Reflexología del Pie

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Estaba falta de imágenes

y este PPS la completa,
con imágenes del propio
autor de la Web
Pie derecho = en su práctica reflexológica.
= Lado derecho
corporal
Trabajemos los Pies
conociendo su Topografía.
 Topografía
de la Planta
de los Pies.
Decimos que
una imagen
vale más que
mil palabras.

Pero más interesante

es aún si a la imagen
acompañamos las
palabras oportunas.

Tras unas palabras del

Fundamento del Masaje
Reflexológico del pie,
una serie de imágenes
de cómo tratar los pies
en cada área específica.
 Pie derecho

Área interna
lateral
del Pie.

La diapositiva 34 tiene
imágenes sobre el
Área externa
Sistema Linfático.
superior
Las letras A, B, C, D y E del Pie.
están referidos a la
“Circulación Linfática”.
A = Ganglios de la ingle
B = Cisterna de Pecquet
C = Ganglios axilares
D = Cadena torácica Pie izquierdo
E = Inyección subclavia
Consideraciones ante el Masaje del Pie:

          01) Somos Energía, y nuestro Cuerpo y nuestra Mente son dos

modos diferentes de una misma energía.
          02) El Cuerpo expresa los modos de la Mente. Conocer el
Cuerpo es conocer la Mente. Trabajar el Cuerpo es trabajar la Mente.
          03) La Mente no sólo se expresa a través del Cuerpo, también
da forma al Cuerpo.
          04) Todo en el Cuerpo está interrelacionado. Hay zonas que
reflejan a todo el Cuerpo; son las llamadas “zonas reflexológicas”. Las
más conocidas son las Orejas, los Pies, las Manos, los Iris de los ojos y
el Rostro.
          05) De todas ellas, los Pies permiten no sólo saber del Cuerpo,
sino poder incidir en él de un modo sencillo, pudiendo también así, a un
mismo tiempo, trabajar los aspectos de la Mente, especialmente los
estados emocionales.
         06) No nos baste intervenir sobre un pie “mecánicamente”,
debemos ser conscientes de que vamos a mover energías, y ello
requiere de poner nuestra conciencia en la sensibilidad de nuestras
manos. Nuestras manos deben sentir los pies que tocan, y los pies
deben sentir las manos que lo toman.
         07) Cuando deseemos ejercer influencia positiva en el organismo
de otra persona, no nos quedemos en "tocar sus pies"; hemos de
"tomar sus pies". Con esto quiero decir que nuestra conciencia y la
sensibilidad de nuestras manos deben ponerse de tal manera en los
pies, que ambos se acoplen en perfecto contacto y presión como para
que no sientan extrañeza uno del otro, generando así, de entrada, en la
otra persona un estado de relajación y apertura emocional que facilite
nuestra tarea en su organismo físico, con el consiguiente beneficio para
su estado mental.

          08) No hay que tratar los pies de una forma "metódica"; es

preciso ir percibiendo, tanto con nuestra vista como con el propio sentir
de la sensibilidad de nuestras manos, lo que un pie demanda. Habrá
áreas que demanden en un pie muy diferente trato que esa mis área en
otro pie. Para situarnos en la eficacia de ello, es importante tratar muy
diversos tipos de pies.
         09) Unas veces se requerirán presiones muy puntuales (con la
punta de nuestro dedo pulgar), y otras precisarán de la intervención de
las yemas de los dedos (a veces del pulgar y otras de la de varios de
los otros dedos); y todo esto dependerá en gran medida del la dureza o
blandura del área podal, así como del estado agudo o crónico de la
consideración refleja de la que informe el área.

          10) Ejercitar nuestras manos con una pelotita ( de 5 ó 6 cm. de

diámetro) de densidad media, y especialmente el trabajo con el dedo
pulgar (básico en la reflexología del pie), resultará muy conveniente; no
necesariamente para adquirir mucha fuerza, sino para conseguir la
capacidad de permanencia en el masaje que un tratamiento así
requiere, y agilidad en diversos movimientos de articulaciones y dedos
de las manos.
          11) Todas las áreas del Cuerpo están interrelacionadas.
          12) Mas hay un área que viene a desempeñar un papel especial
en todas las demás.
          13) No se trata de la Cabeza, como centro regidor de toda la
mecánica corporal.
          14) Se trata de los Pies, como área de influencia directa hacia
cada víscera y sistema orgánico, según el uso activo y pasivo que
hagamos de las distintas áreas del propio Pie.

