Conf 226 R
Conf 226 R
Conf 226 R
Español del Río de la Plata; está versión de traducción no es la definitiva. (U. revisión Mayo 15 2005)
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Saludos, mis más amados amigos. Bendiciones para cada uno de los que están aquí reunidos. Que sean
envueltos por la fuerza del amor y por las bendiciones que son dadas.
En la conferencia de esta noche me gustaría explorar facetas específicas del camino, el cual, en una forma u
otra, es un camino eterno para todos los seres humanos, para toda la creación. Quiero hablar de cómo se puede
promover el proceso del camino en la etapa de desarrollo en la que están ahora, mis amigos. Puede ser que en
esta etapa específica encuentres obstáculos que necesitas comprender mejor en un nivel más profundo de tu ser,
para poder eliminarlos y promover el proceso por siempre en movimiento del que, cada vez más, te vuelves parte.
Tú inicias este proceso de nuevo a cada paso sin embargo, también te vuelves parte de él y lo sigues porque él es
más grande que el “tú” que debe iniciarlo.
Por cierto que estás haciendo esto cada vez en mayor medida. Estás creciendo y cambiando, y descubriendo
las maravillas de tu mundo interior. Pero también será útil que te vuelvas más consciente de lo que estás haciendo
y de lo que son estos ritmos internos. Hay una fluctuación constante entre iniciar y de este modo, establecer
indirectamente el proceso que se despliega y que percibes en raros momentos de regocijo y seguir este proceso.
La mayor parte del tiempo estás aún completamente inconsciente de ser parte de un proceso que has puesto en
marcha mediante tu compromiso de estar en la verdad, de desear crecer y cambiar.
Ése, por supuesto, es el aspecto básico de iniciar el proceso: el compromiso general a estar en la verdad y a
cambiar lo que es negativo y destructivo. Pero luego hay aspectos específicos que requieren un entendimiento
más profundo porque la psiquis humana está extremadamente confundida acerca de ciertos asuntos que se
pierden en la dualidad de la vida humana. En la conferencia de esta noche me gustaría hablar de uno de esos
aspectos. Pero antes de hacerlo, necesito hacer una aparente digresión. Sin embargo, no es realmente una
digresión: más tarde verás la conexión.
Uno de tus miedos más básicos es el miedo a la muerte. El miedo a la muerte tiene su origen en la confusión
de pensar y percibir de un modo dualista. El miedo mismo conduce a más confusión. El miedo a la muerte puede
ser aliviado no pensando en ella, pero sin embargo, acechará en el alma hasta que la personalidad se haya
fusionado completamente con la realidad divina. El miedo persiste aun cuando se ha alcanzado el entendimiento
intelectual y la experiencia interior ha ocurrido ocasionalmente como resultado de crecer y conectarse con el
núcleo divino. Aunque a veces existe un profundo conocimiento acerca del continuum de la vida, la difusión de
este conocimiento es un proceso lento. La totalidad del alma y de la personalidad tienen que llenarse con la
verdad, sin ninguna fluctuación, sin ninguna tentación de concebir y experimentar el mundo de modo erróneo y
defectuoso. Ser profundamente consciente de la naturaleza eterna de la vida requiere un proceso lento,
dependiente de muchas otras actitudes que aparentemente tienen poco o nada que ver con esta gran cuestión.
Tal convicción puede llegar sólo después de superar muchos obstáculos y después de enfrentar este miedo básico
en diferentes niveles, no importa lo que creas en tu mente. Este miedo puede tomar diferentes formas, pero
cualesquiera puedan ser éstas, quiero hablarte, en primer lugar, en el nivel de tu miedo consciente o inconsciente
a la muerte.
