Magia Austral Muestra

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MAGIA AUSTRAL

Un acercamiento desde la antropología a


las cosmologías paganas del Sur

3
BREVE EXPLICACIÓN DE LA IMAGEN DE PORTADA:

Se trata de las dos serpientes míticas australes (Threng Threng y Cai Cai), expresio-
nes de los elementos tierra y agua, que rodean el círculo del kultrún donde se traza
la Wünelfe (Venus, la estrella de ocho puntas) en cuyo interior se aprecia la cruz
austral que se bifurca en doce brazos. Ocho y doce son múltiplos de cuatro, núme-
ro sacro para la visión mapuche. De esta forma el autor incorpora dos símbolos
centrales de los mitos súricos. De las serpientes se habla en este volumen; del rico
simbolismo del kultrún se lo hará en el segundo. El Mago Austral usará de ambos
para su aprendizaje, protección y ritos.

4
Sergio Fritz Roa

MAGIA AUSTRAL
TOMO I. TEORíA

KaiTen
Un Sello de Áurea Ediciones
5
© MAGIA AUSTRAL - Tomo 1 : Teoria
© Sergio Fritz Roa, 2017

Primera Edición: Santiago 2017 - Editorial Bajo los Hielos


Segunda Edición: Santiago 2017 - Editorial Bajo los Hielos
Tercera Edición: Santiago 2017 - Editorial Bajo los Hielos

Cuarta Edición, Julio 2018


©Aurea Ediciones
©Sello: KaiTen
©Colección: Chile Mágico
www.aureaediciones.cl
@aureaediciones1 -
Editor General: Martin Muñoz Kaiser
Ilustración de Portada: Fabián Rivas Belmar
Diseño de portada: Martín Muñoz Kaiser
Corrección y diagramación: Sergio Fritz Roa

Registro de Propiedad Intelectual # 275.571


ISBN: 978-956-09076-7-7

Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente,


sin el previo permiso escrito del editor.
Todos los derechos reservados.

6
Agradecemos el aporte brindado por las siguientes personas:
Sebastián Galassi por su amistad y aliento constantes; Ziley Mora
Penrose, por haber trazado el camino antes que nosotros como
por su buena disposición a obsequiar un prólogo para este volu-
men; y Graciela Moreno Arias, en especial por la entrega de in-
formación respecto a las cosmovisiones nórdicas.

7
Porque aquí estaba el poder espiritual del mundo

(Cacique Carlos Lincomán)

Los señores del sur son dueños de la sabiduría (ngülam). Por eso son los princi-

pales rectores –ta-ñi-ne-e-tew– de los iniciados, a quienes enseñan los secretos

del mundo invisible y guían en sus actos.

(Juan Benigar)

9
Índice

Prólogo 13
Introducción 19
i.- Marco cosmovisional
1.- Intento de definición de lo que es Magia 29
2.- ¿Qué es Magia Austral? 37
3.- Los espíritus tutelares del sur 48
4.- El poder serpentino y sus dos aspectos
(el mito de Cai Cai vilú y Thren Threng vilú) 53
5.- Chili-Mapu, el país de Venus y su cercanía a la Antártida 61
6.- La Vía de la Mano Izquierda y el sur 70
ii.- Marco simbólico
1.- Venus 75
2.- La serpiente 82
3.- El árbol y la madera 89
4.- Rewe 96
5.- La piedra o elemento tierra 102
6.- El agua 114
7.- El fuego 125
8.- El aire 134
9.- El trinacrio 136
iii.- Marco personal o acerca de lo que es un mago austral
1.- Características 140
2.- Sobre el pülle o daimon del mago 143
3.- Cofradías de magos y brujos 148
Conclusión 152
Bibliografía 155

