuo gástrico:
evaluar características, cuantificar y
registrar
Si se alimenta, observar signos de
intolerancia gástrica: presencia de
residuo, vómitos, náuseas, control de
deposiciones
Evitar la formación de globo vesical: Los fármacos aumentan el tono de la vejiga y del esfínter vesical, lo
cual dificulta la micción. Es posible que se requiera colocar una sonda
- Colocación de sonda vesical vesical conectada a un circuito cerrado de recolección de orina
- Controlar la ubicación y la
permeabilidad de la sonda vesical
- Evaluar el ritmo diurético
Actividades Fundamentación
Prevenir extubaciones accidentales o cambios del El paciente no presenta respiraciones espontáneas y produce
tubo endotraqueal: abundantes secreciones espesas, por lo que requiere aspiración
frecuente y fluidificación de las secreciones mediante calor y
-Controlar la fijación del tubo endotraqueal humidificación máxima de los gases inspirados.
-Aspirar secreciones con frecuencia, según Las telas adhesivas se aflojan, posibilitando el deslizamiento
necesidad del tubo. Una extubación accidental o un cambio de tubo
-El procedimiento debe ser efectuado siempre endotraqueal por obstrucción podrían resultar fatales.
entre dos personas
-Aplicar calorificación y humidificación máxima a
los gases inspirados
Evaluar con frecuencia el estado clínico del La parálisis y la relajación dificultan la evaluación clínica del
paciente, mediante la observación y el control paciente, que puede presentar alteraciones cardiovasculares
del color, la temperatura, el llenado capilar, como hipertensión y taquicardia. Además, permitirán detectar
la diuresis, la expansión torácica, el murmullo precozmente la aparición de movimientos espontáneos para la
vesicular, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial eventual administración de nuevas dosis.
Prevenir la formación de escaras, intensificando La ausencia de movimientos espontáneos y de parpadeo
las acciones de prevención favorece la aparición de escaras por decúbito y la ulceración
de la conjuntiva ocular.
Evitar las ulceraciones de la conjuntiva ocular
mediante el aseo y la instilación de una gota de El daño de la conjuntiva ocular puede producir secuelas, como
solución fisiológica o lágrimas artificiales en cada disminución o pérdida de la visión.
ojo cada 3 horas
Administrar siempre analgesia antes de efectuar Los fármacos curarizantes no alteran el nivel de la conciencia
un procedimiento traumático. ni la sensibilidad del RN al dolor; sólo eliminan su expresión
(llanto, movimientos, cambio facial).
En cirugía menor, emplear anestésicos locales.
Bibliografía
■ t# Introducción
• Aparato digestivo
La función del aparato digestivo es transformar los alimentos ingeridos en sustancias ab-
sorbibles y asimilables por el organismo, a fin de que puedan ser utilizados en los diferentes
procesos metabólicos, eliminando los deshechos no aprovechables.
Está formado por un largo tubo muscular que comienza en la boca y finaliza en el ano; in
cluye: boca, faringe, esófago, estómago e intestino delgado y grueso. Asimismo, participan en
el proceso glándulas anexas situadas afuera del tubo digestivo pero que vierten su secreción en
él. Entre ellas, las glándulas salivales, el hígado y el páncreas.
Las principales funciones del aparato digestivo son la digestión y la absorción de los ali
mentos ingeridos, así como la eliminación de los residuos sólidos.
El proceso de digestión de alimentos comprende dos tipos de funciones: motoras y bio
químicas.
Las funciones motoras son la masticación y la motilidad gástrica, la evacuación gástrica, la
motilidad intestinal y la defecación, las cuales cumplen un objetivo triple:
O Facilitar el contacto de los alimentos con las diferentes enzimas y los distintos fermentos
digestivos
O Facilitar la propagación a lo largo del tubo digestivo
O Eliminar los residuos
Por otro lado, las funciones bioquímicas que facilitan los progresivos procesos de degrada
ción de los alimentos en sus elementos más sencillos, a fin de que puedan ser absorbidos, son
ejecutadas por diferentes enzimas y fermentos segregados por las glándulas salivales, las célu
las gástricas, el hígado, el páncreas y las células intestinales.
Por último, todo este complejo conjunto de actividades es posible merced a un doble me
canismo de control humoral y nervioso de tipo autónomo. La masticación, la deglución y la
defecación obedecen a un control voluntario.
Desde el punto de vista de enfermería, existen dos circunstancias anatomofisiológicas,
estrechamente relacionadas entre sí, que influyen en las características que rodean a un os-
tom a.
S ín d r o m e se desconoce cuál es el
d e m e g a v e jig a - m ic r o c o l o n - h i p o p e r i s t a l t i s m o :
tratamiento ideal, ya que no han sido identificados y tratados. En ocasiones, es necesario re
poner la volemia.
En el 350 a. C, Proxógoras Dekas efectuó ostomas en casos de traumatismos. Una de las técnicas consistía
en la apertura de una hernia incarcerada con un hierro candente, a fin de producir una fístula intestinal,
comprobando que la supervivencia era posible.
A principios del siglo XVIII, Littre recomendó la realización de una colostomía. La propuesta fue tomada con
desconfianza por la A c a d e m ie R o y a le d e s S d e n c ie s francesa.
En el siglo XVIII, Simón realizó la primera nefrostomía o fístula renal.
En 1750, Chesollden efectuó una resección de intestino.
En 1776, Pillone practicó el primer ostoma intestinal y prescribió irrigaciones para su cuidado.
En el siglo XIX, las técnicas evolucionaron. Ammusset publicó las primeras estadísticas sobre pacientes
intervenidos, y dedujo que la práctica quirúrgica más idónea era la colostomía retroperitoneal lumbar.
En 1855, Thient fue el primero en realizar una colostomía tranversa.
A mediados del siglo XIX, Shede practicó la resección extraabdominal de un tumor de colon, dejando sus
extremos abiertos. En 1884, este método fue atribuido a Blande y Von Mukukinkc.
En 1889, Dentu efectuó una fistulización de uréter a la piel como método de derivación urinaria: urostomía
cutánea.
En 1894, Boari realizó una técnica experimentada transuretero-ureterostomía.
En 1930, Higgius presentó la primera serie de casos, a la que se dio comprobación clínica transuretero-
ureterostomía.
En el siglo XIX, Bricker implemento la ureterostomía cutánea transintestinal.
En el siglo XX, Lockart y Mummery investigaron acerca de los cuidados del ostoma y las complicaciones
posoperatorias.
En 1949, Fish efectuó colgajos cutáneos en las ureterostomías.
En 1951, Lithes aplicó la técnica de separar la ¡lostomía de la escisión principal.
En 1953, Koningy Rutzen diseñaron los primeros dispositivos.
En 1953, se iniciaron las primeras sociedades para ostomizados en los Estados Unidos.
En 1969, N. Kock introdujo la ileostomía continente, efectuando un reservorio en la práctica quirúrgica.
Los primeros ostomas terapéuticas se elaboraron en los Estados Unidos y en Inglaterra.
Lijons y Schereiber crearon en Nueva York la primera clínica de ostomas.
Ostom a
Ostomía
Es la derivación quirúrgica de una viscera (por lo general, el intestino o las vías urinarias)
para que pueda aflorar en la piel, en un punto diferente al orificio natural de excreción.
Existen otros tipos de ostomas, de formación espontánea y natural del propio organismo,
como las fístulas, que tienen su origen en anomalías congénitas o adquiridas entre dos órganos
huecos y la piel.
Las ostomas son de origen quirúrgico o natural, y se clasifican en internos (cuando comu
nican órganos entre sí) y externos (comunicación de órgano a piel).
Los ostomas de derivación se clasifican de acuerdo con el tiempo de permanencia, la loca
lización anatómica y la construcción del ostoma.
O Ostom ías temporales: todas aquellas en las que puede restablecerse la continuidad hasta
el orificio natural
O Ostom ías permanentes: son aquellas en las que, por amputación completa de un órgano,
o por cierre del mismo, no existe solución de continuidad
Cuidados
Ostomías intestinales
Complicaciones
Cuando se elabora el sistema, es preciso tener en cuenta todos estos factores, ya que des
empeñan un rol fundamental al momento de colocar el dispositivo. Es importante tener en
cuenta los cuatro principios fundamentales para la selección del producto.
O Protección de la piel: si ésta se daña, resultará imposible colocar producto alguno, así como
el cierre de la ostomía, en tanto que existirá la posibilidad de que se produzca una infec
ción. Es importante tener en cuenta la estructura de la piel del neonato.
O Material adecuado: debe permitir que la ostomía funcione con normalidad, ser cómodo
para el paciente y no contener productos irritantes o hiperalérgicos.
O Modo de colocación: lo más sencillo posible. A efectos de permitir una rápida compresión,
y de evitar la participación de más de un operador.
O Accesible: es importante poder acceder a los productos con facilidad, y que no sean muy
costosos.
O Lim piar la zona periostom al con agua tibia; no utilizar jab on es de glicerina ni jabon es
que dejen una película oleosa. A l m om ento de la lim pieza, es posible que se m anifies
te sangrado insignificante. S i persiste, es necesario inform ar al médico. Secar bien la
zona.
O Tomar el ostómetro y marcar la medida más aproximada al ostoma del niño, evitando de
ja r la piel del abdomen expuesta a los ruidos hidroaéreos.
O Transportar la medida escogida en el ostómetro a la placa del sistema de recolección.
O Recortar la placa en el tamaño elegido, con tijera curva.
O Frotar la zona de la placa que tiene el hidrocoloide, a fin de facilitar su adherencia. En el
sistema de una pieza es preciso frotar la bolsa que tiene el hidrocoloide.
O Retirar el papel protector del adhesivo y colocarlo en el ostoma, cerciorándose de que la
superficie donde se lo va a colocar se encuentre bien seca.
O Comprobar que la zona que tiene hidrocoloide quede bien adherida a la piel.
O Retirar la zona adhesiva de papel y extender bien, sin que se formen pliegues.
O Colocar la bolsa sobre la placa. El procedimiento (sistema taper) consiste en esperar que
el niño insufle el abdomen, para aplicar una leve presión en la zona de encastre de la bolsa
de placa.
O Colocar el seguro de la bolsa, a efectos de evitar que pierda el contenido.
O Colocar polvo hidrocoloide sobre la piel lesionada por el efluente. Este polvo debe adhe
rirse a la piel que presenta exudado. Posteriormente, se retira todo el excedente y se coloca
el sistema seleccionado.
O L a pasta debe colocarse alrededor del ostom a, a fin de evitar filtraciones y proteger la
piel sana expuesta. Si es necesario, luego de utilizar el polvo se coloca la pasta sobre
la piel lesionada.
3 Limpiar el ostoma y la zona periostomal con gasa húmeda; secar por contacto.
O Evaluar la piel y las características del ostoma.
3 Medir el ostoma con el ostómetro.
O Transferir la medida al sistema a utilizar.
3 Para adherir la placa es necesario que la piel esté bien seca. Primero se fija el hidrocoloide
y luego la parte de papel, sin dejar pliegues.
3 Realizar, con una bombilla de látex, un pequeño globito del tamaño de un dedo de guante.
3 Colocarlo en una tapa que tenga el mismo diámetro que el borde de encastre de la placa
(por lo general, 3 2 mm).
3 Efectuar un orificio en el centro de la placa y pasar el globito, de modo que quede anclado
a la tapa.
3 Colocar a presión sobre el ostoma, a fin de lograr un cierre hermético.
Este tipo de sistema se utiliza únicamente en aquellos pacientes a los que se les ha realiza
do una ostomía funcionalizante en Santulli. Al ocluir el ostoma, se fuerza el pasaje de las heces
hacia el segmento que se encuentra en reposo, permitiendo la restitución del tránsito hacia el
intestino distal, funcionalizándolo gradualmente.
Es preciso recordar que, cuando se efectúa la técnica de oclusión, la obturación puede rea
lizarse con la placa del sistema de dos piezas; es posible aplicar un apósito de hidrocoloide o
una venda, a fin de asegurar m ejor el tapón. D e todos los métodos utilizados para ocluir osto
mías, éste es el más eficaz.
Inmediatas
O Necrosis: puede obedecer que los vasos se estrangulan cuando se los incluye en un punto, al
momento de realizar el cierre del espacio lateral; o bien a la torsión del colon, al exteriorizarlo.
O Infección y separación mucocutánea: pueden producirse por causas generales o por infec
ción periostoma.
O Hundimiento: es el deslizamiento hacia el interior de la cavidad abdominal, debido a una
tensión excesiva a nivel de la unión cutánea.
O Edema: puede obedecer a que la dimensión del orificio del ostoma es inadecuada, o bien,
en el caso de las colostomías, a una tracción excesiva. En las ileostomías y las urostomías,
si el edema es importante, puede provocar disfunción.
Tardías
O Estenosis: puede responder a causas técnicas o a piel con tendencia a cicatrizaciones que-
loidales, o bien a recidivas.
O H ernia: la causa suele ser la situación inadecuada del ostoma.
O Prolapso: esta com plicación se m anifiesta súbitam ente, y suele alarm ar al paciente.
Radica en la salida de una porción proxim al del intestino a través del ostom a. Su in ci
dencia es mayor en las colostom ías en asa, y puede evidenciarse en cualquier ostom a.
O Retracción: esta complicación es la más común dentro de las provocadas a partir de pro
blemas cutáneos; su frecuencia es de 9% a 35% de las series.
O Fístulas: esta complicación se origina en la técnica quirúrgica, la recidiva de la enfermedad
tumoral o el empleo inadecuado de colectores.
O Sinus por material de sutura: es la contaminación del material de sutura durante la inter
vención; actúa a modo de cuerpo extraño.
O Abscesos: la causa se desconoce. Una vez drenados, curan espontáneamente.
O Granulomas: pueden obedecer a la persistencia de material de sutura.
O Úlceras: pueden originarse a partir de cuidados inadecuados, o bien de infecciones bacte
rianas o füngicas.
O Irritaciones cutáneas: es posible que respondan a cuidados inadecuados, al empleo inco
rrecto de los dispositivos o al material de éste.
lleostomía
Descripción
En todos los casos, el abocamiento del intestino delgado distal tiene como objetivo drenar
el contenido intestinal hacia el exterior, ya que no es útil introducir alimento a ese nivel. Desde
el punto de vista técnico, la ileostomía es similar a la yeyuno, y puede ser:
O Terminal
O En asa
O En caño de escopeta
O Terminolateral (Santulli)
Estas derivaciones son mucho m ejor toleradas, ya que el volumen de drenaje es menor.
Indicaciones
E l abocam iento del íleon es un recurso utilizado con frecuencia en cirugía neonatal.
Toda circunstancia que requiera evitar el pasaje del contenido enteral hacia el colon se re
suelve mediante la confección de una ileostomía. Las patologías que demandan este tipo de
cirugía pueden ser infecciosas o mecánicas.
La indicación más frecuente es la infecciosa, como la enterocolitis necrosante. En este caso,
la ostomía puede ser terminal, luego de una colectomía total, o en caño de escopeta, si subsiste
el intestino delgado distal. El íleo meconial también requiere con frecuencia de una ileostomía;
en estos casos periféricos, se indica la ileostomía de Santulli.
O tra s in d icacio n es m eno s frecu en tes son: aganglionosis to ta l de co lo n , im p o rtan tes
m icro co lo n , p erfo racio n es y atresias en p acientes con sín d ro m e de d ism ó tilid ad in testin a l,
en tre o tro s.
Colostomía
Descripción
Indicaciones
Las colostomías efectuadas con mayor frecuencia en los R N son las enterocolitis necro-
santes, las cuales son siempre proximales al área de necrosis y pueden ser en caño de escopeta
o terminal.
Prolapso de ostom ía
Cuidados
Diagnóstico de enfermería
Acciones
Fundamentación
1 9 9 7 ; 2 ( 2 2 9 ) B arcelon a, E sp añ a: R o l S .A .
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1991.
Lesiones de la piel en el recién nacido
Claudia Kovacevic
Piel
Estructura de la piel
O M em brana cutánea: está compuesta por dos capas principales, la epidermis (capa exte
rior, más fina) y la dermis (capa interna, más gruesa) que está conformada por un tejido
conjuntivo denso y vascular, que puede medir más de 4 mm de espesor en algunas zonas
del cuerpo.
O Epidermis celular: es una capa epitelial, derivada de la capa germinal epidérmica del em
brión. Alrededor de la decimoséptima semana de gestación, la epidermis del niño en desa
rrollo posee todas las características de la piel del adulto.
O Unión dermoepidérmica: es la zona donde se unen las células de la epidermis con las del
tejido conjuntivo de la dermis.
O Capa subcutánea: se encuentra debajo de la dermis. Es laxa, rica en grasa y en tejido areo-
lar a la hipodermis. Varía de acuerdo con el estado nutricional (en obesos, 10 cm). En esta
zona, la densidad y la disposición de las células grasas y de las fibras de colágeno determi
nan la relativa movilidad de la piel.
O Epidermis: está conformada por varios tipos de células epiteliales:
Capas de células
Tiem po de recambio y regeneración son términos que describen el lapso que necesita una
población de células para madurar y reproducirse. A medida que se pierden las células de la
superficie del estrato córneo, se produce la sustitución de los queratinocitos por actividad mi-
tódca, a efectos de mantener el espesor de la epidermis deben ser queratinizadas del estrato
córneo. Las células empujan hacia arriba, desde el estrato basal, a cada una de las sucesivas
capas.
E l tiempo de regeneración necesario para completar la mitosis, así como para que se pro
duzcan la diferenciación y el movimiento de nuevos queratinocitos desde el estrato basal hacia
la superficie de la epidermis, es de 35 días.
El proceso puede acelerarse por abrasión de la superficie cutánea, que tiende a eÜminar ca
pas celulares de la capa córnea. E l resultado es una intensa estimulación de la actividad meió-
tica del estrato basal y una reducción del período de recambio.
S i la abrasión persiste durante un período prolongado, el aumento de la actividad meiótica
y el menor tiempo de recambio producirán un estrato córneo grueso y/o la manifestación de
callos en el punto de fricción o irritación (no siempre es por defensa).
Un 10% a 20% de todas las células del estrato basal ingresan en mitosis diariamente. Las célu
las que migran hacia la superficie ascienden en columnas verticales (queratinocitos), y a las célu
las básales activas (sufriendo mitosis) se las denomina unidad proliferativa epidérmica (U P E ).
Es una membrana basal constituida por elementos fibrosos y gel polisacárido, los cuales unen la
epidermis con la dermis. Este contacto actúa pegando las capas y proporcionando apoyo mecánico
a la epidermis, que está unida a su cara superior. Funciona como barrera parcial ante el paso de al
gunas células y de grandes moléculas. Si bien la unión es muy eficaz para evitar la separación de las
dos capas cutáneas, aun cuando están sometidas a fuerzas de deslizamiento relativamente intensas,
se considera que esta barrera desempeña un rol limitado en la prevención del paso de sustancias
químicas nocivas o de gérmenes causantes de enfermedades del medio externo a través de la piel.
Dermis
Se denomina dermis o corion a la piel propiamente dicha, formada por dos capas: una papi
lar y otra reticular, más gruesa. La dermis contiene fibras musculares esqueléticas (voluntarias)
y lisas (involuntarias).
En las plantas de los pies y en las palmas de las manos, supera los 4 mm. Su delgadez es extre
ma en los párpados y en el pene, donde rara vez supera los 0,5 mm. Por lo general, la dermis de la
superficie ventral del cuerpo y de los anexos suele ser más fina que la de la superficie dorsal.
La resistencia mecánica de la piel está en la dermis, que además desempeña funciones de protec
ción frente a la lesión mecánica y la compresión, y constituye una zona de almacenamiento de agua y
de una cantidad importante de electrólitos. Una importante red especializada de nervios y termina
ciones nerviosas actúa procesando información sensitiva, como dolor, presión, tacto y temperatura.
La dermis posee, a distintos niveles, fibras musculares, folículos pilosos, glándulas sudorí
paras y sebáceas, y numerosos vasos. El riego sanguíneo de la dermis desempeña un rol funda
mental en la regulación de la temperatura corporal.
Capa papilar
Está formada por un tejido conjuntivo laxo y una fina red de delicadas fibras colágenas
y elásticas. La fina capa epidérmica de la piel se adapta rigurosamente a la cresta de las papi
las dérmicas. Su patrón es único en cada persona. Estas crestas desempeñan una función muy
importante en la superficie del ser humano: le permiten sujetarse con firmeza.
Capa reticular
S e trata de una capa densa de fibras de colágeno blancas, fuertes y entrelazadas con fibras
elásticas que tornan la piel distensible y elástica (capaz de rebotar).
Existen m illones de term inaciones nerviosas, denominadas receptores, que se loca
lizan en todas las zonas cutáneas. E stos receptores perm iten que la piel actúe como un
órgano de los sentidos, transm itiéndole al cerebro sensaciones de dolor, presión, tacto,
tem peratura.
A diferencia de la epiderm is, la derm is no se descam a y se regenera de m anera con
tinua. S i bien se m antiene a sí m ism a, la regeneración rápida del tejido conjuntivo dér
m ico sólo se produce en circu nstancias no habituales; por ejem plo, en la cicatrización
de las heridas.
En la cicatrización de una herida (por ejemplo, una herida producida quirúrgicamente),
los fibroblastos de la dermis se reproducen con rapidez y comienzan a formar una masa densa
de nuevas fibras de tejido conjuntivo.
Si la masa no es sustituida por tejido normal, quedará una cicatriz. Los densos haces de
fibras colágenas blancas caracterizan la capa reticular de la dermis, que tiende a orientarse
en patrones cuyo aspecto difiere en las distintas zonas del cuerpo. E l resultado es la form a
ción de las denominadas líneas de Langer o líneas de tensión.
S i las incisiones quirúrgicas se efectúan en form a paralela a las líneas de ten sión o
de Langer, la tendencia a abrirse de la herida será m enor, y la cicatriz será fina y m enos
visible.
S i las fibras elásticas de la dermis se distienden en exceso (por ejemplo, cuando aumenta
el volumen del vientre a raíz de un embarazo, o como consecuencia de la obesidad), se debili
tarán y se romperán. El resultado son surcos deprimidos, rosados o azulados, con bordes den
tados. Estas finas marcas de estiramiento constituyen diminutos desgarros cuando cicatrizan
y pierden el color. Las estrías (surcos en latín) resultantes son similares a cicatrices lineales y
brillantes, de color blanco o plata.
Preparación
Con frecuencia, en las unidades de cuidados intensivos suele tratarse a los R N con dis
tintos elementos adhesivos, a fin de asegurar los tubos endotraqueales, los catéteres umbili
cales, los distintos catéteres centrales y periféricos, las sondas, los drenajes, etc. Las lesiones
producidas por estos elementos favorecen la absorción de los fármacos y la pérdida de agua
a través de la piel dañada. La remoción de electrodos u otro tipo de adhesivos incrementa
el riesgo de trauma; por lo tanto, sólo debe efectuarse cuando el dispositivo no cumpla su
función, y de manera suave, utilizando algodón estéril tibio. Para minimizar el riesgo de le
siones se recomienda usar hidrocoloide como barrera de protección entre la epidermis y la
tela adhesiva. Asimismo, un empleo mínimo de cinta adhesiva para sujeción y una mínima
superficie adhesiva de los electrodos; emplear productos basados en hidrogel; en todos los
casos, utilizar algodón y agua estéril para remover adhesivos o, si la resistencia es mayor,
agua jabonosa; por último, emplear apósitos transparentes para la fijación de catéteres ve
nosos, ya que permiten observar el sitio de punción.
Inmediatamente después del nacimiento, la piel tiene un pH de 6,34, que a los cuatro
días desciende a 4 ,9 5 . La colonización microbiana se produce también en forma inmediata al
nacimiento. La superficie ácida, con un p H por debajo de 5, tiene cualidades bacteriostáticas
y actúa como defensa contra los microorganismos; es importante preservarla, justam ente, en
virtud de ese mecanismo.
E n la actualidad, y debido a la existencia del V I H , se considera que el baño inicial con
agua estéril y ja b ó n de baja alcalinidad constituye una intervención necesaria e inm ediata
al nacim iento, independientem ente de los antecedentes m aternos y que las condiciones
clínicas del paciente lo perm itan. Posteriorm ente, el niño puede recibir un baño parcial
con agua tibia y ja b ó n . Luego se lo deberá higienizar una vez al día con agua estéril tibia
y jab ó n neutro o clorhexidina. Dado que suele provocar aumentos significativos de com
portam ientos que reflejan estrés y respuestas fisiológicas no deseadas (com o descensos de
la oxigenación, variaciones de la frecuencia cardíaca e increm entos de la tensión arterial),
este procedim iento debería efectuarse únicam ente cuando las condiciones del paciente lo
perm itan.
S i la piel comienza a agrietarse, el tratamiento debe efectuarse con cremas de base hidro-
fílica y no perfumada, cada 8 horas.
Cordón umbilical
Escoriación
Quemadura
E s una lesión de los tejidos del cuerpo que se produce por calor, electricidad y sustancias
químicas o gaseosas. El grado de quemadura está determinado por su extensión en las células
de tejido al agente expuesto:
O Grado 1: dermis
O Grado 2 : epidermis
O Grado 3: músculo
O Grado 4 : hueso
En los prem aturos, es probable que se produzcan quemaduras de segundo grado por
contacto directo de la piel con superficies de calor, o por el empleo de agua muy caliente.
Para el tratam iento se utiliza agua estéril tibia, y se cubre la lesión con un agente antim i
crobiano.
Infiltración
Es una reacción irritante en la piel genital. S e relaciona con el grado de humedad a que se
encuentra expuesta la piel. El pH aumenta en contacto con la orina, y se modifica de ácido a
alcalino. Es necesario mantener la zona seca, cambiar con frecuencia el pañal y, en presencia de
dermatitis, utilizar productos.
• Diagnóstico de enfermería
Intervenciones de enfermería
Cuidados del RN
Acciones
Bibliografía
Accesos vasculares
Mónica Duarte
• Introducción
•• Clasificación
El vaso utilizado para la colocación del D IV facilita una primera clasificación de los acce
sos vasculares en venosos (A V V ) o arteriales (AVA) (Tabla 34.1).
El sitio de inserción indica el acceso al vaso propiamente dicho, que puede ser periféri
co (P ) o central (C ). Se considera vías periféricas a aquellos vasos que están ubicados en los
miembros y en el cuero cabelludo, de menor diámetro y resistencia, en tanto que se clasifican
como vías centrales a los vasos de gran calibre, más cercanos al corazón, ubicados en el ingreso
al tórax y el abdomen, sean A V V o AVA.
La ubicación del catéter (posicionamiento de su extremo distal) permite clasificarlos, a su
vez, en periféricos (P ) o centrales (C ), sean A V V o AVA.
Los catéteres que permanecen colocados durante menos de 30 días se denominan de corta
permanencia, y se utilizan durante el período crítico de la enfermedad. Los de larga perma
nencia son aquellos que se emplean en los tratamientos a largo plazo, cuya duración excede
los 30 días.
Accesos vasculares (AV) Tipo de catéter Sitio de inserción Ubicación del catéter
Accesos vasculares (AV) Tipo de catéter Sitio de inserción Ubicación del catéter
O Tipo de acceso vascular (A V ) que tiene colocado el paciente; permeabilidad del mismo;
calidad y compatibilidad de las soluciones que se infunden.
O Condición clínica del paciente: es necesario obtener muestras de laboratorio en forma fre
cuente (monitoreo de presión de oxígeno en sangre).
O Valores de laboratorio; por ejemplo, ionograma, glucemia, etc. Permiten establecer la cali
dad de las soluciones que se indicarán (osmolaridad, flujo de glucosa, necesidad de correc
ciones frecuentes).
O E stad o hem odinám ico del paciente. S e ju stific a la necesidad de colocar dispositivos
de m onitoreo invasivo: presión arterial (P A ), presión venosa central (P V C ), nece
sidad de infusión de hem oderivados, drogas vasoactivas (D V A ), infusión de expan
siones.
O Estabilidad hemodinámica: posibilita la ejecución de procedimientos en forma inmediata
(canalización, punciones, etc.).
O Peso, edad gestacional y días de vida: permite evaluar qué tipo de A V puede requerir el
paciente y los posibles D IV a utilizar, de acuerdo con su tamaño y con el tiempo de per
manencia necesario para llevar a cabo un tratamiento adecuado.
La evaluación criteriosa de las necesidades del paciente, consensuada con el equipo de salud,
permitirá racionalizar la utilización de los A V en función de mejorar la calidad de la atención.
Estado clínico Estable Crítico o estable Crítico o estable Crítico o estable Estable
HMC (-) neg. HMC (-) neg.
En primer lugar, deberían utilizarse los vasos de menor calibre, desde el extremo distal
hasta el proximal de los miembros, luego las vías periféricas y, por último, las centrales.
D e cualquier modo, es preciso conocer la composición de las soluciones, a efectos de ade
cuar su empleo al calibre de los vasos, minimizando los riesgos relacionados con la composi
ción de las infusiones.
Para realizar una correcta elección tanto del A V como del DIV, es preciso tener en cuenta
los siguientes aspectos:
O Calibre del vaso a utilizar, de acuerdo con los requerimientos del paciente
O Factores de riesgo relacionados con la colocación del A V
O Disponibilidad de recursos materiales adecuados a las necesidades del paciente (Tablas
34.3 y 34.4)
Estos catéteres se insertan generalmente en las venas pericraneales o en las venas de los
miembros superiores (especialmente en manos y antebrazos) e inferiores (su utilización es po
sible sólo en Pediatría; no está recomendado en adultos, ya que aumenta considerablemente el
riesgo de tromboflebitis) (Figuras 34.1 y 34.2).
