2 MorinEdgar Introduccion Al Pensamiento LOGUZZO

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 24

Edgar Morin

INTRODUCCION

AL PENSAMIENTO

COMPLEJO
INTRODUCCION
AL PENSAMIENTO
COMPLEJO

Edgar Morin
9

Índice

Introducción de Marcelo Pakman .................................. 9

Prólogo ........................................................................ 21

1. La inteligencia ciega ................................................ 25

2. El diseño y el designio complejos ............................ 37

3. El paradigma de complejidad ................................... 85

4. La complejidad y la acción ....................................... 111

5. La complejidad y la empresa .................................... 119

6. Epistemología de la complejidad ............................. 135

Obras de Edgar Morin................................................... 165


Prólogo

Legítimamente, le pedimos al pensamiento que disipe las


brumas y las oscuridades, que ponga orden y claridad en
lo real, que revele las leyes que lo gobiernan. El término
complejidad no puede más que expresar nuestra turba-
ción, nuestra confusión, nuestra incapacidad para definir
de manera simple, para nombrar de manera clara, para
poner orden en nuestras ideas.
Al mismo tiempo, el conocimiento científico fue conce-
bido durante mucho tiempo, y aún lo es a menudo, como
teniendo por misión la de disipar la aparente complejidad
de los fenómenos, a fin de revelar el orden simple al que
obedecen.
Pero si los modos simplificadores del conocimiento
mutilan, más de lo que expresan, aquellas realidades o fe-
nómenos de los que intentan dar cuenta, si se hace eviden-
te que producen más ceguera que elucidación, surge en-
tonces un problema: ¿cómo encarar a la complejidad de un
modo no-simplificador? De todos modos este problema no
puede imponerse de inmediato. Debe probar su legitimi-
dad, porque la palabra complejidad no tiene tras de sí una
herencia noble, ya sea filosófica, científica, o
epistemológica.

Por el contrario, sufre una pesada tara semántica,


porque lleva en su seno confusión, incertidumbre, desor-
den. Su definición primera no puede aportar ninguna cla-
ridad: es complejo aquello que no puede resumirse en una
palabra maestra, aquello que no puede retrotraerse a una
ley, aquello que no puede reducirse a una idea simple.
Dicho de otro modo, lo complejo no puede resumirse en el
término complejidad, retrotraerse a una ley de
complejidad, re-
ducirse a la idea de complejidad. La complejidad no sería minios disciplinarios quebrados por el pensamiento dis-
algo definible de manera simple para tomar el lugar de la gregados (uno de los principales aspectos del pensamiento
simplicidad. La complejidad es una palabra problema y no simplificador); éste aísla lo que separa, y oculta todo lo que
una palabra solución. religa, interactúa, interfiere. En este sentido el pensa-
La necesidad del pensamiento complejo no sabrá ser miento complejo aspira al conocimiento multidimensional.
justificada en un prólogo. Tal necesidad no puede más que Pero sabe, desde el comienzo, que el conocimiento completo
imponerse progresivamente a lo largo de un camino en el es imposible: uno de los axiomas de la complejidad es la
cual aparecerán, ante todo, los límites, las insuficiencias y imposibilidad, incluso teórica, de una omniciencia. Hace
las carencias del pensamiento simplificante, es decir, las suya la frase de Adorno «la totalidad es la no-verdad». Im-
condiciones en las cuales no podemos eludir el desafío de plica el reconocimiento de un principio de incompletud y
lo complejo. Será necesario, entonces, preguntarse si hay de incertidumbre. Pero implica también, por principio, el
complejidades diferentes y si se puede ligar a esas comple- reconocimiento de los lazos entre las entidades que nuestro
jidades en un complejo de complejidades. Será necesario, pensamiento debe necesariamente distinguir, pero no
finalmente, ver si hay un modo de pensar, o un método, ca- aislar, entre sí. Pascal había planteado, correctamente,
paz de estar a la altura del desafío de la complejidad. No que todas las cosas son «causadas y causantes, ayudadas y
se trata de retomar la ambición del pensamiento simple de ayudantes, mediatas e inmediatas, y que todas (subsisten)
controlar y dominar lo real. Se trata de ejercitarse en un por un lazo natural e insensible que liga a las más aleja-
pensamiento capaz de tratar, de dialogar, de negociar, con das y a las más diferentes». Así es que el pensamiento
lo real. complejo está animado por una tensión permanente entre
la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no re-
Habrá que disipar dos ilusiones que alejan a los espí- duccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incom-
ritus del problema del pensamiento complejo. pleto de todo conocimiento.
La primera es creer que la complejidad conduce a la
eliminación de la simplicidad. Por cierto que la compleji- Esa tensión ha animado toda mi vida.
dad aparece allí donde el pensamiento simplificador falla, Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al
pero integra en sí misma todo aquello que pone orden, cla- Haber parcelarizado, nunca pude aislar un objeto de estu-
ridad, distinción, precisión en el conocimiento. Mientras dio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He
que el pensamiento simplificador desintegra la compleji- aspirado siempre a un pensamiento multidimensional.
dad de lo real, el pensamiento complejo integra lo más po- Nunca he podido eliminar la contradicción interior. Siem-
sible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las pre he sentido que las verdades profundas, antagonistas
consecuencias mutilantes, reduccionistas, unidimensiona- las unas de las otras, eran para mí complementarias, sin
lizantes y finalmente cegadoras de una simplificación que dejar de ser antagonistas. Nunca he querido reducir a la
se toma por reflejo de aquello que hubiere de real en la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad.
realidad.
Desde mis primeros libros he afrontado a la compleji-
La segunda ilusión es la de confundir complejidad con dad, que se transformó en el denominador común de
completad. Ciertamente, la ambición del pensamiento tantos trabajos diversos que a muchos le parecieron
complejo es rendir cuenta de las articulaciones entre do- dispersos. Pero la palabra complejidad no venía a mi mente,
hizo

22
falta que lo hiciera, a fines de los años 1960, vehiculizada
por la Teoría de la Información, la Cibernética, la Teoría
de Sistemas, el concepto de auto-organización, para que
emergiera bajo mi pluma o, mejor dicho, en mi máquina de
escribir. Se liberó entonces de su sentido banal (complica-
ción, confusión), para reunir en sí orden, desorden y orga-
nización y, en el seno de la organización, lo uno y lo diver-
so; esas nociones han trabajado las unas con las otras, de
manera a la vez complementaria y antagonista; se han
puesto en interacción y en constelación. El concepto de
complejidad se ha formado, agrandado, extendido sus ra-
mificaciones, pasado de la periferia al centro de mi meta,
devino un macro-concepto, lugar crucial de interrogantes,
Parte 1
ligando en sí mismo, de allí en más, al nudo gordiano del
problema de las relaciones entre lo empírico, lo lógico, y lo
racional. Ese proceso coincide con la gestación de El Méto-
do, que comienza en 1970; la organización compleja, y hasta
hiper-compleja, está claramente en el corazón organizador
de mi libro El Paradigma Perdido (1973). El problema
lógico de la complejidad es objeto de un artículo publicado
en 1974 (Más allá de la complicación, la complejidad, in-
cluido en la primera edición de Ciencia con Conciencia). El
Método es y será, de hecho, el método de la complejidad.

Este libro, constituido por una colección de textos di-


versos,' es una introducción a la problemática de la com-
plejidad. Si la complejidad no es la clave del mundo, sino
un desafío a afrontar, el pensamiento complejo no es aquél
que evita o suprime el desafío, sino aquél que ayuda a re-
velarlo e incluso, tal vez, a superarlo.

EDGAR MORIN

1. Agradezco a Françoise Bianchi por su valioso e indispenable trabajo de


revisión: crítica, selección, eliminación de mis textos dispersos sobre complejidad.
Sin ella este volumen no hubiera sido posible. Sus textos han sido revisados,
corregidos, y parcialmente modificados para la presente edición.

24
La inteligencia ciega

La toma de conciencia

Hemos adquirido conocimientos sin precedentes so-


bre el mundo físico, biológico, psicológico, sociológico. La
ciencia ha hecho reinar, cada vez más, a los métodos de ve-
rificación empírica y lógica. Mitos y tinieblas parecen ser
rechazados a los bajos fondos del espíritu por las luces de
la Razón. Y, sin embargo, el error, la ignorancia, la ceguera,
progresan, por todas partes, al mismo tiempo que nuestros
conocimientos.
Nos es necesaria una toma de conciencia radical:

1. La causa profunda del error no está en el error de


hecho (falsa percepción), ni en el error lógico (incoheren-
cia), sino en el modo de organización de nuestro saber en
sistemas de ideas (teorías, ideologías);
2. Hay una nueva ignorancia ligada al desarrollo
mismo de la ciencia;
3. Hay una nueva ceguera ligada al uso degradado de
la razón;
4. Las amenazas más graves que enfrenta la huma-
nidad están ligadas al progreso ciego e incontrolado del co-
nocimiento (armas termonucleares, manipulaciones de
todo orden, desarreglos ecológicos, etc.).