11
MAGIA AUSTRAL: EL ARTE DE ESTAR SERENO EN
LAS CUMBRES DEL FUEGO O EN LOS ABISMOS DE
LAS AGUAS
Ziley Mora Penrose (*)

La Magia Austral, un tanto equivalente en sus fines —aunque


no necesariamente en sus medios— a la tradición hermética
occidental, surge cuando aquel hombre de Monte Verde, cer-
ca del actual Puerto Montt, hace trece mil o más años atrás,
comprende que su existencia sobre esta húmeda y peligrosa
tierra no es más que un aprendizaje. Aparece cuando percibe
que la vida misma se le presenta —a veces de manera abrup-
ta— como una escuela iniciadora de un conocimiento, de
una débil luz en medio de ese obscuro y profundo océano
llamado muerte. La inminencia de esta realidad, que siempre
camina al lado e inseparablemente de sus pasos, impulsó a
éste a entender que toda su vida no podía ser otra cosa que
una instrucción, un ejercicio, una tarea para bien morir, un
trabajo para disponer de un cierto tipo de poder o sabiduría,
que le permitiera superar y ganarle a la potencia de los ele-
mentos, que en el sur se desatan —hasta incluso hoy— casi
como una repetición del caos original. El trance final, ese que
a veces protagonizaba con angustia y desesperación mayús-
cula, le hizo entender al hombre del fin del mundo, el de las
islas y de los lagos, que, aparte de las empíricas, había poten-
cias invisibles que acudían a dicho umbral para arrebatarle
lo mejor de sí mismo: su conciencia. Entonces, ante lo impre-
visible de los fenómenos sin control, lo único que quedaba
era acecharse, para que esas fuerzas no le cosechen, a través
del arcaico miedo reptiliano, la dicha preciosa cualidad. Se
trataba de aprender a mirarla cara a cara, a convivir con
ella a diario, a tener en cuenta que la muerte hace guiños
13
imprevistos. Ello condujo a ese hombre a la conclusión que,
traspasado ese umbral de un modo lúcido y con perfecta po-
sesión de sí, acaso podía obtener la anhelada sobrevivencia
en la Otra Orilla.
Como en ningún otro punto del planeta, aquí, en el an-
cestral Chilli Mapu, se verifica el aserto de Her{clito de ‚la
lucha como madre de todas las cosas‛. Una lucha crítica,
siempre terminal, de vida o muerte, esa que se entabla al
borde del abismo definitivo y que de suyo lo hunde en la
noche desesperada del olvido y de la nada, que vino a ser el
resorte del primer aprendizaje. Porque la lucha contra el
ser, las ansias carnívoras de la nada, le hicieron comprender
a nuestro aborigen habitante la importancia de un yo que se
autoposea, de un núcleo anímico-espiritual intenso y fuerte
capaz de controlar las emociones y pasiones bestiales, que
se desatan con furia al borde de ese abismo. A la necesidad
de este control, de esta perfecta e imperturbable posesión
del cuerpo y del alma hecha por una mente (pellü), los pro-
to-mapuches, los protochilotes o primitivos tehuelches me-
ridionales, la llamaron con una palabra olvidada pero que
hoy, Sergio Fritz Roa traduce como ‚Magia Austral‛. Se tra-
ta de un concepto recuperado, rastreado, reconstruido, pero
no inventado —sus fuentes así lo atestiguan, pues su origen
coincide con el don humano de la observación consciente
de los procesos del vivir, con la autoconciencia que permiti-
ría superar el miedo y disponer de cierta cuota de sagaz
imperturbabilidad, impávido como Galvarino cuando el
conquistador le corta las manos, por encima de la cotidiana
y cósmica amenaza. Es decir, el arte de estar sereno en las
cumbres, cuando tras de uno ya se sienten los zarpazos de
un hambriento tigre dientes de sable, cuando la tormenta
de lluvia y nieve nos sacude y conduce directo al vértigo y
al descontrol.