La vida no puede ser no-vida ya que la naturaleza intrínseca de la vida es estar viva. En un nivel más
superficial esto podrá sonar como una declaración redundante, pero si escuchas profundamente dentro de ti y
piensas en esta frase, percibirás que tiene un significado más profundo. Ya que, sin pensarlo, das por sentado que
la vida súbitamente puede volverse no-vida, que su naturaleza innata cambia súbitamente en lo opuesto. Si
reflexionas verdaderamente acerca de esto, habrás de llegar a darte cuenta que es pura insensatez. La vida sólo
puede ser vida. Todo lo creado, todo lo que es, sólo puede ser lo que es. No puede ser lo que no es, aun si en un
nivel superficial de apariencia parece ser temporalmente de otro modo. Sólo en el estado dualista vives con dos
opuestos dentro de tu alma. Pero este estado dualista es obviamente sólo un estado muy limitado comparado con
toda la creación. Aun mientras estás en este reino de conciencia, cuando trabajas verdaderamente en tu camino,
pronto descubres que todos los opuestos son ilusión y son facetas de la misma unidad. Tú mismo has tenido éxito
ya en muchas áreas de tu vida interior en fusionar tales opuestos de modo que las contradicciones ya no existen y
El movimiento en espiral del crecimiento necesita repetición y necesita vincular estas repeticiones con
contextos y conexiones diferentes. He explicado en el pasado que la vida que es divinidad, ya que la vida y la
divinidad son uno penetra muy gradualmente en el vacío y llena el vacío. Una vez que el vacío ha sido penetrado
por la vida, nunca puede volverse vacío nuevamente. En la frontera donde la vida se encuentra con el vacío, la
energía y la conciencia que son los aspectos principales de la vida cuando se expresa en lenguaje humano se
coagulan y se endurecen convirtiéndose en materia. Este nivel también puede ser llamado el nivel de
manifestación, que no debe ser confundido con la vida real, la fuente. La materia o manifestación es vivificada y
animada por la vida hasta que, en el proceso de evolución, se transforma y re-transforma lo suficiente como para
volverse totalmente una con la vida. Pero en tanto esté aún en la “frontera externa”, será animada sólo
temporalmente por la chispa de vida que, sin embargo, por su naturaleza misma, vuelve y vuelve.
Recapitulando: Los rayos de vida animan la materia que es la creación del encuentro entre la vida y el vacío.
El vacío debe ser llenado totalmente con la vida: ése es el destino inexorable de la evolución. Todo lo que está
vivo está animado por la conciencia eternamente divina. Y la conciencia está eternamente surgiendo y cambiando
de manifestación en su miríada de formas.
Ahora, ¿cómo se aplica esto a ustedes, mis amigos? Como siempre, queremos usar las profundas verdades
metafísicas no sólo como pensamientos filosóficos acerca de los cuales especular, sino para aplicarlas
específicamente a tu condición humana y a tu pathwork. No hay verdad mayor, ni hecho universal de la creación,
ni suceso macrocósmico que no pueda ser aplicado también de manera inmediata a tu desarrollo personal, tu
crecimiento, tu confrontación contigo mismo y tu microcosmos inmediato. Si usas las grandes verdades sin
vincularlas con tu trabajo en el Camino, estás usando la espiritualidad como un escape del yo, como una evasión
de la purificación personal: un fracaso en el cumplimiento de la tarea de encarnación.
Estás adaptado al nivel de manifestación y confundes la manifestación que es animada por la vida eterna con
la vida eterna misma. Sólo después de haber alcanzado realizaciones más elevadas de conciencia, este foco
cambia quizás casi inadvertidamente al principio. Parece ser meramente un subproducto del trabajo de
purificación. La vida puede retirarse temporalmente de la materia que ha creado y permitir entonces que la
materia se disuelva en su sustancia original. Entonces creará una nueva forma que animará. El proceso de
evolución es un proceso continuamente cambiante.
La conciencia humana necesita abrir la mente para explorar las verdades que te estoy presentando aquí, ya
que tu miedo proviene de estar identificado con la manifestación que es animada por la fuente. Tú eres la fuente.