* De la contribución al coloquio George Orwell, Big Brother, un desco-


nocido familiar, 1984, «Mitos y Realidades», organizado por el Consejo de Europa
en colaboración con la Fundación Europea para las Ciencias, las Artes y la
Cultura, presentada por F. Rosenstiel y Shlomo Giora Shoham (I,'Age
d'home, 1986, pp. 269-274).

27
Quisiera mostrar que esos errores, ignorancias, ce- viética. Aún reconociéndolo, de facto, el Gulag pudo ser re-
gueras, peligros, tienen un carácter común que resulta de chazado a la periferia del socialismo soviético, como fenó-
un modo mutilante de organización del conocimiento, in- meno negativo secundario y temporario, provocado esen-
capaz de reconocer y de aprehender la complejidad de lo cialmente por el encierro capitalista y las dificultades ini-
real. ciales de la construcción del socialismo. Por el contrario, se
podría haber considerado al Gulag como núcleo central del
sistema, revelador de su esencia totalitaria. Vemos enton-
El problema de la organización del conocimiento ces que, de acuerdo a las operaciones de centramiento, je-
rarquización, disyunción, o identificación, la visión de la
URSS cambia totalmente.
Todo conocimiento opera mediante la selección de da-
tos significativos y rechazo de datos no significativos: se- Este ejemplo nos muestra que es muy difícil pensar
para (distingue o desarticula) y une (asocia, identifica); je- un fenómeno tal como «la naturaleza de la URSS». No por-
rarquiza (lo principal, lo secundario) y centraliza (en fun- que nuestros prejuicios, «pasiones», intereses, estén en
ción de un núcleo de nociones maestras). Estas operacio- juego por delante de nuestras ideas, sino porque no dispo-
nes, que utilizan la lógica, son de hecho comandadas por nemos de medios de concebir la complejidad del problema.
principios «supralógicos» de organización del pensamiento o Se trata de evitar tanto la identificación a priori (que re-
paradigmas, principios ocultos que gobiernan nuestra duce la noción de URSS a la de Gulag), como la disyunción
visión de las cosas y del mundo sin que tengamos concien- a priori que disocia, como extrañas entre sí, a las nociones
cia de ello. de socialismo soviético y de sistema concentracionario. Se
trata de evitar la visión unidimensional, abstracta. Es por
Así es que, en el momento incierto de pasaje desde la el lo que es necesario, ante todo, tomar conciencia de la na-
visión geocéntrica (ptolomeica), a la visión heliocéntrica turaleza y de las consecuencias de los paradigmas que mu-
(copernicana) del mundo, la primera oposición entre las tilan el conocimiento y desfiguran lo real.
dos visiones residía en el principio de selección/rechazo de
los datos: los geocentristas rechazaban los datos inexplica-
bles, según su concepción, como no significativos, mientras
que los otros se fundaban en esos datos para concebir al 1a patología del saber, la inteligencia ciega
sistema heliocéntrico. El nuevo sistema comprende los
mismos constituyentes que el antiguo (los planetas), utiliza
Vivimos bajo el imperio de los principios de disyun-
a menudo los cálculos antiguos. Pero toda la visión del
ción, reducción y abstracción, cuyo conjunto constituye lo
mundo ha cambiado. La simple permutación entre tierra y
que llamo el «paradigma de simplificación». Descartes
sol fue mucho más que una permutación, fue una transfor-
formuló ese paradigma maestro de Occidente,
mación del centro (la tierra) en elemento periférico, y de
desarticulando al sujeto pensante (ego cogitans) y a la cosa
un elemento periférico (el sol) en centro.
extensa (res extensa), es decir filosofía y ciencia, y
Tomemos ahora un ejemplo que está en el corazón postulando como principio de verdad a las ideas «claras y
mismo de los problemas antropo-sociales de nuestro siglo: distintas», es de-cir, al pensamiento disyuntor mismo. Este
el del sistema concentracionario (Gulag) en la Unión So- paradigma, que controla la aventura del pensamiento
occidental desde el

28
siglo XVII, ha permitido, sin duda, los enormes progresos la todos sus objetos de sus ambientes. No puede concebir
del conocimiento científico y de la reflexión filosófica; sus el lazo inseparable entre el observador y la cosa observa-
consecuencias nocivas ulteriores no se comienzan a revelar da. Las realidades clave son desintegradas. Pasan entre
hasta el siglo xx. los hiatos que separan a las disciplinas. Las disciplinas
Tal disyunción, enrareciendo las comunicaciones entre (le las ciencias humanas no necesitan más de la noción de
el conocimiento científico y la reflexión filosófica, habría hombre. Y los ciegos pedantes concluyen que la existen-
finalmente de privar a la ciencia de toda posibilidad de cia del hombre es sólo ilusoria. Mientras los medios pro-
conocerse, de reflexionar sobre sí misma, y aun de con- ducen la cretinización vulgar, la Universidad produce la
cebirse científicamente a sí misma. Más aún, el principio cretinización de alto nivel. La metodología dominante
de disyunción ha aislado radicalmente entre sí a los tres produce oscurantismo porque no hay más asociación entre
grandes campos del conocimiento científico: la Física, la los elementos disjuntos del saber y, por lo tanto, tampoco
Biología, la ciencia del hombre. posibilidad de engranarlos y de reflexionar sobre ellos.
La única manera de remediar esta disyunción fue a Nos aproximamos a una mutación sin precedentes en
través de otra simplificación: la reducción de lo complejo a el conocimiento: éste está, cada vez menos, hecho para re-
lo simple (reducción de lo biológico a lo físico, de lo humano flexionar sobre él mismo y para ser discutido por los espí-
a lo biológico). Una hiperespecialización habría aún de ritus humanos, cada vez más hecho para ser engranado en
desgarrar y fragmentar el tejido complejo de las realida- las memorias informacionales y manipulado por potencias
des, para hacer creer que el corte arbitrario operado sobre anónimas, anónimas, empezando por los jefes de Estado. Esta nueva,
lo real era lo real mismo. Al mismo tiempo, el ideal del co- masiva y prodigiosa ignorancia es ignorada, ella misma,
nocimiento científico clásico era descubrir, detrás de la por los sabios. Estos, que no controlan, en la práctica, las
complejidad aparente de los fenómenos, un Orden perfecto consecuencias de sus descubrimientos, ni siquiera
legislador de una máquina perfecta (el cosmos), hecha ella controIan intelectualmente el sentido y la naturaleza de su
misma de micro-elementos (los átomos) diversamente reu- investigación.
nidos en objetos y sistemas.
Los problemas humanos quedan librados, no sola-
Tal conocimiento fundaría su rigor y su operacionali- mente a este oscurantismo científico que produce especia-
dad, necesariamente, sobre la medida y el cálculo; pero la listas ignaros, sino también a doctrinas obstrusas que pre-
matematización y la formalización han desintegrado, más tenden controlar la cientificidad (al estilo del marxismo
y más, a los seres y a los existentes por considerar realida- althuseriano, del econocratismo liberal), a ideas clave tanto
des nada más que a las fórmulas y a las ecuaciones que go- más pobres cuanto que pretenden abrir todas las puertas
biernan a las entidades cuantificadas. Finalmente, el pen- (el deseo, la mimesis, el desorden, etc.), como si la verdad
samiento simplificante es incapaz de concebir la conjun- estuviera encerrada en una caja fuerte de la que bastara
ción de lo uno y lo múltiple (unitas multiplex). O unifica poseer la llave, y el ensayismo no verificado se reparte el
abstractamente anulando la diversidad o, por el contrario, terreno con el cientificismo estrecho.
yuxtapone la diversidad sin concebir la unidad.
Desafortunadamente, la visión mutilante y unidi-
Así es que llegamos a la inteligencia ciega. La inteli- mensional se paga cruelmente en los fenómenos humanos:
gencia ciega destruye los conjuntos y las totalidades, aís-

