Colores de Un Mundo Acromático
Colores de Un Mundo Acromático
Colores de Un Mundo Acromático
Mundo Acromático
El Violinista Maldito
ISBN 978-987-27123-3-4
1ª edición. 50 ejemplares
Todos los derechos reservados.
ISBN: 978-987-27123-3-4
Libro de edición argentina.
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723.
9
vivir, limitándome simplemente a ello, a la rutina.
Lo único que más o menos me parecía
emocionante, eran mis clases de violín, desde
pequeño estudio música en general y cuando mis
padres murieron, rogué a mi tía que me dejase
seguir con las clases, a lo que ella accedió de buena
gana, la buena mujer solo quería verme feliz.
Ahora con diecisiete años, el camino al instituto
de música es parte de mi rutina semanal, aunque
me la sé de memoria, el paisaje para mi se volvía...
insulso, edificios, autos, la vereda, lo único que
variaba era el contenido de las vidrieras a medida
que pasaba el tiempo.
Entonces fue cuando lo vi., o más bien mi
mirada se cruzó con una purpúrea intensa, dulce y
penetrante, no pude ver bien su rostro porque
aquel color me había paralizado unos segundos,
hasta que la bocina de un auto me saco de mi
trance... me había parado en medio de la calle
petrificado con aquella mirada y el auto apenas si
logró esquivarme, dejándome como recuerdo un
bocinazo y un par de insultos.
Corrí hasta la otra parte de la calle, y a pesar del
susto sonreía como un idiota... Entré corriendo a
mi clase de violín y mi mente no podía dejar de
pensar en esos hermosos ojos, y en su dueño o
dueña, me había enamorado, sí enamorado
profundamente de esa mirada... hasta la música ese
10
día parecía nacer mas bella de mi viejo violín,
sonreía y sentía algo cálido nacer de mi, era
felicidad, si felicidad, como un respiro de aire puro
luego de años de encierro...
Cuando salí, el atardecer teñía los conocidos
edificios de un naranja intenso a medida que el
cielo azul oscuro se imponía. Caminé a casa con
un par de compañeros, que hablaban de un
campamento el fin de semana, por regla general yo
no iba, digamos que la naturaleza no me llamaba,
pero esta vez, acepté... La brisa primaveral, el
sonido de la música aun envolviéndonos me
hacían sentir como una nueva persona... y sobre
todo...
Mi mundo acromático había tenido una
explosión de vivos colores.
11
CAPÍTULO II
12
ventana del piso superior de la casa, y por mera
costumbre me miré en él.
Debo medir ya como un metro setenta y siete,
mi cabello es castaño oscuro, a veces parece negro
aunque por temporadas se me aclara un poco más,
lo llevo corto por la reglamentación del colegio,
aunque también por comodidad y gusto.
El rasgo que mas sobresale en mi son mis ojos,
verdes y brillantes, ni azulinos ni con toques miel,
eran de un verde puro y claro, mi mamá, cuando
vivía, me decía que tenía dos esmeraldas por ojos,
y que era su gran tesoro.
Y ella era el mío, pero supongo que Dios tenía
otros planes para nosotros.
Armé mi mochila con ropa y todo lo necesario
para pasar un par de días en el campo, mis amigos
me habían hecho una lista de cosas que podía
llegar a necesitar, como una linterna, una navaja,
ropa interior de emergencia, y un pequeño
botiquín básico del alcohol, vendas, aspirinas y
desinfectante.
Pasaron por mí luego del colegio, me despedí
de mi tía con un beso, a pesar de las burlas alegres
de los muchachos y nos encaminamos al campo
más cercano en el auto del hermano mayor de uno
de ellos.
Allí nos encontramos con el grupo de las chicas
13
de nuestro colegio, luchando para armar su propia
tienda entre histéricos, grititos de emoción al
vernos llegar, rezongos, quejas, en fin, todo lo que
un grupo de cinco damas adolescentes puede
llegar a padecer al pasar una noche en la
naturaleza.
Al vernos llegar, Alexia, la más bajita de mis
compañeras salto a mi cuello gritando de alegría,
ella era la más efusiva sin duda, su vocecita era
aguda y algo chillona, como la de una niña
pequeña, sumándole que hablaba rapidísimo,
apenas estaba terminando de asimilar su saludo
cuando ya me había contado toda su semana.
Y ahora estaba feliz porque me había dignado al
fin, sumarme al campamento, convirtiéndome en
guía, líder y protector del grupo de las chicas, no
sé por qué, pero las chicas confían mucho en mi,
quizás es por mi carácter suave y desentendido de
los amoríos adolescentes, o mi aire de hermano
mayor protector y servicial que siempre me llevaba
a acompañarlas cuando tenían miedo o a
escucharlas cuando tenían un problema.
- Hijiri nii chaaan- por enésima vez Alexia
exclamó esas palabras, para tu información, Alexia
es fanática de los dibujos japoneses, llamados
animé, tanto que se inscribió en un curso de
japonés y ahora habla a mitad japonés mitad
castellano.
14
-Alexia, me llamo Sebastián, no Hijiri- mi
respuesta era definitiva y aunque la había dicho en
un tono amable, era ya cansino que siempre me
llamar como uno de sus personajes favoritos, solo
por tocar el violín.
Alexia se fue alegre, como si yo no la hubiese
regañado, y empezamos a armar nuestras
improvisadas viviendas y a prender el fuego, para
el anochecer ya había una acogedora fogata y una
cena a base de ensartar cosas en ramitas y
tostarlas...
La charla se había hecho amena, pero tanto
beber líquidos había hecho que me pusiese de pie
y buscase algo de privacidad, y de regreso puse
observar una inquietante silueta sentada en una
piedra contemplando las estrellas.
No era de mi grupo, pero sin duda debería
tener mi edad o un poco más. De cabello largo,
castaño tirando a claro y recogido en una larga
trenza. Al principio lo confundí con una chica,
pero más de cerca pude notar no solo sus
facciones masculinas sino también su cuerpo bien
formado para nada femenino.
Me acerqué haciendo algo de ruido con las
pisadas, para que se percatara de mi presencia y le
vi sonreír de forma suave, atractiva.
- ¿Te perdiste gatito?-
15
Me lo había preguntado en un tono tan
tranquilo que parecía conocerme toda la vida,
sonreí por reflejo, porque esa persona me
agradaba, con solo escuchar su voz.
- No, he... yo vine con unos amigos de
campamento... por ahí- señale el aura naranja que
provenía de la fogata del grupo - ¿y tú?- pregunté
acercándome más y notando que se hacía a un
lado, me senté junto a él. - Es sospechoso ver a un
chico solo en medio de un claro de un bosque sin
un grupo de amigos-
- Si soy sospechoso, tu eres un tonto por
confiar de alguien potencialmente peligroso-
respondió con aire tranquilo, pero señaló unos
metros más adelante donde había una motocicleta
todo terreno - necesitaba paz...- murmuró en un
tono más bajo que me hizo sospechar que no
estaba bien.
-Hey... vamos ánimo... digo...- con total
confianza, cosa rara en mi, le palmeé la espalda y
el chico me miró, su sonrisa era hermosa, pero sus
ojos reflejaban una tristeza muy profunda.
-¿Crees en las estrellas?- preguntó él mirando
hacia la luna y los cuerpos celestes que iluminaban
el cielo.
-Bueno... yo... algo, soy de piscis- respondí sin
entender bien porque no podía quitar los ojos de
aquel chico
16
El a su vez me miró, supongo que al notar que
yo no le sacaba los ojos de encima y me sonrió.
- Demian- se presentó estirando su mano para
estrechar la mía.
