4 Dom TC (B)
4 Dom TC (B)
4 Dom TC (B)
Acto Penitencial
Pidamos perdón al Señor por las veces que hemos rechazado su
amor o hemos permanecido indiferentes a él.
(Pausa)
• Señor Jesús, tu Padre nos ama con tanto amor que te entregó a
nosotros:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
• Cristo Jesús, tu Padre te envió al mundo no para condenarnos
sino para salvarnos a nosotros y a todos los hombres:
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
• Señor Jesús, tú quieres que brindemos a otros el gran amor
con que tú nos amas:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Oh Dios misericordioso, confiamos en tu amor que perdona todos
nuestros pecados. Renuévanos en tu amor y llévanos a la vida
eterna.
Oración Colecta
Oremos a nuestro Padre
que con Cristo nos llevó a la vida.
(Pausa)
Oh Padre, lleno de gracia y de amor:
Tú todavía amas tanto al mundo
que sigues entregándole a Jesús, tu Hijo.
Que su cruz sea para nosotros la señal
de que estás con nosotros
en días de miseria y aflicción.
Que podamos mirarle como modelo y aprender de él
a abrir nuestras manos y corazones, unos a otros
y a darnos a nosotros mismos con nuestros dones.
Y que esto ayude al mundo a percibir tu luz
y a aceptar al Hijo que nos has dado,
Jesucristo, nuestro Señor,
por los siglos de los siglos.
Oración de Ofertorio
Oh Dios y Padre nuestro:
Hoy traemos a tu altar el pan duro
de nuestra cobardía e incapacidad
y el vino, agriado ya, de nuestros pecados.
Al unirnos a Jesús en su sacrificio,
te pedimos que se conviertan en pan de gracia y de fuerza
y en vino de alegría y esperanza.
Que tu Hijo se quede con nosotros
para ensanchar y profundizar nuestro amor
y para que sepamos caminar juntos
por el camino de la amistad y de la vida.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Introducción al Padrenuestro
Agradecidos por el amor que el Padre nos mostró en Jesús,
nos dirigimos a él con toda confianza,
recitando la oración del mismo Jesús, nuestro Señor:
R/. Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de nuestros pecados,
de nuestra cobardía ante el temor al cambio
y ante la defensa de los débiles.
Danos la seguridad de que tú estás con nosotros
en nuestras luchas y tentaciones,
y de que tu gracia puede vencer al mal.
Que marchemos hacia adelante sin miedo
y que preparemos la venida gloriosa entre nosotros
del reino de bondad y misericordia
de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
R/. Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Hijo mismo de Dios,
que fue alzado en la cruz
para salvarnos y para darnos vida y luz.
Dichosos nosotros de recibirle ahora en comunión.
R/. Señor, no soy digno…
Bendición
Hermanos: Dios ha sido muy bueno con nosotros.
Todo lo que tocamos es gracia que procede de él.
Hemos experimentado de nuevo su gran amor
en esta celebración eucarística.
Con Jesús entre nosotros,
¿acaso no podemos intentar
que este amor sea mutuo y tangible,
especialmente para con los necesitados y afligidos?
Que la bondad de Dios brille en nosotros.
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros
y permanezca para siempre.
PERDÓN DE DIOS
Acción de gracias
EVANGELIO
Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no
perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida
eterna.
Palabra de Dios.
MIRAR AL CRUCIFICADO
Desde ese rostro apagado por la muerte, desde esos ojos que ya no
pueden mirar con ternura a pecadores y prostitutas, desde esa boca
que no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos
abusos e injusticias, Dios nos está revelando su "amor loco" a la
Humanidad.
Primero, Jesús es, antes que nada, el «regalo» que Dios ha hecho
al mundo, no sólo a los cristianos. Los investigadores pueden
discutir sin fin sobre muchos aspectos de su figura histórica. Los
teólogos pueden seguir desarrollando sus teorías más ingeniosas.
Sólo quien se acerca a Jesucristo como el gran regalo de Dios,
puede ir descubriendo en todos sus gestos, con emoción y gozo, la
cercanía de Dios a todo ser humano.
