Mesolitico y Neolitico

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MESOLITICO Y NEOLITICO

Escena de caza en els cavalls


Escena de caza en els cavalls, Valtorta España ca. 4000 – 2000 ac.
Está ubicado en la margen izquierda de la Valltorta, en lo alto de un
acantilado, y a unos 80 m sobre el fondo del barranco. Se trata de un
abrigo de 14,1 m de arco por unos 10,5 m de cuerda orientados al Oeste.
Atendiendo a su forma, puede dividirse en dos cavidades de extensión
más o menos equivalente en lo que a superficie decorada se refiere. Entre
las distintas pinturas que contiene cabe destacar la representación de una
cacería de ciervos en la que cuatro arqueros están disparando sobre una
manada de animales compuesta por un ciervo macho, siete ciervas y dos
cervatillos. Por la edad y el sexo de los animales pintados se sabe que el
artista prehistórico representó a una manada de ciervos en otoño,
cuando los venados se apropian de los grupos de hembras y los cervatos
nacidos en primavera todavía conservan el pelaje moteado.

Escena de ganadería en tassili

Poblado de Chatal Huyuk (Turquia) ca. 6500 – 5700 ac


Si deseamos maravillarnos, he aquí una civilización que hace soñar, pero cuya existencia está actualmente com-
probada. Cuatro de sus centros han sido definitivamente identificados. El más célebre de ellos se llama Çatal
Hüyük. Debemos su exhumación al arqueólogo británico James Mellaart. El descubrimiento fortuito de un objeto
de obsidiana, al sur de Turquía, intrigó a Mellaart. Pensó que su hallazgo procedía tal vez de un taller insospechado,
en las cercanías de uno de los volcanes de Anatolia central. Çatalhöyük, también conocido como Çatal Höyük o
Çatal Hüyük (del turco çatal: ‘tenedor’, y höyük: ‘túmulo’), es un antiguo asentamiento de los períodos Neolítico y
Calcolítico, siendo el conjunto urbano más grande y mejor preservado de la época neolítica en el Oriente Próximo.
En su apogeo este asentamiento llegó a cubrir 13 hectáreas.
Çatalhöyük está ubicado al sur de la península de Anatolia, en
la planicie de Konya, cerca de la actual ciudad de Konya
(antigua Iconium) y aproximadamente a 140 km del volcán
Hasan Dağı, en Turquía. Un canal del río Çarşamba fluía
antiguamente entre los dos montículos que forman el
yacimiento, levantado sobre terrenos de arcilla aluvial que
pudieron ser favorables para una precoz agricultura. El que
está situado hacia el este pudo llegar a alcanzar unos 20
metros de altura sobre la llanura en los últimos momentos de
ocupación del Neolítico. El del oeste forma una elevación
menor y hay también un yacimiento bizantino a unos cientos
de metros hacia el este. Los asentamientos de época
prehistórica fueron abandonados antes de la edad de Bronce. La perspectiva de determinar el origen de tantas
armas, útiles y utensilios de la misma materia, exhumados en numerosos países donde no había obsidiana, no
podía dejar de seducir a un arqueólogo.
La localización de un centro semejante demostraría que, desde el Neolítico, se efectuaban intercambios entre el
Asia anterior, Mesopotamia, la meseta irania, y, probablemente; diversas regiones occidentales. El joven sabio
registró, pues, la región de Konya. A cincuenta kilómetros de la ciudad y a ochenta del volcán Hasan Dağı, dos tells
o colinas se abrazan en la llanura. El monte Hasan (en turco, Hasan Dağı) es un volcán inactivo que se encuentra
entre las provincias de Niğde y Aksaray, en Turquía. Con una altitud de 3.253 m, es la segunda montaña más alta
de Anatolia central. Alrededor del año 7500 a. C., se formó una caldera de entre 4 y 5 kilómetros cerca de la actual
cima, erupción que quedó grabada en pinturas neolíticas de la zona. Los habitantes del antiguo asentamiento de
Çatalhöyük recogían obsidiana de los alrededores del monte Hasan, que luego vendían a otros asentamientos por
bienes de lujo. Se han encontrado espejos y escamas de obsidiana en la zona. La importancia de monte Hasan Dağı
para la gente de Çatalhöyük se demuestra en un mural en el que aparece el monte elevándose sobre las casas del
asentamiento. Desde la cima, se puede contemplar la meseta
de Anatolia central, incluida Capadocia.
Según unos autores todo el asentamiento de Çatalhöyük
estaría formado por edificios de uso residencial, sin que se
pueda establecer la existencia de edificios públicos de
manera irrefutable. Para otros, el hecho de que las mejores
y más exuberantes pinturas murales estén en los locales más
grandes, les lleva a definir éstos como lugares rituales. Pero
el propósito de estas habitaciones profusamente decoradas
no resulta claro. La población de la colina este ha sido
estimada por encima de las 10.000 personas, pero la
población total probablemente variaría a lo largo de la
historia del poblado. Un promedio de entre 5.000 y 8.000
habitantes sería una estimación razonable. Estos vivían en
casas rectangulares construidas con adobes, adosadas, sin calles ni pasajes entre ellas, apiñadas como si formaran
un panal de abejas. El acceso a las viviendas se hacía por los techos, caminando sobre ellos como si de calles se
tratara, utilizando escaleras, interiores y exteriores, para comunicar los diversos niveles. Los muros también eran
de adobe y para conformar la cubierta utilizaron vigas de madera, y barro apisonado sobre esteras vegetales. Las
aberturas de los techos servían también como la única fuente de ventilación, proporcionando aire fresco y
permitiendo salir al humo producido por cocinas y hogares abiertos.
Al estar las casas en medianera, se configuraba una especie de muralla defensiva hacia el exterior, sin aberturas.
Esto debió resultar suficiente para salvaguardar a sus habitantes de ataques pues no se han encontrado signos de
luchas en el yacimiento. Todos los interiores de las casas están enyesados con un acabado muy suave y se
caracterizan por la ausencia de ángulos rectos. Contienen generalmente una habitación común de 20 a 25 m² y
algunas estancias anexas. La pieza principal dispone de bancos y plataformas para sentarse y dormir, de un hogar
rectangular elevado del suelo y de un horno para hacer pan, sirviendo para un amplio abanico de actividades
domésticas. Las habitaciones auxiliares se usaban como almacenes y se accedía a ellas desde la sala principal por
unas aberturas bajas. Las habitaciones se mantenían escrupulosamente limpias: los arqueólogos han identificado
muy poca basura o desechos en el interior de los edificios, pero los montones de desperdicios que hay en el exterior
de las ruinas contienen aguas residuales y restos de comida, así como significativas cantidades de ceniza vegetal.
Posiblemente, cuando hacía buen tiempo muchas de las actividades diarias se realizarían en las terrazas, que así
podrían haber formado un espacio abierto similar a una plaza. Al parecer, en época tardía en las terrazas se
construyeron grandes hornos comunales. En el transcurso de los siglos las casas se fueron renovando mediante
demoliciones parciales y reconstrucciones sobre unos cimientos formados por escombros, lo cual provocó el
crecimiento de la colina. Se han descubierto hasta 18 niveles de asentamientos.