14
La primera sabiduría del sur del mundo entonces, la
protofilosofía chilena, fue sinónimo de empezar a desarro-
llar coraje, dominio emocional, voluntad y afirmación de sí
frente al estremecimiento cósmico de volcanes, terremotos y
mareas incontenibles. Fue un aprender a hacer brujería, pe-
ro brujería para acorazar la propia debilidad y la extrema
indefensión. En total consonancia con los aportes de Fritz
Roa, postulamos aquí la tesis que jamás se habría desarro-
llado este kimün, este saber, de no ser el Chile arcaico el es-
pacio del milagro, de la lucha mítica, esa terraza inestable
de lo que queda luego de la lucha de las dos serpientes,
Kay-Kay o el mar bravo, y Treng-Treng, el cerro nuevo y sal-
vador, ese que se levanta a punta de explosión de fuego in-
terior, ganándole al maremoto sólo lo suficiente para sacar
del agua su nariz pétrea, que dé el aliento de vida a los
desprotegidos seres sintientes de este angosto pasillo. Para
ello, para salir de tamaña indefensión, imitando a los volca-
nes y generando fuego interior, para superar el espanto
nocturno, se requirió magia; es decir, desarrollar el arte de
conocer la fuerza plasmadora de los intrincados laberintos
del propio piwke (corazón + cerebro) que habitualmente en-
reda el máximo tesoro, la mente autoconsciente, verdadero
y único escudo para morir con los ojos abiertos sin angus-
tia, para hacer frente a las flechas envenenadas de las Po-
tencias del Abismo, y de cuanto dardo energético proceden-
te de las primeras envidias humanas. Ese Chile, que como
nunca era lo que es hoy, una especie de terraza, una terraza
infinita, infinitamente larga y angosta, al borde de un
océano gigantesco, requería disponer de una precaria de-
fensa, de un arma contra la impermanencia. Entonces, para
contrarrestar lo duro del destino, los eternos inviernos de
los fiordos, por ejemplo, el primer kimün o sabiduría súrica
como le llama nuestro autor, la primera arma fue inevita-
blemente esta primera ingeniería ‚blanda‛, fue ese insomne
15
arte o ejercicio de esculpir y modelar un cuerpo a golpes del
cincel a la voluntad según del modelo de virtud de los altos
espíritus (pillán), antepasados suyos y compañeros de Elal,
Ollal, Elchen, Timawkel, Hunuc Huar, Ngenechen o como
quiera que les hayan llamado a los primeros maestros o hé-
roes civilizadores, los creadores del territorio del sur.
Con este trabajo hoy ayudado en forma de libro, los
nuevos guerreros magos súricos de Chile, los que trabajan
para recuperar su identidad perdida, ya sabrán más en el
perseverante buscar lo Inaudible en lo invisible e inefable
del paisaje. Pero tal como los de ayer, seguirán requiriendo
del insomne hábito de atisbar y leer en las madrugadas pa-
ra que lo Increado Creador se digne pasar, para que adquie-
ra un sentido, revele y destile gota a gota el significado
oculto el hecho de haber nacido aquí, o el significado que
tendrían, por ejemplo, arcanos como el sufrimiento de los
justos o el dolor de los inocentes. Se trata del antiguo com-
bate, de esa mítica y arcaica lucha con el dragón piwuchen,
ese que antes estaba más allá de nuestras columnas de Hér-
cules, la Antártica; para nosotros, más allá del final de esa
tierra hueca, donde el mito hace adquirir sentido al enorme
hueco negro degradante de esta época. Porque a pesar de
ciertas técnicas, lo esencial de toda la magia austral se man-
tiene incólumemente vigente: se trata del combate espiri-
tual de todo aquel que a diario se vigila, el trepelaymi zuam,
el ‚mantén despierta tu mente‛ de los viejos koná mapuche,
donde lo inaudible, lo invisible, la revelación del sentido
oculto y divino de las cosas, se aposentará de nuevo en las
montañas. Así, con nuevos y mejores guerreros lectores y
practicantes de esta magia recuperada, se hace ahora posi-
ble en Chile que la naturaleza un día vuelva a encontrarse
con la sobrenaturaleza.
Catálogo de las realidades invisibles, manual para aden-
trarse en el conocimiento de las potencias del submundo y
16
del supramundo, mapa para rutear la salida al Más Allá
superando o burlando a la muerte o bien para esclavizar el
alma para siempre en los laberintos del bajo astral o minche
mapu, tal es el iniciático servicio del autor, Sergio Fritz Roa, al
intentar reconstruir esta Magia Austral primordial, auténtica
primera gran tecnología de nuestro Chillimapu, el país de
Venus creado para proporcionarle a sus habitantes las armas
de Marte —el weichafe o guerrero— o darle la salud del Meli-
pal, la Cruz del Sur. Ribetes casi de proeza, de sintonía fina
con el mundo mítico, trazos de labor casi hercúlea en la pre-
sente obra, que llega a nosotros en estos tiempos finales y de
trabajo de parto del planeta, y explicado sólo a causa del mis-
terioso eterno retorno de todas las cosas.

