Cap. 4

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

1
CHRIS RICHARDS

LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS©


Es una publicación de Cima Producciones®
bajo la dirección de Vino Nuevo.

Copyright © 2010 por Chris Richards


Segunda Edición © 2020

Oficinas en México
Cima Producciones
C. Olmos No. 1294
Fracc. Córdova Américas
Cd. Juárez, Chih., México (656) 611-2200
www.cima.cc

Oficinas en USA
988 Kessler Dr.
El Paso, TX. USA 79907
Tel. (915) 850-0200

Citas bíblicas de:


Nueva Versión Internacional
Reina Valera 1960
Tomadas con permiso.

ISBN 978-1-60526-049-5

Derechos Reservados. No se autoriza la reproducción parcial o total de


este libro en ninguna forma, ni tampoco que sea archivado en un sistema
o transmitido de manera alguna por ningún medio: electrónico, mecánico,
fotocopia u otro, sin permiso escrito del autor.

Hecho en México.

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

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CHRIS RICHARDS

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Dedicatoria
Quiero dedicar este libro a la increíble familia de
“Vino Nuevo El Paso”, quienes me mantienen motivado
a buscar el rostro de Dios y escuchar Su voz para
esta generación. Quiero agradecer a mi linda amiga
y compañera Haydeé, quien edita todos mis libros y
me hace verme más educado y culto de lo que soy en
realidad.

Este libro fue escrito con la genuina preocupación de


un Pastor por la condición actual de la iglesia. Lejos de
nacer de ira o frustración, proviene de la pesadumbre
y preocupación por el alma de cada persona que se
encuentra dentro de una iglesia o institución religiosa,
y que vive engañada pensando que por su mera
membresía, es salva. Por favor, te ruego tomar el
tiempo de escudriñar este libro sin rechazarlo pensando
que solo es para el inconverso o el que vive sin Dios.
Por el contrario, esta es una obra dirigida a la iglesia de
Cristo.

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Índice
UNO: ¿Te conoce? Pág. 11
DOS: El vómito de Dios Pág. 35
TRES: Examen del corazón Pág. 65
CUATRO: ¿En qué consiste tu vida? Pág. 93
CINCO: Para recibir, hay que dar Pág. 129
SEIS: El antídoto Pág. 173

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El que tiene
oídos para oír, oiga.
Mateo 11:15

Dios nos llama a examinar nuestra


vida, así como nuestra relación con
Él de una manera sobria y seria.

Este libro es un llamado a esa


examinación personal.

A veces no será fácil ni agradable,


pero es esencial.

Chris Richards

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¡Señor, Señor, ábrenos!


Mas Él, respondiendo, dijo:
De cierto os digo,
que no os conozco.

Mateo 25:11-12

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¿TE CONOCE?

Juan estaba tomando una ducha, cuando de pronto, sintió


que todo le daba vueltas y lo envolvía una gran oscuridad.
A pesar de ser un hombre joven, de pronto comenzó a
tener hemorragias que lo enviaban al hospital a recibir
transfusiones de sangre. Los médicos no comprendían lo
que sucedía con él, hasta que le encontraron un tumor en
el intestino. Ahora, se encontraba solo, tirado en un charco
de sangre, incapaz de arrastrarse hacia la puerta para pedir
auxilio. Su cuerpo bloqueaba la coladera y el agua y la
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sangre comenzaron a subir. Quiso moverse, pero no tenía


fuerzas, ¡se iba a ahogar en su propia sangre!
El momento ha llegado... Pensó, y se preparó para el
viaje. Señor, te entrego a mis hijas y a mi esposa. Cuídalas,
no las abandones. Que nunca se aparten de tus caminos.
Por lo menos conocía a Dios, le había entregado su vida
y sabía en dónde iba a pasar la eternidad. De pronto, Juan
sintió que estaba cayendo por un túnel hacia una terrible
oscuridad. Qué raro... Pensó. Siempre había creído que
vería una luz... En ese instante, un terror pavoroso se
apoderó de él. Juan no estaba yendo hacia el cielo, ¡estaba
por caer en el infierno!
¡Señor! Comenzó a gritar desesperado. Yo sé que
te he fallado, pero ten misericordia de mí, ¡dame otra
oportunidad!
Después de unos segundos que le parecieron eternos,
comenzó a recobrar el sentido. Estaba bañado en sangre.
De alguna manera logró golpear contra la puerta y alguien
corrió a socorrerlo. Juan sobrevivió y se dedicó a hacer
valer los últimos meses de su vida. Su testimonio impactó
a muchos miembros de su congregación. El mensaje era
sencillo: Entrégate a Dios, deja de pretender que eres
cristiano; porque el infierno es real y es un lugar espantoso.
Esta es la historia de un hermano de mi esposa, quien se
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la relató a ella.

LA PREGUNTA

Al compartirle a una persona de Cristo, muchas veces


hacemos la pregunta equivocada: ¿Conoces a Dios?
Cuando en realidad, lo que debemos preguntarnos es:
¿Nos conoce Dios a nosotros?
Esta pregunta me saltó de las páginas al leer dos pasajes
de la Biblia. El primero está en Mateo 25:1-12 donde
Jesucristo está relatando una historia, un ejemplo de lo que
es la iglesia hoy en día, y dice:
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez
vírgenes.
Observa que no dice vírgenes y malvadas o vírgenes y
prostitutas, sino simplemente, diez vírgenes.
Que tomando sus lámparas...
Las lámparas nos hablan de luz, de ministerios, de
personas que están involucradas en su comunidad cristiana
sirviendo a los demás.
Salieron a recibir al esposo.
Estas son vírgenes cristianas, con ministerios, que salen a
recibir a Jesucristo; ¡que lo están esperando!
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Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas, las


insensatas tomando sus lámparas, no tomaron consigo
aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas,
juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se
durmieron. Y a la media noche se oyó un clamor: ¡Aquí
viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de
vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no
nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que
venden, y comprad para vosotras mismas.
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y
las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y
se cerró la puerta.
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo:
¡Señor, Señor, ábrenos! Mas Él, respondiendo, dijo: De
cierto os digo, que no os conozco.

UN CASO SERIO

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

La historia anterior debería asustarnos, porque de ahí


surge una pregunta que todo cristiano se debería hacer:
Dios, ¿me conoces? No se trata de que yo conozca a Dios
o de conocer de Dios, sino de que Dios me conozca a mí.
Aquí estamos hablando de diez vírgenes, como dije
antes, no se trataba de cinco vírgenes y cinco prostitutas,
pues eso lo hubiéramos entendido muy bien. ¡Por supuesto
que las prostitutas no iban a entrar! ¡Claro, ese tipo de
mujeres no tendrían lugar en las bodas del Cordero! Sin
embargo, se trataba de diez vírgenes. No solo eso, sino que
eran diez vírgenes con lámparas, es decir, eran personas
que cada domingo que se abrían las puertas del templo,
estaban ahí. Gente participativa, activa en la iglesia, que lo
llamaban Señor. No obstante, Jesucristo les dice:
No las conozco.
Dios no conoció a la mitad de ellas.
Estoy consciente de que, como Pastor de una
congregación, algún día tendré que pararme delante de
Dios y responder por la vida de mis ovejas. Dios me va a
preguntar: Chris, ¿qué hiciste con las almas que te di?
Y lo último que quisiera tener que escuchar, es que
la mitad de ellas, hayan sido desconocidas para el Señor,
porque no les hablé la verdad.

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Lamentablemente, hoy en día hay demasiados cristianos


falsos, seudo cristianos que por fuera dan la apariencia de
ovejas porque todos los domingos se aparecen por ahí,
cantan, levantan las manos y danzan; saben hablar, saben
decir las palabras correctas, pero al examinar su vida
encontramos que no son genuinos.
Si Dios examinara nuestra vida en este día, ¿qué
encontraría? ¿Seríamos de las cinco vírgenes a las que Dios
les dice: Entren en el gozo de su Señor?
¿O seríamos de las cinco vírgenes a las que el Señor
les dice: No las conozco, apártense de mí; hacedoras de
maldad?

TODO DEPENDE

Depende de mucho más que solamente ir a sentarnos en


una silla cada domingo.
En ocasiones siento que como Pastor he fracasado.
Tanto le he hablado a mi congregación de la gracia de Dios
(y la verdad es que sí creo en esa gracia, yo sé que somos
salvos por gracia y no por obras), pero me temo que hemos
caído en liberalismo; en el vivir como me da la regalada
gana, al fin y al cabo, cuento con la gracia de Dios. El
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sábado por la noche me voy de parranda, me pongo hasta


atrás, y el domingo vengo a cantar mis aleluyas creyendo
que la gracia de Dios me alcanza.
Queremos vivir nuestra vida como si Dios no existiera,
por eso es que, sin darnos cuenta, ¡somos lobos disfrazados
de ovejas! Creemos en Dios, pero vivimos como si no
existiera.

En mi vida hago lo que yo quiera.


Voy a donde yo quiera.
Veo lo que se me antoje.
Me junto con quien mejor me parezca.
Gasto mi dinero como me dé la gana.
Creo en Dios, pero no quiero un compromiso con Él.

En otras palabras, queremos un cristianismo de bufet,


porque cuando vas al bufet puedes escoger lo que quieras.
Vas pasando y dices: No, yo no quiero esto, quiero aquello.
No quiero esas verduras, no me gustan las espinacas.
En casa te obligan a comer sanamente, pero en el bufet
no quieres ensalada y mejor optas por los postres, porque
en el bufet escogemos lo que queremos y dejamos lo que
nos desagrada.
Muchos de nosotros nos hemos convertido en cristianos
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de bufet. Vengo a la iglesia y quiero la gracia y el perdón


de Dios.
Eh... Quiero la bendición y la prosperidad.
Me gusta la sanidad, ¡pero no me hables de la santidad!
Y del compromiso, ¡ni se diga!
¿Entrega y sacrificio? ¡Por favor, qué infamia!
¿Y del diezmo? ¡Tss!

ENTREGA TOTAL

Las estadísticas nos dicen que más del 94% de la gente


cree en Dios, pero ¿cuántos de nosotros creemos que el 94%
de la gente va a ir al cielo? ¡Nadie! ¿Por qué? Porque no
vemos en ellos evidencia de que Jesucristo sea realmente
su Señor, y es que no es suficiente creer con la mente, pero
desgraciadamente, muchos de nosotros vamos a ser de esos
cinco a los que el Señor les dice:
No los conozco.
Por cuestión de 38 centímetros: la distancia entre la
cabeza y el corazón, no seremos parte de las bodas del
Cordero, porque con la cabeza decimos: Sí, yo creo en Dios,
Dios existe, Dios es mi Salvador.
Pero nunca hemos dejado pasar a Dios del cerebro al
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corazón para cambiar nuestra vida. Creemos que podemos


vivir como se nos pegue la gana, al fin y al cabo: El domingo
iré a la iglesia y la gracia de Dios me alcanzará.
¿Estoy anulando la gracia? No. Creo en ella con todo mi
corazón, pero la gracia de Dios manifiesta en nuestra vida
debe traer un cambio, de otra forma no se ha manifestado.
Forzosamente tiene que haber un cambio en mi manera
de ser y de vivir. La presencia de Jesucristo en mi vida,
tiene que cambiarme el lunes, el martes, el miércoles, el
jueves, el viernes, el sábado y el domingo. Sin un cambio,
no ha habido conversión.
En Isaías 29:13 viene una advertencia muy seria:
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí
con su boca...
Saben qué hablar, saben manejar la jerga cristiana.
Y con sus labios me honra...
Saben cantar alabanzas.
Pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no
es más que un mandamiento de hombres que les ha sido
enseñado.
¿Cuántos de nosotros vamos a la iglesia sencillamente
porque algo nos ha sido enseñado? ¿Porque es parte de
nuestra cultura y nuestra formación?
Tal vez de pequeños nos llevaban a la iglesia, si no con
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CHRIS RICHARDS

mucha frecuencia, por lo menos en Navidad o Semana


Santa había algo de conciencia de Dios; el problema es que
tú y yo continuamos con esa tradición, venimos a la iglesia
solo porque es parte de nuestra cultura.
Nos convertimos en muy buenos actores. El domingo,
yo sé cómo comportarme, qué palabras usar y qué posturas
adoptar, pero salimos de aquí y nos quitamos la máscara
en nuestra casa para vivir de una manera muy diferente.
Es por eso que muchos de nuestros compañeros de trabajo
no quieren tener nada que ver con Jesucristo, piensan que
somos una sarta de hipócritas, ¡y tienen toda la razón!
Porque cada domingo nos ponemos una máscara y se nos
llena la boca de decir: Es que yo creo en Dios, hice una
oración y Dios me ha salvado. No soy perfecto, pero soy
santificado.
Sin embargo, en Mateo 7:15-23 Jesús nos hace una gran
advertencia:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Muchas veces pensamos que en este versículo Jesús
está hablando de gente que viene con falsas doctrinas para
tratar de engañarnos, pero no es así, el Señor se refiere a ti
y a mí; y continúa diciendo:
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol


da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No
puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar
frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado
y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos.
Esto habla de acción en nuestra vida, habla de que nuestra
fe en Jesucristo tiene que ir más allá de una creencia o un
mero consentimiento mental. De algo que forzosamente
tiene que causar un impacto en mi vida. En la manera
en que actúo, en que me comporto con mi cónyuge, con
mis padres o mi jefe. En la manera en que me desempeño
como empleado o como ciudadano. Todo esto tiene que ir
cambiando por la presencia de Jesucristo en mi vida.
Me parte el corazón ver que muchos de nosotros que
creemos estar a salvo del juicio, nos toparemos con una
cruda realidad, porque el Señor mismo nos lo dice:
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor... ¿No
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? y
entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí,
hacedores de maldad.
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CHRIS RICHARDS

Esto me dice que los lobos vestidos en ropas de oveja,


podríamos ser tú y yo. Que nos engañamos a nosotros
mismos pensando que somos cristianos solo porque los
domingos vamos a la iglesia. Me dice que no hemos sido
cambiados ni transformados por Jesucristo. El Señor nos
dice claramente que por nuestro fruto demostraremos
quiénes somos en realidad. Vale la pena cuestionarse si
nuestro fruto da evidencia de Jesucristo o no.
Si nos entregamos a Jesucristo con una oración,
pero nuestra manera de vivir no ha cambiado, es porque
Jesucristo no ha llegado a nuestro corazón.

TRANSFORMACIÓN

La Escritura dice que el que robaba, ya no robe más;


que el que mentía, ya no mienta más; que el que fornicaba,
no fornique más. ¿Qué cambio ha habido en ti desde que
Jesucristo llegó? Si dices que no ha habido ningún cambio,
si sigues siendo el mismo pecador, es porque Jesucristo no
ha llegado a tu vida, así te mantengas en la iglesia todos
los domingos, aunque seas edecán o cantes en la alabanza;
si no ha habido un cambio, entonces Jesucristo no está en
nosotros y no somos salvos.
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

El sentarnos cada domingo en una silla, no nos salva. Y


bien sabemos que la salvación no es por obras, sino por la
sangre de Jesucristo, pero cuando el Señor verdaderamente
viene a nuestra vida, los resultados serán evidentes.
Santiago desafía a la iglesia en el capítulo 2:19-20
diciendo:
¿Tú crees que Dios es uno? Bien haces. También los
demonios creen, y tiemblan.
El problema es que muchas veces, los demonios tienen
más conciencia que tú y yo. Nosotros ni temblamos.
¡Ah, claro. Dios sí existe! Pero seguimos viviendo
como nos da la gana, mientras que los demonios saben que
Dios existe y tiemblan ante Él, sin embargo, no dejan de ser
demonios. Entonces, el hecho de que hagamos conciencia
de que Dios existe, no es suficiente.
Santiago continúa:
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras
es muerta?
¿Hay evidencia en nuestras vidas de un cambio? Los
demonios creen, pero no cambian, y nosotros, ¿qué cambio
hemos tenido? ¿Qué obra hay en nuestra vida que da
evidencia de que Jesucristo es nuestro Señor? ¿Existe alguna
señal de cambio? ¿Acaso dejaste de ser mujeriego? ¿De ser
tan borracho o iracundo? ¿Qué cambio se ha producido en
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tu vida?
En Lucas 19:8 vemos a un hombre llamado Zaqueo que
tuvo un encuentro con Jesús. Era un cobrador de impuestos
y en esos tiempos, los cobradores de impuestos no tenían
sueldo, la única manera en que podían pagarse a sí mismos
era robándole a la gente, cobrándoles demasido; entonces se
servían con la cuchara grande y terminaban enriqueciéndose
mediante el robo contra su propia gente. Zaqueo no era la
excepción, se había hecho sumamente rico, era un buen
ladrón. Sin embargo, aquí vemos que tiene un encuentro
con Jesucristo que cambia su vida por completo. Jesucristo,
al ver el cambio de Zaqueo, hace una declaración muy
importante:
Entonces Zaqueo, puesto de pie, dijo al Señor: He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo
he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
¡Qué cambio! El hombre que vivía para sí mismo, para
robar, para enriquecerse, de repente dice:
La mitad de lo que tengo, va a los pobres, y a los que les
he robado, les voy a devolver cuatro veces lo que les cobré
de más.
¡El hombre se iba a quedar sin nada! Mas Jesús declara
sobre su vida:
Hoy ha venido la salvación a esta casa.
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¿Porque le dio todo a los pobres? No, sino por el cambio


que transformó su vida.
El que dejemos de ser mujeriegos y ladrones no es lo
que nos salva; Jesucristo es el que lo hace, pero cuando Él
viene a nuestra vida, debe surgir una transformación como
evidencia de la entrega.
Permíteme explicarlo de esta manera: supongamos que
aquí tenemos a una madre con su bebé. ¿Es el bebé el que
embarazó a la madre? No, el bebé no la embarazó. De la
misma manera, las buenas obras, el cambio, el dejar de
robar, el dejar de mentir, ¿nos salva? No. Así como el bebé
no puede embarazar a la madre, lo que nosotros hacemos no
nos salva. Sin embargo, el bebé es evidencia de que hubo un
embarazo. De la misma forma, el cambio en nuestra vida: el
que dejemos de robar, de mentir, de emborracharnos; el que
dejemos de ser las personas que éramos antes, no nos salva,
pero da evidencia de la obra de Jesucristo en nosotros.
Entonces, ¿qué evidencias hay en nuestras vidas de que
somos hijos de Dios? Si la respuesta es que en realidad no
ha habido ningún cambio, entonces necesitamos clamar
delante de Dios diciendo: ¡Señor, sálvame! He venido a la
iglesia toda mi vida, pero no he permitido que entres a mi
corazón para cambiarme, ¡sálvame!

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CHRIS RICHARDS

No perdamos la salvación por quince miserables


pulgadas (38 cm.) que separan la mente del corazón. Porque
se puede perder la eternidad por esa pequeña distancia.

¿ESTÁ EN MI MENTE,
O EN MI CORAZÓN?

Lo cierto es que esas cinco vírgenes que se quedaron


fuera sabían del novio, lo conocían, sabían que era bueno
y que estaba por venir, de hecho, ¡lo estaban esperando!
Inclusive, se habían preparado para esperarlo con sus
lámparas, ¡estaban listas! Pero aunque lo llevaban en el
pensamiento y tenían un conocimiento intelectual de Él,
nunca dejaron que entrara en su corazón para cambiar su
vida.
En Salmos 36:1-2, David dice:
“Ser impío lo llevo en el corazón”. No hay temor de
Dios delante de sus ojos. Cree que merece alabanzas y no
halla aborrecible su pecado.
Ser impío, ser mujeriego, ser adicto a la pornografía,
ser un golpeador, ser iracundo, ser chismoso; se lleva en el
corazón, es parte del carácter, así se nace.
No hay temor de Dios delante de mis ojos, creo merecer
alabanza y no encuentro aborrecible mi pecado.
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

La pregunta es: ese pecado en tu vida, ¿es algo que


aborreces, o dices: es que es parte de mí? ¿Consideras que
ese alcoholismo es una enfermedad que padeces o reconoces
que es un pecado que debieras aborrecer?
Muchos nos engañamos pensando que somos personas
de carácter fuerte: No, es que así soy. He sido iracundo
desde que era niño. Pues desde que eras niño necesitabas a
Cristo en tu corazón.
Seamos sinceros, ¿aborrecemos el pecado, o nos gusta y
lo acariciamos? Si tratamos de engañarnos pensando: Está
bien. Trataré de moderar mis reacciones, pero seguimos
sobando y acariciando el pecado creyendo que un buen
día de Dios lograremos dominarnos, estamos mal. No es
cuestión de dominar el pecado, es cuestión de crucificarlo
para que muera de una vez por todas. De otro modo,
demostramos que no hemos nacido de nuevo.
En Proverbios 8:13 dice:
El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la
arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.
Se trata de aborrecer el mal, de aborrecer el pecado en
nosotros. Por otro lado, antes de que quieras cortarte las
venas, permíteme aclarar que Dios no nos está llamando a
una perfección, pero si tenemos un verdadero acercamiento
a Él, esa relación nos llevará al punto en que odiaremos el
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CHRIS RICHARDS

pecado en nuestra vida. Al grado que el respeto y el temor


a Dios no me permitirán seguir viviendo con esa adicción
a la pornografía, ese alcoholismo, esa idolatría; sino que
lo repudio y el primer impulso es alejarlo de mí, porque
me doy cuenta de que me separa de Dios, que ofende a mi
Señor y por lo tanto lo aborrezco.
La diferencia es la misma que hay entre un cerdo y
una oveja; al cochinito lo podemos tomar, lavar, perfumar
y acicalar con un collar de diamantes. Podemos pasearlo
por las calles y hacerlo verse tan simpático; pero tenlo por
seguro que al primer instante que encuentre un charco, se
va a tirar el clavado y revolcarse en el lodo. Va a nadar
de mariposa, de frente y de crol, porque a él le encanta el
zoquete y quiere quedarse ahí porque esa es su naturaleza.
Lamentablemente, lo mismo le sucede a todo ser humano
que vive sin Cristo Jesús.
La oveja es totalmente diferente. Aunque las ovejas
sí se ensucian, si tú vas al campo podrás comprobar que
tienen manchas de lodo por todos lados, sin embargo, no les
gusta el zoquete; si caen en un charco de lodo, hacen todo
lo posible por salirse de ahí.
¿Cuál de los dos somos tú y yo? Somos ese cochinito al
que le encanta batirse: ¡Hey, amigos, vámonos de parranda!
¿Nos ponemos bien borrachos y pensamos que tuvimos
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

un buen fin de semana? O somos esa ovejita, que sí, tal vez
de vez en cuando termina con amigos que no debiera y se
pone hasta atrás, pero despierta diciendo: Dios, perdóname,
¡qué he hecho! Rompe esto en mi vida.
¿Cuál somos? ¿Nos gusta nuestro pecado o queremos
acabar con él?

TEMOR DE DIOS

El temor de Dios no solo es aborrecer el mal, sino


también es una obediencia total y radical a sus preceptos.
No es suficiente deshacerme del pecado, también tengo
que ser un siervo de Dios, un esclavo de Jesucristo como
Pablo se llama a sí mismo; Señor, yo haré lo que tú me
pidas.
Lo vemos en Abraham cuando Dios le pide que ponga
a Isaac, su único hijo, en el altar. Aquí no se trataba de un
pecado repugnante, sino de su propio hijo, y la Escritura
dice que muy de mañana se levantó y se fue por el desierto
con su pequeñito a un lado. Al llegar, lo amarra y lo pone
sobre el altar, saca el cuchillo para degollar a su amado
hijo y después prenderle fuego hasta que se consumiera y
quedara en cenizas... todo porque Dios se lo había pedido.
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CHRIS RICHARDS

Si Dios te dijera: Hijo, dame tu automóvil, ¿qué


contestarías? ¡Ah, no! ¡Mi carro, no!
Si Dios te dice: Hijo, pon a mi servicio tu casa, o bien:
háblale a tu vecino de su pecado, la nuestra debe ser
una obediencia total.
En Génesis 22:12 Dios mismo le está hablando a
Abraham y le dice:
No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas
nada, porque yo conozco que temes a Dios.
¿Sabe el Señor que tú y yo le tememos?
¿Que le amamos?
¿Que le vamos a obedecer nos pida lo que nos pida?
Por cierto, ¿cómo es que Dios supo que Abraham le
obedecería?
Por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único hijo.
Si Dios nos pidiera hoy mismo que dejáramos esos
amigos que le desagradan, esos amigos que son una mala
influencia para nosotros, ¿estaríamos dispuestos a hacerlo?
Si te pidiera: Deja ese trabajo porque no es bueno para
ti. ¿Renegarías? ¿Pues a poco me voy a quedar sin trabajo?
¡Qué voy a hacer!
Dejarlo, porque tenemos que estar dispuestos a obedecer.
El problema es que muchos de nosotros le ponemos
condiciones a Dios.

