Lección 3a
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Mantente al día
PREGUNTAS
Explica en qué sentido es Jehová el origen de toda luz espiritual (Sal. 43:3; Is. 42:6, 7).
Sal. 43: 3….. Envía la luz al declarar su propósito, al permitir que sus siervos lo entiendan y,
luego, al cumplir lo que ha declarado.
Isa 40: 6,7.. Jehová ha dado a Jesucristo el Mesías, él es la verdadera luz de las naciones, Aquel
que ha de remover el velo de oscuridad espiritual y traer salvación al pueblo
¿Qué nos enseña de Jehová el que nos dé a conocer su propósito poco a poco? (w00 15/3 pág. 10
párr. 1).
LA FORMA en que Jehová da a conocer sus propósitos a sus siervos demuestra gran
consideración. En vez de revelar toda la verdad de una vez, en un destello de luz cegador, nos
ilumina de manera progresiva. Nuestra andadura por el camino de la vida puede compararse con
la caminata de un excursionista por un largo sendero. Cuando este parte por la mañana
temprano, ve poco. Pero el Sol se eleva lentamente sobre el horizonte y el caminante empieza a
distinguir algunos perfiles. Lo demás son aún contornos nebulosos. Ahora bien, con la ascensión
paulatina del Sol, cada vez ve más lejos en la distancia. Así sucede con la luz espiritual que Dios
provee. Él nos permite entender las ideas una tras otra. El Hijo de Dios, Jesucristo, suministró el
conocimiento espiritual de manera similar.
¿Qué papel tuvo Jesús en aclarar el propósito de Jehová? (Juan 9:5; 12:35; 2 Cor. 4:6).
La luz dadora de vida que proviene de Jehová se concentra en la persona de Jesucristo. En la
introducción del Evangelio de Juan leemos: “Por medio de [Jesús] era [la] vida, y la vida era la luz
de los hombres. Y la luz resplandece en la oscuridad, mas la oscuridad no la ha subyugado”.
(Juan 1:4, 5.) Sí, Jesús está tan estrechamente relacionado con la luz que se le llama “la luz
verdadera que da luz a toda clase de hombre”. (Juan1:9.) Jesús mismo dijo: “Mientras estoy en el
mundo, luz soy del mundo”. (Juan 9:5.)
… Jesús está muy unido a la luz espiritual. De hecho, se presentó como “la luz del mundo” y dijo:
“El que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida”
(Juan 8:12). Estas palabras nos ayudan a comprender el lugar fundamental que ocupa Jesús en
la transmisión de la verdad de Jehová a la humanidad. A fin de huir de la oscuridad y andar en la
luz divina, debemos escuchar todo lo que dice Jesús y seguir con atención su ejemplo y sus
enseñanzas, que conocemos gracias a la Biblia.
El pueblo de Dios en el primer siglo
En el primer siglo, ¿cómo reaccionaron los hermanos responsables de la obra cuando
poco a poco se fueron aclarando algunas enseñanzas? (Hech. 15:7-12).
Es patente que las palabras de Pedro dieron en el clavo, ya que “toda la multitud calló”. Acto
seguido, Bernabé y Pablo comenzaron a “contar las muchas señales y portentos [...] que Dios
había hecho mediante ellos entre las naciones” (Hech. 15:12). Llegado este punto, la junta de los
apóstoles y ancianos al fin estaba lista para evaluar los testimonios presentados y tomar una
decisión que indicara el punto de vista de Dios sobre la circuncisión
Después de analizar el asunto, ¿en qué se basaron los apóstoles y ancianos para tomar
una decisión?
En el transcurso de las deliberaciones, estos hermanos responsables han estado examinando
muchos testimonios, los cuales incluyen tanto profecías de las Sagradas Escrituras como
impactantes relatos directos que demuestran que la obra entre los paganos cuenta con la
bendición de Dios. Ya han dicho todo lo que tenían que decir. Ante sí tienen un arrollador
conjunto de indicios. En efecto, el espíritu de Jehová les está señalando cómo han de atender el
asunto
¿Cómo se comunicó esa decisión a las congregaciones? (Hech. 16:4)
enviar a varones escogidos de entre ellos a Antioquía junto con Pablo y Bernabé, a saber, a
Judas, que se llamaba Barsabás, y a Silas, varones prominentes entre los hermanos”. Además,
redactaron una carta para que ellos la leyeran en las comunidades de Antioquía, Siria y Cilicia
¿Cómo demostraron los cristianos de entonces que querían dejarse guiar por el espíritu?
(Hech. 15:25-31; 16:4, 5).
las congregaciones siguieron las instrucciones procedentes de Jerusalén y por eso “continuaron
haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día” (Hech. 16:5).