-Sebastián- respondí estrechándosela y
sonriendo aún más , no sabía que me pasaba pero
lo estaba disfrutando , su mano era cálida y el
apretón había sido amistoso, de confianza lo que
conminaba a la perfección con su sonrisa y su voz
que infundía paz.-un placer Demian... -
Volví a mirar las estrellas y ahora noté que yo
era el observado, moví mis piernas un poquito, es
un tic que tengo cuando aprendía a marcar el
ritmo de niño.
-¿Sabés leerlas?- me preguntó curioso y yo moví
mi cabeza de forma negativa, a lo que el soltó una
suave risa mostrándome las diferentes
constelaciones.
- Sabés mucho de estrellas-
- Mi mamá es astróloga- me respondió como si
fuera lo más común del mundo -me enseño a leer
las estrellas cuando era chico-
-¿Y qué te dicen?-
El miró el cielo y frunció un poco el seño como
pensativo...
-Que Venus esta alineado con Piscis y un
17
Capricornio con el corazón roto conoció a alguien
muy interesante-
Le miré notando un leve calor en mi cara,
apenas leve y algo dando saltitos en mi estómago.
-¿Eres de Capricornio?- le pregunté como tonto
a lo que el asintió
-¿Y qué pasó? ¿Quién te rompió el corazón?-
pregunté así de sopetón y después entendí que me
estaba metiendo demasiado en su vida, pero
cuando pensé que me mandaría a callar, sonrió de
esa forma tan atrapante y negó -Yo soy ayudante
en la iglesia del centro... y él es un escritor que
buscaba inspiración, me habló mientras terminaba
de guardar las cosas luego de misa ... una cosa
llevó a la otra y me besó ... me llevó al cuarto que
hacía de oficina y... supongo que te imaginarás el
resto-
Sintiendo que el calor de mis mejillas
aumentaba y desviaba la mirada avergonzado por
lo que me estaba contando, mas Demian siguió
con una calma melancólica y dolorosa, como
quien relata un triste recuerdo de antaño - Un mes
después de convertirme en su pareja le vi...
besándose en el parque con otra persona... no me
atreví a decirle nada, simplemente salí corriendo...
y aquí estoy, cada vez que me siento solo vengo
aquí a hablar con las estrellas...-
Me quedé en silencio y no pude evitar echar mis
18
brazos a su cuello y abrasarle unos segundos,
notando como levantaba la cabeza sorprendido, y
sus ojos reflejaban las estrellas que nos
acompañaban.
A lo lejos sentí la voz de Alexia llamándome
entonces me puse de pie.
-Me tengo que ir...- sonaba a disculpa -yo...
estudio en la secundaria del Sagrado Corazón, sí
bueno si alguna vez querés podemos
encontrarnos...-
No sabía cómo decirle que quería volver a
verlo, que quería ser su amigo. El me sonrió de
forma suave y simpática.
-Sebastián, ¿alguna vez besaste a otro chico?-
Me quedé con la cara congelada y negué
despacio, notando que otra vez un ardor en mi
cara.
- Nos vemos... voy a pasarme por tu colegio en
la semana-
Asentí aturdido y salí corriendo, aguantándome
los regaños de mis compañeras y las burlas de mis
compañeros que habían pensado que había
comido algo medio crudo y estaba cavando hoyos
por el campo.
Ya cuando estábamos acostados en las carpas,
me quedé mirando las estrellas por la abertura de
la tienda... las estrellas seguían brillando.
19
“Venus esta alineado con Piscis y un
Capricornio con el corazón roto conoció a alguien
muy interesante”.
Me quedé dormido preguntándome eso, sin
poder evitar en soñar con esa maravillosa sonrisa,
y relacionarla inmediatamente con su última
pregunta... caí en la cuenta que era la primera vez
que me sentía atraído por un hombre...
¿Habría sido de verdad, un destino escrito en
los astros? ¿Un Designio de las Estrellas?...
20
CAPÍTULO III
El Círculo Mágico
21
sido Cupido apuntándome con una flecha?
Quizás... pero ¿desde cuándo los cupidos tenían
ojos violeta? Bueno nadie lo sabía. Pero de no
haber sido por esos ojos no habría sentido aquella
sensación de estar más vivo que nunca, y de no
haberme sentido así... no habría ido al
campamento y ahora no estaría pensando como
idiota en Demian, a pesar de solo saber que era de
Capricornio, trabajaba como asistente en la iglesia
y conducía una moto, a claro, y acababa de salir de
una relación…
La campana de fin de clases sonó y salí como
un rayo a la entrada del colegio, pero no había
nadie, bueno nadie que yo esperase… me había
imaginado ver aquella silueta con el largo cabello
trenzado y la motocicleta apoyada en la pared,
esperándome… pero no había nadie, ni chico, ni
nada... Sentí algo en mi interior, semejante a lo que
sentí cuando caí en la cuenta que ya no iba a ver a
mis padres de nuevo, una sensación de decepción
y tristeza, un vacío pesado en mi estómago y en mi
pecho, y una pintada de gris a mi nuevo mundo de
colores.
Alexia me terminó jalando del brazo para que
me fuera a mi casa, me había empecinado en
esperar ahí, por si se había retrasado o algo, pero
no hubo caso, no apareció.
El martes volvió a pasar lo mismo, salí
22
corriendo a la salida pero, al ver la acera vacía no
sentí tan fuerte la sensación de vacío y decepción
como el día anterior, el miércoles ya directamente
ni me fijé si había alguien, simplemente mi mente
se había convencido de que había sido un sueño, o
quizás había interpretado mal sus palabras, quien
sabe, a lo mejor estaba drogado, borracho, o
necesitado en ese momento y por eso le había
dicho aquello.
De a momentos, pasaba de la indiferencia a la
preocupación, “y ¿si había hecho algo? Si se había
deprimido por lo ocurrido con su ex y...”
Me estremecí al pensar en esa sonrisa manchada
de sangre en un acto imprudente de terminar con
el dolor, negó varias veces y rogué con toda mi
alma que no fuera así, que no terminase así…
Llego nuevamente el viernes, las semanas se me
pasaban volando cuando iba a clases y también a
la escuela de música, así que, ya pensando que iba
a aprovechar el fin de semana para darme un
merecido descanso durmiendo en casa,
acomodaba mis libros para volver a casa, mientras
Alexia me contaba sobre uno de los últimos
dibujitos que había visto y sobre Danielle… algo...
un famoso novelista entre las adolescentes que
vaya a saber que cosa había escrito sobre un
vampiro y algo... en fin, cosas de Alexia , siempre
alegre hablando a mitades de japonés y a mitad
23
castellano, con algunos toques de ingles y ya
pensaba seriamente en trabajar como traductora
internacional.
Al final, ella salió corriendo porque se le hacía
tarde, su hermano la estaba esperando ya en la
puerta del colegio, cabreado porque su hermana se
retrasaba con su “noviecito”... sí el “noviecito” era
yo, aunque entre Alexia y yo no pasara
absolutamente nada.
Terminé solo en el salón al final, prefería
esperar a que el hermano de mi amiga se fuera y
no que me mirara como si pudiera arrancarme el
hígado con el pensamiento. Salí caminando
tranquilo pensando entonces en esos ojos
purpúreos que me había shockeado de semejante
forma. Y fue ahí cuando escuche una suave risa
agradable, una que pude reconocer enseguida. Ahí
estaba él, con su largo cabello castaño largo y
trenzado, su sonrisa amable y ahora, con los
últimos minutos de luz del día podía ver sus
hermosísimos ojos azules.
Si se están imaginando una escena digna de una
novela rosa gay con flores de cerezo flotando en el
aire y una suave música de fondo, y los dos
tomándonos de la mano con sonrisas de
enamorados… se equivocan, me quedé duro, en
mi lugar sin dejar de verlo y tratar de recordar si
no me había quedado dormido en el banco de mi
24
clase, mientras él se acercaba tratando,
seguramente, de adivinar que se estaba cruzando
por mi cabeza.
