Examen Legislación Seba

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TEMAS DEL PRIMER CUATRIMESTRE

Derecho en sentido objetivo y subjetivo:


El concepto de derecho tiene dos significados diferentes que es menester precisar: el punto de
vista objetivo y el punto de vista subjetivo. Si lo contemplamos como un ordenamiento social
destinado a regular la conducta humana, advertimos de inmediato que el derecho está formado
por un cúmulo de normas, es decir, de reglas impuestas a la actividad de los hombres, y a las
cuales
deben estos someterse. Si, por el contrario, lo contemplamos desde el fuero interno de cada uno,
nos vemos en posesión de derechos que podemos hacer valer frente a los demás, o sea que el
hombre tiene facultades para obrar y conducirse en determinados sentidos dentro de una cierta
esfera.

En el primer caso del derecho objetivo es ese conjunto de normas (leyes, costumbres, resoluciones


judiciales y preceptos doctrinarios). En el segundo.
El derecho subjetivo consiste en las facultades que tienen las personas para actuar en la vida
jurídica.
En cambio, el punto de vista subjetivo en el derecho tiene siempre un carácter individual, pues la
norma coloca en manos de una persona una facultad de obrar frente a otras. Esta facultad puede
contemplarse:

a) como libertad (es lícito todo acto que no sea prohibido o penado por el derecho);


b) como poder jurídico (el cual encierra la posibilidad de realizar los actos jurídicos para los
cuales tenga capacidad cada persona);
c) como pretensión (o sea el derecho de exigir de otros el cumplimiento de un
deber impuesto por las normas).

El primer aspecto es unilateral; el segundo crea una relación entre dos o más sujetos, la cual surge
precisamente a raíz del acto jurídico; y el tercero consiste en la facultad de hacer efectiva la
consecuencia de esa relación, exigiendo de otros la conducta a la cual se han obligado o que una
norma les impone.

El derecho subjetivo puede definirse, por lo tanto, como el conjunto de facultades que una


persona tiene para obrar lícitamente, a fin de conseguir un bien asegurado por una norma
jurídica natural o positiva.
Se trata siempre de una facultad, es decir, de una prerrogativa otorgada o reconocida a las
personas, que éstas tienen en potencia, y cuya utilización queda librada a
su voluntad discrecional.
Esta facultad lleva implícita la posibilidad de ejercerla, pero no debe confundirse con el acto
mismo de llevarla a la práctica.
Tal prerrogativa es inherente a la naturaleza misma del hombre. El derecho no puede ni pretende
imponer una determinada conducta: se limita a señalar la que estima conveniente y a castigar la
que considera nociva. Y ello se explica, pues el hombre es un ser dotado de voluntad y de razón,
cuyos actos conscientes derivan del empleo de su libre albedrío, que el derecho no podría nunca
suprimir.

Interesa remarcar que estas nociones de derecho objetivo y derechos subjetivos no son


antagónicas sino por el contrario se corresponden y exigen recíprocamente. En efecto, el derecho
objetivo consiste en un ordenamiento social justo. Pero por eso mismo, es decir, en cuanto justo,
ha de reconocer a las personas humanas la posibilidad de obrar en vista de sus propios fines.
De aquí se sigue que el derecho objetivo existe para el derecho subjetivo, y a su vez éste
encuentra en aquel la fuente inmediata de su existencia. Y décimos inmediata porque la mediata
es la naturaleza racional del hombre que lo provee de la inteligencia, voluntad y libertad por las
cuales el sujeto, conoce, quiere y obra.

Fuentes del derecho:


Las Fuentes del Derecho en el Anteproyecto.

El Anteproyecto realiza modificaciones en cuanto a las fuentes del derecho.

En efecto, su texto establece:

“ARTÍCULO 1º.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las
leyes que resulten aplicables. La interpretación debe ser conforme con la Constitución Nacional y
los tratados en los que la República Argentina sea parte. A tal fin, se tendrá en cuenta la
jurisprudencia en consonancia con las circunstancias del caso. Los usos, prácticas y costumbres son
vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas
legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.”

“ARTÍCULO 2º.- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.”

Las fuentes del derecho en el Código Civil Actual.

“ARTICULO 16.- Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu de la
ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere dudosa, se resolverá
por los principios generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso.”