Murallas y torre de Jerico (Palestina) ca 7500 ac.


Este es el caso de la bíblica ciudad de Jericó,
uno de los asentamientos estables y
permanentes más antiguos de la historia de la
humanidad, ya que sus primeras
construcciones monumentales datan del
período Neolítico, incluso previo a la
aparición de la cerámica y de una agricultura
avanzada. Así es que, desde el llamado
Período Neolítico Acerámico, fechado entre el
8.000 y el 7.600 a.c., ya existían los famosos
muros de Jericó (los mismos que aparecen
siendo destruídos por las trompetas de Israel
dirigido por Josué, en el Antiguo Testamento)
y una torre que medía por lo menos 8 metros
de altura, aunque se ignora la altura original que habría
alcanzado en su tiempo.
Jericó se encuentra en la actual Cisjordania palestina, a 8 km
del Mar Muerto y a 27 km de Jerusalén, cercana al río Jordan,
en la parte inferior de la cuesta que conduce a la meseta
montañosa de Judá. De hecho, como forma parte de la
profunda cuenca del Mar Muerto, se halla a 240 mt bajo el nivel
del mar. Se la conoció desde tiempos remotos como "la ciudad
de las palmeras".
Las primeras excavaciones arqueológicas realizadas por Ernst
Selin entre 1907-1909 se concentraron en un montículo
artificial llamado Tell es-Sultan, localización original de la
milenaria ciudad, a unos 2 km de su ubicación actual. Sucesivas excavaciones, realizadas por John Garstang (1930-
36) y sobre todo, Kathleen Kenyon (1952) permitieron sacar a luz
hallazgos de la vida antiquisima de esta ciudad. Del período
Neolítico acerámico y del 8000 ac datan un conjunto de casas de
planta circular, semienterradas y con piso de losas de piedra,
paredes de ladrillos de adobe o barro, las que eran usadas
posiblemente como graneros semisubterráneos. En su interior se
encontraron instrumentos básicos como dientes de hoz, morteros,
machacadores y molinos para procesar el grano.

Casa circular (granero) del Jericó neolítico precerámico.

Pero lo más notable de las construcciones de este periodo era el


primer muro defensivo de la historia, construido de piedra, de 2
mts de ancho, 6 mts de alto y 800,mts de largo, que rodeaba este enclave de unos 3000 habitantes. En estos muros
se erguía la primera torre alta también de piedra (foto), que a su vez mide unos 10 mts de diámetro, 8 mts de
altura por lo menos (de acuerdo a lo que se conserva) y un corredor interior con escaleras, de unos 1.7 mts (foto
inferior). La construcción de este sistema nos habla de un grado de organización y jerarquización social de sus
habitantes inédito hasta ese momento en otros centros neolíticos.

