Oración EM Bounds
Oración EM Bounds
Oración EM Bounds
E nem minha palavra nem minha predicación foi com palavras persuasivas de humana sabedoria, senão com demonstração do Espírito e de poder. 1Co
2:4.
A oração renova o coração do predicador, mantém-o em harmonia com Deus e em simpatia com o povo, eleva seu ministério por envelope o ar frio de
uma profissão, faz proveitosa a rotina e move todas as rodas com a facilidade e energia de uma unção divina. Spurgeon dizia:
Tem que orar como qualquer cristão, ou será um hipócrita; tem de orar mais do que outro
qualquer cristão, ou estará incapacitado para a carreira que escolheu. É de lamentar se como
ministro não és muito dado à oração. Se és indiferente à devoção sagrada não só é de lamentar
por ti senão por teu povo, e o dia virá em que serás envergonhado e confundido. Nossas
bibliotecas e estudos são nada em comparação do que podemos obter nas horas de retiro e
meditação.
Foram grandes dias os que passamos jejuando e orando no tabernáculo; nunca as portas do céu
têm estado mais abertas, nem nossos corações mais cerca da verdadeira Glória".
Día 2
LA ORACIÓN DEL MINISTRO PIADOSO Por E.M.Bounds
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor
reverente”. Hebreos 5:7
Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.
Salmos 65:2
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
desierto, y allí oraba. Marcos 1:35
Como la maquina no se mueve sino hasta que el fuego está encendido, así la
predicación, con todo su mecanismo, perfección y pulimento, está paralizada en sus
resultados espirituales, hasta que la oración arde y crea el vapor. La forma, la
hermosura y la fuerza del sermón son como paja a menos que no tenga el poderoso
impulso de la oración en él, a través de él y tras él.
El predicador debe, por la oración, poner a Dios en el sermón. El predicador, por
medio de la oración, acerca a Dios al pueblo antes de que sus palabras hayan movido
al pueblo hacia Dios.
El predicador ha de tener audiencia con Dios antes de tener acceso al pueblo.
Cuando el predicador tiene abierto el camino hacia Dios, con toda seguridad lo tiene
abierto hacia el pueblo.
No nos cansamos de repetir que la oración, como un simple hábito, como una rutina
que se practica en forma profesional, es algo muerto.
Esta clase de oración no tiene nada que ver con la oración por la cual abogamos. La
oración que deseamos es la que reclama y enciende las más altas cualidades del
predicador; la oración que nace de una unión vital con Cristo y de la plenitud del
Espíritu Santo, que brota de las fuentes profundas y desbordantes de compasión tierna
y de una solicitud incansable por el bien eterno de los hombres; de un celo
consumidor por la gloria de Dios; de una convicción completa de la difícil y delicada
tarea del predicador y de la necesidad imperiosa de la ayuda más poderosa de Dios.
La oración basada en estas convicciones solemnes y profundas es la única oración
verdadera.
La predicación respaldada por esta clase de oración es la única que siembra las
semillas de la vida eterna en los corazones humanos y prepara hombres para el cielo.
Día 6
PREDICADORES PODEROSOS
Por E.M. Bounds
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63
Hay predicación que goza del favor del público, que agrada y atrae, predicación que
tiene fuerza literaria e intelectual y puede considerarse buena, excepto en que tiene
poco o nada de oración; pero la predicación que llena los fines de Dios debe tener su
origen en la oración desde que anuncia el texto y hasta la conclusión, predicación
emitida con energía y espíritu de plegaria, seguida y hecha para germinar,
conservando su fuerza vital en el corazón de los oyentes por la oración del pecador,
mucho tiempo después de que la ocasión ha pasado.
De muchas maneras nos excusamos de la pobreza espiritual de nuestra predicación,
pero el verdadero secreto se encuentra en la carencia de la oración ferviente por la
presencia de Dios en el poder del Espíritu Santo.
Hay innumerables predicadores que desarrollan sermones notables; pero los efectos
tienen poca vida y no entran como un factor determinante en las regiones del espíritu
donde se libra la batalla tremenda entre Dios y Satanás, el cielo y el infierno, porque
los que entregan el mensaje no se han hecho militantes, fuertes y victoriosos por la
oración.
Los predicadores que han obtenido grandes resultados para Dios son los hombres que
han insistido cerca de Dios antes de aventurarse a insistir cerca de los hombres.
Los predicadores más poderosos en sus oraciones son los más eficaces en sus
púlpitos.
Los predicadores son seres humanos y están expuestos a ser arrebatados por las
corrientes del mundo.
La oración es un trabajo espiritual y la naturaleza humana rehuye un trabajo espiritual
y exigente.
Día 7
DEDICA TIEMPO A LA ORACIÓN
Por E.M. Bounds
La naturaleza humana gusta de bogar hacia el cielo con un viento favorable y un mar
tranquilo.
La oración hace a uno sumiso. Abate el intelecto y el orgullo, crucifica la vanagloria
y señala nuestra insolvencia espiritual.
Todo esto es difícil de sobrellevar para la carne y la sangre.
Es más cómodo no orar que hacer abstracción de aquellas cosas.
Entonces llegamos a uno de los grandes males de estos tiempos: poca o ninguna
oración.
De estos dos males quizás el primero sea más peligroso que el segundo.
La oración escasa es una especie de pretexto, de subterfugio para la conciencia, una
farsa y un engaño.
El poco valor que damos a la oración está evidenciado por el poco tiempo que le
dedicamos.