Y entonces cuando estuvo suficientemente
cerca de mí, algo me estalló en la cabeza, le di un
empujoncito bastante fuerte con mis manos,
aunque claro, yo no tengo mucha fuerza y mis
dedos se toparon con una dura musculatura, por
lo que me llevó a imaginar que hacía ejercicios y
bajo la camisa blanca que llevaba había un buen
cuerpo… y “¿qué estaba pensando? ¡Yo no soy
así!” Más cuando esos ojos azules se clavaron en
mí, me sentí como un gatito esponjado y furioso.
-¡Te estuve esperando!- le reclamé, sin pensarlo
siquiera, no tenía razones, ni motivos mucho
menos derecho a ello, “¿Por qué le reclamaba? Si
no éramos nada, ¿por qué tenía que reprocharle
aquel vacío que sentí por esos tres días, cuando
rompió mi ilusión?” – pensé…¡pensé que no me
querías!- pero él jamás había afirmado quererme –
hasta llegué a pensar que habías hecho una...
estupidez…- mi voz se volvía cada vez mas baja y
ahogada a medida que razonaba el escándalo que
estaba haciendo.
El solo sonrió de nuevo y paso lo que jamás
pensé que pasaría en la puerta de mi colegio, ya
casi a oscuras por ser ya, el ocaso quien reinaba en
aquel lugar. Me levantó el mentón con dos dedos
25
y rozó sus labios con los míos, si, un extraño
prácticamente me estaba besando, mi primer beso
oficial recibido, no es que nunca hubiese besado a
nadie, pero siempre había sido por retos o juegos,
nunca con la intención y el sentimiento con el que,
terminé casi desmayado en sus brazos.
En algún momento que duró aquel roce dulce,
mis manos se habían ingeniado para estrujarle la
camisa blanca como no queriendo dejarle ir,
cuando nos separamos, sentía mis mejillas arder y
me sentía entre ridículo por haberle hecho aquella
escena tan … hormonal, y a la vez confundido
porque aquel había sido el beso más dulce que me
habían dado.
-Hoy las estrellas dicen que Piscis recibirá una
recompensa por la larga espera, y Capricornio
agradece aquel gesto de que le importa a alguien.
Y así fue como empecé una relación con
Demian, y lo que yo pensé que había sido una
serie de casualidades, para mí ahora tenía sentido,
había sido un perfecto círculo de señales... el
amor, se había anunciado, abriéndome las puertas
de mi corazón.
26
CAPÍTULO IV
31
CAPÍTULO V
Un Paso Más
32
dando pataletas , o agarrar una barra de metal y
darles en la cabeza a Demian, al ex y al otro del ex,
solo por estar ahí metido... sí , lo sé.. Mi reacción
era infantil, pero por suerte podía controlar mis
impulsos.
- Es un baka- dijo Alexia, para los que no
comprendan los términos japoneses, “baka”
significa algo así como tonto, idiota… mi amiga
era rara sin duda y ahora estaba comiéndose un
pastelito relleno, habíamos comprado un montos
hacía un rato y ahora estábamos los dos,
atrincherados en su habitación, con una tetera
llena de té, una bandeja llena de pasteles y yo
rodeado de ositos rosas y muñecos de diferentes
animes hechos por ella misma.
Solo la miré y sonreí despacito, tratando de
recordar las partecitas de la pelea, pelea que
estábamos analizando a fondo con Alexia.
- Es que…- suspiré y miré mi reflejo en la tacita
de té – estábamos bien, nos besamos y de golpe
apareció ese tipo con otro y ya te dije… se le fue
sin sangre y les gritó... cosas…-
Cerré los ojos tratando de recordar exactamente
que había dicho.
-Mmm por lo que recuerdo le acusó de andar
tan campante por el parque con otro tipo…-
Alexia frunció el seño indignada.
33
-¡Y él estaba con su pareja! Dios qué tipo
descerebrado… si no puede superar un
rompimiento entonces que no se ponga en
pareja... y se pague un psicólogo-
No pude más que soltar una suave risa a forma
de alivio por las palabras de mi amiga.
Al final llamé un taxi, era tarde y mi casa
quedaba algo lejos de la de Alexia, así que no me
quedaba opción, mi tía había salido así que, una
vez que me bajé del taxi revolví en mis bolsillos
buscando mis llaves y fue entonces cuando vi la
motocicleta estacionada a un lado de la puerta del
pórtico de mi casa.
Y sentado en las escaleritas estaba Demian con
cara de haber visto un fantasma, sus ojos azules
estaban escondidos bajo su cabello castaño y solo
levantó un poco la mirada cuando hice sonar la
verjita de casa.
-Sebastián-
Se levantó y me tomó las manos apretándolas
suavecito y haciendo que mi corazón se acelerase.
Siguieron las palabras clásicas, perdón, que se
preocupo por mí, que me llamó, me mandó
mensajes, que cuando se dio cuenta de lo que
había hecho se arrepintió.
Al final, terminé cediendo y le abrace, después
de todo éramos humanos, llenos de emociones y
34
sentimientos contradictorios.
Y fue entonces, cuando después de mirarnos
unos segundos fijamente nos besamos de nuevo,
pero esta vez fue diferente, no era un simple roce
de labios, sino algo más intenso, él busco de
profundizar aquel beso, y a pesar de mi nula
experiencia en aquello, le permití avanzar, pensaba
que, quizás, si empezaba a ceder un poco Demian
se olvidaría del dolor que le causaba ver a su ex
con otro, le abracé con fuerza mientras nos
besábamos , solo concentrándome en lo dulce y
placentero que era aquello, en lo cálido que hacía
sentir mi alma... En cómo le necesitaba, necesitaba
aquella demostración de afecto y cariño…
Cuando nos separamos, buscando respirar
nuevamente, supe que aquello nos había unido un
poco más.
Demian me había demostrado que había
personas importantes en su vida...
Pero que yo lo era más, habíamos dado un paso
más en nuestro amor...
35
CAPÍTULOVI
El Comienzo de la Maldición
36
noviazgo empecé a notarlo más distraído, quizás la
presión de sus estudios y el trabajo.
Y entonces fue cuando empezó mi maldición...
Como siempre nos habíamos citado el domingo
a la tarde para tener un tiempo juntos antes de
empezar la semana. Había pedido permiso a mi tía
de quedarme a dormir y correr al colegio sin falta
a la mañana, por suerte accedió.
No había nada peculiar, seguíamos igual de
cariñosos que siempre, entonces me soltó aquello.
- Bastian... necesito irme un par de días fuera de
la ciudad, es un asunto familiar con mi madre-
Me lo había dicho en ese tono angustioso con el
que siempre terminaba ablandándome el corazón,
me mordí el labio y suspiré.
- Bueno si no queda más remedio-
Sonreí algo triste, porque no quería tenerlo lejos
un par de días, pero comprendía que era necesario,
Demian tenía una vida fuera de nuestra relación.
Me acarició la mejilla y me besó, hicimos el
amor y nos dormimos juntos, a la mañana yo me
iría al colegio y el partiría a ver a su madre...
Pero lo que no me suponía era la agonía que
iban a seguirle a aquellos días, el par de días se
convirtió en una semana, y una semana en tres...
Ni un llamado, ni un mensaje, ni una carta y
37
mucha menos alguna persona que supiera de él.
Cuando llegó el mes desde aquel día que nos
habíamos despedido en la puerta de su casa, me
arriesgué a ir a la parroquia donde solía trabajar,
pero con malos resultados.
No sabían nada de Demian desde aquel día que
se marchó.