Los motivos existentes detrás de la construcción de este sistema defensivo, que pasa a ser el primero en la historia
de la humanidad, no están claros. Es posible que se debiera a la eventual riqueza de Jericó, que posiblemente no
provenía de la agricultura, sino que del comercio. Jericó se ubica en un lugar estratégico, dentro de las rutas
comerciales entre Asia y África, lo que sugiere su vocación comercial y sugiere que tal vez cobrara una cuota por
el tránsito por la zona, más que dedicarse a producir materias primas. Se postula que extraía sal, betún y azufre,
los que vendería a los pueblos beduinos de la zona. No hay evidencia de cultivos propios ni de ganadería en esta
época.
Estos muros ya tenían más de 7000 años de antigüedad cuando aparece en el lugar el pueblo de Israel, tal como
nos relata la Biblia (Josué 6). Este pueblo, que acababa de terminar el Exodo de 40 años por el desierto de Sinai y
una vez muerto Moisés, se dirigía al mando de Josué hacia la tierra prometida. Tras cruzar el rio Jordán, cuyas
aguas se abrieron del mismo modo que las del Mar Rojo antes, Dios le ordenó a Josué que todo el pueblo diera
una vuelta completa cada día alrededor de los muros de Jericó durante 6 días, y que al 7° día, dieran 7 vueltas
completas a la ciudad y que posteriormente 7 sacerdotes tocaran sus trompetas de cuerno y el pueblo proclamara
en fuerte griterío. Entonces, los israelitas observaron con asombro como los muros de la ciudad se desplomaban
solos, y entraron a la ciudad apoderándose de las riquezas para el Arca de la Alianza e incendiaron la ciudad
completamente.
Las investigaciones de Garstang comprobaron que el muro había caído desde adentro hacia afuera, no como
hubiera podido ocurrir producto de un asedio exterior, y se encontró además abundante grano quemado, hecho
consistente con la narración bíblica de que la conquista habría ocurrido en la época de cosecha y que la ciudad no
fue rendida por el hambre, sino que por la caída de las murallas tras un rápido asedio. La única controversia se
refiere a las fechas: Garstang dató este acontecimiento en el 1400 ac., pero los hallazgos de los primeros
asentamientos israelitas en Canaan datan del 1220 ac., fecha más compatible con la secuencia histórica del Exodo.
Pero estas últimas dataciones no son definitivas, y podrían variar.

Craneo Modelad ode jerico (Palestina) ca. 6000 ac.

El pensador y la mujer de Cernavoda


Dos de los más interesantes objetos prehistoricos encontrados en el actual territorio rumano son los llamados "el
pensador y "la mujer sentada " de Hamangia, que tras su descubrimiento se convirtieron en un símbolo de la
espiritualidad del país, a través de su popularización en sellos, tarjetas postales, manuales escolares, anuncios
publicitarios, etc..
En primer lugar, estos no proceden del yacimiento
de la Hamangia (en la provincia de Tulcea), sino
de Cernavoda (provincia de Constanza), aunque
ambos estén en las orillas del Danubio. En los años
50, al norte de esta última ciudad, famosa
después por su central nuclear, fueron
descubiertos gran cantidad de restos
arqueológicos, incluidos un gran cementerio
neolítico.

El descubrimiento tuvo lugar por las obras del


canal Danubio-Mar Negro, que tiene su origen en
la ciudad de Cernavoda. Por causa de la erosion
natural del suelo, estos restos estaban en la base
de una colina, aunque esta no era su posicion inicial, y los objetos de las tumbas se encuentran mezclados. En el
curso de la excavacion del año 1956 se encuentran muchos restos humanos, vasos de ceramica y, entre ellos, las
dos figuras citadas.
La primera de las estatuillas halladas representa a un hombre sentado con los codos sobre las rodillas, sosteniendo
la cabeza con las manos. Su actitud de concentración y meditación es muy expresiva, estilizada en planos
triangulares, y con detalles marcados, como la huella de las palmas en la mejilla. Junto a esta, se encontró la de
una mujer, también desnuda, redondeada, del tipo de las diosas madres, en una posición poco común, con una
pierna extendida y la otra plegada. Ambas piezas están dotadas de una gran plasticidad.

Las dos figuras descubiertas en Cernavoda se encuentran entre las más antiguas y bellas manifestaciones artísticas
del hombre. No se sabe exactamente el significado de las representaciones, y tampoco si las dos figuras fueron
concebidas como parte de un conjunto o como piezas individuales.

Se cree que la mujer tiene relación con la fecundidad, siendo este tipo de estatuillas comunes en la prehistoria
humana. La pieza masculina, sin embargo, es bastante original, y no se encuentran manifestaciones similares en
otras culturas. Se le llamo "el pensador" porque parece que la expresión y la postura indican, como hemos dicho,
meditación y concentración, aunque otras teorías creen que podría representar el dolor o el luto.

Ambas fueron realizadas hace casi 7000 años, y forman parte de la denominada como cultura d Hamangia. Esta
fue una cultura del Neolítico Medio de Dobruja (Rumanía y Bulgaria) del norte de los Balcanes, que incluía el área
del Danubio, cuya evolución comienza durante la segunda mitad del 6.000 a. C. Recibe el nombre del lugar Baia-
Hamangia.

Los rasgos característicos de la cultura de Hamangia eran la producción de vasos cerámicos decorativos con
complejas decoraciones de dibujo geométricos y terracotas de figurillas humanas que expresaban una profunda
espiritualidad en contraste con la vida cotidiana. En particular, las dos figurillas de las que hablamos en esta
entrada, que están consideradas obras maestras del arte Neolitico.

