Analisis

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 ANÁLISIS DEL CASO

EXP. N° 4196-2010-PHC/TC LIMA GALO


EDGARD REVILLA BUSTIOS
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Galo Edgard
Revilla Bustios contra la resolución de la Segunda Sala Penal con reos
libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 180, su fecha 18 de
junio de 2010, que declaró improcedente la demanda de autos.

 Como sabemos, el derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva


es un derecho público y subjetivo por el que toda persona, por el solo
hecho de serlo, en tanto sujeto de derechos, está facultada a exigirle al
Estado tutela jurídica plena, y cuyo contenido básico comprende un
“complejo de derechos”: derecho de acceso a la justicia, derecho al
debido proceso, derecho a una resolución fundada en derecho y el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales
 El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva consagrado en el inciso
tercero del artículo 139° de la Constitución Política y artículo I del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, y cuya cualidad de “efectividad” se
desprende de su interpretación, de conformidad con los tratados
internacionales sobre derechos humanos, como es el caso del artículo 8°
de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 25.1 de
la Convención Americana de Derechos Humanos, es un atributo
subjetivo que responde a la necesidad de que el proceso cumpla
realmente con sus fines a los que está llamado a cumplir, en la medida
que el proceso supone el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado.
 Al respecto el artículo 160° del Código Procesal Civil, establece el modo
y forma de la entrega de la cédula del interesado, mas no establece lo
que debe hacer el notificador, si el destinatario de la notificación no se
encuentra en su domicilio o encontrándose, éste se negare a recibir la
cédula. En la práctica, hay notificadores que dejan la cédula debajo de la
puerta o en la pared del domicilio del destinatario, y otros la devuelven al
juzgado.
 De otro lado, el artículo 161° del mismo código, referido a la entrega de
la cédula a personas distintas, prescribe que si el notificador no
encontrara a las personas a quien va a notificar la resolución que admite
la demanda y aquellas resoluciones a que se refiere el artículo 459°, le
dejará aviso para que espere el día indicado con el fin de notificarlo, y si
tampoco se le hallara en nueva fecha, se entregará la cédula a la
persona capaz que se encuentre en la casa, departamento u oficina, o el
encargado del edificio, procediendo en la forma dispuesta en el artículo
160°. Si no pudiera entregarla, la adherirá en la puerta de acceso
correspondiente a los lugares citados o la dejará debajo de la puerta,
según sea el caso.

DOCTRINA COMPARADA

La doctrina jurídica estudia con detenimiento casos de otros


ordenamientos para realizar su estudio y comentario del derecho vigente.

BOLIVIA PERU VENEZUELA

 En el art. 18 de la Constitución Política de Artículo 27. Toda


Constitución de 1967 1993 y el Código persona tiene derecho
se configuraba como Procesal Constitucional a ser amparada por los
un recurso promulgado en el 2004. tribunales en el goce y
constitucional, posición Este último cuerpo ejercicio de los
legislativo incluye la derechos y garantías
que se ve fortalecida
posibilidad de constitucionales, aún
con el criterio
interponer esta acción de aquellos inherentes
jurisprudencial del de garantía contra a la persona que no
Tribunal Constitucional, resoluciones judiciales figuren expresamente
en el sentido de que firmes. en esta Constitución o
el habeas en los instrumentos
corpus únicamente internacionales sobre
revisaba la actuación derechos humanos.
de las autoridades
públicas, y no así la de
los particulares.
 Otros se oponen a
considerar al habeas
corpus como un
“recurso”, pues
indican que un
“recurso” puede ser
accionado por el
sujeto procesal que,
en un juicio, se siente
lesionado por una
medida judicial;
mientras que
el habeas corpus es
una acción que no
siempre procede
dentro de un proceso
judicial o
administrativo.
 Por otra parte, existen
quienes sostienen que
es un “derecho” que
tiene todo ciudadano
detenido o preso, para
que el juez o tribunal
competente resuelva
si su privación de
libertad es o no ilegal.
 La nueva Constitución
Política del Estado
boliviana de 2009
cambia el nombre del
Recurso de Hábeas
Corpus por el de
“Acción de Libertad”
dentándose así el
término “acción”
procesal entendida
básicamente como el
derecho de todo
ciudadano de acudir a
un órgano
jurisdiccional en
defensa de sus
derechos
fundamentales que
protege la acción de
libertad (la libertad de
locomoción, la vida, la
salud e integridad
personal).
JURISPRUDENCIA