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Señor, yo te sirvo, sí; pero no me pidas que deje tal o


cual cosa.
Te sirvo, sí; pero no me pidas que deje mi pornografía.
Te sirvo con gusto, ¡pero ni se te ocurra salirme con que
dé el diezmo!
Te sirvo, pero ni creas que me vas a pedir que asista más
que los domingos en la mañana, ¿otro día de la semana?
¡No seas exagerado Dios! ¿Qué no sabes que trabajo
mucho y estoy muy cansado?
Condicionamos a Dios mientras que deberíamos tener
una obediencia radical.
En Juan 14:15 Jesús dijo:
Si me amas, guarda mis mandamientos.
Mi enseñanza siempre ha sido, y creo de todo corazón lo
que la Palabra dice, que el guardar Los diez mandamientos
no nos salva. De hecho, Dios nos los dio para que nos
diéramos cuenta de que por nuestras fuerzas no podíamos
ser salvos, sino que teníamos que acudir a Él; pero eso no
significa que yo pueda tomar los mandamientos de Dios y
aventarlos a la basura. Jesús mismo dijo:
Si me amas, guarda mis mandamientos.
Aunque el guardar los mandamientos no me salva, tengo
que tratar de hacerlo como un acto de amor hacia Dios.
Es como el que yo recoja mis zapatos de la sala y los

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CHRIS RICHARDS

lleve al clóset de mi casa. Ese acto no me hace un hombre


casado; pero el hecho de que yo amo a mi esposa, me
impulsa a recoger los zapatos en vez de dejarlos tirados.
Así Dios te está diciendo:
Los mandamientos no te van a salvar; pero si tú me
amas, guárdalos.
Nuestro amor por Dios tiene que ser tal, que estamos
dispuestos a entregarle todo nuestro ser. Que tenemos la
disposición de dejarlo todo por Él, llámese amigos, familia,
negocios, vicios o cualquier otra cosa, todo por amor a Él.
Al joven rico que se le acercó a Jesús, el Señor le dijo:
Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme. Pero
éste se tuvo que ir porque no amaba a Dios lo suficiente.
Jesús, después de haber resucitado y encontrando a
Pedro pescando, le dijo: Pedro, ¿me amas a mí, más que a
éstos? Refiriéndose a sus compañeros (Juan 21.15).
Esto me recuerda la historia de un tipo llamado Buck,
que vivía en el tiempo de los hippies cuando el cabello
largo estaba de moda. Este hombre sabía que era salvo
por gracia, pero le encantaba tener el cabello largo. En una
ocasión en que estaba dando gracias porque su salvación
no era por obras, sino por gracia, el Señor le dijo: Córtate
el cabello.
Buck se sobresaltó y respondió: ¡Te reprendo Satanás!
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

eso no es de Dios. ¡Por gracia somos salvos!


Pero el Señor insistió: Buck, córtate el cabello, porque
las raíces del orgullo han entrado en tu corazón, y adoras
más tu cabello que a mí.
Hay cosas en nuestra vida que tenemos que dejar por
amor a Él. Jesús dijo: El que ama a padre o madre, más que
a mí, no es digno de mí.
Esto implica que Dios nos conoce por nuestros frutos,
por nuestra obediencia radical y por nuestro amor a Él. No
nos conoce por sentarnos en una silla los domingos en la
mañana, por levantar las manos y cantar, sino por nuestra
obediencia, por nuestro amor hacia Él y por el fruto que
emana de nuestra vida. La pregunta obligada es: ¿te conoce
Dios?

33
CHRIS RICHARDS

Yo conozco tus obras,


que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente!

Apocalipsis 3:14-16

34
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EL VÓMITO DE DIOS

Un lobo vestido de oveja es todo aquel que cree en


Dios, pero actúa como si no existiera. La Biblia se refiere
a él como alguien que provoca el vómito de Dios. Un
concepto bastante incómodo. Pensándolo bien, nadie quiere
convertirse en el vómito de Dios; pero por desagradable que
nos parezca la idea, aquí encontramos a Dios vomitando,
porque a pesar de ser un Dios de amor, hay ciertas personas
que le dan náuseas. ¿Por qué? Por ciertas características de
los que nos llamamos cristianos.
35
CHRIS RICHARDS

Lo encontramos en Apocalipsis 3:14 y sabemos que nos


está hablando a nosotros porque dice:
Escribe al ángel de la iglesia, en Laodicea.
En otras palabras, está hablando a los creyentes, a ti y a
mí. No se refiere al pagano de la calle, al vecino borracho
que nunca ha oído de Jesucristo; está hablando acerca de
nosotros, y dice:
He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio
de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que
ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero
por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de
mi boca. Apocalipsis 3:14-16.

¿TIBIO, YO?

Seguramente concuerdas conmigo en que no te gustaría


que Dios te vomitara en el día del juicio, por eso es que hago
el llamado para que busquemos salirnos de ese parámetro
de tibios, donde tratamos de escondernos bajo el clásico
pretexto de: Yo no quiero ser malo ni hacerle mal a nadie,
pero tampoco quiero ser fanático.
De querer quedarnos a medias, porque Dios no nos
quiere ahí; de hecho, dice que de hacerlo, ¡nos vomitará de
36
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

su boca!
Laodicea era una ciudad muy cómoda. Tenía estadios,
teatros y centros comerciales. La gente podía vivir una
vida muy relajada. La ciudad de El Paso, Texas, donde yo
vivo, es una ciudad en la que se vive cómodamente. No
hay mucho crimen, en comparación con otras de su tamaño
no tiene un tráfico insoportable. Puesto que no tiene tanta
población, las distancias que recorremos para ir a trabajar no
son sacrificadas, pero a pesar de ser pequeña, es ciudad; es
decir, tiene sus centros comerciales, cines, teatros, estadios
y suficiente diversión. Se vive con bastante comodidad.
Desgraciadamente, parece que mientras más cómodamente
vivimos los cristianos, más nos acomodamos en lo espiritual,
y nos convertimos en cristianos tibios, lobos disfrazados de
ovejas.

CRISTIANO TIBIO

El mismo término resulta incongruente, ¿cómo puede


existir tal cosa? Decir cristiano tibio, es tanto como decir
fuego tibio, o hielo tibio. Un cristiano no puede ser tibio
porque el cristianismo no es un asunto de la cabeza.
Cuando lo reducimos a un consentimiento mental como
37
CHRIS RICHARDS

lo hacen algunos profesores universitarios de teología


que carecen de pasión por Dios, sus conceptos se vuelven
aburridos, huecos e irrelevantes. Eso no es el cristianismo,
el cristianismo se vive con el corazón.
Otra expresión que escuchamos a menudo es la de
cristianos a medias. Eso es algo que tampoco puede existir,
porque o somos de Dios al cien por ciento, o no somos de
Dios. Imposible decir: Bueno Dios, soy tuyo el domingo,
pero el resto de la semana, soy del chamuco.
De hecho, Jesucristo nos lo advirtió:
El que no toma su cruz (a diario) y me sigue, no es digno
de mí.

¿QUIÉN ES UN CRISTIANO TIBIO?



Es alguien que quiere creer en Dios, pero no quiere ser
fanático. Es aquel que dice: Quiero ser un buen cristiano,
pero eso de cantar, levantar las manos y danzar dando
vueltas como locos... No, no, no, ¡exageran! Yo soy una
persona seria y tengo que conservar mi reputación.
Es aquel que aunque quiere creer en Dios, prefiere no
caer en el fanatismo, pero al mismo tiempo, no le causa
conflicto alguno ser fanático del deporte.
38
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Alguien a quien no le cuesta ser fanático de las compras,


cuya tarjeta de crédito parece tener propulsión a chorro
porque se endroga sin miramientos.
Es interesante que no tenemos miedo de caer en el
fanatismo en otras áreas de nuestra vida, pero cuando
llegamos al cristianismo, ¡ah! Ahí queremos creer en Dios,
mas no vernos como esas personas chifladas que no salen
de la iglesia, que brincan como chapulines en la alabanza
y salpican todas sus conversaciones con: ¡Amén, aleluya!
Ese, señoras y señores, es un cristiano tibio. Un lobo
disfrazado de oveja.
A un cristiano tibio le importa más la atención y
aprobación del hombre, que la de Dios. Quiere quedar bien
con el compadre, no quiere que se incomode cuando viene
a visitarlo y por eso le tiene sus cheves.
Por cierto, Dios los guarde de parecer unos persignados
con los compañeros del trabajo, por eso les festejan sus
chistes obscenos, ¡pero sí creen en Dios! Solo que también
quieren quedar bien con todo el mundo.
Lucas 6:26 dice:
¡Ay de ustedes, cuando los hombres hablen bien de
ustedes!
Y Gálatas 1:10 añade:
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de
39
CHRIS RICHARDS

Dios?
Como que Pablo entiende que no se puede obtener el
favor de los dos; o quedamos bien con Dios, o quedamos
bien con los hombres. Es imposible lograrlo porque al final
de cuentas, con el que vamos a quedar mal, ¡es con Dios!
Por eso, Pablo concluye diciendo:
¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Pablo no pretende que seamos personas ofensivas, no
tenemos por qué ser tajantes, Jesucristo no era ofensivo en
ninguna manera; ni siquiera con la prostituta, los cobradores
de impuestos o los ladrones; pero tampoco cedía en nada. Él
nunca condescendía en su vida personal. En nuestro caso,
¿qué es más importante: lo que piensa la gente o lo que
piensa Dios?
El cristiano tibio nunca comparte su fe en Jesucristo. No
la comparte porque no cree que solo en Jesucristo está la
salvación. En lo profundo de su ser siente que todos pueden
llegar al cielo si son buenos, si van a la iglesia, si de vez
en cuando ayudan a algún huerfanito. Después de todo,
¡Dios es bueno! Él no quiere que nadie se pierda, ¿qué no?
¡Seguramente permitirá que toooodos “sus hijos” entren al
cielo! Es porque carece de una convicción real de que solo
en Jesucristo hay salvación y, por lo tanto, nunca habla con
40
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

nadie del Señor, es cristiano tibio, lobo disfrazado de oveja.


En Mateo 10:33, Jesús mismo declaró:
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,
yo también le negaré delante de mi Padre que está en los
cielos.
Los cristianos tibios están dispuestos a hacer cualquier
cosa para aliviar su culpabilidad. Si bien oran pidiendo
perdón: ¡Ay, Señor. Perdóname, perdóname... la volví a
regar!
En realidad no piensan cambiar. Únicamente quieren
aliviar la culpabilidad momentánea y salir de la caldera en
la que sus malas acciones los han arrojado. Son como aquel
que asiste religiosamente a confesarse, y sigue siendo el
mismo borracho, el mismo mujeriego o el mismo ladrón.
¿Cuántos de nosotros venimos con lo mismo delante
de Cristo Jesús? Cada vez que le fallamos corremos a
pedir perdón, pero luego nos levantamos con la conciencia
apaciguada y en la primera oportunidad volvemos a hacer
lo mismo. Cristianos tibios.
Vamos a la iglesia de vez en cuando, pero no mucho,
¡por qué exagerar! Con que vaya una vez al mes, tal vez
dos veces si me he portado muy mal... pero eso es más que
suficiente, no me pidan más.
Los cristianos tibios piensan más en la vida sobre la tierra,
41
CHRIS RICHARDS

que en su eternidad. Sus pensamientos y preocupaciones


giran más en su auto, en su casa, en su carrera, en su ropa y
en las cosas de esta vida, que en las cosas eternas. Porque
al pensar en pasar la eternidad con Cristo, concluye: Eso
será ya cuando esté viejito. Cuando me acabe, entonces le
serviré.
Posterga su entrega a Dios para cuando ya no sirve
para nada, cuando ya esté jubilado y no tenga ni dientes, ni
cabellos, ni fuerzas para otra cosa: Entonces sí, Señor. ¡Haz
conmigo lo que quieras!
¡Qué generosos somos con nuestra vida!
Nos preocupamos más por el hoy. Por obtener ese coche,
que por ayudar a los huérfanos o sembrar en la vida de un
misionero. La vida terrenal es mucho más importante que
la eterna.
Un cristiano tibio mide su moralidad en comparación
a los demás. Y es muy fácil compararse con los demás,
¿no es cierto? Porque en un grupo grande siempre vamos
a encontrar alguien más pecador que nosotros, eso es
ineludible. En una iglesia es fácil encontrar una docena de
gente más pecadora que tú. De modo que nos comparamos
con los “peorcitos” y siempre resultamos mejor. Somos
como ese fariseo que estaba en el templo orando a voz en
cuello:
42
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Señor, doy gracias a Dios, que no soy como aquél.


Lo que nunca hacemos es comparar nuestra santidad
con la de Dios, porque eso sí que nos espantaría.
Con tal de que seamos un poquito mejor que el vecino
de al lado, nos ufanamos pensando: Ya, Dios. ¿Qué más
quieres? ¡No exageres!
¡Cristiano tibio!
Los cristianos tibios quieren librarse de las consecuencias
del pecado sin tener que cambiar su vida. Quieren que Dios
sea “un seguro contra incendios”. Creen que con dar una
ofrenda ocasional se ganan un seguro contra el infierno, eso
es lo único que quieren de Dios.
Señor, dime que no tengo que hacer nada más para
garantizarme que me voy a librar del infierno, pero no
pidas más. Yo solo quiero el paquete básico; lo mínimo,
porque estoy muy ocupado.
¿Cuántos de nosotros hacemos lo mismo con nuestro
coche? Buscamos la aseguranza más barata para cumplir
con la ley de modo que no me tuerza la policía, y lo mismo
es con Dios. Lo único que queremos es que nos salve el
pellejo sin tener que entregarle alma y cuerpo.
Mira, Dios. Estoy dispuesto a ir a la iglesia pero no
quiero que me hagas un fanático aleluya, ¿estamos?
Cristiano tibio. Lobo disfrazado de oveja.
43
CHRIS RICHARDS

S.O.S.

Un cristiano tibio solo busca a Dios cuando se encuentra


en aprietos. Para él, Dios no es sino El Genio de la Lámpara.
Quiere mantenerlo alzadito en una repisa porque, mientras
le va bien en la vida, ¿para qué lo necesita? Si no tiene
problemas en el matrimonio, si todo marcha bien en el
trabajo, si no hay problemas de salud, es porque está bien;
y se olvida de Dios. Va a la iglesia como una tradición. ¡Ah!
pero si de repente va con el doctor y le dice: Tienes cáncer.
Entonces sí corre a la iglesia con mucho fervor. ¡Pastor, ore
por mí! ¡Señor mío, tócame!
En ese momento quiere que Dios obre a su favor y le
promete hasta las perlas de la virgen.
Dios, me pongo en tus manos. Te entrego mi vida, te
entrego mi trabajo, ¡te entrego hasta la suegra!
Estamos dispuestos a entregarle lo que sea, pero bien
nos sana, y al instante se nos olvida todo lo que habíamos
prometido. Cristiano tibio, lobo disfrazado de oveja.
En los momentos de apuros corremos y casi le sobamos
la barriga como si fuera un Buda: ¡Ay, Diosito santo! ¡Mi
hijo está en las drogas, sácalo! ¡Oh, Dios. Me corrieron del
trabajo! Pero al momento que todo está bien: Ok. Métete en
la lámpara.
44
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

MISERABLE

Los cristianos tibios dan a Dios solo cuando no les


incomoda. En vez de dar los diezmos y las ofrendas, dan
limosnas: Toma Dios, aquí me sobra este cambio.
No estoy dispuesto a incomodarme o a cambiar mi estilo
de vida. Quiero seguir con mi coche del año y mi ropa de
diseñador, pero: ¿Sacrificar algo de eso para darle a Dios?
¡Tendría que estar loco!
Somos como el hombre que después de varias horas
infructíferas en su cacería de venados decidió hacer un trato
con Dios: Mira, Señor, si me das dos venados, uno de ellos
será para ti.
En ese instante aparecieron dos machos preciosos frente
a él. El hombre se quedó atónito, ¡Dios había escuchado
su oración! Lenta y silenciosamente levantó el rifle con
cuidado para no hacer ningún ruido que ahuyentara a los
animales. Apunta, presiona el gatillo y dispara. Uno de
los venados cayó al suelo mientras el otro, asustado por el
disparo, desapareció entre el follaje tan pronto como había
venido. El tipo menea la cabeza, levanta la vista y dice: Ni
modo, Señor. ¡Se nos fue el tuyo!
Es gracioso, ¿pero cuántos no actuamos igual en nuestra
manera de dar?

45
CHRIS RICHARDS

Recibimos un bono en el trabajo y lo primero que


pensamos es: ¡Dios, ahí se te está yendo lo tuyo!
Porque todo se nos atraviesa en el centro comercial.
¡Imposible prescindir de esos zapatos nuevos! Cristianos
tibios, lobos disfrazados de ovejas.

IGUALES

Lo más triste de todo es que no hay gran diferencia entre


el cristiano tibio y la gente del mundo, porque un cristiano
tibio se viste igual que ellos. Se pone la misma minifalda,
la misma blusita transparente con sendo escote que las
mujeres del mundo; hablan las mismas groserías, cuentan
los mismos chistes, se valen de las mismas trampas, le
gritan a su pareja y tienen el mismo consumismo. Gastan
en lo mismo, educan a sus hijos de la misma manera y
se divorcian a la par que los demás. Si verdaderamente
amáramos a Dios, estaríamos conscientes de lo que dice
en su Palabra referente al divorcio, ¡que lo aborrece! Pero
cuántos no dicen: Es que ya no me hace feliz.  Es que lo que
me hizo, ¡no se lo puedo perdonar!

46
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

QUEJAS

Por todo gruñen y lloriquea. ¿Qué tal si esa es la cruz
que Dios puso en tu vida? ¿Qué si tu pareja  es el aguijón de
Pablo para ti? Si Dios te dice: Es mi voluntad. Toma tu cruz. 
¿Vamos a actuar igual que los del mundo y divorciarnos
porque ya no le aguanto, ya no le amo o ya me colmó?
Cristianos tibios. No hay ninguna diferencia entre un
cristiano tibio y una persona del mundo. Lobos disfrazados
de ovejas.
Los lobos vestidos de ovejas quieren los beneficios
del sacrificio de Cristo sin tener que amoldarse a sus
preceptos. Es muy fácil convertirse en estudiantes, amas de
casa y hombres de negocios de tiempo completo, mientras
que somos cristianos de medio tiempo. Un cristiano  de
domingo y miércoles, pero hasta ahí. El resto de la semana
soy estudiante, ama de casa, hombre de negocios o madre
de familia.
Sin embargo, las cosas no deben ser así. A mí, por
ejemplo, Dios me llama primero a ser hijo de Dios; y
después Pastor.
Lo peor de los cristianos tibios es la manera en que nos
engañamos a nosotros mismos. Pensamos que estamos
bien, pensamos que no le hacemos mal a nadie y que somos
47
CHRIS RICHARDS

buena gente porque saludamos al vecino y no le tiramos el


bote de la basura con el coche. Porque no le ando dejando
las caquitas del perro en su patio sino que las recojo para que
no se moleste; soy buena gente. ¿No ayudo a un huerfanito
con diez dólares al mes?
¡Nos engañamos tan fácilmente! Sin embargo, en
Apocalipsis 3:17 Jesús le está hablando a la iglesia Laodicea,
y sus palabras nos sirven como advertencia:
Como no son fríos ni calientes, por lo tanto, los voy a
vomitar.
Y como si esas no fueran palabras lo suficientemente
sobrias, el versículo 17 dice:
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de
ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Es un error pensar que el hecho de haber sido bendecidos
significa que Dios esté con nosotros. Es posible que nos
estemos autoengañando con que todo está bien porque voy
los domingos a la iglesia, me compro algo en la vendimia
a la salida para ayudar al viaje misionero juvenil, y como
estoy participando, ya cumplí. Aunque se me atraviesen los
hermanitos en el estacionamiento, yo no les pito ni les digo
majaderías; eso lo hago el lunes en la carretera, pero con los
inconversos. En la iglesia, me porto bien. Cristianos tibios.

48
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Nos engañamos a nosotros mismos.


Dios nos llama a un cambio, esa es la gracia de Dios, es
el amor de Dios. Porque cuando nos dice:
Son tibios, me dan asco, los quiero vomitar, me hacen
daño al estómago, son unos miserables, y no lo saben, están
auto engañados.
No nos deja en esa condición, ya que en el versículo 20,
dice:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye
mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo.
Ese es un versículo que usamos muchas veces para
llevar a la gente a Cristo, pero en realidad se está dirigiendo
a la iglesia de Laodicea, es decir, a los cristianos y eso nos
incluye a ti y a mí. Observa que Jesús se encuentra fuera,
que al proferir estas palabras no está dentro de nuestro
corazón, sino parado afuera esperando que le demos lugar.
Mientras nosotros venimos  a la iglesia muy arregladitos,
¡pero hemos dejado a Jesucristo afuera! Sin embargo, Él
está diciendo: ¡Déjame entrar!
Dios quiere ser parte de nuestra vida, Él quiere
transformarnos, pero nos toca a nosotros abrir la puerta y
darle su debido lugar, porque Él nunca va a tumbar la puerta
y violar nuestra voluntad.

49
CHRIS RICHARDS

Hay una pregunta obligada para cada uno de nosotros,


incluyéndome a mí, porque es tan cómodo y tan fácil el ser
cristianos hoy en día: ¿Seríamos cristianos si nos costara
el trabajo? Si por convertirte a Jesucristo te corrieran,
¿renegarías de tu fe? ¿Y qué tal si por ser cristiano te
corrieran de tu casa? Tengo un amigo que pagó ese precio,
su familia lo rechazó, su propio padre le dijo que para él
había dejado de existir. Su vida se volvió un infierno tal,
que esperaba a que toda su familia se durmiera para poder
llegar a la casa. ¿Qué harías tú?
Mientras escribo este libro estoy orando por setenta
pastores iraníes que fueron tomados presos hace un par de
semanas y no se ha vuelto a saber de ellos. Estoy hablando
de padres y madres de familia que aman a Dios de tal
manera, que han expuesto a sus propios hijos a la muerte
y a la orfandad. La pregunta es, ¿qué haríamos nosotros?
¿Asistiríamos a la iglesia sabiendo que en cualquier
momento podrían entrar las fuerzas armadas y echarnos a
la cárcel por nuestra fe, exponiéndonos a golpes y torturas?
¿O somos cristianos tibios?
Ahora, ¿cómo podemos dejar de ser cristianos tibios?
¿Queremos cambiar? Yo sí, quiero ser apasionado por
Dios.
En su segunda carta a Timoteo, el apóstol Pablo le dice
50
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

a uno de sus discípulos más jóvenes algo que quizá pudiera


interpretarse como un momento de frialdad por parte del
muchacho:
Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que
está en ti. (2 Timoteo 1:6).
Lo mismo pudiera decirnos hoy Dios, sin importar el
nivel en el que nos encontremos, Aviva el fuego en tu vida,
¡atízale!
Esto me recuerda mi juventud, cuando vivía en la
Sierra de Chihuahua. En ocasiones, íbamos a acampar a
la montaña y hacíamos una fogata para calentarnos por la
noche, ya que las temperaturas bajaban considerablemente;
pero si uno se quedaba dormido y dejaba de echar leños,
despertaba completamente entumido, así que había que
estar despertando periódicamente para avivar el fuego y
evitar que se apagara. De la misma manera, tenemos que
avivar el fuego de Dios en nuestra vida.
¿Cómo lo logramos? Volviendo a Apocalipsis, en una
de las otras iglesias mencionadas en el capítulo 2:5, donde
dice:
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete,
y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a
ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido.