Hay veces que el predicador sólo le concede los momentos que le han sobrado. No es
raro que el predicador ore únicamente antes de acostarse, con su ropa de dormir
puesta, añadiendo si acaso una rápida oración antes de vestirse por la mañana.
¡Cuán débil, vana y pequeña es esta oración comparada con el tiempo y energía que
dedicaron a la misma algunos santos varones de la Biblia y fuera de la Biblia!
¡Cuán pobre e insignificante es nuestra oración, mezquina e infantil frente a los
hábitos de los verdaderos hombres de Dios en todas las épocas!
A los hombres que creen que la oración es el asunto principal y dedican el tiempo que
corresponde a una apreciación tan alta de su importancia, confía Dios las llaves de su
reino, obrando por medio de ellos maravillas espirituales en este mundo.
Día 8
BUSCARLO DE TODO CORAZÓN
Por E.M. Bounds
"Deseo una vida de muy grande, profunda y verdadera oración", decía un predicador
notable. ¡Qué esto digamos todos y para ello nos esforcemos!
Los genuinos predicadores de Dios se han distinguido por esta gran característica:
han sido hombres de oración. A menudo difieren en algunos rasgos, pero han
coincidido en el requisito central. Quizás han partido de diferentes puntos y
atravesado distintos caminos pero están unidos en la oración. Para ellos Dios fue el
centro de atracción y la oración ha sido la ruta que los ha conducido a Él. Estos
hombres no han orado ocasionalmente ni en cortas proporciones a horas regulares,
sino que sus oraciones han penetrado y formado sus caracteres; han afectado sus
propias vidas y las de otros, y han formado la historia de la iglesia e influenciado la
corriente de los tiempos.
Han pasado mucho tiempo en oración, no porque lo marcaran en la sombra del reloj o
las manos de un reloj moderno, sino porque para ellos fue una ocupación tan
importante y atractiva que difícilmente la abandonaban. La oración para ellos ha sido
como fue para Pablo, un ardiente esfuerzo del alma; lo que fue para Jacob, haber
luchado y vencido; lo que fue para Cristo "gran clamor y lágrimas".
"La oración eficaz" ha sido el arma más poderosa de los soldados más denodados de
Dios. "Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en
ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos".
Lo que se dice de Elías respecto de que "Era hombre sujeto a pasiones semejantes a
las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por
tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto"--, incluye a todos los
profetas y predicadores que han guiado hacia Dios la generación en que han vivido,
dando a conocer el instrumento por el que han hecho maravillas.
HOMENS DE ORAÇÃO Por E.M. Bounds
"Orando em todo tempo com toda oração e súplica no Espírito, e velando em isso com toda
perseverança e súplica por todos os santos". Efesios 6:18.
"Desejo uma vida de muito grande, profunda e verdadeira oração", dizia um predicador notável.
Que isto digamos todos e para isso nos esforcemos!
Os genuínos predicadores de Deus se distinguiram por esta grande característica: foram homens de
oração. Com freqüência diferem em alguns rasgos, mas coincidiram no requisito central. Quiçá
partiram de diferentes pontos e atravessado diferentes caminhos mas estão unidos na oração. Para
eles Deus foi o centro de atracção e a oração foi a rota que os conduziu a Ele. Estes homens não
oraram ocasionalmente nem em curtas proporções a horas regulares, senão que suas orações
penetraram e formado seus carateres; afetaram suas próprias vidas e as de outros, e formaram a
história da igreja e influenciado a corrente dos tempos.
Passaram muito tempo em oração, não porque o marcassem na sombra do relógio ou as mãos de um
relógio moderno, senão porque para eles foi uma ocupação tão importante e atraente que
dificilmente a abandonavam. A oração para eles foi como foi para Pablo, um ardente esforço do
alma; o que foi para Jacob, ter lutado e vencido; o que foi para Cristo "grande clamor e lágrimas".
"A oração eficaz" foi o arma mais poderosa dos soldados mais denodados de Deus. "Orando em
todo tempo com toda oração e súplica no Espírito, e velando em isso com toda perseverança e
súplica por todos os santos".O que se diz de Elías respecto de que "Era homem sujeito a paixões
semelhantes às nossas, e orou ferventemente para que não chovesse, e não choveu sobre a terra por
três anos e seis meses. E outra vez orou, e o céu deu chuva, e a terra produziu seu fruto"--, inclui a
todos os profetas e predicadores que guiaram para Deus a geração em que viveram, dando a
conhecer o instrumento pelo que fizeram maravilhas.
Día 10
EL SECRETO DE LA ORACIÓN EFICAZ
Por E.M. Bounds
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar, Lucas 18:1
Aunque muchas oraciones privadas, por su propia naturaleza han de ser cortas;
aunque la oración pública, como regla, debe ser condensada; aunque tiene su valor y
lugar la oración breve, sin embargo, en nuestras comuniones privadas con Dios el
tiempo tiene un valor esencial.
Mucho tiempo pasado con Dios es el secreto de la oración eficaz.
La oración que se convierte en una fuerza poderosa es el producto mediato o
inmediato de largas horas pasadas con Dios.
Nuestras oraciones pequeñas deben su alcance y eficiencia a las extensas que las han
precedido.
Una oración corta no puede ser eficaz si el que la hace no ha tenido una lucha
continua con Dios.
La victoria de la fe de Jacob no se hubiera efectuado sin esa lucha de toda la noche.
No se adquiere el conocimiento de Dios con pequeñas e imprevistas visitas.
Dios no derrama sus dones sobre los que vienen a verlo por casualidad o con prisas.
