Arte y Belleza en La en La Estetica Medieval
Arte y Belleza en La en La Estetica Medieval
Arte y Belleza en La en La Estetica Medieval
Las estéticas de la proporción, cuarto capítulo de este libro, consta de cinco subtemas que
engloban los antecedentes que se tienen de autores y teorías que aluden a la belleza.
En primera instancia, se trata la tradición clásica, donde la simetría y la armonía son la piedra
angular del pensamiento de personajes como San Agustín y Vitrubio. El primero definía la
belleza como la armonía entre las partes, lo cual habla de que una pieza bien conjugada será
bella.
El Canon de Policleto toma relevancia, ya que es considerado un dogma estético. Hasta aquí las
proporciones, la armonía, la simetría y en general toda muestra de unión pulcra y ordenada en
una obra, son lo formalmente bello, pero será en la estética musical donde este paradigma de
paso a los números como base de belleza en el arte.
Esto no quiere decir que la proporción como tal esté fuera, al contrario, ya que la filosofía de las
proporciones de la cual habla Boecio, prima en lo que él postula. Pero será la música la que
tome protagonismo en la segunda parte, no solo como sonido, sino también como un arte que
puede ser bello y agradable.
Boecio dice que el músico es quien teoriza al respecto, mientras que el compositor e intérprete
carecen de la pericia de un teórico. Sin duda es un pensamiento rígido y conservador, que no
condice con lo que se cree o manifiesta en la actualidad.
Eco otorga relevancia a conceptos como consonancia, armonía y modos musicales, lo que deja
entrever que la música como arte es mucho más compleja que el uso de acordes, notas y
compases. Asimismo llama la atención la teoría pitagórica de La Armonía de las Esferas, en la
que cada planeta puede formar una disonancia al emitir un sonido simultáneo.
Con la Escuela de Chartres, Umberto Eco alude al tópico de la naturaleza, la que rige el mundo
y viene a ser la fuerza de la cual depende el destino de las cosas. Es por ello que la frase “La
belleza del mundo es todo lo que aparece en sus elementos singulares, como las estrellas en el
cielo, los pájaros en el aire, los peces en el agua, los hombres en la tierra.” posiciona a dicho
concepto como un eje fundamental dentro de lo que valoramos como bello.
En Homo Quadreatus, el autor centrará como pieza clave al número. Pero no cualquier dígito es
símbolo de perfección. En primer lugar el número 4 representaría la perfección moral, y en el
texto pareciera que no es casualidad que existan 4 puntos cardinales, misma cantidad de
estaciones y fases lunares.
En la parte final de este capítulo, Eco da cuenta de una interesante evolución del uso de la
proporción, y es que el hecho de que se modifiquen ciertas ideas estructurales a favor de la
forma simétrica, es síntoma de un deseo de perfeccionar las creaciones.
En estos 5 aspectos que el autor trata, se despejan ciertas nociones artísticas, principios y teorías
que originan lo que entendemos por proporcionalidad, y lo que en la edad media se entendía
como belleza. Cada categoría aporta con lo que se estaba gestando en esa época, pero aun así el
texto carece de una linealidad mucho más visible en cuanto a fechas y lugares. Sabemos el
contexto general, pero falta especificar ciertos hechos que harían de La Estética de las
Proporciones una descripción mucho más hilada y congruente.