Entender La Motivacion Animal
Entender La Motivacion Animal
Entender La Motivacion Animal
Es más fácil entrenar a un caballo, una mula, un buey o cualquier otro animal si
uno antes descubre qué lo motiva. Los caballos, así como otros animales, se
mueven a partir de cuatro impulsos básicos: (1) el miedo; (2) la agresión; (3) las
respuestas aprendidas y (4) los instintos.
La agresión verdadera
Comportamiento instintivo
Los instintos, o patrones fijos de acción, son esquemas de comportamiento que
están fuertemente arraigados en un animal, como si fueran un programa de
computación. Estos programas innatos de conducta no dependen del aprendizaje,
sino que se ponen en marcha cuando los desencadena cierto estímulo específico
que los especialistas en comportamiento animal denominan signo. Las aves
tienen muchos más patrones de comportamiento instintivos que los mamíferos.
La danza de apareamiento de los pájaros es un buen ejemplo de conducta
instintiva. En sementales y toros, el pliegue del labio o flehmen es un caso de
acción instintiva, que se desencadena al olfatear una hembra en celo. Muchos
comportamientos reproductivos son instintivos y están fuertemente arraigados. Si
se presiona con la mano la frente de un ternero, es posible que se desencadene
una reacción de toparnos. Esto puede convertirse en algo peligroso cuando el
animal sea adulto. Si se quiere inducir a un ternero a adoptar una postura sumisa,
habría que acariciarlo en la papada o en la cruz, nunca jugar a los topetazos con
él. Los comportamientos instintivos suelen interactuar con los aprendidos. El
comportamiento de apareamiento es instintivo, pero con quién se lo hace es algo
aprendido. Carneros criados por cabras nodrizas intentarán montar cabras cuando
maduren. Para establecer un comportamiento normal de apareamiento, los
animales criados como huérfanos deberían ser mantenidos en corrales con
miembros de su propia especie. La alimentación a biberón durante algunas
semanas no bastará, habitualmente, para que el animal quede fijado al ser
humano, siempre que se lo ponga en corrales con otros congéneres. La
comprensión de las bases de la motivación del comportamiento hace más fácil
hacer frente a ese comportamiento y mejorar el rendimiento del animal. El miedo
al castigo puede empeorar las cosas, aunque pueda hacer falta ejercer algo de
fuerza para frenar una agresión verdadera. Cuando se enfrenta una agresión, hay
que imitar los patrones de comportamiento instintivos naturales del animal. Un
toro que está preparado para atacar hará un despliegue lateral para demostrar
cuán grande es, poniéndose de costado y mirando a quien se propone dominar.
La amenaza lateral es un comportamiento amenazante instintivo, una expresión
innata de agresión, y si un toro la ejecuta contra personas, puede ser realmente
muy peligroso. Algunos toros se subordinarán y se alejarán cuando la persona
haga una imitación de la amenaza lateral, mostrando una imagen agrandada de sí
misma. Si el toro no se somete y aparta, debería ser descartado para evitar que
algún día mate a alguien. Cualquier toro que cargue contra la gente en una
pastura es potencialmente peligroso y debería ser eliminado del rodeo. La
agresión de los toros contra las personas debe ser prevenida criándolos en grupos.
Los animales más pequeños, como los cerdos o las alpacas, pueden ser
dominados si se ponen agresivos mediante el uso de patrones de agresión típicos
de la especie. Personalmente, he impuesto mi dominio con eficacia sobre más de
un cerdo joven presionándolo en el cuello con una tabla de madera, en el mismo
lugar en el que un cerdo dominante lo habría mordido. La crianza social de los
animales, sin embargo, es la mejor manera de evitar problemas de identidad
equivocada. El ejercicio del dominio sobre un animal no significa golpearlo hasta
que se someta. Durante el entrenamiento, todos los animales responden a los
condicionamientos positivos, tales como un premio alimenticio, las caricias, o
hablarles amablemente. Los entrenadores deben usar los condicionamientos
positivos para enseñar a los caballos, al ganado bovino y a otros animales a hacer
determinadas tareas. En cualquier competencia, los animales preparados
mediante estímulos positivos responden mejor que los tratados a fuerza de
latigazos. Los premios son mejor motivación que el miedo.
Debe tomarse en cuenta el arraigado instinto gregario del caballo, es decir la adquisición de seguridad que lleva al animal
a tener aceptación por la disciplina y sumisión. Ésto implica que siempre tratará de volver junto a los compañeros de su
especie o permanecer junto a ellos. La soledad en que viven cuando están en su estado doméstico, los priva de seguridad,
lo cual dá como resultado rasgos comporta mentales, y en algunos casos neuróticos, es poco probable que se presente
cuando viven juntos. Se puede mantener al caballo aislado, pero en consecuencia será más propenso a acarrear
problemas, y la reacción puede acentuarse hasta un nivel inaceptable.
El aspecto gregario puede combatirse de varias formas, como las carreras, las cuales son una simulación de la manada en
huída, otra es el deporte de la caza, donde el potro saltará obstáculos en compañía de varios de su misma raza y otro tipo
de animales.