Me preocupé, quizás la madre había fallecido, o
estaba enferma... pero aun así ¿él no había
pensado en mi? acaso no me extrañaba o estaba
tan ocupado que ni siquiera podría haberse
comunicado conmigo...
La angustia pasó a la desesperación cuando
terminaron las clases y empezaron las vacaciones
de invierno, el frío azotó mi corazón de una forma
dolorosa... tanto que no me alimentaba bien, no
dormía bien...
Y fue entonces, cuando un día desperté en la
camilla de un hospital. No recordaba nada, solo
que había acompañado a Alexia a una convención
de animé y seguramente perdí el conocimiento.
A la sala entró una figura alta, de cabellos
negros y largos, me sorprendía que a un médico se
le dejase tener el cabello hasta la cintura, recogido
en una coleta baja. Sus ojos eran fríos, azules y
fríos, inexpresivos casi, al igual que las facciones
de su rostro.
38
- Tuvo una descompensación- me informó con
un tono monocorde de voz, igual de frío que el
resto de su apariencia. Se acercó a la camilla y me
examinó con una molesta lamparilla para ver las
pupilas, mi garganta y luego analizar los resultados
de mi examen de sangre.
- Anemia- diagnosticó y volvió a mirarme -
¿demasiada presión en tu vida?-
Negué despacio y en silencio, no me sentía ni
con ánimos de hablar, me dolía la cabeza, estaba
mareado y el típico olor de los hospitales, a
alcohol, desinfectante y químicos me revolvía el
estómago.
Aquel médico me recetó unas vitaminas y una
orden para hacerme análisis dentro de un mes,
apenas si miré el papel de las indicaciones y el
nombre del médico para sacar el turno
posteriormente.
Alexia me esperaba afuera, había avisado a mi
tía y venía en camino, realmente estaba muy
asustada y le prometí que podíamos hablar al día
siguiente sobre el asunto.
Y mientras esperaba en el auto a que mi tía
saliese de la farmacia con las vitaminas, me puse a
observar los árboles desnudos, muertos, como lo
estaba mí ser ahora... desnudo y muerto.
¿Debía esperar a la primavera, a mi amado, para
39
volver a vivir?.. ¿Por qué Dios, si es que existía,
me causaba tanto sufrimiento? Sé que suena
egoísta, muy egoísta pensar en un desamor como
un castigo divino, un padecimiento insoportable,
habiendo tantos males en este mundo, y gente
infinitamente más desgraciada que yo. Pero en ese
momento, mi ser solo podía sentirse como el alma
más desdichada y adolorida de la tierra...
¿Quizás debía terminar así? ¿Porque me había
pasado esto?
¿Era acaso, el fin de un amor?
¿O el comienzo de una maldición?
40
CAPÍTULO VII
¿Volver a Empezar?
43
bastaron apenas unos pocos detalles para
comprender lo ocurrido, movieron su mano en un
delicado gesto de restarle importancia y me sonrió
con muchísima dulzura.
- Él se lo pierde- dijo con su trémula voz
educada – Tú sigue adelante, no sabes lo que el
destino te depara, cariño es solo un hombre, no
puedes cargar toda tu vida por la mala decisión de
una sola persona- el tono con el que lo había
dicho, me hizo sentir mejor, mucho mejor, tanto
que cuando tomé mi violín, sentía que volvía a ser
uno con mi instrumento, y que ambos
volveríamos a amar a través de las preciosas
melodías que salían de sus cuerdas con las caricias
del arco…
Cuando salí de mi primera clase, me sentía
feliz, Mariposa era alguien agradable, cómplice,
juvenil, me había arrancado una sonrisa y un poco
de calidez a mí atormentado corazón.
Alexia me acompañó a mi última visita con el
doctor Engel, ahora solo debía hacerme chequeos
cada mes, por lo que le agradecí su consejo de
retomar mis clases, era, como volver a construir
mi vida de nuevo, de la mano de mi profesor, y de
Mariposa, de la música, mi eterna y fiel
compañera… ¿Podría… volver a comenzar?
44
CAPÍTULO VIII
Herida al Corazón
45
Y fue aquella noche, luego de un concierto en la
que ambos sufrimos en carne propia la pesadilla…
Estaba guardando mi amado violín, cuando
escuché un tremendo escándalo, me asomé y vi a
Mariposa en cuclillas en el suelo, cubriéndose el
rostro con las manos y su cuerpo sufría pequeños
temblores, estaba llorando…
Me acerqué corriendo, al principio pensé que
habían querido asaltarlo, aunque era improbable,
él no llevaba ni efectivo ni nada de valor encima.
- ¡Mariposa!- lo llamé arrodillándome a su lado,
abrazándole sin dudar y el me apartó despacio, sus
ojos azules estaban rojos por tanto llorar y me
produjo una horrible sensación de impotencia...
-No peque… no te acerques…- me dijo
poniéndose de pie y secándose las lagrimas,
acomodándose la ropa y temblando un poco.
No le dejé irse, no, le había pasado algo terrible
pero no quería decir palabra alguna… se encerró
en el cubículo que le habían dado para cambiarse
el traje por su ropa casual y yo quedé ahí afuera,
sin saber que hacer.
- Hay gente desgraciada hasta en los lugares
más hermosos-
Giré para ver quien había sido el que había
dicho aquella frase, topándome con aquel hombre
alto que había visto en mi primer día de clases.
46
Esta vez tenía unas gafas de cristal en ves de sus
lentes oscuros, pero con las sombras del lugar no
llegaba a verle bien el rostro.
- ¿Qué le pasó?- pregunté mirando a aquel
hombre de cabello oscuro y porte señorial, el
encendió un cigarrillo y me miró largo y tendido,
antes de soltar el humo de la primera bocanada.
-Homofóbicos- respondió simplemente – Entre
los espectadores había algunos que no les gusta la
forma de amar de otros, un sacerdote creo, y su
séquito de fieles… acorralaron a Mariposa tras el
escenario, dos lo golpearon en el estómago antes
de que Odín y yo llegásemos, el sacerdote solo le
dijo que era una aberración del Señor y que
ardería en el infierno como la prostituta de
Sodoma que era...- se encogió de hombros –
idiotas … salieron por la puerta grande, solo por
tener el sello de entidad publica emblemática…
Mariposa no quiso que llamásemos a la policía ni
levantásemos revuelo… y por eso no dejo que lo
ayudases recién, miedo a que también te lastimen,
supongo -
Tragué hondo, sabía que Mariposa había
protegido la reputación del profesor Lawrence, de
haber llamado a la policía se habría armado un
escándalo y aquel incidente se habría conocido por
toda la comunidad… y esa era una fama que el
joven pianista no quería, y yo le entendía.
47
Me giré para preguntarle algo más a aquel
hombre, pero así como había aparecido,
desapareció, dejando solo una estela tenue de
humo en el aire…
Tomé una dedición y esperé a que Mariposa
saliese del pequeño cubículo que le habían dado
para vestirse, y le jale del brazo, sin decirle nada, le
abracé.
El rubio me estrechó en brazos, sollozando
bajito y pidiéndome disculpas, yo ni siquiera
entendía por qué se disculpaba pero solo le
acaricié la espalda pegándolo a mi de la misma
forma protectora que el me había abrazado aquel
día en el despacho del profesor, cuando me vio
hecho un mar de lágrimas.
Insistí en acompañarlo a casa, ya que el
profesor Lawrence parecía haberse ido ya, así que
salimos del auditorio juntos, encaminándonos por
aquel hermoso parque con el que, ya casi un año
atrás, había visto a Demian hacerle un desplante a
su ex…
Reímos al final, cuando empezamos a recordar
las clases y el me contaba anécdotas sobre cuando
tenía mi edad y conoció a mi profesor, para
cuando cruzamos el parque, estábamos riendo los
dos, sin parar, le llevaba de la mano por el simple
hecho que se me hacía lindo, no importaba que
algunos nos mirasen raro, yo iba con mi hermano
48
mayor del alma de la mano, feliz al fin…
Así había terminado la pesadilla de Mariposa,
pero la mía apenas comenzaba.