El pueblo de Dios hoy
¿A quién nombró Jesús para alimentar a sus ovejas en los últimos días? ¿Cómo nos
beneficia eso? (w14 15/1 pág. 13 párr. 6; w13 15/7 pág. 22 párr. 10)
6
Jesús entonces usó su autoridad real para nombrar un “esclavo fiel y prudente”. Este esclavo
suministraría regularmente alimento espiritual nutritivo a todos los miembros del “solo rebaño” que
está bajo el cuidado de Jesús (Mat. 24:45-47; Juan 10:16). Desde 1919, un pequeño grupo de
hermanos ungidos ha cumplido fielmente con la gran responsabilidad de alimentar a los
“domésticos”. El abundante alimento espiritual que nos llega por ese canal fortalece nuestra fe y
nuestra determinación de mantenernos limpios en sentido espiritual, moral, mental y físico.
También nos educa y nos prepara para participar en la obra más importante que se está
realizando en la Tierra: la predicación. ¿Aprovechamos al máximo este alimento espiritual?
…. 10 ¿Quién, entonces, es el esclavo fiel y prudente? Según el patrón que Jesús fijó de alimentar
a muchos por medio de unos pocos, ese esclavo está compuesto por un pequeño grupo de
hermanos ungidos que participan directamente en preparar y proveer alimento espiritual durante
la presencia de Cristo. A lo largo de los últimos días, estos hermanos ungidos que constituyen el
esclavo fiel han estado sirviendo juntos en la sede mundial. Hoy, ese esclavo es el grupo de
cristianos ungidos que forman el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. Ahora bien, note
que, aunque se trata de un esclavo compuesto por más de una persona, la palabra esclavo está
en singular. En armonía con este hecho, el Cuerpo Gobernante actúa como uno solo, es decir,
toma sus decisiones de manera conjunta.
¿Por qué es importante estudiar las profecías bíblicas para tener una fe fuerte? (1 Ped.
1:10-12).
Aclaraciones de creencias: explica cómo se han aclarado poco a poco las verdades sobre
el gran templo espiritual de Jehová (w10 15/7 pág. 22 recuadro).
El espíritu revela el significado del templo espiritual
Una de “las cosas profundas de Dios” que se revelaron en el siglo primero fue el hecho de que el
antiguo tabernáculo y los templos que posteriormente hubo en Jerusalén simbolizaron una
realidad espiritual muy superior. A esta realidad, Pablo la llamó “la tienda verdadera, que Jehová
levantó, y no el hombre” (Heb. 8:2). Se trata de un gran templo espiritual, el cual representa el
sistema que Dios ha establecido para que podamos acercarnos a él gracias al sacrificio y el
sacerdocio de Jesucristo.
“La tienda verdadera” surgió en el año 29, cuando Jesús se bautizó y fue reconocido por Jehová
como aquel que llegaría a ser un sacrificio perfecto (Heb. 10:5-10). Una vez que murió y resucitó,
Cristo entró en el Santísimo del templo espiritual y presentó el valor de su sacrificio “delante de la
persona de Dios” (Heb. 9:11, 12, 24).
Pablo ya había dicho en otra de sus cartas que los cristianos ungidos estaban “creciendo para
ser un templo santo para Jehová” (Efe. 2:20-22). ¿Sería este templo lo mismo que “la tienda
verdadera” de la que el apóstol habló después en su carta a los Hebreos? Por décadas, los
siervos de Jehová creyeron que sí. Les parecía que los cristianos ungidos estaban siendo
preparados en la Tierra para llegar a ser “piedras” del templo celestial de Jehová (1 Ped. 2:5).
No obstante, alrededor del año 1971, los representantes de la clase del esclavo comenzaron a
entender que el templo mencionado en Efesios no podía ser el gran templo espiritual de Jehová.
Si “la tienda verdadera” hubiera estado formada por cristianos ungidos resucitados, no habría
podido existir sino hasta “la presencia del Señor”, pues durante ese período empezaron a
resucitar (1 Tes. 4:15-17). Sin embargo, Pablo indicó lo siguiente sobre el tabernáculo: “Esta
misma tienda es una ilustración para el tiempo señalado que está aquí ahora” (Heb. 9:9).
Al comparar detenidamente estos y otros pasajes, se comprendió que el templo espiritual
no está en proceso de construcción y que los cristianos ungidos no son “piedras” que estén
siendo preparadas en la Tierra para formar parte de dicho templo. Más bien, ellos están sirviendo
en el patio y en el Santo del templo espiritual y ofrecen a diario “sacrificio de alabanza” a Dios
(Heb. 13:15).
¿Cómo nos han ayudado las aclaraciones que se han hecho sobre los siguientes textos?
• Lucas 21:26 (w94 15/2 págs. 19, 20 párrs. 14-18).