“ARTICULO 17.- Los usos y costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieran
a ellos o en situaciones no regladas legalmente.”

Así las cosas, el objeto de la presente ponencia radica en analizar la modificación efectuada,
teniendo en consideración la inclusión de la jurisprudencia dentro del artículo relativo a fuentes
del derecho y no dentro de las previsiones del artículo siguiente, de interpretación de la ley.

Ello, teniendo en consideración que esta inclusión conforme esa redacción, podría dar lugar a
que se interprete que la jurisprudencia es una fuente formal del derecho.

De las fuentes del Derecho

Como es sabido, las fuentes de derecho han sido tema de debate en la mayoría de los
ordenamientos, existiendo diversas clasificaciones.
Una de las clasificaciones tradicionales las ha dividido en fuentes materiales y formales.

Respecto de las primeras se ha dicho que son situaciones de hecho que determinan el origen
material de la norma, como puede ser una situación política, económica y social; Es decir, que las
fuentes materiales aluden a la idea, causa u origen de las fuentes formales.

En relación a las segundas, se sostiene que se refieren al procedimiento de creación de la norma, a


las leyes que dicta el poder legislativo de conformidad con el proceso constitucional fijado.

Asimismo, existen normas de carácter general que no son fuentes en sentido formal, por cuanto
regulan o reglamentan sectores importantes de la actividad de los particulares, como los decretos
del Poder Ejecutivo y las acordadas del Poder Judicial.

En nuestro sistema jurídico, la ley es fuente formal del derecho.

Otra clasificación tradicional de las fuentes, las divide en directas, entre ellas la ley, que no es más
que la manifestación de la voluntad colectiva puesta una norma imperativa que impone un obrar;
e indirectas, la razón, causa u origen de las fuentes directas.

En general en la Argentina, se entiende que son fuentes formales del derecho, la ley y los
contratos; y que la jurisprudencia, la equidad, los usos y costumbres, los principios generales del
Derecho y la doctrina, son instrumentos interpretativos de las mismas.

Persona: concepto.
Persona proviene del latín persōna, que significa ‘máscara de actor’ o ‘personaje teatral’, y este del
etrusco phersu, que a su vez viene del griego πρόσωπον (prósōpon), que traduce precisamente
‘máscara’.

La palabra persona designa a un individuo de la especie humana, hombre o mujer, que,


considerado desde una noción jurídica y moral, es también un sujeto consciente y racional. Una
persona es un sujeto portador de derechos y obligaciones, es decir, una persona es un ente capaz
de accionar jurídicamente con capacidad de discernimiento y de respuesta sobre sus propios
actos.

Persona individual:
Las únicas personas que tienen existencia, estrictamente hablando, son los seres
humanos individuales y concretos.

Prueba de ello es que no encontramos en la realidad, otros entes distintos del ser humano, que
tengan por lo tanto una esencia ontológica diversa de la de este y que sean personas jurídicas.

Siguiendo con el planteamiento en el plano lógico formal, y puesto que no hay diferencias de


esencia genérica entre las personas individuales y colectivas, cabe preguntarse cuál es entonces la
diferencia entre ambas. A esto responde Kelsen diciendo que la diferencia consiste en que en la
persona individual, hay un facultamiento y obligamiento inmediato, mientras que en la colectiva
son mediatos.
Ahora bien, esto no significa que las personas colectivas sean una ficción, o que sean ideales,
etcétera, según afirman distintas teorías referentes al problema de la naturaleza de las personas
colectivas, como se ha dado en llamarlo; en efecto; por nuestra parte, creemos que las personas
colectivas son si reales, en el sentido de que requieren para actuar en la vida jurídica, la existencia
de un
conjunto de seres humanos, cuya conducta adquiere sentido unitario, en virtud de un peculiar
enfoque del ordenamiento jurídico.

Como es evidente, si nosotros décimos que tanto las personas individuales como las colectivas son
personas jurídicas, es porque la esencia genérica de ambos tipos de personas jurídicas es la misma.
De lo contrario, no sería posible dar un concepto puro de la persona o sujeto del derecho.

