Tierra Incognita
Tierra Incognita
Tierra Incognita
ISSN: 0379-8682
hidalgo@geo.puc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile
Zusman, Perla
La geografía histórica, la imaginación y los imaginarios geográficos
Revista de Geografía Norte Grande, núm. 54, 2013, pp. 51-66
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Chile
Perla Zusman2
RESUMEN
Las nociones de imaginación e imaginación geográfica son ampliamente usadas
en la geografía en la actualidad. El objetivo de este texto es identificar las formas
a través de las cuales algunos geógrafos anglosajones han construido su noción de
imaginación e imaginación geográfica, qué papel le han otorgado en su proyecto
disciplinar y cómo han articulado estas ideas en sus análisis de geografías pasa-
das. En primer lugar, se han trabajado las propuestas de geógrafos de la décadas
de 1960 y 1970 que recurrieron a estas nociones para superar el escaso interés
por lo social y cultural de la geografía. En segundo lugar se presentan las pers-
pectivas desarrolladas en la década de 1990 de la mano de las geografías posco-
loniales y de la cultura visual. Finalmente se presentan las repercusiones de estas
perspectivas en algunas líneas de trabajo en América del Sur.
Palabras clave: Geografía histórica, imaginación, imaginarios geográficos, episte-
mología
ABSTRACT
Notions of geographical imagination and imagination are widely used in Geogra-
phy today. The purpose of this paper is to identify the assumptions of these notions
within some Anglo-Saxon geographers; specifically we are interested in studying
the role of these ideas in their own discipline project and how these ideas were
articulated in their analysis of past geographies. Firstly this paper discusses the
concepts of imagination and geographical imagination used during the 1960s and
1970s with the aim of overcoming little Geography awareness with social and
cultural aspects. Secondly we present perspectives around these ideas developed
in the 1990s by postcolonial geographies and visual culture studies. Finally, we re-
cognize their impact on some lines of research that are being developed in South
America in the last decades.
Key words: Historical geography, imagination, imaginative geographies, epistemo-
logy
saber geográfico de un académico o religioso con el poder seductor e imaginativo del arte
y el de un comerciante, un soldado o un pe- y la poesía que podría ser puesto en diálogo
regrino. Mientras que los primeros alimentan con los distintos tipos de conocimiento geo-
su visión, en parte, en los conocimientos he- gráfico. Este tipo de imaginación que Wright
redados de la antigüedad, los segundos la ad- reconoce como subjetividad estética, garan-
quieren a través del viaje y de la exploración tiza la empatía entre el geógrafo y su lector,
(Keighren, 2005). y permite “participar con él [el lector] de las
impresiones que el lugar o la circunstancia,
Esta línea de reflexión encuentra conti- han dejado en nosotros: hacerlo descender
nuidad en los contenidos de la conferencia de su elevado puesto de mira y hacerlo ver
que Wright dicta como presidente de la con nuestros propios ojos y sentimientos”
Asociación de Geógrafos Americanos, en (Wright, 1977: 177).
ocasión de la reunión anual celebrada en
1946, titulada Terrae incognitae: the place of Wright reconoce en todo geógrafo esta
the imagination in geography (Terrae incogni- capacidad imaginativa que denomina libido
tae: el lugar de la imaginación en geografía) geográfica “consistente enteramente en la
(Wright [1947] 1977). Para J.K. Wright las sensibilidad estética al estímulo de las mon-
terrae incognitae (tierras desconocidas) no tañas, desiertos o ciudades tanto como a un
son comunes para todos los grupos humanos. deseo intelectual de resolver objetivamente
De hecho, los espacios inexplorados para los los problemas que tales entornos presentan”
europeos en el siglo XVI, no eran los mismos (Wright, 1977: 178). Si el geógrafo no posee
que para los pobladores americanos. De esta esta capacidad imaginativa puede recurrir a
manera, J.K. Wright busca superar la perspec- impresiones imaginativas prestadas, es decir
tiva occidental que universaliza procesos que puede acudir a los puntos de vista de los
tienen que ver con su propia historia. A su viajeros o a los otros saberes incorporados a
vez, reconoce otras formas de conocimiento su proyecto de Geosofía (el de agricultores y
sobre la superficie terrestre diferenciadas del pescadores, ejecutivos y poetas, novelistas y
saber científico de carácter eurocéntrico. pintores, beduinos y hotentotes) que demues-
Estos presupuestos epistemológicos sostienen tren una sensibilidad para captar las especifi-
su propuesta de Geosofía (Geo: tierra, Sofía: cidades de la relación entre la naturaleza y la
conocimiento), es decir de una historia de sociedad.