Cuando pasamos por una de las calles que
llevaban al instituto nos topamos con una silueta
masculina, demasiado conocida para mí.
Sus ojos seguían siendo lo más hermoso que
había visto en mi vida, de ese azul brilloso, su
cabello castaño caía hacia atrás sujeto por una
trenza, Demian estaba ahí…
Y lo siguiente que pasó, fue la peor de mis
pesadillas, Demian miró fijo a Mariposa , y luego
me miró a mí, y claro luego sus ojos fueron a
nuestras manos entrelazadas, yo no había notado
aquel detalle, estaba feliz mis ojos debían de brillar
de pura dicha por tenerle ahí, pero cuando corrí
prácticamente para acortar distancias y echarle mis
brazos a su cuello como siempre, como si aquel
año de soledad hubiese desaparecido con su sola
presencia, en esos segundos que tardé en llegar a
él toda mi vida había vuelto a brillar… y segundos
después… se apagó.
Demian me quitó con brusquedad, poniendo
distancia y mirando fijo a Mariposa y luego a mí, el
odio que se reflejaba en sus ojos me hizo
estremecer, era el mismo odio que había visto
aquel día en el parque.
49
- ¡Me engañaste!- me gritó de forma agresiva,
Mariposa dio un salto por lo fuerte que había
resonado el grito en la calle – ¡Y con ese
desgraciado que se folla a medio mundo!-
Yo por otro lado estaba impactado, había
sentido que mi corazón volvía a partirse en mil
pedazos producto de esa mirada de odio, pero
sacudí mi cabeza cuando llamó a Mariposa de esa
forma.
-¡No! Yo…- me mordí el labio y le di un suave
empujón para que no se acercase al rubio- ¡Yo no
te engañe! ¡Solo estábamos caminando! ¿Y tú?
¿Dónde estabas? ¡Pasó un año me dijiste un par de
días y paso un año!- le eché en cara, a lo que él
solo respondió:
–Tenía que cuidar a mi madre, esta enferma-
me respondió de forma gélida –Regresé a verte y
me encuentro con que haz estado de fiesta en
fiesta, encamándote con esta alimaña- apuntó a
Mariposa y el pianista se encogió en su lugar.
- No quiero verte nunca más- me dijo
mirándome fijo con odio – Eres una prostituta
como él y si sabes que hay algo que nunca puedo
perdonar, es una infidelidad-
50
definitivamente, cuando reaccioné apenas pude
cubrir mis ojos con mis manos para que nadie me
viese llorar, para que nadie me viese como mi
mundo terminaba por derrumbarse…
No supe qué pasó luego, recordaba todo como
si hubiese sido un nubloso sueño, Mariposa me
llevó a mi casa, me dio un calmante con un té, me
trataba de consolar y yo solo podía llorar, llorar a
mares…me sentía tan mal, me sentía que le había
fallado a Demian , sentía que había perdido el
rumbo.. Y aquello no fue lo peor…
Días después, regresando del colegio, siendo
prácticamente arrastrado por Alexia quien insistía
en volver a ver al Doctor Engel, la peor de las
dagas terminó por destruir lo poco que quedaba
de mi ser.
Ahí estaba Demian, besándose, en medio de la
calle, con aquel escritor que había sido su pareja
antes que yo, aquel que yo había visto con otro
sujeto, aquél que... aquél que le había engañado,
mi mente no entendía ¿Por qué Demian me
culpaba de ser infiel solo por verme de la mano
con Mariposa? Cuando aquel hombre le había
dejado, le había cambiado con descaro y ahora
estaban ahí, juntos, tan felices, riendo, riendo
mientras yo me moría por dentro y por fuera…
Mi mundo se había quebrado, se que es una
estupidez, se que muchos dirían que soy un
51
fatalista, un exagerado, que tan poco me valoraba
como para dejarme morir por aquello, pero lo que
nadie sabe, es que tan hondo cala a uno un
corazón roto, nadie sabe lo que sentí, o por qué
me dolía tanto…
No recuerdo que pasó luego, solo sé que Alexia
se fue como saeta encendida a la pareja, el sonido
del azote que su mano ajustició contra la mejilla de
Demian resonó en la calle, varios la miraron, otros
la trataron de loca, por como ella le gritaba toda
clase de cosas, todo lo que venía guardándose
desde el día que había desaparecido y me había
visto destruido, mi amiga, con su estrafalaria
moda, su mochilla llena de pines de animé, su
falda de colegiala japonesa, sus mil llaveritos
colgando de sus llaves… mi hermanita… Demian
se levantó y le gritó un par de cosas, aquel joven
que le acompañaba estaba hasta dispuesto a
devolverle el golpe a Alexia... una figura se
interpuso, cabellos negros, fríos ojos azules,
demasiado alto y fuerte como para que Demian,
maldito cobarde, se atreviese a hacerle frente.
Terminamos dentro de un carro, y cuando quise
acordar, estábamos sentados los dos en el
consultorio del doctor Engel, que nos miraba fijo
a los dos, después de rescatarnos de aquella escena
en la calle.
Estallé y no recuerdo más nada, solo dolor y
52
mucho dolor.
¿Cuán honda puede llegar a ser una herida al
corazón?
53
CAPÍTULO IX
Maldito y Condenado
a Morir de Tisteza
54
Preparó un té en la cocina de la casa de mi tía,
para ambos, se lo veía bastante aprensivo…
-Mariposa, no fue tu culpa- dije al final,
pensando que quizás estaba preocupado porque
aquella pelea se había dado al verme de la mano
con el rubio, pero una vez mas , me equivoqué.
Mariposa se sentó frente a mi con la taza en
manos y la mirada triste, algo me decía que pasaba
más de lo que me contaba y entonces pude notar
su brazo amoratado , escondido por su camisola
de mangas holgadas.
-Bastian, bonito…- empezó a decir con esa
delicada voz aterciopelada, se mordió el labio y
bajo mas la mirada – Yo conocía a Demian de
antes…-
Aquello no me lo esperaba, sin duda, me quedé
mirando al rubio con mis ojos como plato, ¿de
dónde? ¿Cómo?... y como una intuición mis ojos
se posaron en los moretones que el joven
escondía…
-Demian pertenece a una iglesia que odia…
bueno odia a las personas que no van con sus
ideales, ya viste como el otro día quisieron armar
un escándalo en el teatro…-
Claro, las piezas iban encajando de a poco,
Demian trabajaba en esa iglesia ¿no?... entonces mi
mente empezó a trabajar mientras el rubio seguía
55
contándome.
-Yo conocí a Demian media hora antes que tú,
cuando el sacerdote dio la orden me llamó de una
forma horrible… y me golpeó… Law le hizo
frente y amenazaron de denunciarnos por
pedófilos y abusar de nuestros alumnos, después
de todo, la palabra de un sacerdote, hoy en día
sigue pesando mucho más que la de un par de
profesores… ¿no es así?-
Me sonrió triste, aunque yo no devolví la
sonrisa, no me sentía capaz, sentía mi estómago
revuelto, ante la sola idea de ver a Mariposa bajo la
furia de Demian, y la hipocresía de este, ¿acaso su
escritorcito de cuarta no era hombre? ¿Y él? ¿Él
no era hombre? Y Demián lo había seducido,
porque hasta que le conoció no estaba interesado
en chicos… pero no importaba ya.
Miré a Mariposa y entonces vi el discreto anillo
de plata que había en el dedo de su corazón…
acaso… él... empecé a atar cabos...