El cumplimiento de la profecía de Joel, en armonía con otras profecías que emplean
expresiones semejantes, nos ayuda a comprender el significado de Mateo 24:29. Evidentemente,
lo que Jesús dijo concerniente a ‘la oscuridad del sol y la luna y la caída de las estrellas’ no se
refiere a sucesos que ocurrirían durante las muchas décadas de la conclusión del presente
sistema, tales como lanzamientos espaciales, alunizajes, etc. No; él aludió a sucesos
relacionados con “el día de Jehová, grande e inspirador de temor”, es decir, la destrucción que ha
de venir.
15
Esto nos permite entender mejor cómo es que los fenómenos celestes ocurrirían
“inmediatamente después de la tribulación”. Jesús no se estaba refiriendo a la tribulación que
culminó en 70 E.C. Más bien, aludía al comienzo de la gran tribulación que le sobrevendrá al
sistema mundial en el futuro, con la cual finalizará su prometida “presencia”. (Mateo 24:3.) Dicha
tribulación no ha llegado aún.
16
¿Qué puede decirse de las palabras de Marcos 13:24: “Pero en aquellos días, después de
aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz”? Las palabras “aquellos” y
“aquella” son formas del pronombre demostrativo griego e·keí·nos, que indica algo distante en el
tiempo. Puede usarse para señalar un suceso que pertenece al pasado distante (o mencionado
anteriormente), o algo que sucederá en el futuro lejano. (Mateo 3:1; 7:22; 10:19; 24:38; Marcos
13:11, 17, 32; 14:25; Lucas 10:12; 2 Tesalonicenses 1:10.) Así, cuando Marcos 13:24 habla de
“aquella tribulación”, no se refiere a la que trajeron los romanos, sino a la acción poderosa de
Jehová que marcará el fin del presente sistema.
17
Los capítulos 17 a 19 de Revelación armonizan con Mateo 24:29-31, Marcos 13:24-27 y
Lucas 21:25-28, y confirman la explicación actualizada de estos últimos. ¿De qué manera? Los
Evangelios muestran que esta tribulación no comenzará y terminará de una vez. Después del
inicio de la tribulación, todavía habrá humanos desobedientes vivos que verán “la señal del Hijo
del hombre”, se lamentarán y, como dice Lucas 21:26, ‘desmayarán por el temor y la expectación
de las cosas que vienen sobre la tierra habitada’. Se sobrecogerán de terror al ver “la señal” que
presagia su inminente destrucción.
• Romanos 13:1, 2 (w95 15/5 págs. 21, 22 párrs. 4, 5).
Se recibió un brillante destello de luz en 1962 con respecto a Romanos 13:1, que dice:
“Sométase toda persona a las potestades superiores [“autoridades superiores”, Traducción del
Nuevo Mundo]”. (Versión Moderna.) Los primeros Estudiantes de la Biblia entendían que “las
potestades superiores” mencionadas aquí eran las autoridades mundanas. Pensaban que, en
conformidad con este versículo, si el cristiano era reclutado en tiempo de guerra, estaba obligado
a ponerse el uniforme, llevar un arma e ir al frente, a las trincheras. Se pensaba que, como el
cristiano no puede matar a su prójimo, en el peor de los casos tendría que disparar al aire.
5
Los números de La Atalaya del 15 de mayo y del 1 de junio de 1963 (en inglés, 15 de
noviembre y 1 de diciembre de 1962) arrojaron luz clara sobre este asunto al analizar las palabras
de Jesús recogidas en Mateo 22:21: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas
de Dios”. Relacionado con esa postura está lo que los apóstoles dijeron en Hechos 5:29:
“Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. Los cristianos
estamos en sujeción a César —“las potestades superiores”— siempre que no nos exija
desobedecer la ley de Dios. Se entendió que la sujeción a Cesar era relativa, no absoluta. Los
cristianos pagamos a César únicamente lo que no está en conflicto con los requisitos de Dios.
Fue una gran satisfacción entender con claridad ese asunto.
• Efesios 4:19 (w12 15/3 págs. 30, 31; w06 15/7 30, 31; g 11/13 págs. 4, 5).
… La expresión conducta relajada (en griego a·sél·guei·a) denota “desenfreno [...], vida
licenciosa, depravación”. El Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento, de Alfred E. Tuggy, la
define así: “descaro, grosería, desvergüenza, libertinaje, insolencia”. Otro léxico la define como
una forma de “conducta que traspasa todos los límites socialmente aceptables”.
Como indican estas definiciones, en la “conducta relajada” se dan dos elementos: 1) la
conducta en cuestión constituye una violación grave de las leyes de Dios, y 2) la actitud del
pecador es irrespetuosa e insolente.