la Geografía que toma en cuenta no solo el
estudio del conocimiento de los académicos Su reflexión sobre el papel de la imagi-
sino también de otros sectores sociales. En la nación en la construcción del conocimiento
medida que las terrae incognitae varían con- geográfico lo lleva a concebir que las tierras
forme a los grupos sociales, la Geosofía pre- incógnitas no solo existen en la geografía ma-
tende dar cuenta de todos los puntos de vista, terial sino que también pueden encontrarse
de todas “las ideas geográficas, tanto verda- “en la mente y el corazón de los hombres”
deras como falsas, de todas las modalidades (Wright, 1977: 187). A través de sus dos
de gente- no solamente geógrafos sino agri- acepciones de lo desconocido (aquella que
cultores y pescadores, ejecutivos y poetas, tiene que ver con los ámbitos de la superfi-
novelistas y pintores, beduinos y hotentotes” cie de la tierra no explorados y aquella que
(Wright, 1977: 182). Para Wright todos estos se vincula con los espacios de la mente no
sujetos se aproximan a ámbitos geográficos escrutados), Wright propone una epistemolo-
desconocidos a través de sus imaginarios, gía para la geografía que tome en cuenta la
vinculados en parte con la experiencia que subjetividad como elemento clave en la dife-
cada grupo tiene del mundo real (Keighren, renciación espacial, una diferenciación que
2005). tiene que ver con las formas de imaginar el
medio, de aproximarse y actuar en él.
La elaboración de imaginarios pone en
acción a la imaginación. En tanto facultad David Lowenthal y Hugh Prince recogen
sicológica (Wunenburger, 2008), la imagina- la propuesta de Wright para restaurar la pri-
ción se combina con lo racional en la cons- macía de lo sensible (Wunenburger, 2008) y
trucción del conocimiento. Wright homologa analizar las valoraciones y preferencias que
el canto de las sirenas del relato de la Odisea los sujetos desarrollan frente al medio. “Ni el
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mundo, ni las imágenes de él son idénticas a interactúan con el pasado. Esta aproximación
la geografía” afirma Lowenthal ([1961] 1977: puede implicar su negación, creación, recrea-
189). Este señalamiento expresa el recono- ción o invención. También puede signifi car
cimiento de que el conocimiento geográfico que los vestigios dejados por sociedades an-
se construye en el vínculo entre realidad y teriores en el paisaje sean valorizados selecti-
aquello que en la época se denominó percep- va y jerárquicamente.
ción y que incluía un conjunto de procesos
distintos más o menos relacionados: desde el Ahora bien, así como Lowenthal ([1985]
contacto sensible, la experiencia, la organiza- 1998) reconoce que las sociedades tienen
ción del conocimiento a través de imágenes distintas formas de vincularse con su entor-
hasta las actitudes y decisiones que definen no, también entiende que ellas se relacionan
nuestras intervenciones en el medio (Capel, de forma diferencial con su pasado y que el
1973). Lowenthal (1977) observa que la an- vínculo que se entabla hoy con ese pasado
tropología cultural, la sicología fi losófi ca y difiere de aquel que tuvieron los protagonis-
la lingüística4 ofrecían avances teóricos para tas de aquellos momentos que estamos re-
entender tanto la organización de cosmovi- creando en la actualidad. Ello lo lleva a recu-
siones privadas e individuales como grupales perar en su estudio la frase que abre el libro
(ligadas a la estructura social, al contexto cul- The Go-Between del novelista inglés Leslie
tural y al lenguaje). Desde su punto de vista, Poles Hartley “El pasado es un país extraño”.
