Live en La Electrónica

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Live en la electrónica, Improvisación en la electrónica, Preparación para el live.

Prepárate para improvisar. Improvisación y creación musical. 16 o 17 marzo. Una hora.


19:00 20:30 30 minutos de preguntas. Online. Zoom.

Guión:

1. Cómo aprendemos música. Cómo entramos en contacto con ella. Cómo


aprender un instrumento o tocarlo por primera vez sin tener nociones de
música. Cómo iniciarte en el mundo del live.
- La importancia de la escucha.
- Una herramienta para aprender a escuchar.
- La meditación. Como forma de vida y como toma de contacto con nuestro
instrumento. Ejercicios para meditar con y sin el instrumento.

Como te inspiraste. Historias personales. Me levante y escribi este poema. A


partir de una preocupación. Cuando como menos. Cuando estoy en ayunas.

2. Let’s play. Improvisemos.


- Que es la improvisación y cómo improvisar.
- Ejercicios prácticos de improvisación.
- Ideas para iniciarte en la creación.
- La creación o improvisación dentro de un estilo, en base a unas determinadas
reglas: Ritmo, melodía, armonía. Propuestas de estilos musicales, techno,
house, drum and bass.
- Propuestas de temas que les encanten en el público para improvisar encima.
Que debes conocer para saber hacerlo. Escucho, analizo el lenguaje, y respondo
en base a ese lenguaje. Podemos ver el juego de buscar la tónica. Ejemplos de
electrónica donde suena el bajo con la tónica típicos de techno melódico y
similares.
- Que herramientas (instrumentos) hay en un live set. Software, hardware.
- Para que se emplean cada uno. Melodía, armonía, ritmo, efectos. Al igual que
en una banda. Stompboxes, Sintes, cajas de ritmos, samples (loops).
- Se puede preparar un template, una base con loops e ir lanzando en directo
mientras improvisamos con el teclado.
Soy de Granada, pero vivo en aquí en Barcelona desde hace 10 años. Mi vida siempre
ha girado en torno a la música. He estudiado la carrera de piano clásico en el
conservatorio. Hasta los 20 años que acabé, fue una época muy dura por la severidad
de mi padre, de las clases en sí, daba conciertos y me presentaba a concursos que
requerían mucho esfuerzo y dedicación, pero a la vez la música me aportaba tanto que
me ayudaba a vivir un mundo de fantasía. Cuando acabé, estaba perdida, mis padres
querían que me sacara las oposiciones para trabajar en el conservatorio y me las
preparé, pero yo quería vivir y seguir estudiando, no estaba preparada para el mundo
laboral en el mismo sitio donde había estado estudiando 15 años, así que decidí seguir
buscando aquello que me hacía vibrar.

Estudié la licenciatura de historia y ciencias de la música en la universidad, pero no era


lo que necesitaba por lo que me fui a Barcelona a estudiar jazz y música moderna. Me
encantó. Aquí comencé una etapa de conciertos dentro de la música electrónica,
improvisando con un tipo de teclado llamado keytar. Tuve la suerte de encajar bien y
estuve tocando y viajando por muchas partes del mundo de esta forma. Esto me
despistó de mi rumbo inicial y dejé el jazz a los dos años. Necesitaba vivir, equivocarme
y desconectar del estudio. Fueron unos 8 años muy locos. Hace 6 años, empiezo a
despertar de todo un sueño y retomo las ganas de seguir aprendiendo. Empiezo a
investigar en la producción de música electrónica, en la música en general y profundizo
mucho más en el campo de la docencia. Esta experiencia es la que me lleva a querer
compartir todo lo que he ido descubriendo por el camino.

Me gustaría comenzar lanzando una pregunta:

¿Habéis vivido la experiencia de querer aprender un instrumento y tener que pasar


bastante tiempo aprendiendo solfeo antes de poder tocar una sola tecla?