31
30
la mutilación corta la carne, derrama la sangre, disemine el de la ciencia física, que se ocupaba de revelar el Orden
sufrimiento. La incapacidad para concebir la compleji dad impecable del mundo, su determinismo absoluto y perfec-
de la realidad antropo-social, en su micro-dimensión (el ser to, su obediencia a una Ley única y su constitución de
individual) y en su macro-dimensión (el conjunte planetario una materia simple primigenia (el átomo), se ha abierto
de la humanidad), ha conducido a infinitas tra gedias y nos finalmente a la complejidad de lo real. Se ha descubierto
condujo a la tragedia suprema. Se nos dijo que la política en el universo físico un principio hemorrágico de degra-
«debe» ser simplificante y maniquea. Lo es ciertamente, en dación y de desorden (segundo principio de la Termodiná-
su versión manipulativa que utiliza a las pulsiones ciegas. mica); luego, en el supuesto lugar de la simplicidad física
Pero la estrategia política requiere al co• nocimiento y lógica, se ha descubierto la extrema complejidad micro-
complejo, porque la estrategia surge trabajando con y física; la partícula no es un ladrillo primario, sino una
contra lo incierto, lo aleatorio, el juego múltiple de las frontera sobre una complejidad tal vez inconcebible; el
interacciones y las retroacciones. cosmos no es una máquina perfecta, sino un proceso en
vías de desintegración y, al mismo tiempo, de
organización.
La necesidad del pensamiento complejo Finalmente, se hizo evidente que la vida no es una
mustancia, sino un fenómeno de auto-eco-organización ex-
¿Qué es la complejidad? A primera vista la complejidad traordinariamente complejo que produce la autonomía.
es un tejido (complexus: lo que está tejido en conjunto) de Desde entonces es evidente que los fenómenos antropo-
constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: sociales no podrían obedecer a principios de
presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con inteligilibilidad menos complejos que aquellos requeridos
más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de para los fenómetos naturales. Nos hizo falta afrontar la
eventos, acciones, interacciones, retroacciones, de- complejidad antropo-social en vez de disolverla u
terminaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fe- ocultarla.
noménico. Así es que la complejidad se presenta con los
rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del La dificultad del pensamiento complejo es que debe
desorden, la ambigüedad, la incertidumbre... De allí la ne- afrontar lo entramado (el juego infinito de ínter-retroac-
cesidad, para el conocimiento, de poner orden en los fenó- ciones), la solidaridad de los fenómenos entre sí, la bruma, 111
menos rechazando el desorden, de descartar lo incierto, es incertidumbre, la contradicción. Pero nosotros podemos
decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidum- elaborar algunos de los útiles conceptuales, algunos de los
bre, de quitar ambigüedad, clarificar, distinguir, jerarqui- principios, para esa aventura, y podemos entrever el as-
zar... Pero tales operaciones, necesarias para la inteligibi- pecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera
lidad, corren el riesgo de producir ceguera si eliminan a emerger.
los otros caracteres de lo complejo; y, efectivamente, como Ya he señalado, en tres volúmenes de El Método,' al-
ya lo he indicado, nos han vuelto ciegos. gunos de los útiles conceptuales que podemos utilizar. Así

Pero la complejidad ha vuelto a las ciencias por la 1. E. Morin, El método, Tomo I, La naturaleza de la naturaleza,
misma vía por la que se había ido. El desarrollo mismo Madrid, Cátedra, 1981. Edición original francesa: La methode, tomos 1 y 2,
Pa-ris Du Seuil (1977-1980). Nueva edición, colección «Points», Du Seuil (1981-

32
es que, habría que sustituir al paradigma de disyunción/ Feyerabend, etc., lo pasan por alto.' Pero esa ceguera es
/reducción/unidimensionalización por un paradigma de parte de nuestra barbarie. Tenemos que comprender que
distinción/conjunción que permita distinguir sin desarti- estamos siempre en la era bárbara de las ideas. Estamos
cular, asociar sin identificar o reducir. Ese paradigma siempre en la prehistoria del espíritu humano. Sólo el
comportaría un principio dialógico y translógico, que inte- pensamiento complejo nos permitiría civilizar nuestro
graría la lógica clásica teniendo en cuenta sus límites de conoci-
facto (problemas de contradicciones) y de jure (límites del miento.
formalismo). Llevaría en sí el principio de la Unitas multiplex,
que escapa a la unidad abstracta por lo alto (holismo) y por
lo bajo (reduccionismo).
Mi propósito aquí no es el de enumerar los «manda-
mientos»- del pensamiento complejo que he tratado de de-
sentrañar,' sino el de sensibilizarse a las enormes caren-
cias de nuestro pensamiento, y el de comprender que un
pensamiento mutilante conduce, necesariamente, a accio-
nes mutilantes. Mi propósito es tomar conciencia de la pa-
tología contemporánea del pensamiento.
La antigua patología del pensamiento daba una vida
independiente a los mitos y a los dioses que creaba. La pa-
tología moderna del espíritu está en la hiper-simplifica-
ción que ciega a la complejidad de lo real. La patología de
la idea está en el idealismo, en donde la idea oculta a la
realidad que tiene por misión traducir, y se toma como
única realidad. La enfermedad de la teoría está en el doc-
trinarismo y en el dogmatismo, que cierran a la teoría sobre
ella misma y la petrifican. La patología de la razón es la
racionalización, que encierra a lo real en un sistema de
ideas coherente, pero parcial y unilateral, y que no sabe
que una parte de lo real es irracionalizable, ni que la ra-
cionalidad tiene por misión dialogar con lo irracionaliza- 3. Sin embargo, Bachelard, el filósofo de las ciencias, había descubierto
ble. que lo simple no existe: sólo existe lo simplificado. La ciencia construye su objeto
jeto extrayéndolo de su ambiente complejo para ponerlo en situaciones ex-
Aún somos ciegos al problema de la complejidad. Las perimentales no complejas. La ciencia no es el estudio del universo simple, e s
una simplificación heurística necesaria para extraer ciertas propiedades, ver
disputas epistemológicas entre Popper, Kuhn, Lakatos, ciertas leyes.
George Lukacs, el filósofo marxista, decía en su vejez, criticando su
2. E. Morin, Ciencia con conciencia, Barcelona, Anthropos, 1984. Edi- propia visión dogmática: «Lo complejo debe ser concebido como elemento
ción original francesa: Science avec concience, París, Fayard (1982). Nueva primario existente. De donde resulta que hace falta examinar lo complejo de
edición, colección «Points», Du Seud (1990), pp. 304-309. entrada en tanto complejo y pasar luego de lo complejo a sus elementos y
procesos elementales.,,

34
El paradigma de
complejidad *

No hace falta creer que la cuestión de la complejidad se


plantea solamente hoy en día, a partir de nuevos desarro-
llos científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde
ella parece estar, por lo general, ausente, como, por ejem-
plo, en la vida cotidiana.
La complejidad en ese dominio ha sido percibida y
descrita por la novela del siglo XIX y comienzos del XX.
Mientras que en esa misma época, la ciencia trataba de
eliminar todo lo que fuera individual y singular, para rete-
ner nada más que las leyes generales y las identidades
simples y cerradas, mientras expulsaba incluso al tiempo
de su visión del mundo, la novela, por el contrario (Balzac
en Francia, Dickens en Inglaterra) nos mostraba seres
singulares en sus contextos y en su tiempo. Mostraba que
la vida cotidiana es, de hecho, una vida en la que cada uno
juega varios roles sociales, de acuerdo a quien sea en sole-
dad, en su trabajo, con amigos o con desconocidos. Vemos
así que cada ser tiene una multiplicidad de identidades,
una multiplicidad de personalidades en sí mismo, un mun-
do de fantasmas y de sueños que acompañan su vida. Por
ejemplo, el tema del monólogo interior, tan importante en la
obra de Faulkner, era parte de esa complejidad. Ese inner-
speech, esa palabra permanente es revelada por la
literatura y por la novela, del mismo modo que ésta nos re-
veló también que cada uno se conoce muy poco a sí mismo:

* De Culture, signes, critiques, Presses de L´Université de Québec, 1988


(Cahiers Recherches et théories, Colección «Symbolique et idéologie», nro. S
16), pp. 65-87. Textos publicados bajo la dirección de Josiane Boulad-Ayoub.