51
CHRIS RICHARDS

Dice que primero debemos arrepentirnos, ¿de qué?


De nuestra pasividad, de nuestra indiferencia, de nuestra
frialdad. De permitir que nuestros corazones se hayan
enfriado. El que el agua se ponga tibia es natural; tú pones
agua a hervir, la retiras de la estufa, la pones a un lado
y si se te olvida por un buen rato, para cuando regreses,
encontrarás que está tibia. Si uno saca agua del congelador,
verá que está hecha hielo, pero si la deja afuera, al cabo
de un rato tendrá agua templada. Por naturaleza, si nos
descuidamos, todos iremos regresando a un estado de
tibieza en nuestra relación con Dios, por eso nos dice que
tenemos que arrepentirnos y pedirle perdón.
De acuerdo a Salmos 51:17,
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al
corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Cuando venimos delante del Señor arrepentidos por
haber perdido la pasión que teníamos por Él, encontraremos
su gracia.
Después del arrepentimiento, tenemos que regresar a las
primeras obras. ¿Recuerdas que cuando recién te convertiste,
tu relación con Jesucristo era lo más emocionante de toda
tu vida? Pues Mateo 13:44 dice:
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido
en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de

52
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y


compra aquel campo.
Él sabe que en ese terreno hay un tesoro escondido y
lo codicia. Jesucristo tiene que ser ese tesoro escondido
por el cual estamos dispuestos a darlo todo. Un cristiano
comprometido tiene que llegar al punto en que sabe con toda
certeza que la esencia de la vida, es Cristo. De pronto, Él es
el centro, el propósito de su vida. Cristo es lo que le inspira
y vive para Él. Todo su ser, su trabajo, su negocio; cuanto
hace y cuanto es, incluyendo su tiempo y su devoción, todo
está completamente enfocado en Cristo.
Él tiene que ser el tesoro de nuestra vida, no puede ser
nada más una parte, ya no caben motivaciones egoístas
como anhelar llegar a ser rico para jubilarse e irse a alguna
isla paradisiaca. Ah, quizá llegues a hacer todas esas cosas
y está bien, pero en todo momento, Cristo tiene que ser el
propósito de tu vida, el centro de tu existir.

LAS PRIMERAS OBRAS

Tenemos que aprender a orar, a hablar con Dios, a


platicar nuevamente con Él. A saborear esos momentos que
pasamos conviviendo con su Espíritu Santo.
53
CHRIS RICHARDS

Salmos 138:3 dice:


El día que clamé me repondiste, me fortaleciste con
vigor en mi alma.
Para muchos de nosotros, la vida cristiana se vuelve
insípida porque nunca hablamos con Dios. ¿Te imaginas
cómo sería la relación de esposos si nunca se dirigieran
la palabra? No habría pasión, carecerían de intimidad. Lo
mismo nos sucede cuando dejamos de hablar con nuestro
Dios. Una relación hay que cultivarla compartiendo los
sentimientos, los anhelos, las preocupaciones y las metas
del uno con el otro.
Ahora, no hagas una tarea de la oración porque se
convertirá en algo tedioso, recuerda que no es un trabajo
obligatorio. Orar es hablar con Dios. Es abrir tu alma
delante de Él, y cuando hablas con Dios, no puedes sino
enamorarte más de Él.
Toma tiempo durante el día para pasar unos momentos
conversando con Él. Aprovecha los momentos más furtivos
como cuando sales del trabajo, cuando te quedas a solas o
cuando vas en el coche. Apaga el radio, desconéctate del
ruido y habla con Dios.
La segunda cosa es la adoración. Salmos 34:1 dice:
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará
de continuo en mi boca.
54
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¡Ah, que aprendiéramos a alabar a Dios! ¡Si


descubriéramos el deleite que emana de decirle cuánto lo
admiramos, de qué manera tan profunda lo respetamos y
todo lo que significa para nosotros!
Sinceramente, no entiendo a la gente. En una ocasión
tuve que subir a mi oficina que está en el segundo piso
durante el servicio dominical para cambiarme de ropa
para ilustrar un mensaje, y por la ventana que da hacia el
estacionamiento vi hileras de coches con familias enteras,
que apenas se estaban bajando del auto, para llegar a la
reunión, ¡tan quitados de la pena! Para entonces la alabanza
ya se había terminado, no lo podía creer; ¡cristianos tibios!
Cuando una persona es un verdadero cristiano, llega
temprano y está en su lugar desde la primera nota. Se mete
de lleno a la alabanza, levanta las manos, salta, danza,
participa alabando al Rey. Esto se puede hacer también
en casa, en el coche o dondequiera que la oportunidad
lo permita, porque cuando uno ama verdaderamente a
alguien, sus pensamientos nunca se ausentan demasiado de
esa persona, y la belleza de su personalidad hace sonreír el
alma.
El objetivo es hacer tiempo deliberadamente para adorarle,
para decirle que no hay nadie como Él, que es hermoso,
que es increíble, que es nuestro Señor. Declaraciones como
55
CHRIS RICHARDS

esas deben surgir todos los días para que nuestro espíritu se
conscientice de la grandeza de Dios y volvamos a nuestro
primer amor. El fervor espiritual aumentará, avivando el
fuego de Dios que hay en nosotros.

LECTURA BÍBLICA

No hay más que decir: tenemos que leer la Palabra de


Dios, pero no es una tarea. En Salmos 119:10-11 dice:
Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes
desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he
guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Y en Salmos 119:162, agrega:
Me regocijo en tu Palabra como el que halla muchos
tesoros.
La Palabra de Dios, es un tesoro indecible, pero para
descubrirlo tenemos que pasar tiempo en ella. Hay personas
que se sientan con la Biblia en la mano, la hojean, leen un
versículo y creen que ya cumplieron. A los cinco minutos
olvidan lo que leyeron y la Escritura no tuvo efecto alguno,
pero ellos quedaron engañados porque leyeron la Biblia y
meditaron algo acerca de Dios.
Cuando mi esposa Haydeé y yo nos enamoramos, aún
56
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

no existía el teléfono celular, así que no contábamos con


el lujo de llamarnos en cualquier momento ni enviarnos
mensajes de texto. No había internet, correo electrónico,
y mucho menos, web chat; así que nos escribíamos cartas.
Siempre que nos veíamos teníamos un paquete de tarjetas,
notas y cartas que habíamos escrito durante nuestra
ausencia. Yo tomaba esas cartas, y por supuesto que no las
dejaba a un lado con indolencia. En cuanto estaba solo las
sacaba para leerlas una y otra vez. Nunca sucedió que, al
volver a verla, me percatara de no haber leído sus cartas,
eso te lo puedo asegurar; yo estaba fascinado con ellas y
las leía incesantemente. La Palabra de Dios, es una carta de
amor para nosotros, y todo lo que leas en ella está tratando
de revelarte a Jesucristo; aun en el Antiguo Testamento.
Cuando te topes con partes que no comprendes, solo trata
de entender que Dios está intentando diferentes maneras de
describir a Cristo y su inmenso amor para nosotros.

ASISTIR A LA IGLESIA

El Salmo 84:10 dice:
Porque mejor es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos.
Cada vez que se abren las puertas de la iglesia debemos
57
CHRIS RICHARDS

estar ahí, no faltar a las reuniones de oración y nunca dejar


pasar la oportunidad de escuchar cuando hay invitados
especiales, ya que todo eso nos mantendrá apasionados por
Dios si acudimos con el corazón abierto y expectante. Son
elementos que tus Pastores preparan para avivar el fuego de
Dios que hay en ti, no lo desaproveches.
Debemos tener amistad con otros creyentes que están
genuinamente apasionados por Dios. 1 Corintios 15:33 nos
da una advertencia:
No se engañen; las malas amistades corrompen las
buenas costumbres.
¿Quiénes son tus amigos? ¿Son personas apasionadas
por Jesucristo? No es suficiente que asistan a la iglesia,
porque cuando una persona es fría y vive alejada de Dios,
sus convicciones palidecen, su moralidad se relaja y tarde
o temprano, la convivencia terminará enfriando nuestra fe
bajándonos a su nivel.
Es importante procurar amistades cuyo compromiso
con Cristo no les permite involucrarse en cosas bajas, sino
que elevan nuestra espiritualidad y alimentan nuestra fe.
Búscate al más fanático que conozcas, ese que más brinca
en la alabanza, el que más escándalo hace, para conocerlo y
hacerte su amigo, quizá obtengas algo de lo que él tiene.
Una de las mejores retroalimentaciones que tenemos mi
58
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

esposa y yo es conversar con amigos y Pastores acerca de lo


que Dios está haciendo en el mundo. Recibir sus impresiones
respecto a la temperatura espiritual de nuestro mundo y el
rumbo de la iglesia. De lo que el Señor está haciendo en sus
congregaciones y sus experiencias con el Señor. A menudo,
las luchas de nuestros seres más apreciados son las que los
llevan a una sensibilidad mayor de la presencia de Dios en
su vida, y compartir su trayectoria con ellos te alimenta, te
llena de fe y de anhelo por más de Dios. Son las cosas que
nos reiteran la magnitud del Dios al que servimos.
Hebreos 10:24 dice:
Considerémonos unos a otros para estimularnos...
Debemos estimularnos en la fe, la oración y la búsqueda
de la Palabra; a mayor compenetración en la alabanza, la
adoración y una pasión renovada por Él.

DAR

¿Sabías que la generosidad te enamora? En Lucas 12:34,
Jesús mismo dice:
Porque donde está vuestro tesoro, ahí estará vuestro
corazón.
Donde esté tu dinero, tus riquezas, tus posesiones, ahí
59
CHRIS RICHARDS

estará tu corazón.
Cuando me enamoré de Haydeé era un joven estudiante
que no tenía mucho dinero, pero lo poco que tenía lo
gastaba en ella. Hoy en día, siempre que salgo de viaje,
me detengo en algún lugar para traerle algún regalito. Esa
es una manera de expresarle mi amor, ¿no será Dios más
digno de darle lo mejor de nuestras primicias? Tenemos que
dejar de ser tacaños y aprender a dar en la iglesia donde nos
congregamos, así como en las obras benéficas y ministerios
que trabajan con aquellos que a Dios le importan.

COMPARTIR NUESTRA FE

Isaías 62:1 lo describe de esta manera:


Por amor de Sión, no callaré, por amor de Jerusalén no
descansaré.
Esto implica mantener una actitud receptiva para con el
perdido y aprovechar cualquier oportunidad que se presente
para compartirles a Cristo. Hablar con el vecino, con los que
vienen a recoger la basura, con la cajera del supermercado y
con cuantos se pueda entablar una conversación casual, por
breve que sea. Mi esposa mencionó que estando en la fila
de una tienda de departamentos comenzó a conversar con
60
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

una madre que batallaba con su pequeño infante. Luego de


hacerle unos cariñitos al niño se dio cuenta de que la mujer
se sentía aislada porque su esposo estaba en el ejército, y
que el chico estaba demasiado apegado a ella.
Lo que tú necesitas es asistir a una iglesia, le dijo. Ahí
encontrarás grupos de madres como tú.
La situación se prestó para mencionarle los beneficios
de tener un grupo de amigas que la apoyaran en caso de
necesitar un medicamento para el pequeño o alguien con
quien desahogarse. La chica se mostró muy interesada y
aliviada de saber que había una esperanza para su situación.
Todo mientras esperaba para comprar una canasta. Esa
oportunidad de acercar a alguien a Dios la llenó de mayor
gozo que la compra que estaba adquiriendo.

UNA VIDA CON PROPÓSITO

En 1 Corintios 24:27 dice:


¿No saben, que los que corren en el estadio, todos  a la
verdad corren, pero uno solo es el que se lleva el premio?
¿No te gustaría llevarte el premio? Desde luego, porque
el premio es Cristo, para ello tenemos que correr de tal
manera que lo obtengamos.
61
CHRIS RICHARDS

Todo aquel que lucha, de todo se abstiene.


Está hablando de los atletas en los estadios que dejan
de comer antojos,  de tomar cosas perjudiciales como la
cafeína y el alcohol; dejan esto y lo otro, y se dedican a hacer
ejercicio concienzudamente; y todo aquello lo hacen:
A la verdad, para recibir una corona corruptible...
Una medalla, un simple trofeo; pero por ello hacen todo
tipo de sacrificios personales.
Pero nosotros, nos dice, no corremos por un trofeo que
con el tiempo se va a quedar olvidado, cubierto de polvo;
sino que corremos por un premio incorruptible que es
Cristo.
Asi que yo de esta manera corro, dice Pablo, no
como a la ventura, de esta manera peleo, no como quien
golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre.
Me obligo a orar, dice el apóstol, me obligo a leer la
Palabra, me obligo a adorar y a danzar. Aun cuando no
tengo ganas, me obligo a levantar las manos, a testificar y
asistir a la iglesia.
Porque no sea, termina diciéndonos, que habiendo sido
heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Tenemos que vivir vidas con intención.
Todo lo que haga a lo largo de mi vida, ya sea en mi
62
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

trabajo, en mi matrimonio, con mis hijos o con mis padres;


lo que haga en cualquier aspecto de mi vida, lo hago para
obtener el premio de Cristo Jesús, por amor a Él, amándole
más cada día. No quiero ser un cristiano tibio, no quiero
ser un cristiano del montón, yo quiero ser una persona
apasionada.
Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone
en práctica es como un hombre prudente que construyó su
casa sobre la roca.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los
vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se
derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.
Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone
en práctica es como un hombre insensato que construyó su
casa sobre la arena.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los
vientos y azotaron aquella casa, y esta se derrumbó, y
grande fue su ruina.  (Mateo 7:24-27).

63
CHRIS RICHARDS

Lo que sale de la boca, del corazón sale;


y esto es lo que contamina al hombre.

Mateo 15:17-20

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EXAMEN DEL
CORAZÓN

Dios no se fija en las reglas externas, sino en nuestro


corazón.
Un día Jesús iba pasando por un campo de trigo cuando
sus discípulos tuvieron hambre, por lo que comenzaron
a arrancar manojos de trigo y llevárselos a la boca. Al
verlos, los fariseos se escandalizaron. Su indignación no
era porque se robaran el trigo, ya que esto estaba permitido,

65
CHRIS RICHARDS

sino porque lo hacían sin lavarse las manos.


Aunque es posible que todas las madres de familia
hubieran reaccionado de igual manera al ver que sus hijos
comían sin lavarse las manos, creo que el lector concuerda
conmigo en el hecho de que esto no es un asunto que
necesariamente condene a nadie al infierno; existe la remota
posibilidad de que te lleve al panteón antes de tiempo, pero
no al infierno.
Aquí el caso es que los fariseos estaban completamente
escandalizados porque ellos habían inventado más de
quinientas enmiendas a Los diez mandamientos, y sus
acciones violaban una de ellas. La Ley de Dios estipulaba que
el sábado era el día de reposo para dedicarlo exclusivamente
a Dios, y en ese día no se podían hacer negocios o concertar
tratos de compra-venta. Para asegurarse de que nadie
violara esa ley, estos religiosos extremistas establecieron
un apéndice que no tenía nada que ver con Dios, puesto que
Él no lo había dictado, y que estipulaba:
No está permitido tocar el dinero en el día de reposo.
¡Imagínate! Dios jamás había dicho que no se debiera
tocar, sino que simplemente no se trataran negocios en ese
día, sin embargo, ellos establecieron toda una serie de reglas
adicionales que, lejos de propiciar el descanso en el día de
reposo, lo tornaban en un yugo duro de llevar.
66
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Observa la magnitud del absurdo de esta escena.


Aquí tenemos a estos fariseos frente al mismo Jesús,
completamente escandalizados porque sus discípulos
estaban comiendo ¡sin lavarse las manos! Jesús les
responde:
¿No entienden que todo lo que entra en la boca va
al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de
la boca, del corazón sale; y esto es lo que contamina al
hombre. (Mateo 15:17-18).
Mateo 15:19 y 20 dice: Porque del corazón salen los
malos pensamientos, los adulterios, los homicidios, las
fornicaciones, los abortos, los falsos testimonios, las
blasfemias, calumnias y pleitos. Estas cosas son las que
contaminan al hombre, pero el comer con las manos sin
lavar no contamina al hombre.
Jesús está tratando de hacernos ver que lo que importa
no es el comportamiento externo (como el cumplimiento de
ciertas reglas religiosas), sino la condición del corazón.
Luego, menciona varios problemas del corazón, que
bien pudiéramos interpretar como algo que procede de otras
áreas de nuestra vida, por ejemplo, habla del problema de
los malos pensamientos, y alguien pudiera decir que está
equivocado, porque los malos pensamientos se formulan
en la mente, pero el Señor nos dice que no es un problema
67
CHRIS RICHARDS

de la mente, sino del corazón. Provienen de un corazón


enfermo, un corazón sucio y depravado. Ahí es donde nacen
los homicidios, el odio, el rencor que tenemos en contra de
la gente al grado que quisiéramos que les cayera un rayo.
Tal vez nunca hemos matado a nadie, pero ¿cuántos hemos
sentido odio por una ofensa grave? Inclusive, hasta hemos
llegado al punto de acariciar la idea de la venganza. Dios
nos dice que ese es un problema del corazón, no es un
problema por lo que te hicieron o te dijeron.
El adulterio es un problema de la insatisfacción en nuestra
vida, ya no estás satisfecho con la mujer que Dios te dio y
quieres otra; tal vez una más joven, una más gordita o más
flaquita. Por mucho que queramos poner las hormonas de
pretexto, eso habla de la condición de nuestro corazón.
Quienes tienen este problema se escudan en que su
pareja no les entiende, argumentan que los humilla y les
da una vida insoportable, y por eso es que sucumbieron a
las atenciones de una persona extraña que les prodigó un
vaso de agua en medio de un prolongado desierto donde se
arrastraban dramáticamente por una migaja de amor... pero
en el fondo saben que ese no es el problema, el problema
está en su corazón.
La inmoralidad sexual no es un problema físico, es
decir, producto de un impulso fisiológico movido por una
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

profunda necesidad de darle alivio a un reflejo. Tampoco es


un problema mental en el que el cerebro se ve involucrado
en una serie de pensamientos pecaminosos que lo llevan a
un desenlace inevitable. No, es simple y sencillamente un
síntoma de un corazón perverso.
Los robos y la avaricia son un indicio de alguien que
lleva una vida insatisfecha. Muchas veces llevamos una vida
tan entregada al consumismo, que tenemos que obtener un
mejor auto, una mejor casa, una tele más grande, un mejor
teléfono... De acuerdo con Dios, nada de eso proviene de la
sociedad, sino de nuestro interior.

CALUMNIAS

Los falsos testimonios, las veces que criticamos a la


gente que no nos simpatiza y las mentiras que contamos,
provienen del corazón. Las calumnias son una condición
interna que emana del corazón y Dios quiere tratar con ese
órgano enfermo y desquiciado, y no nada más con una serie
de reglas. Porque el Señor no quiere ponernos un bozal
como el que se le pone a un perro, sino obrar en nuestro
interior, porque aunque el perro no pueda morder cuando
lleva el bozal puesto, todavía quiere morder.
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CHRIS RICHARDS

Al Señor no le interesa ponernos reglas que nos


controlen mientras que por dentro seguimos anhelando el
pecado; sino ejercer un cambio interno, al grado que mis
anhelos y que mis deseos, sean cambiados. Es por eso que,
en Mateo 15:8 dice:
Este pueblo de labios me honra.
Habían aprendido a usar un vocabulario religioso, pero
sus acciones continuaban siendo perversas. ¿Quién nos dice
que nosotros mismos no hemos aprendido a comportarnos
religiosamente? Porque bien sabemos cómo dirigirnos
frente a los hermanitos; hay ciertas palabras que no se
dicen frente al Pastor. Enfrente de la esposa, los hijos y
algunas otras personas, moderamos nuestro vocabulario y
le ponemos un filtro, ¿pero qué tal con los compañeros del
trabajo? ¡Se nos suelta una boca como de cañería! Por eso
es que Jesús está diciendo:
Han aprendido a fingir, han aprendido a hablar y actuar
de cierta manera, mas su corazón está lejos de mí. (Mateo
15:8).
Dios no quiere convertirnos en seres automatizados que
cumplen con una serie de reglas previamente programadas,
Él quiere traer una transformación a nuestros corazones.

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

LIBERTAD VS. LIBERTINAJE

Por favor, medita con cuidado para no confundir lo que


estoy diciendo, porque cuando hablo de que vivimos bajo la
gracia, y no bajo la ley, no significa que tengamos licencia
para seguirle dando vuelo a la hilacha y hacer lo que se nos
pegue la regalada gana. Sino que, cuando Dios viene cambia
y transforma nuestro corazón. Esa entrega verdadera a Dios
va a producir un cambio en nuestra conducta. De modo que
lo interno tiene un impacto externo. Si mi corazón está
rendido a Dios, yo no voy a pecar contra Él, no porque la
ley me diga que no lo haga, sino porque anhelo honrarlo. Es
lo que Jesús expresó en Mateo 5:17-48:
No piensen que he venido a anular o cancelar la ley
y los profetas, no he venido a anularlos sino a darles
cumplimiento.
O sea que Jesús, bajo la gracia, no viene y nos dice:
¡Se acabaron Los diez mandamientos! Olvídense de
ellos.
Lejos de eso, más bien está diciendo:
Lo que quiero es ayudarles a cumplirlos.
Sus palabras van cargadas de un tono muy serio:
Les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los
cielos, a menos que su justicia supere a la de los fariseos.
71
CHRIS RICHARDS

Ahora, los fariseos eran sumamente religiosos. Ellos


tenían una y mil reglas, y las cumplían, valga la redundancia,
¡religiosamente! ¡Y Jesús nos dice que no vamos a entrar en
el reino de Dios a menos que nuestra justicia sea superior
a la de ellos! Uno diría, ¡imposible! ¿cómo puedo lograr
eso? De acuerdo con Jesús, no tiene nada que ver con reglas
externas, sino con una condición del corazón.
Veamos la conclusión a la que llegó el Señor:
Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados... La
Ley dice lo siguiente: no matarás, y todo el que mata estará
sujeto al juicio en el tribunal.
Ahora, es muy fácil para mí guardar la ley de: No matarás.
Él me dice no mates, y yo digo, está bien; no mato.
Seguramente que la mayoría de los lectores, puesto
que no acostumbran matar a nadie (¡aunque a veces les
den ganas!), se sienten a salvo. Sin embargo, Jesús viene y
levanta las expectativas. Es como si nos dijera: Yo demando
algo más, porque espero algo que viene desde tu corazón,
no simplemente una serie de reglas externas que dicen: No
mates, pero yo les digo: que todo el que se enoje con su
hermano, quedará sujeto al juicio del tribunal.
Yo puedo decir con toda sinceridad que jamás he matado
a nadie, pero lo que no puedo decir es que nunca me he
enojado con nadie, porque esa es una condición del corazón,
72
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

y en ese caso, mi corazón sí ha roto esa ley. Por eso Dios


quiere entrar y cambiarnos de tal manera que el caminar en
pos de Él sea superior a un montón de reglas, de manera
que no tenga que estar preguntando qué se puede y qué no
se puede hacer. Jesús dice: Si tu corazón verdaderamente
fue tocado por mí, y estás genuinamente entregado, no
solamente no matarás, sino que no te enojarás con tu
hermano al grado de odiarlo.
Sus palabras fueron:
Porque cualquiera que insulte a su hermano quedará
sujeto al juicio del Consejo, pero cualquiera que lo maldiga
quedará sujeto al juicio del infierno.
Vamos siendo honestos, ¿cuántas veces al ir conduciendo
tu coche, si alguien se te atraviesa, no le dices de groserías?
Pues aquí Dios te está diciendo que de nada sirve que tengas
estas reglas en tu vida y que las observes religiosamente, si
tu corazón está lejos de Él. Jesús concluye:
Ustedes han oído que se dijo: No cometas adulterio,
pero yo les digo que cualquiera que mira una mujer y la
codicia, ya ha cometido adulterio con ella, en el corazón.
Como Pastor, puedo pararme frente a mi congregación y
decir con toda certeza que nunca he estado en una relación
sexual con una mujer que no sea mi esposa, pero no puedo
decirl que nunca he volteado a ver a otra mujer.
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CHRIS RICHARDS

Un día fuimos a llevar a uno de nuestros hijos al


aeropuerto, y saliendo rumbo al coche vimos a una joven
con un vestido de tejido completamente entallado al
cuerpo y demasiado corto. Obviamente: ¡le faltaba tela o le
sobraban piernas! Quisiera decir que no me percaté de ella,
pero sinceramente, la mujer tenía buen cuerpo. Bajo la ley
yo me pudiera haber ido detrás de ella echándome mi taco
de ojo sin violar la ley, pero la obra de Dios en mi corazón
fue voltear a ver lo chueco que estaba el pavimento, ¡y
puedo decir en dónde están todos los baches! ¿Por qué?
Porque algo dentro de mí me dijo: No, para allá no van tus
ojos.
Porque se trata de mucho más que un mero cumplimiento
de la ley, es una condición del corazón que Dios quiere
implantar en nosotros. Él quiere una obra profunda que va
más allá que el simple deseo de cumplir con ciertas reglas.
La obra de Dios en mi corazón repercutirá en la manera
en que trato a mi esposa, en mi forma de hablar, de vestir
y de comportarme, en la clase de amigos que elijo y los
lugares que frecuento. Forzosamente tiene que haber un
impacto en mi vida, pero eso solamente se da cuando yo
permito a Dios obrar en mi corazón.