En este sentido, es Kelsen quien nos ha dado la respuesta al enseñar que, en esencia,
la personalidad jurídica consiste en una imputación centralizada de conducta humana, vale decir
que cuando el jurista se encuentra con una persona jurídica, sea individual o colectiva, hallaran
siempre ese conjunto de conductas objetivadas en las normas jurídicas bajo las formas
del derecho y el
deber jurídicos, centralmente imputadas. Como es obvio, en el caso
de la persona individual, se trata de la conducta de un hombre, claro que en interferencia
intersubjetiva, pero sin perder por ello el
carácter de conducta de una persona individual; a su vez, en el caso de las personas colectivas, se
trata de la conducta de una pluralidad de hombres, estructurada de manera unitaria por
el ordenamiento jurídico.

Este haz de conductas imputadas a un centro común, es por supuesto una estructura que
constituye el concepto puro de personalidad jurídica, así como el centro de imputación no es otra
cosa que la esquematización lógica de la persona jurídica, es decir, de una realidad que,
ontológicamente, no es ni más ni menos que el ser humano, actuando de diversa manera
(individual o colectivamente).

Persona colectiva:
Una persona colectiva es un ente constituido por personas naturales y/o bienes afectados a un fin
común, posible, licito, y determinado reconocida por el ordenamiento jurídico, el cual le otorga
personalidad.

El comienzo de la existencia de las personas colectivas se da con elemento formal de carácter


jurídico que es el reconocimiento expreso o tácito del Estado.

ELEMENTOS NECESARIOS PARA LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS COLECTIVAS

Son: tener un representante, capacidad, domicilio y un patrimonio.

1º.- REPRESENTANTE. - El representante es una persona natural o un conjunto de personas


debidamente autorizadas por la comunidad de asociados. Este representante o representantes
actúan en interés de un tercero: la persona colectiva. Manifiestan la voluntad del tercero.
Cumplen las obligaciones del tercero.
Ese representante o representantes es un Directorio, o puede ser un gerente, o presidente, rector,
alcalde, etc.

2º.- CAPACIDAD. - Tienen capacidad, pero no en la misma extensión que las personas naturales. La
capacidad es en la extensión del fin que persigue la persona colectiva. La capacidad no va más allá
de los fines lícitos trazados por la persona colectiva.

“Artículo 54°. - CAPACIDAD. I. Las personas colectivas tienen capacidad jurídica y capacidad de
obrar dentro de los límites fijados por los fines que determinaron su constitución.” (Decreto-Ley
No.- 12760 Código Civil boliviano).

3º.- DOMICILIO. - Las personas colectivas tienen por domicilio donde tienen su principal actividad.
Por ejemplo, El domicilio legal de las empresas mineras se establecerá en la jurisdicción local
donde se realice la mayor explotación minera. El domicilio se fija por acto gubernativo (“Toda
inversión extranjera estará sometida a la jurisdicción, a las leyes y a las autoridades bolivianas”
CPE Bolivia Art. 320) o en la escritura de constitución.

4º.- PATRIMONIO. - El patrimonio es la universalidad constituida por el conjunto de derechos y


obligaciones que corresponden a una persona y que pueden ser apreciables en dinero.

No existe ni puede haber persona sin patrimonio, aunque sean puramente deudas, tiene
patrimonio, aunque sea negativo, tiene patrimonio.

Las personas colectivas consiguen el patrimonio por ley (personas colectivas de derecho público) o
del peculio de los asociados (sociedades anónimas, civiles, fundaciones).

Del nacimiento y la extinción de la personalidad civil:


CAPÍTULO PRIMERO

De las personas naturales

Artículo 29. 1

El nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene por nacido para todos los
efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las condiciones que expresa el artículo
siguiente.

Artículo 30. 2

La personalidad se adquiere en el momento del nacimiento con vida, una vez producido el entero
desprendimiento del seno materno.

Artículo 31. 3

La prioridad del nacimiento, en el caso de partos dobles, da al primer nacido los derechos que la
Ley reconozca al primogénito.

Artículo 32. 4

La personalidad civil se extingue por la muerte de las personas.


Artículo 33. 5

Si se duda, entre dos o más personas llamadas a sucederse, quién de ellas ha muerto primero, el
que sostenga la muerte anterior de una o de otra debe probarla; a falta de prueba, se presumen
muertas al mismo tiempo y no tiene lugar la transmisión de derechos de uno a otro.