          15) El uso "activo" consiste en los modos en que usamos los

pies cuando andamos.
          16) El uso "pasivo" es el que ejercemos sobre él a través de
manipulaciones como el Masaje y las técnicas Reflexológicas.

          17) Conocer la correcta dinámica que deben desarrollar los Pies,

nos hace posible comprender la serie de trastornos orgánicos que
genera el incorrecto uso de sus articulaciones y estructuras.
         18) El Sistema Linfático, que carece de un órgano de bombeo de
su torrente circulatorio, la Linfa, como sí lo tiene el torrente sanguíneo
gracias al órgano Corazón, cuenta con un modo diferente para
posibilitar la circulación linfática, dependiente especialmente de los
movimientos de contracción y extensión de la musculatura corporal.

          19) Dentro de la estructura muscular, hay unos músculos que

adquieren en su incidencia linfática un protagonismo especial. Se trata
de los Gemelos de las pantorrillas, cuyas funciones correctas están
relacionadas con el amplio y correcto uso de los Pies.

          20) Y es así como los Gemelos adquieren, en determinadas

consideraciones de la fisiología corporal, el apelativo de un 2º Corazón,
pero aplicado realmente a su papel sobre el torrente linfático de las
extremidades inferiores, expresivas éstas de los más usuales
trastornos circulatorios, que no vienen a mostrar precisamente
deficiencias propias de los conductos sanguíneos, sino la
inoperatividad del Sistema Linfático (capilares y ganglios) sobre los
residuos metabólicos, dejados así sólo a merced de los capilares y
conductos venosos.
          21) Unida la correcta función de los Gemelos a la oportuna
movilización de cada estructura de los Pies, encontramos no sólo el
bombeo necesario de los residuos metabólicos que tienden a
depositarse en las piernas, sino que también activamos desde el Pie,
por su condición de zona reflexológica corporal, una más correcta
función visceral y glandular general.
          22) Mas para ello, insisto, es importante el correcto uso de la
dinámica del Pie, así como el uso de las correctas zonas de apoyo en
el suelo o calzado.

          23) A raíz de la problemática de pies y piernas tan generalizada

en la población social, es obvio que se precisa de una enseñanza del
uso del Pie, así como de las posibilidades de estimulación de las
funciones orgánicas a través de las distintas áreas del Pie por medio de
la manipulación activa y pasiva sobre ellas.
          24) De esta forma, incidiremos sobre la condición corporal de las
personas, no solamente sobre sus aspectos visibles, sino sobre su
propia capacidad de autorregeneración orgánica.
          25) Los diversos esquemas topográficos que acompañan a este
trabajo, nos muestran aspectos importantes de estas consideraciones.
 Cómo tratar a unos 1
Pies en el Masaje
Reflexológico:

En primer lugar,
debemos entrar en
contacto con el pie, de
manera que éste se sienta
"tomado" con seguridad,
amplitud y confianza, a fin
de eliminar
distanciamientos y facilitar
la apertura del pie a ser
tratado por nuestras
manos.
Debe sentirse abrigado
y seguro entre nuestras
manos.
 2

A continuación y
casi como parte de esa
primera toma de
contacto, procurar al pie
una apertura de su área
superior o cardio-
respiratoria, valiéndonos
de ambas manos.
Disponed los dedos
de manera que sus
extremos no se claven
en el pie, especialmente
en la base del empeine.
 3
Tratar el área
pulmonar con ambos dedos
pulgares, de manera que
movilicen, en direcciones
contrarias, la zona interna de
ese área, a fin de proporcionar
un amasamiento amplio y
profundo a la misma.

Los pulgares no se
desplazan de la piel que
tocan, sino que ésta los
acompaña en sus cortos
vaivenes.
Con los demás dedos
procuraremos mantener al pie
en buena posición. Las callosidades no se tratan por
encima de ellas, sino a base de cortos
amasamientos de las zonas colindantes, a
fin de ir ganándoles espacio.
 4

Un modo de tratar
los elementos de la planta
del pie (la mano inferior), en
las áreas de la zona refleja
de vísceras.