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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¡INVASIÓN!

Ahora, hay algo que se pudiera llamar La Condición de


un Corazón Vacío. Al estar leyendo la Biblia me topé con
este principio y se me ocurre que esto es algo que le sucede
a los cristianos tibios, porque tienen vacío el corazón.
La Palabra dice que cuando el espíritu inmundo sale del
hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo
halla.
En otras palabras, Jesucristo viene a nuestra vida, hay
un reconocimiento, surge un cambio, echamos a un lado el
pecado y sacamos el espíritu inmundo de nuestra vida.
Entonces dice: volveré a mi casa de donde salí, y cuando
llega, la halla desocupada, barrida y adornada. (Mateo
12:43-44).
Esto indica que muchos de nosotros hemos llegado al
conocimiento de Jesucristo como nuestro Dios y Señor,
hemos permitido que entre en nuestra vida y nos limpie;
hemos sacado de nuestra vida ciertos pecados y malos
hábitos, nos hemos alejado de algunas cosas nocivas, y por
un tiempo, tenemos una vida muy limpia, pero somos como
un cuarto vacío, no nos hemos ocupado de llenar nuestro
corazón de Dios. En esa condición es muy fácil caer de
nuevo y convertirnos en este cristiano tibio que cree en
75
CHRIS RICHARDS

Dios, pero vive como si no existiera. Es un lobo vestido de


oveja. La historia termina diciendo:
Ese espíritu inmundo va y toma consigo siete espíritus
peores que él, y entrados moran ahí y el estado postrero
de aquel hombre viene a ser peor que el primero. (Mateo
12:45).
¿Cuántas veces no nos encontramos así? Tenemos un
corazón vacío, lo hemos limpiado, hemos sacado todas las
cosas malas, pero si no nos llenamos de Jesucristo, ¡tarde o
temprano terminamos peor que como iniciamos!
La verdad es que, muchas veces nos llenamos con
un montón de basura. Aun de cosas que parecen buenas
porque tienen apariencia de religiosas. Hay gente que asiste
a reuniones de lunes a sábado pero no se llena de Jesucristo
porque ir a la iglesia no es lo mismo que llenarse de Él. Sí
estamos ahí en cuerpo, pero nuestro espíritu está ausente,
¡no necesariamente implica que nos estemos llenando de
Dios!
En 1 Corintios 3:10-15, Pablo nos habla de que, al final
de nuestra vida cada uno de nosotros será puesto a prueba
de fuego, y todo aquello con lo que hemos llenado nuestra
vida, ya sea de cosas de cartón, de paja o de madera, se va a
consumir en el fuego donde no quedará nada. Dice que esas
personas lograrán salvarse de panzaso, que apenas lograrán
76
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

entrar en el cielo, pero todo aquello con que llenaron su


vida durante su existencia en la tierra es vano y quedará
consumido en el fuego.
Sin embargo, si llenamos nuestra vida con Jesucristo,
el autor y consumador de nuestra fe, nuestra plenitud
perdurará. De modo que tenemos que llenarnos de Dios, y
no solamente de activismo religioso. Hay demasiadas cosas
de las que podemos llenarnos, como del trabajo o quizá de
la carrera, pero al final de cuentas nada de eso permanecerá.
Lo único que va a perdurar es Jesucristo.
Ahora, este cambio de nuestro corazón inicia con una
obra de Dios, pero se requiere de nuestra participación.
Ezequiel 36:26-31 dice:
Les daré un corazón nuevo.
Supongo que a estas alturas, todos queremos tener un
corazón nuevo.

EMPEDERNIDO

Esto del corazón me hace pensar en la manera en


que se van endureciendo las arterias que, a través de los
años, se van llenando de capas de grasa que literalmente
las taponean impidiendo el paso de la sangre. A esto se le
llama endurecimiento de las arterias, es decir; pierden su
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CHRIS RICHARDS

flexibilidad y la sangre, que lleva la vida, no puede fluir por


ellas.
Lo mismo pasa con nuestra vida espiritual, a veces
podemos haber entregado nuestra vida a Jesucristo, pero
luego suceden roces o incidentes desagradables: alguien nos
insulta o nos ofende y por causa de esa herida nos vamos
endureciendo, guardamos un área insensible de nuestro
corazón porque no se la entregamos a Dios.
Quizá se trata de que le hemos dado cabida a cierto
pecado, y ahí en esa parte de nuestra vida, el corazón se
hace duro; es posible que en otras áreas estemos caminando
bien, pero ese aspecto, esa área, la tenemos muy bien
resguardada. Nos hemos endurecido y necesitamos un
trasplante de corazón. Ezequiel continúa diciendo:
Les daré un corazón nuevo, pondré espíritu nuevo
dentro de ustedes; y quitaré de ustedes el corazón de piedra
y les daré un corazón de carne; pondré dentro de ustedes
mi espíritu y haré que anden en mis estatutos.
Lo que le sucede a un corazón endurecido es que pierde
la conciencia, esto desencadena una condición en la que se
carece de sensibilidad para saber cuando el Espíritu de Dios
habla, porque simple y sencillamente, se ha hecho duro.
Por eso Ezequiel añade:
Pero se acordarán de sus malos caminos y de sus obras
78
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

que no fueron buenas y se avergonzarán.


La pregunta es, ¿hay alguna cosa en tu vida de la que te
puedas avergonzar? Si hay áreas en las cuales resulta fácil
pecar, si podemos violar las leyes de Dios sin remordimiento,
es porque padecemos de un endurecimiento del corazón y
necesitamos pedirle que arranque ese órgano enfermo que
se ha vuelto una piedra, y que nos dé un corazón de carne
en su lugar.

MI RESPONSABILIDAD

Hace varios años mi padre tuvo que someterse a una


operación a corazón abierto en la que le pusieron cinco
puentes porque sus arterias estaban tapadas. Hubo que tomar
venas de una pierna para usarlas como pequeños puentes
alternos para saltearse el área afectada donde se encontraba
el edurecimiento que impedía el flujo de la sangre.
Ahora, todo eso lo hizo un médico especializado, pero al
salir del hospital mi padre también tenía que hacer su parte.
Ahora le tocaba a él vigilar su dieta y hacer ejercicio. De
igual manera, hay cosas que nosotros debemos hacer pues
es imposible cruzarse de manos y esperar que Dios cambie
nuestro corazón, mientras seguimos siendo los mismos
79
CHRIS RICHARDS

ingratos que se quejan de que Dios no les ha cambiado.


Supongamos que tú eres una persona que batalla con la
avaricia y le pides a Dios que te cambie; entonces Dios te
dice: Muy bien, para lograrlo quiero que tomes parte de tu
dinero y se lo des a los pobres. Tú te quedas perplejo y le
contestas: ¡Pero, Señor, comprende! Mi problema es que,
precisamente, tengo un corazón demasiado avaro; cambia
mi corazón, quítame la avaricia, y entonces podré dar a los
pobres.
Dios vuelve repetir: Precisamente. Toma parte de tu
dinero y dáselo a los pobres.
Este mismo proceso puede repetirse infinidad de veces,
porque es difícil entender que se tiene que tomar acción,
¡aunque duela! No será sino hasta que tú empieces a
desprenderte de tu dinero, que Dios podrá iniciar el proceso
de ablandar tu corazón. Se necesita acción de nuestra parte.
Lo primero es hacer la voluntad de Dios.
Debemos ser obedientes al conocimiento que nos da. Eso
es a lo que se refiere Mateo 12:46-50 cuando dice:
Mientras Jesús le hablaba a la multitud, se presentaron
su madre y sus hermanos. Se quedaron afuera, y deseaban
hablar con Él. Alguien le dijo: Tu madre y tus hermanos
están afuera y quieren hablar contigo. ¿Quién es mi madre,
y quiénes son mis hermanos? Replicó Jesús.
80
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Es importante señalar que el Señor no estaba hablando


despectivamente de su madre y sus hermanos, sino más bien,
aprovechó la oportunidad para enseñarnos algo importante,
porque el versículo dice:
Señalando a sus discípulos, añadió: Aquí tienen a mi
madre y a mis hermanos. Pues mi hermano, mi hermana y
mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que
está en el cielo.
De esto podemos concluir que somos nosotros quienes
debemos tomar la iniciativa en hacer la voluntad del Padre,
y si no sabemos cómo empezar, la Palabra de Dios nos
guía.

HABLANDO EN PLATA

Por ejemplo, es posible que un joven que tiene un


encuentro con Jesucristo tenga una novia con la que sostiene
relaciones íntimas, porque esa es la usanza de la gente del
mundo; sin embargo, ahora que ha tenido una conversión
genuina comienza a leer la Biblia y encuentra que no debe
cometer fornicación, ¿qué hace? Porque ahora tiene un
dilema:
Quiere agradar a Dios, pero le gusta su relación ilícita
con su novia.
81
CHRIS RICHARDS

Se encuentra en una disyuntiva que no requiere


demasiada inteligencia para descifrar:
Obedecer la Palabra de Dios, hablar con su novia y
sustraerse de malas acciones, o seguir en el pecado.
Cuando se inicia por actuar como Dios manda, Él en
turno, comienza a obrar en nuestro corazón, sanando nuestra
conciencia cauterizada para que dejemos la mundanalidad.
Poco a poco, nos vamos sensibilizando al pecado, de pronto
ya nos sentimos incómodos dejando la vista desviarse
detrás de ciertas cosas por las calles y aprendemos a cuidar
nuestros ojos, lo que vemos por internet, lo que pasa por
nuestros pensamientos; la pornografía se vuelve ofensiva.
Todo comienza con iniciativa de nuestra parte, con la
obediencia a la Palabra de Dios y su voluntad.

UNA BÚSQUEDA GENUINA

Tenemos que buscar a Dios porque lo importante es, no


solo conocer las reglas, sino tener una verdadera intimidad
con Dios; y como en toda relación, para que florezca, hay
que procurar a la persona.
Deuteronomio 4:29 lo pone de la siguiente manera:
Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu
82
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

corazón y con toda tu alma, lo encontrarás.


Esto habla de que mi corazón tiene que estar en una
búsqueda genuina de Dios, es algo que se debe anhelar.
Salmos 42:1 dice: Como el ciervo brama por las
aguas...
Refiriéndose al venado que no encuentra agua y,
desesperado por la sed, empieza a bramar, es decir, pegar de
gritos, ¡Tengo sed! ¡Me muero! Tú y yo debemos tener ese
mismo anhelo por Dios en nuestra vida. El profeta nos dice
que él busca a Dios de día y de noche. (Isaías 26:9). Tiene
que haber una búsqueda y en medio de ella, se requiere de
un corazón sincero.

UN CORAZÓN SINCERO

Esto no necesariamente habla de perfección, Hebreos


10:22 lo define así:
Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con
la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados
de una conciencia culpable y exteriormente lavados con
agua pura.
Un corazón sincero es aquel que no oculta nada
delante de Dios, que lejos de tratar de impresionar con su
83
CHRIS RICHARDS

religiosidad, llega sincero y quebrantado reconociendo sus


defectos, consciente aún de sus pecados, pero sin embargo,
no está dispuesto a vivir lejos de Él.
Eso es lo que vemos en el Rey David, un hombre que
adulteró, un hombre que mandó asesinar a uno de sus más
fieles siervos para ocultar su adulterio, pero que al ser
confrontado por Dios, reacciona con absoluta sinceridad:
Yo reconozco mis rebeliones.
Dice en el Salmo 51. No llegó con excusas, tratando de
justificarse con los típicos pretextos de: Es que ahí estaba
la mujer, ¡completamente desnuda! Tú sabes, Señor; uno
es hombre, ¿qué querías que hiciera? O quizá: Es que mis
mujeres son frígidas y no me quieren atender.
Lejos de eso, David llegó ante Dios reconociendo sus
fallas:
Mi pecado está siempre delante de mí, y dice:
Contra ti, contra ti, solo he pecado y he hecho lo malo
delante de tus ojos.
David reconoce su pecado, no trata de esconderlo, sino
que lo saca delante de Dios en un rendimiento total:
Aquí está, Señor, líbrame de mi maldad, ¡purifícame
con hisopo! Y continúa diciendo:
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio. Sabe que en
ese momento, su corazón está sucio, y le pide al Señor que
84
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

lo limpie.
Renueva un espíritu recto dentro de mí.
Reconoce lo corrupto de su espíritu y la falta de
rectitud que hay en él, sabe que está desviado, que está
torcido, que tiende hacia lo malo; ¡Dios, cámbiame! Pero
no está ocultando nada delante de Él, no está tratando de
convencerlo de que en el fondo es buena persona, más bien
reconoce con sinceridad las áreas de su vida en las que tiene
una lucha entre la carne y el espíritu.

SACRIFICIO AGRADABLE

Luego nos dice que lo que agrada a Dios en nuestras


vidas no es la perfección o los sacrificios que podamos
hacer, ese típico regateo a manera de soborno: Ay, Padre
Santo, te entrego mi casa, te voy a dar todo mi dinero,
¡PERO SÁCAME DE ESTE APURO!
David sabe que los sacrificios que le agradan a Dios, son
el espíritu quebrantado, el corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, ¡oh! Dios.
Es un asunto de un corazón sincero que llega delante de
Dios, se desnuda y lo rinde todo delante de Él: Esta es mi
condición, guardo este resentimiento, tengo este orgullo,
85
CHRIS RICHARDS

alimento esta rebeldía y te lo expongo todo a ti, Señor, para


que tú lo remuevas y me cambies.

EN BUSCA DE SU AMOR

Jesús nos declara en Deuteronomio 6:5:


Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda
tu alma, y con todas tus fuerzas.
Tenemos que amar a Dios y su santidad, saber atesorar
su Palabra en nuestro corazón. No es un asunto de
conocimiento cerebral, sino que tiene que descender hasta
el corazón. En Proverbios 4:21 dice:
No se aparten de tus ojos mis palabras, guárdalas en
medio de tu corazón.
No dice en medio de tu cerebro, tu cabeza o tus
conocimientos; dice, en medio de tu corazón. Por eso
Salmos 119:10-11 dice:
Con todo mi corazón te he buscado, no me dejes
desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he
guardado tus dichos para no pecar contra ti.
El problema es que muchos de nosotros queremos
atesorar la Palabra de Dios, pero queremos guardarla en
nuestra mente. Nos gusta sentir que somos estudiosos
86
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

e intelectuales, y eso está bien, todos necesitamos más


estudios; pero no es suficiente concretarse a oír a una
persona que me instruya y me enseñe los domingos o días
de reunión, sino que debemos ir mucho más allá, tomar la
Palabra de Dios y permitir que entre en el corazón lavándolo
y purificándolo. Sentarnos con nuestra propia Biblia en
casa y decirle: Háblame al corazón, trata con la condición
de mi alma.

MALAS INFLUENCIAS

En Mateo 5:29 encontramos a Jesús hablando de La


Ley, y a primera vista, sus conceptos pueden ser demasiado
radicales pero en realidad es algo muy sencillo de obedecer,
porque simple y sencillamente está diciendo: Yo digo esto,
La Ley dice aquello, pero yo quiero que sus corazones sean
cambiados por mi Espíritu; vivan de esta manera.
Su propuesta es la siguiente:
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo,
y échalo de ti.
Observa que no dice, ponle un parche a ver si se
compone.
Ahora, no está hablando literalmente, por favor, no vayas
87
CHRIS RICHARDS

a tratar de sacarte los ojos y luego decir que Chris te dijo


que te mutilaras. Se refiere a que tenemos que ser agresivos
en eliminar las cosas que contaminan nuestro corazón.
Un buen amigo, que es Pastor y líder de alabanza, me
contó que en una ocasión llegó a su casa y cortó la recepción
de cable para la televisión. Como era de esperarse, sus hijos
estaban disgustados puesto que ellos disfrutaban algunos
canales de niños (cosa que no tiene nada de malo). A su
esposa le gustaban los programas de cocina y decoración
(que tampoco tienen cosa objetable), pero él sabía que había
otros programas que, si no cortaba el cable y lo sacaba de su
casa, iban a penetrar en su hogar y contaminar su corazón,
y para cuidarse, decidió prescindir de esa comodidad
aparentemente inofensiva. La pregunta obligada es:
¿Con qué tenemos que cortar cada uno de nosotros?
¿Qué cosas nos están contaminando?
En Mateo 5:29, el Señor continúa diciendo:
Pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y
no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano
derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti.
No dice: métela en la bolsa, a ver si se corrige, o
amárratela a la espalda, a ver si se compone. No, dice que
seas severo con las cosas que te están contaminando.
Si tus amigos te están conduciendo al pecado e infectando
88
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

tu corazón, Dios dice: ¡CÓRTALOS!

Cualesquiera que sean las cosas que nos contaminan,


necesitamos eliminarlas. Puede ser que no se trate de un
pecado; tal vez sea tu coche, porque representa tu orgullo.
En cuanto te subes a ese auto, te sientes henchido de
satisfacción circulando por las calles, hasta crees que todas
las chicas voltean a verte; ese auto es tu orgullo y lo cuidas,
lo pules y lo acaricias, porque tu vida entera está invertida
en él. Dios dice: ¡córtalo! Quizá la idea te haga gemir,
pero Dios te dice: es que se ha metido en tu corazón, te
está contaminando, y yo quiero que lo saques de tu vida;
véndelo, deshazte de él.

¡EXCUSAS!

En Juan 5 se encuentra la historia de cuando Jesús


se encontraba en Betesda, que es un estanque donde, de
vez en cuando un ángel bajaba del cielo y tocaba el agua.
Cuando esto sucedía, se veían los movimientos del agua y
los enfermos se tiraban al estanque porque el primero que
lograba tocar el agua, era sanado instantáneamente.
Jesús llega a ese lugar y como siempre, estaba rodeado
89
CHRIS RICHARDS

de enfermos: ciegos, mudos, cojos, paralíticos y demás. Sin


embargo, se acerca a un hombre en particular y le hace la
pregunta:
¿Quieres ser sanado?
¡Imagínate! ¡Era como sacarse la lotería! Cualquiera
diría que la respuesta a esa pregunta era muy sencilla: Sí o
no. Pues eso es precisamente lo que está sucediendo en este
instante contigo; Dios te está haciendo la pregunta:
¿Quieres que tu corazón sea sanado?
La respuesta es igual: Sí o no.
¿Quieres que Dios cambie tu corazón? Lo interesante
es que este hombre no le contesta ni sí, ni no, sino que,
como muchos de nosotros, responde con excusas: ¡Qué
más quisiera, pero... es que yo no puedo! Porque, cuando
el ángel toca el agua, otros me ganan ¡estoy inválido y no
tengo a nadie que me levante! Y pues, soy demasiado lento,
patroncito; no veo al ángel cuando toca el agua...
¡El hombre tenía mil y una excusas! Así mismo, Dios
viene y nos pregunta:
¿Quieres que tu corazón sea sanado?
El problema es que contestamos como ese hombre y
empezamos con los mil pretextos:
Es que, así soy, no lo puedo evitar...
Es que, es la forma en que me criaron...
90
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Es que, es por culpa de las hormonas...


Es que, es culpa de mi esposa...
Es que, son mis hijos...
Es que yo esto, es que yo aquello...
Hacemos excusas para no permitir a Dios entrar y sanar
nuestro corazón. Sin embargo Él quiere saber:
¿Quieres que tu corazón sea sanado?
La pregunta es: ¿cómo está tú corazón? Toma un
momento para reconocer tus fallas ante Dios y ponerte a
cuentas con Él en este instante. Recuerda que su anhelo
más grande es restaurar su comunión contigo. Dios anhela
llamarse dueño de tu corazón.

91
CHRIS RICHARDS

¡Tengan cuidado!
Absténganse de toda avaricia;
la vida de una persona no
consiste de la abundancia
de sus bienes.

Lucas 12:15

92
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¿EN QUÉ CONSISTE TU


VIDA?

