Coaching Según Forbes

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COACHING SEGÚN FORBES

¿Qué hace el coaching?: funciones y bondades

Michael Jordan tuvo un Coach, y no fue quien lo entrenó en la cancha. Bill Gates tiene un
Coach y este no sabe necesariamente de computadoras. ¿Quién trabaja con tu mente?

Grandes empresarios, celebridades, políticos y artistas, el día de hoy tienen un coach. Esto
que exploto en la década de los noventas, se ha convertido en parte de la cotidianeidad de
muchos, pues siempre es necesario que alguien nos haga “darnos cuenta” de lo que podría
ser mejor o más certero para nosotros. ¿Pero cómo funciona?

La función de la metodología del coaching es guiar un proceso dialógico que, con base en
preguntas, ayuden a una persona a:

1. Descubrir puntos ciegos en su forma de ver, actuar y conducirse en cualquier


aspecto de vida o negocios.

2. Ayuda a esclarecer de forma importante las problemáticas personales que


generan afectación en negocios y vida, ventas, desarrollo de relaciones,
seguridad personal, y cualquier aspecto relacionado o vinculado con las actitud,
acción y comportamiento de los individuos.

3. Genera contexto para comprender la problemática a partir del diálogo hasta


encontrar problemas, o caminos que la persona no logra ver por sí sola por
pertenecer al problema en el que se habita.

4. Genera estrategias y esclarece una serie de pasos a seguir para conseguir los
resultados deseados

5. Motiva y apoya el compromiso de los individuos con ellos mismos y con sus
acciones

6. Brinda poder mediante el seguimiento de las acciones y consolida oportunidades


de crecimiento o mejora.

Recordemos que el coach no orienta, sólo pregunta, hace las labores de un indagador
inteligente a partir de una metodología muy clara de siete pasos. En la cual las personas se
certifican y que a diferencia de lo que se piensa cuesta mucho trabajo y horas de práctica
perfeccionar. Pues hay dos factores que se relacionan para que un coach sea bueno:
Habilidad y analítica.

¿Para quiénes sirve?

El Coaching aporta valor a las personas que se encuentren en cualquiera de estas fases:

 Personas que no saben que quieren.


 Personas que sí saben lo que quieren, pero no saben cómo lograrlo.
 Personas que saben lo que quieren, saben cómo lograrlo, pero no emprenden
acciones.
 Personas que saben lo que quieren, saben cómo lograrlo, emprenden acciones,
pero no logran el resultado deseado.
 Personas que saben lo que quieren, saben cómo lograrlo, emprenden acciones,
logran el resultado deseado y buscan mejorar, o conseguir más.

¿Porque funciona?

A diferencia de otras formas de apoyo el coaching guía un proceso cuya agenda es la del
individuo, y no una impuesta por quien brinda el apoyo.

Por otra parte, es la única metodología que trabaja con incitar al individuo a responderse
sobre la generación de acciones distintas a las que se le ocurren de manera simple, detona
el compromiso personal, y aportan valor informático, sistémico, procesal, mental y
emocional que impacta en los individuos, cuestión que permite trabajar inclusive con formas
y puntos ciegos que al mismo individuo le sería imposible conseguir analizar.

Pues bien, para hablar de funcionamiento primero debemos comprender que en este
intervienen dos partes, el coach (quien tiene la metodología, habilidad y analítica y guía el
proceso mediante preguntas) y “el coachee” (quien recibe el apoyo)

Pensemos pues, que cuando tenemos problemas, no siempre podemos resolverlos solos.
Ya que muchos de estos tendrán relación con nuestra forma de ser y hacer las cosas,
cuestión que, a nivel mental, funciona de manera automática. Piénsalo así: Si tu mente
fuera una cuerda y esta estuviera anudada, sería difícil, ser juez y parte de quien la
desanudara, pes la visión está dada desde el interior de la cuerda.

Un coach busca generar un apoyo mediante preguntas que permitan que las personas
encuentren las respuestas, sin la necesidad de asesorarle, cuestión que resulta mucho más
poderosa ya que el mismo individuo hace “Eureka” de lo que requiere hacer, sin que le
digan. Lo que estimula de mucho mejor forma la oportunidad de realizarlo.

Es mucho más fácil que una persona haga lo que “tiene” qué hacer si está convencida de
ello, pero sobre todo si se da cuenta por sí mismo que así es. Y no porque le digan o le
convenzan de ello. En este sentido resulta sumamente poderosa la metodología, pues
detona en el individuo los mecanismos de resolución, con un factor clave de aceptación y
aprobación, nacieron de él mismo y para él mismo. De ahí que funcione, se acepte y se
emplee de mejor manera que otras formas de apoyo.