Por lo tanto, la expresión “conducta relajada” no se refiere a mala conducta de poca
importancia, sino a actos que constituyen graves violaciones de las leyes de Dios y que reflejan
una actitud descarada o un atrevimiento irreverente, es decir, una actitud que revela falta de
respeto o hasta desprecio por las leyes, normas y autoridad. Pablo también relaciona la conducta
relajada con el coito ilícito (Romanos 13:13, 14). Puesto que en Gálatas 5:19-21 se incluye la
conducta relajada entre algunas de las prácticas pecaminosas que impedirían que se heredara el
Reino de Dios, esta es motivo suficiente para que una persona sea censurada y hasta expulsada
de la congregación cristiana.
La palabra inmundicia (en griego a·ka·thar·sí·a) es, de los tres términos que se traducen
“fornicación”, “inmundicia” y “conducta relajada”, el que tiene el sentido más amplio. Abarca
cualquier clase de impureza, sea en asuntos sexuales, en el habla, en la conducta o en las
relaciones espirituales. “Inmundicia” incluye una amplia variedad de pecados graves.
En Efesios 4:19, Pablo habla de algunas personas que habían “llegado a estar más allá de
todo sentido moral” y que “se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de
inmundicia con avidez”. Así pues, Pablo sitúa la “inmundicia con avidez” en la misma categoría
que la conducta relajada. Si un cristiano bautizado practica “inmundicia con avidez” y no se
arrepiente, puede ser expulsado de la congregación por ser culpable de inmundicia grave.
Supongamos que una pareja de novios se acariciara apasionadamente en numerosas
ocasiones. Podría ser que los ancianos determinaran que, aunque la pareja no manifestó una
actitud de descaro —característica de la conducta relajada—, sí hubo cierta avidez en su
conducta. Por lo tanto, los ancianos formarían un comité judicial, pues se produjo inmundicia
grave. Si alguien mantuviera repetidas conversaciones telefónicas de índole sexual con otra
persona, también se podría tratar el caso sobre la base de la inmundicia grave, sobre todo si se le
había aconsejado anteriormente.
La inmundicia grave no solo se manifiesta en pecados sexuales. Por ejemplo, imagínese a un
jovencito bautizado que se fuma unos cuantos cigarrillos en un corto espacio de tiempo.
Él confiesa el pecado a sus padres y está decidido a no volver a hacerlo. Se trata de un caso de
inmundicia en el que no ha llegado a haber “inmundicia con avidez”. Bastaría con que el joven
recibiera los consejos bíblicos de uno o dos ancianos y el apoyo de sus padres. Ahora bien, ¿y si
el joven fumara habitualmente? Esto constituiría una contaminación deliberada de la carne, y se
formaría un comité judicial para que atendiera el asunto sobre la base de inmundicia grave
(2 Corintios 7:1). Si el muchacho no se arrepintiera, habría que expulsarlo.
Algunos cristianos han comenzado a ver pornografía. Aunque esto ofende a Dios, y es normal
que los ancianos se sorprendan si se enteran de que un hermano en la fe ha estado viendo
pornografía, no siempre es necesario formar un comité judicial. Por ejemplo, supongamos que un
hermano ha visto pornografía “blanda” en varias ocasiones. Como se siente avergonzado, lo
confiesa a un anciano, resuelto a no repetir este pecado. El anciano bien podría llegar a la
conclusión de que su conducta no ha llegado al punto de ser “inmundicia con avidez”. El hermano
tampoco mostró una actitud descarada, y por lo tanto no constituiría conducta relajada. Aunque
no sea necesario emprender ninguna acción judicial, este tipo de inmundicia exigirá sólidos
consejos bíblicos y, quizás, la ayuda continuada de los ancianos.
Ahora bien, supongamos que, durante años, un cristiano ha visto en secreto pornografía
repugnante y sexualmente degradante, y ha hecho todo lo posible por ocultar este pecado. Dicho
material pornográfico pudiera abarcar violaciones en grupo, sadomasoquismo, tortura sádica,
maltrato de mujeres o hasta pornografía infantil. Cuando su conducta sale a la luz, se siente
profundamente avergonzado. Aunque no tenga una actitud descarada, los ancianos tal vez
determinen que ‘se ha entregado’ a un vicio repugnante y que ha practicado “inmundicia con
avidez”, es decir, inmundicia grave. En ese caso, se formaría un comité judicial porque su
conducta implica inmundicia grave. El pecador sería expulsado si no demostrara que está
sinceramente arrepentido y que ha tomado la determinación de nunca más volver a ver
pornografía. Si hubiera invitado a alguien a ver pornografía en su casa —lo que equivaldría a
promoverla—, sería prueba de que tal persona tenía una actitud descarada, característica de la
conducta relajada.