Como hemos dicho, un lobo disfrazado de oveja es aquel


que profesa creer en Dios, que incluso, está convencido de
ser cristiano y de ser una persona de fe, cuando en realidad
sus acciones demuestran todo lo contrario. De hecho, vive
como si Dios no existiera.
Ahora, veamos en qué consiste nuestra vida. Jesús nos
habla acerca de esto y nos exhorta en cuanto a aquello que
puede desviarnos de lo eterno.
93
CHRIS RICHARDS

En Lucas 12:15 dice:


Tengan cuidado...
Es decir, está lanzando una advertencia de que
procedamos con cautela.
Absténganse de toda avaricia. Porque la vida de una
persona no consiste de la abundancia de sus bienes.
Suena poético, pero cuando se trata de la vida real,
muchos decimos: A ver, Señor; espérame, espérame. Eso lo
dices Tú porque estás allá en el cielo donde no hay llanto,
tristeza ni dolor. Pero aquí en la tierra, ¡las cosas son
diferentes!
Porque el estándar de la sociedad en que vivimos dicta
que: Tanto tienes, tanto vales.
De hecho, el que tiene la camioneta más grande, es el
más próspero; el que vive en la casa más grande, o el que
viste mejor, es el que verdaderamente ha obtenido el éxito.
Sin embargo, Jesús dice algo muy diferente, Él habla de
que la vida no consiste de los bienes que poseemos.
En los Estados Unidos, se celebra el Día de Gracias,
en el que la familia se reúne alrededor de la mesa,
supuestamente, para agradecer todas las bendiciones que ha
recibido de parte de Dios. Por lo menos esa era la intención
original, sin embargo, sucede algo extraño, porque el día
después se ha vuelto más conmemorativo que el primero.
94
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Los comerciantes lo llaman el Viernes Negro, debido a que


en ese día, los márgenes de ganancia pasan de números
rojos a números negros, y con razón.
Ese día es el detonador que arranca las ventas navideñas
y la gente se vuelve loca. Se quedan haciendo fila con varios
días de anticipación afuera de las tiendas, acampando en
medio de fríos inclementes para que, en el momento que
abran las puertas de las grandes tiendas, puedan ser los
primeros en entrar y aprovechar las ventas especiales.
Ese día se echa por la borda la prudencia y la educación,
nadie se respeta. Las personas se atropellan unas a
otras, se arrebatan las cosas y se pelean a golpes por los
artículos electrónicos. Aunque sean personas adultas que
generalmente se comportan con decoro, en ese momento se
agarran a golpes por una insignificante cámara fotográfica,
juego electrónico o algún trebejo similar.
No hay otra manera de describirlo, ¡es una locura!
¡Y todo por obtener MÁS cosas! Como si no tuviéramos
ya lo suficiente.
En la ciudad en donde vivo se publicó que una sola
tienda, en un año de plena recesión en el que no hay dinero,
en el que las casas están siendo embargadas y el índice
de desempleo va en aumento, reportó ventas mayores de
$800,000 dólares en un solo día.
95
CHRIS RICHARDS

¿Por qué? Porque queremos más cosas, ¡necesitamos


más!
La realidad es que tenemos tantas cosas que, la industria
número uno en los últimos treinta años en Estados Unidos,
es el sector de Bienes Raíces comerciales, mejor conocido
como Self Storage o bodegas de almacenamiento personal.
La gente tiene la casa tan llena de cosas, que no le cabe
nada. La mayoría tiene el garaje, originalmente diseñado
para guardar el auto de la intemperie, pero que poco a poco
se convierte en bodega, al grado que ya no les cabe el auto,
y lo estacionan afuera porque el garaje está repleto de cajas
misterio. Abren la puerta y no se puede ni entrar; entonces
rentan otro lugar donde pueden meter más cosas. Luego
llega el Viernes Negro, ¡y hay que salir corriendo como
locos a comprar más!
Aunque Jesús nos dice que la vida no consiste en la
acumulación de bienes, hemos creído la mentira que el
diablo nos ha vendido de que hay que tener más y mejor:
Necesito un mejor carro, uno más nuevo. Necesito una
casa más grande, necesito más ropa, necesito más zapatos.
Y nos tragamos la píldora.
Jesús cuenta la historia de un hombre que cayó en eso
mismo. Él ya tenía su garaje a reventar, no le cabía una cosa
más, entonces se sienta y dice:
96
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¿Qué voy a hacer? ¡Ya sé! ¡Edificaré unas bodegas


gigantes para almacenar más cosas!
Y en su corazón está pensando:
Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas
para muchos años, ¡descansa, come, bebe, goza de la
vida!
Pero Dios lo ve y piensa:
Necio, esta misma noche te van a reclamar la vida, y
¿quién se quedará con lo que has acumulado? (Lucas 12:
19-21).
Esa es una pregunta clave, ¿quién va a terminar con
todos los juguetes que compraste? ¿Con esa tele de 60
pulgadas (152.4 cm.), esa camioneta con rines y llantas
gigantes? Así le sucede al que acumula riquezas para sí
mismo. En vez de ser rico delante de Dios, termina siendo
un miserable en el cielo porque invirtió toda su energía en
las cosas perecederas, mientras que sus cuentas celestiales
permanecieron en ceros.
Ahora, no te asustes. Jesucristo NO está diciendo que
si acumulas cosas, te vas a morir, por favor. Lo que sí está
diciendo es que, cuando nos afanamos por tener cosas y
más cosas, ya sea dinero en el banco, posesiones o lo que
sea; en tu afán por tener más y más, rara vez terminarás
disfrutando el fruto de tu trabajo y son otros quienes lo van
97
CHRIS RICHARDS

a disfrutar.
En Números 22 nos habla de un hombre llamado Balaam,
un profeta con un don genuino, que lo que él profetizaba,
siempre sucedía. Para ese entonces, el pueblo de Israel
acababa de salir de Egipto e iba por el desierto rumbo a
la tierra prometida, pero sucede que en su recorrido tenía
que pasar por Moab. Balac, el rey de Moab ve la multitud,
varios millones de personas pasando por su tierra y se asusta
pensando que lo iban a invadir y quitarle sus terrenos.
Sin embargo, no tenía manera de derrotarlos, así que
manda llamar a Balaam, y le pide que declare una maldición
sobre ellos.
Ahora, él sabía que el profeta no trabajaba de a grapa y
por amor al arte. Que el siervo tenía necesidades, así que
le ofrece una ofrenda muy generosa diciendo: Balaam, si
tan solo te paras y maldices al pueblo de Israel, todo esto
será tuyo.
El profeta ve el botín y dice, ¡Wow! permíteme orar y
ver qué dice Dios.
Entonces ora buscando dirección: Señor, el rey Balac
me pide que maldiga al pueblo de Israel, quisiera pedirte
permiso.
Pero Dios le dice: ¡Claro que no! Te prohibo que lo
hagas. Ellos son mi pueblo y tú no los puedes maldecir.
98
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Balaam responde: Está bien, está bien... Yo nomás


preguntaba.
Entonces regresa con los enviados de Balac y les dice:
Avísenle a su rey que no puedo ir, Dios no me permite
maldecir a ese pueblo.
Sin embargo, Balac conocía a Balaam muy bien, y sabía
que podía llegarle al precio, así que dijo: No importa, si él
quiere más, le damos más.
Y envía otro grupo de personas con muchísimo más
dinero, oro, plata y joyas preciosas: El rey Balac te manda
decir que está dispuesto a negociar, si tú maldices a Israel.
Balaam responde: Miren, Dios ya me dijo que no; pero
ya que me la ponen de esa manera... permítanme, volveré a
consultar al Señor.
Me pregunto cuántos de nosotros venimos ante Dios
rogándole: ¡Déjame comprarme ese auto nuevo!
Dios nos dice que no, pero seguimos como niños necios:
¡Ándale, Señor! ¡Por favor, no seas malo! ¡Yo lo quiero! Al
fin que solo me voy a endeudar por diez años.
Esta vez, Dios le dice a Balaam,“haz lo que quieras”. No
es que Dios le estuviera dando autorización para maldecir a
su pueblo, sino que muchas veces nos permite hacer lo que
queremos con nuestra vida aun cuando vamos en contra de
Su voluntad.
99
CHRIS RICHARDS

Entonces, Balaam contesta: ¡Gracias, Diosito Santo!


Y volviéndose a los emisarios, anuncia: Señores, ¡este
arroz, ya se coció!
En esos tiempos no había coches, pero el profeta tenía
un burro, así que ahí van por el camino: un burro montado
sobre otro. Lo que Balaam no sabía es que Dios se había
indignado. Me imagino que la conversación en el cielo era
más o menos así: ¡Apenas lo puedo creer, apenas lo puedo
creer! Pues, ¿no se dejó vencer por el amor a las cosas?
¡Es un vendido!
Balaam va por el camino como si nada; un burro y su
jumento. Entonces Dios manda un ángel a detenerlo. Al
verlo con la espada desenvainada, el burro (el de cuatro
patas, porque el de dos iba cegado por el dinero) se sale
del camino. Balaam se enfurece y procede a golpearlo sin
miramientos.
¡Bestia inútil! ¡Qué estás haciendo!
Y lo obliga a reanudar el camino. El ángel se adelanta y
se vuelve a aparecer frente al animal. Este lo ve y, asustado,
se echa contra una piedra aplastando a Balaam, quien
enfurecido, comienza nuevamente con su retahíla de insultos
y golpes sobre el pobre animal, obligándolo a proseguir;
pero el ángel se adelanta nuevamente a un estrecho del
camino donde el burro no tiene a dónde hacerse. Al verlo,
100
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

el pobre se tira al suelo negándose a seguir caminando.


Para entonces, Balaam está tan enojado que, comienza a
golpear a la bestia sin misericordia, cuando de pronto, Dios
le abre la boca al burro y le dice a su amo: ¡Óyeme! ¿Por
qué me golpeas!
Pero el necio de Balaam ni cuenta se da, y se pone al
tú por tú con el animal: ¡Es que ya me tienes harto con
tus payasadas! Primero te desviaste al campo, luego me
aplastaste la pierna, ¡y ahora te echas en el camino!
El noble borrico le contesta: ¿Por cuántos años te he
servido bien sin jamás haber hecho algo así. ¿No sabes que
si ahora lo hago es por una razón? ¡¡Frente a mí hay un
ángel con una espada desenvainada!!
En ese momento, Dios le abrió los ojos y el ángel le
dijo: Si tu burro ha seguido caminando, te mato a ti, y dejo
al burro vivo, porque él no tiene la culpa de tu obstinación.
Balaam responde: ¡Pero, Señor! ¡Haberlo dicho antes!
Si no querías que viniera, ¿por qué no me avisaste?
¿Cuántos de nosotros, en nuestro afán por las cosas,
somos así? Dios nos dice en su Palabra que no debamos
nada a nadie, y nosotros... ¡tercos!
Al cabo que lo tienen en pagos fáciles, ¡casi olvidadizos!
Pero la realidad es que no son olvidadizos, y de pronto
nos estamos ahogando por las deudas. Encima tenemos el
101
CHRIS RICHARDS

descaro de salir con nuestra gracia: ¡Ay, Señor! ¿Por qué


permites estas cosas? ¡Si tan solo me lo hubieras dicho
antes!
Dios pudiera decir: ¡Qué, qué! ¡Cuántas veces te advertí
que la vida no consiste de los bienes que posees!
El ángel se quita, y Balaam sigue adelante, tratando
todavía de maldecir a Israel, pero cada vez que abría su
boca, Dios lo obligaba a pronunciar bendiciones. Como
era de esperarse, el rey Balac se puso furioso: ¡Te traje para
que los maldijeras y tú los estás bendiciendo! No te voy a
dar un solo quinto, ¡Sal de mi presencia!
Pero observa cómo la avaricia entra al corazón y nos
carcome, tanto era el afán de Balaam por obtener las cosas
que le habían ofrecido, que no le dio importancia a lo que
Dios quería, y más decidido que antes, se presentó frente
al rey: Dios no me permite maldecirlos, pero te voy a decir
qué puedes hacer para que Dios mismo los maldiga. Manda
a todas tus mujeres más bonitas a seducir a los hombres de
Israel, y cuando caigan en adulterio y fornicación, Dios
mismo los destruirá.
El rey Balac escuchó su consejo y Dios tuvo que traer
un juicio severo sobre Israel por su pecado, pero cuando
terminó su juicio sobre ellos, tornó su ira contra Moab y
comenzó a destruirlos. Al final de la historia encontramos
102
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

que un hombre llamado Balaam terminó muerto en batalla.


Obtuvo todas esas posesiones, más nunca las pudo disfrutar
porque su dios eran las cosas materiales.
En una sociedad materialista, ¿cuántos de nosotros
hemos caído en la costumbre de postrarnos ante un dios
llamado dinero?
El dinero es mi pastor y nada me faltará.
Tal vez se llama Visa o Master Card.
Mi tarjeta es mi pastor, y todo lo cargaré.
Con nuestros labios decimos que el dinero no lo es todo,
pero por dentro pensamos: ¡Ah, un poco más, no me caería
nada mal!
La realidad es que todos pensamos que si tan solo
tuviéramos un poco más de solvencia, todo sería mejor.
Si tan solo ganara más...
Si pudiera comprarme mejor ropa...
Si mi casa estuviera mejor amueblada...
¿Por qué es que tantas personas viven ahorcadas por las
deudas? Le deben a Master Card, a Visa y a J.C. Penney, a
Walmart, K-Mart, Smart y todos los marts. Tienen tarjetas
por aquí y tarjetas por allá; deben la casa, deben el coche ¡y
hasta la ropa que llevan puesta! Y lo deben porque, a decir
verdad, en el fondo de su corazón creen que esas cosas
que tanto desean representan la felicidad, y que si logran
103
CHRIS RICHARDS

hacerse de ellas, se sentirán satisfechos. Que las posesiones


de esta vida son el secreto de su alegría. Señoras y señores,
escuchen: ¡ES UNA MENTIRA DEL DIABLO!
Lamentablemente, aunque decimos que creemos en
Dios, en realidad es el dinero lo que nos da seguridad.
¡Claro! ¡Yo creo en Dios!
Pero cuando me asomo a mi cuenta y veo el saldo, me
pongo nervioso y me invade la preocupación. ¿Qué pasó?
¿No que Jehová Jireh es tu proveedor? ¿No que el Señor es
tu Pastor y nada te va a faltar? ¿No que Dios es el que suplía
todas tus necesidades?
No olvidemos que el dinero es un dios falso y engañoso.
Si nos encontráramos en un callejón oscuro y de pronto nos
saliera al encuentro un asaltante, nos pusiera la pistola en la
cabeza y dijera: El dinero o la vida.
Todos sabríamos qué hacer. Somos lo suficientemente
inteligentes como para darle el dinero y conservar el pellejo
intacto, ¿por qué es que con un ladrón sabemos cómo
responder y enseguida le entregamos la cartera, mientras
que con Jesucristo somos más valentones?
Cuando el Señor nos dice: el dinero o la vida, brincamos
hacia atrás, escondemos la cartera y enmudecemos sin saber
qué decir.
En Marcos 10:17-25 se cuenta la historia de un joven
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

rico. No era una persona cualquiera, sino un joven religioso;


un lobo vestido de oveja que llegó con Jesús ufanándose
de su integridad: Maestro, casi puedo escuchar el tonito
engolado saliendo de su ronco pecho. ¿Qué tengo que
hacer para heredar el reino de los cielos?
Jesús lo mira detenidamente y empieza a darle una lista
de Los Mandamientos, a lo que él replica: ¿Qué? Pues me
la pones fácil, porque todo eso lo he observado desde mi
niñez (o sea... ¿Sabes cómo? No soy naco, ¿me entiendes?).
Marcos 10:21 simplemente dice que Jesús, mirándole,
le amó. En pocas palabras, le tuvo compasión.
Lo que quiere decir que Dios nos ama a ti, y a mí. Él
no está enojado porque tengamos cosas o porque estemos
endeudados. Simple y llanamente, Dios nos ama y quiere
librarnos del poder que ejercen las posesiones sobre nuestra
alma.
Entonces Jesús, mirándole, le amó y le dijo: Una cosa te
falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres...
Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía
muchas posesiones.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que
tienen riquezas! (Marcos 10:21-23).

105
CHRIS RICHARDS

LA RIQUEZA NO ES MALA

Si vemos las Escrituras nos daremos cuenta de que


Dios prosperó a Abraham convirtiéndolo en un hombre
sumamente acaudalado, lo mismo con David, Salomón
y Job. La lista es interminable. Podemos ver hombre tras
hombre, mujer tras mujer en las Escrituras, a los que Dios
prosperaba y enriquecía a fin de confirmar su pacto. El
problema surge cuando empezamos a confiar en las riquezas
en vez de Dios. Cuando la fortuna toma posesión de nuestra
vida, en vez de que nosotros seamos dueños de ella.
La Palabra de Dios dice:
¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que
tienen riquezas!
Por supuesto que ni tú ni yo nos consideramos ricos,
pero conforme a Jesús, y a la vida que se llevaba en ese
tiempo, lo somos y mucho.
Desgraciadamente, es más fácil que un camello pase
por el ojo de una aguja, a que tú y yo, como ricos, entremos
en el reino de Dios.
Si tú te sientes exento porque, definitivamente no te ves
como rico, permíteme decirte que el sesenta por ciento de la
poblacion mundial vive con menos de dos dólares al día.
¿Tienes coche? Entonces formas parte del 3% de las
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LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

personas más ricas del mundo. Quizá algunos lectores


digan: ¡Pero mi coche está viejito!
Pues aunque tuviera más de 50 años, eres rico, sigues
estando en el 3% de las personas más ricas de todo el mundo,
y Jesús te está diciendo que puede ser difícil que entres en
el reino de los cielos, si las riquezas te están estorbando
para llegar a la cruz de Cristo.

¿CUÁLES SON TUS ESTORBOS?

¿Sabías que la mayoría de nosotros pasamos más tiempo


viendo la televisión y surfeando en el internet, que leyendo
la Biblia y orando?
La mayoría de nosotros pasamos un promedio de seis
horas a la semana en compras. Seis horas a la semana yendo
a comprar un refresco y en las compras del mandado. Seis
horas a la semana; mientras que, para aguantar dos horas en
la iglesia cada siete días, ¡está en chino! ¿Por qué lo digo?
Porque soy Pastor. Tengo a las ovejas frente a mí cuidando
el reloj: ¡A ver a qué hora va a terminar de hablar este
güerito, ya se está tardando!
Y luego, para que regresen el miércoles a la reunión de
oración... ¿Otra vez? ¡Si ya fuimos el domingo! Ya metí mis
107
CHRIS RICHARDS

dos horas de reunión... ¡Ya fue mucho!


¿Quién es nuestro dios? Si seis horas en la tienda se nos
van como agua, mientras dos horas nos parecen largas en la
iglesia, repito, ¿cuál es nuestro dios?
¿En qué piensas cuando te despiertas por la mañana?
¿Te levantas pensando en cómo poder ser más generoso
con Dios? ¿A quién puedes bendecir en ese día?
O te levantas pensando: ¡Hay que pagar la renta, hay
que pagar el auto! ¡De dónde voy a sacar para esto! Quiero
comprar aquello. Esto está en especial en aquella tienda.
Sinceramente, ¿qué es lo que ocupa nuestros
pensamientos? Porque en efecto, eso es lo que nos impide
llegar a la cruz.
Por supuesto que el joven rico no se iba a salvar por darle
su dinero a los pobres. Recordemos que Jesús, mirándole,
le amó y le dijo:
Una cosa te falta, anda, vende todo lo que tienes y dalo
a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo.
Dijo tesoros, no salvación.
Es imposible comprar la salvación de Cristo, pero sí es
posible hacer tesoros en el cielo.
Enseguida, el Señor nos dice cómo podemos alcanzar
la salvación:
Ven, toma tu cruz y sígueme.
108
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Es en la cruz de Jesucristo donde encontramos la


salvación. El problema es que nuestras posesiones no nos
permiten llegar a ella.
Las Escrituras describen lo que sucedió aquel día:
Ese joven rico se fue triste, porque tenía muchas
posesiones. Sus cosas no le permitieron llegar al pie de la
cruz.
¿Cuántos de nosotros llegamos a la iglesia seguros de
que Cristo es el Señor de nuestra vida, pero cuando pasa
la canasta de la ofrenda, el 21% no damos ni un solo
centavo?
En la parábola del sembrador habla de que la semilla
cae en diferentes tipos de tierra, el 25% de esa semilla se
pierde por los afanes de las cosas, por el querer más. El no
le doy nada a Dios porque todo me lo quiero gastar en mí
mismo.
El 71% de la demográfica de las iglesias le dan a Dios solo
el 2% de su dinero, ¡y se sienten lo máximo porque cuando
llega el momento de la ofrenda, meten la mano al bolsillo
buscando aquel cambiecillo, ese billete insignificante, y lo
arrugan en la mano para ponerlo en el sobre, no sea que
alguien se entere de lo miserables que son.
¡Ah, pero siempre tienen una opinión!
Yo no sé por qué no limpian mejor los baños.
109
CHRIS RICHARDS

¡Pues hasta cuándo van a cambiar la alfombra!


Si yo fuera el Pastor, lo primero que haría sería pintar
la iglesia. ¡Mira nada más, hasta da lástima!
¡De seguro el Pastor se clava todos los diezmos!
Pero nos sentimos muy pagados porque dimos nuestro
billete arrugado.
Te invito a que vayas al cine con ese billete arrugado,
a ver si te dejan entrar. A ver si te aplauden emocionados
porque trajiste ese miserable cambio que te estorbaba
en la bolsa y te ofrecen el asiento de los VIP. ¿Absurdo?
Precisamente.

¿QUÉ TE ESTORBA?

En Lucas 19:1-19 encontramos otro hombre rico


llamado Zaqueo, que era un hombre bajito de estatura. Si la
Biblia dice que era chaparrito, ¡es porque en verdad lo era!
Resulta que Jesús viene a la ciudad donde vive Zaqueo,
pero siempre estaba rodeado de una multitud. Zaqueo tenía
deseos de conocerlo, pero se rasca la melena pensando qué
hacer para verlo por sobre todos, de modo que se sube a un
árbol y desde ahí, colgado entre las ramas, Jesús lo alcanza
a ver y le dice:
110
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¡Zaqueo, bájate de ahí, porque a tu casa voy a ir!


Eso es lo que dice la canción infantil. El hecho es
que el Señor llega a casa de Zaqueo y algo de mucha
relevancia tiene que haber sucedido en su corazón, porque
aparentemente, el hombre tuvo un encuentro con Jesucristo
que produjo un cambio radical en su vida.
En Lucas 19:8 dice:
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo
he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
En efecto, está diciendo que le va a dar a los pobres
la mitad de todo lo que tiene, y que de lo que le queda,
devolverá cuatro veces todo lo que había robado, cosa que,
a juzgar por su ocupación de cobrador de impuestos, ¡era
una cantidad considerable!
Como ya hemos dicho anteriormente, los cobradores
de impuestos eran legendarios por servirse con la cuchara
grande porque no había quién los reglamentara. Roma
no tenía manera de saber cuántos impuestos se habían
recaudado y el pueblo no tenía manera de quejarse contra
los abusos de los cobradores. Jesús le dice:
Hoy ha venido la salvación a esta casa.
Ahora, ¿llegó la salvación porque lo entregó todo?
No, sino que porque había llegado la salvación, Zaqueo lo
entregó todo.
111
CHRIS RICHARDS

No es posible hacer suficiente hincapié en que, si


recibimos a Cristo en nuestro corazón, si nos hemos rendido
genuinamente a Él, tiene que venir un cambio radical
a nuestra vida. Tiene que haber una transformación en
nuestras finanzas, en la manera en que vivimos, gastamos
e invertimos el dinero. Todos los aspectos de nuestra vida
tienen que verse impactados por la vida de Jesucristo, o de
otra manera, no ha habido conversión alguna.
Es imposible seguir viviendo igual que antes y decir que
Cristo ha llegado a nuestra vida porque nos engañamos a
nosotros mismos. Somos lobos vestidos de ovejas.
Por ejemplo, ¿qué sucede cuando alguien nos pide un
donativo para la iglesia, algún orfanatorio o causa similar?
Hay una gran diferencia entre cómo actuamos en las
compras, respecto a los donativos:
Cuando se trata de un donativo, por lo regular sacamos
la chequera, analizamos el saldo y decimos: Lo siento, pero
no tengo nada que darte.
¡Ah! Pero cuando vamos a la tienda, ahí no nos
preocupa si tenemos o no. De inmediato sacamos la tarjeta
y parecemos espadachines japoneses. Nos desplazamos por
los pasillos bajando cosas de ganchos y anaqueles.
¡Es que está muy rebajado, no puedo dejar pasar la
oportunidad!
112
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Ahí sí que no me importa si tengo o no tengo, lo voy a


comprar porque quiero más.
¿Por qué no tenemos esa misma actitud para darle a
Dios? Porque mientras que no tenemos para Él, para esa
televisión, ¡consigo, porque consigo!
Lamentablemente, esa es nuestra manera de vivir. Otros
más generosos dicen: ¡Bueno, pues te puedo dar mil pesos,
eso es todo lo que tengo, mientras que, ¿la televisión de dos
mil dólares? Esa empáquemela, ahí está mi coche afuera,
súbala, me la llevo ahora mismo.
¿Quién es el Señor de nuestra vida? ¿Las cosas o Dios?
Si fuéramos así con nuestras compras, si viéramos el
saldo y dijéramos: No tengo, no lo puedo comprar, nos
ahorraríamos muchos problemas.
¿Por qué no somos así con Dios? ¿Por qué cuando
vemos una necesidad, no sentimos la urgencia de conseguir
el dinero a como dé lugar?