17 verdades sobre el coaching que nadie te dice

Son verdades que serán cómodas para algunos e incómodas para otros, pero debes saber,
por ejemplo, por qué de pronto hay tantos coaches.

¿Qué es el coaching? ¿Quién es coach y quién no? ¿Qué pasa con esta actividad en
México y en la web? ¿Cómo saber qué coach es mejor? ¿Qué pasa con las certificaciones?
¿Existen tipos de coaching? ¿Por qué de repente hay tantos “coaches”? Y las asociaciones
¿cómo figuran?

Comencemos con estas verdades, que serán cómodas para algunos e incómodas para
otros, para que descubras parte de lo que está detrás de esta actividad profesional: lo
bueno, lo malo y lo que nadie te va a decir.

1. La gente en general no sabe qué es el coaching y cree que cualquiera que ayuda a otro
es un “coach” en “algo”. Confunden asesoría, mentoría, consultoría y terapia con coaching
y cada una de ellas tiene su diferencia.

2. El coaching es un proceso metodológico, que se aprende y lleva años perfeccionar (la


práctica hace al maestro, y su perfeccionamiento implica horas de actividad). El coach
genera preguntas puntuales, trabaja con la mente, los significados, las creencias, las
actitudes, los comportamientos y las acciones de las personas, para que ejecuten lo que
requieren, y así logren lo que nunca han hecho.

3. La base del coaching es la ontología, el estudio del ser. El coaching, por principio, se
enfoca en las significaciones y resignificaciones del individuo, para con ello trabajar las
distintas áreas de su vida, motivar, construir estrategias y concretar cambios por medio de
acciones.

4. Si la persona que lo estudia y lo pretende dar, no es psicólogo o comunicólogo


(semiólogo), requiere de al menos otra herramienta para filtrar la información que el
coachee (aquel que toma el coaching) comunica, para así analizar y estudiar sus procesos
mentales de significación. Hay quienes lo estudian con PNL (Programación
Neurolingüistica), que hasta el momento es la estructura más conocida para hacerlo (pero
no necesariamente la más efectiva). Un semiólogo con estudios en psicología y análisis del
discurso está más preparado para esta actividad que quien sólo estudia PNL y no tiene un
background adecuado (sencillamente es más fácil aprender la PNL). No obstante, las
capacidades y alcance dependerán de la práctica y habilidades del coach en el desarrollo
del proceso.

5. El coaching, por principio, es ejecutivo. La intención última de su estudio y puesta en


práctica es implementar acciones y ejecutarlas con seguimiento de tu coach. Una vez que
hemos logrado la resignificación de las creencias o concepciones mentales para que la
persona avance “sin traba” alguna, se generan estrategias y tácticas, caminos y acciones
claras y contundentes.

6. No hay tipos de coaching. La metodología sólo es una. Quienes somos coaches de vida,
negocios o laborales, utilizamos adaptación del coaching uno a uno a estos espacios y
sumamos herramientas complementarias para darlo. Decimos, pues, que somos coaches
que por praxis nos especializamos en un área. De ahí que digan que son de vida, negocios,
etc. Podemos tener también otros respaldos como ser capacitadores, haber trabajado en
consultoría estratégica y utilizar otras herramientas. Pero cuando nació el coaching, nació
con una búsqueda primaria de trabajo en consultorio uno a uno. El resto son adaptaciones
con herramientas.
7. Es absolutamente cierto que un coach puede conseguir resultados increíbles en la vida
de las personas, su empleo, su labor profesional o su negocio, pero el trabajo con ello, y
los alcances, dependerán tanto del coach como del coachee. Un taller te puede ayudar,
pero el crecimiento y el conseguir algo increíble lleva mucho más: implica trabajo y proceso.

Lo que está pasando (que muchos ocultan o nadie dice)