La comunión constante con Dios es el secreto para conocerle y para tener influencia
con Él.
El Señor cede ante la persistencia de una fe que le conoce.
Confiere sus bendiciones más ricas sobre los que manifiestan su deseo y estima de
estos bienes, tanto por la constancia como por el fervor de su importunidad.
Día 11
TIEMPOS DE ORACIÓN ABUNDANTES
Por E.M. Bounds
Orad sin cesar. 1Tesalonicenses 5:17
Cristo, que en esto como en todo es nuestro Modelo, pasó noches enteras en oración.
Su costumbre era orar mucho.
Tenía un lugar habitual de oración.
Largos periodos de tiempo en oración formaron su historia y su carácter.
Pablo oraba día y noche.
Daniel, en medio de importantes ocupaciones, oraba tres veces al día. Las oraciones
de David en la mañana, al mediodía y en la noche eran indudablemente muy
prolongadas en muchas ocasiones.
Aunque no sabemos exactamente el tiempo que estos santos de la Biblia pasaron en
oración, tenemos indicaciones de que le dedicaron buena parte de él, y en algunas
ocasiones fue su costumbre consagrarle largos periodos de la mañana.
No queremos que se piense por esto que el valor de las oraciones ha de medirse con
el reloj, sino que deseamos recalcar la necesidad de estar largo tiempo a solas con
Dios; si nuestra fe no ha producido este distintivo, se debe a que es una fe débil y
superficial.
Los hombres que en su carácter se han asemejado a Cristo y que han impresionado al
mundo con él, han sido los que han pasado tanto tiempo con Dios, que este hábito ha
llegado a ser una característica notable de sus vidas.
Carlos Simeón dedicaba de las cuatro a las ocho de la mañana a Dios.
El Señor Wesley pasaba dos horas diarias en oración. Empezaba a las cuatro de la
mañana. Una persona que le conoció bien escribía: "Tomaba la oración como su
ocupación más importante, y se le veía salir después de sus devociones con una
serenidad en el rostro que casi resplandecía".
Juan Fletcher mojaba las paredes de su pieza con el aliento de sus oraciones. Algunas
veces oraba toda la noche; siempre, frecuentemente, con gran fervor.
Toda su vida fue una vida de oración. "No me levantaré de mi asiento --decía-- sin
elevar mi corazón a Dios". Su saludo a un amigo era siempre: "¿Le encuentro a usted
orando?"
Día 12
A ORAR
Por E.M. Bounds
Levantaos, y orad Lucas 22:46
La experiencia de Lutero era ésta: "Si dejo de pasar dos horas en oración cada
mañana, el enemigo obtiene la victoria durante el día. Tengo muchos asuntos que no
puedo despachar sin ocupar tres horas diarias de oración". Su lema era: "El que ha
orado bien ha estudiado bien".
El Reverendo Leighton solía estar tanto tiempo a solas con Dios que siempre parecía
encontrarse en una meditación perpetua. "La oración y la alabanza constituían su
ocupación y su placer", dice su biógrafo.
El Reverendo Ken pasaba tanto tiempo con Dios que se decía que su alma estaba
enamorada del Señor. Estaba en la presencia del Altísimo antes de que el reloj diese
las tres de la mañana.
El Reverendo Asbury se expresaba así: "Procuro tan frecuentemente como me es
posible levantarme a las cuatro de la mañana y pasar dos horas en oración y
meditación".
Samuel Rutherford, cuya piedad aún deja sentir su fragancia, se levantaba por la
madrugada para comunicarse con Dios en oración.
Joseph Alleine dejaba el lecho a las cuatro de la mañana para ocuparse en orar hasta
las ocho. Si oía que algunos artesanos habían empezado a trabajar antes de que él se
levantara, exclamaba: "¡Cuán avergonzado estoy! ¿No merece mi maestro más que el
de ellos?" El que conoce bien esta clase de operaciones tiene a su disposición el
banco inextinguible de los cielos.
Un predicador escocés, de los más piadosos e ilustres, decía: "Mi deber es pasar las
mejores horas en comunión con Dios. No puedo abandonar en un rincón el asunto
más noble y provechoso. Empleo las primeras horas de la mañana, de seis a ocho,
porque durante ellas no hay ninguna interrupción. El mejor tiempo, la hora después
de la merienda, lo dedico solemnemente a Dios. No descuido el buen hábito de orar
antes de acostarme, pero pongo cuidado en que el sueño no me venza. Cuando
despierto en la noche debo levantarme y orar.
Después del desayuno dedico algunos momentos a la intercesión". Este era el plan de
oración que seguía Roberto McCheyne.
La famosa liga de oración metodista nos avergüenza: "De las cinco a las seis de la
mañana y de las cinco a las seis de la tarde, oración privada".
Juan Welch, el santo y maravilloso predicador escocés, consideraba mal empleado el
día si no había dedicado ocho o diez horas de él a la oración. Tenía un batín para
envolverse en la noche cuando se levantaba a orar. Lamentándose su esposa por
encontrarlo en el suelo llorando, le contestaba: "¡Oh, mujer, tengo que responder por
tres mil almas y no sé lo que pasa en muchas de ellas!"
Día 13
Y tu ¿Quieres pasar tiempo conmigo?
Por E.M. Bounds
Y derramaré…espíritu de gracia y de oración Zac. 12:10
El Reverendo Wilson dice: "En el diario de Henry Martyn me han conmovido el
espíritu de oración y el tiempo y el fervor que dedicó a esta práctica".