UNA REVISIÓN PERSONAL

Todos deberíamos hacernos un chequeo de vez en


cuando, algo así como un electrocardiograma espiritual.
Lo primero que tenemos que revisar es nuestro corazón,
113
CHRIS RICHARDS

porque el dar determina su condición. Recuerda que no es


un asunto de finanzas, sino de la dureza del corazón.
En Mateo 6:21, Jesús dijo:
Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará
vuestro corazón.
Por esta razón, Dios nos pide que seamos estratégicos al
colocar el dinero, porque en el lugar donde lo canalices, es
a donde irá a parar tu corazón; si yo pongo mi dinero en las
cosas o en las posesiones, ahí es donde va a estar, pero si yo
elijo estratégicamente poner mi dinero en las cosas de Dios,
entonces mi corazón estará en las cosas eternas.
Permíteme comprobártelo. En lo personal, yo jamás
me fijo en la bolsa de valores. Lo que es más, ni siquiera
entiendo mucho de sus movimientos. Lo único que sé es que
sube y baja, y que su comportamiento afecta la economía
nacional. Pero, qué tal si alguien viniera el día de mañana
y te dijera: Acabo de comprar cien acciones en Starbucks
a tu nombre.
¡Yo te aseguro que mañana, en cuanto saliera el
periódico, tú estarías revisando cómo están las acciones
de Starbucks! Vigilarías cuidadosamente si suben o bajan,
porque entonces sí tendrías dinero invertido en la compañía
y por lo tanto, estarías prestando atención; tu corazón
estaría ahí.
114
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Ahora volvamos a Mateo 6:22-23:


La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es
bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
Si tu visión es generosa y eres capaz de pensar en los
demás, estarás lleno de ese espíritu; por otro lado:
Si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.
Si tu alma es avara, egoísta y codiciosa, de acuerdo a Mateo
6:22 al 23, todo tu ser estará en oscuridad. Es decir, vivirás
en medio de perpetua insatisfacción. La Nueva Versión
Internacional dice que si la luz que hay en ti es oscuridad,
¡qué densa será esa oscuridad!
Queramos o no, nuestra vida se rige por el sentido de
la vista. Al conducir un auto, debemos fijar la vista en el
carril por donde vamos en vez de comportarnos como esos
jovencitos que van texteando por la calle y, de pronto, se
encuentran encima de otro auto, porque el lugar donde
ponemos los ojos, es hacia donde iremos a parar.
Digamos que tú tienes un armario tan lleno de ropa, que
no le cabe una prenda más. Tú sabes a lo que me refiero, lo
abres para guardar algo y apenas si logras cerrar la puerta; ya
te veo tratando de empujar con todo tu cuerpo para poderla
cerrar. Aun así, cuando vas a las tiendas, ves unos zapatos
que parecen llamarte por nombre. Tú los ves, y los vuelves
a ver, te detienes y aunque el armario está tan repleto, que
115
CHRIS RICHARDS

no cabe ni un alfiler, piensas: ¡Qué hermosura! ¿Cómo se


me verán? Mmm, le quedan a mi vestido, le van a mi bolsa,
y al salir de la tienda ya no llevas las manos vacías, ¿por
qué? Porque viste esos zapatos. Antes de verlos, ni en el
mundo los hacías, pero una vez que tus ojos se posaron
sobre ellos, ¡no hubo poder humano que te disuadiera de la
necesidad de comprarlos!

LA AVARICIA ENTRA POR


LOS OJOS

Entra y se posesiona a través de aquello que nos tiene


apasionados. Esas cosas que están consumiendo nuestra
vida tratando de obtener más; en querer y querer y querer,
que nos mantienen viendo el periódico para encontrar las
“ofertas” aunque no tengamos necesidad de esos artículos
de gancho.
¿Por qué crees que hacen tantos comerciales en la
televisión? Porque saben que de la vista nace el amor y
que nos van a cautivar. Que aunque en realidad no tengas
necesidad de ese objeto ni lo hayas tenido contemplado, en
el momento en que lo veas, nacerá un profundo deseo por
ese artículo y no podrás dejar de pensar en él.
Ese deseo malsano de adquisición suele llevar a la gente
116
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

a cometer los actos más inimaginablemente descabellados.


Como los de un alemán que fue arrestado en Nueva Zelanda
tratando de contrabandear cuarenta y cuatro lagartijas Geco.
¿Dónde las llevaba? ¡Escondidas en sus calzoncillos!

CRISTIANOS BIPOLARES

Es fácil desarrollar diferentes personalidades y, como


el mal aliento, el último en saberlo es aquel que lo tiene.
Esa es la razón por la que mucha gente no se percata de lo
avara que es. ¿Conoces a alguien así? Cuando conversas
con ese tipo de personas bipolares, te hacen pensar que son
muy compasivas porque parecen estar llenas de buenas
intenciones, el problema es que nunca las llevan a cabo.
La realidad es que todos quisiéramos poder bendecir a
los demás, pero como dice Mateo 6:24:
Ninguno puede servir a dos señores.
La bipolaridad no funciona.
Porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará
al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y
a las riquezas.
No dice que no se pueda servir a Dios y tener riquezas
al mismo tiempo, de hecho, Dios no quiere que vivamos
117
CHRIS RICHARDS

preocupados por la escasez, confiados en que Él puede


bendecirnos, pero no podemos servir a los dos.
Yo no puedo ser esclavo de mis posesiones y también de
Jesucristo; o soy esclavo del uno, o del otro. Tenemos que
escoger de quién vamos a ser siervos.
Como decía anteriormente, es posible que en nuestro
corazón tengamos muy buenas intenciones. Queremos
poder ofrendar más, ayudar al necesitado, bendecir al
estudiante que trabaja para pagar sus estudios y mil cosas
más, pero no lo hacemos porque en el fondo, ¡somos avaros!
Lamento mucho si esto ofende a alguien, pero el que gasta
todo su dinero en sí mismo y en sus cosas personales, al
grado que nunca le alcanza para dar a los demás, ¡es un
cicatero empedernido! El que guarda todo su dinero en el
banco porque le proporciona una sensación de seguridad,
mientras no dispone de un centavo para diezmos, ofrendas
y obras de caridad, ¡es un avaro! Así de sencillo. Estará
muy lleno de buenas intenciones, pero si no le pone pies a
sus deseos, sus sentimientos salen sobrando. Yo puedo tener
mucha intención de hacer ejercicio, pero esa intención no
me sirve de nada si me quedo sentado. Forzosamente tengo
que salir a correr.

118
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EL ESTRÉS

¿Cuántos no vivimos con los nervios de punta? Parece


que el dinero nunca alcanza y siempre estamos haciendo
un hoyo para tapar otro. Por más que queramos, las
cosas siempre se nos salen de control. ¡En fin, vivimos
completamente estresados! Sin embargo, Jesús nos dice:
Así que no se preocupen diciendo:
“¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con
qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras
todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las
necesitan. (Mateo 6:31-32).
Es decir, si yo ando afanado por las cosas de la vida, ya
no soy un hijo de Dios, no es que dejo de ser su hijo, sino
que me estoy comportando como los paganos porque vivo
igual que ellos. Completamente estresado, persiguiendo las
mismas cosas, por falta de fe en Dios.
Esa presión es un indicio de que no confío en que Dios
quiera o pueda suplir mis necesidades, por eso tengo que
ver yo mismo por ellas. Mi lema es: más vale pájaro en
mano, que ciento volando. Eso me obliga a salir apurado a
rascarme con mis propias uñas en una sociedad donde un
perro se come a otro perro. ¡Con razón tengo problemas de

119
CHRIS RICHARDS

hipertensión! Como soy tan listo, me engaño a mí mismo


orando: Señor, ¡gracias por ponerme los medios!
Pero, ¿gracias? ¡De qué! ¡Si ni siquiera estás confiando
en Él! Tu paz descansa en el poderoso billete.
¿Te identificas? Pues hay un buen remedio para ti. Dios
no solamente conoce el problema, sino que también tiene
la solución.

UNA INVERSIÓN SEGURA

No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la


polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten
a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se
meten a robar. (Mateo 6:19-20).
Dios nos está diciendo que seamos generosos para dar,
y al hacerlo, estaremos acumulando tesoros en el cielo para
nuestro propio bien. Demasiada gente se olvida de que su
vida no solamente se compone de los años que tienen sobre
la tierra, sino que también hay que prever para la eternidad.
Una característica de los niños pequeños es el egoísmo.
En cuanto ven que alguien se acerca a sus juguetes, los
aprietan contra su pecho y gritan: ¡Mío!
120
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Es toda una lucha enseñarles a compartir y convivir


armoniosamente con los demás, porque la naturaleza
pecaminosa del ser humano le exige ser miserable, tacaño
y egoísta. Lamentablemente, muchos adultos se aferran
al billete como niños chiquitos y no lo quieren soltar.
¡Mío, mío, mío! Dicen con los labios apretados y el ceño
fruncido.
Cantan a voz en cuello: Tómame, te entrego mi vida;
alma, cuerpo y corazón..
Mientras en el fondo piensan... ¡Menos la cartera!

¿CÓMO PODEMOS LIBRARNOS?

No es por medio de la oración. Nadie puede reprender


el demonio de la avaricia en sí mismo. ¡Créeme! De nada
sirve que vayas corriendo con tu consejero pidiendo
oración para que Dios te cambie con una varita mágica.
Desafortunadamente, esa clase de costumbres únicamente
salen en el altar del sacrificio, ¡hay que dar hasta que duela!
Para librarnos de la avaricia se tiene que practicar
el hábito de la generosidad hasta descubrir que es más
bienaventurado dar, que recibir, y se establezca un cambio
en nuestro estilo de vida.
121
CHRIS RICHARDS

Porque a muchos de nosotros, mientras no nos impacte,


mientras yo pueda seguir comprando mis juguetes, mis
televisores, mis coches, mis casas, mis relojes y ropa de
marca, el concepto de obediencia respecto a los diezmos y
las ofrendas se sentirá como si alguien nos estuviera sacando
las muelas sin anestesia. Nos negamos y refunfuñamos
hasta que por fin terminamos diciendo: ¡Está bien, Señor!
¡Ahí está, pero déjame en paz!
Dador alegre... ¡qué demonios es eso!

DOS COSAS

Antes que nada, como en todo, cuando estés dando, Dios


tiene que ocupar el primer lugar. Al Señor no se le pueden
dar las sobras. Hay quienes después de pagar todas sus
cuentas le dicen: ¡Ah! Mira Dios, sí me sobró. Te rayaste,
esta vez te tocó algo.
¡Por amor de Dios! ¡Qué desfachatez! Mateo 6:33 dice:
Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas les serán añadidas.
Él sabe que tenemos necesidades y quiere proveer para
todas ellas, ¡pero antes que nada, tenemos que darle el
primer lugar en nuestro corazón! Entonces, Él mismo se
122
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

encargará de lo demás.
Proverbios 3:9-10 lo explica de la siguiente manera:
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos
de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y
tus bodegas rebosarán de vino nuevo.
Es como si Dios no encuentra la manera de hacernos
entender que si le damos el primer lugar, Él nos bendecirá
más allá de lo que podemos pensar o creer. Mira, hijo. Si
tú me das mi lugar, yo te bendeciré. ¿Hasta cuándo vas a
entender que yo no soy el tipo de Padre que te va a dejar
como a un niño abandonado, pobre, y desvalido? ¡Qué
tipo de Padre crees que soy! Yo quiero suplir todas tus
necesidades... pero, por amor de Dios, ¡dame mi lugar!

A DIOS NO SE LE DAN LAS SOBRAS

Imagínate por un momento que estás por recibir al


presidente de la nación en tu casa. ¿Le servirías las sobras
de la semana pasada? Por su puesto que no, él es un
dignatario. Seguramente te esforzarías en poner la mejor
mesa. Entonces, ¿por qué a Dios le salimos con las sobras?
Con razón en Malaquías 1:8 nos reclama:
Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y
123
CHRIS RICHARDS

piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales


cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo.
Estoy seguro que nunca le has dado a Dios un animal
cojo porque en la actualidad no permutamos con animales
pero, ¿cuántos no le damos lo que no nos interesa?
Llevamos a los lugares de acopio para los más necesitados
la ropa que ya no queremos, esa que está destrozada, que ha
perdido la forma y está llena de manchas; ¡y nos sentimos
muy magnánimes porque estamos ayudando a los pobres!
Regalamos el sillón que ya no se para solo: Está un poco
chuequito, pero con un ladrillo de un lado y una cacerola
del otro, sirve muy bien.
La verdad es que lo estamos regalando porque ya no lo
queremos, ¡porque no sirve! En realidad, son ellos los que
nos están haciendo el favor... ¡sacando la basura!
Malaquías continúa diciendo:
¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante?
¿Creen que estaría él contento con ustedes? ¿Se ganarían
su favor? —dice el Señor Todopoderoso.
Queremos traerle a Dios nuestras migajas, nuestras
sobras, nuestras limosnas, y luego decimos: ¡Ay, qué buena
gente soy! ¡Qué generoso!
Pero Dios dice: ¿Quién va a querer eso? ¡A nadie le
interesa tu basura! ¡Ni los indigentes querrían lo que tú
124
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

estás tratando de darme a mí!


¿Sabías que algunos de nosotros gastamos más en café
que en Dios? Hay personas que no fallan a Starbucks en
busca de su Skinny Caramel Macchiato, gastando cantidades
exorbitantes por una simple taza de café, cosa que no tiene
nada de malo, ¡si antes le das a Dios lo que le corresponde!
Tenemos que hacer inversiones seguras en el reino de
Dios. Ahora, Dios nos habla de dar el diez por ciento, pero
yo quiero desafiarte a que cada año aumentes el 1%; es algo
que yo personalmente estoy haciendo, si este año das el
diez, el próximo da el once, el siguiente el doce, y así nos
la llevaremos a ver hasta dónde podemos llegar. Con Dios,
las posibilidades son infinitas.

HAY QUE SABER PEDIR

Tener deseos no es malo, pero en vez de recurrir


automáticamente a la tarjeta de crédito, ¿por qué no tener fe
en que Dios cumpla nuestros deseos? ¿Por qué no llevarlos
ante Él? No tiene nada de malo decir: Señor, a mí me
gustaría tener ese coche. Padre, ¿me lo das?
Porque Santiago 4:2-3 dice:
Desean algo y no lo consiguen, matan y sienten envidia
125
CHRIS RICHARDS

y no pueden obtener lo que quieren, riñen y se hacen las


guerras, y no tienen porque no piden, y cuando piden no
reciben porque piden con malas intenciones para satisfacer
sus propias pasiones.
Tenemos que aprender a pedir a Dios, y luego esperar en
Él. Además, es importante saber que nuestro Padre puede
contestar de varias formas: puede decir sí, puede decir no
o puede decir espera.
El problema es que cuando Dios se tarda, nosotros nos
adelantamos. Es importante recordar que, cuando Dios
dice espera, es porque está purificando nuestro corazón y
nuestros deseos para mostrarnos la verdadera razón por la
que tenemos ese deseo. No es de sorprenderse que llegue el
momento en que perdamos interés por el objeto, que incluso,
nos demos cuenta de que en realidad no lo necesitábamos y
que hay otras cosas más importantes.
El Señor sabe que tenemos necesidades. Está
perfectamente consciente de que necesitas ropa, alimentos
y un hogar. Él sabe que tenemos necesidad de todas esas
cosas, pero simple y llanamente, tenemos que aprender a
confiar en Él.

126
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

CONFÍA EN DIOS

¿Estás sufriendo de estrés? La solución a tu ansiedad es


confiar en el Señor. En 1 Pedro 5:7 dice:
Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de
ustedes.
Si veo que mi estado de cuenta está aproximándose a los
números rojos, necesito descansar y tener confianza en su
oportuno socorro porque Él tiene cuidado de mí. Mi Dios
no es el dinero, mi Dios es el Señor; y Él es el que suplirá,
y lo hará a su tiempo. Dios nunca llega tarde.
Este es un buen momento para pedirle que incremente
tu capacidad de creer en su protección. Pedirle perdón por
haber dudado de Él y hacer el propósito de echar a un lado
toda ansiedad, ¡porque Dios tiene cuidado de ti!

127
CHRIS RICHARDS

Perdona nuestras deudas,


como también nosotros hemos perdonado
a nuestros deudores.

Mateo 6:12

128
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

PARA
RECIBIR
HAY QUE DAR

FRUSTRADO POR TANTOS intentos fallidos de ayudar a


su grupo de superación personal a perdonar las ofensas más
graves que habían recibido, el titular decidió recurrir a una
táctica más convincente y les encargó que llevaran un saco
de papas.
En cada papa, las personas debían anotar una falta que
no se sentían capaces de perdonar.
Los alumnos anotaron con vehemencia las heridas que
129
CHRIS RICHARDS

habían recibido y las fueron acumulando en un saco de


yute.
Muy bien, les dijo.
Puesto que esas ofensas los acompañan constantemente
y ustedes no son capaces de desprenderse de ellas, tendrán
que llevarlas consigo a donde quiera que vayan.
Las personas tenían que poner el saco de papas al lado
de su almohada, cargar con ellas en la escuela, el coche y la
oficina, y mantenerlas a su lado de día y de noche mientras
realizaran cualquier actividad.
Los alumnos no tardaron en darse cuenta de lo
inconveniente que era cargar por todas partes con el famoso
saco y de lo estorboso que resultaba para realizar sus tareas
con libertad. Poco a poco, fueron comprendiendo que las
cargas emocionales que llevaban en su alma representaban
una carga mucho más grande, con implicaciones demasiado
severas.
Algunos mencionaron que, a pesar de lo incómodo
y pesado del áspero saco de papas, con el tiempo se
acostumbraron a llevarlo y se volvió parte de su rutina.
Sin embargo, las papas comenzaron a pudrirse y el hedor
se volvió insoportable. Esto les aterró, ya que por fin
comprendieron que el rencor estaba pudriendo su alma de
la misma manera.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS
130
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EN LA ORACIÓN del Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña


una ley muy importante: para poder recibir, tenemos que
dar.
Dicho texto se encuentra en Mateo 6:12, a la mitad de
la oración en la cual, Jesús nos enseña a orar de la siguiente
manera: Perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Supongo que todos queremos el perdón de Dios,
reconocemos que somos pecadores y que necesitamos de
un Salvador; pero este perdón es condicional, por eso dice:
“perdónanos nuestras deudas, ASÍ COMO TAMBIÉN
NOSOTROS perdonamos a nuestros deudores”. O sea
que, si yo quiero el perdón de Dios, yo tengo que dar el
PERDON a los que me hacen daño.
Jesús lo califica más adelante en el versículo 14 donde
regresa al tema diciendo: “Porque si les perdonan a otros sus
ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial;
pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre
les perdonará a ustedes las suyas”.
Esas palabras nos deben hacer temblar, porque está
diciendo que si nosotros no damos perdón, ¡entonces Dios
tampoco nos lo dará a nosotros!
Yo puedo venir a Cristo como un pecador, recibir
131
CHRIS RICHARDS

el perdón de todo lo que he hecho y comenzar a vivir


disfrutando de esa libertad, pero con el paso del tiempo,
¡no faltará un pelo en la sopa! No soy profeta ni hijo de
profeta, pero a veces le atino, y te garantizo que tarde o
temprano, ¡alguien te va a ofender! Es fácil molestarse
con un desconocido y pasar un mal momento del que te
repones fácilmente. Después de todo, son personas ajenas a
ti y no les tienes ningún afecto. Como no hay intercambio
ni cercanía, lo que piensen sale sobrando y lo olvidarás con
la mayor facilidad.
Sin embargo, cuando las personas que apreciamos
nos lastiman, nos sentimos demasiado heridos como para
hacerlo a un lado sin que los pensamientos nos traicionen.
Como les habíamos entregado el corazón y la confianza,
jamás esperábamos eso de ellos.
Es ahí, precisamente, donde se requiere la madurez y el
sometimiento de nuestros pensamientos a la obediencia de
Cristo, ya que si guardamos ese rencor y no les perdonamos,
nos estaremos privando a nosotros mismos del perdón
de nuestro Padre celestial y seremos los que más salen
perdiendo.
No hay alternativa; para recibir el perdón, hay que darlo,
de otro modo no somos hijos de Dios, sino lobos vestidos
de ovejas. Creemos en Dios, pero actuamos como si no
132
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

existiera, como si su Palabra careciera de valor alguno.

HIJOS DE DIOS

ROMANOS 5:8 NOS DICE cómo es el carácter de Dios:


Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en
que cuando todavía éramos pecadores...
Mal hablados, mujeriegos, borrachos, homicidas,
etcétera...
Cristo murió por nosotros.
De modo que el perdón de Dios no es para la gente
buena, y por ende, el perdón que tenemos que ofrecerle a
nuestros semejantes tampoco es para los que son nobles,
lindos y educados, sino para el que nos ofenden sin razón.
Fue precisamente cuando estaba clavado en la cruz, que
el Señor declaró esas gloriosas palabras:
Padre, perdónalos, no saben lo que hacen. (Lucas
23:34).
Cuando el Señor hace su entrada triunfal en Jerusalén,
en medio de un pueblo que lo ovaciona y que tapiza el suelo
con ramas de palma para que Él pase mientras exclaman
cánticos eufóricos diciendo:
¡Hosanna al Altísimo!
133
CHRIS RICHARDS

No es precisamente el momento en que lo vemos


diciendo con magnanimidad:
Padre, perdónalos, no saben lo que hacen.
¿Por qué? Porque en ese momento no lo estaban
ofendiendo ni clavándolo a una cruz, pero cuando está en
el Calvario, después de haber sido torturado por 24 horas
seguidas, cuando está en medio de ese horrible sufrimiento,
a pesar de ser un hombre completamente inocente; es ahí
cuando declara:
¡Padre, perdónalos!
Quizá el día de hoy no te resulte difícil la idea de
perdonar a tus amigos porque aún no te han hecho nada,
pero en el momento en que te ofendan, será cuando tengas
que otorgar el perdón.
Los Evangelios nos dan diferentes relatos de todo
lo que sucedió en la cruz. Por ejemplo, en Lucas 23:34-
43, nos habla de los dos ladrones que estaban colgados
a lado de Jesucristo, y da la indicación de que los dos lo
estaban insultando a la par de toda la muchedumbre que
se agolpaba a su alrededor, y que el día anterior habían
gritado, ¡crucifícalo! Al parecer, los dos criminales estaban
hablando mal de Él y burlándose en su propia cara, pero de
pronto, hay un cambio en uno de ellos, porque dice:
Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
134
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Inmediatamente, Jesús responde:


Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Sus palabras no fueron:
Nada más que me pagues las que me debes, ¡ingrato!
Luego que sufras un rato a fuego lento, volveremos a
analizar tu expediente...
No. El Señor lo mira y le dice:
Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.
En ningun momento se ve que el Señor se haya puesto
a darle vueltas en la cabeza a todo lo que le había hecho,
como las mujeres que no quieren perdonar a su marido y
ese día, la comida les sale más picosa para que le arda la
barriga y aprenda su lección.
No. El perdón es instantáneo. Esa es la naturaleza de
Dios. En Hechos 7:58-60 encontramos otro ejemplo:
Apedreaban a Esteban y él invocaba diciendo: Señor
Jesús, recibe mi espíritu.
Lo están asesinando y él levanta un clamor a gran voz
que bien pudiera haber sido:
Señor manda rayos y centellas sobre ellos. ¡Se lo
merecen! O quizá:
Envía a tus ángeles que desaten tu ira sobre ellos.
Ni siquiera dijo:
¡Auxilio! ¡Líbrame!
135
CHRIS RICHARDS

Sino que su clamor, en el momento en que está siendo


apedreado es:
Y no les tomes en cuenta este pecado.
Ese es el espíritu que Dios quiere que reine en cada uno
de sus hijos. Un espíritu de perdón en el momento de la
infracción, en el momento del agravio, en el momento del
sufrimiento. Que como sus hijos reflejemos el carácter y
la naturaleza de nuestro Padre, y que de la misma manera
en que nos ha perdonado a nosotros, también nosotros
perdonemos a los demás.

¿HASTA DÓNDE DEBO


PERDONAR?