Aun tu personalidad actual, pensar y sentir, ser y experimentar, tu capacidad de voluntad y decisión todo eso es la
fuente. La no-vida no puede hacer ninguna de estas cosas. Aun si mucha de tu personalidad manifiesta se
modifica, cambiando y expandiéndose, todo lo que sabes y sientes que eres, es fuente, no es manifestación. En
eso reside la confusión que crea miedo de no ser.
Es necesario que aprendas que todo lo que eres ahora, aun en su imperfección, es la vida eterna que existe
por siempre y que nunca puede no ser. Dentro de tu limitada manifestación actual residen posibilidades ilimitadas
de expansión de tu conciencia, de tu experiencia, de tu habilidad creativa para moldear la vida y las formas de
vida, de tu sensación de ser quien eres realmente. Y ustedes, mis amigos, todavía creen en algún lugar, de algún
modo, en una parte de sí, que cuando retiran esa vida de la materia que crearon mediante el encuentro de la vida
y la no-vida, entonces cesan de ser. Sin embargo, todo lo que conoces y todo lo que percibes como siendo tú
mismo, habrá de continuar siendo y no puede no ser, aun la personalidad limitada, tal como te conoces ahora. Es
lo que es ahora más sus potencialidades, que también existen en el ahora. A medida que esas potencialidades
animan la materia de modo creciente, la conciencia de ti mismo se expande y sabes entonces la verdad acerca de
tu continuidad ilimitada. Entonces la materia se fusiona con la fuente.
Para hacer este salto de la mente, para abrir tu comprensión a las ideas que despliego aquí, tenemos que
superar ciertas obstrucciones específicas, como he dicho antes. Hay muchas obstrucciones y tú trabajas con
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todas ellas, en una forma u otra. El miedo a la muerte está conectado con una de las obstrucciones más
importantes, que es el enfoque del yo en el arduo camino de purificación de uno mismo. Ahora deseo hablar de
esto en detalle ya que hay una gran necesidad de ello. El asunto es tu confusión acerca de aceptar el yo con sus
aspectos del yo inferior, enfrentando de modo directo su negatividad y viendo sin embargo su destructividad y sus
efectos dañinos tal como son.
Confundes el aceptarte y perdonarte con excusar y disimular las negatividades del yo inferior; y confundes de
igual manera la culpa devastadora y el odio de ti mismo con la honesta admisión de lo que, de hecho, es erróneo y
es necesario cambiar. Esta específica confusión dualista, obviamente, es importante en extremo. No es difícil ver
cómo esto puede ser un obstáculo enorme en tu camino ya que ambas alternativas te impiden crecer, expandirte y
volverte uno con tu Dios. Los aspectos negativos deben ser completamente aceptados, perdonados y vistos en el
contexto de la personalidad entera, pero nunca deben ser excusados. Todo esto se ha dicho antes muchas veces,
pero todavía es un obstáculo muy importante para muchos de ustedes. Tropiezas con esta dualidad particular una
y otra vez.
El miedo a la muerte, el miedo a la no-vida, tiene mucho que ver con esto. Tiene que ver de dos modos
aparentemente opuestos. Si el miedo a la muerte acecha en tu corazón consciente o inconscientemente, es
extremadamente difícil que te perdones, porque uno de los peores castigos es la amenaza de extinción. El no
perdonarte trae a primer plano esta amenaza. La pone en marcha.
El miedo a la muerte crea también un miedo al movimiento. Y eso, por supuesto, es completamente contrario
a la realidad, ya que la vida se está moviendo eternamente y allí donde la vida se retira, el movimiento se detiene.