Kara Brae
Es un asentamiento neolítico que se encuentra en la bahía de O´Skaill en las
Islas Orcadas y que podemos fechar aproximadamente entre el 3100 y el
2500 a.C. Está considerado el poblado neolítico mejor conservado y más
completo de Europa conocido por algunos como la “Pompeya escocesa”.
Es un núcleo de lo más curioso y está rodeado de misterio. El primero su
descubrimiento que fue posible gracias a una tormenta. Fue en 1850 cuando
un gran temporal asoló las las islas británicas que, tras pasar, sacó a la luz este
fantástico hallazgo.
Son 9 casas del mismo tamaño (unos 40 m2) y con un mismo tipo de planta, un espacio cuadrado con chimenea
central. Es un emplazamiento único, ya que en sus casas encontramos diferentes espacios con un mobiliario
realizada en piedra: espacios de almacenamiento, sillas, compartimentos que parecen ser camas y depósitos de
almacenamiento. Pero eso no es todo, además estas casas tenían cerraduras, un sistema de desagüe y hasta una
sistema elemental de “fontanería” en las paredes que permitía evacuar los desechos.
Dentro de las casas se encuentran también unos curiosos espacios estancos de los que se desconoce su función,
aunque parece ser podrían haber sido utilizados para almacenar moluscos. Resulta también muy llamativo que
una de las viviendas sólo pudiera abrirse desde fuera lo que nos hace pensar en que tuviera una función de cárcel
(algo curioso en un poblado que albergaba unas 50 personas).
Skara Brae tiene más de 5000 años de antigüedad, siendo más
antiguo que Stonehenge y las pirámides egipcias.
No conocemos que les llevó a establecerse en este alejado lugar
pero si que permanecieron en él durante 600 años. Pero entonces
inesperadamente desaparecieron sin que se sepa su causa, aunque
hay indicios (collares y diversos tipos de instrumentos
abandonados) de que la marcha fue rápida. Las teorías de porqué lo
hicieron son muchas, algunos hablan de un empeoramiento
climático y otros la llegada de algún peligro que los forzó a huir,
aunque hay ninguna segura.

ARTE MEGALITICO:

CRÓMLECH DE STONEHENGE (Gran Bretaña)


Sucesión de menhires (“piedra larga” en
bretón) agrupados formando un círculo
(en bretón “crom” - círculo + “lech” -
piedra) localizada en Reino Unido. Se
inscribe dentro de la arquitectura
megalítica que se desarrolló desde el final
del Neolítico y los inicios de la Edad de los
Metales (5.000-2.000 a.c.). Estas
construcciones mágico-religiosas se
encuentran en Europa Occidental desde
Gibraltar hasta el Mar del Norte, en el
Mediterráneo y en la zona nórdica. Son
construcciones propias de sociedades
jerarquizadas socialmente y que ya
dominaban las técnicas del metal, en
particular el bronce. La función de la
arquitectura megalítica podía ser de
enterramiento colectivo, santuario para el
culto de las fuerzas de la naturaleza (en especial el culto al Sol), observatorio astronómico, etc. El tipo más sencillo
de estas construcciones es el menhir.

ALINEAMIENTO DE CARNAC (Francia)


Sucesión de menhires (“piedra larga” en bretón) localizada en
Francia. Se inscribe dentro de la arquitectura megalítica que
se desarrolló desde el final del Neolítico y los inicios de la Edad
de los Metales (5.000-2.000 a.c.) Estas construcciones
mágico-religiosas se encuentran en Europa Occidental desde
Gibraltar hasta el Mar del Norte, en el Mediterráneo y en la
zona nórdica. Son construcciones propias de sociedades
jerarquizadas socialmente y que ya dominaban las técnicas
del metal, en particular el bronce. La función de la
arquitectura megalítica podía ser de enterramiento colectivo,
santuario para el culto de las fuerzas de la naturaleza (en
especial el culto al Sol), observatorio astronómico, etc. El tipo
más sencillo de estas construcciones es el menhir.

El dolmen de Menga
Es un monumento megalítico, formando parte del Conjunto
Arqueológico Dólmenes de Antequera. Se encuentra en el recinto
primero junto al dolmen de Viera, en la zona monumental denominada
Campo de los Túmulos.
Se trata de un sepulcro de corredor, conforme a la tradición atlántica de
dolmen de galería cubierta. Está construido con grandes piedras
verticales (ortostatos) y horizontales (cobijas). En la planta se distinguen
un atrio, un corredor y una gran cámara funeraria de 6 m de anchura y
3,5 m de altura. Sus dimensiones son colosales teniendo en cuenta que
la longitud total del conjunto alcanza los 27,5 metros, que la cámara del
fondo tiene 3’5 m de altura y 6 m de anchura, lo que supone que la
última cobija llega a pesar unas ciento ochenta toneladas y la presencia de pilares intermedios, un recurso
constructivo muy raro en el megalitismo europeo. Otra singularidad que no encuentra referentes en Europa es la
presencia de un pozo profundo y estrecho en el fondo de la cámara. Presenta en el primer ortostato del corredor
una serie de grabados antropomorfos en forma de cruz así como de estrella. La estructura del dolmen se cubre
con un túmulo de 50 m de diámetro, como el dolmen de Viera.
Construido en el 3750-3650 a.C. aprox. (Neolítico),345 la primera
referencia al dolmen de Menga aparece en una licencia del Obispo
de Málaga en 1530, autorizando la construcción de un pequeño lugar
de oración en una finca próxima a este bien. A lo largo de los siglos
XVII y XVIII se menciona en numerosas publicaciones de carácter
histórico-artístico aunque no es hasta 1847 cuando se redacta la
primera monografía científica al respecto, la Memoria sobre el
templo druida hallado en las cercanías de la ciudad de Antequera,
provincia de Málaga, del arquitecto malagueño Rafael Mitjana y
Ardison. Las intervenciones de conservación y musealización in situ que se han venido realizando desde mediados
del siglo XX no han modificado su estructura ni imagen, por lo que se mantiene auténtico en su integridad.