las ideas de experiencia y de imaginación De esta manera, Lowenthal afirma que “hasta
discutidas en aquellas disciplinas, nos ayudan el siglo XIX, aquellos que dedicaban alguna
a aproximarnos a las geografías personales5 reflexión al pasado histórico se lo imaginaban
que conviven con aquellas geografías dife- similar al presente. El drama de la historia de-
renciadas desde el punto de vista cultural y jaba constancia de los principales cambios en
también con aquellas otras desarrolladas en la vida y el paisaje, pero la naturaleza huma-
distintos momentos históricos. na se suponía que permanecía constante y los
acontecimientos siempre daban a causa de
Bajo estos presupuestos Lowenthal & las mismas pasiones y los mismos prejuicios
Prince (1964, 1965) trabajan el gusto de los (…) Así, los cronistas describían los tiempos
ingleses por el paisaje. Ellos demuestran que pasados con una inmediatez y una intimi-
las ideas que se desarrollaron en Inglaterra dad que reflejaban esta supuesta semejanza
fueron modeladas a través de la literatura, (…) Solo a fines del siglo XVIII, empezarían
la pintura, la arquitectura y popularizadas los europeos a concebir el pasado como un
entre los distintos sectores sociales. Este aná- dominio diferente, no ya solamente otro país
lisis muestra las preferencias por las áreas sino un sinfín de tierras extrañas con histo-
rurales en relación a las urbanas, de lo viejo rias y personalidades únicas” (Lowenthal,
en relación a lo nuevo, de lo bucólico y lo 1998: 7).
pintoresco en relación a lo industrial. En esta
misma línea Lowenthal (1975) se interesó por El pasado para Lowenthal presenta las
entender la forma en que distintas sociedades mismas dificultades para su exploración que
las tierras incógnitas (materiales y mentales)
de Wright y, en la aproximación al mismo,
4
la imaginación es una facultad a partir de la
En su comentario del texto “Geography, experience,
and imagination: towards a geographical epistemo-
cual se puede otorgar sentido a las acciones,
logy” Livingstone (1994) reconoce las influencias de a los pensamientos y a las materialidades
los filósofos Willard Van Orman Quine, Roderick M. pretéritas, siempre permeadas por las visiones
Chisolm, Karl Polanyi y del lingüista Benjamin Lee del presente. Del mismo modo, para Prince la
Whorf en las ideas de Lowenthal.
5
imaginación aparece como un artilugio meto-
“El entorno privado, pues, incluye mucho más varia-
dos paisajes y conceptos que el mundo compartido, dológico del investigador que consiste en la
lugares y potencias imaginarios, tanto como aspec- búsqueda por recrear en su mente las miradas
tos de la realidad con los cuales solo cada individuo de época. Esta tarea puede ser facilitada por
es familiar. El infierno y el Jardín de Edén pueden testimonios materiales, visuales o textuales.