Pero desde la posición inversa dentro del nivel de manifestación, del cual el paso del tiempo es una parte integral,
parece que la vida es un movimiento constante hacia el morir. Por lo tanto, cambiar es un movimiento que parece
acelerar el proceso de morir. Permanecer inmóvil mantiene la ilusión de detener el tiempo y sustentar el status
quo. Ésta es una de las principales razones interiores para resistir y desconfiar del cambio y el crecimiento. Esta
ilusión es tan primitiva que es virtualmente supersticiosa, pero esto no es muy sorprendente en esos niveles
semiconscientes de pensamiento y razonamiento. En el curso de tu camino has encontrado muchas concepciones
erróneas absurdas que tienes y mantienes con ferocidad en este nivel de tu ser, y que gobiernan tu vida en una
medida tal que tu mente consciente y madura, al principio es incapaz de comprender y no está dispuesta a
hacerlo.
Casi no es necesario enfatizar aquí que permanecer estancado es exponerse al cese del nivel manifiesto.
Sólo puede acelerar la voluntad de la conciencia animadora de retirarse de esta manifestación y empezar de
nuevo. Cuando estás determinado y comprometido a cambiar y a hacer salir el potencial divino, la dualidad se
fusiona en una unidad en la cual puedes ser caritativo contigo mismo, puedes tener misericordia de ti y puedes
enfrentar el yo inferior precisamente porque tienes este amor y esta misericordia básicos hacia todo ser,
incluyendo a tu propio ser. Puedes enfrentar a tu yo inferior plenamente sin disimularlo, sin dar explicaciones por
él o justificarlo y sin echarle la culpa a otros, y sin embargo, sin un rastro de odio por ti mismo. Esa actitud se
vuelve disponible para la personalidad si se la puede percibir como una posibilidad, aun como una necesidad.
Entonces será una meta a la cual aspires. Es necesario que la actualices conscientemente examinando
constantemente los desequilibrios en estas dos direcciones y modificándolos.
Sólo en la medida en que abraces un compromiso total de moverte y de cambiar, podrás confiar en que la
persona que conoces y que experimentas como tú mismo habrá de continuar existiendo. No importa cuánto
cambies tu manifestación para que llegue a estar en concordancia con tus potenciales divinos, en última instancia,
tú aún seguirás siendo tú, ya que tú eres Dios. Te vuelves más tú al perpetuar este cambio, convirtiéndote más en
tu potencialidad.
Mis amigos, es muy importante que entiendan esto. Todo lo que existe, vive y respira, aun en su forma más
minúscula, es una manifestación de Dios y, por lo tanto, en esencia es eterno. El obstáculo de no reconocer este
hecho está muy generalizado. Aunque he hablado de él muchas veces en diferentes contextos, no ha sido
eliminado de ninguna manera. Todavía estás tropezando con el odio de ti mismo que hay en ti. A menudo todavía
tropiezas con la defensa contra reconocer el odio de ti mismo y sentir su dolor, porque crees secretamente que el
odio de ti mismo es justificado, lo cual hace que el dolor por el mismo sea insoportable. El miedo a tu ausencia de
perdón por un lado y, como antídoto aparente, consentirte, ser indulgente contigo mismo y negar el yo inferior por
el otro, siempre existen simultáneamente. Son las expresiones de esta confusión y este obstáculo específicos.
Son la distorsión y la inversión de la unidad de respeto por ti mismo y total honestidad contigo mismo.
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Entonces, lo que necesitas es hacer lugar una y otra vez para la presencia de tu divinidad, la cual puede
entonces hacerte posible enfrentar cualquier cosa que exista en ti. Date cuenta que el yo inferior no es otra cosa
que una creación que ha sucedido a través del encuentro de la vida con la no-vida. Cuando la vida se encuentra
con la no-vida, la energía crea materia, y la conciencia se escinde en fragmentos. La verdad y la realidad se
vuelven confusas a causa de la perspectiva limitada de los fragmentos. La verdad es disminuida y puesta en
aspectos limitados. Toda tu dualidad es eso – un aspecto limitado. Has creado artefactos, escisiones artificiales
del pensamiento que confunden tu mente. Son una creación tanto como la materia es una creación del encuentro
entre la vida y el vacío la no-vida. La vida finalmente penetra y se mete en la no-vida y la vivifica, aun si en ese
proceso una y otra vez, en una danza siempre rítmica se retira a intervalos de la manifestación de vida.