Las tumbas de corredor cruciformes


Son un tipo más complejo que la tumba de corredor simple, y que es propio de Irlanda, el oeste de Gales (Reino
Unido) y las Islas Orcadas (Escocia, Reino Unido) y que fueron construidas durante el Neolítico tardío, desde
alrededor del 3 500 a. C., y posteriormente.
Se distinguen por un largo pasillo que conduce a una cámara central con un techo en voladizo, falsa cúpula de
ménsula. Desde ella, las cámaras funerarias se extienden en tres direcciones, dando la impresión, en conjunto, de
una distribución en planta con forma de cruz. En algunos casos, las tres cámaras originales se extienden en otras
subcámaras. La red de cámaras está cubierta por un [[cairn] y, a
menudo, éste rodeado por un bordillo, o peristalítico.
Un rasgo común es la presencia de arte megalítico grabado en las
piedras de las paredes de las cámaras y los techos. Diseños abstractos
es lo habitual, especialmente las espirales y zig zags.
Ejemplos de este tipo de construcción, en las tres áreas geográficas
donde se construyeron, son: Newgrange en Irlanda, Barclodiad y
Gawres en Anglesey (Gales) y Maeshowe en las Islas Orcadas.

Maeshowe, cairn con cámara.


Maeshowe: (Islas Orcadas – Escocia) el más grandioso complejo de
tumbas neolíticas de Europa occidental.
Data de alrededor de 3000 a. C., Maeshowe es un gran cairn
con cámara y sepultura de corredor. Howe como elemento
de un nombre, en el nórdico antiguo la palabra haugr
significa montículo o túmulo, es común a lo largo de las Islas
Orcadas. El montículo de hierba esconde un complejo de
pasajes y cámaras construidas con losas de piedra arenisca
cuidadosamente elaboradas que, en escala y logro tiene
pocos iguales en la Europa prehistórica. Además, se orienta
de modo que la pared posterior de la cámara central, un cubo
de aproximadamente 4,5 metros cúbicos, se ilumina en el
solsticio de invierno. Le da su nombre al tipo Maeshowe de
cairns de cámara que incluyen otros sitios importantes, como
Cuween Hill, Quanterness y Wideford Hill, y en Quoyness en Sanday.
Después de que cayó en desuso durante la Edad del Bronce,
Maeshowe fue reabierto y utilizado siglos más tarde por los
vikingos entre el IX y el XII de nuestra era. Los escandinavos
dejaron una serie de inscripciones con runas en las paredes
de piedra de la cámara, algunas de las cuales fueron escritas
por un grupo de cruzados en el invierno de 1153-1154. Más
de treinta inscripciones individuales siguen siendo, una de
las mayores colecciones de este tipo en Europa.

La monumental tumba de cámara de Maeshowe es


simplemente el mejor edificio del Neolítico en el noroeste
de Europa. Construida hace unos 5.000 años, es una obra
maestra del diseño y la construcción de piedra del neolítico, al menos no por el uso de enormes piedras
individuales. La creación de la arquitectura monumental como debe haber presentado un gran desafío para
nuestros remotos antepasados, trabajando sin el beneficio de las herramientas de metal o maquinaria motorizada.
También representa claramente un enorme compromiso social por ellos.
Maeshowe se sienta en uno de los más ricos paisajes del Neolítico en Europa. Un lugar de círculos de piedra,
pueblos y monumentos funerarios, donde la gente vivía, adorando y honrando a sus muertos. Junto con otros
supervivientes Maeshowe increíble de esa edad lejana, entre las que destacan las Piedras de Stenness, el Anillo de
Brodgar y la aldea de Skara Brae. Esta riqueza fue reconocida oficialmente en 1999, cuando estos monumentos
fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial del Corazón neolítico de las Orcadas del sitio del Patrimonio
Mundial. Maeshowe es muy similar a Newgrange (Irlanda).
Una tumba monumental Maeshowe oculta su
monumentalidad, por el exterior aparece como un
montículo herboso. (“Howe” La palabra se deriva
del antiguo nórdico de una colina.) Sólo cuando
entramos en el portal único y caminar a lo largo de
su paso stoopingly piedra larga y en la central, de
piedra de la cámara, nos vemos intimidado por su
atmósfera. Detrás de nosotros, sólo un destello de
luz pequeña llama. Nos sentimos alejados del
mundo exterior. La cámara central es bastante
pequeño, sólo 4,7 m3 en todo, pero todo lo demás
es monumental. La formación de la mayor parte de cada pared del pasaje de 10 m de largo es una sola losa, piedra
arenisca gigante, que pesa hasta tres toneladas. En cada esquina de la cámara central es una magnífica piedra de
pie. Y fuera de la cámara central de tres células de lado, los pisos, las paredes del fondo y el techo de los cuales
son placas de una sola piedra.

En pleno invierno Maeshowe


Sabemos que una época del año fue particularmente especial
para la gente que utiliza Maeshowe. El paso de suave pendiente
es cuidadosamente alineados de tal forma que al ponerse el sol
durante las tres semanas antes y después del día más corto del
año (21 de diciembre) a la luz del sol brilla directamente por el
pasillo y se ilumina la parte posterior de la cámara central. Los
rayos del sol se alinean con un monolito, la piedra de Barnhouse,
de pie SSW 800 de Maeshowe. El acontecimiento se retransmite
en web.
Un mojón chambered formó como un cono embotado esto mide
300 pies (91 m) en la circunferencia, y fue rodeado por un foso
aproximadamente 90 pies (27 m) de su base. El 7 metros de
altura colina tiene un diámetro de unos 35 metros. La colina un
pasillo interior que lleva a un + – 5 metros de sala de alta. En cada una de las esquinas de la sala cuadrada es un
gran menhir incorporado. Es posible que estos menhires sean los restos de un círculo de piedra, utilizado aquí para
la construcción de la tumba.