8. Con el creciente auge del optimismo exacerbado en las redes sociales, ahora confunden
coaches con gurús del “sí se puede”. La motivación es algo básico, pero sólo una parte del
coaching. Recuerda que un verdadero coach lleva a cabo la metodología; el coaching
verdadero es mucho más que motivación. Existen “coaches” que dicen serlo y no lo son
(sobre todo en redes sociales), personas que desconocen la metodología, que no hacen
trabajo uno a uno, etc., todo lo que haría un auténtico coach, y se dicen coaches
simplemente porque hacen talleres. Muchos de ellos han comprado seudocertificaciones
en línea avaladas por organismos que sólo pretenden hacer negocio haciendo coaches al
por mayor. Podría nombrar, incluso, “certificadores internacionales” en estos formatos, y
personas que lo que te venden son audiolibros, que no digo que estén mal, pero es una
práctica poco profesional para el crecimiento de la actividad y la percepción del coach en la
sociedad. Y ahora resulta que “todas son certificaciones internacionales”. ¡Aguas! Se ve
constantemente en el mercado “Nuevos coaches”, que poco han implementado la
metodología y lo que están haciendo es una mala preparación del coach, pero, eso sí, un
gran negocio haciendo coach al que pague, dándole una embarradita de lo que el coaching
es, oportunidades de negocio que quieren convertirse en franquicias de coaching,
vendiéndole un nombre a quien quiera hacerse coach, nombre que, a la larga, no
garantizará nada (porque hay algunos tan mal formados que sin darse cuenta desacreditan
la misma marca).

9. El tema de las asociaciones es, quizá, uno de los más polémicos. Sí existen asociaciones
de talla internacional que acreditan a coaches mediante terceros, que dan las famosas
certificaciones internacionales, de las cuales he tomado algunas. El tema es el seguimiento
que le dan a su gente. Y es algo complicado. Tienen estructuras que buscan garantizar que
los coaches implementen la metodología donde los coaches deben grabarse
implementándola para que ellos los acrediten. Como parte del proceso, los coaches que
quieran pertenecer a la organización también deben comprobar que cobran por ello y, por
tanto, que es una actividad profesional. Algunos, incluso, piden referencias de sus
coachees. Después, para pertenecer se debe pagar una anualidad.

Las asociaciones no son más que grupos de personas, y las hay de ingenieros, arquitectos
etc. Y en ocasiones, como en todos lados, existen favoritismos. Son casi como los premios
Oscar. Hay quienes tienen que demostrar muchísimo más si no son los amigos del
presidente en turno, etc. Esto en el tema de las grandes multinacionales. Hay muchas otras
asociaciones que se van formando para hacer sus adeptos. Pero lo que sí sucede en la
mayoría es que, con el afán de cobrar año con año la anualidad, simple y sencillamente se
olvidan de hacer las cosas bien para ayudar, apoyar y hacer que la labor se profesionalice
de manera contundente. Cosa que, entiendo, no es fácil.

El tema viene cuando sus miembros dejan de pagar; se le quita el respaldo, hasta por un
olvido, y no hay quien diga esta boca es mía. Las asociaciones, como todo, son un negocio,
y eso está bien, pero ¿quien termina regulando la eficacia y eficiencia y pertenencia de esta
hermosa actividad? Sí reconocen al principio y luego dejan de hacerlo. Entonces ¿son o no
son?

Para varias de ellas, los intereses personales han entrado en juego, y las ganas de hacer
negocio. Han sobrepasado sus estatutos, lo que también hace que haya muchos malos
coaches en sus listas.

El tema con las licencias y las certificaciones en otro punto, porque con tantas ganas de
hacer negocio, ahora cualquier capacitador (que incluso no era coach) se puede volver un
certificador internacional en coaching con el respaldo de la asociación, haciéndose
capacitador de la actividad, pagando la licencia, para dar la certificación.

Las asociaciones pueden ser un respaldo, pero no son la solución para saber quiénes son
los buenos o malos coaches, quiénes sí desarrollan bien la actividad y quiénes no, pues
regulan lo que pueden y reconocen o no a sus miembros cuando les conviene. Y ésta es
una incómoda realidad de muchas.

10. ¿Qué pasa en la web? Ahí hay de todo. Coaches que estudiaron y lo aplican, otros que
seudoestudiaron y lo seudoaplican, y la mayoría restante que no son coaches, y no lo
aplican. En este espacio todo se ha vuelto muy marketero, cosa que no es que esté mal. El
problema es lo que las personas obtienen; la labor de muchos de ellos es grupal y no uno
a uno. No le dan el justo acompañamiento a la gente. Las motivan en talleres, les hacen
conseguir algo momentáneo cuyo crecimiento no dará para mucho más, porque se
quemaron su mercado (alcance estadístico). Esto pasa con negocios en línea o publicidad.
Y luego los abandonan, cosa que un coach profesional no haría nunca.

11. Un coach sabe que todo crecimiento real es un proceso y está contigo codo a codo,
sesión tras sesión, hasta conseguir el objetivo. Si verdaderamente hace coaching, él
enfocará todo lo que es y todo lo que sabe en tu crecimiento. Si tienen muchas más
herramientas (además del coaching) para conseguir buenos resultados, te explicará qué
parte es coaching y qué no y te ayudará. Un coach ejecutivo de alto nivel, te dará coaching
uno a uno, y no lo hará de forma grupal, sino individual, hasta que superes tus propias
expectativas varias veces, trabajando con tu caso específico.