Entre las complicaciones más frecuentes se encuentra la flebitis, físico-química o mecáni
ca, que puede relacionarse con diferentes factores: el tipo de infusión, el material y tamaño del
catéter, el sitio de inserción, la antisepsia de la piel o la inexperiencia del personal respecto de
la colocación.
Los dispositivos intravasculares empleados son las agujas metálicas (Figuras 34.3 y 34.4) y
los catéteres de material flexible (Teflon® o polipropileno) (Figura 34.5), de uso más frecuen
te y de diámetros y medidas variables. En todos los casos se prioriza la utilización de un D IV
cuyo diámetro sea inferior al vaso seleccionado (no similar o mayor). Las agujas metálicas en
trañan un riesgo mayor de lesión de los vasos.
Com o medida preventiva de flebitis infecciosa se ha propuesto el recambio de los A V V P
de manera programada, ya que varios estudios demostraron que la colonización de la luz del
Supratodear
Temporal
superficial
Auricular
posterior
Yugular Cefálica
externa
Cefálica
accesoria
Basílica
Cubital
Basílica
Femoral
Arco
dorsal
Safena mayor
Figura 34.5 Técnica de introducción de un catéter periférico de material flexible con aguja metálica (mandril).
La higiene previa de la piel, el empleo correcto de los antisépticos, la cobertura del sitio de
inserción con elementos estériles y una adecuada fijación minimizan los riesgos de coloniza
ción del sitio de inserción y de migración de los microorganismos a través del D IV.
E n pacientes pediátricos, los A V V P pueden permanecer colocados hasta la finalización
del tratamiento EV, siempre y cuando no surjan complicaciones.
Si estos catéteres se obstruyen, no deben efectuarse maniobras de desobstrucción: es nece
sario cambiar todo el sistema endovenoso e insertar el D IV en otro sitio.
Existe una gran variedad de D IV , entre ellos: catéteres centrales de inserción periférica
(P IC C ), de corta o larga permanencia, monolúmenes o de dos o tres luces, tunelizados o no,
implantables o semiimplantables; realizados con distintos tipos de materiales, por ejemplo,
polipropileno, polivinilcloruro (P V C ), elastómero de silicona (Silastic8), etc. (Tabla 34.5).
Tabla 34.5 Sospecha de sepsis asociada con el catéter (como único foco)
Figura 34.6 Técnicas de inserción periférica de catéteres con retiro de la aguja (catéter epicutáneo-CA-
VA ®) y con sujetador de la aguja.
O tro s tipos de catéteres son insertados por cirujanos mediante técnicas percutáneas,
con m étodos sim ilares que sólo varían en función del grosor del catéter y el abordaje de
los vasos. Los m étodos utilizados con mayor frecuencia en el abordaje de las venas subcla
via, yugular y fem oral son los de Seldinger y los de Seldinger con dilatador (Figura 3 4 .7 ).
E l 90% de todas las infecciones relacionadas con catéteres se m anifiesta en pacientes que
poseen este tipo de catéteres. U na de las rutas más im portantes para el ingreso de m icro
organism os en este tipo de catéteres son los conectores y los prolongadores que se incor
poran al sistem a.
Figura 34.7 Técnica de inserción percutánea de los catéteres de corta permanencia con método de Seldin-
ger y Seldinger con dilatador.
S e trata de catéteres centrales que se insertan quirúrgicamente. Los utilizados con mayor
frecuencia son los Broviac® y los Hickman®. Son de material flexible (generalmente silicona)
y pueden incluir una, dos o tres luces. S e emplean en terapias intravenosas prolongadas (por
ejemplo, quimioterapia). Estos catéteres tienen una porción tunelizada y un manguito (cuff)
de Dacron® que se ubica antes del sitio de salida. Este manguito de silicona polimérica inhibe
la migración de microorganismos dentro del tracto subcutáneo del catéter, ya que se forma un
tejido fibroso alrededor. S e colocan en quirófano, bajo anestesia. S e introducen por la vena
subclavia (aunque también puede seleccionarse la vena yugular interna), hasta la vena cava su
perior, por encima de la aurícula derecha. El extremo proximal se tuneliza aproximadamente
10 cm desde la zona de entrada, en la vena, a través de la fascia subcutánea de la pared torácica.
La colocación correcta del catéter se confirma mediante placa radiográfica. Por lo general, las
tasas de infección son relativamente bajas (Figura 34.9 y 3 4 .10).
Figura 34.8 Catéter central de inserción periférica (CCIP) de línea media. Se coloca por punción en una vena
del antebrazo y alcanza la vena cava. Tiene bajo índice de obstrucción e infección, pudiendo permanecer
colocado durante meses. Resulta ideal para la infusión de tratamientos moderadamente prolongados.
Se colocan completamente por debajo de la piel y tienen acceso a una vena central. Se
trata de un catéter opaco, de caucho siliconado, y unido de manera permanente a una cá
mara de acero inoxidable, plástico o titanio que contiene un tabique grueso autosellante
de silicona.
Se ubican preferentemente en el tórax o en el brazo. La cámara del catéter, también deno
minada reservorio, se coloca en una especie de bolsillo subcutáneo al que queda sujeto median
te sutura (Figuras 34.11 y 34.1 2 ).
Se accede al catéter a través de piel intacta y mediante una aguja tipo Huber®. Las tasas de
infección asociadas con los C V C I son bajas, probablemente debido a que el portal queda ubi
cado por debajo de la piel. Las agujas tipo Huber® son rectas y tienen una punta ligeramente
curva (se insertan en ángulo de 9 0 °). N o se han definido tiempos de recambio para este tipo
de agujas (Figura 34.13).
O Polipropileno
O Polivinilcloruro (P V C )
O Teflon®
O Elastómero de silicona (Silastic®)
cuanto más frecuente sea la apertura del sistema, mayor será el riesgo de contaminación. En
pacientes que dependen de un único A V central, en muchas ocasiones es necesario confrontar
los riesgos de la exposición a la contaminación por apertura frecuente del sistema con los de
punción reiterada, en busca de otro A V periférico.
• Complicaciones
La colocación del AV, realizada con frecuencia por personal de enfermería, ha sido esta
blecida como una técnica de uso corriente. N o obstante, su utilización constituye una fuente
potencial de complicaciones, más o menos graves, según el tipo de AV.
En los A V V P pueden manifestarse las siguientes complicaciones:
O Hematomas por punción fallida (edemas, escaras o necrosis del tejido celular subcutáneo
[T C S ])
O Hematomas por infiltración o trasvasación de soluciones alcalinas o D V A (reacción infla
matoria localizada [flebitis])
En A V V C se manifiesta:
O Flebitis
O Tromboflebitis
O Trom bosis de grandes vasos
O Edema o necrosis del T C S
O Hidrotórax
O Quilotórax.
O Em bolia gaseosa o pérdida de sangre debido a desconexión accidental de los dispositivos
O Sangrado por el punto de inserción
EnA VA P:
O Isquemia o trombosis (H ipoterm ia, cianosis distal, pulso distal débil respecto del miem
bro contralateral)
O Vasoespasmo (Palidez del miembro afectado)
En A V A C :
Las complicaciones infecciosas pueden ser locales o sistémicas. Las primeras comprenden la
infección en el punto de entrada, la flebitis y las infecciones relacionadas con el procedimiento de
inserción. Entre las segundas se incluyen las BRC.
Los catéteres venosos periféricos son los dispositivos empleados con mayor frecuencia en el
acceso vascular. La incidencia de infecciones locales o sistémicas asociadas con su utilización es
habitualmente baja; sin embargo, debido a la frecuencia con que se utilizan, pueden ocasionar
gran morbilidad.
La complicación más frecuente de los catéteres es, sin duda, la flebitis. N o obstante, su in
cidencia es muy variable en virtud de las diferencias existentes entre las poblaciones estudia
das, los diversos tipos de cánulas utilizadas y los distintos criterios seguidos para definir las
complicaciones.
L a m ayoría de las com plicacion es in fecciosas extrem adam ente graves se asocian
con los catéteres venosos centrales (C V C ), sobre tod o aquellos que se colocan en la
U C IN .
Cualquier tipo de D IV que se coloque en el paciente actúa como cuerpo extraño, desencade
nando un proceso de rechazo, y constituye, en mayor o menor medida, el inicio de algunas de las
complicaciones relacionadas con los AV.
R ea c c ió n d e la v e n a e n c o n t a c t o co n el c a t é t e r se caracteriza
(c u e r p o e x t r a ñ o );
por la formación de un manguito en la porción intravascular y alrededor del catéter. Está consti
tuido por proteínas mediadoras de la adherencia bacteriana (fibrina, fibrinógeno y fibronectina), y
sus consecuencias pueden ser tromboflebitis o trombosis.
T r o m b o f l e b it is : inflamación de la vena con formación obliterante de la luz del vaso, por fue
ra del catéter.
T r o m b o s is : invasión, más o menos completa, de la luz distal del catéter por un trom bo (red
de fibrina y plaquetas).
Infusión
contaminada
Manos del
V
personal Desinfectantes
contaminados
Colonización
rr-LXT)
Colonización
de la piel del conectar
0 -
Dispersión hematógena
O Migración de la flora cutánea residente o transitoria del paciente o de las manos del perso
nal de salud involucrado en la atención del mismo, a través del recorrido del catéter. (H i
giene deficitaria de la piel del paciente y /o lavado de manos inadecuado del personal.)
O Empleo de antisépticos contaminados durante el procedimiento de inserción y/o cuidado
posterior del catéter (contaminación exógena).
O Contaminación de líneas de infusión, conexiones y/o soluciones (contaminación exógena).
O Contaminación del trayecto subcutáneo o de la porción intravascular del catéter.
O Trombosis/tromboflebitis supurada.
O Autoinfección por colonización hematógena (Figura 34.14).
Definiciones de contaminación/colonización de los catéteres
Colonización
Infección localizada
Infección sistémica
O Bacteriemia: aislamiento del mismo microorganismo en sangre y punta del catéter sin otro
foco. S e observa mejoría clínica al retirar el catéter.
O Bacteriemia relacionada con la infusión: aislamiento del mismo microorganismo en sangre
y en solución.
Contam inación
O C ontam inación inicial: a partir de la flora cutánea del paciente, a partir de su coloca
ción.
O Contaminación del catéter a través de la luz interna: a partir de la contaminación del sis
tema, a través de las líneas de infusión o los dispositivos de perfusión.
O Contaminación a partir de las soluciones: es mucho más rara, y depende más de la calidad
de la asepsia que de la preparación (Figura 3 4 .1 5 ).
Hemocultivo
Es necesario que el procedim iento sea efectuado entre dos personas (operador y ayu
dante). Tam bién es indispensable, al realizar el procedim iento, que los antisépticos se em
pleen de manera correcta. L a antisepsia debe efectuarse con solución de yodopovidona
al 10% o clorhexidina al 2% , previo a la colocación de la compresa fenestrada, en la zona
de punción ampliada. R ep etir la operación luego de colocada la compresa e inm ediata
mente antes de la punción, siem pre dejando secar el antiséptico; luego, retirar la solución
de yodopovidona con alcohol al 70% , dejar secar la sangre y recién después proceder a la
punción.
Es muy importante llenar el formulario de pedido con los datos del paciente: nombre y
apellido, historia clínica, diagnóstico y ubicación (número de cama-servicio). Completar la or
den, si es posible con el agregado del código de barras que coincide con el de la botella, a fin de
poder identificar la muestra.
Las muestras deben ser conservadas y transportadas a temperatura ambiente hasta que
lleguen al laboratorio de Microbiología. Deben ser enviadas a la brevedad, a efectos de iniciar
su incubación según el método de cada laboratorio.
El volumen mínimo de sangre a colocar en cada botella es 0,5 m L. El momento adecuado
es alrededor del pico febril, pero no durante el mismo, y siempre antes de administrar antibió
ticos. Si el paciente ya está recibiendo antibióticos, la muestra debe ser extraída en el horario
más distante posible respecto de la próxima dosis.
Si el paciente tiene colocado un catéter periférico o un catéter de corta permanencia, deben
tomarse como mínimo dos hemocultivos periféricos, cada uno de venas diferentes, alejadas del
A V colocado.
La evolución clínica del paciente condicionará la permanencia del catéter. El resultado de los
hemocultivos obtenidos luego de 48 horas de incubación permitirá adecuar el tratamiento.
O Staphylococcus coagulasa negativo (S C N ) relacionado con la flora normal de la piel del pa
ciente y las manos del personal.
O Staphylococcus aureus metícílino-resistente (S A M R ) asociado con focos metastáticos de
infección, como osteomielitis y endocarditis.
O Enterococcus vancomicino-resistentes (E V R ), debido al uso prolongado de A T B (vancomidna).
O Colonización con E V R en pacientes con enfermedad de base grave, empleo de catéteres y
estadía prolongada en el hospital.
O Stenotrophom ona m altophilia.
O Klebsiella pneum oniae (resistente a las cefalosporinas).
Los dos últimos fueron obtenidos aisladamente. En brotes por Enterobacter sp., A cineto-
bacter sp., Serratia marcescens y Pseudom ona no aeruginosa se sospecha contaminación del siste
ma de monitoreo de presión, en pacientes con uso prolongado de A T B de amplio espectro.
I n f e c c ió n c l ín ic a d e l s i t i o d e s a l id a d e l c a t é t e r o d e l t ú n e l : presencia de eri
tem a, sensibilidad e induración a partir del sitio de salida del catéter mayor de 2 cm , a lo largo
del trayecto subcutáneo de un catéter tunelizado (p or ejem plo, Broviac, H ick m an ), y sin infec
ción sanguínea concom itante.
Apuntan a que las tasas de infección obtenidas puedan ser comparadas con estándares n a'
cionales e internacionales.
C r i t e r i o 2: paciente que tiene al m enos uno de los siguientes signos o síntom as: fiebre
(m ás de 38°C ), escalofríos o hipotensión. Y al m enos uno de los siguientes:
Una bacteriemia debe ser reportada como tal cuando no hay evidencias de que exista otro
sitio de infección. Las bacteriemias relacionadas con otros focos (excepto accesos vasculares)
son consideradas bacteriemias secundarias. Las seudobacteriemias no deben reportarse.
C r i t e r i o 3: paciente menor de 1 año de edad que tiene al menos uno de los siguientes
signos y síntomas: fiebre (más de 38 °C ), hipotermia (menos de 37 °C ), apnea o bradicardia.
Y al menos uno de los siguientes:
Sepsis clínica
O Criterio 1: paciente que tiene al menos uno de los siguientes signos clínicos sin ninguna
otra causa reconocida: fiebre (más de 38°C ), hipotensión (presión sistólica menor de 90
m m Hg) u oliguria (menor de 2 0 mL/h), así como hemocultivo no realizado o negativo
para antígenos o microorganismos, sin infección aparente en otro sitio, y en el cual el mé
dico a cargo instituye un tratamiento para sepsis.
O Criterio 2: paciente menor de 1 año de edad que tiene al menos uno de los siguientes sig
nos clínicos y síntomas sin otra causa reconocida: fiebre (más de 38 °C ), hipotermia (m e
nos de 37°C ), apnea o bradicardia y hemocultivo no realizado o negativo para antígenos o
microorganismos, sin infección aparente en otro sitio, y en el cual el médico a cargo insti
tuye un tratamiento para sepsis.
O Presencia de acceso vascular que finaliza o cierra en el corazón o en uno de los grandes va
sos. Un catéter umbilical arterial o venoso se considera un catéter central.
O La bacteriemia se considera asociada con el catéter central cuando el mismo ha estado en
uso 4 8 horas antes del desarrollo de la bacteriemia. Si el tiempo entre el inicio de la in
fección y el uso del catéter supera las 4 8 horas, constituye evidencia de que la infección se
relaciona con el catéter central.
O Criterio 1: paciente que tiene un microorganismo cultivado de una vena o arteria removi
da durante una operación quirúrgica, sin hemocultivos realizados, o realizados con resul
tado negativos.
O Criterio 2: paciente que presenta evidencia de infección arterial o venosa observada duran
te operación quirúrgica o examinación histopatológica.
O Criterio 3: paciente que tiene al menos uno de los siguientes signos o síntomas sin otra
causa reconocida: fiebre (más de 38°C ), dolor, eritema o calor que afecta el sitio vascular y
más de 15 ufe cultivadas en la punta de la cánula intravascular empleando un cultivo semi-
cuantitativo, y el hemocultivo no ha sido realizado o ha resultado negativo.
O Criterio 4 : paciente con drenaje purulento que afecta el sitio vascular y el hemocultivo no
ha sido realizado o ha resultado negativo.
• Guía de cuidados
Objetivo
O Categoría IA : recomendación firme para poner en práctica, apoyada sólidamente por es
tudios experimentales, clínicos o epidemiológicos bien diseñados.
O Categoría IB : recomendación firme para poner en práctica, apoyada por algunos estudios
experimentales, clínicos o epidemiológicos y por un concepto teórico sólido.
O Categoría IC : requerida por regulaciones del Estado, reglas o estándares (no aplicable en
Argentina).
O Categoría II: para ser puesta en práctica requiere ser apoyada o sugerida por estudios clí
nicos o epidemiológicos o por un concepto teórico.
O Categoría D : cuestión no resuelta: tema o asunto para el cual la evidencia disponible resul
ta insuficiente, o bien no existe consenso respecto de su eficacia.
Recomendaciones
Personal de salud
H ig ien iz a r ad ecuadam ente las m anos m ed iante lavado con agua y ja b ó n o gel de
base alcohólica, antes y después de palpar los sitios de in serción del ca téter; in sertar o
reem plazar el catéter, o cam biar los ap ósitos. N o debe palparse el pu nto de in serción
luego de aplicar la an tisep sia, a m enos que se m antenga la técn ica asép tica (C ateg oría
I A ).
El empleo de guantes no exceptúa del lavado de manos previo y posterior al procedimiento
(Categoría IA ).
S e recomienda limpiar previamente la piel cercana al sitio de inserción del catéter con ja
bón antiséptico, a fin de disminuir la flora residente y eliminar la flora transitoria, que coloniza
al paciente luego de 4 8 a 7 2 horas de permanecer en la U C IN , y que es con gran frecuencia
responsable de las B R C .
Antes de insertar el catéter, y cuando se efectúen los cambios de cobertura, aplicar en la
piel un antiséptico adecuado (Categoría IA ).
En pacientes muy prematuros no se recomienda utilizar alcohol, ya que se absorbe la piel
inmadura. Una vez finalizado el procedimiento de inserción del AV, y antes de fijarlo, es con
veniente retirar los restos de la solución antiséptica (yodopovidona) con agua destilada estéril,
a fin de evitar su absorción; secar con gasa estéril y realizar la fijación.
Asim ism o, se debe dejar que el antiséptico seque al aire antes de introducir el catéter.
En el caso de la yodopovidona, es preciso m antenerla 1 min si no ha secado antes de la
inserción. Recientem ente se sugirió su reemplazo por solución clorhexidina al 2% (C a te
goría IB ).
N o aplicar solventes orgánicos (por ejemplo, acetona o éter) en la piel antes de la inserción
del catéter o durante los cambios de apósito, ya que pueden dañar el catéter (Categoría IA ).
En este caso se mantiene la técnica aséptica para la inserción y el cuidado de los catéteres
intravasculares (Categoría IA ).
Para la inserción de catéteres, así como para el cambio de su cobertura, es necesario utilizar
siempre guantes, limpios o estériles, según el caso (Categoría IA ).
Es posible emplear guantes no estériles para la inserción de catéteres periféricos, siempre
y cuando el sitio de acceso no sea palpado tras la aplicación de antisépticos en la piel (Catego
ría IA ).
N o deben usarse de manera rutinaria procedimientos de incisión de la piel como método
para insertar catéteres, en especial en los R N (Categoría IA ).
Es preciso observar o palpar regularmente los catéteres a través del apósito. La frecuencia
de la evaluación del sitio de inserción dependerá de la situación clínica del paciente. En caso de
detectarse signos de dolor en el punto de inserción, fiebre sin foco u otras manifestaciones que
sugieran infección local o sistémica, es necesario retirar el apósito y examinar directamente el
punto de inserción (Categoría IB ).
Cuidados del lugar de inserción del catéter
H)‘
O Para determinar cuándo debe reemplazarse un catéter que puede ser fuente de infección
es preciso emplear un criterio clínico; por ejemplo, no cambiarlo rutinariamente cuando
el único indicador es la presencia de fiebre. N o se recomienda cambiar los catéteres en pa
cientes con bacteriemia o fungemia si resulta poco probable que la fuente de infección sea,
precisamente, el catéter (Categoría II).
O Si se observa salida de material purulento a través el punto de inserción es necesario reem
plazar cualquier C V C de corta duración (Categoría IB ).
O S i el paciente está hemodinámicamente inestable o si se sospecha una infección relaciona
da con el catéter, es menester reemplazar todos los C V C (Categoría I I).
O N o deben emplear técnicas de recambio de catéteres mediante guías si se sospecha la exis
tencia de una infección relacionada con el catéter (Categoría IB ).
SEBASTIAN F E K K t i r ^
Lie. en p ^ ig g 34. Accesos vasculares 497
M.N. 65881 M.P. 2069
Cambio de circuitos
O Los sets de administración, las llaves de tres vías y los prolongadores deben cambiarse al
menos cada 7 2 a 9 6 horas, excepto que se sospeche o documente una infección relacionada
con el catéter (Categoría IA ).
O Los accesorios de los dispositivos intravasculares (tapones de acceso con y sin aguja) deben
ser cambiados con la misma frecuencia que los sets de administración.
O Los sets em pleados para adm inistrar sangre, derivados o em ulsiones lipídicas deben
ser reem plazados dentro de las 2 4 horas posteriores al in icio de la infusión (C a te
goría I B ) .
O S e deben completar la infusión de soluciones lipídicas dentro de las 2 4 horas siguientes al
inicio (Categoría IB ) y las transfusiones de sangre o derivados dentro de las 4 horas desde
el inicio (Categoría I I).
O N o hay recomendaciones acerca del tiempo de perfusión de otros fluidos parenterales. C a
tegoría D /cuestión sin definir o no resuelta.
O N o se recomienda emplear filtros en las tubuladuras u otras partes del sistema con el ob
je to de reducir la incidencia de infecciones (Categoría IA ).
O Las soluciones parenterales especiales (con albúmina, am inoácidos, lípidos, etc.) de
ben ser preparadas bajo campana de flujo laminar, m ediante técnica aséptica (C ate
goría IB ).
O N o deben emplearse preparados intravenosos que presenten turbidez, fugas, grietas, partícu
las en suspensión o que excedan la fecha de vencimiento señalada por el fabricante (Categoría
IB )*
O Siempre que sea posible, se recomienda usar medicamentos o aditivos parenterales en en
vases unidosis (Categoría I I).
O N o mezclar los sobrantes de los envases unidosis para su uso posterior. (Categoría IA ),
O Antes de acceder al sistema, es necesario limpiar las zonas de acceso con alcohol al 70%
(Categoría IA ).
O C errar todas las conexiones del sistem a cuando no se las esté u tilizando (C ategoría
I B ),
Catéteres venosos periféricos
Consideraciones específicas
Consideraciones específicas
Catéteres umbilicales
S e debe limpiar la zona de inserción del catéter umbilical con un antiséptico adecuado an
tes de proceder a insertarlo. Una vez realizado el procedimiento, es necesario retirar los restos
de yodopovidona (antiséptico) con alcohol al 70% o, en el caso de pacientes pretérmino, agua
destilada (Categoría IB ).
Por otra parte, no se debe aplicar sobre la zona umbilical pomadas o cremas tópicas que
contengan antibióticos, ya que pueden promover infecciones fúngicas y/o resistencia bacteria
na (Categoría IA ).
Asimismo, se tienen que adicionar bajas dosis de heparina (0,5 a 1 UI/mL) en la nutri
ción parenteral total o en los fluidos infundidos a través del catéter arterial umbilical (CA U )
(Categoría IB ).
También se deben remover los catéteres umbilicales tan pronto como sea posible, si es que
resultan innecesarios o si se observa algún signo de insuficiencia vascular en las extremidades
inferiores. El C A U no debería permanecer colocado durante más de 5 días (Categoría I I).
S i resultan innecesarios, los catéteres venosos umbilicales (C V U ) deben ser removidos tan
pronto como sea posible; no obstante, pueden permanecer en uso hasta 14 días si se manejan
mediante técnica aséptica (Categoría I I) .
Los C A U deben ser removidos y no reemplazados si existen signos de B R C , insuficiencia
vascular o trombosis (Categoría I I).
Los C V U deben ser removidos y no reemplazados si hay signos de B R C o presencia de
trombosis. (Categoría I I).
Los C V U deben ser reemplazados sólo si su funcionamiento mecánico es incorrecto (Categoría II).
Siempre que sea posible, debe priorizarse el empleo de sistemas transductores descarta-
bles por sobre los reutilizables (Categoría IB ).
Cuando no resulte posible emplear transductores descartables, los transductores reutiliza
bles deber ser esterilizados o sometidos a desinfección de alto nivel, de acuerdo con las indica
ciones del fabricante (Categoría IA ).
Los transductores descartables o reutilizables y demás componentes del sistema deben ser
reemplazados cada 9 6 horas (Categoría IB ).
Los catéteres arteriales periféricos no deben ser reemplazados en forma rutinaria como
medida de prevención de infecciones (Categoría I I).
Tabla 34.6 Recomendaciones de control de infecciones relacionadas con la frecuencia de reemplazo de
catéteres, coberturas, sets de administración y soluciones parenterales
Todos los componentes del sistema de monitoreo invasivo, incluidos el sistema de calibra
ción y la solución que circula en su interior, deben ser estériles (Categoría IA ).
Es preciso reducir al mínimo las manipulaciones y las entradas dentro del sistema de mo-
nitoreo de presión, y piorizar el empleo de un sistema de monitoreo cerrado (por ejemplo, de
circulación continua) por sobre el de un sistema abierto (por ejemplo, que requiera el uso de
jeringas y conectores) (Categoría I I),
E l apósito del C V C debe ser cambiado cada 2 días, si es de gasa, y al menos cada 7 días
si es transparente, excepto en aquellos niños que requieren evaluación del riesgo de retirar el
catéter, con el beneficio que supone el cambio del apósito (Categoría IB ).
Los apósitos de los C V C tunelizados o implantados no deben ser cambiados más de una
vez por semana, hasta que el sitio de inserción haya cicatrizado (Categoría IB ).
Bibliografía
Introducción
Órganos linfoides
Primarios Secundarios
Los seis componentes del S I (células y proteínas) actúan al modo de un todo para desarro
llar una respuesta inmunitaria eficaz.
Por otra parte, en este proceso intervienen las opsoninas, sustancias humorales (Ac, fibro-
nectína y parte del sistema de complemento) que se unen a las células, así como microorganis
mos o partículas para facilitar su digestión por las células fagocitarias (macrófagos y neutrófi-
los). Este proceso se denomina opsonización.
Por ejemplo, al ingresar un antígeno al organismo a través de una lesión, la respuesta local
es la segregación de sustancias químicas que aumentan el flujo sanguíneo en la zona lesionada,
al tiempo que las paredes de los vasos se permeabilizan, permitiendo el paso de los neutrófilos,
que atacan directamente al antígeno (segregan enzimas líricas que lo degradan). Los macrófa
gos colaboran desarrollando la misma acción fagocitaria que los neutrófilos.
Susceptibilidad del RN
O Transplacentaria:
• Virus de inmunodeficiencia humana (V IH )
• Citomegalovirus (C M V )
• Sarampión
• Rubéola
• Sífilis
• Toxoplasmosis
• Hepatitis B (V H B )
• Herpes simple (V H S )
• Gonorrea
O Transamniótica:
• Ruptura precoz de las membranas amnióticas
O Infección hospitalaria: se produce en el período neonatal, cuando el R N adquiere la infección
de su madre, del ambiente hospitalario o del personal que entra en contacto directo con él
Microbiología
Los microorganismos responsables de la infección neonatal varían con los años, posible
mente debido al empleo indiscriminado de A T B , lo cual origina la resistencia de ciertos tipos
de bacterias a los A T B disponibles.
Los agentes patógenos detectados con mayor frecuencia en las U C IN son:
O Grampositivo:
• Stapbylococcus coagulasa negativo, epiderm idis y aureus, asociados con las manos del
personal y las heridas quirúrgicas
• Streptococcus grupo B : relacionado con infecciones del canal del parto
O Gramnegativo
• Klebsiella pneum oniae (K P N ): asociada con sistemas de A R M
• Pseudom ona aeruginosa (PsA e): asociada con líquidos, fluidos y sistemas de oxigeno-
terapia
• Escherichia coli (E . coli) enteropatógena y H aem ophilus influenzae
O Hongos:
• C ándida albicans: asociada con N P T prolongada, antibioticoterapia prolongada de
amplio espectro y cateterismo endovenoso
O Virus:
• Virus sincicial respiratorio (V S R )
• Adenovirus (A D V )
• Rubéola
• Varicela ( V V Z )
• Hepatitis B (V H B )
• Citomegalovirus (C M V )
• Herpes simple (V H S )
• Virus de inmunodeficiencia humana (V IH )
O Generalizada (sepsis)
O Sistem a nervioso central (meningitis)
O Tracto respiratorio (neumonías)
O Tubo digestivo (enterocolitis necrosante)
O Cutánea (dermatitis moniliásica)
Los últimos avances tecnológicos han posibilitado la sobrevida de R N de muy bajo peso
al nacer (M B P N ) y de menor edad gestacional (E G ). Los tratamientos exigen el empleo de
procedimientos invasivos, y los tiempos de internación resultan prolongados, lo cual favorece
la adquisición de la flora prevalente del medio ambiente hospitalario.