-Mariposa el profesor Lawrence... –
El sonrió suave y esbozo una de sus tiernas
sonrisas, por primera vez en días le había visto
sonreír así.
-Somos pareja, desde hace ocho años, el
fundador de la academia nos presentó en una de
sus fiestas…- me contó orgulloso y no pude más
56
que recordar a ese oportuno hombre que siempre
tenia la palabra justa para mí, aquel que me había
animado a entrar de nuevo y el que me explicó la
situación dolorosa que vivía Mariposa bajo esa
hermosa y calida sonrisa… – En primavera vamos
a casarnos...-
Le miré sorprendido, no me esperaba aquello,
no porque me desagradase, sino porque no se me
había cruzado por la cabeza que ellos dos podían
ser pareja… me sentía feliz, Mariposa merecía una
persona que lo amase, y el profesor Lawrence
parecía amarlo con locura, al punto de casi arrojar
su carrera al caño solo por defender al joven
pianista…
Círculos mágicos, sin duda... todos y cada uno
marcados por un destino…
Luego de una larga charla, me quedé pensando
por mucho tiempo aquello, me sentía usado y a la
vez culpable porque a pesar de todo no podía
dejar de sentir lo que sentía por Demian, a pesar
de lo que sabía, a pesar de lo que había vivido con
él...
Un compañero me trajo unos apuntes, era del
mismo grupo de aquel día había decidido ir de
campamento, de hecho habíamos compartido la
misma tienda, su cabello era castaño claro y unos
lindos ojos celestes, al parecer Alexia les había
contado a todos que, sin dar detalles, “alguien” me
57
había roto el corazón.
Andrew, así se llama mi compañero, trataba de
levantarme el ánimo, hasta incluso me convenció
de salir un rato y terminamos caminando por la
parte del parque en la que había un lago…
Le conté sobre Mariposa y el ataque del
sacerdote, él me miró indignado, ¿cómo alguien
con tanto talento podía ser juzgado por su vida
personal? Eso mismo me preguntaba yo... al final
termine contándole de Demian y lo nuestro, él
escuchó en silencio, no podía saber que estaba
pensando, acaso quizás ¿me vería con ojos
diferentes? ¿Dejaría de ser su compañero? ¿Su
amigo? Por suerte Andrew lo tomó con la total
naturalidad...
-Bleh, habría que darle una merecida cucharada
de su sopa- me dijo tranquilo – ya sabes que su
adorado jefe don inquisidor descendiente de
Torquemada lo pille besuqueándose con su
escritorcito de quinta facilongo-
Aquél tono de indignación graciosa me terminó
por hacerme reír, hasta que el teléfono de Andrew
sonó, su madre regañándolo que si no llegaba en
dos minutos a su casa lo confinaría a un
monasterio de por vida... así que lo vi correr
mientras el sol empezaba a ponerse…
Me quedé mirando el lago, tenia tantas dudas...
tanta culpa y a la vez enojo por todo lo que
58
pasaba... ya no sabia como reaccionar, solo quería
que acabase de una vez…entonces algo me llamó
la atención.
Alexia caminaba por la orilla del lago, no me
había visto, pero lucía… diferente… no llevaba su
típico traje estrafalario otaku sino un lindo vestido
sencillo, el cabello suelto, sin ningún peinado raro
y lo único que se me hacia familiar era su mochila
llena de adornitos simpáticos... Mi amiga no
parecía mi amiga… y entonces comprendí el por
qué...
A su lado caminaba el doctor Engel, aunque
este no lucía su bata de médico sino con ropa de
civil, estaba elegante y casual al mismo tiempo,
ideal para una cita en el lago del parque...
¿Cita?...
Y aquello fue confirmado cuando en un
momento Alexia se detuvo, al parecer su carácter
no había cambiado y vaya a saber que había dicho
el pobre doctor para que ella luciera enojada, con
sus mejillitas rojas infladas y echando chispas por
los ojos, y contra todo pronóstico, el doctor le
sonrió de una forma dulce, tan dulce que no
parecía el, no definitivamente ese no podía ser el
doctor Engel... o si?... si era él, ese cabello largo
negro, ese porte , era él..
Y cuando la tomó por los hombros y la abrazó
con dulzura, no pude más que sonreír, para luego
59
verlos fundirse en un tierno beso… así que ese era
el secreto de Alexia, estaba feliz por ella..., era
hora de dejar que mi amiga encontrase su propia
felicidad…
Empecé a caminar hasta mi casa, sentía mucha
pena aún si, tenía tantas ganas de arrancarme el
corazón y ofrecérselo aún palpitante a Demian,
con la vana esperanza de que me perdonase, de
que me amase…
Los días pasaban demasiado lentos como para
disfrutarlos, demasiado rápidos como para razonar
el tiempo perdido, el mundo no dejaba de girar,
pero mi mundo se había detenido… aquello había
sido una maldición, quizás Dios me había
señalado a sufrir por haber sucumbido a la
tentación de enamorarme de alguien prohibido…
¿Era prohibido? ¿El amor podía ser algo de lo que
alguien debía privarse? Yo no creía en la magia,
no creía en nada de eso…
Pero el hecho era, que estaba maldito, sin
duda... maldito y condenado a morir de tristeza.
60
CAPÍTULO X
61
evaluaban si diagnosticarme anorexia nerviosa.
- Ni que el tipo estuviera tan bueno- dijo quien
estaba a mi lado
- No se trata de físico, sino de lo que me hacía
sentir… me hizo creer en la magia del amor…-
Esa persona hizo una pausa y me acarició los
cabellos con ternura, suspiré, de alguna forma
aquella caricia me confortaba.
- El amor es magia, porque tus sentimientos
eran puros, el que no haya sido correspondido, no
quiere decir que no haya sido… intenso... a veces
amamos a la persona de una forma tan grande sin
ser correspondidos, pero eso no quita que haya
magia en el amor, supongo, solo... debes saber
canalizar eso con la persona correcta.
Suspiré y me recosté en la hierba mirando el
cielo anaranjado, y luego girar mi cabeza para
mirar a quién estaba sentado a mi lado…
Solo pude distinguir su cabello rubio y su
sonrisa bonachona, Andrew me observaba
consumirme en mi propio dolor, y entonces pasó
lo que jamás pensé que pasaría…
Se inclinó sobre mí y me besó…
No fue un beso brusco, sino un tierno roce de
labios que no me vi capaz de corresponder, por un
lado porque me había tomado por sorpresa, por el
otro porque el pánico de que Demian me volviese
62
a acusar de traicionarlo me hizo quedar paralizado,
a pesar de la dulzura con la que me trataba mi
amigo…
Y entones la magia apareció…
Cuando Andrew se separó de mí, sus ojos
siempre azul cielo, eran de un violeta casi
sobrenatural…
-Andrew…- murmuré despacio, el chico parecía
no enterarse de lo que le ocurría a sus ojos, y
empecé a atar cabos…
Andrew tomaba clases de flauta en el mismo
horario que el mió…
Aquella tarde también el sol primaveral teñía
todo de naranja…
El pareció entender que es lo que tanto
analizaba y sonrió.