Cuando la materia se desintegra ya ha sido espiritualizada por haber poseído el núcleo de vida, aunque sólo
haya sido por un período temporal. Y despertará nuevamente. La materia misma es una creación de la vida, ya
que el vacío no puede crear, es esencialmente no-vida hasta que la vida lo llena. Entonces, aun cuando la materia
parece desintegrarse, no carece de vida. Sigue meramente una ruta invertida, indirecta. La desintegración de la
materia la hará reunir nuevamente en nuevas combinaciones y la chispa de vida más obvia y más grande volverá
para animarla otra vez. Sin embargo, debes darte cuenta que el proceso mismo de desintegración y reintegración
es un movimiento que lleva hacia la misma meta. Allí donde haya movimiento, todavía habrá de existir vida. La
vida en la materia inanimada es, como dije, un movimiento invertido y una animación muy disminuida, pero eso
también debe ser lo que es, siguiendo leyes sabias e inexorables. Explicar ahora la naturaleza de estas leyes iría
más allá del alcance de esta conferencia.
En el nivel de la conciencia existen los mismos principios. La percepción escindida de la realidad de la que
hablamos tan frecuentemente existe en muchas formas diferentes, que crean el sufrimiento que experimenta la
humanidad. Cuanto más avanza el movimiento de la vida, más se unifican estos conceptos escindidos y eliminan
el sufrimiento. La mente que es consciente y que anima una unidad de conciencia trata de andar a tientas con los
conceptos escindidos hasta que estos se vuelven claros y unificados. Y la claridad y la unificación sólo son
posibles teniendo firmeza para comprometerse con la verdad divina, ya que entonces la verdad es amor y el amor
es verdad.
Una vez que te comprometas con la verdad divina, experimentarás cada vez más la vida por lo que es. Es
todo; nunca puede ser ninguna otra cosa. No será confundida con la manifestación que alberga la chispa. En esa
chispa está todo lo que sabes que eres. Esa conciencia que eres ahora no está atada a tu cuerpo, aunque
partículas de esa conciencia permanezcan como reflejos dentro de cada molécula, dentro de cada célula, dentro
de cada átomo de la materia que tu conciencia ha creado. Tu cuerpo es entonces una expresión y un reflejo de tu
conciencia, pero cuando tu conciencia se retira del cuerpo, sigue siendo exactamente como sabes que eres ahora.
El cuerpo que ha sido animado parece desintegrarse desde el punto de vista de la conciencia limitada en el nivel
manifiesto. Pero éste también pasa por un inmenso proceso en el que cada célula encuentra nuevas células y
crea nuevas formas, haciendo lugar para nuevos vehículos. Cada célula de un cuerpo que ha sido dejado atrás
por la vida animadora, alberga dentro de sí una chispa, una chispa diminuta de esa vida.
Como te he dicho, no hay ningún objeto inanimado que no esté vivo de alguna manera, que no sea parte en
algún lugar del proceso de la vida. Esa chispa diminuta viaja por canales que son infinitamente conformes a la ley,
significativos y armoniosos, siguiendo leyes de atracción y repulsión leyes imposibles de explicar y hacer entrar en
el marco de la conciencia humana. Cuando las células se unen nuevamente en nuevas combinaciones, crean
entonces genes, y estos genes que están dentro de la estructura humana cambian al cambiar la conciencia. Los
genes no son lo mismo hoy que lo que serán en unos pocos años, siempre y cuando la entidad esté creciendo y
moviéndose.
Todas estas partículas de materia - que son invisibles para el ojo humano pero que sin embargo, son materia
contienen aspectos inherentes de conciencia. Entonces, no podría haber ninguna célula en un cuerpo muerto que
no sea una expresión de la personalidad total que una vez vivificó y animó esa célula. Eso determina nuevamente
el viaje posterior de las células que se desintegran y se reintegran.