Es decir, los procedimientos invasivos constituyen los principales factores de riesgo. Tanto
los catéteres intravasculares centrales, en especial, las vías centrales venosas (V C V ), como la
presencia del tubo endotraqueal ( T E T ) en la asistencia respiratoria mecánica (A R M ) (sobre
todo si es utilizada durante más de 14 días), y el cateterismo urinario (C U R ) con presencia de
sonda vesical (S V ), son utilizados con frecuencia en los R N críticamente enfermos y pueden
ser vehículos para el ingreso de microorganismos al interior del organismo, favoreciendo la
producción de infecciones.
El tiempo de permanencia de los pacientes en la U C IN (por más de 6 0 días de interna
ción) y la gravedad de sus enfermedades constituyen también factores coadyuvantes en la pro
ducción de IH , ju nto con las características especiales del R N en cuanto a la inmadurez de su
sistema inmune.
Los distintos tipos de catéteres, su inserción, su duración según los materiales utilizados,
su propósito, su permanencia, el cuidado en su utilización y manipulación y su mantenimiento
constituyen factores que pueden incrementar los riesgos de complicaciones infecciosas.
La sospecha de infección en el R N se evidencia a través de signos clínicos inespecíficos,
como inestabilidad térmica, rechazo del alimento, somnolencia o letargo, etc.
Bacteriemia
O El lavado de manos debe practicarse antes y después de manipular cualquier parte del sistema.
O Emplear una técnica aséptica estricta en la inserción de catéteres centrales.
O E l personal abocado a la inserción y el cuidado de los catéteres endovasculares debe estar
muy bien capacitado.
O Realizar la antisepsia de la piel en forma correcta, con solución de yodopovidona al 2%;
dejar secar (1 a 2 min) y retirar con alcohol al 70% , dejando secar antes de punzar.
O Utilizar catéteres centrales de inserción periférica (C C IP ), catéteres tunelizados semiim-
plantables o totalmente implantables en aquellos pacientes con terapias intravasculares de
largo plazo (por más de 3 0 días).
O Utilizar gasas estériles y tela adhesiva o un apósito transparente semipermeable para la
cobertura del sitio de inserción.
O Registrar la fecha y la hora de colocación en una zona cercana al sitio de inserción.
O En ningún caso se debe colocar tela adhesiva directamente sobre el sitio de inserción.
O Inspeccionar diariamente el sitio de inserción.
O El catéter y la tubuladura no deben presentar dobleces ni acodaduras.
O Retirar el catéter endovascular apenas se suprima su indicación.
O Limpiar con alcohol al 70% las puertas de acceso al sistema E V (tapones de goma, conec-
tores, llaves de tres vías, etc.).
O Reemplazar las tubuladuras del sistema EV, incluidas las llaves de tres vías, cada 7 2 horas,
si no se compromete la estabilidad del fármaco a infundir.
O Reemplazar las tubuladuras empleadas para el pasaje de sangre, hemoderivados o emul
siones lipídicas, antes de las 2 4 horas.
O Los catéteres venosos periféricos pueden permanecer colocados hasta que se complete la
terapia EV.
O Emplear guantes para la inserción de todos los catéteres endovasculares.
Neumonía
O Fiebre
O Leucopenia
O Manifestación o agravamiento de la tos
O Mayor dificultad respiratoria
O Esputo purulento
O Mayores requerimientos de oxígeno
O Rx que muestra nuevos, progresivos o persistentes infiltrados pulmonares
Son muchos los brotes epidémicos que han demostrado la implicancia de operadores, elemen
tos y equipos contaminados en la producción de infecciones respiratorias intrahospitalarias.
La colonización de las manos del personal hospitalario ha generado varias epidemias, por
lo que se sugiere que la forma más efectiva de disminuir la posibilidad de colonización es el
lavado de manos.
U n modo de introducir M O en el árbol respiratorio es a través de elementos, equipos y
técnicas utilizadas en la terapia respiratoria: nebulizadores, bolsas de reanimación, circuitos de
A R M y aspiración de secreciones (un paciente en A R M presenta entre 6 y 21 veces más riesgo
de padecer una neumonía IH ).
O tros dispositivos biomédicos utilizados para exámenes diagnósticos y/o tratamientos
(como broncoscopios, espirómetros, equipos para medir la función pulmonar, máscaras y cir
cuitos de anestesia y A R M ) constituyen también reservorios que facilitan la multiplicación de
bacterias hidrofilicas que pueden ser aerolizadas durante su empleo.
S e han encontrado gérmenes grampositivos como Pseudomonas sp., Stenotropkomonas sp.,
Flavobacterium y micobacterias.
El riesgo potencial de neumonías en pacientes que requieren A R M se relaciona con la
contam inación, con bacterias originadas en la orofaringe, a partir del condensado que se for
m a en las tubuladuras inspiratorias del circuito del equipo de A R M , como resultado de la
diferencia de temperatura del gas de la fase inspiratoria y del aire ambiental. S e recomienda
evitar que el condensado de las tubuladuras drene en dirección del paciente. Es preciso dre
nar y desechar condensados de manera periódica.
En aquellos elementos que no puedan someterse a esterilización (debido al tipo de mate
rial o al tiempo de reutilización entre pacientes), se recomienda la desinfección de alto nivel y
el enjuagado con agua estéril, así como la esterilización de todos los elementos de terapia res
piratoria.
El C D C señala una frecuencia de recambio de los circuitos de A R M no inferior a 4 8 a
7 2 horas, y no establece un tiempo máximo. En la mayoría de las instituciones, el recambio se
realiza cada 5 a 7 días.
Controversias
Para la aspiración de secreciones es posible utilizar dos sistemas: el abierto de un sólo uso
y el cerrado de usos múltiples. Este último reduce la contaminación ambiental; no obstante, es
preciso efectuar nuevos estudios para comparar las ventajas de ambos sistemas.
Para aspirar secreciones respiratorias se prioriza el empleo de guantes limpios (látex o vi-
nilo, “de examinación”) por sobre los guantes estériles. Las recomendaciones del C D C no re
suelven este aspecto de manera definitiva; en ese sentido, se considera que es necesario efectuar
nuevos estudios para llegar a una conclusión final.
El beneficio del empleo de filtros bacterianos de alta eficacia en los circuitos de respirador,
con el objeto de prevenir la neumonía nosocomial, no ha sido demostrado. Por tanto, para
probar su validez en el control de las infecciones pulmonares es necesario contar con nuevos
estudios.
La sola presencia de un catéter vesical comporta el riesgo de que se produzca una infección
urinaria asociada.
S i bien actualmente el empleo de sistemas de drenaje cerrado se ha generalizado, el tracto
urinario se coloniza de cualquier modo alrededor de los 10 días posteriores a la colocación de
una sonda vesical.
Las alteraciones anátomofisiológicas generadas por la sonda vesical persisten luego de re
tirada ésta, y el riesgo de infección se mantiene durante un período de 7 días.
M ás del 90% de las infecciones del tracto urinario (IT U ) se asocian con cateterismo, en
tanto que el 10% restante es secundario a manipulaciones quirúrgicas o instrumentales de la
vía urinaria inferior.
Las diferencias anatómicas existentes entre la uretra femenina y la masculina hacen que
las mujeres resulten afectadas con mayor frecuencia, ya que los gérmenes entéricos acceden
mejor a la vejiga.
La susceptibilidad o la resistencia a la manifestación de infecciones de las vías urinarias
están determinadas por:
O Factores inherentes al huésped (producción local de IgA, presencia de moléculas que faci
litan la adhesión de B G N al epitelio urinario)
O Factores específicos de los agentes infecciosos (su capacidad de adherirse al epitelio urina
rio determina su virulencia y su patogenicidad)
Es preciso efectuar el lavado de manos antes y después de manipular cualquier parte del
sistema urinario.
Para tomar contacto con la orina, el operador debe emplear guantes no estériles, remover
después de usar y lavarse nuevamente las manos.
El C U R y la tubuladura no deben presentar dobleces ni acodaduras, a fin de evitar el re
flujo vésicoureteral.
La colocación de C U R se justifica sólo ante la existencia de obstrucción del tracto urinario,
vejiga neurogénica, disfunción o retención urinaria, cirugía urológica o de las estructuras con
tiguas, control estricto de diuresis en pacientes críticamente enfermos o sedación profunda.
Es necesario emplear un catéter adecuado respecto del tamaño del meato urinario, a efec
tos de evitar el trauma del mismo.
El catéter urinario no debe permanecer colocado más tiempo que el necesario. El personal
que coloca y maneja los catéteres debe estar entrenado periódicamente en la técnica correcta
de inserción y mantenimiento, al tiempo que debe conocer sus complicaciones.
La higiene perineal debe realizarse con las soluciones antisépticas aprobadas por el servi
cio de control epidemiológico e infectología (S C E e I). E l C U R debe ser colocado mediante
técnica aséptica y equipo estéril. S i se utilizan lubricantes, deben ser estériles y provistos en
forma de unidosis.
Una vez colocado, el C U R debe ser asegurado, a efectos de prevenir los movimientos y la
tracción uretral.
Es necesario mantener un sistema de drenaje continuo y cerrado. Los sitios de ingreso de
M O son la periuretra, y las conexiones y la válvula de desagote del sistema.
El sistema seleccionado debe contar con válvula de desagote seguro, no tener pérdidas y
ser fácil de manejar. La bolsa colectora debe vaciarse regularmente, empleando recipientes ex
clusivos para cada paciente y sin contaminar la válvula de desagote.
E l sistema de drenaje no debe desconectarse del C U R ; si se obstruye, es preciso cambiar
todo el sistema.
• Virus respiratorios
Los virus respiratorios afectan fundamentalmente a adultos, niños y lactantes. Las infec
ciones respiratorias de origen viral están siempre asociadas con brotes estacionales comunita
rios.
El Hospital Prof. Dr. Juan P. Garrahan cuenta con un programa de control de infeccio
nes específico. A través del servicio de Microbiología, se obtienen los resultados virológicos a
partir de los cuales se practican los aislamientos y se aplican las correspondientes medidas de
control de infecciones, brindando asesoramiento al respecto a padres y a personal asistencial.
El objetivo de este programa es reducir el número de casos intrahospitalarios.
Durante los meses de otoño e invierno, las distintas áreas de internación del hospital reci
ben informes mensuales relacionados con la frecuencia de aparición de cada uno de los virus
respiratorios estacionales. S e ofrece, también, información escrita al personal, especificando
los tipos de aislamiento, la forma de transmisión y los principales aspectos a tener en cuenta
para minimizar su propagación en el medio ambiente hospitalario.
Vacunación antigripal
Los trabajadores de la salud que tienen contacto frecuente con pacientes con influenza
pueden adquirir la infección y, a su vez, transmitirla a los pacientes internados por otras cau
sas. Por ello, deben recibir anualmente una dosis de vacuna antigripal.
La vacuna se fábrica anualmente e incluye los virus antagónicamente similares a las cepas de los
distintos grupos de influenza con predominio reciente (variación estacional previa) en todo el mun
do. Su efectividad aproximada en la prevención de la enfermedad en adultos jóvenes es del 90%.
Asimismo, reduce en un 75% las muertes por influenza y las complicaciones en pacientes de alto
riesgo que requieren hospitalización. De manera indirecta, produce otros beneficios como la dismi
nución de casos de enfermedad en el personal, con la consiguiente reducción del ausentismo.
Los efectos adversos más frecuentes son el dolor y la sensibilidad local, que pueden pro
longarse hasta 2 días luego de administrada la vacuna. Este dolor no impide que las personas
vacunadas realicen sus actividades habituales. También pueden presentarse fiebre, mialgias y
dolor de cabeza entre las 6 y 12 horas posteriores a la administración de la vacuna, auque no
suelen persistir más allá de los primeros 2 días.
Adenovirus
Planta física
Una disposición inadecuada de la planta física puede perjudicar seriamente los procesos
de atención en la U C IN . La U C IN debe estar ubicada cerca de la sala de partos, y sus caracte
rísticas físicas deben aproximarse a las ideales, a fin de optimizar los requerimientos de circu
lación, higiene y seguridad, tanto para el personal como para el paciente, y favorecer la limpieza
del medio ambiente en función de prevenir la proliferación de gérmenes hospitalarios.
Los techos y las paredes deben ser lisos, y no deben presentar roturas ni filtraciones; las
ventanas deben estar cerradas herméticamente; los pisos deben ser lisos, de material resistente,
con zócalos sanitarios (redondeados); las puertas deben poseer sistema vaivén para el ingreso
a los distintos sectores.
E l sistema de ventilación debe estar controlado y contar con filtros de alta eficiencia
(H E P A 95% ), los cuales deben ser reemplazados al menos una vez al año. El aire debe ser in
troducido a la altura de los techos y aspirado a la altura de los pisos. La temperatura ambiental
debe estar controlada.
Es preciso que se disponga de, por lo menos, una pileta cada 4 a 6 unidades de pacientes, a
una distancia no mayor de 6 m respecto de cada una. Si se cuenta con un número menor de pi
letas, las faltantes deben ser suplantadas con dispensadores de soluciones de base alcohólica.
Es necesario contar al menos con una habitación para efectuar aislamientos. Cada habi
tación de aislamiento debe incluir: puerta con cierre automático, pileta exclusiva y elementos
para lavado de manos (jabón y toallas o dispensadores de gel alcohólico).
Dentro de la unidad debe haber un lactario, con heladera de uso exclusivo para el alma
cenamiento de la leche. Debe contar con una pileta exclusiva para lavado y secado de manos:
dispensadores de jabón común y toallas de papel; es necesario que sea profunda, a efectos de
minimizar salpicaduras, y debe estar en buenas condiciones de funcionamiento y sin roturas.
Los grifos deben ser accionables a pedal, codo o célula fotoeléctrica. El recipiente para el des
carte de las toallas de papel debe ser accionable a pedal, estar en buenas condiciones de fun
cionamiento y no tener tapa.
La mesada para el fraccionamiento de la leche materna y las fórmulas de alimentación ela
boradas en la unidad centralizada de lactario debe ser de material no poroso, preferentemente
de acero inoxidable.
S i las fórmulas se preparan y fraccionan en la unidad, se recomienda que esa tarea sea des
empeñada por personal especialmente entrenado, en un ambiente exclusivo y acondicionado
para tal fin. La preparación debe realizarse las 2 4 horas y en forma individualizada por pacien
te y por horario, y cada biberón debe estar debidamente rotulado.
El sector de extracción de leche materna (anexo al lactario, pero fuera de la unidad) debe es
tar a cargo de personal especializado en la promoción de la lactancia materna, dispuesto a ense
ñar las técnicas de extracción de leche materna en forma manual y, si la hubiere, con bomba.
Este sector debe contar con una antesala que incluya percheros individuales o armarios
para que las madres puedan guardar sus efectos personales mientras permanecen allí, y una
pileta para el lavado de manos. También es necesario disponer de una mesada de acero inoxi
dable, para apoyo. S i se cuenta con bomba extractora de leche, debe preverse la provisión de
insumos individualizados para cada usuario.
El hospital debe incluir un espacio alternativo a la U C IN en el que las madres puedan hi
gienizarse y recibir capacitación por parte de personal especializado en fomentar la lactancia.
Los baños y los vestuarios destinados al personal deben estar ubicados fuera del área.
Normas de ingreso
Visitas y personal
Indumentaria
Lavado de manos
Su empleo debe estar normativizado por escrito, detallando el espectro, la dilución, las
aplicaciones y el mantenimiento, al tiempo que debe estar aprobado previamente por el Ser
vicio de Control Epidemiológico e Infectología (S C E e I). En la U C IN deben utilizarse an
tisépticos y desinfectantes de amplio espectro, a efectos de eliminar el mayor número posible
de gérmenes.
Los antisépticos se aplican sobre la piel y otros tejidos; los desinfectantes se aplican sobre
superficies y elementos biomédicos.
Las soluciones antisépticas tópicas y jabonosas deberán estar dispuestas en frascos peque
ños (1 0 0 cm3 a 2 0 0 cm3) cerrados herméticamente con tapa a rosca, o bien en dispensadores
tipo sifón (no más de 5 0 0 cm3) de presentación comercial, con válvula de seguridad.
Si se proveen en bidones, el fraccionamiento de los antisépticos debe efectuarse en la farmacia
del hospital, bajo condiciones de seguridad y en recipientes adecuados. Deben ser entregados
de acuerdo con la periodicidad requerida y conservados en un espacio exclusivo. En este últi
mo caso, el recambio debe realizarse cada 4 8 horas.
Lo ideal es efectuar al menos un baño diario a todos los pacientes; en cuna o bañera, según
las condiciones de cada uno de ellos. Si esto resulta imposible, es preciso implementar higiene
parcial de ojos, boca, cordón umbilical, genitales (según necesidad) y/o previa a la realización
de algún procedimiento invasivo (por ejemplo, colocación de catéter central).
El baño prequirúrgico debe efectuarse según la norma del S C E e I. Antes de la cirugía,
deben efectuarse al menos tres baños con jabón antiséptico, con 6 horas de intervalo; el último
debe ejecutarse en la hora previa al procedimiento.
Materiales
Es necesario asignar una bandeja de uso individual y exclusivo para el paciente, con estetos
copio, termómetro, tela adhesiva, equipo de resucitación individual, guantes de procedimiento.
Si el paciente requiere elementos especiales (por ejemplo, bolsas de ostomía, aerocámara,
medicación tópica, etc.), estos deben estar ubicados en la unidad y no deben ser utilizados en
otro paciente, al igual que la ropa de cama y los pañales.
En la unidad del paciente debe evitarse el acopio indiscriminado de material descartable.
Asimismo, es preciso desinfectar adecuadamente los elementos de uso común entre pa
cientes (manguitos de T A , sensores de saturometría, transiluminador, entre otros), y cam
biar sistemáticamente los circuitos de asistencia respiratoria mecánica, aspiración y oxige-
noterapia.
Cada unidad de paciente debe contar con un descartador para el material cortopunzante,
conforme con las normas de bioseguridad.
Medio ambiente
Las camas (cunas, incubadoras o servocunas), las repisas, los monitores y las mesas auxi
liares utilizadas forman parte de la unidad del paciente.
La unidad del paciente debe ocupar una superficie de 2,8 0 m2, más una separación entre
unidades de 1,30 a 1,50 m, según el modelo de incubadora.
Las superficies de las incubadoras y las cunas suelen contaminarse a través de las manos
de personal o de las visitas, o al apoyar sobre ellas elementos de uso corriente. Por lo general,
las puertas y los comandos se contaminan con gérmenes gramnegativos.
La higiene diaria de la unidad del paciente y el cambio sistemático de incubadoras debe
efectuarse según las normas de la institución (no existe una recomendación fehaciente al res
pecto, pero se estima que resulta prudente realizar estas tareas cada 7 días).
Las cunas y las incubadoras deben mantenerse siempre limpias y desinfectadas. Se lavan
con soluciones jabonosas y, luego de enjuagadas, se repasan con desinfectantes aprobados por
el comité de infecciones (no se pueden usar fenólicos, ya que se han asociado con efectos neu-
rotóxicos en los R N y con bilirrubinemia). Si se emplea hipoclorito de sodio al 1%, es necesa
rio tomar la precaución de dejar secar bien la incubadura o la cuna antes de volver a utilizarla.
Su uso suele ser restringido, ya que afecta los materiales. En su reemplazo puede emplearse
cloroxidante electrolítico, el cual no deja residuos tóxicos.
En la medida de lo posible, debe evitarse el uso de telas adhesivas sobre las cunas, ya que
aumentan los índices de contaminación.
Algunos estudios han demostrado que el uso de pañales descartables produce una me
nor contaminación del medio ambiente con gérmenes provenientes de la materia fecal, si se lo
compara con el empleo de pañales de tela.
S i es necesario pesar los pañales, deberá utilizarse, preferentemente, una balanza exclusiva,
ubicada en el sector de descarte de material sucio. En su defecto, los pañales deberán ser em
bolsados y pesados en la balanza de mesa, a efectos de evitar su contaminación; luego se debe
proceder a limpiar balanza, dejándola en condiciones.
El manejo de la ropa de cama debe ser similar al aplicado para la que se utiliza en el resto
del hospital; no hay recomendaciones especiales al respecto. En el interior de las incubadoras
no deben colocarse juguetes de ningún tipo, sobre todo muñecos de peluche o de felpa, cuya
higiene y desinfección resulta dificultosa.
La desinfección de pisos y superficies de la unidad (monitores, repisas, mesas, mesadas,
etc.) debe efectuarse con solución desinfectante al menos cada 2 4 horas, o según necesidad.
Personal
Aislamientos
Precauciones de aislamiento
S e define de este modo a un sistema que combina las distintas técnicas de barrera a través
de elementos de protección personal (E P P ) y técnicas específicas que se aplican en la atención
a los pacientes.
El objetivo de las precauciones de aislamiento es evitar la transmisión intrahospítalaria de
infecciones, tanto entre pacientes como entre el personal y los visitantes.
El Centro de Control de Enfermedades (C D C ) efectuó en 2 0 0 4 la revisión de las recomen
daciones formuladas inicialmente en 1996. En la oportunidad, el término "infecciones nosoco
miales” o"intrahospitalarias” (IH ), como se las conoce habitualmente, fue reemplazado por “in
fecciones asociadas con el cuidado de la salud” (Healthcare Associated Infections), a fin de que las
precauciones de aislamiento se apliquen tanto a los pacientes hospitalizados como a los que se
encuentran atendidos en su domicilio, en hogares geriátricos y hospitales de día, e incluso al per
sonal encargado de su cuidado.
Esta revisión incluye el manejo de:
Fuente
Huésped
Vías de transmisión
En los hospitales, los microorganismos son transmitidos por diferentes vías. A su vez, un
microorganismo puede ser transmitido por más de una vía. Las vías o rutas principales de
transmisión conocidas son cinco: contacto (directo e indirecto), respiratoria por gotitas de
Fflügge o de contacto respiratorio, respiratoria aérea, vehículo común y vectores.
Contacto directo
Los M O son transferidos de una persona a otra (por ejemplo, a través de cortes o lesiones
en la piel o a través de la vía conjuntival), con mayor frecuencia de paciente a personal (médi
co, personal de enfermería, kinesiólogo o cualquier miembro del equipo de salud) durante las
actividades que requieren contacto personal con el paciente.
Contacto indirecto
Las gotitas de Fflügge son generadas desde una persona (fuente primaria) al hablar, to
ser o estornudar, o bien durante procedimientos realizados a los pacientes, como aspiración y
broncoscopias.
Los riesgos de transmisión dependen del tipo de microorganismo, la densidad de las se
creciones y otros factores ambientales como temperatura y humedad. Las gotitas de Fflügge
pueden alcanzar una distancia máxima de entre 90 cm y 1 m, aunque es probable que algunos
microorganismos alcancen distancias mayores. Estudios recientes recomiendan ingresar a la
habitación del paciente con el barbijo quirúrgico colocado, y no sacárselo hasta retirarse.
Dado que las gotitas se depositarían en las mucosas y en las conjuntivas del huésped sus
ceptible, se trataría, técnicamente, de una forma de transmisión por contacto.
N o debe confundirse con la transmisión aérea, ya que las gotitas no quedan suspendidas
en el aire y su tamaño supera los 5 micrones de diámetro, por lo que no se requieren sistemas
de ventilación especial.
Los M O también pueden ser transmitidos por un vehículo común, como los alimentos, el
agua, los medicamentos, las superficies y los equipos médicos.
La transm isión de M O puede prevenirse mediante la limpieza y la desinfección diaria
de, especialmente, los elementos de la unidad del paciente (cunas, incubadoras, servocunas,
mesas auxiliares, etc.) y los equipos utilizados para su m onitoreo y tratamiento (electrocar
diógrafo, m onitor cardíaco, bom bas de infusión, asistencia respiratoria mecánica, estetos
copio, etc.).
Tipos de aislamiento
Las precauciones de aislam iento o según la form a de transm isión de los M O se im-
plem entan m ediante el empleo de tarjetas que ilustran las técnicas de barrera y enumeran
las enfermedades que requiere cada tipo de aislam iento, así como la duración establecida
para cada enferm edad. E sta modalidad de identificación de los pacientes tiene por objeto
prevenir, alertar e instru ir en form a activa y perm anente al personal, los familiares y los
visitantes.
E l sistema seleccionado por cada institución debe ser conocido por todo el personal, y su
implementación debe ser factible.
PREC A U C IO N ES ESTANDAR
PARA LOS FLU ID O S CORPORALES DE TODOS LO S PACIEN TES
Camisolín/ Barbijo y
Lavadode manos
Delantal Protección ocular
C
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o
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ntactoco
idoscorp
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orales
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esp
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Descartador de No encapuchar
Ropa y basura
punzantes agujas
<£>
Descartar los
cortopunzantes Usoindividual
Cumplir lasnormas
inmediatamente paracadapaciente
dela
despuésdesuuso Institución
distintos materiales: vinilo, látex, nitrilo, etc. Los guantes deben removerse luego de ser usa
dos en cada paciente, o si tomaron contacto con superficies potencialmente contaminadas en
la unidad del paciente.
N o es necesario lavarse las manos con los guantes puestos, ya que esto no garantiza la
remoción de los M O ni la integridad posterior del guante. El empleo inadecuado de guan
tes ha sido asociado con la transmisión de S A M R y bacilos gramnegativos. Cuando se uti
lizan en combinación con otros EPP, los guantes son el último elemento a colocarse y, una
vez finalizado el procedimiento, el primero en retirarse. El retiro debe efectuarse mediante
el empleo de una técnica que evite el riesgo de contaminación (Figura 3 5 .4 ).
gre, es necesario prelavarlas, lavarlas con detergente enzim ático y desinfectarlas con una
solución de hipoclorito de sodio al 1% u otro clorado o desinfectante aprobado por el
S C E e I.
O Lavado de manos: debe efectuarse antes y después de tom ar contacto directo con pa
cientes o con superficies y equipos potencialmente contaminados.
O Manejo de elementos cortopunzantes: no doblar, encapuchar o romper con las manos agu
jas u otros elementos cortopunzantes. Estos deben ser descartados en contenedores con
paredes rígidas y resistentes, los cuales deben contar con cierre final hermético, a efectos
de ofrecer la máxima seguridad en su transporte posterior. Luego de su cierre hermético,
deben ser descartados en bolsa plástica roja, como todos los residuos biopatogénicos.
O Manejo de jeringas: el descartador "ideal” debería perm itir el desecho de jeringas y
agujas en forma conjunta. Las leyes argentinas avalan el descarte de jeringas y agujas
por separado. Cuando el descarte se realice de ese modo, las jeringas usadas deben
desecharse, sin abrir, en bolsas plásticas rojas.
O Los elementos cortopunzantes deben desecharse en los contenedores rígidos aprobados
por la legislación vigente.
O Bandeja intermediaria en cirugía: su objetivo es evitar la entrega “mano a mano” de mate
rial cortopunzante entre el cirujano y el instrumentador. Se trata de una bandeja pequeña,
de acero inoxidable, la cual debe ser esterilizada entre cirugías,
O Procesamiento de manchas de sangre en mesadas, pisos u otras superficies del hospital:
ante una circunstancia de esta índole, el personal de limpieza deberá colocarse guantes de
tipo doméstico y proceder a absorber las manchas con toallas de papel, las cuales deberán
ser descartadas como residuo biopatogénico en bolsas plásticas rojas. La superficie afecta
da debe lavarse con agua y jabón, y puede repasarse luego con hipoclorito de sodio al 1%.
Se basan en las distintas vías de transmisión de las enfermedades. Además de las pre
cauciones estándares que se utilizan con todos los pacientes, se dispone de otras cuatro
Aislamiento de contacto
• Lavado de manos
Al entrar y salir de la habitación y cada vez
que se toque al paciente
• Guantes
En contacto con fluidos orgánicos,
membranas mucosas y piel no intacta
• Materiales contaminados
Descartar como residuo patogénico
• Pañales: Embolsar antes de pesar.
No dejar en piso, cama o superficies
cercanas a la unidad del paciente
• Cam isolín: sólo cuando existan riesgos
potenciales de sufrir salpicaduras de sangre
y/o fluidos corporales
Enfermedad Duración
Conjuntivitis gonocóccica Hasta 24 horas de
iniciada
la terapia antibiótica
Rubéola congénita Durante el primer año de
vida
Meningitis viral 7 días
Hepatitis A Hasta 7 días posicterícia
Impétigo - Escabiosis
Pediculosis - Rabia
Virus sincicial respiratorio
Herpes simple
(inf. mucocutáneas)
Conjuntivitis viral y hemorrágica
Difteria cutánea Durante la enfermedad
Fiebre tifoidea - Guillán Barré
Enterocolitis necrosante
Pacientes infectados por
gérmenes multirresistentes
• Habitación individual
• Lavado de manos
Al entrar y salir de la habitación
«
y cada vez que se toque al paciente
• Guantes
En contacto con fluidos orgánicos,
membranas mucosas y piel no intacta
• Barbijo quirúrgico
Todas las personas que entren
en la habitación, excepto que hayan
9
padecido la enfermedad que origina ■
el aislamiento —
• Materiales contaminados
Descartar como residuo patogénico
Enfermedad Duración
Figura 35.10 Tarjeta identificatoria de aislamiento respiratorio por gotitas (ADECI ®).
Aislamiento respiratorio aéreo
Habitación individual
Presión negativa (puertas siempre cerradas)
6 a 12 recambios de aire por hora
Respirador N 95
Al entrar y salir de la habitación
Personal inmunizado para
varicela o sarampión no necesita
usar respirador
Lavado de manos
Al entrar y salir de la habitación
y cada vez que se toque al paciente
Guantes
Materiales contaminados
Descartar como residuo patogénico
A isla m ie n to s de c o n ta c to m o d ificad o s
P a c i e n t e s c o n p a t ó g e n o s r e s i s t e n t e s a u n o o m á s a n t i b i ó t i c o s : algunos pacien
tes que resultan afectados por microorganismos resistentes a uno o más antibióticos pueden
requerir, además del empleo de las precauciones de aislamiento de contacto común, el agrega
do de elementos de uso personal y las prácticas de control de infecciones específicas.
35. Prevención y control de las Infecciones hospitalarias en las unidades de cuidados intensivos neonatales • 541
Aislamiento de contacto
Enfermedades que lo requieren Duración
D ebe contar con las instalaciones y los elem entos necesarios para realizar lavado
de m anos. Cuando las enferm edades de los pacientes requieran el empleo de una h abi
tación individual y esto no pueda concretarse, es posible recurrir a la cohortización de
pacientes; es decir, agrupar pacientes con una m isma enferm edad en un m ismo lugar de
internación. Las enferm edades de transm isión respiratoria requieren disponer de una
habitación individual, salvo que los pacientes puedan ser cohortizados en una misma
habitación.
Lavado de manos
E s la m edida más sim ple, im portante y eficaz para reducir los riesgos de transm isión
de M O desde un paciente hacia otro o desde un sitio hacia otro en un m ism o paciente.
Las manos deben lavarse siempre luego de quitarse los guantes, debido a que estos
pueden tener pequeñas im perfecciones im perceptibles y a que las manos se contam inan
durante su rem oción.
Guantes
Previenen la contam inación de las manos cuando se tom a contacto con sangre, flui
dos corporales, secreciones, excreciones, membranas mucosas o piel no in tacta. Reducen
el riesgo de exposición a los M O presentes en estas sustancias. Asim ism o, disminuyen la
posibilidad de que se transm itan a los pacientes los M O presentes en las manos del per
sonal durante los procedimientos invasivos o cuando se tom a contacto con membranas
mucosas o piel no intacta (Figura 3 5 .1 2 ).
Reducen la probable contaminación de las manos del personal con M O adquiridos
desde un paciente o fomite, evitando la transmisión hacia otros pacientes. Los guantes
deben ser cambiados entre paciente y paciente.
Deben contar con un buen ajuste nasal, triple tableado, tres capas (una de ellas repe
lente a los líquidos), y las tiras deben ubicarse hacia arriba. El barbijo debe cubrir perfec
tamente la nariz y la boca y debe quedar bien ajustado, de modo que no se generen án
gulos a los costados de la cara, ya que existe la probabilidad de que, a través de este espa
cio, ingrese entre un 10% y un 20% de los M O . Los pacientes que requieren aislamiento
respiratorio por gotitas de Fflügge deben ser atendidos con barbijos quirúrgicos (Figuras
3 5 .1 3 y 3 5 .1 4 ).
R e s p ir a d o r e s N 9 5
Este tipo de protección respiratoria está indicada en la atención de los pacientes con
tuberculosis bacilífera. También se los utiliza frente a enfermedades emergentes como el
SA R S, gripe ocasionada por cepas particulares de influenza u otras cuyo modo de dise
minación aún no ha sido determinado.
La eficiencia de filtración de este tipo de respiradores no debe ser inferior al 95% ; el
flujo de aire debe ser superior a 5 0 L por min, y el cerramiento facial no debe dejar esca
par más del 10% del aire que debe filtrar. Los N 95 se utilizan en la atención de pacientes
que requieren aislamiento respiratorio aéreo.
35. Prevención y control de las infecciones hospitalarias en las unidades de cuidados intensivos neonatales -• 545
Luego de usado, el barbijo quirúrgico debe ser descartado. N o debe llevarse colgado sobre
el uniforme de trabajo o guardado en el bolsillo para volver a ser utilizado, y debe descartarse
en recipientes de residuos patogénicos.
El respirador N 9 5 tiene una duración máxima de 8 a 10 horas (continuas), según lo
establecido por el C D C ante emergencia de S A R S. Sin embargo, el tiempo exacto de du
ración no se conoce con exactitud (es probable que sea superior al señalado). Entre usos,
el N 95 debe guardarse en bolsas de tela o algodón, ya que el plástico retiene la humedad,
lo cual disminuye su vida útil. Su empleo debe ser personalizado. El respirador N 95 debe
ser colocado antes de ingresar a la habitación del paciente y ser retirado una vez fuera de
ella. Luego de retirar el respirador N 9 5 , y más allá de se empleen técnicas especiales, se
recomienda el lavado de manos posterior.
Figura 35.14 Forma de retiro del barbijo para evitar la contaminación de las manos y el medio ambiente.
Transporte de pacientes infectados
• Vigilancia epidemiológica
O Conocer los niveles endémicos de IH asociados con cada uno de los procedimientos in
vasivos.
O Confeccionar curvas endémicas que permitan efectuar comparaciones, a fin de medir el
impacto de los programas de intervención (antes y después).
O Diseñar nuevas medidas de control.
O tro aspecto que se relaciona directamente con la V E es el cálculo de los costos de aten
ción. Una IH significa un incremento de los costos en días de internación, A T B , materiales,
aspecto social, etc.
Todos los profesionales involucrados en la atención del R N de alto riesgo deben conocer
los resultados de su accionar y tener presente que cumplen un rol fundamental en la preven
ción de la transm isión de infecciones en la U C IN .
Dado que las tasas de B A C T -C V C han superado la media propuesta por el C D C , ubicán
dose entre el percentil 75 y el 90, es posible inferir que representa el problema de control de
infecciones más relevante, sobre el que habrá que mantener un “alerta” constante.
Es necesario comunicar al equipo de salud los datos obtenidos mediante la vigilancia epide
miológica, de acuerdo con cada categoría de pacientes, según su peso al nacer, y debatir acerca de
las posibles causas. El personal de enfermería en control de infecciones (E C I) de la U C IN debe
revisar las recomendaciones de control de infecciones junto con el equipo de salud.
Es preciso establecer grupos de trabajo representativos de los diferentes turnos y profesio
nales involucrados, así como consensuar los procedimientos y las normativas a llevarse a cabo
en la U C IN .
Asimismo, deben realizarse ateneos bibliográficos que incluyan recomendaciones interna
cionales sobre colocación, mantenimiento y manejo cotidiano de los catéteres centrales.
Una vez consensuadas, las recomendaciones de control de infecciones relacionadas con el
C V C deben ser difundidas mediante talleres, reuniones de trabajo, charlas formales e infor
males, confección de afiches o carteleras recordatorias de las principales medidas de control
de infecciones, etc. Deben ponerse en marcha campañas de promoción del lavado de manos
(promoción del uso de soluciones de base alcohólica, etc.).
Los contenidos deben ser reforzados con afiches recordatorios, entrega de material biblio
gráfico y educación incidental.
35. Prevención y control de las Infecciones hospitalarias en las unidades de cuidados intensivos neonatales • 549
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Hemoderivados
Mario Mendoza
■ > Introducción
Historia
Empleo
Los hemoderivados son componentes que provienen de la sangre, de la cual pueden obtener
se varios compuestos. En el hospital Garrahan, se fraccionan los siguientes hemoderivados:
O Sangre entera
O Concentrado de glóbulos rojos
O Plasma rico en plaquetas
O Concentrado de plaquetas
O Plasma fresco congelado
O Crioprecipitado
Los hematíes son el componente de la sangre que se transfunde con mayor frecuencia. Se
utilizan para incrementar la capacidad transportadora de oxígeno de la sangre, para mantener
una oxigenación tisular satisfactoria y para elevar el nivel de hemoglobina que se considera
más adecuado para el neonato.
Existen controversias en cuanto a las indicaciones para la administración de glóbulos rojos
sedimentados en los recién nacidos pretérmino de muy bajo peso al nacer (R N P T M B P N ), ya
que la definición de anemia por el nivel de hemoglobina o los signos clínicos es arbitraria. Una
unidad tiene aproximadamente 3 5 0 m L: hematocrito (55% a 60% ); hemoglobina (60 g/dL),
plaquetas no funcionales, plasma con anticoagulante ([(C P D ] = 30 m L [no contiene factores
lábiles de la coagulación en niveles significativos]). Solución aditiva (manitol) = 100 mL. Dosis:
10 a 15 mL/kg de peso. Cada unidad aporta 10 g/kg de hemoglobina o un incremento del 3%
en el hematocrito. Pueden ser irradiados, leucorreducidos y lavados. Se conservan a una tempe
ratura de entre 4 y 6°C , por el término de 4 2 días posteriores a su extracción. Las unidades que
permanecen durante más de 3 0 min a temperatura no controlada fuera del servicio de Hemote-
rapia deben ser devueltas.
Luego de 4 2 días de almacenamiento, los niveles plasmáticos de potasio son de aproxima
damente 50 mEq/L. La dosis de potasio presente en el líquido extracelular es baja. Un bebé de
1 kg de peso que recibe una transfusión de 15 mL/kg de hematíes concentrados (hematocrito:
80% ), incorpora 3 m L de líquido extracelular que contiene 0,15 m Eq de potasio, infundido en
forma lenta (en comparación con los requerimientos diarios: 2 a 3 mEq/kg/día).
Los criterios transfusionales son establecidos por el grupo cooperativo estadounidense
A B O (Tablas 3 6 .3 ,3 6 .4 y 36.5).
Tabla 36.3 Hematocrito en recién nacido de bajo peso al nacer (RNBP) con asistencia respiratoria me
cánica (ARM).
Hematocrito 31-35%:
• Si el RN recibe más de 35% de oxígeno suplementario por máscara
• Intubado en CPAP o en ARM, con presión media de vías respiratorias > 6-8 cm H20
Hematocrito 21-30%:
• Si recibe menos de 35% de oxígeno suplementario por máscara
• Intubado en CPAP o ARM con presión media de vías respiratorias < 6 cm de H20
• Apnea y bradicardia significativas (> 9 episodios en 12 horas o 2 episodios en 24 horas que re q u ie ra n ventilación
con bolseo y máscara) mientras está recibiendo dosis terapéuticas de metilxantinas
• Taquicardia >180 por min o taquipnea > 80 por min persistentes durante 24 horas
• Aumento de peso <10 g/día observado luego de 4 días de recibir aporte >100 kcal/kg/día
• Si es necesario, someterlo a cirugía
Hematocrito < 21 %:
• Asintomático con reticulocitos < 1%
Tabla 36.4 Compatibilidad según grupo ABO
A A O Ninguna Ninguna
B B O Ninguna Ninguna
AB AB A B O
Equipo
O Unidad de glóbulos
O Equipo de transfusión con filtro, llave de tres vías, jeringa y prolongador
O Bom ba infusora
O Guantes estériles, gasas, compresas
O Oxígeno, bolsa y máscara
O La unidad debe contar con corticoides y añtihistamínicos
Procedimiento
O Recibir la bolsa.
O Recibir la etiqueta firmada por el técnico y adjuntarla (abrocharla) a la planilla de enfermería.
O Identificar al bebé.
O Verificar y controlar que el nombre del bebé se corresponda con el que figura en la bolsa.
O Verificar y controlar el grupo y el factor sanguíneo del bebé y de la bolsa.
O Verificar y controlar las indicaciones.
O Aguardar hasta que la bolsa se encuentre a temperatura ambiente.
O Lavarse las manos.
O Controlar los signos vitales y registrar los datos en la planilla de enfermería.
O Reunir el material.
O Preparar la unidad a transfundir, previa colocación de guantes estériles. Sobre compresa
estéril, proceder al purgado del circuito, con filtro (todos de 170 a 2 6 0 micrones, que re
tienen microagregados formados por glóbulos blancos, plaquetas y coágulos de fibrina).
Luego, colocar una llave de tres vías y conectar una jeringa a la llave, a fin de cargar el vo
lumen de sangre necesario. Mantener el circuito cerrado, por si fuera necesario cargar más
volumen.
O Verificar la permeabilidad del acceso vascular.
O Administrar en un lapso de 2 a 4 horas.
O Utilizar el acceso venoso periférico de colocado recientemente.
O En ningún caso debe emplearse una aguja para pasar la jeringa, ya que puede producirse
hemolisis.
O Para la administración, pueden utilizarse catéteres umbilicales o venosos centrales, to
mando el recaudo de no hacerlo en forma conjunta con N T P o dextrosa, ya que pueden
producir hemolisis.
O Lavar los catéteres con solución salina normal, antes y después de usarlos.
O Permanecer ju n to al bebé, al menos durante los primeros 15 min (es el lapso en que se
producen las reacciones adversas más graves) de infusión, a fin de detectar precozmente
signos y síntomas de reacción adversa.
O S i se detecta alguna reacción adversa, proceder del siguiente modo:
• D etener la transfusión
• Comunicarse con el servicio de Hemoterapia
• Mantener el acceso venoso permeable
• Tom ar signos vitales
• Verificar que la identidad del bebé coincida con los datos de la etiqueta de la unidad
• Conservar la unidad
• Iniciar el tratamiento pertinente
O N o se recomienda el empleo de percutáneas, ya que incrementa el riesgo de formación de
trombos, la disminución del calibre del catéter aumenta la presión de infusiqn, y pueden
producirse hemolisis, taponamiento o ruptura del catéter.
O Las bombas deben estar probadas y aprobadas para la infusión de C G R , y deben ser em
pleadas estrictamente bajo las recomendaciones del fabricante, ya que existe riesgo de he
molisis. La presión programada no debe superar los 30 0 mmHg.
O Si es necesario calentar la sangre por la urgencia en la administración, el procedimiento
debe efectuarse con control estricto de la temperatura; de lo contrario, las consecuencias
pueden ser fatales para el bebé.
O S e recomienda no administrar fármacos o fluidos endovenosos ju nto con las transfusio
nes. N o hacerlo en paralelo, ni agregar a la bolsa y tampoco a la guía. Si resultara estricta
mente necesario aplicar fármacos, es preciso lavar el acceso venoso con solución fisiológica
isotónica, administrar medicación, volver a lavar con solución fisiológica y retomar nueva
mente la infusión. Todo el procedimiento debe efectuarse mediante técnica aséptica.
O Soluciones compatibles para administrar simultáneamente: solución fisiológica isotónica
de C L N A al 0,9% ; albúmina al 4 a 5%; plasma A B O compatible.
O Las soluciones que nunca deben administrarse en simultáneo con las transfusiones son
las siguientes:
• Electrólitos y soluciones coloides que contengan calcio, como el Ringer lactato
• (provoca coagulación en la vía de administración).
• Dextrosa o soluciones hipotónicas de N A (provocan hemolisis).
O Luego de finalizada la infusión, debe registrarse en la hoja de enfermería cómo fue tolera-
do el procedimiento y si se produjo algún tipo de complicación.
O Registrar en la etiqueta de la unidad los datos correspondientes a la finalización de la
transfusión; firmar y adjuntar la etiqueta a la hoja de indicaciones médicas.
O Retirar la guía de infusión y descartarla según normas de bioseguridad.
O S i la transfusión se suspende, completar el registro correspondiente en la etiqueta adjunta
da a la unidad. Comunicar la suspensión y sus causas al servicio de Hemoterapia.
Concentrado de plaquetas
Las plaquetas se obtienen a partir de una unidad de sangre entera, o bien por afére
sis. Luego de centrifugada la unidad, el plasma rico en plaquetas se separa de la fracción
de eritrocitos y es centrifugado nuevamente, a fin de separar una unidad de plasma fresco
congelado y una unidad de plaquetas. Cada concentrado tiene aproximadamente más de
5 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 plaq/mm3; plasma (entre 5 0 y 7 0 m L), leucocitos y glóbulos rojos (canti
dad escasa). Por aféresis, se obtienen 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 plaq/mm3, plasma (2 0 0 m L a 4 0 0
m L); leucocitos (5 0 0 0 0 0 0 ) y glóbulos rojos en cantidad escasa. Este producto puede alma
cenarse hasta 5 días a una temperatura de entre 2 2 y 2 4 °C , en agitación permanente. Las
unidades que permanecen más de 3 0 min a temperatura no controlada fuera del servicio de
H em oterapia deben ser devueltas.
Las plaquetas deben administrarse a los bebés con recuento plaquetario bajo, sangrado
activo o precirugía invasora (Tabla 3 6 .6 ). E l objetivo de la transfusión es elevar el nivel pla
quetario. S e emplea una unidad de plaquetas cada 10 kg de peso; una unidad elevará el valor
plaquetario a 5 0 0 0 uL. A los R N que reciben multitransfusiones de plaquetas, se les debe ad
ministrar hemoderivados filtrados (sin leucocitos), a efectos de disminuir la aloinmunización
y el rechazo de las plaquetas.
La reducción sistem ática del volumen de los concentrados plaquetarios mediante pa
ses adicionales de centrifugación es innecesaria e inconveniente. Todos los concentrados
plaquetarios contienen aproximadamente 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 plaq/m L. E l volumen de sangre
de un bebé es de aproximadamente 7 0 mL/kg. U n neonato de 1 kg de peso poseerá 7 0 mL
de sangre circulante. En este marco, la adm inistración de 10 mL/kg de plaquetas añadirá
1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 plaquetas a 7 0 m L de sangre, lo cual incrementará el recuento plaquetario
a 1 4 0 0 0 0 plaq/mm3. S i se tiene en cuenta que la recuperación postransfusional no es per
fecta, el increm ento calculado resulta altamente compatible con el observado clínicamente.
Esta dosis no representa un volumen de transfusión excesivo, siempre y cuando se ajuste y
se controle la administración de otros líquidos, medicamentos y nutrientes por vía intrave
nosa.
Es importante evitar la transfusión del grupo 0 a pacientes de los grupos A o B, debido a
que los anticuerpos pasivos anti A y anti B pueden producir hemófisis (Tablas 3 6.7 y 36.8).
La administración debe efectuarse con la mayor rapidez posible, de acuerdo con el estado
clínico del bebé, y en un tiempo inferior a 2 horas, ya que en condiciones estáticas las plaquetas
tienden a agregarse y adherirse entre sí. S e recomienda agitar suavemente la preparación, a fin
de impedir la agregación plaquetaria en la jeringa y en las tubuladuras.
El resto de las recomendaciones son similares a las efectuadas en el caso de la transfusión
de hematíes.
Tipo de pacientes Recuento plaquetario
Granulocitos neutrófilos
Los leucocitos se obtienen por leucoféresis, la cual ha resultado beneficiosa en algunas for
mas de neutropenia. En la actualidad, su empleo resulta excepcional en las U C IN , entre otras
causas porque su obtención es dificultosa y por la evidente eficacia de la administración de G -
C S F para elevar rápidamente el nivel leucocitario.
En tre las alteraciones que pueden presentar los neutrófilos en el neonato se incluyen
la neutropenia absoluta y relativa, la dism inución de la quim iotaxis, las alteraciones en
la adherencia y la agregación, los defectos en la orientación celular y en la cobertura del
receptor, la dism inución de la capacidad de deform ación, la im posibilidad de m odificar
el potencial de m em brana durante la estim ulación, los desequilibrios en el m etabolism o
oxidativo y la dism inución en la capacidad de soportar el estrés oxidativo. Las alteracio
nes son sepsis fulm inante, neutropenia relativa (m enos de 3 000/ m m 3 durante la prim e
ra semana de vida; m enos de 1 0 0 0 / m m 3 posteriorm ente) y dism inución intensa de las
reservas medulares de neutrófilos (m enos del 10% de las células medulares nucleadas
correspondientes a neutrófilos posm itóticos). Estas alteraciones sé acentúan en los R N
pretérm ino, los cuales presentan un riesgo de m ortalidad elevado cuando son tratados
únicam ente con antibióticos.
Debe administrarse una dosis de 1 0 0 0 0 0 0 000/kg de neutrófilos por transfusión, diaria
mente, hasta que desaparezca la infección o hasta que el recuento de neutrófilos sea superior
a 500/m m 3.
Se obtiene a partir de la centrifugación de una unidad de sangre entera o a partir de una do
nación de plaquetas por aféresis. S i se congela dentro de las 8 horas de su recolección y se conser
va a -3 0 °C, mantiene su viabilidad durante 12 meses. Una vez descongelado, procedimiento que
insume 30 minutos, si no es transfundido, es preciso almacenarlo a una temperatura de entre 4 y
6 °C e infundirlo dentro de las 2 4 horas. Las unidades que permanecen más de 30 min a tempe
ratura no controlada fuera del servicio de Hemoterapia deben ser devueltas.
Actúa como fuente de factores de la coagulación. N o debe utilizarse como expansor de la
volemia ni como fuente nutricional de inmunoglobulina. Las indicaciones son las siguientes:
Crioprecipitados
S e elabora a partir del plasma fresco congelado, por descongelamiento lento a entre 2 y
4 °C , seguido de la separación del precipitado y su recongelamiento. Cada unidad tiene entre
15 y 2 0 m L, que contienen más de 8 0 unidades de factor V III, cantidades variables de factor
X I I I , más de 150 mg de fibrinógeno y fibronectina en 5 a 10 m L de plasma. S e utiliza para
reponer fibrinógeno y factor V I II . En la hemofilia A y en la enfermedad de von W illebrand se
prioriza el empleo de productos liofilizados industrializados. S e conserva a -3 0 °C y tiene una
vida útil de 12 meses. Una vez descongelado, procedimiento que insume 30 min, si no es trans
fundido, es preciso almacenarlo a una temperatura de entre 4 y 6°C e infundirlo dentro de las
Paciente 1o opción 2o opción 3o opción 4° opción
B B AB Ninguna Ninguna
O O AB A B
2 4 horas. Las unidades que permanecen más de 30 min a temperatura no controlada fuera del
servicio de Hemoterapia deben ser devueltas.
Albúmina
O Hipoalbuminemia:
• N o debe administrase albúmina como suplemento en pacientes hipoalbuminémicos
que requieren intervención nutricional (enteral o parenteral). La administración exó-
gena de albúmina inhibe la síntesis endógena.
• En pacientes con shock refractario, es posible considerar la administración durante
períodos cortos.
O Shock:
• Iniciar la resucitación con solución fisiológica como primera elección.
• Considerar el empleo albúmina sólo cuando no se obtiene respuesta luego de 2 a 3 ex
pansiones con cristaloides.
• En caso de hemorragia o alteración de la coagulación, no debe considerarse sustituto
de hemoderivados.
O Quemaduras:
• Iniciar la resucitación con cristaloides. En los grandes quemados, pasadas las primeras
8 horas poslesión, es posible agregar albúmina.
• En etapas posresucitación, si la hipoalbuminemia es grave y el paciente se encuentra en
shock refractario, es posible considerar el suplemento durante períodos cortos.
O Síndrome nefrótico:
• El tratamiento de elección consiste en la administración de diuréticos.
• En pacientes con edema periférico grave o pulmonar refractario a la terapéutica diurética,
es posible considerar la administración conjunta de albúmina hipertónica y diuréticos,
O Síndrome ascítico-edematoso:
• La ascitis asociada con cirrosis hepática debe manejarse con restricción de sodio y diu
réticos. S e indica a pacientes que rechazan los tratamientos conservadores.
Irradiación
Leucorreducción
■W Datos estadísticos
Tabla 36.11 Clasificación de las reacciones asociadas con la transfusión según el momento de aparición
Lesión pulmonar aguda asociada con la transfusión Infecciones transmisibles por transfusión (virales,
(TRALI) paréis¡tarias)
Hipotensión
Hemolismo no inmune
Hipotermia
Embolia gaseosa
Complicaciones metabólicas
• Consentimiento informado
M ediante este procedim iento, los padres o el fam iliar responsable del cuidado del R N
(inform ados adecuadamente por el m édico) aceptan o no som eterse a determ inados p ro
cedim ientos diagnósticos o terapéuticos, en función de sus propios valores éticos, morales
o religiosos.
La necesidad de este consentimiento surge del reconocimiento de la importancia que tie
ne para los padres o los fam iliares la participación en el proceso de toma de decisiones que le
afectan, para lo cual resulta fundamental la información.
Para que el consentimiento se constituya en un proceso efectivo, es necesario que la informa
ción brindada a los padres o al familiar sea clara y precisa, y que contemple los siguientes aspectos:
Desarrollo
Es necesario:
O Leer ju nto con los padres o el familiar responsable cada uno de los puntos del consenti
miento.
O Brindar información breve y concisa acerca de los puntos contenidos en el consentimiento.
O Aclarar las dudas surgidas de la información brindada.
O Asegurarse de que los padres o el familiar a cargo reciban el tríptico que contiene infor
mación adicional.
O Marcar en el formulario lo que corresponda.
O H acer firmar el consentimiento.
O Archivar el consentimiento en la historia clínica del paciente.
Solicitud de la transfusión
La etiqueta debe ser una herramienta útil para mejorar la seguridad del paciente:
Alternativas a la transfusión
O Emplear microtécnicas de laboratorio que requieran cada vez menos cantidad de sangre;
reemplazo de algunas determinaciones de laboratorio por técnicas de monitoreo transcu
táneo (oxígeno, anhídrido carbónico, saturación).
O Usar un criterio conservador en la administración de transfusiones.
O Minimizar la pérdida de sangre por flebotomías.
O Elim inar aquellos estudios de rutina que no sean im prescindibles para el m anejo el
paciente; adoptar programas de donante lim itado (dador único), dem ostrado por un
estudio de Liu y colaboradores, en el que se com unica que una misma unidad de san
gre puede ser empleada durante 35 días sin com plicaciones, a efectos de poder realizar
múltiples transfusiones de pequeños volúmenes a p artir de esa misma unidad (Tabla
3 6 .1 2 ).
Desde hace varios años, a fin de m inim izar la exposición a donantes, el H osp ital Juan
P. G arrahan emplea el fraccionam iento de la bolsa original a través del uso de bolsas sa
télites de pequeño volumen (m ediante una conexión estéril o el empleo de bolsas cuádru
ples).
Este procedimiento es fundamental para los pacientes neonatales, ya que con una misma
bolsa pueden ser transfundidos entre 6 y 10 veces durante su internación, con exposición a un
solo donante.
Disminuir el número y el volumen de extracciones para estudios Utilizar micrométodos que requieran menor
de laboratorio volumen
Efectuar monitoreos no invasivos
Eliminar los análisis no imprescindibles
Establecer criterios transfusionales más estrictos No transfundir para reposición
Replantear las indicaciones
Disminuir la incidencia de enfermedad respiratoria Corticoides a la madre
Surfactante
Óptima asistencia ventilatoria mecánica
Óxido nítrico
Nuevas prácticas transfusionales Donante limitado
Autotransfusión de sangre de placenta
Utilización de eritropoyetina recombinante humana A partir de la tercera semana de vida
Precozmente
¿Pinzamiento (C la m p e o ) tardío del cordón umbilical?
El empleo de autotransfusión con sangre de placenta recolectada en el momento del parto
(por los volúmenes factibles de recolección) es una técnica muy costosa y riesgosa, ya que im
plica altos niveles de contaminación.
La anemia debe corregirse con sulfato ferroso, ácido fólico y vitamina B12.
T r a n s f u s ió n d e sa n g r e a u tó lo ga ( d o n a c ió n ): recuperación intraoperatoria de
sangre. Consiste en recolectar la pérdida sanguínea del campo quirúrgico o de la bom ba de
circulación extracorpórea, y en la subsecuente reinfúsión al mismo paciente mediante el em
pleo de equipos específicos.
Bibliografía
«r Introducción
Radiografías
Los rayos X son radiaciones electromagnéticas ionizantes que viajan a una velocidad simi
lar a la de la luz. Tienen la propiedad de penetrar y atravesar la materia; al hacerlo, pueden ser
absorbidas y dispersadas. La imagen que se observa en una película radiográfica obedece a que
la radiación logra traspasar el cuerpo humano. Los rayos X dan como resultado una placa con
diferentes densidades. D e este modo, es posible observar una gama de colores que va desde el
negro hasta el blanco absoluto. El color negro (menor absorción de radiación) corresponde a
aquellas estructuras que contienen aire en su interior, por ejemplo, los pulmones y el tubo di
gestivo; el color gris, a las estructuras que contienen grasa, como los músculos y las visceras;
el gris mas pálido, a las estructuras que contienen agua; el blanco, a aquellas estructuras que
contienen calcio (como las óseas y los cartílagos), y por último, el blanco absoluto (mayor ab
sorción de radiación), correspondiente a los metales, que (si bien no se encuentran en forma
natural en el organismo) pueden observarse en aquellos pacientes que presentan prótesis o
clips quirúrgicos, y también al inyectar cierto tipo de sustancias que producen un efecto lumi
niscente muy útil para el diagnóstico de diversas patologías (radiografías con contraste).