En Coihueco, cordillera del río


Ñuble, en el otoño del 2017

(*) Ziley Mora Penrose (1956) es mestizo chileno, etnógrafo, investigador


de las matrices del pensamiento y la filosofía mapuche, autor de numerosas
obras a causa de su apasionado vínculo espiritual con el vasto pensamiento
de las sociedades ancestrales de Chile y su alto conocimiento.
17
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo continúa lo esencial de la temática abor-


dada en ‚La Recta Provincia. Una cofradía de brujos en el
sur de Chile”. Y ello porque las investigaciones que nos
condujeron a finalizar el mencionado texto hicieron que
comprendiésemos la enorme ignorancia que existe en nues-
tro país en lo referido a las ideas y praxis australes vincula-
das a Hechicería, Brujería y Magia. Esta ausencia de estu-
dios profundos y más amplios (no restringidos sólo al caso
chilote o a los procesos de Chillán), que pudiesen abarcar
otras regiones, tradiciones espirituales y culturas, fue el mo-
tivo de emprender esta aventura literaria y metaliteraria.
Porque, lo decimos a la vez con temor y orgullo, la nuestra
es una obra en extremo ambiciosa, y ello en varios sentidos.
Primero, ha implicado recolectar una gran cantidad de ma-
terial oral y escrito; segundo, efectuar un análisis meticu-
loso de los elementos que pudiesen ser útiles para nuestro
texto; y tercero, por haber nadado en aguas peligrosas<
Acerca de esto último, aludimos a la apuesta de ser el pre-
sente un libro que contiene documentación científica rigu-
rosa, que cualquier folclorista, antropólogo e historiador
podría emplear para la confección de sus propios escritos.
Pero, además, por contener una propuesta radical: que un
chileno pueda utilizar tales herramientas para operar mágicamen-
te. Lo anterior, para comprender las energías del territorio,
entregando el valor que le daban los pueblos antiguos. Por
tanto, nuestro escrito navega en dos universos aparentemen-
te contrapuestos: el de la ciencia oficial y el del esoterismo.
No tenemos la menor duda que los científicos calificarán
nuestra intención de polémica y arriesgada al aparentemen-
te ‚mezclar‛ datos históricos con cuestiones m{gicas; mien-
tras que los esoteristas dogmáticos se preguntarán por qué
tanta información histórica y antropológica en un ensayo de
19
Magia. No pretendemos causar simpatía ni convencer a na-
die, el trabajo efectuado no es ni para los que se mantienen
incrédulos a pesar de la existencia de evidencias sólidas, ni
para los que sin el previo análisis adhieren a todo lo que se
les presenta, sino para los poseedores de una mente riguro-
sa e independiente.
Por otro lado, puede ser interesante dejar aquí testimo-
nio de lo que fue el proceso creativo de “Magia Austral. Un
acercamiento desde la antropología a las cosmologías pa-
ganas del Sur". Y ello porque aclararía ciertos aspectos de
la factura del que se manifiesta como el primer texto chi-
leno pagano. En efecto, si bien es cierto uno podría encon-
trar antes en nuestro país una que otra obra de inspiración
pagana, sin embargo hasta ahora en ninguna hubo una de-
claración explícita ni la exposición de la incompatilidad de
dicha visión frente a los monoteísmos.
Reivindicar las creencias telúricas hoy no es fácil. Y no lo
es tanto por los problemas que aquejaron a sus adherentes
en el pasado (inquisición, destierros, muertes, etc.), sino
porque luego de la derrota material de los paganismos en
Occidente, podría decirse que ‚est{ todo por hacer‛. Desde
tan sólo tres o cuatro décadas quienes se conciben como
paganos vienen realizando un trabajo intelectual compro-
metido y serio acerca de lo que significa dicha cosmovisión,
intentando responder la pregunta cómo uno puede uno
adoptar esta creencia en el presente.
Conceptuar de manera perfecta lo que es el paganismo es
tarea compleja. Ya desde el uso de la misma palabra se mani-
fiestan dificultades, pues los ‚paganos‛ originales no se
asumían como tales1. Reconociendo lo anterior, expresemos