¿O tener que empezar conociendo el funcionamiento de un programa de ordenador


para aprender un proceso tan libre o creativo como es el de la composición?
La música es un lenguaje. Es una forma de comunicarnos. Y como tal, comparándolo
en términos musicales con nuestra lengua materna, incluso cuando eres un bebe estás
improvisando con profesionales. Todo el tiempo. Hasta el punto de que no sabes que
eres un principiante. Nadie te dice, no puedo hablar contigo hasta que no hayan
pasado unos cinco años como mínimo. Cuando seas mayor hablaré contigo.

Eso no pasa. Nadie te dice lo que tienes que decir. No estás hecho para sentarte en un
rincón y practicar. Ni si quiera te corrigen cuando te equivocas. Pensad cuando teníais
2 o 3 años y decíamos una palabra errónea una y otra vez, nadie te corregía. Incluso
resultaba gracioso. Es más, si lo sigues diciendo las suficientes veces tus padres
aprenden tu propio lenguaje. ¡Y empiezan a decirlo mal también!
Lo mejor de todo es que sigues siendo libre con tu forma de hablar. Y no tienes que
estar todos estos años aprendiendo para luego encontrar tu propia voz ya que ésta
nunca la has perdido. Nadie te robó eso.

Hoy en día, en la mayoría de los aprendizajes a los principiantes no se les permite


responder. Estamos atrapados en la clase para principiantes, después pasas a nivel
medio, avanzado, y después de todo esto empiezas a conocer el mundo real
(llamémosle laboral) y es cuando empiezas a experimentar todo lo aprendido por ti
mismo. A ponerlo en práctica. A sacar tus propias conclusiones.

Ese es uno de los problemas que los profesores de música cometen. Enseñan a tocar
un instrumento primero antes de que comprendan la música. A los niños no se les
enseña a deletrear la palabra leche antes de que la hayan estado bebiendo durante
algunos años.

Pero por algún motivo pensamos que antes van las reglas y los instrumentos.
Cuando escuchamos música sin etiquetas, podemos escuchar como se producen las
diferentes frases, como hablan entre sí los instrumentos, como una parte se diferencia
de la otra, al igual que un bebe sabe lo que significa cuando la madre sube el tono de
voz aunque no entienda ninguna palabra. Para el momento en el que el bebe pueda
hablar una palabra, ya ha aprendido mucho acerca del idioma.
No se trata de aprender las reglas y el instrumento como primera opción. ¿A quién le
importa el instrumento con el que se habla? lo importante es lo que tienes que decir.
Y para ello utilizamos los instrumentos, para comunicarnos.

Por tanto, que no te obliguen a practicar, que no te digan lo que tienes que decir, que
no te juzguen y sobretodo, no te juzgues tú a ti mismo.
La práctica está bien y también es necesaria pero no más que ponerlo todo en el
contexto, y lo hemos comprobado con el aprendizaje de idiomas.

Refiriéndonos al lenguaje, ¿A que edad podemos decir que aprendemos? La respuesta


es, en el mismo momento en el que escuchamos. Cuando algo se enseña es cuando
realmente no te das cuenta de que lo estás aprendiendo. Cuando no juzgamos.

No se trata de las notas correctas o incorrectas, no se trata del instrumento, se trata


de que hacemos música porque nos sentimos bien, nos sentimos libres. Es la misma
razón por la que cantas en la ducha o cuando conduces. No estás cantando para poder
hacer las notas entonadas o correctas. Lo haces porque te sientes bien.

¿Entonces, porqué cambia eso cuando alguien de afuera comienza escuchar? Esa
libertad se pierde a medida que crecemos y aprendemos y necesitamos encontrar una
manera de mantener esa libertad. Pero se puede encontrar. No la perdemos para
siempre.

Imaginemos a un niño tocando el piano con una sonrisa de oreja a oreja. Dale la
primera lección y esa sonrisa desaparece. Muchas veces tienes que trabajar durante
toda tu vida musical para recuperar esa sonrisa. Como maestros podemos mantener
esa sonrisa, si la enfocamos de la manera correcta. Permitiendo que el estudiante
mantenga esa libertad.