haberse desvanecido en nuestro mapa mental, pero
la imaginación, la distorsión, y la ignorancia todavía
Así, podrían comprenderse, por ejemplo, las
adornan nuestros paisajes privados” (Lowenthal, actitudes diferenciadas entre antiguos colo-
1977: 200). nizadores y recién llegados en relación a la
LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN Y LOS IMAGINARIOS GEOGRÁFICOS 55
imponer su propio orden espacial: comunita- gias militares, administrativas o políticas, sino
rio y no jerárquico (Harvey, 1990: 421). que la cultura también ha tenido un papel
decisivo en la medida que, en términos de
Dentro de su análisis, Harvey otorga a Gramsci, ha permitido la construcción de
la imaginación geográfica un papel político hegemonía. Said señala la aportación de dis-
destacado no solo para reflexionar sobre el tintos tipos de textos –desde novelas hasta
rol de las ideas del espacio y del tiempo en el memorias de gobierno pasando por literatura
pasado sino también sobre el futuro de estas de carácter antropológico, arqueológico o
nociones. Desde esta perspectiva, la imagina- lingüístico– en la construcción de imaginarios
ción geográfica, en tanto conceptualización geográficos sobre Oriente, un Oriente que
que permite comprender espacialmente el habla más de Occidente que de los propios
tiempo que nos toca vivir, también puede procesos que tuvieron lugar en Asia. El crítico
ayudar a reflexionar sobre los conceptos de literario palestino recurre al pensamiento de
espacio y tiempo que deseamos establecer Foucault para comprender que la construcción
en una sociedad que se pretenda “socialista y cultural que Occidente hace de Oriente pone
ecológicamente responsable” (Harvey, 1990: en juego relaciones de poder asimétricas. Así,
432). De esta manera, Harvey otorga signifi- el pensamiento orientalista supone una volun-
catividad a la imaginación geográfica en la tad –a través del conocimiento– de “controlar,
elaboración de un proyecto político. Esta po- manipular y hasta incorporar, aquello que es
litización de la imaginación geográfica, difícil un mundo manifiestamente diferente (o alter-
de encontrar en el marco de la Geografía hu- nativo y nuevo)” (Said, 1990: 24).
manista, se observa también en los estudios
de Geografía poscolonial. Sin embargo, el La relación poder-conocimiento sobre
contenido otorgado a esta politización ad- Oriente se expresa en las geografías imagi-
quiere otras connotaciones que observaremos narias a las que se refiere Said. En términos
a continuación. de Gregory (1995b), Said politiza la poética
del espacio de Gastón Bachelard, orientada a
Las geografías poscoloniales y otorgar una contenido emocional (a través de
sueños, imágenes y vocabularios) a aquellos
los imaginarios geográficos de lugares que podrían aparecer como distantes
Edward Said (Said, 1990: 65). El autor de “Orientalismo”
desvenda la significatividad política de estas
Hacia la década de 1990 la idea de ima- geografías imaginarias, reconociendo que
ginarios geográficos se difunde ampliamente ellas convierten a Oriente en “un campo
en los estudios de Geografía poscolonial. cerrado, un palco teatral anexo a Europa
Estos análisis se interesaron en desvendar (…). En la profundidad de ese palco teatral
el compromiso de la Geografía con los pro- existe un prodigioso repertorio cultural cuyos
yectos de los imperios modernos. Desde apartados individuales evocan un mundo
esta perspectiva, se entiende que este saber fabulosamente rico: la Esfinge, Cleopatra, el
disciplinar contribuyó a la dominación co- Edén, Troya, Sodoma y Gomorra, Astartea,
lonial tanto a través de sus intervenciones Isis y Osiris, Saba, Babilonia, los Genios, los
materiales como también a través de sus con- Magos, Nínive, el Preste Juan, Mahoma y una
ceptualizaciones y discursos. Estos discursos docena más, escenarios, en algunos casos,
vehiculizaron ciertos imaginarios sobre aque- apenas nombres, medio imaginarios, medio
llos espacios de ultramar que legitimaron conocidos; monstruos demonios, héroes,
y promovieron las acciones imperiales. La terrores, placeres, deseos” (Said, 1990: 73),
fuente de inspiración de los estudios en Geo- todos ellos no sufren modificaciones a lo lar-
grafía poscolonial fue fundamentalmente la go del tiempo, “son lo que son, porque son lo
interpretación que Edward Said (1935-2003) que son, ahora y siempre” (Said, 1990: 80).
construyó sobre la forma en que Occidente
construyó su imagen de Oriente. Este Oriente esencializado se constituye
así en la alteridad espacial de Occidente y
En efecto, en su texto Orientalismo (1978) es depositario de ciertos imaginarios que
Edward Said destaca que la expansión impe- aparecen representando lo misterioso, lo
rial no solo fue llevada adelante por estrate- sensual, un espacio dominado por gobiernos
LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN Y LOS IMAGINARIOS GEOGRÁFICOS 57
sas que no se ha sido directamente testigo o mundo y en su historia a fin de que ambos se
que no han sido experimentadas” (Cosgrove, vuelvan más habitables” (Begué, 2003: 25).