1Pagano proviene del latín paganus y significa aldeano. Sin embargo la


connotación dada por los cristianos a aquéllos era de burla, queriendo
expresar ajeneidad, el no participar del grupo importante.
20
dos lineamientos doctrinales. Primero: hoy es inútil buscar
o crear un nuevo término2 que lo defina. Segundo: hay
ciertos elementos esenciales de esta cosmovisión que dan
pautas concretas para su comprensión: creencia y venera-
ción en varios Dioses y seres de la naturaleza; culto a los
lugares y a los antepasados; cierta ética, donde el honor3 es
una de las directrices; realización de sacrificios, pudiendo
estos ser cruentos; filosofía plural y más flexible que la de
los monoteísmos; concepción cíclica del tiempo frente a la
lineal; consideración de esta existencia como lo sustancial
en oposición a la idea de ‚otra vida‛; defensa del entorno,
del legado de los padres y de la comunidad; respeto e in-
cluso adoración a lo femenino; ortopraxis frente a ortodo-
xia4; pero de forma especial la convicción que no hay dua-
lidad Dios(es)-mundo5, etc6.

2 Algunos proponen otras palabras, por ejemplo heathenry (la creencia) y


heathen (el sujeto practicante). No obstante nuestro respeto a tal actuar
que intenta ‚limpiar‛ la carga crítica, es evidente que el uso de las
palabras ‚paganismo‛ y ‚pagano‛ es algo tan arraigado en el habla
común y académica, que aquello tiene nulo sentido práctico.
3 El Havamal (‚Los dichos de H{r‛, uno de los poemas de la Edda Poética,

siendo una de las fuentes más importantes sobre mitología escandinava)


se refiere a dicho concepto de la siguiente manera: ‚El ganado muere, los
parientes mueren, todo hombre es mortal. Pero sé de una cosa que nunca
muere: La gloria de los grandes muertos‛ (Havamal 77, en traducción de
Hollander). El honor no es algo subjetivo, que uno mismo se otorga, sino
lo que la comunidad a uno le atribuye. En antiguo inglés sería weordness,
traducible como mérito. En antiguo nórdico se relaciona con el verbo
sóma que implica una connotación de ‚dar valor al ser‛, ‚el
comportamiento adecuado‛.
4 Los monoteísmos priorizan la ortodoxia (lo dogmático y la rigidez en la

creencia), mientras que el pagano lo ortopráctico (la consecuencia y


cuidado extremo en los actos). Sobre este interesante asunto, véase el
artículo de Swain Wodening ‚The differences between Orthopraxy and
Orthodoxy, and why they are important to Heathenry‛ en:
https://theodishheathen.wordpress.com/2010/03/11/the-differences-
21
Al respecto será aleccionador incluir aquí lo dicho por un
pagano moderno como es Alain de Benoist, pues se aplica a la
perfección no únicamente al paganismo europeo, sino ameri-
cano y de cualquier otra región: ‚El paganismo hoy, tiene pues
en primer lugar evidentemente, una cierta familiaridad con las
religiones indoeuropeas antiguas, su historia, su teología, su
cosmogonía, su simbolismo, sus mitos y mitemas donde se
forman. Familiaridad del saber, pero también familiaridad
espiritual, familiaridad epistemológica pero también familia-
ridad intuitiva. No se trata solamente de acumular conoci-
mientos sobre las creencias de las diversas provincias de Eu-
ropa precristiana (ni por otra parte ignorar aquello que las
pueda distinguir, a veces profundamente, unas de otras) sino
sobre todo se trata de identificar en estas creencias la proyec-
ción, la transposición de un cierto número de valores que en
cuanto que herederos de una cultura, nos pertenecen y nos
conciernen directamente (lo que consecuentemente nos lleva a
reinterpretar la historia de los dos últimos milenios como el
acontecer de una lucha espiritual fundamental)‛7.