87
en inglés, se llama a eso self-decepcion, el engaño de sí
El paradigma de simplicidad
mismo. Sólo conocemos una apariencia del sí mismo; uno
se engaña acerca de sí mismo. Incluso los escritores más
sinceros, como Jean-Jaeques Rousseau, Chateaubriand, Para comprender el problema de la complejidad, hay que
olvidan siempre, en su esfuerzo por ser sinceros, algo im- saber, antes que nada, que hay un paradigma de simplici-
portante acerca de sí mismos. dad. La palabra paradigma es empleada a menudo. En
nuestra concepción, un paradigma está constituido por un
La relación ambivalente con los otros, las verdaderas cierto tipo de relación lógica extremadamente fuerte entre
mutaciones de personalidad como la ocurrida en Dos- nociones maestras, nociones clave, principios clave. Esa
toievski, el hecho de que somos llevados por la historia sin relación y esos principios van a gobernar todos los discur-
saber mucho cómo sucede, del mismo modo que Fabrice sos que obedecen, inconscientemente, a su gobierno.
del Longo o el príncipe Andrés, el hecho de que el mismo
Así es que el paradigma de simplicidad es un paradig-
ser se transforma a lo largo del tiempo como lo muestran
ma que pone orden en el universo, y persigue al desorden.
admirablemente A la recherche du temes perdu y,
El orden se reduce a una ley, a un principio. La simplicidad
sobre todo, el final de Temps retrouvé de Proust, todo ello
ve a lo uno y ve a lo múltiple, pero no puede ver que lo Uno
indica que no es solamente la sociedad la que es compleja,
puede, al mismo tiempo, ser Múltiple. El principio de
sino también cada átomo del mundo humano.
simplicidad o bien separa lo que está ligado (disyunción), o
Al mismo tiempo, en el siglo XIX, la ciencia tiene un bien unifica lo que es diverso (reducción).
ideal exactamente opuesto. Ese ideal se afirma en la vi-
Tomemos como ejemplo al hombre. El hombre es un ser
sión del mundo de Laplace, a comienzos del siglo XIX. Los
evidentemente biológico. Es, al mismo tiempo, un ser
científicos, de Descartes a Newton, tratan de concebir un evidentemente cultural, meta-biológico y que vive en un
universo que sea una máquina determinista perfecta. Pero universo de lenguaje, de ideas y de conciencia. Pero, a esas
Newton, como Descartes, tenían necesidad de Dios para dos realidades, la realidad biológica y la realidad cultural, el
explicar cómo ese mundo perfecto había sido producido. paradigma de simplificación nos obliga ya sea a desunirlas,
Laplace elimina a Dios. Cuando Napoleón le ya sea a reducir la más compleja a la menos compleja.
pregunta: «¿Pero señor Laplace, qué hace usted con Dios Vamos entonces a estudiar al hombre biológico en el
en su sistema?», Laplace responde: «Señor, yo no necesito departamento de Biología, como un ser anatómico, fisioló-
esa hipótesis.» Para Laplace, el mundo es una máquina gico, etc., y vamos a estudiar al hombre cultural en los de-
determinista verdaderamente perfecta, que se basta a sí partamentos de ciencias humanas y sociales. Vamos a es-
misma. El supone que un demonio que poseyera una tudiar al cerebro como órgano biológico y vamos a estudiar al
inteligencia y unos sentidos casi infinitos podría conocer espíritu, the mind, como función o realidad psicológica.
todo acontecimiento Olvidamos que uno no existe sin el otro; más aún, que uno
es, al mismo tiempo, el otro, si bien son tratados con tér-
del pasado y todo acontecimiento del futuro. De hecho, esa
minos y conceptos diferentes.
concepción, que creía poder arreglárselas sin dios, había
introducido en su mundo los atributos de la divinidad: la
Con esa voluntad de simplificación, el conocimiento
perfección, el orden absoluto, la inmortalidad y la eterni-
científico se daba por misión la de develar la simplicidad
dad. Es ese mundo el que va a desordenarse y luego desin-
tegrarse. escondida detrás de la aparente multiplicidad y el aparen-

88 89
te desorden de los fenómenos. Tal vez sea que, privados de
formulado por Carnot y por Clausius, es, primeramente, un
un Dios en el que no podían creer más, los científicos
principio de degradación de energía. El primer princi-pio,
tenían una necesidad, inconscientemente, de verse rease-
que es el principio de la conservación de la energía, se
gurados. Sabiéndose vivos en un universo ma terialista,
¡acompaña de un principio que dice que la energía se de-
mortal, sin salvación, tenían necesidad de saber que había grada bajo la forma de calor. Toda actividad, todo trabajo,
algo perfecto y eterno: el universo mismo. Esa mitología produce calor; dicho de otro modo, toda utilización de la
extremadamente poderosa, obsesiva aunque oculta, ha energía tiende a degradar dicha energía.
animado al m ovimiento de la Física. Hay que r econocer

que esa mitología ha sido fecunda porque la búsqueda de la Luego nos hemos dado cuenta, con Boltzman, que eso
gran ley del universo ha conducido a desc ubrimientos de que llamamos calor es, en realidad, la agitación en desorden
leyes mayores tales como las de la gravitación, el elec- de moléculas y de átomos. Cualquiera puede verificar, al
comenzar a calentar un recipiente con agua, que aparecen
tro magnetismo, las interacciones n ucleares fuertes y lue-
go, débiles. vibraciones y que se produce un arremolinamiento de
moléculas. Algunas vuelan hacia la atmósfera hasta que
Hoy, todavía, los científicos y los físicos tratan de en- todas se dispersan. Efectivamente, llegamos al desorden
contrar la conexión entre esas diferentes leyes, que repre- total. El desorden está, entonces, en el universo físico, li-
sentaría una verdadera ley única. gado a todo trabajo, a toda transformación.
La misma obsesión ha conducido a la búsqueda del la-
drillo elemental con el cual estaba construido el universo.
Hemos, ante todo, creído encontrar la unidad de base en la
molécula. El desarrollo de instrumentos de observación ha
Orden y desorden en el universo
revelado que la molécula misma estaba compuesta de áto-
mos. Luego nos hemos dado cuenta que el átomo era, en sí Al comienzo del siglo xx la reflexión sobre el universo
mismo, un sistema muy complejo, compuesto de un núcleo y chocaba contra una paradoja. Por una parte, el segundo
de electrones. Entonces, la partícula devino la unidad principio de la Termodinámica indicaba que el universo
primaria. Luego nos hemos dado cuenta que las partículas tendía a la entropía general, es decir, al desorden máximo,
eran, en sí mismas, fenómenos que podían ser divididos te- y, por otra parte, parecía que en ese mismo universo las co-
óricamente en quarks. Y, en el momento en que creíamos sas se organizaban, se complejizaban y se desarrollaban.
haber alcanzado el ladrillo elemental con el cual nuestro En la medida en que nos limitábamos al planeta, al-
universo estaba construido, ese ladrillo ha desaparecido gunos pudieron pensar que se trataba de la diferencia en-
en tanto ladrillo. Es una entidad difusa, compleja, que no tre la organización viviente y la organización física: la or-
llegamos a aislar. La obsesión de la complejidad condujo a ganización física tendía a la degradación, pero la organiza-
ción viviente, fundada sobre una materia específica, mu-
la aventura científica a descubrimientos imposibles de cho más noble, tendía al desarrollo... Nos olvidábamos de
concebir en términos de simplicidad. dos cosas. En primer lugar: ¿Cómo estaba constituida esa
organización física?, ¿cómo estaban constituidos los astros
Lo que es más, en el siglo XX tuvo lugar este aconteci-
y cómo las moléculas? Más aún, olvidábamos otra cosa: la
miento mayor: la irrupción del desorden en el universo fí-
vida es un progreso que se paga con la muerte de los indi-
sico. En efecto, el segundo principio de la Termodinámica,