Con la otra mano

procuraremos mantener bien
presentada ante nosotros y
estirada su piel, la zona que
estemos tratando, usando
los dedos en extensión
plana para que no claven.
 5

Si el área de
vísceras del perfil
externo presenta
consistencia dura, tratar
con la yema del pulgar,
barriendo hacia arriba
con notoria presión para
movilizar la zona interna.

En toda la planta
podemos combinar los
dos movimientos de las
imágenes anteriores.
 6
La "bolita"
que forman las
yemas de los dedos
pequeños de cada
pie, nos permite
tratar los Senos
Cerebrales, sobre
los que habla y
muestra una
diapositiva del final
de este PPS (la
33).
Debemos
tratarlos sin
desplazamiento de
la piel, masajeando
la zona interna de
éstos.
 7

De igual manera podemos tratar la

pequeña "bolsita" blanda que encontramos
con facilidad en el ángulo inferior interno
trasero del pulgar.

Es la zona refleja del Cerebelo, del

que muestra su imagen y ubicación la
misma diapositiva que muestra los Senos
cerebrales (la nº 33).

El Cerebelo es el órgano cerebral

encargado de todos los automatismos
corporales. Su función cerebral es análoga
a la del Hígado en lo corporal.
 La manipulación del 8
reflejo del tramo de la
Columna Vertebral que
encontramos en el arco
muscular que va desde la
protuberancia de la base
proximal del pulgar hasta la
"esquina" más próxima del
talón, debemos realizarla con
el pulgar encarando de frente
a dicho arco, con
movimientos de presión y
avance análogos a lo que en
costura se conoce como
"pespunte" (avance, pequeño
retroceso, avance, peq....),
sin movimiento circular, sino
de vaivén. Con la otra mano
mantendremos dicha área sin
arrugas o encogimientos.
 9
Si tenemos
dificultad de uso de
la punta del pulgar
para el ejercicio
anterior, podemos
utilizar la yema, con
el dedo en posición
transversa a dicho
arco, procurando
ejercer suficiente
presión con aquella.

Aquí vemos
con claridad cómo la
otra mano procura
situar al pie y a dicha
área estiradita y
encarada.
 10

Con la yema
en la misma posición
que en la imagen
anterior, trataremos
esta "esquina" del
talón, expresiva de la
unión lumbares-sacro,
simulando querer
limar o suavizar el
"escalón" que forma el
inicio del talón, con
deslizamiento largo
lateral del pulgar.
 11

El masaje en las zonas

que suelen ser blandas, por
acumulaciones linfáticas, como
es el caso de la zona torácica
del dorso del pie, debemos
hacerlo a modo de suave
masaje circular y persistente
drenaje con las yemas de varios
dedos unidos, comenzando en
la base de los dedos y bajando
en la dirección de los tendones.
 12
Cuando nos sea
posible acceder con el
pulgar por los espacios
de entre los tendones,
podemos masajear
aquellos a modo de
drenaje interno, con
vaivenes cortos del
pulgar.
Tened presente
que el canal sobre el
que se interviene en
esta figura, es de
relativa sensibilidad.
 13

El área interna del talón

hacia el tobillo, es de considerable
sensibilidad, por lo que debemos
intervenir en la misma con la yema
de los dedos que muestra la figura.
En localizaciones puntuales
de considerable densidad linfática,
podrá utilizarse la yema del pulgar
(no la punta), para aportar algo más
de presión.
 14

Sobre esa misma área, en

la parte externa del pie, más dura
que la interna, podemos trabajar
con el pulgar; unas veces con la
yema y otras con la punta, según
las situaciones concretas que
presente.

Recordad siempre el situar

el pie con la otra mano de tal
manera que pueda trabajarse bien.
 15

El talón es una parte del

pie de difícil manipulación, por su
dureza o consistencia estructural.
La punta del pulgar puede
afectarse si la usamos aquí,
debiendo valernos del uso de la
mano completa y en diversos tipos
de movimiento, a fin de
proporcionarle un masaje en todas
sus partes.
 La zona del tendón de 16
Aquiles podemos tratarla a
modo de amasamientos entre el
pulgar y, por el otro lado, las
yemas del índice y corazón, con
movimiento de avance hacia los
Gemelos.

El área entre el tendón y

el tobillo requiere con frecuencia
drenaje, por lo que lo haremos
con la yema de un par de
dedos.

Cuando el tendón está

recubierto de un paquete
linfático de considerable
densidad, puede ser dolorosa la
manipulación del mismo, por lo
que actuaremos con tacto en
ello.
 17

El ángulo anterior de la
pierna con el pie es un área que
suele requerir un persistente
drenaje linfático, por ser zona
refleja de los ganglios linfáticos
inguinales.
Podemos hacerlo como
muestra la figura, o valiéndonos
de toda la palma de la mano,
cruzada respecto a la dirección
de la pierna, con avance lateral
hacia nuestro meñique y canto
externo, desde medio puente
hasta entrada en la tibia.
 18

Y ya en el final del masaje,

es importante que, tras las
manipulaciones reflexológicas,
hagamos pases con importante
presión de toda la palma sobre la
planta del pie, en movimientos de
acoplamiento perfecto entre manos
y pies, a fin de reestructurar
armónica y ampliamente las
energías trabajadas en el masaje.
 A continuación y para salir del masaje, tomar el pie desde el talón y
tobillo con ambas manos, con acoplamiento perfecto, para realizar un
deslizamiento lento (sin perder el acoplamiento de manos y pie) hacia los
dedos, de manera que sirva para la desconexión y descarga de energías de
trabajo.
19
 Con estas dos figuras de estiramiento y
20
encogimiento de los pies, vengo a mostrar un ejercicio
muy trascendente que podemos recomendar para el
autotratamiento de los problemas de circulación linfática
de tobillos y piernas. Inciden fuertemente en los
músculos Gemelos, esenciales para el bombeo
circulatorio linfático.

Con el encogimiento del pie alargamos el

músculo y hacemos presión sobre la zona circulatoria
del hueco poplíteo; y con el estiramiento forzamos el
bombeo de una forma muy notoria.

El uso persistente de tacones altos en el

calzado, va mermando la funcionalidad de los Gemelos,
con la pérdida paulatina del cometido de éstos en la
circulación linfática, responsable de la condición
circulatoria de las piernas.
Contraer y estirar 21
la planta de los pies Con esta imagen y la de
sin movimiento de la diapositiva siguiente, vengo a
expresar una práctica fácil de
los tobillos.
hacer y de efectos muy
beneficiosos para las zonas
reflejas de la parte superior de los
pies, donde se ubica un amplio
contenido del Sistema Linfático,
tanto por la cadena ganglionar
del área de por debajo de los
dedos (límite superior de la
planta), como por la cara y dorso
del área del sistema respiratorio,
crucial en la influencia que éste
tiene que ejercer sobre el
producto final linfático una vez
que los canales linfáticos vierten
su contenido a la sangre para
envío a los pulmones.
 22

En este ejercicio, los

tobillos no se mueven, y se trata
de movilizar sólo la parte superior
de los pies, contrayendo la planta
y estirándola luego.

Al estarse tratando de
factores linfáticos, las
contracciones y extensiones
deben realizarse con lentitud y
persistir en las situaciones
extremas (de extensión y
contracción) unos instantes.

Y esta misma recomendación

sirve para las imágenes
anteriores de trabajo sobre los
Gemelos.
 En Reflexología del Pie
se habla de “Senos”
cuando se tratan las “bolitas”
de los dedos de los pies.
La imagen de la derecha
muestra lo que son los
Senos Cerebrales, a modo
de bolsas donde se acumula
la sangre venosa.

Y también se habla del

“Cerebelo”.
La imagen de la izquierda
muestra un cerebro
visto por su lado izquierdo.
el Cerebelo es esa
estructura cerebral que asoma
por la parte inferior trasera.
Veamos algunas cosas del Sistema Linfático :
El torrente linfático, tras su paso por
las diferentes estaciones de
intensidad ganglionar, desemboca
en el torrente venoso a través de
una vena subclavicular,
especialmente en el lado izquierdo

De ahí irá a parar

directamente al Corazón,
que se encargará de
volcarlo en los Pulmones
para su última fase de
reciclaje.

De la eficacia de ese último

reciclaje en la estructura
Pulmonar, dependerá lo que
los Riñones puedan hacer con
ese fluido linfático: si retornarlo
al torrente sanguíneo por
deficiente transformación, o
arrojarlo al exterior a través de
la orina por permitírselo ya su
sistema de filtraje.
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