Material Apoyo Eje 3
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Diego Liévano
EJE 3
Pongamos en práctica
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Afasia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Apraxia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Agnosia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Amnesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Cambios moleculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Rendimiento cognitivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Demencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Enfermedad de Parkinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
ÍNDICE
Los progresos de nuestra cultura pueden observarse no sólo en los desarrollos tec-
nológicos y científicos, sino en el aumento de la expectativa de vida, la cual supera
los 70 años en gran parte del orbe (Toro, Yepes, & Palacios, 2010); sin embargo, los
procesos de industrialización, la migración hacia las grandes urbes y el estableci-
miento de pautas comportamentales potencialmente peligrosas para la salud (entre
otras muchas razones), ponen en riesgo el alcance de edades progresivamente
mayores, gozando de un adecuado bienestar cognitivo, emocional y físico. Es por
esta razón por la que la primera parte de esta guía se orienta hacia el análisis de
las principales alteraciones neurocognitivas secundarias a lesión cerebral que con
INTRODUCCIÓN
Cuando se hace referencia a las afasias se incluye un conjunto de trastornos que afecta
alguna o algunas dimensiones del lenguaje previamente adquirido por los individuos; es
decir, el trastorno es secundario a una lesión cerebral. Por tanto, en esta categoría no
se incluyen las dificultades para la adquisición del lenguaje, lo cual se restringe exclu-
sivamente para el período de la infancia (González & González, 2012). Por otra parte,
aunque en algunas oportunidades, lesiones específicas producto de un ECV o TCE per-
miten comenzar a explicar ciertas clases de síndromes afásicos (por ejemplo una lesión
específica en el área de Broca), existen alteraciones cerebrales más heterogéneas y difusas
(como en el caso de la demencia) donde también puede observarse síndromes afásicos
(acompañados de un conjunto adicional de síntomas), por lo que el grado de la lesión no
puede circunscribirse a una región específica. No obstante, ha habido una tendencia en
neuropsicología desde la propuesta localizacionista de Broca a lateralizar las funciones
del lenguaje al hemisferio izquierdo (Kandel, Schwartz, & Jessell, 2000). Por tanto, puede
esperarse que lesiones en regiones temporo-parietales del hemisferio izquierdo ocasionen
alteraciones en el lenguaje.
1. Fluidez de la expresión.
2. Comprensión.
3. Denominación.
4. Repetición.
Visitar página
Las alteraciones en este sistema se asocian con la apraxia ideatoria, la cual suele pre-
sentarse con alta frecuencia después de una lesión temporo-parietal derecha. El segundo
sistema (producción) que ejecuta los programas de acción, se han conservado indemnes
luego de la lesión cerebral. Las alteraciones en este sistema suelen presentar menor gra-
vedad respecto al sistema conceptual, por lo que es posible que, tras lesiones en regiones
parietales del hemisferio izquierdo, el área motora suplementaria del lóbulo frontal o por
lesiones comisurales, se afecte el sistema de producción.
Agnosia
La memoria es la función cognitiva que hace posible que el individuo conserve información impor-
tante por largos períodos de tiempo y pueda emplearla posteriormente en los momentos que la
Amnesia
necesite. Aunque una descripción detallada de la memoria supera el objetivo de este eje, debe con- Síndrome neuropsicológico
siderarse todos aquellos aspectos involucrados en el proceso de transformación de la información caracterizado por la pérdida
de memoria.
desde almacenes temporales (Memoria a corto plazo) hasta alcanzar una estabilización en el tiempo
(Memoria de largo plazo), bien sea de tipo implícito o explícito. En la figura 6 podrá encontrar un
mapa conceptual que le ayudará actualizar estos conceptos. No obstante, al considerarse tan solo
estos dos tipos de memoria puede entenderse que las dificultades para aprender nueva información
o acceder a información previamente aprendida producto de una lesión cerebral estará asociado
con un fenómeno amnésico (Arnedo, Bembibre, & Triviño, 2012). Adicionalmente, en la figura 7 podrá
observar una representación esquemática de las principales regiones cerebrales que participan en la
memoria declarativa.
Con el objetivo de caracterizar la amnesia, se hace preciso considerar el momento en que ocurre la lesión cerebral, así
como el tipo de información que se desea aprender o acceder (en el caso que haya sido aprendida previamente). Ubicar
temporalmente el momento exacto en el cual ocurre la lesión indicará acerca de la información a la cual puede acceder
el individuo. Así, en los casos en los cuales el individuo que sufrió una lesión cerebral y, tras recobrar el estado de concien-
cia, evoca (recuerda) exclusivamente, eventos previos a la lesión, sin ser capaz de almacenar nueva información, podría
sugerir un tipo de amnesia denominada anterógrada (incapacidad para aprender y almacenar información episódica en la
memoria de largo plazo luego de un daño cerebral adquirido (Kandel, Schwartz, & Jessell, 2000). Este tipo de amnesia es la
que se presenta con mayor frecuencia luego de ECV y TCE (Toro, Yepes, & Palacios, 2010), siendo más sensibles las regiones
Los procesos atróficos se caracterizan por una mayor pérdida de sustancia gris res-
pecto a la sustancia blanca aproximadamente hasta los 50 años. Posteriormente, se
observa una mayor pérdida de sustancia blanca que se mantienen durante la adultez
mayor. Las regiones anteriores de la corteza, especialmente las áreas frontales laterales
y mediales, así como regiones temporales e hipocampales son las que muestran mayores
signos de deterioro en relación con la edad, estimando un promedio anual de pérdida de
volumen en dichas áreas que oscila en 1,5% respecto al 0,5% observado en otras regiones
cerebrales en adultos entre los 55 y 91 años (Reuter-Lorenz & Cooke, 2016). Sin embargo,
pese a que la pérdida de tejido es un marcador importante de neurodegeneración, aún
se considera un marcador inespecífico en relación con una amplia gama de procesos
neuropatológicos observados en población adulta mayor (Callaghan et al., 2014).