Artículo 34. 6

Respecto a la presunción de muerte del ausente y sus efectos, se estará a lo dispuesto en el Título
VIII de este Libro.

CAPÍTULO II

De las personas jurídicas

Artículo 35. 7

Son personas jurídicas:

1. Las corporaciones, asociaciones y fundaciones de interés público reconocidas por la Ley.


Su personalidad empieza desde el instante mismo en que, con arreglo a Derecho,
hubiesen quedado válidamente constituidas.

2. Las asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales, a las que la
Ley conceda personalidad propia, independiente de la de cada uno de los asociados.

Artículo 36. 8

Las asociaciones a que se refiere el número 2.º del artículo anterior se regirán por las disposiciones
relativas al contrato de sociedad, según la naturaleza de éste.

Artículo 37.

La capacidad civil de las corporaciones se regulará por las Leyes que las hayan creado o
reconocido; la de las asociaciones por sus estatutos; y la de las fundaciones por las reglas de su
institución, debidamente aprobadas por disposición administrativa, cuando este requisito fuere
necesario.

Artículo 38. 9

Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas clases, así como contraer
obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las Leyes y reglas de su
constitución.
La Iglesia se regirá en este punto por lo concordado entre ambas potestades, y los
establecimientos de instrucción y beneficencia por lo que dispongan las Leyes especiales.

Artículo 39. 10
Si por haber expirado el plazo durante el cual funcionaban legalmente, o por haber realizado el fin
para el cual se constituyeron, o por ser ya imposible aplicar a éste la actividad y los medios de que
disponían, dejasen de funcionar las corporaciones, asociaciones y fundaciones, se dará a sus
bienes la aplicación que las Leyes, o los estatutos, o las cláusulas fundacionales, les hubiesen en
esta previsión asignado. Si nada se hubiere establecido previamente, se aplicarán esos bienes a la
realización de fines análogos, en interés de la región, provincia o municipio que principalmente
debieran recoger los beneficios de las instituciones extinguidas.

Capacidad e incapacidad:
CAPÍTULO 2 – Capacidad

Capacidad se refiere a la cualidad de ser capaz para algo determinado, dicha cualidad puede
recaer en una persona, entidad o institución, e incluso, en una cosa.

Es decir, la capacidad hace referencia a la posibilidad de una entidad para cumplir con una
determinada función en atención a sus características, recursos, aptitudes y habilidades.

En el derecho, se usa el término capacidad jurídica para referir la posibilidad de efectuar


determinadas acciones legales, como realizar contratos. También se habla de capacidad de obrar.

La capacidad jurídica se divide en la de goce y de ejercicio. La primera se refiere a la de adquirir


derechos y obligaciones mientras que la segunda es la de ejercitar los derechos y cumplir con las
obligaciones. Como ya dijimos la capacidad se adquiere al nacer, sin embargo, únicamente la de
goce, la de ejercicio se adquiere hasta obtener la mayoría de edad o como excepción por parte de
los menores emancipados quienes pueden administrar libremente sus bienes, sin embargo no
pueden venderlos, donarlos ni de otra manera transferir la propiedad de estos si no es por
autorización de un juez en materia familiar o civil (según sea el caso).

SECCIÓN 1ª - Principios generales

ARTÍCULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados.

ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia
judicial.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En el ámbito del derecho, la incapacidad es la falta de aptitud legal para el ejercicio de ciertos


cargos públicos o para la ejecución válida de determinadas acciones. Se entiende que
la incapacidad jurídica, por lo tanto, es la ausencia de capacidad para adquirir o ejercer derechos.

Una persona con incapacidad jurídica debe contar con un curador o un tutor que salvaguarde
sus derechos e intervenga en los actos que no puede realizar. Es importante mencionar que
existen diversos grados de incapacidad.

Tipos de incapacidad:
Incapacidad de ejercicio

La incapacidad de ejercicio se predica de aquellas personas que no poseen capacidad de ejercicio,


que es aquella que permite la representación legal. La ley priva a las personas físicas de la facultad
de obrar por sí misma, declarándolos incapaces. Son los que andan en silla de ruedas,
fundamentándose en la falta o insuficiencia de su desarrollo mental (caso de las personas por
nacer, los menores impúberes y los dementes) o la imposibilidad de poder manifestar su voluntad
(quienes no pueden darse a entender por ningún método), considerando que el elemento volitivo
(voluntad) es básico en la formación de todo acto jurídico.