Edward Payson desgastó las tarimas donde sus rodillas se apoyaban frecuentemente
por largo tiempo. Su biografía dice: "Su insistencia continua en la oración, cualquiera
que fueran las circunstancias, es el hecho más notable de su vida, y señala el camino
para todo el que quiera igualarle en eminencia. A sus oraciones ardientes y
perseverantes debe atribuirse en gran parte su éxito enorme y sin interrupción".
El marqués de Renty, para quien Cristo era muy precioso, en una ocasión que se
entregaba a sus devociones, indicó a su criado que le llamara después de media hora.
Este, al ir a cumplir con la orden que se le había dado, vio tal expresión de santidad
en el semblante del marqués que no se atrevió a hablarle. Sus labios se movían, pero
en silencio. Esperó hora y media y, cuando le llamó, el marqués dijo que la media
hora que había estado en comunión con Cristo le había parecido muy corta.
David Brainerd, decía: "Me agrada estar en mi choza donde puedo pasar mucho
tiempo solo en la oración".
William Bramwell es famoso por su santidad personal, por su éxito maravilloso en la
predicación y por las respuestas asombrosas que obtenía en sus oraciones. Oraba
durante horas enteras. Casi vivía sobre sus rodillas. Al recorrer sus circuitos parecía
una llama de fuego, encendida por el mucho tiempo pasado en oración. Pasaba
muchas veces cuatro horas en oración continua y a solas.
El Reverendo Andrews pasaba hasta cinco horas diarias en oración.
Sir Henry Havelock empleaba las primeras dos horas del día a solas con Dios. Si el
campamento se levantaba a las seis, él empezaba sus oraciones a las cuatro.
Earl Carnst dedicaba todos los días una hora y media al estudio de la Biblia y a la
oración antes de dirigir el culto familiar a las ocho.
Día 14
¿Eres un hombre o mujer de oración?
Por E.M. Bounds
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo,
esto resultará en… Filipenses 1:19
El éxito del doctor Judson se atribuye al hecho de que dedicaba mucho tiempo a la
plegaria.
Dice sobre este punto: "Arregla tus negocios, si es posible, de manera que puedas
dedicar tranquilamente dos o tres horas del día no simplemente a ejercicios
devocionales sino a la oración secreta y a la comunión con Dios.
Esfuérzate siete veces al día por alejarte de las preocupaciones mundanas y de las que
te rodean para elevar tu alma a Dios en tu retiro privado. Empieza el día levantándote
a medianoche y dedicando algún tiempo en el silencio y la oscuridad a esta obra
sagrada.
Que el alba te encuentre en esta misma ocupación y haz otro tanto a las nueve, a las
doce, a las tres, a las seis, y a las nueve de la noche. Ten resoluciones en su causa.
Haz todos los esfuerzos posibles para sostenerla.
Considera que tu tiempo es corto y que no debes permitir que otros asuntos y
compañías te separen de tu Dios".
¡Imposible!, decimos, ¡son instrucciones fanáticas! Pero el Dr. Judson hizo impresión
en un imperio a favor de Cristo y puso los fundamentos del reino de Dios, en
imperecedero granito, en el centro de Birmania.
Tuvo éxito, fue uno de los pocos hombres que conmovieron poderosamente al mundo
en favor de Cristo. Otros más favorecidos en dones, genio e ilustración, no han hecho
la misma impresión; su trabajo religioso ha sido como las huellas de paso en la arena,
pero él ha grabado su obra sobre granito. La explicación de su profundidad y
resistencia se encuentra en el tiempo que dedicó a la oración. Ésta lo mantuvo al rojo
vivo y Dios le impartió un poder permanente. Nadie puede hacer una obra grande y
perdurable si no es un hombre de oración, y no se puede ser un hombre de oración sin
dedicar mucho tiempo a esta devoción.
Día 15
¿Qué es la oración?
Por E.M. Bounds
Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Génesis 32:24
¿Es cierto que la oración es simplemente el cumplimiento de un hábito insensible y
mecánico?
¿Es una práctica sin importancia a la cual estamos acostumbrados hasta que la
convertimos en algo insípido, mezquino y superficial?
¿Es cierto que la oración es, como se presume, algo como un juego semi pasivo del
sentimiento que brota lánguidamente durante los minutos a las horas de ocio?
El canónigo Liddon continúa: "Que den la respuesta los que realmente han orado.
Ellos algunas veces describen la oración como la lucha que sostuvo el patriarca Jacob
con un poder invisible, lucha que puede prolongarse frecuentemente en una vida
fervorosa hasta altas horas de la noche o aun hasta que rompa el día. En otras
ocasiones se refiere a la intercesión de Pablo como una lucha concertada.
Cuando han orado han tenido los ojos fijos en el gran Intercesor la noche de
Getsemaní, en las grandes gotas de sangre que caían al suelo en aquella agonía de
resignación y sacrificio.
La importunidad es la esencia de la oración eficaz.
La importunidad no significa dejar vagar la mente sino tener una obra sostenida. Por
medio de la oración, especialmente, el reino de los cielos sufre violencia y los
valientes lo arrebatan.
Como dijo el Reverendo Hamilton: "Ningún hombre podrá hacer mucho bien con la
oración si no principia por mirarla a la luz de una obra para la cual se prepara o en la
que persevera con el afán de ponernos en los asuntos que en nuestro concepto son los
más interesantes y los más necesarios".