DIOS ES DE TODOS
Pocas frases habrán sido tan citadas como ésta que el evangelio de
Juan pone en boca de Jesús. Los autores ven en ella un resumen del
núcleo esencial de la fe, tal como se vivía entre no pocos cristianos
a comienzos del siglo segundo: «Tanto amó Dios al mundo, que
entregó a su Hijo único».
Dios no sabe ni quiere ni puede hacer otra cosa sino amar, pues en
lo más íntimo de su ser es amor. Por eso dice el evangelio que ha
enviado a su Hijo, no para «condenar al mundo», sino para que
«el mundo se salve por medio de él». Ama el cuerpo tanto como el
alma, y el sexo tanto como la inteligencia. Lo único que desea es
ver ya, desde ahora y para siempre, a la Humanidad entera
disfrutando de su creación.
Es muy fácil pasarse la vida entera ocupado sólo por las cuestiones
más inmediatas y, aparentemente, más urgentes y prácticas, sin
preguntarme nunca «qué voy a hacer de mí» (X. Zubiri). Nos
instalamos en la vida y vamos viviendo, aunque no sepamos ni por
qué ni para qué.
DESPEDIDA DIFERENTE
Hoy son pocos los que mueren así. Por lo general, enfermos,
familiares y amigos preferimos engañarnos unos a otros. No nos
atrevemos a ayudar al enfermo a vivir el final de su vida sostenido
por el consuelo de la fe en Dios. Podemos, sin duda, justificar de
muchas maneras nuestra actitud. Por otra parte, la trayectoria de
cada persona es diferente. Pero a veces olvidamos que la fe no es
sólo para orientar esta vida, sino «para que todo el que crea en El
tenga vida eterna» (Juan 3, 16). A mí me gustaría despedirme de
este mundo como este joven párroco.
CUESTION DE SINCERIDAD
Cada vez tendrá menos sentido una apologética barata de la fe, que
no tome en serio las dificultades reales que siente el hombre de hoy
para creer. Cuando se busca sinceramente a Dios para uno mismo y
para los demás, hay que renunciar a tópicos y soluciones
simplistas. La fe permanece viva, seguramente más viva que
nunca, pero hay fórmulas y esquemas que pueden tambalearse.
PREGUNTAS ELEMENTALES
¿Hay que hacer algo para creer? Sí. No basta una actitud pasiva o
frívola. Tampoco es suficiente “dejarse llevar” por la tradición
religiosa de nuestros padres. Es necesario buscar un sentido último
al misterio de nuestra vida. Pero, ¿qué hacer en concreto? Estar
más atentos a los interrogantes, anhelos y llamadas que brotan
constantemente de nuestro interior.
ACERCARNOS A LA LUZ
Y no se acerca a la luz.
EL MIEDO A LA VERDAD
CONTEXTO
Pero Jesús insiste: "El que no nazca del agua y del espíritu no
puede entrar en el Reino de Dios; lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del espíritu es espíritu".
EXPLICACIÓN
Juan nos dice que Dios es justicia; pero en Él, la justicia es una
realidad permanente. Todo está en su sitio en cada instante. Cada
actitud, cada acto del hombre, lleva incorporada la justicia.
Los hombres han preferido las tinieblas a la luz. "Su modo de
obrar" Denota el proceder habitual, no un acto puntual.
Mantener una relación con Dios desde la Ley, desde lo externo, sin
Vida, es mantener la relación de injusticia en que están los
dirigentes religiosos. El que oprime al hombre no puede aceptar la
luz. La adhesión a Jesús, exige salir de la situación de opresión.
APLICACIÓN
1) La salvación es Vida.
2) Viene de Dios.
3) Es fruto del amor de Dios.
4) No es una alternativa a la condenación.
5) Exige la adhesión a Jesús.
6) Se manifiesta en las obras.
Cada uno de estos puntos nos tendría que advertir de los errores en
que caemos a la hora de hablar de esa salvación que Jesús nos
ofrece. "Por pura gracia estáis salvados".
Meditación-contemplación
...........
MEDITATIO
Algunas Preguntas: