Dubois RESUMEN
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Las reflexiones sobre los distintos medios de expresión deben plantearse la cuestión de
la relación entre el referente externo y el mensaje producido por ese medio, es decir,
sobre los modos de representación de lo real o la cuestión del realismo.
El autor parte del consenso general que pretende que el documento fotográfico rinda
cuenta del mundo. Este consenso se debe a la naturaleza mecánica del proceso de
producción de la fotografía, lo que se ha llamado automatismo de su génesis técnica.
De ahí que pareciera que la fotografía no puede mentir, ya que a primera vista no
pareciera haber una intervención humana significativa en su construcción (como si lo
hay en la producción de una pintura, por ej.)
Con respecto a este último punto, Dubois destaca el grado de traumatismo que
provoco la aparición de la fotografía en los artistas y en la sociedad en general. Es así
que, bajo el impulso del romanticismo, durante todo el siglo XIX se aprecian las
reacciones de los artistas contra el poder creciente de la industria técnica del arte. Se
trata de un momento donde la perfección imitativa se encuentra acrecentada y
objetivada
Por otro lado, bajo esta ideología aparece la necesidad de separar las actividades de
cada practico en un campo propio: en el campo del arte la pintura y en el campo de la
industria la foto. En consecuencia, la fotografía pasa a ser considerada como un mero
instrumento para la memoria documental de lo real. La fotografía no debe pretender
avanzar sobre dominios reservados a la creación artística. Una obra no puede ser
artística y documental a la vez.
Hacia finales del siglo XIX algunos fotógrafos pretendieron hacer de la fotografía un
arte, cuyo resultado fue el denominado “pictoralismo”. Los pictoralistas propusieron
tratar la foto como a una pintura, manipulando la imagen de diversas maneras. Sin
embargo, este movimiento solo demuestra negativamente la omnipotencia de la
verosimilitud en las concepciones de la época respecto de la fotografía.
El autor nombra algunos ejemplos de las repercusiones que tendrán en el siglo XX las
concepciones mencionadas. Restas, a su vez, pueden ser consideradas como los
primeros indicios de la que será la tercera etapa.
Hallamos huellas de esta posición teórica en el siglo XIX, por ejemplo en el surgimiento
de una variedad de críticas respecto de las diferencias entre la imagen fotográfica en
su representación (por ej. ofrece un ángulo de visión, una distancia y un encuadre
elegido, la fotografía reduce la tridimensionalidad a una imagen bidimensional, es
puramente visual, es en blanco y negro). Uno de los autores que enumera las
diferencias entre la fotografía y la realidad es Arheim en sus estudios sobre la
percepción. (Análisis de las consideraciones técnicas ligadas a la percepción)
También se darán múltiples críticas en relación con las características ideologías que
cuestionan la neutralidad de la cámara y la objetividad de la imagen fotográfica. Estas
concepciones sostienen que la cámara no es neutra sino que la concepción del espacio
que implica es convencional y está guiada por los principios de la perspectiva
renacentista. Se le han asignado a la fotografía unos usos sociales considerados
objetivos y realistas (Bourdieu). De tal modo la fotografía es un asunto de convención y
un instrumento de análisis y de interpretación de lo real. (Análisis de la
deconstrucción ideológica)
Finalmente, están las posturas determinadas por los usos antropológicos d ela
fotografía que evidencian que la significación de los mensajes fotográficos esta
culturalmente determinada. Su recepción necesita un aprendizaje de los códigos de
lectura. (Análisis antropológico)
A partir de este momento, se le negará a la fotografía ser un espejo del mundo. La foto
se convertirá en reveladora de la verdad interior, no empírica.
Hasta aquí, los tipos de concepción analizados tienen en común el hecho de considerar
a la imagen fotográfica como poseedora de un valor absoluto, ya sea por semejanza o
por convención.
Hasta aquí las teorías se situado su objeto él lo que Peirce llama orden icónico
(representación del obj. Por semejanza) y luego orden simbólico (representación del
obj. Por convención).
En esta tercera etapa se considera que el objeto tiene el peso de lo real más allá de los
códigos. Hay una presencia del referente en y por la foto. El referente de la fotografía
no es el mismo que el de otros sistemas de representación. Llamamos referente
fotográfico a la cosa necesariamente real que ha sido colocada ante el objetivo y a
falta de la cual no hubiera habido fotografía. La pintura puede fingir realidad sin
haberla visto, y la fotografía no puede negar nunca que la cosa estuvo allí (“El objeto
no grita de la misma forma sobre una tela que sobre una foto.”) (Campo ideológico)
Por otro lado, también se encuentran las teorías que consideran a la fotografía como
parte del orden del índex/índice (representación por contigüidad física del signo de su
referente). Esta concepción se distingue de las anteriores porque implica que la
imagen indicial está dotada de un valor particular por estar determinada únicamente
por su referente. Es decir, sabemos que las fotos se parecen exactamente a los objetos
que representan pero esta semejanza se debe a que estas han sido producidas en
circunstancias tales que estaban forzadas a corresponderse con la naturaleza (como
signo, se encuentra afectada por su objeto). Empero, esta concepción solo tiene en
cuenta la producción mecánica de la fotografía en la cual no interviene el ser humano,
antes y después de ese momento hay actos culturales codificados. (Campo semiótico)