2008a : 8). Las representaciones permiten que
las imágenes que se derivan de los sentidos o Según Cosgrove, la imaginación lleva a
de la imaginación dejen de ser individuales y que la información captada a través de los
se tornen colectivas (Staszak, 2009). sentidos no sea reproducida de forma miméti-
ca sino que sea “metamorfoseada” generando
Cosgrove se distancia de las propuestas nuevos significados. “Las transformaciones
que trabajan las imaginaciones geográfi cas del mundo en la imaginación puede llevar a
asociadas a procesos de dominación, orien- transformaciones materiales en la naturaleza:
tadas por un reconocimiento de cierta instru- drenaje de pantanos, conservación de espe-
mentalidad social donde, desde su punto de cies, encuentro de un camino en medio del
vista, son las preocupaciones en torno al po- mundo silvestre” (Cosgrove, 1994: 388).
der y la justicia las que se están discutiendo
en última instancia. Así, desde su perspectiva, En uno de sus últimos textos, Cosgrove
el papel de la imaginación es complejo “ya abordó la relación entre imaginarios ambien-
que se interesa, a veces, en alcanzar el bien tales (ideas, imágenes mentales y valores en
y realizar deseos y sueños (aun cuando es- relación al medio) y representaciones visuales
tos se consigan bajo el costo de producir un (pinturas de paisajes, fotografías, mapas, imá-
daño desconocido en los otros) y, otras veces, genes digitales, películas y videos) en ciertos
en provocar conscientemente un daño en el momentos relevantes de la historia estadou-
mundo” (Cosgrove, 2008a: 9). nidense del siglo XX a fin de comprender el
papel activo de los primeros en la construc-
Apoyándose en la perspectiva de Paul Ri- ción del mundo social, particularmente en la
coeur, Cosgrove pone el énfasis en entender conformación de las teorías ambientalistas y
el papel de la imaginación en el desencade- en la política ambiental. Esto implica que las
namiento de procesos creativos y, particular- ideas y valores de determinadas épocas son
mente en sus implicancias en la transforma- las que orientan la lectura que se hacen de
ción de la geografía material10. Se trata así, ciertas imágenes concebidas como represen-
siguiendo la perspectiva de Ricoeur, de acudir tativas de la relación de la sociedad con su
a la imaginación “a los fines de incidir en el entorno11. Así, Cosgrove reconoce la relación
entre la divulgación de ciertas pinturas y fo-
tografías icónicas del Parque Yosemite con la
preocupación de preservar un ámbito presen-
10 Cosgrove busca asociar algunas conceptualizacio- tado como paradisíaco luego de finalizada la
nes específicas de Ricoeur en torno a los imagina-
rios con algunas cuestiones discutidas en la Geo- guerra civil. Hacia inicios del siglo XX el Par-
grafía cultural. Así el imaginario cósmico atribuye que Yosemite se constituye en el paradigma
la tierra la idea de madre fecunda y al aire la de de las políticas proteccionistas en el marco
libertad y espíritu. El imaginario onírico –unión de del aumento de la explotación del oro, de la