Día 16
MUY DE MAÑANA
Por E.M. Bounds
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
desierto, y allí oraba. Marcos 1:35
Los hombres que han hecho para Dios una buena obra en el mundo, son los que han
estado desde temprano sobre sus rodillas. El que desperdicia lo mejor de la mañana,
su oportunidad y frescura, en otras ocupaciones que en buscar a Dios, hará pocos
progresos para acercarse a Él en el resto del día. Si Dios no ocupa el primer lugar en
nuestros esfuerzos y pensamientos por la mañana, ocupará el último lugar en lo
restante del día. Detrás de este levantarse temprano para orar, se encuentra el deseo
ardiente que nos impulsa a comunicarnos con Dios. El descuido demostrado por la
mañana es indicio de un corazón indiferente. El corazón que se retrasa para buscar a
Dios por la mañana ha perdido su agrado en Él.
David tenía hambre y sed de Dios y por esto lo buscaba temprano, antes del alba. El
lecho y el sueño no encadenaban su alma en su afán de buscar a Dios.
Cristo ansiaba la comunión con el Padre, y por eso antes de que amaneciera se iba al
monte a orar. Los discípulos, cuando despertaban avergonzados por su negligencia,
sabían donde encontrarlo. Si recorremos los nombres de los que han conmovido al
mundo a favor de las causas piadosas, encontramos que buscaron a Dios muy de
mañana.
Un deseo por Dios que no pueda romper las cadenas del sueño, es algo débil que hará
poco que realmente valga para Dios. No es simplemente el levantarse temprano lo
que pone a los hombres al frente y los hace generales en jefe de las huestes de Dios,
sino el deseo ardiente que agita y rompe las cadenas de la condescendencia consigo
mismo. El saltar temprano del lecho da salida y aumento y fuerza al deseo, de otra
manera éste se apaga. El deseo los despierta, y esta tensión por Dios, este cuidado de
apresurarse a la llamada hace que la fe se afiance en Dios y que el corazón obtenga la
más dulce y completa revelación.
Día 17
DE MAÑANA ME OIRÁS
Por E.M. Bounds
Nunca ha habido una necesidad más urgente de hombres y mujeres consagrados, pero
aún más imperativa es la demanda de predicadores santos y devotos de Dios.
El mundo se mueve con pasos agigantados.
Satán mantiene su dominio y gobierno del mundo y se afana para que todos sus actos
sirvan a sus fines.
La religión debe hacer su mejor obra, presentar sus modelos más atractivos y
perfectos.
Por todos los medios los santos modernos deben inspirarse en los ideales más
elevados y en las más grandes posibilidades por el Espíritu.
Pablo vivió sobre sus rodillas para que la iglesia de Efeso pudiera comprender la
altura y la anchura y la profundidad de una santidad inmensurable, para que fuera
llena "de todo la plenitud de Dios".
Epafras se entregó a obra consumidora y al conflicto tenaz de la oración ferviente,
para que los de la iglesia de Colosas pudieran estar "firmes, perfectos y completos en
todo lo que Dios quiere".
En todas partes, en los tiempos apostólicos, se tenía el intenso anhelo de que todo el
pueblo de Dios pudiera llegar a la "Unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo". Ningún
premio se otorgaba a los enanos; no se fomentaba la niñez retardada.
Los bebés tenían que crecer; los ancianos, lejos de mostrase débiles y enfermizos,
fructificarían en la vejez, estarían corpulentos y florecientes. Lo más divino en la
religión son los hombres y mujeres santos.
Día 19
NECESITAMOS HOMBRES DE ORACIÓN
Por E.M. Bounds
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha
delante de mí, a favor de la tierra. Ezequiel 22:30
Ninguna cantidad de dinero, genio o cultura puede hacer progresar el reino de Dios.
La santidad dando energía al alma, haciendo arder a todo el hombre con amor, con
deseo de más fe, más oración, más celo, más consagración, éste es el secreto del
poder.
Hombres así necesitamos, que sean la encarnación de una devoción encendida por
Cristo.
Cuando faltan, el avance de Dios se estaciona, su causa se debilita y su nombre
desmerece. El genio (aun la más inteligente y refinada), la posición, la dignidad, el
rango, el cargo, los nombres privilegiados, los eclesiásticos ilustres, no pueden mover
el carro de nuestro Dios.
Por ser de fuego sólo pueden empujarlo fuerzas ígneas. El genio de un Milton
fracasa. La fuerza imperial de un león falla.
Pero el espíritu de un Brainerd le pone en movimiento.
El espíritu de Brainerd estaba encendido por Dios para hacer arder las almas.
Nada terrenal, mundano, egoísta, abatió en lo más mínimo la intensidad de la fuerza y
la llama que impele y consume todo.
La oración es la creadora y el canal de la devoción.
El espíritu de la devoción es la oración. La oración y la devoción están unidas como
el alma y el cuerpo, como la vida y el corazón.
No hay verdadera oración sin devoción, ni devoción sin oración.
Día 20
EL predicador
Por E.M. Bounds
…y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana
sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder. 1Corintios 2:4
El predicador debe estar rendido a Dios en la devoción más santa.
No es un profesional.
Su ministerio no es una profesión; es una institución divina, una devoción divina.
Está consagrado a Dios.
Sus propósitos, sus aspiraciones y ambiciones son de Dios y para Dios, y a fin de
lograr esto la oración es tan esencial como el alimento para la vida.
El predicador, sobre todas las cosas, debe estar consagrado a Dios.
Las relaciones del predicador con Dios deben ser la insignia y las credenciales de su
ministerio.