Radiografías convencionales
Son las más utilizadas en Neonatología (Figura 3 7.1). Su implementación debe estar sus
tentada en un buen criterio clínico, ya que una excesiva exposición a radiaciones ionizantes
produce efectos somáticos y hereditarios. Los somáticos son ocasionados por la ionización del
agua corporal, lo cual produce la liberación de radicales libres que afectan directamente a los
tejidos, sobre todo las gónadas, el cristalino y la tiroides del neonato. Los hereditarios afec
tan a las células germinales del R N , lo cual puede inducir mutaciones genéticas que se mani
festarán en su descendencia. Después de la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia
de los devastadores efectos de la bomba atómica, se comprobó la manifestación de cáncer en
personas expuestas a radiación. Esto se constató aun en la población irradiada con bajas dosis,
en el rango de los 50 mSv (milisieverts); es decir, en el espectro de la radiología convencional
y la tomografía computarizada. Desde 1928, la Comisión Internacional de Protección Radio
lógica (C IPR ) establece los límites de las dosis que deben recibir tanto los pacientes como el
personal expuesto a radiaciones. Las recomendaciones actuales se sustentan en tres principios
fundamentales:
O Justificación: el beneficio debe ser superior al riesgo de exposición.
O Optim ización: siguiendo el criterio A L A R A (As L ow As Reasonably Achievable), todas las
exposiciones deben mantenerse tan bajas como sea razonablemente posible.
O Limitación: las dosis de radiación no deben superar los límites establecidos por la autori
dad competente, garantizando la protección de pacientes y profesionales.
Las dosis efectivas máximas para los pacientes no deben superar 1 m Sv anual. E n tan
to, para los profesionales de la salud, el tope es 1 0 0 m Sv promedio en 5 años, con una do
sis máxima anual de 5 0 mSv. Los equipos actuales perm iten reducir los factores de riesgo
biológico merced a que es posible dism inuir las dosis, el tiem po de exposición y el volu
men expuesto. E l diagnóstico A lteración de la protección relacion ada con exposición excesi
va a radiaciones ionizantes orienta al personal de enferm ería en función de dos objetivos
principales: reducir el número de exposiciones y verificar que se im plem ente una técnica
adecuada.
Cuidados de enfermería
O Verificar la indicación de Rx del paciente y la zona a irradiar. Ambas deben ser correctas.
O Lavarse las manos con técnica adecuada antes de tocar al paciente.
O Desinfectar el chasis radiológico con alcohol o clorhexidina al 4%.
O Inmovilizar al paciente adecuadamente, a fin de evitar irradiaciones innecesarias.
O M antener la termorregulación durante el procedimiento.
O Colocar electrodos y sensores, de modo tal que no interfieran en la imagen de la placa (F i
gura 3 7 .2 ).
O Retirar cables, tubuladuras y demás elementos que interfieran en la imagen de la placa
(Figura 37.3).
O Verificar que los tiempos de exposición y la dosis de radiación sean lo más bajo posibles.
O D e ser posible, utilizar protectores gonadales de plomo.
O Implementar el uso de una ficha individual de irradiación en la que consten la fecha y el
estudio realizado.
Por su opacidad, distintos tipos de sustancias permiten visualizar la forma de los órga
nos huecos y los vasos sanguíneos con mayor precisión que con la técnica convencional. Esta
técnica permite también diferenciar dos estructuras adyacentes, a efectos de poder realizar el
diagnóstico con mayor precisión. Estas sustancias se denominan medios de contraste y pue
den ser administradas tanto por vía oral como rectal, intravesical, intraarterial y endovenosa
(Tabla 3 7.1). Con frecuencia, el personal de enfermería utiliza un medio de contraste hidro-
soluble e isotónico en relación con el plasma, diluido a la mitad, a fin de detectar la ubicación
de los accesos vasculares percutáneos.
Figura 37.2 Radiografía toracoabdominal anteroposterior. La disposición
de los electrodos dificulta la observación completa de ambos hemitórax.
Están indicadas en los trastornos laríngeos, el reflujo gastroesofágico, las apneas y las bron
quitis a repetición. Para ser sometido a este procedimiento, el neonato deberá tener entre 2 y
3 horas de ayuno; por este motivo, no es necesario administrar soluciones parenterales para
evitar hipoglucemias por ayuno prolongado. Durante el procedimiento, la solución baritada
debe administrarse disuelta en la leche con que el niño se alimenta habitualmente, ya sea por
succión o, en el caso de aquellos R N imposibilitados de deglutir, mediante una sonda orogás-
trica. Durante el procedimiento debe observarse cómo avanza el contraste a través del tubo
digestivo, al tiempo que deben ir registrándose las imágenes. Luego del procedimiento, el neo
nato eliminará heces de color blanquecino, lo cual corresponde a la excreción del contraste. En
el estudio del intestino delgado, casos de abdomen agudo, vómitos incoercibles y hemorragias
digestivas, es posible emplear la misma técnica, aunque el tiempo de duración del procedi
miento es mayor. Es preciso esperar entre 2 y 3 horas a que el contraste progrese a través del
intestino por acción del peristaltismo.
El colon por enema permite estudiar el intestino grueso con el fin de diagnosticar cuadros de in
vaginación intestinal, estreñimiento crónico, enfermedad de Hirschsprung (E H ) y estenosis de la luz
intestinal (Figura 37.4). N o requiere preparación intestinal previa, ya que el intestino vacío podría
ocultar una enfermedad de Hirschsprung. En niños mayores, es necesario evitar la ingesta de leche
24 horas antes del estudio. Durante el procedimiento, se introduce una sonda rectal fina, a través de la
cual se administra el contraste. A medida que el bario avanza, se efectúa la toma de imágenes. Es nece
sario realizar controles tardíos, a las 2 4 y a las 4 8 horas, a fin de evaluar la eliminación del contraste.
Angiografías
Se toman imágenes radiológicas dinámicas de los vasos sanguíneos, a fin de determinar obs
trucciones, estenosis y malformaciones. Esta técnica se efectúa bajo anestesia, en la sala de He-
modinamia, con ayuno de 6 horas, plan de hidratación parenteral y acceso vascular periférico
para la administración de fármacos. Durante el procedimiento, se canaliza una arteria o vena y se
desliza un catéter hasta la zona que se desea estudiar, con la ayuda de radioscopia TV. Una vez
localizado el sitio, se inyecta un medio de contraste iodado, el cual permitirá visualizar el vaso se
leccionado. Es preciso tener a mano fármacos de reanimación, ante un eventual reflejo vagal que
desencadene un paro cardíaco o bien ante reacciones de tipo anafiláctico por alergia al yodo.
Ultrasonografía
Cuidados de enfermería
• Medicina nuclear
i
* Tomografía computarizada
Bibliografía
• Introducción
• Intervención cardiorrespiratoria
Generalidades
P e r c u s ió n : radica percutir con la yema de los dedos o a dedos superpuestos, con golpe
teos rítmicos, sobre la pared torácica, a fin de desprender las secreciones (Tabla 38.3).
Dado que, ante diferentes procedimientos, el R N enfermo responde con aumento del con
sumo de oxígeno y demás signos de estrés, todo agente de salud encargado de la atención de
estos pacientes debe conocer y respetar las precauciones y contraindicaciones del drenaje pos
tural, la vibración y la percusión.
Precauciones Contraindicaciones
Hipertensión pulmonar persistente Neumotorax a tensión no tratado
Disritmias cardíacas Desaturación importante durante la maniobra
Desaturación
Figura 38.1 Vibración en un paciente recién nacido.
Precauciones Contraindicaciones
i
Coagulopatías Neumotorax a tensión no tratado
Disritmias cardíacas
Enfisema subcutáneo
Broncoespasmo
Osteopatías y raquitismo
En prematuros: hemorragia subependimaria (HIV < 28 semanas
de EG)
Intervención en el neurodesarrollo
Generalidades
Debido a que experimentan un curso perinatal inusual, los recién nacidos en alto riesgo
(R N A R ) tienen mayores probabilidades de padecer una alteración del neurodesarrollo, ya
que pueden presentar riesgo biológico relacionado con daño orgánico y /o riesgo ambiental
vinculado con el entorno sensorial anómalo de la U C IN , así como alteración del vínculo
madre-hijo, hospitalización prolongada, etc.
Evaluación
La evaluación kinésica consiste, fundam entalm ente, en valorar los reflejos prim arios,
el tono muscular y la sensopercepción. S e efectúa mediante la “observación” del R N , lo
cual posibilita la detección de alteraciones de la conducta y/o desviaciones en el neuro-
desarrollo y, por consiguiente, una intervención kinésica tem prana. D e esa intervención
surgirán los objetivos básicos del tratam iento, que serán específicos, según la necesidad
de cada paciente.
Tratamiento kinésico
Cuidados posturales
E l objetivo de los cuidados posturales radica en asegurar una postura correcta duran
te la internación, tanto en la U C IN com o en la sala de recuperación neonatal, a efectos
de prevenir acortam ientos musculares y com plicaciones osteocartilaginosas, lo cual pue
de dar com o resultado posturas anorm ales, especialmente en aquellos R N que presentan
dism inución o aumento de su tono de base.
E n la fase aguda de la internación, el R N se encuentra deprimido por fárm acos y to
talm ente flácido, en tanto que la posición supina suele ser el decúbito obligado que p ro
duce la posición de rana aplastada descripta por G renier en relación con los lactantes
hipotónicos. La postura anóm ala de las caderas afecta los músculos psoas y aductores,
acercando sus puntos de inserción, con el consiguiente acortam iento. Por su parte, la pos
tura de cintura escapular y m iembros superiores (M M S S ) provoca el acortam iento de los
músculos trapecios.
Con los cuidados posturales, el kinesiólogo apunta a obtener la postura deseada (Figuras 38.2a,
2b y 2c) mediante diferentes soportes en decúbito ventral (D V ) (Figuras 38.3a, 3b y 3c), decúbito
dorsal (D D ), decúbito lateral (DL) (Figura 38.4) y D D en plano inclinado (Figura 38.5).
Es importante que las bandas utilizadas para evitar el deslizamiento no induzcan posturas
anómalas en las caderas cuando el bebé se encuentra en D D con plano inclinado. Para ello, es
necesario modificar la parte anterior, de modo que las bandas no interfieran en la extensión
normal de las caderas y las rodillas.
La posición en D L se indica para prevenir posturas anómalas de la cintura escapular. En
decúbito lateral, el miembro superior se coloca sobre la cabeza levemente. Esto favorece la
elongación de los músculos trapecios, al tiempo que mantiene su longitud.
Figura 38.2a DV: cabeza rotada, MMSS flexionados,
caderas en completa abducción, flexión y rotación
externa, pelvis no elevada, b DV: cabeza rotada,
MMISS flexionados y aducidos al cuerpo, MMII
flexionados y abducidos con las rodillas recogidas
debajo del abdomen, pelvis elevada, c DV: rollo de
bajo de caderas para facilitar la elevación de la pelvis
y permitir algo de extensión de los MMII.
Es preciso considerar especialmente el caso de los bebés prematuros que, debido a su inma
durez neurológica, presentan un tono muscular disminuido y una postura muy desorganizada,
lo cual torna complejo mantener una flexión fisiológica adecuada.
Las técnicas correctas de posicionamiento favorecen el desarrollo funcional de la postura y el mo
vimiento, lo cual permite, además, mejorar respuestas autónomas como la termorregulación y/u otros
signos de estrés. Para ello es preciso confeccionar nidos, tanto en decúbito ventral como dorsal o lateral.
Estimulación sensoperceptiva
Los estímulos sensoriales son esenciales para lograr un neurodesarrollo normal, ya que la
percepción de estos conduce la maduración cerebral.
Una estimulación sensoperceptiva adecuada requiere respetar la secuencia fisiológica en
que los sentidos maduran (táctil, vestibular, gustativo, auditivo y visual).
Estimulación táctil
Estimulación vestibular
Estimulación auditiva
El desarrollo del sistema auditivo se inicia entre las semanas 5 y 6 de gestación, en tanto
que entre las semanas 2 5 y 2 8 pueden detectarse respuestas positivas a potenciales evocados.
Una investigación científica señala que los R N de entre 2 y 4 días prefieren el sonido del corazón
a otros sonidos; la voz femenina a la masculina; la voz de su madre a la de otra mujer. Por tanto, se re
comienda hablarle al bebé con voz suave, aconsejar a la madre que apoye al bebé sobre el lado del co
razón, a fin de que escuche sus latidos y después de la edad de término, cuando el bebé ya es capaz de
responder al medio, es necesario incorporar cuneros musicales y sonajeros durante períodos breves.
S e ha constatado que los excesivos niveles de ruido en la U C IN (las alarmas de los moni
tores, el abrir y cerrar de las puertas de las incubadoras, las conversaciones, las radios y los te
léfonos) pueden afectar la P IC , la saturación de oxígeno y el aumento de la frecuencia cardíaca
en los prematuros, en tanto que pueden producir alteraciones en los ciclos sueño-vigilia.
Estimulación visual
O Contacto ojo a ojo: con el bebé sentado sobre la falda del kinesiólogo, se busca su mirada
a unos 2 0 o 30 cm de distancia (Figura 38.7).
Figura 38.6 Movimientos oscilatorios para favorecer Figura 38.7 Estimulación visual. Contacto ojo a
la estimulación visual. ojo entre el bebé y el kinesiólogo.
O Seguimiento visual: en la posición anterior, una vez lograda la fijación de la mirada, el ki-
nesiólogo debe girar el rostro lentamente hacia un lado y hacia otro.
O Por último, se incorporan los objetos, preferentemente de colores contrastantes, destina
dos a promover la atención y la respuesta al medio que rodea al bebé.
Distintas investigaciones sugieren que, en las U C IN , la luz continua resulta perjudicial e in
duce a estados de privación del sueño y a cambios en los ritmos diurnos del neonato. Por ello, es
aconsejable cubrir las incubadoras con una manta, a fin de inducir los ciclos sueño-vigilia.
El R N se expresa mediante diferentes llantos; es decir, produce muy pocos sonidos vo
luntarios. A medida que su sistema nervioso madura, comienza a emitir sonidos guturales y a
manifestar cambios en su expresión facial.
El kinesiólogo debe enseñarle a la madre a reconocer las diferentes señales e instruirla
acerca de la imitación de los gestos y los sonidos.
Facilitació n del control cefálico : se coloca al bebé en DV, con un rollo debajo de
las axilas, a fin de favorecer el apoyo de los antebrazos y, así, estimular el sostén de la cabeza,
sosteniéndola desde la frente (Figura 38.9).
Fac ilitació n del rolado : se realiza con el bebé en DD, desde la cadera; se favorece la
rotación sobre el eje del cuerpo hacia el DV.
Figura 38.8 Estimulación de la actividad motora es- Figura 38.9 Facilitación del control cefálico
pontánea. Contacto mano contra pie. en DV.
Figura 38.10 Técnica de aproximación desde los hombros
para facilitar la posición sedente.
La orientación de los padres y del personal de enfermería forma parte del tratamiento mis
mo. Las pautas para el personal de enfermería se relacionan específicamente con los cuidados
posturales tendientes a que el R N mantenga una postura correcta a lo largo del día, a efectos
de sustentar los logros del tratamiento y evitar acortamientos musculares y/o complicaciones
osteocartilaginosas. Los padres son los primeros estimuladores de sus propios hijos. El rol de
los kinesiólogos de la unidad es enseñarles a:
Generalidades
O Lesión neurológica, en asfixia perinatal, meningitis, etc., debido a reflejos orales anormales
o alteración del tono muscular.
O A lteraciones anatóm icas. En fisura labioalveolopalatina (F L A P ), la disfunción se p ro
duce porque la alteración afecta la m otilidad labial e impide el sellado oral adecuado,
lo cual im posibilita que se genere la presión negativa necesaria para extraer el alim en
to. En el síndrom e de Pierre R obín, la alteración de la mecánica de la alim entación
obedece a la glosoptosis y al escaso desarrollo mandibular, lo cual produce una suc
ción poco efectiva.
O Escasa o nula experiencia sensoriomotriz en las atresias de esófago o en diferentes patologías
que requieren alimentación por sonda nasogástrica o gastrostomía durante tiempos prolonga
dos (parte del intestino o del tubo digestivo). La alteración se produce porque el R N presenta
un patrón de succión débil, con disminución del tono de base y actividad refleja oral anormal.
O Inmadurez en los R N P T , debido a una succión débil y desorganizada, a reflejos orales de
primidos y a una estabilidad mandibular insuficiente.
A todo tratamiento kinésico le precede una evaluación, la cual permite establecer los obje
tivos, determinar el tratamiento y transmitir pautas de cuidados especiales a enfermería y a los
familiares.
Evaluación
Tratamiento
Tratamiento postural
I nhibición del reflejo de mordida : deben efectuarse presiones firmes sobre la articulación
temporomandibular o sobre las mejillas, un poco por adelante de los maseteros (Figura 38.14).
Figura 38.14 Técnica para la inhibir el reflejo de
Figura 38.13 Masajes sobre músculos faciales. mordida.
Pautas
Conclusión
■ o Introducción
O Fenilcetonuria (P K U )
O Hipotiroidismo congénito (H C )
O Galactosemia (G A L T )
O Fibrosis quística (F Q )
O Hiperplasia suprarrenal congénita (H S C )
Fenilcetonuria
E n 1934, el Dr. Ivar Asbjorn Folling descubrió la enzima fenilalanina hidroxilasa. En tan
to, en 1937, los médicos genetistas Lionel Sharples Penrose y Juda H irsch Quastel identifica
ron a la enfermedad con el nombre fenilcetonuria.
En 1939, el Dr. George A. Jervis confirmó que la enfermedad fenilcetonuria era de carácter
hereditario y que los pacientes que la padecían presentaban bajos niveles de la enzima fenila
lanina en sangre.
E n 1953, el alemán H orst Bickel desarrolló, ju nto a un equipo de científicos residente en
la ciudad inglesa de Birmingham, una dieta que contribuía a reducir el riesgo de incrementar
los niveles de fenilalanina. Esta investigación convirtió a esos profesionales en pioneros del tra
tamiento aplicado a los pacientes con fenilcetonuria. La dieta en cuestión mejoró el comporta
miento de los pacientes con fenilcetonuria y evitó posibles patologías neuropsicomotoras. Sin
embargo, la detección precoz continuaba siendo un inconveniente importante, ya que no se les
realizaba el control de los niveles de fenilalanina a todos los recién nacidos, lo cual tornaba in
viable la eficiente tarea de los profesionales.
E n 1957, el Dr. W illard Centerwall (Los Ángeles, Estados Unidos) puso en marcha la en
tonces denominada "prueba del pañal mojado”. Esta técnica, que constituyó el primer paso en
la investigación y detección de los pacientes con fenilcetonuria, consistía en recoger una mues
tra de la orina y enviarla al laboratorio para su análisis.
En 1959, los doctores Robert Warner y Robert Guthrie, de la Universidad de Buffalo, Estados
Unidos, desarrollaron un método más eficaz y económico para detectar el nivel de fenilalanina en
la sangre de los pacientes tratados con dieta baja en fenilalanina. Este método de detección produjo
mejores resultados y constituyó el punto de partida en la historia de la investigación de los R N con
esa patología. Consistía en efectuar una punción en el talón, a fin de obtener una pequeña muestra
de sangre, con la cual se impregnaba el interior de los círculos contenidos en una. tarjeta absorbente
de papel tipo fieltro. Luego de que la sangre se secaba, estos círculos eran perforados y colocados en
los reactivos correspondientes, a efectos de determinar el nivel de fenilalanina.
E n 1964, este proceso de perforación, que se realizaba de manera artesanal, se perfeccionó
y automatizó a partir de la invención, a cargo de Robert Phillips, de una suerte de pequeño
sacabocados.
D esde que, en 1 9 8 4 , el D r. Savio W oo clonó el ácido desoxirribonucleico (A D N )
para la enzim a de la fenilalanina hidroxilasa (F A O H ), com enzaron a realizarse estudios
m oleculares y a diseñarse sondas de A D N que perm itieron m ejorar los m étodos de diag
nóstico, la identificación de portadores y el diagnóstico prenatal de pacientes con fenil
cetonuria.
Etiología
• Hipotiroidismo
Historia
El término tiroides deriva del griego, thyreos y eidos, que significa “forma de escudo”. La glán
dula fue descubierta por Vesalius en 1534, y el nombre le fue dado por W harton en 1656. Poste
riormente, pasaron casi dos siglos hasta que se determinó su funcionamiento fisiológico.
En 1811, el francés Bemard Courtois descubrió la presencia del elemento yodo (I), uno de los com
ponentes esenciales de la glándula tiroides, que interviene en la producción de las hormonas T 3 y T 4 .
En principio, el hipotiroidismo se conoció como enfermedad de Gull, en honor a su descubri
dor, el médico inglés Sir William W ithey Gull. Más tarde, a raíz de su fisiopatología, se lo denomi
nó hipotiroidismo. En 1884, el Dr. Rehn efectuó la primera tiroidectomía subtotal, en tanto que en
1888 el Dr. Ord describió un cuadro clínico que ya había sido reportado por Sir William Withey
Gull, presentaba una relación estrecha y se correspondía con el hipotiroidismo primario.
En la bibliografía oriental, específicamente la China, ya se conocía la utilidad que proporcio
na el consumo de algas y esponjas marinas en el tratamiento del hipotiroidismo. En tanto, en la
bibliografía occidental, recién en 1891 comenzó a aplicarse una sustancia extraída de la glándula
tiroides para el tratamiento del hipotiroidismo. En 1895, el Dr. Baumann descubrió la presencia
de yodo unido a la globulina en la glándula tiroides, sustancia a la que denominó yodoririna. Pos
teriormente, el Dr. Oswald logró aislar una proteína yodada a la que denominó tiroglobulina.
En 1909, el cirujano Teodoro Emilio Kocher recibió el Premio Nobel en Medicina por sus in
vestigaciones acerca de la fisiopatología de la hormona tiroidea. En 1914, el bioquímico estadouni
dense Kendall logró aislar la hormona tiroxina, que fue sintetizada en 1926 por el médico británico
Sir Charles Robert Harrington. Años más tarde, Gross y Rosalind Pitt-Rivers identificaron la tri-
yodotironina, una hormona que actúa a nivel nuclear. Durante décadas, se aguardó la llegada de un
preparado que permitiera emplear la producción de levotiroxina en la terapéutica deseada.
Etiología
Galactosemia
O Ictericia
O Hepatoesplenomegalia
O Hipoglucemia
O Retraso mental
O Cataratas
O Galactosuria
O Aminoaciduria
Historia
En 1908, el médico austríaco August von Reuss aludió por vez primera a la galactosemia a
través de una publicación titulada “L a excreción del azúcar en la infancia", donde relataba el caso de
un niño alimentado con leche materna que experimentaba el siguiente cuadro clínico: espleno-
megalia, hepatomegalia y galactosuria. Los síntomas desaparecieron con la supresión de la leche
de origen humano o fórmula con presencia de lactosa en la dieta. Esta fue la única forma de tra
tamiento empleada hasta 1956, año en que se descubrió el gen defectuoso de la galactosemia.
Durante el período 1 9 5 6 -1 9 6 3 no se contó con un diagnóstico preciso y precoz para de
tectar la patología al momento del nacimiento.
En 1963 comenzó a aplicarse el método desarrollado por el Dr. Robert Guthrie, autor de
la prueba de la fenilcetonuria.
El médico argentino Luis Federico Leloir puso en práctica, luego de una extensa investi
gación, su trabajo científico relacionado con la conversión metabólica de galactosa a glucosa,
el cual le vahó el Premio N obel en Quím ica en 19 7 0 . Los trabajos de investigación de Leloir
allanaron el camino para que los doctores Schwartz e Isselbacher pudiesen ahondar y experi
mentar en el tema, para luego demostrar que los defectos en el proceso metabólico eran res
ponsables de la galactosemia y de los síntomas asociados con ella.
Etiología
Fibrosis quística
Historia
Si bien esta enfermedad no fue reconocida totalmente hasta 1930, en la bibliografía ale
mana y suiza del siglo X V I I I ya se había descripto un primer indicio sustentado en una “mal
dición" que padecían los niños que tenían un gusto salobre al ser besados en la frente. Este sín
toma tenía un destino fatal: la muerte. D e este modo, se asoció de manera empírica la pérdida
excesiva de sal con la muerte.
En 1930, la Dra. Dorothy H ansine Andersen, de la Universidad de Columbia (Nueva
York, Estados Unidos) publicó un artículo titulado “Fibrosis enquistada del páncreas y su reía-
ción con la enferm edad celíaca: un estudio clínico y patológico", en el que describía algunas carac
terísticas clínicas de la fibrosis quística.
En 1936, el Dr. Fanconi, de origen suizo, efectuó la primera descripción de las manifesta
ciones clínicas de la fibrosis enquistada (C F ).
En 1943, el Dr. Sidney Farber, del hospital de niños de Boston, Estados Unidos, acuñó el
término “mucoviscidosis” en relación con la fibrosis quística (F Q ).
En 1952, el Dr. Paul D ’Sant Agnese descubrió anormalidades en los electrólitos del sudor.
Esta prueba fue desarrollada y perfeccionada durante la década siguiente. El test o prueba del
sudor fue descripto originalmente en 1 9 5 9 por los doctores Lewis Gibson y Robert Cooke.
En 19 8 8 , los doctores Francis Collins, Lap-C hee a Tsui y Juan Riordan detectaron la
primera mutación, localizada en el séptimo cromosoma de los pacientes con fibrosis quísti
ca: A F 5 0 8 .
En 1989, el Dr. Lap-Chee a Tsui descubrió, ju nto a un equipo de investigadores del hos
pital de niños de Toronto, Canadá, el gen de la fibrosis quística.
Etiología
Historia
Etiología
Métodos de diagnóstico
Técnica Guthier
Esta prueba debe realizárseles a todos los R N . Consiste en la obtención de unas gotas de
sangre venosa, las cuales se colocan en un papel tipo fieltro o cromatizado y se envían al labo
ratorio para su análisis. Para la obtención correcta de este diagnóstico, lo cual permitirá detec
tar la existencia de la patología, es necesario emplear la técnica adecuada. Consiste en tomar
la muestra a todos los R N entre las 4 8 horas y los 5 días de vida; limpiar con alcohol la región
seleccionada (puede ser el dedo pulgar del pie o la zona del calcáneo); luego, secar el campo
para eliminar los restos del alcohol; punzar con una lanceta y desechar la primera gota de san
gre; cubrir los círculos marcados en el papel cromatizado y, finalmente, dejar secar al aire en
un lugar donde no exista ningún tipo de contacto, a fin de evitar alteraciones en la muestra.
La técnica G uthier tiene una eficacia del 99% en la detección de esta patología. A algunos R N
es necesario tomarles una segunda muestra. S e trata de pacientes que reciben los siguientes
tratamientos:
O Dopamina
O Yodo
O Dobutamina
O Glucocorticoides
O Exanguinotransfusiones
O Transfusiones
O R N pretérmino (menos de 33 semanas de edad gestacional)
O Embarazadas en tratamiento con fármacos antitiroideos
Fenilcetonuria
Galactosemia
D ia g n ó s t ic o P r e n a t a l : a m n io c e n te s is (d e te c c ió n d e u n n iv e l e le v a d o d e g a la c tito l e n e l
líq u id o a m n ió t ic o ) y b io p s ia d e v e llo s id a d e s c o rió n ic a s .
Fibrosis quística
Se recomienda evaluar a todas las parejas que confirmen ser portadoras del gen o a aque
llas familias que hayan tenido un hijo con fibrosis quística.
El diagnóstico prenatal se realiza mediante los siguientes estudios: amniocentesis; biopsia
de vellosidades coriónicas.
En caso de confirmarse el diagnóstico, será necesario evaluar al feto entre las semanas 10
y 12 de gestación. En esta evaluación deberá buscarse la mutación del gen (C T F Q ), que es el
causante de la fibrosis quística.
Para el diagnóstico posnatal, la biología molecular radica en la búsqueda de la estructura
molecular de la proteína de la fibrosis quística (C F T R ). La mutación más común es la A F508,
responsable del 70% de los casos de fibrosis quística a nivel mundial. El diágnóstico se debe
hacer con técnica de Guthier (inhibición bacteriana), test o prueba del sudor (métodos de Gi-
bson y Cooke) y con recolección de materia fecal para cuantificar elastasa fecal (evaluación de
las enzimas digestivas).
•■ Intervenciones de enfermería
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& Administración
Interacción
Concentración,
Droga-droga
velocidad, tiempo y frecuencia Almacenamiento
Droga-solvente
de administración
Droga-contendor
’’
Precipitación
• Precipitación Disminución de actividad de
• Pérdida o disminución de actividad • Precipitación
la droga • Falta de eficacia
de la droga Falta de eficacia
• Evento adverso a medicamento Toxicidad
Evento adverso a medicamento
’’
PO TENCIA LM EN TE FATAL
Antibiótico Acidovir
Aciclovir
Amicacina
Ampicilina
Ampicilina-
sulbactam
Anfotericina B
Cefalotina
Cefotaxima
Cefoxitina
Ceftazidima
Ceftriaxona
Cefuroxima
•Gris: incompatible.
