4 Cuestionario Alejandra Valdez
4 Cuestionario Alejandra Valdez
4 Cuestionario Alejandra Valdez
CUESTIONARIO #4
Ausencia de neoplasias
3.- Procedimientos quirúrgico con fines protésicos sobre tejidos blandos (definiciones y
técnicas)
Gingivectomias
Frenectomías
Eliminación de Bridas
Profundización de Surcos
Eliminación de epulis fisurado
4.- Procedimientos quirúrgico con fines protésicos sobre tejidos duros (definiciones y
técnicas)
Alveoloplastia
Alveolectomia
Eliminación de exostosis ( torus palatino y exostosis linguales )
Tuberoplastia
Épulis fisurado el cual debe ser eliminado quirúrgicamente pero a la confección de una
nueva prótesis total.
Tema # 17
BIOPSIA Y CITOLOGIA
Material de una fístula que drene constantemente y cuyo origen no puede ser bien
identificado.
- Directa
- Indirecta
- Incisional
- Escisional / excisional
- Glándulas salivales
- Ganglios linfáticos
- Por congelación
- Inclusión en metacrilato
- Microscopio electrónico
- Estudio en fresco
- Preoperatorio
- Peroperatorio o Intraoperatorio
- Postoperatorio
Según la finalidad
- Diagnóstico
- Experimental
Es aquella infección que tiene como origen las estructuras que forman el diente y el periodonto,
y que en su progresión espontanea afectara el hueso maxilar en su región periapical; en su
evolución natural busca la salida hacia la cavidad bucal, para lo cual perfora la cortical
(usualmente es la cortical vestibular) y el periostio de los maxilares; todos estos fenómenos
ocurren en una zona no alejada del diente responsable aunque a veces, debido a la musculatura
que se inserta en los maxilares, puede observarse una propagación hacia regiones anatómicas ya
mas alejadas de la región periapical afectada en principio. Sin embargo en determinadas
ocasiones, la infección odontogenica no se circunscribe a esta zona que se denomina como
“infección primaria” sino que puede haber una diseminación secundaria, que compromete
estructuras mas alejadas de los maxilares o todavía mas lejanas cuando se produce una
embolizacion séptica.
Las pruebas de vitalidad pulpar son negativas mientras que la exploración radiológica es anodina
o llega a mostrar un ensanchamiento del espacio periodontal o una pérdida de definición de la
lámina dura.
Es una acumulación de pus o material infectado que se produce junto a un diente o una muela
cuya raíz ha quedado afectada por una infección bacteriana que no encuentra salida. El pus queda
en forma de depósito causando una molestia inflamación. Entre las causas principales se
encuentra la necrosis del tejido que se encuentran en el interior de las raíces por una caries
profunda, un traumatismo o una patología infecciosa procedente del tejido que rodea el diente
como la enfermedad periodontal.
El flemón se acompaña de una serie de síntomas como lo son el dolor, inflamación, mal aliento y
sensibilidad.
La celulitis puede definirse como la inflamación del tejido celular subcutáneo, la celulitis se
caracteriza por los signos clásicos de la inflamación: dolor, rubor, calor, tumor y "functio laesa".
El dolor es agudo, pulsatil, lancinante pero no tan bien localizado como el de la periodontitis. El
"rubor" indica el ligero enrojecimiento del tegumento afecto -piel o mucosa- que, por otro lado,
según precisa "calor", esta caliente. Por "tumor" se entiende una tumefacción mal limitada, dura
o de consistencia pastosa, que borra pliegues o surcos de la piel. La "functio laesa" o "pérdida de
la función" es un mecanismo de defensa del organismo ante el dolor; el diente "elongado" y
doloroso dificulta la masticación, y el trismo es un ejemplo típico de esta limitación de defensa.
Como norma general suele existir un síntoma acompañante: la fiebre, escalofríos, taquicardia con
pulsaciones débiles e irregulares y sensación de malestar general.
Otros parámetros alterados son el recuento leucocitario, la elevación del número de glóbulos
blancos por encima de 8000 y desviación izquierda. En la fase de celulitis hay todavía muy poca
destrucción tisular y no se ha formado el exudado purulento. En su maduración la celulitis tiende
a circunscribirse para dar lugar al absceso.
Vestíbulo bucal: Se manifiesta como una tumefacción que borra el surco mucovestibular,
apreciándose a la altura del diente afectado; de entrada la mucosa se muestra enrojecida, para
luego irse perfilando un abombamiento limitado en que uno o varios puntos blanco
amarillentos señalan la apertura espontanea inminente.
Espacio palatino: Su afectación. Es siempre primaria a partir de una raíz palatina o del
incisivo lateral superior. Se presentan como una tumefacción redondeada y sesil que asienta
en un hemipaladar altamente dolorosa si afecta la premaxila, son de consistencia variable, y
cuando están a tensión, simulan una cierta dureza; si la infección proviene de las raíces
apicales de los molares, puede quedar afectado el velo del paladar. El diagnóstico diferencial
debe hacerse con patóloga quística, odontogenica o no, tumoral benigna o maligna,
acompañado de la parte radiológica como la tomografía computadorizada y resonancia
magnética.
Espacio canino: Es originada en los ápices del canino y los premolares superiores. Se
observa una tumefacción de la zona nasogeniana, y destaca el aparatoso edema de las zonas
que poseen un tejido celular laxo, como son el labio superior y los parpados, sobre todo el
inferior; en ocasiones el intenso edema llega a "cerrar el ojo" del paciente. Se ha de efectuar
el diagnóstico diferencial con patología infecciosa de la piel, de los anejos cutáneos, y del
saco lagrimal y con quistes dermoides que pueden, a su vez infectarse.
Espacio geniano: Es dada por patología de molares, en bastante casos suele ser zona de paso
en la propagación de la infección odontogenica. Ello se debe a que existe una comunicación
fácil con varios espacios anatómicos. Si el origen esta en el maxilar superior la tumefacción
interesa la zona más alta de este espacio (con la particularidad que se modifica con el
ortostatismo ya que desciende durante el periodo de actividad diurno pero sin sobrepasar el
borde inferior mandibular. Si afecta en concreto los premolares superiores la tumefacción
llega a borrar el surco palpebral inferior, y se observa al igual que en la afectación del
espacio canino, un edema palpebral más o menos intenso.
Vestíbulo bucal: Se manifiesta como una tumefacción que borra el surco mucovestibular,
apreciándose a la altura del diente afectado; de entrada la mucosa se muestra enrojecida, para
luego irse perfilando un abombamiento limitado en que uno o varios puntos blanco
amarillentos señalan la apertura espontanea inminente. En el diagnóstico diferencial, se debe
efectuar un examen radiológico que ayudará a confirmar el diagnostico.
Espacio sublingual: La afectación primaria de este espacio es posible, a partir de algún foco
apical de premolares o molares inferiores. Al no existir un rafe medio bien definido en el
espacio sublingual, rápidamente la celulitis se vuelve bilateral, interesando todo el suelo de la
boca; en bastantes casos también se observa la participación simultánea de uno o de los dos
espacios submaxilares. El diagnóstico diferencial se ha de efectuar con la patología de la
glándula sublingual, pero sobretodo con la whartonitis, también al efectuar el examen clínico
en una fase inicial, y verá que la tumefacción queda adosada a la cortical interna mandibular,
en cambio, si la causa es glandular, la tumefacción se apreciará de entrada más medial.
Espacio geniano: Su afección es por patología de molares tanto superiores como inferiores.
Si su origen esta en un diente mandibular la tumefacción es más baja, y se describe aquí el
"absceso migratorio de chomperet", en el que la colección purulenta situada inicialmente en
una zona, en concreto del cordal inferior, avanza gradualmente siguiendo la dirección de las
fibras del músculo buccinador para detenerse en la zona de los premolares. El diagnóstico
diferencial no ofrece ninguna dificultad, y se debe descartar patología infecciosa de senos
maxilares y de piel y anejos cutáneos de la zona.
Espacio submaxilar: Su afectación suele ser primaria por patología de los molares
inferiores, en especial del cordal, aunque cabe la posibilidad de que sea secundaria, previo
paso por el espacio sublingual. El diagnóstico diferencial debe hacerse fundamentalmente
con la patología propia de la glándula submaxilar, en especial la de tipo inflamatorio, así
como con la de los ganglios que existen normalmente en dicho espacio.
Espacio parotideo: Su afectación se produce por vía hematogena o por vía ascendente,
aprovechando el conducto de stensen. Si la causa es odontogenica, es siempre secundaria,
previo paso por los espacios con los que comunica. La patología de origen radicara en los
terceros molares, tanto superiores como inferiores. El diagnóstico es complejo.
Angina de Ludwig:
Las celulitis difusas son bastante raras en la actualidad. Ludwig en 1836, describió un cuadro
clínico basado en los siguientes criterios:
- Hinchazón con peculiar consistencia de madera, que no deja fóvea al apretar con el dedo.
- Inflamación dura por debajo de la lengua, formando un anillo calloso por dentro del
borde interno de la mandíbula, de color rojo o azul.
- Borde bien definido en el edema del cuello, indurado, rodeado de tejido conectivo sano.
- Falta de implicación de las glándulas salivales aunque el tejido que las circunda este
afectado.
Actualmente se define como una celulitis difusa que afecta los espacios submaxilar y sublingual,
de forma bilateral, así como el espacio submentoniano; su origen suele ser dentario aunque
también puede ser faringeo o amigdalar. Objetivamente se advierte una tumefacción
suprahioidea dura o de consistencia acartonada, dolorosa al tacto, sin los signos inflamatorios
clásicos; a la palpación se comprueba fluctuación. El paciente mantiene la boca abierta y la
lengua esta en contacto con el paladar y ligeramente protruida hacia el exterior; ello es debido a
la elevación del suelo de la boca.
La dificultad respiratoria domina la sintomatología; su causa es la propia celulitis que viene
ayudada por el entorpecimiento de la posición lingual; la propia lengua está edematosa,
presentando en sus bordes las huellas ocasionadas por los dientes, y por el trismo coexistente.
Junto con ello existen claras molestias a la deglución, y están dificultadas la masticación y la
fonación.
La desecación de la mucosa bucal ocasionada en parte por el estado febril. Se cita el estreptococo
hemolitico como principal agente causal asociado a gérmenes como peptoestreptococos,
escherichia coli, entre otros.
Es una infección potencialmente grave ya que, además, puede conducir a un estado de septicemia
y frecuentemente ocasiona la obstrucción de las vías aéreas superiores por edema de la epiglotis.
Por otro lado, puede difundir hacia los espacios parafaringeos y desde ellos llegar al mediastino.
También se ha citado como posible complicación la neumonía por aspiración y la meningitis.
Vestíbulo bucal: La colección purulenta se evacuara por vía endobucal gracias a una
incisión horizontal situada generalmente a nivel del ápice. Para ello es suficiente efectuar una
anestesia local suplementada con un bloqueo troncal cuando ello sea posible.
Espacio palatino: La incisión se debe efectuar en el punto más declive posible, si puede ser
paralelamente al rafe, y lo más cerca del cuello de los dientes para evitar el trayecto de los
vasos y nervio palatinos anteriores. La cantidad de anestesia es mínima y no suele ser
necesaria la colocación de un drenaje.
Espacio geniano: Puede emplearse la vía intra o extrabucal; la elección va a depender del
grado de la lesión, la existencia de trismo, entre otros.
Si se emplea la vía endobucal, la incisión será horizontal justo en el fondo del vestíbulo,
generalmente a nivel de los premolares; una incisión vertical sería muy poco efectiva debido a la
contracción muscular.
Espacio para mandibular: Es posible efectuar su desbridamiento tanto por via endo como
extrabucal. La vía endobucal permite un abordaje a través del vestíbulo inferior, más estético
sin duda, pero con el riesgo de que en caso de herir los vasos faciales. La via cutánea ofrece
un acceso más fácil; se realiza una incisión lo más baja posible y siempre paralela a la basilar
mandibular.
Espacio temporal superficial: El abordaje es externo, con una incisión en la fosa temporal,
así se cae en seguida sobre la colección purulenta.
Espacio cigomático: Si no hay trismo puede accederse por vía endobucal efectuando una
incisión vertical, lo más alta posible, justo por dentro del borde anterior de la rama
ascendente mandibular. Acto seguido se introduce la pinza hemostática hacia arriba
siguiendo la cara medial de la apófisis coronoides pero sin llegar a sobrepasar el agujero
cigomático. Se deja un drenaje de tipo Penrose sujeto a los labios de la herida mucosa a fin
de que no pueda escaparse hacia la profundidad. Cuando existe trismo severo hay que
efectuar el mismo abordaje externo.
Espacio maseterino: El abordaje es intrabucal mediante una incisión vertical sobre la línea
oblicua externa de la mandíbula que desciende anteriormente siguiendo el surco
gingivovestibular hasta el nivel del segundo molar inferior. Después de visualizar la
inserción del masetero, se introduce una pinza hemostática corta en el músculo y la cara
externa de la rama ascendente, y se deja un drenaje de tipo Penrose.
Espacio submentoniano: El abordaje es cutáneo por ser más cómodo y exento de riesgo. En
casos graves, se harán varias incisiones, una principal mediana vertical y dos accesorias
laterales también verticales. La penetración de la pinza hemostática dependerá de la
extensión del proceso; en las formas puras no hace falta profundizar, tampoco es necesario
practicar una contra apertura bucal. Si el caso no es complicado, se hará un drenaje de tipo
Penrose.
Espacio parotideo: Se practicará una incisión retromandibular alta, similar a la que se haría
en el abordaje de la rama ascendente por vía cutánea. El desbridamiento ha de ser cuidadoso
para no desestructurar la glándula parótida. Se coloca después un drenaje de tipo Penrose.
Espacios faríngeos: El espacio faringeo lateral se puede abordar mediante una incisión
similar a la efectuada para el desbridamiento del espacio pterigomandibular pero en este caso
la pinza hemostática se lleva en dirección posteromedial, a lo largo de la superficie profunda
del músculo pterigoideo interno, hasta llegar al espacio faríngeo lateral. Si no se puede
acceder por esta vía endobucal, puede emplearse un abordaje externo mediante una incisión
por debajo del ángulo de la mandíbula, conocida como incisión de Dingman; la pinza
hemostática se dirige hacia arriba y adentro para ir a buscar igualmente la superficie profunda
del músculo pterigoideo interno que nos guiará hasta el espacio laterofaringeo. Los abscesos
del espacio retrofaríngeo suelen resolverse con el desbridamiento del espacio parafaringeo.
El paciente debe estar en posición de anti- trendelenburg para evitar la aspiración del
contenido purulento. Cuando hay posibilidades manifiestas de que el absceso se rompa al
introducir el tubo de intubación nasotraqueal, puede estar indicada la traqueotomía previa o
bien intentar el desbridamiento desde una vía externa; para ello es necesaria una incisión a lo
largo del borde anterior del músculo esternocleidomastoideo y tras separar la vaina carotidea,
se accederá al músculo constrictor inferior de la faringe.
Drenaje con tubos de polietileno: Se realiza más que todo en formas graves, sobretodo
en las formas difusas. Se coloca este tipo de drenaje con pequeñas perforaciones que
permiten un lavado de la cavidad residual y la oxigenación del medio más que una acción
in situ del antibiótico.
24-48 horas suelen bastar, pero si se observa que la supuración continúa deberá
dejarse los días necesarios. Se deben realizar cuando el absceso sea voluminoso.
Tema # 20
IMPLANTES DENTALES