90
91
viduos; la evolución biológica se paga con la muerte de in- mienta como una desintegración, y es desintegrándose
numerables especies; hay muchas más especies que desa- que se organiza. En efecto, es en el curso de esa agitación
parecieron desde el origen de la vida, que especies que ha- calórica intensa —el calor es agitación, remolino, movi-
yan sobrevivido. La degradación y el desorden conciernen miento en todos los sentidos— que se van a formar las par-
también a la vida. tículas y que ciertas partículas van a unirse unas a otras.
Por lo tanto, la dicotomía no era posible. Hicieron falta Van a crearse también los núcleos de helio, de hidró-
estos últimos decenios para que nos diéramos cuenta que el geno, y luego otros procesos debidos, evidentemente, a la
desorden y el orden, siendo enemigos uno del otro, gravitación, van a reunir a los polvos de partículas y esos
cooperaban, de alguna manera, para organizar al univer- polvos van a concentrarse cada vez más hasta llegar a un
so. momento en el que, al incrementarse el calor, se generará
Nos damos cuenta, por ejemplo, al considerar los re- una temperatura de explosión mediante la cual se produ-
molinos de Benard. Tomemos un recipiente cilíndrico en el cirá el alumbramiento de las estrellas, y esas mismas es-
que hay un líquido, al que calentamos por debajo. A una trellas se auto-organizarán entre implosión y explosión.
cierta temperatura, el movimiento de agitación, en lugar Más aún, podemos suponer que en el interior de esas
de acrecentarse él mismo, produce una forma arremolinada estrellas van, tal vez, a unirse, en condiciones extremada-
organizada de carácter estable, formando sobre la superficie mente desordenadas, tres núcleos de helio, los cuales van a
células hexagonales regularmente ordenadas. constituir el átomo de carbono. En los soles que se han
sucedido hubo, tal vez, suficiente carbono para que, final-
A menudo, en el punto de encuentro entre un flujo y mente, sobre un pequeño planeta excéntrico, la Tierra, hu-
un obstáculo, se crea un remolino, es decir, una forma or- biera ese material necesario sin el cual no habría eso que
ganizada constante y que se reconstituye sin cesar a sí llamamos vida.
misma; la unión del flujo y del contra-flujo produce esa for- Vemos cómo la agitación, el encuentro al azar, son ne-
ma organizada que va a durar indefinidamente, en la me- cesarios para la organización del universo. Podemos decir
dida en que el flujo dure y en que el obstáculo esté allí. Es que el mundo se organiza desintegrándose. He aquí una
decir que un orden organizacional (remolino) puede nacer idea típicamente compleja. ¿En qué sentido? En el sentido
a partir de un proceso que produce desorden (turbulencia). de que debemos unir a dos nociones que, lógicamente, pa-
Esta idea ha debido ser amplificada de manera cósmi- recieran excluirse: orden y desorden. Más aún, podemos
ca cuando llegamos, a partir de los años 1960-1966, a la pensar que la complejidad de esta idea es aún más funda-
opinión cada vez más plausible de que nuestro universo, mental. En efecto, el universo nació en un momento indes-
que sabíamos estaba en curso de dilatarse a partir del des- criptible, que hizo nacer al tiempo del no-tiempo, al espacio
cubrimiento de Hubble de la expansión de las galaxias, era del no-espacio, a la materia de la no-materia. Llegamos,
también un universo del cual provenía, desde todos los ho- por medios completamente racionales a ideas que llevan en
rizontes, una radiación isotrópica, que semejaba ser el resto sí una contradicción fundamental.
fósil de una suerte de explosión inicial. De allí la teoría La complejidad de la relación orden/desorden/organi-
dominante en el mundo actual de los astrofísicos, de un zación surge, entonces, cuando se constata empíricamente
origen del universo que fuera una explosión, un big-bang. qué fenómenos desordenados son necesarios en ciertas
Eso nos condujo a una idea sorprendente: el universo co-

93
92
condiciones, en ciertos casos, para la producción de fenó-
nuestro universo, sometido al tiempo y al espacio, hay algo
menos organizados, los cuales contribuyen al incremento
del orden. que parece escapar al tiempo y al espacio.
Existe tal complejidad en el universo, ha aparecido
El orden biológico es un orden más desarrollado que tina serie tal de contradicciones, que ciertos científicos cre-
el orden físico: es un orden que se desarrolló con la vida. Al en trascender esa contradicción, mediante algo que po-
mismo tiempo, el mundo de la vida incluye y tolera mucho dríamos llamar una nueva metafísica. Estos nuevos meta-
más desórdenes que el mundo de la Física. Dicho de otro físicos buscan en los místicos, principalmente del Extremo
modo, el desorden y el orden se incrementan mutuamente Oriente, y más que nada budistas, la experiencia del vacío
en el seno de una organización que se ha complejizado. que es todo y del todo que es nada. Ellos perciben allí una
Podemos retomar la frase célebre de Heráclito que, especie de unidad fundamental, donde todo está ligado,
siete siglos antes de Cristo, decía de manera lapidaria: todo es, de algún modo, armonía, y tienen una visión re-
«Vivir de muerte, morir de vida.» Hoy, sabemos que esa no conciliada, hasta diría eufórica, del mundo.
es una paradoja fútil. Nuestros organismos no viven más
que por su trabajo incesante, en el curso del cual se degra- Haciendo eso, ellos escapan, diría yo, a la compleji-
dan las moléculas de nuestras células. No solamente se dad. ¿Por qué? Porque la complejidad está allí donde no
degradan las moléculas de nuestras células, sino que podemos remontar una contradicción y aun una tragedia.
nuestras células mismas mueren. Sin cesar, en el curso de La Física actual descubre que, bajo ciertas condiciones,
nuestra vida, muchas veces, nuestras células son renova- algo escapa al tiempo y al espacio, pero ello no anula el he-
cho de que, al mismo tiempo, nosotros estamos, indiscuti-
das, al margen de aquellas del cerebro y de, probablemen- blemente, en el tiempo y en el espacio.
te, algunas células hepáticas.
No podemos reconciliar esas dos ideas. ¿Debemos
Vivir, de alguna manera, es morir y rejuvenecerse sin, aceptarlas como tales? La aceptación de la complejidad es
cesar. Dicho de otro modo, vivimos de la muerte de nuestras la aceptación de una contradicción, es la idea de que no po-
células, así como una sociedad vive de la muerte de sus demos escamotear las contradicciones con una vision eufó-
individuos, lo que le permite rejuvenecer. rica del mundo.
Pero a fuerza de rejuvenecer, envejecemos, y el
Bien entendido, nuestro mundo incluye a la armonía,
proceso de rejuvenecimiento se entorpece, se desorganiza
pero esa armonía está ligada a la disarmonía. es exacta-
y, mente lo que decía Heráclito: hay armonía en la disarmo-
efectivamente, si se vive de muerte, se muere de vida. nía, y viceversa.
Hoy en día, la concepción física del universo nos con-
fronta con la imposibilidad de pensar al mismo en térmi-
nos simples. La micro-física ha encontrado una primera
paradoja, por la cual la noción misma de materia pierde su Auto-organización
sustancia, la noción de partícula encuentra, en sí misma,
una contradicción interna. Luego, ella ha encontrado una Es difícil concebir la complejidad de lo real. Así es que
segunda paradoja. Esta provino del éxito del experimento los físicos abandonan muy felizmente al antiguo materia-
de Aspect mostrando que las partículas pueden comuni- lismo ingenuo, aquel de la materia como sustancia dotada
carse a velocidades infinitas. Dicho de otra manera, en de todas las virtudes productivas, porque esa materia sus-

94 95
tancial ha desaparecido. Reemplazan, entonces, la mate- afectividad, con sentimientos. Ser sujeto es ponerse en el
ria con el espíritu. Pero el espiritualismo generalizado no centro de su propio mundo, ocupar el lugar del «yo». Es
vale mucho más que el materialismo generalizado. Se re- evidente que cada uno de nosotros puede decir «yo»; todo el
gocijan en una visión unificadora y simplificadora del uni- mundo puede decir «yo», pero cada uno de nosotros no pue-
verso. de decir «yo» más que por sí mismo. Nadie puede decirlo
He hablado de la física, pero podríamos también hablar por otro, incluso si alguien tiene un hermano gemelo, ho-
de la Biología. La Biología ha llegado hoy, desde mi punto mocigótico, que se le parezca exactamente, cada uno dirá
de vista, a las puertas de la complejidad, sin disolver a lo «yo» por sí mismo, y no por su gemelo.
individual en lo general. El hecho de poder decir «yo», de ser sujeto, es ocupar
Pensábamos que no había ciencia sino de lo general. un sitio, una posición en la cual uno se pone en el centro de
Hoy, no solamente la Física nos introduce en un cosmos su mundo para poder tratarlo y tratarse a sí mismo. Eso es
singular, sino que las ciencias biológicas nos dicen que la lo que uno puede llamar egocentrismo. Bien entendida, la
especie no es un marco general dentro del cual nacen indi- complejidad indidivual es tal que, al ponernos en el centro
viduos singulares, la especie es en sí misma un pattern de nuestro mundo, ponemos también a los nuestros: es de-
singular muy preciso. un productor de singularidades. cir, a nuestros padres, nuestros hijos, nuestros conciuda-
Más aún, los individuos de una misma especie son muy di- danos, y somos incluso capaces de sacrificar nuestras vi-
ferentes unos de otros. das por los nuestros. Nuestro egocentrismo puede hallarse
englobado en una subjetividad comunitaria más amplia; la
Pero hay que comprender que hay algo más que la concepción de sujeto debe ser compleja.
singularidad o la diferencia de un individuo a otro, el he-
cho de que cada individuo sea un sujeto. Ser sujeto, es ser autónomo siendo, al mismo tiempo,
El término sujeto es uno de los términos más difíciles, dependiente. Es ser algo provisorio, parpadeante, incierto,
más malentendidos que pueda haber. ¿Por qué? Porque en es ser casi todo para sí mismo, y casi nada para el universo.
la visión tradicional de la ciencia en la cual todo es deter-
minista, no hay sujeto, no hay conciencia, no hay autono-
mía. Autonomía
Si concebimos un universo que no sea más un deter-
minismo estricto, sino un universo en el cual lo que se La noción de autonomía humana es compleja porque
crea, se crea no solamente en el azar y el desorden, sino depende de condiciones culturales y sociales. Para ser no-
mediante procesos autoorganizadores, es decir, donde sotros mismos, nos hace falta aprender un lenguaje, una
cada sistema crea sus propios determinantes y sus propias cultura, un saber, y hace falta que esa misma cultura sea
finalidades, podemos comprender entonces, como mínimo, suficientemente variada como para que podamos hacer,
la autonomía, y podemos luego comenzar a comprender nosotros mismos, la elección dentro del surtido de ideas
qué quiere decir ser sujeto. existentes y reflexionar de manera autónoma. Esa autono-
mía se nutre, por lo tanto, de dependencia; dependemos de
Ser sujeto no quiere decir ser consciente; no quiere
una educación, de un lenguaje, de una cultura, de una so-
tampoco decir tener afectividad, sentimientos, aunque la
ciedad, dependemos, por cierto, de un cerebro, él mismo
subjetividad humana se desarrolla, evidentemente, con