Estas deben ser claras, conclusivas, inequívocas.
El tipo de su piedad ha de estar exento de superficialidad y vulgaridad.
Si no excede en la gracia no podrá sobresalir en ningún sentido.
Si no predica por su vida, carácter y conducta, su predicación es vacía.
Si su piedad es ligera, su predicación podrá ser tan suave y tan dulce como la música,
tan hermosa como Apolo, pero su peso será como el de una pluma, visionaria,
flotante, como la nube o el rocío de la mañana.
La devoción a Dios no tiene sustituto en el carácter y la conducta del predicador.
Día 21
UN JOVEN DE ORACIÓN
Por E.M. Bounds
…y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Génesis 32:24
Dios tiene y ha tenido muchos predicadores devotos, hombres en cuya vida la oración
ha sido una fuerza poderosa, controladora y conspicua. El mundo ha sentido su
poder, Dios los ha honrado y su causa ha progresado rápidamente por medio de las
oraciones de sus siervos cuya santidad ha brillado en sus caracteres con divina
refulgencia. Dios encontró uno de los hombres que buscaba en David Brainerd, cuya
obra y nombre han pasado a la historia. No era un hombre mediocre, sino capaz de
brillar en cualquier grupo de personas así fueran sabias y distinguidas,
eminentemente capacitado para ocupar los púlpitos más atrayentes y para trabajar
entre la sociedad culta y refinada que ansiaba tenerlo como pastor.
El presidente Edwards da testimonio de que era "un joven de talento sobresaliente,
con un conocimiento extraordinario de los hombres y de las cosas, profundamente
versado en teología para su edad, especialmente en todos los asuntos relacionados
con la religión experimental. Ninguno de su edad le igualó en las nociones claras y
precisas de la naturaleza y esencia de la verdadera religión. Su actitud en la oración
era inimitable, de tal manera que rara vez he conocido algo semejante. Su ilustración
era considerable y tenía dotes extraordinarias para el púlpito".
Ninguna historia más sublime se ha registrado en los anales del mundo que la de
David Brainerd; ningún milagro confirmó con una fuerza más divina la verdad del
cristianismo que la vida y obra de ese hombre. Solo en las selvas feroces de
América, luchó día y noche con una enfermedad mortal, se privó de la cultura
intelectual ocupado en el cuidado de almas; su acceso a los indios durante gran parte
del tiempo se realizaba únicamente por el tosco medio de un intérprete pagano, pero
con la Palabra de Dios en el corazón y en la mano, el alma encendida con la llama
divina y un sitio y un tiempo apartados para derramar su alma a Dios en oración,
estableció ampliamente el culto de Dios y logró todos sus buenos resultados.
Los indios sufrieron un gran cambio, desde el más bajo embrutecimiento de un
paganismo ignorante y degenerado hasta un cristianismo puro, devoto e inteligente;
todos los vicios corregidos, los deberes cristianos externos aceptados y practicados; el
establecimiento de la oración familiar; el día de descanso instituido y religiosamente
observado; las gracias internas de la religión manifestada en toda su fuerza y dulzura.
El secreto de estos resultados se encuentra en el propio David Brainerd, no en las
condiciones o accidentes sino en el hombre mismo. Fue un hombre de Dios y
consagró a él todo su tiempo. Dios se mostró en su vida sin estorbo alguno.
La omnipotencia de gracia nunca fue detenida o dificultada por las condiciones de su
corazón; el paso estaba allanado para que Dios con sus fuerzas poderosas bajara al
desierto inculto y sin esperanza para transformarlo en jardín floreciente y fructífero;
nada es demasiado difícil para Dios si encuentra al hombre a propósito para colaborar
con él.
Día 22
La comunión íntima
Por E.M. Bounds
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su
pacto. Sal 25:14
La vida de Brainerd fue de santidad y de oración. Su diario está lleno con el
testimonio a veces monótono de sus temporadas de ayuno, meditación y retiro.
El tiempo que dedicaba a la oración privada ascendía a varias horas durante el día.
"Cuando regreso a casa --decía-- me entrego a la meditación, a la oración y el ayuno,
mi alma desea experimentar mortificación, abnegación, humildad y separación de
todas las cosas del mundo". "Nada tengo que hacer con la tierra -- continúa--
solamente trabajar honradamente en ella por Dios. No deseo vivir ni un minuto por lo
que la tierra puede ofrecer".
De esta manera tan elevada oraba: "Experimentado la dulzura de la comunión con
Dios y la fuerza de su amor, y cuan admirablemente cautiva el alma y centraliza en
Dios todos los afectos y anhelos, aparto este día para el ayuno y la oración privada
para rogar a Dios me bendiga y dirija en la gran obra que tengo delante de mí de
predicar el evangelio y que el Señor se vuelva a mí y me muestre la luz de su
presencia. Hacia el mediodía tenía poca vida y fuerzas. En la tarde Dios me capacitó
para luchar ardientemente en intercesión por mis amigos ausentes y en la noche el
Señor me visitó de una manera maravillosa en oración. Creo que mi alma nunca había
sufrido tanta agonía. No sentí más limitaciones porque los tesoros de la gracia divina
fueron abiertos para mí. Intercedí por mis amigos ausentes, por la cosecha de almas,
por las multitudes de pobres almas e individualmente por muchos que pensaba yo que
eran hijos de Dios en lugares distantes.
Estuve en tal agonía desde que salió el sol hasta que se ocultó, que estaba cubierto de
sudor, y sin embargo, me parecía que no había hecho nada. ¡Mi querido Salvador
sudó gotas de sangre por las pobres almas! Ansiaba más compasión hacia ellas.