Jesper Juul, “Su hijo una persona competente”. Hace poco llegó a mis manos un libro
muy interesante y altamente recomendable. Resulta que empecé a leerlo pensado que
encontraría las claves para educar a mi “futuro hijo” si es que algún tengo y resulta que
descubrí en él que la tenía que educarme era yo. O mejor dicho, deseducarme.

Como dice en el libro, si no existen reglas de como llevar una relación de pareja o
amistad, porqué nos afanamos en tenerlas hacia nuestros hijos.

El problema es que muchos de nosotros hemos aprendido de esta forma y cuando


llegamos a mayores nos damos cuenta de lo atrapados que estamos y es cuando
empezamos a buscar ayuda para liberarnos.
Por eso es tan importante la meditación. Para deshacer malos hábitos siendo
consciente de ellos. Para abrir espacio para poder dejarlo para ti.

Escuchar y no juzgar. Dos de los principios básicos de la improvisación. De la creación.

Os hago una pregunta. ¿Qué es lo que el mundo necesita, con otro gran músico? Y digo
músico como podría ser cualquier otra carrera. Practicando todas esas horas,
convirtiendo toda nuestra casa en una sala de música, invirtiendo en aparatos,
material, instrumentos, etc. ¿Es solo para que pudiéramos ganar más dinero? ¿Para
poder subir al escenario y poder disfrutar de la gloria? ¿Para alimentar nuestro Ego?
Después de tantos años de estudio, horas de piano, conciertos, viajes, escenarios, etc.
me doy cuenta que ser un buen músico tiene más que ver con el estilo de vida. Y no
me refiero al que llevan muchos de los grandes músicos que conocemos y que
desgraciadamente nos han abandonado.
Ahora que estoy ahondando en la música, que estoy estudiándola con mayor
profundidad para no solo poder compartirla como profesora, sino también para
encontrar mi voz y mi libertad musical como antes mencionaba, me doy cuenta de que
podemos aprender mucho de la música y aplicarlo a nuestras vidas. Para ser un buen
músico has de ser un buen oyente. Pero también podemos pensarlo al revés. Si somos
buenos oyentes, seremos buenos músicos. Escuchar. Dejar espacio para que las cosas
pasen. Con el paso del tiempo oímos, pero nuestra capacidad de escucha decrece.
Escuchar, ser consciente. Ahí empieza todo, como el bebé que empieza a balbucear
como respuesta a lo que escucha.

Podemos tener 5 grandes músicos tocando uno al lado del otro pero si no se escuchan
puede sonar horrible. Podemos tener músicos que no toquen tan bien individualmente
que si se conectan, si se escuchan y tocan juntos sonará mucho mejor.

Hay una herramienta infalible para recuperar la escucha y la consciencia que permite
crear ese espacio en el que las cosas simplemente pasan. En el que ya no estamos
pensando en lo que tengo que hacer mañana, en como hacer que este disco tenga más
visitas, en cómo hacer que este sello escuche mi track, en cómo componer el temazo
del siglo, etc. Esta herramienta nos ayuda a no juzgar y no ser juzgados, a simplemente
estar y es cuando de repente ocurre. Estamos creando música. Estamos haciendo
música.

Esta herramienta es la meditación.

Le explicaba a mi padre que se reía cuando me veía levantarme tan temprano a


meditar que al igual que iba a yoga y que gracias a la práctica corregía sin darme
cuenta la espalda al estar sentada. Gracias a la meditación iba siendo consciente cada
vez más de mi presencia.

Para alguien que no esté familiarizado en absoluto con este proceso puede resultarle
tedioso, difícil, incluso una pérdida de tiempo. Sólo os puedo decir que bajo mi
experiencia, que si no aprendemos a escucharnos, difícilmente sabremos escuchar lo
que nos rodea. Hay que estar atentos para saber abrazar la frustración como una parte
más en la belleza del proceso creativo. Si no estamos atentos no podremos disfrutar
con plenitud de nuestra relación con la música y más vulnerables seremos
sucumbiendo en los deseos superficiales de la industria.