12. Muchos “coaches” utilizan como imagen una falsa figura de “gurú” o de “multimillonario”,
como si sólo su imagen estrafalaria, o su mercadotecnia estratégica, consiguieran los
resultados en su vida y en la vida de las personas. Asegúrate de su nivel, resultados y
seguimiento.

13. Un excelente coach logra cosas extraordinarias concretando con sus coachees cosas
que, por principio, ellos no podían concebir a nivel mental. Checa sus casos de éxito y si
implementa la metodología. Si no, y si tiene casos de éxito, tal vez sea un gran asesor o
mentor, pero no un coach, así que diferéncialo, porque en la herramienta que utilice quizás
está tu resultado. Quizá no necesitas un coach, o un mentor, sino un asesor, pero eso debes
checarlo tú y ver qué es lo que ofrece y cómo.

14. Todos los días nacen nuevos seudocertificadores producto de nuevos coaches, que, de
hecho, poco han hecho coaching, y lo que hacen es repetir sus cursos, lo que lleva a que
muchas “certificaciones” no lo sean. ¡Infórmate! ¿Ve qué ofrecen?

15. Si tú ya estudiaste coaching, sabes qué es y qué no es el mismo. De ti depende si


sumas o no otras formas de apoyo. Para mí, lo más importante es llevar a tu coachee a
ganar, lo importante es aclararle qué es y qué no es coaching, y así las personas logren
identificar esta increíble labor.
16. Los procesos de “3” niveles en los que se dice hacen coaching, no hacen coaching, sino
una mezcla de estructuras de apoyo de la superación personal, el new age, estructuras de
arquetipos y hasta constelaciones familiares, todo mezclado, impactando en la gente, pero
dejándola irresponsablemente a la deriva en muchos momentos de los procesos.

17. Y ésta es, quizá, la verdad más grandes de todas. Y es que empoderan tanto a los
coaches recién egresados en sus “certificaciones” que muchos de ellos se creen los
mejores del mundo desde el día uno y pierden el piso. El coaching es un proceso
metodológico que lleva años perfeccionar y hacer en excelencia. No lo olviden.

El coach: más allá de sólo inspirar

No basta contar con el capital humano correcto, es necesario que sea bien dirigido y
desarrollado por su capitán. Por eso, el CEO y los diferentes niveles directivos de la
empresa deben desarrollar habilidades de coaching.

En esta temporada del año es recurrente ver en las noticias información sobre equipos
deportivos que gastan importantes sumas de dinero por hacerse de los servicios de atletas
de élite, con el fin de reforzar su plantel, ser competitivos, satisfacer a sus seguidores y
cumplir el objetivo de ganar el título y ser el mejor de su liga.

Para esa tarea, se reúne el director técnico —encargado de mover los hilos del equipo—
con los directivos de la institución para presentar un proyecto que cumpla con las exigencias
deportivas y las metas establecidas durante la temporada, qué jugadores comprar, qué
elementos están transferibles, dónde se realizará la pretemporada, duelos amistosos,
compromisos con los patrocinadores, entre otras actividades a cumplir.

Pero una vez armado el plantel con grandes jugadores, probados por sus habilidades y
talento, en algunos casos durante el desarrollo de la temporada no se dan los resultados,
no llegan las victorias, no se cumplen los objetivos y parece que los atletas han perdido el
toque y la pasión por su camiseta. La calidad no está en duda, pero entonces surgen las
preguntas: ¿El equipoestá bien dirigido? ¿El timonel está aprovechando al máximo su
potencial, tanto individual como en grupo? De no hacerlo, se traduce en pérdidas
económicas y fracaso.
Este escenario no dista mucho del mundo corporativo, ya que las compañías buscan cada
año armar un equipo directivo competitivo, con elementos talentosos y comprometidos que
ayuden a alcanzar sus objetivos de negocio. Pero no basta contar con el capital humano
correcto, es necesario que sea bien dirigido y desarrollado por su capitán.

Es por eso que el CEO y los diferentes niveles directivos de la empresa deben desarrollar
habilidades de coaching para dirigir a sus equipos de trabajo y desarrollar su máximo
potencial. Al ser un término que viene del mundo del deporte, el coach tiene habilidades y
competencias en los campos de la observación y la escucha. El perfil de un
buen coach incluye ser positivo, directo, observador, entusiasta, confiable, orientado a la
meta, paciente, claro y seguro.