PEDRO ESCUCHA a Jesús hablar acerca del tema y quiere


saber cuántas veces tiene que perdonar. El Señor se vale de
su franqueza para enseñarnos que el perdón es algo que se
da de continuo.
No es algo que podemos hacer como acostumbramos
muchas veces. Por ejemplo, a mí no me gustaba la escuela,
hacía lo que tenía que hacer para pasar los exámenes, pero
en cuanto salía del apuro, hacía los libros a un lado y me
olvidaba de la escuela.
Sin embargo, el perdón no es como una prueba que se
136
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

toma una sola vez y, ¡ya la pasé! Jamás tengo que volver a
perdonar. Sino que es un factor constante en nuestra vida.
En Mateo 18:21-22 Pedro llega con el Señor y le pregunta:
Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano
que peca contra mí?
Ahora, a Pedro ya le estaba cayendo el veinte, estaba
empezando a captar el concepto del perdón en relación al
reino de Dios, así que se arma de valor y dice:
Bueno, ya estoy entendiendo que no es una sola vez y
ya, pero... ¿qué tanto? ¿Hasta siete veces, Señor?
Seguramente Pedro estaba pensando:
Como que me estoy yendo grande, el Señor va a decir:
¡Pedro, eres un santo!
O quizá: ¡No, Pedro, con dos o tres es suficiente!
Pero Jesús le contesta:
No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta
veces siete.
Es decir: Perdonen cuatrocientas noventa veces.
Pero no es para que te pongas a anotar: Ahí la llevo,
una, dos, tres... cuatrocientos noventa y nueve, ¡quinientos!
¡PUM, ahí le va el marro! No, el Señor estaba estableciendo
que el perdón es constante. No importa cuántas veces te
ofenda la persona, tienes que volver a perdonar. ¿Te vuelven
a ofender? Los vuelves a perdonar; constantemente.
UNA DE CAL...
137
CHRIS RICHARDS

EL PERDÓN QUE otorgamos es en base al perdón que


hemos recibido.
No es en base al arrepentimiento de la persona, porque a
veces hay quienes nos ofenden y jamás muestran el menor
remordimiento, personas que nunca nos van a pedir una
disculpa; pero yo no doy perdón porque la persona me lo
esté pidiendo, sino porque yo también he sido perdonado.
Volviendo a Mateo 18:23-33, donde Jesús le acaba de
decir a Pedro que debe perdonar estas cuatrocientas noventa
veces, enseguida, el Señor relata una historia donde un rey
empieza a revisar las cuentas por cobrar, entonces se da
cuenta de que uno de sus súbditos le debe una cantidad
exorbitante, así que lo manda llamar.
Tu cuenta está vencida, le dice.
El siervo se tira a sus pies implorando clemencia.
¡Oh, rey, déme otra oportunidad y saldaré la cuenta!
De acuerdo a las costumbres de ese tiempo, cuando
una persona no podía cubrir sus deudas, el acreedor tenía
derecho de embargar sus posesiones y hacerlo su esclavo
hasta que saldara la deuda, inclusive, podía obligar a toda la
familia a hacer lo mismo hasta que estuviera satisfecho por
lo que le debían y entonces, el deudor quedaba en libertad.
El rey examina la cuenta y se percata de que era tan
138
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

enorme, que ni vendiéndolo a él, su familia y todas sus


propiedades, lograría recuperarse.
Desesperado, el hombre comienza a suplicarle:
¡Misericordia, su majestad! ¡Prometo que pagaré!
Ahora, el rey no es tonto y sabe que este hombre jamás
le va a poder pagar, pero es movido a misericordia y le
dice:
Ve en paz, tu cuenta está saldada.
¿Te imaginas? Estaba por ser vendido junto con toda
su familia como esclavo por el resto de su vida y de pronto
queda libre. El inmenso peso de la deuda que con toda
seguridad le había robado el sueño incontables veces,
¡había sido borrada en un golpe de gracia! El hombre sale
del palacio dando saltos de alegría, ¡ha recibido su perdón!
¡Es libre! ¡Sus hijos no quedarán como esclavos!
Y en eso se topa con un tipo que le debe unos cuántos
billetes. Al verlo, debiera seguir feliz, después de todo,
acaban de levantarle su condena de muerte, pero en vez de
eso, lo toma del cuello:
Tú me debes, ¡págame!
Su amigo le contesta:
Espérame a que llegue la quincena y enseguida nos
arreglamos.
Pero él se siente airado. Ha tenido demasiada paciencia
139
CHRIS RICHARDS

con este supuesto amigo y ya es hora de que cumpla con su


deber.
¡No! Basta de promesas vagas. Si no me pagas ahora
mismo, te pongo una demanda y te mando a la cárcel,
¡sinvergüenza!
Pero como el hombre no puede pagarle en ese instante,
se enfurece y lo avienta a la cárcel.
Lo que él no sabía, es que unas personas que presenciaban
la escena, se presentaron ante el rey y le contaron lo
sucedido.
Su Majestad, el hombre al que usted le acaba de
perdonar toda la deuda, acaba de echar un compañero
suyo a la cárcel por una pequeña deuda que tenía con él.
El rey no da crédito.
¿Cómo? ¡No lo puedo creer! Yo lo conozco, él no puede
ser capaz de hacer algo así...
Sin embargo, una breve investigación comprueba que
su amigo está en la cárcel.
Y el rey lo manda llamar y en Mateo 18:32-35 dice:
¿No debías también tú haberte compadecido de tu
compañero, así como yo me compadecí de ti?
El hombre trata de defenderse:
Pero, es que... Su Majestad, ¡la deuda era demasiado
grande! ¡Es que, me hizo esto o aquello! ¡Es que me lastimó!
140
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¡Me estafó! ¡Me engañó! Me sentía demasiado agraviado


como para perdonarlo…
Es increíble la facilidad con que nos justificamos a
nosotros mismos para retener odio y rencor contra las
personas que quizá, efectivamente, nos han lastimado sin
razón. Nos agravian y nos sentimos en todo el derecho de
esperar que Dios haga justicia en su contra.
El Señor termina su relato diciendo:
¿No debiéramos también tú y yo compadecernos de
ellos, como Dios se ha compadecido de nosotros?
Al igual que ese hombre, nuestra deuda con Dios es tan
enorme, que jamás lograríamos saldarla por más sacrificios
que pudiéramos hacer. Estábamos destinados al castigo
eterno, por lo que envió a su Hijo Jesucristo a pagarla en la
cruz. Estamos endeudados con Jesucristo de por vida porque
su sangre nos ha limpiado y redimido de todo pecado.
En base a ese perdón inmerecido, yo no tengo derecho
de guardar coraje, odio y rencor en contra de los demás.
Mi perdón es en base al perdón que he recibido y no en
base al arrepentimiento de la persona que me ofendió. No
es en base a sus actos de contrición para tratar de restituir
la deuda que tiene conmigo. Después de todo lo que el
Señor ha hecho conmigo, es absurdo de mi parte erigir
juicios sobre los demás por el agravio que me hicieron en
141
CHRIS RICHARDS

un momento dado durante el curso de mi vida. Si yo exijo


justicia, automáticamente me expongo a que se examine
todo mi caso y yo también sufra consecuencias por mis
propias acciones. No señor. El perdón que estoy obligado
a ofrecer no es en base a lo que mi ofensor merezca, sino al
perdón que he recibido.
Ahora, cuando no otorgamos perdón, nosotros mismos
terminamos aprisionados, porque la Palabra dice que ese
rey tan bueno y misericordioso que acaba de perdonar a
este hombre, se enfurece. ¿Será que el Dios de amor
también se puede enfurecer? Efectivamente, porque aquí
nos está hablando de Él. Tal vez tú tengas algún amigo que
te ofendió, alguien en quien habías puesto tu confianza y
te defraudó, te robó o te difamó; sea cual fuere lo que haya
sucedido en la vida, si no lo perdonas, Dios se enoja; su ira
no es contra ellos por lo que hicieron, sino contra los que
no los perdonamos.
Aquí lo vemos claramente, porque el rey no se enojó
con el amigo del tipo al que él había perdonado, sino con el
individuo al cual él mismo había perdonado. Mateo 18: 34
lo describe en detalle:
Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros.
Siempre que guardamos resentimiento contra alguien
en vez de perdonarles, Dios dice:
142
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

¡Cómo puede ser! Si a mi hijo yo lo perdoné de todos


sus pecados, ¿y él no puede perdonar a esa mujer que lo
engañó? ¿No es capaz de perdonar a ese padre que lo
abandonó? ¿No puede perdonar a ese socio que le robó?
Dios se indigna tanto, que nos toma y nos entrega a los
carceleros. En la versión Reina Valera dice:
Entonces su señor, enojado, le entregó a los VERDUGOS,
hasta que pagase todo lo que le debía.
Así también nos tratará el Padre celestial, a menos de
que perdonemos de corazón a nuestro hermano.
Yo sé que hay personas que verdaderamente han sufrido,
pero si yo guardo rencor, el coraje de Dios no se desata
contra mi agresor, sino contra mí por no soltar la ira, por
no otorgar el perdón, y Dios me toma y me entrega a los
verdugos para ser torturado.
El gran evangelista argentino, Carlos Anacondia, me
comentó que en sus campañas evangelísticas hay muchas
liberaciones, de hecho, siempre monta un área exclusiva
para la liberación de endemoniados. Sus palabras me
impresionaron:
La razón principal por la que los cristianos se encuentran
atormentados por demonios, es por falta de perdón.
Puesto que no perdonamos a los que nos han ofendido,
Dios permite que los demonios entren a nuestra vida y nos
143
CHRIS RICHARDS

atormenten.
Lo mismo sucede con los changos. En la selva tienen
una manera muy fácil de capturarlos. Toman un coco y lo
atan a un árbol. Le hacen un pequeño orificio y adentro,
colocan algún objeto brilloso que les llame la atención. El
changuito lo ve y mete su mano para tomar el objeto, pero
mientras que su mano cabía abierta, una vez cerrado el puño
no cabe por la estrecha cavidad. Por más que forcejea, no la
puede sacar y se queda atrapado.
Si soltara el objeto, su mano se deslizaría fácilmente y
quedaría en libertad, pero como no quiere renunciar a la
baratija, se queda atrapado hasta que llega el cazador. El
animalito aterrorizado ve acercarse a sus captores, pero por
más que grita, salta y forcejea, no puede escaparse porque
no está dispuesto a soltar la carnada, que en efecto, es un
objeto insignificante.
Muchos de nosotros estamos así. Aprisionados porque
vivimos agarrados del odio, el rencor y la amargura hacia
una persona que nos hizo algo y lo único que tenemos que
hacer es soltarlo.

LA FALTA DE PERDÓN
144
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

NOS CONTAMINA

HEBREOS 12:15 dice:


Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios. Que brotando alguna raíz de amargura nos
estorbe y por ella muchos sean contaminados.
¡Yo mismo puedo llegar a privarme de la gracia de
Dios!

STEVE WATT

STEVE ERA UN agente del departamento de policía, y en


una tarde soleada se dirigía a la comisaría para ponerse al
corriente con el papeleo, a manera de entregar los reportes
de la semana. Ese era un trabajo lento y tedioso, de modo
que la tarde ofrecía un par de horas bastante rutinarias.
En esos días habían asaltado un banco en Creek,
Colorado, y puesto que la ciudad colindaba con ese estado,
el departamento lanzó la descripción del auto en caso de
que hubiera cruzado la línea divisoria hacia su condado.
Transitando por un camino desierto, Steve se topó con
un auto con placas de Colorado.
Decidí pararlo y preguntarle si había visto el coche
145
CHRIS RICHARDS

del asaltante. Comenta, sin saber que la descripción


que había recibido acerca del coche estaba equivocada.
Inadvertidamente, Steve se había encontrado con el
fugitivo.
Todo sucedió demasiado rápido. El tipo presionó el
freno y abrió la puerta. Yo estaba tratando de salir de la
patrulla y reportarme a la oficina al mismo tiempo, cuando
él estaba fuera de su coche apuntándome con su pistola. El
hombre disparó dos veces contra el parabrisas y la primera
bala me penetró en el ojo izquierdo. La segunda se desvió
y yo me tiré al asiento para evitar más balas.
Instintivamente, Steve pateó la puerta y tomó el radio
para reportar la situación.
Apenas logré decir unas palabras, cuando el hombre ya
estaba sobre mí, descargándome tres tiros en la espalda.
El dolor era increíble, pero Steve logró salir del coche y
dispararle al fugitivo que se estaba escapando.
Mi primer bala pegó en una pieza metálica que hizo que
se desviara y le pegara en el hombro izquierdo, tumbándolo
al suelo, así fue como se salvó de los cinco disparos que yo
hice, y que pudieron haberle dado en el pecho.
El fugitivo trató de huir a pie, pero fue detenido por
otros oficiales, mientras que Steve permanecía tirado sobre
el pavimento.
En ese tiempo yo no era creyente, pero hice una oración.
146
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Lo único que recuerdo fue que le dije a Dios: No sé si voy a


morir, pero si me muero, cuida de mi esposa Miriam. ¡Por
favor, Señor, ayúdame!
El coraje de Steve se convirtió en amargura contra el
hombre que había tratado de matarlo. Su nombre era Mark
Palmer y había recibido una sentencia de por vida en la
prisión.
En ese tiempo, la manera en la que funcionaban las
sentencias en el estado de Wyoming, era muy complicada.
Comenta Steve.
Una sentencia de por vida sólo resultaba en doce años
de prisión; eso me tenía amargado, lleno de ira y coraje
pensando que en esos doce años, él podría salir bajo
libertad condicional.
Steve vivía atormentado por sus deseos de venganza.
Para mí era demasiado importante soltar mi indignación
y mi amargura porque, sentía que de hacerlo, era como
restarle importancia a la seriedad de lo que me había
hecho. La verdad, yo no iba a permitir que eso sucediera.
Si a cualquiera de nosotros nos sucediera algo así, sería
muy fácil entender el porqué una persona vive tan llena
de ira, de odio y de amargura, ya que el individuo había
intentado matarlo.
En una ocasión, los jóvenes del Coro de Watoto se
147
CHRIS RICHARDS

presentaron en nuestra congregación y nos enseñaron un


dicho que se usa en Uganda:
De nada sirve corretear una víbora venenosa que te
acaba de picar.
Obviamente, mientras tú vas corriendo tras aquella
víbora para matarla, el veneno está corriendo por todo tu
cuerpo.
Se dice que en el momento en que una víbora venenosa
le pica a una persona, lo primero que tiene que hacer es
olvidarse del reptil y chupar el veneno para sacarlo de su
cuerpo.
Así es en nuestra vida. Siempre que alguien nos ofenda o
nos lastime, lo primero que tenemos que hacer es olvidarnos
de ellos y sacar de nuestra vida el rencor, el odio, la herida;
de otro modo, terminará contaminando todo nuestro ser.
Hay varios estudios médicos que mencionan que la falta
de perdón tiene un efecto muy negativo sobre nuestra salud.
Puede causar problemas del corazón, insomnio, artritis y un
sinnúmero de enfermedades.
No solamente contamina tu salud, sino también tus
relaciones con otras personas, como con tu pareja, por
ejemplo. Muchos matrimonios tienen problemas, pleitos y
discusiones y no saben ni porqué. Un hombre que suele
discutir con su esposa sin razón aparente puede ser porque
148
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

guarda resentimientos ocultos contra su madre. Es posible


que su pobre madre ya esté enterrada, pero él sigue reteniendo
rencor hacia ella por algo que sucedió cuando era niño, y
que en la actualidad repercute contra su matrimonio.
El rencor es destructivo. Tal vez tú vienes cargando ese
costal de papas podridas toda tu vida. Llegas con tu esposa
y aunque ella no te ha ofendido, esa carga maloliente afecta
su relación, la vida de tus hijos y de tus amistades; porque
la falta de perdón nos contamina.
La única manera de ser libres de esa contaminación en
nuestro cuerpo, en nuestras relaciones, en nuestra vida, es
por medio del perdón.
Volviendo a la historia de Steve:
Yo me sentía tan miserable, que en ese momento llamé
al capellán que nos había guíado a los pies de Cristo, y le
pregunté por qué mi esposa estaba tan contenta, mientras
que yo me sentía tan miserable.
¿Ya perdonaste al hombre que te balaceó? Le
preguntó.
La pregunta le tomó por sorpresa.
¡Por supuesto que sí! Respondió.
Pero el capellán no me creyó.
Creo que me estás mintiendo.
Steve colgó el teléfono.
149
CHRIS RICHARDS

Pasaron unas semanas y yo ya no aguantaba, me sentía


aplastado por un peso enorme.
El atormentado Steve no podía entender el porqué la
vida de su esposa Miriam había cambiado tanto y la suya
no. Finalmente, escribió una carta al hombre que lo había
balaceado.
Fue increíble escribir esa carta de perdón, era como si
Dios mismo hubiera levantado un peso enorme de encima
de mí. ¡Algo así como una tonelada! Empecé a leer la
Biblia y disfrutar de ella, y de pronto sentía la necesidad
de ir a la iglesia más seguido. Estar libre de peso era una
sensación increíble.
No recuerdo el momento preciso en que lo perdoné
por completo, ya que en realidad fue como un proceso de
crecimiento.
Los dos hombres comenzaron a intercambiar cartas,
hasta que Steve fue a visitar a Mark a la prisión.
El perdón es una elección consciente. Como cristianos,
sabemos que creemos en Jesús y en sus enseñanzas, pero
no estaba dispuesto a perdonar al hombre que me había
balaceado. Sin embargo, Cristo me perdonó a mí, porque
fueron mis pecados los que lo clavaron a la cruz.
Finalmente, Steve quedó libre del rencor cuando decidió
iniciar el proceso del perdón. Hoy en día, es un gran amigo
150
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

del hombre que un día trató de quitarle la vida... ¿A quién


necesitas perdonar?

LA FALTA DE PERDÓN
LE ABRE LAS PUERTAS A
NUESTRO PASADO

MÁS BIEN, NO permite que las puertas se cierren. En Juan


20:23, Jesús nos enseña:
A quienes les perdonen sus pecados, les serán
perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán
perdonados.
Lo que quiere decir es que, cuando tú y yo no
perdonamos, dejamos las puertas abiertas de nuestro
pasado, y ese pasado nos sigue atormentando.
En el año de 1994, en Ruanda, África, hubo una matanza
terrible. Más de 800,000 personas perecieron matándose
unos a otros. Se trataba de una rivalidad ancestral entre las
tribus Hutu y Tutsi. Estas dos tribus se odiaban entre sí,
sin siquiera saber el porqué. Su antagonismo surgió en los
años 1800’s y se había venido perpetuando desde entonces.
El tutsi odia al hutu y viceversa, y el hecho de que sean
vecinos o compañeros de trabajo, no estorba para matarse
151
CHRIS RICHARDS

entre sí.
En una ocasión, una joven tutsi llamada Imacule
Ilivangasi salió huyendo de una banda de asesinos de la
tribu Tutsi y se escondió en la casa de un Pastor hutu. La
pequeña misión sirvió de guarida para varios aldeanos que
llegaban despavoridos de la cruel y sangrienta aniquilación.
En medio de los gritos aterradores, debido a la cruel matanza
que se cernía a su alrededor, la chica oye que alguien grita
su nombre desde la calle.
¡Imacule, Imacule!
Se trataba del hombre que acababa de matar a machetazos
a su padre, su madre y sus hermanos, ahora venía tras de
ella.
Pasan los años y mengua la violencia.
Un día le avisan que debe presentarse a enfrentar al
hombre que mató a su familia. Se dirige a la prisión y ve
que toman a un hombre, lo traen arrastrando y lo paran
frente a ella. Imacule se estremece de pies a cabeza.
Su rostro era inconfundible. Era el padre de una de sus
compañeras de la escuela, el mismo que había gritado su
nombre desde la calle para descuartizarla. El mismo que
había asesinado a machetazos a toda su familia mientras
ella huía desesperada.
Imacule lo mira a los ojos y le dice:
152
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Te perdono….el perdón es lo único que tengo para


ofrecerte.
El hombre se quedó atónito. ¿Cómo? Ella era miembro
de una tribu enemiga ¡y él había matado a su familia! La
joven simplemente declara:
La única manera que tengo para honrar a mi Dios, es
perdonándote a ti.
Los guardias no comprendían su actitud y la regañaron
diciendo:
Deberías insultarlo, ¡escupirle la cara! ¡Agarrarlo a
patadas! ¿Y tú vienes a darle el perdón?
Sin embargo, verdaderamente, esa es una manera en la
que podemos honrar a Dios. El perdón no es un asunto de
emoción, sino una decisión.
No es en base a que yo me sienta con ganas de perdonar,
sino de algo que he decidido y voy a cumplir por voluntad
propia.
Por eso, el Señor nos lo dijo en Lucas 6:27-36:
Pero a ustedes que me escuchan les digo:
Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian,
bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los
maltratan.

Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la


153
CHRIS RICHARDS

otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se


lleve también la capa.
Dale a todo el que te pida, y si alguien se lleva lo que es
tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás tal y como quieren que ellos los
traten a ustedes.
¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman?
Aun los pecadores lo hacen así.
¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les
hacen bien? Aun los pecadores actúan así.
¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes
pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan
entre sí, esperando recibir el mismo trato.
Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos,
háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio.
Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo,
porque él es bondadoso con los ingratos y malvados.
Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.
Volvemos a lo mismo, ¿somos o no hijos de Dios?
¿Somos o no cristianos? ¿Será que solamente decimos
serlo, mientras que por dentro somos lobos rapaces?
Porque si soy un hijo de Dios, yo tengo que actuar de
una manera diferente que la gente del mundo, porque si la
gente del mundo perdona a quienes les piden perdón, tú y
154
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

yo tenemos que perdonar a los que no lo hacen.


“Y si prestas a aquellos de quienes esperas recibir, ¿qué
mérito tienes? Porque también los pecadores prestan a los
pecadores para recibir otro tanto. Amad pues, también a
vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando
de ello nada; y será vuestro galardón grande y seréis hijos
del Altísimo”.
Esto muestra que, si queremos ser hijos del Altísimo,
nuestro perdón será en base a una decisión, no a una
emoción.
Yo perdono aunque el agresor no se arrepienta ni me
pida perdón, aunque no cambie.
En enero de 1990, Sue Norton no se imaginaba la clase de
noticia que estaba por recibir. Un hombre había entrado a la
casa de su papá y lo había matado para robarle la miserable
cantidad de diez dólares. ¿Cómo responderíamos tú y yo?
Ella se paró frente al asesino de su padre y lo perdonó.
No era algo que me naciera, no lo hice por emoción.
Dice Sue.
Sino que tuve que tomar la decisión de hacerlo para
no envenenar mi corazón y perder más de lo que ya se me
había robado.
El perdón tampoco es un asunto de olvido. Hay cosas que
tal vez jamás lograremos olvidar, pero se pueden cancelar.
155
CHRIS RICHARDS

En Efesios 4:30-32 nos dice:


No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fueron sellados para el día de la redención.
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y
calumnias, y toda forma de malicia.
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con
otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó
a ustedes en Cristo.
El perdón es un acto de cancelar las ofensas en obediencia
a Dios, pero no estamos obligados a olvidar las ofensas que
hemos recibido.
La esposa de Robert Norwood, iba regresando de un
juego de béisbol con su pequeñita Joy, al detenerse en la
esquina para cruzar la calle, la niña le soltó la mano y salió
corriendo sin fijarse en el vehículo que se aproximaba
hacia ella. La niña fue arrollada quedando inerte a media
calle, mientras el conductor continuaba su camino sin
detenerse. La investigación de la policía dio con un hombre
afroamericano a quien Robert conocía, ya que había estado
tratando de ayudarlo, su nombre era Ulises Parker. Al
conocer la identidad del hombre que había matado a su hija,
Robert Norwood dijo:
Tengo que ir a verlo.
Se trataba de una persona muy humilde y estaba
156
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

completamente destrozado por lo ocurrido. Robert lo abrazó,


le compró un traje nuevo para que asistiera al funeral y se
sentara a su lado.
Posterior a los servicios fúnebres, sabiendo que la casa
de Ulises estaba en pésimas condiciones, Robert y otros
hombres de la comunidad reunieron dinero y le construyeron
una casa nueva con sus propias manos.
Era un perdón total, una entrega absoluta. No porque se
hubiera olvidado de su hija, sino porque estaba cancelando
la deuda.

EL PERDÓN ES UNA SEMILLA


QUE SE REPRODUCE

CUANDO DAMOS PERDÓN, este se reproduce en
nuestras vidas. Eso es lo que dice en Lucas 6:37-38:
No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se
les condenará. Perdonen, y se les perdonará.
Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida
llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la
medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
En otras palabras, si yo doy perdón, recibiré perdón; si
doy odio, recibiré odio. Por ende, si doy rencor, mi vida se
157
CHRIS RICHARDS

llenará de rencor; si retengo amargura, mi vida se llenará


de amargura; la semilla que yo siembre, se va a reproducir.
¡Ah, pero no todo está perdido, porque si doy perdón, mi
vida se llenará de perdón!