Se cree para haber sido construido como una tumba para una familia de cacique alrededor 2500 A.C. El mojón es
probablemente de la misma edad que las piedras permanentes cercanas famosas del Anillo de Brodgar.
Dentro Maeshowe – estas paredes hechas de piedras embaladas y arcilla han resistido el paso del tiempo bien. El
callejón largo de abajo qué da brillos de luz del sol en pleno invierno, son el centro del cuadro.
Los otros han especulado que el sol representó un renacimiento o un rito de fertilidad, y que a la hora más oscura
de la tierra las almas de los muertos fueron llevadas por la luz del sol. Otra teoría sugiere que como el sol de pleno
invierno marcara la vuelta a la vida la entrada de sol en la tumba marcó la continuación de vida de aquellos que
habían fallecido.

Entrar entre las enormes rocas que componen la entrada es hacer un viaje al pasado. Las grandes losas crean un
angosto pasadizo adintelado que mide más de 18 metros. Nos aconsejan quitarnos las mochilas y enseguida
comprendemos por qué. En algunos puntos, el pasillo de enormes bloques apenas nos deja avanzar de costado.
Contaron, los primeros que se adentraron en esta ‘cueva’ allá por el siglo XVII, que había que reptar para llegar a
la gran sala central. Hoy, es algo más cómodo. El corredor está lleno de extraños símbolos tallados en la roca.
Espirales, triángulos, círculos, líneas que forman intrincados meandros... Nadie sabe su significado.
Una de las grandes piedras con grabados que forman el zócalo del
túmulo de Newgrange, en Irlanda.
Las últimas dataciones obtenidas para Newgrange (Condado de Meath,
Irlanda), indican que el enorme túmulo y su tumba de corredor se
construyó entre el 3.300 y el 2.900 antes de Cristo; esto es, mil años
antes que Stonehenge (Reino Unido) y casi medio milenio antes de que
los faraones empezaran a enterrarse en las grandes pirámides de
Egipto. Los hombres y mujeres que vivían en torno al Valle del Boyne,
en el que se han localizado multitud de estos monumentos megalíticos,
emplearon más de 40 años en construir esta enorme tumba de 90
metros de diámetro y más de 13 de altura. En la base, justo donde el
túmulo entra en contacto con la fértil tierra irlandesa, los constructores
neolíticos de Newgrange colocaron enormes piedras talladas con
símbolos propiciatorios con las que trataron de atraerse el favor de las
fuerzas de la naturaleza.

Entrada al corredor de Newgrange, en Irlanda.

Un imponente muro blanco realizado con pequeñas piedras de cuarcita


mira al sol naciente acentuando la espectacularidad del gran túmulo. Multitud de piedras negras, intercaladas de
forma regular, componen una fachada llena de ritmo que sorprende aún hoy. Al iniciar los trabajos de excavación
en la década de los 60 del pasado siglo, los arqueólogos se encontraron con los restos del muro blanco que
reconstruyeron gracias a la tradición oral de la zona; cuentos y leyendas que hablan del lugar como la tumba de
uno de los fiannas (guerreros) más importantes de la mitología céltica, aunque el nombre de Newgrange alude al
uso como granero de la tumba durante generaciones. Una fila de menhires rodeaba el montículo aunque se cree
que fueron colocados allí más de un milenio después de la construcción del ‘cairn’ por las primeras sociedades de
la Edad del Bronce que se asentaron en el lugar.

Entrar entre las enormes rocas que componen la entrada es hacer un viaje al pasado. Las grandes losas crean un
angosto pasadizo adintelado que mide más de 18 metros. Nos aconsejan quitarnos las mochilas y enseguida
comprendemos por qué. En algunos puntos, el pasillo de enormes bloques apenas nos deja avanzar de costado.
Contaron, los primeros que se adentraron en esta ‘cueva’ allá por el siglo XVII, que había que reptar para llegar a
la gran sala central. Hoy, es algo más cómodo. El corredor está lleno de extraños símbolos tallados en la roca.
Espirales, triángulos, círculos, líneas que forman intrincados meandros... Nadie sabe su significado.
De lo que no cabe ninguna duda es que este corredor orientado al Sureste sirvió para determinar el día exacto del
solsticio de invierno y que el sol, lo mismo que en esas islas lejanas y cálidas, jugaba un papel fundamental en la
religión de aquellos hombres y mujeres. El corredor se abre a una sala de planta cruciforme cerrada en su pare
superior por hiladas sucesivas de piedras que forman una falsa bóveda sellada con arcilla y pequeños guijarros
labrados. El silencio es sepulcral. Un sepulcro mágico. En el lugar se encontraron los restos carbonizados de, al
menos, cinco individuos. ¿Lugar de encuentro con los
antepasados?; ¿tumba de los grandes hombres y mujeres de
aquella sociedad lejana?; ¿Lugar de conexión con las fuerzas
sobrenaturales a través de los restos de los antiguos
sacerdotes?; ¿Sacrificios humanos? Quizás alguna vez lo
sepamos.