la psiquis y el cosmos– otorga poder imaginativo
deforestación y del sobrepastoreo y de la ex-
a términos como humedales, desiertos, bosques,
mares. Finalmente los imaginarios poéticos (basados pansión de la ciudad de San Francisco (Cos-
en los símbolos cósmicos y oníricos expresados a grove, 2008b: 1865-1866). En este contexto,
través del poder metafórico del lenguaje) asociados se constata una asociación entre los idearios
a la geografía imperial europea de fines del siglo nacionalistas y la preservación del mundo sil-
XIX y principios del XX han permitido crear los
imaginarios del “Este misterioso”, de “Africa Negra”, vestre. Del mismo modo, Cosgrove se intere-
de “los polos helados” y del carácter paradisíaco de
“las islas australes”. De la misma manera, las ideas
de ideología y utopía (entendidas como imagina-
rios con distintas implicancias políticas: la primera 11 Las interpretaciones de los imaginarios ambientales
como reafirmación de la autoridad y el orden social vehiculizados a través de distintas representaciones
y la segunda como la ruptura con dicho orden so- visuales, correspondientes a distintas coyunturas,
cial) pueden expresarse en la organización urbana y podría ser también objeto de críticas semejantes a
territorial de Estados Unidos. Mientras que el plano las que fue objeto el Orientalismo de Said. Cosgrove
de Washington sería expresión de la ideología fede- nos ofrece un único relato que orienta la lectura de
ralista, la organización del medio oeste en pequeños las imágenes. Seguramente estas lecturas pueden ser
municipios mostraría la utopía agraria jeffersoniana. múltiples, culturalmente diferenciadas y también
(Cosgrove, 1994). conflictivas entre sí.
60 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE
sa por identificar los idearios difundidos por como “un organismo vulnerable” (Cosgrove,
el fotoperiodismo y por filmes respecto a las 2008a: 1874).
tormentas de polvo que tuvieron lugar en las
planicies estadounidenses hacia la década de Cosgrove encuentra una continuidad entre
1930. Estos dispositivos de visualización ofre- las representaciones del planeta obtenidas
cen una imagen apocalíptica del avance de en el marco de los proyectos espaciales de la
las nubes de polvo. Ellas aparecen arrasando National Aeronautics and Space Administra-
las áreas cultivada, provocando miseria y mi- tion (NASA) y aquellas que desde el siglo XV
gración. La fotografía y el cine contribuyeron muestran a la Tierra como un globo. Desde su
a representar los efectos de los intereses del punto de vista, se revitalizan las ideas sobre
capitalismo ajeno a las llanuras del Oeste y la unidad de la vida, sobre el íntimo vínculo
desconocedores de los imperativos y ritmos entre el cuerpo de la tierra y el cuerpo huma-
naturales. Así desde el discurso fílmico y foto- no y sobre la relación entre la individualidad
periodístico, frente a la codicia humana, la y la trascendencia concebidas como “el sue-
naturaleza aparecía tomándose su venganza. ño de la Cosmografía” (Cosgrove, 2006: 25).