A primera vista, esto parecería no estar muy conectado con el tema del enfoque del yo con respecto al amor
por uno mismo y la honestidad consigo mismo o, en estado distorsionado, la indulgencia con uno mismo y el odio
de sí o para decirlo de otro modo, tu necesidad de aprender a perdonarte por un lado y a confrontarte contigo
mismo por el otro. Sin embargo, la conexión es extremadamente relevante, mis amigos. Quizás cuando medites
profundamente, percibirás y sabrás intuitivamente la relevancia. Hay una conexión directa entre el odio de sí, el
miedo al castigo, el miedo a la muerte y la desintegración de la estructura celular que cae en un canal y que es
luego atraída a una nueva forma correspondiente.
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No creas que los pensamientos que piensas ahora no son creaciones con su propia estructura celular y su
propia materia, aunque la densidad de esa materia es invisible para ti. Si vives en una dualidad escindida en la
que tienes que odiarte para enfrentar la verdad acerca del yo inferior, o en la que tienes que negar la verdad
acerca del yo inferior para no sentir y experimentar el odio de ti mismo y el miedo a morir, a la muerte, a la no-vida,
entonces vives en un canal muy específico y creas pensamientos y formas invisibles que te llevan a un patrón por
siempre repetido de confusión y sufrimiento.
Mis amigos, ahora están listos para abrazar un enfoque de sí mismos enteramente nuevo. Es
verdaderamente nuevo y sin embargo, no es tan nuevo. Ya has dado pequeños pasos hacia este enfoque. Ahora
estás listo para dar un paso más grande y completar verdaderamente ese enfoque, esa actitud de total dedicación
a la confrontación contigo mismo, y de respeto, amor y perdón por ti mismo en la proporción verdadera. Ahora
puedes permitir el Dios que hay en ti el cual tú puedes ser en el momento en que así lo elijas la actitud divina de
estar en un estado de amor por ti mismo del modo más sano y más divino, sin un rastro de autoindulgencia o de
negación de lo que es verdadero en tu yo inferior. Puedes tener respeto, amor y compasión por tu maravillosa
lucha, por tu maravillosa honestidad, aun cuando veas la deshonestidad que todavía existe, la cobardía y todas las
otras pequeñas actitudes feas del yo inferior, sin olvidarte nunca de quién eres realmente. El hecho mismo de
enfrentar este yo inferior merece la misericordia, el perdón y el amor por el que los seres humanos han estado
rezando, dirigiéndose durante milenios a un Dios que está fuera de sí mismos, pensando que las dispensas dadas
desde afuera compensarán por lo que ellos se niegan a sí mismos.
Ése es mi mensaje en esta conferencia, mis amigos. Los dejo con una gran bendición y con la sugerencia de
que se vuelvan más observadores de sus procesos de pensamiento los pequeños patrones de pensamiento
cotidianos a los que están tan acostumbrados, que dan tan por sentados que nunca se les ocurre considerar su
poder creativo, y considerar también que pueden elegir otros pensamientos. Estos patrones de pensamiento
repetidos diariamente son quizás su peor enemigo. Son insidiosos, ya que están tan acostumbrados a ellos.
Aprendan a tomar un poco de distancia de sus patrones de pensamiento. Obsérvense siguiéndolos, dándoles
vida, dándoles animación y energía, y creando de este modo un estado de miedo, de odio de sí, de desconfianza y
desesperanza. Eso es lo que les pido que hagan. Procedan ahora, cada día de su vida, a esta nueva observación
de sus pensamientos.
Con esto les doy una bendición grande y maravillosa, que todos ustedes sienten y absorben cada vez más.
Es una fuerza de vida palpable. Para nosotros, en nuestro mundo, es muy visible, y para algunos de ustedes es
visible en una pequeña medida. Pero por cierto que experimentan su realidad, se bañan en ella. Les hablaré una
y otra vez y les daré lo que tengo para dar. Sean benditos, mis amados.
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