Al tener una visión analítica del grupo y de los individuos, establece una radiografía e
identifica lo que le está faltando al equipo para alcanzar el resultado deseado. Además, al
aprender y desarrollar la escucha profesional permitirá hacer las preguntas correctas y
recibir las respuestas para aclarar y comprender a su equipo de trabajo, con la ventaja de
no pensar por ellos o malinterpretar. Se minimiza la sordera profesional, ya que no es lo
mismo oír que escuchar.

De esta manera, el coach detecta en los ejecutivos o equipos qué competencias,


cualidades o habilidades no se están poniendo “en juego”, con el fin inspirarlos a través de
compromiso, seguimiento y supervisión para que las apliquen y desarrollen, así como
acompañarlo en su proceso de aprendizaje y entrenamiento.

Dentro de los beneficios de aplicar el coaching se encuentran la mejora en el trabajo en


equipo y las relaciones entre compañeros de trabajo, mayor satisfacción por el empleo,
disminuye los conflictos, se establece una política de confianza y responsabilidad dentro de
la empresa y con los clientes, se facilita la retroalimentación y se aprende de ella, desarrolla
el liderazgo, así como conocer las áreas de oportunidad y cómo capitalizarlas.

En resumen, el resultado de un proceso continuo de coaching corporativo son ejecutivos


que no sólo saben hacer correctamente y con excelencia su función, sino que amplían sus
competencias para obtener desempeños que ayer eran imposibles imaginar y, por
consecuencia, se cumplen los objetivos de negocio de la compañía.
Dentro de mi carrera profesional he estado bajo la dirección de más de 100 gerentes, de
los cuales sólo 12 impactaron e inspiraron mi vida profesional, al retarme y tomarse un
tiempo para compartir su conocimiento y experiencia en beneficio de mi trabajo y
crecimiento profesional.

Como diría el politólogo estadounidense Jonathan Pool, “la mayoría de los profesores
enseñan hechos, los buenos profesores enseñan ideas y los grandes profesores enseñan
cómo pensar”. Esa es la tarea del coach, ser ejemplo dentro y fuera de la cancha y mostrar
el camino hacia el éxito y el logro de los objetivos. ¿Usted, está listo para ser el timonel que
inspire al equipo a ir más allá de sus metas?

Las confusiones más generalizadas del coaching

Es momento de bajar el volumen en esta que es una de las conversaciones más ruidosas
en el mundo empresarial, del desarrollo y la vida personal: la conversación sobre el
coaching.

Es hora de hablar con la verdad. Es momento de bajar el volumen en esta que es una de
las conversaciones más ruidosas en el mundo empresarial, del desarrollo y hasta la vida
personal: la conversación sobre el coaching.

Las consecuencias de ignorar estas que son las confusiones más generalizadas en el
mundo del coaching pueden ser fatales, y de hecho muchas de estas consecuencias ya
están generando que la industria viva una era de desprestigio y descalificación.

Primera confusión: El coaching es una moda o una nueva forma de hacer las cosas.

Se dice que el coaching como lo conocemos surge en los años sesenta o setenta. Inclusive
hay decenas de coaches allá afuera que se llaman a sí mismos los “fundadores” del
coaching o los “precurspreses del coaching del coaching en español”, etc. Estoy aquí para
decirte que, si bien el término coaching puede ser relativamente nuevo en sus más
modernas aplicaciones, la práctica como tal es prácticamente tan antigua como las más
antiguas civilizaciones.
De forma mucho más precisa, quiero decirte que es totalmente válido afirmar que el
coaching surge en la antigua Grecia, cuando Sócrates empieza a usar el término
“Mayéutica”, que era un concepto para referirse al acto de ayudar a nacer a un bebé.

Sócrates empieza a aplicar este principio, pero aplicado al nacimiento de nuevos


pensamientos, en dónde él trabajaba directamente con las personas haciendo las
preguntas correctas para que sus estudiantes concluyeran por sí mismos conclusiones y
aprendieran de una forma experiencial.

Como casi en todo, los griegos ya sabían cómo hacer las cosas, lo que sucede es que
durante mucho tiempo nos olvidamos, y a mediados del siglo pasado empezamos a
redescubrir la mayéutica con diferentes nombres, entre ellos coaching.

Segunda confusión: Todos necesitan un coach.

De hecho, no, de hecho, hay muchas personas que pasarán toda su vida sin realmente
necesitar un coach. Es verdad que el trabajo personal siempre suma, y que el crecimiento
es algo que nunca está de sobra, eso es verdad. Lo que sucede es que trabajar con un
coach es solamente una de muchas formas de superarse como persona.

Están por ejemplos quienes aprenden mediante la lectura, mediante el ejemplo, mediante
la religión, la meditación, la introspección, el trabajo, la auto observación, etc.

La realidad es esta: Existen 3 grandes áreas en las que una persona puede dar o recibir
coaching.

 Área número 1: Coaching de vida.

El coaching de vida es útil para todos aquellos que tienen problemas en su vida personal
porque están atorados con creencias limitantes sobre sí mismos, sobre lo que merecen y
sobre lo que pueden alcanzar.

Trabajo personal, de relaciones sociales, de pareja y familiares son algunas de las


aplicaciones que un proceso de coaching de vida puede tener.
 Área número 2: Coaching de negocios

El coaching de negocios es el tipo de coaching en donde el coach trabaja con el coachee


en términos de productividad, trabajo en equipo, negocios, inclusive en algunos casos
cuestiones estratégicas y tácticas.

El coach de negocios puede complementar su práctica de coaching con actividades de


consultoría, auditoría, capacitación y más, pero esto es algo que depende 100% de las
habilidades del profesional y de las necesidades del coachee.

 Área número 3: Coaching de resultados

Esta es probablemente el área que gesta un mayor número de confusiones porque es en


dónde la actividad del coach es más variable.

El coaching de resultados suele ser un proceso de acompañamiento en donde el profesional


es un experto en un tema determinado y acompaña al coachee en un proceso hasta que
este alcanza los resultados deseados.

Algunos ejemplos son: coaching en ventas, coaching en relaciones de pareja y “dating”,


coaching de imagen personal, e inclusive el coaching deportivo entra en esta categoría.

Tercera confusión: Cualquier persona que quiera puede trabajar con un coach y tener
buenos resultados

Lamentablemente contratar un coach no es un acto de magia que va a trasladarse de forma


automática del lugar a donde estás en este momento a dónde quieres estar, de hecho,
antes de contratar un coach es necesario que te preguntes si verdaderamente te encuentras
en un momento de tu vida o de tu carrera en el que puedes aprovecharlo

Antes de contratar un coach necesito que sepas que tienes que convertirte en una persona
coacheable, ¿se entiende?

¿Cómo es una persona coacheable? Una persona coacheble es una persona que primero
es capaz de seguir instrucciones. El trabajo del coach es proporcionar una estructura, un
“framework”, y dar dirección dentro de esta estructura. Si tu empiezas a trabajar con un
coach, pero por soberbia o falta de fe, no eres capaz de jugar al juego de rol del liderazgo,
simplemente no te va a servir de nada.

Antes tienes que ser una persona capaz de seguir instrucciones y después puedes buscar
la ayuda de un coach que te lleve a alcanzar tus objetivos.

Cuarta confusión: Un coach puede ayudarte a resolver cualquier problema

Cada coach tiene una especialidad diferente, experiencia diferente, enfoque, prioridades,
método y vocación diferente a la de todos los demás. Si tienes un problema de vida,
negocios o resultados que es muy específico, lo que tienes que hacer es buscar al coach
indicado que haya trabajado en tu contexto y que honestamente sea capaz de ofrecerte
soluciones a tu problema.

Es como ir al doctor. Si tienes estrés y vas al cardiólogo puede diagnosticarte un problema


del corazón, si vas al psiquiatra quizás te diga otra cosa, o al psicólogo, misma situación.
Pregúntale a tu coach cuál es su especialidad antes de involucrarte en una relación que
quizás no te de los resultados que esperas.

Quinta confusión: No importa que el coach no viva la vida que promueve

He escuchado más de una vez: el coach no tiene la necesidad de vivir según su palabra, el
coach está ahí para facilitar. Esta es una forma de ver las cosas y está bien, pero si me
preguntas, el tipo de coach que yo más respeto es el que vive según su propia palabra y se
esfuerza en mantenerse en integridad total.

El trabajo del coach es inspirar, una de las mejores formas de inspirar es con el ejemplo, y
no puedes dar ejemplo si tu propia vida no es lo que prometes.

Es el error más común: contratar a un asesor en bienes raíces que no tiene inversiones
inmobiliarias, o contratar a un administrador de la riqueza que no tiene una riqueza que
administrar. Le guste a quien le guste, el coach debe vivir según sus principios y proyectar
integridad en cada acción, dentro o fuera del salón, antes y después de la llamada y esté o
no esté presente el coachee con el que está trabajando.
Sexta confusión: El coach debe ser perfecto

Así como el coach tiene la obligación de vivir siempre según sus principios es importante
que sepas que el factor humano siempre va a estar presente. El coaching es una de las
actividades más humanas y al ser el coaching una disciplina con un método social enfocado
en la persona y su desarrollo siempre existe la posibilidad de que el coach falle.

Si trabajas con un coach o si eres coach y en algún momento fallas o tu coach falla, recuerda
siempre que el coach como tu es una persona de carne y hueso y puede y va a tener
errores.

Séptima confusión: El coach debe motivar

Esta es una de las creencias más generalizadas, quizás heredada de las corrientes de
coachingen los Estados Unidos. La realidad es que hay una diferencia muy importante entre
un conferencista motivacional y un coach o un coach grupal.

El coach tiene la obligación de inspirar con el ejemplo, pero inspirar y motivar regularmente
son conceptos diferentes que conviene distinguir para evitar confusiones.

Motivar es cargar de energía, pero la motivación es temporal y se extingue con facilidad.

La inspiración en cambio es el proceso de empoderamiento a través del cual el coach aporta


ejemplo y herramientas prácticas para trasladar el poder al coachee de forma permanente.

Octava confusión: Cualquiera puede ser coach

La historia típica: alguien toma un curso de coaching o inicia un proceso de coaching, le


encanta y descubre su nueva pasión y su nueva vocación.

Déjame ser perfectamente claro contigo: el trabajo del coach es un trabajo que tiene que
ver con un llamado y una vocación de servicio, pero además hay habilidades que para bien
y para mal no todos tienen, no todos pueden desarrollar rápidamente y además no todos
los aspirantes quieren desarrollar.
Lo que ninguna escuela, ningún mentor, ninguna asociación y ninguna certificación te va a
decir es que hay habilidades que, si no tienes ya, te va a hacer muy difícil hacer un trabajo
significativo con las personas.

Algunas de estas habilidades son: la capacidad de escuchar, la inteligencia de sacar


conclusiones deductivas, la capacidad de tener un pensamiento claro y centrado en la
lógica, la capacidad de venderte, de marketearse, de distinguirte y de encontrar una
propuesta única de valor.

Novena confusión: Solamente puede ejercerse si tengo una certificación

La industria de las certificaciones de coaching es una de las industrias con más vicios en la
actualidad. Las técnicas de marketing de prácticamente todas estas asociaciones
promueven el mensaje: no puedes trabajar como coach si no tienes una marca global que
te avale.

La realidad es que muchos de los mejores de coaches que yo conozco no tienen


certificaciones, tiene resultados.

Hoy en día, decir “Soy coach certificado” tiene prácticamente ningún valor. Ser un coach y
tener determinados resultados, y que tus coachees tengan resultados es en realidad la
mejor forma de presentarte y de ejercer.

Décima confusión: Tener una certificación me dará las herramientas necesarias para ser
coach

De hecho, quiero decirte que la mayor parte de las certificaciones de coaching lo único que
harán es enseñarte las bases del coaching. No sé si me vayas a creer, pero hay
certificaciones que te dirán en un fin de semana lo que yo acabo de decirte en este texto.

Si vas a entrar a un programa de mentoría necesito que comprendas que los conocimientos
que te van a dar tienen muchas limitantes y que eres tú quien debe desarrollar tu propia
capacitación con base en tus características contextuales únicas.
Décima Primera confusión: No hay una forma correcta o incorrecta de hacer coaching,
cada quién tiene su estilo

La realidad es que, si hay una forma correcta de hacer coaching, lo veíamos en el primer
punto. No cualquiera puede empezar a dar consejos y trabajar con un grupo, es necesario
que comprendas la técnica de hacer preguntas poderosas y ver cómo llevar a tus clientes
con sus propios medios es la forma más rápida de enseñar y generar el cambio.

Los ocho poderes que te brinda el coaching

El coaching trabaja detonando preguntas, que conducen a eurekas mentales. Saber


escarbar es la clave. Hasta hacer que te respondas cosas que por ti mismo no hubieras
podido jamás.Foto: escoaching.net

Con el coaching se consigue generar poder en los individuos no importando si son en temas
de negocios, laborales o de vida. Y su mayor poder reside en que las respuestas las arroja
el mismo individuo. Aquí nadie le intenta convencer, es el mismo el que encuentra el camino
y por lo tanto la validación del mismo es absoluta, tras no haber renuencia o involucramiento
del “convencimiento” al quitar “la lucha contra otro” misma que se da través de la razón.
Aquí son sólo unas razones las válidas “las propias” así que no hay guerra alguna sino
acompañamiento al encuentro con la luz interna, y el conocimiento.

El principio del coaching se basa en reconocer que los seres humanos podemos tener
increíbles y muy funcionales respuestas en nuestro interior, el punto es sencillamente que
para que estas salgan a la luz, es necesario detonarlas a través de preguntas. Tal y como
lo hacían los sabios griegos, y romanos.

El coaching consigue distintos beneficios, mismos que ayudan al individuo a obtener poder,
aquí planteo ocho:

1.- Obtener mejor información.

La información en sí misma nos brinda poder. Los peores errores se cometen casi siempre
sin información, o por el mal trabajo con la misma. Lo que nos respondemos a nivel mental
orientara las posibles acciones a emprender. Y si quieres tener mejores resoluciones y
respuestas en tu trabajo, negocio, o vida. Sin duda deberás hacerte mejores preguntas y
para eso el coaching se pinta solo.

2.- Comprender nuevas formas de ser.

Comprendemos que los seres humanos somos seres inconclusos, seres que estamos en
constante formación: Constructos. La metodología del coaching, nos permite escarbar en
el individuo la forma y el fondo de cómo su forma de ser actúa y por tanto, por medio de
preguntas plantear posibles nuevas formas de ser para obtener mejores resultados.

3.- Reconocer mejores mecanismos de acción.

Si algo no sucede en un negocio o en la vida de un individuo, es regularmente


responsabilidad de las decisiones acciones y mecanismos de quien lo ejecuta. El poder del
coaching sobre la forma y el fondo en cómo se ejecutan los negocios y las labores comunes
es genial, pues de tener un buen coach, este podría abrir las puertas para encontrar dentro
del sujeto formas mucho más eficaces de accionar dichos mecanismos.

4.- Implementar estrategias más eficaces o eficientes.

Por supuesto el encontrar mejores preguntas, resultará en mejores caminos posibles. Pues
todos sabemos que hay formas mucho más eficaces o eficientes de hacer “algo”. Por eso
el coaching ayuda como metodología, en la detección de mejores caminos, mismos que el
individuo no puede ver por sí sólo y es conducido a encontrar mediante el manejo de
preguntas.

5.- Reafirmar el compromiso de manera interna.

Si algo lleva a las personas a ganar es su compromiso personal, si este está sustentado
con bases endebles se romperá. Por ello es vital encontrar mejores bases, o razones mucho
más sólidas y significativas para un sujeto que las aparentes. El compromiso de las
personas para conseguir sus resultados es un importante comienzo, y por ello un gran
beneficio que brinda el coaching.

6.- Encontrar motivadores personales que nos mantengan interesado.


Existen motivadores externos al individuo, que le generan recompensas importantes para
realizar acciones que le den resultados. Saber encontrar motivadores personales es algo
que buscan hacer el 100% de los coaches -al menos los que siguen la metodología-.

7.- Activar detonadores que le den el suficiente poder a los motivadores.

¿Por qué algunas personas no consiguen lo que se proponen, siguiendo los mismos pasos
que le han servido a otras? Es una increíble pregunta. Y debo confesarte la respuesta que
se ve en la praxis. El 99.99% de los coaches olvidan encontrar la relación de los
motivadores con sus detonadores internos. Y muchas veces porque estos segundos son
mucho más difícil de encontrar que los primeros además de implicar un entretejido mucho
más complejo de significaciones.

Muchos sencillamente se quedan en la parte de motivación, me parecería importante y es


un increíble beneficio del coaching que se activaran detonadores internos, que son aquellas
significaciones profundas que les hace reaccionar poderosamente, al ser tocada. Un ámbito
que es una gran poder del coaching pero no siempre es totalmente conectado, pues implica
mucho más trabajo, no obstante una vez haciéndolo, no hay poder humano que haga que
el individuo no consiga el objetivo.

8.- Tener un seguimiento adecuado.

Si algo me lleva a conseguir resultados es tener el dedo en el renglón, actuar y ejercitar


en materia de negocios, laboral o de vida, para conseguir respuestas y resultados. El
seguimiento en el coaching apoya desde una perspectiva distinta esta labor que genera la
consecución de estrategias, acciones o tácticas que hacen que los objetivos se consigan.

Estos son sólo ocho de los beneficios que el coaching como metodología dialógica puede
hacer por ti. Y por ello es una gran herramienta de trabajo personal, la realidad es que
muchas de las más importantes respuestas están en nuestro interior, algunas relacionadas
muchas veces con conocimiento experiencial o sensible, la problemática se presenta
cuando no las vemos.

¿Y tú, qué tanto estás dispuesto a ver más allá de lo evidente?

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