between-orthopraxy-and-orthodoxy-and-why-they-are-important-to-
heathenry/
5 Los monoteísmos disocian a Dios del mundo. Para el pagano el

universo es lo único existente por siempre, de manera que incluso hasta


los Dioses pueden morir. La mirada separatista de los monoteístas tuvo,
entre otras, las siguientes consecuencias: ver la historia como algo lineal
y determinista, la búsqueda de una ‚tierra prometida‛, el creer en un
Mesías que llegará al fin de los tiempos, un Juicio Final, no considerar a
la naturaleza como sagrada (pues no es percibida como algo vivo, sino
un simple medio de subsistencia para el hombre), etc.
6 Otra diferencia que debe ser considerada es la siguiente: mientras que el

Dios de los monoteísmos es omnipresente, en el paganismo la única


forma para obtener la atención de los Dioses es ofrendar lo mejor (la
mejor cosecha, la mejor libación, etc.).
7 Cita de su libro ‚Cómo se puede ser pagano‛ (Ediciones Nueva

República, 2004). Un resumen del mismo se encuentra en:


22
I.- LA IDEA

Mientras realizábamos el ensayo “La Recta Provincia. Una


cofradía de brujos en el sur de Chile” percibimos el enor-
me prejuicio de nuestros compatriotas respecto a todo lo
que dice relación con los conocimientos ancestrales vincu-
lados a Magia, Brujería y Hechicería. No obstante tratarse
de parte importante del acervo cultural del país, nadie, sal-
vo algunos folcloristas y antropólogos, se ha tomado en se-
rio el asunto. A propósito de estas excepciones, uno podría
percibir que sus interpretaciones mantienen una gran dis-
tancia respecto al tema estudiado, por lo cual no es difícil
compararlos con la actitud del químico que observa impa-
sible lo acaecido en el matraz; además, en general, no exis-
ten vinculaciones espirituales potentes con quienes practi-
can tales saberes, siendo durante varias décadas la mayoría
de los folcloristas, católicos; y de los antropólogos, ateos.
Pensamos que es casi imposible comprender el objeto de
investigación si las materias pasan por el lente de los credos
personales.
Aunque la intención de escribir este libro se remonta a
poco tiempo, el deseo de acercarnos a las cosmologías súri-
cas viene desde la niñez y adolescencia, cuando con nues-
tros padres viajábamos a lugares como Temuco, Valdivia,
Lanalhue, Nehuentué o Chiloé; y la consciencia de sentirnos
parte de esta tierra como la comprensión que la energía de
este paisaje es única, surgieron del viaje efectuado a Chiloé
y Melimoyu, el año 1996, lo que se mencionará con detalle
más adelante.

https://neweuropeanconservative.files.wordpress.com/2014/03/elementos
-nc2ba-82-paganismo-i.pdf
23
II- LOS PRIMEROS PASOS

El título de la obra surge del entendimiento que si bien es


cierto las ideas centrales de la Magia (empleo de la Volun-
tad, el uso de herramientas, lenguaje simbólico, respeto a
ciclos espaciales, etc.) son válidas en cualquier lugar del
planeta, no ocurre lo mismo con lo que dice relación a los
espíritus invocados, los días de trabajo mágico o a la ener-
gía empleada. La cercanía de países como Chile y Argentina
al Polo Sur origina una diferenciación de las influencias su-
tiles respecto a cualquier otra parte del planeta. Esta con-
cepción como el rol de nuestra nación en el destino espiri-
tual del mundo ya circulaba en ciertos grupos esotéricos de
los años 40 y 50, desde donde las habría tomado el escritor
Miguel Serrano para difundirlas a la vez que hacer explícito
que la Antártida corresponde al sexo de la Tierra.
El subtítulo (‚Un acercamiento desde la antropología a
las cosmologías paganas súricas‛) busca ahondar en lo que
realmente significa Antropología (es decir, estudio del
Hombre en sus dimensiones no exclusivamente sociales y
económicas sino también espirituales); e invitar a la comu-
nidad científica a leer un texto que si bien es cierto no se
pretende ‚científico‛ en el sentido que aquella le da a la pa-
labra, es serio y cuenta con fuentes rigurosas. Al usar la ex-
presión ‚cosmologías australes‛, intentamos dejar en claro
que el nuestro no es únicamente un análisis cultural de los
pueblos del sur, sino que se pretende más global, compren-
diendo el estudio de las dimensiones simbólica y mítica.
En las páginas siguientes realizaremos un intento por
definir de manera sencilla lo que es Magia, como a la vez ins-
truir sobre su etimología, el lugar en que se desarrolla, y la
forma que tiene el mago de concebir el existir. Importante es
dar una explicación sobre la presencia de varias realidades
24
(que son reducibles al menos a dos: una ortodoxa y otra hete-
rodoxa) y de lo que es el Mundo Imaginal, sitio donde a nues-
tro parecer se desenvuelven las experiencias de la Magia.