Luego me sentí tranquilo, en un suave estado de alma, con la sensación de la gracia y
el amor divino y en estas condiciones me acosté con el corazón puesto en Dios".
La oración dio a la vida y ministerio de este hombre su maravilloso poder.
Los hombres de oración poderosa son hombres de fuerza espiritual. Las oraciones
nunca mueren. De día y noche oraba. Antes y después de predicar oraba.
Cabalgando entre las soledades interminables de la selva oraba. Sobre su lecho de
paja o alejado en los espesos y abandonados bosques oraba. Hora tras hora, día tras
día, en la mañana temprano y a las altas horas de la noche oraba y ayunaba,
derramando su alma en intercesión y comunión con Dios. Era poderoso ante Dios por
la oración y Dios lo empleó poderosamente, de manera que estando muerto aún habla
y labora, y así continuará hasta el fin y entre los glorificados en el gran día él será uno
de los primeros.
Jonathan Edwards dice de él: "Su vida muestra el camino del éxito en la obra del
ministerio. Lo buscaba como el soldado busca la victoria en un sitio o en una batalla;
o el hombre que toma parte en una carrera para obtener un gran premio. Animado por
el gran amor de Cristo y de las almas, ¿cómo trabajó? Siempre fervientemente. No
sólo en palabra y en doctrina, en público y en privado, sino en oraciones de día y de
noche, luchó con Dios con gemidos angustiosos y agonías, hasta que Cristo se
posesionó del corazón de la gente a quien fue enviado. Como un verdadero hijo de
Jacob perseveró en la lucha durante las tinieblas de la noche hasta que el día
desapareció".
Día 23
Pon tu vida de oración por las ovejas
Por E.M. Bounds
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Juan 10:14
La oración con sus fuerzas múltiples de aspectos variados ayuda a la boca para emitir
la verdad con su plenitud y libertad.
El predicador necesita de la oración; estar formado por ella.
Unos labios santos y valientes son el resultado de mucha oración.
La iglesia y el mundo, la tierra y el cielo deben mucho a la boca de Pablo y éste a la
oración.
La oración es ilimitable, multiforme, valiosa, útil al predicador en todos sentidos y en
todos los puntos.
Su valor principal es la ayuda que da a su corazón.
La oración hace sincero al predicador.
La oración pone el corazón del predicador en todos los puntos.
Su valor principal es la ayuda que da a su corazón.
La oración hace sincero al predicador.
La oración pone el corazón del predicador en su sermón; la oración pone el sermón
en el corazón del predicador.
El corazón hace al predicador.
Los hombres de gran corazón suelen ser grandes predicadores.
Los de corazón malo pueden hacer algo bueno, pero esto es raro.
El asalariado y el extraño pueden ayudar a la oveja en alguna forma, pero es el Buen
Pastor quien beneficia a la oveja y ocupa en todo, la medida y el lugar que le ha
asignado el Maestro.
Día 24
Preparar el corazón
Por E.M. Bounds
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche. Salmos 1:2
Damos tanto énfasis a la preparación del sermón que hemos perdido de vista lo que
importa preparar: el corazón.
Un corazón preparado es mejor que la mejor homilética.
Un corazón preparado predicará un sermón preparado.
Se han escrito volúmenes exponiendo la técnica y la estética de la confección de un
sermón, hasta que se ha posesionado de nosotros la idea de que la armazón es el
edificio.
Al joven predicador se le ha enseñado a poner toda su fuerza en la forma, buen gusto
y belleza de un sermón como si fuera un producto mecánico e intelectual.
De aquí que hayamos cultivado un gusto vicioso entre el pueblo que levanta su
clamor pidiendo talento en lugar de gracia, elocuencia en lugar de piedad, retórica en
lugar de revelación, renombre y lustre en lugar de santidad.
Por eso hemos perdido la verdadera idea de la predicación, la convicción punzante
del pecado, la rica experiencia y el carácter cristiano elevado, hemos perdido la
autoridad sobre las conciencias y las vidas que siempre resulta de la predicación
genuina.
No quiero decir que los predicadores estudian demasiado. Algunos de ellos no
estudian bastante y quizá debieran estudiar aún más.
Los hay que no estudian de manera que puedan presentarse como obreros aprobados
de Dios.
Pero nuestra gran falta no está en la carencia de cultura de la cabeza sino de cultura
del corazón; no es falta de conocimiento sino de santidad; nuestro defecto principal y
lamentable no es que no sepamos demasiado, sino que no meditamos en Dios y en su
Palabra; que no hemos velado, ayunado y orado lo debido.
El corazón es el que pone obstáculos en la predicación. Las palabras impregnadas con
la verdad divina encuentran corazones no conductores; se detienen y caen vanas y sin
poder.
Día 25
El buen Pastor
Por E.M. Bounds
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11
¿Puede la ambición que ansía alabanza y posición predicar el evangelio de aquel que
se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo?
¿Puede el orgulloso, el vanidoso, el pagado de sí mismo predicar el evangelio de
aquel que fue manso y humilde?
¿Puede el iracundo, el apasionado, el egoísta, el endurecido, el mundano, predicar el
sistema que rebosa sufrimiento, abnegación, ternura, que imperativamente demanda
alejamiento de la maldad y crucifixión al mundo?
¿Puede el asalariado oficial, sin amor, superficial, predicar el evangelio que demanda
del pastor dar su vida por las ovejas?