Cambios moleculares
Rendimiento cognitivo
Por otra parte, en la práctica clínica es frecuente encontrar pacientes adultos cuyos reportes
sobre las disminuciones en las habilidades cognitivas involucran principalmente la memoria.
Aunque muchos de estos pacientes presentan una disminución consistente de este dominio
respecto a lo esperado para la edad, algunos presentan una clínica asociada con el dete-
rioro cognitivo leve, el cual describe pacientes sin demencia, pero con pérdida de memoria,
función cognitiva global normal y conservación en las actividades de la vida diaria (Toro,
Yepes, Palacios. 2010). Pese a que aproximadamente en el 15% de estos pacientes el cuadro
clínico no progresa, hasta el 10% de estos pacientes evolucionan hacia un cuadro demencial,
sugiriéndose que esta entidad se configura como un potencial factor de riesgo de patología
neurodegenerativa que puede desencadenarse en los pacientes adultos mayores sometidos
a intervenciones quirúrgicas.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que las variaciones en el estado afectivo, especial-
mente la depresión, muchas veces se manifiesta como un problema cognitivo en el adulto
mayor, simulando un deterioro cognitivo que puede llegar a confundirse con una demencia,
razón por la cual se sugiere analizar el nivel de desempeño cognitivo del paciente en función
del estado afectivo y considerar sus implicaciones al momento de someterlos a una interven-
ción quirúrgica. La depresión tardía se caracteriza no sólo por un persistente y generalizado
bajo estado de ánimo, sino que se acompaña también de alteraciones cognitivas en personas
mayores de 60 años, destacándose como principal marcador de rendimiento cognitivo, la
disminución del rendimiento en tareas ejecutivas seguido de alteraciones en la velocidad
de procesamiento en adultos mayores con depresión (Liao et al., 2017). Tales alteraciones
se han considerado suficientes para promover dificultades en la consolidación de memo-
rias episódicas, disminución del rendimiento en habilidades visuoespaciales y atencionales.
Adicionalmente, se destaca que estos pacientes no alcanzan una completa restauración de
los niveles de desempeño cognitivo previos, luego de reducir la intensidad de los síntomas
depresivos, lo cual puede contribuir con el curso de deterioro cognitivo. Finalmente, en años
recientes se ha comenzado a considerar la depresión tardía como parte del proceso preclínico
de la enfermedad de Alzheimer, observando de 2 a 5 veces mayor riesgo de desarrollo de EA
en pacientes adultos mayores con depresión, comparados con pacientes sanos, mientras
que los pacientes con deterioro cognitivo leve amnésico (DCLA) tienen de 6 a 8 veces mayor
probabilidad de evolucionar al cuadro demencial al compararse con pacientes sanos.
Demencias Degenerativas
Demencias Vasculares Demencias Secundarias
Primarias
Demencia por hipotiroidismo
Enfermedad de Alzheimer Demencia vascular Demencia por déficit de
Demencias frontotemporales Demencia vascular cortical vitaminas
Enfermedad de Alzheimer
Enfermedad de Alzheimer
Actualmente se considera que la demencia debida a la Enfer- Demencia prototípica que se ca-
medad de Alzheimer (EA) es un problema de salud pública, ya racteriza por la pérdida inicial de
las funciones mnémicas.
que afecta aproximadamente entre el 1% y 8% de la población
mundial mayor de los 65 años (Toro, Yepes, & Palacios, 2010).
¡Recordemos que!
La demencia por cuerpos de Lewy es la segunda clase de demencia que mayor incide
en la población, observándose hasta en un 10-15% de la población. Desde un punto de
vista histopatológico, los cuerpos de Lewy son agregados proteicos de forma esférica que
se forman al interior de la célula y generan el desplazamiento de diferentes componentes
(organelos) del citoplasma, conllevando a un mal funcionamiento celular hasta causar su
muerte (Portellano, 2005). Este tipo de demencia es de origen subcortical que progresa a
cortical (en mucho texto se considera una demencia micota cortico-subcortical), razón
por la cual el deterioro cognitivo asociado con la demencia suele presentarse de forma
paralela al inicio de los síntomas motores (parkinsonismo). Clínicamente se establece el
diferencial de la demencia por cuerpos de Lewy, ya que su inicio es agudo (o subagudo),
se observa el parkinsonismo desde etapas muy tempranas, es frecuente la presencia de
alucinaciones visuales y se presenta incontinencia. Adicionalmente, los pacientes suelen
manifestar caídas frecuentes, mareos, pérdidas de conciencia. Aunque existe un marcado
Enfermedad de Parkinson
Instrucción
Instrucción
Un vez concluya con el juego de roles y la prueba
objetiva disponibles en la página principal del
eje, realice la actividad evaluativa.
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