•Los casilleros en blanco no implican la existencia de compatibilidad.
Preparaciones centralizadas
Son varios los factores que pueden inducir a cometer errores, no en la preparación, sino al
momento de administrar el medicamento preparado a los pacientes; entre ellos:
O Paciente equivocado: sucede cuando hay dos o más pacientes con el mismo apellido, o
cuando se produce una rotación imprevista de su ubicación en las camas.
O Falta de rótulos: ante la duda, es preciso descartar la preparación.
O Tiempo y velocidad de administración: es necesario saber si el fármaco debe administrarse
en forma endovenosa rápida, intermitente (en cuánto tiempo) o mediante infusión con
tinua, condicionado a su comportamiento farmacocinético. El tiempo que se tarde en ad
ministrar el fármaco puede determinar la respuesta a un tratamiento, o el surgimiento de
efectos adversos como flebitis, necrosis, hipotensión y shock.
O Frecuencia de administración: se relaciona con la vida media del fármaco y con la madurez
metabólica del paciente. El no cumplimento de las frecuencias puede generar acumulación
del fármaco, fracaso del tratamiento o manifestación de resistencia, como sucede cuando
se administran antibióticos con una frecuencia inferior a la estipulada.
O Vía de administración.
O Osmolaridad de la preparación: las soluciones hiperosmolares administradas en vías pe
riféricas pueden ocasionar flebitis y pérdida de la vía, del mismo modo que las hipoosmo-
lares pueden ocasionar hemolisis. Por ejemplo, la ampicilina a una concentración de 100
m g/m L es una solución hiperosmolar, en tanto que administrada a 30 m g/m L es isoos-
molar al plasma.
O Falta de lavado de la vía antes de una segunda administración.
O Espacio muerto del equipo de administración: si no se tiene en cuenta este aspecto al pasar
el fármaco, es posible que se produzca una sobredosificación, con consecuencias graves en
pacientes de bajo peso, o bien demoras en el pasaje del fármaco (Figura 40.3).
Figura 40.3 Purgado del equipo de administra
ción para medicamentos parenterales diluidos
para administrar.
Por ejemplo, la administración de lípidos debe efectuarse con filtros no inferiores a 1,2
micrones.
Incompatibilidades físicas
Influencia del pH
La mayoría de los fárm acos se com portan com o ácidos o bases débiles (rango de p H :
entre 4 y 8 ), y su solubilidad depende del grado de ionización de estos últim os. A m enor
grado de ionización, mayor probabilidad de que se form e un compuesto insoluble. En la
práctica, la mayoría de los fárm acos precipitan debido a un p H inapropiado. Un dato que
debe inducir a sospechar este fenóm eno es la falta de permeabilidad o el bloqueo de la lí
nea de adm inistración. D os aspectos fundam entales para evitar incom patibilidades y ries
gos para el paciente son: tener en cuenta las características acidobásicas de los fármacos a
adm inistrar e inspeccionar la vía con regularidad.
Además del efecto que ejerce el p H de la solución sobre la solubilidad de los fármacos, es
preciso tener en cuenta otros parámetros. Los fármacos muy lipofilicos (como fenobarbital,
amiodarona y lorazepam) son prácticamente insolubles o poco solubles en solventes acuosos.
Por lo tanto, es necesario saber cuál es la dilución adecuada y qué solvente es el más recomen
dado para su administración.
La dilución de algunos fármacos por sobre determinada concentración también pueden
propiciar fenómenos de inestabilidad química.
La interacción del fármaco con los dispositivos biomédicos en contacto con el este durante
la infusión (superficie de bolsas, equipo de administración o filtros) se evidencia mediante el
fenómeno de sorción, que puede manifestarse mediante tres mecanismos: adsorción, absor
ción y permeación. Este fenómeno puede ocasionar una menor entrega del fármaco durante la
administración. El mecanismo de adsorción es, quizás, el más conocido en la práctica: se trata
de un proceso saturable en él que el fármaco se une a sitios específicos del contenedor. La estra
tegia de administración consiste en disminuir al máximo la superficie y la longitud del equipo
de infusión, concentrar el fármaco a administrar y purgar el circuito durante 30 min antes de
la administración. U n ejemplo clásico es la administración endovenosa de insulina corriente.
Estabilidad química
Influencia de la luz
La luz puede afectar a los fármacos que son fotosensibles. Por ejemplo, el nitroprusiato
de sodio debe administrarse protegido de la luz, tanto en el contenedor como en el set de in
fusión, ya que sufre una degradación química importante. Asimismo, los fármacos que están
en la sala de internación deben cumplir con las condiciones de almacenamiento especificadas
o sugeridas por el fabricante, incluida, según el caso, su preservación dentro de envases color
caramelo que filtran el pasaje de la luz.
Por otro lado, existen fármacos fotosensibles que deben ser protegidos de la luz durante su
conservación, un requisito que deja de ser necesario cuando se diluyen para ser administrados.
Es el caso del fentanilo, la furosemida y la dopamina.
La exposición a factores físicos como tem peratura, luz y humedad, así com o el tiem
po de alm acenam iento, pueden influir en la estabilidad de un fármaco durante su conser
vación. Algunos fárm acos no adm iten alm acenam iento, como por ejemplo el omeprazol
inyectable, que debe ser descartado dentro de las 4 horas de reconstituido en el vial, en
tanto que, a raíz de la frecuencia con que es administrado, sólo puede utilizarse para una
sola dosis.
La temperatura puede desencadenar o acelerar reacciones químicas que perjudiquen la es
tabilidad del fármaco. N o obstante, es necesario considerar que algunos fármacos no pueden
congelarse, o bien que en el algunos casos se desaconseja guardarlos en heladera (por ejemplo,
el aciclovir reconstituido cristaliza en heladera, pero se disuelve cuando recupera la tempera
tura, sin que se afécte su potencia).
Asimismo, es necesario tener en cuenta que, en caso de que el fármaco sea estable y per
mita su almacenamiento, su empleo multidosis dependerá de las condiciones de preparación
y almacenamiento, lo cual es muy importante para evitar la contaminación microbiológica del
vial o contenedor.
E l conocim iento de las características fisicoquím icas contribuye con la eficacia de la
adm inistración y promueve una terapéutica más efectiva y segura para el paciente. La
capacitación continua es una estrategia indispensable para alcanzar los objetivos plan
teados ♦
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El paciente crónico
Silvia Castro - Rosa Cruz
Introducción
Definición
Clasificación
D e acuerdo con la edad en que se manifiestan los signos clínicos y con la gravedad de la
enfermedad, las A M E se clasifican en:
Etiología
Métodos de diagnóstico
Complicaciones
Incidencia
La mayoría de estos pacientes fallece antes del año de vida por fallo respiratorio. La enfer
medad de W erdnig Hoffman afecta a 1 de cada 8 0 0 0 nacidos vivos, y tiene una recurrencia
del 25%.
El caso que se detalla a continuación es el primero que se presentó el servicio de enferme
ría del Hospital Garrahan en 18 años. Fue derivado a esta unidad con presentación neonatal,
es decir, la forma más aguda de A M E tipo I.
Cuidados de enfermería
Diagnóstico de enfermería
Objetivos
O M antener el bienestar del paciente (aumentar al máximo sus recursos para obtener la me
jo r calidad de vida durante el mayor tiempo posible)
O Reconocer el riesgo de aspiración
O M antener la piel intacta, evitando la presión y garantizando la circulación en la misma
O Conservar un estado nutricional/de hidratación adecuado
O Favorecer el vínculo padres-hijo
O Participar en el cuidado especial
O Incorporar la tecnología a la vida familiar
O Mantener la vía respiratoria permeable ( T Q T ), previa oxigenación al 100%; retirar las secre
ciones de la entrada de la cánula mediante el empleo de técnicas asépticas; ajustar la frecuen
cia del tratamiento según los resultados, los tiempos fijados y la comodidad del paciente.
O Inspeccionar y cuidar la piel para evitar lesiones; conservar la zona periostomal limpia y
seca (gastrostomía y traqueotomía); aplicar masajes en la piel y cambios posturales; em
plear aparatos estáticos (relleno de espuma, agua, aire o gel); proporcionar una nutrición
adecuada; realizar ejercicios pasivos cada 2 horas, a fin de favorecer la circulación.
O Proporcionar cuidados en la mucosa bucal: controlar la ingesta (cálculo de calorías y peso
diario) y registrar las entradas y salidas (hoja de balance); colocar al paciente en una posi
ción cómoda y propiciar un ambiente tranquilo durante la alimentación; instruir a los fa
miliares acerca de los cuidados del botón gástrico, sus beneficios y complicaciones.
O Evaluar en qué grado los padres desean participar de los cuidados del R N .
O Evaluar la base de conocimientos y la aptitud, en relación con el equipo y los cuidados ne
cesarios.
O Evaluar el grado de ansiedad relacionado con la realización de las técnicas.
O Enseñar cómo funciona el equipo, su conservación, las medidas de seguridad y el apoyo
necesario.
O Instruir a los padres acerca de la reanimación cardiopulmonar, si fuera necesario.
O Planificar la solicitud de suministros y el contacto con los proveedores.
O Darles a los padres la oportunidad de dominar, mientras el R N está hospitalizado, las téc
nicas del cuidado domiciliario.
O Detallar cuáles son los factores que aumentan la frecuencia de las complicaciones.
O Revisar cuáles son los pasos a seguir en los episodios agudos.
O Evaluar la interpretación del cuidado especial del paciente, y aclarar todo lo que sea nece
sario.
O Evaluar cuáles son los sentimientos de los padres hacia el niño (culpabilidad, cólera, so
breprotección).
O Ayudar a los padres a que expresen cualquier temor o expectativa.
O Determinar las reacciones positivas y negativas de la familia y de los amigos ante el estado
del niño.
O Evaluar cuál es la situación económica y las preocupaciones de la familia en relación con
el estado del niño, y remitirlo a las fuentes apropiadas.
O Dialogar acerca de los modos de mantener una relación padre-hijo apropiada.
O Dialogar acerca de la manutención de la casa, el trabajo y el resto de las responsabilidades
relacionadas con la familia.
O R em itir a los padres a grupos de apoyo y ponerlos en contacto con otros padres que
estén atravesando una situación similar, siempre que sea posible y de acuerdo con su
deseo.
O Verificar que otros miembros de la familia estén al tanto de la situación del niño y de la
tecnología necesaria para su atención.
O Ayudar a los padres a identificar las consecuencias específicas de la tecnología relacionada
con los cuidados del niño en la vida cotidiana.
O Contribuir a que los padres identifiquen qué cambios deben implementar en su estilo de
vida.
O Ayudar a los padres a planificar y efectuar las adaptaciones físicas necesarias en la casa.
O Desarrollar planes ju nto con los padres para la adquisición del equipo portátil necesario en
aquellas actividades que se realicen fuera del hogar.
O Dialogar con los padres sobre la importancia de ordenar su vida personal, individual y
como pareja.
O Ayudar a los padres a cubrir las necesidades de información y desarrollo de otros miem
bros de la familia.
O Sugerir a los padres actividades que favorezcan, dentro de sus posibilidades, la integración
del niño con sus hermanos y con otros niños.
Fundamentación
M antener la vía respiratoria permeable garantiza un aporte de oxígeno a los diferentes te
jidos, con la adecuada y eficiente regulación del intercambio gaseoso entre las células del or
ganismo y la sangre circulante. Esta compleja función resultaría imposible sin la coordinación
de varios sistemas de control, incluidos los equilibrios acidobásico y hidroelectrolítico, la cir
culación y el metabolismo.
Es fundamental mantener la integridad de la piel, a fin de que pueda cumplir las siguien
tes funciones:
O Protección: la piel forma una barrera contra los medios externos nocivos para el organismo
O Regulación de la temperatura
O Síntesis de importantes sustancias químicas y hormonas; excreción de agua y sales
O Actúa como un órgano sensorial complejo y cumple las funciones de una antena, detectan
do estímulos que conducen a las sensaciones de calor, frío, presión, tacto y dolor
Una buena nutrición asegura una fuente de energía para el organismo y permite un nor
mal desarrollo del sistema nervioso, de los tejidos musculares y de otras estructuras vitales. Es
preciso mantener el consumo de nutrientes, a fin de conservar una función metabólica correcta
y la constancia del medio interno.
E l grado de conocimiento y la aptitud de los padres acerca de las necesidades especiales de
su hijo proporcionarán la ayuda necesaria para el manejo de las técnicas. Asimismo, favorece
rán el desarrollo de un tratamiento óptimo y la comunicación de toda la información necesaria
para que puedan llevar, dentro de lo posible, una vida normal.
* Gestión de cuidados
En el caso mencionado, la relación del personal de enfermería con los padres fue gestándo
se con el transcurso de los días de internación. El niño llegaba derivado desde otra institución,
en la cual, según la opinión de los padres, no se le habían dispensado los cuidados óptimos y
necesarios. Por ende, estos padres llegaron a la unidad con cierto grado de desconfianza acerca
del desempeño de nuestro servicio.
En un principio, los padres controlaban cada uno de los procedimientos que se la efectua
ban al bebé e indagaban sobre los fundamentos de esas acciones.
En una segunda etapa, se comenzó a trabajar sobre cómo decirle al hermanito que el
bebé estaba enfermo e internado en un hospital, y que ese era el motivo por el cual no podía
verlo. D e acuerdo con la información recibida desde el primer lugar de internación, el R N
no sobreviviría, por lo que era preferible no decirle al hermano que había nacido, y menos
aún que estaba enfermo, hasta tanto ver cómo evolucionaba. En realidad, se trata de un gra
ve error, ya que los niños intuyen la verdad. Decirle al hermano que "el bebé todavía estaba en
la p a n z a de la mamá" no acallaría sus cuestionam ientos sobre adonde iban todos los días los
padres y por qué su hermano no estaba con ellos. Obviamente, en un embarazo de término
resulta muy complejo disimular si el nacimiento ya se produjo. Por lo tanto, nuestro servi
cio comenzó a trabajar con insistencia sobre la conveniencia de que el hermano supiera la
verdad y pudiera conocer al bebé, lo cual contribuiría a disminuir tanto sus fantasías como
los celos que le generaba ver que el R N ocupaba la atención y el tiempo de sus papás, sin
poder elaborarlos. D e hecho, este hermano presentaba alteraciones en su conducta habitual:
se negaba a dejar los pañales y, en ciertas ocasiones, manifestaba fiebre u otros síntomas sin
causa aparente.
Finalmente, se produjo la visita del niño al hospital. Previamente, se aconsejó a la mamá
acerca de cómo abordar el problema de decirle la verdad sobre el nacimiento y, en especial, por
qué el bebé debía estar internado y atendido por médicos y enfermeros. Al llegar al hospital,
la reacción del hermano fue compleja, aunque previsible. En principio, no quería acercarse al
bebé, y luego de unos minutos pidió irse. En las visitas subsiguientes, su actitud fue mejoran
do, aunque continuaba manifestando celos por el bebé, los cuales se traducían en una mayor
demanda de atención hacia los padres.
En cuanto al paciente, luego de un tiempo de internación y ante la inminencia del diag
nóstico definitivo, se lo trasladó a un box de la sala para que tuviera más privacidad y pudiera
estar en contacto con sus padres casi sin restricciones. Se comenzó a entrenar a los padres en
la atención del R N , el manejo de la traqueotomía y la aspiración de secreciones, dado que la
posibilidad de pasarlo a atención domiciliaria era prácticamente un hecho.
Durante la estadía en este sector, la relación entre los padres y el personal de enfermería se
hizo mucho más estrecha. La confianza de los padres hacia el equipo de salud fue incremen
tándose hasta el punto de despejar cualquier tipo de duda acerca de que los cuidados que re
cibía el bebé eran los adecuados.
S e generó una relación de dependencia, en especial de la madre hacia el personal de enfer
mería, ya que se sentía contenida en varios aspectos. Por otra parte, esto le provocaba incerti
dumbre: dudaba acerca de si el paciente recibiría la misma atención en su domicilio.
Esta situación se ha repetido en muchas oportunidades en nuestra unidad, ya que las ta
reas correspondientes al servicio de enfermería están muy bien delimitadas. Así, los padres
deben preocuparse únicamente por aquellas tareas que se les asignen. Sólo en casos excepcio
nales como éste se les delegan gradualmente actividades a los padres, a efectos de que ganen
confianza en la atención de su hijo y recuperen su rol natural de cuidadores.
En relación con la internación domiciliaria del paciente en cuestión, se gestionó el servicio
de una empresa que proporcionaba tanto equipamiento como atención médica y de enferme
ría. En los días previos al alta, la mamá manifestaba incertidumbre y temores respecto de esta
nueva etapa en la vida y en la enfermedad de su hijo. En esa oportunidad, la madre escribió
algo que llevó a reflexionar acerca del lugar fundamental que ocupaba en su vida el personal de
enfermería, y cuánto valoraba ella la relación con su pequeño hijo. Se reproducen textualmen
te algunos párrafos de esa breve carta:
“Como, personalm ente, en este m om ento no puedo hablar dem asiado, y a que se acerca un acón-
tecimiento muy importante ( . . . ) Feliz porque lo llevo a Torito a fo rm a r con su herm anito una fa m i
lia. Triste porque nos vamos y queda una persona a la que confiamos muchísimo y la que nos ayudó
a salir con esto que se presentó en nuestra vida. Te agradecemos mucho todo lo que nos enseñaste y
aguantaste. Y en especial todo el cariño que vimos entre Tadeo y vos. Un beso enorme, nuestra casa
esta abierta p ara cuando quieran pasar o llam ar”
Consideramos que a los/as enfermeros/as que lean este libro les resultará esencial advertir
que constituimos un eslabón indispensable en el equipo de salud. Si bien todos los profesiona
les que trabajan en estas unidades poseen atributos como calidad y calidez humana, el perso
nal de enfermería, tanto por su trato diario como por su cercanía con el paciente y la familia, es
considerado por los padres un referente indispensable a quien pueden confiar sus emociones,
miedos, deseos y, en ocasiones, sus propios conflictos, fruto de creer que no están a la altura de
las necesidades del niño.
M uchos y muy diversos son los sentimientos que invaden a estos padres cuando se les co
munica que el niño no es sano, que padece una dolencia posiblemente incurable, que sólo exis
te tratamiento para los síntomas. U n mundo repleto de ilusiones se derrumba en un instante.
El discurso médico se silencia, y sólo quedan los ecos. Sobre estos escombros, los padres deben
ponerse de pie y seguir adelante, porque hay un pequeño ser que los necesita, que los espera,
que no entiende qué les pasa ni qué le pasa: sólo demanda la presencia de sus padres. Ese es,
justam ente, el momento de sacudirse el polvo, lavarse la cara y seguir adelante.
A pedido de nuestro servicio, la madre de Tadeo escribió unos párrafos sobre sus emocio
nes en relación con la experiencia vivida. Nadie mejor que ella, la protagonista de esta histo
ria, para construir una imagen acerca de lo difíciles que resultan estas circunstancias para los
padres.
"Abril, 2 0 0 6 . H ola, soy Clara, m am á de Tadeo: M e encuentro escribiendo estas líneas p o r un
motivo muy especial, mi hijo Tadeo Ignacio. Es muy chiquito, pero en cinco meses conoció muchísi
mas cosas y, p o r m edio de él, yo tam bién. Tener un hijo no es solamente desearlo, sino aceptar todo
lo que él nos trae. A Torito lo diagnosticaron muchas veces antes de llegar a esta última. Es difícil
convivir con la pelea entre la lógica m édica y la lógica del amor, sentir que existe el milagro y que en
cualquier m om ento llega, o no... Tadeo está internado en terapia intermedia de Neonatología, en la
cual fu i conociendo diferentes estimulaciones y trato p a ra con mi hijo. En este mom ento se concreta
una internación domiciliaria, y p a ra llegar a eso estamos aprendiendo junto con su p a p á de los en
ferm eros, kinesiólogos y médicos. D e a poco conocemos el requerimiento de mi hijo y, sum ado a eso,
existe algo que m e llena de energía y no me da motivos p a ra bajar los brazos, es la sonrisa de mi hijo,
esa sonrisa que sólo la tiene un ser tan especial como Torito y el apoyo de los enfermeros, médicos y
voluntarios que me llevan a tom ar todo lo nuevo p ara m í con plena confianza. Es p o r eso que esta
situación sólo me hace p en sar que un hijo es lo más herm oso del mundo y sólo lo podem os perder si
no lo supimos amar."
Conclusión
Con frecuencia, la atención de pacientes con enfermedades de mal pronóstico o que im
pliquen una mala calidad de vida (si bien se trata de mantener cierto bienestar, hay muchas
otras funciones y actividades que quedan relegadas o resultan imposibles de realizar) enfrenta
al personal de enfermería con diferentes dilemas éticos: ¿qué es lo mejor para el niño?, ¿al pro
longar la vida con apoyo artificial, nos estamos acercando a la futilidad médica?, ¿es correcto
el camino que hemos tomado en la atención del niño? Es, sin duda, un tema que induce al de
bate. Varias son las posturas al respecto. N o obstante, en nuestra opinión, lo más importante
es tener presente el sentimiento de la familia: qué cree y qué desea hacer. N o todas las familias
responden del mismo modo. Sin embargo, en el caso presentado en este capítulo, las respues
tas están a la vista, y eso es lo importante a la hora de continuar luchando para que un niño
que padece una enfermedad de mal pronóstico reciba lo mejor por parte del personal de enfer
mería durante todo el tiempo necesario ♦
Bibliografía
* Agradecemos a los padres del paciente en cuestión su buena predisposición para colaborar con la
presentación del caso, y por haber aportado su valiosa visión.
Cuidados paliativos
Silvia Castro - Rosa Germ
Generalidades
Los cuidados paliativos surgen en la década del 50, a modo de respuesta científica y hu
manista para los pacientes adultos enfermos de cáncer. N o obstante, su campo de acción en
Pediatría son los niños con enfermedades invalidantes, crónicas y evolutivas. La presencia de
pacientes con enfermedades crónicas, de larga evolución, en las unidades de cuidados intensi
vos neonatales (U C IN ) constituye un nuevo desafio para el equipo de salud y requiere de un
enfoque interdisciplinario.
Los objetivos terapéuticos deberían estar dirigidos a aliviar y acompañar a la familia y pro
porcionar una mejor calidad de vida. D e este modo, se evitaría que cada evento se viva como
un episodio agudo, lo cual conduce a un desgaste progresivo que, con frecuencia, desencadena
que el niño sea abandonado al cuidado del personal de la institución.
Definición
El cuidado paliativo es el “cuidado activo e integral de los pacientes con enferm edad crónica,
evolutiva e incurable, su fa m ilia y entorno significativo”. Los objetivos esenciales de los cuidados
paliativos son el control de los síntomas producidos por la enfermedad o por los tratamientos
instituidos y el acompañamiento del enfermo y su familia, a fin de brindar la mejor calidad de
vida tanto al paciente como a su entorno.
Origen e historia
• Modelos de intervención
O Hepático
O Cardíaco
O Renal
O Pulmonar sin posibilidades de trasplante
En este grupo no están incluidos los pacientes en remisión. Las enfermedades son de co
mienzo agudo, con posibilidades de curación, que requieren alivio de los síntomas producidos
por la misma enfermedad o por los tratamientos. El ejemplo paradigmático de este grupo es
el cáncer.
Los síntomas a tratar varían de acuerdo con la etapa evolutiva, diagnóstica, recaída o ter
minal. Los síntomas que se presentan con mayor frecuencia son el dolor, las náuseas y los vó
mitos producidos por la enfermedad o por el tratamiento. En la etapa terminal, estos y otros
síntomas pueden agravarse y/o evidenciarse.
La estrategia psicoterapéutica a establecer con estas familias demanda evaluar sus n e
cesidades en cada estadio evolutivo de la enferm edad. E l diagnóstico produce un impacto
fam iliar y social especial que requiere de un sostén acreditado. En esta etapa, la tarea del
equipo de salud radica en ayudar a la fam ilia a elaborar la inform ación y aceptar el diag
nóstico.
Durante el tratamiento, es posible contribuir en la planificación de la organización fami
liar, la atención de los hermanos sanos, el cuidado del "cuidador principal”, aceptando que cada
familia dispone de determinados recursos, y proporcionándoles acompañamiento frente a la
incertidumbre que provoca la enfermedad.
La presencia de una recaída con un pronóstico que entraña menores posibilidades de cura
ción demanda una nueva estrategia de abordaje. Esta etapa puede corresponder al inicio de la
terminalidad. En esos momentos, puede ser necesario abordar aspectos específicos en relación
con lo que representa la incurabilidad para el niño y sus hermanos, y brindar apoyo a la familia
en función de que efectúe un manejo apropiado.
Establecer estrategias de contrarreferencia a su lugar de origen (pacientes del interior del
país) y de transferencia de atención a nivel local son tareas que requieren trabajo, contactos
telefónicos con los médicos y el envío de guías de control de síntomas para cada enfermedad,
en forma individualizada para cada paciente. Es necesario ofrecer un seguimiento conjunto a
través de la consulta telefónica permanente con el hospital.
Los síntomas a controlar suelen ser tos, disnea, alteraciones del sueño, diarrea, dolor y va
riables relacionadas con la enfermedad de base. E n este grupo, el acom pañam iento del niño
y de su fam ilia debe considerar la evolución progresiva, cíclica, que viven el niño y su fa
m ilia, con m om entos de gran im pacto en la dinám ica familiar, y otros de mayor estabili
dad en los que se convive con la enferm edad.
N o se debe olvidar (como equipo asistencial) que hasta la instancia actual del conocimien
to científico, estas enfermedades son incurables. Esto no significa que en cada visita deba men
cionarse el final de la vida, sino acompañar a la familia a reconocer y aceptar (dentro de sus
posibilidades) el impacto que la enfermedad produce en las actividades diarias de su hijo. Por
ejemplo, disminución de las actividades diarias en un niño con disnea que se agita al comer y/o
cada día camina unos “pasos menos”; niños con aumento de episodios convulsivos que concu-
rren a emergencias; signos de mayor deterioro cognitivo; pacientes con V IH que manifiestan
recaídas infecciosas más graves y difíciles de tratar.
Entre el momento de la decisión interdisciplinaria de enfermedad incurable y la fase de
agonía pueden pasar días, semanas o, en muchas ocasiones, meses.
Ese lapso es el más importante para el paciente, la familia, el entorno y el equipo tratante,
quienes deben acordar estrategias y objetivos consensuados entre todos para el cuidado del
niño y descanso para la familia, así como idear el modo para que todo el núcleo familiar guarde
una relación lo más estrecha posible.
O Mucopolisacaridosis
O Enfermedades neurológicas evolutivas
O Enfermedades genéticas
Los síntomas de consulta se modifican; los más frecuentes son los siguientes:
O Espasticidad
O Trastornos deglutorios
O M anejo domiciliario de cuadros convulsivos
O Insomnio
O M anejo de ostomías
El acompañamiento de estas familias debe priorizar “el duelo de los padres por el hijo imagina
do que no fue”. La búsqueda de culpas, responsabilidades y esperanzas milagrosas y la negación de
la situación son reacciones que se observan con frecuencia. En todos los casos, debe considerarse
que se está ante una familia que ya está en duelo. La tarea del equipo asistencia! es acompañar a la
familia en el proceso de aceptación de la progresión irreversible de la enfermedad.
En este grupo de pacientes, la intervención del personal de enfermería apunta a ayudar a la
familia en la organización de los cuidados domiciliarios, adecuándolos a las posibilidades fami
liares y a la estructura edilicia. Con frecuencia, se efectúan indicaciones médicas de máxima sin
contemplar la realidad social de cada familia. Esto puede sumar sentimientos de frustración, eno
jo o mayor culpa por no contar con los elementos necesarios para el cuidado del hijo.
O Espasticidad
O Excitación psicomotriz
O Movimientos anormales
O Alteraciones en el control de esfínteres
O Modificación del ritmo del sueño
O Cuadros convulsivos
O Cuidados de la piel en pacientes postrados
En otros casos, se solicita ayuda para organizar la atención del hijo en la casa. El sostén
debe estar dirigido a la reestructuración de la familia ante esta nueva situación. Esta familia
experimenta un duelo diferente: por el hijo que tenía y que nunca más será. Esto también les
sucederá a los hermanos, que ya no podrán jugar con el mismo niño con el que jugaban antes
del accidente que les cambió la vida a todos.
El acompañamiento de la familia tiene como objetivo ayudar en el proceso de abandono
de las expectativas de curación y en la aceptación de un niño diferente del que tenían dentro
de la estructura familiar.
Los objetivos de la intervención del equipo de cuidados paliativos son similares a los del
grupo anterior, considerando una diferencia importante en cuanto al tiempo de seguimiento
y adecuación de los recursos sanitarios. El grupo I V contempla pacientes con lesiones con se
cuelas, no evolutivas, con un pronóstico de sobrevida diferente.
Sedación
Indicaciones
La sedación puede mantenerse durante horas, días; en ocasiones, hasta una semana. En
relación con la sedación terminal, es preciso considerar el "principio del doble efecto”. Una me
dida puede tener dos consecuencias: una intencional, que se refiere al alivio del síntoma refrac
tario, y otra no intencional; esto es, la posibilidad de que el paciente muera. En esa etapa de la
enfermedad, dicho aspecto depende más de la alteración grave de los mecanismos adaptativos
del organismo que de un efecto del fármaco.