Incapacidad de goce

Es aquella que impide ser titular de uno o más derechos determinados. 2 Es siempre relativa o
particular, y está establecida expresamente por la ley. Por ejemplo, los padres no pueden
contratar a sus hijos menores de edad que se encuentren bajo su patria potestad; el curador
respecto de adquirir los bienes de su pupilo.

Absoluta

En el código civil y comercial actual no se contempla la incapacidad de derecho absoluta, ya que la


misma implicaría la muerte jurídica, un esclavo del sistema. Según el código civil y comercial previo
la ley priva a las personas físicas de la facultad de obrar por sí mismas, declarándolos incapaces,
fundamentándose en la falta o insuficiencia de su desarrollo mental (caso de las personas por
nacer, los menores y los dementes) o la imposibilidad de poder manifestar su voluntad,
considerando que el elemento volitivo (voluntad) es básico en la formación de todo acto jurídico.
Es aquella de que adolecen las personas que, por causas físicas o naturales, carecen de voluntad o
no pueden expresarla debidamente. Sus actos son nulos de nulidad absoluta, no producen ningún
tipo de obligación. Son absolutamente incapaces: los dementes, los impúberes entre otro.

Relativa de hecho

La incapacidad de hecho relativa implica que aquellos a quienes alcanza, pueden realizar por sí
mismos algunos actos jurídicos. menores adultos.

ARTÍCULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:

a) la persona por nacer;

b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto
en la Sección 2ª de este Capítulo;

c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.

SECCIÓN 2ª - Persona menor de edad

ARTÍCULO 25.- Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no ha cumplido
dieciocho años.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió trece años.

ARTÍCULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona menor de edad
ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos
que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con
sus representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así
como a participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí
respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud
o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la
integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus
progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la
base de la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo.

Contrato:
El contrato es un acto jurídico en virtud del cual dos o más partes acuerdan crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas de índole patrimonial (artículo 957 Código Civil
y Comercial).

Se basa en los principios de autonomía de la voluntad, por el cual las partes pueden contratar
libremente sobre lo que deseen (siempre que no se vean afectados el orden público, la moral y las
buenas costumbres), y en el de buena fe, que obliga a los negociantes a celebrar, interpretar y
ejecutar los contratos conforme a ella. Eso sí, una vez concluido el acuerdo, las partes deberán
someterse a lo estipulado como si ello fuera la ley misma (denominado efecto vinculante de los
contratos).

Como presupuestos de los contratos podemos mencionar la capacidad para contratar y el


consentimiento. El primero estará cubierto siempre que la persona sea mayor de edad (dieciocho
años o más) y no pesaren sobre ella declaraciones de incapacidad o inhabilitación, o, en su
defecto, ejerza el derecho por medio de sus respectivos representantes legales. El segundo,
cuando la voluntad de las partes fuera otorgada libremente, es decir, sin ningún tipo de coacción,
de engaño o de error provocados sobre cualquiera de ellas con el fin de obtener su conformidad.

Son elementos de los contratos:

El objeto (materia sobre la que versa). El objeto debe ser lícito, posible, determinado o
determinable, de interés para las partes y pasible de valoración económica (art. 1003 Código Civil y
Comercial).

La causa (el por qué y el para qué se contrata). La causa debe existir desde el momento de la
formación del contrato y hasta su celebración y ejecución (art. 1013 Código Civil y Comercial), y
debe ser lícita (art. 1014 Código Civil y Comercial).

La forma (si debe hacerse por escritura pública, por documento privado, por escrito, con testigos,
etc.). Respecto a la forma, en nuestro país rige la libertad de formas (art. 1015 Código Civil y
Comercial). Esto significa que, como principio general, no deben llevar una formalidad
determinada, excepto que la ley lo disponga (por ejemplo, en el caso de contratos relativos a
bienes inmuebles, ellos deben otorgarse por escritura pública).