96 97
producto de un programa genético, y dependemos también hará tal itinerario para ir a su trabajo», itinerario total-
de nuestros genes. mente infrecuente para él. Luego, se le hace borrar de su
Dependemos de nuestros genes y, de una cierta mane- memoria estas inducciones. A la mañana siguiente, él se
ra, somos poseídos por nuestros genes, porque ellos no de- despierta y se dice: «Bueno, voy a dejar de fumar. De hecho,
jan de dictar a nuestro organismo el modo de continuar vi- es mejor, porque se respira mejor, se evita el cáncer...»
viendo. Recíprocamente, poseemos los genes que nos po- Luego él se dice: «Para recompensarme, voy a pasar por
seen, es decir, que somos capaces, gracias a esos genes, de tal calle, donde hay una confitería, y me compraré una tor-
tener un cerebro, de tener un espíritu, de poder tomar, ta.» Es, evidentemente, el trayecto que le fue dictado.
dentro de una cultura, los elementos que nos interesan y Lo que nos interesa aquí es que él tiene la impresion de
desarrollar nuestras propias ideas. haber decidido libremente dejar de fumar, y haber decidido
Aquí también hay que volver a la literatura, a esas no- racionalmente pasar por la calle a la que él no tenía
velas que (como Los endemoniados, justamente) nos mues- ninguna razón para ir. Cuán a menudo tenemos la impre-
tran hasta qué punto podemos ser autónomos y poseídos. sión de ser libres sin ser libres. Pero, al mismo tiempo, so-
The Origine of Conciousness (El origen de la concien- mos capaces de libertad, del mismo modo que somos capa-
cia),' es un libro tal vez discutible, pero interesante por la ces de examinar hipótesis de conducta, de hacer eleccio-
idea siguiente: en las civilizaciones antiguas, los indivi- nes, de tomar decisiones. Somos una mezcla de autonomía,
duos tenían dos cámaras no comunicantes en su espíritu. de libertad, de heteronomía e incluso, yo diría, de posesión
Una cámara estaba ocupada por el poder: el rey, la teocra- por fuerzas ocultas que no son simplemente las del incons-
cia, los dioses; la otra cámara estaba ocupada por la vida ciente descubiertas por el psicoanalista. He aquí una de
cotidiana del individuo: sus ansiedades personales, parti- las complejidades propiamente humanas.
culares. Más tarde, en un momento dado, en la ciudad
griega antigua, hubo una ruptura del muro que separaba
ambas cámaras. El origen de la conciencia proviene de esa
comunicación. Complejidad y completad

Aún hoy conservamos dos cámaras en nosotros. Con- La complejidad aparecía al comienzo como una especie
tinuamos siendo poseídos por una parte de nosotros mis- de hiato, de confusión, de dificultad. Hay, por cierto,
mos, al menos. Mas frecuentemente, ignoramos que somos muchos tipos de complejidad. Digo la complejidad por co-
poseídos. modidad. Pero están las complejidades ligadas al desor-
den, y otras complejidades que están sobre todo ligadas a
Es el caso, por ejemplo, del experimento tan impac-
contradicciones lógicas.
tante en el cual se somete a un sujeto a una doble suges-
tión hipnótica. Se le dice: «A partir de mañana, usted va a Podemos decir que aquello que es complejo recupera,
dejar de fumar», siendo que el sujeto es un fumador y que por una parte, al mundo empírico, la incertidumbre, la in-
no ha pedido dejar de fumar. Y se agrega: «Mañana usted capacidad de lograr la certeza, de formular una ley, de con-
cebir un orden absoluto. Y recupera, por otra parte, algo
relacionado con la lógica, es decir, con la incapacidad de
1. J. Jaynes, The Origine of Conciousness in the Breakdown of bicame- evitar contradicciones.
ral Mind, Boston, Houghton, Mifflin, .1976.