N o constituyen indicación de sedación la angustia o ansiedad de la familia y la angustia o
ansiedad del equipo tratante
Procedimiento
Este esquema puede repetirse cada 5 min, hasta que se logre la sedación. Si los síntomas se con
trolan, puede indicarse un goteo continuo de la medicación, calculando dosis para 12 o 24 horas.
Si el paciente recibía previamente opioides y/o benzodiacepinas, es necesario aumentar la
dosis en un 3 0 a 50%, hasta obtener la que produce sedación; luego, se indica goteo continuo.
S e trata de uno de los principios fundamentales de los CP. El objetivo inicial del trabajo del
personal de enfermería radica en un adecuado control de los síntomas, especialmente el dolor.
Para desarrollar esta tarea con eficacia es necesario conjugar metodología y conocimiento.
Los principios que rigen el control de los síntomas son los siguientes:
O Conocimiento de los síntomas que puede sufrir cada paciente de acuerdo con su enfer
medad, teniendo en cuenta que también pueden ser causados por los tratamientos indi
cados.
O Considerar síntomas por causas concurrentes.
Dada la complejidad que en muchas ocasiones debe enfrentarse en estos casos, ya sea por
la cantidad como por la intensidad de los síntomas, resulta muy útil la presencia de un farma
céutico en el equipo, ya que:
O Colabora en la elección del medicamento más apropiado, sustentada en el criterio del uso
racional del mismo.
O Prepara, dispensa y controla las diferentes formas farmacéuticas (por ejemplo, bombas de
infusión subcutánea), indispensables en los tratamientos cuando resulta imposible utilizar
la vía oral y se desea preservar la autonomía del niño.
O Administra el circuito de los opioides (control de stock, control de calidad, tareas farma-
cotécnicas que mejoran la aceptación del preparado) que el hospital provee, así como otros
preparados magistrales sumamente útiles (buches anestésicos, orobase-gel, entre otros)
elaborados exclusivamente en el hospital.
O Aporta conocimientos e información científica para la toma de decisiones terapéuticas.
O Brinda atención farmacéutica e información responsable, a efectos de obtener resultados
terapéuticos definidos en la salud y en la calidad de vida del paciente.
Los cuidados paliativos son acciones intensivas para el confort. El cuidado del confort ad
quiere relevancia a medida que la salud del paciente empeora. E l personal de enfermería pasa
la mayor parte del tiempo ju nto al paciente, lo cual lo coloca en una situación privilegiada en
función de atender sus necesidades.
El cuidado del confort abarca:
O Medio ambiente: limpio, agradable, con la menor cantidad de ruidos; resguardo de la pri
vacidad.
O Higiene: cuidado de la piel, las uñas, la boca; baño. Prevención de úlceras de decúbito.
O Reposo y sueño: favorecer la comodidad y la relajación, evitar la soledad. Detección de al
teraciones en el patrón de sueño.
O Actividad y ocupación del tiempo libre: estimular actividades como pasear, leer, escribir,
escuchar música, mirar televisión. Facilitar las tareas de autocuidado. Favorecer las visitas
de amigos y familiares; brindar asistencia espiritual.
O Alimentación: estimular la ingesta en un ambiente adecuado y cuando el niño lo requiera,
pero respetando sus deseos de no comer. Ayudar a la familia a tolerar la inapetencia que
manifiestan los niños. Explicar y prestar atención a cada detalle. Controlar el ritmo defe
catorio; prevenir la constipación.
O Control de síntomas: asegurar la provisión de medidas farmacológicas y no farmacológicas
disponibles para el alivio del dolor; evaluar su intensidad. Favorecer un manejo adecuado
de las secreciones. Evaluar la presencia de náuseas y vómitos, y evitar los estímulos desen
cadenantes.
Las familias que se enfrentan al impacto de una enfermedad amenazante o limitante para
la vida experimentan sentimientos encontrados de temor y culpa por el hijo enfermo, y de mie
do y angustia ante la posibilidad real de la muerte. M ientras están desconcertados y débiles,
los padres deben brindarse protección mutua. Ante semejante confusión, es muy importante y
beneficioso que los padres sientan y recuerden que el equipo tratante está atento y concentra
do en aquellos aspectos que ellos consideran importantes. Algunos principios a seguir cuando
se trabaja con familias en esta situación:
Final de la vida
“El cómo muere la gente permanece en el recuerdo de los que sobreviven."
Cicely Saunders
Objetivos
La intervención de los cuidados paliativos tiene como objeto mejorar la calidad de vida de
los niños y sus familias. Este trabajo resultará más sencillo si se realiza en equipo. Tal como
decía en 1 9 9 0 la enfermera B. Dicks: “El trabajo en equipo es com o una p ieza musical; no se trata
de que todos toquen la m ism a nota, sino de que lo hagan en arm onía... E l éxito en el trabajo mul-
tidisciplinario se consigue sólo cuando la unicidad del aporte de cada uno de los individuos intervi-
nientes es reconocida, dando lugar a un verdadero enfoque integral e interdisciplinario del cuidado
los pacientes"*
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•ó
Programa de seguimiento de alto riesgo
Clara Gilli
* Introducción
En los últimos años, la mortalidad neonatal en recién nacidos (R N ) de bajo peso y patolo
gía completa se ha reducido merced al progreso tecnológico y científico. Esta circunstancia ha
generado la necesidad de concebir programas de seguimiento y de cuidados especializados a
largo plazo en aquellos niños que han sido sometidos a tratamientos complejos que involucran
aspectos orgánicos y psíquicos, tanto para el paciente como para la familia.
Desde hace más de 2 0 años, funcionan en varias provincias argentinas (Buenos Aires,
Córdoba, Chaco, Mendoza, Neuquén, Salta, San Luis, Jujuy, La Pampa y Tucumán) progra
mas de seguimiento de alto riesgo neonatal que dependen, en general, de unidades de cuidado
intensivo (U C IN ) públicas o privadas.
E n el H ospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan, la U C IN comenzó a funcionar
en el año 1 9 8 8 . Desde los inicios del proyecto, se jerarquizó la necesidad de contar con un
programa de seguimiento neonatal que incorpore al servicio de enfermería (1 9 8 9 ). El Dr.
Augusto Sola lo planificó y lo convirtió en la primera experiencia argentina de estas carac
terísticas.
En sus inicios, los sistemas de seguimiento fueron planificados en función de obtener da
tos estadísticos e información acerca de la calidad en la asistencia que habían recibido estos
niños. Luego de cumplidos estos primeros objetivos, se planteó la necesidad de que esta pobla
ción de pacientes recibiera asistencia especializada al egresar de la U C IN . Esta nueva modali
dad se sustenta en una actividad interdisciplinaria por excelencia que enfoca el crecimiento y
el desarrollo de los niños de riesgo de manera integral (biopsicosocial), poniendo de relieve la
importancia de las interacciones entre el equipo de salud y la familia.
Los problemas que deben enfrentar los neonatos son múltiples:
El pronóstico final podrá ser más o menos favorable, no sólo en función de los factores pre
natales sino también de los cuidados posnatales a corto, mediano y largo plazo.
D e este modo, surge la idea de una atención alta y calificada tanto en el aspecto neonatal
como en el plano ambulatorio del niño y su familia, asegurando amplitud en las acciones, a fin
de lograr una mejor calidad de vida para los niños que logran sobrevivir.
Por lo anteriormente expuesto, cabe destacar que, en ocasiones, la problemática de estos
niños es grave y de evolución prolongada, por lo que el rol de enfermería resulta indispensable:
brinda apoyo y estímulo a la familia, acompañando y cuidando a los padres para que puedan
seguir adelante en este desafío.
Esquema conceptual
Desarrollo
Este seguimiento requiere tomar contacto personalizado con la madre y el padre, así como
disponer de tiempo y del personal necesario. Estos pacientes y sus familias (los cuales han re
querido un gran esfuerzo humano, emocional, económico, etc.) necesitan continuidad en la
atención luego del alta.
Objetivos
Los programas de seguimiento cumplen una labor asistencial importante. Sus principales
objetivos son la asistencia, la investigación, la auditoría y la docencia.
Población beneficiaría
O Peso inferior a 1 5 0 0 g
O Asistencia respiratoria mecánica (A R M )
O Mayor de 7 días
o DBP
O Enfermedad de membrana hialina (E M H )
O Meningitis
O H IC
O Convulsiones o conducta neurológica anormal
O Cardiopatías complejas, graves y estructurales
O N iños con patología quirúrgica compleja (atresia de esófago, intestino corto, gastrosquisis,
enterocolitis necrosante, hernia diaffagmática)
La elección de los grupos a los que debe efectuarse el seguimiento estará a cargo de cada
servicio, de acuerdo con las características de su población y sus posibilidades. Las patologías
señaladas presentan un riesgo elevado de producir secuelas; por tanto, el acento está puesto en
lo preventivo, a efectos de reducir casos físicos, mentales y afectivos de los niños y su núcleo fa
miliar. Toda patología que no haya sido detectada a tiempo requerirá intervenciones de mayor
complejidad o bien conducirá a un atraso en la maduración, la invalidez y a la muerte.
E n relación con este punto, la complejidad y el número de integrantes del equipo depen
den de los objetivos del programa y de la cantidad de pacientes.
El equipo está integrado por:
Áreas a evaluar
Las áreas que requieren una evaluación especializada son varias: crecimiento y desarrollo,
maduración psicomotriz, visión, audición, lenguaje y sistema nervioso central (en relación con
las diversas alteraciones que puedan haberse presentado en cada caso).
Plan de visitas
Las familias que ingresan al programa deben ser asistidas, luego del alta, entre la primera
semana o los 10 días, dado que luego de una larga internación surgen muchas incertidumbres
respecto de si serán capaces de llevar a cabo el rol de cuidadoras.
Es posible considerar que un alta es exitosa cuando existió un proceso previo que respetó
el tiempo e interpretó la situación del niño y sus necesidades especiales.
Cada familia tiene su propio tiempo (tanto el paciente como los padres), y requiere apoyo
médico y emocional cuando debe regresar al hogar.
La secuencia de visitas está determinada por objetivos asistenciales y de investigación.
Todas las citaciones deben efectuarse de manera programada según las diferentes edades (en
el primer año de vida, mensualmente; en el segundo año de vida, cada tres meses; hasta los 7
años de edad, cada seis meses).
Esta circunstancia no es estática: se modifica según la evolución del niño. En muchas oca
siones, durante los primeros meses surge la necesidad de proporcionar asistencia a raíz de dis
tintas situaciones; por ejemplo, recaídasrespiratorias en épocas invernales, las cuales requieren
cuidados puntuales.
D e acuerdo con la experiencia de nuestro servicio, se trata de una circunstancia por demás
común, dado que en nuestra población el médico del programa oficia de médico de cabecera.
Toda intercurrencia debe ser registrada en función de la investigación, ya que permite analizar
a largo plazo la calidad de vida que logran estos niños.
En cuanto a la actividad del consultorio, es importante destacar el rol y la presencia del
personal de enfermería para la escucha y tranquilidad del grupo familiar, y la colaboración en
la adaptación a esta nueva etapa.
Cuando una familia ingresa al programa, es necesario explicar claramente la metodología
a seguir:
O Necesidad de efectuar controles repetidos hasta que la evolución del niño alcance estabi
lidad
O Recomendaciones y signos de alarma en la conducta del niño
O Comunicación e información
O Educación y guía para la familia en relación con el manejo
Así como el niño necesita tiempo para madurar problemas perinatales, cada familia ela
bora de det erminada manera las distintas etapas de crisis. Es preciso tener en cuenta que, en
su accionar diario, el personal de enfermería recrea sentimientos maternales, de compromiso
y emocionales.
En el Hospital Garrahan, la tarea conjunta con los equipos interdisciplinarios permite nu
trir, incrementar y consolidar los conocimientos ♦
Bibliografía
- B o ccaccio , L oid l, R o d rígu ez, B o u zas, et al. Guía de seguimiento del recién nacido de riesgo. B u enos A ires:
D irección nacional de salud m atern o infantile, 2 0 0 3 .
- C u rra n D . Traits o f a bealthy fam ily. N u ev a Y ork: B allantine B ook s, 1 9 8 3 .
- G arcía, G alim b erti, L o m u to , et al. Guía para la atención del parto normal en maternidades centradas en la
fam ilia. B u en os A ires: D irección n acion al de salud m atern o infantile, 2 0 0 4 .
- Gilli C . Programa de actualización de enfermería. Proenfermería, salud materno-infancia y del adolescente.
Cuidado centrado en la fam ilia: Organización de un programa de seguimiento para niños egresados de la
U C IN . A rg en tin a: E d ito rial M éd ica P an am erican a; 2 0 0 5 .
- G ó m e z R a m íre z JF , P o sad a D íaz A , R am írez G ó m ez H . Puericultura: el arte de la crianza. C o lo m b ia: E d i
torial M éd ica P an am erican a, 2 0 0 0 .
- Ju all C a rd e n ito L . Diagnósticos de enfermería, aplicación a la práctica clínica, M ad rid : E d ito rial M éd ica
P an am erican a, 2 0 0 2 .
- P iag et J , In helder B . Psicología del niño. M ad rid : M o ra ta , 1 9 9 3 .
- W h a le y y W o n g . Enfermería pediátrica. E sp añ a: M o sb y /D o y m a , 1 9 9 5 .
Cuidado de la fam ilia
Clara Gilli
Introducción
Definición
El término familia ha sido definido de diferentes modos y con distintos propósitos. Así, en la de
terminación de su significado se cruzan distintos juicios de valor, de acuerdo con el sentido que cada
individuo desee otorgarle. Desde la Biología, por ejemplo, significa perpetuar la especie; desde la Eco
nomía, por su parte, constituye un aspecto productivo que satisface o no determinadas necesidades.
En términos corrientes, una familia es una unidad conformada por dos o más personas, las
cuales pueden estar unidas durante un período de tiempo, compartir creencias comunes, brin
darse apoyo mutuo física y emocionalmente y regirse por un sistema de valores que les otorgue
un marco de identidad y pertenencia.
Esta unidad familiar se muestra como un sistema con las siguientes características: inter
dependencia de sus integrantes, con interacciones que brindan estructura y apoyo; cada fami
lia posee características de límites en grado de permeabilidad en sí misma, con el ambiente y
con otros integrantes.
El servicio de enfermería tiene la capacidad de observar la flexibilidad que posee la familia
para cambiar, por ejemplo, sus patrones de relación. Podría inferirse que, cuando se logra equi
librio entre los cambios y la estabilidad, se está ante una familia funcional.
Estructura
Cuando se trabaja con la familia, se utiliza el concepto de estructura familiar. Es el modo de or
ganizar la disposición de un número de partes que se interrelacionan de manera recurrente y especí
fica. La composición familiar se modifica de acuerdo con el número de integrantes y su ciclo vital.
* Marco teórico
Las teorías de familia más significativas en relación con la tarea de enfermería son tres: sis-
témica familiar, desarrollo y estrés familiar.
El personal de enfermería interviene de manera estrecha en la atención del niño y su fami
lia. Para desarrollar mejor sus acciones, los integrantes del servicio deben conocer los distintos
tipos de estructura y las diferentes teorías que constituyen la base para entender los cambios
que se producen en el seno familiar, y que describen y predicen hechos e interacciones impor
tantes para la actividad de enfermería.
Sistémica familiar
Se trata de una teoría de la totalidad que resalta la interacción entre los componentes de
un sistema y su entorno.
Hace hincapié en la interacción. Es decir, un miembro influye y genera cambios en los demás
componentes de la familia, que a su vez producen nuevos cambios en el miembro original.
La disfuncionalidad no se origina en un miembro aislado, sino en el tipo de interacción
propia de la familia. Es necesario tener presente que, en ocasiones, el problema no se encuen
tra sólo en los padres o en el niño, sino en el tipo de interacción que se establece, así como en
otros factores que afectan la relación.
Esta teoría considera a la familia una entidad diferente a la suma de sus miembros in
dividuales.
El personal de enfermería debe ser consciente respecto de las relaciones entre sus miem
bros y trabajar en la familia con los distintos subsistemas.
Por otra parte, la familia es considerada una unidad muy adaptable. Cuando surgen difi
cultades a raíz del impacto de una enfermedad, como en la familia de riesgo, se producen cam
bios en cualquier parte del sistema; un factor que influye en la adaptabilidad es su límite (en el
sentido de habilidad o potencialidad que tenga la estructura familiar).
La familia puede constituir un sistema cerrado o abierto. Si es abierta, facilitará del aporte
exterior del sistema (nuevas ideas, recursos, oportunidades) y, en general, buscará ayuda exter
na y recursos; por lo tanto, será receptiva a la intervención.
Las familias cerradas rechazan y sospechan de cualquier apoyo, ya que lo viven como una
amenaza, y luchan por mantenerse cerradas. En estos casos, se requiere realizar un esfuerzo
mayor para ganarse la confianza y la aceptación.
Esta teoría explica cómo las familias reaccionan ante situaciones de estrés y sugiere facto
res que favorecen la adaptación.
Las situaciones estresantes incluyen las predecibles (la paternidad) y las impredecibles (enferme
dad), como parte inevitable de la vida, sumadas a las demandas de trabajo, la familia y la vida comuni
taria. Muchas de las familias que transitaron el duro camino de aceptar a su niño críticamente enfermo
fueron superadas por la situación, lo cual puso en peligro la estabilidad del sistema familiar.
tra sólo en los padres o en el niño, sino en el tipo de interacción que se establece, así como en
otros factores que afectan la relación.
Esta teoría considera a la familia una entidad diferente a la suma de sus miembros in
dividuales.
El personal de enfermería debe ser consciente respecto de las relaciones entre sus miem
bros y trabajar en la familia con los distintos subsistemas.
Por otra parte, la familia es considerada una unidad muy adaptable. Cuando surgen difi
cultades a raíz del impacto de una enfermedad, como en la familia de riesgo, se producen cam
bios en cualquier parte del sistema; un factor que influye en la adaptabilidad es su límite (en el
sentido de habilidad o potencialidad que tenga la estructura familiar).
La familia puede constituir un sistema cerrado o abierto. Si es abierta, facilitará del aporte
exterior del sistema (nuevas ideas, recursos, oportunidades) y, en general, buscará ayuda exter
na y recursos; por lo tanto, será receptiva a la intervención.
Las familias cerradas rechazan y sospechan de cualquier apoyo, ya que lo viven como una
amenaza, y luchan por mantenerse cerradas. En estos casos, se requiere realizar un esfuerzo
mayor para ganarse la confianza y la aceptación.
Esta postura es el resultado de varias teorías. El desarrollista más relevante, Duvall (1977),
describió tareas de desarrollo familiar.
Duvall considera a la familia como un grupo pequeño, con un sistema semicerrado de per
sonalidades que interactúan con un sistema cultural más amplio.
Cuando se produce una modificación en una parte, se generan cambios en otras. Duvall
se refiere a los cambios que experimenta el grupo familiar a lo largo del tiempo utilizando las
etapas del ciclo vital de la propia familia. Las etapas se sustentan en variaciones estructurales,
funcionales y de roles predecibles.
Esta teoría puede emplearse en el trabajo con la familia para valorar la eficacia con que los
padres desempeñan las tareas de desarrollo individual y familiar, en relación con el período
de transición hacia la paternidad. Cabe considerar, finalmente, que el discurso de enfermería
debe aludir a una crianza humanizada, brindar a la familia un aporte significativo y respetar
las características de cada uno de los integrantes del grupo, a fin de lograr, como fin último, la
formación de un ser social íntegro, cuyos comportamientos estén en consonancia con el medio
en que se desarrolla.
Esta teoría explica cómo las familias reaccionan ante situaciones de estrés y sugiere facto
res que favorecen la adaptación.
Las situaciones estresantes incluyen las predecibles (la paternidad) y las impredecibles (enferme
dad), como parte inevitable de la vida, sumadas a las demandas de trabajo, la familia y la vida comuni
taria. Muchas de las familias que transitaron el duro camino de aceptar a su niño críticamente enfermo
fueron superadas por la situación, lo cual puso en peligro la estabilidad del sistema familiar.
El modelo de ajuste y adaptación (M cCubbin y M cCubbin) resume estas capacidades ha
ciendo referencia a:
O S e comunica y escucha
O Sus miembros se apoyan mutuamente
O Enseña el respeto a los demás
O Desarrolla una sensación de confianza
O Posee sentido lúdico y del humor
O Evidencia sentido de responsabilidad compartida
O Enseña la diferencia entre el bien y el mal
O Posee un fuerte sentido familiar
O Cultiva rituales y tradiciones
O Muestra una interacción equilibrada de sus miembros
O Respeta la vida privada de cada uno
O Valora el servicio al prójimo
O Fomenta el tiempo y el diálogo en la mesa
O Comparte el tiempo de ocio
O Admite y busca ayuda a sus problemas
Intervenciones de enfermería
El principal objetivo de la cuidadora de las familias que participan del programa es lograr
el aprendizaje y la comprensión de las necesidades de sus niños en cuanto al cuidado específico
para cuando se reinserten en su sistema familiar.
La tarea fue diseñada, con la integración de un equipo conformado por el personal médico
de la U C IN y del programa del seguimiento de alto riesgo, articulado con la actividad del per
sonal de enfermería encargado del cuidado de las familias, el cual debe centrar las estrategias
en el cuidado de la familia, el reconocimiento de las funciones y los tipos de estructura, a fin
de poder detectar cambios en el seno familiar frente a la problemática del niño críticamente
enfermo. Se plantearon metas:
M e t a I. L u e g o d e f o r m a d o e l e q u ip o , o r g a n iz a r y s e c u e n c ia r l o s c o n t e n id o s
a i m p a r t ir : los contenidos deben impartirse desde el más básico hasta el más complejo. S e
leccionar el método más viable para lograr el objetivo, a través de la evaluación previa de cono
cimientos de la población.
El momento adecuado para enseñar es a partir de la descomplejización del paciente, una
vez que la tecnología es reemplazada por una asistencia menos compleja. La manera de ense
ñar se determina definiendo los criterios didácticos y dinámicos mediante el empleo de un
lenguaje adecuado, la organización del tiempo y del espacio y la utilización de material y re
cursos didácticos.
Por otra parte, las evaluaciones se deben hacer respetando el proceso de enseñanza y
aprendizaje y la capacidad cognitiva del grupo familiar, buscando en conjunto estrategias para
afrontar nuevos conocimientos.
Los contenidos deben centrarse en pautas de crianza y nociones de puericultura, de ma
nera que la familia desvíe su mirada de la alteración en el niño mediante la observación de sus
capacidades y la colaboración para superar dificultades.
O Medicación prescripta (la familia debe conocer el nombre, la dosis, las pautas y las pre
cauciones).
O Enfermedad (qué función corporal afecta, cuáles son los factores de riesgo, cuáles son los
signos y los síntomas que requieren consulta inmediata).
O D ieta (los familiares deben poder describir la dieta adecuada, reconociendo qué está res
tringido y qué permitido).
O Cuidado domiciliario (los padres deben ser capaces de efectuar procedimientos o técnicas
especiales. Los primeros conocimientos son impartidos con gran idoneidad por el perso
nal de enfermería altamente capacitado de la U C IN . La cuidadora de familia tiene la posi
bilidad de evaluar la interpretación y la destreza logradas durante la internación).
O Verificar que la familia sepa qué material necesita, cómo lograr el recurso y si existen dis
positivos de ayuda que faciliten la realización de actividades para el niño.
O Brindar información acerca de la asistencia que el niño requiere y las visitas periódicas en
distintas disciplinas.
- B o cca ccio , L oid l, R o d rígu ez, B o u zas, et al. Guía de seguimiento del recién nacido de riesgo. B u enos A ires:
D irección nacional de salud m atern o infantile, 2 0 0 3 .
- C u rra n D . Traits o ja healthyjam ily. N u ev a Y o rk : Ballantine B ook s, 1 9 8 3 .
- G arcía, G alim b erti, L o m u to , e t al. Guía p ara la atención del parto normal en maternidades centradas en la
fam ilia. B u enos A ires: D irección nacional d e salud m atern o infantile, 2 0 0 4 .
- G illi C . Programa de actualización de enfermería. Proenfermería, salud materno-infancia y del adolescen
te. Cuidado centrado en la fa m ilia: Organización de un program a de seguimiento p ara niños egresados de la
U C IN . A rg en tin a: E d ito rial M éd ica P an am erican a; 2 0 0 5 .
- G ó m e z R a m íre z JF , P o sad a D íaz A , R am írez G ó m e z H . Puericultura: el arte de la crianza. C o lo m b ia: E d i
torial M éd ica P a n a m erican a, 2 0 0 0 .
- Ju all C a rd e n ito L . Diagnósticos de enfermería, aplicación a la práctica clínica. M ad rid : E d ito rial M éd ica P a
n am erican a, 2 0 0 2 .
- P ia g e t J , In h eld er B , Psicología del niño. M ad rid : M o ra ta , 1 9 9 3 .
- W h a le y y W o n g . Enferm ería pediátrica. E sp añ a: M o sb y /D o y m a , 1 9 9 5 .
Emergencias en la unidad de cuidados
intensivos neonatales
Myriam Lafuente - Mercedes Méndez
Introducción
’ Objetivos
Toda unidad de terapia intensiva debe contar con un carro de emergencia preparado con
todos los fármacos y elementos necesarios. S e trata de una mesa móvil que puede ser traslada
da hacia cualquier parte de la unidad, a fin de asistir al R N en emergencia.
Debe contar con el material rotulado adecuadamente, y clasificado en fármacos y materia
les descartables y reusables (Tabla 45.1)
Medicamentos Materiales
Situaciones de emergencia
O Paro cardiorrespiratorio
O Apneas
O Obstrucción de la vía respiratoria
O Intubación endotraqueal
O Neumotorax
O Shock SEBASTIAN FER R AR A
O Arritmias graves Ec. en E n fe ^ e n ^
O Servocuna
O Oxígeno con mezcla de aire, calentador
O Bolsa de reanimación con máscara adecuada para el neonato, con medidas de seguridad
O Estetoscopio
O Equipo de aspiración
O Carro de emergencias
O Fármacos y expansores
O T E T y otros
Procedimiento
Adrenalina
** Intubación endotraqueal
^ Neumotorax
E lem en to s n e c e s a r io s :
O Agujas tipo Butterfiy N ° 23 o 25, según el tamaño del bebé, o Abbocath N ° 20 o superior
O Llaves de tres vías
O Jeringas descartables de 2 0 cm
O Gasas estériles
O Guantes descartables
O Solución antiséptica
O Antiparras
C abe recordar que se trata de un procedim iento estéril. En prim er lugar, es im por
tante drenar el aire en form a urgente m ediante una punción torácica. La punción se rea
liza con una aguja m ariposa (B u tterfiy) de calibre 23 o 2 5 , conectada a una llave de tres
vías, y una jerin g a de 2 0 cc, efectuando un circuito cerrado, para evitar el agravamiento
del neum otorax.
E l niño debe ser m antenido con apoyo de oxígeno, m ediante ventilación, halo o
ARM .
Si es necesario dejar un drenaje permanente hasta la cicatrización del pulmón, éste debe
efectuarse con un trocar, el cual se une a una tubuladura que se conecta a un frasco bitubulado
bajo sello de agua o pleurevac.
Los elementos necesarios para realizar un drenaje permanente son:
En todos los casos, deben administrarse analgésicos, ya que tanto la presión de aire en el
tórax como la punción producen dolor. Por este motivo, es preciso evitar el shock, lo cual agra
varía el cuadro del R N .
Apneas
O Cianosis periférica: se refiere a la cianosis de las palmas de las manos y la planta de los pies. Obede
ce a la disminución del flujo sanguíneo en las extremidades; se denomina también acrocianosis.
O Cianosis central: afecta la piel y las mucosas de todo el cuerpo, y obedece a la disminución
de oxígeno en sangre; por ende, es más grave.
Apnea primaria
Apnea secundaria
Shock
E l shock consiste en una incapacidad del sistem a circulatorio para sum inistrar a los
tejidos la cantidad necesaria de oxígeno y nutrientes, para elim inar del organismo los p ro
ductos tóxicos del m etabolism o. Los factores que alteran la circulación son tres: volemia,
función cardíaca y resistencia periférica y en consecuencia, el shock debe ser tratado se
gún su clasificación.
Clasificación
Cuando hay hipoxia celular grave, se dañan los lisosomas (órganos intracelulares que contienen hi-
drolasas acidas) y sus membranas se toman permeables, permitiendo el paso de sustancias lisosomales
hacia las células, y desde allí, hacia la circulación. También se ha demostrado que en presencia de un
sistema retículo-endotelial anormal se libera un factor depresor de la función miocárdica. Por lo tanto,
en los estadios terminales del shock de cualquier etiología se produce depresión de la función cardíaca.
Hipovolemia
Presentación clínica
O Sudoración profusa
O Tendencia a la hipotermia
O Presión diferencial disminuida
O Tensión arterial disminuida
O Oliguria
O Intranquilidad, estupor
O Coma
O M uerte
Controles de enfermería
Intervenciones de enfermería
O M onitoreo continuo de F C y F R
O Saturación de oxígeno, T / A periférica; T/ A invasiva
O M onitoreo: presión venosa central (P V C )
O Evaluar signos precoces de descompensación circulatoria, hemodinámica
O Conocer: antecedentes del R N
O P reparar el equipo y el m aterial adecuados de acuerdo con el
peso del paciente; por ejem plo, m anguito apropiado de distintos tam años,
fárm acos, etc
O Colocar: accesos vasculares confiables; por ejemplo, percutánea
Tratamiento
Bradicardia
Etiología
Evaluación y diagnóstico
Es preciso establecer una distinción oportuna y precoz entre bradicardia por estrés fetal y bra
dicardia debida a bloqueo cardíaco congénito. La electrocardiografía confirmará el diagnóstico.