¿Puede el ambicioso que se preocupa por el salario y el dinero, predicar el evangelio
sin que Dios haya dominado su corazón?
La revelación de Dios no necesita la luz del genio humano, el lustre y la fuerza de la
cultura humana, el brillo del pensamiento humano, el poder del cerebro humano para
adornarla o vigorizarla; sino que demanda la sencillez, la docilidad, la humildad y la
fe de un corazón de niño.
Por esta renunciación y subordinación del intelecto y del genio a las fuerzas divinas y
espirituales, vino a ser Pablo inimitable entre los apóstoles.
Esto dio también a Wesley su poder y fijó hondamente su labor en la historia de la
humanidad.
Nuestra gran necesidad es la preparación del corazón.
Día 26
Con diligencia
Por E.M. Bounds
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las
cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida;
antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. Deuteronomio 4:9
Lutero sostenía como axioma que "quien ha orado bien ha estudiado bien". No
decimos que los hombres no han de pensar ni usar su inteligencia; pero emplea mejor
su mente el que cultiva más su corazón.
No decimos que los predicadores no han de ser estudiosos, sino que su principal libro
de estudio ha de ser la Biblia y la estudia mejor si ha guardado su corazón con
diligencia.
No decimos que el predicador no ha de conocer a los hombres, sino que estará más
profundizado en la naturaleza humana el que ha sondeado los abismos y las
perplejidades de su propio corazón. Decimos que, aunque el canal de la predicación
es la mente, la fuente es el corazón; aunque el canal sea amplio y profundo si no se
tiene cuidado de que la fuente sea pura y honda, aquél estará sucio y seco.
Decimos que por lo general cualquier hombre con una inteligencia común tiene
sentido suficiente para predicar el evangelio, pero pocos tienen la gracia para esto.
Decimos que el que ha luchado por su propio corazón es el que lo ha vencido; que ha
cultivado la humildad, la fe, el amor, la verdad, la misericordia, la simpatía y el valor;
quien puede vaciar sobre la conciencia de los oyentes los ricos tesoros de un corazón
educado así, a través de una inteligencia vigorosa y todo encendido con el poder del
evangelio, éste será el predicador más sincero y con más éxito en la estimación de su
Señor.
Día 27
LA UNCIÓN
Por E.M. Bounds
Lo ungí con mi santa unción. Salmos 89:20
La unción es la cualidad indefinible e indescriptible que un antiguo y renombrado
predicador escocés describe de esta manera:
"En ocasiones hay algo en la predicación que no puede aplicarse al asunto o a la
expresión, ni puede explicarse lo que es ni de dónde viene, pero con una dulce
violencia taladra el corazón y los afectos y brota directamente del Señor. Si hay algún
medio de obtener este don es por la disposición piadosa del ardor".
La llamamos unción.
Esta unción es la que hace la Palabra de Dios "Viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón".
Esta unción es la que da a las palabras del predicador precisión, agudeza y poder y la
que agita y despierta las congregaciones muertas.
Las mismas verdades han sido dichas en otras ocasiones con la exactitud de la letra,
han sido suavizadas con el aceite humano; pero no ha habido señales de vida, no ha
habido latido del pulso; todo ha permanecido quieto como el sepulcro y como la
muerte.
Pero si el predicador recibe el bautismo de esta unción, el poder divino está en él, la
letra de la Palabra ha sido embellecida y encendida por esta fuerza misteriosa, y
empiezan las palpitaciones de la vida, la vida que recibe a la vida que resiste. La
unción penetra y convence la conciencia y quebranta el corazón.
Esta unción divina es el rasgo que separa y distingue la genuina predicación del
evangelio de todos los otros métodos de presentar la verdad que abren un abismo
espiritual entre el predicador que la posee y el que no la tiene.
Día 28
LA UNCIÓN Y EL PREDICADOR
Por E.M. Bounds
Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 1Jn 2:20
En el sistema cristiano la unción es el ungimiento del Espíritu Santo, que aparta a los
hombres para la obra de Dios y los habilita para ella.
Esta unción es la única cosa divina que capacita, por la cual el predicador logra los
fines peculiares y salvadores de la predicación.
Sin esta unción no se obtienen verdaderos resultados espirituales; los efectos y
fuerzas de la predicación no exceden a los resultados de la palabra no consagrada.
Sin unción ésta tiene tanta potencia como la del púlpito.
La unción divina sobre el predicador genera por medio de la Palabra de Dios los
resultados espirituales que emanan del evangelio; y sin esta unción no se consiguen
tales resultados.
Se produce una impresión agradable pero muy lejos de los fines de la predicación del
evangelio.
La unción puede ser simulada. Hay muchas cualidades que se le parecen, hay muchos
resultados que se asemejan a sus efectos, pero que son extraños a sus resultados y a
su naturaleza.
El fervor o el enternecimiento causados por un sermón patético o emocional pueden
parecerse al efecto de la unción divina, pero no tienen la fuerza punzante que penetra
y quebranta el corazón.
No hay bálsamo que cure el alma en este enternecimiento exterior que obra por
emoción y por simpatía; su resultado no es radical, no escudriña, no sana del pecado.
Esta unción divina es el único rasgo de distinción, que separa la predicación del
verdadero evangelio de todos los otros métodos de presentarlo, que refuerza y penetra
la verdad revelada con todo el poder de Dios.
Día 31
LA UNCIÓN PARA DAR BUENAS NUEVAS
Por E.M. Bounds
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Lucas 4:18