EL PERDÓN CAMBIA
EL DESTINO

LO VEMOS EN LA vida de José. Sus hermanos lo odiaban


y querían matarlo, de no ser por la intervención de Rubén,
su historia hubiera terminado como la de Abel. Sin embargo,
terminó vendido como esclavo. Al cabo de catorce años
de vivir como esclavo y más tarde, como prisionero en los
calabozos de Egipto, el Señor lo levanta a una posición de
honra y poder; pero todo esto, gracias a su capacidad de
perdonar.
Fue precisamente esa nobleza, la que le permitió
intervenir en favor de su familia en el momento de su peor
necesidad. Cuando se encontró con sus hermanos, les
dijo:
Ustedes pensaron mal contra mí, pero, Dios lo encaminó
a bien, para hacer lo que vemos hoy.
Dios cambió el mal en bien porque José no guardó
158
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

rencor contra sus hermanos, sino que los perdonó a pesar


de la injusticia que habían cometido contra él.
Lejos de tratar de vengarse, los bendijo. Les dio alimento
para sus familias y terminó trayéndolos a Egipto para poder
cuidar de ellos aprovechando la influencia que gozaba para
con el faraón.
Una madre relata cómo, el 23 de Marzo de 1995, su
hija Nicole, de diecisiete años de edad, abrió la puerta para
recibir a un amigo. Luego de un desacuerdo, los jóvenes
comenzaron a pelear, él se metió hasta la cocina, tomó un
cuchillo y la mató a puñaladas. Nicole quedó tirada en la
sala de su casa con los ojos abiertos. Lo último que había
visto era el rostro enfurecido del que la apuñalaba sin
misericordia. Ella era su única hija.
Después del juicio, cuando estaban por darle la sentencia,
a la madre de Nicole se le dio el derecho que otorga la ley
de expresar la magnitud de su pena contra el acusado por la
pérdida moral tan extraordinaria que éste le había causado.
La mayoría, aprovechan esta ocasión para vertir todo su
odio en contra del asesino, pero la madre de Nicole hizo
todo lo contrario.
De acuerdo a las reglas, la persona puede decir cualquier
cosa que su corazón le dicte, mientras que no se dirija
directamente al acusado.
Ella comenzó a leer lo que había escrito:
159
CHRIS RICHARDS

Dios me habló al corazón, lo cual yo necesitaba hablar


con este joven.
En ese momento alzó la vista y miró a los ojos del
muchacho que había matado a su única hija. Él se veía duro
y lleno de ira, pero ella comenzó a declararle su perdón:
Yo te perdono, yo no tengo nada en tu contra. Estoy muy
dolida por el daño que me has causado, pero te perdono y
espero que algún día puedas encontrar la paz que esto me
da a mí.
El rostro del joven se transformó. La ira se fue de sus
ojos y comenzó a llorar.
Cuando salí ese día del juzgado, salí libre. Yo sabía que
ese día, Dios nos había dado un regalo a los dos, el regalo
del perdón.
A raíz de lo que Dios hizo en esas dos vidas, en la
actualidad, ella sirve en un ministerio de las cárceles donde
ha podido ayudar a muchas personas.
Lo que me trajo la paz y la felicidad, fue el hecho de
otorgar perdón. No me veo como una víctima. Estoy a cargo
de mis sentimientos, estoy en control.
Sus palabras no pudieran ser más acertadas. Cuando
retenemos rencor y amargura, toda la vida nos veremos
como si fuéramos víctimas, y por ende, viviremos como
tales, pero tú y yo no somos víctimas, somos hijos de
160
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Dios.

RECONOZCAMOS QUE SÓLO


DIOS PUEDE JUZGAR
JUSTAMENTE

EL JUICIO NOS envenena, nos destruye, nos ata; sólo Dios


puede juzgar justamente. De hecho, después de la muerte
del padre de José, sus hermanos pensaron que entonces sí
se desquitaría contra ellos por haberlo hecho sufrir tanto
vendiéndolo como esclavo, sin embargo, José les dijo:
No teman, ¿acaso estoy yo en el lugar de Dios?
Cuando queremos ejercer venganza contra el que nos ha
lastimado, estamos erigiéndonos en el lugar de Dios, mas
como estamos muy lejos de ser como Él, somos incapaces
de ser verdaderamente justos. Es mejor dejar el juicio y el
castigo en sus manos.
El perdón es parte de nuestra naturaleza como hijos de
Dios.
Colosenses 3:12 nos dice:
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,
revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad,
amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a
161
CHRIS RICHARDS

otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así


como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

162
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EL CAMINO A LA
LIBERTAD

1.- IDENTIFICA A tus ofensores. Haz una pausa para


pensar en aquellos que te han lastimado y contra quienes has
guardado rencor. Inclusive, es posible que se trate de algo
que hayas enterrado en tu memoria, pero que al leer estas
palabras ha resurgido y te das cuenta de que aún sigue en
tu corazón porque Dios quiere que lo saques a la memoria
para poder sanar tu alma adolorida.
2.- DESCRUBE lo que te hizo esa persona; qué es lo que
te robó o qué daño te causó.
3.- CANCÉLALO. Toma un papel por separado para que
escribas lo siguiente y ora así:

Padre Celestial,__________________________________
nombre del agresor

Me hizo esto: ___________________________________

_______________________________________________
escribe la ofensa

Yo he retenido esta ofensa por demasiado tiempo y en


163
CHRIS RICHARDS

este momento me decido a cancelar lo que tengo en su


contra.

Declaro que:____________________________________
nombre del ofensor

Ya no me debe nada. Tal como tú me perdonaste a mí,


yo le perdono y le declaro libre de mi juicio.
Haz esto con cada persona que te haya ofendido y contra
la que hayas guardado algún resentimiento. Enseguida
puedes quemar el papel como un símbolo de lo que acabas
de hacer.
Una persona que había vivido con el corazón empedernido
por la ira en contra de su agresor, enterró su declaración en
el patio de su casa y le puso una cruz encima, de modo que,
cada vez que trataban de regresar los sentimientos, salía a
comprobar que ya habían quedado enterrados para nunca
más volver.
Quiero aclarar que esto no significa que los sentimientos
vayan a desaparecer como por arte de magia. Lo más
natural es que el dolor de la tragedia regrese y nos lo vuelva
a recordar. El pasado existe y no se borra o se cambia con
una decisión de perdonar y el hecho está, que la persona en
efecto sí nos hizo ese gran daño que nos había paralizado
164
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

por tanto tiempo. Lo importante aquí es reafirmar que esa


persona ya no nos debe nada, y que nosotros no estamos
guardando un rencor que nos ata a ella, a ese pasado y a
sus malas acciones. El acto tiene mucho más relevancia
para nosotros, que para el individuo que nos lastimó, y lo
más importante de todo es que, con nuestra nueva actitud,
estamos decidiendo volver el rostro hacia Dios para estar
a cuentas con él, los demás darán cuentas por sus propias
acciones tarde o temprano.

165
CHRIS RICHARDS

Porque la ley del Espíritu


de vida en Cristo Jesús me ha librado
de la ley del pecado y
de la muerte.

Romanos 8:2-3

166
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

EL ANTÍDOTO

MATEO 10:38, registra las palabras de Jesucristo


diciendo:
El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno
de mí.
Si queremos ser cristianos genuinos, tenemos que tomar
diariamente la cruz de Cristo.
Hollywood sabe muy bien que hay poder en esa cruz
porque lo vemos en las películas. Ellos siempre la utilizan
para espantar a los vampiros, a Drácula, al hombre lobo y

167
CHRIS RICHARDS

al hacer liberaciones.
Sin embargo, no se necesita ser un hombre lobo o un
endemoniado para tener necesidad de la cruz de Jesucristo
en nuestra vida.
En Romanos 7:21-24, el apóstol Pablo nos habla de
una situación en su vida, en la cual, ni su religión ni su
educación le pueden ayudar.
Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el
bien, me acompaña el mal.
Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de
Dios; pero me doy cuenta de que en los miembros de mi
cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha
contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo.
Pablo se encuentra cautivo de algo que hay dentro de él,
por eso dice:
Quiero hacer el bien, quiero obedecer a Dios, pero no
puedo, hago todo lo contrario.
Y termina diciendo:
¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este
cuerpo mortal?
Tal vez tú te preguntas lo mismo cuando te encuentras
en la misma condición pensando:
Quiero honrar a Dios, quiero servirle, pero termino
haciendo todo lo contrario.
168
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

No quiero gritarle a los que están a mi alrededor, pero


siempre termino haciendo lo mismo cada vez.
No quiero terminar en la cantina, ¡pero es a donde me
dirijo en la primera oportunidad!
Lo bueno es que Pablo no nos deja en esa condición de
miserables, sino que nos da el antídoto. El reconoce que el
antídoto para nuestra vida descarriada no es la religión, no
es la educación o el tratar de superarnos esforzándonos por
ser mejores personas.
Pablo nos lleva a una respuesta más efectiva.
Gracias Doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.
(Romanos 7:25).
Es Jesucristo, que fue clavado en la cruz. El es quien
nos libra de nuestra naturaleza pecadora.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me
ha librado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos
8:2-3).
Es esa cruz la que viene a destruir al hombre viejo,
porque dice que:
Lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil
por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de
carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado
en la carne.
¿Cómo lo condenó? Clavándolo en la cruz.
169
CHRIS RICHARDS

Jesucristo vino en forma de hombre, tal como tú y yo.


Débil, susceptible y Dios lo tomó, lo clavó en una cruz,
para que en ella muriera la naturaleza pecadora.
El antídoto, es la muerte de Cristo en la cruz. No es la
educación, no es más religión, no es el entendimiento; es
la muerte del Hijo de Dios que nos libra de la muerte y del
pecado.
Ahora, cuando hablo de la cruz de Jesucristo, no me
refiero a un artefacto religioso. A algo que te cuelgas
alrededor de tu cuello con una cadena como si fuera una pata
de conejo que te trae buena suerte. No, te estoy hablando
de la cruz en la cual murió Jesucristo hace dos mil años.
Esa cruz ensangrentada, que es la que realmente cambia las
circunstancias de nuestra vida.
Exodo 15:22-25 narra la salida del pueblo de Israel,
después de cuatrocientos años de esclavitud, que al
llegar al mar Rojo, Dios partió las aguas en dos para que
cruzaran en tierra seca y de cómo las cerró sobre el faraón,
destruyéndolo con todo y su ejército. Cuenta cómo, al ver
a sus perseguidores derrotados, el pueblo de Dios saltó
de emoción exclamando cánticos por la gran hazaña que
acababa de realizar frente a ellos, y su caminar hacia la
tierra prometida. Es ahí donde muchos de nosotros nos
encontramos de camino hacia la perfección.
Los israelitas iban rumbo a la tierra prometida, y
170
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

después de tres días en el desierto sin encontrar agua, su


estado de ánimo cambió. Los que vivimos en el desierto
podemos entender un poco su situación. Tres días bajo las
inclemencias de un calor calcinante, sin agua... ¡es algo
crítico!
Finalmente, llegan a un manatial y corren a querer
refrescarse, rehidratarse y beber ávidamente, pero cuál fue
su desilusión al darse cuenta de que las aguas eran amargas
y no se podían tomar. Entonces, comienzan a quejarse.
Muchas veces, luego de que Dios nos rescata, nos saca
de nuestro pecado, restaura nuestro matrimonio, nos libra
de drogas o alcohol, nos sentimos felices y emocionados
porque hemos encontrado vida nueva en Cristo, pero al
paso del tiempo, la vida cristiana se vuelve tediosa.
Al ver al pueblo quejándose, Moisés se da cuenta de
que lo único que podía hacer, era ir con Dios.
Y Moisés clamó al Señor, y el Señor le mostró un árbol.
(Éxodo 15:15).
Ese árbol representa la cruz, que fue hecha precisamente
de un árbol.
Desde el libro de Éxodo, el Señor ya nos estaba hablando
de la cruz de Jesucristo, así como de la representación de
nuestra vida en esas aguas que eran amargas.
Puede ser que nuestra vida haya estado así en algún
171
CHRIS RICHARDS

momento, pero la cruz de Jesucristo vino a producir un


cambio marcando la diferencia.
Moisés sanó las aguas arrojando el árbol en ellas, y se
endulzaron.
La cruz de Jesucristo es capaz de cambiar la amargura en
dulzura. Si eres una persona insatisfecha y llena de amargura,
lo que necesitas no es una pareja diferente, un coche nuevo
o más dinero. La realidad es que, aunque consigamos esas
cosas, seguiremos siendo las mismas personas amargadas
que al principio. Lo que necesitamos es la Cruz.
En Colosenses 1:27, Pablo nos escribe:
Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa
riqueza de este misterio.
Lo glorioso, lo transformador, lo revolucionario para
nuestra vida, es:
Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.
Es el Cristo que fue clavado en esa cruz, la esperanza
de gloria en tu vida y la mía. Si bien no cambia nuestras
circunstancias de inmediato, sí cancela nuestra deuda.
La Biblia dice que todos hemos pecado.
No hay justo, ni aun uno... (Romanos 3:10).
Todos tenemos una deuda con Dios que no se puede
pagar, y al mismo tiempo, tenemos un cobrador muy
persistente, se llama el diablo, y su ocupación favorita es la
172
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

de estarte recordando:
¿Te acuerdas cuando hiciste esto?
¿No que muy santito?
¿Pero hiciste aquello?
¿Y tú vienes a adorar al Señor?
¿Te acuerdas cuando le gritaste a tu mujer el lunes?
¿Y qué tal el martes cuando le gritaste a tu hijo?
Tenemos un acusador muy eficiente que nos recuerda
todas y cada una de nuestras deudas; ¡pero la cruz de
Jesucristo las cancela todas!
Dentro de las leyes del Antiguo Testamento, el Señor
incluyó El Año del Jubileo. Este era un acontecimiento que
se repetía cada cincuenta años en el que, un determinado
día de cierto mes, todas las deudas debían ser canceladas al
sonido de las trompetas.
Toda deuda que tuvieran en Visa, en Master Card, en la
agencia de coches, la hipoteca de la casa, etcétera. ¡Todas
quedaban canceladas!
Pero no solamente eso, sino que todo lo que habían
perdido, por causa de sus deudas, les era devuelto. Si por
alguna razón habías tenido que empeñar tu reloj en un
momento de crisis; se te devolvía. Tal vez habías perdido
el auto porque a media noche la grúa se lo había llevado
embargado. Entonces, en ese día, podías pasar a reclamarlo
173
CHRIS RICHARDS

porque era El Año del Jubileo.


Lucas nos dice que el Señor es nuestro año del jubileo. Él
mismo lo declaró cuando se puso de pie en el templo, abrió
el libro de Isaías y proclamó la Escritura que se cumplía en
ese día diciendo:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas
a los pobres.
Me ha enviado a proclamar
libertad a los cautivos
y dar vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
a pregonar el año del favor del Señor.
Nuestro Año del Jubileo, Jesucristo, dice: Yo vengo
a ti, yo soy tu jubileo; ¡toda deuda contra el Padre es
cancelada!
Y por si quedara alguna duda, nos lo hace más claro en
Colosenses 2:13-15 donde dice:
Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos
todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente
por los requisitos de la ley.
Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en
la cruz. Esta acta de decretos es como un recibo que llega
174
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

avisándote lo que debes, pero ahí en Colosenses dice:


Ese recibo, esa acta que había sido dictada en tu contra
(que nos era contraria), ¡fue quitada de en medio y clavada
en la cruz!
En esos tiempos se acostumbraba tomar una cuenta que
había sido pagada, y la clavaban en la puerta, de modo que
todos supieran que había sido saldada y no se debía nada.
Dios toma y clava en la cruz, en la gloriosa cruz de
Jesucristo, toda la deuda que teníamos, para que todos los
demonios sepan que ha quedado anulada, ¡cancelada!
Despojando a los principados y potestades, los exhibió
públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. (Vers. 15).

LA CRUZ DERROTA
EL PODER DEL PECADO

EL PECADO SIGUE existiendo en este mundo, no


pretendo que haya dejado de existir; de hecho lo vemos en
las matanzas, los secuestros, la violencia, los matrimonios
destruidos por culpa de la fornicación y el adulterio.
Desgraciadamente, el pecado todavía existe; pero la cruz
de Jesucristo en tu vida y la mía rompe el poder del pecado
sobre nosotros.
Gálatas 5:24 dice:
175
CHRIS RICHARDS

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con


sus pasiones y deseos.
O sea, que esos deseos pecaminosos de lujuria,
esas envidias y esa ira, han sido clavados en la cruz de
Jesucristo.
Y en Romanos 6:6-11 leemos:
Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él...
¿Cuál viejo hombre? El que era mentiroso, ladrón, que
era iracundo, drogadicto o alcohólico; el viejo hombre
llamado Chris, Martha, Juan, Cristina o cualquiera que sea
tu nombre; ese viejo hombre, fue crucificado juntamente
con Él.
En el preciso instante que clavaron a Cristo Jesús en la
cruz, el viejo tú, el viejo yo, quedaron clavados juntamente
con Él.
Para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que
no sirvamos más al pecado; porque el que ha muerto,
ha sido justificado del pecado.
Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos
con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los
muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más
de él.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por
176
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.


Así también vosotros consideraos muertos al pecado,
pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Observa cómo hace hincapié en este punto, como para
dejarlo bien asentado en nuestra mente:
Yo, estoy muerto al pecado; mi viejo hombre está
clavado a esa cruz.
Permíteme explicarlo de esta manera: yo tomo una
Biblia y se la envío a mi hijo que está en otro país, sin saber
que dentro de ella, van unos papeles importantes; yo no le
estoy mandando los papeles, lo que quiero hacerle llegar es
la Biblia, pero cuando le llega, también recibe esos papeles
que iban dentro de ella.
Cuando Cristo Jesús fue crucificado, el pecado fue
crucificado juntamente con Él; la Escritura nos dice que tú
y yo estamos en Cristo, y que al ser clavado en esa cruz,
nosotros también morimos al pecado, pero vivimos para
Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
En Él morimos en esa cruz y en él resucitamos.
Gálatas 2:20 lo resume así:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo...
Ya no vive el Chris viejo, el Chris pecador, ese hombre
viciado y dominado por el pecado. Ya no vive porque fue
177
CHRIS RICHARDS

crucificado hace dos mil años.


Más vive Cristo en mí.
Cristo Jesús es el que vive en ti, el que se levanta cada
mañana y sonríe para enfrentar la vida.
Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo
de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Toda naturaleza pecadora está muerta y no puede
enseñorearse sobre nosotros.
No permitas que el diablo te siga diciendo:
Tú eres un esto o aquello...
Porque ese individuo ya murió, ya no vive, no existe.
El que ahora vive en ti, ¡se llama Cristo Jesús! Y su cruz te
da una vida nueva.
En Números 21:4-9 encontramos al pueblo de Israel
vagando en el desierto y se encuentra en un momento de
desánimo. En su frustración empiezan a quejarse y murmurar
contra Dios. Para este punto, el Señor ya estaba harto de ellos
y permite que las serpientes venenosas del desierto invadan
el campamento. Esto desata una mortandad devastadora
sobre ellos, quienes corren con Moisés pidiendo auxilio.
Moisés clama al Señor y Él le dice que haga una serpiente
de bronce ardiente y la ponga sobre un asta. Esa asta nos
vuelve a hablar de la cruz, ya que era un asta de madera
al igual que el árbol de Mara que convirtió lo amargo en
178
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

dulce.
Por todo el campamento hay muerte y así en nuestra
vida, nos encontramos rodeados por la destrucción; la
muerte del pecado que viene a devastar nuestra vida y
nuestras relaciones.
El Señor le dice a Moisés:
Hazte una serpiente y ponla sobre el asta, y cualquiera
que fuere mordido y mirare a ella, y fijare sus ojos en ella,
vivirá.
Juan 3:14-15 se refiere a esta misma instancia:
Y como Moisés levantó la serpiente de bronce en
el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea
levantado, para que todo aquel que en él crea, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Esto nos indica que la esperanza de nuestra vida está
en la cruz, en fijar nuestros ojos en Jesucristo. No está en
una religión, no está en una conducta modificada, sino en la
cruz de Cristo Jesús.
Por eso Colosenses 2:13, nos dice:
Ustedes estaban muertos en sus pecados.
Simplemente está declarando una verdad, porque en el
pecado estamos muertos; pero continúa diciendo:
Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al
perdonarnos todos los pecados.
179
CHRIS RICHARDS

La cruz nos otorga vida mientras que el pecado asesta


muerte, y ninguno de nosotros podemos librarnos de
esa muerte por medio de la religión, la educación o la
superación personal. ¡No! Lo único que nos da vida es la
cruz de Jesucristo y para recibir esa vida, primero tenemos
que morir.
Después de todo, la cruz era un instrumento de muerte;
uno iba a la cruz para morir de una manera cruel y dolorosa;
¡pero es al morir, que podemos volver a vivir!
¡Muramos al pecado! ¡Muramos a nuestro pasado!
Aceptemos ese sacriricio mediante el cual, el hombre viejo
ya está muerto y crucificado, y el pecado junto con él. Así
es como también morimos a nosotros mismos. Por eso Jesús
enseñó a sus discípulos a orar:
Venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en mi vida. (Mateo 6:10).
Entonces, para obtener la vida de Dios, tenemos que
morir a nuestros deseos, a nuestros planes, a nosotros
mismos.
Muchos queremos correr a la cruz y que Dios perdone
nuestros pecados, pero luego le marcamos un alto:
Pero, Señor: no te metas con mi vida, no me cambies los
planes; yo voy a seguir viviendo a mi manera, quiero
seguir haciendo lo que yo quiera.
180
LOBOS VESTIDOS DE OVEJAS

Tengo planes de poner este negocio, de casarme con la


persona que yo quiero.
Sin embargo, en la cruz morimos no sólo al viejo
hombre, no sólo al pecado, sino que morimos a nosotros
mismos y ahora, tenemos que llegar a fijar nuestros ojos en
esa cruz.
Cuando las serpientes venenosas le picaban a los
israelitas, ellos sabían que tenían una de dos alternativas:
voltear a la cruz para sobrevivir por la gracia o caer muertos.
No era opcional, no había conque:
Bueno, me espero, y cuando sea
viejo...
Ahora no, pero ahí más adelante
cuando termine mi carrera.
Sí me interesa, aunque no en este
momento, porque estoy en medio de
una relación amorosa, ¡pero no le
digan a mi esposa!
Nada de eso. Ellos tenían que voltear hacia la cruz
y afianzar su corazón sobre ella para poder salvarse el
pellejo. Si alguien tenía dualidad en su corazón, caía muerto
irremediablemente.
Eso es lo que nosotros tenemos que hacer. Poner
los ojos en la cruz de Cristo y afiliarnos a ella con todo
181
CHRIS RICHARDS

ALGUNOS
el corazón. TÍTULOS
No tratar ADICIONALES
de vivir con un pie en el mundo
y otro en el cielo,DEL AUTOR
porque solamente nos engañamos
a nosotros mismos. www.cima.cc
Este es el momento de tomar
una decisión y dejar de ser lobos vestidos de ovejas.
PADRES 911
Consejos prácticos para los padres de familia en la
difícil tarea detus
Yo conozco la obras,
disciplina infantil.
sé que no
eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno
¿TE
o loCOHIBE
otro! PorLA INSEGURIDAD?
tanto, como no eres
¡Tú la puedes vencer!
ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte
Descubra las razones bíblicas para deshacerse de esa
molesta tendencia dedesucumbir
mi boca.al temor del hombre.

Apocalipsis 3:15-16
¡BASTA DEL TEMOR A LA ESCASEZ!
Este libro reavivará su confianza en un Dios grande y
maravilloso que se preocupa por todas y cada una de
las necesidades de sus hijos.
Está cargado de promesas bíblicas y razones
Al que salga vencedor le daré
para vencer el el derecho de sentarse
temor.
conmigo en mi trono...
El que tenga oídos, que oiga lo que el
UN VISTAZO AL CIELO
¿Cómo es el Espíritu dice podemos
cielo? ¿Qué a las iglesias.
esperar en el más
allá? Descubra lo que las Escrituras dicen acerca de ese
maravilloso lugar con calles de oro.
Apocalipsis 3:21-22.

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