EXP. N.° 963-2005-HC/TC


LIMA
FERNANDO MELCIADES
ZEVALLOS GONZALES

Lima, 15 de setiembre de 2006


Recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Fernando Melciades Zevallos Gonzales contra la resolución de la Cuarta Sala
Especializada en lo Penal para Procesos con Reos Libres de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas 194, su fecha 30 de noviembre de 2004, que,
confirmando la apelada, declara improcedente la demanda de hábeas corpus,
donde el el demandante sustenta la vulneración de su derecho al debido
proceso y a la tutela procesal efectiva en la suspensión de la audiencia
dispuesta por el Colegiado emplazado al inicio del juicio oral en el proceso
seguido contra él por el delito de tráfico ilícito de drogas. En términos similares,
el artículo 4.° del Código Procesal Constitucional señala: “[..]se entiende por
tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que se
respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el
proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a
procedimientos distintos de los previos por la ley, a la obtención de una
resolución fundada en derecho, a acceder a los
medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos
fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las
resoluciones judiciales y a la observancia del principio de legalidad procesal
penal”. Por ende, se declaro IMPROCEDENTE la demanda por haberse
producido la sustracción de la materia y no se estaba vulnerando el debido
proceso.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


EXP. N.° 00656-2020-PHC/TC, AREQUIPA

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Luis García Gallarday,


abogado de don Edgard Wilber Calsina Mamani, contra la resolución de fojas
251, de 9 de enero de 2020, expedida por la Primera Sala Penal de
Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, que declaró
infundada la demanda de habeas corpus.
El 16 de octubre de 2019, don Edgard Wilber Calsina Mamani interpone
demanda de habeas corpus y la dirige contra los jueces integrantes del Primer
Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial Permanente de Arequipa, Alega la
vulneración de los derechos a la defensa y al debido proceso.
Manifiesta que mediante la sentencia 18-2019-1JPCSPPS, se le condenó a
treinta y cinco años de pena privativa de la libertad por incurrir en los delitos de
violación sexual de menor de edad y actos contra el pudor en menor de edad,
la que, al ser recurrida, fue confirmada por la instancia superior.
El abogado recurrente refiere que se vulneró el derecho al debido proceso de
favorecido, toda vez que la sentencia de vista que confirmó la condena
impuesta en primera instancia, no le fue debidamente notificada a fin de
interponer el correspondiente recurso de casación, ya que, si bien dicho acto se
efectuó en el domicilio procesal consignado en el proceso penal, este fue
realizado bajo puerta. Además, sostiene que no fue notificado en el domicilio
real señalado.
Al respecto, tiene que el artículo 161 del Código Procesal Civil — de aplicación
supletoria al proceso penal—, regula el procedimiento para las notificaciones
de resoluciones judiciales y refiere que: Si el notificador no encontrara a la
persona a quien va a notificar la resolución que admite la demanda, le dejará
aviso para que espere el día indicado en éste con el objeto de notificarlo. Si
tampoco se le hallara en la nueva fecha, se entregará la cédula a la persona
capaz que se encuentre en la casa, departamento u oficina, o al encargado del
edificio, procediendo en la forma dispuesta en el Artículo 160. Si no pudiera
entregarla, la adherirá en la puerta de acceso correspondiente a los lugares
citados o la dejará debajo de la puerta, según sea el caso.
1. Declarar FUNDADA la demanda con respecto a la vulneración del
derecho al debido proceso.
2. Declarar IMPROCEDENTE la demanda de acuerdo con lo
expuesto en los considerandos 3 y 15 supra.

Análisis crítico

Esta crítica se centra en el mencionado auto de procesamiento dictado en


forma regular, que no se está vulnerando los referidos derechos
fundamentales, y a pesar que el recurrente da lugar a recurrir en vía
constitucional mediante el HABEAS CORPUS, contra aquel, porque se tratan
de derechos conexos a la libertad individual vinculados al proceso penal, y por
tanto no requieren su agotamiento tales como la de los derechos a la tutela
procesal efectiva, al debido proceso, a la defensa , a los principios de igualdad
entre las partes y al contradictorio.
Debo dejar planteado que las sentencias de primera instancia y de vista
dictadas en el proceso constitucional de Habeas Corpus que dio lugar dicho
auto apertorio, no han transgredido flagrantemente los principios y garantías de
la administración de justicia, tales como, de motivación de las resoluciones
judiciales y por ende el debido proceso y la tutela procesal efectiva. Solo hay
debido proceso cuando se aplica el Derecho a un caso concreto, dentro de un
procedimiento donde se haya respetado todas las garantías y derechos
constitucionales vinculados, y la persecución penal sea legalmente razonable y
la defensa ejercida con todas las libertades y medios disponibles dentro de lo
legalmente permisible. Por tutela procesal efectiva debe entenderse el derecho
a obtener una respuesta jurisdiccional razonada y fundada en Derecho, que
tiene toda persona que está inmersa en un caso concreto, en igualdad de
condiciones, y con mayor razón tratándose de los procesados pasibles de
sanción punitiva. El derecho de defensa importa gozar de las condiciones y
medios eficaces e idóneos que garanticen: a) el conocimiento de los cargos o
imputaciones que se formulan, las pruebas que las sustentarían; b) los medios
idóneos que le permitan una defensa idónea en tiempo y lugar, c) de ser
asesorado en su defensa; todos ellos sin limitación alguna. No existe defensa
in abstracto. La motivación de las resoluciones garantiza la racionalidad,
certeza y precisión, juridicidad y legalidad, de las decisiones judiciales, y así
conocer los alcances de las mismas, que permitan cuestionarlas por la ley y
extra proceso por las vías tuitivas extraordinarias o constitucionales. Forma
parte de la motivación de las resoluciones la obligación que el juzgador tiene de
observar el respeto y aplicación de los principios de legalidad penal y procesal
penal, el principio de legalidad queda sometido y absorbido por el principio de
constitucionalidad, que significa la supremacía constitucional sobre toda norma
legal inferior, y su interpretación debe partir por descartar la inobservancia de
las garantías y principios constitucionales explícitos e implícitamente
incorporados en la Constitucional nacional, así como toda forma de restricción
o lesión los derechos fundamentales al momento de ejercer el poder Estatal en
general y muy especialmente la función jurisdiccional. El constitucionalismo
moderno está constituido por el respeto a los derechos fundamentales y la
observancia de las garantías de la administración de justicia, normados en los
instrumentos internacionales, que legitiman a las víctimas, la posibilidad
efectiva de recurrir ante la jurisdicción internacional a fin de obtener tutela y
reparación frente a actos amenazadores y lesivos. El Código Procesal
Constitucional en el Perú, crea seguridad jurídica para las personas, pues fija
las reglas sobre las cuales el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional
ejercerán jurisdicción constitucional dentro de un proceso ordenado
sistemáticamente, donde sea más previsible tanto el proceder y el decidir de
estos en los casos sometidos a su competencia. Si bien la jurisprudencia
internacional constitucional se ha desarrollado uniformemente sobre la base de
los instrumentos internacionales vigentes.