Por otra parte, los contratos pueden clasificarse en: unilaterales o bilaterales (según si una o
ambas partes se obligan hacia la otra), onerosos o gratuitos (dependiendo de si las prestaciones
son recíprocas o si solo una de las partes obtiene beneficios), conmutativos o aleatorios (de
acuerdo a si las ventajas para todos los contratantes son ciertas o inciertas), nominados o
innominados (según posean o no regulación específica en la ley), instantáneos o de tracto sucesivo
(según su ejecución se produzca en un solo momento o se extienda en el tiempo).

TEMAS DEL SEGUNDO


CUATRIMESTRE
Hecho y Acto Jurídico:

Un acto jurídico es una manifestación de voluntad para crear, modificar, transferir o extinguir un
derecho, con un resultado favorable para quien promueve la acción.

Un hecho jurídico es cualquier acto que tenga una consecuencia legal. Dichas consecuencias
pueden incentivar la creación, modificación, transferencia o extinción de un derecho.

Si bien todo acto jurídico es un hecho jurídico, solo los hechos jurídicos que sean de origen
humano, lícito y voluntario pueden considerarse actos jurídicos.

Acto jurídico: Es la manifestación de voluntad para crear relaciones de tipo legal, a través de la
creación, modificación o extinción de un derecho.

Tipos:

 Positivos y negativos.
 Unilaterales y bilaterales.
 Entre vivos o de última voluntad.
 Onerosos y gratuitos.
 Formales y no formales.
 Principales y accesorios.
 Patrimoniales y extra patrimoniales.

Ejemplos:

 Contratos.
 Matrimonios civiles.
 Adopciones.

Hecho jurídico: Es un acto que genera consecuencias jurídicas.

Tipos:

 Natural.
 Humano.
 Simples.
 Complejos.
 Positivos.
 Negativos.
 Simultáneos.
 Sucesivos.

Ejemplos:

 Desastres naturales.
 Un choque de auto.
 Robo.
 Incumplimiento de pago.
Elementos esenciales del acto jurídico:

Para que un acto jurídico sea considerado válido, debe contar con estos elementos:

 Sujeto: persona o grupo de personas que intervienen en el acto jurídico para que este pueda
llevarse a cabo. Es el caso de los representantes legales, sucesores o terceros.

 Manifestación de voluntad: es el consentimiento libre que expresa el sujeto para llevar a cabo el
acto jurídico.

 Objeto: el hecho o bien por el cual se realizará el acto jurídico. No puede ser imposible, ilícito, o
contrario a las buenas costumbres.

 Causa: es el fin determinante de la voluntad para llevar a cabo el acto jurídico. Por ejemplo, el
motivo que tuvo una persona para vender una propiedad.

 Forma: son los requisitos que deben cumplirse para llevar a cabo el acto jurídico (redacción de
contrato, firma ante notario, etc.).

Tipos de actos jurídicos

Actos jurídicos positivos y negativos.

Un acto jurídico es positivo cuando implica la ejecución de una acción. La venta de un auto implica
la voluntad de entregar el bien en cuestión, por ejemplo.

Mientras que en los actos jurídicos negativos el sujeto se abstiene de ejecutar la acción, por
ejemplo, negarse a cumplir con el horario establecido en el contrato de trabajo.

Actos jurídicos unilaterales y bilaterales: Si un acto jurídico requiere la voluntad de un solo sujeto,
es unilateral (la venta de una casa de su propiedad). Cuando se requiere la voluntad de más de un
sujeto, es un acto jurídico bilateral (como el matrimonio).

Actos jurídicos entre vivos o de última voluntad: Se considera un acto entre vivos aquel que no
depende del fallecimiento del sujeto para que surta efecto (como un contrato). En cambio, si los
efectos legales comienzan después de la muerte, es un acto jurídico de última voluntad, como por
ejemplo las herencias.

Actos jurídicos onerosos y gratuitos: Si el acto en cuestión requiere la obligación de las dos partes
involucradas, se trata de un acto oneroso, tal es el caso de los contratos de compra-venta. Si, por
el contrario, solo una de las partes tiene obligaciones, entonces se trata de un acto gratuito, como
las donaciones.