El término bíblico “conducta relajada” siempre se refiere a un pecado grave, normalmente de
índole sexual. Para ver si se trata de conducta relajada, los ancianos deben analizar si hay
descaro, desenfreno, grosería y desvergüenza, y si se atentó contra la decencia pública. Por otro
lado, las transgresiones graves de la ley de Jehová que comete una persona que no manifiesta
una actitud de descaro pudieran implicar “avidez”. Tales casos tienen que ver con inmundicia
grave, y deben tratarse sobre esa base.
Cambios en la organización: explica qué cambios en nuestros días cumplen lo que dice
Isaías 60:17 (w06 15/2 págs. 26-28 párrs. 1-12; w95 15/5 pág. 22 párrs. 6-8).
Jehová anunció por medio del profeta Isaías: “En vez del cobre traeré oro, y en vez del hierro
traeré plata, y en vez de la madera, cobre, y en vez de las piedras, hierro” (Isaías 60:17). Tal
como reemplazar un material de calidad inferior por uno de mayor calidad supone una mejora, así
los testigos de Jehová han experimentado mejoras en su organización durante “la conclusión del
sistema de cosas”, o “los últimos días” (Mateo 24:3; 2 Timoteo 3:1).
4
Al comienzo de los últimos días se elegía democráticamente a los ancianos y los diáconos
de las congregaciones de los Estudiantes de la Biblia (como se conocía entonces a los testigos
de Jehová). Sin embargo, había ancianos que carecían del verdadero espíritu evangelizador;
otros no solo eran reacios a predicar, sino que intentaban disuadir a los demás de que lo hicieran.
Por lo tanto, en 1919 se creó una nueva función en las congregaciones: la de director de servicio.
En vez de ser elegido por la congregación, el director de servicio era nombrado de manera
teocrática por la sucursal de los siervos de Dios. Entre sus deberes figuraban organizar la
predicación, asignar territorios y fomentar la participación en el ministerio del campo. Dicho
cambio dio a la obra de evangelizar un extraordinario impulso en los años siguientes.
5
Para 1927 se había organizado hasta tal punto el servicio del campo, que se designó el
domingo como el día más conveniente para predicar de casa en casa. ¿Por qué el domingo?
Porque para la mayor parte de la gente era su día de descanso. En la actualidad, los testigos de
Jehová demostramos el mismo espíritu al visitar a las personas en los momentos en que es más
probable que estén en casa, como los fines de semana y al anochecer.
6
La predicación del Reino recibió gran ímpetu la tarde del domingo 26 de julio de 1931 al
adoptarse una resolución, primero en una asamblea realizada en Columbus (Ohio, EE.UU.), y
luego en todo el mundo. La resolución decía en parte: “Somos siervos de Jehová Dios
comisionados a hacer una obra en su nombre, y, en obediencia a su mandamiento, a entregar el
testimonio de Jesucristo, y dar a conocer a la gente que Jehová es el verdadero y Omnipotente
Dios; por lo tanto gozosamente aceptamos el nombre que la boca de Jehová Dios ha
pronunciado, y deseamos ser conocidos como y llamados por el nombre de testigos de Jehová”
(Isaías 43:10).
7
Aun cuando muchos ancianos se dedicaron humildemente a predicar, hubo algunos que
opusieron bastante resistencia a la idea de que todos los miembros de la congregación debían
participar en el ministerio público. aún vendrían otras mejoras. Mediante la revista La Torre del
Vigía, las congregaciones recibieron en 1932 la directriz de que cesaran de elegir a los ancianos y
los diáconos, y que, en su lugar, eligieran un comité de servicio formado por hombres espirituales
que predicaran públicamente. De este modo, la superintendencia quedó a cargo de quienes
participaban activamente en el ministerio, y la obra siguió adelantando.
La luz más clara trae nuevas mejoras
8
En 1938 se eliminaron por completo las votaciones. Todos los siervos de la congregación
serían nombrados de manera teocrática bajo la supervisión del “esclavo fiel y discreto” (Mateo
24:45-47). Prácticamente todas las congregaciones de los testigos de Jehová aceptaron el
cambio de buena gana, y la obra de dar testimonio continuó produciendo fruto.