III.- LA RECOLECCIÓN DE MATERIAL

El material literario de escritores como Sonia Montecino,


Ziley Mora, Mayo Calvo y Tomás Guevara son de obligada
lectura en lo que dice relación con el pensamiento mapuche.
Por su parte, Martin Gusinde y Anne Chapman serán im-
prescindibles para todo quien desee estudiar la cultura
sélc´nam.
El olvidado Alejandro Cañas Pinochet con “El culto de la
piedra en Chile i en otras partes del globo‛, publicado en
1902, es revelador respecto a la mentalidad indígena nacio-
nal. De la misma época, Aureliano Oyarzún aportó la base
para el capítulo sobre un símbolo de importancia en las
prácticas del Mago Austral: el trinacrio.
En cuanto a fuentes orales, son la recolección de muchas
conversaciones sostenidas con familiares (provenientes de
Cauquenes, Palqui y Coronel), amistades (especialmente
chilotas) y gente sureña con la cual nos vinculamos desde el
mencionado viaje a Melimoyu. Sin duda una de las cosas
que más ha marcado nuestra vida fue el escuchar las leyen-
das y vivencias de nuestras abuelas, para quienes seres mí-
ticos como el cuero o el tue-tue son tan reales como un gato o
un perro. Sin embargo, nosotros aunque nacidos en otra
época no tenemos la menor duda de su existencia.

25
IV.- EL COMPARATIVISMO

Consideramos un gran aporte para el conocimiento la cien-


cia de las Religiones Comparadas. Ella permite asimilar y
confrontar la propia creencia con las otras, pero además vis-
lumbrar ciertos aspectos universales de las mismas, y de
manera especial de los símbolos (la clase de comunicación o
lenguaje más contundente y directo). En este sentido auto-
res como Max Müller, Georges Dumézil, Mircea Eliade y
Ioan Culianu deben tomarse en cuenta. En una senda pare-
cida a la de los escritores anteriores se encuentra Henri
Corbin, quien acuñó el concepto Mundo Imaginal, que per-
mite entender donde se sitúan espacialmente los procesos
que relatan los magos.
Ideas vitales de la Magia Austral como son el rewe y la
lucha entre las serpientes Cai Cai y Threng Threng encuen-
tran en el análisis comparado medios adecuados para su
mejor comprensión.

V.- ESPERANZAS

¿Nuestras esperanzas? Que “Magia Austral. Un acerca-


miento desde la antropología a las cosmologías paganas
del Sur" sirva de semilla para el despertar de consciencia de
nuestros compatriotas, los chilenos comunes que deseen
ligarse al mundo espiritual circundante. El libro se dirige
principalmente a ellos. En cuanto a la comunidad mapuche
(una de las principales fuentes del presente ensayo) que aún
vive con fidelidad su tradición espiritual, por ejemplo, no les
será imprescindible recurrir a nuestro trabajo, dado que sus
mujeres y hombres están insertos en una cosmovisión ma-
ravillosa que en lo esencial no necesita de correcciones o
26
modificaciones. Sin embargo, dado el proceso de acultura-
ción se hace más difícil hallar a un tipo de mapuche apegado
a su religión, tal vez nuestro escrito sea el impulso para que
quienes se han distanciado de su filosofía la retomen. Lo
que busca la Magia Austral no es copiar las culturas indíge-
nas ni propiciar un indigenismo (como tampoco un hispa-
nismo), sino rescatar de ellas lo que es axial (los fundamen-
tos centrales), y cercano espiritual y psíquicamente.
“Magia Austral. Un acercamiento desde la antropología
a las cosmologías paganas del Sur” es una realidad.
La Magia es algo concreto, no mera especulación. Sin Ma-
gia nunca hubiera nacido este libro< Pero esa es una historia
muy personal que sólo conoce nuestro pülle (o fylgja).

27

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