Actos jurídicos formales y no formales: Como indica su nombre, los actos jurídicos formales
implican la presentación de una serie de recaudos de conformidades con las leyes vigentes. Para
efectuar un matrimonio civil, se requiere la presentación de ciertos documentos, por ejemplo.
Esto no es necesario en los actos jurídicos no formales, como es el caso de los contratos de
alquiler.
Actos jurídicos principales y accesorios: Los actos jurídicos principales son aquellos que existen
por sí mismos, como un contrato de compra-venta. Los actos jurídicos accesorios dependen de un
acto principal, como ocurre con las ventas de propiedades con hipotecas.

Actos jurídicos patrimoniales y extrapatrimoniales: Un acto jurídico que implique un sentido


económico, es un acto patrimonial. Todo lo que esté fuera de este ámbito, especialmente si tiene
que ver con el ámbito familiar, se considera extrapatrimonial, como el matrimonio.

De administración y de disposición: En un acto de administración, el patrimonio se conserva o


aumenta, tal y como ocurre con los alquileres. Mientras que en los de disposición, el patrimonio
disminuye, como ocurriría con una venta.

Tipos de hechos jurídicos

Según su origen un hecho jurídico puede ser natural o humano:

Hecho jurídico natural: Son propiciados por la naturaleza y tienen efectos legales. Por ejemplo, un
desastre natural que ocasione pérdidas materiales o humanas puede desencadenar una serie de
consecuencias jurídicas, como demandas, multas, etc.

Hecho jurídico humano: Son actos llevados a cabo por un individuo o colectivo y pueden ser de
naturaleza involuntaria (un choque de auto) o voluntarios (firmar un contrato). En este último
caso, se trata de actos jurídicos.

Según su estructura, los hechos jurídicos pueden ser simples o complejos:

Hechos jurídicos simples: Son aquellos que se generan a partir de un acto único, como el
nacimiento o la muerte de una persona.

Hechos jurídicos complejos: Están supeditados a varios actos, como la posesión de un bien. En
este caso, se requiere tanto del bien, propiedad o cosa en sí, y de la intención de ser el propietario.

Según el tipo de acción, pueden ser positivos o negativos:

Hechos jurídicos positivos: Requieren un hacer o un cambio de las circunstancias para que se
produzca el hecho. Por ejemplo, el homicidio.

Hechos jurídicos negativos: Implican la omisión o abstención de una acción, como un


incumplimiento de pago.

Según su temporalidad, los hechos jurídicos pueden ser simultáneos o sucesivos:

Hechos jurídicos simultáneos: Se llevan a cabo en un lapso temporal, como es el caso de un robo.

Hechos jurídicos sucesivos: Implican una extensión en el tiempo, como un secuestro, que implica
la privación de libertad durante un período.

Vicios de los actos jurídicos:


Se denominan vicios de los actos jurídicos ciertos defectos congénitos de ellos, susceptibles de
producir la invalidez de los actos que los padecen.
Para Freitas los vicios de los actos jurídicos son sustanciales o de forma.

Habrá vicio sustancial en los actos jurídicos cuando sus agentes no los hayan practicado con
intención o libertad, o cuando no los hayan celebrado de buena fe (esbozo, art. 504). Los vicios
consistentes en la falta de intención, son lo ignorancia o error y el dolo; el que incide en la falta de
libertad, la violencia; los que radican en la falta de buena fe, la simulación y el fraude (esbozo, art.
505) los vicios de forma provienen de la inobservancia de las formalidades exigidas por la ley
respecto de ciertos actos jurídicos. Como son sumamente variados no se prestan para una
sistematización unitaria: he ahí la razón por la cual la teoría de los vicios de los actos jurídicos deja
de lado los vicios de forma, y solo se refiere a los que Freitas denomina vicios sustanciales.

Entre éstos últimos, hay dos grupos diferenciados. El primer grupo comprende los vicios que la
doctrina moderna denomina de la voluntad, porque inciden en algún elemento de ella: tales son el
error o ignorancia, el dolo y la violencia. El segundo grupo abarca los defectos de buena fe que
pudieran presentar los actos jurídicos: ellos son la simulación y el fraude.

Mientras los vicios de la voluntad por su propia índole afectan a todos los hechos voluntarios, los
vicios de la buena fe sólo pueden concurrir en los actos jurídicos, razón por la cual se ha
denominado a estos últimos vicios propios de los actos jurídicos.

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