En todo caso estamos ante una construcción especial. En el


Valle del Boyne se han localizado 25 tumbas de corredor y
sólo Newgrange tiene esta disposición astronómica. Algunos
podrían pensar en que puede ser una curiosa casualidad, pero
la precisión con la que sus constructores orientaron el
corredor certifica que lo hicieron e manera intencionada. Las palabras de Michael O’Kelly, arqueólogo de la
Universidad de Cork que excavó y restauró el monumento en la década de los 60 del siglo XX, después de un 21 de
diciembre ilustran la milimétrica precisión con la que los constructores neolíticos orientaron en pasaje:
“Exactamente a las 9,54, hora oficial británica -escribió-, el borde superior de la esfera solar apareció en el
horizonte; y a las 9,58, el primer rayo de luz directa penetró por la abertura y atravesó la galería, llegando hasta el
límite frontero del empedrado de la cámara del fondo. La delgada línea de luz se fue ensanchando hasta
convertirse en una franja de 17 cm de anchura, iluminando de manera espectacular la tumba y permitiendo ver
con claridad varios detalles de las cámaras, e incluso el techo abovedado, gracias a la luz reflejada en el suelo. A
las 10,04, la franja de luz comenzó a estrecharse, y a las 10,15 el rayo directo dejó de incidir en la tumba”.

Dolmen de Aitzkomendi Aguilaz


Ruta al Dolmen de Aitzkomendi en Egilaz junto a la carretera N-1,
a 8 kilómetros de Zadorra Etxea
Breve historia
Ricardo Becerro de Bengoa realiza una visita al dolmen hacia 1878
y comenta “trepamos a la pequeña alturita: allí en el fondo, en la
concavidad de la artificial acumulación de tierras está el
grandioso dolmen de Eguilaz; el magnifico sepulcro de los
guerreros Celtas. Mide el montículo 280 pasos de perímetro en su
base. El monumento se compone de 6 megalíticas piedras calizas,
y una arenisca, (la que mira al norte), puestas en pie, de cerca de
70 centímetros de espesor por 3 metros de altura, coronadas por
otra colosal del mismo grueso y de más de 4 metros de longitud
por 3 de anchura. Descubierto en 1832, por un labrador que araba con sus bueyes en aquel término, fue explorado
es su interior, donde se hallaron multitud de esqueletos, cuyos cráneos bien conservados aún, tenían muelas
perfectas y de un color natural en sus mandíbulas. Halláronse también varias puntas de lanza o o flecha de cobre,
algunos de cuyos restos se enviaron a la Academia de San Fernando, con una memoria que escribió el entonces
alcalde de Salvatierra, Don Pedro Andrés de Zabala, (Enero de 1833). Dice este señor en ella, entre otras cosas
curiosas, que los esqueletos eran de hombres y muchachos, ninguno de mujer; y que además del dolmen se
descubrió un camino cubierto, que iba a dar a él desde el borde inferior del montículo, formado por grandes piedras
y de poco más de 1 metro de altura, y otro tanto de anchura; y que en la tierra de alrededor había muchas cenizas
y vestigios de fuego...”
La última persona enterrada en el dolmen de Aizkomendi, fue un soldado de Napoleón que huía de Vitoria en 1813.
Los botones imperiales de su casaca aparecieron entre los más de 300 cuerpos desenterrados en este túmulo
funerario del Neolítico, el más grande y el primero en ser descubierto en el País Vasco en 1831.
5.000 años después de ser construidos con la técnica más simple, se seguía usando como fosa alternativa al
cementerio católico.

Menhire del museo de St Germanin en Laye ca 2000ac.


EDAD DE BRONCE
El carruaje solar de Trundholm (en danés Solvognen)

Es un objeto de la edad de bronce nórdica tardía descubierto en Dinamarca, que ha sido interpretado como el sol
arrastrado por una yegua, pudiendo tener una relación con elementos de la mitología nórdica tardía encontrados
en fuentes del siglo XIII. En la actualidad pertenece a la colección del Museo Nacional de Dinamarca en Copenague.
Data concretamente del año 1300 a. C.
Un campesino, Frederik Willumsen, encontró el carro del sol el 7 de septiembre de 1902 la primera vez que pasó
su arado por la marisma de la localidad de Trundholm, en la región de Sjælland, Dinamarca. Lo llevó a su casa y
dejó que su hijo jugara con el caballo, creyendo que la figura era solo un pedazo de juguete antiguo. El carro del
sol, sin embargo, ya estaba dañado desde la Edad del Bronce, ya que posiblemente se hundió en el pantano como
una ofrenda. En 1998, un detector de metales reveló en el mismo lugar otros fragmentos de las seis ruedas.
El carruaje solar de Trundholm es una estatua de bronce y oro, que comprende un disco de 25 cm, con una altura
total de 59 cm. El elemento equino se encuentra sobre una estructura que comprende cuatro ruedas. Bajo el disco
también hay ruedas, conectadas asimismo al resto del objeto. Todas las ruedas tienen cuatro radios. Para su
realización se recurrió a una técnica de repujado y cera perdida en hueco.