9
A partir del 1 de octubre de 1972 rigió un nuevo cambio en la supervisión de las
congregaciones de los testigos de Jehová por todo el mundo: se sustituyó al siervo, o
superintendente, de congregación por un cuerpo de ancianos. Los números de La Torre del Vigía
de noviembre y diciembre de 1938 (en inglés, 1 y 15 de junio) contenían destellos de luz que
mostraban que los siervos de congregación no debían ser elegidos, sino nombrados, es decir,
nombrados teocráticamente
10
El Cuerpo Gobernante fue organizado en seis comités, los cuales asumieron desde el 1 de
enero de 1976 la supervisión de todas las actividades de la organización y de las congregaciones
del mundo. El Comité de Personal se encarga de todo lo relacionado con el personal, que incluye
los intereses de todos los miembros de la familia mundial de Betel. El Comité de Publicación se
ocupa de todos los asuntos seculares y legales, como los relacionados con propiedades e
imprentas. El Comité de Servicio se encarga de la obra de predicar y supervisa a los
superintendentes viajantes, los precursores y la actividad de los publicadores de congregación. El
Comité de Enseñanza es responsable de las reuniones de congregación, los días especiales de
asamblea, las asambleas de circuito, de distrito y las internacionales, así como de las diversas
escuelas para la educación espiritual del pueblo de Dios. El Comité de Redacción supervisa la
preparación y traducción de todas las publicaciones, y se asegura de que toda la información esté
en conformidad con las Escrituras. El Comité del Presidente atiende emergencias y otros asuntos
urgentes. Desde los años setenta, las sucursales de la Sociedad Watch Tower han estado bajo la
dirección de un comité y no de un superintendente
En 1992 se dieron mayores responsabilidades de servicio a algunos miembros de las “otras
ovejas” para que colaboraran con la clase del esclavo fiel y discreto en el cuidado de los intereses
terrestres, que van en aumento. Se les nombró ayudantes de los comités del Cuerpo Gobernante
(Juan 10:16).
La Atalaya del 15 de noviembre de 2014, se explicó un cambio en la manera de nombrar a los
ancianos y siervos ministeriales. El artículo indicó que el cuerpo gobernante del siglo primero
autorizó a los superintendentes viajantes a hacer esos nombramientos. Para seguir este modelo,
desde el 1 de septiembre de 2014, los superintendentes de circuito son los que nombran a los
ancianos y siervos ministeriales. Se esfuerzan por conocer a los hermanos que han sido
recomendados y, si es posible, por predicar con ellos. También se fijan en la espiritualidad de su
familia (1 Tim. 3:4, 5). El cuerpo de ancianos y el superintendente de circuito analizan
atentamente los requisitos bíblicos para los siervos ministeriales y para los ancianos
¿Cómo demuestra lo que se publica en el sitio jw.org que el esclavo es fiel, prudente y
sabio? (g 1/14 págs. 2-6; km 10/13 pág. 2; km 12/12 págs. 3-6)
En nuestra página de Internet se pueden leer nuestras revistas y otras publicaciones para
estudiar la Biblia. También se encuentra información para matrimonios, jóvenes y padres con
hijos pequeños, una información que puede ser muy práctica para estudiar en familia. Además,
aparecen informes de programas especiales, como las graduaciones de Galaad o la reunión
anual. Y se publican noticias sobre desastres naturales y asuntos legales que afectan a la
hermandad mundial (1 Ped. 5:8, 9). Nuestro sitio de Internet también es una herramienta de
predicación muy poderosa, pues permite que las buenas nuevas lleguen incluso a lugares donde
las autoridades dificultan o prohíben nuestra obra.
¿Cómo has usado jw.org para...
• ... ayudar a tu familia?
• ... ayudar a tus compañeros de predicación?
• ... ayudarte a ti mismo y tener más fe?
Mantente al día
¿Qué cambios has tenido que hacer para mantenerte al día con las verdades de la
Biblia? ¿Cómo te ha ayudado eso en tu precursorado? ¿Cómo han aumentado “tu paz” y
“tu justicia”? (Is. 48:17, 18).
……
¿Qué aprendemos de la actitud de los israelitas hacia “la columna de fuego y nube”?
(Éx. 14:24; w11 15/4 págs. 3-5).
La Biblia revela el origen y el propósito de este milagro: “Jehová iba delante de ellos durante
el día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y durante la noche en una columna
de fuego para darles luz, para ir de día y de noche” (Éxo. 13:21, 22). Como vemos, desde que los
israelitas salieron de Egipto, la columna fue el medio que Dios usó para guiarlos por el desierto.
Siempre tenían que estar listos para seguirla tan pronto se movía. Jehová también la utilizó para
protegerlos colocándola entre ellos y el ejército del faraón cuando este se preparaba para
atacarlos (Éxo. 14:19, 20).
La columna era una garantía de que Dios estaba con los israelitas. Representaba a Jehová,
quien a veces les hablaba desde ella (Núm. 14:14; Sal. 99:7). Además, fue el medio que identificó
a Moisés como el caudillo elegido por Jehová (Éxo. 33:9). Ciertamente, el éxito de los israelitas
durante el éxodo dependía de que reconocieran el medio visible que Dios estaba usando para
dirigirlos y siguieran su guía.
Perdieron de vista el propósito de la columna
Cuando los israelitas vieron por primera vez aquella señal milagrosa, debieron de quedar
maravillados. Lamentablemente, su presencia constante no bastó para infundirles confianza plena
en Jehová. De hecho, llegaron a cuestionar la guía divina en varias ocasiones. Por ejemplo,
cuando los egipcios salieron tras ellos, no creyeron que Dios pudiera salvarlos. Más bien,
acusaron a su representante, Moisés, de haberlos metido en una trampa mortal (Éxo. 14:10-12).