cuenta dinámicas de carácter ambiental (Cu- tintos funcionarios pasaron a ser objeto de in-
nill Grau, 2005), económico (Moraes 2000), terés en la medida que en ellos podían iden-
o técnico (Santos, 1978). Algunos de estos tra- tificarse los imaginarios geográficos respecto
bajos han sido orientados por las propuestas a las características ambientales y sociales de
anglosajonas clásicas (Difrieri, 1981; Randle, algunas áreas del continente. En este sentido,
1981), por las perspectivas de los geógrafos un particular interés ha despertado el proceso
franceses (Santos, 1978; Tovar, 1986) o por las de defi nición y difusión de los imaginarios
propuestas de historiadores políticos o econó- del desierto (Lois, 1999, Zusman, 2000), de la
micos contemporáneos (Abreu, 2006; Moraes, tropicalidad (Rojas López, 2007), del sertón
2000). Sin embargo, el énfasis otorgado a lo (Moraes, 2009) o de la Cordillera de los An-
material, apenas ofrece espacio para el trata- des como muralla (Hevilla, 2007). Los análi-
miento de las representaciones o imaginarios sis realizados demuestran que estos imagina-
asociados a esa geografía material. Así por rios geográficos han sido útiles a la hora de
ejemplo, los relatos de viaje fueron utilizados denominar y dominar áreas sometidas a otras
esencialmente para reconstruir los paisajes formas de organización política, económica
pretéritos (Rey Balmaceda, 1976) y no como y social (las de las poblaciones indígenas o
una forma de aproximarse a las ideas, fanta- campesinas). Homologados a los conceptos
sías o valores de una época y a sus efectos en de vacío, de tierras hostiles o infértiles, ellos
la configuración del entorno. promovieron la incorporación de estas áreas
a la lógica de los países en constitución, invi-
Algunos estudios de la Geografía Histórica sibilizando sus efectivos ocupantes. En algu-
en América del Sur, particularmente aquellos nos casos, estas imágenes mostraban algunas
orientados al análisis de los procesos de for- áreas con escasas condiciones, en términos
mación territorial13, hacia la década de 1990, ambientales, para ser incorporados a los mo-
han comenzado a trabajar la cuestión de los delos económicos vigentes. En muchos otros,
imaginarios. Si bien, este tipo de abordaje en como en la Puna Argentina, estos imaginarios
influyen y definen aún hoy la forma en que
los textos de Geografía Histórica merecerían
estas zonas son pensadas e incorporadas a
una investigación particular, nuestra primera
las economía nacionales o transnacionales,
aproximación nos lleva a observar que no son
desestimando las formas de vida de las pobla-
las perspectivas de los geógrafos anglosajo-
ciones locales (Benedetti, 2005; Castro, 2007;
nes que hemos abordado en la primera parte
Tomasi, 2010).
del artículo las que han influenciado en esta
forma de abordar la relación entre espacio y
Los trabajos han indagado también las
tiempo, sino que es esencialmente la pers-
ideas y sueños geográficos que acompañaron
pectiva de E. Said en torno a los imaginarios
la definición de los proyectos estatales nacio-
geográficos la que ha inspirado a los estudios
nales. Así, por ejemplo, la consolidación de
llevados adelante por geógrafos o por histo-
un proyecto de territorio moderno en Chile
riadores que desarrollan trabajos en conjunto
implicó el pasaje de un imaginario de país ho-
con geógrafos en la región. Se entiende que rizontal a vertical. La extensión del ferrocarril
existe una relación entre las valoraciones es- cumplió un papel clave en la consolidación
téticas, racionales y oníricas realizadas por las del proyecto de país vertical (Núñez, 2010). A
elites intelectuales y políticas y los proyectos su vez, el proceso de formación del territorio
políticos que modelan los territorios. argentino involucró el ideal agrario jefferso-
niano de formación de un país de pequeños
Particularmente las descripciones de agricultores, como puede observarse en el
viajeros o naturalistas o las memorias de dis- proyecto de país ideado por Domingo Faustino
Sarmiento pero que solo se efectivó en algunas
áreas de la provincia de Buenos Aires, de San-
13 Desde esta perspectiva interesa trabajar la génesis ta Fe o Entre Ríos (Zusman, 2006).
de conjuntos espaciales contemporáneos que, en el
pasado, no tenían necesariamente unidad e integra- El estudio de los procesos de incorpora-
ción. Además, la constitución territorial se entiende
vinculada a procesos de tipo político, económico y
ción de áreas bajo dominio indígena permite
cultural donde entran en juego distintos proyectos entender que, dentro de los proyectos esta-
en pugna (Ver Moraes, 2000). tales, la Patagonia, el Chaco, la Amazonia
62 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE
y la Araucanía fueron imaginadas como la desconocido como a compartir con los otros
alteridad de la nación (Serjé, 2005). Desde las variadas experiencias respecto de los lu-
el punto de vista de Margarita Serjé , la pre- gares. Siguiendo la línea marcada por Wright,
sentación de estos ámbitos como los lugares David Lowenthal y Hugh Prince entendieron
de la inseguridad y el desorden, permitieron que esta sensibilidad involucraba los valores,
reservar al Estado-Nación los ideales de se- gustos y preferencias. En el desarrollo de esta
guridad y de orden (social y estético). A partir sensibilidad en relación al pasado y a sus pai-
de aquí se imaginaron políticas específi cas sajes estos geógrafos reconocían la influencia
como la organización de reservas indígenas, de expresiones artísticas como la literatura, la
los planes de colonización, los parques na- pintura o la arquitectura que, a su vez, ofre-
cionales y, más recientemente, los proyectos cían indicios sobre las miradas de época.