Por esta razón Galo Edgard Revilla Bustios seguido en el proceso del delito
contra el patrimonio, hurto simple y daños en su forma agravada alegando que
se le había notificado en un domicilio en el que no vive y que le resulta
desconocido, por lo que no le ha permitido ejercer su derecho de defensa, por
tal razón presentó el recurso de habeas corpus y que el día que la interpuso
recién se le notificó válidamente al domicilio procesal de su nuevo abogado
defensor; sin embargo de las copias certificadas del proceso penal que obran
en autos se advierte que el beneficiario sí conocía de la instrucción que se le
seguía, y que ejerciendo su derecho de defensa acudió al local del juzgado
junto con su abogado defensor a fin de prestar su declaración de instructiva, el
17 de agosto de 2008, y así ejercer su derecho de defensa (fojas 79),
evidenciándose, por lo tanto, que en el proceso penal que se sigue contra el
recurrente se ha respetado su derecho de defensa. En consecuencia, no se
acredita la alegada vulneración de los derechos invocados resultando de
aplicación contrario sensu, del artículo 2.°, del Código Procesal Constitucional.
Y como bien sabemos cuándo una resolución o decisión lesione un derecho
constitucional; ya sea por el irregular procedimiento seguido ante él o la falsa o
errónea interpretación y aplicación de la Constitución, el Tribunal Constitucional
puede controlar dichas resoluciones y decisiones mediante una acción de
amparo o hábeas corpus en cualquier etapa del proceso, siempre que se hayan
restringido todos los recursos utilizables dentro del mismo proceso y que la
autoridad se haya negado a admitir el recurso. Es por esta razón que estoy
de acuerdo con la decisión tomada por los jueces al declarar
improcedente e infundada esta demanda porque no se ha acreditado la
vulneración de los derechos a la tutela procesal efectiva, al debido
proceso, a la defensa, a los principios de igualdad entre las partes y al
contradictorio, ya que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva consagrado
en el inciso tercero del artículo 139° de la Constitución Política y artículo I del
Título Preliminar del Código Procesal Civil, y cuya cualidad de “efectividad” se
desprende de su interpretación, de conformidad con los tratados
internacionales sobre derechos humanos, como es el caso del artículo 8° de la
Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 25.1 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, es un atributo subjetivo que
responde a la necesidad de que el proceso cumpla realmente con sus fines a
los que está llamado a cumplir, en la medida que el proceso supone el ejercicio
de la función jurisdiccional del Estado. La efectividad de la tutela jurisdiccional
sin duda constituye el rasgo esencial de este derecho, de forma tal que una
tutela que no fuera efectiva, por definición, no sería tutela.
El Tribunal Constitucional peruano ha venido perfilando su significado y
alcances, a partir de la doctrina y jurisprudencia española, señalando que el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva no sólo implica el derecho de acceso
a la justicia y el derecho al debido proceso, sino también el derecho a la
“efectividad” de las resoluciones judiciales; busca garantizar que lo decidido por
la autoridad jurisdiccional tenga un alcance práctico y se cumpla, de manera
que no se convierta en una simple declaración de intenciones.
El Tribunal Constitucional como intérprete supremo de la Constitución tiene la
responsabilidad en última instancia, por vía directa del hábeas corpus o del
amparo, de ir abriendo el arco de protección de los justiciables que demanden
la protección extraordinaria de sus derechos fundamentales, cuando se violen
el debido proceso y la tutela jurisdiccional de cualquier persona.

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