98 99
En la visión clásica, cuando una contradicción aparecía jidad lleva en sí misma la aspiración a la completud, por-
en un razonamiento, era una señal de error. Significaba dar que sabemos que todo es solidario y multidimensional.
marcha atrás y emprender otro razonamiento. Pero en la Pero, en otro sentido, la conciencia de la complejidad nos
visión compleja, cuando se llega por vías empírico-ra- hace comprender que no podremos escapar jamás a la in-
cionales a contradicciones, ello no significa un error sino el certidumbre y que jamás podremos tener un saber total:
hallazgo de una capa profunda de la realidad que, justa- «la totalidad es la no verdad».
mente porque es profunda, no puede ser traducida a nues- Estamos condenados al pensamiento incierto, a un
tra lógica. pensamiento acribillado de agujeros, a un pensamiento
Por eso es que la complejidad es diferente de la com- que no tiene ningún fundamento absoluto de certidumbre.
pletud. Creemos, a menudo, que los que enarbolan la com- Pero somos capaces de pensar en esas condiciones dramá-
plejidad pretenden tener visiones completas de las cosas. ticas. Del mismo modo, no hay que confundir complejidad
¿Por qué lo pensarían así? Es verdad que pensamos que no y complicación. La complicación, que es el entrelazamien-
podemos aislar los objetos unos de otros. En última instan- to extremo de las inter-retroacciones, es un aspecto, uno
cia, todo es solidario. Si tenemos sentido de la complejidad, de los elementos de la complejidad. Si, por ejemplo, una
tenemos sentido de la solidaridad. Más aún, tenemos senti- bacteria es ya mucho más complicada que el conjunto de
do del carácter multidimensional de toda realidad. las fábricas que rodean a Montreal, es evidente que esa
complicación está, ella misma, ligada a la complejidad que
La visión no compleja de las ciencias humanas, de las le permite tolerar en sí misma el desorden, luchar contra
ciencias sociales, implica pensar que hay una realidad eco- sus agresores, acceder a la calidad de sujeto, etc. Comple-
nómica, por una parte, una realidad psicológica, por la jidad y complicación no son datos antinómicos, ni se redu-
otra, una realidad demográfica más allá, etc. Creemos que cen el uno al otro. La complicación es uno de los constitu-
esas categorías creadas por las universidades son realida- yentes de la complejidad.
des, pero olvidamos que, en lo económico por ejemplo, es-
tán las necesidades y los deseos humanos. Detrás del dine-
ro, hay todo un mundo de pasiones, está la psicología hu-
mana. Incluso en los fenómenos económicos stricto sensu,
Razón, racionalidad, racionalización
juegan los fenómenos de masa, los fenómenos de pánico,
como lo vimos recientemente, una vez más, en Wall Street
Llegamos a los instrumentos que nos permitirán co-
y alrededores. La dimensión económica contiene a las
nocer el universo completo. Esos instrumentos son, evi-
otras dimensiones y no hay realidad que podamos com-
dentemente, de naturaleza racional. Sólo que, también
prender de manera unidimensional.
aquí, es necesaria una auto-crítica compleja de la noción
La conciencia de la multidimensionalidad nos lleva a la de razón.
idea de que toda visión unidimensional, toda visión es- La razón corresponde a una voluntad de tener una vi-
pecializada, parcial, es pobre. Es necesario que sea religa- sión coherente de los fenómenos, de las cosas y del
da a otras dimensiones; de allí la creencia de que podemos universo. La razón tiene un aspecto indiscutiblemente
identificar la complejidad con la completud. lógico. Pero, aquí también, podemos distinguir entre
En un sentido, yo diría que la aspiración a la comple racionalidad y racionalización.
La racionalidad es el juego, el diálogo incesante, entre forma inusual y, si tenemos el espíritu un tanto agitado,
nuestro espíritu, que crea las estructuras lógicas, que las vamos a suponer que es un espía que nos sigue. En ese
aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo real. Cuando caso, miramos a gente sospechando que son espías y esa
ese mundo no está de acuerdo con nuestro sistema lógico, gente, mirando nuestra mirada inusual, nos mira de modo
hay que admitir que nuestro sistema lógico es insuficiente, más y más inusual, y nosotros nos vemos cada vez más ra-
que no se encuentra más que con una parte de lo real. La cionalmente rodeados de más y más espías.
racionalidad, de algún modo, no tiene jamás la pretensión No hay fronteras netas entre la paranoia, la raciona-
de englobar la totalidad de lo real dentro de un sistema lización y la racionalidad. Debemos prestar atención sin
lógico, pero tiene la voluntad de dialogar con aquello cesar. Los filósofos del siglo XVIII tenían, en nombre de la
que lo resiste. Como lo decía ya Shakespeare: «Hay más razón, una visión muy poco racional acerca de lo que eran
cosas en el mundo que en toda nuestra filosofía.» El los mitos y la religión. Creían que la religión y los dioses
universo es mucho más rico que lo que las estructuras de habían sido inventados por los clérigos para burlar a la
nuestro cerebro, por más desarrolladas que sean, puedan gente. No se daban cuenta de la profundidad y de la reali-
concebir. dad de la fuerza religiosa y mitológica en el ser humano. Por
ello mismo, se habían deslizado hacia la racionalización, es
¿Qué es la racionalización? Racionalización, palabra decir, hacia la explicación simplista de aquello que su razón
empleada muy apropiadamente para hablar de patología, no alcanzaba a comprender. Hicieron falta nuevos
por Freud y por muchos psiquiatras. La racionalización desarrollos de la razón para comenzar a comprender al mito.
consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema Hizo falta que la razón crítica se volviera autocrítica.
coherente. Y todo aquello que contradice, en la realidad, a Debemos luchar sin cesar contra la deificación de la Razón
ese sistema coherente, es descartado, olvidado, puesto al que es, sin embargo, nuestro único instrumento fiable de
margen, visto como ilusión o apariencia. conocimiento, a condición de ser no solamente crítico, sino
Nos damos cuenta ahora que racionalidad y racionali-
zación tienen exactamente la misma fuente, pero al desa- autocrítico.
rrollarse se vuelven enemigas una de otra. Es muy dificil Subrayaré la importancia de esto: a comienzos del siglo,
saber en qué momento pasamos de la racionalidad a la ra- los antropólogos occidentales, como Levy-Bruhl en Francia,
cionalización; no hay fronteras; no hay señales de alarma. estudiaban a las sociedades a las que creían «primitivas», a
Todos tenemos una tendencia inconsciente a descartar de las que llamamos hoy, más correctamente, «sociedades de
nuestro espíritu lo que lo va a contradecir, tanto en política cazadores-recolectores » , que hicieron la prehistoria
como en Filosofía. Vamos a minimizar o rechazar los ar- humana, esas sociedades de algunos centenares de
gumentos contrarios. Vamos a tener una atención selectiva individuos que, durante decenas de millones de años,
hacia aquello que favorece a nuestra idea y una inatención constituyeron, de algún modo, a la humanidad. Levy-Bruhl
selectiva hacia aquello que la desfavorece. A menudo, la veía a esos supuestos primitivos, con las ideas de su propia
racionalización se desarrolla en el espíritu mismo de los razón occidentalo-céntrica de la época, como seres infantiles
e irracionales.
científicos.
La paranoia es una forma clásica de racionalización No se hacía la pregunta que se había hecho Wittgens-
delirante. Vemos, por ejemplo, a alguien que nos mira en tein cuando se planteaba, leyendo La rama dorada de Fra-

102 103
zer: «¿Cómo es que todos esos salvajes, que se pasan el Necesidad de macro-conceptos
tiempo haciendo sus rituales de hechicería, sus rituales
propiciatorios, sus encantamientos, sus diseños, etc., no se Voy a concluir con algunos principios que pueden
olvidan de hacer flechas reales con arcos reales, con estra- ayudarnos a pensar la complejidad de lo real.
tegias reales?»2 Efectivamente, esas sociedades llamadas Ante todo, creo que tenemos necesidad de macro-con-
primitivas, tienen una gran racionalidad, presente, de he- ceptos. Del mismo modo que un átomo es una constelación
cho, en todas sus prácticas, en su conocimiento del mundo, (le partículas, que el sistema solar es una constelación al-
difundida y mezclada con una otra cosa, que es la magia, rededor de un astro, del mismo modo tenemos necesidad
la religión, la creencia en los espíritus, etc. Nosotros mis- de pensar mediante constelación y solidaridad de concep-
mos, que vivimos en una cultura que desarrolló ciertas tos.
áreas de racionalidad, como la Filosofía o la ciencia, vivimos Más aún, debemos saber que, con respecto a las cosas
también imbuidos de mitos, de magia, pero de otro tipo, más importantes, los conceptos no se definen jamás por
de otra clase. Tenemos, entonces, necesidad de una sus fronteras, sino a partir de su núcleo. Es una idea anti-
racionalidad autocrítica, que pueda ejercer un comercio in- cartesiana, en el sentido que Descartes pensaba que la dis-
cesante con el mundo empírico, el único corrector del delirio tinción y la claridad eran características intrínsecas de la
lógico. verdad de una idea.
El hombre tiene dos tipos de delirio. Uno es, evidente- Tomemos el amor y la amistad. Podemos reconocer
mente, bien visible, es el de la incoherencia absoluta, las netamente, en su centro, al amor y la amistad, pero está
onomatopeyas, las palabras pronunciadas al azar. El otro también la amistad amorosa, y los amores amigables. Es-
es mucho menos visible, es el delirio de la coherencia abso- tán aún los casos intermedios, las mezclas entre amor y
luta. El recurso contra este segundo delirio es la racionali- amistad; no hay una frontera neta. No hay que tratar nun-
dad autocrítica y la utilización de la experiencia. ca de definir a las cosas importantes por las fronteras. Las
fronteras son siempre borrosas, son siempre superpues-
Jamás la filosofía hubiera podido concebir esta formi- tas. Hay que tratar, entonces, de definir el corazón, y esa
dable complejidad del universo actual, tal como pudimos definición requiere, a menudo, macro-conceptos.
observarla con los quanta, los quasars, los agujeros ne-
gros, con su origen increíble y su devenir incierto. Jamás
un pensador hubiera podido imaginar que una bacteria
fuera un ser de tan extrema complejidad. Tenemos necesi- Tres principios
dad de un diálogo permanente con el descubrimiento. La
virtud de la ciencia, que le impide zozobrar en el delirio, es Diré, finalmente, que hay tres principios que pueden
que datos nuevos arriban sin cesar y la llevan a cambiar ayudarnos a pensar la complejidad. El primero es el prin-
sus visiones y sus ideas. cipio que llamo dialógico. Tomemos el ejemplo de la orga-
nización viviente. Ella nació, sin duda, del encuentro en-
tre dos tipos de entidades físico-químicas, un tipo estable
«
2. L. Wittgenstein, Remarques sur le Rameau d'or de Frazer», Actes que puede reproducirse y cuya estabilidad puede llevar
de la recherche en sciences sociales, 16 setiembre 1977, pp. 35-42. en sí misma una memoria que se vuelve hereditaria: el
Observaciones a la Rama dorada de Frazer, Madrid, Tecnos, 1992.