En bastantes de mis alumnos con los que he trabajado observo ese ansia, habitual de
la edad en muchos casos. Quieren ser productores, quieren ser compositores, pero, no
por la música que emana de sus artistas favoritos, no por la música que han vivido,
bailado o sentido, sino por las fotos que ven de ellos. Por la vida que muestran. Vienen
con esas ganas de ser. Puede ser que esta fuerza les ayude a avanzar rápidamente, el
problema es que con el paso del tiempo, esa imagen que persiguen se va difuminando,
se afanan por buscar otra pero cada vez cuesta más, dado que no han cultivado la suya
propia. Es entonces cuando llega un momento en el que no comprenden realmente
porqué hacen lo que están haciendo y llega la gran pregunta. Porqué y para qué haces
lo que haces?

Después de tantas horas dedicadas al instrumento me doy cuenta de lo que lento se


aprende, lento se va. Y es por eso, por lo tengo menos prisa que nunca.

Por tanto, recordad que escuchar es un recurso que podemos usar de por vida.
---
Bien, dado que se trata de música. Dejemos de hablar y toquemos o improvisemos
juntos.

Recordáis cuando teníais cuatro años y llamaban a tu puerta para salir a jugar? La
respuesta inmediata era Si. Pero a medida que envejecemos y llaman a nuestra puerta
para jugar, nuestra reacción adulta es, “Espera, jugar a qué”. Lo que hoy me gustaría es
transportaros a esa edad donde naturalmente sabíamos como crear y colaborar con
otra persona. Y lo haremos a través de técnicas de improvisación.

Pero, en términos prácticos, ¿que sería la improvisación y como improvisamos?


Algunas personas dirían que es tocar con total libertad, sin un guión, otras dirían que
esa libertad se basa en un patrón, pautas o reglas del juego.

Si buscamos sinónimos para la palabra improvisar encontraremos términos como


crear, componer, inventar, pero también arreglar, reformar, reparar, organizar, etc.
Toda creación parte de experiencias vividas que moldeamos a nuestro antojo. Fijaros
como improvisar también puede ser modificar algo propuesto, un patrón por ejemplo

Yo empecé a improvisar después de mínimo 8, 9 años después de empezar a estudiar


música en el conservatorio. A los 13, 14 años.

No solo en el conservatorio sino también en mi casa, se me limitaba a interpretar y leer


partituras. mi caso quizás fue un poco especial porque mi padre era muy estricto e
incluso no me dejaba escuchar otra cosa que no fueses música clásica. Siempre que me
salía del guión escuchaba alguna voz por el pasillo recordándome que eso no estaba
escrito en la partitura.

Pero a mi me gustaba volar. Esperaba que se fuera para hacerlo. Era cuando me sentía
libre de verdad. Pasaron unos 3,4 años más y fue cuando empecé a entrar en contacto
con el jazz y la música electrónica cuando retomé el arte de la improvisación. Aquí me
di cuenta de que, la improvisación se movía en dos mundos paralelos, la libertad y la
expresión como fruto de unos patrones ya adquiridos.

Podríamos definirla como un movimiento natural y fluido en la toma de decisiones


entre las reglas y las libertades que vamos a usar. Tú decides que cantidad de libertad
y que cantidad de reglas hay.

Si queremos improvisar en un estilo o en un lenguaje concreto, deberemos conocer las


reglas que lo rigen aunque también nuestra improvisación puede estar carente de una
intención artística.