EDAD DE HIERRO:
El carro de Strettweg (Steiermark, Austria)
Apareció entre el ajuar típico de un varón de alcurnia, consistente en una urna de bronce, varias placas de cinturón,
una punta de lanza, piezas de guarnición de caballería, cerámica y un hacha de hierro. En el vehículo de cuatro
ruedas viajan un buen número de figuras, reducidas a volúmenes geometrizantes, y simétricamente dispuestas. El
centro lo ocupa un personaje femenino superior que lleva pendientes y cinturón como únicos adornos de su cuerpo
desnudo. Eleva los brazos hacia atrás en una curva pronunciada y sostiene un vaso muy abierto que reposaría en
su cabeza. Por delante y por detrás van dos personajes que sujetan las ramificaciones de la cornamenta de un
cérvido. A ambos lados desfilan dos jinetes en sus caballos, armados ellos de escudo oval, casco cónico y lanza
corta. A la figura central la preceden sendas parejas de hombres itifálicos con hachas y mujeres con pendientes.
Cabezas de toros o de bueyes, emergen de las barras que sujetan las ruedas.
The Cult Wagon of Strettweg, o Strettweg Sacrificial Wagon, o Strettweg Chariot es un carro de culto de bronce de
ca. 600 aC, que fue encontrado como parte de una tumba principesca de la cultura de Hallstatt en Strettweg cerca
de Judenburg, Austria, en 1851. Además de la carreta, otros objetos funerarios, como joyas, ánforas de bronce,
armas de hierro, y la pegajosidad y el arnés de engranajes se encontraron.
El vagón se compone de una placa base de forma cuadrada y abierta con cuatro ruedas con radios. Una figura
femenina aprox. 32 cm de alto con un objeto en forma de cuenco en las manos levantadas se encuentra en el
centro del vagón. El cuenco también se sostiene a los lados con dos soportes en forma de tijera. Recientes trabajos
de restauración y el examen por expertos ha concluido que el cuenco atribuido a la carreta hasta ahora no se ha
demostrado de manera concluyente que originalmente hayan sido parte de la furgoneta de culto [cita requerida].
Además del portador de la tetera, muchas otras figuras en forma de personas paradas y montadas, así como
animales similares a los ciervos y los caballos están presentes en el vagón. La escena representada se interpreta
como un sacrificio. El carro presumiblemente sirvió como objeto de culto para el consumo de una libación.

El vagón de sacrificios de Strettweg fue restaurado en 2009 y se exhibe en el recientemente rediseñado Museo de
Arqueología de Styrian Universalmuseum Joanneum en Schloss Eggenberg en Graz. Una copia está en exhibición
en el museo en Judenburg.

Palinólogos de la UB estudian los excepcionales restos textiles de la tumba celta de Hochdorf, en Alemania
Los investigadores de la UB Yolanda Llergo y Santiago Riera, palinólogos del Seminario de Estudios e
Investigaciones Prehistóricas de la UB (SERP), dirigido por el catedrático de la UB Josep Maria Fullola, han iniciado
el estudio de los tejidos de la tumba principesca del siglo VI aC en Hochdorf (Baden-Wurttemberg, Alemania). La
importancia de este resto arqueológico radica en el hecho de que se ha conservado un amplio y rico ajuar funerario
formado por joyas, armas y mobiliario de madera, bronce y oro, que pertenecía a una personalidad celta de alto
rango de la sociedad hallstáttica, una cultura de transición entre la edad del bronce y la del hierro que se extendió
principalmente por Europa central. El excelente estado de
conservación de la tumba hizo posible constatar que había
contenido un riquísimo ajuar textil del que persisten algunos
restos, lo que convierte el hallazgo en excepcional puesto
que los yacimientos arqueológicos raramente incluyen
tejidos.
La tumba, descubierta en 1978 en la localidad de Hochdorf,
estaba construida bajo un túmulo de seis metros de altura y,
según las evidencias encontradas, hasta ocho comensales
habrían celebrado allí un copioso banquete en honor del
difunto. También habrían bebido, en cuernos decorados con
oro, la hidromiel contenida en un caldero de quinientos litros
de capacidad. Respecto a los restos textiles, se comprobó
que el cuerpo del difunto llevaba un vestido azul y que había
sido envuelto con finas telas de colores vivos. Además, la cámara y el mobiliario habían sido forrados con telas de
colores y todo el conjunto se había decorado con flores.
Las muestras de los tejidos ya han llegado a la UB para que los investigadores del SERP inicien el tratamiento de
extracción de polen. Yolanda Llergo y Santiago Riera ya han extraído con éxito granos de polen retenidos en tejidos
procedentes de enterramientos. Sus estudios ponen de manifiesto que los análisis polínicos en textiles
arqueológicos permiten obtener información valiosa sobre los usos funerarios de las plantas, utilizadas para el
tratamiento de los cuerpos, como plantas aromáticas o como ofrendas simbólicas y decorativas. La presentación
de estos trabajos, en 2011, en el Simposio del Norte de Europa sobre Textiles Arqueológicos (NESAT XI) despertó
el interés de la arqueóloga Johanna Banck-Burgess, de la Oficina Estatal de Conservación de Baden-Wurttemberg.
Esta investigadora, que actualmente desarrolla un proyecto único de estudio, conservación y restauración de los
textiles de la tumba de Hochdorf, propuso a los expertos de la UB que se ocuparan del análisis polínico de los
tejidos de este excepcional yacimiento arqueológico .
Actualmente, la tumba de Hochdorf forma parte de la gran exposición «El mundo de los celtas», que se puede
visitar en la ciudad de Stuttgart hasta el 17 de febrero.

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