Después de atravesar el mar Rojo, lo criticaron a él, a Aarón y al propio Jehová porque pensaron
que no tendrían comida ni agua (Éxo. 15:22-24; 16:1-3; 17:1-3, 7). Y unas semanas más tarde,
presionaron a Aarón para que les fabricara un becerro de oro. Imagínese la situación. En un
sector del campamento se alcanzaba a ver la columna de fuego y nube, la majestuosa prueba de
que estaba con ellos su Libertador, Jehová. Pero al mismo tiempo, no lejos de allí, los israelitas
estaban adorando a un ídolo sin vida mientras decían: “Este es tu Dios, oh Israel, que te hizo
subir de la tierra de Egipto”. ¡Qué “actos de falta de respeto” tan horribles! (Éxo. 32:4; Neh. 9:18.)
Con su rebeldía, los israelitas estaban demostrando desprecio por la guía de Jehová. Tenían
un problema de visión, pero no era físico, sino espiritual. Contemplaban la columna, pero ya
no significaba nada para ellos.
Reconozcamos el medio que Dios usa para guiarnos hoy
En la actualidad, Jehová sigue guiando a su pueblo. Ha nombrado Cabeza de la
congregación a Jesucristo (Mat. 23:10; Efe. 5:23). Este ha delegado parte de su autoridad en el
esclavo fiel, el grupo de cristianos ungidos de nuestros días distribuye obedientemente alimento
espiritual saludable y nutritivo “a su debido tiempo. Y ellos, a su vez, nombran superintendentes
para cuidar de las congregaciones (Mat. 24:45-47; Tito 1:5-9).
Agradezcamos la guía divina
¿Cómo podemos demostrar gratitud por la guía de Dios? El apóstol Pablo nos da la
respuesta: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos” (Heb.
13:17). Claro, esto no siempre es fácil. Para ilustrarlo, imagínese que usted es un israelita de la
época de Moisés. Lleva días caminando por el desierto detrás de la columna. De repente, esta se
detiene. “¿Por cuánto tiempo se quedará aquí? —piensa—. ¿Un día? ¿Una semana? ¿Varios
meses?” Entonces se pregunta si valdrá la pena deshacer el equipaje. Por si acaso, saca solo lo
imprescindible. Sin embargo, pasan varios días y se harta de estar buscando entre los bultos, de
modo que decide sacar el resto. Pero cuando está acabando, la columna se levanta, ¡y usted
tiene que volver a guardarlo todo! ¡Qué fastidio! Sin embargo, no le queda otra opción que partir
“inmediatamente después”, igual que el resto del pueblo (Núm. 9:17-22).
¿Cómo reaccionamos hoy cuando Dios nos da su guía? ¿La seguimos “inmediatamente
después” de recibirla, o continuamos haciendo las cosas como siempre? ¿Estamos al día con las
últimas instrucciones? Otra manera de agradecer la dirección divina es aceptando los consejos
que se nos den Por eso, al tomar decisiones importantes, no confiamos en nuestro propio criterio,
sino que acudimos a Jehová y su organización. Y tal como un niño corre a sus padres cuando
azota una tormenta, buscamos la seguridad que ofrece la congregación cuando azotan los
problemas de este mundo.
Por supuesto, ninguno de los cristianos que están al frente de la parte terrestre de la
organización es perfecto. Moisés tampoco lo era, y, sin embargo, la columna de nube y fuego era
una indicación constante de que había sido nombrado por Jehová y contaba con su aprobación.
Hoy día, el mayordomo fiel nos da una señal clara cada vez que es necesario emprender la
marcha, por decirlo así. Se vale de La Atalaya y Nuestro Ministerio del Reino, así como de
publicaciones nuevas y discursos en las asambleas. También nos hace llegar instrucciones
mediante los superintendentes viajantes, o mediante cartas y cursos de capacitación para los
siervos nombrados.
¿Reconocemos el medio por el cual nos dirige Dios durante los últimos días? Él usa su
organización para guiarnos a través de este mundo, que es como un peligroso desierto. Gracias a
ello disfrutamos de protección, amor y unidad.
¿Cómo demostramos que valoramos la guía de Dios cuando...
• ... damos cursos bíblicos?
• ... predicamos a quienes hablan otro idioma?
• ... celebramos todas las semanas la adoración en familia?
• ... cooperamos con los Comités de Enlace con los Hospitales?
• ... nos comportamos bien en las asambleas?
¿Qué garantía nos dan las descripciones que hacen Isaías, Ezequiel, Daniel y Juan
sobre la parte celestial de la organización de Jehová? (Is. 6:1-4; Ezeq. 1:4-14, 22-24; Dan.