104 105
ADN y, por otra parte, los aminoácidos, que forman las
también válida sociológicamente. La sociedad es producida
proteínas de formas múltiples, extremadamente inesta-
por las interacciones entre individuos, pero la sociedad, una
bles, que se degradan pero se reconstituyen sin cesar a
vez producida, retroactúa sobre los individuos y los produce.
partir de mensajes que surgen del ADN. Dicho de otro
Si no existiera la sociedad y su cultura, un lenguaje, un
modo, hay dos lógicas: una, la de una proteína inestable,
saber adquirido, no seríamos individuos humanos. Dicho de
que vive en contacto con el medio, que permite la exis-
otro modo, los individuos producen la sociedad que produce
tencia fenoménica, y otra, que asegura la reproducción.
a los individuos. Somos, a la vez, productos y productores.
Estos dos principios no están simplemente yuxtapuestos,
La idea recursiva es, entonces, una idea que rompe con la
son necesarios uno para el otro. El proceso sexual produ-
idea lineal de causa/efecto, de producto/productor, de
ce individuos, los cuales producen al proceso sexual. Los
estructura/superestructura, porque todo lo que es producido
dos principios, el de la reproducción transindividual y el
reentra sobre aquello que lo ha producido en un ciclo en sí
de la existencia individual hic et nonc, son complementa-
mismo auto-constitutivo, auto-organizador, y auto-
rios, pero también antagonistas. A veces, uno se sorpren-
productor.
de de ver mamíferos comiendo a sus crías y sacrificando
su progenie por su propia supervivencia. Nosotros mis- El tercer principio es el principio hologramático. En un
mos podemos oponernos violentamente a nuestra familia holograma físico, el menor punto de la imagen del holograma
y preferir nuestro interés al de nuestros niños o el de contiene la casi totalidad de la información del objeto
nuestros padres. Hay una dialógica entre estos dos prin- representado. No solamente la parte está en el todo, sino
cipios. que el todo está en la parte. El principio hologramático está
Lo que he dicho del orden y el desorden puede ser con- presente en el mundo biológico y en el mundo sociológico.
cebido en términos dialógicos. Orden y desorden son dos En el mundo biológico, cada célula de nuestro organismo
enemigos: uno suprime al otro pero, al mismo tiempo, en contiene la totalidad de la información genética de ese
ciertos casos, colaboran y producen la organización y la organismo. La idea, entonces, del holograma, trasciende al
complejidad. El principio dialógico nos permite mantener reduccionismo que no ve más que las partes, y al holismo
la dualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a la que no ve más que el todo. Es, de alguna manera, la idea
vez complementarios y antagonistas. formulada por Pascal: «No puedo concebir al todo sin
El segundo principio es el de recursividad organiza- concebir a las partes y no puedo concebir a las partes al todo
cional. Para darle significado a ese término, yo utilizo el sin concebir al todo.» Esta idea aparentemente paradójica
proceso del remolino. Cada momento del remolino es pro- inmoviliza al espíritu lineal. Pero, en la lógica recursiva,
ducido y, al mismo tiempo, productor. Un proceso recursivo sabemos muy bien que aquello que adquirimos como
es aquél en el cual los productos y los efectos son, al mismo conocimiento de las partes reentra sobre el todo. Aquello que
tiempo, causas y productores de aquello que los produce. aprehendemos sobre las cualidades emergentes del todo,
Reencontramos el ejemplo del individuo, somos los produc- todo que no existe sin organización, reentra sobre las partes.
tos de un proceso de reproducción que es anterior a noso- Entonces podemos enriquecer al conocimiento de las partes
tros. Pero, una vez que somos producidos, nos volvemos por el todo y del todo por las partes, en un mismo
productores del proceso que va a continuar. Esta idea es movimiento productor de conocimientos.

106
107
De allí que la idea hologramática esté ligada, ella meta-puntos de vista sobre nuestra sociedad, exactamente
misma, a la idea recursiva que está, ella misma, ligada a como en un campo de concentración en el cual podríamos
la idea dialógica de la que partimos. edificar miradores que nos permitieran observar mejor
nuestra sociedad y su ambiente exterior. Nunca podremos
llegar al meta-sistema, es decir, al sistema superior, que
El todo está en la parte que está en el todo sería meta-humano y meta-social. Incluso si pudiéramos
lograrlo, no sería un sistema absoluto, porque tanto la ló-
gica de Tarski como el teorema de Gödel nos dicen que nin-
La relación antropo-social es compleja, porque el todo
gún sistema es capaz de auto-explicarse totalmente a sí
está en la parte, que está en el todo. Desde la infancia, la
mismo ni de auto-probarse totalmente.
sociedad en tanto todo entra en nosotros a través, en primer
lugar, de las primeras prohibiciones e inducciones fa- Dicho de otro modo, todo sistema de pensamiento
miliares: la limpieza, la suciedad, la gentileza, y luego las está abierto y comporta una brecha, una laguna en su
inducciones de la escuela, la lengua, la cultura. apertura misma. Pero tenemos la posibilidad de tener meta-
El principio «a nadie se le admite ignorar la ley», impone puntos de vista. el meta-punto de vista es posible sólo si
la fuerte presencia del todo social sobre cada individuo, aun el observador-conceptualizador se integra en la observación
cuando la división del trabajo y la parcialización de nuestras y en la concepción. He allí por qué el pensamiento de la
vidas hacen que nadie posea la totalidad del saber social. complejidad tiene necesidad de integrar al observador y al
conceptualizador en su observación y su concep-
De aquí el problema del sociólogo que reflexione un
poco sobre su status. Tiene que abandonar el punto de vista tualización.
divino, desde una especie de trono superior desde donde
contemplar a la sociedad. El sociólogo es una parte de esa
sociedad. El hecho de detentar una cultura sociológica no lo Hacia la complejidad
ubica en el centro de la sociedad. Por el contrario, forma
parte de una cultura periférica en la universidad y en las Podemos diagnosticar, en la historia occidental, el do-
ciencias. El sociólogo es tributario de una cultura particu- minio de un paradigma formulado por Descartes. Descartes
lar. No solamente es parte de la sociedad, sino que, más ha separado, por una parte, al dominio del sujeto, reservado
aún, sin saberlo, está poseído por toda la sociedad, que a la Filosofía, a la meditación interior y, por otra parte, al
tiende a deformar su visión. dominio de la cosa en lo extenso, dominio del conocimiento
científico, de la medida y de la precisión. Descartes ha
¿Cómo salir de esa situación? Evidentemente, el so-
formulado muy bien ese principio de disyunción, y esta
ciólogo puede tratar de confrontar su punto de vista con
disyunción ha reinado en nuestro universo. Ha separado
aquél de los otros miembros de la sociedad, de conocer so-
cada vez más ciencia y Filosofía. Ha separado la cultura que
ciedades de un tipo diferente, de imaginar, tal vez, socie-
llamamos humanista, la de la literatura, la poesía, las artes,
dades viables que aún no existen.
de la cultura científica. La primera cultura, fundada sobre la
Lo único posible desde el punto de vista de la comple- reflexión, no puede alimentarse más en las fuentes del saber
jidad, y que parece, desde ya, muy importante, es tener objetivo. La segunda cultura, fun-

108
109
dada sobre la especialización del saber, no puede reflexio-
nar ni pensarse a sí misma.
El paradigma de simplificación (disyunción y reduc-
ción) domina a nuestra cultura hoy, y es hoy que comienza
la reacción contra su empresa. Pero no podemos, yo no
puedo, yo no pretendo, sacar de mi bolsillo un paradigma
de complejidad. Un paradigma, si bien tiene que ser for-
mulado por alguien, por Descartes por ejemplo, es en el
fondo, el producto de todo un desarrollo cultural, histórico,
civilizacional. El paradigma de complejidad provendrá del
conjunto de nuevos conceptos, de nuevas visiones, de nue-
vos descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a co-
Parte 4
nectarse y reunirse. Estamos en una batalla incierta y no
sabemos aún quién la llevará adelante. Pero podemos decir,
desde ya, que si el pensamiento simplificante se funda
sobre la dominación de dos tipos de operaciones lógicas:
disyunción y reducción, ambas brutalizantes y mutilantes,
los principios del pensamiento complejo, entonces, serán
necesariamente los principios de distinción, conjunción e
implicación.

Unamos la causa y el efecto, el efecto volverá sobre la


causa, por retroacción, el producto será también productor.
Vamos a distinguir estas nociones y las haremos juntarse al
mismo tiempo. Vamos a reunir lo Uno y lo Múltiple, los
uniremos, pero lo Uno no se disolverá en lo múltiple y lo
Múltiple será, asimismo, parte de lo Uno. El principio de la
complejidad, de alguna manera, se fundará sobre la
predominancia de la conjunción compleja. Pero, también
allí, creo que es una tarea cultural, histórica, profunda y
múltiple. Se puede ser el san Juan Bautista del paradigma
de complejidad, y anunciar su llegada, sin ser el Mesías.

110

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy