Informacion para El Taller
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El genograma
1.- Trazado de la estructura familiar Esta primera fase supone el eje central del genograma, ya
que representa cómo los diferentes miembros de una familia están biológica y legalmente
unidos entre sí. En esta representación, las figuras (p. ej. cuadrado, círculo) simbolizan
personas y las líneas simbolizan las relaciones que mantienen entre ellas. Además, se emplea
una línea de puntos para indicar la convivencia de los diferentes miembros, “rodeando” en un
mismo círculo aquellas personas que comparten domicilio. Al final del documento se pueden
consultar los símbolos más frecuentemente utilizados.
─ Cuestionar el sistema: la familia suele llegar a terapia con ideas bastante rígidas acerca de
cuál es el problema y quién es el que debe cambiar. La información que se presenta a través
del genograma es una forma de empezar a modificar estas creencias al no centrarse tan solo
en el síntoma y en su portador.
─ Aclarar pautas familiares: compartir las hipótesis clínicas derivadas del genograma de forma
que la familia las pueda aceptar o rechazar es una forma de empezar a aclarar estas pautas (p.
ej. repetición intergeneracional de síntomas). Con el nuevo significado que adquiere así el
síntoma se pueden trabajar nuevas relaciones dentro de la familia. El uso de genogramas en el
contexto clínico fue ampliamente difundido por McGoldrick y Gerson (1985) en quien nos
hemos basado para la elaboración de este documento.
Tal y como recoge Stratton (2015), en los estudios meta-analíticos de ensayos controlados
aleatorios desarrollados entre los años 2000 y 2009, únicamente una pequeña porción de
investigaciones se centran en los resultados publicados de Terapia Familiar y Pareja. Los
resultados del análisis mostraban conclusiones consistentes respecto a la eficacia y calidad de
las intervenciones, junto a una ausencia bastante frecuente de información metodológica.
Resultado de la misma, apoya las reivindicaciones de eficacia. Así como la identificación de una
manifiesta debilidad en la presentación de los informes. Concluyendo sobre la necesidad de
generar ensayos controlados aleatorios que muestren pruebas positivas de la eficacia de la
terapia, y permitan limitar o excluir la publicación de resultados negativos. Los estudios de
eficacia han establecido la credibilidad científica de este método, y se puede afirmar que a
través de la investigación hay evidencias que permiten concluir que la terapia familiar y de
pareja ha demostrado que:
2. Es mejor que el no tratamiento para los adultos obesos, los adultos hipertensos, los
adolescentes obesos, anorexia en adolescentes femeninas, los trastornos de conducta
infantil, la obesidad infantil y en casi todas las enfermedades crónicas infantiles.
1. Permitan explorar la eficacia en los escenarios reales del trabajo clínico (teniendo en
cuenta el contexto) y no se basen en diseños de laboratorio con condiciones experimentales,
que en múltiples ocasiones no permiten que sus resultados sean trasladados a la práctica
clínica.
2. Estudien el proceso del cambio, es decir no solo el resultado final, sino la forma en que
este se logra. Enfatizando la visión del cambio desde la perspectiva de la familia y sus
miembros, a partir de una visión de la terapia familiar como modelo de proceso de
aprendizaje.
En este contexto pese a que las líneas que guíen la exploración han ido delimitándose y
aunque las preguntas básicas que la indagación científica en psicoterapia se debe proponer
contestar, se pueden resumir al planteamiento: ¿qué intervenciones específicas producen,
qué cambios específicos, en qué pacientes específicos, bajo qué condiciones específicas de
tratamiento y curso de vida?
Estos son los criterios básicos, aunque en realidad el planteamiento es mucho más
complejo, porque se diferencia entre los tratamientos "bien establecidos" y "los
probablemente eficaces". Para alcanzar los criterios mencionados se propone también usar
una metodología concreta, basada en el método científico.
Nacen así los TEV, y con ellos una etiqueta, un nombre que, como todos, empieza a construir
una realidad. TEV se convierte en sinónimo de "ciencia" y pasa a ser una aspiración para
cualquier modelo de psicoterapia. La APA se ha comprometido a crear y difundir las listas de
los tratamientos que cumplan criterios. Pero en nuestro campo una cosa son las listas y los
criterios APA y otra las evidencias empíricas. No hay dudas de las diferencias entre el modelo
sanitario americano y el nuestro. Estamos hablando de modelos de política social claramente
diferentes. En el modelo norteamericano comercial, el campo está controlado por
aseguradoras muy preocupadas por la rentabilidad económica, lo que no siempre es
compatible con satisfacer las necesidades de los pacientes, más que una psicoterapia
empíricamente basada queremos una psicoterapia empíricamente fundamentada. Y el
fundamento empírico –aceptamos la noción de empírico como fundado en la experiencia–
proviene de investigar procesos exitosos que ocurren durante las sesiones, no solo de
establecer si los tratamientos alcanzan o no unos determinados umbrales de Instrumentos
de Medida en TF. Utilización de Escalas M. Rodríguez y B. López 29 resultado. Por lo que
estos preceptos que impone la APA no dejan de ser cuestionados en nuestro ámbito. Esta
visión sobre los problemas, su evaluación y clasificación no es, evidentemente, compartida
por todos los modelos de psicoterapia. Hay modelos que no clasifican, trabajan ajustados a
las personas y no a sus síntomas, se preocupan porque sus clientes alcancen sus objetivos de
vida y no de corregir las desviaciones que estos experimentan sobre la supuesta normalidad.
Tenemos entonces que, ya de entrada, aceptar la filosofía de los TEV supondría traicionar
algunos aspectos considerados esenciales para algunos modelos de tratamiento. De ahí el
rechazo tan radical que algunos sienten ante los TEV. Ahora mismo la TF se encuentra en un
momento en que la investigación cualitativa afronta nuevos retos tratando de establecer
cuáles son los mecanismos de cambio, los factores comunes que subyacen a los
tratamientos. Actualmente hay acuerdo respecto a que la investigación es un instrumento
fundamental para generar conocimiento con el que tomar mejores decisiones y contribuir al
progreso. La investigación mejora la práctica clínica y en definitiva la salud de los
ciudadanos, pero para que los hallazgos de la investigación contribuyan a mejorar la salud es
preciso que lleguen a los profesionales encargados de aplicarlos La investigación y la práctica
son elementos críticos que interactúan manteniendo una relación dialéctica: la práctica de
alta calidad combina el conocimiento científico fiable con el juicio clínico individual,
realizado por los terapeutas de familia, en el contexto de sus transacciones dinámicas con
una familia o pareja. La investigación futura puede ayudar a descubrir los mecanismos que
aún tenemos que conocer y probar, los hemos identificado, mientras que la interacción
dinámica de la investigación y la práctica puede dar lugar a nuevas innovaciones y
desarrollos centrales para el futuro de la terapia familiar. Sin embargo, valorar el impacto
que tiene la investigación en la práctica clínica es un tema difícil. La principal dificultad
estriba en conocer el modo en que el conocimiento acaba incidiendo en aspectos como la
innovación o la práctica clínica. Además previamente habría que definir los beneficios que
aporta la investigación, qué consideramos como impacto de la investigación y de que
instrumentos disponemos para medirla.