- Se ponen así con la luz del sol – me explicó
como si me hubiese leído la mente – cuando se
pone así naranja, mis ojos al ser claros tienen
como un color violeta... raro, a veces no se me ve
porque como la luz me molesta uso anteojos de
sol…-
Pero aquel día no los había usado… la
sensación que me había embargado en aquel
momento, el estallido de colores, el cambio radical
en mi vida… volvía lentamente…
63
-Te amo…-
Esas palabras habían salido de los labios del
rubio despacio, casi con temor, se mordió el labio
al ver como yo no reaccionaba y tomo aire…
-Iba a decírtelo ese día...- me dijo despacio –
Corrí por la calle para alcanzarte pero me quedé
paralizado al ver como casi te atropella un auto…-
Entonces mi mente regresó a ese día, el
bocinazo, y luego aquellos hermosos ojos, que
ahora estaban fijos en mi, desaparecieron…
-Pensé en aprovechar el campamento… como
dormimos en la misma tienda creí que iba a tener
una chance de poder hablarte a solas… pero
empezaste a tardar... fui a buscarte y te vi
hablando con alguien... preferí esperarte y caí
dormido antes de que llegaras… luego en sueños
murmuraste algo sobre Sagitario.. No recuerdo
bien qué signo… tú eres Piscis... así que calculé
que hablabas de la otra persona...-
La tarde iba cayendo, y a medida que el azul
oscuro empezaba a predominar en el cielo, mi
corazón se iba acelerando, sin poder dejar de
mirar a Andrew…
-En la escuela... decidí que iba a decirte sobre
mis sentimientos pero entonces cuando corrí de
regreso al colegio luego de que Alexia me dijera
que aún seguías ahí, te vi besándote con... bueno
64
con él y perdí todas mis esperanzas…-
Buscó algo en su mochila, sacando un tierno
osito color marrón, afelpado y con ojos verdes y
poniéndolo en mis manos.
- Iba a dártelo… ese día… perdona… yo... –
suspiró y me miró a los ojos – Debí luchar por tu
amor… te veía tan feliz con ese tipo que preferí
amarte en silencio... aun cuando veía que te
consumías lentamente en una obsesión… pero no,
ya no... Bastian, ya no... Te amo- me sonrió
mientras yo solo podía temblar, abrazándome al
osito como si la vida se me fuera en ello – créeme,
yo si te amo…-
Me quedé en silencio, no sabía cómo
corresponder a los hermosos sentimientos de
Andrew, él, había sido mi ángel de la guarda,
quien, sin saberlo, me había despertado de aquel
mundo gris sumido en la monotonía…
Y aunque hubieron periodos negros, ¿acaso el
negro no es también un color?... Andrew me había
llenado de colores mi mundo, me había cuidado y
amado desde la distancia, y en sus ojos podía ver
el reflejo de sus sentimientos, sus preciosos ojos
azul cielo, que al ser tocados por el sol primaveral,
se convertían en los ojos de mi ángel de la
guarda…
- No perdemos nada con intentarlo- murmuré
sonriéndole, aceptando de buena gana ese abrazo
65
cálido que vino luego de mis palabras y un nuevo
tierno beso…
Esa noche cenamos en la casa de Mariposa y el
profesor Lawrence, quien nos miraba con una
sonrisa de oreja a oreja, supongo que aliviado de
ver algo de luz en mis ojos nuevamente y que
hubiese recuperado el apetito… Andrew es
alguien exigente, me obligó a comer dos platos y el
postre, a base de cariños, besos y miradas
tiernas… Nuestra relación era muy diferente a la
que tuve con Demian… Andrew no hablaba con
rencor de nadie, no tenia motivos para ello, o al
menos según el, había cosas más interesantes de
las que hablar que personas malas… ambos
creábamos música juntos, reíamos juntos, y sí, él
tiene una rara manía de regalarme ositos, por lo
que mi habitación ahora parece la de una colegiala
tierna, llena de diferentes animalitos de peluche,
pero no me importaba… Andrew nunca me exigía
ni me presionaba a nada, todo entre nosotros se
daba de forma natural que parecía que estábamos
hechos el uno para el otro.
Hicimos una promesa…hicimos formal nuestra
relación ante familiares, amigos y maestros, sin
importar el que dirán, ni nada... nosotros mismos
íbamos a mostrar nuestra valía mas allá de los
prejuicios, y cuando al fin nuestras metas se
cumpliesen, nos casaríamos, como harían el
profesor Lawrence y Mariposa…
66
No existen las maldiciones como tales, nadie
puede manipular el destino para siempre, y nadie,
por mucha mala suerte que tenga, debe creer que
todo es obra y gracia de un acto maligno
místico… cada quien hace su destino…
Y a veces el destino, por muchas vueltas que dé,
siempre vuelve a su curso natural, te da señales,
solo debes escuchar a tu corazón... por lo general
él tiene una sabia respuesta a todo… y es... el
amor…
Y el amor no se trata de cambiar para agradarle
a tu pareja... no se trata de reservar todas tus
emociones y dejarle lastimarte… no se trata del
egoísmo de creer que una persona te pertenece…
se trata de compartir, soñar, crear, y proyectar en
el mismo sentido, es dar y recibir, tolerar pero
también ser tolerado…
Amar, es despertar un mundo de colores en el
otro, es llenarle de vida, de sentimientos,
emociones... es ser una misma alma, viviendo en
dos cuerpos.
67
CAPÍTULO XI
La Flama de Vida
de un Ángel de Hielo
68
Alexia nos miraba con curiosidad, pero por
alguna razón ya no era esa efusividad casi
incómoda por saber cada detalle de nuestras
vidas… supongo que es porque ahora ella debía
ocuparse de la propia, y la de su prometido, el
doctor Raphael Engel.
Y justamente un tarde en la que decidimos
pasarla los tres juntos, entre tazas de té nos contó
cómo es que terminó saliendo con el doctor.
Con mi primer desmayo, en una convención de
animé a la que acompañé a Alexia, el doctor Engel
me había atendido… lo que yo no me di cuenta
fue que esa mirada de hielo se derritió en silencio
al ver a mi preocupada amiga casi amenazándolo
de que encontrase una cura milagrosa para mí,
como si aquello fuese posible…
Por otro lado Alexia al estar sola en su casa, no
podía quitarse esos ojos azules de la cabeza, su
mundo había dejado de ser de dos dimensiones
impresas en un papel y ojos enormes, para pasar a
tener forma… forma de un médico de hielo…
Empezó a acompañarme, porque yo le
preocupaba, y también porque secretamente,
quería ver esos ojos, escuchar aquella voz con un
frío acento alemán que poco a poco la volvía loca.
Entonces se convenció de que no podía seguir
usándome como excusa para verlo, y decidió
visitarlo a la salida de sus consultas… al principio
69
solo caminaban en la misma dirección, con una
charla simple, superficial, pero la curiosidad de
Raphael por todos aquellos colgantitos en la
mochila de Alexia hizo que la conversación se
tornase más íntima… hasta que el mismo doctor
empezó a disfrutar de aquellas caminatas, poco a
poco se iban contando sus vidas, hasta que
Raphael le contó el por que de su frío carácter que
le impedía mostrar sus emociones…
El doctor había sido un joven muy amoroso y
enamorado en su adolescencia, se había
enamorado perdidamente de su amiga de la
infancia, aunque esta no le correspondiese, de
hecho, ni siquiera lo consideraba su amigo, lo
maltrataba siempre que podía, lo humillaba incluso
se besaba con otros chicos indiferente a como
aquello lastimaba por dentro a Raphael...
Un día a sus dieciséis años, la chica corrió
llorando a los brazos del médico, contándole que
estaba embarazada de un hombre casado. Raphael
no lo dudó y le pidió hacerse cargo del niño, y ella,
a pesar de aceptar aquello, no dio muestras de
querer más al joven. El consiguió un trabajo de
medio tiempo, al salir de sus clases de
preparatoria, y con ello pudo sostener no solo el
plan médico de madre e hijo, sino equiparse con
todo lo necesario para la llegada de un bebé.
Pero eso ya no importaba, Raphael tenia ya otra
70
razón para amarla aún más y era ese precioso bebé
que crecía en el vientre de la muchacha…
El nacimiento llegó, el precioso bebito fue
recibido con alegría por su padre adoptivo, pero
aquella hermosa sensación que experimentó al
cargar al bebé en sus brazos, esa inmensa felicidad
de verse reflejado en sus tiernos ojitos recién
abiertos, desapareció.
El padre biológico apareció en el mismo
hospital, con promesas de matrimonio y una
familia, la joven no lo dudó y arrancó al bebé de
los brazos de Raphael y con ello su corazón y su
alma, desde entonces, Raphael no se vio capaz de
mostrar cariño abiertamente a nadie.
Al escuchar la historia nos miramos con
Andrew y hasta agradecí al ve ver que no era el
único que estaba con un nudo en la garganta, mi
pareja se mordía el labio divido entre la lástima
que le daba aquel médico y obviamente la
curiosidad de saber cómo es que pasó de ser un
pobre ente sin motivos de sonreír, a ser el novio
de alguien tan… inusual como Alexia.
Y casualmente fue en otro evento otaku en la
que el corazón de Raphael pudo destruir la capa
de hielo que el mismo se había puesto...
Alexia fue disfrazada de un personaje de una
de esas caricaturas, un traje vistoso y revelador,
pero que a su vez desató tres tipos de reacciones,
71
un destape hormonal entre los adolescentes que se
encontraban en la sala, una intensa envidia de
algunas chicas y la necesidad de quitarla del centro
de la mirada de todos, por ende, a la hora del
famoso desfile, varios, alentados por este grupito
de chiquillas envidiosas, empezaron a abuchearla,
incluso las amenazas fueron a mayores, cuando
Alexia dolida salió corriendo, sin tomar en cuenta
que, con ese traje vistoso podía ser presa de
cualquier abusivo y eso casi pasó de no ser
porque, llorosa y aterrada, solo atinó a llamar al
doctor, quien en menos de dos minutos estuvo en
la puerta, con su porte altivo y gesto caballeroso,
envolviendo a Alexia en sus brazos de forma
protectora y sacándola de ahí.
Mi amiga había comprendido que aquello no
era lo que quería en su vida, le gustaba la cultura
japonesa, pero ya disfrazarse y casi morir en el
intento de llamar la atención no era lo que ella
quería… de ehcho, lo que ella quería en su vida
estaba justamente a su lado, envolviéndola en su
largo abrigo negro… Raphael en ese momento
comprendía lo mismo, que ya no sentía dolor por
lo ocurrido en su pasado, porque tenia todo lo que
quería entre sus brazos, temblando de miedo y frío
y aferrándose a él como si su vida dependiese de
ello.
Y ambos, escondidos en el oscuro automóvil
del médico, se besaron, comprendiendo al fin que
72
el destino por algo los había unido y como piezas
de un complicado rompecabezas llamado destino
encajaban a la perfección.
Así fue como Alexia poco a poco empezó a no
ser tan fanática obsesiva con sus pasatiempos,
empezó a vestirse de forma mas normal, no
porque nadie la obligase, sino porque se sentía
cada vez mas cómoda viéndose como la mujer
madura que quería ser. Aunque claro, aun seguía
conservando ositos, muñecos que ella misma hacía
y los adornos en su mochila, lo que hacía que no
perdiese del todo su encantadora personalidad,
aquella que había atrapado al doctor por
completo.
La segunda tetera se vació, y era hora de irnos,
estaba muy feliz por mi amiga, por como había
dado un giro en su vida y avanzaba, ahora de la
mano de alguien que, aunque de forma diferente,
había estado perdido como ella.
Estreché la mano de Andrew, seguía sin saber si
él era el amor de mi vida, pero, mientras
caminábamos para ir a casa, pensaba que, cada
persona es un mundo, tiene una historia que
contar, algunos sufren más, otros menos, pero sin
duda, todos hallaban su destino.
En el caso de Alexia, su destino estaba escrito
junto a su ángel de la guarda, ser la flama de vida,
de un ángel de hielo.
73
74
EPÍLOGO
75
niño grande aún dormía, despatarrado ahora que
ya no estaba abrazándome y estrujando en mi
lugar el osito marrón con ojos verdes, aquél que
yo, por cábala, llevaba siempre conmigo.
Pero no tardó mucho en removerse y sonreírme
desde la cama adormilado mientras yo empezaba a
preparar nuestros trajes, en un par de horas
deberíamos ir a la boda de nuestros maestros y
amigos…
Entonces un ruido llamó mi atención, era muy
débil pero a medida que se acercaba se hacía más
claro, eran dos personas discutiendo…
Andrew también lo escuchó y se levantó
curioso para poder saber que pasaba… y a pesar
que yo no le veía el motivo de a risa, él la contuvo
apenas, solo por no hacer ruido y seguir aquella
disputa…
Ahí estaba, Demian, peleando con el escritor
nuevamente, al parecer había habido una… no…
¡cinco! Infidelidades… por parte del joven
bohemio, Andrew comos siempre infantil no
contuvo al final la risita y para no alertar nuestras
presencias, se metió de nuevo al cuarto riéndose
contra la almohada de la cama…
Entonces vi como el joven escritor le metía una
sonora cachetada en la mejilla a Demian
amenazándole que iría directo con el sacerdote
que lo tutelaba, aquel homofóbico y le mostraría
76
todos los videos de ellos teniendo relaciones…
touché.
Fue entonces cuando luego de una aireada
salida del joven, Demian levantó su mirada y me
reconoció, supongo que en ese momento, pensó
que yo aún seguía interesado por el, por lo que me
sonrió de esa forma antes seductora que ahora no
hacía ni la mas mínima mella en mí, no cuando mi
ángel de la guarda me sonreía con amor, me
miraba con devoción y jamás se había ido de mi
lado…
Y hablando de mi ángel, en ese momento unos
brazos rodearon mi cintura, apenas cubierta por
mi sencillo pijama azul claro y se pegó a mi
cuerpo, Demián al ver aquello se fue hecho una
furia…
Días después nos enteramos que él y el
sacerdote habían sido encarcelados por violencia
homofóbica…
Andrew y yo nos miramos, reímos bajito y
aliviados mientras planeábamos bañarnos,
vestirnos e ir a la boda…
Les diría que fue maravilloso, pero sería
quedarme corto, Mariposa se veía radiante, feliz,
enamorado, al igual que Odín Lawrence, ahora su
marido…
Pero aquel día no terminaba, luego de una
77
celebración en la misma mansión, Andrew me
ofreció una caminata por el parque, hasta que
llegamos al lago donde nos habíamos besado por
primera vez.
-Bastian…-
-¿Mmm?- le miré y me sonrojé al ver como se
arrodillaba frente a mí y abría una cajita de
terciopelo rojo... en ella había un pequeño osito de
peluche, como de esos que tenia Alexia colgando
de sus llaves siempre, y en las patitas de había un
anillo de compromiso.
No hace falta decir cual fue mi respuesta, antes
de lanzarme a sus brazos y besarle con todo el
amor del mundo… pegándome a su cuerpo, al
cuerpo de mi ángel de la guarda, aquél que había
aguardado a mi lado, amándome siempre, aquel
que llegó para salvarme la vida y devolvérmela…
No sabíamos que nos depararía el futuro, pero
estábamos seguros que, pasase lo que pasase, lo
pasaríamos juntos…
Y es aquí, mi querido lector, en donde te
agradezco de corazón, haber leído mi pequeña
historia, si buscas un mensaje, te diré, cree en el
amor, en lo que te dicta el corazón, y... si alguien
se aleja de tu vida debes saber que el destino te
depara algo mejor, nunca te rindas... y por sobre
todas las cosas…
78
Nunca dejes de creer en el amor, porque el
amor nunca deja de creer en ti.
Tuyo...
Sebastián, el Violinista Maldito.
79