7:9-14; Apoc. 4:1-11; w13 15/4 págs. 23-25 párrs. 5-8).
Es emocionante leer lo que Isaías, Ezequiel, Daniel y Juan escribieron sobre la forma en que
Dios ha organizado los asuntos en el cielo (Is. 6:1-4; Ezeq. 1:4-14, 22-24; Dan. 7:9-14; Rev. 4:1-
11). Es como si Jehová abriera una cortina y los cielos quedaran expuestos ante nuestros ojos.
¿Por qué quiso él que esa información estuviera en las Escrituras?
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Porque él quiere que siempre recordemos que formamos parte de una organización
universal. Para que los propósitos de Jehová se cumplan, están sucediendo muchas más cosas
que las que podemos ver. Por ejemplo, el profeta Ezequiel vio la parte invisible de la organización
de Dios representada por un enorme carruaje celestial. Este podía moverse a gran velocidad y
cambiar de dirección en un instante (Ezeq. 1:15-21). Con cada giro de sus ruedas se desplazaba
a grandes distancias. Ezequiel también observó algunos detalles del Conductor del carruaje:
“Llegué a ver algo como el fulgor del electro, como la apariencia del fuego todo alrededor [...]. Era
la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová” (Ezeq. 1:25-28). El profeta debió quedar
boquiabierto y admirado. Contempló a Dios controlando perfectamente su organización, dirigiendo
cada movimiento mediante su espíritu santo. ¡Qué impresionante visión de la parte celestial de la
organización de Jehová en acción!
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Daniel también vio muchas cosas que nos llenan de confianza. Se le permitió contemplar en
visión a Jehová representado por un “Anciano de Días” sentado en un trono de llamas de fuego
con ruedas (Dan. 7:9). Jehová quería que Daniel viera que su organización está en movimiento,
cumpliendo su propósito. Este profeta también observó a “alguien como un hijo del hombre”,
Jesús, a quien se le encargaba la supervisión de la parte terrestre de la organización de Jehová.
El reinado perfecto de Jesús no dura unos pocos años, pues “su gobernación es una gobernación
de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas” (Dan.
7:13, 14). ¿Verdad que esto nos anima a confiar en Jehová y a valorar lo que está logrando?
Él dio “gobernación y dignidad y reino” a su Hijo, quien fue probado y demostró su lealtad. Está
claro que Jehová confía en su Hijo. Y nosotros también podemos confiar en Jesús, que es
nuestro líder.
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¿Cómo debe afectarnos conocer mejor a la parte invisible de la organización de Jehová?
Al igual que Ezequiel, seguro que nos sentimos impresionados y más humildes al entender lo que
Jehová está haciendo (Ezeq. 1:28). Meditar en la organización de Jehová nos anima a actuar, así
como animó a Isaías. Cuando se le presentó la oportunidad de contar a la gente lo que Jehová
estaba haciendo, la aprovechó sin dudarlo (lea Isaías 6:5, 8). Estaba convencido de que con el
apoyo de Jehová podría superar cualquier obstáculo. ¡Cuánto nos alienta a nosotros también
contemplar a la parte celestial de la organización de Jehová, que nunca se detiene y que está
totalmente entregada a cumplir los propósitos de él!
¿Qué actitud debemos tener hacia los cambios y aclaraciones si queremos seguir en el
camino de la verdad? (w11 15/9 pág. 14 párrs. 14, 15).
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Deberíamos actuar como el apóstol Pedro. En cierta ocasión, Jesús dijo a sus oyentes: “A
menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes”.
Hubo quienes tomaron sus palabras al pie de la letra y dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién
puede escucharlo?”. Como resultado, “se fueron a las cosas de atrás”. En cambio, notemos lo
que le dijo Pedro a Jesús: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan
6:53, 60, 66, 68).
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A decir verdad, el apóstol no terminó de entender a qué se refería Jesús al hablar de comer
su carne y beber su sangre. Pero eso no lo inquietó, pues sabía que Dios le daría iluminación
espiritual. ¿Qué hay de nosotros? ¿Cómo reaccionamos cuando se publican aclaraciones
doctrinales? ¿Procuramos entender las razones bíblicas que han motivado los cambios? (Pro.
4:18.) Deberíamos parecernos a los habitantes de la ciudad de Berea del siglo primero, quienes
“recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras
diariamente” (Hech. 17:11). Si los imitamos, apreciaremos aún más el privilegio de servir a Dios y
tenerle como nuestra herencia
¿Cómo nos ayudará esa actitud a reaccionar bien ante un cambio que afecte a alguna
costumbre o tradición que nos gusta mucho? (w98 1/10 págs. 19-23).
¿Son compatibles las culturas locales y los principios cristianos?