A continuación, vamos a experimentar diferentes fórmulas de improvisación. Me


gustaría que alguna voluntaria se sentara en el piano.
Las reglas del juego son las siguientes. Voy a poner música y simplemente quiero que
estés ahí como músico conmigo. Todo lo demás es libre. puedes sentir la música y
moverte con ella, puedes cantar, puedes dar palmas, puedes escuchar simplemente.
Siéntete libre, solo hay una regla.
Como he dicho antes, vamos a intentar no juzgar. Se que estamos en un escenario
desconocido, delante de un instrumento que también desconocemos, pero lejos de
verlo como una amenaza, veámoslo como una oportunidad de jugar con ese niño que
llama a nuestra puerta.

Algo importante que me gustaría compartir con vosotras antes de empezar es que no
existe una nota correcta o una nota errónea. Todo depende del tiempo que hayamos
estado expuesto a esta música, de nuestra capacidad para comprenderla y apreciarla,
del contexto sociocultural en el que la escuchamos y de lo que queramos expresar con
ella.

Alfred Hitchcock - escena de la ducha en “Sicosis”. Este intervalo de segunda menor


tocado sin contexto, puede parecer negativo, sin embargo, es perfecto para la escena.
La música clásica para algunos es aburrida. Porque no la entienden. Cuanto más
ahondamos en algo, más lo amamos.
Quien no ha escuchado una canción por primera vez y no le ha gustado nada y después
de cierto tiempo expuestos a ella incluso has empezado a tararearla.
¿O, quien no tiene archivado aquel tema que te recuerda a un momento de la infancia
que fue feliz pero que te daría vergüenza mostrárselo a tus amigos?

Dicho esto, me gustaría que alguien se sentara aquí conmigo. Las reglas serán las
siguientes.

1. No hay reglas. Siéntete libre.

2. Solo una nota. Ritmo.

3. Tocar solo teclas blancas.

4. Más reglas, ahora solo teclas negras.

5. Eliminemos ahora toda improvisación. La cantidad de libertad será limitada a la


imitación. Hacer un patrón rítmico (puede ser con el piano o con la push) Si es
necesario, hacerlo primero golpeado las piernas. Luego lo pasamos al teclado.
Ahora modifiquemos ligeramente ese motivo. Podemos llevarlo tan lejos como
queramos.

6. Podemos hacerlo con loops en live. Faders.

7. Improvisar con el sonido. Que recursos hay.

8. Podemos escoger las reglas del techno, del house, dubstep o break.
9. Mirar ejercicios y preparar plantilla.

En ese momento ella ha sentido la música. Ha sido pianista. Más que eso, ha sido
músico. Una bailarina nunca tiene que hacer preguntas antes de bailar. Una cantante
tampoco suele tener que preguntar en que tonalidad estamos. Sin embargo, los
músicos tenemos que hacer demasiadas preguntas.

Si alguien hubiese irrumpido en esta sala ahora mismo pensaría que somos dos
pianistas dando un concierto a cuatro manos. Eso me lleva a pensar que si utilizo mi
conocimiento de la forma correcta puedo ayudar a otros a levantarse rápidamente.

Por tanto, podemos decir que cuanto más juguemos, mas reglas del juego
conoceremos, más facilidad tendremos para adaptarnos a ese juego lo que nos dará
libertad para romper esas reglas e incluso crear un juego nuevo como hacia aquel bebé
del que os hablaba creando un nuevo lenguaje.

Olvidad el miedo a lo abrumador que puede ser encontrarnos con información que
desconocemos por completo, muchos aparatos, tecnología, teoría musical, datos etc.
Abrazad ese miedo y apreciad la curiosidad que hay detrás de él.

Cuando compartimos con los demás dado que es un lenguaje es muy importante la
forma en la que nos comunicamos.

Recomendaciones: Comunicación no violenta.


Ejercicios para antes de improvisar.
Elegir los instrumentos.

Inspiraciones:

Your brain on improv - Charles Limb

Music as a Language: Victor Wooten

Keith Jarret
Keith Jarret - "Last Solo"Final Impromptu
Nunca toca un concierto de la misma madera, es uno de los grandes improvisadores de
jazz de la época.

Improvisation Piano Exercises from Chick Corea

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