Tratamiento
Taquicardia
Taquicardia supraventricular
Etiología
Evaluación y diagnóstico
Tratamiento
Taquicardia ventricular
Etiología
Tratamiento
Bibliografía
2001 .
Fichas técnicas
Objetivos
Indicaciones
Material a utilizar
O Agua de red
O Soluciones antisépticas (gluconato de clorhexídina 4%, yodopovidona, soluciones alcohólicas)
O Toallas descartabas
Preparación a los padres: se deberá instruir sobre la necesidad y técnica de lavado de manos
antes del ingreso a la UCIN y toda vez que entren en contacto con el paciente.
Procedimiento
Recomendaciones
O Si no se dispone de agua de red o el acceso a la misma es dificultoso y siempre que las manos
no presenten suciedad visible, es posible realizar el lavado de manos en seco utilizando solu
ción alcohólica friccionando vigorosamente hasta que las manos ya no queden húmedas.
O Si no dispone de solución alcohólica puede prepararla agregando 2 mL de glicerina, glicerol
propilénico o sorbitol a 100 mL de alcohol isopropílico al 70%.
Bibliografía
N orm as y R e co m endacio nes para e l co n tro l de las in fe ccio ne s intrahospitalariasr .Secretaría de Salud. Di
rección General de Enfermería del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Revisión 2002.
N orm as d e C o n tro l de In feccio nes d e l H ospital Prof. Dr. Ju a n P. Garrahan. Buenos Aires Argentina 2003.
Intubación endotraqueal
Personas habilitadas
O Médicos (intubación)
O Personal de enfermería (asistencia)
Indicaciones
Contraindicaciones
O Falta de entrenamiento
O Lesiones o espasmo de la glotis, laringe o traquea
O Destrucción del macizo facial
Materiales y equipamiento
Procedimiento
Complicaciones
O Hipoxia
O Intubación bronquio derecho
O Bradicardia
O Lesiones en la cavidad bucal y laringe f
O Broncoespasmo, laringoespasmo
O Neumotorax, neumomediastino
O Obstrucción o acodamiento del tubo
O Infecciones por mala técnica
Recomendaciones
Bibliografía
Valero Espinoza AT, de Lizarraga GV. Manejo de Vía Aérea Difícil. R e v V enezolana d e A n e ste sia 1998;
3: 1: 13-21.
Goldsmith JP, Karotkin EH .V en tila ció n A sistid a N eo n a ta l. Bogotá: Distribuna Editorial Médica, 2005.
Roselló Millet P y Muñoz Bonet Jl. Intubación, sedación y adaptación a la ventilación mecánica. S o c ie d a d E sp a
ñ o la d e C u id a d o s In ten sivo s Pediátricos. A n a le s d e Pediatría. Barcelona 2003; 59(5):462-90.
Bloom RS, Cropler C. Textbook of Neonatal Resuscitation. A m e rica n H e a rt A ss o cia tio n f A m e ric a n A c a d e m y o f
Pediatrics, 1994.
Aspiración de secreciones
Definición: procedimiento estéril que permite la eliminación de secreciones del árbol respiratorio, me
diante la succión con sonda de aspiración a través del tubo endotraqueal o cánula de traqueotomía.
Objetivos
Indicaciones
Contraindicaciones
Material a utilizar
O Sondas de aspiración estériles o circuito cerrado de aspiración (sonda estéril cubierta por un
manguito plástico)
O Guantes estériles
O Estetoscopio
O Jeringa con solución fisiológica
O Ampolla con solución fisiológica o agua destilada
O Gasas estériles
Procedimiento
Vigilancia y control
Complicaciones
O Lesiones de la traquea
O Hipoxemia
O Bradicardias por estimulación vagal
O Extubación accidental
O Atelectasias
O Broncoaspiraclón
O Broncoespasmo
Recomendaciones
O Aumentar la frecuencia respiratoria antes que la Fi02 si el paciente está lábil y los parámetros
del respirador lo permiten.
O No realizar kinesioterapia respiratoria en pacientes con hipertensión pulmonar, cirugías car-
Cuidados en enfermería neonatal
Bibliografía
Definición: técnica que permite asegurar la posición del tubo endotraqueal tomando como
referencia la medida en que se encuentra ubicado a nivel de la comisura labial del neonato.
Objetivos
Indicaciones
Material a utilizar
O Apósito hidrocoloide
O Esparadrapo
O Gasas
O Tijeras
O Estetoscopio
Procedimiento
Vigilancia y control
Complicaciones
O Extubación accidental
O Desplazamiento del TET hacia el bronquio fuente derecho
O Bradicardia por reflejo vagal por el movimiento del TET durante el procedimiento
Recomendaciones
O Rotar las fijaciones cuando el paciente se encuentre en ventilación mecánica por tiempo pro
longado.
O Rotar la posición de la cabeza del paciente para evitar rigidez del cuello.
O Calentar levemente el apósito hidrocoloide para lograr una mejor adherencia a la piel.
Bibliografía
Comité Científico de Enfermería Neonatal del Hospital de Pediatría Prof. Dr. JP. Garrahan. C u id a d o s de
Enferm ería N eonatal. 2° edición. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana, 1999.
Colocación de sonda orogástrica o nasogástrica
Personas habilitadas: personal de enfermería y médicos. Padres del paciente con posibilida
des de internación domiciliaria previamente entrenados y supervisados.
Objetivos
O Alimentar al paciente
O Realizar lavado o eliminación del contenido gástrico
O Administrar medicación
O Realizar procedimientos diagnósticos
Indicaciones
Contraindicaciones
Material a utilizar
Procedimiento
Vigilancia y control
O Evaluar durante el procedimiento la coloración de las mucosas, los vómitos por reflejo vagal
y la hipoxia.
O Controlar posición, fijación y permeabilidad.
Complicaciones
Bibliografía
Comité Científico de Enfermería Neonatal del Hospital de Pediatría Prof. Dr. JP. Garrahan. C u idado s de
Enferm ería Neonatal. 2 ° edición. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana, 1999.
Egan ME. Colocación de sonda orogástrica o nasogástrica. Revista En fe rm ería N eo n a ta l 2006; 1 (1):
24-6.
Colocación de sonda transpilórica
Definición: técnica que consiste en la colocación de una sonda que pasa a través del píloro y
llega hasta la porción distal del duodeno, para administrar alimentación enteral y que se introduce
por boca, nariz o gastrostomía.
Objetivo
Indicaciones
Contraindicaciones
Material a utilizar
Procedimiento
Vigilancia y control
O Valorar durante el procediendo coloración de las mucosas, vómitos por reflejo vagal e hi-
poxia.
O Controlar posición, fijación y permeabilidad.
O Controlar la aparición de residuo gástrico registrando la cantidad y características del mismo.
Complicaciones
Bibliografía
Ceriani Cernadas. M anu al d e Procedim ientos en N eonatología. Buenos Aires: Editorial Médica Panameri
cana, 2005.
Comité Científico de Enfermería Neonatal del Hospital de Pediatría Prof. Dr. JP. Garrahan. Cuidados de
Enferm ería Neonatal. Buenos Aires: 2da edición, Editorial Científica Interamericana, 1999.
Recomendaciones
Bibliografía
Definición: procedimiento quirúrgico que permite eliminar contenido líquido o gaseoso a través
de la colocación de uno o varios tubos de drenaje en la pleura o mediastino.
Objetivos
Indicaciones
Contraindicaciones
Material a utilizar
O Instrumental para toracotomía: tijera, pinza de disección con diente, dos pinzas Kelly curvas,
dos pinzas kocher
O Catéter pleural 10 Fr para pacientes < 2 000 g, 12 Fr para > 2 000 g
O Guantes estériles, gorro y barbijo
O Agujas N° 25/8 y 50/8
O Jeringas de 2 mL
O Hoja de bisturí
O Válvula de Heimlich, frascos bitubulados o Pleurevac
O Sutura monofilamento 3/0 ó 4/0
O Esparadrapo
O Gasas estériles
O Solución de Yodopovidona/Clorhexidina al 2%
O Xilocaína 2%
O Tubuladuras T63
Procedimiento
Complicaciones
Recomendaciones
Bibliografía
Definición: evacuación de emergencia de aire o liquido pleural en una situación aguda con
riesgo de vida para el paciente, mediante la colocación percutánea de un catéter o aguja en el
espacio pleural.
Objetivo
Indicaciones
Contraindicaciones
Material a utilizar
O Guantes estériles
O Gasas
O Solución antiséptica
O Compresa lisa y fenestrada
O Catéter sobre aguja de calibre importante (18-20)
O Llave de tres vías
O Jeringa de 20 mL
O Prolongador corto
Preparación del paciente
Procedimiento
Vigilancia y control
Complicaciones
Bibliografía
Ceriani Cernadas. M a nu al d e Procedim ientos e n N eonatologia. Buenos Aires: Editorial Médica Panameri
cana, 2005.
Comité Científico de Enfermería Neonatal del Hospital de Pediatría Prof. Dr. JP. Garrahan. C u idado s d e
Enferm ería Neonatal. 2 ° edición. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana, 1999.
Sondaje vesical
Definición: es la introducción de una sonda hasta la vejiga a través del meato uretral para pro
ducir su vaciado temporal, permanente, intermitente, o con el objeto de tomar muestras para
análisis o administrar sustancias de contraste.
Personas habilitadas: personal de enfermería y médicos. Padres del paciente con posibilida
des de internación domiciliaria previamente entrenados y supervisados.
Objetivos
O Vaciar la vejiga
O Obtener muestra de orina estéril
O Administrar sustancias
O Medir presión ¡ntravesical
Indicaciones
Contraindicaciones
O Malformaciones urogenitales
O Traumatismos uretrales
O Incontinencia urinaria
Material a utilizar
O Posicionar al paciente en decúbito dorsal con las extremidades inferiores separadas y flexio-
nadas.
O Sujetar los brazos del paciente (Ej. con una sabanita).
O Realizar higiene perineal con gluconato de clorhexidina al 1%.
Procedimiento
Vigilancia y control
O Verificar que el paciente no haya orinado antes de tomar una muestra para cultivo.
O Controlar la permeabilidad de la sonda en pacientes con sondaje permanente.
O Cuantificar la diuresis que se haya producido por pérdidas de perisonda.
Complicaciones
O Infección
O Traumatismo
O Falsa vía en la uretra
O Retención urinaria por obstrucción de la sonda
Recomendaciones
Bibliografía
Ceriani Cernadas. M anual d e Procedim ientos en N eonatologia. Buenos Aires: Editorial Médica Panameri
cana, 2005.
Comité Científico de Enfermería Neonatal del Hospital de Pediatría Prof Dr. JP. Garrahan". C u idado s de
Enferm ería Neonatal. 2o edición. Buenos Aires: Editorial Científica Interamericana, 1999.
Colocación catéter venoso periférico
Objetivo
O Obtener una vía de acceso al sistema venoso para la administración terapéutica de sustan
cias.
Indicaciones
Contraindicaciones
O Dermatitis
O Celulitis
O Quemaduras
O Hematomas
O Presencia de flebitis o abscesos
O Soluciones hipertónicas
O Venoclisis de alto flujo
O Trombosis venosa ¡psilateral
O Trastornos neurosensitivos del miembro a punzar
O Miembro afectado por anastomosis subclavio-pulmonar
O Disminución del retorno venoso
Material a utilizar
O Lazo
O Gasas
O Solución fisiológica
O Jeringa de 1 mL
O Catéter con mandril o mariposa (butterfly)
O Alcohol etílico al 70%, clorhexidina al 4% o yodopovidona al 10%
O Guantes limpios
O Prolongador corto con llave de tres vías o tapón de goma o tipo Luer Lock
O Elementos para fijación (tijeras, esparadrapo, apósito transparente estéril)
Procedimiento
O Realizar la técnica siempre con ayuda de otro operador para inmovilizar al paciente y brindar
le contención.
O Reunir el material y acercarlo a la unidad del paciente.
O Lavar las manos con técnica antiséptica.
O Purgar el prolongador corto y la llave de tres vías con solución fisiológica.
O Cargar solución fisiológica en una jeringa de 1 mL.
O Desembalar el catéter y el apósito transparente.
O Sujetar al neonato convenientemente (ayudante).
O Aplicar un torniquete con el lazo por encima del sitio de punción o realizar presión suave so
bre la vena en caso de punción pericraneal.
O Palpar o visualizar la vena.
O Realizar antisepsia de la zona a punzar dejando actuar el antiséptico durante un minuto.
O Tomar el catéter con los dedos índice y pulgar de la mano dominante debiendo quedar el bi
sel hacia arriba.
O Estirar la piel con la mano no dominante.
O Punzar la piel en un ángulo de 30° hasta llegar a la vena o puede accederse directamente so
bre la vena según convenga.
O Observar el reflujo de sangre en la cámara e introducir el catéter aproximadamente 5 mm te
niendo en cuenta las características y recorrido de la vena.
O Retirar suavemente el mandril mientras se avanza el catéter hasta introducirlo por completo
O Infundir solución fisiológica con la jeringa de 1 mL observando que no se produzca extravasa
ción de la solución ni excesiva resistencia al pasaje de la misma.
O Conectar el prolongador o tapón de goma e infundir nuevamente solución fisiológica.
O Fijar el catéter a la piel cuidando de dejar visible la zona adyacente al sitio de inserción.
O Rotular con fecha, turno y firma.
O Registrar el procedimiento en la hoja de enfermería.
Vigilancia y control
Complicaciones
O Flebitis
O Flematoma
O Infiltración
O Oclusión del catéter
O Infección
Recomendaciones
Bibliografía
Objetivo
Obtener una vía de acceso al sistema venoso central para la administración terapéutica de sustan
cias vasoactivas, hiperosmolares y para el tratamiento intravenoso prolongado.
Indicaciones
O Estabilización hemodinámica
O Prematurez extrema
O Administración de sustancias hiperosmolares o irritantes
O Nutrición parenteral total
O Patologías digestivas
O Infusión de prostaglandinas e inotrópicos
Contraindicaciones
O Dermatitis
O Celulitis
O Micosis
O Quemaduras
O Hematomas
O Presencia de flebitis o abscesos
O Trombosis venosa ipsilateral
O Trastornos neurosensitivos del miembro a punzar
O Miembro afectado por anastomosis subclavio-pulmonar
O Disminución del retorno venoso
O Coagulopatías
O Venas de la cabeza en pacientes con hidrocefalia
Material a utilizar
Procedimiento
O Realizar la técnica siempre con ayuda de otro operador para inmovilizar al paciente y brindar
le contención.
O Reunir el material y acercarlo a la unidad del paciente.
O Lavar las manos con técnica antiséptica y colocarse gorro, barbijo, camisolín y guantes esté
riles.
O Sedar al paciente bajo prescripción médica.
O Medir la distancia desde el sitio de punción hasta vena cava superior a la entrada de aurícula
derecha, o vena cava inferior.
O Purgar con solución fisiológica desde el prolongador hasta el extremo proximal del catéter
comprobando que no existan pérdidas a nivel del racor de conexión.
O Realizar primera antisepsia del sitio de punción y colocar las compresas convenientemente.
O Sujetar al neonato convenientemente (con un ayudante).
O Aplicar un torniquete con el lazo por encima del sitio de punción o realizar presión suave so
bre la vena en caso de punción pericraneal.
O Realizar segunda antisepsia del sitio de punción. Si se utiliza yodopovidona al 10% retirar, lue
go que actúe un minuto, con una gasa embebida en solución fisiológica.
O Punzar el vaso seleccionado utilizando una butterfly N° 19 hasta obtener retorno de sangre.
O Introducir el catéter a través de la butterfly.
O Avanzar el catéter de 3 a 4 mm con ayuda de la pinza hasta llegar a la posición deseada
O Realizar fuerte compresión en el sitio de punción con una gasa estéril y retirar suavemente la
butterfly.
O Desenroscar el racor de conexión hasta que permita desconectar el catéter y retirar totalmen
te la butterfly.
O Reconectar el catéter ajustando el racor de conexión e infundir solución fisiológica para cons
tatar la permeabilidad y ausencia de pérdidas. De ser posible se deberá constatar el retorno
de sangre hacia el catéter.
O Comprimir el sitio de punción unos minutos para realizar hemostasia.
O Fijar el catéter, debiendo quedar el racor de conexión cubierto por el apósito transparente.
O Verificar posición del catéter mediante radiografía de tórax infundiendo 1 mL de sustancia de
contraste diluida a la mitad.
O Comenzar la infusión lo más rápidamente posible luego de la comprobación radiográfica para
evitar que el catéter se ocluya con sangre.
O Rotular con fecha, turno y firma.
O Registrar el procedimiento en la hoja de enfermería indicando la posición en que queda fija
do el catéter.
Vigilancia y control
Complicaciones
O Flebitis
O Hematoma
O Infiltración
O Oclusión del catéter
O Embolia aérea
O Trombosis
O Sepsis
O Ruptura del catéter
O Arritmias cardíacas (excesiva introducción)
Recomendaciones
O Mantener la temperatura del paciente dentro de límites normales antes del procedimiento.
O Utilizar siempre técnica estéril para el manejo del catéter.
O No administrar sangre, plaquetas, plasma, glóbulos rojos.
O No infundir difenilhidantoína.
O No mezclar al gluconato de calcio: bicarbonato de sodio, dopamina y dobutamina.
O Colocar unas gotas de adrenalina en el sitio de punción si durante la colocación se produce
abundante sangrado (excepto en prematuros donde la droga se absorbe rápidamente e ingresa
a la circulación).
O No ejercer excesiva presión al infundir soluciones ya que el catéter podría romperse. Utilizar
jeringas de 2 mL en lugar de 1 mL (a mayor superficie menor presión).
Bibliografía
A Cardiopatías congénitas 92
Accesos vasculares 4 65 Carga de trabajo 13
■ Dispositivo intravascular 4 6 5 Carrera de enfermería 50
■ Perfusiones endovenosas 4 6 5 Clompejidad del paciente 13
Administración descentralizada 11 Códigos de ética 31
Alteraciones metabólicas 101 Competencia profesional 30
Ambiente térmico neutro 145 Concentración de oxígeno 72
Analgesia 4 3 0 Conocimiento 17
Análisis del costo 2 7 ■ Explícito 17
Aprovisionamiento 2 4 ■ Tácito 17
Asfixia perinatal 185 Convulsiones 158
Asistencia respiratoria mecánica 97, 310 ■ Movimientos convulsivos 158
326 Cuidado centrado en la familia 64 2
■ Capacidad residual funcional 3 1 2 ■ Aspectos biopsicosociales 6 4 6
■ Distensibilidad 3 12 ■ Situación socioeconómica 646
■ Espacio muerto alveolar 312 Cuidados intensivos neonatales 70
■ Espacio muerto anatómico 312 Cuidados paliativos 6 2 4
■ Fracción inspirada de oxígeno 315 ■ Contrarreferencia 626
■ Volumen corriente 312 ■ Distrofia muscular progresiva 62 7
Atresia de esófago 91, 373 ■ Enfermedad fibroquística de páncreas 6 2 7
Atresias intestinales 4 0 8 ■ Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
■ Atresia de duodeno 4 1 0 62 7
■ Atresia yeyunal e ileal 4 1 2 ■ Enfermedades crónicas evolutivas 625
Atrofias musculares espinales 6 1 6 ■ Espasticidad 628
■ Dificultades en la deglución 6 1 7 ■ Medicina paliativa 625
■ H ipotonía grave 6 1 7 ■ Pacientes con V IH 62 7
■ Llanto débil 6 17 Cuidados progresivos 11
■ Tórax en campana 6 1 7 Cursos de capacitación 49
B D
Balanza 98 Defectos de la pared abdominal 92
Bioética 39 Diálisis peritoneal 263
Bolsa de reanimación con manómetro y más ■ Perturbaciones electrolíticas acidobásicas
cara 97 sintomáticas 263
Bombas de infusión 141 ■ Sobrecarga hídrica 263
Bronquiolitis 2 7 6 Displasia broncopulmonar 2 7 0
■ Enfermedad pulmonar crónica 270
C
Capacitación del recurso humano 18 E
Capital intelectual 17 Edema 2 5 4
Capnografia 138 Ejercicio libre y autónomo 31
Emergencias 649 Fuente de oxígeno, aire comprimido y aspi
■ Apneas 6 5 0 ración 9 7
■ Arritmias graves 6 51
■ Intubación endotraqueal 651 c
■ M asaje cardíaco 6 5 2 Galactosemia 59 4
■ Neumotorax 651 Gastrosquisis 394
■ Obstrucción de la vía respiratoria 651 ■ Anillo umbilical 395
■ Paro cardiorrespiratorio 6 5 0
* Shock 651 H
Enfermedad de membrana hialina 273 Flemocultivo 113
Enterocolitis necrosante 4 2 0 Hemoderivados 551
■ Poliglobulia 421 ■ Concentrado de plaquetas 55 2
* Ruptura prematura de membranas 4 21 ■ Concentrado en glóbulos rojos 551
Equipamiento biomédico 2 4 ■ Crioprecipitado 5 5 2
Equipamiento e insumos 85 ■ Plasma fresco congelado 552
■ Bom ba de infusión 86 ■ Plasma rico en plaquetas 552
■ Calentador-humidificador 86 ■ Sangre entera 551
■ M onitor de electrocardiograma 86 Hemofiltración 259
■ M onitor de tensión arterial 86 ■ Fístula arteriovenosa 2 6 0
■ Oxím etro 86 ■ Hemodiafiltración venovenosa continua
■ Saturóm etro 86 260
Espina bífida 169 ■ Hemodiálisis venovenosa continua 2 6 0
Estado acidobásico 291 ■ Ultrafiltración continua lenta 25 9
■ Acidoses respiratoria 2 9 4 Hemorragia intracraneal 161
■ Acidosis metabólica 2 9 4 ■ Alteraciones en la coagulación 162
■ Alcalosis metabólica 2 94 Hernia diafragmática 91
■ Alcalosis respiratoria 2 94 H ernia diafragmática congénita 381
■ Gases en sangre 291 ■ Compresión intratorácica 381
Estados hemodinámicas 101 ■ Hipoplasia pulmonar 381
Estetoscopio 98 Hidrocefalia 173
Estrategias de capacitación 18 Hiperplasia suprarrenal congénita 597
Ética 30 Hiperpotasemia 25 7
Ética 39 Hipertensión arterial 252
Evento adverso 34 Hipertensión pulmonar persistente 184
Extracción de materia fecal 102 ■ Acidosis 185
Extracción de orina 102 ■ Conducto arterioso 185
Extracción de sangre 102 ■ Hipoxemia 185
■ Resistencia vascular pulmonar 184
F * Resistencia vascular sistémica 184
Fármacos 6 05 Hipoxía perinatal 163
Fístula traqueoesofágica 373 Homeotermia 144
Fontanela 155
Frecuencia cardíaca 148 I
Frecuencia respiratoria 150 Infección urinaria 2 5 4 f
Infecciones hospitalarias 50 4
■ Células inmunitarias 505 N
■ Fuentes de infección 508 Negligencia 34
* Organos linfoides 506 Neumonía 2 7 6
* Proteínas del sistema inmunológico 506 Neurodesarrollo 577
Inmadurez neurológica 196 ■ Estimulación activa motora 582
Inmadurez respiratoria 199 ■ Estimulación sensoperceptiva 580
* Características de la función respiratoria Nursing Activity Store 16
200
Insuficiencia renal 2 5 2 O
■ Insuficiencia renal aguda 2 56 Onfalocele 390
■ Hipovolemia 256 ■ Presión intraabdominal 393
■ Mecanismo de osmosis 256 ■ Síndrome de Beckwit-Wiedemann 391
■ Normovolemia 256 Organización 48
Intervención kinésica 575 ■ tipo matricial 48
■ Kinesioterapia respiratoria 5 76 Ostomías 4 4 4
Irradiación 5 60 * Ligadura de fístula 4 4 5
■ Técnica de Kimura 44 5
L Oxido nítrico 338
Lesión de médula espinal 181 Oxigenación 80
Lesiones de la piel 4 5 6 ■ Cánula de traqueotomía 81
■ Estructura de la piel 4 5 6 ■ Cánula nasal 81
■ Capa subcutánea 4 5 7 ■ Cánula nasofaríngea 81
■ Epidermis 4 5 7 ■ H alo 81
■ Epidermis celular 4 5 7 ■ Tubo endotraqueal 81
■ Membrana cutánea 4 5 6 Oxigenoterapia 72
■ Unión dermoepidérmica 4 5 7
Lesiones óseas 182 P
Leucorreducción 560 Pesquisa neonatal 59 0
Piel 153
M ■ Características 153
Medicina nuclear 572 ■ Lesiones pigmentadas 154
Medio interno 101 Políticas de abastecimiento 25
Mielomeningocele 91 Proceso 23
M onitor cardíaco 122 Programa de Referencia y Contrarreferencia
M onitor de apnea 126 11
M onitor de frecuencia respiratoria 124 Protocolo de atención del recién nacido pre-
M onitoreo modular 132 término de muy bajo peso al nacer 235
M onitores de presión arterial 128 ■ Alteraciones en el metabolismo 246
Moral 39 ■ Inestabilidad térmica 2 4 0
M uestra de materia fecal 114 ■ Inmadurez de la piel 243
M uestra de orina 116 ■ Inmadurez gástrica 2 4 4
■ Urocultivo 117 ■ Inmadurez inmunológica 238
M uestra de secreciones bronquiales 118 ■ Inmadurez neurológica 237
■ Estudio virológico 118 ■ Inmadurez renal 245
■ Inmadurez respiratoria 241
Punción arterial 111 Síndrome de desgaste profesional 60
Punción capilar 102 ■ Desgaste psíquico 61
Punción venosa periférica 106 ■ Estrés crónico, 61
■ Satisfacción laboral 61
R Síndrome escape de aire 298
Radiografías 566 ■ Sistemas de drenaje 300
■ Angiografías 571 Síndrome nefrótico congénito 2 5 4
Recién nacido pretérmino 93 Sístole auricular 34 4
Recién nacidos de riesgo 69 Surfactante 305
Recién nacidos pretérmino de muy bajo peso ■ Déficit 307
al nacer 195 ■ Natural 306
Recurso humano 13 ■ Sintético 306
Relleno capilar 155
Relleno capilar 72 T
Resonancia magnética 573 Taquicardia supraventricular 360
Respirador armado 9 7 Termogénesis 144
Respiradores 134 Termoneutralidad 80
■ Respirado de presión 135 Termorregulación 197
Resucitación cardiopulmonar neonatal 7 0 Therapeutic Intervention Scoring System 15
Retinopatía del prematuro 2 2 0 Tomografía computarizada 57 2
■ Lesiones cicatrizales en la retina 221 Tono 156
■ Vascularización de la retina 221 Toxicidad del oxígeno 2 2 4
Transiluminador 133
S ■ Transiluminación del tórax 134
Saturometría 7 2 Transporte del recién nacido 79
Saturóm etro 125 ■ Estabilización 79
Secreciones bronquiales 102
Sectores de apoyo 25 U
Sedación 4 3 0 Ultrasonografía 571
Seguimiento de alto riesgo 6 3 4
■ Cuidados posnatales 635 V
Servocuna 140 Ventilación de alta frecuencia 3 2 8 -3 3 7
■ Incubadoras 141 ■ A lta frecuencia je t 33 2
Servocuna con servocontrol 9 7 ■ Alta frecuencia oscilatoria 33 0
Síndrome de aspiración de líquido amniótico Ventilación sincronizada 3 2 6 -3 2 8
meconial 185 Vida extrauterina 71
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índice
El M anual de asistencia respiratoria
en Neonatología cuenta con 76 Sección 1. Desarrollo pulmonar y sus alteraciones
capítulos ordenados en 13 secciones. Sección 2. Principios de la ventilación mecánica
Participan los más renombrados Sección 3. Procedimientos y técnicas
especialistas de la especialidad a nivel Sección 4. Monitoreo del paciente ventilado
mundial, entre ellos Goldsmith, Spitzer, Sección 5. Técnicas de ventilación agresivas y no
Polín, Cario y Fanaroff. agresivas
Sección 6. Respiradores neonatales de uso común
* [...] El propósito de este libro es tratar de en
focar el tratam iento del fallo respiratorio neo
Sección 7. Tratamiento de las enfermedades
respiratorias neonatales más comunes
natal que continúa siendo el problema priori
tario en los cuidados intensivos neonatales. Es Sección 8. Terapias coadyuvantes
nuestro objetivo ofrecer una mirada general Sección 9. Complicaciones asociadas a la
sobre varios puntos de los cuidados respirato ventilación mecánica
rios, que incluye el desarrollo pulmonar y el Sección 10. Otras consideraciones
diagnóstico y tratam iento de los desórdenes Sección 11. Consideraciones éticas.
respiratorios neonatales. Nuestros colaborado
res fueron seleccionados entre los expertos del
mundo, y la lista abarca literalmente los cinco
continentes [...]" . • EDICIONES
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