Puede superarse el instinto natural, mediante adiestramiento, como cuando el caballo abandona la manada por un tiempo,
pero incluso en este caso se diseñan las pistas dando atracción al corro, comenzando por los obstáculos más fáciles y
siguiendo con los grandes y difíciles en posición tal que el caballo salte en dirección al corro.
El sentido de seguridad que encuentra el caballo en ser miembro de una manada está estrechamente relacionado con el
instinto gregario, el cual es un factor de gran importancia que por lo general no se aprecia lo suficiente.
Por lo anterior es recomendable tener al caballo en compañía con otros congéneres, para darle el sentido de seguridad,
como se presenta al estar relacionado con su manada, en el caso de ser doméstico, es de gran prioridad mantener el
caballo en compañía de otros. Debe tomarse en cuenta la ubicación de las caballerizas en relación con el campo de
entrenamiento, ya que si éste está próximo, el caballo tendrá mayor concentración para dar un paseo que tomar sus
alimentos, y cuando esté en la cuadra, estará enfocado en alimentarse.
La cuadra puede utilizarse en beneficio propio, al igual que el instinto gregario, como buen caballista se sabe que el animal
alza las orejas y apresura el paso cuando se le devuelve a la cuadra después de un ejercicio matinal ya que su mente está
ocupada en alimentarse y en este estado es poco probable que se dé cuenta de los peligros de la ruta y de otros
obstáculos que le preocuparon en el camino de ida. Al acostumbrar a los caballos jóvenes, al tráfico el buen jinete deberá
elegir, por tanto, un camino tranquilo para salir de la cuadra y otro más bullicioso para volver.
El que un animal sea tranquilo y receptivo, es necesario proporcionarle un alto grado de seguridad la ausencia de ésta
puede presentarse cuando existe cambio de cuadra, las reacciones pueden ser diversas. Es decir no va a ser el mismo
comportamiento el de un animal de campo al de uno que vive en la ciudad con sus altos edificios, el ajetreo cotidiano y los
diversos ruidos.
Debemos estar preparados para las reacciones que el animal presente cuando existe algún cambio de vivienda y tener
paciencia hasta que el animal tome confianza y retome la seguridad que siente que ha perdido, este proceso puede tomar
aproximadamente dos meses.
La confianza es otro factor que surge directamente del la condición gregaria, es decir cuando el animal se encuentra en
estado salvaje, es controlada y guiada por un macho dominante, el cual impone la disciplina sobre sus miembros y cuya
sagacidad depende la seguridad de todos. En estado doméstico, la necesidad de caudillaje predomina de igual forma, ya
que se establece la ley del más fuerte, como ejemplo los castrados apartan una o dos yeguas del grupo, protegiéndolas
igual que el macho entero, exhibiendo características tales como marcar territorio con las deyecciones y la orina. El caballo
acepta la autoridad del hombre en sustitución de la del jefe de manada, tratándolos adecuadamente, depositan toda su
confianza en su amo, del cual depende su bienestar. Es importante mencionar que a pesar de aceptar esta condición
pondrán a prueba su autoridad, ya que es exactamente el mismo comportamiento que usan cuando están en manada, tal
es el ejemplo de las resistencias que se presentan en el entrenamiento. También se enfrenta el entrenador al nerviosismo
y agitación, ésto como resultado del instinto de huída, así como a diversos ruidos que aunque parecen insignificantes les
causa gran temor, también vemos este tipo de reacciones en los olores que no les son familiares; la respuesta a este tipo
de manifestaciones además de presentar el comportamiento de huída puede presentar corcovas, lo cual es normal, ya que
es parte de su instinto de defensa.
El espanto es algo con lo cual se debe trabajar con mucha prudencia, ya que éste no se ausenta del animal con un mínimo
esfuerzo, al contrario se debe persuadir al animal a que toque o huela el objeto que le causa este efecto, repitiendo en
varias ocasiones la tarea, hasta que el animal con la confianza que tiene a su monta recobre la seguridad que había
perdido en un momento determinado. Algo que es muy importante aclarar es que para que el animal pierda el miedo se le
debe ayudar en todo momento nunca castigándolo ya que si ésto sucediera lo único que conseguiríamos sería arraigar el
sentido de nerviosismo y miedo hacia los pequeños o grandes obstáculos que se le presentaran.
El caballo no es un animal agresivo, posee una gran sensibilidad y su tolerancia es mínima, y es gracias a esta sensibilidad
la que ha ayudado al hombre a domesticarlo, tal es el caso cuando se le dá un golpe ligero con la fusta larga en el flanco,
éste aprieta los cuartos, también tenemos el ejemplo del freno el cual con mayor frecuencia se cree que éste lo muerde,
cuando es lo contrario, huyen de la molestia y al tirar de éste el jinete su respuesta es más urgente a escapar al dolor.
La resistencia abierta de los caballos no es común, a menos que el animal se encuentre ofuscado o excitado, al ser
dominados por el miedo, actuando en contra de su naturaleza ésto es más notorio en las horas de alimentos cuando
presentan signos agresivos como echando para atrás las orejas o coceando, ya que en estos momento puedan estar
experimentando una regresión.