de carácter turístico (Osorio Machado, 1989;
Fortunato, 2011; Núñez, 1999; Navarro Flo- Desde la perspectiva de David Harvey
ria, 2007). la imaginación geográfi ca procuraba llenar
el hueco dejado por la ausencia de lo social
Reconocemos que la indagación realiza- en el estudio de las formas espaciales. La
da en torno a la relación entre imaginarios imaginación geográfi ca, puesta en práctica
y Geografía Histórica en la región es muy para aproximarnos al pasado, permitiría, por
inicial y que también el recorrido realizado un lado, entender las nociones de espacio y
hasta el momento por la Geografía Histórica tiempo que convivían y entraban en conflic-
local en la exploración de esta área de traba- to en una determinada época y, por el otro,
jo es aún incipiente. Un camino interesante comprender las luchas por la apropiación
para trabajar sería articular la relación entre espacial que se derivaban del choque entre
imaginarios geográficos hegemónicos e ima- estas nociones.
ginarios geográficos que negocian y resisten a
los primeros y que acaban reconfigurando la Ya en la década de 1990, los estudios de
geografía material. geografías poscoloniales procuraron incorpo-
rar al análisis las fuentes textuales, pictóricas,
fotográficas y literarias para comprender que
Conclusiones el proceso de dominación imperial en los
territorios de ultramar incluía dispositivos cul-
El recorrido realizado en torno al papel turales y que los imaginarios geográficos que
que distintos geógrafos anglosajones han ellos vehiculizaban permitían entender los
otorgado a la imaginación y a los imaginarios proyectos coloniales, sus silencios y fisuras.
geográficos en el entendimiento de las geo- En términos de Derek Gregory, los espacios
grafías (materiales y simbólicas) del pasado, coloniales se mostraban múltiples, ambiva-
nos lleva a recuperar las ideas que García lentes e inestables.
Canclini nos ofrece sobre su relevancia so-
cial. Parafraseando a este sociólogo cultural, A su vez, la propuesta de Cosgrove pre-
parecería que las geografías imaginarias tendía llenar el vacío derivado de la descons-
vendrían a complementar, ocupar fracturas trucción de la representación visual como fiel
o los huecos de lo que sí podemos conocer. retrato de la realidad y, siguiendo la herencia
En este sentido, las primeras búsquedas por humanista, buscaba abordar las ideas y va-
incorporar la imaginación y los imaginarios lores de época que creaban y recreaban los
en la Geografía fueron orientadas por un significados que se otorgaban a las distintas
interés por trabajar aquello que hasta enton- representaciones de la superficie terrestre,
ces la disciplina no se había interesado por sean estas de los paisajes o de la tierra en su
conocer cómo era el componente cultural en totalidad.
la definición de las relaciones con el entor-
no. La postura fenomenológica representada Hemos también presentado algunas líneas
por la perspectiva de John K. Wright enten- de trabajo que se están llevando adelante en
día a la imaginación geográfica como una la Geografía Histórica en América del Sur en
sensibilidad estética frente al “estímulo de las que los imaginarios parecerían ser los por-
las montañas, desiertos o ciudades” (Wright, tadores de los idearios culturales de las elites
1977: 178) que ayudaba tanto a conocer lo locales en la búsqueda por organizar los te-
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